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vivido juntas algún momento difícil o algo emocionante. Puede que todas estas
personas crean que serán amigas para siempre, pero sabemos que, si no basan
su amistad en el amor a Jehová, esa amistad se desvanecerá pronto. Jehová es
eterno, existirá para siempre, y todas las amistades que se basan en el amor a él,
también. Igual que hizo con Abrahán y con todos los que considera sus amigos,
Jehová nos da trabajo para hacer. Él espera que, para seguir siendo sus amigos,
hagamos lo que nos pide siguiendo sus instrucciones. Pensemos por un momento
en quienes están dispuestos a ir a lugares donde hay más necesidad. Se ofrecen
de buena gana y obedecen el mandato de Jehová de predicar las buenas noticias
y poner el Reino en primer lugar. Y lo hacen incluso aunque eso requiera muchos
sacrificios. ¡Qué bonito es ver esto! Hace poco, tuve el privilegio de visitar la
sucursal de la India. Estando allí, me contaron detalles sobre algunas campañas
especiales que habían organizado y los resultados que habían obtenido.
Es impresionante ver los esfuerzos que hacen los hermanos para seguir siendo
amigos de Dios y poner el Reino en primer lugar, y cuánto los bendice Jehová por
ello. Veamos, por ejemplo, qué ocurrió hace poco durante una campaña especial.
En ella participaron unos doscientos cincuenta hermanos de Norteamérica y de
Europa occidental. Todos eran de origen indio y se desplazaron para participar en
esta campaña. Y recibieron bastantes bendiciones, bueno, muchas bendiciones.
En un pueblo muy alejado de la congregación, se dirigían varios cursos bíblicos
por teléfono. Gracias a esta campaña especial, se mandaron hermanos a ese
pueblo para que visitaran a los estudiantes y para ver cómo les iba. Bueno,
cuando llegaron, se sorprendieron al ver que en cada una de las casas de los
estudiantes había de quince a veinte personas reunidas que querían escuchar
más acerca de las buenas noticias del Reino. Después, este grupo de hermanos
fue a otro pueblo. Cuando llegaron allí, unas 275 personas les dieron la bienvenida
en la casa de un estudiante de la Biblia. Todos deseaban saber más de la verdad.
Los publicadores los dividieron en grupos de veinte para enseñarles acerca de la
Biblia. Una de esas personas dijo: “Tengo una familiar en otra ciudad. Me gustaría
que la visitaran. Ella es sacerdote”. Cuando los hermanos visitaron a la mujer en
su vivienda, había 70 personas reunidas para escuchar del Reino. Algo parecido
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