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FACULTAD DE INGENIERÍA
DECANO
José Leandro BASTERRA
VICEDECANO
Arturo Alfredo BORFITZ
SECRETARIO ACADÉMICO
Arturo Alfredo BORFITZ
CONTENIDISTA
José Antonio POZZER
DISEÑO DIDÁCTICO
Fanny AGUIRRE
DISEÑO GRÁFICO
Ileana DE LEON
CORRECCIÓN DE ESTILO
Olga MUSIMESSI
Taller de tesina
1. El saber científico
En el transcurrir de sus días el hombre como ser racional trata de entender el mundo, y sobre
la base de su inteligencia intenta enseñorearse de él para hacer su vida más confortable.
Según Mario Bunge (1960) en este proceso el hombre construye un mundo artificial: ese
creciente cuerpo de ideas llamado “ciencia”. Como afirma el mismo autor: Un mundo le es dado
al hombre; su gloria no es soportar o despreciar este mundo, sino enriquecerlo construyendo
otros universos. Amasa y remoldea la naturaleza sometiéndola a sus propias necesidades
animales y espirituales, así como a sus sueños: crea así el mundo de los artefactos y el mundo
de la cultura. La ciencia como actividad —como investigación— pertenece a la vida social; en
cuanto se la aplica al mejoramiento de nuestro medio natural y artificial, a la invención y
manufactura de bienes materiales y culturales, la ciencia se convierte en tecnología. Sin
embargo, la ciencia se nos aparece como la más deslumbrante y asombrosa de las estrellas de
la cultura cuando la consideramos como un bien en sí mismo, esto es como una actividad
productora de nuevas ideas (investigación científica) (Bunge, 1960: 1).
En este sentido, Carlos Sabino (1992) señala que la ciencia puede caracterizarse por ser:
Racional: La ciencia utiliza la razón para llegar a resultados. Los enunciados que
realiza son combinaciones lógicas de elementos conceptuales que se ensamblan de
forma coherente, evitando contradicciones internas, ambigüedades y confusiones que
la lógica enseña a superar. La racionalidad aleja a la ciencia de la religión, y de todos
los sistemas donde aparecen elementos no-racionales o donde se apela a principios
explicativos extra o sobre-naturales.
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General: La preocupación científica busca lograr que cada conocimiento parcial sirva
como puente para alcanzar una comprensión de mayor alcance. De este modo,
tratando de llegar a lo general y no deteniéndose exclusivamente en lo particular, es
que las ciencias nos otorgan explicaciones cada vez más valiosas para elaborar una
visión panorámica de nuestro mundo.
Falible: La ciencia es uno de los pocos sistemas elaborados por el hombre donde se
reconoce explícitamente la propia posibilidad de equivocación, de cometer errores. En
esta conciencia de sus limitaciones es donde reside su verdadera capacidad para
autocorregirse y superarse, para desprenderse de todas las elaboraciones aceptadas
cuando se comprueba su falsedad. Por ello, el conocimiento científico se renueva
constantemente y se asiste a un progresivo mejoramiento de las explicaciones que se
dan a los objetos o fenómenos de estudio.
Los enunciados de las ciencias formales consisten en relaciones entre signos. En cambio, los
enunciados de las ciencias fácticas se refieren, en su mayoría, a entes extra científicos: a
sucesos y procesos. La división antes mencionada también tiene en cuenta el método por el
cual se ponen a prueba los enunciados verificables. Mientras las ciencias formales se
conforman con la lógica para demostrar rigurosamente sus teoremas, las ciencias fácticas
necesitan más que la lógica formal: para confirmar sus conjeturas necesitan de la observación
y/o experimento. En otras palabras, las ciencias fácticas tienen que mirar las cosas, y, siempre
que les sea posible, deben procurar cambiarlas deliberadamente para intentar descubrir en qué
medida sus hipótesis se adecuan a los hechos (Bunge, 1960).
Entre las ciencias formales resaltan la Matemática y la Lógica. Dentro de las ciencias fácticas
se reconocen a la Física, la Química, la Biología, la Sociología, etc. Las ciencias que tratan de
los seres humanos, de su conducta y de sus creaciones se definen como ciencias humanas,
ciencias sociales o ciencias de la cultura, como una forma de reconocer lo específico de tales
áreas de estudio y para distinguirlas de las que suelen llamarse ciencias naturales (llamadas
también ciencias físico-naturales o, con menos propiedad, ciencias exactas) (Sabino, 1992).
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Existen fuentes variadas de dónde pueden surgir ideas para elaborar una Tesina, de modo
ilustrativo (sin ser exhaustivo) proponemos algunas:
Temáticas abordadas en las distintas asignaturas de la Carrera (que hayan resultado de
interés para profundizar su análisis en el trabajo final).
Intereses personales, experiencias individuales (surgen a partir de temas trabajados
anteriormente, temas que despertaron interés en relación al ámbito laboral, situaciones
observadas en la realidad de una localidad particular, etc.).
Cuestiones novedosas dentro del campo profesional (nuevas prácticas o discusiones del
quehacer profesional).
Problemáticas actuales reflejadas en debates periodísticos locales o regionales.
A partir de estas u otras fuentes, cada Estudiante debe definir un tema por abordar en su
trabajo de tesina. Definir un tema de estudio es una estrategia de la cual se vale cada
investigador para delimitar su espacio de indagación (Mendicoa, 2003). La pregunta a
responder en esta instancia refiere a: ¿qué es lo que le interesa estudiar?, que si bien se
plantea como algo simple tiene sus complejidades dado debe construirse una pregunta (u
objeto de estudio), debe ser expuesta y es susceptible de ser modificada en varias
oportunidades a lo largo del proceso.
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3. El planteo de la investigación:
un paso adelante de la elección del tema
Siguiendo a Hernández Sampieri (et. al., 1997) los criterios para plantear adecuadamente una
investigación son:
1. Los Objetivos
Constituyen la guía principal del estudio en tanto señalan el/los alcance/s del conocimiento que
se pretende lograr, es decir: ¿Qué pretendo conocer a partir de la realización de la
investigación?
Es importante recordar que hablamos de objetivos de investigación (de conocimiento), no de
acción o de intervención sobre una determinada situación de interés. Si bien en las
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Deben ser claros. Se debe aclarar sus términos a fin de evitar desviaciones en el proceso.
Para su redacción se utilizar generalmente verbos en infinitivo (por ejemplo identificar, describir,
reconocer, evaluar, comparar, analizar, etc). Son justamente estos los que indican el alcance del
trabajo y también el tipo de investigación de la que se trata descriptiva, explicativa, etc.).
Para lograr una mayor claridad en su formulación se pueden establecer objetivos generales y
específicos. En los de tipo general se expresan los logros respecto del objeto de estudio y sus
aspectos considerados para la investigación y, en los específicos, se desagregan en logros
particulares en relación con los aspectos parciales en estudio.
TENER PRESENTE: debemos plantear objetivos de conocimiento, en los cuales se exponga con claridad QUÉ
se pretende investigar, de QUIENES, DÓNDE y CUÁNDO.
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3. La justificación o fundamentación
Sirve para que el investigador exponga las razones de la investigación, por las que quiere y
considera que es importante realizar el estudio ya que, si bien es válida y necesaria la inquietud
y el interés personal por el tema, esto no constituye una fuente para fundamentación.
La pregunta a responder aquí, entonces es: ¿Por qué es necesario que se realice este
estudio? Esto supone pensar tanto en sus proyecciones como en su utilidad. Resulta de
interés recordar que se justifica, fundamenta (o argumenta) la investigación NO el TEMA.
Las implicancias prácticas (¿ayudará, en algún punto, a resolver algún problema práctico?,
¿en qué medida?
El valor teórico (¿se lograrán nuevos conocimientos?, ¿se podrán generalizar los
resultados?, ¿pueden surgir ideas para estudios futuros?
No siempre se utilizan todos estos criterios para la fundamentación, cuanto más respuestas
otorgue será mejor, pero en ocasiones con que responda a alguno de estos criterios es
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suficiente.
Finalmente Hernández Sampieri (op. cit) agrega un cuarto elemento para considerar también
en el momento del planteamiento del problema: la VIABILIDAD O FACTIBILIDAD. Esto
supone pensar en los recursos necesarios para llevar a cabo el trabajo de investigación. Al
hablar de recursos distingue tanto los recursos materiales y financieros, como los humanos y
los temporales (disponibilidad de tiempo).
Considerar estos aspectos contribuye a definir si es posible verdaderamente realizar el trabajo
o si debe ser ajustado o redefinido ya desde su planteo.
Para ampliar lo desarrollado sugiero la lectura de bibliografía de Hernández Sampieri capítulos
1 y 2, y Mendicoa capítulo 2 (páginas 33 a 39).
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Esto es fundamental tenerlo presente ya que en la mayoría de los casos los alumnos fundamentan el problema,
abundan detalles sobre el problema (que en realidad ya antes fue planteado en la presentación del trabajo escrito) y no
dicen nada respecto a porque es importante que se haga la investigación.
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Orienta sobre cómo habrá de realizarse el estudio. Al acudir a los antecedentes, nos
podemos dar cuenta de cómo ha sido tratado un problema específico de investigación: qué
tipos de estudios se han efectuado, con qué tipo de sujetos, cómo se han recolectado los
datos, en que lugares se han llevado a cabo, que diseños se han utilizado.
Amplia el horizonte del estudio y guía al investigador para que se centre en su problema
evitando desviaciones del planteamiento original.
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Conocer estado de arte (qué se conoce) sobre el tema que quiero estudiar.
Esto implica: analizar y exponer teorías y enfoques, averiguar resultados y metodologías de
investigaciones realizadas; tener información histórica sobre nuestro objeto de estudio; orientar
hipótesis, alcanzar un conocimiento más acabado.
De modo sintético diremos que se prepara a través de bibliografía de distintos autores que
cada investigador debe consultar. La elaboración del marco incluye acciones que podemos
agruparlas en dos momentos:
Hernández Sampieri (1998) señala que un buen marco teórico es aquel que trata con
profundidad únicamente los aspectos relacionados con el problema de investigación, y vincula
lógica y coherentemente los conceptos y proposiciones existentes al respecto. Es muy
importante tener en cuenta: CONSTRUIR el marco no significa sólo reunir información, “copiar
y pegar” conceptos, sino ligarla, integrarla, enlazarla, evitando brincarse de una idea a otra.
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