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La iniciativa presidencial de la Presidenta de la República, señala en primer lugar que: “El análisis
efectuado por la Comisión indicada, nos ha permitido concluir que, para resguardar y hacer efectivo
el cumplimiento del principio de la probidad administrativa, se requiere contar con medios eficaces
para denunciar los hechos irregulares de que se tenga conocimiento sin temor a venganzas ni
represalias”.
En este punto, es dable indicar que se reformaron ciertas normas estatuarias que regían a los
funcionarios de la Administración del Estado, incluyendo las Municipalidades, modificando los
s
artículos 61 k) y 58 k) de las leyes N° 18.834 y 18.883, sobre la obligación que tiene todo funcionario
de denunciar los crímenes y simples delitos de que tome conocimiento, a lo que con la reforma,
debe dar cuenta además, de los hechos irregulares o las faltas al principio de probidad.
Se agregan los artículos 90 A y B, 88 A y B, a las leyes Nºs 18.834, y 18.883. La letra A, de ambos
estatutos, establece los derechos que tiene el funcionario que denuncia hechos relacionados con
una falta a la probidad.
La letra B, describe los requisitos que debe contener la denuncia; y se adiciona una conducta a las
que contravienen especialmente el principio de probidad, en la ley N° 18.575, Orgánica
Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado.
Posteriormente se creó un Consejo Asesor Presidencial contra los conflictos de interés, el tráfico de
influencias y la corrupción, también denominado “Comisión Engel”, cuyo objeto sería “Proponer un
nuevo marco normativo, que permita el cumplimiento efectivo de los principios éticos, de integridad
y transparencia, en sus aspectos legales y administrativos para logar el eficaz control del tráfico de
influencias, prevención de la corrupción y de los conflictos de interés en los ámbitos de los negocios,
la política y el servicio público, así como en la relación entre estos”.
Finalmente, la Ley N° 20.880, de 2015, sobre Probidad en la Función Pública y Prevención de los
Conflictos de Intereses, viene a reforzar el principio de probidad en la función pública, indicando
que consiste en observar una conducta funcionaria intachable, un desempeño honesto y leal de la
función o cargo con preeminencia del interés general por sobre el particular.
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