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Comunicación asertiva. Material de apoyo en Terapia Cognitiva-conductual (TCC).

La asertividad es una habilidad que puedes aprender y/o mejorar, siendo consciente y
practicando. Eso te ayudará a mantener unas mejores relaciones, a hacer cambios y a lograr
tus metas personales. Es aquella que reúne las conductas y pensamientos que nos permiten
defender los derechos de cada uno SIN AGREDIR ni SER AGREDIDO.

Las personas asertivas, responden sin agresividad demostrando aceptación hacia el


interlocutor, al mismo tiempo que, analizan esas ideas contrarias a su opinión, sin perder el
control. Su propósito, es tratar de solucionar cualquier mal entendido, considerando ambos
puntos de vista, así como, logrando establecer compromisos o acuerdos. No se trata de
tener la razón, si no, estar dispuesto a expresarse y hacer valer los criterios propios,
demostrando respeto así mismo y hacia los demás.

Este tipo de comunicación, guarda un equilibrio, no es ni tan agresiva ni tan pasiva.


Cuando las personas asertivas se enfrentan a individuos con actitud intransigente o que
desean persistir, simplemente dan punto final a la conversación para evitar conflictos.
Demuestran, que están dispuestos a mantener la comunicación y el entendimiento.

Para ser más asertivo en la comunicación, se recomienda escuchar activamente a los demás,
pues de esta manera se logra mantener la mente abierta a los otros y a sus mensajes. Es muy
adecuado, evitar las reacciones, interrupciones y tratar de no evidenciar las emociones.
Esto, no significa que está de acuerdo, sino, que desea entender lo que el otro trata de
exponer, para captar la idea clara de su mensaje.

Existen 3 tipos de comunicación:

Los estilos de comunicación se pueden clasificar en:

–Comunicación agresiva: es un estilo en el que no se respetan los derechos de la otra


persona y se emplea un lenguaje verbal y no verbal violento. Características de este estilo
son: miradas desafiantes, críticas destructivas, tono de voz demasiado alto, gestos violentos,
alzar las manos demasiado, apuntar con el dedo…

–Comunicación pasiva: es un estilo en el que no se respetan los derechos de uno mismo y


se trata de agradar a los demás. Sus características son: mirar hacia abajo, no dar la opinión
personal, hacer algo en contra de la propia voluntad, decir siempre que si, etc. Puede dar
lugar a estrés, resentimientos, victimización o deseos de venganza.

–Comunicación asertiva: es un estilo en el que respetamos los derechos de la otra persona y


a su vez somos conscientes de los nuestros.
Pongamos un ejemplo: Usted se sienta en un restaurante a cenar. Cuando el camarero le
trae lo que ha pedido, se da cuenta de que la copa está sucia, con marcas de pintura de
labios de otra persona. Usted podría:

1. No decir nada y usar la copa sucia aunque a disgusto (Pasiva).

2. Armar un gran escándalo en el local y decir al camarero que nunca volverá a ir a ese
establecimiento (Agresiva).

3. Llamar al camarero y pedirle que por favor le cambie la copa (Asertiva).

Ni 1. Ni la 2 son conductas apropiadas en esa situación si lo que pretendemos es reducir el


estrés y mejorar las relaciones interpersonales con los otros.

El inicio de la comunicación comienza con el lenguaje extra verbal, la postura, el tono de


voz, la gesticulación puede afectar al comunicarnos.

La asertividad va a depender de para que se requiere el dialogo y que se quiere obtener con
la comunicación.

Preparación del diálogo

A partir de estas premisas iniciaremos el dialogo para obtener una relación efectiva basada
en la comunicación y lograr negociar con los otros sin herir ni sentir (agresivo) culpa o
complacer a los otros (pasivo).

1. Describir los hechos concretos. Se trata de poner una base firme a la negociación,
en la que no pueda haber discusión. Cuando describimos hechos que han ocurrido el
otro no puede negarlos y así podemos partir de ellos para discutir y hacer los
planteamientos precisos. En este punto es donde más tenemos que evitar hacer los
juicios de intenciones. No se trata de decir “eres un vago” sino decir, “vengo
observando que te levantas desde hace ya varias semanas a la hora de comer”.
Diremos me has dicho 10 veces “no sirves para nada” en lugar de “me quieres
denigrar y hundir” (juicio de intenciones.)

2. Manifestar nuestros sentimientos y pensamientos. Es decir comunicar de forma


contundente y clara como nos hace sentir aquello que ha ocurrido y que juicio moral
o de pensamiento nos despierta. Es el momento de decir “estoy hasta las narices de
esta situación y no la soporto más”, o “me he sentido humillado y denigrado”. Hay
que recordar que no se trata de que el otro lo encuentre justificado o no. Le puede
parecer desproporcionado, o injusto, o... pero es lo que nosotros sentimos y tenemos
derecho a hacerlo así, no aceptaremos ninguna descalificación, defenderemos
nuestro derecho a sentirnos tal y como le decimos. Le estamos informando, no le
pedimos que nos entienda o nos comprenda, por eso no puede descalificarnos ni
aceptaremos críticas a nuestros sentimientos, emplearemos la técnica del banco de
niebla combinado con el disco rayado (ver más abajo.) Iniciar hablando desde el
Yo, “yo percibo”, “yo pienso”, “yo creo”.

3. Pedir de forma concreta y operativa lo que queremos que haga. No se trata de


hablar de forma general o genérica, “quiero que seas más educado”, “quiero que me
respetes” “quiero que no seas vago”; sino que hay que ser concreto y operativo:
“quiero que quites los pies de mi mesa”, “quiero que cuando hablo me mires a los
ojos y contestes a lo que te pregunto”, “quiero que estudies tres horas diarias”. Son
conductas concretas que el otro puede entender y hacer.

4. Especificar las consecuencias. Es decir, aquello que va a ocurrir cuando haga lo


que se le ha pedido. Se le podría plantear también las consecuencias que tendrá para
él no hacerlo, pero es preferible especificar lo que va a obtener de forma positiva.
De otra manera lo que planteamos es un castigo y los castigos son mucho menos
efectivos que los premios o refuerzos. Muchas veces se trata solamente de una
forma de presentación, hay que tener en cuenta que frecuentemente algo que puede
ser planteado como un castigo, si no lo hace, se puede ver como algo positivo si lo
hace. “Si no lo haces tendrás un castigo” se puede convertir en “Si lo haces evitarás
que haga lo que no quiero hacer que es lo que supone un castigo para ti, que es algo
que, por supuesto, yo tengo que hacer para ser consecuente con mis objetivos y los
sentimientos que ya he expresado”.

Las premisas básicas son:

1 Decir no siempre que lo sientas necesario

Estamos más acostumbrados a decir sí, mostrándonos siempre dispuestos a aceptar incluso
lo que no nos gusta.

En primer lugar, piensa si quieres decir sí o no ante determinada situación. Una vez hayas
decidido que lo mejor para ti es decir no es el momento de poner en práctica esta
técnica. Se trata de repetir de manera tranquila, serena y constante nuestros deseos y
emociones.

¿Cómo?

 Responde de manera tranquila y con un tono de voz moderado.

 Mira a la otra persona y mantén una posición corporal relajada.

 Se constante de aquello que quieres expresar.

 Expresa el mensaje que quieres sin cambiarlo.


 No des explicaciones si no son imprescindibles.

Además, puedes tener en cuenta, cuando digas no a algo o a alguien, la reacción que puede
tener la otra persona y preparar tu respuesta ante esa situación.

2 Expresar tus criterios y sentimientos

El derecho a exponer los propios sentimientos, opiniones o estados de ánimo es uno de los
derechos claves de la asertividad, tanto en la expresión de estados positivos como
negativos.
Un método que a mí me ayuda a hacerlo es siguiendo estos pasos:

 Cuándo: expresa la conducta que te molesta de manera específica.

 Me siento: expón tus sentimientos.

 Por qué: explica de qué manera te afecta la conducta.

 Me gustaría: expón tus deseos.

 Por qué: describe cómo te sientes.

Te pongo un ejemplo. El lunes, cuando me chillaste, me enfadé y sentí que no me


comprendías. Me gustaría que en el futuro, cuando tengas alguna duda hablemos de lo que
ha pasado para no sentirme de la misma manera, y encontrar juntos una solución.

3 Aceptar o Negar las críticas

Para recibir críticas es importante que reconozcas claramente lo que te han dicho, sin
excusarte. La capacidad de reconocer los errores te tranquilizará y te ayudará a evitar
actitudes defensivas y angustiosas, o falsas, ante las críticas.

El objetivo es aceptar tus errores sin sentirte culpable, partiendo del principio de que tienes
derecho a equivocarte. Te ayudará a:

 Aceptar la crítica

 Reconocer sólo la crítica de manera detallada y no aceptar extrapolaciones a otras


críticas

 Evitar contraatacar con otra crítica

 Mantener una actitud corporal relajada y un tono de voz medio

 Mirar al interlocutor
En el caso que no estés de acuerdo con la crítica, es importante que puedas negarla. Aplica
esta técnica de comunicación asertiva cuando estés convencido que la crítica no es cierta.

Te propongo que:

 Inicia la negación de la crítica diciendo “Yo no estoy de acuerdo”, “Yo opino


que…”, “Desde mi punto de vista esto es…” O sea, negando de manera clara tu
desacuerdo.

 Evita contraatacar con otra crítica

 Mantén una actitud corporal relajada y un tono de voz medio, sin gritar.

 Mira al interlocutor

4 Realizar críticas

Cuando haces una crítica estas manifestando tus opiniones, creencias, emociones y
pensamientos.

Para realizar críticas, de forma asertiva, puedes tener en cuenta:

 Céntrate en la crítica concreta y específica, evitando los “siempre”, “nunca”, y


diciendo “esta conducta…”, “ese día…”, “cuando me dices eso… entonces….”.

 Dirige la crítica a la conducta y no a la identidad de la persona. Es decir, “El otro


día te despistaste en la fecha de entrega” en vez de “Eres un irresponsable”.

 Empieza un crítica con un “Yo pienso que…”, “Desde mi punto de vista…”, “Tal
como lo veo yo…”, en vez de afirmando de manera tajante “Esto es así”.

5 Hacer pactos

Esta técnica conlleva el uso del diálogo y del razonamiento para relacionarte con los demás.

Para llegar a un buen pacto es necesario que se cumplan las siguientes condiciones:

 Respeta tus derechos

 Evita que tu autoestima se vea atacada

 Consigue un pacto favorable para ambas partes

 No os debe afectar de manera emocional

 Ambas partes tendrán que hacer concesiones


Ten en cuenta que cualquier negociación requiere un conjunto de propuestas que se evalúan
hasta llegar al pacto final. Ello necesita tiempo, interés por ambas partes, una actitud
relajada, un tono de voz tranquilo, y el deseo real de querer llegar a un acuerdo.

6. Expresar y recibir cumplidos

Los cumplidos refuerzan las relaciones entre personas, ayudan a aumentar la autoestima y
refuerzan tu propio modelo de conducta.

Se trata de un recurso que ayuda a la buena comunicación y hace de “vacuna” ante los
posibles conflictos en las relaciones interpersonales, ayudando a reforzar las relaciones.

A la hora de hacer un cumplido ten en cuenta:

 Hacerlo sobre aspectos o conductas concretas de la persona

 Decir el nombre de la persona a quien va dirigido

 Expresarlo como sentimiento personal: “Me gusta tu forma de ser” en vez de


“Tienes una manera de ser agradable”.

 Es mejor empezar a hacerlo en ocasiones que no tengas que pedir un favor a la otra
persona

 Son más efectivos si se hacen sobre los valores de la persona a quien te diriges.

7. Pedir favores

A la hora de pedir un favor, pueden darse distintas situaciones:

 Exigir a la otra persona que te haga el favor (conducta agresiva)

 Querer pedir un favor y no hacerlo por miedo a la respuesta o pedir perdón por
hacerlo (conducta pasiva)

 Pedir el favor de forma clara y concreta, ni exigir, sin excusarte y aceptando la


posibilidad de obtener una negativa (conducta asertiva).

Pedir favores es uno de los derechos asertivos. Cuando lo hagas acepta que el otro puede
negarse a hacer el favor porque también es un derecho asertivo.

Puede darse el caso que a la persona a quien le pidas el favor muestre reticencias o dudas,
en ese caso, puedes explicarle de nuevo el favor e insistirle un par de veces, si la otra
persona no muestra una intención clara de negarse.

A la hora de aplicar esta técnica, te puede ser útil tener en cuenta:


 Ser específico/a al pedir el favor

 Empezar con la frase “Desearía…”, “Me gustaría…”, “Quisiera…”, “Me iría


bien…”, en vez de comenzar con “Me tienes que hacer un favor”.

 Evitar pedir “perdón” para pedir un favor

 Insistir un par de veces si notas indecisión en la respuesta del otro

Te animo a aplicar estas técnicas de comunicación asertiva en tu vida diaria y con la gente
que te rodea, ¿Cómo?

 Identifica los falsos esquemas que te impiden actuar con asertividad

 Descubre tus necesidades: ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué necesitas?

 Pide lo que necesites, di lo que piensas y expresa tus propias emociones y


sentimientos constructivamente

 Toma tus propias decisiones

 Acepta la crítica y también los elogios

 Reconoce tus virtudes y tus defectos

 Acepta los errores, tienes derecho a cometerlos. Si no, ¿cómo aprender?

 Expresa afecto, respeta a los demás sin dejar de respetar a ti mismo/a

La práctica diaria es necesaria evalué su discurso día a día, sin criticarse pero identificando
las fallas en la comunicación con los otros.

Dra. Grecia Salas

Médico Psiquiatra y psicoterapeuta.

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