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Gloria al Padre.
Amen.
Protección De La Casa
Para proteger nuestro hogar existe una sencilla oración, pero antes
hay que imaginarse un círculo grande en la habitación y, tomando una
jarra con agua de lluvia (o mineral, en su defecto), rociar las puertas y
ventanas mientras se dice la siguiente oración:
¡Oh, espíritu del agua, limpia toda la vibración negativa de este sitio y
bendice el hogar con tu calor para que los amigos siempre se reúnan!
¡Oh, espíritu del agua, expulsa todas las sucias energías de este lugar!
¡Oh, espíritu del agua, bendice esta casa con sólidos cimientos,
paredes resistentes y techo para que proteja a todos los que vivimos
dentro!
Capitán de los ejércitos del Señor, defiéndeme de las fuerzas del mal,
y dame fuerza de voluntad para enfrentarme a los desafíos de la vida.
San Juan de Dios, glorioso patrón de los enfermos, que elegiste a los
más necesitados y a los que padecían para darles tu amor, cuidados y
atenciones por ser ellos la representación del Cristo sufriente, y te
esforzaste en hacerles el bien y caridad, en sustentarles, vestir y curar,
recibe a con amor y caridad y pide por el-ella, para que en breve
recupere su energía y vitalidad y sea un niño-a sanísimo-a, alegre y
dichoso-a.
PRIMER DIA
San Expedito reza por mí, yo te suplico no dejes para mañana lo que
puedas hacer hoy, pide al Padre Celestial que tenga piedad de mí. Te
doy por adelantado mis más sinceras gracias, prometo rezarte con
más frecuencia, tener el corazón abierto para quien lo necesite, ser
más firme en la fe y renovar mi confianza en el obrar de Dios. Así sea.
Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
SEGUNDO DÍA
San Expedito reza por mí, yo te suplico no dejes para mañana lo que
puedas hacer hoy, pide al Padre Celestial que tenga piedad de mí.
Te doy por adelantado mis más sinceras gracias, prometo rezarte con
más frecuencia, tener el corazón abierto para quien lo necesite, ser
más firme en la fe y renovar mi confianza en el obrar de Dios. Así sea.
Te doy por adelantado mis más sinceras gracias, prometo rezarte con
más frecuencia, tener el corazón abierto para quien lo necesite, ser
más firme en la fe y renovar mi confianza en el obrar de Dios. Así sea.
Santa Rita gloriosa tu paso por este mundo fue una peregrinación
hacia el Reino de Dios, fue la culminación de una vida de sufrimiento y
de ilimitado gozo en Dios.
Santa Rita, abogada de los casos desesperados, lleva mis ruegos ante
el trono del Altísimo y media ante Él para que me sean concedidos, yo
te prometo orar con más asiduidad, honrar y glorificar tu nombre y
hacer cuanto pueda para fomentar tu devoción.
¡Oh Cristo Jesús! Rey Universal, te amo por ser mi amigo y hermano,
y te proclamo mi Salvador y Redentor, tuya soy y tuya por siempre
quiero ser, abre mis ojos, mi corazón y mis manos para que sepa
honrarte como mi único Rey y Señor; hoy humildemente postrado
delante de tu Imagen y, confiando en las veces que me has dado tu
auxilio te ruego hagas posible mis deseos, consigue que llegue hasta
mí, ahora que la desesperación me invade, la misericordia del amado
y buen Padre Dios, para que logre superar mis grandes problemas y
salga con bien en mis necesidades. Tú que eres poderoso mediador
con Dios Padre ruega para que me envíe pronto alivio en esta tan
difícil situación que me tiene agobiado y por mí mismo no puedo ni se
solucionar: (decir ahora el problema o necesidad y la ayuda que se
desea recibir de los Cielos).
¡Oh glorioso santo!, bendito san Chárbel, llamado por Dios para vivir
en soledad, y que con penitencia y austeridad, e inspirado por la luz de
la Eucaristía, llevaste tu cruz con paciencia y humildad, ilumina con tu
inmensa fe nuestro camino, y con tu aliento fortifica nuestra
esperanza.
San Chárbel hijo bien amado de Dios, que en la ermita con auténtica
pobreza y humildad experimentaste el sufrimiento de cuerpo y alma
para entrar glorioso en el Cielo, enséñanos a llevar las dificultades de
la vida con paciencia y valentía, y sálvanos de todas las desgracias
que no podamos soportar.
Ruega por mí santo patrón y auxilio mío ahora que estoy solo,
desesperado, abatido y sin ayuda, asísteme con tu meritoria
intercesión, acógeme bajo tu poderosa protección y dame consuelo en
mis tribulaciones.
¡Oh glorioso San Cayetano! aclamado por todas las Naciones y por
todos los tiempos como Padre de Providencia, porque con portentosos
milagros socorres a cuantos te invocan con fe buscando alivio en sus
necesidades, líbranos de las miserias y carencias de este mundo y
danos lo que con urgencia precisamos, danos trabajo y pan para
nuestras mesas, danos lo suficiente para vivir dignamente, danos
alegrías para calmar nuestros llantos.
Virgen de la Almudena, Gloriosa madre del amor, desde los Cielos haz
llegar a mí el favor que necesito, hazme sentir en mi vida el consuelo
de tu protección y los efectos de tu intercesión poderosa, consígueme,
te suplico, de la misericordia de tu Hijo todo lo que con esperanza he
solicitado para que en breve estén solucionados mis graves problemas
y mi mala situación cambie para ser mucho mejor.
“No tendré temor del mal porque tú estás conmigo, tú eres mi Dios, mi
fuerza, mi poderoso Señor, Señor de la paz, padre de los siglos
futuros”. Sí Señor Dios nuestro, ten compasión de tu imagen y salva a
tu siervo de todo daño o amenaza procedente de maleficio, y protégelo
poniéndolo por encima de todo mal; por la intercesión de la más que
bendita, gloriosa Señora, la madre de Dios y siempre Virgen María, de
los resplandecientes arcángeles y de todos sus santos. ¡Amén!
Para pedir por los hijos Protección, Ayuda, Paz, Bienestar