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SUJETOS EN OBEDIENCIA

Romanos 13:1 Sométase toda persona a las autoridades superiores;


porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios
han sido establecidas. 2 De modo que quien se opone a la autoridad, a
lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean
condenación para sí mismos.

INTRODUCCION

para iniciar vayamos al libro de Génesis, donde encontramos una detallada


explicación de cómo Dios creo el mundo de la nada (ex nihilo), como de
una forma ordenada organizo cada detalle que llegaría a existir y que luego
de ser un verdadero paraíso, un lugar ideal para la vida de los seres
vivientes y especialmente del ser humano.
Desde este punto Dios mismo es quien nos ha enseñado como el ha
dispuesto de orden para cada cosa y donde El, Dios mismo es la máxima
autoridad.
Pero el hombre al pasar por alto las instrucciones de Dios y escuchar la voz
de Satanás, como lo resalta el inicio del libro de Romanos, los hombres
cambiaron la gloria de Dios incorruptible en semejanza de
imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de
reptiles, pues habiendo conocido a Dios no le glorificaron como a
Dios ni le dieron gracias. Es claro que Adan y Eva conocieron a Dios,
disfrutaron de todo lo creado por Él, pero luego cambiaron la gloria de Dios
y no le dieron gracias, esto nos hace meditar como desde el principio el
hombre, desde que abrazo su propia verdad y no lo que Dios le mando que
oyera y obedeciera, ha sido esclavo de su pecado, levantandose contra el
orden de Dios.
Como parte de ese orden natural nuestro Dios Todopoderoso, estableció
también la sujeción a su Palabra, y en ella nos manda, el someternos los
unos a los otros, el someternos a las autoridades.
pero hoy dia es un tema de mucha dificultad para los seres humanos,
pues nuestro amor propio, el orgullo no sometido nos ha llevado a que no
se tenga respeto por ningún tipo de autoridades.
Empezando desde el hogar en donde los padres no ejercen una disciplina
bíblica y han dejado en su mayoría que sean los hijos quienes impongan
sus gustos y deseos, llegando a ser ellos, el centro de atracción de unos
padres sumisos que los dejan hacer lo que a ellos les apetece, sumado a
que hay padres que entregan el cuidado de sus hijos a terceros que no
conocen con el fin de producir más dinero, para que irónicamente no les
falte nada. estos ejemplos y muchos mas llevan a los jóvenes a crecer con
ausencia de respeto y sujeción por las autoridades, en rebelión y alejados
de lo que nuestro Dios Todopoderoso a señalado que debemos ser.

Por lo cual nos plantearemos tres preguntas a desarrollar en esta mañana:


I. POR QUE LOS CREYENTES SE DEBEN SOMETER A LAS
AUTORIDADES SUPERIORES?
Por que Dios lo demanda, y este sometimiento significa rendirles respeto,
y hay una inmensa necesidad del apóstol al recalcar esta exhortación, pues
la desobediencia es el desprecio a la sujeción a la autoridad, y este
desprecio es pecado pues es anhelar la anomia que es vivir sin ley, en una
vida licenciosa haciendo lo que quiera por encima del que sea, y esta
desobediencia por no sometimiento la vemos en nuestros días en el no
respeto por los tratados internacionales, el no respeto por la honradez, por
el desdén moral de esta sociedad, pues esta autoridad a la que nos
sometemos su anhelos debe ser castigar al malvado, por ellos hay fiscales,
jueces, policías y como creyentes somos llamados al respeto y obediencia
es pues este uso de la ley en su función en la vida pública, como guía para
la autoridad civil, en el cumplimiento de su tarea como ministro de Dios en
las cosas pertenecientes al estado. Es por esta razón que debemos
someternos, pues nuestro Dios en su infinita sabiduría coloco en manos de
hombres por el instituidos para ejercer la autoridad civil de los estados y
exige de nosotros que nos sometamos, como un mandato a estas
autoridades.
Vemos tambien que este llamado al sometimiento está profundamente
arraigado en las Escrituras (más concretamente en Romanos 13:1–4) y en
una doctrina realista de la naturaleza humana caída, pues para el pecador
existe un deseo natural de encenderse en franca rebeldía, olvidando que
toda esta sujeción nace del quinto mandamiento que nos dice” Honrarás a
tu padre y a tu madre, para que tu vida se alargue en la tierra que yo, el
Señor tu Dios, te doy” el cual por interpretación o analogia no se limita a
los progenitores de cada ser humano, sino que, “padre” en este
mandamiento es un término con diversos sentidos: el gobernante, el rey en
especial.

Considera padres a los reyes de Israel que hicieron lo bueno y también los
emperadores romanos como Constantino y Teodosio. Están también los
padres que son venerables por su edad y los que lo son por su piedad.
Asimismo, menciona a los padres espirituales, los pastores y los
ministros. Y por último nombra al pater familias, el señor de la casa, al
que lo siervos deben honrar y por descontado, a los padres naturales,
padre y madre. sin embargo, no se trata solo de impedir que la sociedad se
suma en el caos; también son establecidas para promover la justicia:

1 Timoteo 2.1–2 Exhorto, pues, ante todo que se hagan plegarias,


oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres,
por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que
podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y
dignidad.
Así mismo por que como creyentes no somos mas como el hombre natural,
y entendemos que la principal preocupación de la Biblia a lo largo de todo
su contenido está centrada en la relación del hombre con Dios. Toda su
atención, todo su énfasis es dado a ese problema, tal como lo vemos
ilustrado en la respuesta de nuestro Señor a los fariseos y herodianos; y
fue esa respuesta la que hizo tan significativo el incidente. Aquellas dos
sectas eran en muchos sentidos ejemplos típicos del hombre moderno.
Ellos preguntaban: '¿Es lícito dar tributo a César o no?'; hoy la pregunta es:
"¿Qué dice la iglesia respecto a la segregación racial? ¿Qué dice la iglesia
sobre asuntos económicos? ¿Qué dice la iglesia sobre la guerra?" Aunque
los temas en sí puedan cambiar en cuanto a su forma, el principio detrás
de estos interrogantes siempre sigue siendo el mismo. ¡Nunca se dice una
palabra sobre la relación del hombre con Dios! El tema, con todas sus
variaciones, siempre es el de la relación del hombre con el hombre—los
derechos del hombre, el trato que el hombre recibe de sus semejantes, y
así sucesivamente. La respuesta de nuestro Señor también sigue siendo la
misma. Es aquí donde él introduce su 'Y'. Precisamente el elemento que
habíamos olvidado y que nos pone en una situación tan incómoda respecto
a estos problemas en particular. 'Y a Dios lo que es de Dios'. Ese es un
perfecto ejemplo del énfasis típico de la Biblia. La Biblia está preocupada
por la relación del hombre con Dios. Ese es su gran mensaje, ése es su
primer mensaje. Esto nos lleva a entender que en nuestra relación con El
Señor entendemos que nuestro reino no es de este mundo y que mientras
estemos en este mundo Cristo reina y a El le plació que nos sujetemos,
recordando que nuestra morada celestial nos espera en Cristo, por esta
razón anteponemos nuestro egoísmo y nos levantamos a vivir para la
Gloria de Cristo en sujeción.

II. POR QUE QUIEN ESTABLECIO LAS AUTORIDADES


Nuestro Dios quien reina, es la razón por la que ley nos enseña que los
poderes que hay están ordenados por Dios conforme a su decreto pues el
ha decretado desde la eternidad, libre e inalterablemente, todo lo que ha
de ocurrir en el tiempo y todo para Su gloria “. Y para que para administrar
justicia –justicia que necesariamente incluye ser un terror para los
hacedores de iniquidad–. Los poderes que hay llevan la espada; poseen un
derecho de castigo divinamente otorgado e incluso, en última instancia, de
castigo capital (v. Rom. 13: 3–4). Y se requiere que esta autoridad premie
el bien y castigue el mal (Ro. 13:3–4). Nada puede ser más esencial para
esta labor que un estándar confiable de lo correcto y lo incorrecto, lo
bueno y lo malo. Y no se puede encontrar un estándar mayor que la ley de
Dios.

Romanos 13.3–4 Porque los gobernantes no son motivo de temor


para los de buena conducta, sino para el que hace el mal.
¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás
elogios de ella, pues es para ti un ministro (servidor) de Dios para
bien. Pero si haces lo malo, teme. Porque no en vano lleva la
espada, pues es ministro de Dios, un vengador que castiga al que
practica lo malo.

Así mismo como Dios estableció la autoridad civil no importa que sean
malos la palabra sigue vigente y esta nos enseña que no hay autoridad si
no de parte de Dios, recordemos que El Señor sufrió bajo el gobierno de
poncio pilatos el peor gobernador que ha existido y el apóstol pedro
escribió Además una referencia al mismo asunto, al mismo principio en 1
Pedro 2:13: "Por causa del Señor someteos a toda institución
humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores,
como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza
de los que hacen bien". Luego continúa diciendo: "como libres,
pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer
lo malo, sino como siervos de Dios... Criados, estad sujetos con
todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y
afables, sino también a los difíciles de soportar". Ahora bien,
recuerden que estas instrucciones referidas a la obediencia a 'los poderes
establecidos' fueron escritas cuando el emperador no era otro sino aquel
cruel déspota llamado Nerón. Los cristianos fueron instruidos a sujetarse
inclusive a él y a todos los poderes de esa clase.

Allí tenemos ejemplos de enseñanzas directas, pero además, hay también


enseñanzas indirectas. Por ejemplo, en el libro de Daniel encontramos el
relato de la conducta y comportamiento de Daniel especialmente en los
capítulos tres y seis. y nunca negaron o denigraron la autoridad, esta
autoridad nos es dada para nuestro bien como autoridad que viene del
Señor y actúa como vengador frente al malvado, pues El Señor estableció
el gobierno humano y después señalo a ciertos hombres para adminístralo,
que nuestro pecado no nos nuble a entender lo que nuestro Dios
estableció.

III. CUALES SON LAS CONSECUENSIAS DE DESOBEDECER


ESTE MANDATO DE SUJECION
En primer lugar los “poderes superiores” o autoridades no sólo deben
esforzarse por disuadir el mal, sino también por proporcionar un contexto
pacífico en el que el evangelio, la piedad y la honestidad puedan prosperar.
Este deber obliga al estado a preservar ciertos derechos, como libertad de
culto, libertad para predicar y libertad para observar el día del Señor. Pero
el creyente esta llamado de forma ineludible a respetar y obedecer al
estado siempre que este no ordene lo que Dios prohíbe, caso en el cual
recibiremos la pena no hacer lo que escritura demanda, ejemplo el
incienso al cesar en la iglesia primitiva para declarar que cesar era el señor
y por negarse a obedecer esa ley eran martirizados los cristianos hoy este
incienso es el deber de aceptar como bueno y necesario el pecado de los
LGTBI, lo cual rechazaremos aunque nos cueste todo, esto en relación a la
obediencia y el sometimiento. pero que cuando las leyes no nos son
contrarias y nos levantamos en rebeldía, pues el texto nos enseña que en
ese caso resistimos a Dios y acarreamos condenación, pues el creyente
está atento a obedecer los mandatos del Señor y no a transgredirlos, pues
como dice 1 Juan 3:4 “todo pecado es transgresión de la ley” así que
el resistir a Dios en someterse a la autoridad es pecar por transgredir su
ley y el pecado condena eternamente al que es practicante impenitente
que se niega a obedecer el cual acarrea condenación, por lo que es una
clara expresión de un no creyente el resistirse a la autoridad civil
establecida y el andar en marchas y arengas de rebeldía contra lo que
nuestro Señor estableció, así que sometámonos, o recibamos como dice el
texto en Romanos 13.2 Por tanto, el que resiste a la autoridad, a lo
ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto,
recibirán condenación sobre sí mismos.

CONCLUSIONES

Afirmar esto es crucial en nuestro día, en el que incluso los cristianos son
propensos a ser arrebatados por un espíritu mundano de rebelión y
desprecio a la autoridad. Por supuesto, esto no implica que el creyente
renuncie a su derecho de condenar la legislación que se desvía de los
principios de la Escritura. Lo que quiere decir es que una parte significativa
de nuestro “adornar la doctrina de Dios” comprende nuestra voluntaria
sujeción a la autoridad legítima en cada esfera de la vida –ya sea en el
hogar, la escuela, la Iglesia o el Estado–.[6]

La gracia del evangelio nos enseña sumisión y silencio cuando el orgullo y


la mente carnal sólo ven motivos para murmurar y estar descontentos.
Sean quienes sean las personas que ejercen autoridad sobre nosotros,
debemos someternos y obedecer el justo poder que tienen. En el
transcurso general de los asuntos humanos, los reyes no son terror para
los súbditos honestos, tranquilos y buenos, sino para los malhechores. Tal
es el poder del pecado y de la corrupción que muchos son refrenados de
delinquir sólo por el miedo al castigo. Tú tienes el beneficio del gobierno,
por tanto, haz lo que puedas por conservarlo, y nada para perturbarlo. Esto
es una orden para que los individuos se comporten con tranquilidad y paz
donde Dios los haya puesto, 1 Timoteo ii, 1, 2. Los cristianos no deben
usar trucos ni fraudes. Todo contrabando, tráfico de mercaderías de
contrabando, la retención o evasión de los impuestos, constituyen una
rebelión contra el mandamiento expreso de Dios. De esta manera, se roba
a los vecinos honestos, que tendrán que pagar más, y se fomentan los
delitos de los contrabandistas y otros que se les asocian. Duele que
algunos profesantes del evangelio estimulen tales costumbres deshonestas.
Conviene que todos los cristianos aprendan y practiquen la lección que
aquí se enseña, para que los santos de la tierra sean siempre hallados
como los tranquilos y pacíficos de la tierra, no importa cómo sean los
demás.

Estas son palabras escritas a personas sometidas al poder del emperador


Nerón. Y eso es lo que el cristiano debe hacer. Su preocupación primordial
es ser un siervo de Dios y de Cristo. No importa cual sea su posición, ni
cuales las circunstancias; sea amo o sea siervo, rey o súbdito. Todos ellos
deben someterse y cuidar de comportarse en todo sentido como cristianos.
Su primera preocupación no debe estar dedicada a las situaciones y
condiciones en sí; su preocupación es ser 'peregrino de la eternidad', como
'extranjeros y peregrinos', su preocupación es ser fieles a su Maestro,
preparándose para su hogar eterno.

la preocupación primordial del mensaje cristiano consiste en producir


cristianos. Predica el evangelio, convence a los hombres de pecado, los
llama a la sangre de Cristo, los conduce a la Palabra que mediante el poder
del Espíritu les puede dar el nuevo nacimiento; transforma a los hombres.
Luego, habiéndolos cambiado de esa manera, prosigue enseñándoles estos
grandes principios. Esa es la tarea directa, la responsabilidad de la iglesia.
Pero en la medida en que la iglesia cumple esa función, indirectamente
está haciendo algo más: obviamente está afectando a toda la personalidad
de esos individuos, su mente, sus pensamientos, su entendimiento. Tan
pronto ocurre esto en la vida de las personas, éstas comienzan a aplicar
sus pensamientos a la vida cotidiana.

Una ilustración de lo que estoy diciendo se encuentra, por ejemplo, en el


avivamiento evangélico ocurrido hace doscientos años. Antes de ese
acontecimiento la mayoría de la gente común de este país era ignorante,
analfabeta, de una vida pecaminosa y sucia. Los hechos se encuentran en
los libros de historia secular. Había pocas escuelas; la gente vivía en un
estado de ignorancia, analfabetismo, de grandes e inmundos pecados. ¿Por
qué cambió tan radicalmente la situación en el siglo pasado, y aun más en
éste? ¿Acaso era porque la iglesia condujo una gran campaña social y
política? No es esa la explicación. Siempre hubo algunos líderes
eclesiásticos que trataron de hacerlo; pero sus intenciones nunca dieron
frutos de valor. El cambio fue operado por el evangelismo ardiente y
apasionado de Jorge Whitefield, los Wesley y otros. Allí está la causa de los
cambios en la situación. ¿Cuál fue su mensaje? ¿Qué predicaron Whitefield
y los Wesley a las multitudes de mineros en las cercanías de Bristol?
¿Acaso les hablaban de las condiciones sociales, salarios y horas de
trabajo? ¿Acaso los sublevaron para protestar contra sus miserias, y
levantarse en rebelión? La respuesta se encuentra en sus diarios.
Whitefield predicó un mensaje que les hizo ver su condición de pecadores
en manos de un Dios furioso, quien, a pesar de todo, había provisto un
camino para el perdón. Les predicó acerca de sus almas, no de sus
cuerpos, no de sus circunstancias y condiciones de vida. La primera vez
que Juan Wesley predicó en las calles del distrito más pobre de Newcastle-
on-Tyne, su texto fue tomado de Isaías 53: "Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestro pecado; el castigo de nuestra paz fue sobre
él, y por su llaga fuimos nosotros curados". Algo similar ocurría en las
demás zonas. Los evangelistas siempre enfocaban al hombre como
hombre, y el resultado de su predicación fue que la gente era cambiada y
se convertía. Se convertían a la fe cristiana, nacían de nuevo. ¿Y cuáles
fueron las consecuencias? Comenzaron a usar sus mentes. Eso fue algo
que no habían hecho antes; habían vivido para beber, jugar y practicar
competencias tan crueles como lo son las peleas de gallos; pero ahora,
habiendo despertado espiritualmente, el hombre entero se despertaba.
Descubrieron sus propias mentes. Lo primero que querían hacer fue leer la
Biblia. Pero muchos de ellos no sabían leer. Entonces pidieron que les
enseñaran. No fue para capacitarlos a establecer sociedades ni
asociaciones políticas, sino para poder leer la Biblia. Entonces se les enseñó
a leer. De esa manera fueron iluminados y despertados y entonces
comenzaron a comprender la verdad acerca del hombre, de su
personalidad y dignidad. Y habiendo llegado hasta allí, prosiguieron aun
más. Comenzaron a observar las circunstancias y condiciones en que
vivían. Comenzaron a cuestionar si dichas condiciones eran justas y
equitativas y al llegar a la conclusión de que no era ese el caso, procedían
a tomar medidas para cambiarlas.

Como creyentes debemos someternos a las autoridades, debemos


entender que ni aun los apóstoles en la iglesia primitiva se levantaron en
contra de las autoridades, ellos fueron martirizados y no hubo marchas en
contra, antes bien morían por Cristo, obedientes hasta el fin, ahora
nosotros no somos perseguidos, vivimos en una nación que no nos
persigue por nuestra fe, antes bien podemos predicar el evangelio en
libertad, así que conforme lo que hemos estudiado en el sermón vivamos
contentos con lo que El Señor nos permite vivir dando gloria a El, siendo
respetuosos y haciendo lo que hemos sido llamados hacer a predicar con la
Palabra y con nuestra vida en testimonio de la verdad, apartémonos de
toda rebelión y glorifiquemos el nombre de Cristo.

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