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Arqueología Medieval

y Restauración

Alberto García Porras


[ed.]

GRANADA – 2016
Nakla
Colección de Arqueología y Patrimonio

19
Dirección
Antonio Malpica Cuello
Profesor de Arqueología Medieval de la Universidad de Granada

Grupo de Investigación «Toponimia, Historia y Arqueología


del Reino de Granada»

© Del texto: los autores

© De la presente edición: Alhulia, S.L.


Plaza de Rafael Alberti, 1
Tel./fax: 958 82 83 01
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ISBN: 978-84-944419-4-3
Depósito Legal: Gr. 152-2016

Imprime: Imprenta Comercial

6
ÍNDICE

Introducción............................................................................................. 9

Arqueólogos y Arquitectos. Un debate necesario........................................ 15


Antonio Malpica Cuello

Arqueología de la Arquitectura:
de la torre de Babel a la sectorialización disciplinar.......................... 33
Juan Antonio Quirós Castillo

De la década prodigiosa de la Arqueología de Intervención hacia


la Arqueología del Conocimiento Histórico: una lectura necesaria
desde la Arqueología Medieval en la provincia de Alicante............... 51
José Luis Menéndez Fueyo

Tapias, tapiales y arquitectos.


Reflexiones sobre las restauraciones de tierra y cal............................ 127
Pedro Gurriarán Daza

Arqueología, Restauración y Planeamiento................................................ 153


Eva María Muñoz Waissen

Una metodología de levantamiento tridimensional y análisis arqueológico


de un edificio: la casa torre del Rio de Luminasio
en el valle del Reno (Bolonia).......................................................... 173
Luca Mattei

El castillo de Lanjarón (Granada).


Un análisis arqueológico y arquitectónico de conjunto.................... 207
Alberto García Porras, Teresa Bonet García
y Juan Alonso Cañadas Suárez

7
Índice

Análisis de estratigrafía muraria del castillo de Zagra (Granada).


Estudios previos a la restauración de la Alcazaba.............................. 235
Juan Alonso Cañadas Suárez

Primeros trabajos de restauración del castillo de Píñar (Granada)............... 261


María Teresa Bonet García

De la restauración de monumentos a la restauración del territorio.


La restauración aplicada a intervenciones recientes.......................... 285
Francisco Javier Gallego Roca

Una aproximación a la Alcazaba zirí de Granada


a través de las intervenciones arqueológicas...................................... 297
Bilal Sarr Marroco

8
De la década prodigiosa de la Arqueología
de Intervención hacia la Arqueología del Conocimiento
Histórico: Una lectura necesaria desde la arqueología
medieval en la provincia de Alicante

José Luis Menéndez Fueyo


Museo Arqueológico de Alicante (MARQ)
En el año de 2013 se cumplieron treinta años de las primeras actuaciones ar-
queológicas en el Castillo de Sax, realizadas por C. Navarro en 1983, fruto de una
delicada negociación explicada brevemente por R. Azuar en un artículo en el que se
pasaba revista a la denostada restauración historicista que reformó, modificó y pobló
nuestros castillos y fortalezas en las décadas de los 50, 60 y 70 del siglo pasado 1. Por
entonces, a los redactores de los proyectos de restauración no se les exigía que, de for-
ma previa y a la par de los procesos de restauración en las fortificaciones, existiera una
documentación arqueológica previa que ayudara y, en algunos casos, diera realmente
las respuestas necesarias para que se pudieran redactar los proyectos de intervención
que desembocaban en la restauración definitiva del conjunto histórico. Por entonces,
allí donde se planificaba la intervención arquitectónica en un monumento, castillo o
fortificación de nuestro solar medieval alicantino, primero había que explicar, solicitar
y sobre todo, había que convencer a los responsables políticos, arquitectos e incluso
cronistas locales de entonces de la imperiosa necesidad —que no obligación— de
realizar actuaciones previas al proceso de restauración.
Parafraseando al arquitecto M. Bevià García, podríamos decir que las ciudades
y castillos de Alicante estaban inmersas en una «amnesia histórica total» que impedía
recuperar la memoria colectiva que se encontraba en el interior de los edificios 2. No
existían datos sobre las puertas, murallas o elementos sobre los que comenzar a construir
un pasado que anclase físicamente la historia de las ciudades alicantinas. Sólo tímida-
mente, los castillos, moles que en el mejor de los casos, aún conservaban cierto alzado y
monumentalidad, estaban en condiciones de inspirar a la ciudadanía ecos de su pasado.
Poco a poco, y sobre todo con la llegada de las instituciones autonómicas a prin-
cipios de los 80, el desarrollo de los servicios municipales de arqueología, y sobre todo,
la salida de las primeras generaciones de arqueólogos formados profesionalmente en el
ámbito universitario, la dinámica cambia de forma progresiva y las actuaciones se van
sucediendo. Así ocurre en proyectos iniciados en el ya referido Castillo de Sax 3, en el

1
  Azuar Ruiz, R.: «De la restauración historicista», Castells, 6 (1996), pp. 3-4.
2
  Bevià García, M.: «La salvaguarda de la porta Ferrisa», en Edificio Porta Ferrisa. Arquitectura
contemporánea en Alicante. Alicante, 2012, pp. 14-19.
3
  Azuar Ruiz, R.: Castellología medieval alicantina. Area meridional. Alicante, 1981.

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De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 1. El arqueólogo Jose María


Soler en las excavaciones del patio
del Castillo de la Atalaya en Villena
(Museo Arqueológico de Villena)

Fig. 2. Vista aérea del Castillo de la


Mola en Novelda (Ayuntamiento de
Novelda)

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José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 3. Vista aérea del poblado fortificado almohade de Planes (Generalitat Valenciana)

Castillo de Villena, realizadas por J. M. Soler 4, en el Castillo de Petrer 5 o en el Castillo


de la Mola 6 en Novelda en los años 80 del siglo XX. Los años 90 alumbran un nuevo
número de fortificaciones urbanas y castillos que inician sus proyectos de intervención

4
 Consultar en Soler García, J. M., 1976: Villena: prehistoria, historia, monumentos.
Alicante, 1981.
5
  Navarro Poveda, C.: «Estudio del material cerámico islámico bajomedieval de Petrer», en
Ayudas a la investigación, Instituto Juan Gil-Albert 1984/5. Arqueología, Etnografía II. Alicante, 1988,
pp. 81-109.
6
 Se deben consultar las obras de Navarro Poveda, C.: «Cerámicas valencianas bajomedievales
aparecidas en el Castillo de la Mola», en I Congreso de Arqueología Medieval Española 5. Zaragoza, 1986,
pp. 571-587; Navarro Poveda, C.: «Los niveles islámicos del Castillo de la Mola, Novelda (Alicante)»,
en II Congreso de Arqueología Medieval Española 3. Madrid, 1987, pp. 63-71; Navarro Poveda, C.:
Excavaciones arqueológicas en el castillo de La Mola (Novelda‑Alicante). II. Las cerámicas comunes (s.
XIV‑XV), Monforte del Cid-Novelda, 1990; Navarro Poveda, C.: «Los castillos y el poblamiento en época
bajomedieval en los valles del Vinalopó», en Fortificaciones y Castillos de Alicante. Valles del Vinalopó,
II Jornadas de Fortificaciones y Castillos de Alicante. Petrer, 1991 y Navarro Poveda, C.: Excavaciones
y restauración del Castillo de la Mola-Novelda. 1983-1990. Novelda, 1992.

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De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 4. Torre Gótica del Castillo de Cocentaina.


Vista previa al proceso de restauración realizado en los años 90 del siglo XX

como, entre otros, el Castillo de Elda 7 en el año 1992, el Castillo de Planes 8 en el año
1995 o la Torre Gótica del Castillo de Cocentaina 9.

7
 Conviene consultar las obras de Poveda Navarro, A. M.: «Villa et castiello de Ella (Elda,
Alicante) en el siglo XIII». Anales de la Universidad de Alicante. Historia medieval, 4-5 (1986), pp. 67-98,
y Poveda Navarro, A.M.: «Aproximación al urbanismo medieval de Elda», en Azuar, R., Gutiérrez,
S., Valdés, F. (eds): Urbanismo medieval del País Valenciano. Madrid, 1993, pp. 105-134.
8
 Conviene consultar Menéndez Fueyo, J. L.: «El Hisn de Planes (El Comtat, Alicante): Un
recinto fortificado almohade en el tránsito al feudalismo». Castells, 5 (1995), pp. 13-28; y Menéndez
Fueyo, J. L.: «La Puerta del Castillo de Planes (Alicante): Una aportación al estudio de las puertas en
recodo de fortificaciones de ámbito rural en época almohade». Boletín de Arqueología Medieval, 9
(1996), pp. 153-179.
9
  Para obtener más información, son imprescindibles las obras de Portela Borja, J. A.: «El
Castell», en El Patrimoni Històric i Artístic de Cocentaina «La Seua Recuperació»: Les Intervencions
Arquitectòniques i Arqueològiques, Cocentaina, 2003, pp. 123-143, acerca del proyecto arquitectónico,
mientras que para la actuación arqueológica es conveniente seguir a Torregrosa Jiménez; P.: «El Palau
Comtal de Cocentaina: nuevos datos arqueológicos para su estudio». Castells, 2 (1995), pp. 19-21.
Finalmente, un excelente planteamiento de la construcción lo encontramos en Azuar Ruiz, R.: «El
Castell de Cocentaina: una obra singular del gótico militar valenciano». Castells, 6 (1996), pp. 39-42.

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José Luis Menéndez Fueyo

Hoy en día, treinta años después el panorama es radicalmente diferente, como


no podía ser de otro modo, aunque esta relectura del proceso de documentación ar-
queológica a la servidumbre del proceso de restauración tiene evidentes lagunas que, a
nuestro humilde entender, también queremos indicar por reiteradas y no correctamente
resueltas. Si bien la comunicación entre arqueólogos, arquitectos, arquitectos restaura-
dores, restauradores y profesionales implicados en la restauración de monumentos ha
mejorado ostensiblemente en estos últimos 20 años, bien es cierto que aún no podemos
calificarlo como dos disciplinas, condenadas a entenderse y que deben cabalgar juntas
con el objetivo final de obtener un monumento más fiel a su proceso constructivo pero
también más y mejor documentado.
Precisamente éste, el de la documentación, ha sido el objetivo que toda la co-
munidad arqueológica alicantina dedicada a la arqueología medieval, ha perseguido
de forma voraz en estos últimos diez años, período al que calificamos sin ninguno
tipo de dudas como la «década prodigiosa» de la arqueología medieval alicantina. No
nos engañemos con el término prodigiosa, podría mal entenderse. Sólo nos referimos
con ello a un período de enorme actividad e investigación arqueológica, al pairo de
los proyectos de restauración, que ha tenido y tiene sus luces y sombras y que precisa
de una lectura crítica donde la parada técnica es el diagnóstico clínico más certero que
podemos hacer en estos tiempos de post-burbuja constructiva.

La Arqueología de intervención en las ciudades de Alicante

La tremenda y compleja evolución de las ciudades alicantinas en los últimos 20


años, al socaire de una radical y agresiva promoción turística entregada al sol y playas,
ha devenido en un paisaje urbanístico demoledor donde el patrimonio alicantino
malvive en su mayor parte entre masas de bungalows, calles y centros sociales. Pero el
afán urbanístico no sólo se ha centrado en explotar áreas hasta ahora poco pobladas. El
corazón de las ciudades, sus cascos antiguos, han visto una profunda renovación de sus
casas e infraestructuras en una búsqueda por detener el continuo éxodo de residentes
en un entorno económico y social completamente deteriorado y abandonado. Las
aprobaciones de planes especiales de protección en los ayuntamientos más importantes
con cascos históricos con clara necesidad de intervención como Orihuela (1991), Elx
(1998), Alcoi (2002), Alicante (2004), Denia (2012), han generado una actividad
inusitada en los servicios arqueológicos municipales en esta última década.
La ciudad de Alicante, como capital de la provincia, es uno de los casos más
paradigmáticos de actuación, donde la Unidad de Conservación del Patrimonio His-
tórico y Artístico Municipal (COPHIAM) ha concentrado un enorme número de
actuaciones dirigidas hacia la recuperación y restauración del Casco Histórico como

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De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 5. Vista aérea de las excavaciones en la Rambla de Alicante en el año 2002 realizadas por la
empresa Arpa Patrimonio (Arpa Patrimonio)

hacia la adopción de nuevas infraestructuras para la ciudad que afectaban a áreas con-
tenedoras de un potente patrimonio arqueológico 10. Destacarlas todas es imposible, ya
que de una forma u otra, la mayor parte están ligadas a procesos de restauración, bien
fomentados por las iniciativas privadas; bien promovidas por las instituciones públicas.
La mayoritaria, la actuación pública nos ha dejado algunos ejemplos fundamentales
para conocer el desarrollo de la ciudad de Alicante, como fue la actuación 11 promo-
vida por la Consellería de Obras Públicas, Urbanismo y Transporte de la Generalitat
Valenciana (COPUT) con el objetivo de determinar la presencia ya conocida de las
primeras defensas pre-abaluartadas de la ciudad construidas bajo el mandato del Du-
que de Calabria en el año 1544, y cómo podían afectar a la construcción del colector
anti-riadas que se estaba realizando por la Rambla de Alicante.

10
 Es necesario revisar los trabajos de Rosser Liminyana, P.: «El COPHIAM: Seis años de
actividad arqueológica». LQNT, 1 (1993), pp. 9-75; Rosser Liminyana, P.: «La ciudad de Alicante y la
arqueología del poblamiento en época medieval islámica». LQNT, 2 (1994), pp. 111-146; Rosser Li-
minyana, P.: «La arqueología medieval en la ciudad de Alicante: Estado de la cuestión». Castells, 3 (1993),
pp. 21-26 y Rosser Liminyana, P.: «La ciudad de Alicante y la arqueología del poblamiento en época
medieval islámica», en Azuar, R., Gutiérrez, S., Valdés, F. (eds): Urbanismo medieval…, pp. 27-62.
11
  Soler, L., Ortega, J.R., Simón, J. L.: «Excavaciones arqueológicas de salvamento en la
Rambla (Alicante). Avance de los resultados». Castells, 8 (2002), pp. 59-68.

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José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 6. Fachada de la Basílica de Santa María mientras se realizaba la excavación en la cubierta


(Archivo Gráfico MARQ)

En las excavaciones, realizadas por la empresa ARPA Patrimonio, apareció lo


que conocemos como Torreón de San Francisco, también conocido como de las Ca-
puchinas, una obra de casi 3 m de altura conservada con un excepcional diámetro de
21 m que presenta un anillo macizo de mampostería de 6 m de longitud que deja un
espacio interior con unos 9 m de diámetro, medidas muy similares, como bien indican
los responsables de los trabajos arqueológicos, a las descripciones del siglo XIX que se
tenían del mismo y que nos hablaban de una estancia interior de «10 varas, 2 pies y
8 pulgadas» 12 que correspondían con una medida de 9 o 9,5 metros. Junto a él, apa-
recieron más de 30 metros de muralla con una anchura de 1,75 metros, y que cuenta
con su foso y contraescarpa, construida en mampostería con mortero de cal en la que
se ha documentado un alzado de más de 2 metros.
Pero sin duda, una de las actuaciones emblemáticas en la documentación ar-
queológica medieval de la ciudad de Alicante ha sido la realizada en la cubierta de la
Basílica de Santa María, el templo tardogótico y decano de la ciudad por excelencia,

12
  Ibíd., p. 62.

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De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 7. Trabajos de inventario de todos los contenedores cerámicos encontrados en los trabajos de
la cubierta de la Basílica de Santa María de Alicante (Archivo Gráfico MARQ)

cuyos trabajos se emprendieron entre los años 1997 y 1998 y que vieron la luz en una
exposición monográfica y que ha ofrecido un extenso catálogo 13 sobre la actuación y
las conclusiones que allí se documentaron; y una más reciente, en el que se ha publi-
cado todo el conjunto cerámico hallado en la cubierta, acompañado de un extenso
conjunto de materiales 14.
Pero la actuación, más allá de su originalidad —es la primera cubierta completa
excavada en la Península Ibérica en un ejercicio de arqueología en el aire— y el amplio
número de datos y materiales recuperados, permitió conocer al detalle el sistema cons-
tructivo del edificio, las fases en que se originó, el peculiar sistema de rellenos cerámicos
y sus cambios en el uso del material adecuado, así como en la manera de producirse

13
  Azuar Ruiz, R., Beviá García, M., (coord.): Santa María Descubierta. Arqueología, Arqui-
tectura y Cerámica, Catálogo de la exposición. Alicante, 2005.
14
  Menéndez Fueyo, J. L.: La cerámica medieval de la Basílica de Santa María de Alicante.
Arqueología, arquitectura y cerámica de una excavación arqueológica insólita en España. BAR British
Archaeological Reports, International Series, 2872. Oxford, 2012.

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José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 8. Vista general de la excavación arqueológica en la cubierta de la Basílica de Santa María de


Alicante (Archivo Gráfico MARQ)

el cierre de cada uno de los tramos de la bóveda del edificio. Los resultados fueron de
una inestimable ayuda para el proyecto arquitectónico de restauración, dirigido por
el arquitecto M. Bevià y para la planificación de las siguientes fases de intervención
arqueológica como paso previo a la redacción de los programas de restauración, pro-
tocolo de funcionamiento que creemos más correcto a seguir a la hora de enfrentarse
con un edificio histórico. La fase III, realizada en los años 2000-2001, permitió do-
cumentar las cimentaciones del edificio, y documentar fases arqueológicas previas a la
construcción del primer templo gótico, levantado después de la conquista cristiana a
partir de 1260 y cuya fachada aún se conserva en el subsuelo del actual solar donde se
levanta el templo tardogótico 15.
Idéntico ejemplo de profusa y correcta combinación de documentación arqueoló-
gica y restauración lo encontraríamos en las excavaciones realizadas en la calle Villavieja
con el objetivo de descubrir y documentar los restos de la Puerta Ferrisa, primer acceso
de la ciudad y fechado en época islámica. En este caso, la documentación arqueológica
ha tenido la suerte de ir acompañada de la construcción de un nuevo edificio para las

15
  Rosser Liminyana, P.: La ciudad explicada en su castillo. Alicante, 2012, pp. 128-132.

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De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 9. Trabajos de conservación preventiva de los contenedores cerámicos realizados en la


cubierta de la Basílica de Santa María previos a su levantamiento. (Archivo Gráfico MARQ)

Fig. 10. Vista general de la integración de los


restos de la Puerta Ferrisa en el nuevo edificio
de oficinas municipales (Ayuntamiento de
Alicante)

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José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 11. Vista aérea de las obras


en el solar interior del antiguo
Hotel Palas, hoy sede de la
Cámara de Comercio de Alicante
(Ayuntamiento de Alicante)

oficinas de la Agencia Local de Desarrollo y los Servicios Jurídicos municipales que ha


incorporado en su estructura los restos de la puerta 16.
Un tercer ejemplo interesante de documentación arqueológica relacionada con
la restauración arquitectónica ha sido el caso del antiguo hotel Palas, reconvertido
desde el año 2003 en la sede y oficinas de la Cámara de Comercio de Alicante. Si bien
los restos documentados, de gran relevancia para la historia de la ciudad, no han sido
susceptibles de ser incorporados al proyecto de rehabilitación del edificio, los datos
extraídos de las cuatro actuaciones realizadas en el solar interior del edificio, revelaron
la existencia de los niveles de arena de la playa bajomedieval de los siglos XIV-XV, don-

16
  Rosser, P., Borrego, M., Fuentes, C.: «Urbanismo islámico y arqueología del entorno de
la porta Ferrisa: la Mad¶na Laqant», en Edificio Porta Ferrisa. Arquitectura contemporánea en Alicante.
Alicante, 2012, pp. 21-41.

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De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 12. Resto de las cuadernas de embarcación y postes de sujección de barcas


pertenecientes a un pequeño arsenal descubierto en el solar del antiguo Hotel Palas
de Alicante (López Serrano, A., Valero Climent, D., 2007)

de se detectó una estructura de grandes dimensiones, interpretada como el malecón


relacionado con las estructuras portuarias de la villa medieval de Alicante. También
se contabilizaron hasta 12 elementos de restos de madera pertenecientes al proceso de
construcción de embarcaciones —cuadernas, varengas y travesaños—, que permitieron
constatar la existencia de un taller para la construcción de embarcaciones 17, algo nunca
documentado hasta la fecha en la arqueología urbana alicantina.
Otro gran conjunto patrimonial urbano es, sin duda, la ciudad de Orihuela,
enclave con un importantísimo y amplio casco histórico, con múltiples edificios histó-
ricos, públicos, privados y eclesiásticos, con los consiguientes problemas de conserva-
ción y mantenimiento dada la cercanía del río Segura. Los programas de restauración
y conservación vienen desde lejos y, quizás, sólo ahora, después de muchos años de
intervenciones, comenzamos a vislumbrar la enorme tarea realizada.

17
 Consultar López Serrano, A., Valero Climent, D.: «Hotel Palas, Calle Cervantes, 5 (4.ª
actuación)», en Actuaciones Arqueológicas en la Provincia de Alicante. 2007. Alicante, 2007 (ed. CD-
Rom), y López Serrano, A., Valero Climent, D: «Hotel Palas, Calle Cervantes, 5 (Fase III)», en
Actuaciones Arqueológicas en la Provincia de Alicante. 2007. Alicante, 2007, (ed. CD-Rom).

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José Luis Menéndez Fueyo

En un solar urbano de tan complejas características, las actuaciones realizadas


bajo la supervisión del Museo Arqueológico Comarcal han permitido crecer de manera
exponencial en el conocimiento de la evolución histórica de la ciudad con hallazgos de
una calidad e importancia fundamental 18. Son los casos de las excavaciones realizadas
en el solar del Palacio de Pinohermoso en el año 1987, motivadas por la construcción
de la Biblioteca Pública Fernando de Loaces, donde se documentaron un importante
conjunto de viviendas estructuradas en torno a patios centrales 19; la excavación en la
torre de la Catedral de Orihuela en el año 1992, donde la actuación permitió documen-
tar las diferentes fases de construcción y reforma de la torre 20; la excavación en la Plaza
Teniente Llinares en 1999, que vino motivada por la construcción de un edificio que
alberga actualmente una serie de dependencias comunicadas con el Hotel Meliá Bouti-
que Palacio de Tudemir, y que permitió descubrir una excepcional necrópolis islámica
con enterramientos con varias maqâbirîyas y dos monumentos funerarios de sillería 21.
La enorme nómina de actuaciones nos impide mostrarlas todas, pero este breve
repaso no estaría completo sin comentar la excepcional excavación realizada por la ar-
queóloga M.ª C. Sánchez Mateos en la Casa del Paso, entre los años 1997 y 1999 sobre
un solar de 2.228 metros cuadrados para albergar el edificio Las Salesas, perteneciente
al campus de la Universidad Miguel Hernández d’Elx 22. El conjunto monumental fue
de tan extraordinario y de tanto calibre que se modificó el proyecto arquitectónico
paras albergar en el subsuelo el Museo de la Muralla, en el que se puede contemplar
una buena parte del recinto amurallado de la ciudad con cuatro de sus torres, datado
en época almohade con algunas reformas realizadas en el siglo XIV. Asimismo, se do-
cumentaron unos baños, que conservan la sala fría el (bayt al-barid ), la templada (bayt
al-wastan¶ ) y la sala caliente (bayt al-sajun) 23, junto a una serie de viviendas de época

18
 Consultar las obras de Diz Ardid, E.: Arqueología urbana de Orihuela (S. X al XVIII). Ori-
huela, 1988 y Diz Ardid, E.: «Espacios urbanos en la Orihuela medieval», en Azuar, R., Gutiérrez,
S., Valdés, F. (eds): Urbanismo Medieval…, pp. 157-195.
19
  Ver en Diz Ardid, E.: Espacios urbanos en la Orihuela medieval…, pp. 170-171.
20
  Ibíd., p. 180.
21
  Ver el trabajo de Sánchez Mateos, M.ª C., Diz Ardid, E.: «Excavaciones en el solar de la
Casa del Paso (Orihuela). Estudio preliminar». Alquibla, 5 (1999), pp. 313-331.
22
  Para más información consultar los trabajos de Sánchez Mateos, M.ª C.: «Casa del Paso.
Orihuela», en Actuaciones Arqueológicas en la Provincia de Alicante, 2000. Alicante, 2000 (ed. CD-Rom),
Sánchez Mateos, M.ª C., Diz Ardid, E.: «Els Banys àrabs de la ciutat d’Oriola». El Tempir, VIII, 18
(2000), pp. 38-9 y Sánchez Mateos, M.ª C.: «Avance al estudio de la muralla medieval de Orihuela. El
tramo del río en las excavaciones del solar Casa del Paso». Cuadernos de Historia y Patrimonio Cultural
del Bajo Segura, 1 (2008), pp. 57-71.
23
 Como en muchas obras generales, un detalle de las denominaciones aparece en la obra de
Azuar Ruiz, R., López Padilla, J. A., Menéndez Fueyo, J. L.: Los baños árabes de Elche. Elche,
1998, espec. p. 31.

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De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 13. Vista general de las excavaciones en lo que después será el edificio de Las
Salesas (Museo Arqueológico de Orihuela)

Fig. 14. Vista parcial del interior de la excavación del Museo de la Muralla en
Orihuela (Museo Arqueológico de Orihuela)

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José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 15. Restos de los pilares del bayt al-sajun del baño islámico de Las Salesas
(Museo Arqueológico de Orihuela)

almohade y un palacio gótico, que la investigación ha identificado con el Palacio del


Infante Fernando de Aragón, Señor de Orihuela en la segunda mitad del siglo XIV 24.
Pero las actuaciones, lejos de detenerse en el solar de Las Salesas, han ido creciendo
en la última década. Así tenemos el caso de la actuación en el impresionante solar de
más de 1.000 metros cuadrados del Palacio del Marqués de Arneva, edificio del siglo
XVIII, en el que se localizó una parte de una barriada residencial de época almohade
y donde en el año 2000, la empresa Arpa Patrimonio localizó una residencia islámica
de gran tamaño dotada de patio con alberca al que da un pequeño salón junto a una
zona definida como área de cocina 25.

24
 Consultar Sánchez Mateos, M.ª C., Diz Ardid, E.: Excavaciones en el solar…., p. 325.
25
 Revisar el trabajo de Esquembre Bebia, M. A., et alii: «Vivienda y trama urbana de época
islámica en el sur de Alicante», en Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina
a la Vila. II Jornadas de Arqueología Medieval. Alicante, 2004, pp. 59-81, espec. p. 77.

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De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 16. Vista parcial del bayt al-sajun del baño islámico del Convento de Santa
Lucía en Elche (Archivo Gráfico MARQ)

También podemos destacar casos recientes en el valiososo patrimonio eclesiástico


oriolano, como la intervención en la portada gótica del siglo XV de la Iglesia de Santiago,
donde se documentó la cimentación y escalinata de acceso a la iglesia, una obra de mortero
de cal y sillería, que conservaba dos escalones bajo el pavimento actual 26. O el caso más
reciente del antiguo hospital San Juan de Dios, edificio de propiedad municipal desde
el siglo XIX, cuyo origen se remonta al año 1610, cuando la Cofradía del Corpus aglu-
tina en el emplazamiento actual los tres hospitales-hospicios con que contaba la ciudad
de Orihuela para atender a enfermos, huérfanos y expósitos 27. La construcción de un
nuevo Centro de Salud a espaldas de este edificio, conllevó su definitivo abandono. El

26
  Ver el artículo de Diz Ardid, E.: «Reurbanización e integración del Centro Histórico, Fase
II», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2006. Alicante, 2006 (ed. CD-Rom).
27
 Consultar el artículo de Yus Cecilia, S.: «Biblioteca Pública Municipal y Archivo Histórico.
C/. Hospital, 5 esquina Pl. de la Salud, s/n», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante,
2011. Alicante, 2011 (ed. CD-ROM).

68
José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 17. Palacio de Altamira. Vista general de la puerta de época mardanisí encontrada en las
excavaciones del Patio de armas (Alebus Patrimonio Histórico S.L)

Ayuntamiento, viendo el deterioro del antiguo hospital, convocó un concurso público


para la transformación del edifico en Biblioteca y Archivo Municipal. Esta rehabilitación
suponía un cambio de uso pero conservando la estructura del edificio, que está catalogado
y protegido dentro del PGOU. Por tanto, la excavación en el subsuelo fue mínima, ya
que únicamente se intervino para consolidar y reforzar los muros, realizándose tan sólo
rebajes de 0,50 metros de profundidad respecto al nivel de circulación que afectaban
a toda la superficie. Los resultados obtenidos a partir de la intervención han sido muy
valiosos, ya que se han constatado algunas características de las fases de ocupación previas
a la construcción del inmueble actual en el siglo XVIII que eran totalmente desconocidas,
destacando el hallazgo de piezas de columnas cuyos capiteles y basas en las cimentaciones
y rellenos del pórtico, que se han podido datar en el siglo XVII, con paralelos en el Corral
de Comedias de Almagro, que tiene esta cronología 28.
Un desarrollo muy similar es el documentado en la ciudad de Elche, donde desde
el año 1997 hasta la actualidad, la actividad arqueológica vinculada a los proyectos de
restauración ha sido intensa y fructífera 29. Abre el fuego la completa intervención en

28
  Ibíd.
29
  Previamente podemos citar actuaciones importantes pero menos sostenidas en el tiempo como
la realizada por R. Ramos en 1987 junto a la Explanada del Palacio de Altamira (Ramos Fernández,
R., Pérez Molina, T.: «Excavaciones arqueológicas en la muralla medieval de Elche». Pobladores de

69
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

los Baños Árabes de Santa Lucía desarrollada por el arqueólogo J. A., López Padilla,
que conllevó la documentación arqueológica de las diferentes salas que componen el
edificio y que las reformas que lo integraron en el convento mercedario en época gótica
y renacentista habían ocultado 30. A partir de ese momento, las actuaciones se suceden
de forma continuada y progresiva 31.
Entre todas las actuaciones debemos destacar, desde luego, la realizada en el
recinto amurallado de la ciudad y, por ende, en el Palacio de Altamira, antiguo alcázar
feudal de la ciudad y sobre el que se emprendió un potente proyecto de restauración
con vistas a albergar el actual Museu d’Història i Arqueologia d’Elx (MAHE), y
que obligó a una profunda intervención arqueológica llevada a cabo entre los años
2001-2002 y que reveló que su origen, en lugar de hallarse en la época almohade,
como se había venido manteniendo en diferentes estudios 32, habría que llevarlo entre
finales del siglo X y mediados del siglo XI para ser reformada en época almorávide-
mardanisí 33. Además, el estudio reveló que no existió alcázar hasta los estertores de la
conquista cristiana por las tropas aragonesas y que en su lugar, se disponía una puerta

Elche, 10 (1988), pp. 41-59) o las realizadas por las arqueólogas M. Borrego y R. Saranova en la Casa
del Cort en el año 1989 (Borrego Colomer, M., Saranova Zozaya, R.: «La ciudad islámica de Elche.
Fortificación y espacios urbanos». Boletín de Arqueología Medieval, 4 (1990), pp. 173-193 y Borrego
Colomer, M., Saranova Zozaya, R.: «La ciudad islámica de Elche. Fortificación y espacios urbanos»,
Pobladores de Elche, 18 (1996), pp. 23-36.
30
 Consultar Azuar Ruiz, R., López Padilla, J.A., Menéndez Fueyo, J.L.: Los baños árabes
de Elche. Elche, 1998.
31
 Entre otras actuaciones es necesario consultar el artículo sobre el alfar islámico de Elche en
Azuar Ruiz, R., Menéndez Fueyo, J. L.: «El Alfar islámico de Elche (Alicante) (siglos XI-XIII)», en II
Congreso de Arqueología Peninsular. Zamora, 1999, pp. 679-690, así como diversos trabajos sobre las
excavaciones en la muralla islámica como Martínez Carmona, A.: «Excavación del yacimiento arqueo-
lógico Cases de la Mare de Deu – Diagonal Traspalacio (Elche, Alicante)». Castells, 7 (1997), pp. 37-48,
Belmonte Mas, D., López Seguí, E.: «Un nuevo tramo de la muralla islámica de Elche descubierto a
raíz de la redacción del proyecto de construcción de un aparcamiento en la ladera este del río Vinalopó»,
en XXV Congreso Nacional de Arqueología. Valencia, 1999, pp. 33-36, López Seguí, E.: «L’Alcasser
de la Senyoria», en Castillos y torres en el Vinalopó. Petrer, 2001, pp. 175-180, López Seguí, E.: «Las
murallas de Elche», en Castillos y torres…, pp. 165-174, López Seguí, E., Valero Climent, A., Asensi
Langlois, P.: «La muralla islámica de Elche. Nuevas aportaciones». Castells, 8 (2002), pp. 39-46, López
Seguí, E. et alii: «Reflexiones en torno a la evolución histórica de Elche a partir de la excavación del solar
de les Cases de la Mare de Déu, Castells, 8 (2002), pp. 47-58 y López Seguí, E. et alii: «Elche medieval:
la evolución de su sistema defensivo», en Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la
Medina a la Vila…, pp. 33-58.
32
  Hay que consultar Borrego, M., Saranova, R.: La ciudad islámica de Elche…, pp. 173-193
y Borrego, M., Saranova, R.: La ciudad islámica de Elche…, pp. 23-36.
33
  López Seguí, E. et alii : Elche medieval…, p. 55.

70
José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 18. Vista de las excavaciones en la Replaceta Fregassa en la ciudad de Elche


(Alebus Patrimonio Histórico S.L)

monumental de entrada a la ciudad desde el río, de abertura en recto en el muro,


de 8 metros de luz y 3,4 metros de anchura, con arco de medio punto con alfiz, que
daba acceso a una rampa en trayectoria en codo para ingresar al recinto. Esta puerta
estaba defendida y adosada a la actual Torre del Homenaje, cuyas plantas inferiores
son de fábrica de tapial 34.
Junto a la profusa documentación del recinto amurallado, hemos de destacar
interesantes avances en el conocimiento del urbanismo interno de la medina ilicitana y,
en concreto, de sus áreas residenciales y de enterramiento. Al primer grupo pertenecería
la actuación realizada en la Replaceta de la calle Fregassa y la calle Obispo Tormo, diri-
gidas por E. J. López Seguí, en el que se descubre la existencia de un palacio islámico
de época almohade, con un patio porticado de grandes dimensiones, presidido por
una pequeña fuente polilobulada cuyas aguas son recogidas por una balseta en forma

34
  Ibíd., p. 44 y Azuar Ruiz, R.: «Arqueología de al-Andalus en la primera década del siglo XXI
en Alicante», en Arqueología en Alicante en la primera década del siglo XXI, II Jornadas de Arqueología
y Patrimonio Alicantino (MARQ, 26-27 noviembre de 2012), original mecanoescrito. Alicante, 2013.

71
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 19. Vista parcial del Convento de la Merced de Elche


(Archivo Gráfico MARQ)

de estrella de ocho puntas 35; o la realizada en el Convento de la Merced, uno de los


edificios más emblemáticos del patrimonio ilicitano y que se corresponde con un edi-
ficio concebido en el siglo XVIII con reformas de los siglos XIX y XX. La restauración de

35
 Es necesario consultar López Seguí, E. et alii : «Plaza de Santa Isabel. Elche», en Actuaciones
arqueológicas en la Provincia de Alicante, 2002. Alicante, 2002 (ed. CD-Rom), López Seguí, E. et alii :
«Replaceta de la Fregassa y calle Obispo Tormo (Elche)», en Actuaciones arqueológicas en la Provincia
de Alicante, 2003. Alicante, 2003 (ed. CD-Rom) y el artículo de Esquembre Bebia, M.A., et alii :
«Vivienda y trama urbana de época islámica en el sur de Alicante», en Jover Maestre, F. J., Navarro
Poveda, C. (coords.): De la Medina a la Vila…, pp. 70-72.

72
José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 20. Inscripción islámica fechada en el año 1068 aparecida en las excavaciones de Traspalacio
en la muralla de la ciudad de Elche (Alebus Patrimonio Histórico S.L.)

este enorme conjunto patrimonial en el que se conservan los baños árabes, los restos
de la iglesia gótica y el claustro de principios del XVIII, ha permitido emprender unas
actuaciones previas a la intervención, dirigidas por E. López Seguí, que han permiti-
do recuperar importantes vestigios como el pavimento de cantos rodados que podría
corresponder con el nivel de circulación del claustro del siglo XVI, bien conservado y
que presenta una decoración interesante con motivos geométricos 36. En el segundo

36
  Ver el trabajo en López Seguí, E.: «Convento de la Merced. Zonas: panda norte del claustro y
huerto y estancias perimetrales», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante – 2011. Alicante,
2011, (ed. CD-Rom).

73
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

grupo, el referente a la arqueología de la muerte, destacaríamos las áreas de necrópolis


islámicas documentadas frente a Cases de la Mare de Deu - Traspalacio, a extramuros
del recinto defensivo, donde además apareció una inscripción fechada en 1068 37; y la
zona situada frente a los baños árabes de Santa Lucía y junto a la puerta Lucentina que
dirigía el camino hacia Alicante, protegida por la monumental Torre de la Calahorra
fechada en época almohade 38.
La intensidad de la documentación arqueológica tampoco decrece en esta última
década, si nos trasladamos a la ciudad de Alcoy, la cual, al amparo de la publicación
de la Ley 4/98, en su artículo 62, ha obligado a los promotores urbanísticos, sean pú-
blicos o privados, a sufragar actuaciones arqueológicas previas a cualquier proyecto de
reurbanización o de restauración en el perímetro del casco histórico de la ciudad 39. De
esta forma, desde el año 1998, se han registrado más de 25 actuaciones arqueológicas
en la ciudad frente a las escasas intervenciones o nulas intervenciones sostenidas antes
de la irrupción de la ley. Las informaciones obtenidas han revelado interesantes datos
sobre el pasado medieval de la ciudad pero ninguno acerca de su posible origen islámi-
co 40. En cambio, sí que han sido importantes para el estudio del recinto amurallado
de la ciudad los hallazgos en la Torre Na Valora, donde los materiales de la zanja de
fundación han ofrecido unas fechas situadas en la segunda mitad del siglo XIII, más
concretamente, entre los años 1274-1276, momento en que la villa se encuentra en
manos del almirante Roger de Llúria y su familia, dueños de un importante señorío
territorial 41. Además, las excavaciones han permitido descubrir una barbacana que
protegía el perímetro que debió agregarse hacia el año 1360 para reforzar la capacidad
defensiva de la torre-portal en tiempos de los conflictos con Castilla 42.
Mismos resultados se obtienen en otros puntos de la ciudad, sobre todo, en el
arrabal o Pobla Nova de Sant Jordi, donde las actuaciones arqueológicas han permitido
descubrir varios fragmentos de la cerca medieval —70 metros casi continuos— en la

37
 Consultar el excelente trabajo de Barceló Torres, M. C., López Seguí, E.: «Estela funeraria
del siglo XI y el crecimiento urbano de Elche (Alicante)». Marq, Arqueología y Museos, 1 (2006), pp. 69-83.
38
 Consultar la obra de Azuar Ruiz, R., Navarro Suárez, F. J.: Castillos de Alicante. León,
1995, p. 26.
39
 Consultar el artículo de Torró Abad, J., Segura Martí, J. M.: «Arqueología urbana en
Alcoi: los datos del subsuelo». Reçerques del Museu d’Alcoi, 17-18 (2008-2009), pp. 7-66, espec. p. 7.
40
  Ibíd., p. 60.
41
 Consultar el trabajo de Guinot i Rodríguez, E.: «La creació de les senyories en una societat
feudal: el Regne de València (segles XIII-XIV)». Revista d'historia medieval, 8 (1997), pp. 79-108.
42
 Consultar los artículos de Torró i Abad, J.: «Alcoy. Arqueología medieval y moderna», en
Alcoy, Arqueología y Museo. Alicante, 2006, pp. 76-77 y Torró Abad, J., Segura Martí, J. M.: Ar-
queología urbana en Alcoi…, p. 60.

74
José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 21. Vista general de los restos de la muralla medieval de Alcoy con la Torre de Na Valora y el
Portal de Riquer en primer plano (Museo Arqueológico de Alcoy)

zona cercana al Portal de Riquer y la torre de n’Aixa 43. En referencia a las informaciones


sobre el urbanismo interior, las cosas son mas complicadas, pudiendo recuperar en los
trabajos arqueológicos datos significativos del primer templo de la ciudad ubicado en
la iglesia de Santa María, donde se han puesto al descubierto muros y columnas del
testero, restos del retablo mayor y una buena cantidad de piedras de sillería labrada
como una clave perteneciente a la desaparecida bóveda de crucería del siglo XV con
el escudo de las armas reales del Reino de Valencia en losange 44. Por último, las ex-
cavaciones realizadas en el área del Ravall Vell, en concreto en los solares existentes
entre las calles Barbacana y Piló, descubrieron el lienzo defensivo que unía el torreón
de la Andana —Placeta de les Xiques— con el desaparecido Palacio de los Llúria, la
domus levantada junto al perímetro amurallado de la villa y que posteriormente fue
convertido en el claustro del posterior Convento de San Agustín y en la actual Plaza
de Dins 45.

43
  Ibídem.
44
  Ibíd., pp. 55 y 62.
45
 Consultar las obras de Santonja Cardona, J. L.: Alcoi, Sociedad, Fiestas, Devociones,
Iconografía. Alcoi, 2001, p. 213, Torró i Abad, J.: Alcoy. Arqueología medieval y moderna…, p. 84 y
Menéndez Fueyo, J. L.: «Construere in vila : Vilajoiosa y las poblas de fundación feudal en el Sur del
Reino de Valencia (ss. XIII-XIV)», en La Vila Joiosa, Arqueologia i Museu, Catálogo de la exposición.
Alicante, 2011, pp. 222-241, espec. p. 234.

75
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 22. Clave de bóveda con las armas reales del


Reino de Valencia en losange aparecida en las
excavaciones en el Casco antiguo de la ciudad de
Alcoy (Museo Arqueológico de Alcoy)

Fig. 23. Restos restaurados de la muralla medieval de Villena (Arpa Patrimonio)

76
José Luis Menéndez Fueyo

Por último, en este apartado dedicado a las ciudades debemos mencionar la


ciudad de Villena, núcleo medieval vinculado a Don Juan Manuel y enclave fronterizo
fundamental en las eternas disputas territoriales entre Aragón y Castilla durante buena
parte del siglo XIV. La creciente preocupación por la recuperación de su castillo, del
que después hablaremos, y las consabidas mejoras estructurales del urbanismo actual,
han impulsado los trabajos de documentación arqueológica como pasos previos a la
rehabilitación y puesta en valor de espacios residenciales ubicados en perímetro del
casco histórico, espacio que ahora hemos ido conociendo mejor gracias a la arqueolo-
gía que ha puesto a la luz buena parte de un recinto que, desde la Edad Media hasta
el siglo XVIII, partía del castillo de La Atalaya y rodeaba parte de la ciudad, dejando
extramuros el actual barrio del Rabal 46.
Este sistema defensivo se fue deteriorando debido a su menor utilidad militar,
lo que hacía que sus continuos desmoronamientos no fueran reparados. Un último
desplome producido en septiembre del año 2000 acabó de decidir al Ayuntamiento de
Villena, a través de su Departamento de Obras y Urbanismo, a redactar un proyecto
técnico de consolidación y restauración de los dos únicos tramos conservados y que iban
a permitir descubrir el perímetro amurallado de una ciudad que, hasta ahora, sólo con-
templaba las murallas en su castillo señorial. El proyecto contemplaba como actuaciones
previas la limpieza superficial del solar municipal y una documentación gráfica previa
a los trabajos arqueológicos llevados a cabo por la empresa Ilicitana de Excavaciones
y Demoliciones (Ilidex S.A.) que reveló una muralla de encofrado de tapial sobre un
zócalo de mampostería que mostraba una altura máxima cercana a los 2,10 metross 47.

La arqueología de intervención en las fortificaciones


El otro gran bloque constructivo donde ha puesto sus miras la restauración ha
sido en las fortificaciones y castillos de nuestra provincia, uno de los territorios con ma-
yor número de ejemplos que existen en la Comunidad Valenciana. Si decíamos que en
las ciudades existía una amnesia histórica para identificar los elementos de patrimonio
que han conformado nuestra memoria, en el caso de las fortificaciones la situación es
diferente, ya que existe una enorme vinculación de las poblaciones alicantinas con sus
castillos y fortificaciones. En una tierra que respira fiestas ancladas en una tradición me-
dieval, se podrá negar la existencia de restos históricos en el perímetro urbano, pero se le
da todo el crédito a las ruinas de sus torres y murallas elevadas en el cerro más cercano.

46
 Consultar Tendero Fernández, F., López Seguí, E.: «Tramo 1. Muralla de Villena», en
Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2002. Alicante, 2002 (ed. CD-Rom)
47
  Ibíd.

77
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Esta situación ha ayudado extraordinariamente a considerar a los castillos prime-


ro, como emblemas y estandartes de la historia local y, después, como oportunidades
de desarrollo turístico, sobre todo en las comarcas del interior, donde la ausencia de
playas obliga a buscar otros atractivos para atraer al visitante. Esto explicaría el enorme
auge que los proyectos de restauración y puesta en valor ha tenido en las últimas dos
décadas solicitados en su mayor parte por las corporaciones locales, incapaces en sus
presupuestos de acometer las obras que exigen estos monumentos de piedra.
En este sentido, si ha habido un proyecto que haya agotado todos los pasos
desde su proyección, ejecución y difusión ha sido el Castillo de Castalla, proyecto que
inició su andadura hace 28 años cuando la corporación municipal inició las oportunas
conversaciones con la Dirección General de Patrimonio Cultural Valenciano de la
Consellería de Cultura y Educación de la Generalitat Valenciana, dentro de la política
general de rehabilitación de los monumentos y castillos más singulares del territorio
valenciano 48. Fruto de esa primera colaboración sería la elaboración del Estudio Previo
de Restauración y consolidación del Castillo de Castalla que fue encargado en el año
1985 al arquitecto M. Bevià y redactado junto al documentalista E. Camarero Casas
y con el asesoramiento científico del arqueólogo medievalista R. Azuar Ruiz, donde
se establecieron los primeros criterios y plan de trabajo de la futura puesta en valor de
este monumento singular. Apreciamos aquí, desde el primer momento, la necesaria
dualidad entre Arquitectura y Arqueología, al mismo nivel, respondiendo a la creencia
firme y consolidada de que no hay restauración, no hay intervención en un edificio
histórico si no va acompañada de una exhaustiva y rigurosa documentación que afecta
principalmente a la Arqueología como fuente básica de conocimientos. Sin una de ellas,
el conocimiento que hubiésemos tenido de la historia de Castalla y su castillo sería
el de un testigo mudo, vacío, una historia formada por unas piedras queridas por su
pueblo, pero cuya memoria se había perdido con el paso de los siglos 49.
La arqueología en este sentido aportó, por ejemplo, el conocimiento de la planta
de la domus maior con un sistema de ingreso dotado de compartimentación pasiva,
que era completamente desconocido en este tipo de obras 50. También los hallazgos en

48
 Revisar la obra coral coordinada por Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J.
R. (eds): El Castell de Castalla. Arqueología, arquitectura e historia de una fortificación medieval de
frontera. Alicante, 2010.
49
 Consultar el artículo de Menéndez Fueyo, J. L., et alii : «El Castell de Castalla. 25 años de
un proyecto de recuperación en una fortificación medieval de frontera (1985-2010)», en Menéndez, J.
L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 15-18.
50
 Revisar el capítulo de Menéndez Fueyo, J. L.: «Arquitecturas del poder feudal en la provincia
de Alicante: La Domus Maior del Castell de Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A.,
Ortega, J.R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 31-61.

78
José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 24. Vista general del Castillo de Castalla después de los trabajos
de restauración (M. Bevià)

Fig. 25. Detalle de la integración de los restos originales con los actuales en el
patio de armas de la domus maior del Castillo de Castalla (M. Bevià)

79
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 26. Detalle del inicio del sistema de acceso


compartimentado de la domus maior del Castillo de
Castalla (Archivo Gráfico MARQ)

la alcazaba y en el aljibe del patio permitieron establecer una visión más completa del
recinto 51, obligando a modificar el planteamiento inicial de la restauración, que pensaba
en una actuación consolidatoria de las piezas arquitectónicas, optando por realizar una
restauración analógica, en donde se unían los conceptos tradicionales contrapuestos
en la restauración: la complementariedad entre lo nuevo y lo viejo y la diferenciación
clara de las arquitecturas, utilizando un lenguaje moderno para la intervención, cons-

51
 Revisar el trabajo de Ortega, J. R., Esquembre, M. A.: «Intervención arqueológica en el
interior del recinto fortificado del Castell de Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A.,
Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 61-106.

80
José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 27. Vista panorámica del Castillo de la Atalaya de Villena (Ayuntamiento de Villena)

truyendo una obra nueva junto con la existente y formando una nueva unidad entre las
dos partes, siguiendo para ello las recomendaciones de las diversas Cartas del Restauro
y la normativa patrimonial vigente 52.
Pero otros muchos proyectos han seguido la misma senda que el de Castalla,
como es el caso del imponente Castillo de la Atalaya de Villena, un monumento que
en los últimos años ha generado una avalancha de actuaciones por fases, que está per-
mitiendo la conservación de una de las fortalezas señeras del territorio alicantino como
es Villena. Las dos primeras fases se centraron en recuperar el interior de la excepcional
Torre de Homenaje, que tiene sus orígenes en los arcos mixtilíneos de época almohade
que se encuentran en su planta baja 53.
En la actualidad, la tercera fase de trabajos se ha centrado en todo el perímetro
amurallado y en el patio interior de la fortaleza, siendo subvencionados en un 75% por
el Ministerio de Fomento y dirigidos por el arquitecto J. Roselló y los arqueólogos L.
Hernández y L. Pérez, Directora y técnica del Museo de Villena, y M. A. Esquembre
Bebia y F. Martínez, pertenecientes a la empresa ARPA Patrimonio 54. Los trabajos

52
  Ver el trabajo de Bevià García, M.: «La intervención arquitectónica en el Castell de Castalla
(2003-2006)», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Casta-
lla…, pp. 19-30.
53
 Consultar Azuar Ruiz, R., Navarro Suárez, F. J.: Castillos de Alicante…, p. 48-50.
54
  Agradecemos a los responsables del proyecto, tanto a los ejecutivos como a la empresa Arpa
Patrimonio, el que nos hayan permitido visitar las obras y realizar algunas fotografías de los trabajos
efectuados que esperamos sean parte de una gran y merecida publicación sobre esta fortaleza señera de
la provincia de Alicante.

81
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 28. Trabajos de excavación del gran edificio descubierto en el patio de armas del Castillo de
la Atalaya de Villena en los trabajos realizados por la empresa Arpa Patrimonio (Autor)

arqueológicos han sido un ejemplo más de las posibilidades que la arqueología ofre-
ce para mejorar las estrategias y pasos a seguir en el proyecto de restauración ya que
pueden, como en el caso de Castalla, modificar planteamientos previos y orientar más
adecuadamente la restauración. Los resultados, por recientes, aún son preliminares, pero
arrojan una cantidad de datos muy interesante para la investigación. Por ejemplo, la
excavación ha permitido descubrir en el patio un gran edificio descubierto en el frente
E, que por su gran envergadura, hace pensar a los investigadores que se utilizaría para
realizar grandes reuniones 55; así como un taller de cantería que adaptaba y reutilizaba
elementos arquitectónicos de otros edificios e incluso proyectiles como material de
relleno en aquellos puntos donde el recinto muestra refecciones en un ejemplo muy
interesante de «reciclaje» no conocido hasta ahora.
Otra fortaleza que ha ofrecido importantes novedades en estas dos últimas dé-
cadas es el Castillo de Santa Bárbara de Alicante, donde el número de actuaciones se
han multiplicado al tener que albergar en su interior el nuevo montaje expositivo del
Museo de la Ciudad (MUSA). La necesaria rehabilitación de diferentes espacios del
castillo ha propiciado una cascada de actuaciones, dirigidas por el arquitecto M. Bevià,
donde la arqueología ha tenido un protagonismo fundamental, como en el caso de las
intervenciones en el Albacar d’Enmig, donde los trabajos de la arqueóloga S. Yus y la
empresa ARPA Patrimonio han permitido descubrir el primer sistema de ingreso al
castillo, sugerido hace unos años por el arquitecto M. Beviá a la fortificación principal a

55
  Así ha aparecido de forma reciente en los medios de prensa escrita como parte de las conclu-
siones preliminares de la actuación.

82
José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 29. Detalle de la puerta descubierta en el Torreón de Sant


Jordi durante los trabajos de restauración llevados a cabo en
el Castillo de Santa Bárbara de Alicante por la empresa Arpa
Patrimonio (M. Bevià)

través de la Torre de Sant Jordi, en el frente Oeste del cerro 56 y parcialmente descubierto
en su primer tramo por la arqueóloga R. Saranova en la actuación de salvamento del
Lienzo O de la muralla del monte Benacantil 57. El acceso se sitúa en el lienzo murado
septentrional que viene a coincidir con el extremo exterior de la muralla del Albacar
d’Enmig, esta torre-puerta constituye el principal elemento defensivo entroncando

56
  Ver el artículo de Bevià García, M.: «La Torre de Sant Jordi y el sistema de accesos al castillo
medieval de Alacant». Castells, 5 (1995), pp. 48-56.
57
 Consultar los trabajos de Saranova Zozaya, R.: «Lienzo Oeste de la muralla del monte Bena-
cantil», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2002, Alicante, 2002 (ed. CD-Rom)
y Rosser Liminyana, P.: La ciudad explicada en su castillo. Alicante, 2012, p. 50.

83
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 30. Alzado de la Torre de Santa Caterina en el Albacar d’Enmig del Castillo de Alicante
realizado por la arqueóloga S. Yus para la empresa Arpa Patrimonio (M. Bevià y S. Yus)

el acceso procedente de la Vila vella a través de la Puerta del Cencerro, una poterna
ubicada en una de las cortinas situadas en el frente N de la fortificación, con el cierre
defensivo del castillo mostrando una puerta con un corredor bajo la torre, un acceso
propio de las defensas de lança y escudo 58, una solución que ya ha sido mostrada en
otras fortificaciones alicantinas como el Castillo de Planes 59 como ha demostrado la
actuación arqueológica realizada hace muy poco tiempo que ha permitido confirmar
las propuestas realizadas 15 años antes 60.

58
  Ver Bevià García, M., 1995: La Torre de Sant Jordi…., p. 54.
59
  Ver Menéndez Fueyo, J. L.: «La Puerta del Castillo de Planes (Alicante): Una aportación
al estudio de las puertas en recodo de fortificaciones de ámbito rural en época almohade». Boletín de
Arqueología Medieval, 9 (1996), pp. 153-179.
60
  Ver el artículo de Beviá, M., Yus, S., Giner, M.: «Intervención restauratoria e investigación
histórica. El sistema de accesos al castillo medieval de Alicante». MARQ, Arqueología y Museo, 4 (2010),
pp. 89-119.

84
José Luis Menéndez Fueyo

Y ha sido así gracias al Este sistema de acceso dotado de tablacho tapiador 61 se


verá colmatado y modificado a partir del proceso de transformación del castillo previo
a su transformación en época moderna. Lo mismo se nos alcanza a constatar en la Torre
de Santa Caterina, una bestorre de varias plantas abierta hacia el interior de la fortaleza
y situada en el tramo central de la muralla del Albacar d’Enmig, que podríamos definir
también como una torre-puerta, dotada de rastrillo que habilitaba un acceso elevado
sobre el foso, aunque su uso muy restrictivo e inconveniente, conllevó su rápido cierre
para abrir un vano de acceso directo en el mismo lienzo de la muralla del albacar 62. En
ambas construcciones se ha podido documentar arqueológica y documentalmente que
las obras de reforma del acceso pertenecen a la época feudal y fueron llevadas a cabo
entre los años 1366 y 1474 motivadas por el mal estado en que quedan las defensas
después de la Guerra de los dos Pedros. Esas mismas obras que Pedro IV de Aragón
encomendó a Domingo Borrás la rectificación del castillo, quedando huellas de estas
primeras obras en la parte inferior del muro de cierre del segundo recinto 63.
Otra fortaleza donde la intervención arqueológica se ha mostrado fundamental
es la realizada en el Castillo-Fortaleza de Santa Pola, un fortín renacentista erigido por
el Virrey Bernardino de Cárdenas en 1553, construido sobre los restos de la torre feudal
del Port del Cap de L´Aljup 64, hecho que nunca había sido confirmado arqueológi-
camente hasta los trabajos realizados en el año 2003 por la arqueóloga Silvia Yus 65,
dentro del proyecto de rehabilitación de la fortaleza 66. En los trabajos de seguimiento
arqueológico en el ala E del castillo, se documentó una cimentación fabricada en tapial
de hormigón, con orientación N-S e interrumpida en tres puntos, que se produjeron
durante la construcción del fortín en el siglo XVI. La adscripción de los restos a una
etapa anterior a la construcción del fortín se confirma con el análisis cerámico que hace
la responsable de los trabajos, donde documenta:
«…fragmentos de cerámica esgrafiada, restos de ataifores vidriados en verde oscuro-
verde claro, marmitas de paredes finas realizadas a torno con pastas de textura arenosa
vidriadas al interior, alcadafes con el borde pintado a la almagra, candiles de pie alto y
los brocales de pozo estampillados con cubierta vítrea verde oscuro…»

61
  Ibíd., p. 100.
62
  Ibíd., p. 105 y Rosser Liminyana, P.: La ciudad…, pp. 44-54.
63
 Consultar Azuar Ruiz, R., Navarro Suárez, F. J.: Castillos de Alicante…, p. 13.
64
  Ver el reciente artículo de Menéndez Fueyo, J. L.: «El puerto medieval de Cap de l’Aljup.
Un baluarte contra la piratería y el corso en un mar de oportunidades», en Santa Pola, Arqueología y
Museo. Alicante, 2012, pp. 166-185.
65
  Acaba de salir un artículo sobre las excavaciones en la torre en Yus Cecilia, S.: «La Torre del
Cap de l’Aljup», en Santa Pola…, pp. 158-165.
66
 Una reciente síntesis de las obras realizadas aparece en Varela Botella, S.: «Arquitecturas
en el Castillo de Santa Pola», en Santa Pola…, pp. 64-79.

85
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

que la arqueóloga fecha en la primera mitad del siglo XIII, en contexto claramente
almohade. Aunque la autora establece que, ante las pruebas arqueológicas, «…es
prácticamente imposible dar una fecha concreta a la obra, puesto que la estratigrafía
arqueológica no aparece sellada por ningún pavimento contemporáneo a la misma…» 67.
Coincidimos con la responsable de los trabajos en todos los puntos del aná-
lisis, dado que, por lógica estratigráfica, los restos documentados bajo la estructura
del fortín deben ser, por fuerza, anteriores al levantamiento de la obra renacentista.
Vaya por delante la adscripción medieval de las estructuras documentadas durante el
seguimiento y que la autora sitúa, al menos, en fechas «…anteriores al 20 de mayo
de 1406, fecha de un documento conservado que nos informa de que el rey Pedro,
donó la torre a Pedro Esteban, un vecino de Elche…» 68 y que podría llevarse a fechas
incluso de finales del dominio islámico, sobre todo, por lo conjuntos cerámicos de
época almohade que localiza en las excavaciones y por la métrica de la torre, que la
acercarían a una torre de un desarrollo métrico y constructivo más pequeño 69, de planta
y configuración cercana a las que se pueden documentar en las torres de la huerta de
Valencia, vinculadas con explotaciones agrícolas a modo de alquerías. Estas medidas
estarían más cerca de torres como Biar 70, la Torre de Sax 71 o la Torreta de Elda 72, éstas
dos últimas, de clara cronología feudal.
De similar importancia han sido los trabajos efectuados en el Castillo de Elda
en un proyecto planificado en diferentes fases que ha afectado de modo integral a
toda la fortaleza y su entorno inmediato. La concesión de las Escuelas Taller «Castillo
de Elda» y la redacción del Plan Director en el año 1996, supusieron un paso signi-
ficativo en la recuperación del monumento y en la actualización del conocimiento
arqueológico al respecto 73. Entre el año 1992 y la actualidad, a través de cinco
proyectos 74, se ha procedido a la limpieza y desescombro del recinto del Castillo,

67
  Ver en Yus Cecilia, S.: La Torre del Cap…, pp. 110-117.
68
  Menéndez Fueyo, J. L.: El puerto medieval de Cap de l’Alju..., p. 169.
69
 Siguiendo los patrones métricos del excelente trabajo de Quiles, I., Robey, D., Huesca, C.:
«Estudio y análisis metrológico de las torres construidas con la técnica del tapial en el Vinalopó», en
Fortificaciones y castillos en Alicante, Valles del Vinalopó. Petrer, 1994, pp. 227-249.
70
 Consultar el artículo de Segura Herrero, G., Simón García, J. L.: «Torre de Bihar», en
Castillos y torres del Vinalopó. Petrer, 2001, pp. 55-60.
71
  Ver en el trabajo de Segura Herrero, G., Simón García, J. L.: «Torreta de Sax», en Castillos
y torres…, pp. 101-103.
72
  Ver el artículo de Segura Herrero, G.: «Torreta de Elda», en Castillos y torres…, pp. 111-113.
73
 Consultar la obra de Poveda Navarro, A.M.: «Las piedras hablan: La vida cotidiana en un
castillo alicantino. El ejemplo del Vinalopó». Canelobre, 52 (2007), pp. 58-71.
74
 Se organizan en Fase I: 1991-1994; Fase II: 1994-1997; Fase III: 1998-2000; Fase IV: 2001-
2003; y Fase V: 2003-2005.

86
José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 31. Foto aérea del castillo de Elda (Museo Arqueológico de Elda)

Fig. 32. Trabajos arqueológicos en el antemural


y acceso del Castillo de Elda (Museo
Arqueológico de Elda)

87
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 33. Detalle de las fosas de la necrópolis medieval localizada en la liza del castillo de Elda
(Museo Arqueológico de Elda)

Fig. 34. Vista general del Castillo de Forna (Ayuntamiento de L’Atzuvià)

88
José Luis Menéndez Fueyo

el cerramiento y vallado del monumento y la demolición de estructuras inestables


e imposibles de conservar. Destacables para la investigación han sido los trabajos
en la Puerta de Acceso, dirigidos por los arqueólogos A. M. Poveda y J. Peidró 75
en los que se ha descubierto una enorme necrópolis bajomedieval con sus tumbas
distribuidas a lo largo del espacio de liza, área que fue completada por el arqueólogo
T. Palau Escarbajal, confirmando que la fecha final de uso de la necrópolis hay que
relacionarla con la conversión de la mezquita aljama de Elda en la iglesia parroquial
de Santa Ana que se produciría a partir de 1528 76.
Otro caso interesante lo encontramos en el Castillo de Forna, una domus maior
de primera época feudal 77, construida sobre una torre almohade de gran tamaño 78,
siendo una de las fortificaciones mejor conservadas que se encuentran en el territorio
alicantino 79. La intervención de urgencia promovida por el Ayuntamiento de L’Atzuvià
y dirigida por el arquitecto R. Soler Verdú, de la Universidad Politécnica de Valencia y
la arqueóloga I. Mallebrera Ferrer 80, permitió poner luz en diversos aspectos construc-
tivos del edificio que fueron de utilidad para la intervención arquitectónica posterior.
En la misma línea encontramos los trabajos en el Torre del Castillo de La Alco-
zayba de Guadalest, realizados con motivo de las obras de rehabilitación de este recinto
histórico como reclamo clave de promoción turística de esta población de interior
realizadas por la empresa Arquealia bajo la dirección de los arqueólogos G. Segura y
J.D. Busquier 81, que se centraron en confirmar la existencia del acceso original a la
fortificación al descubrir las jambas y la fábrica de ladrillo de la arcada de acceso, que
se había dado por desaparecida con las innumerables modificaciones sufridas a lo largo

75
  Ampliar datos en el trabajo de Poveda Navarro, A.M., Peidró Blanes, J.: «Castillo de Elda,
Área V, Puerta de Acceso Occidental; Área de Protección Arqueológica núm. 1 (P.G.O.U. 1985)», en
Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2002. Alicante, 2002 (ed. CD-Rom).
76
 Consultar en el artículo de Palau Escarabajal, T.: «La necrópolis bajomedieval del Castillo de
Elda», en Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina a la Vila…, pp. 213-224.
77
 Consultar en el trabajo de Menéndez Fueyo, J. L.: «Arquitecturas del poder feudal en la
provincia de Alicante: La Domus Maior del Castell de Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira,
J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 51-56.
78
  Ver en Azuar Ruiz, R., Navarro Suárez, F. J.: Castillos de Alicante…, pp. 87-89.
79
 Revisar el trabajo de Azuar Ruiz, R., et alii : «El Castell de Forna: Un patrimonio castellológico
en peligro». Castells, 5 (1995), pp. 9-12.
80
  Ver más detalles en Mallebrera Ferrer, I.: «Castillo de Forna», en Actuaciones arqueológicas
en la provincia de Alicante, 2002, Alicante, 2002 (ed. CD-Rom)
81
 Consultar más en Segura Herrero, G., Busquier Corbí, J.D.: «Torre del Castillo de La
Alcozayba – Castillo de Guadalest», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2002.
Alicante, 2002 (ed. CD-Rom)

89
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 35. Vista panorámica de los restos del Castillo de la Alcozayba en Guadalest con las
pasarelas de acceso dispuestas en la intervención (Arquealia S.A)

del tiempo 82. La excavación arqueológica, por otra parte, ha permitido documentar,


con una mayor riqueza de datos, la fortaleza islámica de la Alcozaiba fechada en un mo-
mento indeterminado de la segunda mitad del siglo XIII, frente al denominado castillo
de San José, formado por torres de tapial de planta rectangular, de época islámica, y
reforzadas por un anillo de baluartes circulares de mampostería con molduras en toro,
como elementos característicos de la arquitectura militar renacentista.
Enumerando y describiendo todas las actuaciones realizadas podríamos seguir
largo tiempo ya que el número de actuaciones es aún mayor. Si bien la mayor parte de
ellas ya han sido finalizadas y sus proyectos de rehabilitación terminados y puestos en
valor. Sin embargo, en estas fechas hay tres proyectos que han ofrecido datos arqueoló-
gicos claves pero que, por mor de la crisis y de la falta de fondos públicos, no han sido
finalizados. En este caso está el proyecto en el Castillo de Denia, un ambicioso plan de
actuación en todo el cerro del recinto fortificado con vistas a solucionar problemas de

82
  Ver en Azuar Ruiz, R., Navarro Suárez, F. J.: Castillos de Alicante…, pp. 76-80.

90
José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 36. Vista parcial de los restos del Castillo del Aljau descubiertos en la adecuación de
los accesos al río Tarafa (Arpa Patrimonio S.L)

movilidad de la población —tiene previsto un túnel subterráneo que cruza el cerro de


forma transversal— y de convertirlo en el referente turístico de una localidad costera
con amplia tradición arqueológica 83. Los trabajos arqueológicos se han centrado nueva-
mente en el antiguo Palau del Governador, un complejo palacial fechado en la primera
mitad del siglo XIV, emplazado en la parte más alta del castillo, que ya fue investigado
en su momento para su transformación en museo arqueológico local, así como en el
perímetro amurallado inferior, que generará un paseo arqueológico por las murallas
que servirá de atractivo para impulsar al castillo como referente cultural de la localidad.
Otro ejemplo más de la trascendencia de la actuación arqueológica lo encontra-
mos en el desaparecido Castillo del Aljau en la localidad de Aspe. Promovido por el

83
 Consultar más información en Gisbert Santonja, J. A.: «Daniya y la vila de Denia. En tor-
no al urbanismo de una ciudad medieval», en Azuar, R., Gutiérrez, S., Valdés, F. (eds): Urbanismo
medieval…, pp. 63-104 y en Gisbert Santonja, J. A.: «Dãniya, reflejo del mediterráneo. Una mirada
a su urbanismo y arqueología desde el mar (siglo XI)», en Monografías Conjunto Monumental de la
Alcazaba, 1 (2007), pp. 203-230.

91
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

consistorio local con motivo del encauzamiento del río Tarafa que pasa por la localidad,
se encargó a la empresa ARPA Patrimonio y a los arqueólogos J. R. Ortega Pérez e I.
Reina los trabajos en las zonas perimetrales al río para determinar la existencia de po-
sibles restos del patrimonio local 84. Y nada más cierto, ya que de la existencia de esta
fortificación no se tenía más constancia que la documental, refiriéndose a ella como
una obra construida en la segunda mitad del siglo XIV, en una clara relación con las
medidas defensivas tomadas en la frontera para protegerse de los ataques acaecidos
en el conflicto entre las Coronas de Castilla y Aragón, conocido como la Guerra de
los Dos Pedros. La envergadura arqueológica de los restos, donde se ha localizado el
sistema de acceso y una parte del patio interior, así como restos de una vivienda con
varias estancias donde se ha documentado el hogar y una tinaja encastrada en el pa-
vimento, ha obligado a la modificación del proyecto de encauzamiento, que todavía
no ha sido ejecutado a la hora de escribir estas líneas y que incluía una propuesta de
musealización 85, elaborada por los Servicios Municipales de Arquitectura, en la que
se plantea un paseo arqueológico a dos niveles donde se puedan recorrer los restos y
obtener información de los mismos a través de paneles informativos.
Y en la misma línea esperamos que los trabajos arqueológicos efectuados en el
Castillo de Busot por la empresa Arquealia y dirigidos por los arqueólogos G. Segura y
J. Moratalla en el año 2011, permitan mejorar la propuesta de intervención arquitectó-
nica que aún no ha sido ejecutada 86. Sin embargo, es obvio que las nuevas estructuras
descubiertas en las excavaciones obligarán a la dirección facultativa a recoger en el
proyecto como ocurre en la Torre Norte donde las catas arqueológicas han confirmado
su origen islámico, en torno al siglo XIII, y que la profunda reforma que sufrió entre
los siglos XIV y XV. Es más, las excavaciones en la parte superior de la Torre Norte han
permitido constatar una puerta fortificada con un acceso en codo y defendida por la
torre y la existencia de una habitación y de una planta superior ahora desaparecida,
que proporcionaban a la torre una altura mucho mayor de la pensada inicialmente
en el proyecto, por lo que se tuvo que cambiar el plan para alcanzar la altura original.

84
  Ortega Pérez, J. R., Reina Gómez, I.: «C/. Castillo. Castillo del Aljau», en Actuaciones
arqueológicas en la provincia de Alicante, 2010, Alicante, 2010, (ed. CD-Rom)
85
 El que esto suscribe realizó para el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), por petición del
Ayuntamiento de Aspe, un informe sobre las condiciones de los restos descubiertos y sus posibilidades
de musealización, pudiendo acceder a las propuestas que se manejaban desde la corporación municipal.
Las últimas noticias parecen indicar que los problemas económicos existentes hoy en día han paralizado
la ejecución de las obras que esperamos se reanuden lo más pronto posible.
86
  La información la hemos obtenido de los datos suministrados por los responsables del pro-
yecto a los medios de comunicación, dado que, a día de hoy, no disponemos de ninguna publicación a
la que dirigirnos.

92
José Luis Menéndez Fueyo

La arqueología de intervención en el redescubrimiento de las torres


Dentro de lo que podríamos considerar peyorativamente como obras menores,
encontramos las torres. Y en este campo de intervención, debemos hablar de un evi-
dente renacer que ha permitido el redescubrimiento de este tipo de construcciones
gracias al alto número de actuaciones realizadas a lo largo del territorio provincial. De
función defensiva, para el obligado peaje de los caminantes y cargamentos, bien para
el refugio de los atemorizados campesinos o bien para el control marítimo, este tipo
de construcciones están teniendo un florecimiento después de décadas de ignorancia y
desatención 87. Uno de los ejemplos más claros es el que encontramos en la Huerta de
Alicante, espacio que ha demostrado que la arqueología de la documentación no sólo
la podemos encontrar en los intricados laberintos de la estratigrafía de las ciudades,
sino que también podemos encontrar buenas pruebas en el paisaje periférico de las
ciudades y hasta ahora, considerado rural y hoy, transformado y reconvertido en una
barriada más de las ciudades.
El voraz crecimiento de la construcción ha creado este paisaje urbanístico
demoledor que hoy contemplamos, que ha generado una enorme ampliación de los
espacios residenciales, afectando a lo que ahora sólo eran extrarradios y espacios de
carácter rural. Estas nuevas barriadas residenciales han provocado, a partes iguales,
graves pérdidas y alteraciones en el patrimonio y planes para la defensa y protección
de los mismos, donde los monumentos han llevado las de perder en la mayor parte
de los casos. Este es el ejemplo de la Huerta de Alicante, condominio que hasta ahora
albergaba uno de los mejores conjuntos patrimoniales que la ciudad de Alicante poseía
en caminos, acequias, casas señoriales y torres de defensa y refugio y que ahora malvive
entre toneladas de cemento y asfalto.
Éstas últimas, las torres defensivas, son parte de un patrimonio único en su
género 88, ejemplo único de autogestión de la defensa frente a los corsarios berberiscos
por parte de los particulares, frente a la inoperancia de una corona y una ciudad que
deja en manos de la oligarquía, dueña de la tierra, la defensa de los campesinos y los
medios de producción, materia prima que genera la riqueza de un puerto marítimo
en imparable desarrollo a finales del siglo XV. Algunas de esas defensas han ido des-

87
 Consultar más información en Jover Maestre, F. J., Menéndez Fueyo, J. L.: «Del Burj
islámico a la Turris renacentista en la provincia de Alicante: diagnóstico de un paciente terminal», en
Intervenció i Patrimoni. Estudis per a la difusió i protección del llegat històric 1. Valencia, 1997, pp. 13-28.
88
 Entre otras obras, es necesario consultar los trabajos de Menéndez Fueyo, J. L.: Centinelas
de la costa. Torres de costa y huerta de la provincia de Alicante. Alicante, 1996 y en Menéndez Fueyo,
J. L., Jover Maestre, F. J.: «Estudi arqueològic de les torres de l’horta d’Alacant al segle XVI». Butlletí
de la Asociació Arqueològica de Castelló, 13 (1993), pp. 23-30.

93
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 37. Vista general de la Torre Bonanza una vez finalizadas las
obras de restauración (M. Bevià)

apareciendo con el paso del tiempo, siendo engullidas por un auge urbanístico no tan
voraz como el actual.
Otras en cambio, permiten mantener un débil hilo de esperanza en cuanto a su
conservación ya que han sido objeto de interesantes intervenciones, como la realizada
en la Torre Bonanza, una finca que se encuentra en el viejo Camino de Lloixa, en
la partida del mismo nombre que se halla dentro del actual término municipal de
Sant Joan d’Alacant 89. Bonanza es una torre de planta cuadrada, tres alturas y una
terraza, que ha sido restaurada recientemente recuperando un aspecto muy similar

89
 Consultar la obra de Menéndez Fueyo, J. L., 1996: Centinelas de la costa…

94
José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 38. Detalle del encofrado de tapial que se aprecia en el interior de la planta baja de la torre
Bonanza, prueba de la existencia de una torre anterior a la época renacentista (Autor)

al primitivo 90. La última restauración de los años 50 había modificado totalmente la


Torre y la casa anexa enmascarando el baluarte y convirtiéndola en un simple anexo
de la finca. Sin embargo, los trabajos realizados entre los años 2001 y 2002, por el
arquitecto alicantino M. Bevià 91, permitieron la realización de una serie de catas
que complementan y dan un giro cualitativo a la información que se tenía hasta el
momento de la torre. Al tener que colocar unos pilares metálicos empotrados en el
muro se comprobó que el alambor de sillería que distingue esta torre es un elemento

90
  Agradecemos la deferencia que tuvimos por parte de la propietaria de la finca, D.ª P. Poveda,
en dejarnos visitar el interior de la obra, aprovechando los trabajos de restauración que el arquitecto M.
Bevià estaba realizando en el interior de la finca y de la torre y que permitieron documentar estas inte-
resantes novedades para la investigación. Es loable y conviene destacar la constante voluntad y esfuerzo
de la propietaria en represtinar la torre, símbolo actual del linaje de los Pascual de Bonanza, utilizando
además los criterios en restauración marcados por la Ley de Patrimonio Histórico Español, del Patrimonio
Cultural Valenciano, las recomendaciones recogidas en las diversas Cartas del Restauro y la experiencia
personal acumulada a través de la práctica restauratoria.
91
  Agradecemos a M. Beviá las facilidades prestadas para la consulta de la documentación y
memoria del proyecto de actuación así como de las planimetrías y material gráfico del mismo.

95
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

adosado a la misma y, por tanto, posterior a su construcción primera. Los lienzos de


tapial dejados a la vista manifiestan a las claras que se trata de una torre toda ella de
esta técnica constructiva, tanto en su interior como en su exterior. Al mismo tiempo
se comprobó que la sillería del alambor no pasa a través de la fachada, quedando
adosada tanto en el interior como en el exterior. Esto nos demuestra que es un re-
fuerzo militar o estético realizado después de estar construida la torre y la fachada
actual de la casa. En la medida que el alambor existente habría que situarlo en los
siglos XVI-XVII, la torre habría que datarla en los siglos XIV-XV como muy moderna.
Otro caso paradigmático de este singular conjunto de fortificaciones lo encon-
tramos en la Torre Conde, situada en el viejo Camino de la Huerta, tratándose de una
torre unida a una vivienda que presenta una planta rectangular con añadidos, con
una superficie construida de 463,37 metros cuadrados, orienta su fachada principal al
SE, estando situada la torre defensiva en esta esquina del edificio 92. Por las fotografías
anteriores a los años 80, sabemos que esta fachada principal presentaba tres cuerpos
claramente diferenciados: la casa propiamente dicha, que tenía un vestíbulo con arco
de medio punto con pilastras de capiteles cuasi toscanos; la bodega, que discurría en
paralelo al anterior por su lado izquierdo; y el tercer cuerpo, lo que en la zona valenciana
se denomina popularmente como cup y que posiblemente, estaba destinado a alguna
técnica industrial agrícola. El estado de conservación del conjunto no puede ser más
desolador, encontrándose en ruina total. Sin embargo, este estado de ruina también
ha facilitado el estudio de sus fábricas, que junto con el levantamiento planimétrico,
ha permitido al arquitecto M. Bevià realizar una hipótesis constructiva del edificio,
descubriendo la construcción bajomedieval existente antes de construir la torre y la
casa. Junto a Bonanza, estos datos permiten confirmar arqueológicamente la existencia
de asentamientos en época bajomedieval, cuestión que hasta ahora, sólo habíamos
podido conocer por los documentos abriendo un panorama muy interesante para la
investigación en los próximos años.
Otro caso sería el de la Torre Ferrer, otra defensa restaurada situada en un pe-
queño solar donde la torre sirve actualmente de aliviadero de los perros domésticos
de la zona. La intensa y a veces desproporcionada presión urbanística que ha afectado
y afecta a esta zona del término municipal de Alicante ha provocado la construcción
de un complejo de viviendas que se ha realizado sin ningún tipo de consideración y
respeto por el bien cultural 93. Sólo las presiones realizadas en su día por la Inspección
Territorial de la Dirección General de Patrimonio Cultural Valenciano de la Generalitat

92
 Consultar la obra de Menéndez Fueyo, J. L.: Centinelas de la costa…
93
  Ibídem.

96
José Luis Menéndez Fueyo

han permitido salvar el edificio gracias a un reciente proyecto de restauración y puesta


en valor 94. Para acometer dicho proyecto, se encargaron actuaciones arqueológicas
previas, realizadas en el año 2009 por la empresa alicantina Arpa Patrimonio S.L. 95,
bajo la dirección de los arqueólogos J. R. Ortega Pérez y J. D. Boronat Soler en la que
participó J. Fernández López de Pablos como arqueólogo técnico. Las principales con-
clusiones de los trabajos confirmaron las primeras impresiones cronológicas que en su
día habíamos podido plantear 96, determinando que la época probable de construcción
de la Torre Ferrer se realizó, aproximadamente, hacia el año 1550, construyéndose sobre
una zona sin ocupación anterior.
Por último, recojamos el ejemplo de la Torre Sarrió, que se encuentra situada en
una rotonda de la Gran Vía de Alicante 97, resultado del intenso y a veces desordenado
proceso de urbanización de la antigua Huerta de Alicante, que ha dejado hundida la
casa-torre en unos 75 centímetros respecto a su nivel originario, elevando el nivel de
las calzadas circundantes a nivel de sus cubiertas y dejando el conjunto, como una
pieza en el punto central de la rotonda. En el transcurso de los trabajos arqueológicos
previos a la restauración del edificio realizados en el año 2009 por la empresa alicantina
ARPA Patrimonio S.L. 98, con la dirección facultativa de J. Ramón Ortega Pérez, y J.
D. Boronat Soler y la participación técnica de M. A. Esquembre Bebia y J. Fernández
López de Pablo, donde los estudios y trabajos realizados permitieron fechar la torre y
aportar datos básicos para la resolución arquitectónica del proyecto, incorporando, por
ejemplo los graffitis del segundo piso de la torre, donde se ven naves de tres mástiles,
motivos que aparecen con profusión en algunas casas de la huerta alicantina, como
por ejemplo en la desaparecida Casa Capiscol 99 siendo muy utilizados desde el siglo
XVII hasta mediados del siglo XIX en el que se dejaron de construir.

94
 Entre los años 2006 y 2007, el Patronato Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Alicante
encarga la redacción del proyecto de restauración de la torre Ferrer al arquitecto alicantino Màrius Bevià
i Garcia, al que agradecemos las facilidades mostradas para la consulta de la memoria y documentación
de este proyecto así como la cesión de todo el material gráfico y planimetrías del mismo.
95
  Agradecemos a la empresa ARPA Patrimonio S. L. y a uno de sus gerentes, Jose Ramón Ortega
Pérez, las facilidades mostradas para la consulta de la memoria de la excavación.
96
  Ver el artículo de Menéndez Fueyo, J. L., Jover Maestre, F. J.: «Hacia una tipología de
las torres del siglo XVI en la Huerta de Alicante», en I Congreso de Castellología Ibérica. Aguilar de
Campoo, 1994, pp. 385-404.
97
 Consultar la obra de Menéndez Fueyo, J. L.: Centinelas de la costa…
98
  Agradecemos a la empresa Arpa Patrimonio y a sus gerentes, J. R. Ortega Pérez y M. A.
Esquembre Bebia las facilidades para la consulta de la memoria arqueológica realizada en la torre y los
importantes datos que han ofrecido para la investigación de este tipo de construcciones.
99
 Concretamente, ver el trabajo de Rosser Liminyana, P.: «Casa Capiscol», en Graffiti. Arte
espontáneo en Alicante. Alicante, 2009, pp. 45-55.

97
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 39. Vista general de la Torre de la Almudaina una vez han finalizado los trabajos de
restauración del edificio (autor: Rafael Pérez Jiménez. Archivo Gráfico del Área de Arquitectura
de la Diputación de Alicante)

Pero la arqueología del conocimiento no sólo se ha mostrado en las explotaciones


marítimas de la provincia. Otro ejemplo de sensibilidad entre arqueología, arquitectura
y restauración ha sido, sin duda, el desarrollado por la Diputación de Alicante en el año
2009 en la Torre almohade de Almudaina, en la comarca de El Comtat 100, que formaba
parte del recinto fortificado —cortig— de la pequeña alquería existente conocida enton-
ces como al-Mudayyina, convirtiéndolo en un importante atractivo cultural y turístico
del municipio de Almudaina y la zona de la Montaña. El proyecto de rehabilitación,

100
  Ver en Azuar Ruiz, R., Navarro Suárez, F. J.: Castillos de Alicante…, p. 65.

98
José Luis Menéndez Fueyo

Fig. 40. Detalle de la musealización del interior de Torre de la Almudaina


(Archivo Gráfico MARQ)

dirigido por el arquitecto R. Pérez y el arqueólogo J. Torró, comprendió una serie de


actuaciones arqueológicas previas, tanto en el interior como en el entorno exterior,
datos que se han integrado en el proyecto museográfico que se encuentra dispuesto en
el interior de la fortaleza, convertida en un museo de sí misma 101.
Esquema similar fue el desarrollado en la restauración de la Torreta de Elda,
dirigido por los arqueólogos A. M. Poveda Navarro y J. C. Márquez Villora, entre los
años 2003-2004 102, en esta torre de peaje, de planta cuadrangular levantada en tapial

101
 De la misma manera debemos incluir el reciente proyecto de la torre almohade de Torre de
les Maçanes, un conjunto fortificado medieval edificado a fines de la época musulmana (siglos XII-XIII)
para la protección de los habitantes de la alquería de Iri, que durante los años 2006 a 2009 la Generalitat
Valenciana inició la valorización de la torre con la realización de las obras de rehabilitación y consolidación
estructural del edificio y que recientemente, la Diputación de Alicante ha concluido la puesta en valor
del monumento adecuándolo para la visita pública.
102
  Más información en el trabajo de Poveda Navarro, A. M., Márquez Villora J. C.: «Torre
atalaya de la Torreta. Zona de interés arqueológico núm. 5 (El Monastil-Río Vinalopó) del P.G.O.U de
Elda», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante, 2003. Alicante, 2003 (ed. CD-Rom)

99
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 41. Trabajos arqueológicos en la Torreta de Elda (Museo Arqueológico de Elda)

calicastrado, erigida a instancias de la reina Sibilia de Forcià, señora de Elda, para man-
tener la seguridad en el camino entre Elda y Sax, en el marco de los enfrentamientos
entre Castilla y Aragón durante la Baja Edad Media, especialmente durante la Guerra
de los Dos Pedros (1356-1370) 103. La actuación arqueológica ha aportado interesan-
tes novedades para la investigación como es la localización de diferentes ambientes
en los espacios anexos a la torre, sirviendo probablemente, de estancias de servicio o
almacenaje, quizá destinadas a los dos hombres que se encargaban de cobrar el diner
a viandantes, animales de tiro, caballerías, sillas y carga 104.
Otra obra en esta misma línea es la realizada en la Torre Atalaya de Beneixama,
donde los trabajos arqueológicos de la empresa TCP y la dirección de los arqueólogos

103
  Para ampliar el tema, hay que consultar la obra de Cabezuelo Pliego, J. V.: La guerra de
los dos Pedros en las tierras alicantinas. Alicante, 1991.
104
 Trabajos que han tratado a la torre definiéndola en estos parámetros son, entre otras, las obras
de Ferrer Mallol, M.T.: Les aljames sarraïnes de la Governació d’Oriola en el segle XIV. Barcelona,
1988, Cabezuelo Pliego, J. V.: La guerra…, Poveda Navarro, A. M.: Las piedras hablan…, pp. 58-71
y el trabajo de Poveda Navarro, A. M., Márquez Villora, J. C.: «El castillo de Elda. La investigación
arqueológica (1980-2003)». Boletín de Arqueología Medieval, 13 (2007), pp. 39-49.

100
José Luis Menéndez Fueyo

G. Segura y R. Ortiz realizados en el año 2002 y 2004, tenían como finalidad el es-
tudio detallado de esta defensa único monumento de la población y fechado por las
excavaciones entre finales del siglo XIII y los principios del siglo XIV, para su integración
y recuperación en el conjunto de la trama urbanística del pueblo 105.
Otro caso excepcional es el producido en las torres de defensa costera de la
provincia, nuestros guardianes de piedra que durante más de 500 años han estado
vigilando la costa para evitar el asalto de piratas y corsarios y que con el paso del tiem-
po y salvando honrosas excepciones fueron cayendo en el olvido hasta transformar su
función a faros o ir desapareciendo 106. Sin embargo, al tratarse de obras de pequeño
tamaño que presupuestariamente son más manejables que castillos o defensas urbanas
de mayor calado, en los últimos años algunas de ellas han sido objeto de intervenciones
dignas de mención donde los criterios arqueológicos han tenido mucho que decir en
las propuestas de restauración posteriores.
Hablo del caso de la Torre del Tamarit o de la Albufera d’Elx, situada a escasos
metros a la derecha de la carretera N-332 Alicante-Cartagena, dentro de las zonas
salineras al sur de Santa Pola 107. Emblema del paisaje del Parque Natural de las
Salinas de Santa Pola, en el año 2007 y por iniciativa de los dueños del terreno, la
empresa Bras del Port, adjudicataria de la explotación de las salinas, puso en marcha
un programa actuaciones encargando su proyecto de rehabilitación 108 al arquitecto
M. Bevià, siendo la empresa Arquealia 109, bajo la dirección de los arqueólogos G.

105
  Más información en Segura Herrero, G., García Guardiola, J., Rizo Antón, C.: «Inter-
sección calles Cardenal Payá y Tratado de Almizra (Torre de Benejama)», en Actuaciones arqueológicas
en la provincia de Alicante, 2002. Alicante, 2002 (ed. CD-Rom) y en Segura Herrero, G., Ortiz
Temprado, R.: «Torre Atalaya de Beneixama», en Actuaciones arqueológicas en la provincia de Alicante,
2004. Alicante, 2004, (ed. CD-Rom)
106
  Para más información conviene consultar las obras de Menéndez Fueyo, J. L.: Estudio ar-
queológico de las torres almenaras para la defensa costera en la provincia de Alicante. Tesis de Licenciatura,
3 tomos, Unniversidad de Alicante, 1996, Menéndez Fueyo, J. L.: «La red de torres para la defensa del
litoral costero en la provincia de Alicante durante el siglo XVI: Una propuesta de evolución cronotipo-
lógica», en Mil Anos de Fortificaçoes na Península Ibérica e no Magreb (500-1500). Palmela, 2000, pp.
733-759 y en Jover Maestre, F. J., Menéndez Fueyo, J. L.: Del Burj islámico a la Turris…, pp. 13-28.
107
 Consultar más en Menéndez Fueyo, J. L.: «Guardianes de la frontera costera. El sistema de
torres del Sinus Ilicitanus en el siglo XVI», en Santa Pola, Arqueología y Museo. Alicante, 2012, pp. 186-211.
108
 En los años 90 del siglo XX, se le ejecutó un parcial proyecto de consolidación, dirigido por
el arquitecto J. Sempere, encaminado a consolidar el frente Noroeste, único lienzo que conserva su cara
vista, antes de la restauración integral (Ibíd., p. 192).
109
  Agradecemos a G. Segura Herrero, director de la empresa Arquealia S.A. y a F. Tendero, direc-
tor de las excavaciones, las facilidades dadas en dejarnos consultar la memoria de la actuación arqueológica
que, en este caso más que nunca, se ha convertido en un arma utilísima de información para desarrollar
y conservar todos los elementos que después han podido conservarse en el proyecto de restauración.

101
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Fig. 42. Vista general de los trabajos de restauración en la torre del Tamarit
por la empresa Arquealia S.A (M. Bevià)

Segura y F. Tendero, quienes realizaron las actuaciones previas que se tuvieron que
adaptar a las peculiares condiciones de la torre, donde se conjugó la retirada manual
de los rellenos del interior de la torre y la limpieza parietal exterior del monumento,
con una supervisión arqueológica directa para documentar el deterioro progresivo
de la misma y datar las posibles fases de ocupación de la torre, incidiendo de manera
especial en su origen y abandono a partir de la cultura material recuperada en sus
rellenos. Las diferentes fases desarrolladas en el trabajo se centraron en la excava-
ción arqueológica de la torre, una precisa y abundante documentación fotográfica y
planimétrica, y las labores de seguimiento y vigilancia arqueológica de las obras de
restauración 110.
Buena prueba de la necesidad que el monumento tenía de una actuación
arqueológica intensiva es el hallazgo de diversos elementos que modificaron sus-

110
  Segura Herrero, G., Tendero Fernández, F.: Intervención arqueológica en la Torre
del Tamarit, Bras del Port, S.A. (Santa Pola, Alicante), Expdte.: 2007/0217-A, Marzo 2007. Original
mecanoescrito, Alicante, 2007.

102
José Luis Menéndez Fueyo

Foto: 43. Descubriendo la escalera de subida en los trabajos de excavación en el interior


de la Torre del Tamarit (Arquealia. S.A)

tancialmente el proyecto de restauración. Fue el caso del hallazgo de un durmiente


escalonado que actuaba como patín para el acceso a la torre 111. Este interesante
elemento castellológico se desconocía, pues siempre se había pensado que el acceso
se haría directamente por la fachada a través de la cara noroeste. Igual de interesante
fue el hallazgo de dos huecos, a modo de cañoneras, justo en la fachada que se orienta
hacia el mar, que hizo pensar que la torre tenía un cuerpo más a los dos inicialmente
previstos; la aparición de un tramo de la escalera de caracol original, que comunicaba
las plantas, y el descubrimiento de un aljibe para almacenar agua procedentes de las
precipitaciones de la lluvia y que apareció en los trabajos arqueológicos previos a la
restauración integral del edificio. Este aljibe se encuentra en la parte inferior, ocu-
pando la altura que corresponde con el talud exterior. En el momento de proceder a
la restauración se encontraba colmatado de escombros procedentes de demoliciones
efectuadas en el interior del recinto superior.

111
  Ibíd.

103
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Similares circunstancias rodean al proyecto de la Torre Aquiló en la localidad


de La Vila Joiosa 112, defensa de cronología pre-abaluartada —primera mitad del siglo
XVI— y que se encuentra integrada en la estribación montañosa costera en la partida
rural de la Cala Morales. El proyecto fue promovido por la corporación local en su
programa de recuperación de los elementos patrimoniales del municipio con vistas a
convertirlo en rutas culturales y turísticas dependientes del Vilamuseu o Museo Ar-
queológico Comarcal de La Vila Joiosa. El proyecto de restauración fue adjudicado al
arquitecto M. Bevià y las tareas previas de documentación arqueológica se le adjudicaron
a la empresa ARPA Patrimonio, bajo la dirección de la arqueóloga S. Yus Cecilia 113 que
ha ofrecido una buena cantidad de datos que mejoran sensiblemente la información
que disponíamos sobre la torre 114. Por ejemplo, uno de los elementos descubiertos en
los trabajos arqueológicos ha sido la detección de una pequeña calera situada el Noreste
en las inmediaciones de la torre que parece generaba la suficiente cal como para servir
de aglutinante para la argamasa de la obra. No parece, por las pruebas arqueológicas,
que la calera tuviera un uso limitado, debido a que no hay prácticamente nervio de
cocción en el sedimento en el que aparece excavada.
Interesante también es la confirmación de la inexistencia de un aljibe para el
almacenaje de agua. A esa elevada cota, sería necesario contar con un punto de agua,
como ocurre en otras torres de abrupta ubicación como sería, por ejemplo, el caso de
la torre del Barranc de Aigües 115. Sin embargo, la torre cuenta con un espacio para la
captación de aguas en el interior de la construcción a través de una tinaja en el centro
de la crujía. Apuntemos aquí como curiosidad, que los trabajos arqueológicos han con-
firmado que no existen bajantes para la recogida de las pluviales conectado a la tinaja,
con lo que el aporte acuífero a almacenar no parece provenir de la lluvia, sino de agua
transportada en odres u otro soporte hasta la torre y depositada en la tinaja para su
almacenamiento y consumo. Asimismo, no han podido constatar la existencia en los
paramentos ni en el acceso al interior ninguna prueba que documente la existencia de
una escala, como sí que ocurría con las carriladas marcadas en el vano de ingreso de la

112
  Para conocer más de esta construcción hay que consultar Menéndez Fueyo, J. L.: «For-
tificación pre-abaluartada de la costa de Alicante: la torre Aquiló (Villajoyosa, Alicante)». Castells, 6
(1996), pp. 31-38.
113
  Agradecemos a J. R. Ortega Pérez, gerente de la empresa ARPA Patrimonio S.L. y a la ar-
queóloga que dirigió los trabajos, S. Yus Cecilia, las facilidades prestadas para la consulta de la memoria
arqueológica previa al proyecto de restauración.
114
  Ver Menéndez Fueyo, J. L.: Fortificación pre-abaluartada…, pp. 31-38.
115
  Ver más información sobre la torre en el trabajo de Menéndez Fueyo, J. L.: Centinelas de
la costa….

104
José Luis Menéndez Fueyo

torre del Cap Roig en Orihuela 116. Este hecho reafirma la idea de que para acceder
a la torre debían de utilizar una escala de madera que apoyase en la estructura y fuese
posteriormente retirada para evitar los accesos imprevistos.
Por último, también son muy destacables los trabajos en la Torre Bombarda de
l’Alfàs del Pi, junto al Faro del Albir y en pleno Parque Natural de Sierra Helada 117,
promovidos por el consistorio local 118, y que fueron apoyados por los restauradores
G. Olmedo López y D. Tejerina Antón, ocupando los meses de noviembre de 2011 a
enero de 2012 con el fin de detener el proceso de degradación al que se estaba viendo
sometida la estructura. La intervención arqueológica llevada a cabo 119, ha permitido
documentar que la estructura estaba formada por dos cuerpos: uno inferior de planta
casi pentagonal y otro superior de planta circular del que sólo se conserva la cimenta-
ción. La torre albergaba un reducido número de vigías que ocuparían el tramo superior
de la estructura. Asimismo, se ha podido localizar la zona donde, presumiblemente, se
encontraba el acceso de los soldados.

La década prodigiosa de la Arqueología de Intervención

Efectuado este acelerado y seguro que incompleto repaso de las principales ac-
tuaciones que se han venido realizando en el territorio alicantino en lo que afecta a los
yacimientos y monumentos de época medieval en los últimos 10 años, a primera vista,
debemos concluir que la denominación de década prodigiosa como habíamos utiliza-
do al principio del artículo es forzosamente cierta y compartida por muchos colegas
de profesión 120. En este sentido, la arqueología medieval y la acción del arqueólogo
—municipal, liberal o empresas— se ha mostrado fundamental, ya que entre ellos se

116
 Consultar la obra de Menéndez Fueyo, J. L.: Estudio arqueológico de las torres…
117
  Ibíd.
118
 Conviene destacar que, además de la restauración y excavación de la torre Bombarda ha sido
incluida dentro de la ruta interpretativa del camino del Faro de l’Albir. Este proyecto, puesto en marcha
en marzo de 2012 a iniciativa del Ayuntamiento de L’Alfàs del Pi en colaboración con el Parc Natural de
la Serra Gelada, ha consistido en panelizar 12 puntos de interés cultural y medioambiental en el recorrido
del camino del Faro, incluido en el espacio protegido del parque natural. Para ver más información se debe
consultar la obra de Frías Castillejo, C., Udaeta Montaner, J.: «Torre Bombarda», en Actuaciones
arqueológicas en la provincia de Alicante, 2011, Alicante, 2011 (ed. CD-Rom)
119
  Agradecemos a la arqueóloga C. Frías, directora del proyecto en la Torre Bombarda, el habernos
permitido acceder a los datos de su estudio existentes en la memoria de de intervención.
120
 Ideas expuestas en un reciente texto coincidiendo con unas jornadas sobre patrimonio ali-
cantino en Azuar Ruiz, R.: «Arqueología de al-Andalus en la primera década del siglo XXI en Alicante»,
en Arqueología en Alicante en la primera década del siglo XXI, II Jornadas de Arqueología y Patrimonio
Alicantino (MARQ, 26-27 noviembre de 2012). Original mecanoescrito. Alicante, 2013.

105
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

debe consensuar los criterios y el plan de trabajo que se va a realizar en la actuación, y


a la vez, también hay que hacerlo con el arquitecto responsable de la intervención 121.
Esto que a primera vista debería ser sencillo, no suele serlo, debido a la diferencia de
criterios de partida provoca continuas objeciones y problemas en este complejo juego
a tres bandas y sólo genera alargamiento de plazos y mayores costes económicos.
En ningún período anterior —dudamos que el futuro nos traiga otro igual da-
das las circunstancias económicas— se habían producido tal número de actuaciones
arqueológicas ligadas a la obligada puesta en valor de nuestro patrimonio. En esos
momentos las inversiones eran escasas o nulas en manos del Gobierno de España o
en las exiguas partidas que destinaba la comunidad autónoma a estos temas. En aquel
entonces, la participación de la arqueología era directamente nula o escasa, reducida
a la exclusiva sensibilidad de los responsables técnicos firmantes de los proyectos que,
si bien entendían que debían de hacerse desescombros, y que éstos debían de ser
controlados por especialistas, los resultados obtenidos no necesariamente obligaban
a variar el rumbo trazado por el tiralíneas del arquitecto 122. O sea, bienvenida sea la
información, pero no es vinculante.
En este sentido la actuación de las instituciones públicas ha sido determinante en
el aumento de las intervenciones en restauración y, por ende, en las arqueológicas. Bajo
una necesidad imperiosa de atraer inversiones rápidas y que generen réditos políticos,
el patrimonio histórico ha sido un medio muy recurrente por parte de las instituciones
autonómicas en pos de una arqueología, en opinión de algunos autores, como R. Azuar
de «libre-mercado» o «neo-liberal» 123. Esa combinación entre historia, cultura y turis-
mo que permite generar plusvalías con el sector hostelero ha sido irresistible. Además,
todo planteamiento de un proyecto de larga duración en forma de planes directores
que buscara el plan más adecuado para una intervención sostenible que sobrepasara
los períodos electorales ha sido mal vista y rechazada de plano. El monumento tiene,
por encima todo, una rentabilidad política que exige inmediatez y que ha generado
productos efímeros. Es curioso constatar que en esta época en la que todo bien cultural
es susceptible de ser transformado en un consumible engranado a las demandas de los
mercados, resulta constantemente distorsionada la percepción que la Sociedad tiene

121
  López Seguí, E.: «Arqueología, restauración y patrimonio alicantino en el ámbito de la em-
presa: el caso del departamento de arqueología y restauración de Ilidex, S. A.», en Actas de las Jornadas
de Arqueología y Patrimonio Alicantino. Alicante, 2002, pp, 133-144, espec. p. 136.
122
  Más datos en el trabajo de Jover Maestre, F.J., Menéndez Fueyo, J.L.: Del Burj islámico
a la Turris…
123
 Terminología utilizada por el autor en el artículo Azuar Ruiz, R.: Arqueología de al-Andalus…

106
José Luis Menéndez Fueyo

Foto 44. Vista parcial del enorme andamiaje colocado para la restauración del alambor
del acceso al Castillo de Elda (Museo Arqueológico de Elda)

sobre su propio pasado, sobre su Historia: se recuerda lo que conviene, se reconstruye


constantemente el recuerdo 124.
Esta velocidad de crucero ha provocado, en ocasiones, precipitación, superficia-
lidad y falta del tiempo necesario en la rehabilitación de muchos edificios y castillos
medievales de nuestro territorio en los que no saber exactamente por qué o para qué
se rehabilita, constituye hoy, un problema mayor, incluso, que la escasez de medios
económicos. En muchas ocasiones, hemos creído que la finalidad de la intervención
y puesta en valor era la del propio monumento en sí mismo y su conservación futura.
Pero en el mundo de hoy, los edificios intervenidos tienen que responder al concepto
de la utilitas y, con él, el de «sostenibilidad» con su poderosa influencia sobre las deter-
minaciones últimas que, con frecuencia, suelen afectar a los procesos de reconversión
de los Monumentos 125. Éstos tienen que tener funciones que justifiquen la inversión

124
 Consultar el artículo de Lasagabaster Gómez, J. A.: «Protagonismo de las Administraciones
públicas en el conocimiento real del Patrimonio Edificado», Arqueología de la arquitectura, 1 (2002),
pp. 15-18, espec. p. 16.
125
  Ibíd.

107
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

realizada, de ahí que en los proyectos de intervención se esfuercen en establecer usos


futuros como museos como en la Alcazaba de Denia o el Museo de Alicante (MUSA)
en el Castillo de Santa Bárbara; salas de exposiciones como en el Castillo de Cox;
oficinas como en el Edificio Puerta Ferrisa de la ciudad de Alicante, o sala multiusos
de eventos, congresos y seminarios como en el fortín renacentista de Santa Pola. Sin
embargo, en otros, a pesar de su previsión inicial, se han quedado sin funciones y lo
que es peor, sin el adecuado mantenimiento con lo que la obra realizada con el tiempo
se deteriora y comienza el oneroso proceso de restaurar lo restaurado, que también
genera obvias plusvalías a las empresas del sector 126.
De esta forma, y siguiendo los postulados de J. A. Quirós 127, hemos pasado
de esa incipiente arqueología de intervención de los años 80 del siglo XX a un plano
intermedio en esta nueva centuria —aún perceptible hoy en día—, y que se manifiesta
en una notable disparidad en los criterios de intervención, donde podemos encontrar
la posición más extrema y radical donde arqueología y restauración arquitectónica van
a la par —encarnada en el caso alicantino en los proyectos de Torre de la Almudaina,
Basílica de Santa María de Alicante 128 o el Castillo de Castalla 129 por ejemplo—, al más
frecuente donde el papel de la arqueología se limita a la fase previa de intervenciones
cognoscitivas. En este terreno, a la arqueología aún le quedan muchas batallas que
lidiar, dado que el control presupuestario sigue en manos de la dirección facultativa,
o sea, el arquitecto. Los escasos recursos que se destinan en los proyectos a las actua-
ciones previas son, en algunos casos, llamativos, generando actuaciones arqueológicas
calculadas por un metraje cúbico a todas luces escaso cuando el volumen de tierra real
a desplazar es setenta veces mayor; u otras actuaciones que no pueden descender de
cierta cota porque el proyecto no pasa de dicho nivel, perdiendo ocasiones únicas de
documentar la historia del subsuelo 130.
De este último ejemplo, hemos mencionado algunos casos en este trabajo,
todos centrados en el solar urbano, como es el caso de la excavación en la solar del
antiguo Hospital de San Juan de Dios en Orihuela, donde se estaba documentando
el antiguo Corral de Comedias del siglo XVI de la ciudad, un edificio único en su

126
  Muchos ejemplos son expuestos por el arqueólogo Víctor Algarra Pardo en su blog con la
dirección http://arqueologiaalgarraberrocal.blogspot.com.es/2012/06/la-rehabilitacion-arquitectonica-
como-y.html.
127
  Ver más en Quirós Castillo, J. A.: «Arqueología de la Arquitectura en España». Arqueología
de la Arquitectura, 1 (2002), pp. 27-38.
128
  Azuar Ruiz, R., Beviá García, M., (coord.): Santa María Descubierta…,
129
  Menéndez, J. L., Bevia, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…
130
 Datos extraídos del trabajo de López Seguí, E.: Arqueología, restauración y patrimonio…,
p. 137-138.

108
José Luis Menéndez Fueyo

género en nuestra zona y que la excavación no pudo pasar de la cota –0,50 metros,
quedando limitada a reducidas catas junto a las columnas del patio ya que el proyecto
arquitectónico no planteó una actuación de documentación en extensión 131. O el caso
del Convento de la Merced en la ciudad de Elche donde la excavación descubrió en
el límite de la cota máxima (–0,60 metros) un excepcional pavimento decorado de
cantos rodados que podría haberse documentado completo si la actuación arqueo-
lógica no se hubiera centrado en unas reducidas catas 132. En alguna de las interven-
ciones realizadas se ha modificado el proyecto inicial a la luz de los resultados de la
excavación convirtiéndose una intervención previa en una excavación en extensión
con los consiguientes problemas administrativos derivados de no haber previsto el
montante total en el presupuesto, quizás motivado porque la envergadura económica
que precisa una actuación arqueológica desborda en ocasiones las previsiones de los
arquitectos redactores de los proyectos 133. Quizás, el aumento de actuaciones y el bajo
control efectivo de las instituciones ante la avalancha de propuestas y promociones,
ha dejado un panorama con situaciones tan dispares como las mostradas, por lo que
es preciso que surja en el futuro, una serie de procedimientos y estrategias que puedan
evitar estos casos y generar una auténtica arqueología del conocimiento histórico en
el ámbito de la arquitectura 134.
Hay otros casos donde la sensibilidad del arquitecto redactor del proyecto per-
mite disponer de partidas económicas adecuadas para las actuaciones, pero no para
la redacción de la memoria, cuestión que obliga a todo director de una actuación ya
que consta en su permiso nominal de excavación 135. De esta forma, se debe invertir
de otras partidas del proyecto o ser directamente sufragadas por los arqueólogos o la
empresa adjudicataria lo que establece unas premisas poco profesionales donde a veces,
parecemos empeñados en caminar a ciegas.
Es precisamente la redacción de los informes preliminares y las memorias de
esta enorme cantidad de intervenciones las que traen un volumen de documentación
que actualmente es abrumador, lo que debe congratularnos y preocuparnos ya que
supone un éxito que debemos cargar en el haber de las generaciones de arqueólogos de
los últimos 20 años, donde hemos asistido a un fuerte proceso de maduración teórica

131
  Yus Cecilia, S.: Biblioteca Pública Municipal…,
132
  Torregrosa Giménez, P., et alii : «Intervención arqueológica en el Convento de la Merced
(Elche, Alicante)», MARQ. Arqueología y Museos, 5 (2012), pp. 338-343.
133
 En concreto, consultar en el trabajo de López Seguí, E., 2002: Arqueología, restauración
y patrimonio…, p. 136.
134
 Concretamente, ver Quirós Castillo, J. A.: Arqueología de la Arquitectura en España…, p. 38.
135
 Dirigirse al trabajo de López Seguí, E.: Arqueología, restauración y patrimonio…, p. 138.

109
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

y metodológica 136. Quizás, hemos hecho mucho hincapié en estos años en mostrar


al arqueólogo como un profesional dotado de un apartado metodológico estricto y
germánico frente a aquellas otras disciplinas que nos consideraban faltos de un cuerpo
profesional estable. Las nuevas generaciones de arqueólogos salidos de las universi-
dades, completamente formados en el rigor científico y metodológico, y ajenos a un
pasado lleno de aficionados e interesados en la Historia; coincidieron con una eclosión
constructiva donde era manifiesta la necesidad de mostrarse como un profesional útil
para la sociedad, disponiendo de un marco legal y deontológico de actuación, que
tuvieron su salida a través de las comisiones creadas en los Colegios profesionales a
inicios de los 90 del siglo pasado. Este nuevo perfil de profesional, neófito e inocente
en sus primeros balbuceos, vuelca sus esfuerzos en sobrevivir profesionalmente en el
duro mercado de la construcción, intentando encontrar su sitio y lugar. Para ello, el
marco legal genérico que establecen las instituciones públicas —en nuestro caso, la
ley 4/98 de Patrimonio Cultural Valenciano—, en ocasiones ayuda a que se tenga en
cuenta su presencia. Su aplicación ha permitido hacer frente a actuaciones generales
de enorme calado urbanístico, como han sido los diferentes planes especiales que
ciudades como Alcoy, Alicante, Elche u Orihuela han ido ejecutando y donde la
obligatoriedad de actuaciones arqueológicas ha ayudado a generar esta Arqueología
de la Documentación que se han producido en esta década.
Porque sin duda alguna, esa es la arqueología en la que ahora vivimos. La
documentación es, sin duda, la consecuencia del afán de la época que nos ha tocado
vivir. La velocidad de las transformaciones de nuestras ciudades y entorno, incluso el
rural, producto de la abortada burbuja inmobiliaria y pública, ha dejado un enorme
reguero de actuaciones al pairo de proyectos vinculados al desarrollo económico y a
la búsqueda de riqueza para la comunidad. Esta tremenda intensidad nos ha llevado a
una enorme inversión en aquellos puntos que suponen hitos constructivos vinculados
directamente con la historia de las poblaciones que, en el caso alicantino, ha pasado
obligadamente por actuar en recintos amurallados, castillos, torres y fortificaciones
medievales, gérmenes en casi todos los casos, de las poblaciones que conforman el solar
provincial alicantino en la actualidad.

En la Arqueología de la Documentación
La intervención genera documentación. Eso es obvio. Un reguero de documentos
de enorme extensión algunos, de varios tomos, con planimetrías, plantas, secciones, de-

136
  Ver el trabajo de Caballero Zoreda, L.: «Edificio Histórico y Arqueología. Un compromiso
entre exigencias, responsabilidad y formación». Arqueología de la Arquitectura, 6 (2009), pp. 11-19,
espec. p. 11.

110
José Luis Menéndez Fueyo

talles, vistas generales, reconstrucciones, descripción de las fichas estratigráficas, murarias


y de los hallazgos antropológicos, inventarios de todos los fragmentos recogidos, metales,
vidrios, los dibujos de los mismos, analíticas encargadas, dataciones radiocarbónicas,
paleopatologías, fotografías de la actuación, de los materiales. Una sola actuación que
sólo dure unos meses de trabajo de campo aparece ante nuestros ojos expuestos en
tomos y tomos de rigurosa información. Si multiplicamos esta información de una sola
actuación por todas las que se han realizado en esta década prodigiosa, las legajos en
los archivos serían interminables e inacabables. Ni los museos, que ahora solicitan una
copia de la memoria o del informe preliminar como acompañamiento a los materiales
para extender la necesaria acta de depósito llegan a almacenar en condiciones toda la
información que les llega. Sus almacenes se llenan de cajas y cajas de materiales, registros
históricos en sí mismos pero que sin la adecuada interpretación pueden acabar muertos
e inertes en las estanterías 137. Ni la misma Generalitat Valenciana, quien expide los
permisos de excavación, puede digerir semejante poso de información siendo el centro
de destino de toda la documentación que se genera como única institución tutelar de
nuestro patrimonio. Un auténtico y monumental volumen de datos inaprensible y
oculto en los almacenes de los museos y de los servicios arqueológicos municipales 138.
Y convendremos que debe ser así. La comunidad arqueológica ha luchado y
trabajado por preservar su espacio profesional y dotarlo de las herramientas y meto-
dologías necesarias para que en un futuro incierto, toda aquella página de la Historia
que se levante, sea posible leerla y reinterpretarla con las técnicas que entonces estén
al abasto. Ese es nuestro legado actual. Al igual que existe la precaución plausible de
establecer un área de reserva en los yacimientos arqueológicos para poder acceder en el
futuro al yacimiento con herramientas y métodos diferentes a los actuales, así nosotros
estamos estableciendo nuestra cabeza de puente arqueológica para los años venideros.
Pero como pasa con todo lo que sobrepasa mínimamente lo plausible, la documenta-
ción generada nos ahoga de forma indefectible. Una buena parte de esa información,
diríamos que un 85 por ciento, no está siendo debidamente reciclada para convertirla
en conocimiento histórico. En muchas de las memorias de intervención, las conclu-
siones responden sólo a dos páginas escasas, con bibliografía desactualizada y faltos
de una visión general histórica donde integrar los datos recuperados en la actuación y
plantear nuevas preguntas que hagan avanzar la investigación.
A esto hay que añadir, además, las dificultades para acceder a la información al-
macenada, producto de disensiones y enfrentamientos personales entre los responsables

137
 Opiniones extraídas de la obra de Llul, V.: «Ética y arqueología». Trabajos de Prehistoria,
64-1 (2007), pp. 13-21.
138
 Esto ya ha sido expuesto en trabajos como el recientemente escrito en Azuar Ruiz, R.:
Arqueología de al-Andalus…

111
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

arqueológicos y los investigadores y sus instituciones, una práctica demasiado acentuada


en un territorio diseccionado por numerosos servicios municipales de arqueología
que controlan las intervenciones, sobre todo, en contextos urbanos 139. De esta forma,
constatamos que la responsabilidad y derechos sobre la actuación arqueológica no
reside en el responsable de campo que gestiona en verdad el trabajo, sino en aquellos
que sólo deben supervisar las actuaciones pero que, de hecho, también son firmantes
de los permisos aunque sólo supervisen, siendo juez y parte en el proceso de control
de la documentación.
Y así llegamos al punto definitivo del proceso: la publicación. La lectura ar-
queológica de los edificios históricos requiere, en opinión de L. Caballero Zoreda, una
rígida disciplina que obliga a contemplar el edificio como un todo, donde la impor-
tancia de comunicar se hace fundamental para transmitir cómo el bien cultural sobre
el que intervenimos tiene un valor social como documento que nos vincula a nuestro
pasado simbólica, física, emotiva e intelectualmente, permitiéndonos reflexionar
sobre nosotros mismos y proyectar al futuro nuestra visión de la sociedad 140. Y esta
comunicación debe venir de los arqueólogos, arquitectos y profesionales, que deben
ser capaces de convivir con soltura entre los diferentes niveles de difusión existentes
hoy en día. Sin embargo, el panorama en este tema es complejo. Sin presentar casi
conclusiones en las memorias y con cierta desafección en los arqueólogos egresados de
la facultad, desalentados por las dificultades de estabilización profesional, ha provocado
que no existan mecanismos que faciliten un fluido y fértil relevo generacional en la
arqueología 141. Con escasos efectivos investigando, las empresas no han dado abasto
y las actuaciones y su documentación se ha ido amontonando en los almacenes de
museos y servicios municipales sin que nadie pueda acceder a ellas y darles salida en
forma de auténticos trabajos de investigación que devengan en trabajos de master,
tesinas, tesis doctorales y de ahí, en artículos, monografías y libros posteriores que
den vida a la investigación. Muchos de nosotros aún creemos que toda investigación
que no es publicada, acaba muerta por definición. Queda en el discreto campo de la
literatura administrativa.

139
 Opiniones expuestas en el trabajo de Segura Herrero, G.: «De profesión, arqueólogo. El
profesional liberal independiente», en Actas de las Jornadas de Arqueología y Patrimonio Alicantino.
Alicante, 2002, pp. 75-86.
140
 Concretamente, ver el trabajo de Caballero Zoreda, L.: Edificio Histórico y Arqueolo-
gía…, p. 18.
141
  Ver más información en el interesante y reciente artículo de Gutiérrez Lloret, S.: «La
Arqueología ensimismada», en El futuro de la Arqueología en España. Madrid, 2011, pp. 111-117,
espec. p. 113.

112
José Luis Menéndez Fueyo

Hacia la necesaria Arqueología del Conocimiento Histórico


Pero estamos obligados a avanzar. Hemos visto las virtudes de la Arqueología de
Intervención y de la Arqueología de la Documentación. De una forma u otra todos
hemos avanzado en esa línea, y hay que decir que ha sido un logro colectivo, parte de
un proceso de maduración científica. No debería ser peligroso que, en este período,
hallamos tecnificado el proceso arqueológico, quizás empujado por la necesidad de
establecer un marco profesional al convivir con otros profesionales que tienen muy
claros sus campos y métodos de actuación. Había que evitar que cualquiera, sin una
formación extensa, pudiese emprender una investigación arqueológica. Parafraseando
a A. Malpica Cuello, habría que decir que no debe de haber diferencia entre la mano
y el cerebro, el científico y el técnico, el arqueólogo y el historiador ya que siempre,
para nosotros, han sido la misma persona 142. Sin lugar a dudas, ahora hay más datos
y mejor documentados que en ninguna época anterior.
Pero también hemos podido apreciar los defectos del sistema, aquellas piedras
en el camino que impiden el avance de la investigación y, por ende, del conocimiento
histórico. Siguiendo a S. Gutiérrez Lloret
«…da la sensación que el abundante y preciso marco legal construido en democracia,
que había de garantizar un mayor conocimiento y preservación del patrimonio histó-
rico, no ha logrado sus objetivos más allá de una burocrática gestión de la destrucción
patrimonial, que no deja de ser una prostitución del objetivo prístino del legislador» 143.
Debemos reconocer, por tanto, que es posible que, en ese proceso documental
tan exhaustivo, hayamos perdido parte del verdadero y legítimo propósito de la ar-
queología hacia la que debemos aspirar, la Arqueología del Conocimiento Histórico.
Ahora, como indica R. Azuar
«…cuando la fiebre ha pasado y la naturaleza se va apoderando progresivamente de
sus heridas y de los solares abiertos y abandonados, está necesitada de una elaboración
y de un estudio y tratamiento de sus datos con el fin de poder extraer el necesario co-
nocimiento histórico que demanda la sociedad…» 144.
Y es también, en nuestra modesta opinión, ese modelo de arqueología hacia
donde debemos de encaminar nuestros pasos y que nos sirve de perfecta justificación

142
  Ver el trabajo completo en Malpica Cuello, A.: «La arqueología medieval entre el debate
científico y social», en Molina Molina, A. L., Eiroa Rodríguez, J. A. (eds.): Tendencias actuales de
arqueología medieval. Murcia, 2007, pp. 9-22.
143
  Ver la cita en Gutiérrez Lloret, S.: La Arqueología ensimismada, p. 115.
144
  La cita está sacada del trabajo aquí citado anteriormente en Azuar Ruiz, R.: Arqueología
de al-Andalus…

113
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

para cerrar el círculo que hemos trazado en este trabajo iniciado en la arqueología
de intervención.
Para avanzar hacia esa arqueología del conocimiento histórico, hay que dirigir-
se, en primer lugar, hacia los datos y sus contextos. Los enormes datos y resultados
obtenidos en estos años abren mil y una hipótesis de trabajo para la investigación de
la arqueología medieval alicantina. En el caso de las ciudades, la enorme multitud de
datos obtenidos abriría nuevas perspectivas sobre la organización del espacio urbano, la
ubicación de sus elementos clave y la actualización de modelos propuestos que, con la
información actual, han podido quedar obsoletos. Pero la situación de muchas de ellas
ya fue expuesta por R. Azuar 145 y recientemente confirmada 15 años después, donde
un rosario de intervenciones atomizadas, nuclearizadas, dispersas y faltas de un criterio
unificador, fruto de una política no planificada de actuaciones al ritmo del desarrollo
urbanístico, son la base de estudio del modelo urbano 146. Queda pendiente, por tanto,
una revisión del modelo urbano, que si bien antes no se ha atendido en otros casos
peninsulares 147, ahora estaríamos en inmejorable disposición para atenderla. También
se han abierto nuevas investigaciones, hasta ahora centradas en las aportaciones do-
cumentales, como es en el caso de las infraestructuras portuarias, identificadas como
cargadores o puertos en rada sin soporte constructivo documentado. En este sentido,
los hallazgos en el Hotel Palas de Alicante sobre el malecón del puerto y los talleres de
arreglo de embarcaciones son muy interesantes 148.
Salto cualitativo en la información es el que se ha dado en la ciudad de El-
che, donde la revisión realizada en los trabajos del Palacio de Altamira y el recinto
amurallado, han ofrecido dataciones fundacionales situadas en finales del siglo X y
la primera mitad del siglo XI, que han aportado mucha luz al segmentado conoci-
miento que tenemos de la evolución del poblamiento de la Madinat Ils en época

145
 Revisar los trabajos de Azuar Ruiz, R.: «Una década de arqueología medieval en el País
Valenciano», en Jornades d’Arqueologia. Alicante, 1995, pp. 213-135, espec. p. 222; Azuar Ruiz, R.:
«Formación de la ciudad islámica en el Sharq Al-Ándalus (siglos IX-X/III-IV)», en Al-Ándalus, país de
ciudades. Toledo, 2007, pp. 79-105 y en Azuar Ruiz, R.: «Castillos y espacios marginales de las ciudades
en el Sarq al-Andalus (siglos XII-XIII)», en Cressier, P. (ed.): Le château et la Ville. Espaces et réseaux
(VIe-XIIIe siècle). Madrid, 2008, pp. 89-108.
146
 Revisión hecha en el trabajo de Azuar Ruiz, R.: Arqueología de al-Andalus…
147
  Lo mismo ocurre en el caso granadino expuesto en Malpica Cuello, A.: «La ciudad na-
zarí. Propuestas para su análisis», en II Congreso Internacional La Ciudad en al-Andalus y el Magreb.
Granada, 2002, pp. 99-121.
148
 Estos datos han sido expuesto en las actuaciones de López Serrano, A., Valero Climent,
D.: «Hotel Palas: Calle Cervantes, 5 (4.ª actuación)…, y López Serrano, A., Valero Climent, D.:
«Hotel Palas: Hotel Palas, Calle Cervantes, 5 (Fase III)…,

114
José Luis Menéndez Fueyo

islámica y feudal 149. Junto a esto, la definición de diferentes espacios urbanos como


el palacio andalusí descubierto en el solar de la calle Fregassa y adyacentes, incor-
pora a la discusión elementos de peso con los que estructurar el espacio urbano de
nuestras ciudades. Qué decir de las aportaciones en la ciudad de Orihuela, donde la
investigación sobre la ciudad islámica ha dado un extraordinario vuelco con respecto
a los trabajos publicados en décadas anteriores; o las realizadas en Alcoy donde las
excavaciones han permitido establecer dataciones acompañadas de hallazgo mone-
tario que confirman la fundación feudal de la villa alcoyana. Es obvio que estamos
en disposición de afrontar una revisión de nuestros modelos urbanos.
En el caso de los castillos y fortificaciones, la arqueología medieval ha ofrecido
una nueva visión de algunas fortalezas que creíamos conocer bien, y que en cambio, ha
arrojado interesantes novedades. Los casos son innumerables, pero por su trascendencia,
debemos resaltar al Castillo de Alicante, donde el trabajo sobre su sistema de ingreso 150
ha permitido establecer un conocimiento más profundo sobre los sistemas de ingreso de
época islámica y su organización en el Sarq al-Andalus 151; así como los datos recogidos
en el Castillo de Elda, fortaleza señorial con una potente fase islámica de la que hasta
ahora desconocíamos muchos datos, como la potente necrópolis feudal existente en la
zona de la liza 152. O el caso del Castillo de Sax que, aunque sus actuaciones han sido
escasas frente a otros recintos alicantinos con mucha mayor intervención y centradas
en la limpieza de ladera y alguna actuación restauratoria en un sector concreto 153, sí
que ha permitido una revisión completa de sus restos, actualizando las propuestas y
planteando nuevas zonas de investigación en el futuro 154.

149
 Una revisión acerca de la fundación de la medina ilicitana la podemos encontrar en el trabajo
de Gutiérrez Lloret, S., Menéndez Fueyo, J. L.: «El Castellar d'Elx. Problemes i propostes sobre
un asentament singular», en El Castellar d’Elx. L’origen de la ciutat medieval. Elche, 2010, pp. 55-64.
150
 Consultar más datos en Beviá, M., Yus, S., Giner, M.: «Intervención restauratoria e inves-
tigación histórica. El sistema de accesos al castillo medieval de Alicante». MARQ, Arqueología y Museo,
4 (2010), pp. 89-119.
151
  Ver los trabajos de Menéndez Fueyo, J. L.: «La porta del Castell de Planes (El Comtat):
Reflexions sobre la problemàtica dels assentaments fortificats de l’última època almohade (ss. XII-XIII)»,
en Els Musulmans al Comtat 1609-2009 400 anys de l’expulsió. Cocentaina, 2009, pp. 327-337 y el
más reciente de Rosser Liminyana, P.: La ciudad explicada…, p. 47.
152
  Ver el artículo de Poveda Navarro, A. M.: «Las piedras hablan…, pp. 58-71.
153
  Ver más detalles en Simón García, J. L.; Segura Herrero, G.: «El castillo de Sax», en
Castillos y torres del Vinalopó. Petrer, 2001, pp. 89-99.
154
 Un excelente resumen de las actuaciones realizadas en el castillo podemos encontrarlo en
Sánchez i Signes, M., 2012: «El castillo de Sax (Alicante): análisis arqueológico, arquitectónico y fun-
cional de una fortaleza del valle del Vinalopó (ca. S. XII/XIII-XVI)», Arqueología y Territorio Medieval
19, (Jaén), en prensa.

115
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Foto 45. Vista de la monumental torre de homenaje del


Castillo de la Atalaya de Villena durante los trabajos de
excavación del patio de armas (Arpa Patrimonio S.L)

Otro cambio radical es el producido en el Castillo de la Atalaya de Villena cuyas


excavaciones en el patio de armas en la tercera fase de intervenciones, están revelando
datos cronológicos fundamentales para el conocimiento del dominio de Don Juan
Manuel en un espacio fronterizo entre dos reinos enfrentados como es Villena a
inicios de la época feudal. Aún no están acabados los trabajos y tenemos la promesa
cierta de los responsables del proyecto de que los trabajos van a ser publicados, pero
estos datos y el descubrimiento de un gran edificio con un evidente uso colectivo
—no vamos a ir más allá— junto a la detección de un taller de cantería que reciclaba
proyectiles de maquinaria de torsión como ripio en las reparaciones del castillo, abre
un enorme conjunto de posibilidades de estudio de la fortaleza para el futuro. Todo

116
José Luis Menéndez Fueyo

esto, unido a un mayor conocimiento cronológico de la gran torre —ahora de Ho-


menaje—, construida por el tercer califa almohade 155 hace que la futura publicación
sea esperada y apasionante.
Y qué podemos decir de fortificaciones de las que no teníamos ninguna constancia
material hasta ahora, como el caso del Castillo del Aljau en Aspe, cuya planta aporta más
discusión sobre el interesante tema de las domus señoriales y su implantación en época
feudal como espacios de poder en la frontera, imitando modelos constructivos similares
a Castalla, Cocentaina, Vilajoiosa, Callosa d’Ensarrià o Alcoi 156; o el caso de los trabajos
en el fortín renacentista de Santa Pola donde se ha localizado la prueba de la existencia
de la torre del Port del Cap de l’Aljup 157, defensa que da origen a la actual población
de Santa Pola y de la que hasta ahora sólo teníamos conocimiento por los documentos.
Si su adscripción debe corresponder con la época islámica es un tema que queda en
manos de la obtención futura de más datos y el contraste métrico con otros edificios.
De un alto interés para la investigación son los casos de las actuaciones en las
torres de la huerta de Alicante, un excepcional conjunto hasta ahora construido en
diferentes fases iniciadas a mediados del siglo XVI y que ahora, gracias a las interven-
ciones realizadas en algunas torres, comenzamos a descubrir una serie de defensas y
asentamientos que se remontan a la época medieval, con lo que esto supone de avance
para el conocimiento de la huerta alicantina. Mismo caso nos encontramos con las
torres defensivas, pequeños espacios patrimoniales pero con una gran historia que
contar. Si bien, no han existido importantes novedades con respecto a sus dataciones,
sino más bien confirmaciones 158, algunas actuaciones han aportado nuevos datos so-
bre su sistema constructivo como en el caso de la Torre Bombarda 159 y sobre ciertos
elementos defensivos hasta ahora no documentados en estudios anteriores como en la
Torre del Tamarit 160.

155
 Cronología propuesta en el artículo de Azuar Ruiz, R., et alii : «El falso despiece de sillería
en las fortificaciones de tapial de época almohada en Al-Andalus», en I Congreso de Castellología Ibérica.
Aguilar de Campoo, 1998, pp. 481-512.
156
  Los modelos se pueden comparar en los trabajos de Menéndez Fueyo, J. L.: «Arquitecturas
del poder feudal en la provincia de Alicante: La Domus Maior del Castell de Castalla», en El Castell de
Castalla: Arqueología y Arquitectura de la fortificación aragonesa de frontera. Alicante, 2010, pp. 31-61
y en Menéndez Fueyo, J. L.: Construere in vila…, pp. 222-241.
157
  Ver la obra de Yus Cecilia, S.: La Torre del Cap…, pp. 158-165.
158
  La propuesta se plasmó en el trabajo de Menéndez Fueyo, J. L.: La red de torres…, pp.
733-759.
159
  Para más datos ver el trabajo de Frías Castillejo, C., Udaeta Montaner, J.: «Torre
Bombarda…,
160
  Más información en la memoria de la actuación en Segura Herrero, G., Tendero Fer-
nández, F.: Intervención arqueológica…,

117
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

Pero las intervenciones realizadas se están extendiendo, por ejemplo, al regis-


tro material. En el caso de las producciones cerámicas, es cierto que en este punto
andamos algo más retrasados, debido a las dificultades de acceso y de publicación
de los trabajos, pero se están dando pequeños pasos. Es el caso de los trabajos que se
están llevando para establecer la dispersión de las primeras producciones cerámicas
feudales en el territorio alicantino y que han basado sus datos en materiales extraídos
de intervenciones como en Santa María de Alicante 161; Denia 162; Guardamar 163 o
Xixona 164 y que deben acrecentarse con los realizados en Elda 165; Castalla 166, o la
pobla medieval de Ifach 167.
De igual manera, han crecido en referencia a otros materiales, como en el caso
del registro metálico ha aumentado exponencialmente su corpus de materiales con los

161
 Se pueden conseguir más información de los trabajos de Menéndez Fueyo, J. L.: «Apuntes
para el estudio de los contenedores cerámicos medievales: Las tinajas de las bóvedas de Santa María de
Alicante», en Azuar Ruiz, R., Beviá García, M., (coord.): Santa María Descubierta…, pp. 72-119;
Menéndez Fueyo, J.L.: «Ollas, cántaros y cerámicas de uso doméstico en la Edad Media: la obra
aspra de las bóvedas de la iglesia de Santa María de Alicante», en Azuar Ruiz, R., Beviá García, M.,
(coord.): Santa María Descubierta…, pp. 146-183, Menéndez Fueyo, J. L.: «Cerámicas de transporte
en la Basílica de Santa maría de Alicante. Producción y distribución», en Intercâmbio de produtos no
Mediterrâneo Antigo: Os objectos de comércio. Mértola, 2007, pp. 225-252, y por supuesto en la obra
definitiva sobre el conjunto cerámico de la Basílica en Menéndez Fueyo, J. L.: La cerámica medieval…,
162
  Ver más datos en Gisbert Santonja, J. A.: «Pren m’enaxí com al patró qu’en platja té sa gran
nau. Arqueología del puerto y el mar de Denia en tiempos del Magnánimo», en Alicante, un puerto para
un rey. Alfonso el Magnánimo entre dos mares. Valencia, 2009, pp. 96-111.
163
  Ver el trabajo de Menéndez Fueyo, J. L.: «Producción cerámica medieval y colonización
feudal: A propósito de un lote procedente del Castillo de Guardamar (ss. XIII-XIV)», en Guardamar,
Arqueología y Museo. Alicante, 2010, pp. 179-185.
164
 Consultar una reciente revisión del material descubierto por el P. Belda Domínguez en el
artículo de Menéndez Fueyo, J. L.: «Xixona, Clau del Regne: Las cerámicas de una villa feudal de
realengo en la frontera meridional del Reino de Valencia (siglos XIII-XIV)», en Xixona, Clau del Regne.
Catálogo de la exposición. Alicante, 2011, pp. 87-106.
165
 Una revisión de las cerámicas medievales del Museo se puede consultar en Menéndez Fueyo,
J. L.: «De nuevo sobre cerámica. Reflexiones sobre la colección de cerámicas medievales y post medievales
del Museo Arqueológico de Elda», en Elda, arqueología y museo. Alicante, 2008, pp. 104-127.
166
  Ver el trabajo de Pastor Mira, A., Ortega Pérez, J. R., Esquembre Bebia, M.A.: «Estu-
dio de las cerámicas medievales del Castell de Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A.,
Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 147-166.
167
 Una primera muestra de las cerámicas feudales que prueban la fundación de la pobla a finales
del siglo XIII se puede encontrar en el artículo de Menéndez Fueyo, J.L.: «Cambio y continuidad formal
en la producción cerámica feudal en el Reino de Valencia (siglos XIII-XIV): Algunas precisiones sobre el
registro cerámico de la pobla medieval de Ifach (Calp, Alicante)», en Homenaje al Profesor José Hinojosa
Montalvo. Alicante, 2010, pp. 318-337.

118
José Luis Menéndez Fueyo

hallazgos en el Castillo de Castalla 168, o en el Castillo de Xixona 169. También ocurre


con los hallazgos numismáticos, que han aportado nuevas evidencias para conocer la
circulación monetaria islámica en esta área de al-Andalus 170. No hablemos del registro
paleoambiental, básico y fundamental para el conocimiento del paisaje, como en el caso
del registro arqueozoológico, que, a cuentas gotas, va regalándonos nuevas e interesan-
tes aportaciones que mejoran el conocimiento que tenemos sobre la fauna ganadera
y los patrones de consumo medievales en el territorio alicantino como en el Castillo
de d’Ambra en Pego 171 o en la cuenca del río Vinalopó 172; o el registro antracológico
que ha ofrecido datos claves para el estudio de los sistemas feudales de construcción y
el abastecimiento de maderas para las nuevas poblaciones del Reino de Valencia, como
en el caso de la Pobla medieval de Ifach 173.
También hemos de progresar en los datos que nos ofrecen las necrópolis, un
archivo fundamental que aporta enormes posibilidades para el conocimiento histórico.
Sin embargo, aunque las intervenciones han tenido ocasión de desvelar un buen nú-
mero de ellas, como en el caso de Novelda 174, Crevillent 175, o del Castillo de Elda 176,

168
 Consultar el capítulo escrito por Ortega Pérez, J.R.: «El estudio del material metálico de
época medieval del Castell de Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R.
(eds): El Castell de Castalla…, pp. 183-193.
169
 Una excelente revisión del ajuar metálico la podemos encontrar en el trabajo de Ortega
Pérez, J. R., Esquembre Bebia, M. A.: «Campesinos, artesanos y soldados del castillo de la Torre Grossa
durante el medievo: Su instrumental de hierro», en Xixona, Clau del Regne…, pp. 67-86.
170
  Básica es la obra de síntesis de la numísmata C. Domenech Belda, en la obra Doménech
Belda, C.: Dinares, dirhames y feluses: circulación monetaria islámica en el País Valenciano. Alicante,
2003 y también conviene señalar las últimas novedades aportadas en los trabajos de Doménech Belda,
C.: «De dinares a dineros: circulación monetaria en el Vinalopó», Jover Maestre, F. J., Navarro Po-
veda, C. (coords.): De la Medina a la Vila…, pp. 247-262; y en Doménech Belda, C.: «Las monedas
medievales del Castell de Castalla», Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El
Castell de Castalla…, pp. 167-169.
171
  Ver el trabajo de Benito Iborra, M.: «Arqueozoología del castillo de Ambra (Pego, Alicante)».
MARQ, Arqueología y Museos, 1 (2006), pp. 85-118.
172
 Una excelente revisión de las problemáticas se exponen en el trabajo de Benito Iborra, M.:
«Ganadería, territorio y medio ambiente en el doblamiento medieval del Vinalopó», en Jover Maestre,
F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina a la Vila…, pp. 225-246.
173
 Una aportación interesante que se debe ver acompañada de otras muchas en el futuro nos
la ofrece el trabajo de Ntinou, M., et alii: «Wood exploitation in a medieval village: The contribution
of charcoal analyses to the history of land-use at Pobla d’ Ifach during the 13th and 14th century A.D.
(Calp, Alicante, Spain)». Journal of Vegetation History and Archaeobotany, 22-2 (2013), pp. 115-128.
174
  Ampliar datos en el trabajo de Navarro Poveda, C.: «La necrópolis bajomedieval de No-
velda (Alicante). Resultados de la excavación de urgencia». Boletín de Arqueología Medieval, 9 (1995),
pp. 223-236.

119
De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

seguimos faltos de los necesarios estudios antropológicos y contextuales. Junto a ellos,


es totalmente necesario aumentar las dataciones radiocarbónicas sobre muestra ósea,
que permiten establecer cronologías muy fiables y que ayudan a precisar los contextos
obtenidos por la secuencia estratigráfica, ya que la información cronológica es básica
para la interpretación histórica pues sin una correcta determinación de la historia
deposicional y ocupacional de cada contexto arqueológico no se puede abordar con
garantías su datación 177.
Y así podríamos seguir citando por ejemplo, los graffitis, donde se ha acrecentado
su conocimiento con los trabajos en la Basílica de Santa María de Alicante 178; Concate-
dral de San Nicolás 179; Casa del Gobernador en la isla de Tabarca 180, Casa Capiscol 181,
Castillo de Santa Bárbara 182, Castillo de Castalla 183; Castillo de Forna; Cocentaina 184,
Denia 185, Novelda 186 o el Castillo de Villena 187. O las marcas de cantería, como los

175
  Ver el artículo de Trelis Martí, J., et alii: «Recientes aportaciones al urbanismo bajomedieval
de Crevillent (Alicante): El cementerio mudéjar del Raval». LVCENTVM, XXVI, (2007), pp. 207-220.
176
 Consultar el trabajo de Palau Escarabajal, T.: «La necrópolis bajomedieval del Castillo de
Elda», en Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina a la Vila…, pp. 213-224.
177
  Aunque no sea estrictamente del periodo medieval, son muy interesantes las reflexiones que
se observan en otras líneas de investigación en el mismo territorio, y en este sentido, debe consultarse este
trabajo de Jover Maestre, F. J., López Padilla, J. A.: «La observación en el estudio de la edad del bronce
en tierras valencianas. Del ensalzamiento del “objeto” y “la revolución radiocarbónica” al necesario reen-
cuentro con la estratigrafía». Quaderns de Prehistòria i Arqueologia de Castelló, 29 (2011), pp. 209-230.
178
 Revisar el trabajo de Rosser Liminyana, P.: «Basílica de Santa María», en Graffiti. Arte
espontáneo en Alicante. Alicante, 2009, pp. 29-37.
179
  Ver la obra de Rosser Liminyana, P.: «Concatedral de San Nicolás», en Graffiti…, pp. 25-27.
180
  Ampliar en Rosser Liminyana, P.: «Casa del Gobernador de la Isla de Tabarca», en Graffi-
ti…, pp. 39-43.
181
 Consultar el artículo de Rosser Liminyana, P.: «Casa Capiscol», en Graffiti…, pp. 45-55.
182
  Ver más datos en Rosser Liminyana, P.: «Castillo de Santa Bárbara», en Graffiti…, pp. 57-61.
183
  Ampliar datos en Alegre López, A. M., Ortega Pérez, J. R., Esquembre Bebia, M. A.:
«Marcar la historia. Los graffiti y otros motivos del Castell de Castalla», en en Menéndez, J. L., Bevià,
M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 189-210 y el trabajo de Navarro
Poveda, C.: «Graffitis localizados en el exterior de la muralla este del Castell de Castalla», en Menéndez,
J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…, pp. 211-214.
184
 Una visión de conjunto en Ferrer Marset, P., Martí Soler, A.: «Cocentaina», en Graffi-
ti…, pp. 103-165.
185
 Consultar el trabajo de Gisbert Santonja, J. A.: «Denia», en Graffiti…, pp. 169-181.
186
  Ampliar información en el artículo de Navarro Poveda, C.: «Novelda», en Graffiti…, pp.
199-207.
187
 Consultar Hernández Alcaraz, L., et alii: «La evolución urbana de Villena: nuevos enfo-
ques, nuevas propuestas», en Jover Maestre, F. J., Navarro Poveda, C. (coords.): De la Medina a la
Vila…, pp. 195-211.

120
José Luis Menéndez Fueyo

recientes trabajos en Santa María de Alicante 188, Castillo de Castalla 189 o en la Pobla


medieval de Ifach, Alcoy o en Cocentaina 190.
Como podemos ver, detrás de la documentación realizada existe vida. Sin em-
bargo, a la vista de la ingente documentación que ha pasado por delante de nosotros, lo
expuesto no deja de ser la punta del iceberg. Por eso, debemos crecer en el importante
y necesario estudio del contexto a través de la secuencia estratigráfica, ya que sin ella
no podemos seriar el registro material. Como hemos indicado antes para las necró-
polis, debemos aumentar el número de dataciones radiocarbónicas para determinar
también los contextos en los que se produjeron transformaciones en los asentamientos,
y determinar así su grado de relevancia socio-política o territorial para, en definitiva,
conocer el proceso histórico 191.
Tampoco podemos dejar de pensar en el formato de ciertas actuaciones que,
de haber tenido más sensibilidad, podrían haber obtenido aún más información. Por
eso, y en nuestra humilde opinión, esta Arqueología del Conocimiento Histórico pasa
indefectiblemente por la adopción generalizada del compromiso interprofesional de
mantener la autenticidad de los edificios intervenidos 192. Esta autenticidad es mayor en
tanto que mantiene y ofrece las relaciones constructivas, destructivas y reconstructivas
de los distintos materiales originales que lo componen. Estas relaciones se extraen de
los diferentes protocolos aplicados por los diferentes profesionales que participan en
el proceso restauratorio, donde el arqueólogo destaca de manera muy importante 193.
Por tanto, y siguiendo a G. P. Brogiolo 194, se hace imprescindible una buena comuni-

188
  Ver el trabajo de Azuar, R., Sánchez, M. D., Bevià, P.: «Las marcas de cantería y los procesos
de trabajo en la cubierta de la iglesia de Santa María de Alicante», en Azuar Ruiz, R., Beviá García,
M., (coord.): Santa María Descubierta…, pp. 184-191.
189
  Ampliar datos en Navarro Poveda, C.: «Estudio de los signos lapidarios del Castell de
Castalla», en Menéndez, J. L., Bevià, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…,
pp. 215-222.
190
 Nueva sangre se incorpora a los estudios arqueológicos con el trabajo de Torrecillas Se-
gura, J. M.: Arqueología de un señorío feudal en el antiguo Reino de Valencia. El caso de los Llòria
(2.ª mitad S. XIII-XIV). Trabajo de Fin de Máster en arqueología Profesional y gestión del patrimonio,
original mecanoescrito.
191
 Concretamente, consultar en Jover Maestre, F.J., López Padilla, J. A., 2011: «La obser-
vación en el estudio…, p. 218
192
 Consultar el trabajo de Doglioni, F.: «Ruolo e salvaguardia delle evidenze stratigrafiche nel
progetto e nel cantiere di restauro». Arqueología de la Arquitectura, 1 (2002), pp. 113-130.
193
  Ampliar en el trabajo de Caballero Zoreda, L.: «Arqueología de la Arquitectura. Conoci-
miento e intervención». Património estudos, 9 (2006), pp. 33-43.
194
 Consultar en Brogiolo, G. P.: Archeologia dell’edilizia storica. Como, 1988, p. 34.

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De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

cación entre profesionales donde se genere un «diagrama de proyecto» formado por el


equipo que genera conocimiento —el arqueólogo, entre otros— y el equipo que decide
la intervención —el arquitecto—. En este sentido, los redactores de los proyectos se
deben responsabilizar de que en ningún momento se pierda la lectura del documento
histórico construido, la hagan ellos o los arqueólogos. Esta debería ser una condición
sine qua non previa a cualquier tipo de intervención, ya sea conservadora o innovadora,
y que debería incorporarse a las leyes de Patrimonio 195.
Pero además sería necesario recoger la existencia de una biografía histórico-
constructiva como proponen algunos especialistas como J. A. Lasagabaster 196, donde
antes de considerar cualquier intervención y previamente a la concesión de los diferentes
permisos administrativos y que debe estar en manos de las instituciones supervisoras
de las autorizaciones de igual manera que, para la edificación de obra nueva se exigen
y realizan numerosos estudios previos sobre el terreno, medio ambiente, paisaje, etc.,
y se cumplen sin rechistar todo tipo de reglamentos y normas de planeamiento, las
intervenciones sobre el patrimonio Arquitectónico no están sujetas, de hecho, aunque
lo parezca, a tantas limitaciones. Con un agravante, la materia con la que se trabaja
es en este caso, única e irrepetible. Es responsabilidad de la Administración, saber y
conocer sobre el Patrimonio, sobre la verdad del mismo, evitando que pueda ser in-
tervenido —deformado, irrecuperado, incomprendido— sin antes ser investigado 197.
Y en este sentido, la investigación no puede surgir de las actuaciones por separado
de todos los activos que conforman la arqueología actual. Coincido completamente
con S. Gutiérrez en que estamos viviendo un período de «ensimismamiento», muy
similar al que parece encontrarse el resto del país en otros asuntos. Conviene encon-
trar nuevas estrategias, sinergias capaces de integrar esta arqueología de gestión en
proyectos científicos, afectando a todos los actores del discurso arqueológico, desde
los centros de investigación pasando por las administraciones territoriales y acabando
en la actividad privada 198.
También es necesario potenciar la comunicación y la difusión de las inter-
venciones con el mayor nivel científico posible, ya que son aquellas que moverán la
investigación futura y la hará progresar e introduciendo, porqué no, parte del propio
proceso investigador en otros ámbitos más próximos a iniciativas relacionadas con el
Turismo cultural o la divulgación multimedia. Por suerte, aún aparecen publicaciones

195
 Concretamente ver en el trabajo de Caballero Zoreda, L.: «Edificio Histórico y Arqueo-
logía…., p. 18.
196
 Consultar en Lasagabaster Gómez, J. A.: «Protagonismo de las Administraciones…, p. 16.
197
  Ibíd., p. 17.
198
  Ver Gutiérrez Lloret, S.: «La Arqueología ensimismada…, p. 116.

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José Luis Menéndez Fueyo

científicas, aunque salen con cuenta gotas y no con la velocidad deseable. Por ejemplo,
el monográfico de la revista Reçerques del Museu d’Alcoi sobre las actuaciones en el
casco histórico de la localidad 199; las ediciones de algunas reuniones técnicas organi-
zadas por la Comisión de Arqueología del CDL de Alicante 200; las monografías de
la Basílica de Santa María 201, y la del Castillo de Castalla 202 y un par de decenas de
artículos en revistas científicas siendo importantes, son, sin embargo, la punta de un
iceberg bajo el que subyace una enorme fuente documental de esta arqueología no-
pública que hoy en día existe.
Y no olvidemos la difusión. La arqueología debe prestar atención a la conserva-
ción, tutela, restauración y puesta en valor del patrimonio, pero también debe difundir
el patrimonio, educar en su valor a una sociedad que lo debe reconocer como propio 203.
A diferencia de la edición científica, la difusión presenta unas posibilidades enormes con
las herramientas digitales que actualmente se pueden manejar. Internet es una enorme
plataforma de usuarios, donde la arqueología hasta hace unos pocos años era casi una
rara avis, anclada aún en la edición en papel y en la comunicación boca a boca a través
de las reuniones en seminarios y congresos cada cierto tiempo.
Sin embargo ahora, a esos usos habituales que se ven acelerados por el uso del
correo electrónico, debemos añadir el de la difusión directa al interesado, sin esperar a
que este manifieste su interés a través de páginas web y blogs donde ofrecer los datos
de las intervenciones, o redes sociales como Twitter, Facebook, Google, Youtube o
Linkedin donde poder alertar a la comunidad de lo que se está haciendo. Los lazos
son cada vez más estrechos y el trabajo difundido es inmediatamente puesto en manos
de los interesados. Ahora, aquello que no se explica o difunde, no se pone en manos
tanto de colegas como de ciudadanos y ciudadanas, deja de cumplir su función y no
justifica los dispendios. Sin duda, un patrimonio adecuadamente difundido garantiza
su conservación futura. En este sentido la plataforma digital que estamos desarrollan-
do desde hace algunos años alrededor de la Pobla medieval de Ifach (Calp) concentra

199
 Consultar el número monográfico dedicado a la «Arqueología urbana de Alcoi (1998-2007)»
de la revista Reçerques del Museu d’Alcoi, 17-18 (2008-2009).
200
  Ampliar datos en Actas de las Jornadas de Arqueología y Patrimonio Alicantino. Alicante,
2002.
201
 Toda la actuación de esa segunda fase está condensada en los trabajos de Azuar Ruiz, R.,
Beviá García, M., (coord.): Santa María Descubierta…, y en el más reciente de Menéndez Fueyo,
J. L.: La cerámica medieval…,
202
 Toda la actuación ha sido condensada en una monografía de reciente publicación en Me-
néndez, J. L., Bevia, M., Mira, J. A., Ortega, J. R. (eds): El Castell de Castalla…,
203
  Ver Gutiérrez Lloret, S.: «La Arqueología ensimismada…, p. 116.

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De la década prodigiosa de la Arqueología de intervención…

una enorme cantidad de usuarios que ya supera las 150.000 visitas, interesados en el
patrimonio arqueológico 204. Es un volumen nada desdeñable impensable para una
actividad como la nuestra. Y podemos ir más lejos, sin duda. Hablamos de los re-
positorios que gestionan innumerables trabajos científicos en redes como Academia.
com, interconectando a colegas y profesionales, o los que se están desarrollando con
enorme éxito desde las universidades de Alicante (RUA) y Valencia (RODERIC),
que ponen al alcance del profesional un fondo que le permite estar al día de lo que la
investigación va ofreciendo. En este sentido, toda ayuda es poca y el reciente acuerdo
de publicación digital de los resúmenes anuales de las actuaciones de la provincia que
venían siendo editados en CD-Rom 205, a partir de ahora serán colgados de la web de
Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) 206 lo que permitirá, al menos, que cierta
información resumida llegue al interesado y sea utilizable.
Aún queda mucho por hacer. Con la enorme información de que disponemos
no hemos hecho nada más que recorrer la mitad del camino. No hemos pretendido en
ningún momento ni mostrar nuevas herramientas ni sugerir novedosos procedimientos
metodológicos, sino sólo señalar algunas de las trabas que a nuestro juicio continúan
lastrando el desarrollo de las investigaciones. Aún existe un buen trecho. Es importante
manifestar nuestra convicción en que la superación de esta década prodigiosa de in-
tervenciones, tornada en una etapa de documentación almacenada, radica en nuestro
reencuentro con la práctica arqueológica desde las bases metodológicas y técnicas que
nos definen, singularizan y forman parte de nuestra teoría arqueológica. Por eso hago
aquí mías unas palabras de Sonia Gutiérrez que creo muy acertadas al expresar que
«…será necesario hacer una deconstrucción de esa arqueología que ha llenado los
museos de depósitos mudos, descontextualizados e históricamente ingrávidos, y que ha
producido además el indeseable efecto colateral de reforzar las posiciones recalcitrantes
de los historiadores académicos, que cuestionan la utilidad de la arqueología y desprecian
una actividad que, en su opinión, no produce resultados históricos cualitativamente
significativos» 207.
Sí que los ofrecen. A los escépticos digámosles que se equivocan. El camino está
marcado. Las posibilidades de investigación que ante el futuro se abren, a pesar de

204
 Se puede seguir el día a día del proyecto en la dirección www.proyectoifach.blogspot.com.es.
205
  Pueden consultarse los resultados de 2000 a 2009 en Actuaciones Arqueológicas en la Provincia
de Alicante. Editado por la Sección de Arqueología del Ilustre Colegio Oficial de Doctores y Licenciados
en Filosofía y Letras y en Ciencias de Alicante. Soporte en CD-ROM.
206
 Se pueden consultar en la dirección http://www.marqalicante.com/all_intarqueologicas.
php?lng=es.
207
  Ver Gutiérrez Lloret, S.: «La Arqueología ensimismada…, p. 115.

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José Luis Menéndez Fueyo

los pesares, son infinitas. Pero si nos apartamos de nuestra esencia, que es sin duda la
investigación, perderemos la orientación y el camino. Sin embargo, aún estamos a la
espera de que se produzca ese cambio sinérgico que realmente nos impulse y nos saque
de este tsunami que va a acabar con la poca actividad existente. Mientras nos llegan
recientes noticias de la supresión de las asignaturas de arqueología en los nuevos planes
de estudio, del aumento de las tasas universitarias, del cierre casi total de la demanda
profesional en las empresas arqueológicas, de la retirada de las subvenciones desde la
Comunidad Autónoma para la realización de actuaciones ordinarias y de la desaparición
de partidas en el Ministerio para proyectos arqueológicos. Éste no parece el camino
por el debemos discurrir para la arqueología del conocimiento histórico, vía que no
pasa de ser quimérica hoy en día, ya que aún seguimos, desgraciadamente, ahogados
en la arqueología de la documentación.

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