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¿Qué democracia tenemos, que democracia queremos?

Por: Juan Camilo Rodríguez Martínez

El escenario político que existe en Colombia, está atravesando por un momento histórico que
podría marcar el rumbo que seguirá, en adelante el país. De una u otra forma los acontecimientos
que están pasando, hacen pensar que es un momento clave, para empezar a reorganizar una
nueva democracia, que hace mucho se necesita, pero por muchos factores no se ha podido hacer
realidad. Es el caso las negociaciones de paz en La Habana, donde el gobierno del Presidente
Santos, está tratando los escenarios de participación política, donde los miembros del grupo
subversivo de las FARC, pueden llegar a sentar sus ideas y fomentarlas, sin la necesidad de las
armas y de un conflicto armado. Pero el contexto de estos escenarios hoy en día, tiene muchas
falencias, para que llegaran a tener una participación activa, sin que a largo plazo no vuelvan a
retomar su condición de guerrilla y hagan el consenso, que es necesario en el ejercicio sano de la
participación democrática.

Por una parte, cuando hablamos de democracia en el país, tan solo es una suscripción activa del
pueblo, que se da en un periodo de tiempo, ya que el ejercicio de acción en las urnas, se da cada
cuatro años. Ese esa época, la participación de la población es completamente nula, hasta el punto
de no existir, y esto hace que los políticos escogidos, no hagan una disensión en sus labores y en
cambio, se aprovechen de su estatus como líderes, y hagan un manejo autoritario, olvidando en
verdad su labor como funcionarios en cargos públicos. Y por otro lado, en la manera en cómo las
familias más tradicionales de Colombia a nivel político, siempre están postulando a ejercer las
curules que dan para ejercer la política. Esta es una práctica, de un grupo muy pequeño y
seleccionado de familias, que no ha cambiado durante los últimos cincuenta años, y esto ratifica el
retraso prominente de la democracia, contradiciéndose ella misma ya que esta, debe ser
bipartidista, dinamizando las ideas que se encuentran en varios sectores del pueblo, como
también de la política y haciendo que su voz, como su voto, sean valederos en ejercicio sano de la
democracia, pero quizá de esto mucho se habla, en los escenarios políticos, pero que se hace
escasamente poco en la realidad.

Tomando como ejemplo, la inaceptación de nuevos grupos políticos, que en sus ideas que pueden
estar en contradicción con el gobierno de turno, no podrá participar políticamente. Entonces, la
única manera que puedan ser aceptados (que no debería ser así), es hacer alguna alianza con
algún grupo político que tengan el aval de poder lanzar algún candidato, para ser elegido
popularmente, y esto deja en descubierto, que proyectar hacia nuevos grupos políticos, no es una
opción.

En otro suceso que afecta a la democracia de nuestro país, es la destitución e inhabilidad del
alcalde de turno de Bogotá, Gustavo Petro, por parte de la contraloría, en cabeza del señor
Alejandro Ordoñez. Petro, quien fuese militante del M19, y estuviera en los años 80, en el proceso
de paz del entonces presidente Virgilio Barco Vargas, con dicho grupo guerrillero, para que se
reintegraran de nuevo a la sociedad, y poder participar en los escenarios políticos, en lo que se
espera tenga, toda la libertad de ejercerla y participar, sin mirar el pasado guerrillero que este
tuviese. Pero paso todo lo contrario, cuanto Petro es posesionado como alcalde mayor, comienza
una persecución política, que no es nueva hacia los dirigentes y políticos del ideal izquierdista,
como es el caso de Piedad córdoba, entre otros. Y sé estigmatiza el escenario critico de la
democracia y tambalea el avanzado proceso de paz, por las falta de garantías, y no llegue a
culminar, de la mejor manera para las dos partes, lo que hace es solo deja dudas, que en el
momento cuando las FARC deje las armas, y no tenga que volver a estar delinquiendo. Y esperar
que puedan ejercer o al menos participar en escenarios políticos, sin ninguna discriminación o ser
eliminados e inhabilitados políticamente, y siendo el único espacio posible para que puedan
expresarse.

La grave falta que se le hace al voto popular, en cuando se decide sacar del cargo público al alcalde
de Bogotá, son el reflejo, de la verdadera necesidad, de extirpa a como dé lugar al grupo enemigo,
(que este caso son los progresistas), pero creo que ese es el error, al ver al otro, al diferente, como
enemigo y no como adversario político, y entre esos dos términos, quizá se haga confusión a la
hora de definirlo, ya que la política, por ser idealista trata de agrupar y generalizar de alguna
manera. La separación radical entre los dos pensamientos, es la normatividad de la democracia,
esta se fundamenta en el bipartidismo, porque una no puede vivir de la otra, no como
dependencia sino como pensamientos políticos, que deben criticar al otro y hacer el debate
esperado. Pero no exagerando, como es este caso, llegando al punto de deja a un lado, y
colocando por debajo de la ley, todo suceso necesario para estar en el poder, y así resignando a
ver la realidad de la democracia en Colombia, y la eliminación de la izquierda como ideal, por ser
“enemigo”, del gobierno de derecha.

Hace esto pensar que la democracia como escenario bipartidista, está perdiendo y quedando con
uno solo ideal, y dejando de a poco ser una verdadera democracia, (o bueno de la que nos hacen
ver), en los medios, pero que a la larga afectara, llegando a ser un gobierno de régimen, o que en
realidad se delinee como democracia. Pero, donde el pensamiento e ideologías que no son
partidarias sean desaparecidas, entonces ¿a que se juega?, ¿a que exista un modelo de gobierno
que solo beneficie a unos pocos? Se podría pensar en hacer un escenario que se unan estos dos
tipos de partidos en uno solo llamado centro, en donde estos conflictos no existan, y se pueda de
alguna manera llegar a un mutuo acuerdo, así no se afecte las partes adversas, inscritas a
diferentes corrientes políticas, quizá sea una buena idea que se ha mantenido en varios gobiernos,
para que exista un balance. Quizá se podría ganar como consenso político, si se opta por tomarlo.
El riego inminente, es que no existe esa línea que haga diferencia entre lo que es la izquierda y la
derecha, porque se podría estar uniendo conceptos y reglamentos varios de estas ideologías, Pero
tanto de un lado como el otro, habría un desorden descomunal, políticamente, ya que se
comenzaría a contradecir, lo que dice el gobierno y lo que se hace, y no existiría un movimiento
como tal para poder, poner freno a errores que se podrían producir, esta idea no es aceptable, por
que se mira los beneficios de momento, pero no corrigiendo conflictos mucho más graves, cuanto
no se denote la diversidad de ideologías políticas.

Otra manera de ver como la democracia está siendo afectada, y perdiendo su esencia, son las
políticas de cambiar, la constitución para propio beneficio, como lo fue en su momento, el
entonces presidente de la republica, Álvaro Uribe Veles, que por caprichos de mantener el
mandato, y no salir del mismo, hizo un referendo a la carta magna del país, con lo que modificaba
algunos “articulitos”, y que debajo como opción un segundo mandato, (un golpe muy bajo para la
democracia), el pensando y que podía volver a postularse como candidato hacia la presidencia de
la republica. Fue muy fácil, haber poder moldeado la constitución, y lo más grave que muy poco se
pudo hacer para tumbar dicho referendo. Pero que afecto, en gran medida, el mapa político del
país, ya que quizá como dije anteriormente se pasan la ley por la galleta, pero en esta ocasión
aparte, la modifican sin reparo alguno. Lo peor del asunto fue, que el señor Uribe, al no
conformarse con el segundo mandato, quería lanzarse a un tercero y así, por poco, se hubiera
empezado a formar una larga y descontrolada dictadura, (que puede que ya la estemos), pero la
constituyente, pudo frenar, esta iniciativa alegando que era una violación hacia la misma, pero
ante todo la modernidad política colombiana.

Otra disparidad que existe en el ámbito democrático del país, es hacer una equivalencia, entre las
ideas de modernidad política y una modernidad social, ya que la primera es de carácter, puro y
llanamente de estructura en el sistema gubernamental, y en cambio el otro, ya es de carácter
social y especialmente económico. ¿Por que se pretende unir estos dos términos? En la actualidad,
hacer valer un sistema político, siempre se mira, la importancia económica y el crecimiento del
mismo, pero eso es una cosa, muy aparte, en cuanto se crea, que el mismo sistema político toma
partido en ello, en algunas ocasiones, haga influencia, pero esto no significa que es un sistema
meramente económico, y que en realidad solo está haciendo un mero trabajo político. El
neoliberalismo, como dogma de política, se ve atravesada con las ideas de la economía capitalista,
donde el gobierno favorece, el tal punto, que crea o restringe para beneficio de la economía, pero
se puede llegar a entender que el mismo gobierno, sea un agente económico, mas no un sistema
económico, y esto desata un inminente problema, porque no se labora el verdadero papel, del
gobierno y solo se toma como un ejercicio básico de mantener un orden económico, y que la
realidad es mantener un bienestar para el pueblo, saliendo de las lógicas del mercado.

Como se vio anteriormente son estos los casos donde, se deja pensando el verdadero papel de la
democracia en la nación, y que son más los asuntos y los sucesos que han ocurrido. Y ¿Ahora lo
que se espera de la democracia?, en Colombia que sea, no solo la voz, y de solo políticos, sino que
en verdad, se empiece a crear escenarios reales de participación activa del pueblo, que no se
quede con el tarjetón, y esperando en un periodo de cuatro años a volver, a sentir la voz del
pueblo, sino que transcienda en la necesidad de poder ser escuchados, sin estigmatizar cualquier
idea política, y comparándola con grupos insurgentes. Hace falta mucho, para mejorar la situación
de la democracia. Porque es eso en que la voz popular se sostiene, pero quizá la ignorancia, del
pueblo hace que no todos entiendan lo importante, y el poder que tiene el voto, y que venderlo al
mejor postor, o al mejor politiquero de duro, que se engrándesenos hablando, que mejorara la
situación como muchos de sus colegas dicen, entonces si se empieza a discernir, en que el mando
que tenemos es más grande, que cualquier líder político que nos representa, en el congreso, o el
senado, o cualquier escenario político existente en la actualidad.
El espacio político, deberá mejorar, de una u otra forma ya sea, por iniciativa propia de la misma
democracia, o por la revolución necesaria, para fomentarlo, puesto que la sociedad lo está
exigiendo ahora, la falta de garantías, y la mala política, está haciendo brecha entre el pueblo y el
gobierno, donde el juego del más fuerte, hace la diferencia, no tanto como poder, sino por
necesidad de mantenerse en sus cargos. Cambiar definitivamente, el tipo de democracia que se
siente entre el pueblo, y que si la cosa sigue como esta, no se llegara a ningún lado, solo existirá
mas contrariedad y dificultad para mantenerlo, así digan o hagan ver, todo lo contrario, el
gobierno le falta muchas garantías políticas. Entonces para que no se genere un choque
ideológico, de que esperan de la paz, como llegaran a mantenerla, y esperando que cumplan lo
que prometen en estas negociaciones, pero dudo que así sea, ya que siempre tiraran a
desaparecer al otro como enemigo político.

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