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1.1. Antecedentes
El auditor es el profesional que lleva a cabo una auditoría, capacitado con conocimientos para evaluar
la eficacia de la empresa, el cumplimiento de disposiciones legales, posee un adecuado sentido de
ética profesional y mantiene una gran responsabilidad hacia los clientes, con el compromiso de
facilitar servicios de certificación y aseguramiento de la información financiera – contable.
El auditor debe revisar los sistemas establecidos para asegurarse del cumplimiento de las políticas,
planes y procedimientos, leyes y reglamentos que puedan tener un impacto significativo en las
operaciones e informes y deben determinar si la organización cumple con ellos. Es responsable de
determinar si los sistemas son adecuados, efectivos y si las actividades auditadas están cumpliendo
con los requerimientos apropiados.
1.2. Definición
El auditor es aquella persona profesional, que habitualmente se dedica a trabajos de auditoría con
libre ejercicio de una ocupación técnica, capacitada y experimentada, para revisar, examinar y evaluar
los resultados de la gestión administrativa y financiera de una dependencia o entidad (dependencia -
institución de gobierno, entidad - empresas particulares o sociedades) con el propósito de informar o
dictaminar acerca de ellas, realizando las observaciones y recomendaciones pertinentes para
mejorar su eficacia y eficiencia en su desempeño.
El auditor independiente, tiene como función principal asegurar y certificar que los estados
financieros están presentados razonablemente.
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Desarrollar el programa de trabajo de una auditoría.
Proponer los sistemas administrativos y/o las modificaciones que permitan elevar la
efectividad de la organización.
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Proponer los elementos de tecnología de punta requeridos para impulsar el cambio
organizacional.
El auditor debe realizar su trabajo utilizando toda su capacidad, inteligencia y criterio para determinar
el alcance, estrategia y técnicas que tendrá que aplicar en una auditoría, así como evaluar los
resultados y presentar los informes correspondientes.
También es necesario que se mantenga libre de impedimentos, que resten credibilidad a sus juicios,
porque debe cuidar su autonomía e imparcialidad al participar en una auditoría.
Es necesario indicar, que los impedimentos a los que normalmente se puede enfrentar son: personales y
externos.
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Interés económico personal en la auditoría.
Externos.- Están relacionados con factores que limitan al auditor a llevar a cabo su función de manera
puntual y objetiva como son:
En estos casos, tiene el deber de informar a la organización para que se tomen las providencias
necesarias.
El equipo auditor no debe olvidar que la fortaleza de su función, está sujeta a la medida en que afronte
su compromiso con respecto y en apego a normas profesionales tales como:
Objetividad.- Mantener una visión independiente de los hechos, evitando formular juicios
o caer en omisiones, que alteren de alguna manera los resultados que obtenga.
Honestidad.- Aceptar su condición y tratar de dar su mejor esfuerzo con sus propios
recursos, evitando aceptar compromisos o tratos de cualquier tipo.
Anti juridicidad
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Consiste en el obrar contrario a derecho, en la conducta que contraviene deberes impuestos por el
ordenamiento jurídico, considerando éste en su integridad. Igualmente, puede consistir en la infracción
de obligaciones contractuales, las que constituyen para las partes contratantes una regla a la que deben
someterse como a la ley misma.
Relación Causal
La existencia de un nexo causal entre la conducta del profesional y el perjuicio sufrido. Este tema cobra
vital importancia en los supuestos de asesoramientos por parte del profesional de las ciencias
económicas, por tratarse de consejos que puedan o no ser seguidos por el cliente, resulta
imprescindible la acreditación de que la no-obtención de los fines perseguidos y sus derivaciones
dañosas, se debió real y exclusivamente a lo aconsejado y no a la ineficiente o defectuosa ejecución
del cliente.
Daño
La responsabilidad profesional del CPA, en particular, es una responsabilidad por hecho propio o
personal; razón por la cual el factor atributivo ha de ser, en principio, subjetivo, es decir, la
imputabilidad por culpa o dolo del agente del daño.
En el caso de los profesionales, la culpa aparece como impericia o desconocimiento de las reglas y
métodos propios de la profesión; ya que todo el que ejerce una profesión debe poseer los conocimientos
técnicos y prácticos propios de la misma, y obrar con previsión y diligencia.
Para los usuarios de la información financiera, que ostenta la opinión normal o descalificada de un CPA,
el daño se conforma al momento que sufre un trastorno, menoscabo o lesión en su patrimonio
económico.
En todos los casos el daño deberá ser económicamente cuantificable. Tratándose de información
financiera, dotada de fe pública, base sobre la cual el público usuario toma decisiones de carácter
económico, es natural que los daños ocasionados sean de naturaleza económica.
El auditor es responsable de su propia negligencia, como de la falta en el ejercicio del cuidado
profesional al efectuar su trabajo. Siendo sujeto de demanda por formular aseveramientos
incorrectos, o por errores u omisiones o de cualquier acto ilegal cometido por este.
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Adicionalmente, en algunos países se le responsabiliza al auditor si éste no detecta fraude o acto ilegal,
aun y cuando el cliente deliberadamente haya proporcionado al auditor información incorrecta o no
haya actuado adecuadamente en relación con sus observaciones. Resultando, en consecuencia, que los
responsables de tales pérdidas son demandados en forma directa y en forma subsidiaria, pueden resultar
demandados los auditores por no haber detectado o revelado tales pérdidas, situación que se considera
temeraria, toda vez que debe establecerse el nexo causal entre el hecho y el resultado.
La Ética Profesional
Ética es una palabra derivada del vocablo griego ethikos, que define aquella parte de la filosofía que
trata de la moral y de las obligaciones del hombre en un contexto de entregar las reglas de conducta que
deben seguirse para hacer el bien y evitar el mal; es en esta línea que podemos inferir que no hay éticas
específicas, sino una sola ética, la del ser humano, la de la persona, y que solo encuentra
especificaciones diversas, atendiendo a las distintas circunstancias en las que el hombre se encuentra.
Las reglas o normas que rigen la conducta humana, no pueden ser definidas sino en función de la
naturaleza del hombre; las diferentes actitudes humanas, es decir, las predisposiciones a pensar, sentir
y actuar con relación a algo, se las comprende vinculadas a la estructura del carácter de la persona, a
quien atribuimos una virtud o un vicio, precisamente estos aspectos están inmersos en las disciplinas de
la ética y la moral.
Todas las profesiones reconocidas han creado códigos de ética profesional con el propósito de
proporcionar a sus miembros, modelos para mantener una actitud profesional y una conducta personal
que realce la importancia de su disciplina.
Es una parte de la ética, que estudia los deberes y los derechos de los profesionales, la ética
general comprende las normas mediante las cuales un individuo decide su conducta.
Por lo general la ética, como código de conducta, influye en las personas y además, en su ámbito
profesional y en las relaciones que establecen con terceros.
Un código de ética sirve para organizar y entender mejor las reglas de conductas del auditor, ya que
en cualquier acción disciplinaría contra los auditores daña su
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reputación profesional, por lo tanto, debemos tener un gran cuidado al realizar nuestras
actividades como auditores, de modo que se apeguen a los ideales del código de ética.
Integridad
La integridad constituye el valor central de un Código de Ética, Los auditores están obligados
a cumplir normas elevadas de conducta como son la honradez e imparcialidad, durante su
trabajo y en sus relaciones con el personal de las entidades fiscalizadas. Para preservar
la confianza de la sociedad, la conducta de los auditores debe ser irreprochables y estar por
encima de toda sospecha.
La integridad puede medirse en función de lo que es correcto y justo. La integridad exige que
los auditores se ajusten tanto a la forma como al espíritu de las normas de auditoría y de ética.
La integridad también exige que los auditores se ajusten a los principios de objetividad e
independencia, mantengan normas irreprochables de conducta profesional, tomen decisiones
acordes con el interés público, y apliquen un criterio de honradez absoluta en la realización de
su trabajo y el empleo de los recursos.
Los auditores no sólo deben esforzarse por ser independientes de las entidades fiscalizadas y
de otros grupos interesados, sino que también deber ser objetivos al tratar las cuestiones y los
temas sometidos a revisión. Es esencial que los auditores no sólo sean independientes e
imparciales de hecho, sino que también lo parezcan.
Los auditores deberán utilizar la información aportada por la entidad fiscalizada y por terceros.
Esta información deberá tenerse en cuenta de modo imparcial en los dictámenes
expresados por los auditores. El auditor también deberá recoger información acerca de los
enfoques de la entidad fiscalizada y de terceros. Sin embargo, estos enfoques no deberán
condicionar las conclusiones propias de los auditores.
Neutralidad política
Es importante mantener la neutralidad política, tanto la real como la percibida. Por lo tanto, es
importante que los auditores conserven su independencia con respecto a las influencias
políticas para desempeñar con imparcialidad sus responsabilidades de fiscalización. Esto es
relevante para los auditores porque las empresas trabajan en estrecho contacto con los órganos
legislativos, el poder ejecutivo u otros órganos de la administración facultados por la ley para
tomar en consideración los informes.
Conflicto de intereses
Cuando los auditores están autorizados para asesorar o a prestar distintos servicios de auditoría
a una entidad fiscalizada, hay que procurar que estos servicios no lleven a un conflicto
de intereses. En particular, los auditores deben garantizar que dichos servicios o asesoramiento
no incluyan responsabilidades o facultades de gestión, que deben continuar desempeñando
con claridad los directivos de la entidad fiscalizada.
Los auditores no deberán utilizar su cargo oficial con propósitos privados y deberán evitar
relaciones que impliquen un riesgo de corrupción o que puedan suscitar dudas acerca de su
objetividad e independencia.
Secreto profesional
La información obtenida por los auditores en el proceso de auditoría no deberá revelarse a
terceros, ni oralmente ni por escrito, salvo a los efectos de cumplir las responsabilidades legales
o de otra clase que correspondan a la empresa, como parte de los procedimientos normales de
ésta, o de conformidad con las leyes pertinentes.
Competencia profesional
Los auditores tienen la obligación de actuar en todo momento de manera profesional y de
aplicar elevados niveles profesionales en la realización de su trabajo con objeto de desempeñar
sus responsabilidades de manera competente y con imparcialidad.
Los auditores no deben llevar a cabo trabajos para los que no posean la competencia
profesional necesaria.
Los auditores deben conocer y cumplir las normas, las políticas, los procedimientos y las
prácticas aplicables de auditoría, contabilidad y gestión financiera. De igual manera, deben
entender adecuadamente los principios y normas constitucionales, legales e institucionales que
rigen el funcionamiento de la entidad fiscalizada.
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Desarrollo profesional
Los auditores deben ejercer la profesionalidad debida en la realización y supervisión de la
auditoría y en la preparación de los informes correspondientes, deben emplear métodos y
prácticas de la máxima calidad posible en sus auditorías. En la realización de la auditoría
y la emisión de informes, los auditores tienen la obligación de ajustarse a los postulados básicos
y a las Normas de Auditoría Generalmente Aceptadas.
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