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SOBRE EL ALLANAMIENTO DE
DOMICILIO POR PARTE DEL
PERSONAL PNP
Por: Denwer Núñez Cusacani (Diciembre, 2018)
CODIGO PENAL
DECRETO LEGISLATIVO Nº 635
TITULO IV: DELITOS CONTRA LA LIBERTAD
Violación de domicilio
Artículo 159.- El que, sin derecho, penetra en morada o casa de negocio ajena,
en su dependencia o en el recinto habitado por otro o el que permanece allí
rehusando la intimación que le haga quien tenga derecho a formularla, será
reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años y con treinta a
noventa días-multa.
Artículo 160.- El funcionario o servidor público que allana un domicilio, sin las
formalidades prescritas por la ley o fuera de los casos que ella determina, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años e
inhabilitación de uno a dos años conforme al artículo 36, incisos 1, 2 y 3.
NUEVO CODIGO PROCESAL PENAL
DECRETO LEGISLATIVO Nº 957
LIBRO SEGUNDO: LA ACTIVIDAD PROCESAL
CAPÍTULO V: EL ALLANAMIENTO
PROCESOS CONSTITUCIONALES
2. La orden tendrá una duración máxima de dos semanas, después de las cuales
caduca la autorización, salvo que haya sido expedida por tiempo determinado o
para un período determinado, en cuyo caso constarán esos datos.
JURISPRUDENCIA
EXP. N. 0 03691-2009-PHC/TC, Cajamarca
LUZ EMERITA SÁNCHEZ CHÁVEZ Y OTRO
Del supuesto de la flagrancia delictiva al interior del domicilio como
presupuesto válido para su intromisión por parte de la fuerza pública
15. Que el dispositivo de la Norma Fundamental que tutela el derecho a la
inviolabilidad del domicilio a su vez señala los supuestos de excepción a la
autorización de ingreso o registro del domicilio, precisando que cabe su
intervención en caso de "(...) flagrante delito o muy grave peligro de su perpetración.
Las excepciones por motivos de sanidad o de grave riesgo son reguladas por la
ley", estas dos últimas referidas a un estado de necesidad o fuerza mayor.
16. Que en nuestro caso, en lo referente a la detención policial bajo el supuesto de
la flagrancia delictiva, el Tribunal Constitucional ha establecido en reiterada
jurisprudencia que la flagrancia en la comisión de un delito presenta la concurrencia
de dos requisitos insustituibles: a) la inmediatez temporal, es decir, que el delito se
esté cometiendo o que se haya cometido instantes antes; y b) la inmediatez
personal, es decir, que el presunto delincuente se encuentre en el lugar de los
hechos en el momento de la comisión del delito y esté relacionado con el objeto o
los instrumentos del delito, ofreciendo una prueba evidente de su participación en
el hecho delictivo. Este criterio ha sido sostenido por este Tribunal incluso cuando
a través del artículo 1 o del Decreto Legislativo N. 0 989 (publicado con fecha 22
de julio de 2007) se modificó el artículo 4° de la Ley que regula la intervención de
la Policía y del Ministerio Público en la Investigación Preliminar del Delito (Ley N. 0
27934), estableciendo que la situación de la flagrancia delictiva subsiste dentro de
las 24 horas de producido el hecho punible en determinados supuestos [Expediente
N. 0 05423-2008-PHC/TC]. Sin embargo, el Congreso de la República a través de
la Ley N. 0 29372 del 9 de junio de 2009 modificó el artículo 259° del Nuevo Código
Procesal Penal (que regula la detención policial en situación de flagrancia),
coincidiendo con el criterio establecido por el Tribunal Constitucional y disponiendo
su vigencia a todo el territorio nacional.
17. Que la flagrancia es un instituto procesal con relevancia constitucional que debe
entenderse como una evidencia del hecho delictuoso respecto de su autor. Así, la
flagrancia se configurará cuando exista un conocimiento fundado, directo e
inmediato del hecho punible que se viene realizando o que se acaba de realizar
instantes antes, situación en la que, por su particular configuración, es necesaria la
urgente intervención de la Policía para que actúe conforme a sus atribuciones. En
este sentido, lo que justifica a excepción al principio constitucional de la reserva
judicial para privar de la libertad a una persona es la situación particular de la
urgencia que, en el caso, concurriendo los requisitos de la inmediatez temporal e
inmediatez personal de la flagrancia delictiva, comporta su necesaria intervención.
18. Que por tanto, y estando a lo anteriormente expuesto, resulta legítimo el ingreso
de efectivos de la Policía Nacional en el domicilio de una persona sin su previa
autorización siempre que se tenga conocimiento fundado, directo e inmediato, que
deje constancia evidente de la realización de un hecho punible, el gravísimo peligro
de su perpetración o en caso de la persecución continuada del infractor que se
refugia en él. Ello implica que el objetivo de tal intromisión domiciliaria no es otro
que la urgente intervención a efectos de tener al infractor, evitar que se cometa el
hecho punible y, accesoriamente, efectuar las investigaciones y/o los registros con
ocasión del delito en cuestión (decomiso de los objetos del delito, entre otros).
19. Que en este contexto se concluye que la intervención urgente sancionada para
los casos de flagrancia se justifica constitucionalmente respecto de los delitos de
consumación instantánea, pues en los delitos permanentes no se configuraría, en
principio, la situación de urgencia que impida recabar la autorización judicial
correspondiente. Por consiguiente, en los delitos de tenencia de armas, drogas,
contrabando y otros, cuya posesión continuada se indica como almacenada al
interior de un domicilio, se requerirá la previa autorización judicial; pues, aun
cuando puedan presentarse de manera concurrente los requisitos de la flagrancia
delictiva, en los delitos permanentes se presenta el decaimiento del supuesto de la
extrema urgencia.
Casación 553-2018, Lambayeque
Requisitos para la procedencia del allanamiento y registro domiciliario
SÉPTIMO. (…) Puede haber un concepto estricto de flagrancia delictiva, como uno
extensivo que comprende la cuasi flagrancia y la flagrancia ficta. El artículo 259 del
Código Procesal Penal tiene una definición legal o auténtica de flagrante delito, en
la que comprende estos tres supuestos, aunque en los últimos supuestos
(apartados 3 y 4) su delimitación es en extremo flexible o amplio.
Ahora bien, a los efectos de la diligencia de allanamiento y registro, atento al
derecho fundamental en debate: inviolabilidad de domicilio, solo es posible
concebirla en los casos de flagrancia estricta y de cuasi flagrancia, asociada esta
última al momento en que se persigue al imputado sin solución de continuidad y se
advierte su presencia en el predio donde estaba o de donde salía tras su fuga.
Así las cosas, debe entenderse que, a los fines de entrada y registro domiciliario,
existirá flagrancia siempre que se cumplan dos notas sustantivas y dos notas
adjetivas. En el primer caso, se requiere (i) inmediatez temporal –la acción
delictiva se está desarrollando o acabe de desarrollarse en el momento de su
percepción o intervención– e (ii) inmediatez corporal –el delincuente se encuentre
en el lugar del hecho en situación o en relación con aspectos del delito que
proclamen su directa intervención en el mismo–. En el segundo caso, se necesita
de (iii) percepción directa y efectiva del hecho por el efectivo policial –visto
directamente o percibido de otro modo por material fotográfico o fílmico–, y de (iv)
necesidad urgente de la intervención policial (Sentencia del Tribunal Supremo
Español 472/1997, de catorce de abril). Es imperativo, entonces, que para la
legalidad constitucional de la diligencia de allanamiento y registro se advierta la
presencia del delincuente en el mismo teatro de los hechos cometiendo un delito o
huyendo inmediatamente tras su comisión –formará parte del teatro de los hechos
el domicilio allanado y registrado–, sin que a ello obste que se logre arrestarlo o
que consiga fugar.
RESUMEN
Así las cosas, debe entenderse que, a los fines de entrada y registro domiciliario,
existirá flagrancia siempre que se cumplan: