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El relato de las diez vírgenes ha sido objeto de las más diversas interpretaciones.
Jeremías cree que entronca originariamente con el Jesús histórico. Bornkamm lo
considera una formulación de la Iglesia primitiva. Dodd le concede categoría de
parábola. Bultmann, la de alegoría. Pero incluso los que comparten esta última
evaluación, difieren profundamente entre sí a la hora de concretar la interpretación de
tal alegoría. Según Strobel, no se pueden descifrar los secretos de este pasaje hasta que
lo situamos en la noche de Pascua. En cambio, para Ford, las diez vírgenes simbolizan a
los maestros judíos, y gran harte de la alegoría va dirigida contra la hipocresía de los
mismos.
¿Cómo evaluar este amplio abanico de opiniones, y cómo sacar provecho de ellas vara
adelantar algo en la interpretación? Hemos buscado una metodología suficientemente
precisa para que el crítico, al descubrir un error, pueda determinar exactamente en qué
etapa del proceso fue cometido, sin que por ello tenga que rechazar la interpretación
como un todo. Seguimos a Quentin Quesnell, ' aplicando a Mateo el método de estudio
crítico de la redacción que él ha realizado sobre Marcos. Su propuesta consiste
básicamente en que se empiece tratando de interpretar el texto dentro del círculo más
reducido, es decir, el mismo pasaje; luego, entrar gradualmente en círculos más amplios
hasta la totalidad del NT; y, solamente cuando esto se hace necesario, pasar a textos
paralelos fuera del NT.
En el caso de Mt 25, 1-13, si se quiere entender toda la narración hay que clarificar los
elementos siguientes: 1) vírgenes, 2) lámparas, 3) al encuentro del novio, 4) necias, 5)
prudentes, 6) aceite, 7) tardanza del novio, 8) adormilarse y dormir, 9) grito a
medianoche, 10) despertar (egéiró), 11) arreglar las lámparas, 12) fiesta de bodas, 13)
cerrarse la puerta, 14) Señor, Señor, ábrenos, 15) no os conozco, 16) velad.
KARL PAUL DONFRIED
I. EL PASAJE EN SÍ MISMO
El hecho de que el lenguaje simbólico del pasaje no nos permita descubrir el sentido o
la intención del mismo, y que sus elementos no encajen entre sí, sino que obliguen a
suponer un esquema teológico exterior, nos lleva ya a considerar como más probable la
opinión de que se trata de una "alegoría".
En todo este quinto discurso, dentro del cual se encuentra el pasaje que estudiamos, se
pone de relieve la importancia esencial del "practicar", "guardar", lo que ha mandado
Jesús. Tanto el comienzo como la conclusión (Mt 23, 3-4; 25, 4546) acentúan este
motivo de que solamente quien realiza las acciones propias de la vida cristiana (y el
discurso especifica cuáles) será hallado aceptable en el juicio final.
La separación escatológica
La tardanza de la parusía
Otro tema de la alegoría de las vírgenes que abunda en este quinto discurso es el de la
venida del Señor y el juicio escatológico (cfr Mt 24, 30-31. 36-37. 5051; 25, 19-21. 31-
33). Mateo procura dar una respuesta al hecho de que la venida se postergue (24, 34.48;
25, 5). Y se preocupa sobre todo de urgir a los cristianos de su comunidad a que no
abandonen la realización de buenas obras. Por eso advierte que "la caridad de la
mayoría se enfriará" y que "quien persevere hasta el fin (en la realización del amor) ése
se salvará" (Mt 24, 12-13).
Mateo trata del retraso de la parusía desde dos ángulos distintos por lo menos: hay que
estar alerta, porque el fin puede llegar en cualquier momento; y hay que estar
preparados, pues el hecho de que uno pueda morir antes de que llegue el fin, no es
excusa para no realizar las acciones debidas. El objetivo de Mateo en la alegoría de las
diez vírgenes podría consistir en ofrecer una narración ilustrativa de este segundo
enfoque- del tema del retraso de la parusía. En tal caso, habría que equiparar el "dormir"
con "morir antes de la parusía", como veremos en las próximas etapas del presente
estudio.
Dada nuestra interpretación de las intenciones del quinto discurso, podemos ahora
apuntar la sugerencia de que el "aceite" se tome como un símbolo de las "buenas
acciones".
KARL PAUL DONFRIED
Hay una relación muy estrecha entre el quinto y el primer discurso de Mateo. Ambos se
interesan especialmente por lo ético y lo escatológico. Esto nos da pie para ver si
podemos confirmar y profundizar nuestra interpretación preliminar, a la luz del sermón
de la montaña.
"Necias y prudentes"
El fragmento Mt 7, 2427 está tomado de la fuente común Q. Igual que Lc 6, 47-49, trata
de la edificación sobre arena o sobre roca. Comparando ambos pasajes es fácil descubrir
los elementos redaccionales propios y exclusivos de Mateo. Entre ellos destacan las
palabras "prudente" y "necio", exactamente los mismos términos griegos que aparecen -
en Mt 25, 2ss. ¿El hombre necio que edificó sobre arena no es otro ejemplo de la falsa
piedad, que no será aceptable al fin de los tiempos? Escuchó las palabras de Jesús y no
las puso en práctica. Igual que el árbol que no da fruto (7, 17-19) e la persona que dice
"Señor, Señor" (7, 21 y 25, 11).
"No os conozco"
Tanto en Mt 25, como en Mt 7, los rechazados acuden con ciertas credenc iales: las
vírgenes necias tenían algo de aceite; v los que decían "Señor, Señor" alegaban
profecías y milagros en su nombre (7, 21-22). Hay que constatar que no son rechazados
porque estas acciones sean malas, sino porque no son adecuadas, no están a la altura.
Solamente "el que hace la voluntad de mi Padre" entrará en el reino.
dureza la falsa piedad representada por los fariseos, porque ellos "predican y no hacen"
(23, 3.13).
"Lámparas y aceite"
Si bien no hay otra alusión al aceite, se encuentran en Mateo varias alusiones a las
lámparas y a la luz, bastante significativas en el sentido de que se acomodan a nuestra
opinión de que "aceite" en Mt 25 no se refiere a otra cosa que a las "buenas acciones",
es decir, a hacer la voluntad del Padre. Entre tales alusiones, ocupan un lugar destacado
las de Mt 5, 14-16: "luz", "lámpara" y los verbos "alumbrar" y "brillar" (en Qriego
relacionados etimológicamente con "lámpara").
¿Por qué "se enciende una lámpara"? Para que nuestras buenas obras glorifiquen al
Padre. Si no es así, si nuestra iusticia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no
entraremos en el reino de los cielos (5, 20). Igualmente las diez vírgenes encendieron
sus lámparas ante el esposo pero, en el caso de las cinco necias, su aceite (sus buenas
obras) no era suficiente.
En- Mt 9, 15 tenemos no sólo una relación de los invitados con el novio, sino también
una identificación explícita de Jesús como el novio.
En Mt 22, 1-14 se nos presenta con detalles el tema de la fiesta de bodas. Una vez más,
este fragmento de la fuente O es retocado por la redacción de Mateo, sobre todo en los
vv 11-14. En la fiesta de bodas entró uno que no debía entrar. El punto central está en
que no tenía "traje de boda". Por consiguiente, fue arrojado a las tinieblas exteriores.
Nuevamente se sirve Mateo del lenguaje simbólico para representar los haberes
adecuados que se necesitan para ser admitido en el reino de los cielos. Como concluye
correctamente Stendahl de su estudio de Apoc 19, 8, la ropa de boda en Mateo
"simboliza la calidad ética que se espera en la Iglesia".
Del mismo modo que Mateo representa aquí las "buenas acciones" por un "traje de
boda", las puede representar como aceite en 25, 3ss; y es interesante notar que ambos
símbolos se emplean en un contexto de fiesta de bodas.
"Adormilarse y dormir-despertarse"
Ahora bien, en estas cuatro últimas citas, donde Mateo usa el verbo egéirô,
independientemente de sus fuentes, se refiere a una auténtica resurrección de la muerte
física. Es, pues, probable que en 25, 7, pretenda también que sus lectores lo entiendan
así. .
En tal caso, resultaría abrumadoramente probable que, para Mateo, el verbo dormir en
13, 25 y 25, 5, sólo puede significar "morir"; al contrario de Mc 5, 39, donde "dormir"
aparece contrapuesto a "morir". Por tanto, a partir del contexto general del evangelio de
Mateo, es probable que el lenguaje simbólico de Mt 25, 5-7 se refiera a la muerte y
resurrección de las vírgenes. Puede que Mateo esté sugiriendo a su comunidad que,
aunque algunos morirán antes de que llegue la demorada parusía, este factor no debe
servirles de pretexto tara pensar que los criterios definitivos de entrada en el Reino se
han hecho menos rigurosos.
Resumiendo nuestros hallazgos hasta aquí, podemos decir que Mateo compuso la
alegoría de las vírgenes como una advertencia a su comunidad para que no sean
sorprendidos en situación deficiente por falta de provisión de aceite, tal como
entendimos este símbolo.
Para comprender por qué Mateo eligió el término "vírgenes", el contexto general del NT
nos proporciona una gran ayuda. "Os tengo desposados con Cristo, para presentaros
como una virgen casta a su único esposo" (2Co 11, 2). La iglesia de Corinto, como
"virgen", será puesta a prueba sobre "su pura entrega a Cristo", y resultará insuficiente.
Pablo y Mateo se refieren a la escatología. Y es probable que el término "virgen" se
refiera a todos los cristianos en este intervalo anterior al matrimonio que tendrá lugar
cuando Cristo vuelva.
Además, en 1Ts 4, 15-17 Pablo describe el encuentro con el novio en términos muy
semejantes a los de Mateo (p.c. "grito" en Mt 25, 6 y "voz" en 1Ts 4, 16; "a su
encuentro" y "al encuentro del Señor"). Y nos proporciona un nuevo indicio en favor de
la interpretación de que "durmieron" en Mt 25, 5, se refiere con toda probabilidad a los
que murieron (1Ts 4, 14-16).
A lo largo del NT, el término "aceite" se usa en muchos sentidos (simple elemento,
medicamento eficaz, "óleo de alegría"...). Hemos intentado interpretar el "aceite" de las
vírgenes con una razonable seguridad a base de argumentos internos, pero en el sentido
propuesto no se encuentra en ningún otro lugar del NT. Nuestra interpretación será
KARL PAUL DONFRIED
mucho mejor aceptada si podemos descubrir un uso idéntico del término "aceite" en el
ambiente religioso general en que se escribió el evangelio de Mateo.
Una vez establecida esta identificación, se hace mucho más inteligible por qué, las cinco
vírgenes prudentes no prestaron su aceite a las cinco necias: es imposible pasar "buenas
acciones" u "obediencia" de una persona a otra, y es igualmente absurdo adquirir buenas
obras de los vendedores (25, 9).
Conclusión
El hecho de que Mt 25, 1-13 no pudiera ser entendido en sus propios términos favorece
a aquellos especialistas que lo han considerado como una alegoría. Este factor, junto
con otros problemas posteriores, como la tardanza de la parusía, nos sugiere que el
pasaje no entronca con el nivel del Jesús histórico, sino que fue creado por Mateo sobre
la base de ciertas tradiciones que había recibido. Hasta ahora, no obstante, los
especialistas que han considerado correctamente el pasaje como una alegoría,
empezaban su interpretación por nuestra etapa quinta (especialmente Strobel y Ford),
sacando a luz paralelismos con la literatura judía. Nuestro procedimiento en este punto
ha sido radicalmente distinto, pues el paso a la quinta etapa sólo es legítimo cuando se
han trabajado a fondo las cuatro precedentes. Siguiéndolas con cuidado hemos
descubierto el simbolismo del "aceite" (las "buenas acciones" que se siguen de la
obediencia al Padre) como clave interpretativa del pasaje. Y con ello descubrimos no
solamente la intención de Mateo al crear la alegoría de las diez vírgenes, sino también el
hecho de que ésta resume muchos de los aspectos centrales de su teología.