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El contenido de la filosofía del derecho en un sentido amplio trata de aglutinar el estudio

filosófico no sólo de la norma jurídica positiva, sino de todas las corrientes de pensamiento
que sirven de fundamento al propio derecho, entendido éste como el orden normativo e
institucional de la sociedad. Sus campos de estudio se pueden dividir en:

 El estudio del derecho como fenómeno y como ciencia, y de la norma jurídico-positiva en


general (teoría del derecho). Como teoría crítica y como filosofía de la experiencia jurídica,
la Filosofía del derecho debate y cuestiona los fines que persigue el derecho, las
funciones sociales que efectivamente cumple y los principios morales que la inspiran.1
Trata pues de las cuestiones filosóficas planteadas por el hecho jurídico, por la existencia
y la práctica de las normas.2
 Relacionado con lo anterior, la epistemología, lógica y argumentación jurídicas.
 Historia de la filosofía del derecho, iusnaturalismo y teorías de la justicia; las corrientes
históricas de pensamiento filosófico jurídico-político que tratan de reflexionar acerca de
diversos elementos jurídicos como el estado, la ley, el gobierno, la justicia, la propiedad,
los derechos y la aplicación de un código legal por la autoridad; qué son, por qué o incluso
si son necesarios, qué hace a un gobierno legítimo, qué derechos y libertades debe
proteger y por qué, qué forma debe adoptar y por qué, qué obligaciones tienen los
ciudadanos para con un gobierno legítimo (si acaso alguna), y cuándo pueden derrocarlo
legítimamente (si alguna vez). En definitiva, el estudio del pensamiento humano acerca de
conceptos jurídicos y políticos.
 Para algunos autores, la Filosofía del Derecho se vuelve a la comprensión del concepto
de justicia.
 El fundamento filosófico de los derechos humanos.
 La relación del derecho con la sociología, la antropología, la psicología, la moral, etc.
 La filosofía del derecho aparece, con este preciso nombre, a finales del siglo XVIII e
inicios del XIX. Hasta entonces, la reflexión de carácter filosófico sobre el fenómeno
jurídico se había enmarcado dentro de la tradición de la Filosofía política del derecho
natural, bien de corte escolástico o racionalista. Al lado de las leyes positivas, el
derecho natural se presentaba como un orden válido por sí mismo, evidente, e
invariable, que constituía la regla última de toda comunidad humana. El derecho
natural no es obra de los seres humanos, y no es producto de la historia.3
 Frente a esta concepción, las corrientes iuspositivistas consideran a los ordenamientos
jurídicos como creaciones humanas que se desarrollan y cambian en el tiempo
histórico. El derecho es siempre un sistema normativo, coactivo e institucional
efectivamente válido y vigente en un grupo social determinado. No es un orden lógico
y racional, surgido de la naturaleza, sino un conjunto de normas de conducta
elaborado artificialmente como respuesta a los conflictos y a las necesidades de una
comunidad específica en un momento histórico.4
De este modo, durante la segunda mitad del siglo XVIII el concepto «derecho natural» va
perdiendo su primacía y comienzan a aparecer numerosas obras en que la reflexión teórica
sobre las instituciones jurídicas se reviste de otra terminología. En 1797 Kant emplea la
expresión «teoría del derecho»; en 1798 Gustav Hugo utiliza «filosofía del derecho positivo»;
en 1803 Jakob Friedrich Fries emplea «teoría filosófica del derecho», y el término «filosofía del
derecho» es empleado desde 1800 en adelante por autores como W. T. Krug, Chr. Weiss
o Karl Christian Friedrich Krause.4 En 1821 Hegel publicó en Berlín sus Principios de la
filosofía del derecho, que adquieren una resonancia decisiva.5

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