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La mejor manera de parar el abuso de inhalantes antes de que cause consecuencias graves a la salud es la
identificación temprana y la intervención. Los padres, educadores, médicos de familia y demás profesionales
de la salud deben estar atentos a las siguientes señales:
o Olores químicos en el aliento o la ropa
o Manchas de pintura u otras sustancias en la cara, manos y ropa
o Objetos escondidos como envases vacíos de disolventes o pinturas, y trapos o ropa impregnada de
sustancias químicas
o Apariencia desorientada o semejante al estado de embriaguez
o Dificultad para hablar
o Náuseas o falta de apetito
o Falta de atención y coordinación, irritabilidad y depresión.
Las investigaciones realizadas en animales y en humanos muestran que los inhalantes son sumamente
tóxicos. Tal vez el efecto tóxico más significativo de la exposición crónica a los inhalantes es el daño
extensivo y duradero en el cerebro y en otras partes del sistema nervioso.
Por ejemplo, el abuso crónico de disolventes volátiles, tales como el tolueno o el naftaleno (el ingrediente
volátil de las bolitas de naftalina usadas para eliminar las polillas), daña la capa protectora que rodea ciertas
fibras nerviosas en el cerebro y en el sistema nervioso periférico. Esta destrucción extensiva de las fibras
nerviosas es clínicamente similar a la que se ve en enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple.
Los efectos neurotóxicos del abuso prolongado de inhalantes incluyen síndromes neurológicos que reflejan
daños a partes del cerebro que involucran el control cognitivo, motriz, visual y auditivo. Las anomalías
cognitivas pueden ir de un leve deterioro a una demencia grave.
Asimismo, los inhalantes son muy tóxicos para otros órganos. La exposición crónica puede producir daños
significativos en el corazón, los pulmones, el hígado y los riñones. Aunque algunos de los daños producidos
por los inhalantes tanto en el sistema nervioso como en otros órganos pueden ser parcialmente reversibles
cuando cesa el abuso de los inhalantes, muchos de los síndromes causados por el abuso repetido o
prolongado son irreversibles.
TÉCNICAS Y ACCIONES SUSTITUTIVAS PARA EVITARÁN LA AUTOLESIÓN
Este tipo de ‘distracción’ no sirve para curar los orígenes y entender las razones de auto-lesionarte: sirve
para empezar a tener una opción diferente y mejor que cortarte, quemarte o pegarte. Buscamos que,
aunque provisionalmente sigas castigándote y haciéndote daño, éste no produzca resultados que perduren
y te produzcan vergüenza, culpa, riesgo real para tu salud, y deterioro real de tu aspecto.
Como toda técnica psicológica, puede requerir más o menos práctica al principio hasta ser dominada. Así
que no te desanimes si la primera vez ves que no te sirve y finalmente tienes que autolesionarte igualmente,
incluso la siguiente también, o te sale de forma mixta; te “medio-autolesionas”. Asimismo, también es
probable que nunca llegue a ser dominada del todo 100% como tal técnica, y alguna vez aislada fracase. Es
normal también.
Una manera de incrementar la posibilidad de que una ayuda substituta/distractora calme el deseo de
hacerse daño, es la de hacer corresponder una acción a la emoción que se está sintiendo en el momento.
-Paso 1 de 2: tómate unos minutos y trata de ver que hay detrás del deseo. ¿Qué estás sintiendo?, ¿estás
enfadado?, ¿frustrado?, ¿triste?, ¿desesperado?, ¿ansías la sensación del auto-daño?, ¿despersonalizado?,
¿te sientes como muerto?, ¿te sientes disperso?, ¿necesitas afecto?
-Paso 2 de 2: Ahora, trata de corresponder tu emoción con una acción. Por ejemplo: