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5 Serie DPD

7 El llamado a una vida fructífera Juan 15:1-5


15 Amor auténtico en acción Juan 15:12-14
25 Pureza de vida 1 Juan 2:15-16
35 Integridad en el vivir Romanos 7:15-20
45 Desarrollo aun en el sufrimiento Isaías 45:5-7

Las citas bíblicas utilizadas son de la versión Reina Valera


Contemporánea ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2009, 2011.
a menos que se indique algo distinto.

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4
Después del Gran Mandamiento, las palabras más
importantes para la Iglesia, son: La Gran Comisión. Pues en
esta encomienda se encuentra resumido todo el quehacer de
la Iglesia.
Sin embargo, la tarea del discipulado no es algo que se dé solo,
sino que requiere nuestra participación obediente, pues al
participar entrenando a otros para que sean discípulos de
Jesús, también nosotros estamos siendo discipulados. De
modo que, en la tarea de hacer discípulos, todos somos
participantes de un mismo proyecto el cual es dirigido por El
Espíritu, quien obra en unos y en otros, haciéndonos a todos
condiscípulos.
El propósito de esta serie Diseño para el Discipulado es
proveer una herramienta para el discipulado general de la
Iglesia. En este caso a través de la predicación. Debido a que
es el culto general de la iglesia, donde podemos alcanzar a la
mayor parte de la congregación. Por lo que, junto con estos
bosquejos para la predicación, se preparan las presentaciones
correspondientes en PPT.
Para el desarrollo de este material, estamos siguiendo el
bosquejo que presentan los Navegantes en Estudios Sobre la
Vida Cristiana (ESLV) https://losnavegantes.net/discipulado/serie-
eslv/

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Reconocemos las limitantes pedagógicas que tiene la
predicación y por ello queremos recomendar el uso de los
recursos que se encuentran en el sitio de los Navegantes.
Donde pueden bajarse Guías individuales en PDF para
estudio en Grupos Pequeños. Que sin duda serán de gran
ayuda para el discipulado de la iglesia.
La serie DPD pretende cubrir los elementos principales del
discipulado cristiano, considerando que las personas que
participan ya tienen han pasado por experiencia de la
conversión a Cristo.
Las áreas que están comprendidas en esta serie son:
1. Tu vida en Cristo
2. Discípulos llenos del Espíritu
3. Caminando con Cristo
4. El carácter del discípulo
5. Fundamentos para la fe
6. Creciendo en el discipulado
7. Nuestra esperanza en Cristo
8. Nuestra comunión
9. Nuestra victoria
10. Creciendo por toda la vida
Esperamos que esta herramienta pueda ser de bendición para
la Iglesia y contamos con que los pastores y discipuladores
siendo guiados por el Espíritu de Dios, podrán enriquecer
este aporte.

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1
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Todo
pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel
que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3 Ustedes
ya están limpios, por la palabra que les he hablado. 4
Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Así como el pámpano
no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid,
así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. 5 Yo soy la vid
y ustedes los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él,
éste lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes nada
pueden hacer. Juan 15:1-5

U n área particularmente importante en el discipulado es


el carácter. Pues el discipulado no se trata solamente de
un incremento de conocimiento, y la ejecución de algunas
actividades religiosas, sino en particular de la transformación
de carácter del discípulo, quien está siendo modelado a
imagen de Cristo.
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Pues ya ustedes se han despojado de la vieja naturaleza
y de sus hechos, 10 y se han revestido de la nueva
naturaleza, la naturaleza del nuevo hombre, que se va
renovando a imagen del que lo creó hasta el pleno
conocimiento, Colosenses 3:9-10
La transformación que el Espíritu hace en la vida del
discípulo, no solo es para dejar aquello que es contrario a la

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voluntad del Padre, sino también para sumarse al proyecto de
Él, en particular el dar frutos para Su gloria.
Una vida fructífera contrario a lo que algunos piensan, no se
trata de lanzarse en una carrera para hacer cosas. Sino que
primariamente depende la obra interna que Cristo hace en
nuestra vida. Como Jesús mismo lo explico en lo que
conocemos como la parábola de la vid. En la cual se nos dan
las pautas necesarias para dar el fruto que Dios desea en
nuestra vida.

E l primer acercamiento para esto es considerar cual es el


papel que desempeñamos en esta obra. Pues esta
parábola inicia diciendo que Jesús es la Vid y el Padre el
labrador y nosotros los pámpanos.
El Padre como labrador, es quien cuida de la Vid, la
limpia y provee lo necesario para que pueda dar fruto.
La Vid es en sí misma la que ha de dar fruto, bajo los
cuidados del labrador.
Los pámpanos damos fruto en dependencia de La Vid
De modo que nuestra parte en esta obra es por un lado
periférico, pero al mismo tiempo esencial. Pues siendo
nosotros, los pámpanos, solo podemos dar fruto en
dependencia de La Vid, pero la manera en cómo da fruto La
Vid es justamente a través de los pámpanos. De manera que
el modo que nuestro fruto en realidad es la obra de Cristo a
través nuestro. Siendo entonces nuestra propia vida el medio
a través del cual Cristo fructifica.

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Nuestro papel en esta área de misión es mantenernos unidos
a La Vid verdadera. Lo cual es enfatizado en este texto en 4
verdades acerca de permanecer unidos a La Vid.
1. Todo pámpano que en mí no lleva fruto. Solo es
posible dar el fruto que Dios quiere de nuestra vida
en cuando estamos en Él. Esto implica en primer
lugar que hemos sido conocidos por Dios y que ahora
formamos parte de Su pueblo. Siendo en ese sentido
discípulos suyos. Así que en primer lugar se trata de
haber nacido de Nuevo, ese es el punto que podemos
considerar como nuestra inserción a La Vid
verdadera.
17
Si algunas de las ramas fueron cortadas, y tú, que
eras un olivo silvestre, fuiste injertado en su lugar y
has venido a participar de la raíz y de la rica savia del
olivo, 18 no te jactes contra las ramas; y si te jactas,
conviene que sepas que no eres tú el que sustenta a la
raíz, sino que es la raíz la que te sustenta a ti. Romanos
11:17-18
Pero aun cuando ahora formamos parte de La Vid,
reconocemos que nuestra vida es dependiente de la
unidad que tenemos con ella.

2. Permanezcan en mí, y yo en ustedes. La


interacción con Cristo es esencial para permanecer.
Cuando una nueva rama es injertada en la vid, el
crecimiento en realidad se da en ambos sentidos. La
Vid envía su sabía a la rama, pero también la rama se
aferra a la Vid. Se trata de dos fuerzas que de alguna
manera confluyen para poder mantener esa unidad.
Sin duda la fuerza vital proviene de La Vid, pero en el
desarrollo de la rama, es esencial la voluntad de
permanecer adherido a La Vid. De manera que la

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rama si bien esta injertada, también ha de buscar
permanecer en la Vid.
Podemos de este mismo pasaje obtener 3 formas de
permanecer en Cristo
1. Que Su Palabra permanezca en nosotros.
Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen
en ustedes, pidan todo lo que quieran, y se les
concederá. Juan 15.7. Incorporar la Palabra de
Dios en nuestras mentes y corazones es la manera
en que moramos con Él y aprendemos a
conocerlo íntimamente.
2. Obedecer es una forma de permanecer.
Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en
mi amor; así como yo he obedecido los
mandamientos de mi Padre, y permanezco en su
amor. Juan 15.10. Un discípulo Así que obedece
sus instrucciones y no toma el asunto en sus
propias manos. Debemos confiar en la dirección
del Espíritu Santo, en vez de crear estrategias y
hacer planes por nuestra cuenta.
3. Actuamos en amor a favor de otros.
Éste es mi mandamiento: Que se amen unos a
otros, como yo los he amado. (Juan 15.12). Esto
es poner en práctica lo que Dios está haciendo en
nosotros. Al hacerlo Cristo está actuando a través
de nuestra vida.

Permanecer no es un esfuerzo esporádico que se


hace solo cuando es conveniente; es un
compromiso de permanecer en la Palabra de Dios
y continuar en obediencia y amor. Podemos
hacerlo, porque ese es el deseo de Dios, y también
porque en Cristo hemos recibido los recursos
necesarios para poder lograrlo.

10
3. El pámpano no puede llevar fruto por sí mismo.
Nunca damos futo por nosotros mismos. Sino que es
Cristo el que lo hace a través de Su obrar a través
nuestro. Es la gracia de Dios fluyendo por nuestra
vida, la que hace que demos fruto a su tiempo. En las
palabras del apóstol Pablo se trata de las obras que
Dios ha preparado para que nosotros hagamos.
Nosotros somos hechura suya; hemos sido creados en
Cristo Jesús para realizar buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que vivamos de acuerdo
con ellas. Efesios 2:10
De modo que los frutos no son nuestros, sino de La
Vid. Ella es la que fructifica a través nuestro. Hay algo
que hacemos, pero en realidad es Su gracia fluyendo a
través de nuestra vida.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia
para conmigo no ha sido en vano, pues he trabajado
más que todos ellos, aunque no lo he hecho yo, sino
la gracia de Dios que está conmigo. 1Corintios 15:10

4. El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva


mucho fruto.
La condición para dar fruto siempre es el permanecer
en Cristo. Se trata de una relación donde por la
presencia de Cristo en nuestra vida, somos aún
vivificados más. Esto es a lo que en otros términos
llamamos santificación. Donde los llamados son más
y más fortalecidos y vivificados en todas las gracias
salvadoras.
10
Para que vivan como es digno del Señor, es decir,
siempre haciendo todo lo que a él le agrada,
produciendo los frutos de toda buena obra, y

11
creciendo en el conocimiento de Dios; 11 todo esto,
fortalecidos con todo poder, conforme al dominio de
su gloria, Colosenses 1:10-11
Así Su presencia en nosotros, nos hace vivir de una
forma agradable a Él y esto nos lleva a dar frutos.
Donde el conocimiento de Cristo, es producido
experiencialmente y no como algo teórico. Y eso nos
fortalece para poder dar más y mejores frutos.

Ahora consideremos 4 Clases de Frutos que Dios produce


en nosotros. Y que todos podemos dar.
1. Participar en la misión. El apóstol Pablo agradece e
invita a la iglesia de Filipos a ser participantes en la
misión.
No es que yo busque dádivas. Lo que busco es que
abunde fruto en la cuenta de ustedes. Filipenses 4:17

De hecho, ser partícipes en la misión de Dios es un


llamado que Dios hace a nuestra vida y en el que
podemos y necesitamos participar todos. De modo que
esta es un área natural para dar fruto. Algunos
participan directamente involucrándose en la
evangelización. Mientras otros lo hacen a través del
servicio, que sirve de plataforma para la evangelización
y algunos otros siendo soporte para los que están
directamente en misión. Este es el caso precisamente de
la iglesia de Filipos, donde están vinculados
directamente con la predicación en su área de
influencia. Pero también son apoyo para el ministerio
del equipo misionero de Pablo.

12
2. Mostrar el amor de Cristo a otros. Cuando la
presencia de Cristo está en nuestra vida, esta no puede
dejar de dar frutos. Ese es el caso de la Iglesia de
Tesalónica. Empezaron a actuar en función del amor
de Cristo que ahora estaba en sus vidas y que fluía a
través de ellos para bendecir a otros.
Constantemente los recordamos delante de nuestro
Dios y Padre por sus actos de fe; por su trabajo, que es
fruto de su amor, y por su sufrida esperanza en nuestro
Señor Jesucristo. 1Tesalonicenses 1:3
Por ello el testimonio que se tiene de la pequeña iglesia
de Tesalónica es que incluso dieron más allá de sus
fuerzas. 2 Co. 8:3. Pues con una fe que actúa se
dispusieron a mostrar el amor de Dios a toda su región
incluso en momentos en los que había oposición. Pero
este trabajo que hacemos en el Señor, nunca es en vano.

3. Alabanza a Dios. Alabar a Dios, no necesariamente es


cantar, pero puede estar incluido. A lo que refiere es a
una actitud de agradecimiento al reconocer que todo
cuanto somos y poseemos ha provenido de Dios. Esto
en sí mismo incluye no solo palabras de alabanza, sino
también testimoniales a través de las cuales le damos la
gloria a Dios.
Por lo tanto, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de
Jesús, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de
labios que confiesen su nombre. Hebreos 13:15
Así nuestra forma de hablar ante otros y en particular
ante Dios, es una forma en la que damos fruto. Pues
reconocemos Solo a Cristo, como el que ha logrado

13
producir esas obras de las que nosotros somos
participantes.

4. Siendo instrumentos de justicia y paz. Dar frutos


para la gloria de Dios nos hace ser como Él mismo es.
De manera que, así como nuestro Señor y Dios es y
actúa, de ese mismo modo nosotros por su presencia
fluyendo en nuestra vida, poco a poco vamos siendo
más como Él. De modo que, así como Cristo ha sido
instrumento del Padre, para traer justificación paz a
nuestra vida. Del mismo modo ahora nuestra vida sirve
para que El fruto se manifieste para bendecir a otros.
Y el fruto de la justicia se siembra en paz para los que
trabajan por la paz. Santiago 3:18
El ser justos y evitar todo acto de injusticia, es natural
en la vida de los que están llenos de la presencia de
Cristo. Del mismo modo el ser pacificadores en una
sociedad que necesita ser reconciliada es posible,
porque también nosotros primero hemos sido
reconciliados. De manera que estos frutos son posibles,
cuando la vida de Cristo está fluyendo a través de
nuestra vida. Llevándonos así a ser cada día más
semejantes a Él.
Cuando tenemos claridad sobre las 4 verdades de nuestra
permanencia en Cristo y las 4 formas de como damos fruto
para la gloria de Dios, nuestra vida se va transformando
conformándose a la imagen que Cristo está formando en
nosotros.

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12
Éste es mi mandamiento: Que se amen unos a otros, como
yo los he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que éste, que es
el poner su vida por sus amigos. 14 Ustedes son mis amigos, si
hacen lo que yo les mando. Juan 15:12-14

E l carácter de un discípulo, es lo que refleja su verdadera


identidad. Pues a través del carácter se manifiesta no
solo lo que hace, sino sus motivaciones para hacerlo. De allí
que la manifestación de un amor que actúa esté fuertemente
vinculada con el carácter que Cristo produce en la vida de sus
discípulos. De este mismo modo el apóstol Pablo escribió al
describir la obra interna que El Espíritu hace en los discípulos.
22
Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre,
templanza. Contra tales cosas no hay ley. Gálatas 5:22-
23
Observemos que la primera manifestación del obrar del
Espíritu en la vida de los discípulos es justamente el amor. Lo
cual es natural ya que tanto la enseñanza del Antiguo
Testamento, como la de Jesús tienen como primer referente
el amor.

15
37
Jesús le respondió: «“Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente.” 38 Éste es el primero y más importante
mandamiento. 39 Y el segundo es semejante al primero:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” 40 De estos
dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.»
Mateo 22:37-40
De modo que podemos afirmar que el amor es la premisa por
la que hacemos las cosas, pero también es al mismo tiempo la
acción que hacemos para dar honor a Dios, así como para ser
instrumento de bendición para nuestros semejantes. Siendo
esto, entonces tan importante conviene que nos detengamos
un momento a aclarar que estamos diciendo al usar el término
amor.

L a definición cultural del amor es: Sentimiento de vivo


afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se
le desea todo lo bueno.
Pero esta no es la manera en cómo la Biblia usa la palabra
amor. De hecho, en el griego del Nuevo Testamento son
palabras distintas: eros, filia, storge, que expresan una
emoción. Son palabras que se refieren al corazón y que ponen
de manifiesto una experiencia que nos coge de improviso, sin
buscarla, casi inevitablemente. No podemos impedir amar a
nuestros parientes (la sangre llama) y a nuestros amigos. El
enamorarse no es ninguna proeza; es algo que nos sucede y
que no podemos evitar. No hay ninguna virtud particular en
el hecho de enamorarse, pues, para ello, poco o nada
consciente tenemos que hacer. Simplemente, sucede.

16
Pero agape implica mucho más. Agape tiene que ver con la
mente. No es una mera emoción que se desata
espontáneamente en nuestros corazones, sino un principio
por el cual vivimos deliberadamente. Agape se relaciona
íntimamente con la voluntad. Es una conquista, una victoria,
una proeza. Nadie amó jamás a sus enemigos; pero al llegar a
hacerlo es una auténtica conquista de todas nuestras
inclinaciones naturales y emocionales. Por ello el amor
demanda la participación completa del ser humano.
Este agape, este amor cristiano, no es una simple experiencia
emocional que nos venga espontáneamente; es un principio
deliberado de la mente, una conquista deliberada, una proeza
de la voluntad. Es la facultad de amar lo que no es amable, de
amar a la gente que no nos gusta.
El amor cristiano no alcanza únicamente a nuestros parientes,
a nuestros amigos más íntimos y, en general, a todos los que
nos aman; el amor cristiano se extiende hasta el prójimo, sea
amigo o enemigo, y hasta el mundo entero.
El cristianismo no nos pide que amemos a nuestros enemigos,
y a los hombres en general, de la misma forma que amamos a
nuestros familiares y amigos íntimos porque eso sería a la vez
imposible y erróneo. Pero sí demanda que tengamos en todo
tiempo una cierta actitud mental y una cierta inclinación
benevolente hacia los demás sin importarnos su condición.
27
A ustedes, los que me escuchan, les digo: Amen a sus
enemigos, hagan bien a quienes los odian, 28 bendigan a
quienes los maldicen, y oren por quienes los calumnian.
Lucas 6:27-28
El amor entonces, es algo intencional, que se desarrolla con
el fin de glorificar a Dios ser de bendición para otros.

17
E l amor auténtico en acción es la marca de los discípulos
de Cristo. Pues reproduciendo el carácter de Su Maestro
se enfocan en mostrar el amor que han recibido a otros.
En esto conocerán todos que ustedes son mis
discípulos, si se aman unos a otros. Juan 13:35
Así entonces el ejercicio del amor, es la forma en cómo se
relacionan los discípulos en tanto están a la espera de la
segunda manifestación del Señor.
Jesús espera de nuestra vida, un compromiso para con todos
los que son de Él. Pues sí cada discípulo suyo es un embajador
y representante suyo, es de esperar que cada uno de nosotros
actuemos con la misma motivación e intensidad que Él. Dado
que también hemos sido inhabitados por la presencia de Su
Espíritu. Para que actuemos como Él.
Él entorno de estas palabras-mandamientos. Pone en relieve
la profundidad de esta demanda para los discípulos. Pues se
da en un ambiente de intimidad donde, solo los discípulos
están presentes.
Así entonces, esto no es para todos, sino para aquellos que ya
han sido participantes de la gracia de Dios en Cristo.
En este espacio de intimidad, también han experimentado el
ejemplo de Su Maestro al haber lavado sus pies, e Invitarlos a
que ellos también hagan lo que Su Señor.
13
Ustedes me llaman Maestro, y Señor; y dicen bien,
porque lo soy. 14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, les
he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los
pies unos a otros. Porque les he puesto el ejemplo, para
que lo mismo que yo he hecho con ustedes, también
ustedes lo hagan. Juan 13:13-15

18
También en este escenario es cuando transcurre la Santa
Cena, como un espacio de gracia y encuentro, para confirmar
el Pacto sobre los miembros del cuerpo de Cristo. Así como
la promesa de la presencia del Espíritu Santo sobre sus vidas.
Es decir, el Espíritu de verdad, al cual el mundo no
puede recibir porque no lo ve, ni lo conoce; pero
ustedes lo conocen, porque permanece con ustedes, y
estará en ustedes. Juan 14:17
Dado que, Cristo ya nos ha sido provisto lo necesario para
poder vivir Su Amor y poder transmitirlo a otros. Se
establezca el vínculo entre amar y obedecer la Palabra.
Jesús le respondió: «El que me ama, obedecerá mi
palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y con él
nos quedaremos a vivir. Juan 14:23
De modo que Amar a Dios y obedecerle de acuerdo a Su
Palabra, son asuntos indisolubles. Así el Amor es también la
puesta en acción de la Palabra de Cristo.
Ahora consideremos las implicaciones de lo que Jesús está
indicando a sus discípulos.

A mar, como Él lo ha hecho. Esto es acuerdo a la medida


y calidad de su amor por ellos.
Éste es mi mandamiento: Que se amen unos a otros,
como yo los he amado. Juan 15:12
En esto no hay instrucciones detalladas, sino que se trata del
libre fluir de la presencia del Espíritu de Dios en la vida de
cada discípulo. Así no se trata de cumplir con tal o cual

19
precepto, sino más de respuestas genuinas de amor que
ocurren siguiendo los Principios de la Palabra pero que
aplican en cada caso coyunturalmente, de acuerdo a la
situación, capacidad y necesidad de los que allí están
involucrados.
Sin embargo, 3 directrices que podemos encontrar del mismo
ejemplo de Jesús de como Jesús vivió y expreso el amor.
1. Enviados al mundo para amarnos unos a otros.
Siguiendo así el ejemplo de Jesús quien vino para traer
salvación.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo
por él. Juan 3:17
Nosotros, también fuimos enviados al mundo, para
hacer que el mundo sea el escenario de la gloria de
Dios. Esto nos lleva a prodigar el amor de Dios,
dondequiera que estemos. Dejando a un lado
cualquier situación que no corresponda al amor de
Dios. Pues como en el caso de Jesús el envío es para
ser instrumentos de salvación para quienes aún viven
sin Dios y sin esperanza en este mundo.

2. Fidelidad a la voluntad de Dios. Jesús no siguió su


plan personal, sino que El siguió el plan del Padre. Su
voluntad era hacer la voluntad del que lo había
enviado. Y esto implica la reconciliación entre Dios y
el ser humano.
Yo no puedo hacer nada por mí mismo. Yo juzgo
según lo que oigo; y mi juicio es justo, porque no
busco hacer mi voluntad, sino hacer la voluntad del
que me envió. Juan 5:30
De modo que expresar el amor es también estar
sujetos a la voluntad del Padre. Esto nos conecta con

20
la adoración y servicio a Cristo, pero también lo hace
con el servicio a nuestros semejantes. Donde ejercer
este amor implica fidelidad a Dios, tanto como
fidelidad a las personas a las que servimos. Así
entonces, descubrimos que no se trata de nuestra
agenda, sino que servimos a la misión que Dios hace
a través nuestro, pero que nos mantenemos firmes en
ella, por su poder actuando en nosotros, así como
nuestro compromiso personal al estar arraigados en
Cristo.

3. Amor sacrificial. El amor de Jesús por los suyos, le


llevo a dar su vida en rescate para que pudiésemos
estar libres de la culpa y condenación por el pecado.
Su amor es sacrificial, porque no da solamente, sino
que se da a nosotros, por amor, para que podamos ser
reconciliados con El Padre, asumiendo Jesús las
consecuencias del pecado nuestro. De esta forma Su
justicia no es impuesta, porque estuvo dispuesto a dar
Su vida por nuestra vida.
Nadie tiene mayor amor que éste, que es el poner su
vida por sus amigos. Juan 15:13
El amor sacrificial no es algo así como un destino
fatídico, sino algo que se hace voluntariamente a favor
del bienestar y salud espiritual del otro, por ello el
hacerlo es también una expresión de gozo al saber que
nuestra vida está sirviendo para bendecir a otro.
Pero también hemos de reconocer que el concepto
sacrificial, en todos los casos implica poner la vida a
favor del otro, pero no en todos los casos significará
literalmente morir por el otro. Primero, porque esa
obra ya fue hecha por Cristo. Segundo si implica dejar
algo o la totalidad de la vida en el servicio, pero de
acuerdo al amor que Dios mismo pone en nosotros.

21
A mar es actuar. La amistad con Jesús no puede estar
desconectada de la obediencia a sus mandamientos.
Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando.
Juan 15:14
El amor, en termino bíblicos, no puede quedarse en un
sentimiento y es mucho más que un aspecto social y emotivo.
Ya que el amor implica la totalidad de nuestra vida, que se
vuelca en hacer la voluntad de Dios. Porque eso es lo que
hacen los amigos. Tal y como no es mostrado en el ejemplo
de vida de Abraham
22
¿No ves que la fe de Abrahán actuó juntamente con
sus obras, y que su fe se perfeccionó por las obras? 23 Y
se cumplió la Escritura que dice: «Abrahán creyó a
Dios, y eso le fue contado por justicia», por lo que fue
llamado «amigo de Dios». Santiago 2:22-23
Los amigos de Dios actúan conforme a Su voluntad. Aunque
hay que precisar aquí, que no se trata de algo que hacemos
para llegar a ser amigos. Sino algo que ocurre,
simultáneamente porque somos amigos.
En esta relación que Dios inicia y donde cambia nuestra
condición de siervos a amigos. Y con ello la motivación que
nos hace obedecer.
Ya no los llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo
que hace su señor; yo los he llamado amigos, porque
todas las cosas que oí de mi Padre, se las he dado a
conocer a ustedes. Juan 15:15
Pues el siervo, sirve de algún modo porque le es impuesta esa
responsabilidad. Pero al cambiar la relación para ser amigos,
el servicio solo puede hacerse de forma voluntaria, es decir
por amor.

22
Entender este amor recibido en Cristo y el cambio de
condición para ahora ser amigos, llevo al Apóstol Pablo de
definir también la nueva relación que guarda con sus
hermanos y condiscípulos.
Nosotros no nos predicamos a nosotros mismos, sino
que proclamamos a Jesucristo como Señor, y nos
declaramos siervos de ustedes por amor a Jesús.
2Corintios 4:5
Así el amor es el que hace a un discípulo hacerse siervo, no
solo de Jesús sino también de sus hermanos. Porque el amigo
es un confidente que comparte el conocimiento de un
propósito superior y voluntariamente lo adopta como propio.
De modo que se genera una obediencia activa, que busca
intencionalmente ser instrumento de servicio a través del cual
Dios es honrado por cuanto es Señor nuestro, pero la
motivación para el servicio no es la obligación sino el amor y
gratitud que hemos podido experimentar en comunión con
Él.
Y esto se traduce en amor a nuestros hermanos, a los que
servimos, haciéndonos siervos de todos, pero al mismo
tiempo esclavos de ninguno, pues nuestro Señor de ellos y
nuestro solo es uno, Cristo.
El amor en Cristo, entonces, nunca es desinteresado. Sino
justamente lo contrario pues se está interesado en que nuestro
Señor reciba gloria y es intencional para con nuestros
semejantes pues el amor busca que ellos sean bendecidos. Y
para esto se hace necesario dejar a tras nuestro propio yo, para
que sea el carácter de Cristo el que guíe nuestras vivencias.

23
24
15
No amen al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si
alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16
Porque todo lo que hay en el mundo, es decir, los deseos de
la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no
proviene del Padre, sino del mundo. 1 Juan 2:15-16

V ivimos en un mundo que constantemente está


cambiando. Las tendencias de este año, de una o de otra
manera influirán en la forma en como nos relacionamos, los
productos que adquirimos y en algunos sentidos incluso los
valores que consideramos importantes. Por ello la pregunta
importante en esto es ¿Qué es lo que influye en ti?
Pero espera esto no es algo nuevo, no es producto de la
modernidad, sino que en realidad esto ha ocurrido siempre.
Forma parte del comportamiento social, sin embargo, aun
cuando es común no necesariamente eso es lo mejor. Pues las
tendencias sociales, suelen estar determinadas por una
sociedad que no considera a Dios, sino que está enfocada en
el mercado y la promoción del ego humano.
De allí que la pregunta de ¿Qué es lo que influye en ti? Es
realidad cobra muchísima importancia. Pues podemos llegar
a ser como muchas personas en derredor, que simplemente

25
siguen las tendencias, les lleven a donde les lleven y sin
distinguir entre las propuestas.
Una opción completamente distinta es la de simplemente
rechazar toda la cultura. Y hacer como si no existiesen esas
propuestas. Hay diversos grupos que así han hecho en la
historia y lo que han generado es una especie de guetos, donde
viven aislados. Apartados del mundo, pero también sin poder
cumplir la misión de evangelizarlos y llevarlos a Cristo.
Una tercera opción, que refleja un carácter con un dominio
propio sujeto a Cristo es lo que manifiesta el apóstol Pablo.
12
Todo me está permitido, pero no todo me conviene.
Todo me está permitido, pero no permitiré que nada
me domine. 13 Los alimentos son para el estómago, y el
estómago es para los alimentos, pero Dios destruirá
tanto al uno como a los otros. Y el cuerpo no es para la
inmoralidad sexual, sino para el Señor, y el Señor es
para el cuerpo. 1 Corintios 6:12-13
Al observar esta propuesta con un poco de detalle, podremos
ver la razón por la que hablamos de un carácter maduro que
está sujeto a Cristo.
1. Dominio propio, no obligación. La razón que le
lleva a no participar de algunas acciones. No es la
prohibición o las obligaciones que le han sido
impuestas. Sino que en un libre ejercicio de la libertad
que Dios le ha dado, decide no participar en algunas
de las áreas que considera no convienen a su fe,
comunión con Dios, testimonio o relación con otros
discípulos.
Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para
el Señor y no como para la gente, Colosenses 3:23

26
2. Discernir lo correcto. La madurez, también esta
vinculada con la capacidad de discernir sobre aquello
que habrá de ser provechoso para nuestra vida. Este
discernimiento es un don espiritual, pero está
relacionado con la guía y conocimiento de la Palabra
de Dios. Pues esta nos conduce a lo que es agradable
y perfecto, no solo a nuestra vista, sino en particular
desde la perspectiva de la voluntad revelada de Dios.
Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo que es
verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en
todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es
digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay
algo que admirar, piensen en ello. Filipenses 4:8
3. Valoración adecuada. Saber con claridad el valor y
sentido de las cosas, implica madurez. A través de la
cual se da el valor y atención a los asuntos que en
verdad la tienen, así como a otros que no son
esenciales, tratarles también de acuerdo con el valor
que representan.
En cuanto a los alimentos que se ofrecen a los ídolos,
sabemos que un ídolo no tiene valor alguno en este
mundo, y que solamente hay un Dios. 1Corintios 8:4
4. Enfocado en la gloria de Dios. La madurez, nos
lleva a dejar de lado nuestras propias expectativas e
incluso los espacios donde en otro tiempo
buscaríamos sobresalir. Para concentrarnos en que
Dios sea glorificado en las cosas que hacemos y Su
iglesia sea bendecida.
31 Así que, si ustedes comen o beben, o hacen alguna
otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios. 32 No
sean motivo de tropiezo para los judíos ni para los no
judíos, ni para la iglesia de Dios. 1 Corintios 10:31-32

27
U n carácter maduro, busca lo mejor. No es que no
considere importantes algunas de las cosas o situaciones
que conoce o tiene, sino que busca algo más excelente. Así
como un día el apóstol Pablo refirió:
…ustedes deben procurar los mejores dones. Pero yo
les muestro un camino aún más excelente. 1Corintios
12:31
Esto representa en buena medida la búsqueda de lo santo y la
santidad. Pues entendemos que relacionarnos con un Dios
santo, requiere también de nuestra parte esa santidad. Escrito
está: «Sean santos, porque yo soy santo. 1Pedro 1:16
De allí que sea natural la primera exhortación que se nos hace
para no poner nuestros afectos sobre las cosas de este mundo.
No amen al mundo, ni las cosas que están en el mundo.
v. 15a
Pues lo mundano, representa una amenaza específica para
nuestra comunión con Dios. Pues ambos son incompatibles
y la búsqueda de uno nulifica al otro.
Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en
él. v.15b
Es importante aquí señalar que cuando se habla del mundo,
no se refiere a la creación. Pues esta ha sido creada por Dios,
y aun cuando está bajo el pecado, también espera el momento
de su redención.
Tampoco se refiere a la humanidad en sí misma, pues el
proyecto de redención iniciado en Cristo, es justamente para
salvarnos de nuestro pecado. Aunque si bien reconocemos
que mucha de la humanidad aún permanece en pecado y actúa
de forma contraria a la voluntad de Dios.

28
Cuando en este texto se refiere al mundo es al poder y maldad
contarios a la voluntad de Dios y que se manifiestan en contra
del orden de Dios y generando un desorden donde los valores
del mundo prevalecen contrarios a la voluntad de Dios. El
concepto de mundo se caracteriza en este pasaje por tres
cosas:
Los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la
vanagloria de la vida
Cuando una persona es guiada por estos valores podemos
decir que es una persona mundana, en tanto son los valores
del mundo los que marcan su manera de vivir. Siendo estos
contrarios a los valores del Reino de Dios. Pues generan un
desequilibrio en su vida y rompen fácilmente con los vínculos
que puede haber para la construcción de una sociedad y más
aún para la comunidad cristiana. Pues las obras de la carne
son contrarias al fruto que el Espíritu de Dios produce en la
vida de los discípulos de Cristo.
Estos tras valores de la mundanalidad están presentes en
nuestra cultura y son exacerbados por la misma haciendo que
parezcan como algo natural y deseable. Pero al mismo tiempo
tratando de ocultar el daño y prejuicio que generan sobre
aquellos que se dejan llevar por estos antivalores.
1. Los deseos de la carne. Estos son presentados,
como algo natural. Cuando en realidad representan
desviaciones importantes respecto al modelo original
con el que Dios creo a los humanos. Las perversiones
que se hacen presente en este rubro, no deben ser
consideradas bajo ninguna circunstancia como
normales. Pues rebajan la dignidad del ser humano,
para hacer del el, otro objeto de consumo, que en su
momento también es susceptible de ser usado y
desechado. Y aun cuando en ocasiones se disfraza la

29
situación escudándose en los derechos humanos, en
realidad se genera una deshumanización que hace caer
a sus participantes en cierto bestialismo. Pues se da
rienda suelta al instinto sin la medicación de la
conciencia y aun la nulificación del Espíritu.
Sobre estos nos advierte el Apóstol Palo en su
segunda epístola a Timoteo
1
También debes saber que en los últimos días
vendrán tiempos peligrosos, 2 y que habrá hombres
amantes de sí mismos, avaros, vanagloriosos,
soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, 3 sin afecto natural, implacables,
calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores
de lo bueno, 4 traidores, impetuosos, envanecidos, que
amarán los deleites más que a Dios, 5 que parecerán
muy piadosos, pero negarán la eficacia de la piedad;
evítalos. 2 Timoteo 3:1-5

2. Los deseos de los ojos. El libro del Eclesiastés nos


advierte sobre la vanidad de la vida y plantea este
asunto.
Todas las cosas fatigan más de lo que es posible
expresar. ¡Los ojos nunca se cansan de ver, ni se
fatigan los oídos de oír! Eclesiastés 1:8
Se trata de la fascinación que el ser humano desarrolla
por aquello que es nuevo. Y con ello el deseo de poder
obtenerlo. Podemos ver las consecuencias de esto en
muy diversos niveles, pero el más sencillo de observar
es la comercialización y las tendencias de moda que se
hacen presentes cada día. Teléfonos que pasan de
moda después de 2 meses, ropa y accesorios que salen
de temporada, etc. El asunto se agrava cuando incluso
las personas entran en este esquema de pensamiento.
Y las relaciones se vuelven transitorias, por mientras

30
e incluso con fecha de caducidad, que puede ser
renovable, de acuerdo a las condiciones de los
contratantes. Se convierte así en una búsqueda
insaciable por satisfacción, como también lo señala el
libro de los Proverbios.
El sepulcro y la muerte nunca se sacian, y los ojos del
hombre jamás están satisfechos. Proverbios 27:20

3. La vanagloria de la vida. Aquí entramos a un


terreno que hoy nos es muy común, particularmente
cuando se entra en la búsqueda de seguidores en las
redes sociales. El asunto empezó con el número de
amigos que tenías en la Red, para pronto pasar al
número de seguidores. Y así se generó una categoría
a la que hoy le llaman influencer. La pregunta aquí
también es qué tipo de influencia están generando y
hasta donde sus seguidores están dispuestos creerles
y seguirles. La vanidad en nuestra forma de vivir
genera una serie de problemas para la convivencia,
pues se pretende ser más de lo que se es generando
una visión diferente de lo real, y eso también genera
un menosprecio hacia otros, donde también son
vistos como inferiores a lo que en realidad son. Así se
genera una percepción inadecuada de la realidad,
como lo señala el apóstol Pablo en su epístola.
17
Pero esto quiero decirles en el nombre del Señor, y
en esto quiero insistir: no vivan ya como la gente sin
Dios, que vive de acuerdo a su mente vacía. 18 Esa
gente tiene el entendimiento entenebrecido; por causa
de la ignorancia que hay en ellos, y por la dureza de su
corazón, viven ajenos de la vida que proviene de Dios.
Efesios 4:17-18

31
L a solución a todos estos males sobre lo que influye en
nuestra vida y las consecuencias de dejarnos influir por la
dinámica de una sociedad mundanal, se encuentra en el
mismo texto que nos ha servido de referencia.
El mundo y sus deseos pasan; pero el que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre. 1Juan 2:17
2 Consejos que todos podemos seguir y que nos ayudarán en
la búsqueda de la santidad.
1. Poner nuestra atención en lo eterno. Lo primero
que tenemos que aprender es. Saber que el mundo y
sus propuestas finalmente son temporales. Y como tal
en algún momento habrán de pasar. Por ello es
importante que nuestra vida se enfoque en lo eterno.
Esta fue una de las enseñanzas básicas de Jesús. Y al
hacerlo nuestro corazón estará en la búsqueda de
aquello que será de beneficio eterno para nuestra vida.
19
No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la
polilla y el óxido corroen, y donde los ladrones minan
y hurtan. 20 Por el contrario, acumulen tesoros en el
cielo, donde ni la polilla ni el óxido corroen, y donde
los ladrones no minan ni hurtan. 21 Pues donde esté tu
tesoro, allí estará también tu corazón. Mateo 6:19-21
2. Sigue la voluntad de Dios. Observa la sencillez con
la que se nos enseña. Sobre cómo hacer esto y los
grandes beneficios que allí podemos esperar.
Y no adopten las costumbres de este mundo, sino
transfórmense por medio de la renovación de su
mente, para que comprueben cuál es la voluntad de
Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto. Romanos
12:2
a) Es dejar las costumbres y tradiciones del este
mundo, para entonces, seguir el consejo que

32
Dios tiene para nosotros a través de Su
Palabra.
b) Esto genera un cambio en nuestra manera de
pensar, pues en lugar de hacerlo como lo hace
el mundo, estaremos haciéndolo conforme al
plan de Dios. Recuerda, si lo haces como tus
vecinos, lo que obtendrás es lo mismo que
ellos, si lo haces, como Dios lo aconseja, el
resultado será fabuloso el cuales siempre será:
c) Bueno agradable y perfecto. Lo que Dios
hace, siempre lo hace bien. Pero además será
de bendición sin consecuencias colaterales
negativas.
¿Cómo hacemos todo eso?, La Palabra es sencilla para los que
quieren seguirla, por ello dice así:
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Juan
17:17
Al leer, creer y hacer lo que la Palabra del Señor nos dice, El
mismo estará santificándonos, para ser más como Él y así
servir a su propósito.

33
34
15
No entiendo qué me pasa, pues no hago lo que quiero, sino
lo que aborrezco. 16 Y si hago lo que no quiero hacer,
compruebo entonces que la ley es buena. 17 De modo que no
soy yo quien hace aquello, sino el pecado que habita en mí. 18
Yo sé que, en mí, esto es, en mi naturaleza humana, no habita
el bien; porque el desear el bien está en mí, pero no el hacerlo.
19
Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no
quiero. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo
hace, sino el pecado que habita en mí. Romanos 7:15-20

P orque lo que hago, no lo entiendo: El problema de Pablo


no es el deseo – él quiere hacer lo que es correcto (pues
no hago lo que quiero). Su problema no es el conocimiento –
él sabe que es lo correcto. Su problema es una falta de poder:
porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Él tiene
una falta de poder debido a que la ley no da poder.
Pablo descubre de esta forma, que hay una incapacidad
personal, para ser tan bueno como desea, debido a las
limitaciones de su propia naturaleza humana. Sin embargo, en
lugar de simplemente conformarse argumentando que
finalmente solo es un ser humano. Hay algo dentro de sí que
le impulsa a no solo a desear, sino también a trabajar para ser
todo aquello que Dios quiere que él sea. Y eso que le impulsa
es la presencia del Espíritu de Dios en su vida, y la nueva

35
naturaleza que ha recibido en Cristo. Por lo que sabe que, si
bien no es por sus propios esfuerzos, si es posible lograrlo
por la obra interna que Cristo hace en nuestra vida.
Reconocer nuestra incapacidad para lograrlo de manera
propia, nos permite apreciar de una mejor manera la gracia de
Dios y depender entonces Su obra en nuestra vida y así poder
reflejar su presencia en nuestra vida. Pues la integridad como
estilo de vida, no es algo en lo que logramos por cuenta
propia, sino producto de la trasformación de carácter que El
Espíritu de Dios hace desde nuestro interior. Así entonces,
ser hombres y mujeres íntegros es el resultado de la obra de
Cristo en nuestra vida.

S i, reconocer nuestra limitación para lograr transformarnos


por cuenta propia es importante, más lo será el hecho de
que tenemos que superar una mentira ancestral. , que ha
acompañado a la humanidad desde el inicio. Y esto no es otra
cosa más que el sentimiento de derrota que se ha hecho
presente en nuestra naturaleza caída y que de alguna manera
nos dice que no es posible. Pero esa no es la realidad en la que
ahora vivimos como hijos de Dios. Pues por la gracia de Dios,
hemos nacido de nuevo.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que por su gran misericordia y mediante la resurrección
de Jesucristo nos ha hecho nacer de nuevo a una
esperanza viva, 1Pe 1:3
Y con ello, ahora somos participantes de todas las
bendiciones espirituales que Dios nos ha dado.

36
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que en Cristo nos ha bendecido con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales. Efesios 1:3
La recepción de estas bendiciones es debido al cambio en
nuestra naturaleza que Dios ha hecho en nuestra vida. Pues
ahora en calidad de hijos de Dios y gozando de esta nueva
naturaleza, mediante la cual estamos siendo transformados a
la imagen de Cristo, podemos actuar conforme a Su voluntad.
Y se han revestido de la nueva naturaleza, la naturaleza
del nuevo hombre, que se va renovando a imagen del
que lo creó hasta el pleno conocimiento, Colosenses
3:10
Por ello en virtud, de lo que Dios ha hecho en nuestra vida
(Salvación), y lo que sigue haciendo en nosotros
(Santificación), podemos desear y actuar de acuerdo con la
nueva naturaleza que hemos recibido.
Porque, según el hombre interior, me deleito en la ley
de Dios; Romanos 7:22
Así, el hacer la voluntad de Dios, no es una obligación, sino
un deleite, que nos permite gozar más de Su presencia y de Su
gracia que sigue añadiendo vida a nuestra vida.
Es por esto que Dios hace en nuestra vida, que el vivir en
integridad es posible. Pues la Nueva naturaleza que tenemos
de Dios está vinculada con la justicia y la santidad de la
verdad. Condiciones que son necesarias para la integridad.
Y revístanse de la nueva naturaleza, creada en
conformidad con Dios en la justicia y santidad de la
verdad. Efesios 4:24

37
A sí entonces, a los que han sido llamados y salvados por
Dios y que están siendo transformados por la presencia
del Espíritu de Dios es posible llamarles a tener una vida
íntegra. Lo cual no es justo la invitación que el apóstol Pablo
hace a su discípulo Tito. Y a partir de este texto podemos ver
en que consiste la integridad de vida.
7
preséntate tú mismo en todo como ejemplo de buenas
obras y muestra en la enseñanza integridad y seriedad, 8
con palabras sanas e irreprochables, de modo que el
adversario se avergüence y no tenga nada malo que
decir de ustedes. Tito 2:7-8
Como podremos observa a integridad de vida, es más que una
vida moralmente correcta. Pues la palabra que la Biblia
traduce como integridad señala también a alguien que es
incorruptible ἀδιαφθορία. Pues este concepto apunta más
alguien que está libre de hacer cosas corruptas.
4 Características de una vida íntegra
1. Actúa para bendición de otros. Una vida íntegra, se
caracteriza, porque hace buenas obras. Las cuales
Dios ha preparado de antemano para que nosotros
realicemos. Ef. 2:10. Para calificarlas como buenas
obras entonces, es en función de Dios y de Su Palabra,
y no lo que social y culturalmente se considere como
bueno. Así que su esquema de conducta corresponde
a lo que la Biblia nos muestra como el fruto del
Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza. Gálatas 5:22-
23. Al ser buenas obras entonces implica que dan
gloria a Dios y traen bendición a las personas que las
reciben, sin daños a terceros, pero también libres de
orgullo, o cualquier otro interés distinto al de ser
bendición. Bien puede ejemplificarse en esto al

38
hombre conocido como el buen samaritano. Él es
uno que se involucra para ser bendición, haciéndose
prójimo del otro y llevando la ayuda más allá de los
condicionamientos sociales.

2. Es fiel a las Escrituras. La integridad no puede ser


solamente en las acciones, sino que en primer lugar es
una integridad a la Palabra de Dios. Pues mientras que
en la sociedad una persona íntegra es definida como:
una persona que siempre hace lo correcto; que hace
todo aquello que considera bueno para la misma sin
afectar a los intereses de otras personas. En el caso de
los discípulos de Cristo, primero somos fieles a la
Palabra, la cual contiene el Consejo completo de Dios
tocante a todas las cosas necesarias para su propia
gloria y para la salvación, fe y vida del hombre. Así,
siendo la Palabra de Dios es la regla de vida para lo
cual le conduce a una ortopraxis, que a su vez se basa
en una correcta interpretación de la Escritura
(ortodoxia). La fidelidad a las escrituras entonces es
esencial para los discípulos, pues son estas la base de
nuestras acciones.

3. Su conducta es correcta. Esto abarca por lo menos


dos áreas. La forma en cómo asume sus
compromisos, así como nuestra forma de hablar.
Sobre la primera área. Las personas íntegras, actúan
diligentemente en lo que emprenden, así como en las
tareas que le son delegadas. Romanos 12:11. De modo
que es un hombre confiable en aquello con lo que se
compromete. No deja las cosas para después, ni las
desarrolla con diligencia, pues en cada una de esas
actividades, él trabaja con excelencia, pues busca que
Dios sea glorificado en lo que hace.

39
Así mismo también con su hablar denota el
compromiso que tiene con Dios, pues sus palabras
siempre son para edificación, como lo enseña Pablo a
la Iglesia.
No pronuncien ustedes ninguna palabra obscena,
sino sólo aquellas que contribuyan a la necesaria
edificación y que sean de bendición para los oyentes.
Efesios 4:29
Evita decir palabras que dañen u ofendan a alguien, y
en lugar de ello habla palabras quedan la gloria a Dios.
Tampoco digan obscenidades, ni tonterías ni palabras
groseras. Eso no es conveniente. En vez de eso, den
gracias a Dios. Efesios 5:4
Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cánticos
espirituales; canten y alaben al Señor con el corazón,
Efesios 5:19
Su manera de hablar halla correlación con su forma
de vivir. No solo por cumplir lo que dice, sino en
particular porque palabras y acciones están enfocadas
en dar la gloria a Dios.

4. Sus adversarios le reconocen. Cuando las personas


son íntegras aún sus adversarios reconocen la obra
que Dios está haciendo en y a través de ellos. Pues su
manera de actuar denota la comunión que guardan
con Dios.
Si el Señor aprueba los caminos del hombre, hasta sus
enemigos hacen la paz con él. Proverbios 16:7
Sin embargo, la conducta integra de los discípulos de
Cristo, tiene un fin más alto que el obtener
reconocimiento, pues se trata de que la manera en
cómo se conducen genere un testimonio que sea

40
irrefutable de tal manera que aún los adversarios no
tengan más que glorificar a Dios.
Mantengan una buena conducta entre los no
creyentes para que, aunque los acusen de
malhechores, al ver las buenas obras de ustedes
glorifiquen a Dios el día que él nos visite. 1Pedro 2:12
Un reconocimiento de este tipo es el que ocurre
cuando Nabucodonosor, tiene que reconocer cuando
los amigos de Daniel actúan con integridad ante las
órdenes del emperador.
En ese momento, Nabucodonosor exclamó: «Bendito
sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, que envió
su ángel y libró a sus siervos, pues confiaron en él y
no cumplieron mi edicto. Prefirieron entregar sus
cuerpos antes que servir y adorar a otro dios. Daniel
3:28

U n resumen de lo que significa integridad en el vivir, es lo


que nos presenta el Salmo 15
2
El que vive rectamente y practica la justicia, el que es
sincero consigo mismo, 3 el que no calumnia con la
lengua, ni perjudica a sus amigos, ni procura el mal de
su vecino; 4 el que desprecia al que Dios desprecia, pero
honra al que da honra a Dios; el que cumple sus
promesas, aunque salga perjudicado. 5 El que no presta
dinero con interés, ni acepta soborno en contra del
inocente. El que así vive, jamás caerá. Salmos 15:2-5
De este texto, podemos obtener las pautas necesarias que nos
permitirán que Dios desarrolle una vida íntegra en nuestra
vida. Pues más que verlo como algo imposible (recordemos
que: ¡Para Dios no hay nada imposible!» Lucas 1:37). Sino que
Dios lo puede hacer en nosotros cuando nos ponemos en sus

41
manos. A continuación 10 acciones que nos conducen a una
vida íntegra
Relación personal
1. Vive rectamente. La integridad empieza con uno
mismo, antes que afectar a otros, se trata de la obra
que Dios hace en nosotros, donde el vivir de acuerdo
con Su Palabra es esencial.
2. Practica la justicia. Aun cuando la práctica de la
justicia incluye a los demás, es un acto interior del que
tiene que surgir. No podemos dar lo que no tenemos.
Y si hemos sido justificados por Dios siendo tratados
con misericordia también podremos hacerlo para con
los demás.
3. Sincero consigo mismo. Puedes tratar de engañar a
los demás, e incluso tratar de someter a la consciencia
que Dios te ha dado. Pero finalmente cada uno de
nosotros sabemos cuándo estamos engañando a otros
o a nosotros mismos. Por ello la sinceridad con
nosotros mismos es muy importante, pues nos
permite tener una visión correcta de nuestra propia
vida. Esto es no creyéndonos superiores a otros, pero
también menos que otros. Simplemente vernos como
Dios mismo nos ha visto.
Relación con otros.
4. No calumnia. No genera acusaciones o comentarios,
por el simple hecho de difamar a otra persona.
5. No perjudica. Evita causar algún daño a las personas
que se encuentran en su derredor.
6. No procura el mal. No admite que otros hablen mal
de sus semejantes, por el simple hecho de causarles
daños.

42
Relación con Dios
7. Se alinea con Dios. El corazón de una persona
íntegra está alineado con la voluntad de Dios. De allí
que busca relacionarse con otros que viven en el
mismo camino y evita a los que caminan en
perversidad. Y eso hace que reconozca a otros que, al
estar caminando con Dios, le sirven de aliento y
ejemplo. Pero también no celebra, ni comparte con
los que deshonran a Dios. Su posición para estos
últimos es para ayudarlos a corregir en el camino
equivocado por donde están transitando.
Relación social
8. Cumple sus promesas. Una persona íntegra,
cumplirá lo que ha dicho, es decir se esforzara en
cumplir lo que ha dicho, sin necesidad de coerción de
documentos o testigos.
9. No presta por interés. Cuando ayuda a otros, no
busca que se lo tengan que reconocer y menos aún
dará su dinero a la usura para obtener alguna ganancia.
10. No acepta soborno. No acepta y por supuesto
tampoco lo ofrece. No trafica con influencias ni
favores. Sino que a todos los trata con deferencia y
respeto dando a cada uno lo que en justicia le
corresponde y si acaso requieren un trato diferente,
será con misericordia y generosidad, pues es la forma
en cómo Dios nos ha tratado a nosotros.

Personas con integridad son las que honran a Dios, viven en


Su presencia y sirven de testimonio y bendición para la
congregación y la sociedad donde Dios les ha colocado.

43
44
4
Por amor a Jacob, por amor a Israel, mi siervo escogido, te
he llamado por tu nombre, el nombre que te di, aunque tú no
me conocías. 5 Yo soy el Señor, y nadie más. No hay Dios
fuera de mí. Yo te vestiré para la batalla, aunque tú no me
conoces, 6 para que desde la salida del sol hasta el ocaso todos
sepan que yo soy el Señor, y que aparte de mí no hay otro
Dios. 7 Yo soy el que ha creado la luz y las tinieblas; yo soy el
que hace la paz y crea la adversidad. Yo, el Señor, soy el que
hace todo esto. Isaías 45:4-7

L a vida, no siempre transcurre de tal forma que no


tengamos adversidades que superar. De hecho, la vida de
los discípulos de Cristo es también una vida donde
frecuentemente han de sobreponerse a situaciones difíciles
por las que han tenido que cruzar. Esa es la experiencia de
Abraham, Moisés, Daniel, Pablo, etc. Enfrentan situaciones
que les hace desfallecer, pero que a pesar de ello continúan en
el camino de la fe. Una frase que puede resumir esa capacidad
para reponerse de la adversidad es la expresión que uso el
apóstol Pablo.
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! Filipenses
4:13
Esta capacidad hoy en día es conocida como resiliencia. Esto
es la capacidad que el discípulo encuentra en Cristo, que le

45
permite superar la adversidad y aprender de ella. Esta
capacidad le permite a una persona contar con mayores
recursos para afrontar el futuro, destacando las fortalezas por
sobre las limitaciones.
Jesús es la fuente de nuestra resiliencia personal. Él puede
llegar a ser el bombero, salvavidas, socorrista, policía y
paramédico que la tragedia personal demanda para su
reconstrucción. Jesús no se intimida con nuestros enemigos,
no se cansa, no se distrae, ni tampoco anda a ciegas buscando
sobrevivientes. Cuando desarrolló su ministerio terrenal hasta
las fuerzas de la naturaleza se le sujetaron cuando sus
discípulos le clamaron ante el temor del mar embravecido:
“Jesús se levantó, reprendió al viento y dijo al mar:
Jesús se levantó y reprendió al viento, y dijo a las aguas:
«¡Silencio! ¡A callar!» Y el viento se calmó, y todo quedó
en completa calma. Marcos 4:39
La gente que vivía a su alrededor lo buscaba incesantemente
para lograr la fuerza que les ayudara a levantarse de sus
propias postraciones.
9
Por causa del gentío, y para evitar que lo apretujaran,
Jesús pidió a sus discípulos tener siempre lista una
barca; 10 y es que, como había sanado a muchos, todos
los que tenían plagas querían tocarlo y se lanzaban
sobre él. Marcos 3:9-10
Ellos supieron reconocer que la fuerza que les hacia resilentes,
no podía provenir de sí mimos. Sus fuerzas, no serían
suficientes para afrontar las situaciones de opresión social
moral, espiritual y económica a la que estaban siendo
sometidos. Pero supieron encontrar en Jesús la fuerza que les
haría más que vencedores.

46
Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores
por medio de aquel que nos amó. Romanos 8:37

E l carácter y la resiliencia, como la capacidad en Cristo,


que nos permite superar la adversidad e incluso
desarrollarnos aun en medio del sufrimiento están
relacionados. Pues un carácter firme se desarrolla más en los
momentos de sufrimiento que en los de triunfo. Pues en esos
espacios de incapacidad, cuando estamos quebrados, es por
donde fluye la gracia de Dios, no solo para restañar las
heridas, sino también para hacernos más fuertes.
9
pero él me ha dicho: «Con mi gracia tienes más que
suficiente, porque mi poder se perfecciona en la
debilidad.» Por eso, con mucho gusto habré de jactarme
en mis debilidades, para que el poder de Cristo repose
en mí. 10 Por eso, por amor a Cristo me gozo en las
debilidades, en las afrentas, en las necesidades, en las
persecuciones y en las angustias; porque mi debilidad es
mi fuerza. 2 Corintios 12:9-10
Nuestro carácter es perfeccionado, pues aprendemos a
confiar más en Cristo, en Su poder, sabiduría y guía. De modo
que, por Su presencia en nuestra vida, podemos llegar a
experimentar gozo aun en la adversidad. Al saber que toda
nuestra vida, transcurre bajo el cuidado de Dios.
29
¿Acaso no se venden dos pajarillos por unas cuantas
monedas? Aun así, ni uno de ellos cae a tierra sin que el
Padre de ustedes lo permita, 30 pues aun los cabellos de
ustedes están todos contados. 31 Así que no teman, pues
ustedes valen más que muchos pajarillos. Mateo 10:29-
31

47
Pues al experimentar y reconocer el cuidado providencial de
Dios, es el que nos hace saber que más allá de los resultados
temporales que tengamos al final somos más que vencedores,
porque en Cristo todas las cosas son para nuestro bien.
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas
para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él
ha llamado de acuerdo a su propósito. Romanos 8:28
Así nuestro carácter se va fortaleciendo en cada paso que
damos. Pues cada adversidad que enfrentamos y superamos
con el poder de Cristo actuando en nuestra vida nos hace más
fuertes, pero no insensibles. Pues en cada prueba que
enfrentamos también esta Dios allí para fortalecernos y
mostrarnos como salir adelante.
Ustedes no han pasado por ninguna tentación que otros
no hayan tenido. Y pueden confiar en Dios, pues él no
va a permitir que sufran más tentaciones de las que
pueden soportar. Además, cuando vengan las
tentaciones, Dios mismo les mostrará cómo vencerlas,
y así podrán resistir. 1 Corintios 10:13 TLA
La resiliencia vista desde esta perspectiva entonces, no
consiste en sobreponernos para regresar a nuestra forma
humana, sino que Dios usa incluso todas estas situaciones por
las que cruzamos, para volvernos más a su imagen. De modo
que el ser resilientes es realidad, en realidad nos conforma más
a la imagen de nuestro Creador.
Descubrimos entonces, que el propósito de Dios para esas
dificultades, carencias o adversidades por las que pasamos
finalmente nos acercan más a Él y nos conforman a la imagen
de Cristo.

48
P odemos ver 3 verdades que Dios nos muestra y en los
que podemos descansar para desarrollarnos aun en
medio del sufrimiento. Pues donde otros solo ven tragedias
Dios crea oportunidades para sus hijos.
Antes de empezar vale la pena describir el contexto donde
estas palabras de Dios fueron dichas. Esta época para los
judíos fue una de las más obscuras, estaba amenazados
militarmente por los asirios y posteriormente fueron
dominados por los babilonios y exiliados por 70 años. Su
condición moral, social, económica y espiritual estaban en
uno de sus puntos más bajos. Quizá al escuchar esas
condiciones pienses que ese escenario es muy semejante al
que tenemos hoy en día. Pero en realidad el escenario era
bastante más complicado que lo que hoy en día vivimos, y en
medio de una situación así, Dios habla a Su Pueblo para
brindarle algunas promesas, que le harán sobreponerse a las
adversidades por las que atraviesan.
1. Amados y elegidos por Dios. El amor de Dios es
incondicional, su amor se expresa hacia los objetos de
su amor (es decir, su pueblo), a pesar de la disposición
del pueblo hacia Él. En otras palabras, Dios ama
porque su naturaleza es amar.
8
El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios
es amor. 9 En esto se mostró el amor de Dios para
con nosotros: en que Dios envió al mundo a su Hijo
unigénito, para que vivamos por él.1 Juan 4:8-9
Ese amor lo mueve hacia una acción bondadosa. La
naturaleza incondicional del amor de Dios se ve con
mayor claridad en el evangelio. El mensaje del
evangelio es básicamente una historia de rescate
divino. Puesto que Dios considera el sufrimiento de
su pueblo rebelde, determina salvarlo de sus pecados,
y esta determinación se basa en su amor.

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4
En él, Dios nos escogió antes de la fundación del
mundo, para que en su presencia seamos santos e
intachables. Por amor 5 nos predestinó para que por
medio de Jesucristo fuéramos adoptados como hijos
suyos, según el beneplácito de su voluntad, Efesios
1:4-5.
Somos amados y elegidos por Dios, y El no cambiara
eso, sino que siegue amándonos hasta lograr Su
propósito en nuestra vida. De modo que podemos
contar con que Dios seguirá obrando para nuestro
bien y nos ayudará a superar cualquier adversidad por
la que tengamos que pasar.
Porque, si cuando éramos enemigos de Dios fuimos
reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo,
mucho más ahora, que estamos reconciliados,
seremos salvados por su vida. Romanos 5:10

2. Nos da un nuevo destino. Algo fabuloso de la


relación que Dios establece con Su pueblo, es que no
se trata de una ayuda para el momento. Sino que su
cuidado y protección se extienden por la eternidad.
De modo que Su iglesia es constituida como una
comunidad de destino, donde todos los creyentes en
algún momento han de confluir. Las palabras de Jesús
aseguran que, en su ministerio, ninguno de los suyos
se perdió.
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los cuidaba
en tu nombre; a los que me disté, yo los cuidé, y
ninguno de ellos se perdió, Juan 17:12
Y ciertamente los que han creído en Cristo como Su
Señor no podrán perderse.
Mi Padre, que me las dio, es mayor que todos, y nadie
las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Juan
10:29

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Sino que todos los que son de Él habrán de ser
preservados por Su amor y finalmente todos
gozaremos de Su presencia por la eternidad.
Estoy persuadido de que el que comenzó en ustedes
la buena obra, la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo. Filipenses 1:6
Porque nuestro Señor es fiel en lo que ha prometido,
Él mismo se convierte en nuestra fortaleza y podemos
estar seguros de que seremos guardados del mal.
Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y guardará del
mal. 2 Tesalonicenses 3:3

3. Nos toma bajo su protección. Es Dios, quien tomo


la iniciativa de colocarse como Dios nuestro, y Él no
desistirá de Su propósito, pues colocándonos bajo Su
Pacto Él se constituye en nuestro Dios para que
nosotros seamos Su pueblo.
Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. Jeremías
32:38
Bajo la condición de Pueblo de Pueblo de Dios,
estamos bajo Su soberana protección, de modo que
no hay nada que pueda dañarnos o separarnos de Su
amor, tal y como lo explicó el apóstol Pablo.
¿Qué más podemos decir? Que, si Dios está a nuestro
favor, nadie podrá estar en contra de nosotros.
Romanos 8:31
Por ello es que podemos confiar en que saldremos
adelante en las adversidades que enfrentamos, Pues
no hay nada que nos pueda separar del amor y
cuidado providencial de Dios.
38
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la
vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto,
ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá

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separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo
Jesús nuestro Señor. Romanos 8:38-39
La protección del Señor entonces se extiende por
sobre todas las cosas y confiando en eso es que
podemos confiar en que aun a pesar del sufrimiento
temporal que podemos experimentar al final
habremos de ser levantados por el poder de Dios
actuando desde nuestro interior y por las bendiciones
que Él, derrama sobre nuestra vida.
39
Yo les daré un solo corazón y un solo camino, para
que me teman perpetuamente, para bien de ellos y de
sus hijos. 40 Haré con ellos un pacto eterno, y nunca
dejaré de hacerles bien. Pondré mi temor en su
corazón, para que no se aparten de mí, 41 y en verdad
me regocijaré de hacerles bien. Con todo mi corazón
y con toda mi alma los plantaré en esta tierra Jeremías
32:39-41

P orque Cristo nos fortalece, nuestra vida puede descansar


aún en el sufrimiento Su presencia está con nosotros y Él
nunca nos dejará. Incluso usara el dolor para pulir nuestro
carácter y hacernos más semejantes a Cristo.
Porque Él es Dios y porque nos adoptó como pueblo suyo,
podemos tener la seguridad, fortaleza y bendición para poder
seguir fructificando aún en medio del sufrimiento.

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