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Amaury Alejandro Navarro Granados

15-001-0207
Estética
Matutino

TEMA: La desestetización de la fotografía por el hiperconsumo de imágenes.

En un curso de introducción a la fotografía, la profesora Verónica


Barragán nos mencionaba acerca de la importancia de dejar de ser ciudadanos
fotográficos (termino que no he podido encontrar su fuente) (ver anexo 4), el
salón que en ese momento constaba de cerca de 30 personas, se quedó en
silencio, ya que no comprendíamos el termino y la parte de dejar de ser, nos
metía miedo, ya que al ser un curso de fotografía si a algo aspirábamos era
precisamente a tomar fotos por cualquier lugar que viéramos.

Tuvimos que reflexionar dos semanas a que se referiría la maestra


antes de que nos diera una idea acerca de los que refería, y en ese tiempo
muchos de los aspirantes a tomar el curso decidieron abandonarlo por el temor
de no poder usar sus cámaras, tras esto nos explicó que el término
“ciudadano fotográfico”, se refería a que en esta época, en la que todos
contamos con una cámara a la mano, sin importar calidad, tomamos fotografías
de todo lo que se nos hace interesante, bonito, bello, padre, o a cualquier cosa
que tengamos enfrente, pero lo hacemos sin respetar las reglas de
composición, solo hacemos fotografías de todos lados porque si, por que nos
gustó, porque la luz estaba muy bonita, creyéndonos artistas o fotógrafos, ya
que a pesar de que la mayoría de estas fotos se quedan guardadas en las
memorias de los celulares o computadoras, también lo compartimos en las
redes sociales, esperando la interacción con otras personas.

Muchos se escudaron y trataron de defender sus fotografías en algo que


menciona Berger “Toda imagen encarna un modo de ver. Incluso la fotografía,
pues las fotografías no son como se supone a menudo, un registro mecánico.
Cada vez que miramos una fotografía somos conscientes, aunque sólo sea
débilmente, de que el fotógrafo escogió esa vista de entre una infinidad de

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otras posibles” (Berger, 2006: 16), claramente cada quien tenía su punto de
vista y enfoque al momento de tomar una foto y en los mejores de los casos
tratábamos de enfocar de una manera distinta al horizontal o vertical, o
intentábamos capturar solamente una parte del total que veíamos con
nuestros ojos, pero nuestras imágenes seguían sin tener elementos
compositivos o técnicas propias de la fotografía y muchas de ellas no
teníamos en la memoria cuando o por que la habíamos tomado, por los que
al tratar de defender nuestras fotografías, solo defendíamos el hecho de que
éramos ciudadanos fotográficos.

Esa misma clase se le pregunto a una compañera ¿qué tenía en su foto


de perfil?, a lo que ella respondió, una fotografía mía sonriendo, la profesora
en un tono fuerte le indago ¿qué pretendía mostrar con esa foto?, y la
respuesta fue, que era feliz, la siguiente pregunta fue ¿qué si en efecto, como
mostraba su foto era feliz?, ante la incredulidad de los que estábamos la
compañera respondió un rotundo no, pero eso era lo que ella quería que la
gente viera de ella, la compañera salió y no volvió a clase, por lo que yo me
comencé a cuestionar ¿La fotografía es verdad?, ¿Vemos únicamente lo que
los demás quieren que vean?,¿El hecho de que tengamos redes sociales,
comerciales por todas partes, cine o televisión, nos ha hecho perder
completamente el sentido de la imagen/fotografía?

En el siguiente ensayo ahondare sobre si el uso de redes sociales nos


ha modificado el ver imágenes y captar cuales son buenas y cuales son malas,
y ahora preferimos que las imágenes sean constantes y nuevas, imágenes
pulidas, y sin defectos, que nos gusten o llamen la atención; también indagare
sobre como la fotografía de o con obras de arte hace que sean resignificadas y
el hiperconsumo de estas hace que se pierdan totalmente su sentido original.

El ensayo tomara como un punto de referencia la red social de


Instagram, por ser en estos tiempos la aplicación para compartir imagen más
grande del mundo, que no solo comparte fotografías dentro de ella, si no que
puede compartir la misma fotografía en varias redes sociales más.

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Antes de la fotografía, era la pintura la que realizaba el ejercicio de
capturar imágenes, en lienzo o piedra inmortalizaban los momentos que se le
pedían al autor, Lipovetsky menciona “Adquiere relieve la misión propiamente
estética del arte y el artista debe esforzarse por eliminar todas las
imperfecciones y buscar imágenes acordes con lo que hay de más bello y
armonioso en la naturaleza. (Lipovetsky, 2016:13), como en la fotografía, los
pintores se dedicaban a pulir las pinturas, dándoles el mejor acabado que
podían, en los inicios de la fotografía, esto no se podía hacer, la placa de plata
que se tomaba era la que era revelada y no se modificaba, pero con el
transcurso del tiempo se crearon los montajes, collages, superposiciones, y
más recientemente con herramientas como Lightroom y Photoshop se pueden
manipular las imágenes completamente, para pulirlas o modificarlas.

“A partir del Renacimiento, el arte, la belleza, los valores estéticos


han adquirido un valor, una dignidad, una importancia social nuevos de los que
son testimonio el acondicionamiento urbano, las arquitecturas, los jardines, el
mobiliario, las obras de cristal y azulejos, los desnudos en la pintura y
escultura, los ideales de armonía y proporción.” (Lipovetsky, 2016:14) Estos
valores que se mencionan actualmente están perdidos, y muchas de estas
obras mencionadas por Lipovetsky todavía se pueden encontrar en muchas
partes del mundo, solo que ahora son arrancadas de su significado y
transportadas alrededor del mundo.

A lo largo del a historia, mientras los artistas se alejan de la iglesia, de


los castillos o de los burgueses, el arte se instala como un vehículo para pasar
a la historia y tener reconocimiento, a través de museos, academias, o galerías,
el arte instala sus valores o principios que lo legitiman, cuando aparece la
fotografía, al contrario de lo que podemos llamar alto arte, se instala en las
calles, en México aparece alrededor de la década de 1840, y solo era utilizada
por las personas que tenía el poder económico y los conocimientos para poder
ejercerla. A finales de siglo XIX, la fotografía sigue siendo mantenida en
estudios fotográficos poco accesibles, pero para principios del siglo XX la
fotografía en México cambia radicalmente y se transporta a la calle, los
fotógrafos mexicanos se apropian de la tecnología (cámara) y la modifica para

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poder hacerla accesible a todos lados, los fotógrafos ambulantes de la Ciudad
de México bautizan esta cámara como “la cámara patona” (ver anexo 6).

“Sólo con la industrialización la fotografía alcanzó la plenitud del arte. Así


como la industrialización confirió utilidad social a las operaciones del fotógrafo,
la reacción contra esos usos reforzó la inseguridad de la fotografía en cuanto
arte.” (Sontag, 2006:22) La fotografía no podía ser considerada como arte, si
bien era el medio con el cual se capturaban momentos, desde celebres hasta
fúnebres, la fotografía carecía de esa intensión de ser considerada como arte,
tal vez dentro de la mente de los fotógrafos existía la idea de retratar
artísticamente, pero a principios de siglo XX carecía de legitimación la
fotografía.

Walter Benjamín dijo en su ensayo de la reproductibilidad técnica una


frase que aplica desde los inicios de la fotografía hasta este momento “… todo
hombre de hoy tiene derecho a ser Filmado.” (Benjamin, 2003:75) él se refiere
al cine, pero la adecuaría de la esta manera, “Toda persona de hoy tiene
derecho a ser fotografiado”. Remontándonos a las cámaras patonas, mi
abuelita materna contó una historia hace algunos años, “Ella caminaba en el
centro histórico de la Ciudad de México cuando vio una luz, y vio una cámara
cerca, camino más rápido ya que no le gustaban las fotos, en unas calles un
joven se le acercó y le comento que le regalaba la foto, que le había parecido
bella y la tomo, mi abuelita no quería aceptarla, pero ante la insistencia acepto
y se llevó la fotografía consigo (ver anexo 1) La fotografía fue tomada sin
permiso y confirma que todos somos actores para la cámara, y las palabras del
joven que la fotografió, dan indicio de que quería tener una noción artística más
que el solo hecho mecánico de tomar la fotografía.

Este hecho aislado en el siglo XX, en el siglo XXI es imposible que pase
con las cámaras fotográficas de ahora, más desarrolladas tecnológicamente,
estas ya no son necesarios los usos de trípodes, con el uso de teleobjetivos,
ahora la gente que fotografiamos ni siquiera tiene que saber que lo hacemos,
inclusive no necesitamos contar con una cámara profesional, ni
semiprofesional, tenemos una cámara en la palma de la mano todos los días.

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“La invención de la Cámara cambió también el modo en que los
hombres veían los cuadros pintados mucho antes de que la cámara fuese
inventada. Inicialmente, los Cuadros eran parte integrante del edificio al que
iban destinados.” (Berger, 2006: 26) Inicialmente los cuadros se apreciaban en
iglesias o salones, pasando posteriormente a los museos o galerías, pero con
la fotografía, a los cuadros se les dio salida de estos lugares, ya podías llevar
contigo cualquier pintura, en un inicio probablemente fue costoso hacer
reproducciones fotográficas de cuadros, con la entrada de cámaras análogas
solo bastaba ir al Louvre y tomar una foto a la Mona Lisa revelar la foto, para
poder tener una reproducción de esta pintura en tu casa, ahora con la
tecnología del día de hoy, puedes traer siempre contigo la fotografía en tu
celular, y tenerla siempre a la mano, sacándola enteramente del museo.

En el año 2010 apareció la red social Instagram, una aplicación que


inicialmente salió para el sistema móvil de Apple, pero ahora cuenta con
versión en Android o de escritorio, cuyo objetivo era el de compartir fotografías
y videos, aplicarles filtros, y subirlas a internet en un formato que hacia recordar
a las cámaras Kodak y Polaroid instantáneas. A pesar de no ser la primer
aplicación para compartir fotos, ya que existían paginas como myspace, hi5,
Facebook, metroflog, o Tmblr entre otras, Instagram se posiciono como una de
las favoritas gracias a la rapidez en que se podía editar y compartir una
fotografía, actualmente conecta gente de todo el mundo, más de 900 millones
de usuarios comparten y ven fotografías.

Gracias a Instagram, el llamado ciudadano fotográfico se popularizo, ya


que y existían las personas que le tomaban fotografías a todo, pero ahora el
solo compartir fotografías sin ninguna regla desencadeno una serie de
fenómenos en la sociedad, afectando a las personas que consumían y
compartían fotografías, esta afectación fue de diferentes maneras, y en el
presente ensayo solo ejemplificare algunas de ellas, demostrando como la
fotografía fue afectada por el consumo excesivo de imágenes, e incluso como
las obras de arte fueron arrancadas de sus lugares de culto y utilizadas de

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diversas maneras, para lograr otros fines diferentes a los que se les proponía
en su realización, perdiendo un significado, pero ganando otros.

“Todo uso de la cámara implica una agresión.” (Sontag, 2006:21) Todos


los días vemos en Instagram fotografías que le son tomadas a personas sin su
permiso, desde tomar la fotografía tomando en cuenta que van a salir (ver
anexo 2), hasta solo por que salieron dentro de la toma, el hacer esto es una
agresión directa a la persona en cuestión, ya que al hacer esto nos apropiamos
directamente de ella, nos llevamos el resultado y lo exponemos.

Cuántas veces hemos visto fotografías que nos toman y no nos gusta el
resultado, y pedimos repetirla hasta que nos gusta, ahora al tomarle una
fotografía a un extraño, que no conocemos y no tiene esta oportunidad, por
mejor tomada que este la foto, es un acto de irrupción y violencia, como dice
Susan Sontag “Fotografiar personas es violarlas, pues se las ve como jamás se
ven a sí mismas, se las conoce como nunca pueden conocerse; transforma a
las personas en objetos que pueden ser poseídos simbólicamente. Así como la
cámara es una sublimación del arma, fotografiar a alguien es cometer un
asesinato sublimado, un asesinato blando, digno de una época triste,
atemorizada.” (Sontag, 2006:31), no solo violamos su privacidad y ejercemos
una violencia simbólica hacia esa persona, encima de esto nos apropiamos
del resultado, nos lo llevamos y explotamos el resultado en Instagram.

La imagen del anexo 2 fue tomada a un desconocido en una parada del


trolebús, no conocía a esta persona, le tome la fotografía con un celular, sin
que él se diera cuenta, no pedí permiso y luego la expuse en Instagram, tras
hacer esto comencé a indagar un poco en la rama de la fotografía de calle
urbana, y encontré opiniones muy diversas, desde que estaba mal, por el
hecho de apropiarse de la imagen de alguien, que es una violación severa,
hasta que era la esencia de la fotografía urbana, al parecer era una decisión
propia de cada fotógrafo, por lo que comencé a hacer y construir mi propia
ética de trabajo.

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Uno de los grandes problemas que dio Instagram fue el hecho de que
todos nos comenzamos a creernos fotógrafos, sin la menor educación
fotográfica, ya que para serlo no solo se necesita domar la cámara fotográfica,
si no aprender un conjunto de normas de composición, tanto de diseño, de
dibujo, normas de proporción, etc., pero aun así se suben las imágenes a la
red social y se comparten, muchas adquiriendo muchos me gusta, que pueden
ser por otras razones, no por el hecho de la fotografía, Berger decía “Sin
embargo, cuando se presenta una imagen como una obra de arte, la gente la
mira de una manera que está condicionada por toda una aserie de hipótesis
aprendidas acerca del arte. Hipótesis o suposiciones que se refieren a: la
belleza, la verdad, el genio, la civilización, la forma, la posición social, el gusto,
etcétera.” (Berger, 2006: 17), al consumir las fotografías rápidamente,
prácticamente en segundos, asumimos todo esto, que la fotografía fue tomada
con las mejores opciones y de la mejor intención, pero normalmente la
fotografía se toma rápidamente y sin ningún sentido de esto, o siendo solo
subjetivo para la persona que tomo la fotografía.

Como mencione al inicio, al subir fotografías a Instagram, una de las


partes novedosas era el utilizar filtros ( ver anexo7) que iban desde el blanco y
negro, monocromo, subexponer o sobreexponer la fotografía, había al menos
unas quince variantes de filtros que con solo un toque podías modificar tu
fotografía sin ningún tipo de programa avanzado de edición de foto, a esto lo
llamaremos “Pulir la imagen” como dice Byung-Chul Han “Lo pulido e
impecable no daña. Tampoco ofrece ninguna resistencia. Sonsaca los “me
gusta”. El objeto pulido anula lo que tiene de algo puesto enfrente. Toda
negatividad resulta eliminada.” (Han, 2015:11). El objetivo de realizar esto es el
compartir imágenes, al ponerles un filtro, estamos creando una experiencia
diferente de la foto inicialmente tomada, al consumidor de esta fotografía,
normalmente nos parecía agradable el uso de estos filtros tan novedosos, por
lo que cumplía su cometido, el ganar un Me gusta.

“Lo pulido transmite solo una sensación agradable con la que no se puede
asociar ningún sentido ni ninguna hondura: se agota en el “Wow!” (Han,

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2015:13) La mayoría de las fotografías en ese entonces acababan en el Me
gusta, ¡que es un pequeño Wow!, pero pierde completamente el hecho
contemplativo de una obra de arte, ¡este Wow!, puede pasar en segundos y
nos movemos a la siguiente imagen, lo que nos ocasiona una cadena de
sensaciones agradables, pero que luego ni quiera recordamos de que eran o
de que se trataba.

Con los años no solo cambiaron y se agregaron más filtros a la aplicación,


sino que se diversificaron los programas y aplicaciones para editar fotografías,
con lo que se pueden hacer todo tipo de retoques en nada de tiempo, lo que
también ayudó a la diversificación de fotografías que se compartían en la
aplicación, una corriente que en estos años es muy fuerte es la fotografía
retocada con Lightroom y Photoshop, programas con los que se pueden hacer
miles de cambios a una fotografía,; hay una gran ola de fotografía, sobre todo
en Estados Unidos que se dedica a hacer esta fotografía, sobre todo con la
intención de hacerla fotografía publicitaria, y como menciona Han “De la obra
de arte viene una sacudida que derrumba al espectador. Lo pulido y terso tiene
una intención completamente distinta: se amolda al observador, le sonsaca un
“me gusta”. Lo único que quiere es agradar , y no derrumbar” (Han, 2015:18)
El objetivo de este tipo de fotografías es simplemente gustar, que nosotros
como usuarios de la aplicación consumamos estas, ya que a ellos les reditúa
económicamente y al subir contenido constantemente, día tras día, estas
cuentas van siendo llenadas de me gusta, llegando al punto en que, aunque el
contenido sea malo, la constante producción de material, y la interacción
constaste hizo que sea preferida la cantidad a la calidad. (ver anexo 5)

Lipovetsky dice “No estamos ya en la estética modernista de la ruptura,


sino en la estética hipermoderna de la saturación, cuyo fin es el vértigo, la
estupefacción del espectador” (Lipovetsky, 2009:74) Muchas de las cuentas
con más seguidores, son las cuentas que suben material día tras día, sin
ningún sentido comparten imágenes, porque esto los hace ser vistos, lo que
nos lleva a otro de los problemas, “La selfie”.

Hace algún tiempo un compañero que se dedicaba a la fotografía, dejo de

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producir fotografías para su cuenta y comenzó a subir solo selfies, en cualquier
lugar que podía ser fotografiado de otra manera, se dedicó a posar y tomarse
fotos el, pasando de ser el contexto el personaje principal de la fotografía a ser
él. Cuando lo vi, le cuestioné acerca de estos, ya que su calidad de fotografía
había bajado bastante pero, subía al menos 3 fotografías de él al día, la
respuesta, que no está plasmada textualmente, hacía referencia a que la
gente había dejado de seguirlo y de darle me gustas, esto que por que la
gente ahora gusta verte a ti plasmado en las fotos, viendo ¿qué estabas
haciendo?, ¿cómo estabas? o ¿dónde estabas?, ya no le interesaba a la gente
ver tu punto de vista o como tomabas la fotografía, ahora tenías que ser el
personaje principal dentro de la fotografía. (ver anexo3)

“La adicción al selfie remite al vacío interior de yo. Hoy, el yo es


muy pobre en cuanto a formas de expresión estables con las que
pudiera identificarse y que le otorgaran una identidad firme. Hoy
nada tiene consistencia. Esta inconsistencia repercute también en
el yo, desestabilizándolo y volviéndolo inseguro. Precisamente
esta inseguridad, este miedo por sí mismo, conduce a la adicción
al selfie, a una marcha en vacío de yo, que nunca encuentra
sosiego. En vista del vacío interior, el sujeto del selfie trata en
vano de producirse a sí mismo. El selfie es el sí mismo en formas
vacías.” (Han, 2015:26)

Esto me consterno mucho, pero era verdad, muchas de las cuentas que
seguía, comenzaron aparecer los fotógrafos como personajes principales, y
diariamente subían dos o tres fotografías en distintos lugares (muy parecido al
estilo Influencer, donde tienes que aparecer y mostrar todo lo que haces), en la
cita anterior Han menciona que “En vista del vacío interior, el sujeto del selfie
trata en vano de producirse a si mismo.” (Han, 2015: 26) claramente parece
que la selfie trata de llenar el hueco interior, de muchas personas, he tenido
amigas, amigos o familiares que aunque estén en casa todo el día, suben
varias selfies de ellos en varios lugares, agregándoles varios hastags, que
parece que tienen que demostrar una vida más increíble de la que llevan.

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La adicción al selfie, también ha llenado los museos, podemos recordar la
instalación/obra de arte de Yayoi Kusama, o la de Duchamp y Jeff Koons en la
que hubo filas eternas para entrar a tomarse la foto, la experiencia sensorial
quedaba de lado, lo que se necesitaba era la selfie para probar el haber estado
ahí, Susan Sontag nos dice “La fotografía se ha transformado en uno de los
medios principales para experimentar algo, para dar una apariencia de
participación.”(Sontag, 2006:25) El tener la fotografía o el selfie es la prueba
irrefutable de participación, la experiencia estética quedo de lado, en la
exposición de Duchamp y Koons, la mayoría de las fotografías y
concentración de gente era en la obra de Koons, Duchamp perdió la batalla,
como dice Han “Jeff Koons dice que lo único que tiene que hacer el observador
de su obra es emitir un simple “Wow!” (Han, 2015 :12) y logro el wow! del
público mexicano, esto también ha desencadenado que los artistas modernos
empiecen a prohibir las fotografías en los museos, en ayuda a la experiencia
estética, como lo hará James Turrel en su exposición de Pasajes de Luz.

“Lo importante no es ya el sentido, sino la experiencia lúdica de lo


“diferente”: ver, sentir el instante y pasar a otra cosa. (Lipovetsky, 2016:236)
como en las exposiciones, en las que solo vas te tomas la foto y te retiras,
Instagram hace lo mismo, únicamente aprecias la fotografía un segundo, le das
me gusta o no, pasas a la que sigue, ya no interesa, si es una obra de arte, una
fotografía familiar, de un amigo o publicidad, vemos varias imágenes por
minuto pasando a lo que sigue. “En consecuencia, una reproducción, además
de hacer sus propias referencias a la imagen de su original, se convierte a su
vez en punto de referencia para otras imágenes. La significación de una
imagen cambia en función de lo que uno ve a su lado o inmediatamente
después. Y así, la autoridad que conserve se distribuye por todo el contexto en
que aparece.” (Berger, 2006:37) Como menciona Berger, las imágenes que
vemos en Instagram, las pasamos y continuamos con lo que sigue, aparte
podemos estar en un museo, el cine, un restaurante, en la cama, o cualquier
sitio, con lo que descontextualizamos todo lo que vemos, pasa a ser parte de
una minificción.

Las fotografías pueden ser bonitas, darnos placer o producir alguna otra

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sensación, pero al consumirlas vorazmente acabamos con toda la experiencia
estética a su alrededor. “Consumimos cada vez más belleza, pero en nuestra
vida no es más bella: ahí radican el éxito y el fracaso profundo del capitalismo
artístico” (Lipovetsky, 2016:26)

A pesar de que Instagram nos abre muchas ventanas que no teníamos


antes, ya no tenemos que viajar para ver una obra de arte o esperar a que el
amigo regrese de viaje, siempre estamos cerca y podemos ver lo que se está
haciendo, también nos aleja demasiado, ya que ahora nos es más fácil falsear
lo que mostramos, “Es evidente que la vida en la sociedad estética no
corresponde con las imágenes de felicidad y belleza que difunde diariamente
en abundancia” (Lipovetsky, 2016:25) como se puede ver en el video “La falsa
realidad de las redes sociales, ahora componemos lo demás para compartir
una fotografía, falseando las imágenes que mostramos de nosotros y de
nuestra vida.

Para concluir “El consumo de componente estético ha adquirido tal relieve


que constituye un factor importante de la afirmación identitaria de los
individuos. (Lipovetsky, 2016:23), ahora no somos si no fotografiamos, si no
compartimos que hacemos o como estamos, no aparecemos en el radar, no
nos sentimos nadie.

Antes se tomaban fotografías en momentos importantes, con la familia,


amigos o momentos que queríamos recordar, Sontag nos menciona que
“Mediante las fotografías cada familia construye una crónica-retrato de sí
misma, un estuche de imágenes portátiles que rinde testimonio de la firmeza de
sus lazos. Poco importa cuáles actividades se fotografían siempre que las fotos
se hagan y aprecien.” (Sontag, 2006:23) Si vemos las fotografías que tenían en
generaciones anteriores la mayoría tiene una narración, una historia detrás,
basta preguntar de quien era la foto para saber la historia, o hay fotografías
que cuenta más la fotografía que la historia, pero con Instagram tomamos fotos
por tomar, compartimos por compartir, buscando una afirmación en el otro,
teniendo fotografías sin historia, sin narrativa.

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A partir de tener un poco más de conocimiento de diseño, reglas de
composición y teoría fotográfica, creo que el concepto de ciudadano fotográfico
debería de ser más conocido y teorizado, creo que ahora hacemos más
conscientemente el acto de tomar fotografías, para los demás queriendo
demostrar algo, o solo para obtener me gusta, y tenemos fotografías que no
nos cuentan nada, que solo son para que los demás la aprecien.

Personalmente, después de conocer el concepto de ser un ciudadano


fotográfico, y aceptar que realmente lo era, yo creo que todavía lo soy, me he
dado cuenta el daño que no solo nos hacemos entre nosotros
bombardeándonos con tantas imágenes, hemos creado personas inseguras,
más preocupadas por el tener que mostrar algo o compartir algo, hemos
formado figuras importantes entorno solo a la imagen y lo que nos dan o
muestran, pero lo más grave es el hecho de que la fotografía ha ido perdiendo
su valor como arte, hay más gente viendo Instagram o las redes sociales que
entrando a exposiciones de fotografía, me he encontrado con personas que
dan por hecho todo lo que les enseñan sus Instagramers o Influencers
favoritos, hemos creado realidades ficticias a partir de una red social.

Quiero concluir con una cita, que enmarca una de las mejores utilidades que
tiene la fotografía y que hemos tergiversado hasta como la utilizamos ahora
“Mas la necesidad humana de fotografiarse conlleva la satisfacción de
comunicarse con otros individuos, de establecer lazos de unión con las
personas que nos son afectuosamente importantes.” (MNA, 1989:13)

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Anexos
Anexo 1

Fotografía tomada en el centro histórico, por un fotógrafo de cámara patona

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Anexo 2

Fotografía tomada por Amaury Navarro, ejemplificando la apropiación de un


cuerpo o sujeto desconocido.

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Anexo 3

Serie de fotos de Irvin Tobias, ejemplificando el exceso de selfies

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Anexo 4

Capturas de pantalla de la cuenta de Instagram de Amaury Navarro,


ejemplificando el ciudadano fotográfico.

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Anexo5

Capturas de pantalla ejemplificando lo pulido.

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Anexo 6

Fotografía de los fotógrafos de cámara patona

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Primeros filtros

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Anexo 7

Filtros de Instagram.

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Bibliografía

Benjmin, Walter. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica.


Trad. Andrés E. Weikert. Itaca. México. 2003. Impreso.
Berger, John. Modos de ver. Gustavo Gili. Barcelona. 2006. Impreso
Han, Byung-Chul. La salvación de lo bello. Herder. Argentina. 2015. Digital
Lipovetsky, Gilles. Pantalla Global. Anagrama. 2009. España. Digital.
Lipovetsky, Gilles y Serroy, Jean. La estetización del mundo. 2016. Anagrama.
Digital. Barcelona.
Sontag, Susan. Sobre la fotografía. 2006. Alfaguara. México. Digital.
¡El que se mueve no sale!. 1989. Museo Nacional de Culturas Populares.
México. Impreso.
https://www.instagram.com/p/B3k5Grrhl-1/?igshid=1u8bfycxpsbdn
https://youtu.be/rKvvw2_wNts Falsa felicidad en redes sociales

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