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(*)
Abreviaturas utilizadas: ADPCP: Anuario de Derecho Penal y Ciencias
Penales ; CP : Código Penal ; CPC: Cuadernos de política criminal ; GA:
Goldtdammer’s Archiv für Strafrecht. JA: Juristische Arbeitsblätter. JuS : Juristische
Schulung; JZ : Juristen Zeitung ; NStZ: Neue Zeitschrift für Strafrecht. PJ : Revista del
Poder judicial ; StGB: Strafgesetzbuch. ZStW: Zeitschrift für die gesamte
Strafrechtswissenschaft.
1
Sobre esa desaparición, y sobre su inclusión material bajo la reparación del
daño, cfr. POZUELO PÉREZ, Las atenuantes 21.4º y 21.5º del actual Código Penal,
CPC 1998, pp. 403 ss., p. 412-414; FARALDO CABANA, Las causas de levantamiento
de la pena, 2000, pp. 315-316.
2
2
ORTS BERENGUER, en: Vives Antón (Coord.), Comentarios al Código Penal
de 1995, Volumen I, 1996, p. 210.
3
COBO DEL ROSAL/VIVES ANTÓN, Derecho Penal. Parte General, 5ª edición,
1999, p. 912.
3
4
ÁLVAREZ GARCÍA, Sobre algunos aspectos de la atenuante de reparación a
la víctima (Art. 21.5º Código Penal), CPC 1997, pp. 241 ss., p. 254.En igual sentido,
ALONSO FERNÁNDEZ, Las atenuantes de confesión de la infracción y reparación o
disminución del daño, 1999, p. 44: son "indiferentes los motivos que hayan movido al
responsable penal a la realización de tales actividades".
5
RUIZ VADILLO, en: Conde-Pumpido Ferreiro (director), Código Penal.
Doctrina y jurisprudencia, Tomo I, 1997, p. 794, sosteniendo que con la desaparición
de toda mención expresa por lo que no puede exigirse un arrepentimiento ni "menos
aún, si cabe, puede hablarse de la exigencia de que sea aquel arrepentimiento
"espontáneo""
6
BERISTAIN IPIÑA/GIMÉNEZ PERICÁS, en: Cobo del Rosal (director),
Comentarios al Código Penal, Tomo II, p. 775.
7
VALLE MUÑIZ, en: QUINTERO OLIVARES, G. (Director), Comentarios al
Código Penal, 1996, p. 212.
8
POZUELO PÉREZ, CPC 1998, p. 414-415.
4
9
QUINTANO RIPOLLES, Comentarios al Código penal, 1966, pp. 190-191. Vid.
Sobre la postura de este autor CALDERÓN SUSÍN, Arrepentimiento espontáneo
(Estudio del artículo 9.9º del Código Penal), 1990, pp. 187 ss., destacando la influencia
que las tesis de Quintano pudieron ejercer sobre la jurisprudencia.
10
CUELLO CALÓN, Derecho penal. Parte General, 1975, p. 567.
11
Expresamente, por ejemplo, COBO DEL ROSAL/VIVES ANTÓN, Derecho
Penal. Parte General, 3ª edición, 1991, p. 705: "Se trata, pues, de razones tan solo
pragmáticas, y no éticas". (Subrayados en el original).
12
ANTÓN ONECA, Derecho penal, 2ª edición, 1986, p. 380.
5
13
MIR PUIG, Derecho Penal. Parte General, 3ª edición, 1990, p. 694.
14
RODRIGUEZ DEVESA/SERRANO GÓMEZ, Derecho penal. Parte General,
18ª edición, 1995, p. 716-717.
15
COBO DEL ROSAL/VIVES ANTÓN, PG (1991), p. 705, citando a los
anteriores: "el Derecho invade ámbitos que no le son asequibles cuando aspira a
penetrar de tal modo en la intimidad".
16
BUSTOS RAMÍREZ, Manual de Derecho Penal. Parte General, 4ª edición,
1994, p. 530.
17
MUÑOZ CONDE/GARCÍA ARÁN, Derecho Penal. Parte General,4ª edición,
2000 p.554.
18
COBO DEL ROSAL/VIVES ANTÓN, PG (1999), p. 912, afirmaciones vertidas
con relación al actual texto del 21,4º, siendo por lo demás aplicables a la atenuante de
la que nos ocupamos. Así, respecto de la atenuante de reparación del actual 21.5ª,
reiteran que "es muy oportuna la supresión del pasaje de "y por impulsos de
arrepentimiento espontáneo" que aparecía en el correspondiente artículo 9.9 del
Código Penal derogado, pues con ello se evita esa idea ético-religiosa que pretende
ver en esta atenuante una especie de "acto de contricción", de "profundo pesar". En
similar sentido, entre otros, VALLE MUÑIZ, Comentarios (nota 7), p. 212 ; TAMARIT
SUMALLA, La víctima en el Derecho penal, 1998, p. 205.
6
19
ANTÓN ONECA, DP, p. 379 (si bien aducía un doble fundamento, basado el
otro aspecto en la menor culpabilidad del agente. La fundamentación de la menor
culpabilidad ha sido correctamente rechazada por la doctrina: la culpabilidad por el
hecho no puede variar por circunstancias realizadas posteriormente al mismo); MIR
PUIG, PG (1990), p. 694; COBO DEL ROSAL/VIVES ANTÓN, PG (1991), p. 705;
MUÑOZ CONDE/GARCÍA ARÁN, Derecho Penal. Parte General,1993, p. 427;
RODRIGUEZ DEVESA/SERRANO GÓMEZ, PG, p. 716
20
Vid. BAEZA AVALLONE, El arrepentimiento espontáneo, CPC nº 9, 1979, pp.
1 ss., p. 16: quien entiende que el arrepentimiento implica que "el sujeto se formula un
autorreproche en base a lo que de culpable había en su voluntad, que permitió y quiso
el actuar antijurídico y sus consecuencias, y es este autorreproche el que invalida
cualquier finalidad de prevención especial". Si bien se muestra crítico con una
comprensión moralizante del precepto en p. 26.
21
Vid. con carácter general sobre la compatibilidad de la atenuante con los
fines de la pena, DE VICENTE REMESAL, El comportamiento postdelictivo, 1985, pp.
356 ss.
22
Cfr. DE SOLA DUEÑAS, Lo subjetivo y lo objetivo en la circunstancia
atenuante de arrepentimiento, ADPCP 1971, pp. 418 ss., p. 432; en igual sentido,
RODRIGUEZ MOURULLO/CÓRDOBA RODA, Comentarios al Código Penal, Tomo I,
1972, pp. 521-522; CALDERÓN SUSÍN, Arrepentimiento espontáneo (nota 9), pp. 259-
260.
7
23
CALDERÓN SUSÍN, Arrepentimiento espontáneo (nota 9), p. 260.
24
Así, DE SOLA DUEÑAS, ADPCP 1971, p. 433, citando a Ferrer Sama.
25
DE SOLA DUEÑAS, ADPCP 1971, p. 433.
26
DE SOLA DUEÑAS, ADPCP 1971, p. 432; en igual sentido, entre otros,
MUÑOZ CONDE/GARCÍA ARÁN, PG (1993), p. 427.
8
27
Incide en ese hecho POZUELO PÉREZ, CPC 1998 (nota 1), p. 414-415,
desde una perspectiva crítica.
28
BERDUGO GÓMEZ DE LA TORRE/ARROYO ZAPATERO/GARCÍA
RIVAS/FERRÉ OLIVÉ/SERRANO PIEDECASAS, Lecciones de Derecho penal. Parte
General, 1996. Una excepción a esta línea doctrinal la constituye GARCÍA PÉREZ, La
punibilidad en el Derecho penal, 1997, p. 191, quien parte de criterios de prevención
general, concretamente desde la reafirmación de la vigencia de las normas.
29
VALLE MUÑIZ, Comentarios (nota 7), p. 211.
30
MIR PUIG, Derecho penal. Parte General, 4ª edición, 1996, 25/48.
31
QUINTERO OLIVARES/MORALES PRATS/PRATS CANUT, Curso de
Derecho penal. Parte general, 1996, p.555.
32
TAMARIT SUMALLA, La víctima en el Derecho penal (nota 18), p. 205.
33
ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1997, pp. 261, y p. 252. En igual sentido, entre
otros, ORTS BERENGUER, Comentarios (nota 2), p. 210; BERISTAIN
IPIÑA/GIMÉNEZ PERICÁS, Comentarios (nota 6), pp. 771 ss.; MUÑOZ CUESTA, en:
Muñoz Cuesta/Arroyo de las Heras/Goyena Huerta, Las circunstancias atenuantes en
el Código Penal de 1995, 1997, p. 137; ALONSO FERNÁNDEZ, Las atenuantes de
confesión de la infracción y reparación o disminución del daño (nota 4), p. 45.
9
34
ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1997, p. 253.
35
Además de los autores citados, la atenuante de reparación es vinculada a
dicha línea de pensamiento, entre otros, por SILVA SÁNCHEZ, Sobre la relevancia
jurídico-penal de la realización de actos de reparación, PJ 1997, pp. 18 ss., p. 183 ;
PÉREZ SANZBERRO, Reparación y conciliación en el sistema penal ¿Apertura de
una nueva vía ?, 1999, p. 31 ; y por ALASTUEY DOBÓN, La reparación a la víctima
en el marco de las sanciones penales, 2000, p. 5 : “En España, la relevancia de la
reparación en la medición de la pena en sentido estricto queda plasmada en la
circunstancia atenuante de reparación del art. 21.5”; BORJA JIMÉNEZ, Las
circunstancias atenuantes en el ordenamiento jurídico español, 2002, pp. 177 ss.
10
36
Además de las obras dedicadas a la “victimología”, en las cuales suele por lo
general dedicarse especial atención a la reparación, y limitándonos a la literatura
nacional, pueden citarse tres extensas obras monográficas de muy reciente
aparición que se ocupan en profundidad, si bien cada una desde diferente perspectiva,
del tema : cfr., además de las dos obras citadas en nota anterior, ROIG TORRES, La
reparación del daño causado por el delito, 2000.
37
En palabras de SILVA SÁNCHEZ, PJ 1997, p. 196: “En la base del abordaje
del problema debe hallarse, pues, la radical diferencia entre el Derecho civil, como
regulación de una relación entre partes, con vocación - en nuestro sistema -
básicamente reparatoria de la víctima actual, y el Derecho penal, como sistema con
vocación preventiva, en el que es ineludible la referencia a la colectividad o, si se
quiere, a las víctimas potenciales”.
38
ALASTUEY DOBÓN, La reparación a la víctima (nota 35), p. 23 : “no debería
existir duda alguna, a nuestro entender, de que se trata de un instituto que procede
del Derecho civil de daños” (Subrayados en el original).
11
39
ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1997, p. 260, nota 52. Citando esta misma
afirmación, considera también ALASTUEY DOBÓN, La reparación a la víctima (nota
12
35), pp. 64-65, nota 85, que ello es muestra de una concepción que otorga naturaleza
civil a la reparación.
40
“pues en estos supuestos no se da el presupuesto de la pre-existencia de un
daño causado “a la víctima””. Así, TAMARIT SUMALLA, La víctima en el Derecho
penal (nota 18), p. 209, añadiendo que ello lleva a una interpretación restrictiva que
puede ser insatisfactoria en algunos delitos, “como los relativos a la protección del
medio ambiente”. A mi entender, es precisamente en los delitos contra el medio
ambiente donde no se plantean consecuencias perjudiciales, ya que el legislador ha
previsto una circunstancia específica de atenuación en el artículo 340 CP basada en la
reparación del daño causado.
41
TAMARIT SUMALLA, La víctima en el Derecho penal (nota 18), p. 206.
13
42
TAMARIT SUMALLA, La víctima en el Derecho penal (nota 18), p. 206.
43
TAMARIT SUMALLA, La víctima en el Derecho penal (nota 18), p. 206.
44
Sobre el binomio víctima concreta/víctimas potenciales como criterio de
discusión en materia de la reparación puede verse SILVA SÁNCHEZ, PJ 1997, p. 190.
45
Cfr. SILVA SÁNCHEZ, PJ 1997, p. 194.
14
46
Sobre todos o algunos de los aspectos que a continuación se citan cfr. SILVA
SÁNCHEZ, PJ 1997, pp. 187 ss. ; DE VICENTE REMESAL, La consideración de la
víctima a través de la reparación del daño en el derecho penal español: posibilidades
actuales y perspectivas de futuro, en: Silva Sánchez (editor), Política criminal y nuevo
Derecho penal, Libro Homenaje a Claus Roxin, 1997, pp. 173 ss, p. 174 s.;
ALASTUEY DOBÓN, La reparación a la víctima (nota 35), pp. 27 ss. ; PÉREZ
SANZBERRO, Reparación y conciliación (nota 35), p. 7 ss.
15
conflicto a la víctima y que propicie una solución del mismo en relaciones “cara
a cara” desde una reparación material o simbólica y una conciliación entre
autor y víctima a partir de mecanismos propios del Derecho civil48. No obstante,
la mayoría de quienes han apostado por potenciar el protagonismo de la
víctima con la introducción de la reparación49 han partido de perspectivas
menos ingenuas50, y han partido de su integración con el sistema penal
vigente. Respecto de las formas de armonización, estando por lo demás esta
cuestión todavía en fase de elaboración crítica, parece que la propuesta que
mayor calado ha obtenido en la doctrina es la sostenida por Roxin51, quien ha
postulado una comprensión de la reparación como una “tercera vía”,
rechazando, por partir de la necesidad de su carácter voluntario como requisito
para satisfacer los fines asignados, su articulación como una pena, aflictiva por
tanto, tal y como propone otro sector doctrinal52. Así, la concepción
desarrollada por Roxin, y por otros autores anteriores y posteriores, ha sido la
que ha cristalizado en el Proyecto Alternativo de reparación de 1992. En lo que
a los fines de este trabajo interesa, debe resaltarse que en dicho Proyecto, así
como en la mayoría de la doctrina, se parte de un rechazo a la inclusión de la
reparación y satisfacción a la víctima como un fin autónomo dirigido a colmar
47
Vid. además HASSEMER, Consideraciones sobre la víctima del delito,
ADPCP 1990, pp. 241 ss.
48
Cfr. en esta línea CHRISTIE, Los límites del dolor, 1984, pp. 125 ss. ;
HULSMAN, sistema penal y seguridad ciudadana: Hacia una alternativa, 1984, pp. 120
ss., y passim.
49
Sabido es que el “pensamiento victimológico” ha dado muchos otros frutos,
tanto en el ámbito de la criminología (“victimología”) como en el de la dogmática
jurídico-penal (“víctimodogmática”), los cuales no pueden ponderarse aquí.
50
Como afirma QUERALT, Víctimas y garantías: algunos cabos sueltos, en :
Silva Sánchez (editor), Política criminal y nuevo Derecho penal, Libro Homenaje a
Claus Roxin, 1997, pp. 145 ss., p. 147, nota 8, apelando al Alternativ-Entwurf, “sin
Derecho penal no hay delito ni delincuente ; por tanto la protección de la víctima se
volatiliza. Esto se entiende, acertadamente, como una quiebra de las garantías
básicas del estado en el sentido de compromiso de protección de los más débiles”.
Una acertada crítica al abolicionismo puede verse en SILVA SÁNCHEZ, Aproximación
al Derecho penal contemporáneo, 1992, pp. 20 ss.
51
Vid. ROXIN, Zur Wiedergutmachung als einer “dritten Spur” im
Sanktionensystem, Baumann-Festschrift, pp. 243 ss. ; ROXIN, Strafrecht. Allgemeiner
Teil, 2ª edición, 1994, § 3/63 ss. Sobre esta concepción vid. ampliamente PÉREZ
SANZBERRO, Reparación y conciliación (nota 35), p. 235 ss.
52
Autores como Sessar o Schild. Cfr. sobre esta opción ALASTUEY DOBÓN,
La reparación a la víctima (nota 35), pp. 105 ss. ; PÉREZ SANZBERRO, Reparación y
conciliación (nota 35), p. 222 ss.
16
53
Esa opción ha sido defendida sólo por un sector doctrinal minoritario: cfr.
PÉREZ SANZBERRO, Reparación y conciliación (nota 35), p. 210 ss., citando a
autores como Seelmann (cuya concreción como fin específico resulta discutible, tal
como destaca la autora citada) ; y especialmente Rössner.
54
Es desde ese principio desde el que se fundamenta la integración de la
reparación en el sistema penal. Cfr. ROXIN, Baumann-Festschrift, p. 244 ; ROXIN, AT
(1994), § 3/65.
55
ROXIN, AT (1994), § 3/64. En similar sentido, incluyendo además un efecto
de intimidación en la reparación, MEYER, Zur Reform des strafrechtlichen
Sanktionensystems unter besonderer Berücksichtigung des Täter-Opfer-Ausgleichs,
Triffterer-Festschrift, 1996, pp. 629 ss., p. 632.
56
Por ejemplo, JAHN, Wiedergutmachung und Integrationsprävention: An den
Grenzen der Steuerungsfähigkeit des Strafrechts, Rechtstheorie 27 (1996), pp. 65 ss.,
pp. 67, 74, 76. Vid. también DE LA GÁNDARA VALLEJO, La reparación y su
regulación en el Código Penal, ICADE, nº 42 (1997), pp. 87 ss., p. 91 ; PÉREZ
SANZBERRO, Reparación y conciliación (nota 35), p. 309 ss. ; FARALDO CABANA,
Las causas de levantamiento de la pena (nota 1), p. 122.
17
57
Que es la única que tengo por válida de entre las diferentes versiones de la
prevención general positiva. Cfr. ALCÁCER GUIRAO, Los fines del Derecho penal.
Una aproximación desde la filosofía política, ADPCP 1998, passim.
58
Cfr, por ejemplo, PÉREZ MANZANO, Culpabilidad y prevención, Las teorías
de la prevención general positiva en la fundamentación de la imputación subjetiva y de
la pena, 1986, p. 36, quien afirma que el auge experimentado por la prevención
general positiva aparece “coherentemente con la evolución de las ciencias penales al
introducir la perspectiva de la víctima, si bien no como víctima individual y concreta,
sino como víctima potencial y difusa”. En similar sentido, VOSS, Symbolische
Gesetzgebung. Fragen zur Rationalität von Strafgesetzgebungsakten, 1989, p. 113;
MÜLLER-TUCKFELD, Integrationsprävention. Studien zu einer Theorie der
gesellschaftlichen Funktion des Strafrechts¸1997, p. 341: Desde la prevención general
positiva, “El Derecho penal no se dirige primordialmente al delincuente, sino a la ‘gente
honrada’”.
59
Al menos desde el fin de reafirmación de la vigencia de las normas y desde
el restablecimiento de la paz jurídica; otra cosa podría decirse del fin ético-social
welzeliano.
60
Esa dicotomía es puesta de manifiesto, significativamente, por LUHMANN,
Die Funktion des Rechts: Erwartungssicherung oder Verhaltenssteuerung?, en :
Luhmann, Ausdifferenzierung des Rechts. Beiträge zur Rechtssoziologie und
Rechtstheorie. 1981, pp. 73 ss.
18
61
PÉREZ MANZANO, Culpabilidad y prevención (nota 58), p. 36.
62
Vid. JAHN, Rechtstheorie 27 (1996), pp. 72, 74 ss, quien expresa esa
vinculación también desde un punto de vista socio-cultural, entendiendo que tanto la
prevención general positiva como la reparación son fenómenos propios de la actual
sociedad de riesgos, compleja y diferenciada, en la cual los procesos de organización
se han tornado “blandos”, lo que en el subsistema del Derecho penal se refleja
adoptando medidas propias de otros subsistemas como el civil.
63
Sobre ello, vid. por todos ALASTUEY DOBÓN, La reparación a la víctima
(nota 35), pp. 190 ss., aludiendo a un estudio realizado por Sessar.
19
64
Dan cuenta de ese hecho, entre otros, JAHN, Rechtstheorie 27 (1996), pp.
73 ; ALASTUEY DOBÓN, La reparación a la víctima (nota 35), p. 26 ; SCHÜNEMANN,
Die Stellung des Opfers im System der Strafrechtspflege : Ein Drei-Säulen-modell, en :
Schünemann/Dubber, Die Stellung des Opfers im Strafrechtssystem. Neue
Entwicklungen in Deutschland und in den USA, 2000, pp. 1 ss., p. 10.
65
Entre los críticos al pensamiento de la reparación en Derecho penal,
especialmente por su carácter civil, HIRSCH, Wiedergutmachung des Schadens im
Rahmen des materiellen Strafrechts, ZStW 102 (1990), pp. 534 ss.; GRACIA MARTÍN,
en: Gracia Martín/Boldova Pasamar/Alastuey Dobón, Las consecuencias jurídicas del
delito en el nuevo Código Penal español, 1996, pp. 40-51; ALASTUEY DOBÓN, La
reparación a la víctima (nota 35), pp. 248, pp. 445 ss., rechazando toda otra
incardinación que no sea la atenuación de la pena
66
HIRSCH, ZStW (102) 1990, p. 538 ; SCHÜNEMANN, Die Stellung des Opfers
(nota 64), p. 10.
67
SCHÜNEMANN, Die Stellung des Opfers (nota 64), p. 10.
68
HIRSCH, ZStW (102), 1990, p. 537; GRACIA MARTÍN, Las consecuencias
jurídicas del delito (nota 65), p. 43: “En la mayor parte de los casos, las necesidades
de resarcimiento de la víctima y el fundamento y los fines del Derecho penal no
pueden ser, a mi juicio, compatibilizados”.
20
69
SILVA SÁNCHEZ, PJ 1997, p. 192.
70
SCHÜNEMANN, Die Stellung des Opfers (nota 64), pp. 10-11 ; también
SILVA SÁNCHEZ, PJ 1997, p. 199, acentúa la “comunicación de contenido de valor”
de la norma y la sanción penal como elemento a tener en cuanta de cara a la
integración de la reparación.
71
SCHÜNEMANN, Die Stellung des Opfers (nota 64), p. 11. Vid. también
sobre los problemas que la reparación puede plantear desde el principio de igualdad,
PÉREZ SANZERRO, Reparación y conciliación (nota 35), pp. 386 ss.
72
HIRSCH, ZStW (102), 1990, p. 537. Vid. también PÉREZ SANZERRO,
Reparación y conciliación (nota 35), p. 413.
21
73
HIRSCH, ZStW (102), 1990, p. 537.
74
GRACIA MARTÍN, Las consecuencias jurídicas del delito (nota 65), p. 49 ;
SILVA SÁNCHEZ, PJ 1997, p. 199 ; SCHÜNEMANN, die Stellung des Opfers (nota
64), p. 11.
75
GRACIA MARTÍN, Las consecuencias jurídicas del delito (nota 65), p. 45.
Respecto de esta tesis, me parecen atinadas las consideraciones que respecto de lo
mantenido por Gracia Martín efectúa Silva Sánchez, afirmando la conveniencia
mantener la criminalización de esas conductas para las que, por su poca gravedad,
fuera suficiente una reparación, por razón de la carga simbólica que conlleva el
sometimiento a un proceso penal y la declaración de un injusto y de una culpabilidad
de carácter penal, la cual puede venir a satisfacer exigencias de prevención general
(positiva) que no satisfaría un procedimiento civil. Cfr. SILVA SÁNCHEZ, PJ 1997, pp.
200-201 y nota 61.
22
76
HASSEMER, Grundlinien einer personalen Rechtsgutslehre, en:
Scholler/Philipps, Jenseits der Funktionalismus, Arthur Kaufmann-Festschrift, 1989, pp.
85 ss., p. 88. Vid. también, en el marco de la discusión de la reparación, FARALDO
CABANA, Las causas de levantamiento de la pena (nota 1), p. 134 : “el delito es
siempre algo más que el perjuicio sufrido por la víctima : se trata de un mal para toda
la colectividad”.
77
Como con razón afirma SILVA SÁNCHEZ, PJ 1997, p. 190, el “Derecho penal
moderno siempre ha estado orientado a la víctima : concretamente, a la víctima
potencial, tratando precisamente que deviniera víctima actual. Y ahí debe situarse su
mayor virtud : no tanto en tratar de reparar una situación de victimización, reparación
que, en general, será imposible de alcanzar en toda su plenitud, sino tratando de
impedir la propia victimización. En otras palabras, intentando impedir que la víctima
potencial se convierta en víctima actual”.
23
78
Cfr. por ejemplo, PÉREZ SANZBERRO, Reparación y conciliación (nota 35),
p. 388 : “Lo decisivo desde el punto de vista jurídico-penal no es la efectiva
satisfacción a la víctima, ya que esto no constituye el fin inmediato de su intervención
- otra cosa bien distinta es que no deba dificultar, e incluso favorezca esa satisfacción -
, sino el logro de una respuesta con un potencial pacificador de las relaciones sociales
24
83
La expresión es de SILVA SÁNCHEZ, Aproximación (nota 50), p. 407.
26
84
En igual sentido, ya en ALCÁCER GUIRAO, La tentativa inidónea.
Fundamento de punición y configuración del injusto, 2000, p. 438.
27
85
O en virtud de otras circunstancias que aquí quedan fuera de nuestra
atención.
86
Sobre ese concepto vid. DE VICENTE REMESAL, El comportamiento
postdelictivo (nota 21), pp. 47 ss., y passim ; FARALDO CABANA, Las causas de
levantamiento de la pena (nota 1), pp. 26 ss.
87
Si bien ambas instituciones pueden englobarse dentro de los
comportamientos postdelictivos, el carácter delictivo en cada debe entenderse en
forma diferente: en el desistimiento referido al tipo de tentativa - que, evidentemente,
no deja de ser un delito -, y en la reparación del daño al tipo de consumación. Es en
este sentido en el que afirma JAKOBS, Derecho Penal. Parte General. Fundamentos
y teoría de la imputación, 1997, § 26/2, que el desistimiento es un comportamiento
posterior al hecho de carácter “especial”.
88
Vid., por ejemplo, MIR PUIG, PG (1991), p. 694, en relación con la
interpretación de la “espontaneidad” ; BUSTOS, PG (1994), p. 530 ; FARALDO
CABANA, Las causas de levantamiento de la pena (nota 1), p. 301.
28
89
En este sentido, resaltando diferencias entre ambas instituciones, BRAUNS,
Die Wiedergutmachung der Folgen der Straftat durch den Täter, 1996, p. 105. A mi
juicio, y a diferencia de las conclusiones de esta autora, las diferencias fácticas no
implican necesariamente rechazar un idéntico fundamento de la exención /disminución
de pena.
90
En similar sentido parece manifestarse FARALDO CABANA, Las causas de
levantamiento de la pena (nota 1), p. 30, a partir de una idéntica exigencia en lo
tocante a la voluntariedad.
91
Sobre esta concepción en el ámbito del desistimiento, cfr. por todos
MARTÍNEZ ESCAMILLA, El desistimiento en Derecho penal, 1994, pp. 49.
92
Vid. MARTÍNEZ ESCAMILLA, El desistimiento en Derecho penal (nota 90),
pp. 39 ss.
93
Cfr., por ejemplo, PUPPE, Der halbhertzige Rücktritt, NStZ 1984, pp. 488, p.
490.
29
94
Sobre la concepción de los fines del derecho penal que tengo por válidos, vid.
ALCÁCER GUIRAO, ADPCP 1998, poniendo de relevancia que el fin de protección de
la vigencia de las normas puede concebirse no sólo como fin en sí mismo, sino
además como medio para el fin primordial de protección de bienes jurídicos.
95
Cfr., en esta línea, SCHÜNEMANN, Die deutschprachige
Strafrechtswissenschaft nach der Strafrechrsreform im Spiegel des Leipziger
Kommentars und des Wiener Kommentars ( 2ª parte), GA 1986, pp. 293 ss., p. 324 ;
MURMANN, Versuch und Rücktritt, 1999, p. 28. Por lo demás, esta concepción puede
perfectamente englobarse en las llamadas teorías “del fin de la pena”, dentro de
quienes parten de la prevención general positiva. (Cfr. MARTÍNEZ ESCAMILLA, El
desistimiento (nota 90), pp. 54 ss.) De un punto de partida similar arranca, por
ejemplo, MUÑOZ CONDE, El desistimiento voluntario de consumar el delito, 1972, en
la medida en que sostiene que el desistimiento “elimina para el futuro” el fundamento
de punición de la tentativa (p. 39). No obstante, para Muñoz Conde ese fundamento
radica en el peligro para el bien jurídico y en la voluntad mala manifestada (p. 39). Este
es un claro ejemplo de la necesidad de distinguir lo que es el fundamento de punición
de los presupuestos de punición. El fundamento de la tentativa no pueden serlo el
peligro y la voluntad “mala”, por el hecho de que no puede ser legítimo condenar por
30
98
Esta oposición es mencionada, por ejemplo, por WEINHOLD,
Rettungsverhalten und Rettungsvorsatz beim Rücktritt vom Versuch, 1990, p. 31.
99
Ni implica que con ella se abandone el fin de protección de los bienes
jurídicos. De nuevo: la protección de la vigencia de las normas es también un medio
para la protección de los bienes jurídicos.
100
Esto es : desde la fundamentación de la innecesariedad de pena de los actos
positivos de revocación ; lo que no implica que no puedan entenderse como efectos
beneficiosos.
32
101
Cfr. ROXIN, Über den Rücktritt vom unbeendeten Versuch, Heinitz-
Festschrift, 1972, pp. 251 ss. ; SCHÜNEMANN, GA 1986, p. 324 ; MURMANN,
Versuch und Rücktritt (nota 94), p. 28.
102
Vid., por ejemplo, ALVAREZ VIZCAYA, El desistimiento idóneo fracasado,
ADPCP 1996, pp. 875 ss., p. 893.
33
103
“Ende gut, alles gut”. A favor, expresamente, de esa conclusión, PUPPE,
NStZ 1984, pp. 489, 490. En la misma línea, RUDOLPHI, Rücktritt vom beendeten
Versuch durch erfolgreiches, wenngleich nicht optimales Rettungsverhalten, NStZ
1989, pp. 508 ss., p. 512 ; BLOY, Zurechnungstrukturen des Rücktritts vom beendeten
Versuch und Mitwirkung Dritter an der Verhinderung der Tatvollendung, JuS 1987, pp.
528 ss., p. 533. En sentido crítico, JAKOBS, PG, § 26/21.
104
En esta línea, entre otros, JAKOBS, PG, § 26/21 ; HERZBERG, Problemfälle
des Rücktritts durch Verhindern der Tatvollendung¸ NWJ 1989, pp. 862 ss., pp. 865 ss.
Para un desarrollo de las tesis aquí únicamente apuntadas, me permito remitir a
ALCÁCER GUIRAO, ¿Está bien lo que bien acaba? La imputación de la evitación del
resultado en el desistimiento (obra en prensa en editorial Comares).
105
En sentido similar, HERZBERG, NWJ 1989, pp. 865 s. ; JÄGER, Der
Rücktritt als zurechenbare Gefährdungsumkehr, 1996, pp. 94 ss.
34
106
Los casos de evitación “no óptima” del resultado podrán ver atenuada la
pena en virtud de la atenuante por analogía en relación con el artículo 21. 5º CP, pero
no podrán entenderse como un desistimiento del 16.2º CP.
107
SILVA SÁNCHEZ, PJ 1997, p. 190. (Entrecomillados y subrayados en el
original).
35
108
ALASTUEY DOBÓN, La reparación a la víctima (nota 35), p. 447. En
cualquier caso, a continuación veremos en qué sentido debe considerar ese elemento
como “subjetivo” ; en similar sentido, SILVA SÁNCHEZ, PJ 1997, p. 197.
109
Así, Schöch, citado por GARCÍA PÉREZ, La punibilidad en el Derecho penal
(nota 28), p. 194, nota 193. Vid. también BRAUNS, Die Wiedergutmachung (nota 88),
pp. 215 ss.
110
ALASTUEY DOBÓN, La reparación a la víctima (nota 35), p. 447. Vid.
también DE LA GÁNDARA VALLEJO, ICADE 1997, p. 87. Ya DE VICENTE
REMESAL, Comportamiento postdelictivo (nota 21), p. 364, destacó que para
36
satisfacer los efectos de prevención general son necesarios tanto un valor de resultado
como un valor de acción.
111
GARCÍA PÉREZ, La punibilidad en el Derecho penal (nota 28), p. 193; en
igual sentido, FARALDO CABANA, Las causas de levantamiento de la pena (nota 1),
pp. 28 ss., p. 313, por las mismas razones: "el mero resarcimiento no voluntario de los
daños no aporta nada a la realización de los fines de la pena". Vid. también la
argumentación similar de PÉREZ SANZBERRO, Reparación y conciliación (nota 35),
pp. 410 y 411-412 ; y las consideraciones de ALASTUEY DOBÓN, La reparación a la
víctima (nota 35), pp. 322 s., acerca del precepto del StGB que establece una
atenuación o renuncia facultativa de pena en virtud de un actos reparación (§ 46 a),
37
114
Cfr. sobre ese término BAURMANN, El mercado de la virtud, 1998, pp. 99 y
116 ss. Vid también NOZICK, La naturaleza de la racionalidad, 1995, pp. 29 s.
115
Hace mención de ese hecho POZUELO PÉREZ, CPC 1998, p. 419.
39
116
Crítico, con razón, con la utilización de ese término por el legislador,
ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1997, p. 270.
117
Vid., por ejemplo, POZUELO PÉREZ, CPC 1998, p.434 ; MUÑOZ CUESTA,
Las circunstancias atenuantes (nota 33), p. 141.
118
Cfr. ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1997, p. 256, a partir de afirmaciones de
Calderón Susín.
119
ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1997, p. 257, estableciendo como límite para la
aplicación de la atenuante analógica el comienzo de las conclusiones definitivas. Por
su parte, ORTS BERENGUER, comentarios (nota 2), p. 211 (citado también por el
autor anterior) amplía esa posibilidad hasta el momento de dictar sentencia.
40
120
Otra opinión mantiene, en todo caso, MUÑOZ CUESTA, Las circunstancias
atenuantes (nota 33), p. 141-142, quien postula que por “celebración del acto del juicio
oral” ha de entenderse la totalidad de la fase de juicio oral : “por celebración hay que
entender la total conclusión del juicio oral, un juicio oral no estará celebrado hasta que
sus sesiones no estén acabadas” ; por ello, la conclusión de este autor es que el plazo
máximo del 21.5º CP radica en el “momento de elevar a definitivas las conclusiones
provisionales”.
121
ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1997, p. 255. Según una concepción minoritaria,
aunque con apoyo en la jurisprudencia, por comienzo del procedimiento podría
entenderse el mismo atestado policial. Vid. MUÑOZ CUESTA, Las circunstancias
atenuantes (nota 33), p. 132.
122
ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1997, p. 255
123
ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1997, p. 255. En igual sentido, MUÑOZ CUESTA,
Las circunstancias atenuantes (nota 33), p. 141 ; ALONSO FERNÁNDEZ, Las
atenuantes de confesión de la infracción y reparación o disminución del daño (nota 4),
p. 62.
41
124
FARALDO CABANA, Las causas de levantamiento de la pena (nota 1), p.
302.
42
puesto que ¿qué hace el sujeto que desiste infructuosamente sino intentar
reparar o disminuir los efectos de su anterior conducta delictiva ?”125.
En la argumentación anterior aparecen implicados distintos extremos
que conviene mencionar por separado. De una parte, debemos concretar si
pueden admitirse por reparación actos de revocación realizados en una fase
previa a la producción del resultado. Dentro de esta cuestión habrán de
distinguirse los casos en los que el resultado llega a producirse (supuestos de
“desistimiento malogrado” : aquéllos en los que el sujeto, después de haber
realizado todos los actos necesarios para consumar el delito (tentativa
acabada)126, inicia una acción de desistimiento que se demuestra infructuosa
para impedir el resultado127 -), de los supuestos de reparación tras la tentativa,
no habiéndose producido el resultado. Si en los primeros el problema es el de
si los intentos de salvación pueden considerarse, aunque infructuosos para esa
salvación, como actos de reparación, en el segundo grupo de casos la cuestión
a dilucidar es si la exigencia de producción de un “daño” que exige el actual
21.5º CP debe llevar a asumir que la atenuante sólo opera frente a delitos
consumados, casos en los que se ha producido ya la lesión de los bienes
jurídicos y, por tanto, el daño a la víctima, o si, por el contrario, es posible
incluir también, como hecho previo a la reparación, la tentativa, al considerar
que también ésta genera un “daño”, y además un daño “ocasionado a la
víctima”. A este respecto, conviene mencionar además que, a diferencia de en
la regulación anterior, la noción de disminución de los “efectos” ya no se remite
a los del “delito”, sino a los efectos del “daño”; desaparece, pues, el término
“delito”, al cual podía con cierta facilidad vincularse la tentativa, por cuanto
ésta, ciertamente, no deja de serlo.
125
MARTÍNEZ ESCAMILLA, El desistimiento en Derecho penal (nota 90), p. 82.
126
Parto de un concepto personal de tentativa acabada (puesto que es el
relevante para el desistimiento y para la imputación al dolo del resultado, y sólo para
ello tiene sentido real la distinción entre inacabada y acabada), entendida como
aquellos casos en los que el agente cree (racionalmente) que ha realizado todo lo
necesario para la consumación.
127
Vid., sobre ese concepto, MARTÍNEZ ESCAMILLA, El desistimiento en
Derecho penal (nota 90), pp. 81 ss. ; ÁLVAREZ VIZCAYA, ADPCP 1996, p. 878.
43
128
Porque si bien los casos de desistimiento malogrado podrían entenderse
como “intentos de reparación”, no todos los intentos de reparación serán casos de
desistimiento malogrado.
129
Sobre los conceptos de tentativa idónea (peligrosa ex post) y de tentativa
inidónea (peligrosa sólo desde una perspectiva ex ante) que manejo, así como los
44
132
VALLE MUÑIZ, Comentarios (nota 7), p. 211. En similar sentido, ÁLVAREZ
GARCÍA, CPC 1997, p. 259-260.
133
Vid. ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1997, p. 260, nota 52.
134
DE VICENTE REMESAL, El comportamiento postdelictivo (nota 21), p. 368.
46
135
Aunque, como destaca ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1997, p. 265, cabría la
consignación de la cantidad.
136
Partidarios de esta posibilidad, también, SILVA SÁNCHEZ, PJ 1997, pp.
197-198 ; PÉREZ SANZBERRO, Reparación y conciliación (nota 35), pp. 388-389, p.
412. Vid. asimismo, en la misma línea, BORJA JIMÉNEZ, Las circunstancias
47
140
ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1998, p. 260, nota 53.
141
ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1998, p. 261.
142
ÁLVAREZ GARCÍA, CPC 1998, p. 261.
143
Cfr. por ejemplo, PÉREZ SANZBERRO, Reparación y conciliación (nota 35),
pp. 388-389 : “son los esfuerzos por reparar o compensar lo decisivo desde el punto
de vista penal, dado su potencial pacificador de las relaciones sociales”. Ello “cierra el
paso a un tratamiento desigual por parte del infractor por las instancias judiciales
determinado por las diversas actitudes de la víctima”.
144
En la concepción amplia de la reparación que defiende el Proyecto
Alternativo tiene cabida esa posibilidad. Cfr. PÉREZ SANZBERRO, La reparación y
conciliación (nota 35), pp. 391, 413. Una opinión contraria manifiesta, por ejemplo,
49
BORJA JIMÉNEZ, Las circunstancias atenuantes (nota 35), p. 190-191, más apegado
a criterios privatistas.
145
Para el cual, en cualquier caso, siempre quedará la atenuante analógica,
como destaca entre otros FARALDO CABANA, Las causas de levantamiento de la
pena (nota 1), p. 303.
146
Vid. supra, en el epígrafe III. Recuérdese que desde el sector doctrinal que
se está criticando se negaba esa posibilidad: cfr. TAMARIT SUMALLA, La víctima en
el Derecho penal (nota 18), p. 206.
50
147
Vid. supra , epígrafe III.