La balanitis es la inflamación del glande en el hombre o, de manera menos frecuente,
del clítoris en la mujer. Si también se inflama el prepucio, se produce balanopostitis,
aunque el término balanitis se utiliza a menudo para referirse a ambos casos. Según expone a CuídatePlus Javier Romero, coordinador nacional del Grupo de Andrología de la Asociación Española de Urología (AEU), dentro de los diferentes factores de riesgo que hacen más probable la aparición de balanitis se encuentran: Diabetes mellitus.
Mala higiene genital.
Fimosis o prepucio redundante.
Exposición a irritantes.
Relaciones sexuales de riesgo.
Infecciones de transmisión sexual (ITS).
Inmunosupresión.
Cáncer de pene.
La relación entre balanitis y diabetes
La diabetes tiene una estrecha relación con la aparición de balanitis de origen infeccioso en el varón, señala Romero. La diabetes es una enfermedad sistémica en la que, debido a un déficit de insulina o a la respuesta a la misma, se produce un exceso de azúcar en sangre. También daña los pequeños nervios y vasos sanguíneos con el tiempo, además de disminuir la respuesta inmune a las infecciones (inmunosupresión). Todo esto, junto con la presencia de un exceso de azúcar tanto en sangre como en orina, da la posibilidad a ciertos microorganismos -que en condiciones normales no causarían ningún problema- de reproducirse en exceso. Este sobrecrecimiento se convierte en patológico afectando a los tejidos, causando inflamación y erupciones genitales. El ejemplo más característico es la infección producida por la levadura cándida (un hongo), que es la balanitis más frecuente en los pacientes varones con diabetes.
¿Puede aumentar el riesgo de sufrir cáncer de pene?
El cáncer de pene es poco frecuente, convirtiéndose a veces en una entidad de difícil diagnóstico. “Puede tener forma de verruga, de llaga o ser únicamente una zona enrojecida plana. Sus síntomas son variables, desde ninguno hasta dolor, picor o secreción blanquecina. Este tipo de cáncer suele evolucionar a partir de ciertas lesiones crónicas del pene que llamamos premalignas. La inflamación crónica que se genera por episodios recurrentes de balanitis puede generar estas lesiones”, puntualiza el urólogo. En general, se recomienda la biopsia de todo tejido inicialmente sospechoso o de aquellas lesiones crónicas que no respondan al tratamiento. Se estima que aproximadamente el 45 por ciento de los pacientes con carcinoma epidermoide de pene tuvieron, al menos, un episodio de balanitis.
Síntomas más evidentes de la balanitis
El urólogo enumera, a continuación, los síntomas de la balanitis: Edema y eritema (enrojecimiento) balanoprepucial. Puede acompañarse de escozor o dolor.
Secreción uretral, que a veces es maloliente.
En ocasiones aparecen llagas rojas en el glande.
Ulceraciones, aunque son infrecuentes.
Secreción acumulada en el surco balano-prepucial.
Imposibilidad de retraer el prepucio.
Disuria (dolor al orinar) y dificultad ficcional, derivados de la irritación crónica.
Estenosis (estrechez) meatal, en caso de balanitis xerótica obliterante.
Dudas más habituales
¿Cuándo acudir al especialista? El paciente tendría que acudir al médico especialista si aparece dolor o picor en el glande y/o prepucio o cuando al explorarse se observe inflamación, enrojecimiento o llagas y/o verrugas en el pene. ¿Se deben evitar las relaciones sexuales? En caso de padecer balanitis, advierte el miembro de la AEU, “los síntomas que produce (aumento de la sensibilidad, dolor y edema) pueden empeorar con las relaciones sexuales. Incluso el látex puede generar más irritación en la zona. Es recomendable llevar a cabo el tratamiento médico prescrito por el especialista y esperar a que remitan los síntomas antes de retomar la actividad sexual”. Además, es siempre necesario descartar la presencia de infecciones de transmisión sexual dada su asociación con la balanitis. Finalmente, en el caso de la candidiásica, se necesita tratar también a la pareja si también la padece; puesto que, de lo contrario, corremos el riesgo de padecer balanitis recurrentes.