LA PERVERSIDAD por el contrario, deben partir de la aceptación
de las diferencias, el respeto por el otro y la
EN LAS
ORGANIZACIONES
Por Ricardo Matamala
Señor
El culto al dinero como única expresión
de la riqueza, la visión de corto plazo
predominante y el ansia de poder, entre
otras cosas, hacen que los esfuerzos por
la productividad, la competitividad y las
utilidades presenten manifestaciones de
perversidad y conductas inmortales en lo
cotidiano.
La ética y la moral en las organizaciones se
han convertido en países como el nuestro en
temas olvidados o de tercera categoría,
mientras que en otras latitudes es materia de
investigación y estudio, al punto que está
incluido en el pensum de muchas
instituciones educativas.
Las organizaciones, como sistemas abiertos
y componentes fundamentales de la
sociedad deben “regirse” por valores
superiores y no por propósitos individuales
para lograr una meta control que regule sus
relaciones con la sociedad. Si entendemos
la ética como algo que emana del propio ser,
de la naturaleza misma, debe alcanzarse
más por adhesión que por imposición
igualmente, la moral vista como la
articulación y cohesión frente a unos valores
compartidos sugiere, más que un
atacamiento de normas, la comunicación de
ideas y el compromiso de conciencia con
unos parámetros de convivencia definidos
por una colectividad.
Los principios y valores de una organización
definen su personalidad y su carácter,
marcan patrones de comportamiento y nos
dicen que no hacer. No buscan la
uniformidad y menos la igualdad alienante
que desconozca la esférica del ser humano,
sana convivencia.
Para no entrar en terreno de los filosófico o
de las definiciones etimológicas, voy a
denominar perversidad a las conductas que
vayan “en contra “de la ética o de la moral
tanto en la ciudad como en el mundo de las
organizaciones.
La perversidad es una de las causas más
comunes de la destrucción social ya que
generan procesos institucionalizados y
aceptados de corrupción y manipulación de
la realidad a través de la palabra,
especialmente cuando hay incongruencia
entre lo que se piensa, lo que se dice y lo
que se hace.
Para contar con un ecosistema social y
sano, es preciso mantener y defender leyes
justas de acuerdo con el contexto histórico y
que se irriguen ampliamente en todos los
componentes de la sociedad. En el saco
particular de las organizaciones
empresariales, en muchas ocasiones siguen
predominando los conceptos de Nicolás de
Maquiavelo, reforzando una extendida
impunidad que atenta contra la construcción
de una realidad más armónica y justa.
Cuando la moral se convierte en algo
relativo, los argumentos auto convincentes, la
complacencia el utilitarismo, la volatilidad de
los líderes y la f alta de integridad, atentan
contra la credibilidad y la legitimidad de los
procesos, de las personas y sus ideas.
Cuando se habla de valores no hay grises:
se es o no se es. Es cuestión de voluntad,
de sentido, de conciencia e incluso de auto
disciplina. No es válido en este contexto
excusarse porque “otros lo hacen “, o seguir
haciendo señalamientos y críticas sin mirar
dentro de la humildad o auto control.
De otra parte, a través del autoritarismo,
producto del abuso del poder, no se puede
seguir sometiendo al ser humano a la
obediencia y el sometimiento, generando
ansiedad, temor y violencia. El autoritarismo
para sustentar la perversión es una práctica
común, especialmente cuando los sistemas,
en ciertos casos están concebidos para
proteger a aquellos que desean abusar de
su posición a cargo.
Es necesario entrar a observar nuestras
actuaciones inspiradas en una nueva nueva
conciencia ética y con una lente limpia que
no distorsione la realidad. Algunos rasgos de
perversidad son:
- Falta de firmeza frente a lo perverso.
- Cerrar los ojos e ignorar, convertir
con la impunidad, mantener actitudes
premisas y aceptar que suceden
cosas fuera de los principios
naturales y universales para
justificar propósitos individuales, son
algunos síntomas de recobramiento
de la moral
- Hipocresía, contradicción, mentiras,
dobles discursos y engaño
permanentes que impiden que existía
credibilidad y solo permiten un
espacio de descontento y critica de
aquellos que no se resignan a vivir
en el mundo donde no prime la
honestidad.
Cuando la moral se convierte en
algo relativo, los argumentos auto
convenientes, la complacencia, el
utilitarismo, la volatilidad de los
líderes y la falta de integridad,
atentan contra la credibilidad y la
legitimidad de los procesos, de
las personas y sus ideas.
- Caer en círculos viciosos en los
que, a través de un proceso de
autoconocimiento, lo moral y
perverso termina convirtiéndose en
algo normal. Un detonante común de
esta situación es el egoísmo y el
sectarismo que a -menudo crea una
sensación de auto justificación.
- La intencionalidad en la acción
inmoral que desconoce el perjuicio
que puede causarse y presenta
acciones discriminatorias y mal
intencionadas. El no medir las
consecuencias de los actos, o peor
aún el actuar a sabiendas de que
existirán repercusiones negativas es,
sin duda, uno de los más malignos
rasgos de perversidad
- El cinismo y la facilidad para ser
incongruente y acomodar la realidad
a la conveniencia, es común a
personas con ansia de poder, que
antepone
n sus deseos e intención al bien
común.
-Mantener una burocracia en las
instituciones para “normalizar “la
perversión en un mundo de leyes,
reglas y procedimientos, a sabiendas
de que cada ley, por lo general, crea
un ilegal.
-Utilizar a los otros y la buena fe del
prójimo para mantener su propio
mundo, e incluso esta dispuesto a
dividir “comprar” conciencias o
manipular para alcanzar lo que
nunca pudo merecerse.

MEJORAMIENTO DEL MUNDO DE
LAS ORGANIZACIONES
Si bien la perversidad puede ser el
tema más importante hoy en día en
lo social y en lo político, quiero
plantear algunas inquietudes
relacionadas con la realidad de las
empresas.
- ¿Cuáles son sus valores y el grado
de consecuencia de su vida y sus
decisiones con ellos?
Rta: Los valores en una organización
son importantes pues ya que hay se
definen varias cosas como la
personalidad y la meta a la que se
desea llegar, pero sin embargo las
personas ya no ven los valores como
una prioridad.
- ¿Qué tanta miente, manipula o
calumnia para defender sus intereses
personales o de la organización?
- ¿Cómo maneja sus políticas
contables y fiscales?
- ¿Qué opina de las estrategias de
publicidad, promoción y precio?
¿Cómo son sus relaciones con la
competencia?
- ¿Cómo es su influencia en lo
político y en lo social? ¿Ha
sobornado, especulado o buscado
beneficios por fuera de lo ético y lo
moral?
- ¿Busca permanente mente o
legítimamente la eficiencia y eficacia
para mejorar la calidad de la vida de
la sociedad?
Debemos hacernos estas y otras
preguntas a menudo, para asegurar
que estamos ejerciendo su liderazgo
inspirados en principios que
contribuyen con una sociedad más
justa y proveedora de opciones para
vivir.

Rta: Pensamos que para manipular a

alguien o mentirle a alguien no está
bien así sea para el beneficio de una
organización.

- ¿Cuál es su concepto acerca del

ser humano? ¿qué espacios de
desarrollo humano hay en su
organización? ¿son justas las
políticas de evaluación y
comprensión?

Rta:

- ¿Cómo es su relación con los

clientes? ¿Les dice la verdad? ¿Qué
ase para atraerlos y mantenerlos?

- ¿Cuáles son las especificaciones

de sus productos o servicios? ¿Cómo
maneja las garantías? ¿Cumple lo
que ofrece?

- ¿Cuál es su relación con el medio

ambiente? ¿Es consciente de su
participación con el sistema?