Hacia la Luz
de la
Mariposa”
D escansa, cierra los ojos y sueña. En el
2
grande. Arruga la frente y se inclina hacia
ella, hasta casi tocarla con la nariz.
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dedo tembloroso la atraviesa, apretando los
dientes y cerrando los ojos al mismo tiempo.
-¡Soooonnnnn haaadaaaassssss!
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blanco, azul y rosa, y divertidas no tardan
en pedir:
9
La pequeña mira sorprendida a la criatura:
11
Erika voltea hacia donde le señala Lilia y ve
varias barras luminosas de tono café
paradas una al lado de la otra.
12
nuestro mundo y miras distinto lo que hay en
el tuyo.
13
Erika observa sus dedos, son cinco hilos
rosados, sus pies dos tubos celestes y su
pancita un lago de color purpura.
-Sip
14
-Pero… tengo a mis papas, a mi hermano,
ellos son como los demás, no son hadas.
15
La luz de Erika se apaga un poquito, dobla
sus piernas celestes y se sienta sobre el
lago de resplandor verde, se lleva las manos
rosas a la cara y ve con ojos azules a Lilia.
16
-Yo creo que si – dice Lilia al sentarse sobre
uno de los pétalos de la flor-. Hace mucho,
mucho tiempo, nuestra Tierra era un
pequeño planeta recién nacido en el que todo
era fuego.
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se crearon los ríos, las lagunas, los mares, y
así nacieron los seres del Mundo de Agua.
18
-Bueno, imagina que nuestro planeta es
como un repollo gigante, ¿has visto que los
repollos tienen varias hojas?
-Si
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repollos? –Pregunta Erika viendo a su
alrededor.
20
-Lo sabrás cuando lo sientas pequeña
niña.
-¡Es mi mama!
21
-Es cierto, una vez me perdí en la tienda
y se asusto bastante… mejor me regreso,
volver a venir, ¿verdad?
22
La niña vuela-camina tan rápido como puede
hasta la luz por la que entro.
-¡Soooooooon hadaaaassssssssssss! –y de
nuevo sale dando vueltas Titu, junto con
muchas hadas mas que están cerca.
23
-¿Con una hada? Que interesante.
24
-Erika, no es bueno que creas tanto en lo
que inventas. Me gusta que tengas
imaginación, pero no pienses que es real,
¿esta bien hija?
25
-Pequeñaaa la noooche,
Luz de azaafraaan,
Duerme mi aaaangel,
Vuela en el maaarrr.
Arrullada, entra en sus sueños y se ve en la
cúspide de una deliciosa montaña de helado
de vainilla, de la que come y come sin parar.
Por fortuna, antes de reventar, una ardilla
se acerca brincando, llega hasta ella y con
voz aguda le dice:
-Sip.
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-¿Pero… por que eres una ardilla?
-¡¿A mi?!
27
-Porque así te estas soñando –le contesta
la hada sonriendo.
28
—Llegué igual que tú, me dormí para estar en
el Mundo de los Sueños y seguir platicando
contigo.
29
Erika los cierra y Lilia empieza a recordar algo
muy antiguo:
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—Es algo que ya ha pasado antes: cada 1818
años sucede en la Tierra un acontecimiento tan
maravilloso que sólo se creé estando ahí.
31
—¡Una sola Tierra! —Dice Erika emocionada—
¿O sea que todos los seres de los 18 mundos se
podrán ver?
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—No te angusties pequeña niña, no estás sola,
esta misma noche, en toda la Tierra, miles de
seres de todos los mundos han entrado a los
sueños de muchas niñas y niños para contarles
lo que te estoy diciendo a ti.
37
—Porque son sus hijos. Esa es nuestra
esperanza, que ustedes puedan tocar el
corazón de sus padres para que crean. Muchos
adultos solo han escondido su inocencia, ya no
se dejan ser niños, porque desde muy chicos los
trataron como adultos y les estropearon su
capacidad de soñar. Por eso ahora en lugar de
sueños quieren tener solo dinero, en lugar de
abrazos carros lujosos, y en lugar de esperanza
televisiones de plasma.
40
—Así es, por eso la esperanza son los niños y
las niñas del Mundo Humano, ustedes, tú.
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No podía ser antes, tampoco después, así que
confía en tu corazón, en tu ser niña, y en la
vida, que siempre encuentra la forma de seguir
sonriendo. Ahora debo irme, hay otros niños y
niñas a quien tengo que platicarles esto, espero
que no se enojen tanto como tú.
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—Ya sabes lo que necesitas saber, solo confía,
descansa, y sueña en un día de Todos los
Mundos
en paz y alegre.
44
—¿Pero dijiste que cualquiera puede entrar a
este mundo si lo desea de corazón?
45
—¡Esto es fantástico! — grita emocionada la
niña al verse volando por un cielo verde.
46
mamá quien la observaba sorprendida y dice de
prisa y casi gritando:
50
—¡Es verdad, no queda tiempo —dice con
angustia Sebastián— tienes que creernos para
que hables con los presidentes y no destruyan
la Tierra!
51
—Sí mamá, el mundo uno es de los seres de
fuego, el dos es de… —comienza a explicarle
con un poco más de paciencia Erika.
52
—Dímelo tú, llevo aquí cinco minutos tratando
de entender que les pasa.
53
—Olileo, se llama Olileo.
55
—¡NOOO! Deben de creernos, por favor —dice
Sebastián con lágrimas en los ojos.
56
Al llegar a la escuela Erika y Sebastián
comprenden al momento que la mayoría de sus
amigos y amigas saben lo mismo que ellos. No se
habla de otra cosa. Todos cuentan sus sueños,
se emocionan con los seres y los mundos que
han visto, entristecen cuando platican lo que
sus padres les dijeron, y repiten la misma
pregunta: ¿qué vamos a hacer?
57
—Es que mis papas se veían enojados o
preocupados o no sé qué, entonces me dio
miedo y mejor me la tomé —le contesta con
algo de tristeza.
66
—Sí, espéranos —dicen Paulina y Rosi, pero su
amiga va ya lejos, y los cuatro corren para
alcanzarla.
67
—¿Segura? —pregunta Paulina con voz dudosa.
—¡Vengan ya!
68
Pero sus amigos y hermano no se mueven, sus
bocas se abren al ver miles de puntos de luz
rodeándolos y oír como un arcoíris en forma de
niña les habla.
69
mientras se acercan a los niños, con su risa de
campanitas cristalinas.
70
Isidro acerca los ojos a una de las luces y
esforzando su vista alcanza a distinguir una
sonrisa.
72
—¡¿Cómo hiciste eso?! —pregunta emocionada
Rosi.
74
—También me dan ganas de llorar Lilia, ¿Qué
vamos hacer? Ahorita ya se unieron 9 mundos,
y nuestros papás ya ni quieren oírnos.
75
—Sí —contesta Paulina—, no vamos a poder
salvar la Tierra, ni a las hadas, ni las cascadas,
ni... —de sus ojos empiezan a brotar gotitas
color púrpura, y al verla llorar también lo hacen
sus amigos.
76
niños y hacen volar de nuevo a muchas lucecitas
de colores a su alrededor.
81
—Pero mi mamá no va a querer cruzar la
luz, ella no me cree nada de lo que le digo,
solo se va a enojar más conmigo —dice Rosi algo
asustada.
82
apropiado, el sentimiento deseado y la dulce
inocencia —completaRosi.
83
más en qué lugar estará la luz por la que tiene
que entrar.
84
Su corazón late como tambor, sus ojos aún no
pueden distinguir nada, se los frota ansioso.
Despacio, con las manos aun tapándole, empieza
a ver a su alrededor: A unos pasos de él un
enorme Brontosaurio come tranquilamente de
un arbusto; más acá un Triceratops, de más de
tres pisos de altura, se afila los cuernos contra
una piedra; mientras en el cielo un Pteranodon
vuela en grandes círculos. Sebastián apenas y lo
cree, está en el mundo 6, el Mundo de los Seres
Gigantes.
85
—Hoooolaaaa Sebastiaaaaan —escucha que le
habla con una voz grave y lenta—,quueeee
bueeenoooo quueee yaaaa lleegaaaasteee,
teeee estaaaaabaaaa
espeeeraaaandooodeeessdeeee laa
mañaaaaaanaa.
86
Sebastián hace un esfuerzo por volver a
respirar, y a suspirar.
87
aacoooonnnnoceeeernnoooossss paaarraaa
queee creeeaaaannnn eeennn nosooootrooooos.
88
—Tienes razón —asegura pensando
Sebastián—, entonces iré por ellos, espero que
quieran venir.
—Veeee Seeebaaassstiáaaannn,
traaaaeeélooosss, aaal
veeeernooosseennnteeennderaaaaán queeee
eessss bueeenoooo aaayuudaaaaarrrnooss.
90
Sin pensarlo un segundo lo sigue y de nuevo
vuelve a quedarse sin aliento al ver el mundo al
que entra.
—Soooooonnnnn
Seeeeebbbaaaassssstttiiáaaannnn yyy sssuuuuu
pppaaaappaaaaá — contesta Diplodocus.
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—Haaa, y a ti como te dicen de cariño
Diplodocus —se interesa Sebastián.
—Y a mí me dicen Sebas.
94
—A mí me dicen Teto —contesta anonadado.
95
Al noveno pooommmm Ernesto despierta, ve a
Cus seguido de Espinitas y sin decir ni una sola
palabra abraza a Sebas que va detrás de ellos y
corre desesperado hacia la luz por la que
entraron, la cruza, sale del baño de su casa y
choca con la pared.
98
—¡Yujuuuú! —Grita Paulina—, ¡gracias tía! —y
brinca sobre Nora para abrazarla.
99
Paulina no contesta, sigue mirando fijamente
hacia la caja.
100
—¡Espera! —le grita Nora en el momento que
Paulina cruza la luz y desaparece del
supermercado.
104
Al voltear hacia su izquierda ve algo que la hace
gritar más fuerte aún: a unos pasos de ella una
pequeña lagunita se acerca rodando por el suelo
y sonriendo.
—Bueno, si tú lo dices.
106
—Perrorr derrsparcirrtor porr farrvor.
107
Al salir se frota los ojos y se pone más
transparente de lo que ya está. Lo que ve es tan
fantástico que las palabras apenas y pueden
describirlo: frente a ella se recuesta un valle
casi redondo, y realmente se recuesta porque
esta algo cansado de cargar a todos y bosteza
somnoliento. Rodeándolo varias montañas
platican alegremente y de algunas de ellas salen
rojas lenguas de fuego que también conversan.
Por el valle juegan alegres cientos de pequeños
seres de viento que se persiguen unos a otros, y
varias plantas pequeñas y grandes están en la
hora de la comida, entretenidas buscando en el
suelo su alimento. Entre ellas un río se abre
paso cantando feliz hasta meterse entre dos
montañas.
108
—Es bonito ¿verdad? —pregunta tiernamente
Liris mientras ve con ojos coquetos hacia el río,
quien también la mira sin pestañar.
—¡Tam
-
109
Tam – tam - bien – bien - biennn e – e -
eresss mu – mu - muyyy li – li – linda – da – da
-
daaaa! —canta el río a Liris, quien al oírlo
cambia de color sus aguas a un escarlata
diluido.
110
—Este… no quisiera interrumpir pero… —dice
dudosa Nora—, ¿qué se supone que debo hacer
ahora?
111
—¡No puedes atraparnos…! —le dicen en
coro, mientras salen corriendo fuera del
alcance de sus manos.
112
—¿¡Muy lentas!? Ahorita van a ver —les dice la
tía Nora que ya se está enojando— ¡Ven Paulina,
tápales por aquel lado!
113
—Pero eso ya lo sabes Ilfo, eso en todos los
mundos se sabe —dice un pequeño fueguito que
juega a rodar de una montaña a otra. —¡Sí es
cierto! —apoyan en coro muchas plantitas que
viven a la orilla del río.
114
—Es su mamá, niños, vayan con ella —les pide la
ceiba a los pequeños seres de viento.
—¡Pero tía!
—¡Adiós Ilfo!
117
—Vámonos Pau, se está haciendo más tarde —
dice la tía Nora desesperada tomando a su
sobrina de la mano.
119
—Sí tía, dentro de siete días nuestro mundo se
unirá a los demás.
120
—Arrdiorrs Paurrlirrnarr, suerrterr conrr
tusr parrpásrr, torrdosrr
nerrcerrsirtarrmosrr querr ter creanrr.
121
Isidro juega con su bicicleta cuando encuentra
la luz. Ya va para su casa, cuando la cadena se
zafa y tiene que detenerse a arreglarla. Esta
tan concentrado en ponerla que nove surgir un
brillo ambarino entre dos árboles a la orilla de
la calle. Cuando al fin puede arreglarla, se sube
a la bicicleta y avanza un poco, pero la llanta
delantera brinca en una piedra y lo
desequilibra, cae al suelo y rueda hacia la
banqueta, justo enfrente de la luz en forma
de mariposa.
124
La pobre bicicleta tiembla por la velocidad a la
que va. Llega a su casa y se baja de ella sin
detenerse, y la bicicleta sigue su camino sola
hasta que choca con la pared y cae al suelo con
las dos ruedas dando vueltas.
125
—¿Qué luz? —pregunta su papá sorprendido.
126
—Pero no te creemos Isidro, y no vamos a ir a
buscar a un muñeco de nieve en pleno verano —
le contesta fríamente su papá—, si no quieres
cenar vete a tu cuarto de una vez.
130
—Ojala Isi, me haría muy feliz poder hablar de
nuevo con ese animalito.
133
cómo estás! ¿Qué te ha pasado? ¿No comes
bien?
134
—Ahorita le platico de una vez: cuando era
niño, tal vez como de tu edad, era yo muy
tímido y casi ni hablaba…
140
—¿Qué es eso hija? —Isabel se ha puesto
tensa y mira con desconfianza el brillo de la
mariposa.
—¿Quién es Lilia?
142
manos y gritándole algo que no alcanza a
escuchar.
143
—¡Sí, Pitis! —les repite gritando el ser
diminuto —¿Y ustedes quienes son, por que
quieren aplastarnos?
146
—No mamá, el Mundo de los Sueños es el 18
—Erika empieza a temer que su mamá no va a
creer en lo que sus ojos ven.
149
—¿Pero qué podemos decirles a los
presidentes?, no nos van a creer, yo todavía no
lo creo… para mí que estamos imaginando todo
esto… ¡tal vez fue la comida hija! —asegura
Isabel tocándose la frente para ver si no tiene
fiebre.
150
presidentes? Tienen forma humana así que tal
vez les crean.
153
—Es mejor que vayas Erika —le aconseja
Inma—, nos volveremos a ver pronto, ¿te
acuerdas?
155
—¡Hija! —le grita Estela al ver que se queda
parada cuando el semáforo ha cambiado a
verde.
157
Rosi se seca rápido los ojos con la manga de su
suéter, levanta su cajita y se para apresurada.
158
—¡Pero otra vez, ya te dije que no vuelvas a
decir esas tonterías…! —le grita Estela alzando
al mismo tiempo la mano para darle una nalgada.
—¿Eres tú Rosi?
—Sí mamá.
163
—Te quiero mamá, —Rosi la abraza emocionada
y al instante nacen dos pequeñas haditas de los
ojos de Estela, que vuelan alegremente hacia
Lilia.
—Así es mi niña.
—¿Qué es eso?
165
—Son los seres de nubes —les explica Lilia, y
este es su mundo.
166
—No se preocupe, en este mundo ustedes son
tan ligeras como el vapor, casi no pesan, así que
es imposible caer hacia abajo, en todo caso
puede que se caigan para arriba.
—¡Sí hija!
170
—¿Que fue ese ruido tan fuerte? —pregunta
Estela viendo hacia todos lados.
173
celestes, rosas y violetas, tibias y agradables,
en un abrazo inmenso.
175
Flotando en tres seres blancos y esponjosos,
rodeadas por las luces del atardecer y
sintiendo el viento acariciarles, las dos son
llevadas por el cielo.
179
y otros más suaves… la verdad nunca lo creí… a
veces nos volvemos tan sordos.
—Entonces es cierto.
182
—¡Hija, que haces aquí! —le pregunta el
abuelito Tavo sorprendido.
183
—¿Otro mundo? ¿Qué pasa aquí hija? ¿Está
bien tu mamá?
—Mejor siéntate papá —le pide Estela—, lo que
pasa es que… —y le cuenta a su papá de los
mundos mientras él voltea a ver a la abuelita
Tita, a Rosi y de nuevo a su hija, con un rostro
lleno de perplejas arrugas.
184
Por suerte encuentra uno, aunque ya partido, y
regresa igual de rápido para explicarle a su
abuelito:
186
—Pues no me importa si no me crees, yo voy a
salvar a Lilia porque ella es buena y no es justo
que nadie… —ya no puede terminar de decir lo
que siente, las lágrimas de coraje le escurren
despacio por el rostro mientras solloza
suavemente. Su mamá la abraza y su abuelita se
arrodilla ante ella para decirle:
190
su abuelito de las haditas que reían como
campanitas.
192
—Hicimos lo que pudimos —dice al fin Isi,
tratando de convencerse a si mismo—.Solo
somos niños.
193
porque la comida nos había dañado el cerebro, y
fue por eso que nos dieron esa cosa verde.
194
—Con mi mamá y mis abuelitos caminamos
mucho para encontrar quien nos oyera — les
cuenta Rosi mirando sus manos— pero solo
nos cansamos, ni siquiera nos escucharon —
suspira, triste, viendo fijamente hacia
adelante. Los demás voltean hacia ella y
comprenden su mirada, suspiran también y sé
que dan en silencio. Esa misma mirada está en
los ojos de muchos niños y niñas, quienes sin
hablar se reúnen y tratan de encontrar alguna
esperanza en los ojos de sus amigos.
195
En toda la Tierra los niños les han mostrado los
17 mundos a sus papás, tíos, amigos, abuelitos y
demás adultos. Algunos con carita de ángel y
ojos tiernos, otros con explicaciones y más
explicaciones, los desesperados con cara de
“¡ya créeme!”, y unos cuantos de plano enojados,
todos han intentado que los adultos crean en lo
que han visto.
—Grraaaccciiaasss Ssseeebbbaaassss,
pppeeerrrrroo ssiiii nnoooosss
aaatttaaccaaannvvvaaa aaaa sssseeeerrrr
cccoonn aaarrrrmmaaasss
mmmmuuyyyy ppeeelllliiigggrrrooosssaaasss.
202
—Oooojjjaaallllaaaá ssseaaa aaasssiiií
Ssseeebbbassss, ooojjjaaallla
susssggoooobbeerernaaanteees
taaammmbbbiiiiéeeen ssseee
aaaccuuueerrrdddeeennnqqquuueee
uuusssttteeedddeeesss ssoooonnn
hhhuuummaaaaannoosssss.
—Nnnnoooo llllloooorrrreeeessss
Ssseeebbbaasss,
ttttoooddaaaavvviiiiíaaaaeeesssstttooooyyy
vvviiivvvvoooó yyyy sssooyyy
mmmuuuyyyygggrrraaannndddoooottteeee
ppppaaarrrraaaa qqqquuueeee
mmmmeeeemmmmaaaatttteeeennnn
203
tttooooddddiiiittoooo —ríe Cus y toca
suavemente a Sebas con la nariz.
—Ttteeee ppprrrooommmmeeetttoooo
qqquueeeee mmmeeee vvvoooyyyy
aaaaccccuuiiidddaaarrrr, dddeeessdddeeee
laaaa ccccooolllliiitttaaa hhhaassstttaaaaa
mmmiiiicccaaaabbbeeezzzaaa —ríe Cus de
nuevo, mientras Sebas lo abraza de la nariz con
todassus fuerzas.
—Yyyoooo tttaaaammmmbbbiiieeeénnnn
ttteee qqquuuiiiieeerrrrooo.
—Yyyaaaaa déeejjjeeeennnmmmeeee —y
retumban todas las casas a su alrededor.
209
—Hayss Tossstumsss, noss losss
consssciensstassss, nosss vessss quess
porssessssosss luesssgosss… —en el aire un
helicóptero se acerca. Al verlo Fesla voltea
hacia Totum para decirle con tristeza:
210
se va y Totum también comienza a caminar
hacia las afueras de la ciudad.
211
—Sí, ya lo vi, pero eso no importa, ahorita
tenemos que protegernos hijo, quien sabe que
van a querer hacernos —lo interrumpe
secamente su papá.
216
Al medio día se realiza una reunión nunca antes
vista, a la que casi todos los presidentes de
cada país asisten. En las noticias informan que
se han reunido para enfrentar juntos “la gran
invasión”, acompañados del general de su
ejército y los encargados de los medios de
comunicación. Rodeados de miles de reporteros
inician la discusión.
217
estrategia militar que termine con esa
amenaza.
221
—No tiene caso que vayas hija, nada pueden
hacer, los ejércitos se están preparando, nadie
puede ya detenerlos. Ahora solo tenemos que
esperar a que el ataque termine y sea cabe el
problema.
223
Rosi y su mamá se consuelan una a la otra. Ya es
muy noche y su papá no regresa. Les ha dicho
que de nada sirve preocuparse, que los
presidentes saben bien lo que hacen, que solo
pierden su tiempo llorando, y las ha dejado
solas.
226
—¡Hay Lilia...! No sé qué hacer, ya casi no hay
tiempo... quisiera quedarme dormida y seguir
soñando para no saber nada del ataque.
229
—Aun no entiendo Lilia —Rosi ve a la pequeña
hada con ojos de duda—, yo creía que para
soñar tenía que estar dormida y que soñaba con
mi cabeza, no con mi corazón.
—¿Soñarlo?
232
—¡Sí! En el Mundo de los Sueños todo es
posible si se desea con el corazón, todo Mamá,
podemos soñar que nada de esto está
ocurriendo, o que los ejércitos no pueden
atacar, o que mañana va a ser un día de fiesta…
233
—Tieeeeeernaa priinnnceeesaa dueeeermee
yaaaa, has de volaaarrrr, has de reirrrrr, has de
bailaaaarrrr, has de soñaarrrr…
234
—¡Es cierto…! —grita Erika—, Lilia me lo dijo.
236
—¡Isidro…!
238
—Sí, vayan a avisarles a los niños que conozcan
y pídanles que les digan a más y nos vemos
antes del amanecer.
244
suben y bajan para llevarlas a quienes más las
necesitan.
Los tripulantes de los submarinos
nucleares, ven su nave llenarse de niños y
contentos les muestran maravillas que solo hay
en el fondo marino. Los fabricantes de armas
ven sus máquinas transformarse en
fantásticos robots cibertrónicos que hacen
todo tipo de juguetes desde canicas, hasta
cohetes. La tierra está en paz y llena de
vida. Hay alegría en todos lados. Los seres
festejan y se abrazan. La tristeza ha
terminado.
246
Y en los ojos de Sebas, al pasear con su papá
cabalgando sobre Cus, que riendo los lleva a
conocer su mundo, presentándolos con los
enormes seres que lo habitan. Y en los ojos de
Rosi, al ser llevada con su mamá y sus abuelitos
por los seres de nubes, a una casa cálida en el
cielo, hecha de infinidad de luces de todos los
colores.
247