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II.

- APRECIACION CRÍTICA DEL GRADUANDO

Que, como es de verse la norma constitucional señala que el Estado protege a la


familia y el matrimonio buscando el respecto a la persona y los derechos de la
familia. Para esto, requiere la realización de auténticas y eficaces políticas
familiares, con intervenciones precisas, capaces de hacer frente a las necesidades
que derivan de los derechos de la familia como tal. En ese sentido, es necesario
como requisito previo, esencial e irrenunciable, el reconocimiento, lo cual comporta
la tutela, la valoración y la promoción de la identidad de la familia, sociedad natural
fundada sobre el mismo matrimonio, también lo es que se permite la disolución del
matrimonio no obstante solo se permite por causas reguladas por ley.

Respecto a mi expediente, se advierte que la demandada solicita el divorcio por


causal de adulterio toda vez que su cónyuge ha violentado el deber de fidelidad que
es propio del matrimonio y se encuentra regulado por el Código Civil en el artículo
288, sin embargo, el demandado ha mantenido una relación extramatrimonial con
Ninochka Gisela Perea Sifuentes procreando dos hijos que nacieron en el año 2005
y 2003 respectivamente.

Que en el caso analizado estoy conforme con la sentencia de segunda instancia


que revoca la sentencia de primera instancia y por consiguiente la reforma
declarando FUNDADA la demanda en consecuencia disuelto el vínculo matrimonial;
puesto que la sentencia revocada es declarada infundada lo cierto es que esto es
en base a criterios subjetivos ya que no se puede alegar que la demandada
consintió la infidelidad por tener la misma dirección que la madre de los menores;
pues todo ello presupone que existió un hecho de infidelidad que vulnera el deber
de fidelidad que conlleva el matrimonio lo cual ha quedado suficientemente probado
con las partidas de nacimiento de los menores.

Ello conlleva que existe una causal adecuada para formular la demanda de divorcio
por causal de adulterio que se entiende como la unión sexual de hombre y mujer
casados con quien no es conyugue, es decir solo se configura con el simple acto
sexual y las partidas de nacimiento de los menores tienen la entidad suficiente para
probar esta causal. Si bien se ha cuestionado la improcedencia de esta causal
porque la demandante habría presuntamente perdonado el hecho de manera
acertada se han señalado que el hecho que la demandada resida en direcciones
colindantes no es prueba objetiva del consentimiento. Al respecto debe advertirse
que las sentencias deben ser motivadas.

Ahora bien, se cuestiona la caducidad del derecho lo cual de acuerdo al artículo 339
del Código civil, es de seis meses de conocido el hecho o cinco años de producido
el mismo no obstante tomando en cuenta la fecha de nacimiento de los hijos
extramatrimoniales: quince de setiembre del dos mil tres y cinco de marzo del dos
mil cinco por lo que al haberse interpuesto la demanda el doce de enero del año dos
mil nueve se ha efectuado dentro del plazo de acción encontrándose vigente este
hecho.

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