Sei sulla pagina 1di 19

Enunciación

http://revistas.udistrital.edu.co/ojs/index.php/enunc
DOI: http://dx.doi.org/10.14483/udistrital.jour.enunc.2014.1.a09

Control Interno
artículo de reflexión

La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión


lectora
The Importance of Indexical Inferences in Reading Comprehension Processes

Éder García-Dussán1

Para citar este artículo: García-Dussán, É. (2014). La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión
lectora. Enunciación, 19(1), 116-134.

Recibido: 21-abril-2014 / Aprobado: 14-julio-2014

Resumen Abstract
Frente a la creciente intranquilidad generada por los re- Faced with growing unease generated by the poor results
sultados deficientes en las pruebas nacionales e interna- in the national and international tests (Pisa, Saber), this
cionales (Pisa, Saber), el artículo se propone defender la article attempts to support the importance of indexical
importancia del trabajo indiciario como estrategia que work as a strategy that helps formation of a more acti-
ayuda a la formación de lectores activos y más eficientes. ve and efficient reader. To achieve this, we first describe
Para lograr tal fin, primero se describen las posturas que positions assumed against the educational conflict in re-
se asumen frente al conflicto educativo en relación con lation to the subject of reading, focusing on possibilities
el tema de la lectura, centrándose en posibilidades de for improvement from teaching activities; then we pre-
superación desde la acción docente; luego se presenta sent a theoretical overview developed from psychologi-
un panorama teórico desarrollado desde concepciones cal, linguistic, semiotic and cultural concepts; finally, we
psicológicas, lingüísticas, semióticas y culturales; final- provide validity to a reading supported by some premi-
mente, se da validez a una lectura apoyada de algunas ses developed by Carlo Ginzburg and its paradigm of in-
premisas desarrolladas por Carlo Ginzburg y su para- dexical inferences (2008); a reflexive theory exemplified
digma de inferencias indiciales (2008); apuesta reflexiva in a narrative dominance text, which reveals how, in the
que se ejemplifica en un texto de dominancia narrativa, act of reading, a planning and monitoring that focuses
lo cual deja ver cómo, en el acto lector, la planeación on handling with implicit-associative textual material,
y el monitoreo que se centran en la manipulación con which supports the access to discursive recreations that
material textual implícito-asociativo admiten el acceso a favor multiple interpretation and discourse competence.
recreaciones discursivas que privilegian la interpretación
múltiple y la competencia discursiva. Keywords: prior knowledge, context, discourse, ve-
natic knowledge
Palabras clave: conocimientos previos, contextos, dis-
curso, saber venatorio

1 Filósofo de la Universidad Nacional de Colombia, magister en Lingüística Española del Instituto Caro y Cuervo. Hace parte del Consejo Superior de Investiga-
ciones Científicas (CSIC) y del Instituto de la Lengua Española (ILE). Actualmente trabaja en la Maestría en Pedagogía de la Lengua Materna, de la Universidad
Distrital Francisco José de Caldas. Pertenece al grupo de investigación Lenguaje, Cultura e Identidad. Correo electrónico: eagarciad@udistrital.edu.co

[ 116 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

Introducción área de comprensión lectora, según recientes prue-


bas Saber Pro.
Habitualmente todo lo relacionado con los proce- • Los potenciales pedagogos también mostraron re-
sos de lectura cobra una importancia radical cuando sultados deficientes en lengua extranjera; solo el
salen resultados estadísticos que muestran sus defi- 17% alcanzó niveles aceptables en el dominio del
ciencias. Por ejemplo, los resultados de pruebas in- inglés.
ternacionales de los estudiantes colombianos y su
confirmación con estudios locales. En efecto, los in- A partir de este tipo de informaciones se ha vuelto
formes internacionales del Programme for Internatio- habitual que los medios de comunicación y voces de
nal Student Assessment (PISA) de 2009 a propósito autoridad del ámbito académico o de opinión gene-
de las formas eficientes de leer dejó a Colombia en ren discursos donde lo importante es dar con un cul-
el puesto 52 entre 65 países participantes: el 47 % de pable, a la mejor manera de una ‘cacería de brujas’,
los estudiantes participantes no logró el nivel mínimo o bien encontrar ‘chivos expiatorios’ para exorcizar
adecuado de lectura para desempeñarse en la socie- las culpas. Entonces, comienzan a determinarse fo-
dad. Asimismo, los resultados de las pruebas SABER cos causales de la situación. Básicamente, y sin mu-
PRO de 2011 reveló que apenas el 34% del total de cho esfuerzo, se puede imputar la actualidad del
los estudiantes evaluados, de unos 146.000, alcanza- asunto a la calidad del sistema educativo y el diseño
ba niveles aceptables de lectura interpretativa. de sus políticas, a la imperfecta preparación de los
A esto se suman otras investigaciones afines, co- estudiantes o a la defectuosa formación de los profe-
mo la conocida a mediados de 2013 realizada por sores, pese a que en los últimos lustros se han inverti-
docentes de las universidades de Harvard, Los Andes do importantes dineros en la formación de maestros;
y del Rosario, quienes a partir de los resultados de las de hecho, más que en cualquier sector del aparato
pruebas PISA y SABER, señalaban que las desigualda- público. Indudablemente, habrá posturas eclécticas
des económicas y sociales generaban preocupantes que supongan la mixtura de las tres.
brechas en la calidad de la educación que reciben los Así las cosas, desde un primer punto de vista, esta
casi once millones de niños de básica y media en el situación es posible mejorarla afectando el sistema
país (Linares, 24-V-2013). Otras de las conclusiones escolar desde afuera, a través de políticas como la
eran: generación de una equidad escolar, fórmula visible
de algunos países estrella en la pruebas Pisa como
• Asistir a un colegio privado urbano, ser hijo de pa- el caso de Finlandia, al nororiente de Europa, donde
dres con buen nivel educativo y recibir más horas
de clase favorece el aprendizaje de los niños y jó- No hay escuelas privadas. Tampoco hay universi-
venes matriculados en la educación básica y me- dades privadas, solo unas pocas instituciones privadas,
dia en Colombia. Todo lo contrario ocurre cuando y no se les permite que cobren; son financiadas por el
los estudiantes son de estratos bajos, residen en Estado. Lo importante en Finlandia es que todos los
áreas distantes a los centros urbanos o incluso es- docentes gozan de prestigio, paga decente y mucha
tudian en media jornada. responsabilidad. (Maya, 30-VIII-2013)
• Los estudiantes con el menor puntaje promedio en
las pruebas Saber 11 son los que más se matriculan En nuestro caso, esto se reduce a mayores exi-
en las licenciaturas relacionadas con la enseñanza gencias para los registros calificados que soliciten las
de educación básica y media, contario a muchos universidades, con anuncios como la intensificación
países de Europa. de las prácticas y la participación de maestros activos
• En cuarenta y tres carreras, siete especialidades do- en la educación básica como profesores de los pro-
centes se ubicaron en los últimos diez lugares en el gramas. (Cajiao, 7-IV-2014)

[ 117 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

Pese a lo anterior existen otras dos posibilida- […] esta no es posible con la simple aplicación
des explicativas. Hay una perspectiva que se con- del recetario prescrito que, aunque derivado de la
centra en el educando, la causa del fracaso escolar experiencia del investigador profesional, es siempre
y los bajos rendimientos. Sobre este particular se contingente, toda vez que sus incursiones en el aula
revelan cifras generales y el directivo o el docente son en una amplia gama de aspectos, distintas a las
caen en un lugar común: tachar de incompetentes del profesor. (Baquero, 2006, p.56)
a sus estudiantes. Esto es habitual cuando solo se
tienen en cuenta las habilidades y ejecución de sus Lo anterior implica que el docente se ampare
tareas, así las falencias se traducen en un déficit en una actitud que involucre el rol de investiga-
dor y revise, por sí mismo, su práctica docente.
[…] que señala las carencias del estudiante sin Más directamente: que investigue desde el aula.
comprometer la actividad del docente en su solu- Al respecto afirma el doctor en filosofía de Har-
ción. Por esta vía, se cuestiona […] las capacidades vard Donald Schön, “¿de qué otro modo pueden
de los alumnos para emprender tareas que —pue- los profesionales aprender a ser inteligentes, sino
de inferirse por su nivel de formación— no están en es precisamente a través de la reflexión sobre los
capacidad de ejecutar con éxito. (Baquero, 2006, dilemas de su práctica” (1992, p.11). Tal apuesta
p.67) descansa en la capacidad analítica que tienen los
docentes para superar sus dificultades, limitacio-
Anudado a lo anterior, aparece la crítica a la nes y problemas; es más, se afirma con frecuencia
racionalidad técnica del modelo vigente, llamada que los buenos docentes, cuya meta no es la teo-
por otros “epistemología de la práctica”, donde se ría, sino el desarrollo de supuestos para actuar en
enseña únicamente al educando a usar el saber pa- el aula de otra forma hacen esto cotidianamente.
ra resolver problemas inmediatos; dicha epistemo- Pues bien, concretando el asunto frente al pro-
logía hace que la educación se ordene y funcione blema de la baja comprensión lectora escolar, con
a partir de unos currículos que dan información frecuencia los estudios sobre los bajos rendimien-
desde toda lógica posible. Luego, se producen ini- tos de los alumnos vinculados al proceso lector se
ciaciones tímidas a la aplicación de esos saberes, agrupan en los mismos alumnos. Sin embargo, un
sin práctica reflexiva, sin arte de la construcción análisis global del asunto involucra las concepcio-
que elabora saberes concretos para problemas es- nes que tienen los profesores sobre lo que implica
pecíficos y donde el tutor (desde una mirada cali- el acto de leer. Por lo menos, se pueden reconocer
ficadora y positivista) reduce todo esfuerzo a una cuatro concepciones cotidianas sobre la lectura
instrumentalización y a un mero cambio de estra- que descansan en los protagonistas de la enseñan-
tegia didáctica. za, afectando sus prácticas y sus practicantes:
Finalmente, hay otra emergencia aclaratoria al
respecto, quizá la más explotada y usada en los 1. leer es decodificar signos gráficos y reproducir
ensayos académicos de los docentes mismos, la oralmente el texto;2
cual sostiene que el mejoramiento del sistema edu-
cativo y de las habilidades de sus educandos está
2 En adelante, para los propósitos de este artículo el concepto de
en manos del profesor; más exactamente, del cons- texto es entendido como una unidad lingüística estructurada por
tante perfeccionamiento sobre su acción pedagógi- niveles morfosintácticos y semánticos, y configurada por las con-
diciones generales de cohesión, coherencia, aceptabilidad, situa-
ca (métodos, interacciones, intenciones, prácticas cionalidad, informatividad e intertextualidad (De Beaugrande,
comunicativas y evaluativas…). De esta suerte, el 2002); mientras que el concepto de discurso es definido más co-
mo la confluencia de un texto cuando queda sujeto a los vaivenes
quebranto de la crisis educativa estaría en la forma- de los contextos psicológicos, situacionales, socio-históricos, de
ción docente para la práctica educativa y, producción y de precepción (Bolívar, 2007).

[ 118 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

2. los significados de la lectura están en el texto; el elemento que favorece el aprendizaje autónomo,
contexto no influye en la comprensión; evidenciando que lo que más se lee y lo que real-
3. los conocimientos y experiencias previas del lec- mente cuenta a la hora de una evaluación son, en
tor no son necesarias en la construcción del sen- su orden: apuntes de clase propios, materiales ela-
tido del texto; y borados por el profesor y páginas web; mientras
4. es irrelevante el trabajo contextual e investigati- lo que menos se lee son apuntes de clase de otro
vo sobre informaciones que presenta el texto leí- compañero y novelas literarias, evidenciando que
do; es decir, no se valora el producto como un existen formas de lectura no reconocidas aún en
discurso. los contextos académicos (Molina, 2012). Enton-
ces, se pasa de la ya vetusta estrategia del corte y
Gracias a esto, en la alfabetización temprana pegue, a la de la foto instantánea que se guarda en
se presenta una tendencia a enseñar a leer como la memoria del smartphone.
si este fuera un acto pasivo, con el uso de textos Pues bien, ante todo este panorama, la pregun-
no auténticos que ayudan a fomentar una prácti- ta escueta y urgente que surge es ¿cómo, desde la
ca monótona y donde lo importante es deletrear acción central del profesor es posible aportar a la
palabras aisladas y des-contextualizadas en situa- solución de este espinoso asunto? Para contribuir
ciones ficticias de uso y con actitudes muy lejanas con una respuesta posible, revisaremos primero
frente a la búsqueda de un sentido; y, a su vez, sin los aportes más sobresalientes de las dimensiones
referencialidad a una pesquisa con ayuda de índi- o concepciones teóricas sobre el proceso lector, a
ces textuales (Flórez y Gómez, 2013). Entonces, fin de situar en esa constelación de antecedentes
se repite el escenario complejo y repetitivo donde el territorio de la estructura indiciaria de los dis-
los profesores escogen una lectura, los estudian- cursos y, posteriormente, exploraremos y explota-
tes leen fragmentos mientras el resto la sigue y, si remos este aspecto como herramienta que puede
comete algún error de entonación, pronunciación, usar el profesor en su quehacer cotidiano con los
pausas o similares, el profesor interviene de forma educandos, cuestión que se materializará con un
correctiva, llevando el esfuerzo a ejercicios gra- ejemplo, aprovechando un texto breve en exten-
maticales (Solé, 1992). Esto, a larga data, propicia sión, pero enérgico en su significación.
estudiantes que leen para realizar una exposición
o para responder una evaluación escrita u oral; pe- Algunos discursos sobre la comprensión de
ro también, como se nota rápidamente, acciones discursos
donde está ausente el asentamiento de un proceso
comunicativo, lo cual implica intenciones y bene- Con la instauración de la psicología cognitiva en
ficiarios. Dicho de otro modo, se ha asistido tra- el siglo XX e inspirada en la empresa chomskia-
dicionalmente a una didáctica lectora que apunta na, surgieron modelos didácticos de maduración
a la lectura y no a las estrategias que potencian y fortalecimiento lector que han puesto como ele-
una comprensión significativa; o lo que es igual, mento primario los conocimientos adquiridos a
a la relación entre lo que sabe el lector y lo que través de los textos trabajados previamente por
el texto aporta dentro de marcos socioculturales, parte del lector; de suerte que la construcción del
geográficos y emocionales determinados (Pérez y sentido se sienta en una interacción entre texto y
Rodríguez, 2012). lector (modelo interactivo). Así las cosas, el lec-
A este panorama se han venido sumando resul- tor explora, identifica, ensambla saberes y, de esta
tados de otros estudios, los cuales muestran que forma, re-construye sentidos (Goodman, 1996). En
los estudiantes, en fases escolares tardías, le dan una palabra, el lector es quien activa estrategias
un valor sustancial a la toma de apuntes como un cognitivas para lograr dar un sentido a lo leído,

[ 119 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

siendo vital las de aclarar el fin de su actividad o nuevas estructuras de sentido partiendo de lo
y sus expectativas para enfrentar un texto preciso explícito de un texto. Como se nota, en la base de
en un contexto particular y así movilizar experien- esto descansa la conocida metáfora del iceberg,
cias previas (Jolibert y Sraïki, 2006). Esto incluye recordada por Rosemblatt (modelo transaccional)
la identificación de propiedades en los diversos y usada como sentido total de una textura para
niveles lingüísticos del texto y el ejercicio de pro- un sujeto: lo visible es el aspecto público o ‘su-
cesar inferencias3 a partir de los signos indiciales perficial’, pero que descansa sobre la oculta o es-
que, a la postre, permitirán al lector construir hi- condida. La pericia de un lector experto consiste,
pótesis sobre la intención del autor y su verifica- entonces, en pasar de la parte visible a la parte
ción en acciones de monitoreo y comparación disimulada para desentrañar el contenido ‘profun-
continuas. do’ del texto intervenido. En esta labor, también es
Pero, a medida que avanza la lectura se acti- importante tanto el uso de estrategias cognitivas,
van diferentes líneas de pensamiento. La cultura, que apuntan a aumentar y mejorar los productos
la sociedad que rodea al lector, la situación y el de la actividad cognitiva, como el uso de estra-
propósito que lo lleva a ese texto particular en tegias meta-cognitivas, empleadas para planificar,
ese momento particular, sus supuestos y preocu- supervisar y evaluar la aplicación de las primeras
paciones particulares; incluso, su estado físico y (Osses, 2008).
anímico influyen en el logro de un sentido perso- En esa medida, con todo este panorama de
nal de su ejercicio lector (modelo transaccional). perspectivas o enfoques sobre el acto lector, te-
El resultado de esto es, la mayor de las veces, la nemos el perfil de un leedor activo y motivado,
construcción de un modelo mental sobre el tex- que no puede no dejar de hacer conexiones im-
to. De esta suerte, se supera la idea de linealidad plícitas, ni de cubrir huecos y poner a prueba sus
por la de secuencialidad y de retroalimentación pronósticos (modelo sociosemiótico). Es por eso
entre superestructuras y microestructuras (modelo que el investigador italiano Umberto Eco indica
psicolingüístico cognitivo). Así las cosas, el sentido que la lectura es un proceso en el que el lector
se logra paulatinamente cuando el lector, manipu- coopera con el texto, proporcionándole una inter-
lando su saber super-estructural de los textos (tam- pretación; y para ello se vale de sus competencias
bién llamados esqueletos o esquemas textuales), circunstancial y enciclopedia (o conocimientos
va activando una gama estratégica de progresión previos), a fin de actualizar el contenido que tiene
cognitiva que comienza en la supresión o elimina- en frente; es decir, completa los espacios en blan-
ción de información irrelevante, hasta la construc- co que encuentra en los entresijos texturales, pla-
ción o introducción de información nueva a partir gados de elementos no dichos o no manifiestos en
de la presente en el texto-base, pasando por un la superficie; dicho de otro modo, de espacios de
puente llamado generalización o integración de indeterminación que deben ser restaurados. Este
varias proposiciones en unas pocas, gracias a su proceso de actualización beneficia al lector, con-
carácter temático (van Dijk, 1995). tribuyendo con la formación de su competencia y
Por esta vía, el éxito de una comprensión des- haciéndolo partícipe de la obra; de suerte que es
cansa en la posibilidad de establecer nuevos nexos el lector quien da sentido a la obra, la cual en sí
misma no pasa de ser una cadena organizada de
3 Inferir (del latín infiero) significa llevar hacia; esto es, llegar a algo signos negros compensados en unas páginas. Eco
nuevo a partir de lo dado previamente. Es pasar de un antecedente a
un consecuente. Braslavsky define las inferencias como las referidas
lo dice así: “[…] un texto, tal como aparece en su
a “significados implícitos que están entre líneas y se inducen como superficie o manifestación lingüística, representa
probables a partir de los contenidos explícitos. Son elaboraciones
que suponen vincular ideas, llenar lagunas, hacer conjeturas, for-
una cadena de artificios expresivos que el destina-
mular hipótesis, imaginar más allá de lo implícito…” (2013, p.155). tario debe actualizar” (1981, p.71).

[ 120 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

Todos estos aportes se pueden difundir como que auxilian la acción de enfocar lo cardinal en los
fundamentos seguros para la construcción de una textos:
posible didáctica de la lectura, y, sumado a esto,
se pueden complementar con elementos propios […] al planificar las propuestas de lectura, no es
de las posturas de Vigotsky (modelo sociocultural). suficiente que los profesores decidamos qué han de
Desde esta dimensión, un lector activo es quien leer los alumnos; también resulta necesario que to-
enfrenta múltiples posibilidades de interpretación memos consciencia de los propósitos que cumple la
y quien, partiendo del texto pero accediendo al bibliografía elegida según los objetivos de la asigna-
discurso, recorre lo múltiple y situado, haciendo tura, a fin de comunicar a nuestros estudiantes por
intervenir los contextos (situacional, cognitivo, fí- qué les pedimos que lean y para qué. (2007, p.72)
sico, cultural…). Esto permite entender que el su-
jeto-lector se juega con la interacción compleja la Pues bien, aunando las cualidades más sobresa-
construcción del sentido. Por ello, lo significativo lientes del esfuerzo realizado hasta ahora desde los
del texto reposa en el discurso, que nunca puede modelos puestos a dialogar atrás, se cree que son
ser unívoco, sino relativo (Cairney, 1992). Diga- cinco los principios fundamentales que se pueden
mos, entonces, que el panorama aquí desplega- compendiar de las perspectivas presentadas, a saber:
do se completa cuando se ve que la comprensión
exige una negociación entre el lector, el texto y el (1) Leer es reconstruir activamente el sentido de un
contexto. Esto delinea una forma concreta de en- texto y no una acción receptiva (Medina y Bruzual,
tender el acto de los lectores activos, cifrado en 2006);
apuestas literales y no literales, implícitas y explí-
citas, paradigmáticas y sintagmáticas, textuales y (2) para alcanzar un sentido, el lector no debe ol-
contextuales (Cárdenas, 2006). Toda esta miscelá- vidar que su relación de actualización con el texto
nea teorética nos permite concluir que: (proceso bottom-up o top-down), sin olvidar nunca
el contexto, lo cual puede ir de forma ascendente
[…] La lectura debe entenderse como un proce- (del texto al lector) o de forma descendente (del lec-
so intencional, gradual y estratégico de creación de tor al texto);
Sentido a partir de la interacción del lector con el
texto en un contexto particular, interacción mediada (3) toda lectura pasa necesariamente por una fase in-
por su propósito de lectura, sus expectativas y su co- terpretativa, puesto que la información que se extrae
nocimiento previo. Esta interacción, lleva al lector a de un texto depende tanto de este como de lo que el
involucrarse en una serie de procesos inferenciales lector aporta en su labor inter y extra textuales (Ler-
necesarios para ir construyendo, a medida que va le- ner, 1985);
yendo, una representación de lo que el texto describe
[…]. (López, 2002, p.228) (4) la búsqueda de la comprensión pasa por una lec-
tura selectiva y auto-regulada, que fortalezca labo-
Además, es importante testimoniar aquello mis- res de predicción-verificación de hipótesis a partir
mo que el profesor pretende enseñar. La razón más de claves o pistas que el texto proporciona (Smith,
fuerte para que el docente aporte su experiencia en 1984); y,
la lectura de sus estudiantes es que tiene una dis-
posición de repertorios, construidos a lo largo de (5) como lo indicaron en su momento Ferreiro y Gó-
su formación, que le permitirían aportar aquello mez (1986), en todo buen lector interviene la crea-
que la doctora de la Universidad Autónoma de Ma- ción, sus aportes propios y su astucia para trabajar
drid, Paula Carlino, llama “hojas de ruta y lentes” con indicios y pistas.

[ 121 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

Propuesta de un camino lector del paradigma indiciario, quien sostiene que el na-
cimiento de este paradigma se remonta a los pri-
Como es notorio, al relacionar elementos sobresa- mitivos antepasados cazadores en la prehistoria,
lientes desgajados de las concepciones psicolin- especialmente en la época en que la humanidad
güística, sociosemiótica y sociocultural hay algo vivió de la caza. Para sobrevivir, ellos tuvieron que
común en las actividades de un lector activo o lee- aprender a re-construir el aspecto y los movimien-
dor, a saber: el reconocimiento de la labor inferen- tos de una presa invisible a través de sus rastros.
cial y el tratamiento de estas con material indicial Entonces, las huellas en terreno blando, las rami-
o indexical. Baste recordar que Brunner hace más tas desgarradas, las heces y desechos animales,
de 60 años ya denominaba a la mente humana pelos, plumas o salivazos trenzados en elementos
como una ‘máquina de inferencias’. En términos de la naturaleza, ciertos olores o charcos enturbia-
de las clasificaciones de los psicolingüistas, esta- dos, etcétera, fueron de gran importancia, pues les
ríamos referenciando el terreno de las inferencias permitieron recrear un hecho vital e inmediato a
basadas en el conocimiento (León, 2003) o de las partir de tales huellas, síntomas e indicios:
abducciones hipo-codificadas (Eco 1992). Sin em-
bargo, en la escuela dichas taxonomías muchas El cazador habría sido el primero en ‘contar his-
veces no pasan de ser una lista de elementos teó- toria’, porque era el único que se hallaba en con-
ricos inexplotados en la labor de auxiliar las habi- diciones de leer, en los rastros mudos (cuando no
lidades lectoras en y para los educandos, dada la imperceptibles) dejados por la presa, una serie
tendencia de divorciar teoría y praxis. coherente de acontecimientos. (Ginzburg, 2008,
Ahora, si partimos de la noción general de que p.194)
todo discurso es un tejido de signos (tex-jido), cu-
yos hilos entretejen símbolos, íconos e indicios, Este tipo de saber es el venatorio, esto es el
debemos suponer que estos se con-funden en la conocimiento de reglas para cazar exitosamen-
unidad inmediata llamada ‘texto’. No obstante, de te en el monte, caracterizado por la habilidad
las clases de signos resaltamos substancialmente de pasar de hechos observables inmediatamen-
el indicio, un signo bien particular caracterizado te y aparentemente insignificantes a una reali-
porque está motivado por la contigüidad, cuali- dad compleja, predictiva y vital. Como se nota,
dad que permite que alguien infiera algo que no este rasgo del saber venatorio en los primitivos
es visible de forma inmediata (recuérdese aquí la rastreadores de indicios permite marcar una re-
analogía con la figura del iceberg); de suerte que, lación de su conocimiento previo con procesos
frente a su cara significante o indicante, aparece de adivinación, predicción o pronóstico, pues a
la cara significada o indicado gracias a un pro- partir de un hecho manifiesto, alguien prevé otra
ceso de ‘augurio’ proverbialmente condicionado. cosa asociada con el estímulo primero. De he-
Así, por ejemplo, la huella de la mano en la me- cho, es un tipo de saber del que también se ali-
jilla es testimonio de la bofetada; la quemadura menta la ciencia:
recuerda la exposición al sol; el calor de la cama
y el hundimiento de las almohadas, una presun- La ciencia no es un sistema de enunciados se-
ción legal del adulterio; el musgo en la ventana, guros y bien asentados, ni uno que avanzase fir-
la humedad; asimismo las nubes grises, donde no memente hacia el estado final. Nuestra ciencia no
es perceptible aún la lluvia, augura el chubasco, es conocimiento; nunca puede pretender que ha
etcétera (Klinkenberg, 2006). alcanzado la verdad, ni siquiera el sustituto de es-
En este orden de ideas, debemos al historiador ta, que es la probabilidad… no sabemos: solo po-
italiano Carlo Ginzburg (2008) el recurso teórico demos adivinar. (Popper, 1977, p.259)

[ 122 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

Aún más, el paradigma indiciario, lejos de des- indicios’ subyace la tendencia a los detalles margina-
cribir un hecho fundante de los primeros padres del les e irrelevantes, que en principio pueden conside-
homo sapiens, es un hecho estratégico de supervi- rarse triviales y carentes de importancia, porque en
vencia de la especie y mantiene su eficacia y fuer- los trazos textuales más descuidados es en los que
za procedimental a tal punto que ha ido dejando su se encierra la clave para acceder a una realidad más
impronta en distintas disciplinas. Se puede observar, recóndita que, de lo contrario, sería inabordable.
por ejemplo, en el arte de los bibliotecarios, quienes Según la experiencia, en el orbe discursivo actúan
lo usaban para descubrir de qué fecha databan cier- como indicios algunas determinaciones léxicas (es-
tos manuscritos del griego o del latín y así reconocer pacialmente verbos, que admiten varias acepciones
su autenticidad o conjeturar a qué autor pertenecían; con las que juega el autor del texto), construcciones
pero también los estudios que comienzan a realizar- sintácticas concretas (ideas que arrastran proposicio-
se sobre las formas en la escritura, donde ciertos ex- nes que consienten el carácter conjetural), detalles
pertos que se pusieron a estudiar cómo era el enlace semánticos específicos (adjetivos calificativos, afecti-
de una letra con otra y los estilos del dibujo de la vos, despectivos, etcétera), informaciones implícitas,
letra, montaron el concepto de carácter, el cual, al y muy especialmente, el título, porque este elemen-
enlazarse el carácter de la letra y la personalidad del to es definitorio de la coherencia global del texto y
escritor, selló el nacimiento de la grafología y para- asegura la unidad e intención del texto. Además, al
lelamente el de la filología; y, mucho más reciente, tomar como rutina y estrategia lectora la detección
la correspondencia de este paradigma se evidencia de indicios, es útil preguntarle al texto continuamen-
con los procedimientos forenses de Sherlock Holmes te, tratarlo como un ente activo que exige del lector
y las hipótesis freudianas del trabajo discursivo del la activación de una cierta ‘malicia indígena’. Esta
inconsciente. Vemos así cómo, en suma, estamos labor es importante en la medida en que guía la bús-
frente a métodos conjeturales cuya base es el saber queda de la información extratextual, pues no es po-
de la montería. sible la interpretación sin estos movimientos, sin las
Llevando esto al terreno del acto lector, tenemos salidas del texto y los retornos al texto, pues es claro
un sujeto capaz de actuar a la mejor manera de un que nada sale de la nada y que todo texto es, final-
investigador forense; es decir, como aquel que re- mente, un reflejo de las condiciones socio-históricas
corriendo un tejido, descubre a través de una labor de su producción; esto es, la confirmación de que
conjetural huellas que le permiten reconstruir el es- todo texto deviene discurso (García-Dussán, 2008).
cenario original de una transgresión y darle sentido Ahora bien, solo es posible comenzar a trascen-
público a un evento que, por naturaleza de lo social, der el texto y lograr, al menos, una hipótesis de sen-
está vedado. Claramente, para lograr esto se nece- tido cuando se une la información extratextual con
sita de un entrenamiento y de ser muy sagaz en el lo que aparece en el texto seleccionado como ma-
reconocimiento del andamiaje indiciario, tal como terial indiciario. Las asociaciones entre significan-
lo demuestran las aventuras del personaje de Conan tes son en principio infinitas (semiosis ilimitada); por
Doyle. Aquí, una clave para su tratamiento es más tanto, solo es posible establecer asociaciones correc-
cognitiva que mecánica, y depende mucho de la ca- tas con ayuda de la información que solidariamente
pacidad que tenga el lector de ‘adivinar’ o ‘prede- viene del exterior. De esta forma, tal labor restringe
cir’ que alguna marca textual es una clave discursiva las múltiples hipótesis y el riesgo continuo de la so-
que esconde ‘algo más’, un ‘querer decir’. Es decir bre-interpretación, además le aporta validez interna;
que el paradigma indiciario ayuda a actuar con una de lo contrario, el ejercicio se reduce a una mera
atención focalizada frente a un detalle que dispara especulación sin fundamento investigativo. Ahora, la
un mundo latente o enmascarado: ‘ojo clínico’ y tarea de seleccionar indicios es el presupuesto que
‘buen olfato’. Así, pues, frente a la labor de ‘husmear apoya la cuestión ¿qué debe buscarse fuera?, y una

[ 123 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

vez se hace ese primer empalme, resulta más sencillo P1: todo discurso con lo que dice quiere decir algo
y seguro relacionar el texto y los contextos. Para alcan- más (el discurso se presenta como un iceberg; así, todo
zar este proceso, se sugiere ‘abrir los ojos’ a dos tipos producto cultural se concibe en su doble naturaleza
de relaciones: funcional).
P2: ningún productor textual afirma algo desde la
• Relaciones contextuales. Tras movimientos top- nada (está inscrito en coordenadas físicas, socio-histó-
down y bottom-up4, se agrupan indicios a través ricas, socio-políticas, culturales y cognitivas).
de informaciones contextuales. El texto comienza a P3: pese a A2, el discurso no se limita a las deter-
re-armarse, luego de su primera acción de descom- minaciones contextuales (todo discurso es una obra
posición/análisis, a través de elementos externos que abierta y atemporal; que captura, incluso, al propio
sirven como ‘cemento indiciario’. lector, que nunca es el mismo en ninguna época).
• Relaciones intertextuales. Se establecen relaciones P4: el leedor es co-autor del discurso (el leedor
con evaluaciones obtenidas del trabajo abductivo llena vacíos, con-forma, re-configura y completa y/o
con otros textos, ora porque son del mismo autor, actualiza los contenidos de la forma textural con sus
ora porque recurren a la misma matriz (sociológica, propios ‘horizontes de sentido’).
antropológica, política, conductual, de género, etcé-
tera) que permite su significancia. Los procesos cognitivos y las estrategias que se lle-
van a cabo mientras se lee se pueden resumir en dos
Resumiendo, tenemos que para leer y comprender grandes etapas (en ellos, el leedor activa siempre unos
desde el paradigma indiciario, se deben tener en cuen- conocimientos o saberes previos): Tabla 1.
ta los siguientes principios (P1-P4):

Tabla1. Etapas de leedor

Tipo de labor Acciones básicas Cualidad

Intra-textual con la len- 1. Se separan diferentes los componentes del Fase crítica o de tensión (prima la
gua-sistema texto sorpresa, el silencio y el goce de lo
(El decir o lo que es) real del cuerpo textual)
2. Se examinan sus propiedades y funciones
en cada nivel lingüístico, privilegiando el
material indicial bajo preguntas como: ¿Qué
elementos o huellas textuales permiten asociar
implicaturas socioculturales (sobreentendidos,
presupuestos, informaciones históricamente
determinadas)?

Extra e inter textual con el 1. El texto se abre al mundo que redescribe y Fase hermenéutica o de relajación
habla que recrea… “el texto se hace discurso” (sobresalen caminos decibles de
(Coordenadas del decir o sentido; el placer se manifiesta en
lo que hace el decir) 2. Esa apertura se logra con manipulación de la hipótesis de sentidos)
arquitectura indicial
Fuente: elaboración propia.

4 Proceso de inferior a superior (bottom-up), donde se parte palabras


para construir frases y proceso de superior a inferior (top-down),
donde se parte de la información global y se extraen significados
parciales.

[ 124 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

De esta suerte, la interpretación posible se pro- conjeturas o hipótesis de sentido a partir del sa-
yecta como una operación que reduce el acto lec- ber del otro o de lo otro
tor a una arte de la investigación y que permite • La traducción oscila entre lo exacto y lo inexac-
avanzar hacia una traducción. Esto hace que, en to: ¿Hay traducciones exactas?: toda traducción
suma, en esta etapa leer se defina como un ac- es anexacta y negociable. Es aquí donde el con-
to que genera resignificación de significantes; una cepto de ‘rigor elástico’ auxilia la función lecto-
detención de la semiosis infinita; pero, también, ra. Siguiendo el modelo de la semiótica médica,
un acto transcultural. En esto, debe tenerse en Ginzburg sostiene que de lo que se trata es de
cuenta que: llegar a un fin práctico, posible si encuentra una
regla de equivalencias (X=Y) que pueda explicar
• Lo importante no es leer, sino re-leer a la luz de tales resultados; lo cual significa que el médico
lo investigado. debe echar mano a ciertas creencias prefijadas
• La mejor actitud del leedor es la del sujeto resig- para interpretar qué es lo que le está pasando a
nado; lo cual implica: su doliente, dependiendo de un contexto situa-
cional e histórico, además de un contexto cogni-
1. Ponerse, voluntariamente, en las manos de los tivo o almacén de saberes.
indicios. Leer es igual que rezar: solo sirve al • El traductor es un lector excesivo, obsesivo y mi-
que cree (en su olfato y su ojo clínico) nucioso; es el que presta a un texto una atención
2. Tener paciencia en el ejercicio explicativo que a veces ni siquiera el autor le ha dedicado.
(ex-plegar) y saber que hay que generar un
cadarzo. Ejemplo de un trabajo indiciario con un texto
de dominancia narrativa
Finalmente, se debe culminar el proceso lector
con la materialización de, mínimo, una hipótesis Ahora, para darle un dinamismo que a su vez de-
de sentido, lo cual está determinado por cuatro muestre la viabilidad, se tomará un breve texto del
avisos o consejos, a saber: escritor cubano Guillermo Cabrera Infante a quien
se le recuerda, preferentemente, por su novela Tres
• La actitud del leedor radica en que no se asusta tristes tigres, aparecida hacia 1968 en Londres.
frente a los baches culturales y la falta de conoci- Como se sabe, esta obra relata la vida nocturna
miento, pues su acto se reduce a buscar pacien- de tres jóvenes en La Habana de 1958, y se ca-
temente (Rumiar, diría Nietzsche). Comprender racteriza por un uso perspicaz y agudo del habla
es, en suma, una superación continua de las ba- dialectal cubana, que le permite introducir desde
rreras culturales de conocimiento. trabalenguas infantiles (Tres tristes tigres triscan tri-
• Como alguna vez afirmaría el lingüista Patrick go en un trigal), hasta coloquialismos cubanos (“El
Charaudeau “en asuntos del discurso, un gato libro está escrito en cubano”, indica el autor), que
nunca es un gato”. Esta querella cobra sentido ya terminan siendo intromisiones en las jergas popu-
que comprender aquí se reduce a la eficiencia de lares de su país natal.
una traducción de la lengua pública y visible a Para Cabrera Infante, lo importante era jugar
la lengua privada o disfrazada: X = Y. Según Peir- con el lenguaje. De hecho, él mismo afirmaba que
ce, traducir implica adbucir,5 esto es, generar su labor escrituraria era un juego, pues los ‘juegos
de palabra’ son palabras cuyo sentido depende del
juego instaurado en los significantes mismos, sien-
5 Adbucir (del latín abdúcere; ab: lejos; dúcere: llevar) significa
apartar o separar una proposición dentro del conjunto de las evi-
do el lector quien activa sus cadenas de movimien-
dentes para ubicarla en el plano de lo probable. tos y, de paso, sus reglas de interpretación (Mac

[ 125 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

Adam, 1996). De esta suerte, en sus obras hay un Estamos frente a un texto que tiene dos partes
cierto desdén por el contenido y solo basta con reconocibles gracias al juego de su presentación
la belleza de la forma, con la que se juega hasta material, pero también un laberinto de sentidos
producir sentidos o, la mayor de las veces, revelar por descubrir. ¿Cómo acceder a sus entrañas?, ¿con
una crítica de su aprehensión a través del uso de ji- qué intención Cabrera Infante avanza tal compa-
tanjáforas, pues como el mismo autor lo teorizó en ración molesta?, ¿cómo manipular la materia sig-
las páginas de Tres tristes tigres, la propuesta de la nificante del relato para lograr una comprensión
literatura en la novela es proponer un mundo oral, que supere la tensión generada? Para resolver estas
conversando, articulando significantes, porque esa cuestiones, se tendrán en cuenta los fundamentos
es la ‘literatura viva’ que se presume es mejor oírla y recomendaciones del paradigma indiciario, que
que leerla (Cabrera, 1967, Advertencia) y que con auxiliará el trabajo de análisis e interpretación del
humor, sátira y desarreglados episodios narrativos, relato de Cabrera Infante y que actuará como un
recuerda al humorista y escritor inglés Laurence apoyo para desenmascarar su contenido latente.
Sterne y su obra La vida y las opiniones del caba- Pues bien, cuando se concentra el lector en el
llero Tristram Shandy. primer párrafo del cuento, se da cuenta de que se
Manifiestamente, los esfuerzos literarios del trata de una compleja estructura condicional con-
escritor cubano se encausan en esta intención, la tra-factual de la forma si se da una situación, en-
que no por casualidad se encuentra en su obra de tonces debe darse una instrucción-acción; por lo
1976, Exorcismos de esti(l)o, una miscelánea de tanto, la acción expresada es hipotética, esto es, se
narraciones que mezclan un carácter empírico, trata de un evento que no ocurre en lo real, pero
al tiempo que deja notar una entrega total a las que se establece para obtener una consecuencia
investigaciones que refieren los límites y precep- de su posible relación. Como se nota, en el relato
tos de la lengua española. Compuesto de piezas la información de la instrucción o consecuente de
liliputienses, en su libro Exorcismos de Esti(l)o no la estructura (si X entonces Y) está ocupada por el
hay narración que no estimule en el lector emo- signo ortográfico de los puntos suspensivos, usa-
ciones de toda índole, creando tanto experiencias dos principalmente para expresar intriga y/o du-
estéticas variadas como tensión, justo aquello que da, o bien para reemplazar un texto conocido por
según Umberto Eco genera a su vez meditación; gran parte de la población, o también las dos de
esto es, verdaderos mensajes estéticos (Eco, 1986); forma simultánea. De esta suerte, parece que hay
indudable en el siguiente relato del autor, cualifi- una invitación explícita por parte del autor para
cado porque no tiene título: que el lector complete la información, acudiendo
a su saber contextual.
SI EL DICCIONARIO MANUAL E ILUSTRADO Lo interesante de tal invitación sugerida en la
DE LA LENGUA ESPAÑOLA, DE LA REAL ACADE- elisión del consecuente de la estructura condi-
MIA, LIMPIARA, FIJARA Y DIERA ESPLENDOR A LA cional es que aparece realizada efectivamente la
MUJER TAL COMO DEFINE AL PERRO, EN LA EDI- instrucción-acción, esto es, aparece definida mu-
CIÓN DE ESPASA CALPE DE 1950, EN LA PÁGINA jer con los elementos lexicográficos propios de la
MIL CIENTO SETENTA Y TRES… definición de perro, respetando afinadamente los
Mujer 1. f. Mamífero omnívoro doméstico, de ta- componentes propios de un artículo lexicográfi-
maño, forma y pelaje muy diversos, según las razas, co, tal como se ejecuta en las plantillas de la Real
pero siempre con las mamas más pequeñas que las Academia Española (RAE), a saber: la entrada le-
nalgas, las cuales suele asentar la hembra para ori- xicográfica (mujer), el Número de acepción (1.),
nar. Tiene oído muy fino y es inteligente y muy leal la Información gramatical (f.) y la definición, por
al hombre. (Cabrera Infante, 1976, p.56) cierto, clara, precisa y definiendo un sustantivo

[ 126 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

por otro sustantivo, como se pide regularmente 1. El diccionario manual e ilustrado de la lengua
(Mamífero omnívoro doméstico, de tamaño, for- española, en su edición de 1950;
ma y pelaje muy diversos, según las razas, pero 2. La información del condicional “[…] LIMPIARA,
siempre con las mamas más pequeñas que las nal- FIJARA Y DIERA ESPLENDOR A LA MUJER TAL
gas, las cuales suele asentar la hembra para orinar. COMO DEFINE AL PERRO”;
Tiene oído muy fino y es inteligente y muy leal al 3. La ausencia de título para el micro-relato (una
hombre). Esto no deja lugar a dudas sobre su co- cadena de significantes ausentes); y,
rrecta definición. 4. El título, en este caso, la ausencia de un título.
A simple vista, desde lo literal del producto se
trataría de un ejercicio que tiene la intención de Justamente aquí empieza el ejercicio de inves-
vilipendiar a la mujer, aprovechando algo que no tigación y de asociaciones intra y extra textuales.
ejecuta la RAE a través del Diccionario de la Real Aunque, en adelante, este rastreo parezca más
Academia Española (DRAE); pero, para un lector bien una labor centrada en metódicas lexicográ-
ladino pegado al detalle o, como afirma Ginz- ficas, más bien es un pretexto para darle cuerpo
burg, atento a los “pequeños discernimientos” o a un elemento que se ha seleccionado como cla-
las “materiales pequeñeces” (2008, p 209; p.213) ve indicial y un ejemplo de lo moroso que puede
se está escondiendo algo más profundo y disfraza- ser con-figurar un elemento intratextual con in-
do. Ahora, para “sacar a flote” ese ‘querer decir’, formación extratextual. Pues bien, se sabe que la
es importante actuar y ayudarse de la arquitectura Real Academia Española (RAE) es una Institución
indiciaria que ofrece el micro-relato. Y, en ese rol, creada en 1713, justo en una época en la que se
es posible entender que las huellas empotradas tomó conciencia sobre la necesidad de mantener
en la cadena significante son material conjetural la esencial unidad del idioma español en todo el
que permite avanzar hacia una lectura interpreta- ámbito hispánico; por ello, fue propósito de la Re-
tiva del relato en cuestión. Así por caso, el razona- al Academia “fijar las voces y vocablos de la len-
miento condicional presente, el uso de grafías en gua castellana en su mayor propiedad, elegancia y
minúscula y mayúscula o la ausencia de informa- pureza”. Y para progresar en esa empresa, la RAE
ciones. Es así como se entiende la aseveración de ha cuidado desde entonces el código lexical (las
Ginzburg cuando afirma que antaño, una cosa era otras formas de mantener la unidad son las pres-
cripciones morfosintácticas y ortográficas). Es por
analizar huellas, astros, heces, catarros bron- esto que si se repara en el emblema de la RAE, se
quiales, córneas, pulsaciones, terrenos nevados o encuentra un crisol puesto al fuego, con la leyen-
cenizas de cigarrillos; otra analizar grafías, obras da Limpia, fija y da esplendor. Es de notar, así, que
pictóricas o razonamientos. La distinción entre natu- es un brío constante para que la lengua sea purifi-
raleza (inanimada o viva) y cultura es fundamental, cada, un trabajo de eliminación del desperdicio a
mucho más, en verdad, que la distinción infinita- través de un reglado del buen decir.
mente más superficial y cambiante entre las distintas Ahora, cuando se repara en los referentes pre-
disciplinas. (2008, p.213) sentes en el relato en relación con los diccionarios
de la RAE, se comprueba qué información es feha-
Esto es, ajustar el ojo del lector a los signos cul- ciente. Así, es sabido que desde 1925 la editorial
turalmente condicionados. Ahora bien, al atender madrileña Espasa-Calpe, fundada en 1860 con el
al objeto de atención, se pueden puntualizar que interés de favorecer el desarrollo cultural de Espa-
cuatro son las marcas indiciarias que resultan im- ña y Latinoamérica, se ha encargado de publicar el
portantes para su exploración textual: Diccionario de la RAE (el DRAE), desde su Décima

[ 127 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

Quinta edición hasta la actualidad (Vigésima se- castellana (Madrid, Imprenta de la Real Academia
gunda edición, 2001). Española, por los herederos de Francisco del Hie-
Además de este diccionario usual, la RAE ha rro), definía perro de la siguiente manera:
publicado cuatro ediciones de un Diccionario ma-
nual e ilustrado de la lengua española. La primera Perro. m. Animal doméftico y familiár de que hai
edición es de 1927; por cierto, con numerosas re- muchas efpecies y todos ladran. Unos firven para la
impresiones posteriores, mientras que la segunda guarda de las cafas y ganádos y otros para la caza;
edición es, efectivamente, de 1950.6 Cuando se y fegún fus calidades, tamaños y propriedades, tie-
repara en la intención de editar esta versión del ne diversos nombres que fe explicah en fus lugares.
diccionario, la del manual e ilustrado, se aspira a (DRAE, 1737, p.232,1)8
que llegue a un público más amplio, y para ello,
este tipo de obras lexicográficas, Esta definición se mantiene igual por las siguien-
tes cuatro ediciones y solo cambia en la Quinta
[…] simplifica y actualiza numerosas definicio- edición, aparecida en 1817, cuando se puede leer
nes o acepciones, e incluye tecnicismos, neologis- un extenso artículo lexicográfico y lleno de deta-
mos y acepciones nuevas, a veces de uso restringido, lles sobre su aspecto físico, sus cualidades orgá-
que van marcadas mediante corchetes / Así pues, nicas, sus costumbres alimentarias, su función en
dado sus diferentes objetivos, cabría hipotizar una relación con el hombre, entre otros aspectos:
mayor apertura del Diccionario manual frente al
usual a la hora de aceptar voces o significados nue- Perro. s.m. Cuadrúpedo, que nos encuentra si-
vos de cualquier campo semántico, y también, por no domésticado ó nacido de castas domesticadas,
tanto, del ideológico. (Lozano, 2004, p.158) y que habiéndolo sido desde tiempo inmemorial, se
halla tan alterado, que se ignora cuál haya sido su
Gracias a los servicios de la página oficial de la forma primitiva. Varía al infinito en el color, en la
RAE (www.rae.es), es posible reparar, desde la sec- disposición de las orejas y hocico, en la forma de su
ción del Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua cuerpo, en el tamaño, en fin en todo, si se exceptúa
Española (NTLLE) que contiene las imágenes digi- la cola, que en todas las castas está más o menos
talizadas de 68 obras lexicográficas desde el siglo rollada hácia el lomo. La delicadeza y actividad de
XV hasta hoy (entre las que se incluyen todos los
diccionarios de la Academia), y donde se puede
7 Giovanni Morelli fue un médico italiano, igualmente entendido
indagar, para nuestro caso particular, las entradas en pinturas, del siglo XIX. Entre 1874 y 1876 publica un tratado
perro y mujer con el fin de verificar cómo estas con el que se hace famoso, Un nuevo método para la atribución
correcta de las pinturas de los viejos maestros, que suscita con
han evolucionado a lo largo de los últimos tres si- su aparición controversia con otros historiadores del arte clási-
glos. En este ejercicio, simplemente nos aferramos co. Morelli hace notar que los museos estaban llenos de pinturas
atribuidas de manera errónea. Asignarlas correctamente siempre
a la idea de que las realidades se apoyan en sus ha sido muy difícil, porque con frecuencia son pinturas sin fir-
nombres —y viceversa—. Nos permitiremos, en- ma, o han sido repintadas o restauradas de manera defectuosa;
en consecuencia, distinguir una copia de un original no es tarea
tonces, como parte del rastreo indicial, distinguir sencilla. Pero, lo que el italiano propone, entonces, es que hay
los detalles de la evolución de la definición, persi- que abandonar la tendencia habitual a privilegiar las característi-
cas más obvias de una pintura, ya que estas son las más fáciles de
guiendo la misma forma que usó Morelli cuando imitar. Aquí está el arrojo de su método: había que concentrarse
indagaba ciertos rasgos pictóricos, ejemplo que el en los detalles menores, especialmente en los menos ligados al
estilo típico de la escuela del pintor. Los elementos a prestarles
mismo Ginzburg (2008) nos trae, como arquetipos especial atención serían, entonces, los lóbulos de las orejas, las
de lectura indicial.7 El Diccionario de la lengua uñas, la forma de los dedos de las manos y de los pies.
8 En adelante, se trascribe tal cual aparece en las ediciones con-
6 Después de esta han aparecido otras dos ediciones, la de 1983-1985 sultadas del Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española
y la de 1989. (NTLLE), disponible en www.rae.es.

[ 128 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

su olfato, su gran docilidad, su instinto prodigioso y es inteligente y muy leal al hombre. (DRAE, 1950,
su fidelidad extraordinaria le han grangreado siem- p.1173)
pre y en todos los países los cuidados del hombre,
que lo ha escogido por su compañero en la caza de Entre tanto, la entrada lexicográfica mujer apa-
los otros animales, por guarda de su casa y de sus rece por primera vez en la Séptima edición, así:
ganados, y por defensor de su propia persona. Ali-
méntase de carnes y de legumbres; es voraz; engen- Mujer. f. Criatura racional del sexo femenino ||
dra y comunica á los otros animales la enfermedad La casada con relación al marido. (DRAE, 1832,
conocida con el nombre de rabia, y habita como p.502)
el hombre en todos los países y climas conocidos.
(DRAE, 1817, p.664,3) Esta definición se mantiene igual hasta la Déci-
mo tercera edición, cuando se define así:
En la Séptima edición vuelve a cambiar el con-
tenido del artículo en mención y los criterios de Mujer. (Del lat. mulĭer, -ēris). f. Persona del sexo
definición se abrevian. Seis ediciones más adelan- femenino. (DRAE, 1899, p.680,2)9
te, y 67 años después, se encuentran nuevos cam-
bios en la definición, ya muy cercanos a la que Tras esta pesquisa, es bastante más claro el rela-
aparece en la Segunda edición del manual ilustra- to en cuestión. Cabrera Infante nuevamente se nos
do que referencia el cuento de Cabrera: muestra como un especialista en maniobrar los sig-
nificantes del(o) Otro, de modo que una determi-
Perro. (Del b. lat. canis petronius. Perro del gaba- nada realidad, en sus manos, ya no es fiel y, en esa
do, del lat. petro, Carnero?) m. Mamífero carnicero, alteración de la alteridad, suscita a sus lectores un
doméstico, de tamaño, forma y pelaje muy diversos, momento de tirantez, que es a la vez de confusión
según las razas, pero siempre con la cola más o me- pasajera. Quedarse en ese plano de perturbación,
nos enroscada á la izquierda y de menor longitud implicaría, sin más, no comprender su verdadero
que las patas posteriores, una de las cuales abre el juego-de-vocablos que, en este caso, comienza con
macho para orinar. Tiene olfato muy fino y es inteli- la apropiación del poder (de la palabra) que forja el
gente y muy leal al hombre. (DRAE, 1899, p.769,2) saber, aprovechando algo que ya ha hecho una ins-
titución de poder cultural, la RAE, con el ánimo de
En la Décimo quinta edición (1925), hay cam- mostrar cómo el lenguaje es, al tiempo, el gestor y
bios, pues se elide la información “[…] más o el mejor síntoma de las crisis humanas. Es así como
menos enroscada á la izquierda y […]” en la refe- se ve que la crítica a algo que, aparentemente no
rencia a una cualidad de su cola, además se susti- hace verdaderamente una institución cultural, pue-
tuye el verbo “abre” por “alza”, a propósito de las de hacerse para dejar allí una huella de su dificul-
acciones de las patas de los machos al orinar. Y tad. Dicho en términos de Paz,
con estos cambios, se mantiene el artículo lexico-
gráfico hasta la Segunda edición ilustrada que, en Todo período de crisis se inicia o coincide con una
su primera acepción, reza: crítica del lenguaje. De pronto se pierde la fe en la
eficacia del vocablo… cosas y palabras se desangran
Perro. m. Mamífero carnicero doméstico, de ta- por la misma herida. Todas las sociedades han atra-
maño, forma y pelaje muy diversos, según las ra- vesado por estas crisis de sus fundamentos que son,
zas, pero siempre con la cola de menor longitud que
las patas posteriores, una de las cuales suele alzar 9 Asimismo aparece definida en la Edición de 1950 y, de hecho, es
el macho para orinar. Tiene un olfato muy fino y idéntica hasta la edición actual.

[ 129 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

asimismo y sobre todo, crisis del sentido de ciertas La pregunta que surge en este momento es, ¿cuál
palabras… no sabemos dónde comienza el mal. Si es la intención de este juego de sustitución signifi-
en las palabras o en las cosas, pero cuando las pala- cante que ejecuta Cabrera Infante? O, dicho de otra
bras se corrompen y los significados se vuelven in- forma, ¿cuál es la equivalencia, la forma de traducir
ciertos, el sentido de nuestros actos y de nuestras el texto original (X) a un texto latente (Y) y poder
obras también es inseguro. (Paz, 2000, p.29) afirmar la ecuación X=Y, y así levantar una hipótesis
de sentido? Pues bien, tras todos estos rodeos, si se
Pues bien, notoriamente, el autor ajusta la defi- vuelve al relato, se puede encontrar que Cabrera,
nición de perro a la de mujer, al cambiar algunos usando apenas la estrategia de una estructura con-
significantes propios de la definición del primer dicional, genera una sutil pero magnífica crítica so-
evento por otros significantes, más o menos iso- cial. Entonces, respetando la grafía, tenemos:
mórficos en cuanto a la pertenencia del campo
semántico, para re-definir el segundo evento. De SI LA RAE, A TRAVÉS DE SU FUNCIÓN DE
esta suerte, los cambios operados son carnicero PRECISAR VOCES DEL IDIOMA, CUMPLIERA SU
por omnívoro, cola por mamas, menor longitud OBJETIVO DE PURIFICAR UNA VOZ Y DARLE SU
por más pequeñas, patas posteriores por nalgas JUSTA HONRA Y ESTIMACIÓN, ENTONCES DEBE-
y macho por hembra. Con estos cinco trueques, RÍA PRECISAR Y DESIGNAR —DE UN MODO EFI-
aparentemente perversos, queda consumada la CAZ— QUE A LA MUJER SE LE CONCIBE (Y, EN
acción que altera todo el significado de su expe- CONSECUENCIA, SE LE TRATA) COMO A UN ANI-
rimentación lexicográfica, generando un plus de MAL Y QUE PARA SER, DEBE ESTAR ANUDADA A
sentido extraordinario: Cuadro 1. UNA RELACIÓN CON UN OTRO.
Si se excluye el trueque de la información gra-
matical (m. por f.), es fascinante encontrar que los Pero he aquí lo más interesante: no se trata de
cinco cambios ejecutados por el autor en la defini- cualquier animal, ya que la metáfora zoológica de
ción de perro para construir su definición de mujer perra es bastante usual en el ámbito de las relacio-
se hacen corresponder con los cinco cambios en la nes entre hombres y mujeres, la mayor de las veces
definición que la RAE ha hecho de la entrada pe- con el sentido de prostituta, y todo lo que ello aso-
rro en un poco más de dos siglos, con el uso de 17 cia en la negatividad de su imagen. De esta forma,
ediciones del diccionario Usual (también reflejados el orbe de lo femenino pasa de tener el estereoti-
en ediciones del diccionario manual e ilustrado); po de maternal y delicada, fuerza del bien y ángel
todo esto, mientras que la entrada lexicográfica mu- del hogar, a ser potencia del mal, asociada con
jer presenta, a lo sumo, dos permutas en el mismo el salir de la esfera privada y usurpar actividades
tiempo, cifradas en el mero cambio de “Criatura ra- que no le son culturalmente atribuidas. Entonces,
cional” por “Persona”. se le encierra, se le quema viva, se le castiga, se le
lanzan oprobios, se le subestima, se le amaestran

Cuadro 1. Acoplamiento de la definición de perro al de mujer


Diccionario Manual, 1950 Exorcismos de Esti(l)o, 1976
Perro. m. Mamífero carnicero doméstico, de tamaño, for- Mujer 1. f. Mamífero omnívoro doméstico, de tama-
ma y pelaje muy diversos, según las razas, pero siempre ño, forma y pelaje muy diversos, según las razas, pero
con la cola de menor longitud que las patas posteriores, siempre con las mamas más pequeñas que las nalgas, las
una de las cuales suele alzar el macho para orinar. Tiene cuales suele asentar la hembra para orinar. Tiene oído
un olfato muy fino y es inteligente y muy leal al hombre. muy fino y es inteligente y muy leal al hombre.

Fuente: elaboración propia.

[ 130 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

conductas, se le marca su carne con moretones y Manual, pues es sabido que esta década marca el
se le insulta con vilezas como monstruo, bruja, nacimiento de una segunda ola en el feminismo de
malvada, fiera indomable, animal en celo. Occidente y, con ella, algo de alivio para la igual-
Estos son mecanismos frecuentes tanto en el dad de géneros y la rotura de prejuicios. Así, pues,
lenguaje coloquial como en el poético, donde por una posible lectura en clave interpretativa del rela-
irradiación metafórica del campo semántico ‘ani- to in-titulado es que la mujer es mal-tratada, muy
mal’, se fundamenta algo del campo de lo ‘hu- a pesar de los avances de su condición socio-polí-
mano’, tanto para mujeres como para hombres, tica y cultural generados por el movimiento femi-
entre otras razones porque las metáforas zoomór- nista, y esta situación parece no estar eximida en
ficas guardan una semejanza amplia con el resto los bien-tratados documentos de la RAE, que más
de tratamiento metafórico del discurso cotidiano. bien persisten en eternizar la involución de su con-
Y es que los aspectos de la forma-de-ser humana dición frente a sí y frente al otro —sexual—.
siempre se han asociado con determinados anima- Aquí se evidencia cómo detrás de estas accio-
les: la astucia con el zorro, la necedad con el as- nes de poder, una institución que vela por la pure-
no, etcétera. Incluso las partes del animal (aves, za y elegancia de la lengua y declara sus esfuerzos
peces, reptiles, etcétera) irradian metaforizacio- “al servicio y honor de la nación”, contribuye, más
nes, a veces de forma enigmática como es el ca- bien, a sostener realidades sociales y a construir
so de la garra del gato con la mujer, puesto que subjetividades con evidentes oposiciones concep-
es oculta, hipócrita, forrada y presenta una suavi- tuales como, por ejemplo, /razón/ versus /emo-
dad exterior excitante, y la garra de las aves con ción-instinto/; /animal/ versus /humano/, /erudito/
el hombre ya que es desnuda, franca, tal como lo versus /bestia/, /cultura/ versus /naturaleza/, etcé-
establece explícitamente Nietzsche en su Zaratus- tera (Pastor, 1998). Es en este sentido, ser mujer es
tra. Los hombres dicen, entonces, de la mujer que una recreación moldeada por valores, creencias y
es zorra, lora, burra, cotorra, loba, gata, etcétera. Y pautas de conducta que manifiestamente alimen-
también lagarta, víbora o arpía. Todo esto, mientras tan las instituciones sociales (familia, nación, RAE),
que no existe un equivalente, en cuanto a los des- pues, finalmente mujer es, ante todo, una repre-
preciativos aplicados al hombre, que revele tanta sentación social cristalizada en un vocablo sígnico
abundancia como con el campo semántico de los que circula por el mundo histórico y se encarna en
‘peces marinos’. Un hombre, por caso, puede ser un sujeto histórico sexuado:
imaginarizado como delfín (en política) o un tibu-
rón (de la banca), aunque también un dinosaurio El género es, en todas las sociedades conocidas,
(en la universidad o en su lugar político); pero, en un principio básico de organización social, como la
todo caso, con frecuencia no pasa de ser un cerdo clase social o el concepto de jerarquía. Sin embargo
y un perro. el género, como la marca racial, se asigna de por vi-
De esta forma, Cabrera desea levantar una crí- da y es inamovible al contrario de la clase y el acce-
tica a la condición femenina, un problema que, so al poder. Es decir, que la distinción hombre-mujer
todos sabemos, no tiene nada de superficial, por- se considera universal y esta oposición binaria do-
que está marcado por estereotipos y prejuicios he- mina las clasificaciones sociales. Dentro de la orga-
redados de la antigüedad como la subyugación, nización social, el género es un sistema simbólico o
la subordinación, la pasividad y la animalización, semántico en línea con las propuestas teóricas del
las que testarudamente persisten, incluso en una lingüista Ferdinad de Saussure que demuestra cómo
época como la década de 1950, elegida por Ca- en el lenguaje, en nuestra vida construimos signifi-
brera para avanzar su diatriba bajo la excusa de la cado mediante oposiciones binarias blanco-negro,
publicación de la segunda edición del Diccionario hombre-mujer, razón-naturaleza, etcétera […] La

[ 131 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

teoría posestructuralista se hace eco de la impor- A manera de conclusión


tancia del lenguaje como vía de construcción de la
identidad individual o subjetiva y la identidad colec- Es así como a través del texto de Cabrera Infante y,
tiva. (Jaramillo, 2003, p.290) explotando sistemáticamente cuatro huellas textuales
que se diagnosticaron como elementos indiciarios, se
En este sentido, no es gratuito que, incluso, his- ha sacado a la luz un hecho por todos reconocido y
tóricamente, la entrada perro, en las ediciones de reservado en la memoria cultural: el ultraje que han
los diccionarios (usual y manual), haya mutado padecido —y padecen— las mujeres por el hecho de
más veces que la entrada mujer, que no gratuita- ser definidas, esto es, delimitadas desde el ámbito de
mente ha permanecido fija, esto es, sin evolución la animalidad. Este relato sería, entonces, una for-
y que con cierta intención se define de forma muy ma estética amparada de una compleja fórmula críti-
escueta, evidenciando la falta de propiedad y es- co-paródica, para desarrollar una forma de d-enuncia
plendor y que, más bien, se delinea en algunas sobre la o-presión y ab-uso al género femenino. Y su
enunciaciones históricas de perro puestas en sen- juego con los significantes, bajo la imitación del tra-
dos artículos lexicográficos, como en la edición bajo cultural de la RAE (limpia, fija y da esplendor),
de 1817. Esta cuestión no es para nada exagera- saca a flote su ideología en relación con la mujer. Es
da, pues cuando se repara en la realidad social de así como, sin más, este tipo de texturas permite un
potencias como Estados Unidos, se tiende más a trabajo de arreglo significativo, simulando el poder de
glorificar, dar esplendor y ennoblecer a los perros la palabra que la RAE posee, con lo cual la crítica
que a los seres humanos mismos, tal como se ob- es doble: por un lado la situación de la mujer; por
serva actualmente donde en muchos hogares hay otro la marmórea forma de fijar voces en la lengua y
un perro, cuyo bienestar es sagrado, hasta el punto por tanto en el pensamiento colectivo, históricamen-
de convertirse en una enfermiza obsesión. te preservado.
Ahora bien, a propósito del título como un in-
dicio más de los previstos en la labor lectora, es Reconocimientos
sabido que al no tener título el relato, digamos me-
jor, al no tener nombre10 lo que allí se describe, Este artículo hace parte del proyecto investigativo
establece un acto lingüístico que intenta conjurar Textos creativos y la identidad social en Colombia
o exorcizar esas formas o estilos de concebir a las (2013-2014), auspiciado por Centro de Investigacio-
mujeres y degradarlas en su condición; incluso nes y Desarrollo Científico (CIDC) de la Universidad
de conjurar esas costumbres y prácticas (estilos) Distrital, FJC; código 4-543-384-13.
milenarias que las reducen a seres cercanos a las
hembras animales, que despiertan solo vehemen- Referencias
cia pasional, agitación o calor (estío)11 y, por tanto,
que solo sirven para los placeres de la cama o para Baquero, P. (2006). La investigación en el aula en la uni-
inspirar literatura sublime que solo parece tender versidad. Aportes para una revisión crítica. En D. San-
resplandor en la ficción, pero no en el mito.12 tos., P. Baquero, M. Molano y M. Pardo. Prácticas
pedagógicas universitarias: aproximaciones para su
10 La expresión coloquial “(Esto) no tiene nombre”, se usa frecuen-
comprensión (53-96). Bogotá: Universidad de la Salle.
temente para dar a entender que una acción es tan reprochable Braslavsky, B. (2013). Enseñar a entender lo que se lee.
que no se quiere o no se puede calificar.
11 La palabra estío viene del latín aestatatis, que significa verano
Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
y cuya base etimológica es aestus, que significa calor ardiente, Bolívar, A. (Comp.) (2007). Análisis del discurso: ¿por
vehemencia, agitación.
12 El mismo Cabrera Infante reconoce que literatura tiene como ba-
qué y para qué? Caracas: Universidad Central de
se etimológica francesa la estructura Lit, que significa cama. Venezuela.

[ 132 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

Cabrera Infante, G. (2006) Tres tristes tigres. Edición Jolibert, J. y Sraïki, C. (2006). Niños que construyen su
especial. Bogotá: Editorial Planeta Colombiana; poder de leer y escribir. Buenos Aires: Manantial.
Madrid: Espasa. Klinkenberg, J. M. (2006). Manual de semiótica gene-
Cabrera Infante, G. (1976) Exorcismos de Esti(l)o. Bar- ral. Bogotá: Universidad de Bogotá Jorge Tadeo
celona: Seix Barral. Lozano.
Cairney, T. (1992). Enseñanza de la comprensión lec- Lerner, D (1985). La relatividad de la enseñanza y la
tora. Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia. relatividad de la comprensión. Lectura y vida. Re-
Cajiao, F. (2014, abril 7). Otra vez Pisa. El Tiempo. Re- vista Latinoamericana de Lectura. 6(4), 34-52.
cuperado de http://www.eltiempo.com/opinion/ León, J. (2003). Conocimiento y discurso. Claves para
columnistas/otra-vez-pisa-francisco-cajiao-co- inferir y comprender. Madrid: Pirámide.
lumnista-el-tiempo/13798017 Linares, A. (2013, mayo 24). Colombia enfrenta una
Cárdenas, A. (2006). Sentido y discurso. Para leer me- alarmante brecha en la calidad educativa. El Tiem-
jor. En L. A. Ramírez Peña, y G. L. Acosta Valencia po. Recuperado de http://www.eltiempo.com/
(Eds.). Estudios del discurso en Colombia (295- archivo/documento/CMS-12822612
311). Medellín: ALED. López, G. (2002). La metacomprensión y la lectura. En
Carlino, P. (2007). Escribir, leer y aprender en la univer- M. C. Martínez (Comp.). Propuesta de interven-
sidad. Una introducción a la alfabetización acadé- ción pedagógica para la comprensión y produc-
mica. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. ción de textos académicos. Cali: Universidad del
De Beaugrande, R. (2002). Curso internacional de aná- Valle.
lisis del discurso en las ciencias sociales, la cultura Lozano, M. (2004). Guerra, terrorismo e ideología en
y el territorio. Memorias. Bogotá: Instituto Caro y los diccionarios de la Real Academia Española.
Cuervo y Universidad Nacional de Colombia. AISPI, Actas 22. Centro Virtual Cervantes.
Eco, U. (1981). Lector in fábula. Madrid: Lumen. Mac Adam, A. (1996). Entrevista a Guillermo Cabrera
Eco, U. (1986). La estructura ausente. Madrid: Lumen. Infante. En Escritores latinoamericanos. Los repor-
Eco, U. (1992). Los límites de la interpretación. Barce- tajes de The Paris Review (45-59). Buenos Aires:
lona: Lumen. El Ateneo.
Ferreiro, E. y Gómez, M. (1986). Nuevas perspectivas Maya, G. (2013, agosto 30). Educación: no es culpa de
sobre los procesos de lectura y escritura. México: los maestros. El Espectador, 1-13.
Siglo XXI. Medina, J. y Bruzual, R. (2006, noviembre). Concep-
Flórez, R. y Gómez D. (2013). Leer y escribir en los ción de la escritura y métodos empleados para
primeros grados: retos y desafíos. Bogotá: Univer- su enseñanza ciencias sociales. Ciencias Sociales
sidad Nacional de Colombia. Online, 3(3), 1-13. Recuperado de http://www.
García-Dussán, É. (2008). Manual de hifología. Aná- uvm.cl/csonline/2006_3/pdf/concepcion%20
lisis e interpretación de textos. Bogotá: Unisalle de%20escritura%20y%20metodos%20de%20en-
Ediciones. se%F1anza.pdf
Ginzburg, C. (2008). Indicios. Raíces de un paradigma Molina, V. (2012). Tensiones entre discursos de estu-
de inferencias indiciales. En Mitos, emblemas e in- diantes y profesores universitarios sobre la lec-
dicios (3-56). Barcelona: Gedisa. tura y la escritura. Signo y Pensamiento 61(31)
Goodman, K. (1996). La lectura, la escritura y los tex- 126-141.
tos escritos: una perspectiva transaccional sociop- Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española
sicolingüística. Textos y Contextos, 2, 134-187. (NTLLE). (S.f.). Recuperado de www.rae.es
Jaramillo Jiménez, J. E. (Comp.) (2003). Cultura, iden- Osses, S. (2008). Metacognición: un camino para
tidades y saberes fronterizos. Bogotá: Colección aprender a aprender. Estudios Pedagógicos, 34(1),
CES. 187-197.

[ 133 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134
La importancia de las inferencias indiciales en los procesos de comprensión lectora
Éder García-Dussán

Pastor, R. (1998). Asimetría genérica y representaciones RAE (S.f.). Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua es-
del género. En: J. Fernández. Género y sociedad pañola. Recuperado de http://ntlle.rae.es/ntlle/
(12-48). Madrid: Pirámide. SrvltGUILoginNtlle
Paz, O. (2000). El arco y la lira. Bogotá: Fondo de Cul- Schön, D. (1992). La formación de profesionales reflexi-
tura Económica. vos. Barcelona: Paidós.
Pérez, M. y Rodríguez, A. (2012). ¿Para qué se lee Smith, F. (1984). Comprensión de la lectura. Análisis psi-
y se escribe en la universidad colombiana? colingüístico de la lectura y su aprendizaje. Méxi-
Caracterización de prácticas de lectura y escritura co: Trillas.
en 17 universidades. Revista de Docencia Universi- Solé, I. (1992). Estrategias de lectura. Barcelona: Graó.
taria, 11(1), 137-160. van Dijk, T. A. (1995). De la gramática del texto al análi-
Popper, K. (1977). La lógica de la investigación científi- sis crítico del discurso. BELIAR (Boletín de Estudios
ca. Madrid: Tecnos. Lingüísticos Argentinos), 2(6), 12-34.

[ 134 ]
enunciación
ISSN 0122-6339 • ISSNe 2248-6798 • Vol 19, No 1 (enero-junio 2014). pp. 116-134

Potrebbero piacerti anche