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FILOSOFÍA Y PSICOLOGÍA
Michel Foucault
Michel Foucault: Le responderé que no creo que haya que tratar de definir
a la psicología como ciencia, pero tal vez si como una forma cultural; esta se
inscribe dentro de una serie de fenómenos que la cultura occidental ha sufrido
desde hace mucho tiempo, y en los cuales han nacido cosas como la confesión,
la casuística, los diálogos, los discursos, los razonamientos que se podían
hacer en ciertos lugares en la edad media, los cursos de amor, o en lugares
importantes del siglo XVII.
1.¿La filosofía es una forma cultural? Le diré que no soy muy filósofo, y por lo
tanto, no estoy bien ubicado para saberlo. Pienso que este es el gran problema
en cual nos debatimos ahora. Tal vez, la filosofía sea en efecto, la forma
cultural más general en la cual podríamos reflexionar sobre eso que es
Occidente.
2.¿Cuáles son las relaciones entre la psicología como forma cultural y la
filosofía? Estamos aquí en un punto de conflicto que opone, desde hace
cincuenta años, a los filósofos y a los psicólogos, este problema es relanzado
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ahora por todas las cuestiones que giran alrededor de la reforma de la
enseñanza.
Creo que se podría decir lo siguiente: primero, que en efecto la psicología y, a
través de la psicología, las ciencias humanas tienen, desde el siglo XIX, una
relación muy enmarañada con la filosofía. ¿Este enmarañamiento de la
filosofía y las ciencias humanas, cómo podría concebirse? Puede decirse que
la filosofía en el mundo occidental había, de manera ciega, de manera vacía,
en la obscuridad, en la noche de su propia conciencia y de sus métodos,
circunscrito un dominio; ese que ella denominaba del alma o el pensamiento,
y que, ahora sirve de herencia y que las ciencias humanas tienen que explotar
de una manera clara, lúcida y positiva. Las ciencias humanas ocuparían con
pleno derecho este lugar un poco vago que había sido señalado, pero dejado
baldío por la filosofía.
He allí eso que se podría responder. Creo que es esto lo que dirían gustosos la
gente que se considera encargada de las ciencias humanas, la gente que
considera que la vieja tarea filosófica que nació en Occidente con el
pensamiento griego, esta vieja tarea, hay que retomarla ahora con los
instrumentos de las ciencias humanas. No creo que esto circunscriba
exactamente el problema. Me parece que esta manera de analizar las cosas
está ligada a una perspectiva filosófica que es el positivismo.
Se podría también decir lo contrario: que tal vez eso hace parte del destino de
la filosofía occidental, que desde el siglo XIX, algo así como una antropología
ha sido posible. Cuando digo antropología, no hablo de esta ciencia particular
que se llama la antropología y que es el estudio de culturas exteriores a la
nuestra; por antropología, entiendo esta estructura propiamente filosófica
que hace que ahora todos los problemas de la filosofía residan al interior de
este dominio que se podría llamar el de la finitud del humana.
Si no se puede filosofar más que sobre el hombre en tanto que es un homo
natura o en tanto que él es un ser finito, ¿en esta medida, toda filosofía no
será en el fondo una antropología? En este momento, la filosofía se convierte
en la forma cultural al interior de la cual todas las ciencias del hombre en
general son posibles.
He allí eso que podría decirse, y que sería, si usted lo desea, el análisis inverso
de eso que yo bosquejaba más arriba y que entonces, recuperaría en el gran
destino de la filosofía occidental a las ciencias humanas, de la misma manera
que ahora rato se podía recuperar a la filosofía como una especie de programa
vacío de eso que deben de ser las ciencias humanas. He allí el
enmarañamiento. Es esto lo que ahora tenemos que pensar, aquí donde nos
encontramos y de manera general en los años futuros.
Alain Badiou: Usted dijo, en la primera óptica, que en suma la filosofía era
concebida lo que prescribe su dominio a una ciencia positiva que, en
seguida, aseguraría la elucidación efectiva. En esta óptica, ¿que es lo que
puede asegurar la especificidad de la psicología, con relación a otros tipos
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de investigación? ¿El positivismo puede y trata, por sus propios medios, de
asegurar esta especificidad?
Michel Foucault: Yo diría que es son del orden del decriptar , y sin embargo
no del todo. Los conceptos descifrar y decriptar son conceptos esencialmente
definidos por los lingüistas para recuperar eso que, a mi modo de ver, es
irrecuperable para toda lingüística, es decir la hermenéutica, la
interpretación. En fin, admitamos si usted lo desea, la palabra de decriptar. Le
diré que en efecto Freud decripta, es decir que él reconoce que allí hay un
mensaje, él no sabe eso que quiere decir ese mensaje, no sabe según que leyes
los signos pueden querer decir eso que quieren decir. Es necesario así pues
que él descubra, al mismo tiempo y en un solo movimiento, eso que quiere
decir el mensaje y cuales son las leyes por las cuales el mensaje dice eso que
quiere decir; dicho de otra manera, es necesario que el inconsciente comporte
no solo eso que él dice, sino igualmente la clave de eso que dice. Y es por eso,
de otro lado, que el psicoanálisis, la experiencia del psicoanálisis, el lenguaje
psicoanalítico han apasionado a la literatura. Hay una especie de fascinación
de la literatura contemporánea, no solamente por el psicoanálisis, sino
igualmente por todos los fenómenos que provengan de la locura. Qué es la
locura en el mundo contemporáneo, sino un mensaje, un lenguaje, signos de
los cuales se espera digan algo, ya que sería demasiado espantoso sin ello, y de
los cuales no se sabe eso que quieren decir y cómo lo dicen. En consecuencia
hay que tratar a la locura como un mensaje que tendría en sí mismo su propia
clave. Esto es lo que hace Freud frente a un síntoma de histeria, es lo que hace
la gente, que ahora, trata de abordar el problema de la psicosis.
Después de todo, qué es la literatura sino un cierto lenguaje del cual se sabe
que él no dice eso que dice, puesto que, si la literatura quisiera decir eso que
ella dice, diría simplemente: “la marquesa salió a las cinco...” sabemos que la
literatura no dice eso, así pues, sabemos que es un segundo lenguaje
replegado sobre él mismo, que dice otra cosa diferente a eso que él dice. No
sabemos qué es este lenguaje que hay debajo, se sabe simplemente que al final
de la lectura de la novela, se debe descubrir lo que esto quiere decir, y en
función de qué leyes el autor ha podido decir eso que quería decir, se debe
haber hecho la exégesis y la semiología del texto.
En consecuencia hay algo así como una estructura simétrica de la literatura y
de la locura que consiste en el hecho de no poder hacer semiología más que
haciendo la exégesis, no se puede hacer la exégesis más que haciendo
semiología, y esta propiedad, creo, es absolutamente indesatable. Digamos
simplemente que hasta 1950, se había comprendido de manera muy
aproximativa y mala, con relación al psicoanálisis o a la crítica literaria, que se
trataba de algo así como de una interpretación. No se había visto que había
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allí todo un lado semiológico, de análisis de la estructura de los signos. Ahora,
se descubre esta dimensión semiológica, y en consecuencia, se oculta el lado
interpretativo. Y en efecto esta es la estructura de envolvimiento, de
enrrollamiento, que caracteriza al lenguaje de la locura y al lenguaje de la
literatura, y es por eso que se llega a esto; no solamente todas las ciencias
humanas son psicologizadas, sino que también la crítica literaria y la
literatura son psicologizadas.
Michel Foucault: Aquí como en otros lugares hay que distinguir lo general
de lo absoluto. No hay hermenéutica absoluta, en este sentido no se puede
jamas estar seguro de obtener el último texto, que esto no quiere decir otra
cosa detrás de eso que quiere decir. De igual manera, no se puede estar jamas
seguro, del otro lado, de hacer una lingüística absoluta. Así pues, por un
extremo o el otro, no se puede estar seguro jamás de alcanzar la forma
absolutamente general o el texto primero.
Dicho esto, sin embargo yo creo que existen estructuras generalizadas más o
menos grandes, y que, por ejemplo, pueden existir en muchos individuos, un
cierto número de procedimientos que son idénticos, que se pueden encontrar
de igual manera en uno y otros, y no hay ninguna razón para creer que las
estructuras que se han descubierto uno de ellos no estén en el otro.
Michel Foucault: Estoy muy contento que usted me haya hecho esta
pregunta, porque en efecto, yo soy responsable de un deslizamiento. Primero
que todo, he dicho que la articulación general de las ciencias humanas había
sido enteramente remodelada por el descubrimiento del inconsciente y que la
psicología había paradoxalmente tomado una especie de imperativo sobre las
otras ciencias, y después yo he comenzado a hablar de la psicología en una
perspectiva estrictamente freudiana, como si toda la psicología no pudiera ser
más que freudiana. Ha habido un nuevo corte general de las ciencias humanas
a partir de Freud, es un hecho que considero innegable y que incluso los
psicólogos más positivistas no podían negar. Esto no quiere decir que toda la
psicología, en sus desarrollos positivos, se haya convertido en una psicología
del inconsciente, o en una psicología de las relaciones de la conciencia con el
inconsciente. Una cierta psicología fisiológica se mantiene, una cierta
psicología experimental permanece; después de todo, las leyes de la memoria,
tal como han sido establecidas por mi homónimo hace cincuenta o sesenta
años, no tienen nada que ver con el fenómeno del olvido freudiano. Esto sigue
siendo lo que es, y no creo que a nivel del saber positivo y cotidiano, la
presencia del freudismo haya cambiado realmente las observaciones que se
pueden hacer ya sea sobre los animales, ya sea incluso sobre ciertos aspectos
del comportamiento humano. Se trata de una especie de transformación
arqueológica más profunda que esa del freudismo, no es una metamorfosis
general de todo el saber psicológico.
Michel Foucault: Si, en el fondo lo admitiría sin osar decirlo, puesto que
eso parece ser muy simple...Pero es mucho menos simple si se piensa en que,
al principio del siglo XIX, apareció este curioso proyecto de conocer al
hombre. Allí se encuentra uno de los hechos fundamentales en la historia de
la cultura europea, puesto que, así hayan existido en los siglos XVII y XVIII,
libros que se llamaban Tratado del hombre1 o Tratado de la naturaleza
humana2, estos no hablaban del hombre como lo hacemos nosotros cuando
hacemos psicología. Hasta el final del siglo XVIII, es decir hasta Kant, toda
reflexión sobre el hombre es una reflexión segunda con relación a un
pensamiento que es primero, y que es –digamos- el pensamiento de lo
infinito. Siempre se trata de responder a preguntas como estas: dado que la
verdad es eso que ella es, o que la matemática o la física nos han enseñado tal
o cual cosa, ¿cómo es posible qué percibamos como percibimos? ¿qué
conozcamos como conocemos? ¿qué nos equivoquemos como nos
equivocamos?
A partir de Kant se hace el giro, es decir que no es a partir de lo infinito o de la
verdad que se va a plantear el problema del hombre como una especie de
sombra que nos persigue; después de Kant lo infinito no está dado, solo existe
la finitud, y es en este sentido que la crítica kantiana lleva consigo la
posibilidad –o el peligro- de una antropología.
1
Descartes (R.), Traité de l’homme, Paris, Clerselier, 1664. In oeuvres et lettres, éd. A. Bridoux, Paris,
Gallimard, coll. “Bibliotheque de la Pléiade”, 1953, pp. 803-873).
2
Hume (D.), A trestise of human Nature, Being an attempt to introduce the experimental Method of
reasoning into moral subjets, Londres, J. Noon, 1739-1740, 3vol.
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gramáticos griegos, en los exegetas de Alejandría, en los exegetas cristianos y
modernos. Creo que Dilthey sintió a que contexto hermenéutico
históricamente general de nuestra cultura pertenecían la psicología y las
ciencias del hombre en general. Es esto lo que él definió, de una manera un
poco mítica, como la comprensión opuesta a la explicación. La explicación
sería el mal modelo epistemológico; la comprensión, es la figura mítica de una
ciencia del hombre llevada a su sentido radical de exégesis.
Michel Foucault: Hasta ahora no. Después de todo cuando los psicólogos
hacen estudios sobre el aprendizaje, cuando prueban los resultados ¿en que
medida los análisis sobre la información pueden permitir formalizar los
resultados así obtenidos? Es igualmente una cierta relación reflexiva,
generalizadora, y fundadora la que la psicología establece para si misma.
Ahora bien, de la cibernética o de la teoría de la información, no se puede
decir que sea la filosofía de la psicología del aprendizaje, de la misma manera
que no se puede decir que eso que Lacan hace actualmente, o que eso que
hace Levy-Strauss, sea la filosofía de la antropología o del psicoanálisis. Es
más bien una cierta relación reflexiva de la ciencia sobre si misma.