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y proyectos integrados.
Entre el urbanismo
arquitectónico y el
ecourbanismo paisajístico
«Los urbanistas han vuelto a inventar la rueda… esta- en la cultura urbanística europea. El interés del mismo no
mos donde estábamos a principios del siglo xx» es sólo profesional sino que va asociado a una reflexión so-
(Peter Hall)
bre la naturaleza del urbanismo contemporáneo y sobre su
Las intervenciones urbanas estratégicas en nuestras ciu- ‘aprendizaje’ en las escuelas de arquitectura. Con el obje-
dades, es decir, las que han protagonizado el urbanismo tivo de aportar algunos elementos a ese debate, planteare-
de los últimos años, tienden a verse como correlatos o mos ciertas cuestiones que tienen que ver con las visiones
reacciones más o menos directas a los procesos urbanos profesionales, pero también con la teoría y la práctica del
propios de la era de la globalización. Sin embargo, una mi- urbanismo. La hipótesis de partida es la de que los proyec-
rada más amplia, con perspectiva multisectorial, históri- tos urbanos integrados, pueden entenderse como formas
ca y comparada, permite situar las estrategias y proyectos de intervención que oscilan entre distintos ‘modelos’ o pa-
urbanos recientes en relación a las concepciones domi- radigmas urbanísticos, desde el urbanismo arquitectónico
nantes en el contexto urbano y en el periodo en el que se hasta el urbanismo paisajístico y ecológico.
producen. ¿Cuáles son las concepciones, tradiciones, mo- Nos centraremos, en primer lugar, en una rápida re-
delos y paradigmas que sustentan esos proyectos urba- visión de las tradiciones y modelos que han presidido la cul-
nos? ¿Qué hay de nuevo en el ‘nuevo urbanismo’ de la era tura urbanística del siglo xx y su eventual ‘recuperación’ a
de la globalización? ¿Hasta qué punto resultan vigentes y principios del siglo xxi. Para ello, adoptaremos un enfoque
compatibles el urbanismo arquitectónico, el urbanismo retrospectivo y prospectivo, una perspectiva histórico-ur-
tecnológico y el urbanismo paisajístico y ecológico? banística que nos permita aproximarnos a tres paradigmas
Esas preguntas están en la base de un amplio deba- que protagonizan el urbanismo contemporáneo1. Después
te que tiene lugar en las últimas tres décadas, sobre todo de referirnos a algunos episodios pasados y recientes que
1 Tal como sugieren algunos urbanistas e 2 Stephen Ward, Planning the Twentieth-Century City: Routledge, Nueva York, 2002; Edward W. Soja,
historiadores: Michael Hebbert y Wolfgang Sonne, The Advanced Capitalist World, WileyEurope, Londres, Postmetropolis. Critical Studies of Cities and Regions,
«History Builds the Town: On the Uses of History in 2002. Blackwell, Oxford, 2000.
Twentieth-century City Planning», en Javier Monclús 3 François Ascher, Métapolis, ou l´avenir des villes, 4 Cit. en William McDonough y Michael Braungart,
y Manuel Guardia (eds.), Culture, Urbanisme and Odile Jacob, París, 1995; Thomas Sieverts, Cities From Cradle to Cradle, North Point Press, Nueva York,
Planning, Ashgate, Londres, 2006. without cities: an interpretation of the Zwischenstadt, 2002.
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ilustran cada una de esas modalidades urbanísticas, co- dades, Zwischenstadt, Postmetropolis, etc.3 De acuerdo
mentaremos brevemente ciertas actuaciones recientes, es- con esas visiones, la mayor parte de las manifestaciones
pecialmente en dos ciudades españolas que pueden servir del discurso urbanístico actual serían consecuencias casi
como ejemplos significativos (Barcelona y Zaragoza). directas de las nuevas condiciones, asociadas a la era de
Lo que denominamos ‘urbanismo contemporáneo’, la globalización: la arquitectura icónica y el marketing
una disciplina de raíz arquitectónica aunque con ambi- urbano, la ciudad de la información o ‘infociudad’; o bien
ción integradora de otros saberes técnicos, tiene algo más las reacciones alternativas, las que se plantean un urba-
de un siglo de historia2. La discusión sobre su naturaleza, nismo ‘sostenible’, basado en la ciudad compacta, etc. En
en relación a los cambios recientes experimentados por el consecuencia, las respuestas que se demandan deberían
urbanismo, se ha planteado a partir de dos polos que, de ser radicalmente diferentes a las que han guiado el urba-
forma esquemática, podríamos entender como interpre- nismo moderno y contemporáneo. Para poco servirían
taciones ‘rupturista’ y ‘continuista’ respectivamente. Para los referentes del pasado —ni los modelos de la Ciudad
los que se sitúan en el primer polo, los procesos urbanos Jardín, ni el urbanismo de la Carta de Atenas— si las
y las respuestas urbanísticas a las que asistimos en los úl- condiciones han cambiado de forma tan sustancial. Pa-
timos 20–25 años serían explicables desde la lógica de la rafraseando a Albert Einstein, podríamos decir también,
globalización y de las nuevas situaciones socioeconómicas como él hacía en referencia a la crisis de 1929, que «el
y tecnológicas. En cambio, para los segundos, los proble- mundo no superará el estado actual de crisis utilizando el
mas y las respuestas a las nuevas condiciones urbanas po- mismo pensamiento que creó esa situación»4.
drían inscribirse claramente en determinadas tradiciones, Por otro lado, estarían las visiones con perspectiva
ciclos y paradigmas que tienen distinto peso según las si- histórica, las que muestran las conexiones y, también, los
tuaciones específicas de las ciudades. cambios y las rupturas de las respuestas actuales en rela-
Un indicador de las primeras aproximaciones sería ción a determinadas tradiciones y paradigmas formula-
la proliferación de neologismos que sustituyen el térmi- dos durante los últimos 100 años. Así, el énfasis reciente
no ‘ciudad’ por otras denominaciones que enfatizan los en las formas urbanas y la atención a la arquitectura de
cambios en las nuevas situaciones urbanas y las corres- la ciudad no sería tan novedoso. Como tampoco lo sería
pondientes estrategias urbanísticas: Metápolis, metaciu- la confianza en la tecnología para responder a los desa-
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J.M. Arquitectura urbana y Urbanismo funcionalista y Tradición organicista y
F.A. Paradigma morfológico Paradigma tecnológico Paradigma ambientalista
Modelo voluntarista- progresista City Beautiful Carta de Atenas Sistemas de parques
1900-1940 Plan Chicago CIAM (F.L.Olmsted)
Plan Amsterdam (Le Corbusier) Anillos verdes
Plan Macià (P. Abercrombie)
Zoning
Modelo voluntarista-culturalista Townscape New Towns Ciudad jardín
1940-80s Tipo-morfología Archigram (L.Mumford)
(A. Rossi) Ecological Landscape
Plan Bolonia Planning
(I. McHarg)
Modelo normativo-culturalista New Urbanism Infraestructuras Ciudad compacta
1980-90s (R. Krier) (R. Rogers)
IBA Berlín 1987
Nuevos ensanches
Modelo normativo-progresista Proyectos estratégicos (R. Koolhaas) IBA Emscher Park
1990-2000s Marketing urbano Euralille Landscape Urbanism
BCN Distrito 22@ Ecourbanismo
Modelos y paradigmas. Los «modelos» o «tipos ideales» (F. Ascher, ampliación de F. Choay) tienen como referentes algunos personajes clave del
discurso urbanístico, marcados en negrita. A su vez, los paradigmas urbanísticos (J. Monclús) añaden a los grandes modelos anteriores la tradición
organicista y ambientalista
fíos urbanos, aunque al protagonismo habitual de las La única manera de entender el grado de novedad
infraestructuras de transporte se sumen ahora las mani- o de continuismo es el de explorar esas conexiones con-
festaciones de la nueva economía del conocimiento, con ceptuales e instrumentales, analizando de forma temáti-
distritos digitales y demás. Tampoco estaríamos ante una ca y cronológica los episodios significativos de la cultura
visión radicalmente distinta al abordar los problemas de urbanística. Desde hace algún tiempo, se consideraban
la reconciliación de los procesos urbanos con el entorno las dos tradiciones o ‘modelos’ fundamentales: por un
natural, o al enfocar los límites del crecimiento urbano lado, el ‘culturalista’, que nosotros podemos asociar a
desde la creciente sensibilidad hacia el medio ambiente la tradición de la arquitectura urbana y al paradigma
y la sostenibilidad. Por decirlo con las palabras de Peter morfologista; por otro, el ‘progresista’ o ‘funcionalista’6.
Hall, a menudo «inventamos la rueda»5. François Ascher completa ese esquema con otro polo:
5 «Los urbanistas han vuelto a inventar la rueda… 6 Françoise Choay, El Urbanismo. Utopías y Realidades Princeton Architectural Press, Nueva York, 1988 (ed.
Estamos donde estábamos a principios del siglo xx», [1965], Lumen, Barcelona, 1970. cast. Arte Civil, Caja de Arquitectos, Madrid, 1993).
en Peter Hall, Cities of tomorrow. An intellectual history 7 François Ascher, op. cit., p. 234 y ss. 9 Jean Castex, Jean Charles Depaule y Philippe
of urban planning and design in the twentieth century, 8 Javier Monclús, «Arte urbano y estudios histórico- R. Panerai, Formas urbanas: de la manzana al bloque
Basil Blackwell, Oxford, 1988 (trad. cast. Ciudades del urbanísticos: tradiciones, ciclos y recuperaciones», [1980], Barcelona, 1986.
mañana. Historia del urbanismo en el siglo xx, Serbal, en 3ZU nº 4, 1995; Werner Hegemann, The American
Barcelona, 1996, p. 18 y ss. Vitruvius: an Architects’ Handbook of Civic Art [1922],
el urbanismo abierto y normativo frente al anticipador riantes en las ciudades europeas. Pero lo que resulta ver-
y programático7. Por nuestra parte, añadimos a esos dos daderamente destacable es el renovado interés por esta
primeros modelos el paradigma paisajístico y ambien- tradición de la arquitectura urbana en las últimas déca-
tal. De este modo, podemos plantear la coexistencia de, das. Algo que se manifiesta en la reedición de tratados
al menos, tres tradiciones y paradigmas diferentes: un y episodios urbanísticos de ese periodo, como el propio
urbanismo de raíz culturalista, morfologista y, en defi- Plan de Chicago o el libro de Werner Hegeman American
nitiva, arquitectónica; otro de naturaleza economicista, Vitrubius (reeditados ambos en 1993)8.
tecnológica y funcionalista; y un tercero de naturaleza En esa tradición se inscribirían también las con-
organicista, paisajista y ambientalista. cepciones del Arte urbano y el Civic Art con los proyectos
residenciales del primer tercio del siglo para ciudades
EL URBANISMO DE LOS MONUMENTOS, LA ARQUITECTURA como Ámsterdam. El Plan Sur de Hendrik Petrus Berlage
URBANA Y EL PARADIGMA MORFOLOGISTA para Ámsterdam constituye un episodio clave que aho-
Podemos referirnos al primero de esos paradigmas, a su ra nos resulta ejemplar por su visión integradora, con la
renovada presencia y a su ‘recuperación’ cíclica en los úl- atención a la arquitectura urbana de la vivienda masiva.
timos años. Cuando Peter Hall plantea la hipótesis de la La superposición de escalas, la combinación de compo-
constante «invención de la rueda» por parte de arquitec- siciones urbanas clasicistas con el tratamiento de los es-
tos y urbanistas se refiere a planteamientos como los del pacios públicos, la integración de las redes viarias con los
New Urbanism norteamericano, pero también a muchos ejes monumentales dando lugar a una notable variedad
otros que ahora ‘reinventan’ «la ciudad de los monumen- arquitectónica y urbanística, con una interpretación re-
tos» y la «ciudad de la arquitectura». Efectivamente, el novadora del sistema de manzanas, calles y plazas; todo
conocido urbanista considera esa tradición, dentro de ello está en la base de su recuperación reciente9.
la lógica del embellecimiento urbano, como una de las Habría también otra línea de continuidad en la tra-
‘respuestas’ a los estragos propios de la era industrial y dición de la «arquitectura de la ciudad». Aunque es cierto
la industrialización. Naturalmente, esa tradición no era que las concepciones de Aldo Rossi supusieron una rup-
nueva, podríamos remontarnos al urbanismo clasicista o tura con las visiones del Movimiento Moderno, eso no
anterior, pero sí podemos estar de acuerdo en que ‘renace significa que la novedad fuera absoluta, si se considera un
con fuerza’ a mediados del siglo xix y, sobre todo, en el periodo histórico más amplio. Nociones como la revalori-
siglo xx con el movimiento City Beautiful, o con otras va- zación de la ciudad histórica y la consideración de la ciudad
10 Ignasi Solà-Morales, «Hacer ciudad, hacer Monclús e Iñaki Bergera (eds.), La Gran Vía de los arquitectos estrella en la España del Guggenheim,
arquitectura (1945–1993)», en Jean Dethier y Alain Zaragoza y otras grandes vías, Lampreave, Madrid, Anagrama, Barcelona, 2010.
Guiheux (dir.), Visiones Urbanas. Europa 1870–1993. 2011 (reseña de Carme Miralles-Guasch, «Zaragoza 15 Javier Monclús, Exposiciones internacionales y
La ciudad del artista. La ciudad del arquitecto, CCCB- elogia la calle», en Público, 25.05.2011). urbanismo. El proyecto Expo Zaragoza 2008, UPC,
Electa, Barcelona, 1994. 13 Javier Monclús, «International Exhibitions and Barcelona, 2006.
11 Peter Katz, The New Urbanism. Toward an Architecture Planning. Hosting Large-scale Events as Place 16 Carlos García Vázquez, Ciudad hojaldre. Visiones
of Community, McGraw-Hill, Nueva York, 1994. Promotion and Catalysts of Urban Regeneration», en urbanas del siglo XX, Gustavo Gili, Barcelona, 2004.
12 Una reflexión reciente sobre grandes vías y Javier Monclús y Manuel Guardia (eds.), op.cit.
grandes calles en Ricardo S. Lampreave, Javier 14 Llàtzer Moix, Arquitectura milagrosa. Hazañas de
con el redescubrimiento de su vigencia y posibilidades de Exposición universal de Shanghái de 2010, no parece exa-
reinterpretación en nuestras ciudades12. gerado afirmar que la lógica del embellecimiento urbano
Otra variante de la cultura del proyecto urbano y el del movimiento City Beautiful de principios del siglo xx,
«urbanismo de los monumentos» de principios del siglo experimenta 100 años después solamente versiones reno-
xx, resulta ahora especialmente actual por otros motivos, vadas, basadas en el espectáculo urbano y en el City Mar-
entre los cuales es destacable el de su asociación a estrate- keting a una nueva escala.
gias de «promoción urbana» y la creciente importancia de
la «economía simbólica», basada en la cultura, el turismo EL URBANISMO FUNCIONALISTA Y EL PARADIGMA
y el marketing urbano. El culturalismo arquitectónico da TECNOLÓGICO
paso aquí a un «urbanismo cultural»13 que también se aso- Si revisamos ahora «la ciudad de la tecnología», podre-
cia a los proyectos urbanos estratégicos, muy conscientes mos encontrar diferentes momentos, ciclos y ecos a lo
del poder de las imágenes urbanas. Más que nunca pode- largo de todo el siglo xx. También aquí, a pesar de cier-
mos encontrar conexiones con las estrategias recientes to esquematismo, nos puede ser útil la visión dual de
que confían en la capacidad de los edificios y proyectos Françoise Choay al referirse al modelo «progresista» y
‘emblemáticos’ para producir efectos más o menos direc- funcionalista, por oposición al «culturalista» y arquitec-
tos en la transformación urbana, lo que un periodista ha tónico. Esa tradición puede verse, en cierto modo, como
llamado «arquitecturas milagrosas»14. ¿Cuáles son las re- un auténtico paradigma tecnológico16. En la historiogra-
laciones entre la «arquitectura monumental» de ese ciclo fía urbanística, una primera versión de ese tipo de urba-
de principios del siglo xx y esas arquitecturas emblemáti- nismo se encuentra en la «ciudad industrial» de Tony
cas que proliferan desde los años 90 del pasado siglo hasta Garnier. Pero también en las visiones de Eugène Hénard
ahora? Desde distintas perspectivas, se apuntan sugeren- y de otros urbanistas pioneros que trabajan en París y se
tes paralelismos y continuidades. Aunque también resul- centran en la remodelación del sistema viario, pero no ya
tan obvias las diferencias entre el «urbanismo de los even- con la lógica integradora del barón Haussmann, sino con
tos» de la era industrial respecto a los que se despliegan un claro protagonismo de las técnicas de ordenación del
en la «era de la globalización»15. Comparando la célebre tráfico, de los nudos viarios, de los distintos niveles en las
Exposición colombina de Chicago de 1893 con la reciente infraestructuras de saneamiento y de transporte, etc.
17 Thilo Hilpert, La ciudad funcional. Le Corbusier y su of Urban Problems, their Análisis, their Solutions, 21 AA VV, Euralille: the making of a new city center:
visión de la ciudad [1978], IEAL, Madrid, 1983. Harvard University Press, Cambridge, 1942 (vers. cat. Koolhaas, Nouvel, Portzamparc, Vasconi, Duthilleul,
18 Ricardo S. Lampreave, «El futuro ya fue. Futurama, Poden sobreviure les nostres ciutats?, Generalitat de architects, Espace Croisé, Basilea, 1996.
el pabellón de Geddes en la Exposición Universal de Catalunya, Barcelona, 1983. 22 Gabriel Dupuy, L’urbanisme des réseaux. Théories et
1939», en Lars nº 14, 2009, pp. 54–61. 20 Reyner Banham, Archigram, Centre Georges méthodes, Armand Colin, París, 1991.
19 Josep Lluís Sert, Can Our Cities Survive? An ABC Pompidou, París, 1994.
por el desarrollo del tráfico en las ciudades, se concretan el de Euralille de oma. De nuevo, más que los detalles con-
en diversos proyectos, manifiestos e informes que sitúan cretos de un proyecto condicionado por el intercambiador
en primer plano la cuestión de la movilidad. Como el co- de transporte, interesa destacar la aceptación del incesan-
nocido e influyente Traffic in Towns, de Colin Buchanan te incremento de la movilidad individual o colectiva y el
(1963), una aproximación que reconocía la potencialidad optimismo tecnológico en el discurso de Rem Koolhaas,
del automóvil, aunque también advirtiera de los proble- quién, a diferencia de las aproximaciones propias del para-
mas que ocasionaba y propusiera medidas correctoras digma morfologista, muestran las ventajas del protagonis-
concretadas en las famosas «áreas ambientales». Una mo de las infraestructuras en la ciudad contemporánea21.
metodología que, por cierto, resulta perfectamente vi- O bien el de los que se plantean, de forma realista, la recon-
gente, como muestra su aplicación, con variantes suce- versión del urbanismo de las zonas en un «urbanismo de
sivas y con éxito creciente en numerosas ciudades que las redes», tal como le denomina Gabriel Dupuy22.
se plantean la racionalización del tráfico urbano. En la También resultan significativos otros proyectos
cultura arquitectónica y urbanística proliferan las pro- que tratan de dar respuesta a los retos de la necesaria re-
puestas que, en su crítica a la primera tradición moderna, novación de la base económica de las ciudades confiando
plantean un paso más allá en las concepciones tecnolo- en la capacidad de la nueva economía para cambiar radi-
gistas: desde las visiones del Team X (ciam x, 1959) a las calmente espacios urbanos obsoletos, infrautilizados o
del grupo Archigram o los metabolistas, se confía en las en desuso. Se trata de «entornos de innovación» que se
megaestructuras, la prefabricación masiva de artefactos, plantean, generalmente, sobre esos tejidos y que generan
incluyendo la vivienda, al modo de la producción seria- los llamados «distritos digitales», como el Digital Hub de
da del automóvil, etc. Unas visiones cuya actualidad no Dublín, o como otros análogos (en San Francisco, en Sin-
es probablemente ajena a la visión optimista basada en gapur o en Barcelona) que resultan especialmente ilus-
la potencialidad de las infraestructuras, la movilidad, el trativos de la capacidad de esas aproximaciones para la
poder de decisión del usuario, etc.20 renovación y revitalización urbana. En esos ejemplos pa-
Podríamos referirnos a distintas versiones actua- radigmáticos se experimentan estrategias de respuesta a
les de ese urbanismo basado en el protagonismo de las una compleja economía urbana que, a la vez, pretenden
infraestructuras. Resultan emblemáticos proyectos de la revitalización y reciclaje de esos vacíos urbanos o de
piezas urbanas en torno a estaciones intermodales, como barrios obsoletos, generalmente postindustriales.
TRADICIÓN ORGANICISTA Y PARADIGMA PAISAJÍSTICO- más atentas a la sensibilidad por la naturaleza y al paisaje,
AMBIENTAL permitiría incluir ahí otras visiones ‘paisajísticas’ y ‘eco-
Menos sistematizada por los analistas, es posible conside- lógicas’, las que hunden sus raíces en la formulaciones de
rar también una «tercera tradición» o ‘modelo’, algo me- la Ciudad Jardín, en las realizaciones paisajísticas nor-
nos presente en la crítica y en el debate urbanístico. Un teamericanas, en los sistemas de parques de Olmsted, o en
modelo que, en cierto modo, desemboca en un auténtico los suburbios modélicos ingleses y norteamericanos. O en
paradigma que tendría que ver con las relaciones entre todo un conjunto de modelos de organización urbana ba-
ciudad y naturaleza. Según el enfoque adoptado, podría- sados en anillos verdes, cuñas verdes, corredores, etc. que
mos centrarnos en la tradición paisajística, pero aten- van desde Howard a Eberstadt, a Abercrombie y muchos
diendo especialmente a una versión más interesada en la otros. Modelos y esquemas que, a principios del siglo xxi
dimensión ecológica y ‘ambientalista’. En el esquema re- desarrollan los formulados un siglo antes23.
ferido de Choay, la autora añadía un «modelo naturalista» En paralelo, resulta destacable la tradición del orga-
a los dos principales, el funcionalista y el «culturalista». nicismo y del «regionalismo ecológico» de Patrick Geddes
Sin embargo, una acepción más amplia de las propuestas o de Lewis Mumford y de la Regional Planning Association
23 Marco Amati (ed.), Urban Green Belts in the Twenty- 25 Virginio Bettini, Elementos de ecología urbana 26 Ian L. McHarg, Design with nature, Natural History
first Century, Ashgate, Londres, 2008. [Einaudi, Turín, 1996], Trotta, Madrid, 1998. Press, Garden City, Nueva York, 1969 (ed. cast.
24 Mark Luccarelli, Lewis Mumford and the Ecological Proyectar con la naturaleza, Gustavo Gili, Barcelona-
Region: The Politics of Planning, Guildford Publications, México DF, 2000).
Nueva York, 1995.
(rpaa)24. En esas aproximaciones se pueden inscribir nu- de Jacobs no es ajena a la nueva sensibilidad por la ciudad
merosas visiones medioambientalistas posteriores, inclui- compacta o por la sostenibilidad urbana. Por supuesto, la
das las más recientes relacionadas con la ecología urbana. palabra sostenibilidad no aparece en el libro más cono-
Aunque no siempre se reconocen las deudas, resulta signi- cido de la autora Muerte y vida de las grandes ciudades.
ficativo el redescubrimiento de Mumford por cierto eco- Sin embargo, como señala Fariña, si tratamos de resumir
logismo, a pesar de su consideración general como uno de sus propuestas para la ciudad veremos la extraordinaria
los padres de la planificación regional de base ambientalis- coincidencia con los criterios que todos consideran fun-
ta25. Quizá una de las líneas más solventes en esa tradición damentales para avanzar hacia ciudades más sostenibles
sería la del «Paisajismo ecológico», el Ecological Landsca- (o menos insostenibles): mezcla de usos, variación en las
pe Planning de Ian McHarg y la escuela de Filadelfia. Una tipologías edificatorias, densidades que permitan man-
aproximación que corresponde a la nueva sensibilidad tener una vida urbana digna de ese nombre o calles fre-
paisajística y medioambiental, pero a la vez prolonga la cuentadas. Efectivamente, Jacobs interpretaba las ciuda-
tradición norteamericana, y que tendría su manifestación des como seres vivos y como ecosistemas. Sugirió que con
paradigmática en el libro Diseñar con la Naturaleza de el tiempo, los edificios, calles y barrios funcionan como
McHarg (por cierto, con prólogo de Mumford)26. organismos dinámicos, cambiando en respuesta a cómo
Muy relacionada con esa tradición paisajística y la gente interactúa con ellos. Explicó cómo cada elemen-
ecológica, pero centrada en la revitalización de las cen- to de una ciudad —las aceras, parques, barrios, gobierno,
tros urbanos compactos de las ciudades norteamerica- economía— podría interpretarse de forma análoga a la
nas, hay que referirse a las visiones de Jane Jacobs. Como de los ecosistemas naturales. No es, por tanto, casual, su
en el caso de Mumford, la vigencia creciente del discurso recuperación reciente por los que consideran esas con-
27 Jane Jacobs, Muerte y vida de las grandes ciudades en barrios del norte de Europa, de Lucien Kroll, Jørn Urbanism», en Harvard Design Magazine, 2003;
[The Death and Life of Great American Cities, Vintage Utzon, James Stirling, Herman Hertzberger (Alfonso Mohsen Mostafavi y Gareth Doherty (eds.), Ecological
Books, Nueva York, 1961], Península, Madrid, Vegara y Juan Luis de las Rivas, Territorios inteligentes, Urbanism, Harvard University, 2010; Iñaki Ábalos, «El
1967; y José Fariña, «Jane Jacobs, destellos de Fundación Metrópoli, Madrid, 2004). Laboratorio de Técnicas y Paisajes Contemporáneos.
sostenibilidad», en http://www.pps.org/articles/ 29 Richard Rogers, Ciudades para un pequeño Balance de una experiencia de cinco años», en
jjacobs-2/, 2009. planeta, G.Gili, Barcelona, 2000; Department of the Arquitectos nº 180, Estrategias de formación, 2007.
28 Episodios como el del barrio Byker, en Newcastle, Environment, Transport and the Regions (Richard 31 José Fariña y José Manuel Naredo (dirs.), Libro
de Ralph Erskine (1969–75), con atención especial Rogers coord.), Towards an Urban Renaissance. Final blanco de la sostenibilidad en el planeamiento urbanístico
a la calidad de los espacios urbanos intermedios; Report of the Urban Task Force, Spon, Londres, 1999. español, Ministerio de la Vivienda, Madrid, 2010.
pero también numerosas experiencias, sobre todo 30 Grahame Shane, «The emergence of Landscape
nística. Sin embargo, es posible decir que ya no es su- cual no debe hacernos olvidar que se trata de estrategias
ficiente ni puede darse la primacía del proyecto arqui- y proyectos relativamente singulares, en un contexto de
tectónico entendido como proyecto urbano32. La visión gran expansión urbana y suburbana, de imposición de
morfologista ha producido buenos resultados y el urba- modelos de «ciudad dispersa», con la emergencia de las
nismo cualitativo de los espacios públicos es una buena «nuevas periferias» que están transformando por com-
muestra de ello. Pero otras intervenciones muestran un pleto la realidad urbana de las ciudades españolas33. Un
entendimiento más complejo de los procesos urbanos. contexto en el que ha tenido un peso excesivo la tenden-
Así, se evidencia el peso creciente de un urbanismo pai- cia a renovar la ciudad asociada a la lógica de la especta-
sajístico, que va más allá del «retorno del paisaje» que cularización urbana y donde algunos proyectos de gran
Ascher detecta en las recientes estrategias urbanísticas. calidad contrastan con la proliferación de actuaciones
Algunos ejemplos actuaciones y propuestas desarrolla- y periferias banales en un paisaje cada vez más estan-
das en ese ámbito en dos ciudades españolas resultan, darizado34.
también, ‘paradigmáticas’. Los casos de Barcelona y Za- En Barcelona, las actuaciones que van desde los
ragoza pueden servir para aproximarnos y valorar la na- proyectos previos a los Juegos Olímpicos de 1992 hasta el
turaleza de las estrategias que caracterizan esas formas Forum de las Culturas de 2004, han dado lugar a intensos
de intervención urbanística, que se plantean a varias debates sobre la naturaleza y vigencia de un modelo ur-
escalas y se desarrollan con distintos instrumentos. Lo banístico de gran influencia en otras ciudades europeas,
32 José María Ezquiaga, «Cambio de estilo o cambio 35 Distintas interpretaciones del «modelo 36 «En plena crisis económica, Barcelona apostó
de paradigma? Reflexiones sobre la crisis del Barcelona» en: Josep Maria Montaner, «Els models entonces por dignificar los barrios periféricos y
planeamiento urbano», en Urban nº 2, 1998. Barcelona», en AAVV, Barcelona 1979/ 2004. Del mejorar la calidad de vida de sus habitantes, y ello no
33 Un proceso que ha dado lugar a algunas desenvolupament a la ciutat de qualitat, Ayuntamiento se hizo con costosas operaciones urbanísticas, sino
visiones críticas sobre el abuso de la terminología de Barcelona, Barcelona, 1998; Javier Monclús, «El con la sensibilidad de una microcirugía urbana que
de la sostenibilidad y sobre la insuficiencia de ‘modelo Barcelona’ ¿Una fórmula original? De la pretendía unir más que segregar, y que dio valor a la
un «urbanismo sostenible limitado a mejorar la ‘reconstrucción’ a los proyectos urbanos estratégicos vivienda como espacio privado y a las plazas y calles
eficiencia energética de los edificios», en Remando (1997–2004)», en Perspectivas Urbanas/Urban como espacios de libertad», en Judit Carrera, El País
Gaja, «Urbanismo ecológico, ¿sueño o pesadilla?», Perspectives, octubre 2003, vol 18, nº 4, www.etsav. (ed. cat), 9 julio 2011.
en Revista Internacional de Sostenibilidad, Tecnología y upc.es/urbpersp; Horacio Capel, El modelo Barcelona: 37 AA VV, Barcelona. La segona renovació,
Humanismo nº 3, 2008. un examen crítico, Serbal, Barcelona, 2005; Jordi Borja, Ayuntamiento de Barcelona, Barcelona, 1996.
34 Francesc Muñoz, Urbanalización. Paisajes comunes, Luces y sombras del urbanismo de Barcelona, UOC,
lugares globales, Gustavo Gili, Barcelona, 2008. Barcelona, 2009.
de regeneración urbanística y ambiental, así como su en parque empresarial y cultural. Sin embargo, la apro-
asociación a una serie de actuaciones en el sistema de piación ciudadana del espacio público de las riberas del
espacios verdes públicos a partir de la recuperación Ebro y del Parque metropolitano a raíz de la Expo cons-
de otros frentes fluviales (Huerva, Gállego, Canal). Un tituye una demostración suficiente de la capacidad ca-
solo dato puede ser suficientemente indicativo de los talizadora del evento, que tuvo un impacto considerable
cambios inducidos en lo que se refiere al salto de esca- mucho más allá del recinto.
la en el sistema de espacios libres: la duplicación de la En esa secuencia de líneas de actuación pode-
superficie destinada a parques urbanos (de unas 250 a mos inscribir la propuesta del Anillo Verde. Un anillo
cerca de 500ha)38. Todas esas operaciones, junto a otras que ya se había planteado a mediados del siglo xx (en
de construcción de infraestructuras (Rondas viarias en los planes urbanísticos de postguerra (Anteproyecto
particular) sólo fueron posibles al haberse incluido en de Ordenación General 1948 y Plan 1957), como «cin-
el Plan de Acompañamiento de la Expo39. Lógicamente, turón verde», pero que entonces era concebido como
la resaca de la Expo y la crisis desatada tras la misma límite al crecimiento urbano y no tanto como elemen-
(Lehman Brothers quebró al día siguiente de la clausura to vertebrador del sistema de espacios libres en toda la
de la Expo) ha tenido como consecuencia el retraso de ciudad, auténtica «estructura verde», comparable a la
los procesos de reconversión planificada del conjunto que se desarrolla en muchas otras ciudades europeas.
38 José Carlos Arnal, Félix Asín y Jesús Blanco vertebrador del sistema de espacios libres», en Javier 42 Javier Monclús (dir.), Pablo de la Cal, Carlos Ávila,
(coords.), Atlas de la ciudad. Zaragoza 2009, Monclús (coord.), El urbanismo de la Expo, op. cit. M.A. Jiménez, C. Martí y colabs., Guías de integración
Ayuntamiento de Zaragoza, Zaragoza, 2009. 41 Un resumen de los trabajos se encuentra en un urbanística y paisajística. Orla Este de Zaragoza,
39 Javier Monclús, Exposiciones internacionales y número monográfico de la revista del Colegio de Universidad de Zaragoza-Ayuntamiento de Zaragoza,
urbanismo, op. cit.; ídem (coord.), El urbanismo de la Arquitectos de Aragón: Javier Monclús, «Tres talleres Zaragoza, 2011. Los documentos de síntesis pueden
Expo. El plan de acompañamiento, Expoagua-ACTAR, urbanísticos para repensar el Este de Zaragoza», y consultarse a través de varios enlaces en:
Zaragoza, 2008. Pablo de la Cal, «…’y ahora el Este’, una nueva apuesta http://eina.unizar.es/docs/urbanismo/pdf/
40 Carlos Ávila y Javier Monclús, «El anillo verde, de los Arquitectos», en Z Arquitectura nº 14–15, 2010. separata_1_sintesis_del_proyecto.pdf.
En Zaragoza, la concepción del Anillo Verde se concre- Este de Zaragoza42, concebidas con la intención de am-
ta en un trazado de unos 30km de longitud, mediante pliar esas estrategias, «cerrar el Anillo Verde» en el Este y
la conexión de los tramos urbanos del Ebro con los del «abrir los barrios al medio agrícola y natural». Las Guías
Canal Imperial de Aragón, a través de la reconversión se plantean con unas concepciones bastante diferentes a
de una antigua línea ferroviaria en un sistema lineal las tradicionales en lo que se refiere a los parques de bor-
de espacios públicos (o «corredor verde», con deno- de o transición periurbana (entre el espacio urbano y el
minación un tanto excesiva). Un proyecto que podría agrícola o natural). Aunque la renovación conceptual no
ser bastante más ambicioso si se consiguiera su ‘cierre’ es suficiente y resulta necesaria la elaboración de otros
por el Este, ahora todavía en forma de conexión verde documentos técnicos que desarrollen las Guías y permi-
limitada40. tan gestionar y resolver la compleja problemática propia
Por último, podemos aludir a los estudios previos de los ámbitos periurbanos (plan especial, proyectos de
para la intervención en la Orla Este de Zaragoza. Se tra- urbanización…). Como también es imprescindible una
ta todavía de propuestas no aprobadas y en fase de de- auténtica participación ciudadana, así como una decidida
bate, pero que resultan indicativas de las orientaciones voluntad política para abordar los problemas de probable
que interesan ahora en un urbanismo posible y deseable. deterioro social y ambiental o del proceso de abandono
En primer lugar, porque surgen de diversas entidades y de los espacios de ‘huerta’, y también para aprovechar las
con lógicas diferentes, aunque convergentes: Colegio de oportunidades que ofrecen esas situaciones de transi-
Arquitectos41, Consorcio Expo, Universidad. Se trata de ción y de proliferación de vacíos urbanos para regenerar
las Guías de integración urbanística y paisajística para el esa parte de la ciudad.
Tanto en Barcelona como en Zaragoza (y aunque Una de las conclusiones que pueden extraerse de un
de distintas formas en otras muchas ciudades) es posible repaso por las tradiciones y paradigmas como el que se ha
comprobar cómo la reconsideración de los «nuevos espa- efectuado, es la coexistencia de distintas aproximaciones
cios verdes» y su potencial papel vertebrador del creci- y paradigmas urbanísticos. Pues la capacidad de la arqui-
miento urbano constituye hoy en día un aspecto central tectura, como la de la tecnología, para las transformacio-
de las nuevas formas de intervención urbanística, si bien nes urbanas en distintas dimensiones, está fuera de toda
se aprecia la necesidad de renovación de los instrumentos duda. A pesar de la aceleración de los procesos urbanos, las
tradicionales del planeamiento urbanístico. En cualquier ciudades utilizan estrategias que nunca parten de cero y
caso, la progresiva imposición de instrumentos más ági- que no llegan a estandarizarse del todo. Pero otra conclu-
les se manifiesta en la proliferación de todos esos nuevos sión es que, dentro de ese eclecticismo conceptual y me-
documentos que inciden en los procesos urbanos: planes todológico, el paradigma paisajístico y ambiental tiende a
verdes, planes directores de espacios libres, directrices, imponerse en un contexto de crisis y de creciente insos-
anillos verdes, guías paisajísticas, planes especiales, etc. tenibilidad de nuestras ciudades. Y que las posibilidades
Y no es casual que todos ellos se inscriban en el renovado de integración y transversalidad resultan superiores si se
paradigma urbanístico y ambiental. efectúan desde el nuevo urbanismo paisajístico y ecológi-