Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Los cambios de ministros en el MEF, el alza del sueldo mínimo, el destrabe de proyectos o el
repunte del dólar son algunos de los hechos que marcaron la agenda local en temas económicos
este año.
El resumen del año económico para Perú ha estado lleno de altibajos pero con un balance que
genera expectativas para el 2019 ante lo acontecido. La abrupta salida del ex presidente Pedro
Pablo Kuczynski (PPK) en marzo debido a su renuncia por el difícil contexto político que se
vivía dejó una noticia positiva para los trabajadores peruanos: el alza del sueldo mínimo, que
pasó de S/850 a S/930. Sin embargo, la medida fue cuestionada por gremios empresariales.
Sin embargo, las discrepancias de Tuesta con las autoridades del Ejecutivo motivó su salida del
MEF, después de mantenerse como titular de dicho portafolio por solo dos meses. Se convocó al
economista Carlos Oliva para asumir las riendas de esta cartera.
El Ejecutivo aprobó la modificación de las tasas del ISC para cinco industrias: cigarrillos,
bebidas alcohólicas, bebidas azucaradas, combustibles y sector automotor.
Por otra parte, el 2018 fue el año en que se anunciaron el inicio de proyectos en minería e
infraestructura.
En el sector minero, Anglo American aprobó el desarrollo del proyecto Quellaveco, que
demandará una inversión superior a los US$5,000 millones. También Minsur anunció el inicio
de la construcción de Mina Justa de US$1,600 millones.
Mira en esta galería un repaso de los 10 sucesos que marcaron la agenda económica peruana en
2018.
En abril del presente año la economía peruana creció en 7,81% y acumuló 105 meses de
crecimiento continuo; mientras que la actividad productiva del país en el periodo enero-
abril de 2018 se incrementó en 4,40% y en los últimos 12 meses (mayo 2017-abril 2018) en
3,31%, informó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
PUEDES VER: Standard & Poor's Global Ratings ratifica calificación crediticia de Perú en BBB+
El Banco Central de Reserva (BCR) proyectó que el Producto Bruto Interno (PBI) peruano
registraría una expansión de 5% en el segundo trimestre del año, según
los indicadores adelantados entre los que destacan el sector eléctrico y la importación de
bienes de consumo y de capital.
La aceleración del crecimiento del PBI de 2,5% en 2017 a 4,0% en 2018, se basa en el
fortalecimiento de la demanda interna, en particular, por el importante impulso fiscal (inversión
pública) y la recuperación de la inversión privada, que han incidido de forma positiva en el
empleo formal y consumo de las familias.
Explicó que la inversión pública registró su primera expansión luego de cuatro años de caída
consecutiva, asociado al avance importante de la inversión en los tres niveles de gobierno,
resaltando las obras de los Juegos Panamericanos, Reconstrucción, y proyectos de
infraestructura de transporte.
En esa misma línea, agregó que la inversión privada se consolidó como uno de los principales
motores de crecimiento de la economía, registrando la tasa más alta de los últimos cuatro años,
impulsado principalmente por una mayor inversión minera, debido al inicio de construcción de
nuevos proyectos como Quellaveco, Mina Justa y la ampliación de Toromocho.
Destaca además la marcada recuperación del crecimiento del PBI en el último trimestre de 2018
(4,8%) respecto al 3T2018 (2,4%), ya que permite que la actividad económica inicie el 2019 con
una dinámica favorable. En diciembre 2018, el PBI alcanzó una tasa de crecimiento de 4,7%
(mes previo: 5,2%), impulsado por la expansión de los sectores primarios (8,2%, la mayor tasa
desde mayo 2018), destacando el repunte de la pesca (225,9%) y la manufactura primaria
(46,8%). Además, los sectores no primarios (3,9%), han continuado creciendo a tasas
favorables, en un contexto de solidez de la demanda interna.
Con este resultado de crecimiento del PBI en 2018, Perú se posiciona como una de las
economías con la mayor tasa de expansión en la región. Según el consenso de mercado , al
cierre de 2018, Chile habría crecido 4,0%, Colombia 2,6%, México 2,0% y Brasil 1,3%.
Indicadores favorables
El gobierno está comprometido con la consolidación del crecimiento de la economía por encima
de 4% en los próximos años, acompañado del manejo responsable de las finanzas públicas, lo
que contribuirá con la reducción de la pobreza y la generación de mayor bienestar en la
población.
En lo que va del presente siglo, la economía peruana ha presentado dos fases diferenciadas de
crecimiento económico. Entre 2002 y 2013, el Perú se distinguió como uno de los países de
mayor dinamismo en América Latina, con una tasa de crecimiento promedio del PBI de 6.1%
anual. La adopción de políticas macroeconómicas prudentes y reformas estructurales de amplio
alcance, en un entorno externo favorable, crearon un escenario de alto crecimiento y baja
inflación.
El firme crecimiento del empleo y los ingresos redujo considerablemente las tasas de pobreza.
La pobreza (porcentaje de la población que vive con menos de USD 5.5 al día) cayó de 52.2%
en 2005 a 26.1% en 2013, lo que equivale a decir que 6.4 millones de personas dejaron de ser
pobres durante ese periodo. La pobreza extrema (aquellos que viven con menos de USD 3.2 al
día) disminuyó de 30.9% a 11.4% en ese mismo lapso.
En este contexto, el déficit en cuenta corriente disminuyó rápidamente de 4.8% del PBI en 2015
a 1.6% en 2018. Este déficit externo ha venido siendo financiado principalmente con el ingreso
de capitales de largo plazo. Por su lado, las reservas internacionales netas se han mantenido
estables y, hacia agosto de 2019, ascendieron a 31% del PBI.
Como parte del ajuste, el déficit fiscal se incrementó temporalmente y alcanzó un pico de 3.0%
del PBI en 2017. Este mayor déficit fue resultado de una disminución en los ingresos debido a
los menores precios de exportación y la desaceleración económica, y un incremento en los
gastos recurrentes durante años recientes, especialmente en el caso de bienes y servicios y
salarios. En 2018, un importante rebote de los ingresos fiscales permitió que el déficit fiscal se
reduzca a 2.3% del PIB.
Hacia adelante, se espera que el proceso de consolidación fiscal continúe y que el déficit público
converja hacia un nivel de 1% del PBI en el 2021, en cumplimiento de las reglas fiscales. En
este contexto, la deuda pública bruta (neta), que a junio de 2019 se encontraba en 25.8%
(10.2%) del PBI, seguirá siendo una de las más bajas de la región.
En el mediano plazo, se espera que el crecimiento se mantenga por encima del 3% anual,
sostenido por el dinamismo de la demanda interna y por un paulatino aumento de las
exportaciones. Estas proyecciones de crecimiento son vulnerables a impactos externos como
una caída de precios de las materias primas o un ajuste de las condiciones financieras
internacionales. Algunos eventos que podrían desencadenar estos efectos son una escalada de
medidas proteccionistas en el ámbito comercial, una desaceleración del crecimiento de China o
de Estados Unidos y cualquier factor que genere incertidumbre acerca de la viabilidad
financiera de otras economías emergentes. Además, la economía está expuesta a riesgos
naturales, incluyendo fenómenos climáticos recurrentes como El Niño. Frente a estos riesgos, la
economía peruana ha establecido amortiguadores monetarios, cambiarios y fiscales que
permitirían atenuar sus efectos.