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ÍNDICE

I. Introducción

II. Objetivo

III. Antecedentes

3.1 Importancia del estudio de Taylorella equigenitalis

3.1.1. Importancia clínica

3.1.2. Importancia epidemiológica

3.1.3. Impacto en áreas de producción y salud pública

3.2 Características generales de Taylorella equigenitalis

3.2.1. Taxonómicas

3.2.2. Morfológicas, estructurales, tintoriales y bioquímicas (metabólicas)

3.3 Diagnóstico e identificación de Taylorella equigenitalis

3.3.1. Muestras, medios de transporte y condiciones

3.3.2. Métodos de aislamiento y factores de crecimiento

3.3.3. Métodos de identificación

3.3.3.1. Técnicas de serotipificación

43.3.3.2. Pruebas serológicas

3.4 Metritis equina contagiosa (MEC)

3.5 Transmisión y vías de ingreso del patógeno al huésped

3.6 Susceptibilidad y resistencia a los antimicrobianos

3.6.1. Antibióticos y/o quimioterapéuticos

3.6.2. Desinfectantes y antisépticos

IV. Conclusiones
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V. Referencias bibliográficas.

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I. INTRODUCCIÓN

La metritis contagiosa equina (MCE) es una enfermedad venérea altamente


transmisible de los caballos. Esta enfermedad puede propagarse rápidamente
desde un portador asintomático, principalmente un semental. La MEC es provocada
por el agente Taylorella equigenitalis. Principalmente, se informaron casos de T.
equigenitalis en Europa; sin embargo, es difícil que este organismo de desarrolle en
cultivos, y también es difícil estimar con precisión su distribución geográfica. Los
sementales infectados no presentan signos clínicos. Las yeguas desarrollan metritis
e infertilidad temporal, aunque no presentan signos sistémicos. Las lesiones más
significativas se observan aproximadamente 14 días pos- infección, decreciendo
gradualmente en intensidad en las siguientes semanas; no son patognomónicas de
la metritis contagiosa equina. No existen evidencias de infección en humanos de T.
Equigenitalis. (OIE, 2009).

II. OBJETIVO

Se analizarán las principales características de la Taylorella equigenitalis, los


principales métodos de aislamiento e identificación, sus factores de virulencia, la
sensibilidad y resistencia para su control con el fin de comprender su participación
en el desarrollo de la metritis equina contagiosa a través de la investigación
bibliográfica y revisión de artículos científicos.

III. ANTECEDENTES

En la Ciudad de México se realizó una investigación para el diagnóstico de


Taylorella equigenitalis, agente causal de la metritis equina contagiosa (MEC), en
una yeguada de la raza española, con un total de 29 animales. Se analizaron
parámetros reproductivos de todas las yeguas. Fueron seleccionadas 4 yeguas, las
cuales presentaron metritis y se trataron con antibiótico, se realizó la prueba para
metritis equina contagiosa y un examen bacteriológico general. La detección de la
infección depende del cultivo con hisopos del tracto urogenital, tanto de la hembra,
como del macho. La toma de muestras se realizó seriada en 3 ocasiones con un
intervalo mínimo de 7 días. Los hisopos fueron transportados al Laboratorio de
Diagnóstico de Salud Animal ubicado en Tecámac, Estado de México, siendo este
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el único reconocido oficialmente para procesar este tipo de muestras. Se
transportaron con las precauciones necesarias, para evitar pérdida en la viabilidad.
El medio de rutina utilizado fue agar chocolate con una rica base nutritiva como el
Eugon con un 10 p. 100 de sangre de equino sin dextrosa. El medio inoculado fue
incubado a 37ºC bajo 10 p. 100 de CO2. Los resultados para T. equigenitalis fueron
negativos en las 4 yeguas; sin embargo, hubo crecimiento bacteriano tras la
valoración del examen bacteriológico, lo cual indicaba que la metritis, presentada
por las yeguas, fue debida a otro tipo de bacteria, diferente a la Taylorella
equigenitalis. (Márquez, L. et al; 2005).

En Eslovenia se realizó un estudio ya que se desconoce la prevalencia de la


infección por Taylorella equigenitalis y se requieren métodos utilizados para refinar
la identificación en estos sementales. La hipótesis en el diagnóstico de T.
equigenitalis es la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) tendría ventajas
sobre los métodos de cultivo, especialmente en los casos en que estén involucrados
pequeños números de agente causal o contaminación intensa de los hisopos
genitales. Los métodos que se utilizaron el método de cultivo y la PCR para
examinar un total de 980 hisopos genitales de la uretra y la fosa uretral de 245
sementales para detectar la presencia del organismo contagioso de metritis equina.
Los resultados se obtuvieron entre 245 sementales examinados, 225 (91.8%) fueron
negativos para T. equigenitalis por ambos métodos. De los hisopos de 17
sementales (6,9%), T. equigenitalis se aisló en el primer y / o segundo muestreo.
Los hisopos de 3 (1.3%) sementales fueron PCR positivos pero el aislamiento de T.
equigenitalis falló. La tasa de detección de T. equigenitalis fue mayor con la PCR
que con el examen bacteriológico clásico. (ZDOVC, I. et al; 2010).

Como conclusión, el protocolo de PCR utilizado en este estudio proporcionó una


herramienta específica, sensible y simple para la detección rápida de T.
equigenitalis. La PCR es especialmente valiosa en casos de contaminación
bacteriana y fúngica intensiva de hisopos donde el aislamiento de T. equigenitalis
generalmente falla. (ZDOVC, I. et al; 2010).

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3.1 IMPORTANCIA DEL ESTUDIO DE TAYLORELLA EQUIGENITALIS

3.1.1. IMPORTANCIA CLÍNICA

La metritis equina contagiosa es una enfermedad inflamatoria de las partes proximal


y distal del tracto reproductor de las yeguas causada por Taylorella equigenitalis,
que normalmente origina una infertilidad temporal. Se trata de una infección no
sistémica, cuyos efectos se encuentran restringidos al tracto reproductivo de la
yegua. Cuando aparecen, los signos clínicos consisten en endometritis, inflamación
del cuello del útero y vaginitis de intensidad variable, y una ligera a copiosa
secreción vaginal mucopurulenta. La recuperación tiene lugar sin secuelas, aunque,
en un gran número de las yeguas infectadas, se establece un estado duradero de
portador asintomático o sintomático. El contacto venéreo directo durante la monta
natural comporta el máximo riesgo de transmisión de T. equigenitalis de un semental
contaminado o una yegua infectada. La transmisión venérea directa también puede
tener lugar mediante la inseminación artificial en la que se emplee semen infectado
crudo, refrigerado y también posiblemente congelado. Indirectamente, el animal
puede contraer la infección por transmisión por fómites, contaminación manual,
insuficiente cumplimiento de las medidas de bioseguridad en el momento de la
reproducción y en los centros de recogida de semen. Los sementales pueden
convertirse en portadores asintomáticos de T. equigenitalis. Los principales puntos
de colonización por parte de la bacteria son las mucosas urogenitales (fosa uretral,
seno uretral, uretra terminal y prepucio). Los puntos de persistencia de T.
equigenitalis en la mayoría de yeguas portadoras son los senos y la fosa del clítoris,
y de manera infrecuente, el útero. Los potros nacidos de yeguas portadoras también
pueden convertirse en portadores. El microorganismo puede infectar a especies de
équidos distintas de los caballos, como los asnos. (OIE, 2008).

3.1.2. IMPORTANCIA EPIDEMIOLÓGICA

No existen evidencias de infección en humanos de T. Equigenitalis. Se cree que


solamente los caballos son los huéspedes naturales de T. equigenitalis. Los

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caballos pura sangre son particularmente susceptibles. Los asnos han sido
infectados en condiciones experimentales. Los intentos de infectar ganado bovino,
cerdos, ovejas y gatos han fracasado, pero se pueden infectar algunos roedores de
laboratorio mediante la inoculación intrauterina. (Khan, 2006).

3.1.3. IMPACTO EN ÁREAS DE PRODUCCIÓN Y SALUD PÚBLICA

Los caballos infectados no se enferman ni mueren, pero se ven afectadas


notablemente la reproducción y la fertilidad. Las yeguas desarrollan metritis y fallan
en la concepción, ocasionando una pérdida económica muy importante. Otros
costos económicos adicionales comprenden análisis previos a la reproducción en
áreas endémicas, al igual que los controles de vigilancia antes de la importación a
los países libres de MEC. La inmunidad es débil, y los animales pueden infectarse
de forma repetida. Los animales o el semen, importados pueden provocar brotes en
regiones libres de MEC; en los EE. UU., se produjo un brote en el 2008, después
de una ausencia de más de 25 años. (OIE, 2008).

3.2 CARACTERÍSTICAS GENERALES DE TAYLORELLA EQUIGENITALIS.

3.2.1. TAXONÓMICAS.

Dominio: Bacteria

Filo: Proteobacteria

Clase: Beta Proteobacteria

Orden: Burkholderiales

Familia: Alcaligenaceae

Género: Taylorella (Swedish University of Agricultural Sciences, 2016).

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3.2.2. MORFOLÓGICAS, ESTRUCTURALES, TINTORIALES Y
BIOQUÍMICAS (METABÓLICAS)

Taylorella equigenitalis es un bacilo o coco-bacilo gramnegativo inmóvil que a


menudo es polimórfico (mide hasta 6 μm de largo) y que puede presentar tinción
bipolar. Es catalasa positiva, fosfatasa positivo y fuertemente oxidasa positivo. Por
lo demás, es inerte en las pruebas de actividad bioquímica. (Swerczek, 1978).

3.3 DIAGNÓSTICO E IDENTIFICACIÓN DE TAYLORELLA EQUIGENITALIS

3.3.1. MUESTRAS, MEDIOS DE TRANSPORTE Y CONDICIONES

El microorganismo, de crecimiento exigente y lento. Debe prestarse especial


atención a la obtención de muestras y al transporte antes del aislamiento e
identificación de Taylorella. Los hisopos deben depositarse en un medio de
transporte con carbón activado, como el medio de Amies, para absorber los
subproductos inhibidores del metabolismo bacteriano (Swerczek, 1978). Con el
tiempo el número de T. equigenitalis de los hisopos disminuye, y este efecto es más
acusado a temperaturas elevadas (Sahu et al., 1979). Los hisopos deben
mantenerse refrigerados durante el transporte y deben llegar al laboratorio y
sembrarse en placas como máximo 48 horas después de su recogida.

Existen diversas bacterias en las membranas urogenitales de los caballos como


comensales inofensivos que pueden interferir con el cultivo de T. equigenitalis
enmascarando su presencia. El lavado y el tratamiento con antibióticos pueden
controlar este problema, pero pueden dañar de forma subletal a T. equigenitalis, lo
cual le permitirá persistir en las membranas urogenitales pero imposibilitará su
crecimiento en medios de laboratorio. El hisopado de T. equigenitalis, por lo tanto,
no debe reiniciarse hasta al menos 7 días (tratamiento sistémico) o 21 días
(tratamiento local) después del tratamiento.

La naturaleza exigente de T. equigenitalis hace que sea difícil de aislar. (Swerczek,


1978).

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3.3.2. MÉTODOS DE AISLAMIENTO Y FACTORES DE CRECIMIENTO.

Los medios de cultivo se producen calentando la base de agar reconstituida que


contiene sangre de caballo lisada al 5% (v/v) a 70–80°C durante 12 minutos (agar
sangre de chocolate), que se enfría a 45–50°C y a la que se añade trimetoprim (1
μg/ml), clindamicina (5 μg/ml) y anfotericina B (5–15 μg/ml) (Timoney, et al; 1982).
La sangre del caballo lisada contiene timidina fosforilasa, que inactivará la timidina,
permitiendo así que el trimetoprim ejerza su efecto selectivo. Este es el medio
preferido para aislar T. equigenitalis, por lo que cada hisopo debe ser inoculado en
este medio. Aislará con éxito los biotipos del patógeno tanto sensibles como los
resistentes a la estreptomicina; inhibirá el crecimiento de muchas bacterias
comensales e inhibirá el crecimiento de hongos. Como los inhibidores pueden evitar
el aislamiento de algunas cepas de T. equigenitalis, los hisopos también deben
inocularse en 5% de agar sangre “chocolate” con una base rica en agar peptona
que contenga cisteína adicional (0,83 mM), sulfito de sodio (1,59 mM) y un fungicida
(5–15 μg/ml de anfotericina B). (Fernie et al., 1980). Taylorella equigenitalis se
puede cultivar en agar sangre, pero crecerá mejor en agar sangre “chocolate”, como
se ha descrito anteriormente. Algunos fabricantes producen una base de agar
peptona que favorece el crecimiento de T. equigenitalis. Una característica
importante de todos los medios buenos para T. equigenitalis es la ausencia de
carbohidratos fermentables. La fermentación de carbohidratos por parte de otras
bacterias inhibe el crecimiento de T. equigenitalis (Atherton, 1983). Un tercer medio
que contiene sulfato de estreptomicina (200 μg/ml) puede usarse para inhibir el
crecimiento de otras bacterias que podrían enmascarar T. equigenitalis (Swerczek,
1978); sin embargo, el biotipo sensible a la estreptomicina no se detectará en este
medio, y solo debe usarse junto con medio sin estreptomicina.

Todos los medios de cultivo deben someterse a un control de calidad y deben


permitir el crecimiento del microorganismo sospechoso a partir de un inóculo
pequeño antes de utilizarse en muestras sospechosas. La cepa de referencia de T.
equigenitalis también debe cultivarse en paralelo con las muestras problema para

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asegurar que las condiciones del cultivo son óptimas para el aislamiento del
microorganismo.

La naturaleza exigente de T. equigenitalis dificulta su aislamiento. Se ha empleado


la reproducción con sementales sospechosos para aumentar la sensibilidad en la
detección del estado de portador como una ayuda valiosa al examen mediante los
cultivos. La cantidad de Taylorella presente en los genitales externos de los
sementales puede ser muy baja y puede perderse si solo se llevan a cabo cultivos,
pero puede ser detectada después de la multiplicación en las yeguas que hayan
sido sometidas a reproducción a modo de prueba. El uso de la reproducción a modo
de prueba como herramienta adicional de diagnóstico puede ser especialmente
importante en países que están considerados libres de la metritis equina contagiosa.

Las placas deben incubarse a 35–37°C en una atmósfera del 5–10% (v/v) de CO2,
o mediante el uso de una jarra de anaerobiosis. Normalmente, se necesitan al
menos 72 horas para que las colonias de T. equigenitalis se hagan visibles, periodo
después del cual es necesario realizar una inspección diaria. En ocasiones muy
infrecuentes, la detección visual de las colonias puede llevar hasta 14 días. Es
aconsejable un periodo estándar de incubación de al menos 7 días después para
poder certificar los cultivos como negativos a T. equigenitalis. Debe comprobarse si
las placas presentan contaminantes pasadas las primeras 24 horas de incubación.
(Ward et al., 1984).

3.3.3. MÉTODOS DE IDENTIFICACIÓN.

Las colonias de T. equigenitalis pueden medir hasta 2–3 mm de diámetro, y tener


un aspecto suave y el borde entero, y ser brillantes y de color amarillo/grisáceo. Los
laboratorios deben estar informados de que algunos países pueden requerir alargar
el periodo de incubación como procedimiento estándar, y deben, por lo tanto,
establecer los requisitos concretos de importación de esos países y/o indicar el
periodo de incubación en el que se basan los hallazgos observados en los cultivos.
El crecimiento de otras bacterias, como Proteus mirabilis, puede ser tan extenso

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que el laboratorio no pueda emitir un resultado negativo. En este caso, deberán
solicitarse más hisopos. Si se aísla un microorganismo de crecimiento lento que
encaja con la descripción en cuanto a la morfología celular y que es oxidasa positiva
fuerte, debe analizarse para comprobar su reacción con un antisuero específico de
t. equigenitalis. (Ward et al., 1984).

3.3.3.1. TÉCNICAS DE SEROTIPIFICACIÓN

Se han diseñado varias pruebas de serotipificación para confirmar que un cultivo es


T. equigenitalis, de varios niveles de complejidad, desde la aglutinación en porta
hasta la inmunofluorescencia directa o indirecta. Cada método tiene sus ventajas e
inconvenientes. El inconveniente de la prueba de aglutinación en porta es que,
ocasionalmente, tiene lugar la autoaglutinación de las cepas; el cultivo en presencia
de atmósfera de CO2, contrariamente a lo que ocurre en la jarra de anaerobiosis,
puede reducir la autoaglutinación. La inmunofluorescencia puede resultar útil para
la identificación de cepas auto-aglutinantes; existe a la venta una prueba validada
de inmunofluorescencia indirecta para la detección de T. equigenitalis en hisopos
del tracto reproductivo de sementales y yeguas. (Laak,T, et al; 1990).

El antisuero se produce mediante la vacunación de conejos con células muertas de


T. equigenitalis. Debe utilizarse para la inmunización una cepa estándar, como la
NCTC11841. Sin embargo, la consideración más importante es la especificidad del
antisuero producido, que debe aglutinar T. equigenitalis, pero no hacerlo con otras
bacterias que podrían ser cultivadas a partir de las mucosas urogenitales del
caballo. Concretamente, no debe aglutinar ningún bacilo gramnegativo y oxidasa
positivo, como Mannheimia haemolytica, Actinobacillus equuli, Bordetella
bronchiseptica (con la que T. equigenitalis se encuentra estrechamente
relacionado), Oligella urethralis y Pseudomonas aeruginosa. Las colonias de
Taylorella asinigenitalis son similares, aunque no idénticas, y las características del
cultivo también, y en las pruebas da resultados bioquímicos idénticos a los que se
emplean para confirmar la identidad de T. equigenitalis. Existe incluso una reacción
cruzada serológica entre los dos microorganismos. Es posible la diferenciación entre
T. asinigenitalis y T. equigenitalis utilizando la reacción en cadena de la polimerasa

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(PCR) o la secuenciación y la reactividad química del ADNr de la subunidad 16S.
Existen a la venta anticuerpos monoclonales que proporcionan un medio altamente
específico de identificación de T. equigenitalis. Existe a la venta un kit de
aglutinación de látex para la identificación antigénica de T. equigenitalis. Se basa
en anticuerpos policlonales producidos usando métodos similares a los descritos
anteriormente. Se utiliza mucho en los laboratorios de pruebas de rutina para la
confirmación de la identidad de las colonias que crecen en medio selectivo que dan
una reacción bioquímica compatible con T. equigenitalis. Dado que T. equigenitalis
es antigénicamente relativamente distinto, y pequeñas cantidades de anticuerpos
de reacción cruzada se absorben fácilmente durante la producción del reactivo, la
prueba ha demostrado ser muy específica y sensible. Debe destacarse que no
necesariamente distinguirá las cepas de T. equigenitalis de las de T. asinigenitalis.
(Baverud et al., 2006).

3.3.3.2. PRUEBAS SEROLÓGICAS

Ninguna prueba serológica descrita hasta la fecha podrá, por si misma, detectar la
infección de manera fiable con vistas al diagnóstico y el control. Sin embargo, la
prueba de la fijación del complemento se ha empleado con éxito como ayuda al
cultivo de T. equigenitalis para el análisis de las yeguas entre los 21 y los 45 días
después de ser cruzadas con un semental sospechoso de ser portador. (Laak &
Wagenaars, 1990).

3.4 METRITIS EQUINA CONTAGIOSA (MEC)

La metritis contagiosa equina (MCE) es una enfermedad venérea altamente


transmisible de los caballos. Esta enfermedad puede propagarse rápidamente
desde un portador asintomático, principalmente un semental. La metritis equina
contagiosa es una enfermedad inflamatoria de las partes proximal y distal del tracto
reproductor de las yeguas, que normalmente origina una infertilidad temporal. Se

trata de una infección no sistémica, cuyos efectos se encuentran restringidos al


tracto reproductivo de la yegua. Cuando aparecen, los signos clínicos consisten en
endometritis, inflamación del cuello del útero y vaginitis de intensidad variable, y una

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ligera a copiosa secreción vaginal mucopurulenta. La recuperación tiene lugar sin
secuelas, aunque, en un gran número de las yeguas infectadas, se establece un
estado duradero de portador asintomático o sintomático. (Baverud et al., 2006). La
metritis contagiosa equina es provocada por el agente Taylorella equigenitalis, un
bacilococo difícil de cultivar, microaerófilo, gramnegativo. Solamente se conoce un
serotipo, pero se han descripto las diferencias genéticas entre cepas. Existen dos
tipos de cepas, una sensible y la otra resistente a la estreptomicina. Una variante
de una colonia pequeña, parece ser menos virulenta, y muy difícil de identificar: su
única característica distintiva en cultivos es que las colonias son pequeñas y
transparentes. Un organismo estrechamente relacionado denominado Taylorella
asinigenitalis, fue aislado de asnos en los EE. UU. y de un semental en Europa.
Aunque T. asinigenitalis no parece provocar una enfermedad importante, no se ha
determinado completamente su patogenicidad. Dado el grave impacto de la metritis
contagiosa equina en el comercio internacional, deben distinguirse las infecciones
de T. asinigenitalis de las de T. equigenitalis. Se cree que solamente los caballos
son los huéspedes naturales de T. equigenitalis. Los caballos pura sangre son
particularmente susceptibles. Los asnos han sido infectados en condiciones
experimentales. Los intentos de infectar ganado bovino, cerdos, ovejas y gatos han
fracasado, pero se pueden infectar algunos roedores de laboratorio mediante la
inoculación intrauterina. (Anzai et al., 2006).

3.5 Transmisión y vías de ingreso del patógeno al huésped

El agente T. equigenitalis principalmente se transmite durante el apareamiento.


También puede propagarse a través de semen infectado durante la inseminación
artificial o ser introducida al tracto genital por fomites. El índice de transmisión es
extremadamente alto. Los sementales son la fuente más común de infección. En
sementales no tratados, la bacteria T. equigenitalis puede persistir durante meses y
años en el tracto reproductivo, particularmente en la fosa de la uretra y cavidades
asociadas. Este organismo también se presenta en la uretra distal, al igual que en
el exterior del pene y del prepucio, y en ocasiones en el líquido seminal previo a la

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eyaculación. Después de recuperarse de una enfermedad aguda, las yeguas
también pueden ser portadoras de T. equigenitalis sin presentar síntomas. La gran
mayoría de las yeguas portadoras mantienen este organismo en el clítoris,
particularmente en las cavidades y en la fosa del clítoris, pero pocas lo mantienen
en el útero. Los potros y las potrancas (especialmente los potros) nacidos de yeguas
infectadas pueden portar la bacteria en los órganos genitales externos y convertirse
en portadores a largo plazo sin presentar síntomas. No existen evidencias de que
T. equigenitalis sobreviva a largo plazo, en el medio ambiente. (Baverud et al; 2006).

3.6. SUSCEPTIBILIDAD Y RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS.

4.6.1. ANTIBIÓTICOS Y/O QUIMIOTERAPÉUTICOS.

Nitrofurazona.

Mecanismo de acción: Actuaría a nivel de los mucopéptidos de la pared bacteriana


para interferir con los diversos receptores de la membrana citoplasmática, lo que
inhibe la proliferación celular y la pared bacteriana. (OIE, 2009).

3.6.2. DESINFECTANTES Y ANTISÉPTICOS.

T. equigenitalis es susceptible a los desinfectantes más comunes, como


clorhexidina, detergentes iónicos y no iónicos, e hipoclorito sódico (400 partes por
millón). (OIE, 2009)

En portadores, T. equigenitalis puede eliminarse lavando los órganos genitales


externos con desinfectantes (por ejemplo, clorhexidina). (OIE, 2009).

Clorhexidina.

Mecanismo de acción: se ha demostrado que su absorción por difusión pasiva a


través de las membranas es extraordinariamente rápida tanto en bacterias como en
levaduras, consiguiéndose el efecto máximo en 20 segundos. A bajas
concentraciones produce una alteración de la permeabilidad osmótica de la
membrana y una inhibición de enzimas del espacio periplásmico. A concentraciones

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altas origina la precipitación de proteínas y ácidos nucleicos. (Fitzgerald K et al;
1989).

Detergentes iónicos.

Aniónicos o jabones

Son sales sódicas o potásicas de diversos ácidos grasos. Tienen poder detersivo y
emulsionante de los lípidos. pero escaso efecto germicida. La eliminación de
microorganismos se produce principalmente por arrastre. (Merianos JJ, 2001).

Catiónicos o derivados del amonio cuaternario

El nitrógeno cuaternario es un componente esencial en muchos procesos


biológicos, y los amonios cuaternarios juegan un papel importante en los procesos
de vida celular y en acciones fisiológicas. (Merianos JJ, 2001).

Mecanismo de acción: la acción microbicida se atribuye a la entrada a través de


la pared y membrana celular e inactivación de enzimas, mediante rotura de esas
barreras y desnaturalización, en el citoplasma, de proteínas esenciales para el
microorganismo. (Merianos JJ, 2001).

Hipoclorito de sodio.

Mecanismo de acción: el proceso químico por el cual el NaOCl realiza su acción


antimicrobiana ocurre cuando entra en contacto con las proteínas tisulares,
haciendo que se formen hidrógeno, formaldehído y acetaldehído. Las cadenas
peptídicas se rompen para disolver las proteínas; en este proceso el hidrógeno es
sustituido por el cloro con formación de cloramina, que interviene directamente
como antimicrobiano, ya que interfiere en la acción oxidativa celular con inactivación
enzimática irreversible en la degradación de lípidos y ácidos grasos; de este modo
se disuelve el tejido necrótico y el NaOCl penetra y limpia mejor las áreas infectadas.
(Shetty N et al; 1999).

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Resistencia.

Aunque hay dos biotipos de T. equigenitalis, uno es suceptible a la strptomicina y la


otra es resistente

3.7. MEDIDAS DE PREVENCIÓN (BACTERINAS Y/O TOXOIDES) QUE ACTÚEN


ESTIMULANDO EL SISTEMA INMUNE VERSUS EL GÉNERO Y LA ESPECIE.

No existe vacuna.

En países libres de metritis contagiosa, equina durante la importación se controla


que los caballos no presenten T. equigenitalis. En los lugares en que la enfermedad
está presente, se controla que el apareamiento sólo sea entre sementales y yeguas
que no presentan el organismo y que no son portadores. Entre los sementales de
alto riesgo se incluyen a los que dan servicio por primera vez. También se
consideran de alto riesgo los sementales que fueron portadores (hasta que se
demuestre que son negativos), o que fueron expuestos en establecimientos
infectados o apareados con una yegua de la que se desconocía que era negativa.
También es posible que estén infectadas las yeguas que visitaron una instalación
infectada, que provienen de un área que no es libre de MEC, o que se han apareado
con un semental de un país que no es libre de MEC. Las yeguas con signos clínicos,
incluso las que vuelven a entrar en celo en forma temprana, deben ser revisadas.
También es importante la limpieza correcta, desinfección de fómites potenciales, y
la higiene durante el apareamiento. No existe vacuna. En portadores, T.
equigenitalis puede eliminarse lavando los órganos genitales externos con
desinfectantes combinado con tratamiento local con antibióticos. (OIE, 2009).

T. equigenitalis puede eliminarse más fácilmente de los sementales, pero el


tratamiento puede llevar varias semanas en las yeguas. En las que no responden al
tratamiento, las escisiones quirúrgicas de las cavidades del clítoris pueden eliminar
el organismo. Las yeguas con infecciones agudas pueden tratarse o no con
antibióticos, algunos autores sugieren que este tratamiento aumenta el riesgo de
que el organismo persista. (OIE, 2009).

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V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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