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ADOLESCENCIA

Texto 1: CONFLICTOS, DESAFÍOS Y PROCESAMIENTOS EN LA ADOLESCENCIA

Este autor plantea a la adolescencia como un proceso (no como crisis ni etapa), que se
caracteriza por un profundo cambio psíquico. En relación con la teoría propuesta, ésta se
desarrolla en base a 3 ejes relacionados con el psiquismo.

Eje I: EL IMPACTO DE LOS CAMBIOS CORPORALES EN EL PSIQUISMO

Se caracteriza por el hecho de ser algo incontrolable para el sujeto porque:


A) En relación con lo pulsional se producen cambios, por el hecho de que estas pulsiones
comienzan a ser notorias (y no intensamente reprimidas como en el periodo de latencia).

B) En relación a los físico el crecimiento es diferente al que se da en etapas previas. A partir del
primer año el crecimiento es global y armónico, en cambio en la pubertad es des armónico.
También ocurre que el adolescente al mirarse no se reconoce, y esto le genera angustia
(muchas veces mal entendido como narcisismo).

C) En relación a lo afectivo se ven buscos cambios de humor (se pasa del entusiasmo a la
tristeza, de la actividad a la pasividad).

D) En relación a lo psíquico el niño no llega a adaptarse a los cambios físicos bruscos (otro factor
angustiante).

E) En relación a su desarrollo sexual aparecen eyaculaciones imprevistas (mientras duerme),


erecciones no provocadas y en el caso de la niña la menstruación.

F) A nivel músculo esquelético al producirse un cambio brusco en su desarrollo, se ven


movimientos exagerados y torpes por el hecho no poder graduar su fuerza muscular.

G) En relación a lo familiar, tiende a alejarse, a estar más aislado de su familia. Ejemplo, se


encierra en su cuarto, sale con sus amigos, no participa de las rutinas familiares.

H) En relación a sus fantasías sexuales su desarrollo sexual hace que sean más notorias las
diferencias sexuales entre hombre y mujer, y como consecuencia de esto abandona fantasías
bisexuales ocultas.

I) En relación a lo hormonal aparecen las masturbaciones como consecuencia de esto, y en el


caso del hombre también se da por las erecciones incontrolables.

EJE II: SOBRE LA FAMILIA, IDENTIFICACIONES E HISTORIA

Se caracteriza principalmente notorio el interés por el pasado, y este a su vez se expresa de


distintas formas. Pregunta por cómo fue que nació, por como era de chico, también suelen
interesarse por las versiones de otro adultos significativos, sobre la historia de los padres, etc.
Según este autor la indagación es una manera de procesar desde otro ángulo lo que le interesa
sobre sus modificaciones puberales. Y en base a todas estas preguntas, el adolescente
reconstruye su pasado, es decir, se redefine. Por ende el adolescente construye su identidad
en base a lo dado por los padres, a la información recibida por la sociedad, y a identificaciones
con personas significativas para él.
EJE III: SOBRE AUTORIDAD, AUTONOMÍA Y SUBJETIVACIÓN

La importancia de los padres como referentes, se desplaza y pasa al grupo de pares, que pasa
a ser su referente primordial. Otra característica es que aspira al mejoramiento y al
perfeccionamiento. Con respecto a lo emocional hay un notorio cambio en el carácter. Además
la búsqueda de su autonomía y diferenciación hace que disminuya la imagen parental como
figura autoritaria. Lo que caracteriza a este eje es que el sujeto trata de apropiarse de sí mismo
y de su vida, es decir, comienza a independizarse.

Texto 2: LA ADOLESCENCIA NORMAL “Un enfoque psicoanalítico” (Aberastury)

NORMALIDAD Y PATOLOGÍA EN LA ADOLESCENCIA:

Esta teoría hace referencia a que debemos considerar a la adolescencia como un fenómeno
dentro de la historia del ser humano. Por otro lado, ésta así como se haya influida por un
ambiente sociocultural este proceso tiene unos caracteres universales que son comunes en
todas las culturas. Estos caracteres universales hacen referencia a que hay ciertas conductas
que muchas veces son consideradas patológicas o “anormales” pero que no son más que
síntomas de que el adolescente está viviendo un proceso “normal” de desarrollo (producto de
que está buscando establecer su identidad adulta, que solo sería posible si se hace un duelo
por la identidad infantil). Este autor, denomina a estas características típicas del adolescente
como “síndrome normal de la adolescencia”. Según Ana Freud, es muy difícil señalar el límite
entre lo normal y lo patológico dentro de este proceso evolutivo; pero considera que toda
conducta “anormal” o patológica debe ser considerada como “normal” dentro de este periodo
(actos de rebeldía que tiene características defensivas principalmente llamadas); y que por el
contrario, una conducta demasiado equilibrada dentro de éste debe ser considerada como
“anormal”. En síntesis, toda esta etapa girará en torno a dos procesos que actúan
paralelamente: Los procesos de identificación adulta y los procesos de duelo por la infancia
perdida.

DUELOS DE LA ADOLESCENCIA: para arminda Aberastury, el adolescente tiene que


superar tres duelos para convertirse en adulto:

1- El duelo por el cuerpo infantil: el adolescente sufre cambios rápidos e importantes en su


cuerpo que a veces llega a sentir como ajenos, externos, y que lo ubican en un rol de
observador más que de actor de los mismos.

2- El duelo por el rol y la identidad infantiles; perder su rol infantil le obliga a renunciar a la
dependencia y a aceptar responsabilidades. La pérdida de la identidad infantil, debe
reemplazarse por una identidad adulta, en ese transcurso surgirá la angustia, que supone la
falta de una identidad clara.

3- El duelo por los padres de la infancia: renunciar a su protección, a sus figuras idealizadas
e ilusorias, aceptar sus debilidades y su envejecimiento.

4- Aberastury añade un cuarto duelo, al que parece otorgarle menor entidad, el de la


pérdida de la bisexualidad de la infancia, en la medida en que se madura y se desarrolla la
propia identidad sexual. Propone también que la inclusión del adolescente en el mundo adulto,
requiere de una ideología que le permita adaptarse o actuar para poder cambiar su mundo
circundante.

EL SÍNDROME NORMAL DE LA ADOLESCENCIA: La sintomatología de este periodo se


haya constituida por:
LA BÚSQUEDA DEL SI MISMO Y DE LA IDENTIDAD: Este proceso gira en torno a los
cambios físicos que se producen en esta etapa (hormonales, físicos y de índole sexual genital).
Aquí son de fundamental importancia los procesos de duelo con respecto al cuerpo infantil,
porque obligan a una modificación del esquema corporal y al establecimiento de un nuevo
autoconcepto en relación a su esquema corporal). Por otro lado en la búsqueda de esta
identidad, el adolecente recurre a diferentes estrategias para hacer más llevadero este proceso.
Una de ellas es identificarse con algún grupo en particular, en donde todos se hallan en una
situación similar y por ende todos se identifican con cada uno (uniformidad masiva se llama
esto). Pero en ocasiones puede ocurrir también que surja una “identidad negativa”, producto
de esta búsqueda adolescente, cuya principal característica seria el hecho de que es preferible
ser alguien perverso, indeseable a no ser nada (Ej. Las pandillas de delincuentes, los grupos
homosexuales, adictos a las drogas, etc.). Además de estos También pueden darse
“pseudoidentidades” dentro de este periodo, que se caracteriza por el hecho de adoptar
personalidades idealizadas cuyo fin seria ocultar la verdadera identidad del sujeto. Además
existen las “identidades transitorias” en esta etapa, donde se adoptan diferentes
identificaciones transitoriamente (por ejemplo el machismo en el hombre, o la precoz seducción
histeroide en la niña). Las “identidades ocasionales” que son las que se adoptan frente a
situaciones nuevas (por ejemplo en la primera cita, el primer baile, etc.). Las “identidades
circunstanciales”, que se caracterizan por confundir a los adultos por el hecho de que el hijo
se comporta de una manera en el colegio y de otra en su hogar por ejemplo. Todo lo dicho acá
puede interpretarse como el resultado de las ansiedades y depresiones que se viven en esta
etapa de “búsqueda del si mismo y de la identidad”; por ende, el “encuentro” de la miga obliga
a permanentes reestructuraciones hasta que se logre alcanzar esta “identidad adulta” (que al
mismo tiempo implica pasar por un proceso de duelo producto de sus cambios físicos que
repercuten a nivel psicológico; y que llevan al adolescente a crear un sentimiento de
“despersonalización)

LA TENDENCIA GRUPAL: En este caso vamos a profundizar el tema de la uniformidad, es


decir, el de la identificación con un grupo que le brinda al adolescente estima personal y más
seguridad en su búsqueda de la identidad. Este proceso, a veces es tan intenso que hace que
el adolescente se aleje significativamente de la familia, que sea muy difícil para él separarse de
este obligándolo a adoptar ciertas costumbres relativas al grupo (vestimentas, modas, aros,
etc.). También significa para el adolescente, el reemplazo de sus padres de la “etapa infantil”
por el hecho de que en este puede volcar todas sus necesidades de dependencia que antes
mantenía con sus padres (Por ejemplo, cuando el niño sufre una frustración puede
resguardarse en el grupo). Otra característica es que este grupo posee un líder generalmente,
y si no se lo busca; cuya función seria el “reemplazo de la figura paterna” de la edad infantil.
Por ende, el grupo, por un lado es esencial para el adolescente porque lo ayuda a sobrellevar
esta etapa de transición cuyo objetivo es la búsqueda de la identidad adulta; y por otro facilita
la conducta “anormal” del adolescente, ya que como consecuencia de esto el adolescente
adopta actos de rebeldía contra sus padres porque sabe que puede recurrir al grupo como
reemplazo de éstos.

LA NECESIDAD DE INTELECTUALIZAR Y FANTASEAR: Hace referencia a que las vivencias


de fracasos o de impotencia frente a estas nuevas exigencias que le impone la sociedad por el
hecho de ser un adolescente ahora; lo obligar a huir de esta realidad “social” y resguardarse en
su mundo interior. Cuando esto ocurre el adolescente adopta conductas reflexivas acerca de la
vida que contribuyen a la elaboración de los duelos y a la interpretación de esta nueva realidad
social para su posterior adaptación a ésta). A esta conducta “anormal” dentro de este periodo
este autor la denomina autismo positivo, porque contribuye a un reajuste emocional. Esto se
manifiesta en el inicio de actividades artísticas, literarias, etc.

LAS CRISIS RELIGIOSAS: Este tipo de conductas “anormales”, hacen referencia a que en el
adolescente se observa la alternancia entre periodos de religiosidad extrema con periodos de
ateísmo absoluto (producto de la situación angustiante que produce este proceso evolutivo).
Además, influye mucho el hecho de aceptar que el día de mañana pueden fallecer los padres, y
el aceptar que ese destino también lo padecerá él (por eso por momentos se ve una
religiosidad extrema, porque esto puede significar para él una salida “mágica” de esta realidad
existencial).

LA DESUBICACIÓN TEMPORAL: Desde el punto de vista de la conducta observable, el


adolescente vive una cierta desubicación temporal, las urgencias temporales a veces son muy
significativas y las postergaciones temporales demasiado irracionales (por ej. en el caso de las
postergaciones el padre le recrimina al hijo que estudie porque mañana tiene examen y el hijo
le contesta que todavía hay tiempo para estudiar, puesto que es mañana; y en el caso de las
urgencias la niña le pide a la madre desesperadamente que le compre un vestido nuevo para el
baile, y este se realizará dentro de 3 meses). Por ende, hay dificultad para distinguir el
“presente-pasado-futuro”. Para aclarar esta situación podríamos hablar de un tiempo
existencial, que sería el tiempo en sí; y un tiempo vivencial que se relaciona con los deseos y
necesidades del adolescente. También en esta etapa hay una negación del pasaje del tiempo
ya sea por un deseo conservar el carácter de niño o por negar la aceptación de la muerte en un
futuro tanto propia como la relativa a los padres (esto está relacionado con el aislamiento del
adolescente en el que se encierra en el cuarto para aislarse del mundo producto de intensas
depresiones), mientras esto ocurre la noción temporal “corporal” del adolescente se basa en
actividades como comer, defecar, dormir, estudiar, etc. Pero a medida que se van elaborando
los procesos de duelo esto cambie, y surge una conceptualización del tiempo que hace
referencia a la discriminación correcta del pasado, presente y del futuro; la aceptación de la
rotura de los vínculos familiares, y la muerte futura de los padres como de sí mismo (esto se
observa cuando el niño aclara y afirma en una frase “cuando era chico” o “cuando sea grande”).
Por ende, esta conceptualización del tiempo estaría haciendo referencia a una correcta
elaboración de los duelos típicos de esta edad.

ACTITUD SOCIAL REIVINDICATORIA: Esto hace referencia que el adolescente se comporta


en relación al resultado final de sus procesos psíquicos y biológicos que son a su vez
moldeadores por la sociedad en la que el individuo vive. Mediante este proceso el adolescente
se va desprendiendo de su identidad infantil y va vivenciando su entrada al mundo social
adulto. La actitud social reivindicatoria hace referencia a que el adolescente trata de modificar
su realidad, es decir, a la sociedad que le impone límites; de esta manera descarga contra ella
su odio (estas son las conductas que suelen considerarse “anormales” pero que en realidad
son típicas del proceso evolutivo). Por ende, el desarrollo de la identidad en relación a este
proceso depende de que el adolescente encuentre una forma de expresarse dentro de la
realidad (y no un sometimiento a la misma); esto va a ser fundamental para el correcto
desenlace de este proceso evolutivo.

LA EVOLUCIÓN SEXUAL DEL AUTOEROTISMO A LA HETEROSEXUALIDAD: En esta


evolución se observa una actividad de tipo masturbartorias que tiene un carácter más de tipo
exploratorio y preparatorio para el coito. Por otro lado, como consecuencia de la aceptación de
la genitalidad el adolescente comienza a buscar su pareja heterosexual (periodo en el que
predominan las caricias que satisfacen las necesidades sexuales del momento). También,
como producto de esta búsqueda de pareja, se producen enamoramientos apasionados y que
suelen ser de tipo “a primera vista” (que a su vez en ciertas ocasiones no son correspondidos o
son ignorados por la persona amada). En el caso de la relación genital heterosexual completa,
ésta surge en la adolescencia tardía (que se caracteriza por tener caracteres exploratorios
principalmente). Según Freud los cambios biológicos de la pubertad son los que imponen la
madures sexual al individuo intensificándose todos los procesos psicobiológico que se viven en
esta edad. Por eso decimos que reaparece el complejo de Edipo, pero esta vez tiene
características genitales, por ende será necesario reforzar las defensas porque en este caso
las incestuosas son más posibles además de que se hayan intensificadas. También, esta
autora resalta la importancia de la figura paterna en etapas anteriores con relación a la
genitalidad, según ésta autora la ausencia o el déficit de esta figura en edades tempranas
contribuiría al desarrollo de la homosexualidad (tanto en el hombre como en la mujer); por ende
la figura de los padres en edades tempranas es significativa por no decir decisiva en la
posterior identificación sexual del niño. Por otro lado, las actividades exploratorias de índole
sexual (como juegos, toqueteos, bailes, etc.) se las considera como la actividad lúdica que va a
contribuir enormemente en la elaboración de una correcta identificación sexual. Para finalizar y
en relación a la conductas “anormales” de índole sexual de la etapa adolescente, es normal
que aparezcan el predomino de aspectos femeninos en el varón y de masculinos en la niña
(porque aceptar la sexualidad, significa renunciar a esas fantasías bisexuales típicas de edades
anteriores; por ende, en la búsqueda de esta identidad, se observan frecuentes conductas de
índole homosexual en los niños que pueden ser consideradas de tipo “anormales” pero en
realidad no hacen más que marcar que el niño está elaborando correctamente los procesos de
duelos correspondientes).

CONTRADICCIONES SUCESIVAS EN TODAS LAS MANIFESTACIONES DE LA


CONDUCTA: Esto hace referencia a que la conducta del adolescente está dominada por la
acción; y que por ende no puede mantener una conducta permanente, rígida y absoluta
(aunque muchas veces lo intenta); esto se relaciona con las conductas consideradas
“anormales” pero que no lo son (solo un adolescente mentalmente enfermo mostrará rigidez en
la conducta). Por ende, estas contradicciones son típicas de este periodo de la identidad
adolescente.

SEPARACIÓN PROGRESIVA DE LOS PADRES: Esto hace referencia a uno de los duelos
fundamentales que tiene que elaborar el adolescente “el duelo por los padres de la infancia”.
Como consecuencia del desarrollo de la genitalidad, ésta así como repercute en el
adolescente, hace lo propio en los padres (muchas veces los padres niegan el crecimiento de
sus hijos así como éstos niegan sus cambios físicos). Por ende, la separación progresiva de los
padres dentro de esta etapa, debe considerarse como una conducta “normal” dentro de este
proceso. Y la correcta elaboración de este proceso dependerá no solo de cómo los padres se
desprendan del hijo, y de cómo el hijo acepte la progresiva separación de estos, sino también
de cómo fueron los vínculos para con sus padres y como adoptaron sus roles éstos en las
edades tempranas. En base a esto, podemos concluir, que una “no” separación progresiva de
los padres en esta etapa debería considerarse como anormal.

CONSTANTES FLUCTUACIONES DEL HUMOS Y DEL ESTADO DE ANIMO: Es típico en


este proceso evolutivo que el adolescente sufra periodos de ansiedad y depresión que surgirán
en base a como estos elaboren sus duelos. En estas elaboraciones, éstas no son siempre
acordes con las expectativas del adolescente, y en esta etapa la sensación de fracaso es vivida
muy intensamente (por eso aparecen conductas autistas que deben considerarse como
“normales “en esta etapa; y por eso los cambios de humos son típicos en la adolescencia)

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