Sei sulla pagina 1di 2

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS  UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO

Carlos SEGRETI.
La máscara de la monarquía.
Córdoba, Centro de Estudios Históricos, 1994, p. 156 y pp. 163-
164.

[...] Cuando Belgrano promueve la monarquía del Inca, en la sesión del 6 de julio,
es claro que sabe perfectamente bien que no podrá adoptarse si no se declara
primero la independencia. Tal es el fin principal que se propone y que ve
materializado el 9 de julio. Pero, como dije, es evidente que esto sólo no lo
conforma. Se vio cómo fundamenta la necesidad de adoptar la monarquía
constitucional; mas también debe recordarse lo que calla en su informe del 3 de
febrero. No me cabe duda que está convencido de la necesidad de seguir usando
la máscara de la monarquía.

Ahora bien, se recordará cómo en el informe así como en la exposición ante el


congreso recalca el triunfo del principio legitimista en Europa. Bien, al proponer
la monarquía del Inca no cabe duda que está pensando en la vigencia de tal
principio; no, por cierto, porque esté convencido del principio en sí sino porque
es la solución triunfante en Europa y a la que hay que aparentar adecuarse.
Demás está decir que resulta imposible pensar por lo menos así me ocurre a mí
que Belgrano no supiera que tal legitimidad ni por asomo sería aceptada por las
testas coronadas de Europa [...]

[...] En la sesión del 15 de julio, el diputado por Charcas Malabia insiste en que se
trate el tema de la forma de gobierno con preferencia a todo otro asunto, como
contradiciendo lo acordado el 12. Es entonces cuando el diputado por San Juan,
fray Justo Santa María de Oro entiende que, para resolver la forma de gobierno,
deben estar presentes las representaciones de todas las provincias y pueblos que
componen las Provincias Unidas y permitirse que los diputados que carezcan de
instrucciones al respecto consulten a sus poderdantes.

Desde ya no es en absoluto partidario de la monarquía pues, sin duda, es


republicano; de aquí que agregue que, en caso de adoptarse la forma monárquica
a que se veían inclinados los votos de los representantes, sin cumplir con aquellos
requisitos previamente, se le permita retirarse del congreso informándosele ante
quién debía presentar su renuncia si bien él cree que tiene que hacerlo ante sus
poderdantes. Y ninguna razón lo saca de su convencimiento. Y en evidente
actitud coherente con su contrariedad deja de asistir a las sesiones.

El 20 de julio, Laprida plantea la conducta asumida por fray Justo manifestando


que le ha dicho que no asiste porque considera inoportuna la discusión ya que
previamente debe consultar a sus poderdantes y que sólo asistirá si se le obliga a
ello y se le extiende un documento al respecto. Y así se hará. No alimento duda
alguna acerca del republicanismo de fray Justo Santa María de Oro; no todos
piensan lo mismo al respecto. Así mi muy estimado amigo, Dardo Pérez Guilhou 
en un elaborado estudio sobre las ideas monárquicas en el congreso de Tucumán
sostiene que de las palabras pronunciadas por el diputado sanjuanino no debe
desprenderse una postura republicana pues las había pronunciado para debilitar
la candidatura del inca, que en esos momentos contaba con amplia mayoría. En
segundo lugar su presumible republicanismo se ve desvirtuado por sus actuaciones
posteriores.

Sus palabras en la sesión aunque El Redactor no las refleja en toda su amplitud


pero sí otro documento suyo, según recordaré y sobre todo su actuación tanto
anterior como posterior permiten incluir a fray Justo, sin temor a equivocación,
en decidido sector republicano. Así, por ejemplo, no puede ignorarse hoy que,
poco tiempo después, será acusado de artiguista aunque para mí no debió pasar
de ser un autonomista más [...]

*
* *

Potrebbero piacerti anche