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extrano me estaba pasando Y Yo no enten. dia nada. Mi cuerpo estaba revolucionado, Estaba mutando, Coma cualquier cosa y a los cinco minutos me sen ia excelente. Fue entonces que mis papis y el doctor me explicaron que tenia una enfermedad Hamada diabetes tipo 1, que no era grave si se tomaban ciertos cuidados. Cui lados ue debia tener para siempre. O sea, el resto de mi vida. Muy fome. Me mostraron la maquina para medir la glicemia, con sus lancetas para pincharme las yemas y su ul, y los frasquitos de insulina, sus jeringas o pens. Demasiada infor. cin para una nifia, Desde exe momento, cada dia al despertar v por la noche antes de dormir, ncargado de todo. El problema es que todo ese trabajo que ella realiza me vuelve dependiente de sus cuidados, cuan- do la mayoria de los chicos de mi edad que padecen diabetes se manejan solos, estuche Ademés, no me veo a los cincuenta afios esperando que mi mamé de setenta y cinco se ponga los antcojos con aumento para pincharme el dedo. Claro que no, Asi Jas cosas, era un hecho que la posi- idad del pijama party estaba descartada para mi. Al menos por el momento. ¥ no me hacfa ninguna gracia. Todo lo contratio, era bien fome. VII E tarde de marzo el bus escolar se estacioné frente a la reja del pasaje, como siempre, para dejarme en or era insoportable y venia algo fatigada, incluso un poco mareada. Me costaba caminar y veia mi casa tan lejos. Por suerte, tenfa presente que no debia casa. ps no en la calle, porque podfa golpearme. Mientras cami- naba y buscaba en mi mochila la bebida Con aaticar para reanimarme y controlar mi hipoglicemia ~o baja de azticar en la sangre~ observé una silueta en el techo de lh ex casa de los Rodriguez, “Seguramente los nuevos duefios estan arreglando el techo 0 algo asi”, pensé, Pero al acercar- me y pasar por cl frente, mi sorpresa fue mayor cuando descubri que se trataba de tun nifio como de mi edad, parado en el techo de la cocina, que manipulaba arte- factos que iba sacando de una gran caja negra. ¢Qué estaria haciendo parado alld triba con todas esas cosas? Seria hijo de 31 de las mujeres que daba drdenes el \ de la mudanza? zAcaso habia llegado | fin un nifio mas a vivir a este aburrido Pasaje? Pata averiguarlo, corti a dejar la mochila a mi casa, El azticar de la bebida Ime tenia de vuelta, vivita y coleando, lista para saludar a Guacolda e ira casa de Yan Zi. Desgraciadamente, ella legaba media hora después que yo del colegio. Enton. ces, una vez en casa, tomé una manzana roja, la lavé, la parti por la mitad y con un pedazo en la mano, me quedé en la cocina mirando por la ventana, tratando de ver al chico del techo de la ex casa de los Rodriguez, entre mordisco y mordisco. Pero fue imposible. Cuestién de angulos. Ante la magnifica posibilidad de tener un nuevo amigo, esperé ansiosa el regreso de Yan Zi, Cuando la vi venir por el pasaje, corri a su encuentro. Ademés, esa salida fue una excusa para volver a estar afuera y ver qué pasaba con el chico del techo. Para nuestra suerte, ahi estaba todavia. —Hola, Yan Zi -dije moviéndome ansiosa. ~Hola, Ema -difjo ella con suspicacia. Y €s que mi expresién no era la de siempre. ~Mira con disimulo hacia el techo de los Rodriguez y dime qué ves ~dije casi susurrando, Querfa ver cémo su rostro se iluminaba con lo que estaba por presencia. Y asf fue. ~2Qué hace un chico adriba del techo? ~pregunt6 con la boca abierta y las cej subidas al maximo. ~No sé, pero tenemos que averiguarlo ~dije con tono de detectiv: ~De todas manedras ~afirmé ella co encusiasmo, Entramos a la casa y corrimos a mirar por la ventana de la pieva de Yan Zi, pai comenzar a investigar al chico del techo. Puclimos ver que tomaba piezas de diferen. © tamatio y grosox, en negro y plateado, las poniendo y ordenando para Igo. No sabiamos qué. Estuvimos 0 observindolo, Hasta que llegé a buscarnos para tomar las onces. Salimos al pasaje nuevamente y, con paso de tortuga, caminamos hasta mi casa con el cuello torcido, para seguir mirando al chico. Yan Zi se tropez6, para variar, y casi terminé clavada en nuestra Me habia olvidado de comentarles que mi vecina-mejor-amiga cs la del tropiczo, no sé si porque deberfa usar entes y no lo sabe, 0 porque tal vez sus pies son mas pequefios de lo normal Apenas calza treinta y tres con doce aftos Yo calzo treinta y siete. Finalmente, nos la menor idea de metimos en mi casa s lo que hacia ese chico, Ala mafiana siguiente, cuando mi ncendié el motor del auto en seftal d que era la hora de partir al colegio, corri con mi mochila Ilena de colaciones y aproveché para estirar mi cuelloy compro- bar el trabajo del chico. Y ahi estaba: un telescopio, ;Uno de verdad! De esos qui salen llaba tanto que parecia un trofeo, todo grande y poderoso, sobre el techo de la cocina. Jo habia armado ese nifio! Seguro que ficas, Br n las revistas cient era el primo os hermanos genios de PI as y Ferb, ;Teniamos que conocer Nuestro nuevo vecino debia ser muy interesante, y con Yan Zi tenfamos que hacer algo para confirmarlo, VIII E a tarde de fines de marzo, cuando wvolvimos del colegio, tia Kun Zi nos hizo la primera prueba de vestuario para nuestros disfraces de Flvis. Faltaba un mes para nuestro cumpleafios y ella queria co- serlos con tiempo. El mio era blanco con detalles en dorado y morado, y el de Yan Zi también era blanco, pero con detalles en dorado y calipso, Estaban quedando preciosos. Usarfamos unos zapatos de Y no voy aircon ella al pijama party, zno? —Cladro que no, pedro... zy qué tal si ahodra lo haces ti? -~Yo? Pero... ¢c6mo? $i no sé. Nunca. sea, tendréa que hablarlo primero con mis papds para que me leven donde el doctor Visquez. Pero... ;cudndo? ~;Esta noche? —Pero.. -Si no tienen tiempo, buscamos en Internet... Padra eso existe, 0 no? ~gInternet? Yan Zi... creo que estis loca. —Lo sé, Salimos de mi casa con los ojos hipera- iettos, caminandoa paso de tortuga, para ver si alcanzdbamos a distinguir al vecino genio, pero para nuestra mala suerte, ya no estaba, Solo el telescopio se imponia desde el cielo como si fueran las tablas de la ley entregadas a Moisés. Era mu impresionante ver cémo brillaba con el sol. Nuestro barrido ocular habria pasado piola si no hubiera sido porque mi amiga de pies chicos tropezé en pleno pasaje y cayé de bruces. Me dio tanta vergiienza, que no quise mirar hacia la ex casa de los Rodriguez para ver si el vecino nuevo habia advertido la situacion. Corri a ayudarla y la tomé de la mano sin siquiera preguntarle si se habfa roto los dientes o la nariz, y la meti en su casa a toda velocidad. Yacn casa de Yan Zi, y luego de compro- bar que mi amiga tenfa todos sus dientes, le pedimos permiso a tia Kun Zi para usar el computador de tfo Zu Shou y averiguar todo lo que habia sobre diabetes. Nunca se sabia con mis papas, y era mejor ganar tiempo. Estuvimos navegando un buen rato, hasta que dimes con el sitio www. americanoscondiabetes.com, y decidimos registrarnos y explorar, por si acaso. Esa noche conversarfa con mis paps so- bre la posibilidad de aprender a pincharme ce inyectarme sola. Atin faltaban cinco dias para el pijama party y tenfa tantas ganas des. que seguramente aprenderia ripido, Incluso estaba dispucsta a visitar al doctor para que me enseftara a hacerlo, Todo, con tal de no perderme el pijama purty IX loto, Floto conmigo y nadie més. Floto, después de sumergitme y desprender- me de la realidad, Después de inundar mis ofdos y perder la audicién, Alejada y libre. Floto ilusionada y esperanzada en lo que viene. Floto, en una piscina de lagrimas tibias donde solo el agua sabe lo que siento, me contiene y no pregunta nada, Floto en los abrazas tiernos y temperados que tanto necesito. En corrientes mater- nnales y tibias. Floto en la mattiz templada, Protegida, donde todo es posible, hasta le vida misma. Donde flotar es vivir, Floto. HOLA, NECESITO AYUD; Hole, amigos de Americanoscondiabetes, Soy Ema, de Chile. Tengo 11 afios y tengo diabetes mellitus tipo 1. Desde que me diagnosticaron la enfermedad, a los 9 afios, mi mamd se ha hecho cargo de mi, de pincharme y de inyec- tarme la insulina, Pero ahora quiero hacerlo yo. misma, £Me ensefian céma hacerlo? Les estaré eternamente agradecidall!!! @ Géelle Sénchez iQué chido, una chilenal Bienvenida, Ema, Soy Giselle, de México. Padezco DM desde los 4 affos y, al igual que ti, mi madre se hizo cargo de todo e! proceso x muchos afios. Antes de darte un consejo, creo que debieras contarles a tus padres lo que quieres hacer. Ellos te ayu- darn y seguramente contactaran atu médico Para que des este paso tan importante en tu Vida. En micaso, fue é! quien me ensefié una técnica fabulosa, practicando con naranjas. Estuve inyectandoles agua y pinchandolas una semana, hasta que al fin me atrevi y lo hice Conmigo, en mi barriga, Td puedes hacerlo. iNo te achicopales! Blenvenida, Ema, Estoy muy de acuerdo con Giselle. Practica con toronjas o limas. Es lo més facil y lo mas recomendado. A mi me results con esa técnica, Sigue as{ y no desis- {a5, que a cada cochino le llega su sdbado, Cuéntanos los resultados. Un saludo desde Caracas, Venezuela, Estaba impresionada. Habja un mundo para diabéticos en el cibetespacio que yo desconocia y que estaba a mialcance. Para mi consuelo, habia muchos ottos como yo viviendo las mismas complicaciones. Noera la tinica. Ahora lo sabia, XI Pp esos dias habia visto un par de ve- ces a la mujer delgada de la casa del vecino genio salir a caminar del brazo de la otra, la mas gruesa. Ella se desplazaba como en cémara lenta, como si fuera un globo con helio y la otra mujer la levara con un hilo para que no se escapara hacia el cielo. De lo mas raro. al volver del antejardin, en tina banqueta de madera que instalaron al lado de la puerta principal. Ni nguna de las dos se movia, Parecian ¢s tal vez jugaban al “Un, momia BPor qué no? Si habia visto al sefior Niitex una vez llegar a su casa disfrazade de abeja, cualquier cosa era posible, Con el tiempo me enteré de que los Niitiez venian de una fiesta de disfracer Su mujer se habfa distrazado de flor. Eran muy divertidos. Y es que los Niiiez son pucnte aparte. De todas las parejas que he visto en mi vida, y en especial en este Pasaje, ellos son lejos los mas extraiios Y diferentes. Comen Sranos, vegetales y Hores. Flores! ¥ como solo se mueven en bicicletaa sus respectivos trabajos, no che, yen auto y usan el estacionamiento como huerta, donde plantan todos los vegetales ‘ue comen. Y mientras os fines de sema- a cada familia descarga bolsas plasticas del supermercado con comida y titles de aseo, ellos reciben una camioneta al mes, que los surte con semillas y mas semillas, de todos los colores y tamafios. 2Cémo serd una cazuela de alpiste? Debe ser de lo mas divertida, Pagaria por probar la comida de la sefiora Nésiez, una mujer muy alta, de pelo largo y voluminoso que cambia de color cada cierto tiempo, y que adora usar pafiuelos de colores como cintillos, Por las tardes, cuando cae el sol, puedes oirla cantar mientras riega su huerta, y si te detienes y afinas el ofdo, la puedes escuchar conversar con sus vegetales y agradecerles por tan generosa produccién. Me recuerda a la protagonista de Encantada, que conver- saba con las palomas y los ratones. Por otro lado, su marido, el sefior Nuifiez, es calvo y mucho més bajo que ella. Usa lentes épticos parecidos a los de John Lennon, y rato libre que tiene, lo usa para leer a la sombra del naranjo de su antejardin, en una silla de playa de esas antiguas, de lona y madera, Lo puedes ver los fines de semana, sentado ahi por horas, dando vuelta las paginas de algin libro, Debe tener una enorme bibli ys de seguro, ningtin televisor. Cuando Yan Zi tocé el timbre media hora después de volver del colegio, sali corriendo a abrirle la reja para ver si el chico del techo ya estaba en su lugar, y para mi fortuna ahi estaba. Yan Zi dejé su mochila en uno de los asientos del patio y umbas corrimos reca verlo, Aunque cuando ya estébamos cerca, preferimos caminary disimular un poco, para que no se notara lo mucho que queriamos conocerlo. Una ver frente a su casa, nos animamos ahablarle, Queriamos saber quién era, qué estaba haciendo en el techo...jsi es que era un genio! Y no habia nada ni nadie que pudiera frenarnos —jHola! ~gritamos al unisono. I su concentracién no le habia permitido oirnos. Pero nada ocurtid. El chico del techo ni siquiera pestaied. Tenia la cabeza cla- vada en el tubo del telescopio, arreglando quién sabe qué. Desesperadas por su atencién, decidimos hacer algo mis agresivo, aunque no violento, Entonces, arrancamos algunas naranjas verdes de una de las ramas del naranjo de su casa y se las lanzamos. Una, dos, tres, cuatro y nada, No le achuntamos ni una sola vez. Finalmente, Yan Zi se concentré, afiné su punterfa ubicando la naranja entre su ojo derecho y la figura del chico del techo lanzé emitiendo un gemido de guerrera y le dio en plena cadera derecha. ;Al fint El chico se sobresalté y movié su cabeza para ver de quign se trataba. Hasta que se encontré con nosotras, sonrientes cara de angelitos, abajo, ~éQué les pasa? ;Ustedes me lanza- ron esa piedra? —pregunté el chico del techo, evidentemente enojado. Ahora al menos nos estaba mirando, Usabs lentes dpticos, “No era una piedra, sino una naranja verde ~contesté apurada, Jamis le lanzarfa tuna piedra a alguien, “Piedra, naranja, da lo mismo, ;Qué uicren? ;Quiénes son ustedes? —nos pre- atin con Ja mirada canina y ra con Isa, fija en nosotras, ~Somos Ema y Yan Zi, tus vecinas —dijo mi mejor amiga, indicando a cada una, ~ WVecinas? Ab, bueno, zY era necesario Belpearme con algo? —replicé todavis molesto, ~Es que te gritamos “hola” dos veces y no nos inflaste —contesté primero, ~Si -siguié Yan Zi ~Ok. Entonces ya sabemos que somos vecinos. :Puedo seguir en lo mio? ~Pe... pero cémo te Hamas ~pregunté antes de que cortara la transmisi6n, ~Agustin. —Hola, Agustin. Mucho gusto —dijo Yan Zi con una enorme sonrisa de dientes chuecos, ~Hola, Yi: Ni—contesté él, con el rostro més relajado. Ya no fruncia el cefio. ~Yan Zi -repitio ella. ~Eso, eso, Yus Li. ~Yan Zi —volvi6 a repetir, ahora sin los tonos agudos del comienzo, —Como sea. Yan Li, Yus Li, Bruce Lee. “ -tio de buena gana el chico del techo, aunque a esas alturas ni a Yan Zi ni mi nos hacia la menor gracia su sopa de letras. ~Yo soy Ema ~agregué como para no quedar fulera y cambiar el tema, —Hola, Ema. Tu nombre suena como a yemna~dijo, y dio una carcajada tan grande ue por unos segundos perdié el equilibrio ¥ por poco se cae del techo, ~Y Agustin suena a calcetin —teplicé Yan Zi, y todos reimos con ganas, ~ Qué haces en ese techo? ~preguneé con interés, para avanzar y saber un poco més, ~Estoy calibrando mi telescopio, ~ Call... qué? ~pregunté Yan Zi, ~;Telescopio? ~pregunté yo. ~Es que con ef cambio de casa tuve que desarmarlo y volver a armarlo, No es un dobsoniano, pero al menos me permite ver mas all de nuestro planeta, ~zDarwineano? —pregunté sin enten- der nada de lo que el chico hablaba, Al menos la palabra Darwin me sonaba un poco mis ~No. Dobsoniano, De John Dobson, el monje queen 1970, en sus ratos libres, ided cémo fabricar telescopios portétiles para evitar acartear aparatos metilicos grandes y pesados. No tengo uno de esos livianos y desarmables, pero al menos tengo uno en mi techo. Y eso es suficiente, Nos quedamos mudas. El chico del techo. si que era extrafio, y nosotras, frente a sus: palabras, no teniamos nada que aportar. Ni iquicra qué preguntar. Entonces, sigui —Dobson diseiié una estructura desar- mable tan prictica y precisa que sirvié de molde para todos los astrénomosaticionados del mundo. Y lo es hasta hoy ~puntualizé abriendo los ojos detrds de sus lentes de marco rojo. ~Ahhh, por parecer amable. Apostar entendia nada de nada. Igual que yo. -Si. De hecho, Dobson estuvo en Chile en 2004, Lastima que yo era muy pequefio como para concertar una entrevista con AL. Y por lo que lef en los diatios en In- ternet, quedé sorprendido con lo que los astrénomos de barrio hacian en Santiago. —zAstrénomos de barrio? ~pregunté. comenté Yan Zi, seguramente a que no ~Si, es que en Santiago se juntan mu- chos astrénomos a ver cl espacio, toman fotografias digitales ¢ intercambian infor- macién. Lo hacen en las zonas mas altas, como camino a Farellones 0 en Pefialolén, ~{Los nitios pueden ids? ~pregunté Yan Zi, imteresada en que nuestro nuevo amigo tuviera acceso a ese mundo que tanto le apasionaba. -No lo sé, Pero aunque se pudiera, no tendria cémo Ilegar hasta alld y volver. Ahora no tenemos auto. ~zAhodra? —pregunté Bruce Lee. Digo, mi amiga. Es que mis padres se separaron hace un par de meses, y como cl auto era de mi papd, se lo dejé para él y contraté un bus escolar para que me lleve y me traiga del colegio. ~2¥ tu mama? ~pregunté con curiosi- dad. Queria saber cual de las dos mujeres lo cra. Bueno, fue un placer conocerlas: Bruce Lee y Yema, nos veremos pronto —dijo dando por terminado el capitulo. Dejé de mirarnos, volvié a meter su cabeza en el tubo y nunca mas se movid, Al parecer se molest, Sin més remedio, nos dimos media vuelta y desaparecimos. Guacolda debfa estar esperandonos con las onces servidas. Caminamos contentas hacia mi cas incluso dando pequefios saltitos, a pesar del desaire final, Nos cruzamos con la se- fiora Niiftez, que venia pedaleando hacia su casa con una mochila en la espalda de la que sobresalian unas ramas enormes. Seguro que las llevaba para plantar en st huerto. Cantaba una cancién en francés, a todo pulmén, como si estuviera sola. Al pasar por nuestro lado levanté una mano en sciial de saludo y siguié, Cuento cor- to, al fin habfamos descubierto quién era el chico del techo, el pequefio genio del Pasaje. Ahora sabiamos su nombre, que es lo que hacia alla atriba con esos aparatos ¥ que lo suyo era la asttonomia. Si eso cta suficiente para tener la seguridad de que seriamos ami... amigos : pues no lo sabiamos ain XII levaba tres tardes practicando cémo inyectarme la insulina con las jeringas y las naranjas que me trajo mi mam después de nuestra conversacién y de larga negativa a dejarme hacerlo por mi misma, Repetia una y otta ver que si bien estaba en edad para aprender a hacerme cargo de mi diabetes, no me ve para hacerlo. No recuerdo cules fueron nis argumentos, pero finalmente acepté Y pronuncié esas frases que les encantan a {as madres, lenas de emocién y ligrimas, Por supuesto, con un abrazo tan largo que por poco me deja sin aire. Habla momentos en los que me sentia tan cerca de ella, como ahora, y otros tan lejos, casi como una huérfana, Mis papds debieron llamarme Soledad, no Ema, Por suerte tenia a Yan Zi, que era como una especie de familia extra, y eso lo agradecia todos los dias. Sin nuestra amistad, no sé qué seria de mi, Esa noche, mi mamé lleg6 del negocio muy decidida, Llamé al doctor Visquer, le comts lo que me estaba pasando y el estuvo muy de acuerdo en que comenzara 4 mangjarme sola, aunque con la supervi- }6n de ella durante los primetos meses, Asi las cosas, quedamos en que si aprendia a inyectarme de aqui al viernes, el sibado podria asistir al pijama party, Si no lo lograba, tendria que aceptarlo y 88 seguir practicando. Ademés, mi madre agregé que si consegufa hacerlo y asistia al cumpleafios, debja lamarla desde mi celular después de pincharme y ver los nuimeros de mi glicemia, para informar- le el resultado. Todo esto por la noche, aun cuando no tuviera suefio, y por la mafiana, antes del desayuno. Me repitié varias veces que el doctor me autorizaly siempre y cuando ella me supervisara por unos meses o hasta que viera que puedo hacerlo sola. Y asi me la pasé, todas las tardes de esa semana después del colegio, entre las onces y lacena donde los Huang, torturando na- ranjas para poder ir a la fiesta de Patricia el sébado, No estaba dispuesta a perdérmela solo porque no lograba imaginar que mi guata era una simple naranja. EI problema lo tuve el viernes por la noche, cuando vencié mi plazo fatal y solo habia logrado pincharme con la lanceta y medir la glicemia, pero no inyectarme la insulina en la guata. Era mi dilkima opor- tunidad. La cena donde los Huang estuvo maravillosa esa noche. Incluso me privé de comer fideos de arroz para compensar lo que comeria al dia siguiente, si es que asistia al cumpleatios, Habia que pensar en todo. Y pensar positive. Pero una ver en mi pieza, sentada en la cama frente a la maquina, con Yan Zi a mi lado, el re- sultado de la medicién frente a mis ojos y el pen con Ia insulina lista, no lograba hacerlo. Me sentia absurda. ;Cémo ibaa acerme daiio a mi misma clavindome jeringa? Pero si no lo hacia, perderfa oportunidad y después lo lamentaria, especialmente cuando el lunes por la manana las aventuras y los chismes de pijama party fueran el tema de todos los tecreos del dia o de la semana. ‘Tal vez del ‘no. Tenia que hacerlo. Pero no lo lograba, Empecé a angustiarme cuando adverti que hora avanzaba y no lo conseguia. Entonces, senti la reja del antejardin Fra la seftal de que mis papas venian del negocio. Guacolda aparecié corriendo en mi picza para avisarme, =Vienen sus papis. ¢L.0 logré? Acuérdese de que el plazo vence esta noche. No. Todavia no puedo inyectarme ~contresté afligida. —;Todavia no puede? ;Como va a ser posible! Mire, le quedan dos minutos entre que don Carlos se estacione y la sefiora Gloria se baje a cerrar la reja y entren. jDos minutos! : “Es vedrdad. Piensa en esa fiesta, ami- ga. En ustedes driendo, viendo peliculas, pasindolo bien. ii también te medeces tuna fiesta asi ~agregé Yan Zi con ojos suplicantes. / Pero era tarde. La voz de mi mami saludando al entrar a la casa me hizo comprender que ya no lo habia logrado, que no habria pijama party para mi, Y me convenci de ello cuando entré a mi pieza y nos vio a las tres juntas con cara de funeral, No alcanzé a preguntar nada cuando rompi cn un Ianto tremendo, La angustia me tenia superada. No aguantaba mas. Habfa Practicado toda la semana, habia logrado pincharme las yemas y medirme la glicemia, pero me falté, Falté terminar el proceso. ~Preciosa, zqué pasa -pregunté mi mamé, abriéndose paso entre Yan Zi y Guacolda, para abrazarme, soltando la cartera en el suclo, —No... no lo logré ~dije entre sollozos. ~Tranquila. Todavia hay tiempo. No tea ust = é di ngusties ~agregé apreténdome contra su pecho, -Es que. ~ £8 QUE Yo... zpor qué todo estan di. icil pa... para mi? -dije con {a vor entrecortada, ‘Tenia un nudo en la garganta que me dolia de verdad, Como lente tuviera algo atorado ahi. ~Todos tenemos alguna pena en esta vida, Piensa que la tuya solo requicre de cuidados y de orden. Puedes tener una Ya vers que lo vida normal. Tranqu logras. Si no es hoy, serd mafiana. —;Vida normal? Qué... qué tiene de no... normal? Ni siquiera pue... puedo dormir en lac... casa de una a... amiga. —Nada esté dicho. La fiesta es mai por la noche y para eso quedan veinticu horas. Mira, por esta noche ya esté bien. Lograste pincharte y medirte sola. E's un gran avance y estoy muy orgullosa de ti. Para la tercera parte todavia tenemos un :De acuerdo? oportunidad en la mafian: De acue... acuerdo. -Ya, suénate y lévate la cara. Te aseguro que esta sera la dikima noche que te inyecto la insulina yo. Asies que tomémoslo como una gran despedida y hagdmoslo juntas. {le parece? ~,Cémo juntas? ~Anda al baito y cuando vuelvas te tiendes sobre tu cama, como siempre. La diferencia va a ser que esta vez yo voy a inyectarte, a presionar el pen y tii solo lo vas a sacar, :Estés dispuesta? -Vamos. Anda al batio y yo te espero acd. Y si no te atreves, no hay problema. Lo hago yo. Pero ten calma y confia en ti. i del dormitorio todavia angustiada, Cuando entré al batio, me lavé la cara, me soné y me miré al espejo unos segundos. Tenia los ojos hinchados de tanto Horar. Rojos y tristes. La maria y la boca rojas y deformadas, ;Por qué era tan dificil? Yo abia que podia. Pero algo me frenaba. Creo que le tenia miedo al dolor. Cuando volvi a mi pieza, Guacolda y Yan Zi estaban arrinconadas entre la ventana y mi cléset, seguramente para no molestar y evitar asf que las echaran para afuiera. Como siempre, me tendf en la cama, levanté mi polera y esperé que mi mami se sentara a mi lado y tomara el pen que yo ya habia preparado con la insulina. Y entonces ocurrid. Tal vez fue su cara de confianza y tranquilidad, o el hecho de saber que ya no era urgente, pero justo cuando ella lo tomaba... sc lo pei Asi, sin mas. —Mamié, dimelo. Lo hago yo. —;Estds segura, amor? ~pregunté con incredulidad, Si, Démelo ~dije con calma y segu Entonces, como si fuera algo de lo mas normal, corriente y cotidiano, tomé el pen, apunté a mi guata y suayemente penetré con la aguja mi piel, como si se lo estuviera haciendo a otra persona. Como .¢ tratara de otro. Como si fuera lo mis- mo que echarme crema, algo que pucdes hacer viendo televisién 0 conversando, Y no solo pude hacerlo, sino que logré presionarlo para que la insulina entrara, y luego retirarlo con calmay decisién. Al terminar, levanté la vista y via mi mamé, que sonreia con los ojos empariados de alegria. Me emocioné verla asi. Orgullosa y tan cercana a m ‘Cémo deseé que firera asi todos los dias, Acto seguido, Guacolda y Yan Zi rompieron el silencio con aplausos y gritos de juibilo. Lo habia logrado. Habia conquistado mi independencia con mis propias armas. ;Lo habia conseguido! A partir de ese momento, no solo tenia la posibilidad de iral pijama party de Patricia Macaya; ahora era una diabética tipo 1, insulinodependiente, sbsolutamente independiente. Y estaba muy feliz por eso. ¥ por el cumpleatios, Claro que si. XI loto boca abajo, con las gafas de agua F puesta y la tespiracién contends, Floro ansiosa, con los ojos abiertos y mi visién panorémica. Con los ojos inquictos, esperando a los peces, aquellas nuevas cosas que me traerd esta independencia. Floto atenta a cualquier movimiento, Floto a la espera, aguantando, segura de que Hegarén Floto por esos peces que antes no pude alcanzar. Por esos peces que deseo tanto, Floto. do Ez: varios dias decidi nvie tarfamos a nuestro cumpleaios al genio del techo. Al fin y al cabo atin no éramos Jo que se dice amigos. Sin embargo, al ser vecinos, él veria el alboroto de invitados y disfraces estilo Elvis Presley desde su cass ra en el techo 0 adentro. yasea que No podfamos ser tan desconsideradas silo que realmente queriamos era conquistar su amistad. Ademas, lo mas probable era que no viniera, menos atin si tenfa que hacerlo como cl Rey del Rock. No lo- gribamos imaginarlo con patillas y jopo, pata elefante y traje apretado. ;Aunque hubiéramos pagado por verlo! Después de pensarlo mucho, el jueves se presenté la oportunidad de invitarlo cuando venfamos de natacién caminando por el pasaje. Agustin conversaba con el chofer de un camién que al parecer entregaba comida, Algo asi como un supermercado a domicilio. De hecho, pude ver que el hombre le pasaba una gran boleta, mientras otro mas joven y delgado iba descargando el antejardin de la casa. 0, sigue hasta la ca jos a quedarnos wn rato aqui. Zi? -dije a mi nana con voz convin- —2Cémo que que no tienen tarca las perlas? —pregunté Guacolda con i =No, para nada —respondi -Yo tampoco ~agregé mi amiga. Sin més alternativa, Guacolda siguid camino hasta la casa con nuestros bolsos de natacion y nos dejé frente a la de Agustin, donde nos apostamos como estatuas de sal esperando que el camién desapareciera Cuando el chofer comenzé a retroceder por el pasaje, el genio del techo se encontrs con nosotras, que sonrefamos con cara de buenas nifia ~zLes pasa algo? —preguntd. Nada -dijimos al mismo tiempo. -:Entonces? ;Qué quiere el parcito? ~Vinimos a invitarte a una fiesta —dije de pronto, sin preparar nada en mi mente Una fiesta? Si, Nuesdra fiesta de cumpleattos. En sibados més -dijo Yan Zi. =e gustaria venir? Va a ser de disfraces, pero no de cualquiera, sino estilo Elv Presley. do “Del Drey del Drock! —g emocionada, vis? -Fiesta de Bruce Lee organizada por Yema? Es demasiada informacién y ahora tengo que entrar las bolsas, M cumen salié y tengo muchas cosas que hacer adentro, ~2Te podemos ayudar? Nosotras felices Sipodemos hacerlo, O sea, ayudarte-agre- gué torpemente. Lo tinico que queria era entrar a la ex asa de los Rodriguez, después de tanto mpo. Recuerdo que una sola vez.lo hice, con Yan Zi por supuesto, un par de afios sy solo pudimos ver una cantidad més suficiente de muebles antiguos, peg «los unos. otzos, con cuadros deprimentes cnmarcados en color dorado 0 en madera oscura que ocupaban todas las partes altas «le los muros, como si rapatlos completa- mente fuera de vida o muerte. No recuer- do si las paredes tenian algin color. Era imposible sabetlo. Estuvimos un minuto. Lo recuerdo muy bien, porque fue lo que la seftora Rodrigue demoré en entrar a la cocina y devolverme la batidora eléctrica que le habia pedido prestada a Guacolda esa mafana. Fueron solo sesenta segundos para hacer un barrido ocular y mirar el living comedor y parte de la cocina. Recuerdo que esta tiltima tenia baldosas oscuras y antiguas, Seguramente las originale: ya no existen; mi papa las cambio hace aiios por otras mas claras y grandes. Lo mismo hizo con las del bafto. Lo mas extrafio era que los Rodriguez habian hecho un esfuerzo incomprensible por mantener tuna fachada diferente de la del resto de las casas del pasaje; sin embargo, habjan con- servado el interior intacto. En fin, siempre fueron raros, Ahora tenia la oportunidad de ver qué cambios habia hecho la familia de Agustin en esta casa, y no me lo queria perder por nada. —Bueno, si quieren ayudarme con las bolsas, no hay problema —dijo de pronto pronunciando esas palabras magicas que mis ofdos esperaban con tanta gratitud y ansiedad. Acto seguido, cada una tomé un par de bolsas y seguimos a Agustin hacia el interior de su casa. Por supuesto, Yan Zi fue la primera en entrar, el problema fue que aterri2é con bolsas y todo en el parqué. No vio el peldafio de la entrada. mismo que hay en todas las casas del pasaje! Por suerte no llevaba los huevos, Y si en casa de los Huang habia pocos muebles, la de Agustin estaba pelada, Un sofé de dos cuetpos con tapiz de terciopelo rojo oscuro, una pequeria mesa de vidrio yun puf de cuero color café en el living; una mesa redonda de esas expandibles, Pequefia y con cuatro sillas en el drca del comedor; ni un solo cuadro, salvo en el muro que estaba cerca de la cocina, donde colgaba una especie de médscara africana. Yera todo. Al menos las murallas estaban pintadas ¢ inmaculadas de un color crema claro. Se vela todo muy ordenado y limpio. Limpio, pero vacio. Cuando entré a la cocina me impresioné que mantuvieran los mismos muebles vie~ jos de los Rodriguez. Las mismas baldosas oscuras en el suelo, Los mismos azulejos con flores pequerias en las paredes. Los mismos mesones de melamina imitacién madera oscura y con vetas, casi color chocolate, con borde plateado. Estaba claro que no tenian dinero para remodelaciones. Y sicrefa que habla valido la pena ayudar con las bolsas para entrar a curiosear, la mejor parte vino cuando nuestro amigo empez6 a sacar la comida de las bolsas y abrié la puerta de la despensa. Nunca habia visto algo igual. Cajas transparentes para condimentos, con sus respectivos nombres; tarros alineados con las etiquetas origi- nales mirando para el mismo lado y por orden de tamaio; otra gran caja vertical Y transparente con paquetes de tallarines; otra, con los kilos de azticar apilados; la del centro igual, pero con kilos de artoz, y lainmediatamente siguiente, igual, pero con kilos de legumbres. Ni los supermer- cados mantenian tanto orden y rigider, Estaba muy impresionada, pero todavia habia mas, porque si la despensa era un templo del orden, el congelador eta una catedral. En la bandeja superior se alzaba una torre de hamburguesas congela en bolsitas individuales y sin cajas; otra torre de bolsas de medio kilo de choclo congelado se erigia al centro y otra mis de arvejas, a la derecha. En la inferior, dos bandejas de carnes rojas reposaban ala izquierds, otras dos més de pescado al centro y las tiltimas dos de pollo, derecha. Quiénes eran estos? Los locos Adams 2.07 : Una vez. que cada bandeja de carne, cada tarro y paquete de comida estuvo en su lugar, pensamos que el trabajo hab terminado, razén por la que cada una romé una buena porcién de gel verde de tuna especie de jabonera, para lavarse las manos. Sin embargo, en pocos segundos Agustin ya estaba haciendo otra cosa. Qué cosa? Doblando una por una las bolsas del supermercado que habiamos vaciado y que torpemente yo habia ido metiendo dentro de otra de las mismas bolsas. Pues Agustin no tenfa esa costumbre, y en su lugar se dedicada a doblar y convertir en pequiefios paquetitos de cinco por cinco centimertos cada una de esas enormes bolsas, las que luego metia en una gran caja plastica transparente con su respec- tiva etiqueta que decia “bolsas de super- mercado”, imitando cajas de té, en filas, una detras de otra. Fue en ese momento que Yan Zi me clavé los ojos en seftal de “yémonos de aqui”, a lo que yo le devolvi cerrindole un ojo en sefal de “tranquila, que atin hay més”, Cuando Agustin terminé de guardar las bolsitas, nos invité a conocer su picza, ad- virtiéndonos que no podfamos hacer ruido, ya que su mamé estaba descansando, A lo que, por supuesto, asentimos sin chistar :Quién podia perderse la posibilidad de conocer lo que seria el dormitorio de este chico, después de haber visto su cocina? Y si ctefa haberlo visto todo, lo mejor estaba por venir. Agustin abrié la puerta de su dormitorio, encendié la luz y lo que se iluminé ante nuestros ojos no fue precisamente el dormitorio de un nifio. No. No tenfa nada que ver con un dor- mitorio infantil, Es mas, estaba mas cerca de ser un contenedor de importaciones que una pieza de nifio. Y es que todo, absolutamente todo estaba guardado en cajas pl cas, transparentes y con sus 108 respectivas etiquetas. ¥ cuando digo todo, ime refiero a todo. Aparte de su cama con cobertor azul marino y de su escritorio, lo demas eran estanterias de madera oscura, todas iguales, con Ja misma alcura y ancho, flenas con estas cajas, que ocupaban dos paredes completas. Las otras dos murallas Contenfan el closet de pared a pared y la Ventana que daba al pasaje. El piso, de parqué original, solo tenfa una bajada de cama en tono azul marino también Ja ventana tenia cortinas en. el mismo ton, y del techo colgaba una Limpara con pantalla de plistico celeste. Tan ean- Nada més. Dinosaurios carnivoros; Dinosaurios herbivoros; Dinosaurios omnivoross L&- pices grafito N.° 2s Lipices grafito Nok apices mina de colores; Plumones; Des tacadoress Corchetes; Clips; Papel cart Papel oficio: Yoyés: Autivos Match Box: Legos; bla bla, bla... La lista era infinita, como la cantidad de cajas. Nada de fotos, cuadros ni afiches. Solo habia un gran mapamundi enmarcado y ubicado sobre una de las puertas correderas del cléset que aportaba color a un dormitorio que fecia ser el de un viejo mafoso. —Y entonces, de qué se trata la fiesta? pregunté de pronto, a pito de nada. Es nuestro cumpleatios —dije por res. ponder, pues tenia la mente en otra cosa. —;Son mellizas? —pregunté sonriendo con picardia. Era impresionante como al seriedad al relajo extremo. De lomo a humorista, Como si se tratara de dos personas distinta -jCladro que no! Ema cumple doce yo drece, Tenemos un dia y un aio de diferencia -explicé Yan Zi, que no dejaba de sobarse el codo izquierdo, sobre el que se desplomé en su aterrizaje, Claro, claro, :Entonces ¢s en dos sibados is? —pregunté de ico maniatico del techo. frazado de Elvis Presley, Si, y debes ir nuestro idolo musical. ; _;Elvis, su idolo musical? -pregunté con asombro. —Si. El Drey del Dock es nuesdro idolo. Y algiin dia conocedremos Draceland. —Su mansién, ubicada en el ntimero 3764 de Elvis Presley Boulevard, en Mem- phis ~agregué. / = Sabias que Elvis estd entedrado ahi? Hoy es un museo —continué miamiga cot sino también de su conocimiento. -3¥ ati te gusta Elvis, Bruce Lee? —pre- gunté con ironia. Yan Zi, si edres tan amable-replicé ella. ‘0, Yan Lee. _Yan Zi -repitié otra vez. —Bueno, Yan Zi. ;Te gusta E —Mucho, igual que a Ema. Somos sus fans. Por eso siempre usamos zapatos de

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