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http://www.infobae.

com/
http://www.educaciencias.gov.ar/
http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL002059.pdf
http://www.fondodeolla.com/nota/la-cocina-de-mayo-de-1810/
https://losandes.com.ar/article/la-comida-en-tiempos-de-colonia-y-revolucion
https://www.chubut.edu.ar/descargas/cpie/recu_aula_n4.pdf
http://www.molinacampos.net/didactico/informacion.php?f=inicio

Informe sobre la comida en la época colonial.

¿Qué comían los habitantes del Virreinato del Río


de la Plata en la época de la Revolución de
Mayo?
Está claro que entonces ya había una fuerte influencia de España que se hacía
sentir en las costumbres gastronómicas de la población. Pero al mismo tiempo,
desde la campiña comenzaba a manifestarse el consumo de carne, proveniente
del ganado cimarrón traído por los conquistadores y que se diseminó a lo largo y a
lo ancho de toda la llanura pampeana.

Las comidas predilectas de la época formaban parte de lo que hoy seguimos


considerando cocina criolla. La sopa de arroz y la de fideos, el asado, el
matambre, el puchero, diversos guisos, las albóndigas, el estofado y los zapallitos
rellenos. El locro, las humitas, y las empanadas también formaban parte del menú
de ese tiempo.Las comidas predilectas de los criollos de la época eran la sopa de
arroz y la de fideos, el asado, el matambre, el puchero, diversos guisos, las
albóndigas, el estofado y los zapallitos rellenos.

La carbonada es otra de las comidas típicas de la época colonial, y está muy


relacionada con la argentinidad. Sin embargo, muy pocos saben que su origen es
belga, y que en aquellas tierras lleva el nombre de carbonnade. Se trata de un
guiso de carne realizado dentro de un gran zapallo, al que se le agrega maíz. En
su país natal, lleva cebolla y cerveza.

La carne era muy económica, ya que lo principal era la industria del cuero que se
exportaba. La carne quedaba casi como desecho.
Sólo se exportaba la carne tratada en los saladeros, llamada tasajo, a Brasil, Cuba
y Estados Unidos. Aquí ese tasajo sólo lo consumían los esclavos.

Manuel Bilbao, escritor argentino, autor del libro “Tradiciones y recuerdos de


Buenos Aires”, relata que a principios del Siglo XIX, más preciso hacia 1800, “el
desayuno general era el mate cocido o con bombilla, acompañándosele a veces de
un buen churrasco. Para el almuerzo, en la mesa se ponían en el centro uno o dos
cántaros de plata, del que se servían la bebida los comensales. Los ingleses
introdujeron la costumbre de poner un vaso o copa en cada asiento, de cambiar
platos a cada plato y de brindar al final”.

Afirma Bilbao que “las comidas de antaño comenzaban generalmente por la sopa
de fideos, de arroz o de pan, a la que se agregaba uno o dos huevos cocidos por
invitado. Seguían el puchero de cola o de pecho, con chorizo, verdura o
garbanzos, acompañado de una salsa de tomate y cebollas; la carbonada, que en
el verano llevaba choclo, peras o duraznos; el quibebe, que era zapallo
machacado, al que a veces se le agregaban papas, repollo y arroz; el sábalo de río
frito o guisado; las empanadas y pasteles de fuente, con carne o pichones; la
humita en chala y el pastel de choclo, el asado de vaca a la parrilla; la pierna de
carnero mechada; el pavo relleno, engordado en la huerta de la casa, que se
mandaba asar en la panadería próxima; las albóndigas de carne con arroz; el
locro, las ensaladas de verdura, etcétera”.

Las bebidas sin alcohol más populares eran el mate, el chocolate y el café. El
chocolate era caro. En las reuniones de clase alta, servir chocolate era una
muestra de estatus. En todas las clases sociales
se tomaba mate.
Entre las bebidas alcohólicas se encontraban el vino (producido en San Juan,
Mendoza, La Rioja, Tucumán, Córdoba y Salta), el aguardiente (bebido por las
clases bajas) y la cerveza que no se fabricaba en el país, pero, en cambio, se
importaba de Norte América u otros lugares.

La bebida más tradicional de esa época era la chicha, considerado la bebida de los
dioses indígenas. Los indios preparaban dos variedades: una fermentada y otra sin
fermentar. La base de su preparación era el maíz. La que no era fermentada era
un refresco que debía consumirse al poco tiempo de ser elaborado.

Otras bebidas consumidas en los tiempos del Virreinato eran la aloja, que era una
especie de cerveza de algarroba blanca, y el guarapo que se hacía a base de
fermentar miel y agua.

Para endulzar los postres y bebidas utilizaban especialmente la miel, en lugar del
azúcar. El pan era generalmente de maíz.

Un documento rescatado del Cabildo, fechado el 29 de mayo, da cuenta de que los


cabildantes comieron chocolate y bizcochos, además de beber vino “generoso” y
de Málaga.

¿Cómo se comía?
Las personas que vivían en esta época, no comían todas de la misma manera.
Muchas comían con las manos o con cucharas. Por ejemplo, en los ranchos de las
afueras de la ciudad, casi no había tenedores. Se usaban más las cucharas y los
cuchillos y uno o dos vasos que se compartían. Algunos vasos se hacían con
cuernos de animales.

Como señala Daniel Balmaceda en “La comida en la historia argentina” de Editorial


Sudamericana, Buenos Aires estaba acostumbrada a la escasez de vajilla, en la
mesa circulaban uno o 2 vasos que eran compartidos por toda la familia.
Costumbre que empezó a abandonarse luego de las invasiones inglesas cuando
los criollos notaron que los de aquellos lares usaban cada uno su vaso o copa, que
además les permitía realizar una celebración novedosa por estos pagos: el brindis.

En muchos casas, había pocos muebles y no era costumbre sentarse alrededor de


una mesa para comer. Las familias comían sentadas en el suelo o en cráneos de
vaca que usaban como asiento.
A veces los gauchos cocinaban y comían al aire libre.

Como en los ranchos no había cocinas, el fuego o fogón se hacía en el piso de la


casa o afuera.
También, era común asar la carne poniéndola en forma vertical al fuego, una
costumbre que se sigue usando en el campo.
"El asado", de Ignacio Manzoni

Sólo las familias muy adineradas tenían en sus casas un ambiente para la cocina.
Allí trabajaban los esclavos en la preparación de los alimentos y también comían.
Los dueños de casa lo hacían en otra habitación que se usaba como comedor.

Se usaban ollas de tres patas para hacer guisos y pucheros. También, se hervían
carnes de distinto tipo o se asaban a las brasas.

¡Los criollos eran dulceros!


Entre los sabores dulces que adoraban pobres y ricos, estaba la natilla a base de
leche, huevo y azúcar o miel, los alfeñiques o rosquitas de azúcar -que era pasta
de azúcar cocida y estirada en barras muy delgadas y retorcidas-, el arroz con
leche, los bocaditos de papa, los pastelitos de membrillo, los buñuelos, el dulce de
leche, la miel, las frutas, morían en Buenos Aires por los duraznos, mientras que
en Mendoza, los secaban convirtiéndolos en orejones, para disfrutarlos también en
invierno, un dulce muy codiciado.

En el libro de Balmaceda “La comida en la historia argentina” se hace referencia a


cierto alemán que quedó sorprendido por la cantidad de pimentón que se
consumía en estas tierras, pero en especial hablaba de un manjar dulce: el
rosquete “golosina típica de otrora hecha a base de harina de maíz, huevos, grasa,
azúcar, clavo de olor y canela. Primeramente se hervían en aceite y luego se
secaban al horno. Una vez retiradas, acostumbraban en algunas partes pasarle
por su parte superior una delicada capa de merengue, que las tornaba muy
apetecibles” describía el viajero.

También era infaltable la famosa mazmorra que vendedores ambulantes solían


ofrecer por las calles.
Vendían la mazamorra en pequeños jarros de lata. Mientras
las mazamorreras caminaban, cantando su pregón, le leche se sacudía. ¡Parece
que esto le daba a la mazamorra un sabor riquísimo!

MAZAMORRA DORADA,
PARA LA NIÑA MIMADA,
MAZAMORRA CALIENTE,
PARA LA ABUELA SIN DIENTES.

MAZAMORRA ESPESA,
PARA LA MESA,

MAZAMORRA COCIDA,
PARA LA MESA TENDIDA.

UNA RECETA DE MAZAMORRA

INGREDIENTES

1 taza y media de maíz blanco pisado o partido


2 tazas de leche
6 cucharadas de azúcar
1 cucharada de miel
4 tazas de agua

PASO A PASO
1. En una cacerola sumerjan el maíz pisado en agua y déjenlo toda una noche.
2. Al otro día coloquen esa cacerola a fuego lento y cocínenla durante una hora.
Pidan ayuda a una persona mayor.
3. Agréguenle la leche y el azúcar.
4. Revuelvan con cuchara de madera durante media hora más.
5. Dejen que se enfríe y agréguenle, mientras revuelven, una cucharada de miel.

En distintas provincias argentinas le suelen agregar o sacar ingredientes:


- Algunos le ponen sal.
- Otros le agregan canela, como al arroz con leche.
- Otros no le agregan miel. Entonces la mazamorra es menos dulce.
Incluso en algunas provincias el api* no se hace con maíz sino con zapallo.
*Api significa que algo se tritura, se ablanda y se espesa.
➽Más recetas coloniales aquí

El comercio en la época colonial. Recursos para el aula

Vidal Emeric Essex. (1817) Señora en el Mercado. Acuarela.

*Entrada actualizada

En la época colonial la gente compraba sus mercaderías en los comercios que


estaban alrededor de la plaza mayor como las tiendas, las panaderías y los
almacenes.
También compraban alimentos que se producían en el virreinato, y se vendían en
el mercado de la plaza, al aire libre.

El mercado, ubicado en la Recoleta, ocupaba un


espacio cuadrangular con pequeños locales alineados uno al lado del otro, en
donde se establecían los vendedores de frutas, carnes y verduras. Allí, se podía
encontrar pescado de buena calidad y a bajos precios, legumbres, batatas,
calabazas, perdices y todo tipo de frutas, melones, duraznos, uvas, higos. La carne
vacuna era traída desde los mataderos, que se encontraban en las cercanías de la
ciudad, diariamente por los carniceros para ser vendida en trozos.

Plaza del Mercado. E. E. Vidal

Algunos productos llegaban en barco desde muy lejos. Por


eso eran caros: licores, muebles, abanicos, platos, copas de cristal, cubiertos,
armas para la guerra, telas, vestidos, tabaco, azúcar, café, chocolate.

¿Sabías que en el Buenos Aires colonial ya existía el "delivery"?


En la ciudad había fondas, que eran lugares en los que se servía comida ya
preparada. Estos negocios también mandaban la comida a las casas.

También a las afueras de la ciudad se encontraban las pulperías de campo donde


la gente se acercaba para comprar sus provisiones, jugar a las cartas, a la taba,
tomar unos ricos mates o beber aguardiente. Allí también se podía comprar
alimentos, ropas, tejidos y productos hechos en la colonia. Era posible conseguir
objetos europeos comprados de contrabando a algún barco inglés que se
acercaba a la costa.
Isola Albérico. (1844) Pulpería en la Ciudad. Bs. As. Litografía.

Muchas familias de escasos recursos tenían una empresa


familiar que les alcanzaba para cubrir sus necesidades básicas,
Algunas confeccionaban cigarros, tejidos y comidas típicas que vendían por las
calles de la ciudad.

Las panaderías:
En 1810, había más de 40 panaderías en Buenos Aires.Vendían pan y bizcochos
en el negocio y también casa por casa. Como muchos panaderos no cumplían con
las normas sobre el peso del pan, el Cabildo le puso un número a cada panadería
y obligó a marcar con ese número cada pan. Así, cuando, controlaban la calidad
de un pan (que estuviera limpio y que pesara lo que debía), sabían qué panadero
lo había hecho.
Panadero de la
calle San Martín. J. L. Pallière

Con qué se pagaban los productos:


A principios de 1800, se pagaba con monedas acuñadas en la Casa de la Moneda
de Potosí. Cuando el volumen de monedas resultó insuficiente, se acudió a otros
modos de intercambio: uno de ellos era el trueque. Algunos pulperos utilizaban
trozos de plomo, madera u hojalata para dar vueltos pequeños.

Los vendedores ambulantes:


Foto tomada en réplica del
Cabildo,Ciudad de la Punta,San Luis.

En la colonia desde muy temprano se podían escuchar a


los vendedores ambulantes que recorrían la ciudad ofreciendo sus productos:
velas, escobas, agua, leche, plumeros, etc. Además de ir y venir por
las callecitas de tierra por la mañana temprano se establecían en la Recova de la
Plaza Mayor.

El comercio ambulante estaba mayormente a cargo de la población de origen


africano, que al ser esclavos eran obligados a trabajar y rendir toda la
recaudación a sus amos . En el caso de los libertos, que podían tener tiempo
libre después de servirle el almuerzo al amo, podían ejercer alguna actividad
callejera, de la cual debían darle la mitad al amo ya que, en calidad de liberto, éste
"gastataba" dinero en albergarlo.

Cada vendedor ambulante tenía su pregón anunciando sus productos.

https://www.youtube.com/watch?v=yRrHzT9ct7A

Pregones Canciones para el Jardín.Vol 1.


Ya se acercan tamboriles
y los negros a bailar.

Vendo velas y velitas

para alumbrar la casita

vendo velas y velones

para alumbrar los balcones:

Estribillo
Vendo yo, vendo yo
todo lo que necesita
llámame, siempre voy
por estas callecitas.

Vendo pasteles dorados

para los hombres casados

vendo pasteles caseros

para los hombres solteros.

(Estribillo)

Vendo lechita blanquita

para tomar en tacita

leche recién ordeñada

para tomar de mañana.

(Estribillo)

Vendo plumero y escoba


para que limpie señora

plumero y plumerito

para limpiar mueblecitos

(Estribillo)

Vendo empanadas sabrosas

para las niñas hermosas

vendo empanadas muy ricas

para las niñas bonitas.

(Estribillo)

Vendo agüita fresquita

pa' refrescar su boquita

vendo acelga y lechuga

mire que linda verdura.

(Estribillo)

Voy caminando al río

para lavar la ropita

yo voy a lavar la mía

para que quede blanquita.

(Estribillo)

Voy a pasear a la plaza

con vestido y peinetón


la acompaño señorita

con mi traje y mi bastón.

(Estribillo)

Las doce han dado y sereno


nos vamos a descansar.

LOS AGUATEROS: vendían a domicilio el agua que tomaban directamente del


Río de la Plata. Para transportarla, utilizaban un gran tonel montado en un
rudimentario carro tirado por bueyes o caballos. El agua se vendía por "canecas,
medidas de madera que contenían unos veinte litros; estos recipientes fueron
luego sustituidos por latas.

Foto tomada en réplica del


Cabildo,Ciudad de la Punta,San Luis.

El primer aljibe de la ciudad fue construido en la casa de la


familia Basavilbaso quienes eran envidiados por sus vecinos ya que ellos tenían
agua fresca en cualquier momento del día, muy pocas casas tenían aljibe porque
la construcción de este era muy costosa. Tampoco se podía beber el agua de los
pozos porque era salobre.

A pesar que el aguatero cargaba las cisternas en las orillas del río, el agua no era
cristalina y necesitaba estar en reposo por veinticuatro horas para poder ser
bebida. Para purificar más rápido el agua se solía poner un pedazo de carbón en
las tinajas.

Tan dulce como el rocío

le traigo el agua señor

un pedacito de rio

y aquí ando con mi pregón:

Agua, agüita fresquita

para la niña bonita

Agua agüita y cariño

para que bañe a su niño.

Tan fresca como las rosas

le traigo el agua yo a usted

para que lave la loza

para que calme su sed

Agua, agüita fresquita

para la niña bonita

Agua agüita y cariño


para que bañe a su niño.

LOS LECHEROS: generalmente eran niños o jóvenes hijos de los chacareros de


los alrededores. Iban a caballo y llevaban la leche en recipientes de barro, de
estaño o de hojalata, colocados dentro de bolsas de cuero, que colgaban a uno y
otro lado de la cabalgadura.

EL PASTELERO: Eran generalmente negros o mulatos. Llevaban colgada del


cuello una bandeja de madera con su mercancía (tortas, pasteles y otras
golosinas). Algunos estacionaban en lugares fijos y apoyaban la bandeja sobre un
caballete; otros solían ambular por las calles, anunciando su presencia con un
toque de silbato.
Foto tomada en réplica del
Cabildo,Ciudad de la Punta,San Luis.

EL VENDEDOR DE VELAS: Llevaba sobre el hombro un palo largo o caña, de


cuyos extremos colgaban las velas por el pabilo.

LAS MAZAMORRERAS: Vendían la mazamorra en pequeños jarros de lata.


Mientras las mazamorreras caminaban, cantando su pregón, le leche se sacudía
¡Parece que esto le daba a la mazamorra un sabor riquísimo!

Foto tomada en réplica del


Cabildo,Ciudad de la Punta,San Luis.

También recorrían las calles las lavanderas negras o mulatas que iban hacia la
playa llevando la ropa, el jabón y la tabla para refregar en
enormes fuentones sobre sus cabezas y en una de sus manos la pava para
calentar el agua para el mate.
Foto tomada en réplica del
Cabildo,Ciudad de la Punta,San Luis.

A la ropa, ropa lavo

del señor y de la amita

la mojo en agua del río

y la saco bien limpita.

PROPUESTAS PARA EL AULA

- Luego de investigar cómo era el comercio en la


época colonial a través de breves textos y lectura de imágenes formular preguntas
a los niños para comparar con los

negocios de la actualidad.
-Realizar un cuadro ( pueden utilizarse dibujos, recortes de revistas o impresiones
de imágenes sacadas de la web) en una columna se colocarán las formas de
vender durante la colonia y, en otra, las formas actuales que nombran los niños.

-Comentar entre todos los cambios y permanencias entre las formas de comprar y
vender.

-Leer el texto sobre las panaderías de la época y luego proponer a los niños jugar
a la panadería:

 Con masa de sal, los chicos hacen panes y les ponen un número.
 Fotocopiar las monedas que aparecen en esta publicación, pegarlas en
cartulina y recortarlas.
 Con ellas y los panes pueden jugar a comprar y vender e inventar diálogos
entre el panadero y un cliente o el funcionario del Cabildo que revisa el pan.

En Liliana Lois diseños podrán bajar dibujos hermosos de vendedores con sus
pregones, listos para imprimir y colorear .
EL ACTO ESCOLAR

Dramatizar algunos aspectos investigados sobre el


comercio en Buenos Aires colonial . Para esto, se pueden generar dos
espacios: la panadería y la plaza.

Los niños se visten según el papel que se les asigne o


usan algún detalle o accesorio que los identifique.

ESCENA 1:

EN LA PANADERÍA Nº 13, DE EUSTAQUIO SÁNCHEZ

El panadero se queja con una clienta por los controles que


hace el Cabildo a su mercadería, dice que el número que le dieron trae mala
suerte.

Elementos necesarios: Un cartel en el que diga:


“Panadería Nº13”. Una mesa para amasar, escobas, tarros, palos de amasar, los
panes realizados previamente en clase.

ESCENA 2:

EN EL MERCADO DE LA PLAZA DE LA VICTORIA

Muchos vendedores, de pescado, de fruta, de pan y de


leche, anuncian sus productos. Los clientes compran la mercadería, preguntan si
el pescado es fresco, se fijan si el pan tiene el número. Dos clientes pueden
comentar que se reunió el Cabildo porque se enteraron de que el Rey de España
estaba preso y nombraron una Junta de gobierno.

Elementos necesarios: Bolsas, pescados de utilería,


canastas, frutas, monedas de utilería.
ESCENA 3

Pasan los vendedores ambulantes en el orden que indica


la canción de fondo "Pregones" y se ubican alrededor de "la plaza".

Fuentes:http://www.elhistoriador.com.ar/
http://tintafresca.com.ar/proyecto1_1c.pdf
http://www.educacioninicial.com/

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PALABRAS ALUSIVAS

Los juegos en el Buenos Aires colonial


Durante la época colonial, en Buenos Aires, se realizaban multitud de juegos y
pasatiempos muchos de los cuales diferían según el grupo social que los
practicaba.

Desde 1811 se celebraron en Buenos Aires las "fiestas mayas",


en conmemoración de la Revolución de 1810. La gente de la ciudad se reunía en
la Plaza Mayor, donde se realizaban distintos juegos. Se instalaban varios "palos
enjabonados" que en la punta tenían premios: chales, bolsas con dinero, relojes.
Los jóvenes que se arriesgaban a subir obtenían uno de los premios si lograban
llegar al extremo del palo.
Fiestas Mayas- Pellegrini

Otro de los juegos que se desarrollaba


era "el rompecabezas". Consistía en una estaca o barra de equilibrio ubicada en
altura sobre dos pivotes. Quien lograba caminar por la barra sin caerse recibía
como premio una moneda.

Por la noche se escuchaba música, se bailaba y se disfrutaba de los


fuegos artificiales.

Fuera de estos festejos especiales un pasatiempo que contaba con numerosos


partidarios, era el dominó, un sencillo juego de origen presumiblemente oriental
que habían puesto de moda los italianos en el siglo XVIII. Se jugaba, como en la
actualidad, con 28 fichas rectangulares, fabricadas en hueso o marfil y punteadas
desde el "doble cero" hasta el "doble seis".

También se practicaba, entre adultos, el juego de la oca, descendiente de los

"jardines de la oca" del medioevo alemán. Como en los juegos modernos se


trataba de un tablero de cartón con una espiral de 63 casillas, con figuras pintadas,
y para practicarlo se empleaban dos dados y unas pequeñas piezas de plomo
que representaban a las "ocas" de cada jugador.
La ruleta y los juegos de azar tenían su sede en la casa de Martín Echarte una
especie de casino colonial donde también se jugaba a las damas y al ajedrez y
por supuesto se hablaba de política.

Convocaban por igual a ricos y pobres las corridas de toros. En 1791 el virrey
Arredondo inauguró la pequeña plaza de toros de Monserrat (ubicada en la actual
manzana de 9 de julio y Belgrano) con una capacidad para unas dos mil personas.
Pero fue quedando chica, así que fue demolida y se construyó una nueva plaza
para 10.000 personas en el Retiro en la que alguna vez supo torear don Juan
Lavalle.
La última corrida que vio la ciudad de Buenos Aires se llevó a cabo el 20 de enero
de 1819.Al día siguiente, fue mandado demoler por Juan Martín de Pueyrredón,
entonces Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Corridas de toros·1780.Aguafuerte
Al igual que las primitivas corridas de toros, las riñas de
gallos eran puestas en práctica por los sectores populares . Ambas tradiciones
eran provenientes de la España conquistadora.

“Riña de gallos”, litografía de Juan León Palliere.

En las afueras de la ciudad se corrían carreras de sortijas, los protagonistas


pertenecían a otro grupo social: los gauchos.
Los gauchos se dedicaban a las tareas del campo, muchas
de ellas vinculadas con la ganadería, requerían del uso del caballo, en el que los
gauchos eran muy diestros. Esta habilidad era demostrada en algunos juegos en
los que se utilizaba el caballo: las carreras, las carreras de sortijas, el pato.

El juego del pato.


Florencio Molina Campos

Reunidos en las pulperías, lugar de encuentro de la gente del campo, tocaban la


guitarra y jugaban juegos de naipes que habían sido introducidos por los
españoles: el tutte de codillo, el tutte de remate, el monte, la clavada.

Partida de truco Florencio Molina Campos

Con el cubilete y los dados se practicaban diferentes juegos de azar


naturalmente prohibidos por las autoridades.

Se apostaba también a la perinola, que era un pequeño trompo de cuatro caras


marcadas con las letras S (saca), P (pone), D (deja) y T (todo), que indicaban la
actitud que debían seguir los apostadores con respecto a lo "envitado"; a la
mosqueta, con el concurso de las clásicas medias cáscaras de nuez;
a la corregüela, que según el Diccionario de la Academia es un "juego de
muchachos que se hace con una correa con las dos puntas cosidas. El que tiene la
correa la presenta doblada con varios pliegues, y otro mete dentro de ellos
un palito; si al soltar (o retirar) la correa resulta el palito dentro de ella, gana el que
lo puso, y si cae fuera, gana el otro, etcétera.

Los indígenas de nuestro país practicaban gran cantidad


de juegos de carácter deportivo. A diferencia de lo que ocurría en otros grupos
sociales, las mujeres tenían un rol protagónico en estas actividades.

Las distintas comunidades originarias realizaban diferentes juegos: carreras a pie


y a caballo, carreras con salto, diversos juegos de pelota donde se realizaban
los pases con la cabeza y el empeine o las manos, según el juego.

El juego de la "chueca", antecesor indígena del hockey se jugó en casi todo el


territorio argentino. Los mapuches lo llamaban "uiñu" o " palín", los tobas:"tol",
los pilagá: "elemrak" y los mocobíes lo llamaban "leremá".
Los adultos varones y, en algunas comunidades los niños, jugaban este juego. El
número de jugadores y las dimensiones del campo de juego variaban según los
distintos pueblos. Se alentaba a los equipos con cánticos y el vencedor ganaba
además un premio, muchas veces se apostaba un caballo, que era un bien muy
preciado.
Para vencer era necesario lograr una diferencia de 4 tantos, por lo que algunas
veces los partidos se extendían durante varios días.
Estos juegos servían para dirimir conflictos y para tomar decisiones, ya que se
creía que la suerte del equipo era determinada por los dioses. En ocasiones para
zanjar alguna diferencia entre tribus se jugaba un partido de "chueca", el vencedor
obtenía el derecho a decidir sobre la cuestión en disputa.

El candombe era la diversión más difundida del grupo de los esclavos, de raza
negra. En esta danza, acompañada por el tamboril, "los negros" realizaban una
pantomima de la coronación de reyes congos.

El candombe

Pedro Fígari

Luego se incorporaron elementos de la cultura hispana, representando en


el candombe, varios personajes: "el gramillero", brujo o curandero de la tribu
africana, que cura con yuyos o gramillas; la mama vieja, que imita a su "ama"
vistiéndose con las ropas de la señora, lleva una sombrilla y un abanico;
el lubolo representado por un blanco que se pinta de negro para participar en la
comparsa; el escobero o bastonero, que mandaba la ronda golpeando en el piso,
realizaba maravillosas destrezas.

En los tiempos coloniales los niños, sobre todo si eran pobres, empezaban a
trabajar desde muy chicos. La infancia duraba muy poco tiempo. A los 8 o 9 años
era común que empezaran a ayudar a sus padres en los trabajos.

Los chicos practicaban muchos juegos que hoy todavía se conocen. Adivinanzas
y juegos de prendas. El gran bonete. El veo,veo, juego de naipes y loterías en
los que podía jugar toda la familia se practicaban en tertulias en casa de familia.
El "gallito ciego" era un juego familiar. Participaban adultos y niños.

"El gallo o gallinita ciega, es un juego de dispersión


universal.... por lo general los que participan no menos de seis, uno de los cuales
hace de gallinita ciega, se le vendan los ojos, se le dan unas vueltas en redondo
para desorientado, y el vendado debe tratar de atrapar a uno de los jugadores,
quien para a ocupar su lugar". (Coluccio 1988:222)

El juego en la calle era casi el único privilegio de los niños


varones de clases bajas. Entre los juegos preferidos estaban “las escondidas”,
con muchos más escondites que los de ahora; “los barriletes”, los que eran
fabricados por ellos y remontados en feroces competencias en las que había que
hacer cualquier cosa por ganar. Entre las trampas más usuales estaba la de atarle
un cuchillo a la cola de la cometa para que, al enredarse con los otros, cayera y se
transformara en botín de guerra de quien la atrapara. A este juego lo llamaban “el
corsario o pirata”.
También hacían pozos en las calles que se llenaban de agua cuando llovía y
cazaban a las ranas que se juntaban en ellos.
Se divertían con juguetes comunes como canicas, realizadas por ellos mismos
con las piedras que recogían de la calle.
Los niños de baja clase, con ayuda de sus mamás, realizaban la famosa pelota de
trapo. Unían varios retazos de tela y las cocían rellenándolas con más tela o
algodón. Por otro lado los niños de alta clase las conseguían ya armadas con un
material mucho más resistente, el cuero (todavía no se conocía el fútbol)
Varios meses antes de la revolución de mayo aparecieron los soldaditos de
plomo.

Las nenas no jugaban igual que los varones; además de muñecas que para esa
época eran confeccionadas con cuero o telas, con ojos hechos con botones, solían
jugar en los patios de las casas a los aros, cánticos o bailes, salto de sogas y
rondas... muchas de las cuales son actualmente conocidas: “Arroz con Leche”,
“Mambrú se fue a la guerra”; “Sobre el puente de Avignón” y otras. También
estaban presentes las adivinanzas y la rayuela.
Sólo las niñas de clases más pudientes jugaban con muñecas que eran
exportadas desde España y tenían sus cabezas, manos y piernas mayormente de
porcelana y sus cuerpos de tela rellenos de un delicado algodón.

La farolera.Las esquinitas. A la lata al latero. Las estatuas. El oficio mudo.


Antón pirulero. La rayuela. ¿Lobo está? El patrón de la vereda. La sillita de oro. La
escondida. La payana. Trompos, bolitas y figuritas formaban también parte del
patrimonio lúdico de la infancia conservado como herencia de antiquísimos juegos
europeos.

Podrán ampliar información sobre estos juegos en la sección Juegos


tradicionales de este mismo blog.

Fuentes
http://www.educared.org.ar
http://www.acanomas.com
http://www.molinacampos.net
http://www.elhistoriador.com.ar

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