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DERECHO CIVIL II

Tema 1: El concepto de obligación

Concepto de obligación: obligación y deberes jurídicos. Notas características de la


obligación

La idea de obligación lleva inherente la existencia de un crédito frente al obligado.


Con la expresión “obligación” no se quiere designar la posición subordinada del
obligado, sino la situación jurídica de conjunto.
El Derecho de obligaciones comprende:
- Obligaciones en general
- Teoría general del contrato
- Las figuras contractuales
- Los cuasicontratos
- La responsabilidad civil
En el Código civil se encuentra regulado en el libro IV.
La tradición jurídica del Derecho privado ha reservado la calificación de obligación a
aquellas situaciones de subordinación en las que la conducta del obligado es susceptible de
una valoración patrimonial concreta.
En caso contrario, es decir cuando la obligación (la conducta exigible por el
Ordenamiento jurídico) no es susceptible de valoración patrimonial, se prefiere hablar de deber
jurídico.
El Código civil establece que : (art. 1.088) “Toda obligación consiste en dar, hacer o no
hacer alguna cosa”, sin referencia alguna a la característica de patrimonialidad.
El fundamento de la característica de la patrimonialidad de la prestación sería, según
Lasarte, que el incumplimiento de las obligaciones conlleva como último mecanismo reparador
del acreedor insatisfecho la indemnización de daños y perjuicios, que normalmente deriva en
una reparación pecuniaria.

Tesis doctrinales sobre la relación obligatoria: la deuda y la responsabilidad como


elementos de la obligación.

Savigny centraba la esencia del fenómeno obligatorio en la sujeción del deudor,


llegando a considerar la posición del acreedor como meramente accesoria. Considera
obligación “las relaciones de derecho en virtud de la cual ejercemos dominio sobre un acto
determinado de otra persona”.
Este criterio de acto sometido a la voluntad del acreedor recibió fuertes críticas y fue
abandonado.
Desde otro punto de vista la esencia de la obligación es la responsabilidad patrimonial
universal del deudor. Por parte de algún autor se ha llegado a proponer que la esencia de la
obligación radica en el vínculo existente entre dos patrimonios, el del acreedor y el del deudor.
Ante estas dos tesis contrapuestas, se desarrolla a comienzos del s. XX la
contemplación de los dos elementos básicos de la relación obligatoria: la deuda y la
responsabilidad patrimonial del deudor. La doctrina del momento, siguiendo a Brinz, propone la
existencia separada independiente de ambos elementos, es decir deuda sin responsabilidad
(obligaciones naturales) y responsabilidad sin deuda (fianza).
Sin embargo debemos considerar conjuntamente ambos aspectos como integrantes de
la relación obligatoria, siendo marginales (no regla general) los supuestos de separación entre
deuda y responsabilidad.
La tesis integradora (hoy unánime) defiende que en toda obligación desde el momento
de su constitución coexisten simultáneamente y en el mismo plano el elemento personal y el
elemento patrimonial.
La esencia de la obligación la constituyen inseparablemente la promesa de ejecución
de la prestación debida y la posibilidad del acreedor de agredir los bienes del deudor en caso
de incumplimiento.

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Las obligaciones naturales.

En el Derecho romano son las que no conceden acción alguna a su titular para
reclamarlas ni exigir su cumplimiento, aunque constituyen causa suficiente para retener el pago
en caso de que este tenga lugar ( obligaciones asumidas por esclavos, niños o mujeres, que no
tenían capacidad de obligarse).
Nuestro Código civil no recoge el término, pero hay algunos supuestos que, no sin
discusión, se ajustan a la noción de obligación natural:
- Art. 1.756, pago de intereses por el prestatario cuando no han sido
convenidos.
- Art. 1.798, pago de deudas procedentes o derivadas de juegos ilícitos.
- Art. 1.935, pago de deuda que se encontraba ya prescrita.
- Art. 1.894, la prestación de alimentos por oficio de piedad.
- Art. 1.901, la causa justa que permite excluir el carácter indebido del pago.
La mayoría de los autores consideran que la vieja noción (revisada y corregida) de
obligación natural es útil para justificar determinadas atribuciones patrimoniales que, sin ser
claramente exigibles, tampoco pueden considerarse como supuestos de pago de lo indebido.
El fundamento de la obligación natural sería la existencia de un deber moral cualificado
o elevado a rango de obligación imperfecta, siendo su función la de:
- Justificar la irrepetibilidad del pago.
- Fundamentar promesas o declaraciones de voluntad de carácter unilateral
por quien se autoconsidera obligado al pago.
El Tribunal Supremo parece aceptar la configuración poscodificada de la obligación
natural, propugnando que cuando existen deberes morales o compromisos de conciencia cuyo
alcance patrimonial haya sido transmitido o notificado a los beneficiarios, éstos podrán oponer
la irrepetibilidad de los pagos realizados e incluso reclamar el cumplimiento de promesas
unilateralmente emitidas por la persona afectada por aquellos deberes.

Tema 2: Las fuentes de la Obligaciones

Antecedentes históricos:

Gayo :” toda obligación procede del contrato o del delito”.


En las Instituciones de Justiniano las obligaciones pueden proceder de “aut ex
contractu, qut quasi ex contractu, aut ex maleficio, aut quasi ex maleficio”.
La creación de la figura de los cuasicontratos procede de tal deformación lingüística.
Esta fórmula fue mantenida en el período del ius commune incorporándose al Código
civil francés y con ligeras variantes a los demás códigos de la familia latina. El Código italiano
de 1865 incorpora expresamente la ley como fuente de obligaciones.
El Código civil italiano de 1942 dispone en su art. 1.173 que “las obligaciones derivan
del contrato, del hecho ilícito, o de cualquier otro acto idóneo para producirlas de conformidad
con el ordenamiento jurídico”.

Las fuentes de las obligaciones en el Código civil español: contratos, cuasicontratos y


responsabilidad civil extracontractual. Recapitulación y sistematización de las fuentes de las
obligaciones

Art. 1.089 CC: “ Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasicontratos, y
de los actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o negligencia”.
Insuficiencia descriptiva del art. 1.089: Falta referencias a
- las obligaciones generadas por la propia voluntad unilateral
- las obligaciones nacidas del testamento
- la obligación de restitución generada por el enriquecimiento injusto
- la obligación de reparar nacida de daño acaecido de forma objetiva sin que
exista culpa o negligencia.

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- La ley: Art. 1.090: “Las obligaciones derivadas de la ley no se presumen. Sólo son
exigibles las expresamente determinadas en este Código o en leyes especiales, y
se regirán por los preceptos de la ley que las hubiere establecido; y, en lo que ésta
no hubiere previsto, por las disposiciones del presente libro”. Esta expresa
determinación legislativa se completa con la regla de que las obligaciones legales
no pueden ser objeto de prueba de presunciones. La mayor parte de los autores
actuales consideran que el término ley debe ser interpretado en sentido amplísimo,
de tal forma que cualquier forma jurídica puede generar obligaciones.

- Contratos: Art. 1.091: “Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza
de ley entre las partes contratantes, y deben cumplirse al tenor de los mismos”

- Los cuasicontratos: Art. 1.887: “Son cuasicontratos los hechos lícitos y puramente
voluntarios, de los que resulta obligado su autor para con un tercero y a veces una
obligación recíproca entre los interesados”. El autor considera un error histórico la
pretendida categoría de los cuasicontratos y en modo alguno puede elevarse a
categoría autónoma de fuente de obligaciones.

- La responsabilidad civil: Art. 1.092: “Las obligaciones civiles que nazcan de los
delitos o faltas se regirán por las disposiciones del Código penal”Art. 1.093: “Las
que deriven de actos u omisiones en que intervenga culpa o negligencia no
penadas por la ley, quedarán sometidas a las disposiciones del capítulo II del titulo
XVI de este libro”

En España el art. 1.089 que enumera las fuentes de las obligaciones casi solo ha
servido para discutir si la voluntad unilateral puede ser causa de obligaciones.
La clasificación dualista consiste en considerar que las obligaciones nacen de:
- De un acto de autonomía privada
- De la ley en sentido amplio.

La voluntad unilateral como fuente de obligaciones.

En nuestro Código civil no hay referencia alguna a la posibilidad de considerar como


fuente de obligaciones a las declaraciones unilaterales de voluntad.
El asunto ha generado un fuerte debate.
A partir del reconocimiento del BGB de la eficacia obligatoria de la promesa pública de
recompensa y su desarrollo doctrinal, nuestra doctrina se replantea la cuestión.
La doctrina más autorizada, no sin dudas, actualmente considera que las promesas
públicas de recompensa deben considerarse vinculantes para el promitente, debiendo su
fuerza vinculante a la costumbre y a los principios generales del Derecho.
Se trata de una excepción a la regla general del Derecho español de que la voluntad
unilateral no es fuente de las obligaciones.
La promesa de recompensa ha de ser pública y dirigida a personas indeterminadas.
Es revocable siempre que alcance la misma publicidad o divulgación que la propia promesa o
se haya alcanzado el resultado o la actividad perseguida por el promitente.

Tema 3: Los sujetos de la obligación

Unidad y pluralidad de sujetos: planteamiento e ideas generales sobre las obligaciones


mancomunadas y solidarias.

En una misma relación obligatoria puede haber varios acreedores y/o varios deudores.
En la práctica se da en los supuestos de:
- Fianza o aval
- Garantía personal
- Responsabilidad extracontractual
- Otros varios.
La obligación de una pluralidad de sujetos puede organizarse de diversas formas:

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Art. 1.137 CC: “La concurrencia de dos o más acreedores o de dos o más deudores en
una sola obligación no implica que cada uno de aquellos tenga el derecho a pedir, ni cada uno
de éstos deba prestar íntegramente, las cosas objeto de la misma. Solo habrá lugar a esto
cuando la obligación expresamente lo determine, constituyéndose con carácter de solidaria”
Art. 1.138 CC: “Si el texto de las obligaciones a que se refiere el artículo anterior no
resulta otra cosa, el crédito o la deuda se presumirán divididos en tantas partes iguales como
acreedores o deudores haya, reputándose créditos o deudas distintos unos de otros.
La realidad cotidiana acredita que la mayor parte de los negocios convencionalmente
pactados en que existen pluralidad de deudores, es frecuente estipular la forma expresa de
responsabilidad solidaria.
La jurisprudencia ha atenuado la NO presunción de solidaridad establecida en el art.
1.137, admitiéndola cuando la voluntad de las partes, la naturaleza del contrato o el interés
jurídico protegido así lo reclame.
Es relativamente pacífico que en los casos de responsabilidad extracontractual, si
existen varios responsables, éstos responderán solidariamente.
En la legislación contemporánea se observa una predisposición a atender los intereses
del contratante burlado, estableciendo consiguientemente la responsabilidad solidaria de los
suministradores de bienes y servicios.
Art. 1.140: “La solidaridad podrá existir aunque los acreedores y deudores no estén
ligados del propio modo y por unos mismos plazos y condiciones”

La pluralidad de acreedores: diversos supuestos y régimen jurídico

Se habla de mancomunidad activa cuando cada uno de los acreedores sólo puede
reclamar la parte que le corresponde en el crédito.
Se habla de solidaridad activa cuando cualquiera de los acreedores puede reclamar del
deudor o de cualquiera de los deudores, la íntegra prestación objeto de la obligación.
Art. 1.141,1: “Cada uno de los acreedores solidarios puede hacer lo que sea útil a los
demás, pero no lo que les sea perjudicial”
Art. 1.142: “El deudor puede pagar la deuda a cualquiera de los acreedores solidarios;
pero, si hubiere sido judicialmente demandado por alguno, a éste deberá hacer el pago”
Art. 1.143: “La novación, compensación, confusión o remisión de la deuda, hechas por
cualquiera de los acreedores solidarios o con cualquiera de los deudores de la misma clase,
extinguen la obligación...
El acreedor que haya ejecutado cualquiera de estos actos, así como el que cobre la
deuda, responderá a los demás de la parte que les corresponde de la obligación”
El crédito solidario, una vez satisfecho, pierde tal carácter. A partir del instante del
cobro, las relaciones internas entre los acreedores encuentran fundamento en las reglas de la
mancomunidad y no en las de la solidaridad.

La pluralidad de deudores: diversos supuestos y régimen jurídico

Se habla de mancomunidad pasiva cuando cada uno de los diversos deudores sólo está
obligado a cumplir la parte de la deuda que le corresponde.
Se habla de solidaridad pasiva en el caso de pluralidad de deudores, cuando todos y
cada uno de ellos quedan obligados a cumplir íntegramente la obligación.

Art. 1.141,2: “Las acciones ejercitadas contra cualquiera de los deudores solidarios,
perjudicarán a todos éstos”
Art.1.144: “El acreedor puede dirigirse contra cualquiera de los deudores solidarios o
contra todos ellos simultáneamente. Las reclamaciones entabladas contra uno no serán
obstáculo para las que posteriormente se dirijan contra los demás, mientras no resulte cobrada
la deuda por completo”.
Se ha de señalar que la reclamación sucesiva que permite el art. 1.144 ha de excluir el
abuso del derecho; de lo contrario se puede incurrir en cobro de la indebido.
Art. 542.1 LEC: “las sentencias, laudos y otros títulos judiciales obtenidos sólo frente a
uno o varios deudores solidarios no servirán de título ejecutivo frente a los deudores solidarios
que no hubiesen sido parte del proceso”.
Art. 1.145.1.2 “El pago hecho por uno de los deudores solidarios extingue la obligación.

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El que hizo el pago sólo puede reclamar a sus codeudores la parte que a cada uno le
corresponda, con los intereses del anticipo.
El crédito solidario, una vez satisfecho, pierde tal carácter. A partir del instante del pago,
las relaciones internas entre los deudores encuentran fundamento en las reglas de la
mancomunidad y no en las de la solidaridad.
Para garantizar la efectividad de la acción de regreso (reembolso) por parte del solvens
(deudor solidario que ha pagado), la ley (art. 1.210 CC) le concede la posibilidad de ejercitarla
con las mismas garantías con que contaba el acreedor, considerando que se subroga en el
crédito (deduciendo la cuota que le correspondía satisfacer).
Art. 1.145.3: “La falta de cumplimiento de la obligación por insolvencia del deudor
solidario será suplida por sus codeudores, a prorrata de la deuda de cada uno”.
Parece ser que no es necesario que el deudor haya sido declarado insolvente, bastando
simplemente el no pago, para que el solvens pueda exigir a los demás deudores solidarios el
prorrateo, incluyéndose en el cómputo del mismo.

Tema 4: El objeto de la obligación: La prestación

La prestación en general: requisitos.

Prestación es la conducta prometida por el obligado. Las cosas y servicios no


representan el objeto de la obligación, sino el contenido o el objeto de la actividad o del
comportamiento prometido por el deudor.
El Código civil a veces asimila las cosas y servicios al objeto de la obligación.
La prestación, para ser considerada idónea ha de reunir los siguientes requisitos:
- Posibilidad: art. 1.272: “No podrán ser objeto de contrato las cosas o
servicios imposibles”. Si la imposibilidad sobrevenida de la prestación es
imputable al deudor, la relación obligatoria subsistirá y por ello el deudor
habrá de hacer frente a la correspondiente indemnización de daños y
perjuicios.
- Licitud: art. 1.271.3: “Pueden ser igualmente objeto de contrato todos los
servicios que no sean contrarios a las leyes o a las buenas costumbres”.
- Determinación: art. 1.273: “El objeto de todo contrato debe ser una cosa
determinada en cuanto a su especie, la indeterminación en la cantidad no
será obstáculo para la existencia del contrato, siempre que sea posible
determinarla sin la necesidad de nuevo convenio entre los contratantes”.

Referencia a la clasificación de las obligaciones.

Nada.

Algunos tipos de obligaciones en atención a la prestación: positivas y negativas; de


actividad y de resultado; transitorias y duraderas; principales y accesorias; y de cantidad líquida
o ilíquida.

A) Positivas y negativas.

Es obligación positiva la obligación de dar y la obligación de hacer.


Es obligación negativa la de no hacer.

Reglas generales del Código civil a la obligación de dar:


- Art. 1.094: “El obligado a dar alguna cosa lo está también a conservarla con
la diligencia propia de n buen padre de familia.
- Art. 1.095: “El acreedor tiene derecho a los frutos de la cosa desde que
nace la obligación de entregarla. Sin embargo, no adquirirá derecho real
sobre ella hasta que le haya sido entregada”.
- Art. 1.096: “Cuando lo que deba entregarse sea una cosa determinada, el
acreedor, independientemente del derecho que le otorga el art. 1.101,
puede compeler al deudor a que realice la entrega. Si la cosa fuera
indeterminada o genérica, podrá pedir que se cumpla la obligación a

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expensas del deudor. Si el obligado se constituye en mora, o se halla


comprometido a entregar una misma cosa a dos o más personas diversas,
serán de su cuenta los casos fortuitos hasta que se realice la entrega”.

B) De actividad y de resultado

La obligación de hacer presupone el desarrollo de una actividad por parte del deudor,
que puede ser:
- Sin exigencia de un resultado concreto: obligación de actividad o de
medios.
- Con exigencia de un resultado concreto: obligación de resultado.
- Con especial consideración a la persona del deudor (personalísima) (1) o
bien sustituible (2):
- (1) Art. 1.161: “En las obligaciones de hacer el acreedor no podrá ser
compelido a recibir la prestación o el servicio de un tercero cuando la
calidad y circunstancias de la persona del deudor se hubiesen tenido en
cuenta al establecer la obligación”.
- (2) Art. 1.098: “Si el obligado a hacer alguna cosa no la hiciere, se
mandará hacer a su costa”.

Como criterio general la prestación tiene carácter negativo cuando el cumplimiento de


la misma determina una continuidad de la situación jurídica dimanante de la relación obligatoria
de la que trae causa. En otro caso, lo más seguro es calificar la obligación de positiva.

C) Transitorias y duraderas.

Son transitorias las que se realizan o agotan en un acto único. Se denominan


instantáneas o de tracto único: las que el cumplimiento de la íntegra prestación por el deudor
se lleva a cabo mediante la realización de un acto, sin que, posteriormente, exista vinculación
alguna entre deudor y acreedor.
Son duraderas las que presuponen una cierta continuidad temporal en su realización.
Se denominan:
- Obligaciones duraderas simples: las de tracto único pero aplazada.
- Obligaciones duraderas continuadas: las de tracto continuado
- Obligaciones duraderas periódicas: las de tracto sucesivo. Se satisface por
parte del deudor de forma regular las prestaciones parciales previstas en la
relación obligatoria.

D) Principales y accesorias

Obligaciones principales:

Menciones del Código civil:

Art. 1.154: “El juez modificará equitativamente la pena cuando la obligación principal
hubiera sido en parte o irregularmente cumplida por el deudor”.
Art. 1.155: “La nulidad de la cláusula penal no lleva consigo la de la obligación
principal”.
Art. 1.196: “Para que proceda la compensación, es preciso: 1.º Que cada uno de los
obligados lo esté principalmente, y sea a la vez acreedor principal del otro...”
Art. 1.207: “Cuando la obligación principal se extinga por efecto de la novación, sólo
podrán subsistir las obligaciones accesorias en cuanto aprovechen a terceros que no hubiesen
prestado su consentimiento”.
Art. 1.528: “La venta o cesión de un crédito comprende la de todos los derechos
accesorios, como la fianza, hipoteca, prenda o privilegio”.

Con dichas referencias se pretende demostrar la idea de la autonomía de


determinadas relaciones obligatorias, en cuanto que su existencia no depende de ninguna otra
obligación preexistente.

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Obligaciones accesorias:

Las que han nacido como meros añadidos o complementos de otra relación obligatoria
respecto de la cual se encuentran en situación de subordinación funcional.
Desaparecerán en el caso de que la obligación principal cause los efectos que le son
propios, o que se extinga o anule.
Suelen desempeñar la función de garantía del cumplimiento de la obligación principal.

E) Obligaciones de cantidad líquida e ilíquida

Menciones del Código civil:

Art. 1.169: “... sin embargo, cuando la deuda tuviere una parte líquida y otra ilíquida,
podrá exigir el deudor el pago de la primera sin esperar a que se liquide la segunda”.
Art. 1.196: “Para que proceda la compensación, es preciso:...4º Que sean líquidas y
exigibles...”

Se habla de obligación líquida cuando el montante de la prestación de dar se


encuentra determinado numéricamente. En la práctica la mayor parte son obligaciones
pecuniarias.
Cuando la cuantía de la obligación se ha de fijar por pronunciamiento judicial, nos
encontramos ante un deuda ilíquida. Se desconoce la cuantía exacta de la prestación debida.
La obligación ilíquida es inexigible e inejecutable y ello se utiliza recurrentemente por
el obligado para retrasar el pago efectivo de la obligación. Precisamente el art. 1.169 viene a
mitigar el campo de actuación de las obligaciones ilíquidas quebrando el principio de
indivisibilidad del pago.
La jurisprudencia entiende que pese a que no resulte expresado el montante exacto de
la prestación debida, la obligación es líquida se dicha cuantía precisa se puede obtener por
simples operaciones aritméticas.

Obligaciones divisibles e indivisibles

La divisibilidad o indivisibilidad de la obligación se deriva naturalmente de la propia


prestación (una obligación pecuniaria es naturalmente divisible).
Art. 1.169: “A menos que el contrato expresamente lo autorice, no podrá compelerse al
acreedor a recibir parcialmente las prestaciones en que consista la obligación...”, por lo que la
divisibilidad natural no conlleva la calificación de obligación divisible; solo es un
presupuesto necesario de la divisibilidad convencional de la obligación.
Art. 1.151: “Para los efectos de los artículos que preceden, se reputarán indivisibles las
obligaciones de dar cuerpos ciertos y todas aquellas que no sean susceptibles de cumplimiento
parcial. Las obligaciones de hacer serán divisibles cuando tengan por objeto la prestación de
un número de días de trabajo, la ejecución de obras por unidades métricas, u otras cosas
análogas que por su naturaleza sean susceptibles de cumplimiento parcial. En las obligaciones
de no hacer, la divisibilidad o indivisibilidad se decidirá por el carácter de la prestación en cada
caso particular”.
La doctrina actual defiende que se deben contraponer los cuerpos ciertos a los cuerpos
inciertos, que se determinan por su número, peso y medida, es decir, fungibles, los únicos
naturalmente divisibles.
Por lo general las obligaciones de no hacer serán indivisibles. Tal vez el elemento
temporal incorpore un factor de divisibilidad en las obligaciones negativas.
En caso de existir pluralidad de sujetos se plantean las cuestiones, respecto de la
obligación indivisible, de:
- Cómo ha de ser cumplida
- Cuál de los deudores ha de llevar a cabo la prestación
- Cuál de los acreedores puede exigir su cumplimiento.
Si es solidaria: cualquiera de los deudores o acreedores.
Si es mancomunada: se impone la actuación conjunta de los sujetos. Por ello la
doctrina habla de una tercera especie de obligación junto a las solidarias y las mancomunadas,
las obligaciones en mano común. En este sentido:

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- Art. 1.150: “La obligación indivisible mancomunada se resuelve en


indemnizar daños y perjuicios desde que cualquiera de los deudores falta a
su compromiso. Los deudores que hubiesen estado dispuestos a cumplir
los suyos, no contribuirán a la indemnización con más cantidad que la
porción correspondiente del precio de la cosa o del servicio en que
consistiese la obligación”.
- Art. 1.139: “Si la división fuese imposible solo perjudicarán al derecho de
los acreedores los actos colectivos de éstos, y solo podrá hacerse efectiva
la deuda procediendo contra todos los deudores. Si alguno de éstos
resultare insolvente, no estarán los demás obligados a suplir su falta”.

Tema 5: La determinación relativa de la prestación.

Introducción: la determinación y la indeterminabilidad de la prestación.-

Uno de los requisitos de la relación obligatoria consiste en la determinación de la


prestación.
El Código civil no hace referencia a ello , aunque sí en materia de contratos:
- Art. 1.273: “el objeto de todo contrato debe ser una cosa determinada en
cuanto a su especie”.
- Art. 1.455: “precio cierto en dinero o signo que lo represente”
- Art. 1.447: “Para que el precio se tenga por cierto bastará que lo sea con
referencia a otra cosa cierta o que se deje su señalamiento al arbitrio de
persona determinada. También se tendrá por cierto el precio en la venta de
valores, granos, líquidos y demás cosas fungibles, cuando se señale el que
la cosa vendida tuviera en determinado día, Bolsa o mercado, con tal de
que sea cierto ”
La doctrina propugna la traslación de estas proposiciones normativas al campo de las
obligaciones, entendiendo que el requisito de la determinación de la prestación no debe ser
entendido como exigencia ineludible del nacimiento de la obligación.
Así se dice que existe una determinación o indeterminación relativa, cuando la
prestación será determinable antes de su exigibilidad conforme a lo establecido en el propio
título constitutivo de la obligación.
La prestación puede ser determinada o determinable. Se pueden dar diversos
supuestos:
- Cuando la identificación del objeto de la prestación se realiza mediante
referencia a un género de cosas.
- Cuando la determinabilidad desaparece en virtud de un acto de elección
entre varias prestaciones posibles.
- Cuando se hace depender su determinación de circunstancias extrañas a
las partes de la obligación.
Es determinable la prestación cuando su concreción no dependa de futuras
actuaciones de las partes vinculadas por la relación obligatoria.

Las obligaciones genéricas.

Es genérica cuando la obligación recae sobre un objeto determinado únicamente


mediante su pertenencia a un género.
- Art. 1.167: “Cuando la obligación consista en entregar una cosa
indeterminada o genérica,...”
- Art. 875: “El legado de cosa genérica será válido, aunque no haya cosas de
su género en la herencia”.
Suelen recaer sobre las obligaciones de dar, aunque no necesariamente.
Tampoco se ha de tratar necesariamente de cosas o servicios muebles y/o fungibles
aunque es lo más común.
Obligación genérica se contrapone a específica en cuanto a que ésta se encuentra
perfectamente individualizada:

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- Art. 1.166,1: “El deudor de una cosa no puede obligar a su acreedor a que
reciba otra diferente, aun cuando fuere de igual o mayor valor que la
debida”.
La obligación genérica será de género limitado cuando se determine, además de por
su género, por otras circunstancias o datos que delimitan el objeto de la obligación. Este tipo de
obligaciones son más frecuentes que las genéricas ordinarias.
No es extraña la dificultad de determinar la cosa a entregar en las obligaciones
genéricas, por:
- Que haya nacido de responsabilidad extracontractual
- Imprevisión de las partes
Ante la dificultad expresada se establece la regla de la calidad media:
- Art. 1.167 in fine: “Cuando la obligación consista en entregar una cosa
indeterminada o genérica, cuya calidad y circunstancias no se hubiesen
expresado, el acreedor no podrá exigirla de calidad superior, ni el deudor
entregarla de la inferior”
La pérdida de la cosa, que en el caso de obligación específica supondría la extinción
de la obligación (art. 1.182) por imposibilidad de cumplimiento (si no se debe a dolo, culpa o
mora del deudor), en las obligaciones genéricas no es en si misma significativa. El deudor
queda obligado a realizar la entrega mediante la consecución de una cosa que corresponda
con la prestación debida, aunque haya de buscarla fuera de su patrimonio. Nada dice el CC de
ello.
Sobre quien determina (concentra, concreta o especifica según el autor) la prestación
genérica nada dice el CC, aunque numerosos autores opinan que le correspondería al deudor
(favor debitoris), pero con el consentimiento del acreedor.
La especificación suele coincidir con el momento solutorio aunque cabe antes si así se
previó en el título constitutivo o porque las plurales prestaciones genéricas consideradas
devengan todas ellas imposibles salvo una.

Las obligaciones alternativas.

Son simples las obligaciones cuando la prestación prevista es única.


Son complejas cuando existe una multiplicidad de objetos o comportamientos en la
obligación, que a su vez pueden ser:
- Cumulativas: si son todos ellos exigibles y hasta que no se ejecute rodas
las prestaciones no se encontrará liberado el deudor.
- Alternativas: el deudor cumple la obligación ejecutando cualquiera de las
prestaciones.
Respecto de las obligaciones alternativas el CC establece:
- Art. 1.131: “El obligado alternativamente a diversas prestaciones debe
cumplir por completo una de ésta. El acreedor no puede ser compelido a
recibir parte de una y parte de otra”.
- Art. 1.132,1: “la elección corresponde al deudor, a menos que
expresamente se hubiese concedido al acreedor”
- Art. .1.136: “Cuando la elección hubiere sido expresamente atribuida al
acreedor, la obligación cesará de ser alternativa desde el día en que
hubiese sido notificada al deudor...”. se convertirá en simple.
- Mientras la concentración no haya tenido lugar, la imposibilidad de
realización de alguna de las prestaciones resulta intrascendente para la
liberación del deudor, quien quedará liberado de la obligación, si por
causas que no le sean imputables, resulta imposible el cumplimiento de la
prestación seleccionada. (reglas arts. 1.134 a 1.136). Si por el contrario (art.
136.2) “la pérdida de la cosa hubiese sobrevenido por culpa del deudor, el
acreedor podrá reclamar cualquiera de las que subsistan o el precio de la
que, por culpa de aquél, hubiera desaparecido”.

Obligaciones facultativas o con facultad de sustitución.

No se refiere a ellas el CC. Doctrinalmente se trata de aquellas obligaciones en que


existe una sola prestación, pero el deudor cuenta con la posibilidad de llevar a cabo otra

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diversa llegado el momento del pago. El art. 1.166 parece excluir su existencia, si bien está
claro actualmente su carácter dispositivo.
Dado que realmente existe una sola prestación en la relación obligatoria, en caso de
resultar imposible su cumplimiento por causas no imputables al deudor, la obligación se
extingue y también la prestación facultativa.

Tema 6: Las deudas pecuniarias

Las obligaciones pecuniarias.

Son aquellas que consisten en pagara un suma de dinero, considerado este como
mera unidad de valor y por referencia a unidades monetarias jurídicamente establecidas (ya se
trate de dinero legal o dinero fiduciario).
Prácticamente todas las relaciones contractuales tienen por objeto la consecución de
una suma de dinero. La mayor parte de los supuestos de responsabilidad contractual y las
indemnizaciones por daños y perjuicios se convierten en una reparación pecuniaria.
No se han de considerar deudas pecuniarias:
- Las llamadas deudas monetarias, que consisten en la entrega de una o
varias especies monetarias individualmente determinadas o especificadas
atendiendo al valor numismático, simbólico o afectivo.
- Las obligaciones de especie monetaria: estaríamos ante una obligación
genérica limitada (ej.: pago en monedas de 100 ptas. con la efigie de
Franco).
La normativa sobre las obligaciones pecuniarias adolecen de una sistemática
legislativa.

Funciones económicas y significado jurídico del dinero

Jurídicamente el dinero es fundamentalmente el medio de pago jurídicamente


reconocido.
Económicamente es el medio o valor de cambio por excelencia.
Distinciones clásicas del valor del dinero:
- Valor intrínseco: es el propio valor del metal que componía las monedas,
actualmente de escaso interés.
- Valor legal: el atribuido por le propio Estado que lo legitima.
- Valor en curso: refleja las oscilaciones producidas en el valor de las cosas
por efecto de la oferta y la demanda.
Además de curso legal, el papel moneda tiene curso forzoso (Ley 9 de nov. De 1939)
pues además de ser medio legal de cambio y pago, nadie puede requerir a otro a la entrega de
unidades metálicas por conversión del valor legal del papel moneda.
Para el Derecho privado el dinero es:
- Un bien mueble: Art. 335: “Se reputan bienes muebles los susceptibles de
apropiación no comprendidos en el artículo anterior, y en general todos los
que se puedan transportar de un punto a otro sin menoscabo de la cosa
inmueble a la que estuvieran unidos”.
- Un bien fungible: Art. 337: “Los bienes muebles son fungibles o no
fungibles. A la primera especie pertenecen aquellos de que no pueden
hacerse el uso adecuado a su naturaleza sin que se consuman; a la
segunda especie corresponden todos los demás”.
- Un bien productivo: pues generan frutos civiles representados por los
intereses. (art. 354)
Son características propias de las obligaciones pecuniarias:
- Es la obligación genérica por excelencia. No se puede dar la extinción de la
obligación pecuniaria por imposibilidad sobrevenida. (Art. 1.182 contrario
sensu).
- Es requisito único el que sea de curso legal.
- La indemnización por incumplimiento de la obligación pecuniaria consistirá,
salvo pacto en contrario, en el pago de intereses (art. 1.108).

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El principio nominalista y su corrección

La doctrina y la jurisprudencia han deducido de la regulación concreta del préstamo,


que, en materia de obligaciones pecuniarias, rige el principio nominalista: el deudor cumplirá
entregando el valor nominal o el importe exacto de unidades monetarias contemplado en el
título constitutivo de la obligación.
- Art.1.753: “El que percibe en préstamo dinero u otra cosa fungible, adquiere su
propiedad, y está obligado a devolver al acreedor otro tanto de la misma especie”
Siendo una regla económicamente injusta, facilita el tráfico económico y jurídico, según
parte de la doctrina. Si se atendiera al valor real o adquisitivo del dinero se producirían
innumerables pleitos, pues se convertirían prácticamente todas las deudas en deudas de valor.
(Se habla de deudas de valor en los supuestos en los que la suma de dinero a entregar no se
encuentra directamente determinada en el título constitutivo de la obligación y se deberá
determinar a posteriori como equivalente económico o medida de valor de otro bien).
Los críticos a este principios consideran que:
- La justicia no se debe siempre plegar a la seguridad del tráfico cuando hay
terceros perjudicados.
- Los principios reguladores del préstamo no tienen porqué elevarse a regla
general. ¿Porqué no se eleva a norma general el art. 1.478? (por el que el
vendedor deberá restituir ”...el precio que tuviere la cosa vendida al tiempo
de la evicción, ya sea mayor o menor que el de la venta...”).
Actualmente se establecen cláusulas de actualización o estabilización que
garantizan el justo equilibrio entre las prestaciones en las relaciones obligatorias de carácter
duradero. Llegado el momento de cumplimiento la obligación pecuniaria se actualizará
tomando como punto de referencia el precio de un bien o unos índices estadísticos de mayor
objetividad.
Las partes son libres de fijar el criterio actualizador. Son conocidas a nivel doctrinal y
jurisprudencial las siguientes:
- Cláusulas de valor en especie
- Cláusulas de valor oro o plata
- Cláusulas de moneda extranjera
- Cláusulas de escala móvil o de índices variables: que se suelen identificar
con los índices publicados por el INE.
Hasta hace escasas décadas se negaba la validez de las cláusulas correctoras de la
pérdida de valor del importe nominal de las deudas pecuniarias, cosa que actualmente no se
plantea, (se decía que semejante práctica atentaba contra el orden público y contra la
economía nacional a través del deterioro y descrédito del propio valor de la moneda en curso).
Así la STS de 23 de febrero de 1963 establece: “las cláusulas de estabilización, cuya validez
ha sido plenamente aceptada por la jurisprudencia en el campo del Derecho civil,...., se
fundan... en la justicia conmutativa que demanda la equivalencia de las prestaciones de las
partes en los contratos onerosos, estimándose como más justo el sistema de señalar en los
pagos de tracto sucesivo un precio variable que se determina en proporción a ciertos índices...”

La deuda de intereses

El dinero es un bien productivo. Art. 355 CC: “Son frutos naturales las producciones
espontáneas de la tierra, y las crías y demás frutos de la tierra. Son frutos industriales los que
producen los predios de cualquier especie del cultivo o del trabajo. Son frutos civiles el alquiler
de los edificios, el precio del arrendamiento de tierras y el importe de las rentas perpetuas,
vitalicias u otras análogas”.
La obligación de pagar intereses se configura como una obligación accesoria, que
requiere una de dos:
- Que se haya pactado. (No obstante lo establecido en el Art. 1,145,2: “El
que hizo el pago sólo puede reclamar de sus codeudores la parte que a
cada uno le corresponda, con los intereses del anticipo”).
- Que el deudor de la obligación pecuniaria se halle constituido en mora.
Art. 1.108: “la indemnización de daños y perjuicios, no habiendo pacto en
contrario, consistirá en el pago de los intereses convenidos, y a falta de
convenio, en el interés legal”.

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Para que se constituya en mora el deudor, la obligación ha de ser líquida; la


iliquidez de la cantidad adeudada es incompatible con la declaración de
mora del deudor.
Las partes puede pactar un tipo de interés inferior o superior al legal. El Código civil no
tiene, ni ha tenido, norma que estableciese una barrera a partir de la cual el interés fijado se
considerara usurario. El art. 315 del Código de Comercio: “... podrá pactarse el interés del
préstamo sin tasa ni limitación de ninguna especie”.
La Ley de represión de la usura de 23 de julio de 1908 (Ley Azcárate), hoy vigente,
declara: art. 1: “Será nulo todo contrato de préstamo en que se estipule un interés
notablemente superior al normal del dinero...”. Hoy, conforme a la jurisprudencia, sólo se
pueden considerar como usurarios los tipos cercanos al 30% anual.

Anatocismo (interés del interés): ¿los intereses vencidos generan a su vez el interés
pecuniario fijado para la obligación pecuniaria?:
- Art. 1.109.1: “Los intereses vencidos devengan el interés legal desde que son
judicialmente reclamados, aunque la obligación haya guardado silencio sobre este
punto”. A sensu contrario viene a admitir que las partes puedan pactar expresamente
que los intereses pactados puedan generar intereses.
El Código de Comercio muestra un notorio disfavor hacia el anatocismo legal:
- Art. 317 C. de Comercio: “...en el préstamo de naturaleza mercantil, los intereses
vencidos y no pagados no devengarán interés...”
- Art. 319 C. de Comercio: “...interpuesta una demanda no podrá hacerse la
acumulación de intereses al capital para exigir mayores réditos”.
Pero lo que si hace el Código de Comercio es legitimar el anatocismo convencional o
pactado:
- Art. 317.2: “los contratantes podrán, sin embargo, capitalizar los intereses líquidos y
no satisfechos, que, como aumento de capital, devengarán nuevos réditos”; cosa que
es uso normal en la práctica bancaria.

El interés legal: la Ley 24/1984, de 29 de junio, sobre modificación del tipo del interés
legal del dinero establece:
- Se identifica interés legal con el tipo básico del Banco de España, salvo que la Ley
de presupuestos establezca uno diferente, cosa que hace anualmente.
- Será aplicable cualquiera que sea la naturaleza del acto o contrato de que se
derive la obligación.
Pero las sucesivas Leyes de Presupuestos han previsto para su anualidad
correspondiente un interés de demora a favor de la Administración tributaria que supera entre
un 20 y un 36 % al tipo fijado en cada año como interés legal del dinero, (en el año 2000 el
interés legal es del 4,25% pero el de demora para deudas tributarias del 5,5%) cosa claramente
criticable.
Cada vez es más frecuente en las operaciones contractuales fijar el interés convencional
por referencia al interés legal, incrementándolo en x puntos.
Previsiones normativas en las que se toma como índice base el interés legal:
- Art. 921 de la Ley de Enjuiciamiento civil: cuando una resolución judicial condene al
pago de una cantidad líquida, ésta devengará a favor del acreedor, desde que se
dicta la sentencia en primera instancia, un interés anual igual al del interés legal del
dinero incrementado en dos puntos. (Se trata de intereses punitivos o
sancionadores. Estos intereses nacen ope legis es decir sin necesidad de petición
o expresa condena).
- La Ley 19/1985, de 16 de julio, Cambiaria y del Cheque establece que los
tenedores de letras de cambio o de cheques que no resulten atendidos una vez
que sean presentados al pago tendrán derecho a cobrar el importe nominal mas los
réditos de dicha cantidad calculados al tipo de interés legal aumentado en dos
puntos.
El devengo de intereses ha de calcularse año por año, aunque algún autor ha
defendido que el interés inicial o del primer año es el aplicable contradiciendo lo
indicado en el art. 1.113

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Tema 7: El cumplimiento de las obligaciones (I)

Concepto, naturaleza y requisitos del pago o cumplimiento

Art. 1.156 : “Las obligaciones se extinguen: Por el pago o cumplimiento...”.


Se trata de la causa de extinción normal o por antonomasia.
El pago debe calificarse como un acto cuyo carácter voluntario corre paralelo con el de
ser un acto debido.
Para que el cumplimiento extinga la obligación, el acreedor ha de verse satisfecho
mediante la realización exacta de la prestación.
Son requisitos del pago:
- La identidad
- La integridad
- La indivisibilidad

a) Identidad: Art. 1.166,1: “El deudor de una cosa no puede obligar a su acreedor a
que reciba otra diferente, aun cuando fuere de igual o mayor valor que la debida.
Tampoco en las obligaciones de hacer podrá ser sustituido un hecho por otro
contra la voluntad del acreedor”. En la práctica, en los supuestos límite en que las
partes discuten sobre aspectos de detalle, cuando las diferencias entre las
prestación debida y la prestación ofrecida no son relevantes o de consideración, el
acreedor no debe oponerse al pago.

b) Integridad: Art. 1.157 CC: “No se entenderá pagada una deuda sino cuando
completamente su hubiera entregado la cosa o hecho la prestación en que la
obligación consistía”.
La integridad de la prestación supone además:
- En las obligaciones de dar, la entrega de la cosa adeudada y sus frutos y
accesorios (art. 1.095 y 1.097)
- En las obligaciones pecuniarias que generen intereses alcanzará al
principal y los intereses vencidos (art. 1.173)

c) Indivisibilidad: Art. 1.169: “A menos que el contrato expresamente lo autorice, no


podrá compelerse al acreedor a recibir parcialmente las prestaciones en que
consista la obligación...”.

La indivisibilidad de la prestación puede ser excluida:


- Convencionalmente, por acuerdo de las partes en el propio título
constitutivo de la obligación o como derivación necesaria de la propia
naturaleza de la relación obligatoria. Art. 1.592: “El que se obliga a hacer
una obra por piezas o por medida, puede exigir del dueño que la reciba por
partes y que le pague en proporción. Se presume aprobada y recibida la
parte satisfecha”.
- En el momento del pago por parte del deudor, entendiendo que la
obligación originaria sigue subsistiendo por el resto de la cantidad
adeudada sin que haya novación alguna de la relación obligatoria.
- Excepciones contempladas en la Ley:
- Deuda con parte líquida y con parte ilíquida: art. 1.169.2: “Sin
embargo, cuando la deuda tuviere una parte líquida y otra ilíquida,
podrá exigir el deudor el pago de la primera sin esperar a que se
liquide la segunda”
- En la obligaciones mancomunadas: Art. 1.138 CC: “Si el texto de
las obligaciones a que se refiere el artículo anterior no resulta otra
cosa, el crédito o la deuda se presumirán divididos en tantas partes
iguales como acreedores o deudores haya, reputándose créditos o
deudas distintos unos de otros.
- En la fianza común: Art. 1.837: “Siendo varios los fiadores de un
mismo deudor y por una misma deuda, la obligación a responder
de ella se divide entre todos. El acreedor no puede reclamar a cada

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fiador sino la parte que le corresponda satisfacer, a menos que se


haya estipulado expresamente la solidaridad”.
- En el prorrateo del pago: Art. 1.174: “Cuando no pueda imputarse
el pago según las reglas anteriores, se estimará satisfecha la
deuda más onerosa al deudor entre las que estén vencidas. Si
éstas fueren de igual naturaleza o gravamen, el pago se imputará a
todas a prorrata”

Circunstancias del pago: tiempo, lugar y gastos.

1) Momento temporal del cumplimiento: el previsto en el título constitutivo de la


obligación (contrato) o desde el momento de su nacimiento (responsabilidad
extracontractual).
- Obligaciones puras: art. 1.113: “Será exigible desde luego toda obligación
cuyo cumplimiento no dependa de un suceso futuro o incierto, o de un suceso
pasado, que los interesados ignoren”
- Obligaciones puras mercantiles: art. 62 Código de comercio: “...serán
exigibles a los diez días después de contraídas, si sólo produjeran acción
ordinaria, y el día inmediato si llevaren aparejada ejecución”.
- Obligaciones con condición suspensiva o término inicial:
- Art. 1.114: “En las obligaciones condicionales la adquisición de los
derechos, así como la resolución o pérdida de los ya adquiridos,
dependerán del acontecimiento que constituya la obligación”.
- Art. 1.125: “Las obligaciones para cuyo cumplimiento se haya señalado un
día cierto, solo serán exigibles cuando el día llegue...”.
- Obligaciones sometidas a término esencial: Denominación doctrinal (nada
dice el Código civil) que se refiere a que el cumplimiento de ciertas
obligaciones excluye de forma absoluta que se pueda llevar a cabo con
posterioridad a la fecha o el día señalado.
- Obligaciones sometidas a plazo a voluntad del deudor: Art. 1.128: “Si la
obligación no señalare plazo, pero de su naturaleza y circunstancias se
dedujere que ha querido concederse al deudor, los Tribunales fijarán la
duración de aquél. También fijarán los Tribunales la duración del plazo cuando
éste haya quedado a voluntad del deudor”. No es aplicable a las obligaciones
mercantiles: Art. 61 C. de Comercio: “no se reconocerán términos de gracia o
cortesía u otros que, bajo cualquier denominación difieran (o retrasen) el
cumplimiento de las obligaciones mercantiles, sino lo que las partes hubieran
prefijado en el contrato, o se apoyaren en una disposición terminante de
Derecho”.
- Obligaciones aplazadas o a término final:
- se puede producir la anticipación del vencimiento: Art. 1.129: “Perderá
el deudor todo derecho a utilizar el plazo: 1º Cuando, después de contraída
la obligación, resulte insolvente, salvo que garantice la deuda. 2º Cuando
no otorgue el acreedor las garantías que estuviese comprometido. 3º
Cuando por actos propios hubiese disminuido aquellas garantías después
de establecidas, y cuando por caso fortuito desaparecieran, a menos que
sean inmediatamente sustituidas por otras nuevas e igualmente seguras.
- Es factible el cumplimiento anticipado de las obligaciones aplazadas,
bien sea por iniciativa del acreedor, del deudor o por acuerdo entre ambos.
(Está excluida esta posibilidad en las obligaciones a término esencial). Art.
1.126: “Lo que anticipadamente se hubiese pagado en las obligaciones a
plazo, no se podrá repetir. Si el que pagó ignoraba, cuando lo hizo, la
existencia de plazo, tendrá derecho a reclamar del acreedor los intereses o
los frutos que éste hubiera percibido.” (repetir = exigir la devolución)

2) Lugar del cumplimiento: art. 1.171: “El pago deberá ejecutarse en el lugar que
hubiese designado la obligación. No habiéndose expresado y tratándose de
entregar una cosa determinada, deberá hacerse el pago donde ésta existía en el

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momento de constituirse la obligación. En cualquier otro caso, el lugar del pago


será el del domicilio del deudor”.

3) Gastos del pago: art. 1.168: “Los gastos extrajudiciales que ocasione el pago
serán de cuenta del deudor. Respecto de los judiciales, decidirá el Tribunal con
arreglo a la ley de Enjuiciamiento Civil”.
Excepciones:
- Art. 1.465: “Los gastos para la entrega de la cosa vendida serán de cuenta
del vendedor, y los de su transporte o traslación de cargo del comprador,
salvo el caso de estipulación especial”.
- Art. 1.728: “El mandante debe anticipar al mandatario, si éste lo pide, las
cantidades necesarias para la ejecución del mandato...”
- Art. 1.779: “El depositante está obligado a reembolsar al depositario los
gastos que haya hecho para la conservación de la cosa depositada y a
indemnizarle de todos los perjuicios que se le hayan seguido del depósito”.

Sujetos del pago: en particular, el pago hecho por tercero o el pago al tercero

Se suele nombrar como sujeto activo al acreedor y como sujeto pasivo el deudor,
aunque en el momento del pago el que actúa es el deudor (sujeto activo del cumplimiento).
Mejor, para evitar confusiones:
- Solvens: el que realiza el pago o deudor
- Accipiens el receptor del cumplimiento o acreedor.
Entenderemos como pago del tercero el realizado por una persona diferente al
deudor, y como pago al tercero como el realizado a persona distinta al acreedor. En el caso
en que el que asuma el papel de acreedor o deudor lo haga en representación no
estaremos ante un caso de intervención de tercero en el cumplimiento.

a) Capacidad del solvens y del accipiens:


Art. 1.160: “En las obligaciones de dar no será válido el pago hecho por quien no tenga
libre disposición de la cosa debida y capacidad para enajenarla. Sin embargo, si el
pago hubiera consistido en una cantidad de dinero o cosa fungible, no habrá repetición
contra el acreedor que la hubiese gastado o consumido de buena fe.
Art. 1.163.1: “El pago hecho a una persona incapacitada para administrar sus bienes
será válido en cuanto se hubiere convertido en su utilidad.”

b) El pago del tercero:


Art. 1.158: “Puede hacer el pago cualquier persona, tenga o no interés en el
cumplimiento de la obligación, ya lo conozca y lo apruebe, o ya lo ignore el deudor. El que
pagare por cuenta de otro podrá reclamar del deudor lo que hubiese pagado, a no haberlo
hecho contra su expresa voluntad. En este caso sólo podrá repetir del deudor aquello en que le
hubiera sido útil al pago” . (Salvo en el caso de las obligaciones personalísimas contemplado
en el art. 1.161). El deudor no queda liberado, debiendo ajustar cuentas con el solvens.
En este sentido sigue el CC:
- Art. 1.159: “El que pague en nombre del deudor, ignorándolo éste, no podrá
compeler al acreedor a subrogarle en sus derechos”.
- Art. 1.209: “La subrogación de un tercero en los derechos del acreedor no
puede presumirse fuera de los casos expresamente mencionados en este
Código. En los demás será necesario establecerla con claridad para que
produzca efecto.
- Art. 1.210: “Se presumirá que hay subrogación: 1º Cuando un acreedor pague
a otro preferente. 2º Cuando un tercero, no interesado en la obligación, pague
con aprobación expresa o tácita del deudor. 3º Cuando pague el que tenga
interés en el cumplimiento de la obligación, salvo los efectos de la confusión
en cuanto a la porción que le corresponda”.
- Art. 1.212: “La subrogación transfiere al subrogado el crédito con los derechos
a él anexos, ya contra el deudor, ya contra terceros, sean fiadores o
poseedores de las hipotecas”.
De lo anterior deducimos que con el pago por tercero se puede mantener la obligación
simplemente sustituyendo al titular del derecho de crédito (subrogación) o bien extinguirse la

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obligación preexistente generando una nueva obligación (acción de reembolso o de


reintegro)

c) Pago al tercero:
Art. 1.162: “El pago deberá realizarse a la persona a cuyo favor estuviese constituida
la obligación, o a otra autorizada para recibirla en su nombre”
Art. 1.164: “El pago hecho de buena fe al que estuviere en posesión del crédito,
liberará al deudor.
Art. 1.163.2: “También será válido el pago hecho a un tercero en cuanto se hubiere
convertido en utilidad del acreedor”. El pago al tercero no es liberatorio, pero si a
través de este el acreedor llega a recibir la prestación, el pago habrá sido útil y, en
consecuencia, válido.

Tema 8: El cumplimiento de las obligaciones (II)

La imputación de pagos

Art. 1.172: “El que tuviere varias deudas de una misma especie a favor de un solo
acreedor, podrá declarar, al tiempo de hacer el pago, a cuál de ellas debe aplicarse.
Si aceptare del acreedor un recibo en que se hiciese la aplicación del pago, no podrá
reclamar contra ésta, a menos que hubiera mediado causa que invalide el contrato”.
Art. 1.174: “Cuando no pueda imputarse el pago según las reglas anteriores, se
estimará satisfecha la deuda más onerosa al deudor entre las que estén vencidas.
Si estas fueren de igual naturaleza y gravamen, el pagos se imputará a todas a
prorrata”.

Estamos ante obligaciones genéricas (sobre todo pecuniarias), quedando excluidas del
caso las de dar específicas y las de hacer.
Se puede producir la Equivocidad del pago en el caso previsto en el art. 1.172 cuando
el solvens en el momento del pago no indica a cual de las deudas exigibles, o sea vencidas, se
aplicará o el acreedor no entregue recibo que lo especifique.
Reglas de atribución:
1.º El deudor en el momento de hacer el pago.
Se ha de respetar los principios de identidad, integridad e indivisibilidad del
pago.
Además se observará el carácter accesorio de la obligación de intereses:
Art. 1.173: “Si la deuda produce interés, no podrá estimarse hecho el pago
por cuenta del capital mientras no estén cubiertos los intereses”
2.º El acreedor mediante presentación de recibo si lo aceptare el deudor.
Art. 1.110: “El recibo del capital por el acreedor, sin reserva alguna
respecto de los intereses, extingue la obligación del deudor en cuanto a
éstos. El recibo del último plazo de un débito, cuando el acreedor no hiciere
reservas, extinguirá la obligación en cuanto a plazos anteriores.
3.º En los supuestos que ni el deudor ni el acreedor hayan imputado el pago,
dos reglas:
- Se entenderá satisfecha la más onerosa (gravosa) para el deudor.
Se atenderá al tipo de interés, la garantía de la deuda y la
existencia de cláusulas penales o resolutorias.
- Si fueran las deudas igual de onerosas, el pago se imputará a
todas por prorrata (reparto proporcional) entre todas las
legalmente exigibles. (es una excepción a la regla de la
indivisibilidad del pago).

La dación en pago.

Llegado el momento del cumplimiento, no encontrándose el deudor en condiciones de


ejecutar la prestación debida, pueden convenir las partes sustituir la prestación debida por otra,
aunque dicha eventualidad no estuviera contemplada en el contrato.
Se trata pues de una renegociación (o negociación) del crédito o de la deuda.

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En ocasiones supondrá la celebración de un contrato de carácter novatorio de la


relación previamente establecida; en otras será un acto de cumplimiento del deudor que el
acreedor da por bueno y tiene plena eficacia resolutoria.
El pacto renovado entre ambos puede plantearse de dos formas:
- Dación en pago: Se cumple la obligación mediante la entrega de algo o
prestación.
- Pago por cesión de bienes: Se asegura el cumplimiento mediante la
entrega de bienes al acreedor para que este los enajene y aplique el
producto de la venta al pago de la obligación originaria.

La dación en pago no está regulada directamente en el CC pero no es desconocida la


figura (arts. 1.521, 1.636 y 1,849).
La jurisprudencia deduce que para que se pueda considerar cumplida una obligación
mediante el recurso de la dación en pago deben cumplirse dos requisitos:
- Acuerdo entre las partes en dar por extinguida la obligación preexistente y
sin dar origen a una nueva. Se excluye la novación.
- Transmisión o entrega simultánea del objeto de la nueva prestación. En el
caso de que el deudor sólo se comprometiera a su entrega nos
encontraríamos ante un caso de novación.

El pago por cesión de bienes.

Art. 1.1751.1: “El deudor puede ceder sus bienes a los acreedores en pago de sus
deudas. Esta cesión , salvo pacto en contrario, sólo libera a aquél de la responsabilidad por
el importe líquido de los bienes cedidos”.
El deudor no transmite la propiedad de los bienes cedidos a sus acreedores, sino que
simplemente les apodera (generalmente de forma irrevocable) para enajenarlos y convertirlos
en dinero.
Se pueden distinguir:
- Cesión de bienes judicial: sometida a unas reglas de carácter imperativo
que encuentran su fundamento en los supuestos de suspensión de pagos,
quita o espera, concurso de acreedores o quiebra. Art. 1.175.2. “Los
convenios que sobre el efecto de la cesión se celebren entre el deudor y
sus acreedores se ajustarán a las disposiciones del título XVII de este libro,
y a lo que establece la Ley de Enjuiciamiento Civil”
- Cesión de bienes convencional o extrajudicial: está sometida a las
reglas propias de la autonomía privada, sólo supletoriamente por las
normas generales de la contratación o del Derecho de obligaciones. La
cesión no puede ser realizada en fraude de los demás acreedores si estos
existieran.

Mora creditoris, ofrecimiento de pago y pago por consignación.

Mora del acreedor: Se produce en los supuestos en que, pese a la disponibilidad del
deudor, el cumplimiento de la obligación no puede llevarse a cabo por causas atinentes al
acreedor;
La mora del acreedor traerá consigo:
- El retraso en el cumplimiento no hará nacer la mora del deudor.
- En las obligaciones pecuniarias cesará la generación de intereses.
- La imposibilidad sobrevenida de la prestación sin culpa del deudor operará
en perjuicio del acreedor.
- El acreedor constituido en mora deberá abonar todos los gastos derivados
de a conservación y custodia de la cosa debida.
Art. 1.176: “Si el acreedor a quien se hiciere el ofrecimiento de pago se negare sin
razón a admitirlo, el deudor quedará libre de responsabilidad mediante la consignación de la
cosa debida. La consignación por sí sola producirá el misma efecto cuando se haga estando el
acreedor ausente o cuando esté incapacitado para recibir el pago en el momento en que
deba hacerse, y cuando varias personas pretendan tener derecho a cobrar, o se haya
extraviado el título de la obligación”.
Del artículo anterior se deduce:

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- La mora del acreedor no requiere conducta culposa de aquél.


- La mora del acreedor no requiere que el acreedor sea interpelado por el
deudor, sino que basta con el ofrecimiento de pago.
- Antes de proceder a la consignación, el deudor debe haber ofrecido el
pago al acreedor y éste haberse negado sin razón a admitirlo.

Ofrecimiento de pago: Requisitos:


- Ha de ser incondicional
- Ha de estar dirigido al acreedor o la persona autorizada a recibir la
prestación en su nombre
- Ha de hacerse en el momento oportuno
- Ha de hacerse en el lugar establecido para el pago
- La prestación ofrecida ha de ser íntegra e idéntica a la que constituye el
objeto de la obligación. No es eficaz el ofrecimiento de cantidad inferior a la
debida.
El ofrecimiento de pago se puede realizar de cualquier manera pero para acreditarlo
conviene preconstituir la prueba (por ejemplo transferencia bancaria o asistencia de Notario).

La consignación:
Los casos de consignación directa que se deducen del art. 1.176 son:
- La ausencia.
- La incapacidad.
- Cuando varias personas pretendan el derecho a cobrar.
La doctrina ha extendido a otras las causa de consignación directas:
- Negativa a dar recibo del pago
- Acreedor desconocido
- Cuando no se presentara el acreedor en el lugar y momento convenidos o
designado por la ley.
Art. 1.177: “Para que la consignación de la cosa debida libere al obligado, deberá ser
previamente anunciada a las personas interesadas en el cumplimiento de la obligación. La
consignación será ineficaz si no se ajusta estrictamente a las disposiciones que regulan el
pago”.
Art. 1.178: “La consignación se hará depositando las cosas debidas a disposición de la
Autoridad judicial, ante quien se acreditará el ofrecimiento en su caso y el anuncio de la
consignación en los demás. Hecha la consignación, deberá notificarse también a los
interesados”.
Art. 1.179: “Los gastos de la consignación, cuando fuere procedente, serán por cuenta
del acreedor”.
Art. 1.180: “Hecha debidamente la consignación, podrá el deudor pedir al juez que
mande cancelar la obligación.”
Aunque el legislador del Código pensaba en la consignación de cosas muebles, la
postura doctrinal actual admite la de cosas inmuebles, aunque en nuestro ordenamiento
existen dificultades de orden material y procesal para proceder a ella.
Las disposiciones reglamentarias reguladoras de los pagos, depósitos y
consignaciones judiciales sólo se refieren a dinero y cheques.

Prueba y justificación del pago.

Art. 1.214: “Incumbe la prueba de las obligaciones al que reclama su cumplimiento, y


la de su extinción al que la opone”.
Art. 1.215: “Las pruebas pueden hacerse: por instrumentos, por confesión, por
inspección personal del juez, por peritos, por testigos y por presunciones”.
El instrumento corriente de la prueba del pago es el recibo: declaración escrita que
hace el acreedor de haber recibido la prestación que se le debía.

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Tema 9: El incumplimiento de las obligaciones

Los diferentes tipos de incumplimiento.

a) Incumplimiento propio y absoluto: falta absoluta de cumplimiento o


incumplimiento total.
b) Incumplimiento impropio o relativo: cumplimiento defectuoso e inexacto
El Código civil ignora esta clasificación; solo parte de la base de que cualquier
contravención de la relación obligatoria será considerada como falta de cumplimiento y dará
lugar al resarcimiento:
- Art. 1.101: “Quedan sujetos a indemnización de los daños y perjuicios
causados los que en el cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en
dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier modo contravinieren
el tenor de aquella”

En particular la mora del deudor. Concepto, clases y efectos de la mora del deudor.

Se entiende por mora o demora el retraso en el cumplimiento de la obligación; en


sentido jurídico solo es mora el retardo culpable, que no quita la posibilidad de cumplimento
tardío.
Solo tendrá sentido hablar de mora cuando el cumplimiento, aunque tardío, resulte
satisfactorio para el acreedor, al mismo tiempo que la falta del cumplimiento puntual sea
imputable al deudor.

Art. 1.100: “Incurren en mora los obligados a entregar o a hacer alguna cosa desde
que el acreedor les exija judicial o extrajudicialmente el cumplimiento de su obligación. No será,
sin embargo, necesaria la intimación del acreedor para que la mora exista: 1.º Cuando la
obligación o la ley lo declaren así expresamente
2.º Cuando de su naturaleza y circunstancias resulte que la designación de la época en
que había de entregarse la cosa o hacer el servicio, fue motivo determinante para establecer la
obligación.
En las obligaciones recíprocas ninguno de los obligados incurre en mora si el otro no
cumple o no se allana a cumplir debidamente lo que le incumbe. Desde que uno de los
obligados cumple su obligación, empieza la mora para el otro .”

Son requisitos de la mora del deudor:


- Que se trate de una obligación de dar o hacer. Quedan excluidas las
negativas.
- Que la obligación sea exigible, vencida y determinada. En el caso de
deudas pecuniarias serán líquidas
- Que el deudor retarde culpablemente el cumplimiento de la obligación.
- Que el acreedor requiera de pago al deudor, excepto en los casos previstos
en el art. 1.101.
La doctrina entiende que si el acreedor pudiendo exigir el cumplimiento no lo hace,
otorga al deudor un plazo complementario para el cumplimiento.
La carga de la prueba de la intimación corresponde al acreedor (art. 1.214), por lo que
se ser extrajudicial se debe preparar la prueba (ej. carta con acuse de recibo o requerimiento
notarial).
Casos en que no es necesario el requerimiento del acreedor (mora automática)
- Cuando medie pacto expreso en contrario
- Cuando expresamente lo declare la ley
- Cuando de la obligación se desprenda ser motivo determinante de ella la
época o el momento señalado para su cumplimiento
- Cuando se trate de una obligación recíproca. Se cuestiona esta 4ª causa,
pues el que cae en mora ha de conocer el cumplimiento por la otra parte.
Efectos de la mora: el deudor moroso queda obligado a:
- Cumplir la obligación e indemnizar los daños y perjuicios causados al
acreedor por su retraso.

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- Art. 1.101: “Quedan sujetos a indemnización de los daños y


perjuicios causados los que en el cumplimiento de sus obligaciones
incurrieren en dolo, negligencia o morosidad
- Art. 1.108: “La indemnización de daños y perjuicios, no habiendo
pacto en contrario, consistirá en el pago de los intereses
convenidos, y a falta de convenio, en el interés legal”.
- Responder por la falta de cumplimiento de la obligación incluso en los
supuestos en que el cumplimiento resulte imposible
- Art. 1.096; “Si el obligado se constituye en mora, o se halla
comprometido a entregar una misma cosa a dos o más personas
diversas, serán de su cuenta los casos fortuitos hasta que se
realice la entrega”.

Responsabilidad del deudor: dolo y culpa o negligencia:

El incumplimiento puede depender de causas independientes de la voluntad del


deudor (caso fortuito o de fuerza mayor) o de causas voluntarias.
Las causas voluntarias pueden llevar consigo plena voluntad o conciencia (dolo) o
mera negligencia (culpa).

Dolo: Del Código civil se puede extraer el significado de dolo como conducta del
deudor reacio al cumplimiento o dolo causante del incumplimiento:
- Art. 1.107: “Los daños y perjuicios de que responde el deudor de buena fe
...”
- Art. 1.103: “La responsabilidad que proceda de negligencia... podrá
moderarse por los Tribunales según los casos”
- Art. 1.102: “La responsabilidad procedente del dolo es exigible en todas las
obligaciones. La renuncia de la acción para hacerla efectiva es nula”.
La actuación dolosa del deudor se encuentra presidida por la mala fe, basta con que el
deudor, a sabiendas, infrinja el deber de cumplimiento que pesa sobre él. El CC prohibe que
los Tribunales puedan mitigar la responsabilidad derivada del dolo y que el acreedor renuncie
anticipadamente a exigir responsabilidad dimanante del dolo.

Culpa: Interpretando extensivamente el art. 1.183 (referido a la obligación de dar o


entregar alguna cosa) se concluye que en caso de falta de cumplimiento , se presumirá que el
incumplimiento tuvo lugar por culpa del deudor y no por caso fortuito.
Art. 1.104: “La culpa o negligencia del deudor consiste en la omisión de aquella
diligencia que exija la naturaleza de la obligación y corresponda a las circunstancias de
las personas, del tiempo y del lugar.
Cuando la obligación no exprese la diligencia que he de prestarse en su
cumplimiento, se exigirá la que correspondería a un buen padre de familia”.
Se discute si debe primar un criterio u otro de los establecidos en el art. anterior. El
Autor considera que es preferible considerar como subsidiario el de la diligencia del buen padre
de familia (conducta que una sociedad normal espera de un hombre razonable), debiendo
primar el sistema de diligencia en concreto (conducta diligente necesaria para conseguir
efectivamente el cumplimiento exacto, íntegro e indivisible de la prestación).
La inexistencia de culpa deberá ser acreditada por el deudor (art. 1.214: “Incumbe la
prueba de las obligaciones al que reclama su cumplimiento, y la de su extinción al que la
opone”).

El caso fortuito y la fuerza mayor como causa de exoneración para el deudor.

Art. 1.105: “Fuera de los casos expresamente mencionados en la ley, y de los en que
así lo declare la obligación, nadie responderá de aquellos sucesos que no hubieran podido
preverse, o que , previstos, fueran inevitables”.
Debemos entender que el Código civil exonera de responsabilidad al deudor en
aquellos casos en que la falta de cumplimiento se deba a la existencia de un caso fortuito o de
un supuesto de fuerza mayor, términos frecuentes en el Código, aunque de no pacífica
definición y distinción, debiéndose considerarse sinónimas.

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Son hechos o circunstancias que, siendo absolutamente extraños a su voluntad, hacen


que el deudor, aunque no pueda llevar a cabo el cumplimiento de la obligación, quede
exonerado del incumplimiento.
De nuevo la prueba de la existencia de caso fortuito o la fuerza mayor le
corresponderá al deudor como se deduce de los:
- Art. 1.214 (ver más arriba)
- Art. 1.183: “Siempre que la cosa se hubiese perdido en poder del deudor,
se presumirá que la pérdida ocurrió por su culpa y no por caso fortuito,
salvo prueba en contrario, y sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
1.096”.
La exoneración establecida en el art. 1.105 no será de aplicación:
- Cuando expresamente lo declare la obligación. La regla responde a la
existencia de un modelo contractual típico: el contrato de seguro.
- En los casos expresamente mencionados en la ley, que son excepcionales:
- Art. 1.744: “Si el comodatario destina a un uso distinto de aquél
para que se prestó, o la conserva en su poder por más tiempo del
convenido, será responsable de su pérdida, aunque ésta
sobrevenga por caso fortuito”
- Art. 1.745: “Si la cosa prestada se entregó con tasación y se pierde,
aunque sea por caso fortuito, responderá el comodatario del precio,
a no haber pacto en que expresamente se le exima de
responsabilidad”
- Cuando la existencia del caso fortuito o de fuerza mayor se combina con
una conducta descuidada, culposa o morosa del deudor, la ley abandona el
criterio de favor debitoris y lo sigue considerando responsable del
incumplimiento. Así ocurre en los siguientes supuestos:
- Art. 1.096.3: “Si el obligado se constituye en mora, o se halla
comprometido a entregar una misma cosa a dos o más personas
diversas, serán de su cuenta los casos fortuitos hasta que se
realice la entrega”.
- Art. 1.182: “Quedará extinguida la obligación que consista en
entregar una cosa determinada cuando ésta se perdiere o
destruyere sin la culpa del deudor y antes de haberse éste
constituido en mora”
- Art. 1.184: “También quedará liberado el deudor en las
obligaciones de hacer cuando la prestación resultare legal o
físicamente imposible” . Si el deudor no hubiera incurrido en mora o
culpa.
- Art. 1.891: “El gestor de negocios responderá del caso fortuito
cuando acometa operaciones arriesgadas que el dueño no tuviese
costumbre de hacer, o cuando hubiese pospuesto el interés de éste
al suyo propio”.

La indemnización de daños y perjuicios: componentes, presupuestos y efectos

La indemnización de daños y perjuicios es siempre una suma de dinero que el deudor


incumplidor ha de entregar al acreedor para resarcirle de las consecuencias perjudiciales
causadas por el incumplimiento o por la realización de un acto ilícito.
Art. 1.101: “Quedan sujetos a indemnización de los daños y perjuicios causados los
que en el cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los
que de cualquier modo contravinieren el tenor de aquella”
La indemnización por daños y perjuicios procede incluso cuando:
- Se reclame el cumplimiento de la obligación
- Se cumpla por equivalente pecuniario
- Se produzca la resolución del contrato

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Componentes:
Art. 1.106: “La indemnización por daños y perjuicios comprende, no sólo el valor de la
pérdida que hayan sufrido, sino también el de la ganancia que haya dejado de obtener el
acreedor, salvas las disposiciones contenidas en los artículos siguientes”.
- El daño emergente: daño o pérdidas sufridas por el acreedor
- Lucro cesante: ganancia dejada de obtener por el acreedor a consecuencia
del incumplimiento contractual o del sufrimiento de la acción u omisión
generadora de la responsabilidad extracontractual.

Presupuestos (requisitos):
La indemnización no se genera automáticamente; necesita de los siguientes
requisitos:
- Que el deudor sea responsable del incumplimiento o acto ilícito
- Que el acreedor pruebe la efectiva existencia de daños y perjuicios. La
jurisprudencia es notoriamente rigurosa con la exigencia de prueba del
lucro cesante proclamado por el acreedor.

Efectos:
Art. 1.107: “Los daños y perjuicios de que responde el deudor de buena fe son los
previstos o que se hayan podido prever al tiempo de constituirse la obligación y que sean
consecuencia necesaria de su falta de cumplimiento.
En caso de dolo responderá el deudor de todos los que conocidamente se deriven de
la falta de cumplimiento de la obligación”.

Tema 10: La extinción de las obligaciones (I)

Las causas de extinción de las obligaciones.

Art. 1.156: “Las obligaciones se extinguen:


Por el pago o cumplimiento.
Por la pérdida de la cosa debida
Por la condonación de la deuda
Por la confusión de los derechos de acreedor y deudor
Por la compensación
Por la novación”

Junto a las enumeradas, hay otras causas de extinción como la muerte del deudor en
el caso de obligaciones de hacer personalísimas o el efectivo acaecimiento del evento previsto
por las partes como condición resolutoria.

Pérdida de la cosa o imposibilidad sobrevenida o subsiguiente de la prestación:


concepto, requisitos y diferentes supuestos de imposibilidad.

Art. 1.182: “Quedaré extinguida la obligación que consista en entregar una cosa
determinada cuando ésta se perdiere o destruyere sin culpa del deudor y antes de haberse
éste constituido en mora”
Art. 1.183: “Siempre que la cosa se hubiese perdido en poder del deudor, se presumirá
que la pérdida ocurrió por su culpa y no por caso fortuito, salvo prueba en contrario, y sin
perjuicio de lo dispuesto en el art. 1.096”
Art. 1.184: “También quedará liberado el deudor en las obligaciones de hacer cuando
la prestación resultare legal o físicamente imposible”
Art. 1,185: “Cuando la deuda de la cosa cierta y determinada procediere de delito o
falta, no se eximirá el deudor del pago de su precio, cualquiera que hubiese sido el motivo de la
pérdida, a menos que ofrecida por él la cosa al que la debía recibir, éste se hubiese sin razón
negado a aceptarla”.
Art. 1.122: “... entiéndese que la cosa se pierde cuando perece, queda fuera del
comercio o desaparece de modo que se ignora su existencia, o no se puede recobrar”.

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Art. 1.096: “... Si el obligado se constituye en mora, o se halla comprometido a


entregar una misma cosa a dos o más personas diversas, serán de su cuenta los casos
fortuitos hasta que se realice la entrega”.

Dado que la imposibilidad de cumplimiento puede afectar tanto a las obligaciones de


dar como de hacer, la doctrina y la jurisprudencia han acabado por imponer la expresión
imposibilidad sobrevenida de la prestación como más correcta que el giro legal de pérdida
de la cosa debida.

Requisitos:
- La causa ha de ser sobrevenida: El incumplimiento se ha de producir a
causa de circunstancias posteriores al momento constitutivo de la
obligación.
- La imposibilidad del cumplimiento se puede deber a:
- La destrucción física de la cosa
- La desaparición material de la cosa
- La prestación fuese legal o físicamente imposible.
- La imposibilidad ha de ser objetiva y referida al objeto de la relación
obligatoria, a la prestación en si misma considerada.
- El carácter de imposibilidad total es lo que se regula, aunque se ha de
considerar la extinción parcial de la obligación en los supuestos a título
gratuito.
- No ha de ser imputable al deudor
- Se ha de producir antes de la constitución en mora del deudor.
- Que la cosa sea específica y determinada en el caso de las obligaciones
de dar.
- Que la cosa específica no proceda de delito o falta

La condonación de la deuda: concepto, naturaleza y características

Es la renuncia del acreedor al ejercicio del derecho de crédito. Condonar equivale a


perdonar la deuda o renunciar a exigirla.
La eventualidad de la resistencia del deudor a aceptar la condonación de la deuda trae
consigo que no baste la voluntad del acreedor para dar por extinguida la relación obligatoria.

Art. 1.187: “La condonación de la deuda podrá hacerse expresa o tácitamente. Una y
otra estarán sometidas a los preceptos que rigen las donaciones inoficiosas. La condonación
expresa deberá, además, ajustarse a las formas de la donación”.

Art. 636: “... ninguno podrá dar ni recibir, por vía de donación, más de lo que pueda dar
o recibir por testamento. La donación será inoficiosa en todo lo que exceda de esta medida”.
Art. 6.2: “La exclusión voluntaria de la ley aplicable y la renuncia a los derechos en ella
reconocidos sólo serán válidas cuando no contraríen el interés o el orden público ni perjudiquen
a terceros”.
Art. 632: “La donación de cosa mueble podrá hacerse verbalmente o por escrito. La
verbal requiere la entrega simultánea de la cosa donada. Faltando este requisito, no surtirá
efecto si no se hace por escrito y consta en la misma forma la aceptación”.
Art. 633: “Para que sea válida la donación de la cosa inmueble, ha de hacerse en
escritura pública, expresándose en ella individualmente los bienes donados y el valor de las
cargas que daba satisfacer el donatario.
La aceptación podrá hacerse en la misma escritura de donación o en otra separada;
pero no surtirá efecto si no se hiciese en vida del donante.
Hecha en escritura separada, deberá notificarse la aceptación en forma auténtica al
donante, y se anotará esta diligencia en ambas escrituras”.

El Código prevé la condonación presunta:

Art. 1.188.1: “La entrega del documento privado justificativo de un crédito, hacha
voluntariamente por el acreedor al deudor, implica la renuncia de la acción que el primero tenía
contra el segundo”.

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Art. 1.189: “Siempre que el documento privado de donde resulte la deuda se hallare en
poder del deudor, se presumirá que el acreedor lo entregó voluntariamente, a no ser que se
pruebe lo contrario”.
Art. 1.191: “Se presumirá remitida la obligación, cuando la cosa pignorada, después de
entregada al acreedor, se hallare en poder del deudor”

Se puede realizar la condonación de forma total o parcial.

En el caso de que la relación obligatoria contenga obligaciones principales y


obligaciones accesorias, será de aplicación el art. 1.190: “La condonación de la deuda principal
extinguirá las obligaciones accesorias; pero la de éstas dejará subsiguiente la primera”. (Ej. en
el caso del préstamo con garantía hipotecaria, la renuncia a la hipoteca por el acreedor no
conlleva la extinción del préstamo; la renuncia a los intereses no implica la remisión del
principal).

La confusión: concepto y fundamentos; reglas particulares

Consiste en la coincidencia de sujeto activo y sujeto pasivo de una relación obligatoria


en una misma persona. Puede darse inter vivos o mortis causa.

Art. 1.192.1: “Quedará extinguida la obligación desde que se reúnan en una misma
persona los conceptos de acreedor y de deudor”

En caso de patrimonios separados no se dará la confusión:


- Art. 1.192.2: “Se exceptúa el caso en que esta confusión tenga lugar en virtud de
título de herencia, si ésta hubiese sido aceptada a beneficio de inventario”

En caso de existir obligaciones accesorias la extinción de la obligación principal por


confusión conlleva la extinción de aquéllas:
- art. 1.193: “La confusión que recae en la persona del deudor o del acreedor
principal, aprovecha a los fiadores. La que se realiza en cualquiera de éstos no
extingue la obligación”.

En caso de existir pluralidad de sujetos acreedores o deudores:


- Art. 1.194: “La confusión no extingue la deuda mancomunada sino en la porción
correspondiente al acreedor o deudor en quien concurran los dos conceptos”.
- Art. 1.143: “La novación, compensación, confusión o remisión de la deuda, hechas
por cualquiera de los acreedores solidarios o con cualquiera de los deudores de la
misma clase, extinguen la obligación...

Tema 11: La extinción de las obligaciones (II)

La compensación: concepto, requisitos y efecto

En términos jurídicos es la total o parcial extinción de dos deudas homogéneas cuando


sus titulares sean mutua y recíprocamente acreedor y deudor. Su fundamento básico es el
evitar el doble pago y según algunos autores la compensación desempeña una cierta función
de garantía para los titulares de créditos y deudas recíprocas.
Art. 1.195: “Tendrá lugar la compensación cuando dos personas, por derecho propio,
sean recíprocamente acreedoras y deudoras la una de la otra”.

Requisitos:
Art. 1.196: “Para que proceda la compensación, es preciso:
1.º Que cada uno de los obligados lo esté principalmente, y sea a la vez acreedor
principal del otro.
2.º Que ambas deudas consistan en una cantidad de dinero, o, siendo fungibles
las cosas debidas, sean de la misma especie y también de la misma calidad,
si ésta se hubiese designado.
3.º Que las dos deudas estén vencidas.
4.º Que sean líquidas y exigibles

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5.º Que sobre ninguna de ellas haya retención o contienda promovida por
terceras personas y notificada oportunamente al deudor.

Efectos:
Art. 1.202: “El efecto de la compensación es extinguir una y otra deuda en la cantidad
concurrente, aunque no tengan conocimiento de ella los acreedores y deudores”.
- La cantidad concurrente es el montante mínimo de cosas fungibles
homogéneas o de cifra dineraria de las deudas.
- Se deduce el carácter automático de la compensación. La extinción de las
obligaciones tiene lugar de forma inmediata, ipso iure, con independencia
de la voluntad de los sujetos de las obligaciones.

Art. 1.201: “Si una persona tuviere contra sí varias deudas compensables, se observará
en el orden de la compensación lo dispuesto respecto a la imputación de pagos”. (Art. 1.174:
“Cuando no pueda imputarse el pago según las reglas anteriores, se estimará satisfecha la
deuda más onerosa al deudor entre las que estén vencidas. Si éstas fueren de igual naturaleza
o gravamen, el pago se imputará a todas a prorrata”).

La novación: novación extintiva y novación meramente modificativa.

Art. 1.203: “Las obligaciones pueden modificarse:


1.º Variando su objeto o condiciones principales
2.º Sustituyendo la persona del deudor
3.º Subrogando a un tercero en los derechos del acreedor”.

La alteración de los elementos y circunstancias de la obligación no conlleva, de forma


obligada, su extinción. La obligación primitiva subsiste, no obstante su modificación. Según lo
anterior podemos hablar de :
- Novación extintiva
- Novación modificativa.
En el Derecho romano la novación tenía necesariamente carácter extintivo. Con la
generalización de las relaciones comerciales se flexibiliza el concepto, admitiendo la posibilidad
de modificar elementos de la obligación sin que implique su extinción.

La novación extintiva: concepto, función, régimen jurídico y clases.

Art. 1.204: “Para que una obligación quede extinguida por otra que la sustituya, es
preciso que así se declare terminantemente, o que la antigua y la nueva sean de todo punto
incompatibles”.
El art. 1.208 establece la nulidad de la novación de la obligación nula, aunque permite
novar las obligaciones procedentes de contratos anulables.

Efectos:
El efecto fundamental es la extinción de la obligación primitiva u originaria.
Art. 1.207: “Cuando la obligación principal se extinga por efecto de la novación, sólo
podrán subsistir las obligaciones accesorias en cuanto aprovechen a terceros que no hubiesen
prestado su consentimiento”.

Clases: La novación puede ser:


- Subjetiva: cuando se produce la sustitución del acreedor o del deudor por
otra persona diferente con intención claramente novatoria (extinguiendo la
relación obligatoria primitiva u originaria)
- Objetiva: cuando afecta al propio objeto de la relación obligatoria u otros
aspectos de la misma fundamentales que no incidan sobre las personas del
acreedor o del deudor.

Otras causas de extinción de las obligaciones

¿?

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Tema XII: La modificación de las obligaciones

Modificación de las obligaciones y novación modificativa o impropia.

La novación impropia o meramente modificativa produce la mera modificación del


vínculo, que perdura, aunque modificado, con nuevo contenido.
Quedan en pie los derechos que garantizaban su cumplimiento (privilegio, prenda,
hipoteca...)
Cuando la modificación amplía el contenido de la obligación haciéndola más gravosa,
tal modificación no afectará al tercero fiador o que pignoró o que hipotecó la cosa propia en
garantía del vínculo.

Los diferentes tipos de modificaciones: las modificaciones de carácter no subjetivo.

Son las que se pueden denominar modificaciones objetivas. Pueden afectar tanto a
aspectos puramente circunstanciales, cuanto al objeto de la obligación propiamente dicho.
No suelen producir problemas de importancia práctica, pues precisan del
consentimiento de los sujetos de la obligación.
Pueden realizarse:
- Por cambio de la causa
- Por cambio del objeto
- Por cambio de las condiciones principales
La simple alteración o prórroga del plazo no constituye novación conforme la nuestra
jurisprudencia.

Los cambios de acreedor: la transmisión de créditos.

Nuestro Código no habla de esta especie de novación más que en el caso de


subrogación por pago (arts. 1.209 a 1.213), aunque en virtud de convención se podrá llevar a
cabo una novación por cambio de acreedor que no corra por los cauces reglamentados.
La transmisión de crédito puede llevarse a cabo, como regla general, sin necesidad de
contar con el consentimiento del deudor. Esta transmisión puede llevarse a cabo den diversas
formas:
- Cesión de crédito
- Subrogación de crédito

La cesión de créditos y la subrogación en el crédito.

La transmisibilidad de los derechos de crédito constituye un principio fundamental del


Derecho patrimonial: Art. 1.112: “Todos los derechos adquiridos en virtud de una obligación son
transmisibles con sujeción a las leyes, si no se hubiese pactado lo contrario”.

1) La cesión de crédito:

Está regulada en el Código civil en los art. siguientes:


- Art. 1.526: “ La cesión de un crédito, derecho o acción no surtirá efecto contra
tercero sino desde que su fecha deba tenerse por cierta en conformidad a los art.
1.218 y 1.227. Si se refiere a un inmueble, desde la fecha de inscripción en el
Registro”.
- Art. 1.527: “El deudor, que antes de tener conocimiento de la cesión satisfaga al
acreedor, quedará libre de la obligación”.
- Art. 1.528: “La venta o cesión de un crédito comprende la de todos los derechos
accesorios, como la fianza, hipoteca, prenda o privilegio”.
Existen algunos supuestos de intransmisibilidad del crédito:
- Si se hubiese pactado lo contrario
- No son transmisibles los derechos personalísimos (pensión de viudedad,
derecho de alimentos, actuación artística).

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- No se pueden ceder créditos a ciertas categorías de personas que tengan


especial relación con el eventual cedente o ciertas funciones públicas en
relación con el crédito de que se trate (art. 1.149).
Salvo en esos supuestos de intransmisibilidad, la validez de la cesión depende
únicamente de que cedente y cesionario lleven a cabo un negocio cualquiera, conforme al
principio de libertad de forma contractual, con numerosas excepciones que requieren
especiales requisitos de forma (como la cesión de títulos valores o de crédito hipotecario (art.
1.280)).
El deudor no puede considerarse vinculado con el cesionario hasta que conozca la
cesión del crédito (por ello arts. 1.527 y 1.164). La notificación al deudor no tiene otro alcance
que el obligarle al otro acreedor, no reputándose pago legítimo desde aquél momento el hecho
a favor del cedente.

Art. 1.196: “El deudor, que hubiese consentido en la cesión de derechos hecha por un
acreedor a favor de un tercero, no podrá oponer al cesionario la compensación que le
correspondería contra el cedente.
Si el acreedor le hizo saber la cesión y el deudor no la consintió, puede oponer la
compensación de las deuda anteriores a ella, pero no la de las posteriores.
Si la cesión se realiza sin conocimiento del deudor, podrá éste oponer la
compensación de los créditos anteriores a ella y de los posteriores hasta que hubiese tenido
conocimiento de la cesión”.

Responsabilidad del cedente a título oneroso:


- Art. 1.529: “El vendedor de buena fe responderá de la existencia y legitimidad del
crédito al tiempo de la venta, a no ser que se haya vendido como dudoso: pero no de
la solvencia del deudor, a menos de haberse estipulado expresamente, o de que la
insolvencia fuese anterior y pública. Aún en estos casos sólo responderá del precio
recibido y de los gastos expresados en el número 1º. Del artículo 1.518.El vendedor
de mala fe responderá siempre del pago de todos los gastos y de los daños y
perjuicios”.
- Art. 1.530: “Cuando el cedente de buena fe se hubiese hecho responsable da la
solvencia del deudor, y los contratantes no hubieran estipulado nada sobre la
duración de la responsabilidad, durará ésta sólo un año, contado desde la cesión del
crédito, si estaba ya vencido el plazo. Si el crédito fuere pagadero en término o plazo
todavía vencido, la responsabilidad cesará un año después del vencimiento. Si el
crédito consistiere en una renta perpetua, la responsabilidad se extinguirá a los diez
años, contados desde la fecha de la cesión”.

Efectos de la cesión:
- La obligación preexistente continúa subsistiendo conforme a su estado anterior
- El cesionario se encuentra en la misma posición en que se encontraba el cedente y
contará con las mismas garantías y derechos accesorios inherentes al crédito
originario (art. 1.528)
- El cesionario puede reclamar al deudor el importe íntegro del crédito, aunque lo haya
adquirido a título oneroso por un precio menor. Contrario este criterio del establecido
por el art. 1.535 para los créditos litigiosos (para evitar la especulación sobre la base
de los créditos sub iudice”: “Vendiéndose un crédito litigioso, el deudor tendrá
derecho a extinguirlo, reembolsando al cesionario el precio que pagó, las costas que
se le hubiesen ocasionado y los intereses del precio desde el día en que éste fue
satisfecho. Se tendrá por litigioso un crédito desde que se conteste a la demanda
relativa al mismo...”

2) La subrogación del crédito y el pago con subrogación:


Subrogarse es suceder a otra persona en una determinada situación jurídica. Así el
solvens que paga o satisface al acreedor sucede a éste en su posición jurídica, pasando aquél
a detentar la titularidad del crédito y sus accesorios.
Dos supuestos: subrogación legal y subrogación convencional

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a) Subrogación convencional: la hay en aquellos supuestos de pago de tercero


conocido por el deudor en los que, además, el solvens y el acreedor llegan a tal acuerdo. Se
requiere:
- 1) Que se establezca con claridad
- 2) Que se realice con conocimiento del deudor

Art. 1.209: “La subrogación de un tercero en los derechos del acreedor no puede
presumirse fuera de los casos expresamente mencionados en este Código. En los demás será
necesario establecerla con claridad para que produzca efecto.
Art. 1.158: “Puede hacer el pago cualquier persona, tenga o no interés en el
cumplimiento de la obligación, ya lo conozca y lo apruebe, o ya lo ignore el deudor. El que
pagare por cuenta de otro podrá reclamar del deudor lo que hubiese pagado, a no haberlo
hecho contra su expresa voluntad. En este caso sólo podrá repetir del deudor aquello en
que le hubiera sido útil al pago”
Art. 1.159: “El que pague en nombre del deudor, ignorándolo éste, no podrá
compeler al acreedor a subrogarle en sus derechos”.

b) Subrogación legal:

Supuestos generales:
Art. 1.210: “Se presumirá que hay subrogación:
1.º Cuando un acreedor pague a otro preferente.
2.º Cuando un tercero, no interesado en la obligación, pague con aprobación
expresa o tácita del deudor.
3.º Cuando pague el que tenga interés en el cumplimiento de la obligación,
salvo los efectos de la confusión en cuanto a la porción que le
corresponda”.
Art. 1.212: “La subrogación transfiere al subrogado el crédito con los derechos a él
anexos, ya contra el deudor, ya contra terceros, sean fiadores o poseedores de las hipotecas”.

Otros supuestos:
Art. 1.186: “Extinguida la obligación por la pérdida de la cosa, corresponderán al
acreedor todas las acciones que el deudor tuviere contra terceros por razón de ésta”. (ej.
derecho a cobrar el seguro por la destrucción de la cosa)

El punto 1º del art. 1.210, pago al acreedor preferente, está pensado para los
supuestos en que el acreedor hipotecario satisface el crédito del titular de la primera hipoteca,
en evitación de la ejecución de ésta y de que el bien salga a subasta.
El punto 3º del art. 1.210, pago por tercero interesado en el cumplimiento, supone
otorgar la subrogación a quien siendo codeudor o fiador del deudor principal lleva a cabo el
cumplimiento de la obligación. El deudor solidario solo puede subrogarse en parte, pues ha de
deducir la porción de la deuda que a él le corresponda.

c) Supuesto excepcional de subrogación

Art. 1.211: “El deudor podrá hacer subrogación sin consentimiento del acreedor,
cuando para pagar la deuda haya tomado prestado el dinero por escritura pública, haciendo
constar su propósito en ella, y expresando en la carta de pago la procedencia de la cantidad
pagada”.
La occasio legis del precepto fue una rebaja de los tipos de interés del dinero en
Francia y la negativa de los viejos prestamistas a subrogar en su posición a los nuevos
prestamistas. El deudor concertando otro crédito puede librarse del antiguo. La Ley
2/1994 desarrolla lo establecido en este artículo.

Efectos del pago con subrogación:

Es el mismo que en el caso de cesión de crédito: La obligación preexistente continúa


subsistiendo conforme a su estado anterior.
Los derechos o facultades de carácter accesorio siguen la suerte del crédito (art.
1.528).

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El efecto traslativo del crédito supone su transferencia al subrogado por el mismo


importe nominal que originariamente tuviera; sin embargo algunos autores consideran que si el
solvens pagó una cantidad inferior para obtener el crédito, la transmisión se entenderá limitada
a esa cantidad, tal y como se recoge en la Compilación Navarra. En nuestro Código civil no se
avala tal idea.
En el caso en que el acreedor acepte un pago parcial: art. 1.213: “El acreedor, a quien
se hubiere hecho un pago parcial, puede ejercitar su derecho por el resto con preferencia al
que se hubiere subrogado en su lugar del pago parcial del mismo crédito”.

Los cambios en el deudor: la transmisión de deudas.

- Art. 1.205: “La novación que consiste en sustituirse un nuevo deudor en lugar del
primitivo, puede hacerse sin el conocimiento de éste, pero no sin el consentimiento
del acreedor”.
- Art. 1.205: “La insolvencia del nuevo deudor, que hubiese sido aceptado por el
acreedor, no hará revivir la acción de éste contra el deudor primitivo, salvo que dicha
insolvencia hubiese sido anterior y pública o conocida del deudor el delegar su
deuda”.

Es lo contrapuesto a la transmisión de créditos: el nuevo deudor ocupará la posición o


situación detentada por el deudor primitivo.
Es fundamental que la sustitución del deudor se haga con consentimiento del acreedor.
Supone en la liberación del deudor primitivo y la aparición de uno nuevo. Según el
parecer mayoritario es diferente la asunción liberatoria que el caso de asunción acumulativa
de deuda, en el que sin quedar liberado el antiguo deudor, uno nuevo también la asume
(supone la subsistencia de dos obligaciones idénticas en régimen de solidaridad).
¿El cambio de deudor supone la novación extintiva?; con el art. 1.204 (para que una
obligación quede extinguida por otra que la sustituya, es preciso que así se declare
terminantemente, o que la antigua y la nueva sean de todo punto incompatibles) a la vista, y
conforme a su tenor literal, la consecuencia es meramente modificativa, y este es el parecer
mayoritario. Sin embargo otras opiniones consideran que el cambio de deudor lleva
necesariamente a la extinción de la obligación.

Formas de la transmisión de la deuda: la expromisión y la delegación.


- La expromisión consiste en un pacto o acuerdo entre el acreedor y un tercero que
se sitúa como sujeto pasivo de la relación obligatoria, liberando de ella al deudor
originario (art. 1.205)
- La delegación supone un acuerdo entre el deudor primitivo y el nuevo, por el que
éste sustituye a aquél que queda liberado de la obligación (art. 1.206). el
consentimiento inexcusable del acreedor puede ser a posteriori, de forma tácita o
expresa.

Efectos de la transmisión de la deuda:


Aún en el caso de novación modificativa por cambio de deudor, la conservación de las
garantías y obligaciones accesorias de la obligación principal originaria, no constituye
necesariamente la regla general:
- Art. 1.207: “Cuando la obligación principal se extinga por efecto de la novación,
sólo podrán subsistir las obligaciones accesorias en cuanto aprovechen a terceros
que no hubiesen prestado su consentimiento”.
Parece que la finalidad del art. 1.207 es la de distinguir entre los supuestos: que las
obligaciones accesorias
a) hayan sido comprometidas por terceros: pervivirán si han dado su consentimiento
o si les aprovecha.
b) que pesen sobre el propio deudor: pervivirán quedando el deudor originario
liberado.

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Tema 13: Las garantías del crédito.

Las garantías en general: sistematización

Por garantía o caución se designa todo medio que sirve para asegurar la efectividad de
los créditos.
El Código civil regula de forma fragmentaria y dispersa la materia
Se suelen clasificar en garantías personales y reales:
a) Garantías personales:
- El juramento
- La fianza u obligación subsidiaria o principal contraída con un tercero
- El aval cambiario
- La cláusula penal
b) Garantías reales:
- Los depósitos
- Las arras o señal
- La prenda
- La hipoteca
- La anticresis
- El derecho de retención
- El embargo preventivo de bienes
- La anotación preventiva
Medios específicos de mantenimiento de la integridad del patrimonio del deudor:
- Acción subrogatoria
- Acción directa
- Acción pauliana

El derecho de retención: Concepto, supuestos, naturaleza y función

Es una facultad que legalmente se atribuye, en ciertos casos, al acreedor para


conservar bajo su poder y posesión una cosa que está obligado a restituir a quien se la
entregó, mientras que éste no cumpla con su deuda.
El derecho de retención no puede transmitirse ni enajenarse aisladamente del crédito
que asegura. No garantiza una especial responsabilidad del deudor en caso de incumplimiento,
si no que consiste fundamentalmente en una medida disuasoria del posible y eventual
incumplimiento.
El Código civil no regula la retención de manera unitaria y sistemática, sino casuística.
Los más representativos:
- Retención de la cosa mueble o inmueble por el poseedor de buena fe en
tanto que no le sean abonados:
- los gastos necesarios (art. 453)
- el precio de adquisición o la cantidad prestada al transmitente de la
posesión (art. 464).
- Retención de la cosa usufructuada a favor del usufructuario cuando éste
haya atendido a la realización de reparaciones extraordinarias (arts. 502 y
522)
- Retención otorgado a quien haya ejecutado una obra en cosa mueble
mientras no le sea abonada (art. 1.600)
- Retención otorgada a mandatarios y depositarios en tanto no se les abone
cuanto se les deba a causa del mandato o depósito (arts. 1.730 y 1.780)
- Retención otorgada al acreedor pignoraticio, extensible a la hipótesis de
que el deudor contraiga una segunda deuda antes de haber pagado la
primera (art. 1.866)

Dada la inexistencia de una regulación general del derecho de retención y su mera


previsión en casos concretos y particulares, el sistema de nuestro Código civil excluye tanto la
analogía legis como la analogía iuris.

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El derecho de retención puede ser establecido por voluntad de los particulares, o como
cláusula o estipulación concreta de un contrato (art. 1.255: “Los contratantes podrán establecer
los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean
contrarios a las leyes, a la moral, ni al orden público”).
Efectos:
- Dilatar la entrega, restitución o devolución de la cosa hasta mientras quien
tiene el derecho a reclamarla no cumpla con la obligación que le atañe.
- La facultad de retención puede ser oponible a terceros.
- Es pacífico considerar que en caso de concurso o quiebra del deudor, el
retentor no goza de preferencia alguna en relación con los demás
acreedores, pues la retención posesoria en sí misma considerada no
cambia la naturaleza del crédito asegurado, ni lo convierte en un crédito
preferente.
- La facultad de retención no supone el derecho a poder enajenar las cosas
objeto de la retención, como si lo es en el caso de la prenda. El art. 1.730
cuando habla de “retener en prenda” incurre en una imprecisión lingüística.

La pena convencional o cláusula penal: concepto, función y clasificación

De la enojosa prueba de los daños sufridos para ser indemnizados por el


incumplimiento de una obligación, se liberan los contratantes incluyendo una estipulación o
cláusula que fije la cuantía.
La cláusula penal desempeña un papel garantista del cumplimiento de la obligación.
Es característica fundamental de la cláusula penal la de ser un obligación accesoria
cuya existencia depende de la obligación principal.

Art. 1.152: “En las obligaciones con cláusula penal, la pena sustituirá a la
indemnización de daños y al abono de intereses en caso de falta de cumplimiento, si otra cosa
no se hubiere pactado. Solo podrá hacerse efectiva la pena cuando ésta fuere exigible
conforme las disposiciones del presente Código”
Art. 1.153: “El deudor no podrá eximirse de cumplir la obligación pagando la pena, sino
en el caso de que expresamente le hubiese sido reservado ese derecho. Tampoco el acreedor
podrá exigir conjuntamente el cumplimiento de la obligación y la satisfacción de la pena, sin
que ésta facultad le haya sido claramente otorgada”.
Art. 1.155: “La nulidad de la cláusula penal no lleva consigo la de la obligación
principal”
Art. 1.156: “La nulidad de la obligación principal lleva consigo la de la cláusula penal”.

Se habla de pena sustitutiva o compensatoria cuando las partes valoran


anticipadamente los posibles daños y perjuicios que el incumplimiento de la obligación puede
acarrear. Función:
- Disuadir al deudor de un posible incumplimiento
- Que es caso de incumplimiento el acreedor se vea suficientemente
resarcido sin tener que probar los daños sufridos.

En determinados supuestos el acreedor puede reclamar simultáneamente la pena


fijada por las partes y el cumplimiento de la obligación. En estos casos se habla de pena
cumulativa. El Código requiere que la naturaleza cumulativa de la cláusula penal haya sido
claramente otorgada (art. 1.253). Como pena cumulativa se puede citar la pena moratoria tan
frecuente en los contratos de obra.

La llamada multa penitencial al deudor liberarse de la obligación constituida mediante


el abono de la pena o multa establecida. El Código civil en el art. 1.153 reconoce la posibilidad
de forma negativa. Desempeña la función contraria o antagónica a la finalidad propia de la
cláusula penal correctamente entendida. Constituye un caso particular de obligación con
cláusula facultativa, que no agrava la responsabilidad del deudor en caso de incumplimiento.

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En caso de incumplimiento parcial o defectuoso y cuando las partes no lo hubieran


previsto entrará en juego la moderación judicial:
- Art. 1.154: “El Juez modificará equitativamente la pena cuando la
obligación principal hubiera sido en parte o irregularmente cumplida por
parte del deudor”.

Las arras o señal: arras confirmatorias y arras penitenciales

Arras confirmatorias: supone la entrega de una cantidad de dinero por uno de los
contratantes dirigida a reforzar o probar de algún modo la existencia del contrato o a constituir
un principio en la ejecución del mismo.
El Código de comercio (nada dice el Código civil) en el art. 343: “las cantidades que,
por vía de señal, se entreguen en las ventas mercantiles, se reputarán siempre dadas a cuenta
del precio y en prueba de la ratificación del contrato, salvo prueba en contrario”.
Las arras confirmatorias no excluyen la necesaria fijación de la indemnización y, por
consiguiente, constituyen un mero anticipo (generalmente parcial) de ésta.

Arras penitenciales (o de desistimiento): igualmente se trata de la entrega de una


cantidad de dinero por parte de uno de los contratantes, pero cualquiera de ellas puede
desistirse del contrato celebrado, entregando el doble de las mismas el que las haya recibido.
Se haya regulado en:
- Art. 1.454: “Si hubiesen mediado arras o señal en el contrato de compra y
venta, podrá rescindirse el contrato allanándose el comprador a perderlas,
o el vendedor a devolverlas duplicadas”.
Las arras penitenciales no presentan estímulo alguno para el cumplimiento de la
obligación, ni constituyen garantía alguna contra el incumplimiento. En realidad es el precio de
la posibilidad de desistimiento del contrato celebrado.
Jurisprudencialmente se considera que lo dispuesto en el art. 1.454 no es una norma
de derecho necesaria y en consecuencia un pacto de distinto alcance que el determinado en
este precepto es perfectamente normal, lícito, conforme con el orden público y a la costumbre
frecuentemente observada.

Tema 14: La protección del crédito

La protección general del crédito y las medidas conservativas del patrimonio del
deudor.

Con la finalidad de evitar que dependa, la satisfacción de la deuda, exclusivamente de


la buena voluntad del deudor, el Ordenamiento establece y autoriza la adopción de medidas de
protección del derecho del crédito. La norma fundamental en el sentido de ser sistema general
de protección del derecho de crédito se contiene en el tenor del art. 1.911 del Código civil: “Del
cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus bienes, presentes y
futuros”

La responsabilidad patrimonial universal y sus caracteres.

Lo recogido en el art. 1.911 se conoce con la expresión de responsabilidad patrimonial


universal.
Es un medio general de protección del derecho de crédito; se encuentra presente
actual o potencialmente en todas las obligaciones.
La responsabilidad patrimonial universal es una consecuencia que se produce como
efecto del incumplimiento de la obligación y que recae sobre el deudor.
El sujeto responsable es el deudor, pero el objeto de la responsabilidad es su
patrimonio.
La responsabilidad patrimonial universal se la califica de responsabilidad personal
para diferenciarla de la responsabilidad real. Es decir que se somete a esa responsabilidad el
patrimonio del sujeto, y no a una serie de bienes específicos con independencia de quién sea
su titular.

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Ha de quedar claro que la responsabilidad se limita al patrimonio del deudor, sin que
en ningún caso la propia persona o los valores de la personalidad queden comprometidos. La
posibilidad de la prisión por deudas no se admite en nuestro derecho.
La universalidad se refiere a que es todo el patrimonio del deudor el que
potencialmente se puede encontrar afecto a hacer frente a las responsabilidades en que
incurra el particular. Respecto a esto se han de hacer las siguientes precisiones:
- Esto no significa que no exista la regla de la proporcionalidad o adecuación al
montante de la responsabilidad: la legislación procesal previene que quedarán
afectos por el procedimiento de la ejecución forzosa, en concreto, que serán objeto
de embargo “bienes suficientes a cubrir la cantidad” en que se cifre la cantidad
exigible.
- Se respetará también el denominado “mínimo inembargable”.
- En orden a evitar el riesgo de que los acreedores puedan escoger como objeto de
su acción elementos del patrimonio del deudor cuya ejecución fuera notablemente
perjudicial para éste, en comparación de la posibilidad de agredir otros elementos
diferentes funcionan los llamados “beneficios de orden y exclusión real”: primero
serán agredidos los más fácilmente realizable y menos importantes o
imprescindibles.

Régimen básico de la responsabilidad patrimonial universal y sus caracteres.

Requisitos que hacen exigible la responsabilidad patrimonial universal:


- Preexistencia de la obligación, nacida de cualquiera de las fuentes de las
obligaciones: ley, contrato, cuasicontrato o acto ilícito. En este último caso
se habla de responsabilidad civil extracontractual de la que nace la
responsabilidad patrimonial universal.
- Incumplimiento imputable al deudor.
- El incumplimiento debe haber producido daño, y ese daño debe ser
reparado.
- Que no pida el acreedor la reparación material in natura: ejecución
forzosa específica o que habiéndolo hecho devenga inoperante.
- Que la obligación de reparar se traduzca en brindar una reparación
dineraria al acreedor.
Cuantía de la responsabilidad: se responde del montante de la obligación a
indemnizar.
Efectividad de la responsabilidad: la injerencia en la esfera patrimonial del deudor a
causa del incumplimiento de la obligación se ha de realizarse efectiva judicialmente.
Las medidas de actuación judicial que se encaminan a hacer efectiva la
responsabilidad patrimonial universal coinciden con la llamada vía de apremio con las
siguientes fases de procedimiento:
1.º Aislar los bienes concretos del patrimonio del deudor para afectarlos. Se designan
los bienes embargables en la cuantía suficiente de acuerdo con la ordenación
impuesta por el juego de los beneficios de orden y exclusión real. Se puede:
- Depositar el bien
- Ordenar la retención del pago si se trata del embargo de un crédito.
- Someter los bienes a administración judicial cuando se trata de
bienes productivos.
- Anotar el embargo si se trata de bienes cuya titularidad consta en
ciertos registros
2.º Realizar los bienes: Convertir los bienes trabados en dinero (si lo que no se ha
trabado es dinero). Normalmente se realiza mediante pública subasta con las
siguientes fases:
- Valoración o evalúo del bien
- Primera subasta en el que el tipo de licitación (precio a pagar de
partida), es el mismo en que se haya valorado el bien. No se
admiten posturas que no cubran al menos los 2/3 del tipo.
- Segunda subasta con una baja del 25% del tipo
- Tercera subasta sin tipo alguno.

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3.º Obtenido el dinero se procede al pago al acreedor de la suma que se le deba en


concepto de indemnización de daños y perjuicios. En el caso de que se declare
desierta alguna de las dos primeras subastas, el acreedor podrá obtener la
adjudicación de la propiedad de los bienes ejecutados por el correspondiente valor.
Puede ser que, en ocasiones, lo que se entregue al acreedor sea los bienes para su
administración, y proceda a cobrarse con los frutos obtenidos.

La acción subrogatoria: concepto, requisitos, ejercicio y efectos.

Frente a la inactividad del deudor que no procura su propio saneamiento patrimonial,


el Derecho concede a los acreedores la facultad de reclamar en nombre del deudor los bienes
y derechos que éste no llega a ejercitar.

Art. 1.111: “Los acreedores, después de haber perseguido los bienes de que esté en
posesión el deudor para realizar cuanto se les debe, pueden ejercitar todos los derechos y
acciones de éste con el mismo fin, exceptuando los que sean inherentes a su persona;...

La acción subrogatoria tiene carácter subsidiario, “después de haber perseguido...”


por que se la dota de escasa operatividad en la práctica.
La jurisprudencia reconoce la posibilidad de ejercitar la acción subrogatoria
directamente contra el tercero que adeuda algo a su deudor, acreditando en el mismo
procedimiento la insuficiencia de los bienes del deudor para atender la deuda contraída.
El acreedor al ejercitar la acción subrogatoria (o indirecta) no puede cobrarse
directamente, sino que lo obtenido pasa a considerarse integrado en el patrimonio el
deudor y beneficiará también a todos los demás acreedores (o acaso al que ostente un
derecho de crédito preferente al del acreedor litigante).

La acción directa: concepto, requisitos, ejercicio y efectos

El Ordenamiento, en ciertos casos, concede al acreedor la facultad de demandar o


reclamar el cumplimiento de la obligación al deudor de su deudor sin la necesidad de que lo
obtenido haya de pasar por el patrimonio del deudor intermedio. A esta técnica se le llama
acción directa.
La acción directa es más ventajosa para el acreedor, pues además de favorecer de
forma inmediata a quien la ejercita, no beneficia al resto de los acreedores aunque tengan
créditos preferentes.

La Ley no atribuye la acción directa al acreedor con carácter general, si no en algunos


supuestos concretos, por lo que no cabe la interpretación extensiva:
- Art. 1.597: “Los que ponen su trabajo y materiales en una obra ajustada
alzadamente por el contratista, no tienen acción contra el dueño de ella
sino hasta la cantidad que éste adeude a aquél cuando se hace la
reclamación”
- Art. 1.722: la posibilidad de que el mandante se dirija directamente contra
el sustituto del mandatario
- Ley de Arrendamientos Urbanos: posibilidad de que el arrendador se dirija
contra el subarrendatario para exigirle el abono directo de la renta y de su
participación en el precio del subarriendo.
- Posibilidad de la víctima de dirigirse directamente contra el asegurador (en
caso de seguro obligatorio en accidente automovilístico)

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Tema 15: La concurrencia y prelación de créditos

La concurrencia de créditos y la par conditio creditorum

Con la expresión “par conditio creditorum” se quiere expresar el igual derecho que,
como regla general, tienen los acreedores a ver satisfecho su crédito, y en el caso de que el
patrimonio del deudor no sea suficiente para satisfacer a todos, se debe hacer un reparto
proporcional.

Referencia a los mecanismos procesales oportunos: los procedimientos concursales.

Los juicios universales de concurso o quiebra son procedimientos judiciales de


ejecución colectiva que tienen por objeto la enajenación de todos los bienes del deudor
insolvente, para distribuir el producto líquido obtenido entre sus acreedores, de acuerdo con las
reglas de prelación.
El concurso de acreedores (regulado en el Código civil) y la quiebra (regulado en el C.
de Comercio) son procedimientos idénticos, dependiendo si el deudor insolvente es o no
comerciante.
Por ahora no hay más que decir sobre este tema.

Los convenios extrajudiciales de cesión de bienes.

¿?

Los créditos preferentes: las diversas causas de preferencia

Ante la eventualidad de que el patrimonio del deudor sea insuficiente para hacer frente
a todos los créditos, se establece una graduación o clasificación de créditos.
El Código civil clasifica los créditos y establece su prelación en los art. 1.921 y
siguientes.

Art. 1.926: “Los créditos que gozan de preferencia con relación a determinados bienes
muebles, excluyen a todos los demás hasta donde alcance el valor del mueble a que la
referencia se refiere”.

Causas de preferencia: (arts. 1.922, 1923 y 1924)


- Preferencia privilegiaria: privilegio como cualidad especial que se atribuye
legalmente a algunos créditos (impuestos, trabajo personal, entierro, funeral...)
- Preferencia real: que se reconoce al derecho real de garantía que lo asegura.
- Preferencia documental: que consten en escritura pública o hayan sido
reconocidos por sentencia firme.

Por el art. 1.922 (sobre determinados muebles) gozan de preferencia los créditos:
- Por construcción, reparación, conservación o precio de venta de bienes
muebles , sobre ellos.
- Los garantizados con prenda, sobre la cosa empeñada
- Los de transporte sobre la cosa transportada
- Los de hospedaje sobre los muebles del deudor
- Los de semillas, gastos de cultivo y recolección, sobre los frutos
- Por alquileres y rentas de un año sobre los muebles del arrendatario
existentes en la finca y sobre los frutos de la misma

Por el art. 1.923 (sobre determinados inmuebles) gozan de preferencia los créditos:
- A favor del Estado sobre los bienes de los contribuyentes
- De los aseguradores sobre los bienes asegurados

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- Los hipotecarios y los refaccionados anotados en el Registro de la


Propiedad, sobre los bienes anotados
- Los anotados en el Registro de la Propiedad sobre los bienes anotados
- Los refaccionarios no anotados ni inscritos sobre los inmuebles a que la
refacción se refiera

Por el art. 1.924 (sobre los demás bienes muebles e inmuebles del deudor) gozan de
preferencia los créditos:
1.º A favor de la Provincia o el Municipio por los impuestos no comprendidos
en el art. 1.923
2.º Los devengados por:
- Gastos de justicia y de administración del concurso en interés común
de los acreedores.
- Por los funerales del deudor, de su cónyuge y de sus hijos
- Por los gastos de la última enfermedad de esas personas
- Por los salarios y sueldos de los trabajadores por cuenta ajena
- Por las cuotas de subsidios, seguros sociales y mutualismo laboral
- Por anticipaciones hechas al deudor y a su familia en comestibles,
vestido o calzado
- Por pensiones alimenticias durante el juicio de concurso
3.º Los que sin privilegio especial consten:
- En escritura pública
- Por sentencia firme

Art. 1.925: “No gozarán de preferencia los créditos de cualquiera otra clase, o por
cualquiera otro título, no comprendidos en los artículos anteriores.

Orden de prelación y pago de los créditos preferentes.

La determinación concreta de la prelación de los diversos créditos preferentes la lleva


a cabo el Código civil de una forma casuística, utilizando para ello diversos criterios generales
que son:
a) La causa de preferencia
b) La generalidad o especialidad del crédito preferente
c) La antigüedad

Esta materia está expuesta de forma confusa y larga. Estudiar si da tiempo en otro
libro, o sencillamente pasar de ello.

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Tema 16: Los cuasicontratos y el enriquecimiento injusto

La categoría de los cuasicontratos

Art. 1.089 CC: “Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasicontratos, y
de los actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o negligencia”.
Art. 1.887: “Son cuasicontratos los hechos lícitos y puramente voluntarios, de los que
resulta obligado su autor para con un tercero y a veces una obligación recíproca entre los
interesados”.
Notas relevantes de los cuasicontratos:
- Se trata de hechos lícitos.
- Se trata de hechos voluntarios.
- Son fuentes de obligaciones.
El Código identifica como cuasicontratos:
- La gestión de los asuntos ajenos.
- El cobro de los indebido.
Es general en la doctrina considerar un error incluir como categoría separada los
cuasicontratos como fuentes de obligaciones; la gestión de asuntos ajenos debería ser una
variante del contrato de mandato, y el cobro de lo indebido una mera derivación de
enriquecimiento injusto.

La cuestión de los cuasicontratos atípicos.

La cuestión (que no explica el autor) nace de los sentencias de 1909 y 1945 en las que
se reconocía los cuasicontratos innominados en determinados supuestos que no encajaban en
los moldes de gestión de negocios ajenos y cobro de lo indebido, pero que se les debía dar una
solución igual que a estos.
Parece que el tema está superado actualmente por la doctrina haciendo valer el en su
caso el enriquecimiento injusto.

La gestión de negocios ajenos sin mandato.

Se regula en los arts. 1.888 a 1.894 del Código civil.

El gestor, una vez iniciada la gestión, se encuentra vinculado por su propia decisión de
inmiscuirse en los asuntos ajenos, debiendo observar una conducta acorde con los intereses
del dóminus. Una vez iniciada la gestión , el dóminus puede quedar obligado a compensar o
indemnizar al gestor por los gastos o pérdidas. Si concurren dos o más gestores la
responsabilidad es solidaria.

Art. 1.888: “El que se encarga voluntariamente de la agencia o administración de los


negocios de otro, sin mandato de éste, está obligado a continuar su gestión hasta el término
del asunto y sus incidencias, o a requerir al interesado para que le sustituya en la gestión, si se
hallase en estado de poder hacerlo por sí”.

Requisitos:
- El gestor actúa por iniciativa propia.
- El gestor actúa sin mandato.
- Se excluye cualquier supuesto en el que el titular de los asuntos se oponga
a la intervención ajena.
- Se excluyen los supuestos en que por su naturaleza requieran la actuación
personal del dominus (dueño o interesado).
- La actuación ha de ser lícita, como así lo dice el art. 1.887.
- La actuación ha de ser útil, beneficiosa para el dominus.
- La actuación ha de ser desinteresada.
Obligaciones del gestor:
- Continuar la gestión hasta su término o requerir al dominus para que la
continúe si se encuentra con facultad de asumirla.

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- Debe desempeñar su cargo la diligencia e indemnizar los perjuicios que por


su culpa o negligencia se irroguen al dueño, o cuando acometa
operaciones arriesgadas que el dueño no tuviese costumbre de hacer o
cuando posponga el interés del dominus al lucro o provecho propio.
- Cabe la delegación total o parcial, respondiendo el gestor de los actos del
delegado.
Obligaciones del dominus:
- La ratificación de la gestión por parte del dueño del negocio produce
mandato expreso. La ratificación puede realizarse de forma expresa como
tácita. Esto supone que el gestor respondería solo de los supuestos de dolo
y culpa, pero no en el supuesto de caso fortuito.
- Art. 1.893.1: “... el dueño de bienes o negocios que aproveche las ventajas
de la misma, será responsable de las obligaciones contraídas en su interés,
e indemnizará al gestor de los gastos necesarios y útiles que hubiese
hecho y los perjuicios que hubiese sufrido en el desempeño de su cargo”.
- La gestión precautoria: Art. 1893.2: “la misma obligación le incumbirá
cuando la gestión hubiera tenido por objeto evitar algún perjuicio inminente
y manifiesto, aunque de ella no resultare provecho alguno”.
- Se plantea la controversia de si el gestor puede exigir retribución, cuestión
que el Código silencia.

El cobro o pago de lo indebido: su restitución.

Se regula en los arts. 1.895 a 1.901 del Código civil.

Art. 1.895: “Cuando se recibe alguna cosa que no había derecho a cobrar, que
por error ha sido indebidamente entregada, surge la obligación de restituirla”.
Art. 1.901: “Se presume que hubo error en el pago cuando se entregó cosa
que nunca se debió o que ya estaba pagada; pero aquél a quien se pida la devolución
puede probar que la entrega se hizo a título de liberalidad o por otra causa”.
Art. 1.900: “La prueba del pago incumbe al que pretende haberlo hecho.
También corre de su cargo la del error con que lo realizó...”
Requisitos:
- La prestación se ha de realizar con ánimo solutorio (animus
solvendi), entendiendo por error el solvens que, mediante su
ejecución, cumple con una obligación.
- La inexistencia de deuda alguna (indebitum) entre el solvens y el
accipiens (o que este pudiera reclamar). Hay excepciones como el
de las obligaciones aplazadas (art. 1.126) o el de las obligaciones
prescritas no habiendo alegado la prescripción el deudor.
- Si el accipiens es el verdadero acreedor pero el pago ha sido
realizado por quien no es deudor, este podrá exigir la restitución,
excepto si el pago ha extinguido la obligación del verdadero deudor.
Obligación de restituir por el accipiens:
- Si existe buena fe:
- Ha de devolver la cosa o su valor de enajenación. En caso
de pérdida o deterioro, sólo habrá de indemnizar en el caso
de haber obtenido enriquecimiento efectivo.
- No lo ha de devolver si lleva a cabo alguno de estos actos:
- Inutilización del título correspondiente al derecho
de crédito
- Dejar transcurrir el plazo de prescripción sin
reclamar el crédito por entenderlo ya pagado
- Abandono de las prendas
- Cancelación de las garantías de su derecho.
- Si existe mala fe:
- Si la prestación era dinero se entregará además el interés
legal.

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- Si la cosa era fructífera, se entregará además los frutos


generados y los que en condiciones normales se hubieran
debido producir.
- Además responderá de los menoscabos que sufra la cosa
por cualquier causa, incluso por caso fortuito a no ser que
se hubiera producido igual si estuviera en poder de quien la
entregó.
Reintegración de los gastos producidos por la posesión:
- Art. 455: “los gastos necesarios se abonan a todo poseedor”
- 1.898: “en cuanto al abono de las mejoras y gasto hechos por el
que indebidamente recibió la cosa, es estará a los dispuesto en el
titulo V del libro II”. El poseedor de buena fe ha de ser restituido y
no hay pronunciamiento en el caso del poseedor de mala fe.
- Los gastos suntuarios no son abonables.

El Enriquecimiento injusto como principio general del Derecho: antecedentes,


fundamento, presupuestos, formas de enriquecimiento y efectos.

a) Antecedentes.

El sistema romano clásico perfiló una serie de acciones tendentes a procurar que, en
ningún caso, se produjeran situaciones de enriquecimiento injusto patrimonial que se
encontraran privadas de causa y fundamento.
En Las Partidas se prevé que “ninguno debe enriquecerse con daño a otro”.
El Código civil no reguló expresamente la acción de enriquecimiento injusto.
La Doctrina y la jurisprudencia se han pronunciado siempre a favor de la existencia de
un principio general del Derecho que proscribe el enriquecimiento injusto.
Las codificaciones más recientes y modernas que no siguen los patrones del Código
civil francés han regulado expresamente la prohibición del enriquecimiento injusto.
En la reforma del Título Preliminar de 1973 de nuestro Código civil se recibe en el art.
10.9: “en el enriquecimiento sin causa se aplicará la ley en virtud de la cual se produjo la
transferencia del valor patrimonial a favor del enriquecido” (de lo que se deduce? Que el
enriquecimiento injusto es fuente de obligaciones).

b) Fundamento:

Se suele fundamentar la existencia de la obligación dimanante del enriquecimiento


injusto en razones de equidad y trayendo a colación la idea de principio general del Derecho.
La aplicación de la doctrina del enriquecimiento injusto excluye cualquier
consideración de tipo culpabilísta, pues no se funda en la culpa, ni en el dolo, ni en la
realización de acto ilícito alguno por parte del obligado a responder ante el empobrecido.
La doctrina admite que la obligación de resarcimiento del que se ha enriquecido
torticeramente a costa de otro constituye el fundamento último de numerosas disposiciones del
código civil.
Según el Profesor Lacruz del art. 1.901 del Código civil se deduce que cualquier
prestación hecha sin causa justa puede ser reclamada por quien la realizó, por cuanto lo
prestado sólo puede conservarse por el accipiens mediando liberalidad u otra justa causa.

c) Presupuestos:

Se exige por la jurisprudencia tres requisitos:


- Un enriquecimiento patrimonial ( incremento patrimonial o la evitación de
una disminución)
- Que para ser injusto y sin causa, carezca de toda razón jurídica.
- Que se produzca un paralelo empobrecimiento en el patrimonio de otra
persona, con el efecto de haberse de restituir o resarcir.
- Relación de causalidad: el empobrecimiento de una de las partes y el
enriquecimiento de la otra deben encontrarse estrechamente
interconectados o ser entre sí interdependientes.

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d) Efectos:

El ejercicio de la acción de enriquecimiento injusto tiene por objeto reclamar el


beneficio efectivamente conseguido por el enriquecido que, al propio tiempo, guarde
correlación o correspondencia con el empobrecimiento del demandante.
Según Lacruz, la condena no puede sobrepasar la menos elevada de ambas sumas,
porque el empobrecido no puede exigir más que la reconstitución de su patrimonio, y al
patrimonio enriquecido no se le puede imponer más que ser reconducido a su nivel inicial.
En caso de pluralidad de deudores, la obligación de restituir se ha de considerar
solidaria.
La acción de enriquecimiento es una acción personal. Ha de entenderse que prescribe
a los quince años. (art. 1.964).

Tema 17: La responsabilidad extracontractual (I)

La responsabilidad civil extracontractual o Derecho de daños

Art. 1.089: “Las obligaciones nacen de la ley, de los contratos y cuasicontratos, y de


los actos y omisiones ilícitos o en que intervenga cualquier género de culpa o
negligencia”.
Art. 1.902: “El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o
negligencia, está obligado a reparar el daño causado”

Cualquier acto ilícito que ocasione daño a un persona o a su patrimonio de forma


injustificada conlleva al nacimiento de la obligación de reparar o indemnizar dicho daño.
La expresión “Derecho de daños” es una traducción literal de la expresión anglosajona
law of forts, que engloba el tratamiento general de la jurisprudencia sobre los distintos
supuestos de responsabilidad extracontractual.

Los presupuestos del régimen codificado y la evolución de la responsabilidad civil:


tipos de responsabilidad.

Requisitos necesarios e ineludibles para la generación de la responsabilidad


extracontractual:
- Resultado dañoso para un tercero
- Actuación u omisión culposa del agente

Frente a ese sistema de responsabilidad subjetiva, otras disposiciones normativas


establecen un sistema de responsabilidad objetiva por la que se genera la obligación de
resarcimiento simplemente por la relación de causalidad entre la actuación del agente y el
daño producido.
La trascendencia de los supuestos de responsabilidad objetiva es cada vez mayor,
considerando que en nuestra actual sociedad la naturaleza reparadora de la responsabilidad
extracontractual importa más que la determinación del sujeto responsable de los daños
causados.
El sistema seguido en lo fundamental por el Código civil español es, en lo fundamental
el de los presupuestos propios de la responsabilidad subjetiva.

Presupuestos de la responsabilidad: el acto ilícito, el daño y el nexo causal

La acción del causante del daño puede consistir tanto en un acto (u abstención) como
un hecho absolutamente involuntario.

a) Acto ilícito: Para que la acción u omisión produzca la obligación de reparar el


daño, se dice que es necesario que sea ilícita o antijurídica (contraria a Derecho);
pero nada dice el art. 1.902 de ello. De ahí se deduce que es antijurídica cualquier
conducta (lícita o no) que acarree daño para tercero.

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b) El daño: Tanto el art. 1.902 como la jurisprudencia exigen la existencia y prueba


del daño para la procedencia de la indemnización de daños y perjuicios. Los daños
materiales (patrimoniales) deben ser objeto de reparación; en cuanto a los daños
morales, la doctrina y jurisprudencia tienden a admitir que también, siempre que
sea real y demostrado. Se ha de considerar que los daños material y moral
corresponden a diferentes conceptos, pues si el primero es reparable, el segundo
solo es compensable, quedando la fijación de su cuantía al prudencial criterio del
juzgador.

c) El nexo causal o relación de causalidad: a nivel práctico origina problemas sobre


todo en los supuestos de concurrencia de varias causas (concausas) para producir
el daño final. Hay diversas tesis doctrinales:
- Teoría de la equivalencia de las condiciones: solo se tendrán en cuenta
aquellas circunstancias cuya concurrencia ha sido determinante en el
resultado dañoso.
- Teoría de la adecuación o de la causa adecuada: la causa origen del daño
solo puede determinarse atendiendo a la adecuación entre aquélla y éste.
- Teoría de la causa próxima: las posibles causas de origen remoto deben
ser rechazadas.
- Teoría de la causa eficiente: para no excluir causas menos próximas pero
verdaderamente determinantes del resultado dañoso.

La jurisprudencia opta por resaltar el insuperable casuismo de la materia. A


efectos de establecer el nexo causal entre conducta y daño, da de inspirarse en
la valoración de la condiciones o circunstancias que el buen sentido señale en
cada caso como índice de responsabilidad dentro del infinito encadenamiento
de causas y efectos.

Criterios de imputación y exoneración de responsabilidad

La acción dañosa ha de ser atribuible a una persona, que es la obligada a reparar el


daño.
La voluntariedad o involuntariedad de la conducta dañosa es intranscendente en
nuestro sistema normativo.
La exigencia de imputabilidad (capacidad de entender y querer) del autor del daño no
constituye un presupuesto de la responsabilidad civil en nuestro ordenamiento. Así conforme al
art. 118 CP, la responsabilidad civil generada a causa de actos llevados a cabo por quienes
sean penalmente inimputables, se exigirá conforme a las siguientes reglas:
- Respecto de los que sufren enajenación mental persistente serán
responsables quienes los tengan bajo su potestad o guarda legal, siempre
que haya mediado culpa o negligencia por su parte y sin perjuicio de la
responsabilidad civil directa que pudiera corresponder a los imputables.
- El ebrio y el intoxicado habrán de responder por sí mismos
- En el supuesto de estado de necesidad, serán responsables civiles directos
las personas en cuyo favor se haya precavido mal.
La Ley Orgánica 5/2000 Reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores,
hace recaer sobre padres y guardadores la responsabilidad civil imputable al menor entre 14 y
18 años, de forma solidaria, aunque no haya habido culpa o negligencia de aquellos.

Causas que exoneran de responsabilidad al sujeto actuante:


- Los casos de legítima defensa o estado de necesidad: aclaradas en el art.
20 del Código penal.
- El consentimiento o la culpa exclusiva de la víctima
- El correcto ejercicio de un derecho.
- El caso fortuito: Art. 1.105: “Fuera de los casos expresamente
mencionados en la ley, y de los en que así lo declare la obligación, nadie
responderá de aquellos sucesos que no hubieran podido preverse, o que ,
previstos, fueran inevitables”.

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Tema 18: La responsabilidad civil extracontractual (II)

Sujetos y objeto de la responsabilidad civil

La responsabilidad culposa o aquiliana

Un requisito básico de la culpabilidad en el comportamiento dañoso es la conducta


dolosa o culposa del agente.
Art. 1.902: “El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o
negligencia, está obligado a reparar el daño causado”
La consideración del legislador del concepto de culpa se aproxima al carácter coloquial
del mismo: la existencia de una conducta descuidada o poco cuidadosa.
La graduación de la culpa no tiene interés; el autor del acto ilícito responde siempre
del daño, cualquiera que sea el grado de su falta de diligencia.
Que el Código se refiera sólo a la culpa , no justifica en modo alguno la exclusión de
las conductas dolosas como determinantes de la responsabilidad extracontractual.
Se concluye que el término “culpa” del art. 1.902 se ha de entender genéricamente,
englobando dentro de él la culpa propiamente dicha y el dolo.
El actor ha de probar la culpabilidad del demandado (art. 1.214: “incumbe la prueba de
las obligaciones al que reclama su cumplimiento”). En las últimas décadas nuestro Tribunal
Supremo ha determinado establecer una inversión de la carga de la prueba en beneficio de la
víctima: el sujeto tendencialmente responsable es quien ha de acreditar haber actuado sin
culpa (en un grado de diligencia tal que excluya la aparición de la responsabilidad
extracontractual.

La responsabilidad no culposa u objetiva: principales supuestos

Frente al sistema de responsabilidad subjetiva, otras disposiciones normativas


establecen un sistema de responsabilidad objetiva por la que se genera la obligación de
resarcimiento simplemente por la relación de causalidad entre la actuación del agente y el
daño producido, aunque no haya incurrido en culpa o negligencia alguna.
La trascendencia de los supuestos de responsabilidad objetiva es cada vez mayor,
considerando que en nuestra actual sociedad la naturaleza reparadora de la responsabilidad
extracontractual importa más que la determinación del sujeto responsable de los daños
causados.
Supuestos codificados:
- Daños causados por animales; Art. 1.905: “El poseedor de un animal, o
el que se sirve de él, es responsable de los perjuicios que causare, aunque
se le escape o extravíe. Sólo cesará esta responsabilidad en el caso de
que el daño proviniera de fuerza mayor o de culpa del que lo hubiese
sufrido”.
- Daños causados por caída de árboles: Art. 1.908: “Igualmente
responderán los propietarios de los daños causados: ... 3º Por la caída de
árboles colocados en sitios de tránsito, cuando no sea ocasionada por
fuerza mayor”. Art. 390: “Cuando algún árbol corpulento amenazare caerse
de modo que pueda causar perjuicio a una finca ajena o a los transeúntes
por una vía pública o particular, el dueño del árbol está obligado a
arrancarlo y retirarlo; y si no lo verificare, se hará a su costa por mandato
de la Autoridad”.
- Daños causados por objetos arrojados o vertidos: Art. 1,910: “El
cabeza de familia que habita una casa o parte de ella, es responsable de
los daños causados por las cosas que se arrojaren o cayeran de la misma”.
Este art. se aplica en los casos de filtraciones de agua a locales o viviendas
sitos en plantas inferiores. Como “cabeza de familia” se ha de interpretar al
habitante de la casa.

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Principales supuestos de responsabilidad objetiva en el Derecho español:

- Navegación aérea: Ley de 21 de julio de 1960, reguladora del régimen de


la Navegación Aérea. Art. 120 “la razón de indemnizar tiene su base
objetiva en el accidente, incluso en el accidente fortuito y aun cuando el
transportista, operador o sus empleados justifiquen que obraron con la
debida diligencia”
- Circulación de vehículos a motor: Normativa vigente: Ley Sobre
Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de Vehículos a Motor.
Nace la obligación de indemnizar en todo caso, aunque no existiera culpa
del conductor, el cual queda exonerado sólo cuando el hecho fuese debido
exclusivamente a la culpa del perjudicado o a fuerza mayor extraña a la
conducción o funcionamiento del vehículo. Se complementa con la Ley
30/95 de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados.
- Energía nuclear
- Caza
- Defensa y protección de los consumidores y usuarios: responsabilidad del
fabricante
- Resarcimiento por el Estado a las víctimas del terrorismo
- Responsabilidad del Estado y de las Administraciones públicas
- Administración de justicia y responsabilidad del Estado.

La responsabilidad por daños ajenos: fundamento y supuestos

Art. 1.903: “La obligación que impone el artículo anterior es exigible, no sólo por los
actos u omisiones propios, sino por los de aquellas personas de quienes se debe responder...”.
Supuestos de responsabilidad por hecho o acto ajeno según lo dispuesto en el art.
1.903:
- Los padres respecto de los daños causados por los hijos que se
encuentren bajo su guarda.
- Los tutores, respecto de los daños causados por menores o incapacitados
que estén bajo su autoridad y habiten en su compañía.
- Los comerciantes o empresarios, respecto de los daños causados por sus
empleados o dependientes en el servicio de los ramos en que los tuvieran
empleados o con ocasión de sus funciones.
- Los educadores o los titulares de determinados centros docentes.
Actualmente, a partir de la Ley 1/91 la responsabilidad corresponde a las
personas o entidades titulares del Centro de docencia.
- El Estado cuando obra por mediación de un agente especial. (Lo del
agente especial ha sido derogado por la Ley 1/91).
Según el autor (Lasarte) el art. 1.903 no tiene que ser excluido de la interpretación
analógica, ya que no es una norma penal, ni de carácter excepcional, ni de ámbito temporal.
Basta con que exista una relación de subordinación o dependencia para que pueda predicarse
la vigencia de la responsabilidad por hecho ajeno aunque no se encuentre expresado en los
diversos párrafos del art. mencionado.

El derecho de repetición: art. 1.904: “El que paga el daño causado por sus
dependientes puede repetir de éstos lo que hubiese satisfecho.
Cuando se trate de Centros docentes de enseñanza no superior, sus titulares podrán
exigir de los profesores las cantidades satisfechas, si hubieran incurrido en dolo o culpa grave
en el ejercicio de sus funciones que fuesen causa del daño.”.
De ellos resulta que la responsabilidad del empresario no deriva de su propia culpa
sino de consideraciones de carácter objetivo o de creación de riesgo por la actividad
empresarial. La reclamación del empresario contra el dependiente ha de entenderse sometida
a las reglas propias del art. 1.902.

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La responsabilidad por daños causados por animales y cosas

1) Daños causados por animales:

Art. 1.905: “El poseedor de un animal, o el que se sirve de él, es responsable de los
perjuicios que causare, aunque se le escape o extravíe. Sólo cesará esta responsabilidad en el
caso de que el daño proviniera de fuerza mayor o de culpa del que lo hubiese sufrido”.

Se ha de tener en cuenta la Ley 50/1999 sobre Régimen Jurídico de la Tenencia de


Animales Potencialmente Peligrosos, aunque no ha modificado ni derogado en modo alguno al
Código civil. En ella se dice: “la responsabilidad de naturaleza administrativa, prevista en este
artículo, se entiende sin perjuicio de la exigible en las vías penal y civil”.
La tenencia de un animal justifica por sí misma que su poseedor o usuario (coincida o
no dicha posición con la del dueño), haya de afrontar, en términos objetivos, la reparación de
los daños que eventualmente pudiere causar.
Los supuestos de fuerza mayor tiene escasa significación práctica en esta materia.

2) Daños causados por cosas:

Art. 1.907: “ El propietario de un edificio es responsable de los daños que resulten de


la ruina de todo o parte de él, si ésta sobreviniere de las reparaciones necesarias.
Art. 1.908: “Igualmente responderán los propietarios de los daños causados:
1.º Por la explosión de máquinas que no hubiesen sido cuidadas con la debida
diligencia, y la inflamación de sustancias explosivas que no estuviesen
colocadas en lugar seguro y adecuado.
2.º Por los humos excesivos, que sean nocivos a las personas o a las
propiedades.
3.º Por la caída de árboles colocados en sitios de tránsito, cuando no sea
ocasionada por fuerza mayor.
4.º Por las emanaciones de cloacas o depósitos de materias infectantes,
construidos sin las precauciones adecuadas al lugar en que estuviesen.
Art. 1.909: “Si el daño de que tratan los artículos anteriores resultare por defecto de
construcción, el tercero que lo sufra sólo podrá repetir contra el arquitecto o, en su caso, contra
el constructor, dentro del tiempo legal”.
Art. 1,910: “El cabeza de familia que habita una casa o parte de ella, es responsable
de los daños causados por las cosas que se arrojaren o cayeran de la misma”.

La reparación del daño: acción de responsabilidad y modalidades de resarcimiento

Art. 1902: “El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o
negligencia, está obligado a reparar el daño causado”.

La reparación puede llevarse a cabo mediante convenio de naturaleza extrajudicial. De


no obtenerse el debido acuerdo entre el responsable y la víctima, será necesario plantear la
reparación por vía judicial, exigiendo la víctima el cumplimiento de la obligación, ya nacida, de
indemnizar daños y perjuicios.
El Código civil no contiene norma alguna sobre las diversas formas de reparación.
Conforme a la práctica y la jurisprudencia, será el propio perjudicado el que habrá de plantear
la forma de reparación que considere idónea para quedar indemne.
El art. 110 del Código Penal establece: “La responsabilidad establecida en el art.
anterior comprende:
1.º La restitución.
2.º La reparación del daño.
3.º La indemnización de perjuicios materiales y morales.
El 112 del CP: “La reparación del daño podrá consistir en obligaciones de dar, de
hacer o de no hacer que el Juez o Tribunal establecerá atendiendo a la naturaleza de aquél y a

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las condiciones personales y patrimoniales del culpable, determinando si han de ser cumplidas
por él mismo o pueden ser ejecutadas a su costa”.

La criticada Ley 30/1995 de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados


establece una nueva redacción del art. 1.2 de la Ley Sobre Responsabilidad Civil y Seguro de
Circulación de Vehículos a Motor: “Los daños causados y perjuicios causados a las personas,
comprensivos del valor de la pérdida sufrida y de la ganancia que hayan dejado de obtener,
previsto, previsibles o que conocidamente se deriven del hecho generador, incluyendo los
daños morales, se cuantificarán en todo caso con arreglo a los criterios y dentro de los límites
indemnizatorios fijados en el anexo de la presente Ley”.

En el caso de pluralidad de responsables, el Código civil carece de precepto alguno


que posibilite responder, inequívocamente y con carácter general a la cuestión de si el
perjudicado debe reclamar la reparación del daño:
- Simultáneamente o sucesivamente a cada uno de los responsables, pero
prorrateando entre ellos la reparación que hubiere sido convenida o
judicialmente determinada.
- A cualquiera de ellos por entero.
Mayoritariamente la doctrina y la jurisprudencia se pronuncian a favor del carácter
solidario de la obligación extracontractual, de forma general.
La legislación actual apoya ese criterio:
- Ley de Navegación Aérea
- Ley de Energía Nuclear
- Ley de Caza
- Ley 30/92 de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y
Procedimiento Administrativo Común.

Prescripción: Art. 1.968: “Prescriben por el transcurso de un año:


1.º La acción de recobrar o retener la posesión
2.º La acción para exigir la responsabilidad civil por injuria o
calumnia, y por las obligaciones derivadas de la culpa o
negligencia de que se trata en el artículo 1.902, desde que lo
supo el agraviado.
La jurisprudencia considera que la prescripción anual resulta aplicable no sólo a las
obligaciones del art. 1.902, sino también a las contempladas por las artículos siguientes, es
decir al conjunto de obligaciones extracontractuales reguladas por el Código Civil. Dicho plazo
no es aplicable, de forma indiscriminada a otros supuestos regulados por específicas
disposiciones legales como:
- 6 meses para el transporte aéreo de viajeros y mercancías
- 10 o 20 años por daño nuclear
- 4 años para acciones de protección frente a las intromisiones ilegítimas
- 3 meses para la acción judicial de reconocimiento de error
- 5 años para la materia de propiedad intelectual
- 2 años para daños por vicios o defectos en la edificación.
En el caso de daños continuados o de lesiones corporales de difícil determinación
médica, el plazo de prescripción no comienza a computarse hasta el momento en que resulta
factible determinar, con certidumbre, el alcance de la indemnización.
Se observa una cierta tendencia del legislador a convertir los plazos de ejercicio de la
acción de la reclamación de la responsabilidad civil en plazos de caducidad, quizás para evitar
la continua reviviscencia del posible ejercicio de la acción.

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Tema I9: El Contrato.

Desenvolvimiento histórico del concepto de contrato.

Contrato = cum + traho = venir en uno, ligarse.


No siempre se ha aceptado la equivalencia entre contrato y convención.

1. Derecho romano: contrato era la convención que por ir acompañada de


una forma requerida por el Derecho o de una causa reconocida, producía
acción y vínculo obligatorio.
2. Derecho moderno: se constituye el contrato en categoría abstracta,
teniendo su base en la convención o acuerdo de voluntades. Nociones de
contrato:
a) Concepción amplia: todo acuerdo dirigido a crear, modificar o extinguir
obligaciones o a constituir relaciones de derecho real o de familia.
b) Concepción estricta: acuerdo dirigido a constituir una obligación
patrimonial. Es decir género: convención, especie: contrato.
c) Concepción intermedia: es el negocio jurídico bilateral, dirigido a
constituir, modificar o extinguir un vínculo jurídico de contenido
patrimonial o económico.
d) Concepción novísima: implica una unificación de voluntades que se
produce para satisfacer intereses contrapuestos.

El Código civil circunscribe el contrato a las relaciones patrimoniales: Art. 1.254 CC:
“El contrato existe desde que una o varias personas consienten en obligarse, respecto de otra
u otras, a dar alguna cosa o prestar algún servicio”.
Sin embargo en virtud de contrato también se puede extinguir una relación obligatoria
o modificarla, ceder un crédito o asumir una deuda.

Autonomía privada y fuerza vinculante de los contratos.

El fundamento de la fuerza vinculante de los contratos, teorías:


- Pacto social: existe convención tácita.
- Utilidad: evitar perder la confianza de los demás.
- Tradición o abandono: existe una voluntaria abdicación parcial de libertad de una
parte.
- Veracidad: existe un deber natural de decir la verdad y obrar conforme a ello.
- Condicionalidad: se ha de cumplir lo que desde ese momento constituye condición
de aquél a quien se otorgó, lo contrario haría imposible la vida social.
- Justicia: dar a cada uno lo suyo.

El contrato descansa en el equilibrio y la conciliación de los principios de personalidad


y comunidad, de libre autonomía y de interés social.
El principio de autonomía de la voluntad se proclama en el art. 1.255: “Los
contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por
conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral ni al orden público”.
Esta norma general de libertad de contratación tiene limitaciones de carácter:
- Legal: contratos de trabajo, arrendamientos rústicos y urbanos
- Moral: arts. 1.257, 1.116, 1.102, 1.316, 1.459, 1.859 y 1.889.
Al antiguo dogma individualista de la autonomía de la voluntad ha de suceder el imperio
del principio intervencionista: el contrato no solo puede obligar en lo que alcanza la libertad
contractual, sino en la medida a que alcanza la confianza de la otra parte en la declaración, y
no es absolutamente obligatorio en todo aquello a que la voluntad contractual se extiende, sino
que pueden ser no obligatorios.

Contratos, figuras afines y figuras contractuales discutidas

Han surgido nuevas categorías contractuales que se caracterizan por un particular


mecanismo de formación contractual y por la debilitación de la sustancia consensual, que llega,

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en muchos casos, a anular casi de hecho la libertad de los contratantes y hacer dudosa la
aplicación misma del molde conceptual del contrato.
Destacan:
- Contrato de adhesión: las condiciones son obra de una sola de las partes:
seguros, transportes, suministros de agua, gas y electricidad, contratos
bancarios.... (en defensa del que consiente: art. 1.288: “La interpretación de
las cláusulas oscuras de un contrato no deberá favorecer a la parte que
hubiese ocasionado la oscuridad)
- Contratos normados o dictados: los contratantes sólo pueden establecer
sus pactos y condiciones dentro de ciertos límites fijados por el poder
público: los de trabajo y los de arrendamientos.
- Contratos o pactos normativos: su función es la de fijar una
reglamentación general y abstracta para que se acomoden a ella quienes
en lo futuro quieran contratar. Son subespecies de estos los:
- Contratos colectivos: establecen las condiciones del contrato un
grupo de personas ligados por un mismo interés económico. Es
obligatorio para todos los componentes, aunque no hayan participado
en el acuerdo. El caso más importante es el convenio colectivo.
- Contratos tipo: ofrecen el esquema concreto del contrato individual,
consignado frecuentemente en modelos o formularios impresos. Se
trata de hacer constantes y uniformes ciertas cláusulas contractuales
como resultado de larga experiencia (seguros marítimos, relaciones
entre autores y editores, locación de casas, seguro de daños...)
- Contratos de condiciones generales: son los redactados por una
empresa o grupo de ellas propuestas como patrón o formulario a los
clientes que contraten con ellas. Pueden estar insertadas en los contratos o
contener estos sólo un extracto de las mismas. Se admiten con reservas
por nuestros civilistas.

Las clasificaciones de los contratos.

- Por la naturaleza de los vínculos que producen:


- Unilaterales: originan obligaciones a una de las partes contratantes.
- Bilaterales o sinalagmáticos; originan obligaciones recíprocas.
- Por la finalidad o título:
- Onerosos: cada una de las partes aspira a procurarse una compensación.
- Conmutativos: la compensación es de bien determinado
- Aleatorios: la compensación depende de hecho incierto. El bien es
indeterminado.
- Gratuitos: uno de los contratantes se propone proporcionar al otro un a
ventaja sin equivalente alguno.
- Con disminución del patrimonio del donante.
- Sin disminución en el patrimonio del bienhechor.
- Los que incorporan la causa al contenido de la declaración de voluntad y los que
no la incorporan.
- Por lo requisitos para la formación del contrato:
- Consensuales: se perfeccionan por el mero acuerdo de voluntades.
- Reales: precisan de la entrega de la cosa
- Solemnes: exigen una forma especial para su celebración.
- Por su naturaleza independiente o relacionada:
- Preparatorios
- Principales
- Accesorios
- Por la influencia del tiempo en la ejecución del contrato:
- Tracto único
- Tracto sucesivo
- Tracto continuo

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- Por su regulación legal:


- Nominados o típicos: los de regulación especial en la ley
- Innominados o atípicos: los faltos de reglamentación legal que se
rigen por las normas generales de contratación.

Tema 20: Los elementos del contrato

La capacidad contractual: incapacidades y prohibiciones; el autocontrato.

Las incapacidades son restricciones de la capacidad de obrar o capacidad de


ejercicio. Se fundan en circunstancias subjetivas de ciertas personas que obligan a la ley a
retardar o suspender la aptitud para realizar actos jurídicos.
Las prohibiciones están fundadas en razones de moralidad.

Son incapacidades para contratar:


- Art. 1.263: “No pueden prestar consentimiento: 1º Los menores no emancipados.
2º Los incapacitados”

Son prohibiciones para contratar:


- Art. 275: “Sólo los padres, y en sus disposiciones de última voluntad. Podrán
establecer que el tutor haga suyos los frutos de los bienes del tutelado a cambio de
prestarle los alimentos, salvo que el juez, en resolución motivada, disponga otra
cosa”
- Art. 1.459: “No podrán adquirir por compra, aunque sea en subasta pública o
judicial, por sí ni por persona alguna intermedia:
1º Los que desempeñen algún cargo tutelar, los bienes de la persona o
personas que estén bajo su guarda o protección.
2º Los mandatarios, los bienes de cuya administración o enajenación
estuviesen encargados.
3º Los albaceas, los bienes confiados a su cargo
4º Los empleados públicos, los bienes del Estado, de los Municipios, de los
pueblos y de los establecimientos también públicos, de cuya administración
estuviesen encargados. Esta disposición regirá para los jueces y peritos
que de cualquier modo intervinieren en la venta.
5º Los Magistrados, Jueces, individuos del Ministerio fiscal, Secretarios de
Tribunales y Juzgados y Oficiales de justicia, los bienes y derechos que
estuviesen en litigio ante el Tribunal, en cuya jurisdicción o territorio
ejercieran sus respectivas funciones, extendiéndose esta prohibición al
acto de adquirir por cesión...”
- Art. 1.677: “No pueden contraer sociedad universal entre sí las personas a quienes
está prohibido otorgarse recíprocamente alguna donación o ventaja”.

El autocontrato: tiene lugar cuando una sola persona, que concentra la


representación o poder de disposición de dos patrimonios, pone a éstos, a virtud de una sola
declaración de voluntad, en una relación de obligación. Se puede reconocer su posibilidad
cuando no haya conflicto de intereses entre los dos patrimonios relacionados; de existir esa
relación se hace preciso la intervención de otra voluntad.

El consentimiento contractual: los vicios del consentimiento

Es el elemento más sustancial y que constituye el alma del contrato.


Art. 1.262:”El consentimiento se manifiesta por el concurso de la oferta y la aceptación
sobre la cosa y la causa que han de constituir el contrato...”.
El consentimiento supone las siguientes condiciones:
- Pluralidad de sujetos o partes (¿autocontratación?)
- Capacidad: vista
- Voluntad: consciente y libre

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- Declaración: ha de ser manifestado expresa o tácitamente


- Concordancia entre la voluntad interna y la declaración.

Vicios del consentimiento: Ver tema 29 de Civil I

El objeto del contrato

Es la obligación que por él se constituye y ordinariamente se refiere a las cosas o


servicios que son materia, respectivamente, de las obligaciones de dar o de hacer.
Requisitos del objeto del contrato:
- Que sea real o posible: art. 1.272: “No podrán ser objeto de contrato las
cosas o servicios imposibles”
- Que sea lícito: art. 1.271: “ Pueden ser objeto de contrato todas las cosas
que no están fuera del comercio de los hombres, aun las futuras. ... Pueden
ser igualmente objeto de contrato todos los servicios que no sean
contrarios a las leyes o a las buenas costumbres”.
- Que sea determinado: art. 1.273: “El objeto de todo contrato debe ser una
cosa determinada en cuanto a su especie, la indeterminación en la cantidad
no será obstáculo para la existencia del contrato, siempre que sea posible
determinarla sin la necesidad de nuevo convenio entre los contratantes”.

La causa del contrato: tesis doctrinales; causa del contrato y causa de la obligación;
contratos causales y abstractos.

Causa es la razón o fin, el porqué de la obligación. Responde a la pregunta: ¿por qué


se debe?.
Las doctrinas causalistas:
- Concepción objetiva: que según la postura del autor entiende por causa el
fin práctico del negocio, la razón económica jurídica del negocio o la
función que caracteriza a cada tipo de negocio, reconocida por el Derecho.
Así se puede decir que la causa del negocio se identifica, objetivamente,
con la función socioeconómica o con el fin típico que desempeña el tipo
negocial: Intercambio de cosa por precio en la compraventa, intercambio de
cosa por cosa en la permuta, cesión temporal de vivienda a cambio de la
renta en el arrendamiento, disposición postmortem de los bienes en el
testamento, creación de un vínculo familiar en la adopción. Etc.
- Concepción subjetiva: la causa es el elemento o momento psicológico que
determina la voluntad; la razón o motivo decisivo que induce a negociar; el
fin particular cuya consecución impulsa a realizar el negocio.
- Concepción unitaria: intenta unificar ambas visiones, objetiva y subjetiva,
de tal forma que junto al fin que el negocio persigue en abstracto, hay que
dar relevancia a casual al propósito que indujo al sujeto a alcanzarlo.

La vaguedad con que la causa está regulada en nuestro Código civil llega al extremo
de no aparecer con diafanidad de sus preceptos si la causa es algo que pertenece al contrato o
algo que se refiere a la obligación.
- Art. 1.261: “No hay contrato sino cuando concurren los requisitos siguientes: 1º
consentimiento de los contratantes, 2º objeto cierto que sea materia del contrato y
3º causa de la obligación que se establezca”.
- Art. 1.274: “En los contratos onerosos se entiende por causa, para cada parte
contratante, la prestación o promesa de una cosa o servicio por la otra parte; en
los remuneratorios, el servicio o beneficio que se remunera, y en los de pura
beneficencia, la mera libertad del bienhechor”.

En el Derecho español, a la vista del art. 1.275: “Los contratos sin causa, o con causa
ilícita, no producen efecto alguno...”, no puede hablarse de negocios abstractos, ni siquiera en
aquellas declaraciones de voluntad unilaterales. La validez del negocio depende de la causa,
por lo que no puede hablarse de negocio abstracto. Se ratifica esto en el art. 1.261.

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La forma del contrato: el principio espiritualista: contratos formales o solemnes

Tema 30 de Civil I: esto es lo que se dijo (me imagino que valdrá lo mismo para el
contrato):
Todo negocio jurídico ha de asumir una forma determinada que le permita ser
individualizado e identificado. La forma consistirá a veces en un documento (público o privado),
otras en un mero acuerdo verbal, otras en un anuncio en el periódico de una oferta de
recompensa, etc.
Formalidad es una forma especialmente cualificada impuesta por las normas
imperativas para que pueda afirmarse la validez y eficacia del negocio jurídico.
La categoría de negocio jurídico al tener un fundamento exclusivamente teórico, se
manifiesta al considerar la forma de los distintos negocios jurídicos, así los diversos autores se
refieren por separado a la forma de los contratos por separado según sean testamentos,
negocios de Derecho de familia, etc.
La regulación general de los contratos se encuentra presidida por el principio de
libertad de forma, así se establece en:
- Art. 1.278: “Los contratos serán obligatorios, cualquiera que sea la forma en
que se hayan celebrado, siempre que en ellos concurran las condiciones
esenciales para su validez”
- Art. 1.279: “Si la ley exigiere el otorgamiento de escritura u otra forma especial
para hacer efectivas la obligaciones propias de un contrato, los contratantes
podrán compelerse recíprocamente a llenar aquella forma desde que hubiese
intervenido el consentimiento y demás requisitos necesarios para su validez”.
Contratos para los que exige el Código civil forma especial:
a) Contratos que han de constar en documento público:
- Art. 1.280: “Deberán constar en documento público:
1º Los actos y contratos que tengan por objeto la creación,
transmisión, modificación o extinción de derechos reales sobre
bienes inmuebles.
2º Los arrendamientos de esos mismos bienes por seis o más años,
siempre que deban perjudicar a tercero.
3º Las capitulaciones matrimoniales y sus modificaciones
4º La cesión, repudiación y renuncia de los derechos hereditarios o de
los de la sociedad conyugal.
5º El poder para contraer matrimonio, el general para pleitos y los
especiales que deban presentarse en juicio; el poder para
administrar bienes, y cualquier otro que tenga por objeto un acto
redactado o que deba redactarse en escritura pública, o haya de
perjudicar a tercero.
6º La cesión de acciones o derechos procedentes de un acto
consignado en escritura pública.

Los contratos solemnes: En algunos supuestos la Ley establece que el


documento público es absolutamente necesario para que el contrato se entienda
celebrado:

- Art. 633: “Para que sea válida la donación de cosa inmueble, ha de hacerse en
escritura pública...”
- Art. 1.875; “Además de los requisitos exigidos en el art. 1.857, es
indispensable, para que la hipoteca quede válidamente constituida, que el
documento en que se constituya sea inscrito en el Registro de la Propiedad...”
- Art. 1.667: “La sociedad civil se podrá constituir en cualquiera forma, salvo que
se aportaren a ella bienes inmuebles o derechos reales, en cuyo caso será
necesaria la escritura pública”.
-
b) Contratos que han de constar por escrito, aunque sea privado:
- Art. 1.280.2: “... También deberán hacerse constar por escrito, aunque sea
privado, los demás contratos en que la cuantía de las prestaciones de uno o
de los dos contratantes exceda en 1.500 ptas.”.

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Grado de obligatoriedad de la forma: el sentido del Código es que el defecto de forma


no priva al contrato de su efectividad cuando las partes lo cumplen por mutua conformidad,
pero impide el ejercicio de la acción judicial, y hace necesario que la parte que quiera reclamar
el cumplimiento haya de ejercitar una acción previa pidiendo la elevación a escritura pública.
El Tribunal Supremo ha dado una interpretación mas espiritualista:
1. El art. 1.279 consigna una facultad no una obligación.
2. Los art. 1.278 y 1.280 no exigen que el ejercicio de la acción para obligar al
otorgamiento de la escritura haya de preceder al de la derivada del
contrato.
3. La falta de forma no priva al contrato de su plena eficacia, cuando las
partes lo cumplimentan antes de elevarlo a escritura pública. Se crea un
estado de derecho que afecta a terceros.
4. En el supuesto de que no se hubiera llenado la forma exigida por la ley,
sólo están autorizadas las partes para compelerse recíprocamente a llenar
aquella forma, nunca para solicitar la inexistencia del contrato.
5. El art. 1.280 no modifica el precepto del 1.278, ni tiene otro alcance,
conforme al art. 1.279, que el de que pueda cualquiera de las partes
imponer a la otra su cumplimiento, pidiendo la elevación del contrato a
escritura pública.

La documentación del contrato

Desarrollo vago, con devaneos y saltos. Pues eso.

Tema 21: La formación y el contenido del contrato

Las distintas fases del formación del contrato. Los tratos preliminares. La oferta, la
aceptación y la perfección del contrato.

Nuestro C. Civil no dedica norma alguna a los tratos preliminares, sin embargo tienen
importancia por:
- Pueden coadyuvar a la interpretación del contrato.
- Pueden dar origen a la responsabilidad precontractual.
Como regla general la ruptura de tratos preliminares no conlleva consecuencia alguna,
pero si por alguna de las partes se ha procedido durante ellos sin la observancia del principio
general de la buena fe, provocando después, injustificadamente la ruptura, puede dar lugar a la
responsabilidad precontractual. Cuando la negociación preliminar tiene por objeto dañar a una
de las partes o a un tercero, se ha de buscar un mecanismo de exigencia de responsabilidad
basado en:
- El art. 7.2: “La Ley no ampara el abuso del derecho o el ejercicio antisocial del
mismo. Todo acto u omisión que por la intención de su autor, por su objeto o por las
circunstancias en que se realice sobrepase manifiestamente los límites normales
del ejercicio de un derecho, con daño para tercero, dará lugar a la correspondiente
indemnización y a la adopción de las medidas judiciales o administrativas que
impidan la persistencia en el abuso”.
- Art. 1.902: “El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o
negligencia, está obligado a reparar el daño causado”

Art. 1.262: “El consentimiento se manifiesta por el concurso de la oferta y de la


aceptación sobre la cosa y la causa que han de constituir el contrato”.

La oferta contractual, aisladamente considerada y mientras sea tal, se caracteriza por


ser un acto unilateral y generalmente revocable.
No obstante , por disposición legal, por la propia declaración del oferente o por las
circunstancias de hecho, existen también numerosas ofertas de carácter irrevocable, al menos
durante un plazo temporal determinado (como la proposición del seguro por el asegurador por
15 días). La Ley Sobre el Comercio Minorista establece que “la oferta pública de venta o la
exposición de artículos en establecimientos comerciales constituye a su titular en la obligación

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de proceder a su venta a favor de los demandantes que cumplan las condiciones de


adquisición”.

La aceptación es una declaración de voluntad que ha de ser dirigida al oferente y ha


de ser plenamente concordante con la oferta (SSTS 14-3-73: “si la aceptación se formula
modificando o alterando la propuesta o sometiéndola a condición, no es posible apreciar su
existencia, sino la de una simple proposición que deja el convenio en estado de proyecto”).
La aceptación puede ser:
- Expresa
- Tácita
- Por hechos concluyentes
Respecto al silencio o la falta de actuación por el que no puede ser considerado aún
eventual aceptante no puede considerarse como una manifestación positiva de voluntad que lo
vincule contractualmente. Pero cuando entre las partes existen relaciones previas que
impondrían al eventual aceptante la adopción de medidas de carácter positivo “ el silencio
sobre las mismas y más cuando va unido a hechos positivos precedentes,..., cabe interpretarlo
como tácita manifestación de consentimiento” S 24-11-43 y 24-01-57.
En caso de contratación entre ausentes hay diversas corrientes doctrinales sobre el
momento en que se perfecciona el contrato:
- Teoría de la emisión: desde que el aceptante emite su declaración de
voluntad. Art. 54 C. de Comercio: “los contratos que se celebren por
correspondencia quedarán perfeccionados desde que se conteste
aceptando la propuesta”.
- Teoría de la expedición o remisión: desde la remisión por el aceptante al
oferente de su declaración de voluntad.
- Teoría de la recepción: art. 1.262 C. Civil: “La aceptación hecha por carta
no obliga al que hizo la oferta sino desde que llegó a su conocimiento”.

El precontrato o la promesa de contrato.

Consiste en que las partes se obligan a celebrar un futuro contrato, mediante:


- Una promesa bilateral: la prestación de un nuevo consentimiento respecto de éste
- Una promesa unilateral: la manifestación de una sola de las partes, por entender
que la otra se encuentra ya vinculada por el primer contrato.
Art. 1.451: “La promesa de vender o comprar, habiendo conformidad en la cosa y en el
precio, dará derecho a los contratantes para reclamar recíprocamente el cumplimiento del
contrato”.
Existe problema (casi insuperable) en distinguir la figura genérica de precontrato
(como promesa bilateral) del contrato definitivo, sobre todo si se aceptan las dos premisas
siguientes:
- Se encuentren presentes en el precontrato todos los elementos y estipulaciones
del contrato definitivo.
- Que la puesta en ejecución del contrato definitivo no requiera la emisión de un
nuevo consentimiento entre las partes.
Conforme al profesor de Castro la exigencia del cumplimiento efectivo constituiría una
segunda fase de la que dimanarían los derechos y obligaciones concretos del contrato
definitivo.

El contrato de opción

El optante tiene la facultad de realizar un determinado acto jurídico, cuyo contenido


vincula al promitente por la mera declaración de voluntad de aquél.
En la práctica su operatividad se encuentra reducida a la opción de compra, (más
raramente a la opción de venta).
La opción de compra es un contrato en virtud del cual una persona se obliga a vender
a otra una cosa bajo ciertas condiciones contractualmente previstas, entre las que destaca de
forma particular el plazo temporal concedido al optante.
¿el derecho de la opción puede afectar a terceros adquirentes?

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El contenido y el objeto del contrato

Contenido: conjunto de derechos y obligaciones generados por el contrato en cuestión


o que es objeto de análisis.
Objeto: las cosas, derechos o servicios sobre los que recae el acuerdo contractual.

La autonomía privada y las reglas contractuales

Art. 1.255: “Los contratantes podrán establecer los pactos, cláusulas y condiciones
que tengan por conveniente, siempre que no sean contrarios a las leyes, a la moral, ni al orden
público”.
Existen ciertas normas imperativas, si bien escasas, que no pueden ser desconocidas
ni sustituidas por acto alguno de autonomía privada.
Respecto a los contratos regulados específicamente por la legislación, los particulares
pueden introducir las modificaciones que consideren adecuadas a su designio contractual.
Los particulares son libres para celebrar pactos que no contraríen las normas
imperativas, aunque tales acuerdos no estén contemplados expresamente por la ley como
contratos.
Las cláusulas o estipulaciones son los distintos puntos, normalmente numerados, de
los contratos extendidos por escrito, en los que constan los convenios de detalle sobre los
distintos extremos de su ejecución.
El término condición empleado en el art. 1.255 no tiene el significado técnico de
suceso futuro e incierto del que dependa la eficacia del contrato, si no un sentido figurado.

En los contratos típicos se ha de resaltar las abundantes normas dispositivas. Las


partes pueden sustituir el mandato de dichas normas por un pacto o regla de carácter
autónomo; si no lo hacen las reglas dispositivas pasan a formar parte del contenido contractual.

Los contratos atípicos: supuestos y disciplina normativa.

Son los contratos que, aún careciendo de reconocimiento legal y de regulación


positiva, reúnen los requisitos esenciales de la genérica figura contractual (conforme al art.
1.261 y concordantes).
La celebración de un contrato atípico supone estructurar un modelo contractual, que,
en concreto, no cuenta con una regulación supletoria ad hoc y es conveniente, por tanto,
perfilar muy cuidadosamente las reglas o cláusulas contractuales para evitar imprevisiones en
la ejecución efectiva del contrato.
En caso de litigio entre las partes poco previsoras: ¿qué normas se aplicarán
supletoriamente al caso concreto planteado?: teorías doctrinales:
- Teoría de la absorción: se aplicarán las normas del esquema contractual
típico que le resulte más próximo.
- Teoría de la combinación: se tendrá en cuenta la regulación supletoria de
todos aquellos modelos contractuales típicos que, aunque parcialmente,
estén presentes en el contrato atípico.
- Teoría de aplicación analógica: “procederá la aplicación analógica de las
normas cuando éstas no contemplen un supuesto específico, pero regulen
otro semejante entre los que se aprecie identidad de razón...” art. 4.
Estas propuestas doctrinales son poco realistas y no operativas. La jurisprudencia
atiende sobre todo a la justicia del caso concreto, sobre la base de diseccionar lo mejor posible
la voluntad de las partes, atendiendo a la aplicación de las normas generales de contratación.
Ejemplos de contratos atípicos:
- La mediación o corretaje.
- El de garaje.
- La franquicia
- El leasing.
- El factoring...

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Las condiciones generales de contratación y los contratos de adhesión.

Las condiciones generales de contratación son cláusulas, estipulaciones o contenido


contractual seguido en los actos en masa por las grandes empresas y potentes suministradores
de bienes y servicios.
Desde la perspectiva del consumidor o contratante es asentir al contenido contractual
predispuesto por la otra parte, adhiriéndose al mismo; se trata de contratos de adhesión.
Condiciones generales de contratación y contratos de adhesión son términos que (con
diferencias según ciertos autores de décadas pasadas) se pueden utilizar indistintamente.
La cuestión a plantear no es la obligatoriedad de estos contratos, sino la posible
ineficacia de alguna o algunas cláusulas que contradigan los más elementales principios de
justicia contractual o de equivalencia de prestaciones.
Se trata de conseguir:
- Establecer un cierto equilibrio entre las obligaciones de ambas partes.
- Imposibilitar que a causa de las demandas o reclamaciones produzcan la
exclusión del servicio o bienes ofrecidos en masa.
En nuestra jurisprudencia ha sido tradicional la interpretación progresista del art.
1.288: “La interpretación de las cláusulas oscuras de un contrato no deberá favorecer a la pare
que hubiese ocasionado la oscuridad”en defensa de los ciudadanos. La doctrina ha procurado
restablecer la justicia conmutativa basándose en los arts.: 1.288, 1.258, 1.256 y 1.255.
Mencionar:
- Ley del Contrato del Seguro, 50/1980 de 8 de octubre.
- Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, 26/1984
de19 de julio. (LCU)
- Ley de Condiciones Generales de Contratación, 7/998. (LCGC)
- Directiva 93/13/CEE del Consejo de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas
abusivas en los contratos celebrados con consumidores.

Los contratos normativos

Contratos forzosos: Son aquellos supuestos en que la Ley, atendiendo a razones de


interés general, limita la autonomía privada de una de las partes, obligándola necesariamente a
contratar.
Supuestos a resaltar:
- Obligación de contratar que pesa sobre los concesionarios de servicios
públicos en situación de oligopolista o monopolista.
- El alquiler obligatorio de viviendas que, siendo susceptibles de ser
ocupadas, no lo fueran por nadie estando vacías.
- Los supuestos de subrogación y sucesión en la posición arrendaticia que
prevén la LAU y la LAR.
La categoría de los contratos forzosos no conlleva de forma necesaria que el
contenido del contrato haya de encontrarse legal o convencionalmente predeterminado.

Contratos normados: el conjunto de derechos y obligaciones de las partes se


encuentra legal o reglamentariamente determinado por los poderes públicos.
La mayor parte de los contratos normados son a la vez forzosos, sobre todo por
cuanto se refiere al suministro de servicios públicos, cuyas tarifas y condiciones fundamentales
de suministro se encuentran determinadas por los poderes públicos mediante reglamentos.
En este tipo de contratos la regulación del contenido contractual puede dejar libertad a
las partes para contratar o no, aunque si lo hacen quedan obligadas a respetar el contenido
contractual fijado normativamente.

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Tema 22: La interpretación e integración del contrato.

Interpretación, clasificación e integración del contrato.

La exacta determinación del contenido del contrato puede:


- Convertir en ociosa la interpretación en los casos de que se de una
cuidadosa elaboración del texto escrito del contrato.
- Hacer necesaria la calificación (fijar la naturaleza del contrato) y la
integración (extraer las consecuencias que sean conformes con al buena
fe, al uso y a la ley).

La interpretación del contrato: criterios subjetivos y objetivos.

El Código civil la regula en los artículos 1.281 a 1.289. Actualmente la mayor parte de
la doctrina las considera normas jurídicas en sentido estricto y por consiguiente vinculantes
para el intérprete, aunque se han de aplicar con ponderación del supuesto de hecho a
considerar.
¿La infracción de las reglas interpretativas por los tribunales de instancia, pueden dar
origen al recurso de casación ante el Tribunal Supremo? La respuesta de la jurisprudencia es
SÍ.

Criterios subjetivos:

1. La interpretación literal: Art. 1.281.1: “Si los términos de un contrato son claros y no
dejan duda sobre la intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus
cláusulas”.
2. La intención de los contratantes: Art. 1.281.2: “Si las palabras parecieran contrarias
a la intención evidente de los contratantes, prevalecerá ésta sobre aquellas”.
Art. 1.282: “Para juzgar de la intención de los contratantes, deberá atenderse
principalmente a los actos de éstos, coetáneos y posteriores al contrato”.
3. El elemento volitivo: Art. 1.283: “Cualquiera que sea la generalidad de los términos
de un contrato, no deberán entenderse comprendidos en él cosas distintas y casos
diferentes de aquellos sobre que los interesados propusieran contratar”.

Criterios objetivos:

1. La interpretación sistemática: art. 1.285: “Las cláusulas de los contratos deberán


interpretarse las unas por las otras, atribuyendo a las dudosas el sentido que
resulte del conjunto de todas”,
2. Exclusión del doble sentido (anfibología): art. 1.286: “Las palabras que puedan
tener distintas acepciones serán entendidas en aquella que sea más conforme a la
naturaleza y objeto del contrato”. Art. 1.284: “Si alguna cláusula de los contratos
admitiere diversos sentidos, deberá entenderse en el más adecuado que produzca
efecto” (principio de conservación del contrato).
3. Los usos interpretativos: art. 1.287: “El uso o la costumbre del país se tendrán en
cuenta para interpretar las ambigüedades de los contratos, supliendo en éstos la
omisión de cláusulas que de ordinario suelen establecerse”.
4. La interpretación contra estipulatorem: art. 1.288: “La interpretación de las
cláusulas oscuras de un contrato no deberá favorecer a la parte que hubiese
ocasionado la oscuridad”.

La calificación del contrato

La calificación realizada por las partes no tiene otro carácter que el meramente
orientativo, por lo que no vincula al juzgador. Los contratos se revelan no por la denominación
que se les de si no por las cláusulas que se establezcan.
El identificar el tipo o esquema contractual celebrado, es importante para determinar,
entre otras cosas, el régimen legal imperativo o cuando menos las normas supletorias de dicho
contrato.

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La integración del contrato: los medios de integración

A veces la determinación del exacto contenido del contrato y, por tanto, la efectiva
ejecución del mismo no habría de derivarse sólo de la actividad interpretativa y calificadora de
forma exclusiva, sino que sería necesario extraer consecuencias complementarias acordes con
el conjunto del sistema normativo.
Art. 1.258: “Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde
entonces obligan, no sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas
las consecuencias que, según su naturaleza, sean conforme a la buena fe, al uso y a la ley”.
Medios de integración: el art. 1.258 señala como tales la buena fe, el uso y la ley.

- La ley: la norma aplicable a un supuesto contractual determinado conformará e


integrará el régimen del mismo con primacía incluso sobre el acuerdo o clausulado
contractual. Las normas dispositivas, en cuanto son disponibles por las partes, sólo
integrarán el contrato cuando contemplen un elemento natural del mismo que no
haya sido contemplado o regulado de forma diversa a la legalmente prevista.

- Los usos normativos: tienen carácter normativo y, por tanto, integran el acuerdo
contractual en cuanto costumbre, pero en caso de ser conocidos y no queridos por
las partes, pueden ser excluidos del acuerdo contractual.

- La buena fe: es utilizada por el legislador para tratar de que en todo momento los
efectos del contrato se adecuen a las reglas de conducta socialmente
consideradas como dignas de respeto.

Tema 23: La eficacia del contrato.

El principio de la relatividad del contrato

La regla general es que los contratos son acuerdos de naturaleza estrictamente


particular entre las partes.
Art. 1.257.1: “Los contratos sólo producen efectos entre las partes que los otorgan y
sus herederos; salvo, en cuanto a éstos, el caso que los derechos y obligaciones que proceden
del contrato no sean transmisibles, o por su naturaleza, o por pacto, o por disposición de la
ley”.
Art.1.091: “Las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las
partes contratantes, y deben cumplirse al tenor de los mismos”.
Con la expresión de la “relatividad del contrato” se trata de decir que la eficacia del
contrato como categoría no tiene alcance general respecto de la colectividad, sino limitado a
las partes contratantes.

Eficacia del contrato en relación a los terceros

La regla general expresada tiene excepciones que se consideran en los siguientes


apartados.
El contrato a favor de tercero (beneficiario o estipulante) supone que éste, pese a no
haber sido parte contratante es titular de un derecho de crédito que puede exigir del o de los
contratantes que resulten obligados (el o los promitentes).
Las partes contratantes quedan obligadas a respetar el contenido contractual
beneficioso para el tercero: Art. 1.257.2: “Si el contrato contuviere alguna estipulación a favor
de un tercero, éste podrá exigir su cumplimiento, siempre que hubiese hecho saber su
aceptación al obligado antes de que haya sido aquélla revocada”.
¿cuándo nace el derecho a favor de tercero?, con la celebración del contrato o con la
aceptación del tercero. La doctrina mayoritaria: con la celebración del contrato. La aceptación
se ha de considerar como un requisito de la consolidación del derecho del beneficiario.

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Contratos en daño de tercero

Representa una agrupación contractual de carácter descriptivo sin marco normativo


alguno para defender una misma conclusión al respecto.
Ejemplos:
- Cuando para burlar a los acreedores, se celebran contratos en cuya virtud se
pretende enajenar determinados bienes y dejarlos a salvo de la ejecución de
aquéllos.
- Quien contrata a alguien para difamar, lesionar ... a un tercero.

Contratos con persona a determinar

Es una práctica contractual (en las compraventas y subastas) el que una de las partes
contratantes se reserve la posibilidad de señalar como contratante definitivo a una tercera
persona que, en el momento de la celebración del contrato puede ser desconocida para ambas
partes.
Su razón de ser básica es la de evitar el devengo de un doble impuesto de
transmisiones en operaciones de carácter especulativo.
La otra parte suele aceptar si el cobro de sus derechos o la satisfacción de sus
derechos quedan asegurados.

La promesa del hecho ajeno

No se encuentra contemplada expresamente por el Código civil español, en


consecuencia no presenta problema alguno en cuanto a su licitud o admisibilidad.
La figura se caracteriza por:
- El promitente debe actuar por sí mismo, en su propio nombre y por su
cuenta y riesgo, sin arrogarse frente al promisario representación alguna
del tercero.
- El tercero no queda vinculado.
- La prestación propia del promitente debe configurarse como una obligación
de resultado y no de medios.
- Si el interés del promisario queda insatisfecho podrá exigir indemnización al
promitente.
- Si la actividad intermediadora del promitente ofrece el resultado querido,
produciéndose la vinculación contractual entre promisario y tercero, el
promitente se libera de la obligación de resultado que sobre él recaía y
puede reclamar el precio fijado para su tarea de intermediación.

La cesión de contrato: concepto, función y efectos

Puede ser objeto de transmisión la íntegra posición contractual que una persona
ocupe en un contrato. El Código civil nada dice, por lo que se configura como un negocio
atípico y admisible sin duda.
Requisitos:
- Que la otra parte contratante (contratante cedido) consienta la cesión.
Nadie puede ser obligada a mantener relaciones contractuales con persona
diferente a la que celebró el contrato con él.
- Que se trate de contratos bilaterales o sinalagmáticos cuyas recíprocas
prestaciones no hayan sido total y completamente ejecutadas.
La cesión del contrato conlleva la liberación o desvinculación del contratante cedente,
quien en adelante no queda obligado respecto del contratante cedido.
Sin embargo cabe el pacto en contrario, siendo práctica habitual que, en forma
subsidiaria, el cedente quede obligado durante un cierto lapso de tiempo a responder en caso
de que el cesionario incumpla las obligaciones que le incumban, que serán las contempladas
en el contrato originario.

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Referencia al subcontrato.

Cuando la ejecución material de las prestaciones contractualmente asumidas no es


llevada a cabo por la parte contratante a quien competen, sino que ésta contrata con terceras
personas la realización de tales prestaciones.
En determinados supuestos de subcontratación, el Ordenamiento jurídico, mediante la
acción directa : Art. 1.597: “Los que ponen su trabajo y materiales en una obra ajustada
alzadamente por el contratista, no tienen acción contra el dueño de ella sino hasta la cantidad
que éste adeude a aquél cuando se hace la reclamación”
(Ver tema 14.)

Tema 24: La ineficacia del contrato.

La nulidad del contrato: causas y efectos

Representa el supuesto más grave de ineficacia; no se les reconoce ningún efecto, ni


siquiera su admisibilidad como tal contrato.
Son causas de nulidad:
- La carencia o inexistencia de cualquiera de los elementos esenciales: art.
1.261: “No hay contrato sino cuando concurren los requisitos siguientes: 1.º
Consentimiento de los contratantes, 2.º Objeto cierto que sea materia del
contrato y 3.º Causa de la obligación que se establezca”.
- El incumplimiento de cualquiera de los requisitos del objeto del contrato:
licitud, posibilidad y determinación.
- La ilicitud de la causa
- El incumplimiento de la forma sustancial
- La contrariedad a las normas imperativas, a la moral y al orden público
(contrato ilegal).
- Los actos a título gratuito sobre bienes comunes realizados por un cónyuge
sin el consentimiento del otro.
En caso de haberse celebrado, el contrato nulo seguirá produciendo los efectos
propios del contrato de que se trate, como si fuera válido.
La acción de nulidad es el vehículo procesal tendente a que el juez decrete la nulidad
del contrato; es imprescriptible y puede ser ejercitada por cualquier persona interesada en
deshacer el contrato. Quien genera la nulidad no está legitimado para impugnar el contrato.
Consecuencias de la nulidad:
- En general: la restitución
- Art. 1.303: “Declarada la nulidad de una obligación, los contratantes
deben restituirse recíprocamente las cosas que hubiesen sido
materia del contrato, con sus frutos, y el precio con los intereses...”.
- Art. 1.307: “Siempre que el obligado por la declaración de nulidad a
la devolución de la cosa, no pueda devolverla por haberse perdido,
deberá restituir los frutos percibidos y el valor que tenía la cosa
cuando se perdió, con los intereses desde la misma fecha.
- En los supuestos de ilicitud:
- Art. 1.305: “Cuando la nulidad provenga de ser ilícita la causa u
objeto del contrato, si el hecho constituye un delito o falta común a
ambos contratantes, carecerán de toda acción entre sí, y se
procederá contra ellos, dándose, además, a las cosas o precio que
hubiese sido objeto de contrato, la aplicación prevenida en el
Código penal respecto a los efectos o instrumentos del delito o
falta. Esta disposición es aplicable al caso en que sólo hubiere
delito o falta de parte de uno de los contratantes; pero el no culpado
podrá reclamar lo que hubiese dado, y no estará obligado a cumplir
lo que hubiera prometido”.
- Art. 1.306: “Si el hecho en que consiste la causa torpe no
constituyere delito ni falta, se observarán las reglas siguientes: 1.º
Cuando la culpa esté de parte de ambos contratantes, ninguno de

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ellos podrá repetir lo que hubiere dado a virtud del contrato, ni


reclamar el cumplimiento de lo que el otro hubiese ofrecido. 2.º
Cuando esté de parte de un solo contratante, no podrá éste repetir
lo que hubiese dado a virtud del contrato, ni pedir el cumplimiento
de lo que se le hubiera ofrecido. El otro, que fuera extraño a la
causa torpe, podrá reclamar lo que hubiera dado, sin obligación de
cumplir lo que hubiera ofrecido”.
- Nulidad parcial: cada vez más frecuente. Se da cuando contiene una o
varias cláusulas ilegales, pese a la validez y adecuación al Ordenamiento
jurídico del conjunto esencial del mismo. Si bien el Código civil no se
detiene en ello, se deduce de su articulado que las cláusulas nulas
deberán tenerse por no puestas y se preconiza la eficacia del contrato
(principio de conservación del contrato).

La anulabilidad: causas y efectos

El negocio jurídico anulable es el que puede ser impugnado o por el contrario seguir
produciendo efectos en caso de que su efectiva anulación no tenga lugar.
Causas de anulabilidad:
- Todos los vicios de voluntad o del consentimiento: error, violencia,
intimidación y dolo.
- Inexistencia de plena capacidad de obrar de algunos de los sujetos del
negocio: menores no emancipados (art. 1.263), las personal sometidas a
tutela o a curatela (art.293), los emancipados respecto a los negocios
jurídicos contemplados en el art. 323 y 324.
- Inexistencia de consentimiento marital o uxorio (del otro cónyuge) respecto
de los actos o negocio jurídicos onerosos realizados por el otro cónyuge,
cuando legalmente se requiere el consentimiento de ambos (arts. 1.322,
1.320 y 1.377).
Art. 1.300: “Los contratos en que concurran los requisitos que expresa el artículo 1.261
pueden ser anulados, aunque no haya lesión para los contratantes, siempre que adolezcan de
alguno de los vicios que los invalidan con arreglo a la ley”.
Art. 1.301: “La acción de nulidad sólo durará cuatro años. Este tiempo empezará a
correr:
- En los casos de intimidación o violencia, desde el día en que éstas
hubiesen cesado.
- En los de error, o dolo, o falsedad de la causa, desde la consumación del
contrato.
- Cuando la acción se refiera a los contratos celebrados por los menores
incapacitados, desde que salieren de la tutela.
- Si la acción se dirigiese a invalidar actos o contratos realizados por uno de
los cónyuges sin el consentimiento del otro, cuando este fuere necesario,
desde el día de a disolución de la sociedad conyugal o del matrimonio,
salvo que antes hubiese tenido conocimiento suficiente de dicho acto o
contrato”.
Art. 1.302: “Pueden ejercitar la acción de nulidad de los contratos los obligados
principal o subsidiariamente en virtud de ellos. Las personas capaces no podrán, sin embargo,
alegar la incapacidad de aquellos con quienes contrataron; ni los que causaron la intimidación
o violencia, o emplearon el dolo o produjeron el error, podrán fundar su acción en estos vicios
del contrato”.
La falta de ejercicio de la acción de anulabilidad conlleva que la pervivencia fáctica del
negocio jurídico anulable se asume por el Ordenamiento jurídico, que lo convalida, por
considerar que las causas de anulabilidad no atentan contra el orden público negocial, sino
contra los intereses de un particular.
Art. 1.303: “ Declarada la nulidad de una obligación, los contratantes deben restituir
recíprocamente las cosas que hubiesen sido materia del contrato, con sus frutos, y el precio
con los intereses, salvo lo que se dispone en los artículos siguientes”
Las causas de anulabilidad son disponibles por las partes y por tanto sanables:
- Art. 1.313: “La confirmación purifica al contrato de los vicios de que
adoleciera desde el momento de su celebración”

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- Art. 1.312: “La confirmación no necesita del concurso de aquel de los


contratantes a quien no correspondiese ejercitar la acción de la nulidad”
(art. 1.302).
- Art. 1.311: “La confirmación puede hacerse de forma expresa o
tácitamente. Se entenderá que hay confirmación tácita cuando, con
conocimiento de la causa de nulidad y habiendo ésta cesado, el que
tuviese derecho a invocarla ejecutase un acto que implique necesariamente
la voluntad de renunciarlo”.

El mutuo disenso.

Los contratantes tienen la posibilidad de celebrar un nuevo contrato encaminado a


privar de efectos al contrato inicialmente concluido. Ese contrato se llama mutuo disenso.
Este nuevo contrato ha de reunir los requisitos generales establecidos y además los
adicionales exigidos para la relación contractual inicial.
Se puede tratar de un contrato sólo encaminado a privar de efectos al anterior, u otro
contrato que resulte incompatible con el mantenimiento de la vinculación anterior.

El desistimiento unilateral

Art. 1.256: “La validez y el cumplimiento de los contratos no puede dejarse al arbitrio de
uno de los contratantes”.
Sin embargo en una serie concreta de supuestos se ignora o flexibiliza por el legislador,
que consiente que una de las partes ponga fin a una relación contractual sin necesidad de
causa que lo justifique:
- Art. 1.594: “El dueño puede desistir, por su sola voluntad, de la
construcción de una obra aunque se haya empezado, indemnizando al
contratista de todos sus gastos, trabajo y utilidad que pudiera obtener de
ella”.
- Art. 1.705: “La disolución de la sociedad por la voluntad o renuncia de uno
de los socios únicamente tiene lugar cuando no se ha señalado término
para su duración, o no resulta éste de la naturaleza del negocio”.
- Art. 1.733: “El mandante puede revocar el mandato a su voluntad, y
compeler al mandatario a la devolución del documento en que conste el
mandato”.
- Art. 44.1 LOCM: “El comprador podrá desistir libremente del contrato dentro
del plazo de siete días, contados desde la fecha de la recepción del
producto”.
Efectos: cuando se admite el libre desistimiento, se extingue la relación obligatoria,
pero parece que sin alcance retroactivo.
Al tratarse de una relación duradera, se procederá a liquidarla (rendición de cuentas,
reembolsos y restituciones).
En algunos casos se indemnizará (art. 1.594), en otros nada se dice.
Desistimiento unilateral convencional: choca con el tenor del art. 1.256 y del art.
1.115 (obligación condicional dependiente del deudor = nula), aunque se podría entender como
un cauce legalmente arbitrado:
- Multa penitencial: art. 1153 (que permite al deudor liberarse de la obligación
constituida mediante el abono de la pena o multa establecida).
- arras penitenciales; art. 1.454 (entrega de una cantidad de dinero por parte de uno
de los contratantes, pero cualquiera de ellas puede desistirse del contrato
celebrado, entregando el doble de las mismas el que las haya recibido).

La resolución por incumplimiento

Art. 1.124: “La facultad de resolver las obligaciones se entiende implícita en la


recíprocas, para el caso de que uno de los obligados no cumpliere lo que le incumbe...”
En la práctica es frecuente pactar una cláusula resolutoria expresa. Sobre ello hay que
decir:
- La facultad resolutoria contemplada en el art. 1.124 no es una condición
resolutoria, pues el evento futuro contemplado (el incumplimiento) no es ajeno

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a las partes contratantes, por lo que la denominación de “condición resolutoria


tácita ha de abandonarse”.
- Su establecimiento supone el ejercicio extrajudicial anticipado y previsor de la
facultad resolutoria legalmente reconocida.
- Su contenido ha de ajustarse a las circunstancias jurisprudencialmente
requeridas para el ejercicio de la facultad resolutoria.
Requisitos para el ejercicio de la facultad resolutoria:
- Que el reclamante o demandante haya cumplido su obligación o que se
acredite que se encuentra en condiciones de hacerlo.
- Que la otra parte no cumpla o no haya cumplido. Aunque la ejecución parcial
no excluye el ejercicio de la facultad resolutoria, el incumplimiento ha de tener
entidad suficiente como para impedir la satisfacción económica de las partes.
- Que se encuentren las partes ligadas por un contrato bilateral (la prestación de
una tiene como causa la prestación de la otra).
- Que la obligación cuyo incumplimiento fundamenta el ejercicio de la facultad
resolutoria sea exigible.
- Que la frustración del contrato dimanante del incumplimiento sea patente o
acreditable.
Ejercicio de la acción resolutoria:
- Art. 1.124.2: “El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la
resolución de la obligación, con el resarcimiento de daños y abono de intereses
en ambos casos. También podrá pedir la resolución, aún después de haber
optado por el cumplimiento, cuando éste resultare imposible.
- Ha de entenderse que el plazo para su ejercicio es el general para la
prescripción de las acciones personales (art. 1.964).
Efectos: la resolución del contrato tiene efecto retroactivo y eficacia resolutoria, por lo
que las partes habrán de reintegrarse recíprocamente el objeto del contrato que hubieran
recibido; “esto se entiende sin perjuicio de los derechos de terceros adquirentes, con arreglo a
los artículos 1.195 y 1.298 y a las disposiciones de la Ley Hipotecaria”(art. 1.124.4).
No se ha de confundir la reparación sustitutoria del art. 1.124.2 con la que, en su caso,
hayan pactado o no las partes mediante la incorporación de una cláusula penal. La reparación
sustitutoria del art. 1.124 ha de considerarse compatible con la propia cláusula penal.

La alteración de las circunstancias contractuales: la cláusula rebus sic stantibus.

La doctrina y jurisprudencia españolas han hablado tradicionalmente de la llamada


cláusula rebus sic stantibus (con las cosas tal como están) como remedio al desequilibrio
patrimonial que la alteración de las circunstancias contractuales comporta, en el sentido de
entender implícito o subyacente en todo contrato de tracto sucesivo un pacto, en virtud del cual
el cumplimiento del mismo se entiende necesario siempre y cuando las cosas sigan
manteniéndose tal y como se encontraban en el momento de perfección del contrato.
En caso de una extraordinaria modificación del entorno contractual, habría de
concluirse que el contrato no vincula a las partes o por lo menos nos les obliga más que
adecuándolo a las circunstancias coetáneas al momento de ejecución.
Se trata de una aplicación concreta a los contratos de ejecución temporalmente
diferida de las reglas de integración contractual imperativamente establecidas por el art. 1.258:
“Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no sólo
al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que,
según su naturaleza, sean conforme a la buena fe, al uso y a la ley”.
Requisitos de la aplicación:
- Que se haya producido una alteración extraordinaria e imprevisible de las
circunstancias existentes desde la celebración del contrato.
- Que resulte una desproporción exorbitante entre las prestaciones
convenidas.
- Que no exista otro medio para remediar el desequilibrio.
- Que quien alegue la cláusula tenga buena fe.
Efectos: El Tribunal Supremo se inclina más por revisar y modificar la originaria
equivalencia de las prestaciones que por declarar la ineficacia sobrevenida del contrato
atendiendo al principio de conservación.

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La rescisión del contrato

Art. 1.290: “Los contratos válidamente celebrados pueden rescindirse en los casos
establecidos por la ley”.
Art. 1.291: “Son rescindibles:
1º Los contratos que pudieren celebrar los tutores sin autorización judicial,
siempre que las personas a quienes representan hayan sufrido lesión en
más de la cuarta parte del valor de las cosas que hubiesen sido objeto de
aquéllos.
2º Los celebrados en representación de los ausentes, siempre que éstos
hayan sufrido la lesión a que se refiere el número anterior.
3º Los celebrados en fraude de acreedores, cuando éstos no puedan de otro
modo cobrar lo que se les deba.
4º Los contratos que se refieran a cosas litigiosas, cuando hubiesen sido
celebrados por el demandado sin conocimiento y aprobación de las partes
litigantes o de la Autoridad judicial competente.
5º Cualesquiera otros en que especialmente lo determine la ley.
Art. 1.292: “Son también rescindibles los pagos hechos en estado de insolvencia pro
cuanta de obligaciones a cuyo cumplimiento no podía ser compelido el deudor al tiempo de
hacerlos”.
Requisitos de la acción rescisoria:
- Art. 1.294: “La acción de rescisión es subsidiaria; no podrá ejercitarse sino
cuando el perjudicado carezca de todo otro recurso legal para obtener la
reparación del perjuicio”
- Art. 1.295: “La rescisión obliga a la devolución de las cosas que fueron
objeto del contrato con sus frutos, y del precio con sus intereses; en
consecuencia, sólo podrá llevarse a efecto cuando el que la haya
pretendido pueda devolver aquello a que por su parte estuviese obligado.
Tampoco tendrá lugar la rescisión cuando las cosas, objeto del contrato, se
hallaren en poder de terceras personas que no hubieren procedido de mala
fe. En este caso podrá reclamarse la indemnización de perjuicios al
causante de la lesión”.
Plazo: Art. 1.299: “La acción para pedir la rescisión dura cuatro años. Para las
personas sujetas a tutela y para los ausentes, los cuatro años no empezarán hasta que
haya cesado la incapacidad de los primeros, o sea conocido el domicilio de los
segundos”.
Efectos: el efecto fundamental de la acción de rescisión es obtener la
devolución de todo aquello que haya sido entregado en virtud de contrato rescindible.
En caso de imposible devolución la acción se transforma en indemnizatoria o
reparadora, que puede alcanzar al adquirente de mala fe: Art. 1.298: “El que hubiese
adquirido de mala fe las cosas enajenadas en fraude de acreedores, deberá indemnizar
a éstos de los daños y perjuicios que la enajenación les hubiese ocasionado, siempre
que por cualquier causa le fuere imposible devolverlas”.

Tema 25: La donación.

Concepto y características

Art. 618: “La donación es un acto de liberalidad por el cual una persona dispone
gratuitamente de una cosa en favor de otra, que la acepta”.
Art. 619: “Es también donación la que se hace a una persona por sus méritos o por los
servicios prestados al donante, siempre que no constituyan deudas exigibles, o aquella en que
se impone al donatario un gravamen inferior al valor de lo donado”.
La donación es un contrato en virtud del cual se adquiere directamente el dominio.

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Elementos de la donación: capacidad, objeto, perfección y forma.

- Capacidad para donar:


- Art. 624; “Podrán hacer donación todos los que puedan contratar y
disponer de sus bienes”.
- Capacidad para aceptar donaciones:
- Art. 625: “Podrán aceptar donaciones todos los que no estén
especialmente incapacitados por la ley para ello”.
- Art. 626: “Las personas que no pueden contratar no podrán aceptar
donaciones condicionales u onerosas sin la intervención de sus legítimos
representantes”.
- Art. 627: “Las donaciones hechas a los concebidos y no nacidos podrán ser
aceptadas por las personas que legítimamente los representarían, si se
hubiese verificado el nacimiento”.
- Objeto:
- Art. 634: “La donación podrá comprender todos los bienes objeto del
donante, o parte de ellos, con tal que éste se reserve, en plena propiedad o
en usufructo, lo necesario para vivir en un estado correspondiente a las
circunstancias”.
- Art. 635: “La donación no podrá comprender los bienes futuros. Por bienes
futuros se entienden aquellos de que el donante no puede disponer al
tiempo de la donación”.
- Art. 636: “No obstante lo dispuesto en el artículo 634, ninguno podrá dar ni
recibir, por vía de donación, más de lo que pueda dar o recibir por
testamento. La donación será inoficiosa en todo lo que exceda de esta
medida”
- Perfección:
- Art. 623: “La donación se perfecciona desde que el donante conoce la
aceptación del donatario”.
- Art. 629: “La donación no obliga al donante, ni produce efecto, sino desde
la aceptación”.
- Art. 630: “El donatario debe, so pena de nulidad, aceptar la donación por sí,
o por medio de persona autorizada con poder especial para el caso, o con
poder general y bastante”.
- Forma:
- Art. 632: “La donación de la cosa mueble podrá hacerse verbalmente o por
escrito”.
- Art. 633: “Para que sea válida la donación de la cosa inmueble, ha de
hacerse en escritura pública, expresándose en ella individualmente los
bienes donados y el valor de las cargas que deba satisfacer el donatario.
La aceptación podrá hacerse en la misma escritura de donación o en otra
separada; pero no surtirá efecto si no se hiciese en vida del donante.
Hecha en escritura separada, deberá notificarse la aceptación en forma
auténtica al donante, y se anotará esta diligencia en ambas escrituras”.

Efectos de la donación

La revocación de las donaciones

La donación es irrevocable, sin embargo el Código civil faculta al donatario para


recuperar lo donado en estos supuestos:
- Art. 644: “Toda donación entre vivos, hecha por persona que no tenga hijos
ni descendientes, será revocable por el mero hecho de ocurrir cualquiera
de los casos siguientes:
1º Que el donante tenga, después de la donación, hijos, aunque sean
póstumos.(superviniencia).
2º Que resulte vivo el hijo del donante que éste reputaba muerto
cuando hizo la donación. (supervivencia).

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- Art. 647: “La donación será revocada a instancia del donante, cuando el
donatario haya dejado de cumplir alguna de la condiciones que aquél
impuso. En este caso, los bienes donados volverán al donante, quedando
nulas las enajenaciones que el donatario hubiese echo y las hipotecas que
sobre ellos hubiese impuesto, con la limitación establecida en cuanto a
terceros, por la Ley Hipotecaria.
- Art. 648: “También podrá ser revocada la donación, a instancia del
donante, por causa de ingratitud en los casos siguientes:
1º Si el donatario cometiere algún delito contra la persona, el honor o los
bienes del donante.
2º Si el donatario imputare al donante alguno de los delitos que dan lugar
a procedimientos de oficio o acusación pública, aunque lo pruebe; a
menos que el delito se hubiese cometido contra el mismo donatario, su
cónyuge o los hijos constituidos bajo su autoridad.
3º Si le niega indebidamente alimentos”.
Plazo:
-En los casos de superviniencia y supervivencia: cinco años contados
desde que se tuvo noticia del nacimiento del último hijo o de la existencia
del que se creía muerto (art. 646); dentro del plazo, en caso de
fallecimiento del donante la acción de revocación se transmite a sus hijos y
descendientes.
- En caso de incumplimiento de cargas: cuatro años y es transmisible
conforme a la doctrina pues nada dice el Código de ello.
- En caso de ingratitud: un año y no es transmisible.
Efectos: la restitución al donante de los bienes donados, o del valor que éstos tenían
al tiempo de la donación si hubiesen sido enajenados, quedando a salvo los derechos de
terceros adquirentes de buena fe.

Las clases y modalidades de donaciones: donaciones remuneratorias y onerosas;


mortis causa; con cláusula de reversión y con reserva de la facultad de disponer; donaciones
indirectas.

a) Donaciones remuneratorias:
- Art. 619: “Es también donación la que se hace a una persona por sus méritos o por
los servicios prestados al donante, siempre que no constituyan deudas exigibles...”.
- Art. 622: “Las donaciones con causa onerosa se regirán por las reglas de los
contratos, y las remuneratorias por las disposiciones del presente título en la parte
que excedan el valor del gravamen impuesto.
- La mejor doctrina considera no aplicable el art. 622 a las donaciones
remuneratorias.
b) Donaciones modales u onerosas:
- Art. 619: “Es también donación...aquella en que se impone al donatario un
gravamen inferior al valor de lo donado”
c) Donaciones mortis causa:
- Art. 620: “Las donaciones que hayan de producir sus efectos por muerte del donante
participan de la naturaleza de las disposiciones de última voluntad, y se regirán por
las reglas establecidas para la sucesión testamentaria”.
- Supone que han de considerarse revocables y quedan sin efecto hasta que tras el
fallecimiento del donante sean objeto de reconocimiento en la pertinente disposición
testamentaria.
d) Donaciones con reserva de la facultad de disponer:
- Art. 639: “Podrá reservarse el donante la facultad de disponer de algunos de los
bienes donados, o de alguna cantidad con cargo a ellos; pero, si muriere sin haber
hecho uso de este derecho, pertenecerán al donatario los bienes o la cantidad que
se hubiese reservado”.
- Es un supuesto excepcional respecto a la irrevocabilidad de la donación.
e) Donaciones con cláusula de reversión:
- Art. 641:”Podrá establecerse válidamente la reversión a favor de sólo el donador
para cualquier caso y circunstancias, pero no a favor de otras personas sino en los

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mismos casos y con iguales limitaciones que determina este Código para las
sustituciones testamentarias. La reversión estipulada por el donante a favor de
tercero contra lo dispuesto en el párrafo anterior, es nula; pero no producirá la
nulidad de la donación”.
f) Donaciones indirectas: ¿?

Tema 26: La compraventa.

Concepto y características.

Art. 1.445: “Por el contrato de compra y venta uno de los contratantes se obliga a
entregar una cosa determinada y el otro a pagar por ella un precio cierto, en dinero o signo que
lo represente”.
Art. 1.450: “La venta se perfeccionará entre comprador y vendedor, y será obligatoria
para ambos, si hubieren convenido en la cosa objeto del contrato, y en el precio, aunque ni la
una ni el otro se hayan entregado”.
Es un contrato:
- Bilateral: produce obligaciones recíprocas.
- Oneroso: supone al equivalencia entre prestaciones.
- Conmutativo: esta determinado el intercambio de prestaciones desde su
perfección.
- Puede ser aleatorio: el comprador se puede obligar a pagar tenga o no
existencia la cosa.
- Traslativo de dominio: sirve de título para la transmisión de la propiedad.
Este criterio no es pacífico, pero el TS es tajante: la venta es, por definición,
un acto de enajenación, puesto que su finalidad es la traslativa del dominio,
que se consuma mediante la entrega de la cosa”.

La capacidad de las partes: las prohibiciones legales.

Art. 1.457: “Podrán celebrar el contrato de compra y venta todas las personas a
quienes éste Código autoriza para obligarse, salvo las modificaciones contenidas en los
artículos siguientes”.

- Art. 1.459: “No podrán adquirir por compra, aunque sea en subasta pública o
judicial, por sí ni por persona alguna intermedia:
1º Los que desempeñen algún cargo tutelar, los bienes de la persona o
personas que estén bajo su guarda o protección.
2º Los mandatarios, los bienes de cuya administración o enajenación
estuviesen encargados.
3º Los albaceas, los bienes confiados a su cargo
4º Los empleados públicos, los bienes del Estado, de los Municipios, de los
pueblos y de los establecimientos también públicos, de cuya administración
estuviesen encargados. Esta disposición regirá para los jueces y peritos
que de cualquier modo intervinieren en la venta.
5º Los Magistrados, Jueces, individuos del Ministerio fiscal, Secretarios de
Tribunales y Juzgados y Oficiales de justicia, los bienes y derechos que
estuviesen en litigio ante el Tribunal, en cuya jurisdicción o territorio
ejercieran sus respectivas funciones, extendiéndose esta prohibición al
acto de adquirir por cesión...”

El objeto del contrato y el precio

El objeto de la compraventa es doble:


- La cosa a entregar.
- El precio a pagar.
Para cierta parte de la doctrina el objeto solo es la cosa que se debe entregar.
La cosa ha de reunir una triple condición:

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- Que sea de comercio lícito: Art. 1.271: “ Pueden ser objeto de contrato
todas las cosas que no están fuera del comercio de los hombres, aun las
futuras. ... Pueden ser igualmente objeto de contrato todos los servicios que
no sean contrarios a las leyes o a las buenas costumbres”.
- Que tenga existencia real o posible: art. 1.460: “Si al tiempo de
celebrarse la venta se hubiese perdido en su totalidad la cosa objeto de la
misma, quedará sin efecto el contrato. Pero si se hubiere perdido sólo en
parte, el comprador podrá optar entre desistir del contrato o reclamar la
parte existente, abonando su precio en proporción al total convenido”.
Si la cosa no tiene existencia real al contratar se pueden dar dos casos
a) Compraventa de cosa esperada: si la cosa no llega a tener existencia
no hay obligación por el vendedor de entregar ni por el comprador de
pagar.
b) Compraventa de esperanza (o a todo evento): el comprador está
obligado a pagar aunque la cosa objeto del contrato no llegue a existir.
- Que la cosa haya sido objeto de determinación o sea susceptible de
ello: art. 1.273: “El objeto de todo contrato debe ser una cosa determinada
en cuanto a su especie, la indeterminación en la cantidad no será obstáculo
para la existencia del contrato, siempre que sea posible determinarla sin la
necesidad de nuevo convenio entre los contratantes”.

El precio: es la suma de dinero que el comprador se obliga a entregar al vendedor a


cambio de la cosa entregada. Requisitos:
- Precio verdadero o real: si no existiera estaríamos ante un contrato
simulado de compraventa que si cumple los requisitos de la donación se
considerará como tal o bien al ser la verdadera causa del contrato para el
vendedor, su ausencia o ilicitud provocará la declaración de la inexistencia
de la compraventa: 1.275: “Los contratos sin causa, o con causa ilícita, no
producen efecto alguno....
- Precio cierto o determinado: lo que no supone que sea necesario
determinarlo en el momento de la celebración, basta con que se pueda
determinar:
- sin necesidad de un nuevo convenio (art. 1.273)
- con referencia a otra cosa cierta (art. 1.448)
- que se deje su señalamiento al arbitrio de persona no participante
en el contrato (arts. 1.256 y 1.115)
- Precio consistente en dinero o signo que lo represente:
- Si lo que se entregara no fuera dinero sino una cosa sería permuta
(arts. 1.538 y 1.446).
- Los pagarés, cheques, letras de cambio etc. se asimilan al dinero,
aunque sólo producirán los efectos del pago cuando hubiesen sido
realizados (art. 1.170).
- Precio justo: no existe la exigencia de que el precio sea justo
(equivalencia entre el valor de la cosa y el precio pactado), aunque el
precio irrisorio se equipara al precio simulado.

La forma y los pactos adjuntos: arras; venta a prueba y ad gustum; pacto comisorio;
reserva de dominio; in diem addictio,

Arras:
- Arras confirmatorias: supone la entrega de una cantidad de dinero por uno de los
contratantes dirigida a reforzar o probar de algún modo la existencia del contrato o
a constituir un principio en la ejecución del mismo. El Código de comercio (nada
dice el Código civil) en el art. 343: “las cantidades que, por vía de señal, se
entreguen en las ventas mercantiles, se reputarán siempre dadas a cuenta del
precio y en prueba de la ratificación del contrato, salvo prueba en contrario”. Las
arras confirmatorias no excluyen la necesaria fijación de la indemnización y, por
consiguiente, constituyen un mero anticipo (generalmente parcial) de ésta.

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- Arras penitenciales (o de desistimiento): igualmente se trata de la entrega de una


cantidad de dinero por parte de uno de los contratantes, pero cualquiera de ellas
puede desistirse del contrato celebrado, entregando el doble de las mismas el que
las haya recibido. Se haya regulado en: Art. 1.454: “Si hubiesen mediado arras o
señal en el contrato de compra y venta, podrá rescindirse el contrato allanándose
el comprador a perderlas, o el vendedor a devolverlas duplicadas”.

Compraventa a prueba o ad gustum:


- Art. 1.453: “La venta hecha a calidad de ensayo o prueba de la cosa vendida, y la
venta de las cosas que es costumbre gustar o probar antes de recibirlas, se
presumirán hechas siempre bajo condición suspensiva”. Se trata de dos casos
diferentes:
- En la venta hecha a calidad de ensayo o prueba la compraventa está
perfeccionada aunque ha de comprobarse si la cosa objeto de la
compraventa reúne las cualidades necesarias a fin de prestar el servicio
para el que se compró.
- En las ventas ad gustum se deja al libre arbitrio del comprador la
aceptación de la cosa comprada. Para algunos autores esto contraviene el
art. 1.115, por lo que se habría de propugnar una objetivación del gusto o
agrado.
- Se apunta:
- LCU: facultad de resolver discrecionalmente el contrato en las
ventas por correo, a domicilio y por muestrario.
- Ley 26/91: facultad de revocar su declaración de voluntad por parte
del comprador, hasta pasados siete días, en las ventas realizadas
fuera de los establecimientos mercantiles.
- Ley 42/88 sobre derechos de aprovechamiento por turnos por la
que el adquirente puede desistir a su libre arbitrio en un plazo de
diez días.

Pacto comisorio: art. 1.504: “En la venta de bienes inmuebles, aun cuando se
hubiera estipulado que por falta de pago del precio en el tiempo convenido tendrá lugar
de pleno derecho la resolución del contrato, el comprador podrá pagar, aun después de
expirado el término, ínterin no haya sido requerido judicialmente o por acta notaria.
Hecho el requerimiento, el Juez no podrá concederle nuevo término”.

Con reserva de dominio: consiste en la estipulación expresa contemplada en


el contrato en virtud del cual vendedor y comprador acuerdan que no se producirá la
transmisión de la propiedad de la cosa vendida hasta que no se produzca el íntegro
pago del precio convenido. Nada dice el Código; la Doctrina jurisprudencial es firme
respecto a su licitud, pues es una garantía de cobro que solo suspende la eficacia
transmisiva del contrato. En la vigente Ley 28/98 de venta a plazos de bienes muebles
si se contempla.

Pacto in diem addictio: el vendedor se reserva la facultad de considerar


ineficaz un contrato de compraventa, válido y perfecto, si dentro de un determinado
plazo encontrara otro comprador que le ofreciera mayor precio o condiciones de pago
más ventajosas. Nuestro Código nada dice de ello, lo que no es óbice para su posible
incorporación al contrato. Con carácter general supondrá:
- Se aplicará a las compraventas tanto si ha habido entrega de la
cosa como si no la ha habido.
- Se mantendrá la adjudicación al primer comprador si igualara las
condiciones más ventajosas ofrecidas por otros.
- Se justifica la figura recurriendo a la venta bajo condición
suspensiva o bajo condición resolutoria.

Contenido del contrato: Contenido: conjunto de derechos y obligaciones generados por


el contrato en cuestión o que es objeto de análisis.

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Las obligaciones del vendedor: conservación y entrega de la cosa; los riesgos; la


transmisión de la cosa vendida.

Art. 1.461: “El vendedor está obligado a la entrega y saneamiento de la cosa objeto de
la venta”.
Entrega de la cosa:
a) Objeto y circunstancias:
- Art. 1.097: “La obligación de dar cosa determinada comprende la de
entregar todos sus accesorios, aunque no hayan sido mencionados.”
- Art. 1.095: “El acreedor tiene derecho a los frutos de la cosa desde que
nace la obligación de entregarla”.
- Art. 1.468: “El vendedor deberá entregar la cosa vendida en el estado en
que se hallaba al perfeccionarse el contrato. Todos los frutos pertenecerán
al comprador desde el día en que se perfeccionó el contrato.”
- Art. 1.171: “El pago deberá ejecutarse en el lugar que hubiese designado la
obligación. No habiéndose expresado y tratándose de entregar la cosa
determinada, deberá hacerse el pago donde ésta existía en el momento de
constituirse la obligación”.
b) formas de entrega (tradición):
- Tradición real:
- Material: Art. 1.462.1: “Se entenderá entregada la cosa vendida,
cuando se ponga en poder y posesión del comprador”
- Simbólica:
- Art. 1.463: “Fuera de los casos que expresa el artículo precedente,
la entrega de los bienes muebles se efectuará: por entrega de las
llaves del lugar o sitio donde se hallan almacenados o
guardados;...”
- Art. 1.164: “Respecto a los bienes incorporales, regirá lo dispuesto
en el párrafo segundo del art. 1.462. En cualquier otro caso en que
éste no tenga aplicación se entenderá por entrega el hecho de
poner en poder del comprador los títulos de pertenencia, o el uso
que haga de su derecho el mismo comprador, consintiéndolo el
vendedor”.
- Constitutum possessorium : suple a la tradición material en aquellos
supuestos en los que el vendedor continúa poseyendo la cosa, pero en
virtud de otro título diferente al de propietarios que antes ostentaba.
- Traditio brevi manu
- Art. 1.463: ...y por el solo acuerdo o conformidad de los contratantes, si
la cosa vendida no puede trasladarse a poder del comprador en el
instante de la venta, o si éste la tenía ya en su poder por algún motivo”.
- La tradición instrumental:
- Art. 1.462.2: “Cuando se haga la venta mediante escritura pública, el
otorgamiento de esta equivaldrá a la entrega de la cosa objeto del
contrato, si de la misma escritura no resultare o se dedujere lo
contrario”
c) Reglas especiales en materia de venta de inmuebles:
- Si se ha realizado atendiendo a la unidad de medida o número el
vendedor se encuentra obligado a entregar cuanto se haya expresado
en el contrato:
- Si la cabida fuere inferior el comprador puede optar entre una
rebaja proporcional del precio o la rescisión del contrato si no baja
de la décima parte de la cabida la disminución (art. 1.469).
- Si la cabida fuere mayor el comprador tendrá que pagar el exceso o
si fuere más de la vigésima parte optará entre pagar el exceso o
desistir del contrato (art. 1.470)
- Si la calidad del inmueble fuere inferior al pactado el comprador puede
optar entre una rebaja proporcional del precio o la rescisión del contrato
si su valor baja de la décima parte del precio convenido (art. 1.469).

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- Si la venta se ha realizado a precio alzado o se vendiesen dos fincas


por un solo precio, no tendrá lugar el aumento o la disminución del
precio convenido si la cabida resultase mayor o menor de lo convenido
(art. 1.971)
- Si además de expresarse los linderos se designare la cabida, se
establece la obligación a cargo del vendedor de entregar todo lo que
comprenda los linderos, con independencia de la cabida. Si no pudiere,
el comprador puede optar por una disminución en el precio o la
anulación del contrato (art. 1.971)
- Art. 1.472: “las acciones que nacen de los tres art. anteriores
prescribirán a los seis meses, contados desde el día de la entrega”. La
jurisprudencia, sin embargo otorga a dicho plazo carácter de
caducidad.
d) Facultad para suspender la entrega:
- Art. 1.466: “El vendedor no estará obligado a entregar la cosa vendida,
si el comprador no le ha pagado el precio o se ha señalado en el
contrato un plazo para el pago”.
- Art. 1.467: “Tampoco tendrá obligación el vendedor de entregar la cosa
vendida cuando se haya convenido en un aplazamiento o término para
el pago, si después de la venta se descubre que el comprador es
insolvente, de tal suerte que el vendedor corre inminente riesgo de
perder el precio. Se exceptúa de esta regla el caso en que el
comprador afiance pagar en el plazo convenido”.

Los riesgos: el comprador hasta la entrega o tradición no es dueño de la cosa, pero


tiene derecho a los frutos o incrementos de la misma: art. 1.095: “El acreedor tiene derecho a
los frutos de la cosa desde que nace la obligación de entregarla. Sin embargo, no adquirirá
derecho real sobre ella hasta que le haya sido entregada”.
Respecto a los daños y menoscabos o posible pérdida de la cosa la cuestión es
oscura:
- Art. 1.452: “El daño o provecho de la cosa vendida, después de perfeccionado el
contrato, se regulará por lo dispuesto en los artículos 1.096 y 1.182”.
- Art. 1.096: “Cuando lo que deba entregarse sea una cosa determinada, el
acreedor, independientemente del derecho que le otorga el art. 1.101, puede
compeler al deudor a que realice la entrega. Si la cosa fuera indeterminada o
genérica, podrá pedir que se cumpla la obligación a expensas del deudor. Si el
obligado se constituye en mora, o se halla comprometido a entregar una misma
cosa a dos o más personas diversas, serán de su cuenta los casos fortuitos hasta
que se realice la entrega”.
- Art. 1.182: “Quedará extinguida la obligación que consista en entregar una cosa
determinada cuando ésta se perdiere o destruyere sin la culpa del deudor y antes
de haberse éste constituido en mora”
- ¿el comprador debe o no pagar la cosa cuando el vendedor queda exonerado de la
obligación de la entrega?: la doctrina y la jurisprudencia se inclinan a que el riesgo
lo asume el comprador.

El saneamiento por evicción y por vicios ocultos: la acción redhibitoria y cuanti minoris.

La evicción: Art. 1.475; “Tendrá lugar la evicción cuando se prive al comprador, por
sentencia firme y en virtud de un derecho anterior a la compra, de todo o parte de la cosa
comprada. El vendedor responderá de la evicción aunque nada se haya expresado en el
contrato. Los contratantes, sin embargo, podrá aumentar, disminuir o suprimir esta obligación
legal del vendedor”.
El comprador puede renunciar al derecho de saneamiento para el caso de
evicción, pero:
- Será nulo ese pacto si hubiere mala fe por parte del vendedor (art. 1.476)

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- Para que sólo tenga el vendedor que pagar el precio que tuviera la cosa
vendida al tiempo de la evicción, el comprador debe haber renunciado al
saneamiento con conocimiento de los riesgos y someterse a sus
consecuencias (art. 1.477).

Art. 1.978: “Cuando se haya estipulado el saneamiento o cuando nada se haya


pactado sobre este punto, si la evicción se ha realizado, tendrá el comprador derecho a
exigir del vendedor:
1º La restitución del precio que tuviere la cosa vendida al tiempo de la
evicción, ya sea mayor o menor que el de la venta.
2º Los frutos o rendimientos, si se le hubiere condenado a entregarlos
al que le haya vencido en juicio.
3º Las costas del pleito que haya motivado la evicción, y, en su caso,
las del seguido con el vendedor para el saneamiento.
4º Los gastos del contrato, si los hubiese pagado el comprador.
5º Los daños, intereses y los gastos voluntarios o de puro recreo u
ornato, si se vendió de mala fe”.

- Si, por efecto de la evicción se perdiere parte de la cosa vendida, el


comprador podrá exigir la rescisión cuando (art. 1.479):
- sin dicha parte no la hubiere comprado
- si fueran dos cosas las compradas no hubiera comprado la una sin
la otra.
El comprador devolverá la cosa, pero sin más gravámenes de los que
tuviera al adquirirla.
- Para que surja la obligación de saneamiento a cargo del vendedor, se ha
de probar que se le notificó la demanda de evicción a instancia del
comprador (art. 1.481)
- Cuando sobre la finca vendida existiese carga sin mencionarlo la escritura,
el vendedor podrá pedir la rescisión (indemnización) si no la hubiese
comprado de conocerlo (art. 1.483). El plazo será de un año desde la
escritura.

Acción redhibitoria y cuanti minoris:


- Art. 1.484: “El vendedor estará obligado al saneamiento por los defectos
ocultos que tuviere la cosa vendida, si la hacen impropia para el uso a que
se la destina, o si disminuyen de tal modo este uso que, de haberlos
conocido el comprador, no la habría adquirido o habría dado menos dinero
por ella; per no será responsable de los defectos manifiestos o que
estuvieren a la vista, ni tampoco de los que no lo estén, si el comprador es
un perito que, por razón de su oficio o profesión, debía fácilmente
conocerlos”.
- Art. 1.485; “El vendedor responde al comprador del saneamiento por vicios
o defectos ocultos de la cosa vendida, aunque los ignorase”
- De esta obligación del vendedor de sanear los vicios ocultos nace el
derecho del comprador para optar por (art. 1.486):
- La acción redhibitoria: resolver el contrato con restitución de los gastos.
- La acción estimatoria o cuanti mínoris: rebajar la cantidad proporcional
del precio a juicio de peritos.
- Si perece la cosa vendida por causa de los vicios ocultos: si no conocía los
vicios el vendedor, abonará el precio y los gastos del contrato, si los
conocía, pagará además los daños y perjuicios (art. 1.487).
- Si perece la cosa vendida por causa del comprador o caso fortuito, el
comprador podrá reclamar el precio que pagó con la rebaja del valor que la
cosa tenía al tiempo de perderse. Si el vendedor obró de mala fe, deberá
abonar al comprador los daños e intereses (art. 1.488)
- Las acciones descritas se extinguirán a los seis meses contados desde la
entrega de la cosa vendida.

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- Acción redhibitoria por vicios ocultos en la venta de animales: ver arts.


1.491 a 1.499.

Las obligaciones del comprador.

Art. 1.500: “El comprador está obligado a pagar el precio de la cosa vendida en el
tiempo y lugar fijados por el contrato. Si no se hubieran fijado, deberá hacerse el pago en el
tiempo y lugar en que se haga la entrega de la cosa vendida”. Se consagra así, para la
compraventa, la simultaneidad en la ejecución de las prestaciones (separándose de lo
establecido en el art. 1.171 que solo se ocupa del carácter extintivo del pago).
Art. 1.501: “El comprador deberá intereses por el tiempo que medie entre la entrega de
la cosa y el pago del precio, en los tres casos siguientes:
1º Si así se hubiese convenido
2º Si la cosa vendida y entregada produce fruto o renta.
3º Si se hubiere constituido en mora, con arreglo al artículo 1.100”.

Además del pago del precio y, en su caso, de los intereses por el precio aplazado, el
comprador deberá abonar:
- los gastos de transporte o traslación salvo el caso de estipulación especial (art.
1.465),
- los gastos de la primera copia de la escritura y los demás posteriores a la
venta (como la anotación en el Registro de la Propiedad) salvo pacto en contra
(art. 1.455).

Tema 27: Las compraventas especiales y la permuta

Las compraventas especiales.

Venta de bienes muebles a plazos.

Es la venta mediante el fraccionamiento del precio en distintos períodos de tiempo de


bienes muebles corporales, no consumible.
Legislación especial:
- Ley 50/65 por la que se regulan las ventas a plazo de bienes muebles (y
legislación complementaria):
- Entiende la venta a plazo el contrato mediante el cual un comerciante
entrega al público un acosa y recibe de éste, en el mismo momento una
parte del precio, con la obligación de pagar el resto diferido en un período
de tiempo superior a tres meses y en una serie de plazos.
- Ha de constar por escrito: lugar, fecha, partes, objeto vendido, importe
total, el precio de venta al contado, el importe del desembolso inicial, los
plazos sucesivos, cuantía y fecha del vencimiento de las letras de cambio,
el interés exigible en caso de mora, la cláusula de reserva de dominio si se
pacta, la prohibición de enajenar en tanto no se haya pagado totalmente...
- Se perfecciona cuando el comprador satisface el desembolso inicial al
tiempo que recibe el objeto vendido, aunque el pago inicial no es esencial
para la validez del contrato (si se recibe la cosa sin pagarlo se pierde el
derecho a percibirlo).
- Especialidades:
- Reserva de dominio si se pactó
- Prohibición de enajenar en tanto no se pague el precio.
- Facultad el comprador de anticipar el pago
- Derecho del vendedor de resolver o el cobro de lo pendiente cuando el
comprador demore el pago de dos plazos o el último. Se devuelven la
prestaciones reservándose el vendedor una cantidad como
indemnización.

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- Ley 28/98: se mantienen los principios de la Ley anterior pero:


- Se suprime el desembolso inicial como condición necesaria para la
perfección del contrato
- Insiste en el tipo de interés nominal y en la inserción de la tasa anual
equivalente (TAE).
- Precisiones de menor entidad.

Venta en subasta

Referencia a la expropiación forzosa

La venta con pacto de retro y de exclusiva

La transmisión de créditos y demás derechos incorporales

La permuta: concepto y características; analogía y diferencias con la compraventa;


reglas particulares.

Art. 1.538: “La permuta es un contrato por el cual cada uno de los contratantes se
obliga a dar una cosa para recibir otra”.
Características básicas:
- Es un contrato consensual
- Es un contrato bilateral: se generan obligaciones para ambas partes
- Es un contrato oneroso: la prestación de cada una de las partes es causa
de la correspondiente contraprestación.
- Es un contrato traslativo de dominio: su consumación mediante la entrega
de las cosas supone la transmisión de la propiedad de los permutado.
El Código solo regula respecto a la permuta dos aspectos:
- La permuta de cosa ajena (art. 1.540)
- La pérdida por evicción de la cosa permutada (art. 1.541)
Se regirá en lo restante por las disposiciones concernientes a la compraventa (art.
1.542), es decir sobre la capacidad de las partes y los requisitos de las cosas objeto del
contrato. No pueden ser de aplicación la disposiciones que parten de la base de la diferente
condición del comprador y del vendedor.

La permuta de solares por pisos y locales

El dueño de un solar se viene a transmitir la propiedad del mismo al constructor, a


cambio de que éste le entregue en propiedad en el futuro una determinada superficie
construida.
La jurisprudencia lo considera de dudosa calificación entre permuta y contrato atípico.
Ha sido objeto de especial atención por parte del RD 1867/98, que ha sido a su vez
objeto de anulación parcial por sentencias contencioso-administrativas.

Tema 28: el arrendamiento de cosas y servicios

Concepto y características:

Art. 1.443: “En el arrendamiento de cosas, una de las partes se obliga dar a la otra el
goce o uso de una cosa por tiempo determinado y precio cierto”.
El arrendamiento de cosas presenta las siguientes características:
- Su objeto exclusivo es trasmitir el temporal goce o disfrute de una cosa.
- El arrendador entrega sólo la posesión
- Es un contrato consensual que se perfecciona por el simple
consentimiento.
- Es bilateral y oneroso, pues si no hay precio se trata de comodato
(préstamo de uso).
- Es conmutativo: el valor de las prestaciones aparece fijado de antemano.

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- Es temporal, de duración predeterminada.


Podrán ser objeto de arrendamiento los bienes muebles no fungibles y los
semovientes.

Elementos del contrato de arrendamiento de cosas

Son elementos esenciales de este contrato:


- La cesión del uso o goce de la cosa
- El precio cierto
- Su duración temporal

Contenido del contrato: los servicios manuales e intelectuales

El campo propio de acción del contrato de prestación de servicios corresponde en la


actualidad al desempeño de las prestaciones propias de los llamados profesionales liberales.
En dicho ámbito pueden encontrarse tanto los servicios manuales como los
intelectuales.
Se regirá por las normas de Derecho civil cuando el servicio no se preste en las
condiciones que harían de él un contrato de trabajo.
El requisito de precio cierto se encuentra desvirtuado en cuanto a la necesidad de la
previa determinación de su cuantía está sustituida por la posibilidad de que, posteriormente,
pueda quedar establecida por los usos de la profesión de que se trate.
La acción para reclamar los honorarios profesionales prescribe a los tres años.
Existe un proyecto de Ley por el que se modifica la regulación del Código Civil sobre
los contratos de arrendamiento de obras y servicios

Derechos y obligaciones de las partes.

Del arrendador:
- Entregar al arrendatario la cosa u objeto del contrato
- Conservar la cosa en estado de servir para su uso a que se la destine.
Hacer en ella durante el arrendamiento las reparaciones necesarias (art.
1.558)
- Mantener al arrendatario en el goce pacífico del arrendamiento, no
pudiendo variar la forma de la cosa arrendada y respondiendo ante el
arrendatario de los vicios y defectos que impidan el normal uso y disfrute,
siéndoles aplicables las disposiciones sobre saneamiento de la
compraventa
- Abonar al arrendatario los gastos necesarios que éste haya hecho en la
cosa

Del arrendatario:
- Pagar el precio del arrendamiento en los términos convenidos
- Usar la cosa arrendada conforme al uso pactado o en su defecto del que se
deduzca de su naturaleza, tolerando las reparaciones urgentes que haga el
arrendador
- Poner en conocimiento del arrendador toda usurpación o novedad dañosa
y la necesidad de reparaciones.
- Responder del deterioro de la cosa a no ser que pruebe que fue
ocasionada sin culpa
- Devolver la cosa, al concluir el arrendamiento, tal como la recibió,
presumiéndose que la recibió en buen estado.

Terminación del arrendamiento.

Son causas de extinción del arrendamiento:


- El cumplimiento del tiempo previsto para el contrato, sin necesidad de
requerimiento. Si terminado el período temporal concertado el arrendatario

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continúa disfrutando de la cosa durante quince días, se entiende que hay


tácita reconducción por el tiempo expresado en el Código.
- La pérdida de la cosa arrendada
- El incumplimiento de una de las partes.
- Extinción del derecho del arrendador.

El subarriendo y la cesión del arrendamiento

Art. 1.550: “Cuando en el contrato de arrendamiento de cosas no se prohiba


expresamente, podrá el arrendatario subarrendar en todo o en parte la cosa arrendada, sin
perjuicio de su responsabilidad al cumplimiento del contrato para el arrendador”.
El Código Civil establece una acción directa a favor del arrendador contra el
subarrendatario para reclamarle:
- Que el uso y conservación de la cosa arrendada se lleve a efecto por el
subarrendatario en la forma pactada entre el arrendador y el arrendatario
- Lo que el arrendatario le debe, sobre lo que a su vez el subarrendatario
deba al arrendatario por razón de la renta del subarriendo.

En la cesión del arrendamiento el cesionario se subroga en la posición del arrendatario


asumiendo hacia el arrendador las obligaciones del cedente. Es necesario el consentimiento
del arrendador para que tenga lugar la sucesión.

Reglas particulares del Código en relación con las fincas rústicas y urbanas.

¿sobre qué?
Me imagino que serán los artículos 1.575 a 1.582. Leer.

Tema 29: Los arrendamientos rústicos y urbanos.

Fuentes legales, ámbito de aplicación y líneas directrices de la legislación especial


sobre arrendamientos rústicos y urbanos.

Régimen normativo básico de tales arrendamientos: objeto y forma; duración y renta;


derechos y obligaciones de las partes: resolución, suspensión y extinción.

Legislación especial: Ley de Arrendamientos Rústicos de 31 de diciembre de 1980


(Ley 83/80):
Ambito y objeto:
- Nacional de forma supletoria
- Art. 1: “se considerarán arrendamientos rústicos a los efectos de esta Ley y
quedarán sujetos a los preceptos de la misma todos los contratos mediante
los cuales se ceden temporalmente una o varias fincas para su
aprovechamiento agrícola, pecuario o forestal, a cambio de precio o renta”.
- Art. 3: “ 1. Una misma finca puede ser susceptible de diversos
arrendamientos simultáneos... 2. Salvo pacto expreso... no se considerarán
incluidos los aprovechamientos de otra naturaleza, como la caza y los
aprovechamientos forestales”.
- Están excluidos del ámbito de aplicación de la LAR:
- Art. 4: “...por tiempo superior a doce años para plantar y aprovechar...
especies arbóreas no forestales se regirán por las normas de Derecho
común y en particular... art. 1.656 del Código civil”.
- Los contratos para realizar alguna tarea agrícola individualizada.
- Los celebrados entre parientes en línea recta, entre colaterales hasta
segundo grado, entre los copartícipes o sus cónyuges sobre fincas total
o parcialmente pertenecientes a la herencia indivisa, si no fueren
otorgados por escrito y con sumisión expresa a la LAR.
- La cesión del aprovechamiento a cambio de servicios prestados fuera
de ellas
- Arrendamientos de temporada inferior al año agrícola

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- Arrendamiento de tierras labradas y preparadas para la siembra por el


propietario
- Arrendamiento de fincas adquiridas por causa de utilidad pública o
interés social
- Los arrendamientos que tengan cualquiera de estos objetos:
aprovechamiento de rastrojeras, pastos, praderas, montaneras,
barbechos, caza, ganadería industrial o estabulaciones de ganado.
- Cuando las fincas sean urbanas o urbanizables, o accesorias de
edificios o explotaciones ajenas al destino rústico (si el valor en venta
supera el doble del normal de la zona), o sean bienes comunales, los
propios de las Corporaciones Locales y los montes vecinales en común.
Forma:
- Se establece la libertad de forma, aunque la Administración establecerá
contratos tipo para cada comarca en donde consten los derechos y
obligaciones de ambas partes, al que se podrán compeler las partes para
su otorgamiento.
- Antes de que el arrendatario entre en posesión de la finca o dentro de los
dos meses siguientes, las partes podrá formalizar inventario que describa el
estado de la finca, de las edificaciones y demás bienes incluidos en el
arrendamiento.
- Cuando no constare el tiempo o precio convenido se presumirá que se
concertó por la duración mínima fijada en el art. 25 de a presente Ley y por
el precio que se acostumbre en la comarca. Se presume que el
arrendamiento es a renta fija.
Duración:
- Art. 25:
- Los arrendamientos tendrán una duración mínima de seis años.
- Terminado el plazo contractual, el arrendatario tendrá derecho a una
primera prórroga por seis años y a prórrogas sucesivas de tres años
cada una...”si al terminar el plazo inicial o el de cada prórroga no
renuncia a seguir con el arrendamiento.
- El arrendatario tiene derecho a poner fin al contrato al término de cada
año agrícola, dando al arrendador un preaviso de seis meses.
- En todo caso el tiempo total de prórrogas no excederá de quince años,
transcurridos los cuales se extinguirá el contrato y el arrendador podrá
arrendar nuevamente la finca a quien tuviere por conveniente.
- El arrendador podrá oponerse a cualquiera de las prórrogas legales
siempre que se comprometa a cultivar directamente la finca arrendada
durante seis años, por sí o por su cónyuge, o para que la cultive uno de sus
descendientes. Art. 26.
- Art. 28: “En los contratos de larga duración éste será al menos de dieciocho
años y el arrendador, al terminar el plazo pactado, podrá recuperar la finca
sin sujeción a ningún requisito o compromiso salvo el de notificarlo
fehacientemente al arrendatario al menos con un año de antelación”.
- Referirse al art. 28 de la LEA ¿?

Renta:
- Art. 31: “La renta se fijará en dinero y será la que estipulen las partes..., si...
la fijaren en especie, el contrato será válido, pero cualquiera de las partes
podrá exigir la conversión de la renta en dinero, ...”
- Art. 32:”La renta se pagará por años o con arreglo a las costumbres del
lugar”. Si se fijase como cantidad alzada por todo el tiempo del
arrendamiento, se dividirá por la duración pactada para determinar la
cantidad que deberá ser pagada anualmente como renta.
- Art. 33: “Queda prohibido el pago anticipado de rentas por más de un año”.
- La actualización de la renta podrá acordarse para cada anualidad por
referencia al último índice anual de precios percibidos por los agricultores
establecido por el Ministerio de Agricultura. Si no hubiera cláusula de

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actualización, cualquiera de las partes podrá solicitarlo del Juez previo


procedimiento previsto en el art. 121. (arts. 38 y 39 LAR).
- Art. 40: “Transcurrido el primer año de vigencia del contrato, cualquiera de
las partes podrá pedir la revisión de la renta por ser ésta superior o inferior
a la usual en el lugar para fincas análogas”. Se contempla una revisión
extraordinaria por lesión superior al 15% de la renta justa como
consecuencia de la modificación de las circunstancias que influyeron en su
determinación.
- En caso fortuito o fuerza mayor y tratándose de riesgos no asegurables, si
se perdiese más de la mitad de la producción ordinaria de la finca,
procederá la reducción de la renta en igual porcentaje.
Resolución:
- Art. 75: “El contrato podrá resolverse a instancia del arrendador por alguna
de las causas siguientes:
- Falta de pago de la renta
- Incumplir gravemente la obligación de mejora o transformación de la
finca, si el arrendatario se hubiere comprometido a ello en el contrato.
- No explotar la finca, aún parcialmente, o destinarla en todo o en parte a
fines o aprovechamientos distintos a los previstos en el art. 1º de esta
Ley.
- Subarrendar, ceder o subrogar, salvo en los casos y con los requisitos
previstos en esta Ley.
- Causar graves daños en la finca, con dolo o negligencia manifiesta.
- También serán causa de resolución: perder el arrendatario su condición de
profesional de la agricultura, perder la Entidad arrendataria las
características a que se refiere el art. 15, excederse en los límites que
impone el art. 18, infringir normas vigentes que comporten la resolución.
Sucesión:
- Art. 79: “En caso de fallecimiento del arrendatario, tendrá derecho
sucederle en el arrendamiento, por orden de preferencia...:
1º El legitimario o cooperador en el cultivo de la finca que designe el
arrendatario en su testamento
2º El cónyuge supérstite no separado legalmente o de hecho
3º El heredero o legatario que al abrirse la herencia fuere subarrendatario
de la finca o cooperador de hecho en su cultivo.
4º Cualquiera de los restantes herederos.
En todo caso el sucesor habrá de ser un profesional de la agricultura.
Extinción:
- Art. 83: “1. El arrendamiento se extingue y el arrendador podrá instar el
desahucio:
a) Por haber expirado el período contractual, si el arrendatario hubiere
renunciado al derecho de prórroga.
b) Por haber expirado el último período de prórroga legal, salvo que
hubiere habido tácita reconducción, en cuyo caso ésta tendrá la
duración establecida en el Código civil.
c) Por haber expirado el período de tácita reconducción.

La aparcería:

art. 102 LAR: “1. Por el contrato de aparcería el titular de una finca rústica cede
temporalmente para su explotación agraria el uso y disfrute de aquella o de alguno de sus
aprovechamientos, aportando al mismo tiempo un 25%, como mínimo, del valor total del
ganado, maquinaria y capital circulante y conviniendo con el cesionario en repartirse los
productos por partes alícuotas, en proporción, a sus respectivas aportaciones”.
En caso de que la aportación del cedente sea inferior al 25% señalado, se tratará de un
arrendamiento parciario y se regirá por lo dispuesto en el art. 101 LAR.
No influye en su calificación:
- la denominación dada por las partes

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- la circunstancia de que se incluya en el contrato las edificaciones u otros elementos


destinados a la explotación sitos o no en la finca objeto de aparcería.
Salvo pacto en contrario el contrato de aparcería no comprende relación laboral
alguna.
Los productos deben repartirse por partes alícuotas, en el tiempo pactado o
anualmente o al terminar la recolección del fruto.
En el contrato se hará constar el valor de las respectivas participaciones o los criterios
de su valoración o la indicación del porcentaje que representa la aportación de cada uno, al
igual que la participación en los productos.
Art. 113:
- Los anticipos realizados por el cedente al aparcero para que éste pueda
realizar las aportaciones que le son propias gozan de la preferencia
crediticia del art. 1.922 del Código civil. El anticipo hecho a cuenta de la
cosecha futura está prohibido.
- Los frutos separados sobre los que ambas partes tengan participación se
consideran bienes comunes, no pudiendo ser retirados por el uno sin el
consentimiento del otro, salvo pacto en contrario.
- Los frutos no pueden ser adjudicados al acreedor del aparcero o del
cedente sin mediar la previa liquidación anual de la aparcería.
Serán de cargo del cedente los gravámenes, contribuciones, impuestos y arbitrios de
todas clases que recaigan sobre la propiedad de la finca. Los que recaigan sobre los productos
serán de cuenta de cada uno según su participación.
El plazo mínimo de duración del contrato de aparcería será el necesario para
completar una rotación o ciclo de cultivo. No se contempla derecho a prórroga para el aparcero.
El aparcero podrá ejercer el mismo derecho de tanteo, retracto o adquisición
preferente que en el caso de los arrendamientos rústicos.
Causas de extinción:
- Terminación del plazo pactado o el que rija consuetudinariamente
- El incumplimiento grave de las obligaciones del aparcero
- La falta de entrega al cedente de la parte de os productos obtenidos que le
corresponda
- Deslealtad o fraude del aparcero en la valoración o entrega al cedente de
los frutos que le correspondan o en la de los gastos necesarios para su
obtención.
- Cualquiera otra causa pactada o que derive de los usos locales
- Las causas de extinción del arrendamiento.

Arrendamientos urbanos: estudiar en páginas 317 a 350 del libro.

Tema 30: El contrato de obra

Concepto clases y contenido del contrato de obra.

La concepción que hace el Código civil del contrato de obra como contrato de
arrendamiento es totalmente desfasada, y la jurisprudencia evita tal denominación.
Contrato de obra es aquél en cuya virtud una persona, el contratista, se obliga a
ejecutar una obra en beneficio de otra, el comitente, que habrá que pagar por ella un precio
cierto.
Lo prometido por el deudor de la actividad no es un trabajo sino un resultado: la obra,
cosa que permite distinguirlo del contrato de servicios.

El contrato de obra y la construcción de inmuebles: la adaptación del Código civil a las


circunstancias actuales.

Los contratos de obra inmobiliaria que se acometan con posterioridad a la entrada en


vigor de la Ley 38/9 de ordenación de la edificación (LOE) (que fue el 7 de mayo de 2000), se
entenderán sometidos a esa Ley.

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Lo anterior no supone la anulación de lo dispuesto en el Código civil respecto de las


obras que no pueden ser consideradas edificaciones y del régimen de responsabilidad previsto
en el art. 1.591 que pervivirá durante años.

Derechos y obligaciones entre comitente y contratista

El contratista:
- Se obliga a ejecutar una obra por precio cierto (art. 1.544)
- El precio puede consistir en un ajuste alzado por la ejecución completa de
la obra o un precio por unidades o por certificaciones de obra (art. 1.502)
- En caso de ajuste alzado no se puede pedir aumento de precio aunque
haya aumentado el de los materiales o jornales, aunque sí si se produce
aumento de obra, siempre que hubiera dado el dueño su autorización (art.
1.593)
- La principal obligación del contratista es ejecutar la obra de acuerdo con los
usos de su actividad o profesión, en el tiempo y condiciones convenidas,
según lo pactado.
- Art. 1.600: “El que ha ejecutado una obra en cosa mueble, tiene el derecho
de retenerla en prenda hasta que pague”. El contratista inmobiliario carece
de derecho de retención alguno.
- El contratista en la construcción, reparación o conservación de bien mueble
y de bienes inmuebles goza de crédito preferente para el cobro.
- Responsabilidad: en caso de destrucción o pérdida antes de entregarla:
- Contrato de obra con suministro de materiales a cargo del contratista:
este debe sufrir la pérdida salvo que hubiese morosidad al entregarla
(art. 1.589)
- Simple contrato de obra: este no puede reclamar ningún estipendio
salvo que hubiese morosidad al entregarla o la destrucción haya
provenido de la mala calidad de los materiales (art. 1.590).

El comitente:
- La principal obligación del comitente es la de pagar el precio convenido.
Art. 1.599: “Si no hubiese pacto o costumbre en contrario, el precio de la
obra deberá pagarse al hacerse la entrega”.
- Si la obra se ejecutase por piezas o medidas, el contratista puede exigirle
que las reciba por partes y que las pague en proporción (art. 1.592)
- Tiene obligación de recibir la obra una vez completamente ejecutada, si
bien la recepción de obra no significa por si misma aprobación de la obra
ejecutada hasta que el comitente realice las oportunas comprobaciones. Se
suele pactar una recepción provisional seguida de una definitiva. Art. 1.598:
“Cuando se conviniere que la obra se ha de hacer a satisfacción del
propietario, se entiende reservada la aprobación, a falta de conformidad, al
juicio pericial correspondiente.”

La responsabilidad decenal

Art. 1.591: “El contratista de un edificio que se arruinase por vicios de la construcción,
responde de los daños y perjuicios si la ruina tuviese lugar dentro de diez años, contados
desde que concluyó la construcción; igual responsabilidad, y por el mismo tiempo, tendrá el
arquitecto que la dirigiere, si se debe la ruina a vicio del suelo o de la dirección. Si la causa
fuere la falta del contratista a las condiciones del contrato, la acción de indemnización durará
quince años”.
La jurisprudencia considera “ruina” además de la destrucción, desplome o
desmoronamiento del edificio, el que los defectos de la construcción supongan que la
edificación sea parcialmente inservible, inadecuada o inhabitable.
En la mayoría de los supuestos la sentencia que pone fin al proceso suele acabar por
concluir la imposibilidad de individualización de la responsabilidad y, por consiguiente, estima la
reclamación de los perjudicados estableciendo una responsabilidad de carácter solidario.

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Los plazos temporales de 10 y 15 años son plazos de garantía no de prescripción o de


caducidad. De producirse los vicios dentro de esos plazos, se contará con un nuevo período de
15 años, este de prescripción, para accionar contra los responsables (art. 1.964)
En la LAO se ha variado esos plazos estableciendo:
- Vicios estructurales: 10 años.
- Vicios constructivos: 3 años.
- Defectos de acabado: 1 año.
Las acciones para exigir la responsabilidad prescribirán a los dos años desde que se
produzcan los daños, conforme a la LAO. Se establece un sistema obligatorio de seguros a
celebrar por los constructores que al menos han de garantizar durante el correspondiente
período los vicios estructurales.

Los créditos derivados del contrato de obra y la extinción del contrato

Extinción:
Las causas generales de extinción de las obligaciones son:
- El desistimiento unilateral del comitente: art. 1.594: “El dueño puede
desistir, por su sola voluntad, de la construcción de la obra aunque se haya
empezado, indemnizando al contratista de todos sus gastos, trabajo y
utilidad que pudiera obtener de ella”.
- La muerte del contratista (art. 1.595)
- La imposibilidad sobrevenida de la ejecución (art. 1.595)

Tema 31: La sociedad civil

Concepto y caracteres del contrato de sociedad: sociedades civiles y sociedades


mercantiles

Art. 35.2: “Las asociaciones de interés particular, sean civiles, mercantiles o


industriales, a las que la ley conceda personalidad propia, independiente de la de cada uno de
los asociados”.
Art. 1.665; “La sociedad es un contrato por el cual dos o más personas se obligan a
poner en común dinero, bienes o industria, con ánimo de repartir entre sí las ganancias”.
Caracteres del contrato de sociedad:
- Consensual: se perfecciona por el mero consentimiento. Se consagra la
libertad de forma, si bien para que tenga existencia frente a terceros, será
necesaria escritura pública siempre que se aporten a la sociedad bienes
inmuebles.
- Bilateral o plurilateral que da origen a derechos y obligaciones recíprocos
- Oneroso y conmutativo pues todas las partes han de aportar algo.
- Preparatorio pues tiene por objeto crear una entidad destinada a celebrar
otros contratos.
- De tracto o ejecución sucesiva porque no se agota ni consume por el
cumplimiento de una o varias prestaciones determinadas.
- De confianza. Art. 1.696: “Cada socio puede por sí solo asociarse un
tercero en su parte; pero el asociado no ingresará en la sociedad son el
consentimiento unánime de los socios, aunque aquél sea administrador”.

Sociedades civiles y sociedades mercantiles:

Art. 1.670: “Las sociedades civiles, por el objeto a que se consagren, pueden revestir
todas las formas reconocidas por el Código de Comercio”.
Tanto en las sociedades civiles como en las mercantiles el objeto es la obtención de un
lucro repartible.
Si el fin es la realización habitual de actos de comercio la sociedad será mercantil y se
regirá por las normas del Código de Comercio.
Si el fin no es la realización habitual de actos de comercio si no cualquier otro lícito y
establecido en el interés de los socios, la sociedad será civil.

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Las sociedades civiles por su objeto, pueden ser mercantiles por su forma. En este
caso sólo le serán aplicables las disposiciones mercantiles en cuanto no se opongan a las del
Código civil.
Las sociedades anónimas y las de responsabilidad limitada tendrán carácter mercantil
cualquiera que sea su objeto (Ley de Sociedades Anónimas de 1951, RDL 1.564/89 y Ley de
Sociedades de responsabilidad limitada de 1953).
En las sociedades anónimas y en las de responsabilidad limitada los socios responden
sólo con lo aportado a la sociedad, por lo que las sociedades civiles por su objeto para seguir
siendo tales, sólo podrán revestir la formas mercantiles en los casos de que se constituyan
como sociedades colectivas o de sociedades comandatarias.
En las sociedades civiles los socios responden ilimitadamente, con todo su patrimonio,
aunque de forma mancomunada.

Otras clases de sociedades.

En atención a la extensión de las aportaciones de los socios loas sociedades pueden


ser:
- Universales:
Art. 1.672: “La sociedad universal puede ser de todos los bienes presentes
o de todas las ganancias”.
Sociedad de todos los bienes presentes:
- Art. 1.673: “La sociedad de todos los bienes presentes es aquella
por la cual las partes ponen en común todos los que actualmente
les pertenecen, con ánimo de partirlos entre sí, como igualmente
todas las ganancias que adquieran con ellos”.
- Art. 1.674: “En la sociedad universal de todos los bienes presentes,
pasan a ser propiedad común de los socios los bienes que
pertenecían a cada uno , así como todas las ganancias que
adquieran con ellos. Puede también pactarse en ella la
comunicación recíproca de cualesquiera otras ganancias; pero no
pueden comprenderse los bienes que los socios adquieran
posteriormente por herencia, legado o donación, aunque sí sus
frutos”.
Sociedad universal de ganancias:
- Art. 1.675: “La sociedad universal de ganancias comprende todo lo
que adquieran los socios por su industria o trabajo mientras dure la
sociedad. Los bienes muebles o inmuebles que cada socio posee al
tiempo de la celebración del contrato, continúan siendo de dominio
particular, pasando sólo a la sociedad el usufructo”.
- Art. 1.676: “El contrato de sociedad universal, celebrado sin
determinar su especie, sólo constituye la sociedad universal de
ganancias”.
- Particulares: La sociedad civil particular es la que tiene únicamente por
objeto cosas determinadas, su uso, o sus frutos, o una empresa señalada,
o el ejercicio de una profesión o arte (art. 1.678).

Elementos del contrato de sociedad

Derechos y obligaciones de los socios entre sí y con la sociedad

- Aportaciones de los socios:


- art. 1.681: “Cada uno es deudor a la sociedad de los que ha prometido aportar
a ella...”
- art. 1.682: “El socio que se ha obligado a aportar una suma en dinero y no la
ha aportado, es de derecho deudor de los intereses desde el día en que debió
aportarla, sin perjuicio de indemnizar los además daños causados”.
- Art. 1.683: “El socio industrial debe a la sociedad las ganancias que durante
ella haya obtenido en el ramo de industria que sirve de objeto a la misma”.

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- La distribución de ganancias y perdidas:


- Art. 1.689: “Las pérdidas y ganancias se repartirán en conformidad a lo
pactado. Si sólo se hubiera pactado la parte de cada uno en las ganancias,
será igual su parte en las pérdidas. A falta de pacto, la parte de cada socio en
las ganancias y pérdidas debe se proporcionada a lo que haya aportado. El
socio que lo fuere sólo por industria tendrá una parte igual a la del que menos
haya aportado. Si además de su industria hubiere aportado capital, recibirá
también la parte proporcional que por él le corresponda”.
- Art. 1.691: “Es nulo el pacto que excluye a uno o más socios de toda parte en
las ganancias o en las pérdidas. Sólo el socio de industria puede ser eximido
de toda responsabilidad en las pérdidas”.
- Resarcimiento de gastos e indemnización de perjuicios:
- Art. 1.686: “Todo socio debe responder a la sociedad de los daños y perjuicios
que ésta haya sufrido por culpa del mismo y no puede compensarlos con los
beneficios que por su industria le haya proporcionado”.
- Art. 1.688: “La sociedad responde a todo socio de las cantidades que haya
desembolsado por ella y del interés correspondiente; también responde de las
obligaciones que con buena fe haya contraído para los negocios sociales y de
los riesgos inseparables de su dirección”

Administración y participación en los beneficios y pérdidas

- Art. 1.692: “El socio, nombrado administrador en el contrato social, puede


ejercer todos los actos administrativos sin embargo de la oposición de sus
compañeros, a no ser que proceda de mala fe; y su poder es irrevocable sin
causa legítima. El poder otorgado después del contrato, sin que en éste se
hubiera acordado conferirlo, puede revocarse en cualquier tiempo”.
- Art. 1.693: “Cuando dos o más socios han sido encargados de la
administración social sin determinarse sus funciones, o sin haberse expresado
que no podrán obrar los uno sin el consentimiento de los otros, cada uno
puede ejercer todos los actos de administración separadamente; pero
cualquiera de ellos puede oponerse a las operaciones del otro antes de que
éstas hayan producido efecto legal”.
- Art. 1.694: “En caso de haberse estipulado que los socios administradores no
hayan de funcionar los unos sin el consentimiento de los otros, se necesita el
concurso de todos para la validez de los actos, sin que pueda alegarse la
ausencia o imposibilidad de alguno de ellos, salvo si hubiere peligro inminente
de un daño grave o irreparable para la sociedad”.

Las relaciones de la sociedad y de los socios con terceros

Responsabilidad de la sociedad por las deudas sociales:


Art. 1.697: “Para que la sociedad quede obligada con un tercero por los actos de uno
de los socios, se requiere:
1º Que el socio haya obrado en su carácter de tal, por cuenta de la sociedad
2º Que tenga poder para obligar a la sociedad en virtud de un mandato expreso o
tácito
3º Que haya obrado dentro de los límites que le señala su poder o mandato

Art. 1.698: “Los socios no quedan obligados solidariamente respecto de las deudas de
la sociedad; y ninguno puede obligar a los otros por un acto personal, si no le han conferido
poder para ello. La sociedad no queda obligada respecto a tercero por actos que un socio haya
realizado en su propio nombre o sin poder de la sociedad para ejecutarlo; pero queda obligada
para con el socio en cuanto dichos actos hayan redundado en provecho de ella”.

Responsabilidad de los socios por las deudas sociales:


Conforme al art. 1.698 hay que entender que si los socios no quedan obligados
solidariamente de las deudas sociales, su responsabilidad es mancomunada y en relación con
su cuota, haber o participación social.

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A falta de pacto la responsabilidad es ilimitada, respondiendo los socios de las


adeudas sociales con todo su patrimonio.
La responsabilidad es personal, subsidiaria (solo responden en caso de insuficiencia
de patrimonio social), ilimitada y mancomunada.

Disolución y extinción de la sociedad

Arts. 1.700 a 1.708


- Por causas dependientes de la voluntad de los socios:
- Cuando expira el plazo para el que fue constituida
- Cuando termina el negocio o asunto que sirve de objeto social
- Por la voluntad o renuncia de cualquiera de los socios

- Por causas independientes de la voluntad de los socios:


- Por pérdida de la cosa que sirve de objeto a la sociedad.
- Por imposibilidad de que un socio realice la aportación prometida o la siguiere
realizando
- Por la muerte de cualquiera de los socios o insolvencia.

Tema 33: El mandato

Concepto y características

Art. 1.709: “Por el contrato de mandato se obliga una persona a prestar algún servicio
o hacer alguna cosa, por cuenta o encargo de otra.
La diferencia entre arrendamiento de obras y servicios y mandato es la naturaleza de
las prestaciones. En el arrendamiento el arrendatario se obliga a ejecutar por sí mismo una
determinada actividad; en el mandato se obliga el mandatario a gestionar los intereses del
mandante.
Caracteres del contrato de mandato:
- Consensual
- Libertad de forma: art. 1.710: “El mandato puede ser expreso o tácito. El
expreso puede darse por instrumento público o privado y aún de palabra.
La aceptación puede ser también expresa o tácita, deducida esta última de
los actos del mandatario”.
- Es naturalmente gratuito: art. 1.711: “A falte de pacto en contrario, el
mandato se supone gratuito. Esto, no obstante , si el mandatario tiene por
ocupación el desempeño de servicios de la especie a que se refiere el
mandato, se presume la obligación de retribuirlo”.
- Es un contrato intuitu personae: basado en la confianza que el mandante
otorga al mandatario.

Mandato y representación: estructura y clases

- Mandato simple: el mandatario actúa en su propio nombre, pero por cuenta,


interés y encargo del mandante. Es un mandato no representativo.
- Mandato representativo: el mandatario actúa en nombre del mandante. Art.
1.727: “El mandante debe cumplir todas las obligaciones que el mandatario haya
contraído dentro de los límites del mandato. En lo que el mandatario se haya
excedido, no queda obligado el mandante sino cuando lo ratifica expresa o
tácitamente”.

Tipos de mandato según las facultades conferidas:

Art. 1.712: “El mandato es general o especial. El primero comprende todos los
negocios del mandante. El segundo uno o más negocios determinados”.

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Art. 1.713: “El mandato, concebido en términos generales, no comprende más que los
actos de administración. Para transigir, enajenar, hipotecar o ejecutar cualquier otro acto de
riguroso dominio, se necesita mandato expreso”.

Derechos y obligaciones entre las partes.

Del mandatario:
- Ejecutar el mandato:
- Art. 1.718: “El mandatario queda obligado por la aceptación a cumplir el
mandato, y responde de los daños y perjuicios que, de no ejecutarlo, se
ocasionen al mandante. Debe también acabar el negocio que ya
estuviese comenzado al morir el mandante, si hubiere peligro en la
tardanza”.
- Art. 1.719: “En la ejecución del mandato ha de arreglarse el mandatario
a las instrucciones del mandante. A falta de ellas, hará todo lo que,
según la naturaleza del negocio, haría un buen padre de familia”.
- Rendir cuentas al mandante:
- Art. 1.720: “Todo mandatario está obligado a dar cuenta de sus
operaciones y a abonar al mandante cuanto haya recibido en virtud del
mandato, aun cuando lo recibido no se debiera al segundo”.
- Resarcir los daños y perjuicios:
- Art. 1.726: “El mandatario es responsable no solamente del dolo, sino
también de la culpa, que deberá estimarse con más o menos rigor por
los Tribunales según que el mandato haya sido o no retribuido”.
- La responsabilidad de dos o más mandatarios no es solidaria si no se
ha expresado (art. 1.723).
- Derecho de retención: art. 1.730: “El mandatario podrá retener en prenda
las cosas que son objeto del mandato hasta que el mandante realice la
indemnización y reembolso...”
- Poder nombrar sustituto: art. 1.721: “El mandatario puede nombrar
sustituto si el mandante no se lo ha prohibido; pero responde de la gestión
del sustituto...”

Efectos del mandato frente a terceros

- Art. 1.117: “Cuando el mandatario obra en su propio nombre, el mandante


no tiene acción contra las personas con quienes el mandatario ha
contratado , ni éstas tampoco contra el mandante. En este caso el
mandatario es el obligado directamente a favor de la persona con quien ha
contratado, como si el asunto fuera personal suyo. Exceptúase el caso en
que se trate de cosas propias del mandante”.

Extinción del contrato: en particular la revocación y la renuncia.

Art. 1.732: “El mandato se acaba:


1. Por su revocación
2. Por la renuncia del mandatario
3. Por muerte, incapacitación, declaración de prodigalidad, quiebra o
insolvencia del mandante o del mandatario.

Revocación:
- Art. 1.733: “El mandante puede revocar el mandato a su voluntad, y
compeler al mandatario a la devolución del documento en que conste el
mandato”.
- Art. 1.734: “Cuando el mandato se haya dado para contratar con
determinadas personas, su revocación no puede perjudicar a éstas si no se
les ha hecho saber”.

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- Art. 1.735: “El nombramiento de nuevo mandatario para el mismo negocio


produce la revocación del mandato anterior desde el día en que se hizo
saber al que lo había recibido, salvo los dispuesto en el artículo anterior”.

Renuncia:
- Art. 1.736: “El mandatario puede renunciar al mandato poniéndolo en
conocimiento del mandante. Si éste sufriese perjuicios por la renuncia,
deberá indemnizarle de ellos el mandatario, a menos que funde su renuncia
en la imposibilidad de continuar desempeñando el mandato sin grave
detrimento suyo”.
- Art. 1.737: “El mandatario, aunque renuncie al mandato con justa causa,
debe continuar su gestión hasta que el mandante haya podido tomar las
disposiciones necesarias para ocurrir a esta falta”

El contrato de mediación o corretaje

El corretaje es un contrato que tiene por objeto vincular al mediador o corredor en la


realización de los actos necesarios para la conclusión o celebración de determinado contrato
querido y, en su caso, celebrado por quien con él contrata o incluso celebrado por el propio
mediador, en función de nuncio o intermediario.
Se diferencia del mandato en que el corredor pone en contacto a su principal o cliente
con otra persona interesada en el acto o contrato de que se trate.
Se diferencia del contrato de servicios en que el corredor asume una obligación de
resultado, por lo que carece de derecho a retribución alguna si no se llega a celebrar
efectivamente el contrato de referencia.
Se diferencia del contrato de obra en que el corredor no se obliga a la conclusión del
contrato de interés para el principal, ni garantiza su eventual perfección.
En clásico afirmar que el corretaje tiene naturaleza unilateral: sólo el cliente quedaría
obligado a pagar el premio, retribución u honorarios del mediador, pero ¿el corredor queda
obligado a conducta alguna para la consecución del resultado querido?

Ver:
- Ley sobre el Contrato de Agencia (Ley 12/91, de 27 de mayo)
- Ley 9/92, de 30 de abril, sobre mediación en el ámbito de los seguros privados.

Tema 33: El préstamo y el depósito

El préstamo en general: su calificación como contrato real

Art. 1.740: “Por el contrato de préstamo, una de las partes entrega a la otra, o alguna
cosa no fungible para que use de ella por cierto tiempo y se la devuelva, en cuyo caso se llama
comodato, o dinero u otra cosa fungible, con condición de devolver otro tanto de la misma
especie y calidad, en cuyo caso conserva simplemente el nombre de préstamo. El comodato es
esencialmente gratuito. El simple préstamo puede ser gratuito o con pacto de pagar interés.
Ambas subespecies de préstamo (el comodato y el mutuo) tienen en común que el
prestatario ha de devolver cuanto le ha sido prestado; pero el comodato no transmite más que
el uso y el mutuo transmite la propiedad del objeto del préstamo debiéndose devolver el
equivalente económico.

El comodato: concepto, caracteres, elementos, efectos y extinción.

Art. 1.741: “El comodante conserva la propiedad de la cosa prestada. El comodatario


adquiere el uso de ella, pero no los frutos; si interviene algún emolumento que haya de pagar el
que adquiere el uso, la convención deja de ser comodato”.
El Código establece la gratuidad de forma imperativa: art. 1.740:”... El comodato es
esencialmente gratuito”.

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Obligaciones del comodatario:


- Devolver la cosa prestada temporáneamente: art. 1.747: “El comodatario
no puede retener la cosa prestada a pretexto de lo que el comodante le
deba, aunque sea por razón de expensas”.
- Satisfacer los gastos: art. 1.743: “El comodatario está obligado a
satisfacer los gastos ordinarios que sean de necesidad para el uso y
conservación de la cosa prestada”.
- Usar la cosa para lo que se la prestó: art. 1.744: “Si el comodatario
destina la cosa a un uso distinto de aquél para que se prestó, o la conserva
en su poder por más tiempo del convenido, será responsable de su
pérdida, aunque ésta sobrevenga por caso fortuito”.
- A conservarla:
- Art. 1.094: “El obligado a dar alguna cosa lo está también a conservarla
con la diligencia propia de un buen padre de familia”.
- Art. 1.746: “El comodatario no responde de los deterioros que
sobrevengan a la cosa prestada por el solo efecto del uso sin culpa
suya”.
- Art. 1.745: “Si la cosa prestada se entregó con tasación y se pierde,
aunque sea por caso fortuito, responderá el comodatario del precio, a
no haber pacto en que expresamente se le exima de responsabilidad”
- Art. 1.751: “El comodante debe abonar los gastos extraordinarios
causados durante el contrato para la conservación de la cosa prestada,
siempre que el comodatario lo ponga en su conocimiento antes de
hacerlos, salvo cuando fueren tan urgentes que no pueda esperarse el
resultado del aviso sin peligro”.
- Art. 1.752: “El comodante que, conociendo los vicios de la cosa
prestada, no los hubiere hecho saber al comodatario, reponderá a éste
de los daños que por aquella causa hubiese sufrido”.

Duración:
- Art. 1.750: “Si no se pactó la duración del comodato ni el uso a que
había de destinarse la cosa prestada, y éste no resulta determinado por
la costumbre de la tierra, puede el comodante reclamarla a su voluntad.
En caso de duda, incumbe la prueba al comodatario”
- Art. 1.749: “El comodante no puede reclamar la cosa prestada sino
después de concluido el uso para que la prestó. Sin embargo, si antes
de estos plazos tuviere el comodante urgente necesidad de ella, podrá
reclamar la restitución”.

Extinción: puede extinguirse por:


- Por la pérdida de la cosa.
- Por reclamar fundadamente el comodante la restitución de la cosa objeto
del préstamo.
- Por transcurso del plazo contractualmente determinado.
- No extingue el contrato de préstamo la muerte de los contratantes: art.
1.742: “Las obligaciones y derechos que nacen del comodato pasan a los
herederos de ambos contrayentes, a no ser que el préstamo se haya hecho
en contemplación a la persona del comodatario, en cuyo caso los
herederos de éste no tienen derecho a continuar en el uso de la cosa
prestada”.

El mutuo: concepto, caracteres, elementos y efectos; mutuo con interés y represión de


la usura.

Art. 1.753: “El que recibe en préstamo dinero u otra cosa fungible, adquiere su
propiedad, y está obligado a devolver al acreedor otro tanto de la misma especie y calidad”.
Art. 1.755: “No se deberán intereses sino cuando expresamente se hubiesen pactado”.

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Art. 314 Código de Comercio: “los préstamos no devengarán interés si no se hubieren


pactado por escrito”.
Caracteres:
- Se transfiere la propiedad de lo prestado
- Se trata de dinero o cosa fungible
- Se ha de devolver el valor nominal en moneda de curso legal si se trata de
dinero o una cantidad igual de la misma especie y calidad si se trata de
cosa fungible.
- El carácter retribuido del mutuo requiere pacto expreso.

Art. 1.756: “El prestatario que ha pagado intereses sin estar estipulados no puede
reclamarlos ni imputarlos al capital”.
Las partes puede pactar un tipo de interés inferior o superior al legal. El Código civil no
tiene, ni ha tenido, norma que estableciese una barrera a partir de la cual el interés fijado se
considerara usurario. El art. 315 del Código de Comercio: “... podrá pactarse el interés del
préstamo sin tasa ni limitación de ninguna especie”.
La Ley de represión de la usura de 23 de julio de 1908 (Ley Azcárate), hoy vigente,
declara: art. 1: “Será nulo todo contrato de préstamo en que se estipule un interés
notablemente superior al normal del dinero...”. Hoy, conforme a la jurisprudencia, sólo se
pueden considerar como usurarios los tipos cercanos al 30% anual.

El depósito y la obligación de custodia. Concepto, caracteres, elementos, efectos y


extinción del depósito voluntario.

Art. 1.758: “Se constituye depósito desde que uno recibe la cosa ajena con la
obligación de guardarla y de restituirla”.
Art. 1.763: “El depósito voluntario es aquel en que se hace la entrega por la voluntad
del depositante. También puede realizarse el depósito por dos o más personas, que se crean
con derecho a la cosa depositada, en un tercero, que hará la entrega en su caso a la que
corresponda”.
Caracteres y elementos:
- Lo depositado ha de ser objeto de restitución: art. 1.766: “El depositario
está obligado a guardar la cosa y restituirla cuando le sea pedida...”
- El objeto de la obligación de custodia ha de ser cosa ajena: art. 1.758.
- El objeto del depósito ha de recaer sobre bien mueble: art. 1.761: “Sólo
pueden ser objeto del depósito las cosas muebles”.
- Es un contrato gratuito: art. 1.760: “El depósito es un contrato gratuito,
salvo pacto en contrario”. Tradicionalmente la retribución del depósito
suponía la calificación del contrato como arrendamiento de servicios,
préstamo o contrato innominado do ut facias.
- Es de carácter real: se exige la entrega de la cosa para el nacimiento del
contrato de depósito, si bien la doctrina contemporánea suele poner de
relieve el carácter consensual del contrato, aunque para su puesta en
ejecución es imprescindible su entrega.
- Obligación de guarda y custodia:
- Art. 1.766: “El depositario está obligado a guardar la cosa...se
regirá por lo dispuesto en el título I de este libro”.
- Art. 1.767: “El depositario no puede servirse de la cosa depositada
sin permiso expreso del depositante. En caso contrario responderá
de los daños y perjuicios”. Si tiene permiso para usar la cosa, el
contrato se convierte en comodato. Art. 1.768.
- Se restituirá cuando el depositante lo pida: Art. 1.775: “El depósito debe
ser restituido al depositante cuando lo reclame, aunque en el contrato se
haya fijado un plazo o tiempo determinado para la devolución”.
- El depositante hará frente a los gastos del depositario y los perjuicios
(Art. 1.779). El depositario puede retener en prenda la cosa depositada
hasta el completo pago de lo que se deba por razón de depósito (art.
1.780).
- El modo ordinario de extinción es la entrega de la cosa depositada.

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Otras clases de depósito: irregular, necesario y secuestro

El depósito irregular consiste en que el objeto es una determinada cantidad de cosas


fungibles.
- Pueden ser utilizadas y consumidas por el depositario.
- El depositario se obliga a entregar el equivalente exacto o tantundem.
- Art. 1.770.2: “Consistiendo el depósito en dinero, se aplicará al depositario lo
dispuesto respecto al mandatario en el art. 1.724 (“el mandatario debe intereses
de las cantidades que aplicó a usos propios desde el día en que lo hizo, y de las
que quede debiendo después de fenecido el mandato , desde que se haya
constituido la mora”
No está clara la admisibilidad por nuestro Código del depósito irregular pues los arts.
1.767 y 1.768 establecen que el depositario no podrá servirse de la cosa depositada sin
permiso expreso, y si lo hay se convierte en préstamo o comodato.
Doctrinalmente se propugna que hay que estar a la verdadera intención de las partes.

El depósito necesario:
Art. 1.781: “Es necesario el depósito: 1º Cuando se hace en cumplimiento de una
obligación legal. 2º Cuando tiene lugar con ocasión de alguna calamidad, como incendio, ruina,
saqueo, naufragio u otras semejantes.
Art. 1.783: “Se reputa también depósito necesario el de los efectos introducidos por los
viajeros en las fondas y mesones...”

El secuestro:
Art. 1.785: “El depósito judicial o secuestro tiene lugar cuando se decreta el embargo o
el aseguramiento de bienes litigiosos”.
Art. 1.786: “El depositario de bienes u objetos secuestrados no puede quedar libre de
su encargo hasta que se termine la controversia que lo motivó, a nos ser que el Juez lo
ordenare por consentir en ello todos los interesados o por otra causa legítima”.
El art. 627 de la Ley de Enjuiciamiento Civil establece que “El depositario judicial
estará obligado a conservar los bienes con la debida diligencia a disposición del juzgado, a
exhibirlos en las condiciones que el juzgado le indique y a entregarlos a la persona que el
tribunal designe”.

Tema 34: Los contratos aleatorios

La categoría del contrato aleatorio y su concepto legal.

Art. 1.790: “Por el contrato aleatorio, una de las partes, o ambas recíprocamente, se
obligan a dar o hacer alguna cosa en equivalencia de lo que la otra parte ha de dar o hacer
para el caso de un acontecimiento incierto, o que ha de ocurrir en tiempo indeterminado”.
Este artículo contempla solo los casos de juego y apuesta ignorando los demás
supuestos, y además crea confusión entre los contratos aleatorios (que existen y son válidos
desde el momento de su celebración) y los sujetos a condición (en que la condición afecta a la
propia eficacia del contrato).

Tipicidad y atipicidad en los contratos aleatorios.

La existencia de una categoría general de contratos aleatorios carece actualmente de


interés práctico al haber desaparecido la rescisión por lesión como rasgo característico de los
contratos conmutativos frente a los aleatorios, siendo de común aplicación la rescisón (ver art.
1.291).
Elementos y rasgos del contrato aleatorio:
- La indeterminación inicial del resultado.
- La dependencia definitiva del mismo de circunstancias que lo hacen
incierto.
- La voluntariedad de los interesados al asumir ese riesgo.
- Es bilateral

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- Es oneroso
- Es consensual

El riesgo inherente a determinados tipos contractuales: renta vitalicia, contrato de


vitalicio y usufructo.

Renta vitalicia:

Art. 1.802: “El contrato aleatorio de renta vitalicia obliga al deudor a pagar una pensión
o rédito anual durante la vida de una o más personas determinadas por un capital en bienes
muebles o inmuebles, cuyo dominio se le transfiere desde luego con la carga de la pensión”.
El elemento aleatorio reside en la incertidumbre de la duración de la vida que se
contempla. El riesgo es si habrá o no equivalencia entre el capital que se entrega y la renta que
se percibe periódicamente. En ningún caso puede consistir el riesgo en la posibilidad de
improductividad del fundo o no necesariamente las consecuencias de la depreciación
monetaria.
Art. 1.803: “Puede constituirse la renta sobre la vida del que da el capital, sobre la de
un tercero o sobre la de varias personas”. No se puede constituir sobre personas jurídicas pues
daría lugar a rentas perpetuas.
Se ha de dar la equivalencia del riesgo, por lo que: Art. 1.804: “Es nula la renta
constituida sobre la vida de una persona muerta... o... se halle padeciendo una enfermedad
que le cause la muerte dentro de los veinte días siguientes al otorgamiento de aquella”.
Tradicionalmente se ha considerado este artículo como norma imperativa.
Si el beneficiario no es parte contractual es necesaria su aceptación (art. 1.257)
La renta ha de ser fija y determinada admitiéndose el juego de las cláusulas de
estabilización.
A los cinco años prescribe la acción de reclamar cada vencimiento y a los quince las
de la percepción de la renta del que proceden (arts. 1.966 y 1.964)
Art. 1.805: “La falta de pago de las pensiones vencidas no autoriza al perceptor de la
renta vitalicia a exigir el reembolso del capital ni a volver a entrar en la posesión del predio
enajenado; solo tendrá derecho a reclamar judicialmente el pago de las rentas atrasadas y el
aseguramiento de las futuras”. El aseguramiento consiste en la posibilidad de constituir la
hipoteca en garantía de rentas o prestaciones periódicas (art. 157 Ley Hipotecaria) que tiene la
peculiaridad de que puede ser ejecutada judicialmente tantas veces cuantos vencimientos
impagados haya, sin que la adjudicación del bien hipotecado suponga la transmisión de la
deuda de renta. Se admite por la doctrina pacto resolutorio por impago de pensiones,
inscribible en el Registro de la Propiedad (no del todo pacífico).

Contrato de vitalicio:

El vitalicio no es una modalidad de la renta vitalicia, sino un contrato autónomo,


innominado y atípico, cuyo contenido consiste en la prestación de alimentos (domicilio,
alimentos y asistencia médica) a cambio de la entrega de unos bienes, durante la vida del
acreedor de dichos alimentos o de tercera o terceras pesonas.

La compensación contractual de los riesgos: el contrato de seguro y los contratos


sobre tipos de interés.

Se regula por la Ley 50/1980, de 8 de octubre (Ley del Contrato del Seguro) que
derogó los arts. del Código Civil que lo trataban (arts. 1.791 a 1.797). Además:
- Ley 33/1984 sobre Ordenación del Seguro Privado
- Real Decreto Legislativo 1347/1985 por el que se aprueba el texto refundido de la
Ley Reguladora de Producción de los Seguros Privados
- Ley 21/1990 para adaptar el Derecho español a la Directiva 88/357/CEE.

El contrato de seguro es aquél por el que el asegurador se obliga, mediante el cobro


de una prima y para el caso de que se produzca el evento cuyo riesgo es objeto de cobertura, a
indemnizar, dentro de los límites pactados, el daño producido al asegurado o a satisfacer un
capital, una renta u otras prestaciones convenidas.
Requisitos:

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- Existencia de un riesgo, de que ocurra o no un evento.


- Transferencia del riesgo a otra persona (asegurador)
- Que la transferencia sea una operación autónoma.
Sujetos:
- Asegurador
- Tomador del seguro
- Asegurado
- Beneficiario
Derechos y obligaciones de del tomador o asegurado:
- Deber de declaración del riesgo
- El pago de la prima. La falta de pago de la primera prima legitima al
asegurador para resolver el contrato. El impago de una prima posterior
genera la suspensión de la cobertura durante un mes.
- El deber de comunicar el siniestro al asegurador
- Deber de aminorar las consecuencias del siniestro.
Derechos y obligaciones del asegurador:
- La entrega de la documentación al contratante (póliza, solicitud de seguro,
proposición de seguro, nota de cobertura, los suplementos y la póliza de
abono o flotante).
- Satisfacer la indemnización prevista en caso de siniestro o acaecimiento
del evento dañoso.
- El impago de al indemnización puede generar, a partir de los tres meses
desde la producción del siniestro, el interés legal del 20%.
Duración del contrato: salvo para el seguro de vida 10 años, pudiéndose pactar
prórrogas anuales.
Prescripción de las acciones: dos años en los seguros de daños y cinco en los seguros
de personas.

El riesgo como bien objeto del tráfico jurídico: el juego y la apuesta

La distinción entre juego y apuesta no tiene actualmente trascendencia práctica por la


identidad de efectos establecida en el art. 1.799.
El juego es un mero hecho necesario, en cuanto productor del alea, para que surja el
contrato de apuesta.
El contrato de apuesta es:
- Aleatorio
- Bilateral
- Oneroso
- Consensual
- Sinalagmático
- No sujeto a forma alguna.

Los juegos de azar se despenalizan mediante la LO de 25 de junio de 1983 de reforma


del Código Penal habiéndose antes regulado por el RD de 25 de febrero de 1977 y
desarrollado a nivel autonómico
Para los juegos no autorizados es aplicable:
- La irrepetibilidad del pago y la inexigibilidad del pago:
- Art. 1.798: “La ley no concede acción para reclamar lo que se gana en
un juego de suerte, envite o azar; pero el que pierde no puede repetir lo
que haya pagado voluntariamente, a no ser que hubiese mediado dolo,
o que fuera menor, o estuviera inhabilitado para administrar sus bienes”
- Art. 1.799: “Lo dispuesto en el artículo anterior respecto del juego es
aplicable a las apuestas. Se consideran prohibidas las apuestas que
tienen analogía con los juegos prohibidos.
Se consideran lícitos los juegos que contribuyan a potenciar el ejercicio del cuerpo, no
solamente en su aspecto fisicomotriz, sino también el intelectual. También son lícitos los juegos
de suerte, envite o azar autorizados:
- Art. 1.800: “No se consideran prohibidos los juegos que contribuyen al
ejercicio del cuerpo, como son los que tienen por objeto adiestrarse en el

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manejo de las armas, las carreras a pie o a caballo, las de carros, el juego
de pelota y otros de análoga naturaleza.
- Art. 1,801: “El que pierde en un juego o apuesta de los no prohibidos queda
obligado civilmente...”
En la práctica no se da el impago por apuestas, pues este se hace por anticipado.

Los contratos de cap. floor, collar y futuros financieros

¿?

La transacción y el arbitraje

Concepto, presupuestos y naturaleza de la transacción

Art. 1.809: “La transacción es un contrato por el cual las partes, dando, prometiendo o
reteniendo cada una alguna cosa, evitan la provocación de un pleito o ponen término al que
había comenzado”.
Se trata de un arreglo o acuerdo de carácter contractual que pretende evitar la
intervención jurisdiccional.
Requisitos:
- Existencia de controversia entre las partes.
- Voluntad de las partes de poner fin a la situación de incertidumbre: tras el
acuerdo se da fijeza los respectivos derechos mediante la terminación del
litigio.
- Reciprocidad de las concesiones acordadas, pero no se exige la paridad en
los sacrificios o concesiones de las partes.
Naturaleza: la cuestión es si la transacción se limita a declarar una situación jurídica
preexistente o bien presupone una transmisión de derechos y por tanto modifica la relación
jurídica incierta anterior. En la práctica es admisible tanto un efecto declarativo como traslativo
de la transacción variando según el caso contemplado.

Sujetos, objeto y forma

Capacidad para transigir:


- Art. 1.810: “Para transigir sobre los bienes y derechos de los hijos bajo la
patria potestad se aplicarán las mismas reglas que para enajenarlos”
(autorización judicial)
- Art. 1.811: “El tutor no puede transigir sobre los derechos de la persona
que tiene en guarda, sino en la forma prescrita en el presente Código”
(autorización judicial)
- Art. 1.812: “Las corporaciones que tengan personalidad jurídica sólo
podrán transigir en la forma y con los requisitos que necesiten para
enajenar sus bienes”.
Objeto de la transación:
- Art. 6.2: “ La exclusión voluntaria de la ley aplicable y la renuncia a los
derechos en ella reconocidos sólo serán válidas cuando no contraríen el
interés o el orden público ni perjudiquen a terceros”.
- Art. 1.813: “Se puede transigir sobre la acción civil proveniente de delito;
pero no por eso se extinguirá la acción pública para la imposición de la
pena legal”
- Art. 1814: “No se puede transigir sobre el estado civil de las personas, ni
sobre cuestiones matrimoniales, ni sobre alimentos futuros”. Se refiere
también a las pensiones no vencidas.

Efectos e ineficacia de la transacción

Efectos:
Art. 1.816: “La transacción tiene para las partes la autoridad de la cosa juzgada; pero
no procederá la vía de apremio sino tratándose del cumplimiento de la transacción judicial”.

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Siempre y cuando concurran los presupuestos del art. 1.252, es decir identidad entre las cosas,
las causas, las personas de los litigantes y la calidad con que lo fueron.
En general la transacción tiene efectos retroactivos respecto a los derechos y
obligaciones de los transigentes, aunque nada se dice sobre ello en el Código.
Ante el incumplimiento de una de las partes, seguirá siendo posible accionar
judicialmente. Se ha de concluir que es aplicable el art. 1.124: “La facultad de resolver las
obligaciones se entiende implícita en la recíprocas, para el caso de que uno de los obligados
no cumpliere lo que le incumbe...”

Ineficacia:
Art. 1.817: “La transacción en que intervenga error, dolo, violencia o falsedad de
documentos, está sujeta a lo dispuesto en el artículo 1.265 de este código (que será nulo). Sin
embargo no podrá una de las partes oponer el error de hecho a la otra siempre que ésta se
haya apartado por la transacción de un pleito comenzado”.
Art. 1.819: “Si estando decidido un pleito por sentencia firme, se celebrase transacción
sobre él por ignorar la existencia de la sentencia firme alguna de las partes interesadas, podrá
ésta pedir que se rescinda la transacción. La ignorancia de una sentencia que pueda
revocarse, no es causa para atacar la transacción”.
- Error:
- según García Goyena se ha de distinguir entre error en la circunstancia
controvertida y el error en una circunstancia que afecta directamente a la
situación litigiosa. En el primer caso sería irrelevante pues la transacción
persigue eliminar la controversia. En el segundo caso si puede ser relevante
pues de él parten para llegar al acuerdo transaccional.
- Según Albaladejo ambos errores tienen eficacia invalidante si se trata de un
error esencial.
- Dolo:
- en la ocultación de documentos por parte de uno de los contratantes o por un
tercero: art. 1.818: “El descubrimiento de nuevos documentos no es causa
para anular o rescindir la transacción, si no ha habido mala fe”.
- En la ocultación o falta de información al otro respecto a la existencia de
sentencia firme resolviendo la cuestión litigiosa.
- La “litis temeraria”: cuando una de las partes mantiene conscientemente en la
controversia pretensiones infundadas legalmente para obtener ventajas en una
futura transacción, con la esperanza de que la otra parte llegara a aceptar el
mecanismo transaccional por temor al litigio. Es un tema controvertido.

El arbitraje y el convenio arbitral

Regulado por la Ley de Arbitrajes de Derecho Privado de 22 de diciembre de 1953 ,


derogada por la Ley de Arbitraje 36/1988, de 5 de diciembre, la Ley de Enjuiciamiento Civil de
2000 acentúa su carácter jurisdiccional.
La línea jurisprudencial del Tribunal Supremo parte de considerar que el arbitraje ha
de derivar necesariamente de un sometimiento enteramente libre y voluntario, incompatible con
cualquier condicionamiento de índole legal o ajeno a la voluntad de los contratantes.
El convenio arbitral constituye un acuerdo de voluntades de naturaleza contractual
cuyo objeto es someter cuestiones litigiosas a la decisión de uno o varios árbitros.
El arbitraje puede ser:
- En derecho: resuelto y fundamentado en las normas jurídicas aplicables.
- En equidad: los jueces actúan según su leal saber y entender, resolviendo
la cuestión litigiosa atendiendo a la justicia material del caso concreto, sin
tener que fundamentar su decisión en norma jurídica alguna.

Elementos, requisitos y efectos del convenio arbitral.

Forma:
El art. 6 de la Ley 36/1988 establece que el convenio arbitral deberá formalizarse por
escrito y podrá concertarse como cláusula incorporada a un contrato principal o por acuerdo
independiente del mismo

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Contenido:
Conforme al art. 5 del al Ley de Arbitraje el contenido necesario del convenio se limita
a:
- Voluntad inequívoca de las partes de someterse al arbitraje
- Determinación de la relación jurídica de la que, en su caso, resulten las
cuestiones litigiosas a resolver.
- Expresar la obligación de cumplir la decisión o laudo arbitral.

Objeto:
Es el sometimiento a la decisión de los árbitros de las cuestiones litigiosas, surgidas o
que puedan surgir, en materias de su libre disposición conforme a derecho. Se excluye la
existencia de una sentencia firme sobre el la controversia.

Ámbito:
Las materias susceptibles de arbitraje son aquellas sobre las que las partes tengan
libre disposición conforme a derecho.
No podrán ser objeto de arbitraje las materias inseparablemente unidas a otras sobre
las que las partes no tengan poder de disposición. Tampoco serán materia de arbitraje las
cuestiones en las que deba intervenir el Ministerio Fiscal en defensa de menores
incapacitados.

Arbitros:
Con carácter general habrán de ser personas naturales que se hallen, desde su
aceptación, en el pleno ejercicio de sus derechos civiles, que simultáneamente no ejerzan
funciones públicas retribuidas por arancel, ni sean Jueces, Magistrados y Fiscales en activo.
En caso de tratarse de arbitraje de Derecho es requisito complementario que los
árbitros sean abogados en ejercicio.
El colegio arbitral se encuentra comúnmente compuesto por tres personas, una por
cada parte u otra común. En cualquier caso número impar y si no hay acuerdo serán tres.
El arbitraje es de naturaleza retribuido. Antes de iniciar sus funciones los árbitros
podrán exigir a las partes la provisión de fondos que estimen necesaria para satisfacer sus
honorarios y gastos.

Efectos:
La decisión arbitral (laudo) que pone fin a la controversia tiene el mismo valor y
eficacia que una sentencia, produciendo efectos idénticos que la cosa juzgada.
El laudo debe dictarse por escrito, expresando:
- las circunstancias personales de los árbitros y de las partes,
- el lugar en que se dicta,
- la cuestión sometida a arbitraje,
- relación de las pruebas practicadas,
- las alegaciones de las partes y
- la decisión arbitral.
El laudo debe ser protocolizado notarialmente y ser notificado de forma fehaciente a
las partes para evitar problemas de índole probatoria.
El plazo para adoptar el fallo será fijado por la partes, siendo el supletorio de no fijarse
de seis meses desde la aceptación del encargo. Pasado el plazo sin concederse prórroga por
las partes, es ineficaz el convenio arbitral.
Dictado el laudo, vincula y sujeta a las partes; estas pueden recurrirlo de dos formas:
- recurso de anulación del laudo: ante la Audiencia Provincial dentro de los
diez días siguientes a su notificación. Contra la sentencia no cabe ulterior
recurso. El laudo sólo se podrá anular en los siguientes casos:
- cuando el convenio arbitral fuese nulo
- cuando no se hayan observado las reglas imperativas propias del
procedimiento arbitral.
- Cuando el laudo se dictara fuera de plazo
- Cuando los árbitros hayan resuelto sobre los puntos no sometidos
a su decisión o que, aunque lo hubiesen sido, no pueden ser objeto
de arbitraje.

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- Cuando el laudo fuese contrario al orden público.


- recurso de revisión: es de aplicación de la Ley de Enjuiciamiento Civil de
2000, siendo competente para el conocimiento de revisión de los laudos la
Sala 1ª del Tribunal Supremo.
Ejecución: si fuera necesario acudir a la ejecución forzosa las partes la pueden
obtener del Juez de 1ª Instancia del lugar en que aquél se hubiese dictado.

Tema 36: La fianza

Concepto, función y caracteres de la fianza.

Art. 1.822; “Por la fianza se obliga uno a pagar o cumplir por un tercero, en el caso de
no hacerlo este...” . Se deduce el carácter subsidiario de la fianza, pues el fiador solo se hará
cargo del pago en el caso de que el deudor no haga frente a ella.
Es un acuerdo contractual celebrado entre fiador y acreedor, en cuya virtud aquél
asume la obligación de asegurar el cumplimiento de la obligación del deudor principal. No se
precisa del conocimiento ni consentimiento del deudor principal.
Caracteres:
- Accesorio: art. 1.826: “El fiador puede obligarse a menos, pero no a más
que el deudor principal, tanto en la cantidad como en lo oneroso de las
condiciones. Si se hubiera obligado a más, se reducirá su obligación a los
límites de la del deudor”.
- Consensual: art. 1.827: “La fianza no se presume: debe ser expresa y no
puede extenderse a mas de lo contenido en ella”.
- Gratuita u onerosa: art. 1.823: “La fianza puede ser convencional, legal o
judicial, gratuita o a título oneroso”.
- Unilateral (si es gratuita) o bilateral (si es onerosa)
- Abstracto y no causal: la causa por la que alguien se obliga a pagar por
otro independiente de la relación que surge ente acreedor y fiador y la
existente entre deudor y acreedor.
Clases:
- Convencional: convenida entre fiador y acreedor o exigido al deudor por el
acreedor.
- Legal o judicial: por exigencia de disposición legal o providencia judicial
para garantizar el cumplimiento de una obligación. No se trata del
aseguramiento de una obligación de persona distinta al obligado, si no de la
entrega de cantidad de dinero como garantía.
- Simple: garantiza la obligación principal
- Subfianza: garantiza una fianza anterior, es decir, la obligación del fiador.
- Indefinida o ilimitada: Art. 1.827.2: “Si fuera simple o indefinida,
comprenderá no sólo la obligación principal, sino todos sus accesorios,
incluso los gastos de juicio...”
- Fianza definida o limitada: se circunscribe a la obligación principal o parte
de la misma.

La fianza solidaria: se caracteriza principalmente por la inexistencia del


beneficio de exclusión a favor del fiador. El acreedor podrá reclamar el cumplimiento de
la obligación al deudor, al acreedor o a los dos.
Art. 1.822.2: “Si el fiador se obligare subsidiariamente con el deudor principal,
se observará lo dispuesto en la sección 4ª del capítulo III, título I de este libro” (arts.
1.137-1.148 de las obligaciones mancomunadas y solidarias). Se plantea el problema
de si la fianza solidaria es una subespecie de las obligaciones solidarias o una
subespecie de las fianzas, tema importante en cuanto a la aplicabilidad principal de una
u otras reglas. Sobre ello se suele interpretar que:
- A la relación externa entre acreedor y fiador se le aplica los arts.
1.137 y siguientes.
- A la relación interna entre fiador y deudor se le aplica los arts.
1.838 y siguientes.

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- En cualquier caso debe primar la reglamentación propia de la


fianza.

La obligación garantizada y la dinámica de la relación de fianza.

Art. 1.824: “La fianza no puede existir sin una obligación válida. Puede, no obstante,
recaer sobre una obligación cuya nulidad pueda ser reclamada a virtud de una excepción
puramente personal del obligado, como la del menor de edad. Exceptúase de la disposición del
párrafo anterior el caso de préstamo hecho al hijo de familia”.
Art. 1.825: “Puede también prestarse fianza en garantía de deudas futuras, cuyo
importe no sea aún conocido; pero no se podrá reclamar contra el fiador hasta que la deuda
sea líquida”.
Es decir la obligación:
- Puede ser presente o futura
- El importe puede ser o no conocido
- Para que sea exigible la deuda ha de ser líquida.
- La deuda asegurada ha de ser válida, pero puede recaer sobre
obligaciones anulables mientras no hayan sido objeto de impugnación.

Las relaciones entre fiador y acreedor y entre deudor y fiador.

Fiador y acreedor:
- La obligación principal del fiador es pagar la deuda del deudor si éste no lo
hace.
- Si la fianza es indefinida además deberá atender a todos sus accesorios
(cláusulas penales, intereses moratorios, indemnización de daños y
perjuicios, gastos judiciales...). Los procesos que el acreedor haya
entablado contra el deudor no afectan al fiador.
- En la simple fianza el fiador goza del beneficio de excusión (arrancar o
sacar a la luz):
- Art. 1.830: “El fiador no puede ser compelido a pagar al acreedor
sin hacerse antas excusión de todos los bienes del deudor”.
- Art. 1.832: “Para que el fiador pueda aprovecharse del beneficio de
excusión, debe oponerlo al acreedor luego que éste le requiera
para el pago, y señalarle bienes del deudor realizables dentro del
territorio español, que sean suficientes para cubrir el importe de la
deuda”. Es decir el fiador tiene derecho a eludir el pago mientras no
se demuestre la insolvencia del deudor.
- Art. 1831: “La excusión no tiene lugar:
1º Cuando el fiador haya renunciado expresamente a ella
2º Cuando se haya obligado solidariamente con el deudor
3º En el caso de quiebra o concurso del deudor
4º Cuando éste no pueda ser demandado judicialmente
dentro del Reino.
- El beneficio de división: Art. 1.837: “Siendo varios los fiadores de un
mismo deudor y por una misma deuda, la obligación a responder de ella se
divide entre todos. El acreedor no puede reclamar a cada fiador sino la
parte que le corresponda satisfacer, a menos que se haya estipulado
expresamente la solidaridad”.

Deudor y fiador:
- La relevación de fianza: art. 1,843: “El fiador, aun antes de haber pagado,
puede proceder contra el deudor principal:
1º Cuando se ve demandado judicialmente para el pago
2º En caso de quiebra, concurso o insolvencia
3º Cuando el deudor se ha obligado a relevarle de la fianza en un
plazo determinado, y ese plazo ha vencido
4º Cuando la deuda ha llegado a hacerse exigible, por haber cumplido
el plazo en que debe satisfacerse

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5º Al cabo de los diez años cuando la obligación principal no tiene


término fijo para su vencimiento, a menos que sea de tal naturaleza
que no pueda exigirse sino en un plazo mayor de los diez años”.
Pese a la letra de este artículo, el deudor no podrá relevar de la fianza
al fiador sin contar con la aprobación del acreedor.
- La acción de reintegro o reembolso: art. 1.838: “El fiador que paga por el
deudor, debe ser indemnizado por éste. La indemnización comprende:
1º La cantidad total de la deuda
2º Los intereses legales de ella desde que se haya hecho saber el
pago al deudor, aunque no los produjese para el acreedor.
3º Los gastos ocasionados al fiador después de poner éste en
conocimiento del deudor que ha sido requerido para el pago.
4º Los daños y perjuicios cuando procedan.
La disposición de este artículo tiene lugar aunque la fianza se haya
dado ignorándolo el deudor.
- La subrogación legal: art. 1.839: “El fiador se subroga por el pago en
todos los derechos que el acreedor tenía contra el deudor. Si ha transigido
con el acreedor, no puede pedir al deudor más de lo que realmente haya
pagado”.
- Art. 1.840: “Si el fiador paga sin ponerlo en noticia del deudor, podrá este
hacer valer contra él todas las excepciones que hubiera podido oponer al
acreedor al tiempo de hacerse el pago”.
- Art. 1.842: “Si el fiador ha pagado sin ponerlo en noticia del deudor, y éste,
ignorando el pago, lo repite por su parte, no queda al primero recurso
alguno contra el segundo, pero sí contra el acreedor”
- Art. 1.841: “Si la deuda era a plazo y el fiador la pagó antes de su
vencimiento, no podrá exigir reembolso del deudor hasta que el plazo
venza”.

La relación entre los cofiadores

Art. 1.837: “Siendo varios los fiadores de un mismo deudor y por una misma deuda, la
obligación a responder de ella se divide entre todos. El acreedor no puede reclamar a cada
fiador sino la parte que le corresponda satisfacer, a menos que se haya estipulado
expresamente la solidaridad”.
Art. 1.844: “Cuando son dos o más los fiadores de un mismo deudor y por una misma
causa, el que de ellos haya pagado podrá reclamar de cada uno de los otros la parte que
proporcionalmente le corresponda satisfacer. Si alguno de ellos resultare insolvente, la parte de
éste recaerá sobre todos en la misma proporción.
Lo anterior es una aplicación particular del Art. 1.145.1.2 “El pago hecho por uno de los
deudores solidarios extingue la obligación.
El que hizo el pago sólo puede reclamar a sus codeudores la parte que a cada uno le
corresponda, con los intereses del anticipo.
La falta de cumplimiento de la obligación por insolvencia del deudor solidario será
suplida por sus codeudores, a prorrata de la deuda de cada uno”.
Conforme al art. 1.845 los demás cofiadores se encuentran en la misma posición que el
deudor principal respecto al deudor que reclama el pago que realizó.

Extinción de la fianza.

Art. 1.847: “La obligación del fiador se extingue al mismo tiempo que la del deudor, y
por las mismas causa que las demás obligaciones”.
Art. 1.851: “La prórroga concedida al deudor por el acreedor sin el consentimiento del
fiador extingue la fianza”. Se basa en que el fiador no puede resultar perjudicado mas que a
aquello a que se comprometió; se podría producir insolvencia del deudor en ese tiempo
prorrogado.
Art. 1.852: “Los fiadores, aunque solidarios, quedan libres de su obligación siempre que
por algún hecho del acreedor no puedan quedar subrogados en los derechos, hipotecas y
privilegios del mismo”.

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