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INTRODUCCIÓN

Las elecciones representan uno de los fenómenos políticos de más amplia difusión en los Estados
modernos de todo el mundo. Sin embargo, una elección no es igual a otra. Enmarcadas en
contextos sociales y políticos sumamente distintos, tanto en el sentido estructural como de
localización. las elecciones varían en alto grado respecto a su competitividad y sus fruiciones
políticas. En una democracia, el carácter competitivo de las elecciones constituye una condición
esencial.

En esta investigación de quinta presentamos una introducción en el tema de las elecciones ante
el trasfondo del desarrollo general de la democracia en la Republica Dominicana y en
Latinoamerica.

Resulta incuestionable hoy día que una de las mayores conquistas políticas realizadas por
nuestros líderes de antes, fue el reconocimiento del sufragio como mecanismo de garantía para
la elección de los gobernantes, facilitando con ello además la posibilidad de aspirar en igualdad
de condiciones, a cargos de representación nacional. Esta figura no obstante encontrarse en la
actualidad plenamente arraigada en nuestra cultura democrática, fue producto de un proceso de
madurez política que tomó muchos años en forjarse, pues en los inicios de su vida independiente,
Republica Dominicana tenía un modelo de sufragio que como veremos, no fue ni directo ni
universal como lo es actualmente, prestándose inclusive en algunos casos, para manipulaciones
electorales que si bien censurables, posteriormente ayudaron a entender su magnanimidad como
elemento vital para la democracia.

Bajo esta tesitura ninguna nación del orbe que se atribuya una naturaleza democrática puede, en
momento alguno, socavar o limitar el ejercicio o la pureza de este derecho-deber, que es
precisamente lo que da vida a cualquier Estado democrático, pues no resulta exagerado pensar
que un gobierno que no resulte instaurado de un proceso donde se haya plasmado la voluntad
popular, no puede considerarse un verdadero gobierno.
MARCO TEÓRICO

ANTECEDENTES

En comparación con los países desarrollados y en via de desarrollo, la Republica Dominciana


representa un país desde su independencia no ha conseguido crear un orden democrático estable.
En el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. las dictaduras caudillistas constituyeron la regla
más bien que la excepción al igual que en toda Latinoamerica. A pesar de que la mayoría de las
constituciones de las repúblicas latinoamericanas establecieron muy tempranamente sistemas
presidenciales en los que la forma de llegar al poder habría de decidirse teóricamente a través de
elecciones, la cuestión del poder se decidía de hecho a través de las armas. No eran raras las luchas
sangrientas entre caudillos pertenecientes a diferentes facciones de la oligarquía. Los incontables
cambios en el poder (como un ejemplo extremo se podría mencionar el Peni) eran un indicio de
la gran inestabilidad política dominante. Las elecciones, en este contexto, muchas veces sólo
tenían la función de confirmar ex-post las relaciones fácticas de poder. No fue hasta finales del
siglo XIX que en algunos Estados latinoamericanos empezaron a establecerse competencias
electorales entre partidos políticos oligárquicos. No obstante, esta competencia sólo adquirió
cierta importancia socio-política cuando se amplió el derecho electoral y se restringió el fraude
electoral, anteriormente demasiado masivo.

Las elecciones bajo los regímenes autoritarios se pueden caracterizar como semi-
competitivas, y a veces incluso como no-competitivas. La posibilidad de elegir (por
distintas opciones) y la libertad de elección estaban en todos los casos limitadas y, en ocasiones,
incluso abolidas por completo. Frecuentemente, se producían fraudes electorales abiertos.
Sin duda alguna, las elecciones carecían de una importancia política mayor y estaban
desprovistas de cualquier función democrática. Sin embargo, no les faltaba toda
importancia o función. Desde la perspectiva de los gobernantes autoritarios, las elecciones
servían para estabilizar los regímenes autoritariosen distintos aspectos.

A partir de finales de los años setenta, se pusieron cada vez más en duda las estructuras
autoritarias y respresivas en la región. En el plazo de una década, una ola democratizadora se
extendió por casi toda América Latina. Las elecciones constituyeron la llave del cambio de
régimen, en tanto que contribuyeron, en gran medida, a la desintegración de los regímenes
autoritarios y/o al establecimiento de instituciones y procedimientos democráticos. El valor
instrumental y estratégico de las elecciones en este contexto fue reconocido incluso por aquellos
grupos políticos que anteriormente habían desprestigiado las elecciones como un mecanismo de
participación política meramente formal. Es notorio que las elecciones representaran un
postulado clave de la oposición frente a los regímenes autoritarios al principio de la transición.
CAPÍTULO I

FORMAS DE ELECCIÓN POPULAR

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