Sei sulla pagina 1di 11

MANERAS DE LEVANTAR LÍDERES EN TU IGLESIA

Mark Dever
Nota del editor:
Este artículo fue adaptado del capítulo 10 del libro de Mark Dever, Discipling: How to
Help Others Follow Jesus [Discipulando: cómo ayudar a otros a seguir a Jesús]
(Crossway, 2016).
El Nuevo Testamento está lleno de instrucción sobre cómo discipular a los creyentes
en general, pero de vez en cuando también se enfoca particularmente en cómo levantar
líderes en la iglesia. Por ejemplo, Pablo le dice a Tito: “Por esta causa te dejé en Creta,
para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada ciudad como
te mandé” (Ti. 1:5). Luego describe cómo deben ser estos ancianos. De manera similar,
le dice a Timoteo que busque “hombres fieles aptos para enseñar también a otros” (2
Tim. 2:2).
De la misma manera, me gustaría ofrecer consejos sobre cómo he trabajado
personalmente para encontrar, animar, y levantar otros líderes en mi iglesia, ya sea para
servir en mi iglesia o eventualmente en otras iglesias. Muchos de los asuntos discutidos
a continuación se aplican al discipulado de manera más amplia. Después de todo, los
criterios enumerados para un anciano en Tito 1 y 1 Timoteo 3 deberían caracterizar a
cada cristiano, excepto el requisito de no ser recién convertido y el de ser apto para
enseñar. Es decir, los objetivos de discipular a un creyente y a un posible líder de iglesia
son básicamente los mismos.
Sin embargo, quiero poner especialmente en los ancianos la responsabilidad de pensar
en cómo levantar futuros líderes. Esa es una de sus obligaciones particulares. Samuel
Miller (1769-1850) dijo una vez:
Dondequiera que estés, intenta siempre adquirir y mantener una influencia en los
jóvenes. Son la esperanza de la iglesia y del Estado; y el que desempeñe un papel
decisivo en llenar sus mentes con sentimientos de sabiduría, virtud, y piedad, es uno
de los más grandes benefactores de su especie. Por lo tanto, son dignos de tu atención
especial e inagotable… En pocas palabras, emplea cada método cristiano para unirlos
a tu persona y ministerio, y para inducirlos a tomar interés desde temprano en los
asuntos de la iglesia.
Aquí hay nueve pasos para levantar líderes en tu iglesia.
1. Pastorea con los requisitos bíblicos en mente
El lugar para comenzar es con los requisitos que Pablo da a Timoteo y a Tito:
“Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer. Un obispo debe ser,
pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta
decorosa, hospitalario, apto para enseñar, no dado a la bebida, no pendenciero, sino
amable, no contencioso, no avaricioso. Que gobierne bien su casa, teniendo a sus hijos
sujetos con toda dignidad (pues si un hombre no sabe cómo gobernar su propia casa,
¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?); no un recién convertido, no sea que se
envanezca y caiga en la condenación en que cayó el diablo. Debe gozar también de
una buena reputación entre los de afuera de la iglesia, para que no caiga en descrédito
y en el lazo del diablo”, 1 Timoteo 3:1-7, también Tito 1:6-9.
No hay nada extraordinario en estas virtudes. Sin embargo, como oí decir a Don
Carson una vez, un anciano hace extraordinariamente bien lo que un cristiano
ordinario debe hacer. Es un modelo para todo el rebaño. Es un cuadro de madurez
para todos.
*En ocasiones pregunto a los jóvenes si han pensado en servir como ancianos, y lo
hago temprano en su discipulado, sabiendo que pueden estar a años de estar calificados
y listos. Es mi manera de preguntar si servir y construir a la iglesia es una de sus
ambiciones, y si no, ¿por qué no? Es decir, una buena herramienta de discipulado
para cada cristiano es esta lista (a excepción de ser apto para enseñar).
Dicho esto, no creo que Pablo quiera proporcionar una lista exhaustiva de lo que debe
ser un anciano. Por ejemplo, nunca dice: “lector fiel de la Biblia”, u “hombre de
oración”, aunque creo que cada anciano debe ser esas dos cosas. +
Cuando se trata de levantar líderes en general, y hombres que la iglesia apoye
financieramente en especial, creo que también debemos buscar dones naturales
de liderazgo.
Quiero promover y equipar a hombres que al parecer pueden ayudar a avanzar el
cristianismo en lugares a donde yo nunca iré: el futuro más allá de mi muerte.
¿Significa esto que estoy transgrediendo Santiago 2:1 al tener favoritos? No lo creo.
Santiago se preocupa por favorecer indebidamente a los ricos. El mal discernimiento y
la discriminación incorrecta no hacen que todas las distinciones sean malas. Recuerda,
Pablo le dice a Timoteo que busque “hombres fieles” que puedan “enseñar a
otros”, así como hombres que “aspiren al oficio de obispo”. Un hombre puede
aspirar por las razones equivocadas, pero un hombre que no aspira en absoluto no está
calificado.
En última instancia, debes pastorear hombres con la mira en los requisitos bíblicos.
Esa es la línea base. Y cuando un hombre demuestra los dones naturales que tiene
en que la gente lo sigue, más puedes buscar oportunidades para que él practique
ser líder.
2. Adoptar una posición de búsqueda
Si deseas levantar líderes, necesitas estar en posición de observación permanente.
Esta debe ser tu postura, especialmente si eres un anciano. El anglicano Phillip Jensen
de Sydney habla de “jóvenes que vale la pena observar”. ¿Puedes nombrar a algunos
jóvenes así a tu alrededor?
Los pastores deben ser profundamente oportunistas en cuanto a levantar más pastores.
Y toda la iglesia debe tener una profunda confianza en que el Señor quiere que se
levanten nuevos líderes.
Mantengo mis ojos abiertos de varias maneras. Me mezclo con la congregación e
interactúo con ellos. Voy a la puerta después de los servicios dominicales y noto quién
dice qué, o quién está interactuando con quién. Me esfuerzo por proporcionar muchas
oportunidades de enseñanza en la vida semanal de nuestra iglesia donde puedan surgir
maestros talentosos. Orar a diario por todo el directorio de la membresía de la iglesia
también trae personas a la mente.
3. Pasa tiempo personal
Pasar tiempo con la gente es parte crucial de levantar líderes, así como Jesús llamó
a los discípulos a acompañarlo al monte para que estuvieran “con él”.
Tristemente, veo que muchos pastores construyen muros a su alrededor. Ellos no son
hombres que estarán levantando más líderes, al menos no directamente. No estoy
diciendo que necesites ser extrovertido, pero un pastor sí tiene que encontrar alguna
manera de pasar tiempo con otros líderes potenciales en su iglesia. Hebreos
13 exhorta a la iglesia a seguir el ejemplo de sus ancianos. ¿Cómo pueden hacerlo si
no conocen a sus líderes de cerca? El llamado de Pablo a la imitación requiere ese
mismo tiempo.
Así que un pastor necesita encontrar formas de pasar tiempo con hombres más
jóvenes. Los almuerzos pueden ser cruciales. En aquellas ocasiones en que mi esposa
me pide que vaya a la tienda, por lo general empiezo a sudar frío por temor a comprar
algo que no debo (problema mío, no de ella), y por eso a menudo llevo a un hermano
conmigo. De esa manera, podemos pasar tiempo intencional juntos, y él puede
compartir mi culpa si me equivoco en algo. Meto a la gente en mi horario de
preparación de sermones también, incluyendo un almuerzo dedicado a lluvia de
ideas sobre la aplicación, y una lectura previa el sábado por la noche. Estas reuniones
no solo mejoran el sermón, sino que también me permiten escuchar la opinión de gente
diferente, y animarlos.
Todos estos ejemplos están diseñados en torno a mí, mi trabajo, y mi horario. Averigua
qué horario funciona para ti, y mete discípulos en ese horario.
4. Promueve confianza
Si deseas ver líderes, tu postura debe estar caracterizada por una disposición a
promover la confianza. Habiendo vivido en diferentes lugares y viajado, sé que tal
disposición varía de un lugar a otro. Pero creo que es una característica del amor: el
amor cree todas las cosas y espera todas las cosas (1 Co. 13:7). Probablemente tienes
miembros de tu iglesia a quienes el Señor ha confiado con grandes talentos, pero para
que se descubran, alguien debe confiar de antemano en ellos, dándoles crédito. Los
buenos líderes lo hacen. No esperan a que la gente se pruebe a sí misma, y luego les da
oportunidades de enseñanza. No, ellos ven el indicio de algo que, con un poco de
estímulo, podría crecer y florecer. Así que dale crédito y deja que el joven discípulo
lo gaste.
Muchos líderes, con la mejor motivación, pueden ser demasiado conservadores en esto.
Más de una vez he visto pastores mayores que son incapaces de afirmar el liderazgo de
nadie. O he presenciado cómo los hombres se convierten en ancianos laicos y, a
continuación, suben la escalera de su casa en el árbol para que nadie más pueda entrar,
pidiendo de posibles ancianos más de lo que nadie jamás ha pedido. Ahora bien: vas a
cometer errores. No le atinarás al cien. Yo no lo he hecho. Pero definitivamente me
arriesgo en el liderazgo. Vale la pena. Dios es soberano. Cristo edificará su Iglesia.
Así que demos el paso y tomemos algunos riesgos.
Las congregaciones, por su parte, deben ser pacientes con los jóvenes en el
liderazgo, ya que cometen errores de jóvenes. A menudo digo a las iglesias que no
tengan miedo de nominar a un cachorro de león. Puede rayar el piso o dañar algunos
muebles, pero si eres paciente con él, tendrás un león que te amará para toda la vida.
5. Delega responsabilidades
Este punto está ligado al anterior. ¿Cómo promueves la confianza? Delegando
responsabilidad y oportunidad. Hay varios componentes en esto:
Da a la gente la oportunidad de liderar.
Mantén en silencio una lista de hombres en tu congregación que piensas que podrían
ser buenos maestros, oradores públicos, líderes de servicio, o maestros de la escuela
dominical. Pruébalos delegando. Nuevamente, reconozco que algunos pastores se
sienten muy protectores con respecto a sus rebaños: “Pero Mark, el Espíritu Santo me
ha puesto por supervisor”. Ahí es donde digo: Cuando mueras, amigo, la iglesia estará
bien. Y debes ayudar a que esté mejor aflojando tus riendas ahora y preparando a otros
líderes delegando. Tu meta no es construir tu reino. Tu objetivo es capacitar a otros
dándoles oportunidades para dirigir y enseñar.
Pierde votos y discusiones.
Delegar autoridad significa ceder una medida de control. Y si estás dispuesto a
hacer eso, necesitas estar dispuesto a perder votos o no siempre tener la última
palabra. No todo debe ir por donde tú quieres.
¡Si nunca dejas que la gente conduzca de una manera contraria a tu propia
opinión, no estás dejándolos liderar realmente! Por lo tanto, sí, puede que te sientas
decepcionado al perder en uno u otro tema, pero la ganancia de animar a otros líderes
a liderar es una mejor inversión a largo plazo (sin mencionar que bendice a la iglesia
con los dones de su sabiduría).
Cultiva el respeto por otros líderes.
Hace algunos años, nuestro pastor adjunto y yo estábamos de pie en la plataforma al
frente de la iglesia antes de que comenzara un estudio bíblico. Él estaba por dirigirlo.
Mientras jugábamos hablando entre nosotros, le di unas palmadas en la cabeza (él es
más bajo que yo). Él inmediatamente me llevó a un lado y me dijo amable pero
firmemente: “Mark, detente. No puedes tratarme así delante de la congregación si
quieres que me respeten”. Una vez que lo dijo, me pareció tan obvio. ¡Por supuesto!
Necesitaba tratarlo públicamente como un líder y trabajar para cultivar en la
congregación ese respeto hacia él.
6. Da y recibe retroalimentación
Una vez que delegues responsabilidades y oportunidades para ministrar, también
necesitas crear estructuras de retroalimentación. Para empezar, eso significa
mostrar a aquellos que estás discipulando cómo dar y recibir crítica de forma
piadosa. Sé honesto y tierno con los hermanos sobre cosas que podrían mejorar.
Tu habilidad para dar crítica piadosa crecerá grandemente al modelar lo que
significa invitar y recibir crítica piadosa. Para alentarla, trato de recibir
comentarios críticos sin responder (no es que siempre tenga éxito), incluso si no
estoy de acuerdo con la crítica.
Respondo si pienso que el comentario engañará a otros, pero si derribo cada crítica
constructiva que me ofrezca uno más joven, especialmente después de que he invitado
la retroalimentación, él aprenderá rápidamente que es vano (y vergonzoso) ofrecerme
sus opiniones de manera directa. ¡Y eso sería de lo menos útil para mí! Siempre hay
espacio de mejora en mi ministerio. Los comentarios que he recibido durante 20 años
me han ayudado mucho a servir mejor a la iglesia.
Además de modelar lo que significa dar y recibir críticas piadosas, también
debemos modelar el dar estímulo piadoso. Pablo tenía muchas cosas críticas que
decir a la iglesia de Corinto, pero abre su carta dando gracias a Dios por ellos (1 Co.
1:5, 7). No creo que Pablo estuviera halagando a los corintios. Creo que estaba
reconociendo correctamente lo que Dios había hecho. ¿Acaso no debemos reconocer
que lo que viene de Dios pertenece a Dios, como las evidencias de la gracia en las
vidas de los demás? Alentar a los aspirantes a líderes debe enseñarles a alabar a Dios.
Muchas veces he visto a hombres, particularmente los más jóvenes, actuar como si
el verdadero liderazgo se mostrara en la corrección de los demás. Es por eso que a
menudo los sermones de los jóvenes son regaños. Lo que no han descubierto es que
suele lograrse más mediante el ánimo. Hay momentos para regañar, pero del 80 al 90
por ciento de lo que esperas corregir puede lograrse mediante el ánimo.
Si miras hacia atrás en tu vida y consideras qué te influyó más, probablemente te
darás cuenta de que fue la gente que creyó en ti. Como Henry Drummond una vez
dijo: “Te darás cuenta, si piensas por un momento, de que las personas que influyen en
ti son las personas que creen en ti. En un ambiente de sospecha, los hombres se
marchitan; pero en esa atmósfera se expanden y encuentran aliento y compañerismo
educativo”.
Hay momentos para regañar, pero del 80 al 90 por ciento de lo que esperas
corregir puede lograrse mediante el ánimo.
Cuando observo que los hombres que estoy discipulando animan y critican a mí o a los
demás, aprendo tanto de ellos como de lo que están comentando. Es como estar en una
galería de arte y no mirar las pinturas, sino a la gente observando las pinturas. ¿A qué
se sienten atraídos? ¿Qué enfatizan? La creación de buenos lazos de
retroalimentación, si eres un pastor, ayuda a que todo este discipulado suceda.
7. Fomenta la autoridad piadosa
Muy a menudo hoy en día la gente no entiende lo que un don de autoridad piadosa
puede ser. El aumento de los líderes nos obliga a enseñar acerca de la autoridad piadosa,
y fomentarla. Jesús ciertamente enseñó a sus discípulos sobre el buen uso de la
autoridad (Mt. 20:25-27).
El mundo caído usa mal la autoridad y miente sobre la autoridad bien usada. La mentira
básica de Satanás a Adán y Eva fue que Dios realmente no podía amarlos y al mismo
tiempo decirles que no.
La verdadera naturaleza de la autoridad se hizo evidente para mí hace años cuando
estaba predicando a través de 2 Samuel. Las “últimas palabras” de David son
sorprendentes:
“El que con justicia gobierna sobre los hombres, que en el temor de Dios gobierna, es
como la luz de la mañana cuando se levanta el sol en una mañana sin nubes, cuando
brota de la tierra la tierna hierba por el resplandor del sol tras la lluvia”, 2 Samuel
23:3-4.
La buena autoridad bendice a los que están bajo esta. Los nutre. La gente
gravitará hacia una autoridad saludable que se desgasta por el bien de aquellos
bajo su cuidado, en lugar de usarlos para su propio bien. Mira cómo una familia
prospera bajo buenos padres, o un equipo bajo un buen entrenador.
El abuso de la autoridad por parte de los pastores es un pecado terriblemente
destructivo y particularmente blasfemo.
Es por eso que el abuso de autoridad por los pastores es un pecado terriblemente
destructivo y particularmente blasfemo. Además, las historias de predicadores de
prosperidad que compran aviones privados por decenas de millones de dólares señalan
algo increíblemente retorcido y satánico. Estos “pastores” refuerzan la mentira que
Satanás silbó en el oído de Adán y Eva en el Edén: esa autoridad es solo una manera
de abusar de ti para beneficio del líder.
Gracias a Dios, el Rey en la cruz nos muestra que lo contrario es cierto cuando se trata
de la autoridad piadosa.
Así como Jesús enseñó a sus discípulos en el uso piadoso de la autoridad, y lo
modeló en sí mismo, así también nosotros debemos hacerlo con los hombres que
estamos levantando en el liderazgo.
8. Espere claridad
Los líderes en la iglesia deben saber cómo ser inusualmente claros en la doctrina
y enseñar la verdad en general. Esto es una implicación de lo que Pablo enseña a los
líderes de Éfeso en Hechos 20. Y es su presuposición a lo largo de sus cartas a Timoteo
y a Tito. Un líder debe poseer claridad sobre la verdad.
Debes buscar personas que tengan una capacidad natural para responder a la
pregunta, “¿Por qué?”.
Y necesitan ser especialmente claros sobre ciertos temas: los asuntos más básicos
de la teología y el evangelio; aquellas doctrinas que distinguen a tu iglesia de otras;
y aquellas enseñanzas en la Escritura que están bajo fuego y no son populares en
el mundo en general.
9. Fomenta una cultura de humildad
Lo que estas ocho prácticas anteriores requieren es una cultura de humildad. El
discipulado cristiano depende de tal humildad que expulsa la envidia.
No es ningún signo de humildad en mí si estoy viendo a otro ministro y pensando que
“podría hacerlo mejor”, o sintiéndome desanimado porque “nunca podría hacerlo tan
bien”. Dios hace diferentes cosas buenas con diferentes personas. Somos como
distintos instrumentos en la orquesta, y un buen líder ayuda a cada persona a encontrar
su lugar. ¿Por qué el trombón estaría celoso del timbal? Cada uno se puede disfrutar
por lo que es.
Una manera de ver todo mi ministerio es preparando a mi iglesia para el próximo
pastor.
Fomentar una cultura de humildad significa trabajar en contra del temor al hombre. Y
lo hacemos, por supuesto, aprendiendo a temer al Señor. *Antes de que los hombres
asistan al internado pastoral en mi iglesia, les pedimos que lean el libro de Ed
Welch, When People Are Big y God Is Small [Cuando las personas son grandes y
Dios es pequeño]. Si no conoces ese libro, lo recomiendo encarecidamente. Todo
aspirante a líder debe aprender a reconocer el miedo del hombre en sí mismo. Una
forma de verlo en un nuevo interno es cuando aparece en nuestra iglesia y se siente
amenazado por otros líderes fuertes. (*ver también Perfil de Tres Monarcas). Sin
embargo, quiero líderes fuertes, tantos como pueda. Después de todo, una manera de
ver todo mi ministerio es preparando a mi iglesia para el próximo pastor.
En general, la humildad nos lleva a hablar cuando debemos hablar y a permanecer en
silencio cuando debemos permanecer en silencio. Nos lleva a ser tiernos y de piel
gruesa. Quiero ver prosperar a la iglesia de Dios al ver levantarse a más líderes
humildes. Creo que mi humildad es parte de cómo eso va a suceder.
¡Qué gozo es servir a Dios para discipular a otros! ¿Por qué no pasar tu vida
haciéndolo?

La mayoría de los pastores están demasiado familiarizados con la tiranía de lo urgente.


A menudo, hay tantas goteras que necesitan parches que parece imposible frenar y
encontrar el tiempo necesario para entrenar a un equipo, esto es, levantar nuevos
líderes.
No obstante, como pastor, hay varias razones por las que deberías estar discipulando
regularmente a hombres que tienen el potencial de servir como ancianos, ya sea en tu
iglesia o en otra.
POR QUÉ LOS PASTORES DEBERÍAN LEVANTAR LÍDERES
1. La Escritura lo manda.
En 2 Timoteo 2:2 Pablo escribe: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto
encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”. Puesto que
2 Timoteo fue escrita no solamente para Timoteo, sino para todos nosotros (Ro. 15:4,
2 Ti. 3:16-17), cada pastor de una iglesia local debería entrenar a otros hombres para
que sean maestros en la iglesia.
2. Los pastores son los que están más capacitados para entrenar a otros pastores.
Los hombres que se están entrenando para el ministerio aprenderán mejor de aquellos
que están trabajando a tiempo completo. Ganarán sabiduría práctica, sensibilidad
personal y un entendimiento cercano del trabajo que no obtendrán de ninguna otra
forma.
3. La iglesia lo necesita.
Como pastor, tienes que liderar el levantar líderes, ya sea que esos líderes vayan a servir
en tu propia iglesia como ancianos o se marchen a otro sitio. Si tú no discípulas líderes,
¿quién lo hará?
4. Evangeliza a generaciones futuras.
Un pastor puede hacer obra misionera de futuro levantando líderes en el presente.
¿Quién liderará tu iglesia y evangelizará tu comunidad cuando te hayas ido? Levanta
líderes ahora y conseguirás enviar el evangelio no solo a tu comunidad, sino también
al futuro.
CÓMO PUEDEN LOS PASTORES LEVANTAR LÍDERES
Pero, ¿cómo puede un pastor ocupado, con escasos recursos, discipular a hombres que
lleguen a ser líderes de iglesia?
Aquí tienes algunas sugerencias prácticas:
1. Comparte tu púlpito (con cuidado). Busca maneras de dar oportunidades de
predicar y enseñar a hombres más jóvenes en tu congregación —hombres fiables
doctrinalmente y pastoralmente—, aun cuando no estén habituados a hablar en público.
2. Enseña a tu congregación a preocuparse por otras iglesias y por los amplios
propósitos del Reino de Dios. El objetivo es que la iglesia como un todo asuma la
responsabilidad de levantar pastores tanto para la propia congregación como para otras
iglesias. Anímales diciéndoles que esto será para su bien a largo plazo. Tu ánimo y
liderazgo les ayudará a ser más generosos, fieles en la oración y pacientes con hombres
más jóvenes y menos experimentados.
3. Ora públicamente por otras iglesias y pastores, mencionando sus nombres.
4. Ora públicamente por la extensión del evangelio en otras naciones, mencionando
sus nombres.
5. Busca otras oportunidades para dar ocasiones de enseñar y evangelizar a
hombres más jóvenes; tales como clases de escuela dominical, oración pública o
liderazgo de reuniones. Entrénalos. Dales consejos.
6. Haz un análisis del culto semanal. Invita a los participantes del ministerio público
de la iglesia a analizar los eventos del día. Pide opiniones acerca de tu predicación y
de cómo se dirigió la reunión. Sé un modelo en cuanto a cómo dar y recibir tanto ánimo
como crítica de una manera piadosa.
(Consejos: Enfatiza lo bíblico, lo teológico y lo pastoral más que el estilo o las
preferencias personales. Sé honesto, pero no expreses de una vez demasiadas críticas
sobre los jóvenes y los inexpertos. Busca evidencias de gracia y asegúrate de que los
participantes se van motivados y edificados).
7. Sé un ejemplo personal en la evangelización, siendo amigo de los no cristianos y
discipulando a los cristianos más jóvenes. Fíjate en aquellos que empiezan a imitar tu
ejemplo e invierte específicamente en ellos.
8. Considera desarrollar un internado pastoral. Haz click aquí para ver algunos
ejemplos de formación pastoral en la iglesia.
9. Entrega muchos buenos libros. Invita a los líderes en proceso de formación a tener
conversaciones una vez que hayan leído el libro que les diste.
10. Invita a hombres más jóvenes a tu oficina para trabajar y leer mientras haces
lo mismo.
11. Invita a los líderes en formación a que entren en el proceso de preparación de
tu sermón. Comenta el texto con uno o dos de ellos mientras estudias. Una vez que
tengas el mensaje principal del texto, invita a alguien a pensar contigo acerca de las
aplicaciones del sermón.
12. Piensa acerca de cualquier oportunidad en tu vida y ministerio para invitar a
líderes en proceso de formación: comidas en tu casa, recados, visitas pastorales,
viajes para charlas en otros sitios, conferencias.
13. Comenta asuntos pastorales —que no sean delicados— con hombres más jóvenes
y pregúntales su opinión. Esto les entrenará en el pensamiento teológico y pastoral.
Incluso pueden darte perspectivas frescas.
P. ¿Como se que soy llamado al ministerio?
R: Cuando el deseo es único y tú no puedes hacer otra cosa y tu iglesia afirma ese
deseo.
P: ¿Cuál es el consejo que das a un joven preparándose para entrar al ministerio
pastoral?
R: Ven a Master’s Seminary. Definirá el resto de tu vida
P: ¿Cuál es tu mejor consejo para un joven dentro del seminario?
R: Consigue las herramientas para interpretar la Escritura y la teología para formar tus
convicciones. Todo el resto es relleno
P: ¿Cuale son las más grandes influencias que han moldeado tu manera de pensar sobre
la enseñanza/predicación en tus inicios en el ministerio?
R: EL Tesoro del Conocimiento Bíblico me permitió explicar la Escritura con la
escritura. Colócalo junto a la Biblia.
P: ¿Cómo puede un joven preparase mejor para el ministerio o las misiones sin
endeudarse
R: Consíguete un tío rico o cásate.
P: ¿Cuál ha sido el mejor consejo de tu padre respecto al ministerio pastoral?
R: Cuando le dije que sentía el llamado de Dios al ministerio, el me dio una Biblia
donde escribió al principio “Predica la Palabra, te ama tu Papa”
P: ¿Hay algún libro/epístola en la Escritura que recomendarías a un joven pastor sobre
el cual predicar?
R: El lugar esencial para comenzar es Romanos porque explícitamente define la
salvación en todos sus aspectos y culmina con el aspecto práctico.
P: ¿Demanda GCC a los miembros que firmen toda la declaración doctrinal para
membresía?
R: No. Es “Lo Que Enseñamos.” Si estas en el reino de Dios tu puedes unirte a nuestra
iglesia.
P: ¿Cuál es la mejor manera de tratar con el orgullo?
R: Aleja tus ojos de ti mismo y dirígelos a Cristo. La brecha entre lo que tu eres y lo
que El es infinita.
P: ¿alguna vez has lidiado con el letargo espiritual? y si es así, ¿qué hacer al respecto?
P: La mejor manera es quitar tus ojos de ti mismo y entregarte a los demás por el bien
del evangelio.

Potrebbero piacerti anche