Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Album de Familia
f.a imayen le nosotros mismos
Armando Silva
/) ~~ ,,, 1
""''.·,, /f1
""o,;
"---
~
'-..__/
scl Lo
edrcoR1Al
UNIVERSIDAD DE MEDELLIN UNIVERSIDAD DE MEDELl.Í-N
ÁLBUM DE FAMILIA
La imagen de nosotros mismos
© Universidad de Medellín
© Armando Silva
ISBN: 978-958-8692-22-7
Editor:
Leonardo David López Escobar
Dirección electrónica: ldlopez@udem.edu.co
Universidad de Medellín. Medellín, Colombia
Cra. 87 No. 30-65. Bloque 20, piso 2.
Teléfonos: 340 52 42 - 340 53 35
Medellín - Colombia
Corrección de estilo:
Lorenza Correa Restrepo
lorenzacorrea@une.net.co
Distribución y ventas:
Universidad de Medellín
e-mail: selloeditorial@udem.edu.co
www.udem.edu.co
Cra. 87 No. 30-65
Teléfono: 340 52 42
Medellín, Colombia
Diseño de carátula:
Claudia Castrillón Álvarez
Diagramación:
Hernán D. Durango T.
hernandedurango@gmail.com
Impresión:
Xpress Estudio Gráfico y Digital S.A.
Av. Américas No. 39-53 • PBX (+57 1) 602 0808
Bogotá, Colombia i.
7 Sumario
7 Presentación
- A la edición brasileña
Agradecimientos
73 La imagen de la fotografía
-
193 Anexo B. Gráficos e histogramas
317 Bibliografía
A mi hermano William J. (q.e.p.d.),
con quien hablé durante muchos años este libro,
con la admiración y amor que le guardamos por siempre
toda su familia.
9
Presentación a fa edición 6rasifeña
Armando Silva
Bogotá, marzo 6 de 2008
Armando Silva
Noviembre de 2011
.-
en momentos culminantes de su escritura. Y no puedo terminar sin 19
agradecer a todas las familias colombianas y estadounidenses que
me prestaron sus álbumes: su generosidad y desprendimiento con
sus fotografías amadas de familia permitieron que naciera uno de los
primeros estudios sobre el tema para ayudar a delinear así un campo
promisorio en la compresión de nuestras culturas contemporáneas en
la manera de hacerse imagen visual.
Agradecimientos
1
X
r
Condiciones le(cif6um
le fotos le {amf(¡a
Cuentos de familia
Este libro trata de un sujeto: la familia; de un objeto que hace posible
mostrarla visualmente: la fotografía, y de un modo de archivar estas
imágenes: el álbum de fotografías. Podría titularse 'archivos de fotos de
familia', pero no sería acertado ni justo pues hay un cuarto aspecto que
se desprende de los anteriores y que los modifica como razón de ser: el
álbum cuenta historias. Esta vocación narrativa del álbum de fotos fa-
miliares nos orienta a enfrentar este tesoro visual también como hecho
literario, pues algo diferente va de guardar y clasificar fotos para reconocer
a alguien en cuanto a marca, a hacerlo para destacar a esa persona en
q1lidad de miembro de un grupo, juntando las imágenes para recrearse a
la vista con un relato caprichoso que se actualiza con el paso de los años.
Y si se habla de cuatro aspectos que destaco como intereses en los
1
j cuales centro este archivo visual, sería más justo decir que esos criterios
corresponden a condiciones para que exista el álbum familiar. No puede
haber álbum sin familia representada, sin foto revelada, o sin predis-
posición a algún tipo de archivo; pero tampoco lo habría sin contar o
pretender contar una historia. Quizá contar sea una condición distinta
a las otras tres, pues pertenece a una acción que supone las anteriores.
No se puede contar si no hay qué narrar (lo cual presupone la foto, el
álbum y la familia), pero una vez aparecen esas tres exigencias ya se está
22 narrando. Las cuatro condiciones nominales definen el nombre de lo
que culturalmente llamamos álbum de familia, de la siguiente manera:
2
Diccionario Manual Latino-Español, 1953, pp. 99 y 370.
Replanteo lo dicho por Benveniste en la relación Yo-Tú actualizado por Francesco Casetti (Metz:
1990) cuando nombra la mirada a la cámara diciendo: Yo (enunciador) y Él (personaje), Nosotros
(enunciado) te miramos.
Yo
Tú
(posante)
Tríada de la Yo
cámara
enunciación
Tú verbal Él
(fotógrafo) (observador) Él
Tú \
(me mostraste)
Sobre este aspecto de lo tria! de la misma cámara, se puede incluso argumentar que el mismo trí-
pode sobre el cual se asienta el aparato posee también tres patas de soporte y entonces su ejercicio
gráfico correspondería al mismo de la cámara. Sobre este fenómeno triádico de la visión, véase el
capítulo III.
para ser mirada y en esto comparte su potencial con otras artes, como la
Susan Sontag en On Photography [1977, pp. 7 y ss.]. Otras observaciones de esta autora van en el
mismo sentido de asumir la fotografía como la creadora de imágenes del mundo, como ampliadora
del mundo. Dice: Cameras began duplicating the world at that moment when the human landscape
started to undergo a vertiginous rate of chance (p. 16). Si bien ello es cierto, no lo es porque la foto du-
plique el mundo, afirmación que viene de la ingenua creencia de sentido mimético o incluso ~opista
o reproductor de la fotografía.
cional de la toma de.la foto por parte de un sujeto empírico carnal (no
virtual, del enunciado del relato), quien la ejerce desde su comienzo. Se
puede decir que corresponde al fotógrafo, pero también a quien lo reem-
plaza indefinidamente en todos los actos posteriores de visión, es decir,
el observador. O sea que en la pasión fotográfica el fotógrafo se convierte
en observador, es como si 'tú' se transformara en 'él', respecto a un 'yo' que
permanece, como posante o como fotografiado. Por lo general existen tres
metáforas sobresalientes sobre los modos como se representa al fotógrafo
y a la fotografíá, de acuerdo con varios estudios importantes: la foto en
· calidad de quien dispara, y entonces poseerá algo de criminal (Barthes) 6;
como fallus, entonces algo de sexual (Metz, Kofman, Sontag), o como acti-
y
vidad voyeur, entonces algo de mirón-exhibicionista (Bettetini, Casetti).
En el filme Rear Window, Hitchcock logra de modo magistral contar-
nos la historia de un fotógrafo inválido para evidenciarnos el uso de la
cámara no sólo como sustituto de la visión (pues también es sustituto de
la pierna inválida), que la aumenta como un telescopio y en ocasiones así
la usa el protagonista interpretado por James Stewart, sino como mirada
indiscreta7 que penetra donde está prohibido hacerlo a la visión normal,
o sea, la cámara en calidad de f allus y voyeur. Los diálogos y los pasajes
de Stewart con su novia, interpretada por Grace Kelly, a quien logra
convencer de que al frente, en uno de los apartamentos que se ofrece a
su visión, se ha cometido un crimen, no dejan duda de una conciencia
extraordinaria del valor de la fotografía como objeto perverso. Hitchock
sabe, desde la elección de su título, Rear Window, que la fotografía es la
verdadera protagonista de su filme.
A ese respecto es memorable la escena de Amy Irvine, quien representa a Anne Anderson en el filme
Anastasia, dirigido por James Goldman, Anastasia era una mujer que reclamaba ser la verdadera
Gran Duquesa de Anastasia, la única hija sobreviviente del zar de Rusia, Nicolás IL Cuando se le va
a tomar una foto para atestiguar su identidad visual, dado que ella había perdido la memoria, el "dis-
paro" de la cámara (en 1924), la remite de inmediato al pasado, cuando otros disparos de revólver
acabaron con la vida de su familia y casi con la de ella. Su memoria, por el disparo de la foto, regresa
momentáneamente, Se hace fotografía.
A propósito, con este título se tradujo la película en español: Ventana indiscreta.
A means of access or observation; an interval of time during which an activity can or must take place
and a framework enclosing a pane of glass for such an opening.
Además se podría agregar su homofonía con real (rear / real), que podría jugar una misión impor-
tante si se tratara de un análisis lacaniano.
......
(que no puede caminar) trata de penetrar la escena de enfrente por la 33
ventana. Tomar las fotos se torna una pasión fetiche que, como explica
Freud mismo [1927, pp. 2994-96], actúa "como sustituto del pene. Pero
no es el sustituto de un 'pene cualquiera sino de uno determinado y
muy particular, que tuvo suma importancia en los primeros años de la
niñez (... )". En otros términos, ese pene hubo de ser abandonado pero
precisamente el fetiche está destinado a preservarlo de la desaparición,
y seguirá en el proceso fotográfico cuando, como veremos, la foto en sí
misma como rectángulo de papel, y así lo va a entender Metz [1989], se
torna un objeto fetiche. Quizá así se explica, pensando en Rear Window,
el olvido del fotógrafo -entretenido más bien en su fiebre fetiche de ver
por la ventana- de las caricias de su hermosa novia, cuando ella busca
de modo insistente seducirlo: la sustitución de ella por su pasión por
registrar para su vista y su cámara lo que pasa al frente, interpretación
que le da uno de sus analistas, Zizek [1992, p. 91], a este filme.
Pero, lo que Hitchcock puntualiza, a mi entender, es una condición
perversa de la fotografía pues, como en toda perversión, se trata de dirigir
una energía libidinal hacia lo previamente prohibido. En la foto subsiste
un elemento perverso si admitimos que en ella nos mueve la aspiración
por registrar aquello que está más allá de lo que la visión nos ofrece.
El carácter de elisión del objeto, como lo señalan varios psicoanalistas
posteriores a Lacan, en ninguna otra parte se manifiesta más que en l,a
función del ojo. La foto nos incita, como objeto de deseo, a traspasar
las evidencias, a romper el marco de lo obvio para conseguir lo que está
detrás (como un intento por captar lo real), que corresponde, a propó-
sito, a lo que llamamos una buena foto: aquella que logra mostrarnos lo
que está detrás del objeto fotografiado. No obstante, también en la foto,
digamos espontánea, sobrevive la pasión por captar algo para el recuerdo
-memoria eternamente presente- y esta situación nos vuelve a colocar
en el comienzo: la fotografía posee una naturaleza perversa porque, por
principio, una escena hecha para el olvido, como consecuencia del na-
tural paso del tiempo, se quiere mantener en el recuerdo, para seguirla
viendo. Es como si quisiéramos construir una especie de presente eterno.
__J,,,,,,,_
Pasional en el más radical de los sentidos, lo cual uno puede com- 35
probar desde el moll)ento en que el fotógrafo se asoma a la ventana de
su cámara a mirar lo que se le pone enfrente hasta sus actos posteriores,
como guardar una foto, coleccionarla y, aún más, ponerla en un álbum
de familia. Y es aquí, en el álbum, donde la pasión se torna más selectiva
y se hace aún más un 'acto de amor', pues no toda foto merece ser colec-
cionada y tampoco las coleccionadas aseguran su conservación original,
por cuanto quedan expuestas a recortes y elaboraciones sobre su misma
superficie, propios de los modos pasionales en que los seres humanos
poseen su verdad profunda de la foto: uno mismo como mito de su misma
imagen. Pero vale la pena insistir en el acto de amor, en especial en cier-
tas fotos de familia que se inspiran más bien en un sentimiento de deseo
por mantener la imagen del otro. Pero sin duda que el acto amoroso se
puede complementar; donde demandamos 'hacer el amor', demandamos
'hacer el morir: Pues al fin y al cabo el álbum corresponde a un deseo de
familia: el deseo de sobrevivir a la muerte como especie, como apellido,
como rango, en fin, como imagen.
El otro de la foto
¿Qué anuncia el otro en la fotografía? La fotografía enseña que siempre
se pone en el lugar del otro. Se puede afirmar incluso, y sobre ello insistiré \
más adelante, que la fotografía no es más que otro 10 • El descubrimiento '
de la fotografía a mediados del siglo pasado y su evolución nos condu-
cen al hecho irreversible de que todos actuamos para otros: si el otro no
existe, yo no podría verlo, pero tampoco él podría verme. Y quizá esta
conciencia estructural en la fotografía ha hecho evolucionar los estudios
del lenguaje hacia una pragmática en la que la interlocución de la lengua
sólo se transforma en derecho a la palabra si ésta puede decir otra cosa
de lo ya dicho: debe anunciar. "Si la palabra no anuncia nada queda con-
denada a volver a decir y a conservar significaciones adquiridas (función
10
En el capítulo II sobre al álbum como archivo, y en el IV sobre relatos, volveré al problema de "el
otro en la foto" en el sentido gramatical, reservándome ahora su reflexión tan sólo como otredad
enunciativa.
.t.....
sado, nace y es heredero de la foto y del retrato pictórico con todas sus 37
consecuencias lógicas, comunicativas, técnicas y psico-culturales, pero
bordea la literatura y el teatro en su narrativa, y al arte en su visualidad,
expresá oralidad en el modo de ser relatado y acoge ciertas técnicas de
clasificación en su sentido de archivo familiar. Estas especificidades hacen
de él un objeto particular en sus relaciones con la percepción. Rompe con
las estructuras del texto verbal o artístico tradicional: genera su propia
lógica imaginaria. El álbum de familia se anuncia desde el otro lado de
la foto como tal, aislada, no como tiempo instantáneo, inevitable, que
consume el sentido de la imagen única, sino como tiempo historizado
y ritualizado, como mirada para el futuro y para unos observadores
específicos, los familiares sobrevivientes. Así, el cálculo es opuesto al
de la foto de estudio o espontánea, que se hace para ser vista de modo
aislado"y de inmediato (por supuesto, una vez revelada), pues la foto,
pre-vista para el álbum, nace, al contrario, para ser mirada después (y por
lo general) por otros seres distintos a su mismo creador original; o sea,
su destinatario corresponde más a un eventual imaginario compañero
de familia. Entonces el álbum es foto sólo a medias; la otra mitad se la
debe a quienes lo coleccionan y lo cuentan.
En el álbum de familia, quizá más que en cualquier otra forma de
exponer la fotografía, ésta deviene en rito. Y si es rito lo es para ritualizar
todo su saber, desde la toma de la foto, su pre-visión para el álbum o su
ocasional aceptación en la colección, su inclusión en uná u otra ceremo- ·
nia familiar, su colección y cuidado, hasta su observación en distintos
momentos, e incluso su transformación al cambiarlo y organizarlo en otra
forma o hasta contarlo, quienes lo relatan, en la forma que les convenga.
De esta manera es claro que la imagen de la foto del álbum es actuali-
zada por otro medio, la palabra de su relator, cada vez que es contada a
alguien. Entonces lo original de la visión del álbum es que su foto existe
para ser hablada.
Si el álbum es rito, es memoria. Pero esa memoria ha de entenderse
relacionada con el olvido, pues los acontecimientos que guarda la familia
en fotos no son todos los de su vida, sino algunos _gue pasaron el pro-
J...
~(archivo Je(cif6um
le fotOJra{ias
Sobre el número de álbumes de cada familia del estudio puede revisarse el anexo B titulado Histo-
gramas, dirigiéndose a aquellos que llevan por subtítulo "Número de álbumes que posee cada fami-
lia". Debe tenerse presente que cada ciudad se estudió en tres clases: Alta [A]; Media [B] y Popular
[C] y por tanto para observar el fenómeno en su totalidad se han hecho las proyecciones "totales"
que consultaron cada tema en cada ciudad, para obtener un total de 9 (3x3) histogramas por cada
temática estudiada.
Sobre los aspectos metodológicos y los modos como se desarrolla esta investigación, consúltese el
anexo A sobre metodología, donde doy cuenta de manera muy general de los pasos que dimos, con
el equipo que me acompañó, desde el momento en que nació la idea en la Universidad Nacional de
Colombia, en 1989, su formalización en un proyecto que financió en parte Colciencias (Instituto
Colombiano de Ciencia y Tecnología) 1992-94 y su desarrollo, hasta su redacción final en la Univer-
sidad de California, en Irvine, E U en 1995-96 y su ampliación a la comunidad colombiana en Nueva
York, como premio que me fue concedido por la misma UCI.
......
tres últimos álbumes eran de personas específicas: los nietos, o sea la tercera 41
generación. Los demás estaban todos mezclados, aunque le daban importancia
a una u otra generación. En nuestra charla quedó claro que no cambiarían el
orden dado y que el principal objetivo de la relatora principal, la madre, era
dejárselos de herencia a sus pequeños hijos, de 15, 11y7 años, respectivamente.
Su herencia de familia.
El archivo de los Mora podría entenderse así: división por generaciones,
por ceremonias y por individualidades, todo enumerado progresivamente. Los
álbumes del 1 al 4 corresponden sólo a los abuelos (hoy con cerca de 80 años) y
a su vida anterior al matrimonio y posterior, pero todavía sin hijos. La segunda
generación, que aquí llamamos padres (entre 40 y 50 años) está incluida desde
el álbum 6 hasta el 14 y cubre todos los episodios, desde cuando los padres eran
solteros, su matrimonio, sus vidas familiares y la llegada de los hijos, aquí, la
tercera generación. La clasificación responde a motivos que van desde el ma-
trimonio de los padres, el bautizo, el cumpleaños y la primera comunión hasta
las fiestas de celebración y otras. En 'álbumes de individualidades' aparecen
sólo los de la tercera generación y cada uno de los tres hijos, dos mujeres y un
varón, a cada uno de los cuales se le hizo un álbum aparte.
Así, puede verse que los Mora conciben sus álbumes como un documen-
to serio y le dan el sentido de testimonio familiar. A uno de los analistas le
confesaron su esp~cial cariño por el álbum N° 6, que precisamente marca la
llegada de los abuelos a la ciudad, provenientes de un pueblo cercano a Bogotá,
en el departamento de Boyacá. Este episodio es definitivo para lo que llaman
el progreso y la educación de sus hijos que hoy, debido a su buena situación
económica, pueden asistir a colegios privados y con el tiempo conseguirán ser,
según expresaron, "unos buenos doctores" 4 . El álbum, de este modo, no sólo
sería testimonio de familia, sino su propio árbol genealógico y "aspiracional''.
Me he permitido contar estas anécdotas debido a que en ellas encuentro casi
que un modelo de los modos como operarían los archivos de familia cuando se
asume al álbum como parte de una organización familiar, aunque ese modelo,
digamos lógico, es excepcional. No todas las familias construyen su memoria
fotográfica de manera lógica, pero se puede decir que el orden ideal es el seguido
por los Mora. Hay varios, en el otro extremo, como lo mostraré en el capítulo
iv cuando me detenga en los relatos de familia, que sólo tienen un álbum y las
Entrevista con la familia Mora en Bogotá, octubre de 199q. Sus testimonios fotográficos quedaron
en fotocopias y no en fotos originales, como se hizo posteriormente con otras familias.
Negativo eimpresión
En todos los casos en que me refiero a modos de guardar las fotos de las fa-
milias, se está bordeando una problemática que veo cada vez mas explicitada por
importantes estudiosos del pensamiento contemporáneo: la noción de archivo.
Creo que este interés renovado por el archivo y la memoria se relaciona con una
conciencia de fragilidad y efimeridad de varios aspectos de nuestra sensibilidad
contemporánea en la cual la presencia de los nuevos medios electrónicos y la
construcción de una vida urbana sin centro único (descentrada) pueden cons-
tituir dos de sus máximas expresiones. Digo los medios electrónicos, pues en
principio no dejan marca de impresión archivable, y me refiero también a vida
urbana no céntrica, fundada más en la circulación, el tránsito y la velocidad que
en lugares reseñables, lo cual afecta todos los otros tipos de archivos, así sean
los más privados e íntimos, como el mismo álbum de fotografías.
Quizá esa conciencia de máxima transitoriedad y mínimo sentido de es-
J..
pacio, deben ir parejos con el interés actual por la noción de archivo, que más 43
bien se coloca del lado de la conservación y de la asignación de sitio. El álbum
puede entenderse como un tipo muy original de archivo, sentimental cuanto
espontáneo; privado cuanto secreto e histórico, libre como ritualístico, en el
cual retratamos las pasiones familiares. Pero entonces el álbum tiene que rela-
cionarse con modos de la vida profunda, con imaginarios, con evocaciones y
retóricas en la forma como la familia y los seres humanos concebimos la vida.
O sea que el álbum tiene que deducirse no sólo en cuanto fotografía y lenguaje,
sino también desde el campo que se ocupa del sujeto humano como efecto del
inconsciente, esto es, de la sustancia misma del psicoanálisis.
A este respecto, un reciente trabajo de Jacques Derrida [1994] nos revela el
problema del archivo relacionado con la obra de Freud y el psicoanálisis y su
simbología más c:_ontemporánea. El estudio no deja dudas de su propósito: "La
teoría del psicoanálisis entonces se vuelve una teoría del archivo y no sólo una
teoría de la memoria'' 5 . Esta nueva dimensión de observar las huellas psíquicas
como modo de archivo extraño y paradójico, pero al fin y al cabo archivo, me
ha puesto en la necesidad de revisar también bajo esta modalidad el significado
que como técnica de observación muy particular tiene el álbum de fotografías.
El álbum de familia es entonces archivo, sin duda. Lo es porque guarda
imágenes (no sólo fotos), y las clasifica de manera singular y quizá única. Sobre
esto no hay objeción, sencillamente se trata de una constatación. Pero donde
encuentro la sugerencia, al leer al profesor Derrida, es en su concepto de archivo
como memoria y destrucción:
No hay archivo sin lugar de referencia. No hay archivo sin exterioridad. De esta
manera, no hay archivo sin envío a un lugar externo que asegure la posibilidad
de memorización, esta repetición misma, la lógica de repetición, en profundo,
la repetición compulsión permanece, de acuerdo con Freud, indisociable
del instinto de muerte. Y aquello dispuesto al archivo no es algo distinto a
lo expuesto a la destrucción, en verdad, aquello que es amenazado con ser
destruido introduce 'a priori' el olvido y entonces lo archiva ble en el corazón
del monumento( ... ). El archivo siempre trabaja, a priori, contra él mismo.
En Jacques Derrida "Archive Fever: a Freudian Impression", conferencia dada en junio 5 de 1994 en
Londres durante el seminario Internacional titulado: Memory: The Question of Archives. Copia de
ésta me fue facilitada por el mismo Derrida, luego de su conferencia sobre el tema en la Universidad
de California, Irvine, en mayo de 1995, en su seminario de primavera.
L..
la desaparición irreversible del referente", la muerte del sujeto fotografiado. Y es 47
esta misma la paradoja del archivo que señala Derrida en su insistente idea de
que el archivo trabaja contra sí mismo, va autocontemplando su desaparición.
La última fotografía
En varias ocasiones, durante nueve veces, se dejó constancia en las hojas
de recibo de la información de nuestros auxiliares 7 de que una vez que alguien
había muerto se quitaba esa persona temporalmente de los álbumes y sólo volvía
a aparecer cuando había pasado un tiempo prudencial para el olvido del trauma
mismo causado por la desaparición del ser querido. Aquí, de nuevo, se puede
constatar la relacióp de duelo que se traslada a la representación del muerto en el
álbum y se testimonia a la imagen, como si se tratase del mismo cadáver o parte
de él. Si bien se dijo que nunca una foto es más patética que cuando muestra a
alguien que ha muerto, lo es en especial cuando su muerte es reciente, debido
probablemente a la circunstancia de que todavía luchamos con el deseo de
mantener vivo el objeto de nuestro afecto que ha originado el estado doloroso.
La foto de la persona muerta lleva en sí misma su propia negación como
archivo, pues ya porta en sí la marca del final de una vida, por tanto, toda foto
de quien ya no vive asume el rol trágico del muerto. Se puede decir que toda
foto de una persona muerta es su última foto y que esta interrupción de la vida
real afecta su figuración en la fotografía. Existe una profunda y extraña relación
entre las fotos y los seres vivos y a lo que más le teme un ser vivo es, sin duda,
a su última fotografía. Si alguien supiera que "esta'' es su última imagen proba-
blemente transformaría su expresión. Si alguien supiera que esta es su última
foto, seguramente su rostro sería el de un muerto, o el de un medio muerto, ·
para ser más exactos.
De los 170 álbumes estudiados 8 pocos hicieron referencia a la muerte. Sólo
en ocho aparecieron cadáveres 9 • Esto significa que a la relación entre archivo y
memoria en el álbum habría que adicionarle otra variable: lo que no se archiva.
Ver conformación de equipo de trabajo en anexo A sobre metodología.
Distribuidos de la siguiente manera, como se puede ver en el apéndice sobre metodología: 50 en la
preparación del estudio, 100 que comprenden la muestra central, más 20 que obtuve de familias en
Estados Unidos. Estos 170 álbumes conforman una muestra inmensa de fotos. Las fotos de los 100
álbumes de la muestra central fueron pasadas a datos visuales y con ellas se formuló la base de datos
que aparece en cada caso como histograma.
Imágenes sexuales tampoco aparecen sino excepcionalmente en el álbum, pero este aspecto lo tra-
tamos en el capítulo IV sobre relatos, pues es la muerte la que identifica el tiempo pasado de la foto-
grafía y su estructura de archivo, más que cualquier otro impulso psíquico.
......
Como si su objeto se encontrara con lo ya pasado. Sería precisamente la diferen- 49
cia y coincidencia entre la información fotográfica de la imagen como mirada
y la información fototónica que sería la imagen como efecto físico-químico.
Situaciones de extremo padecimiento psíquico donde el aspecto químico-fisico
de un aparato, la cámara y la fotografía, se vuelve señal en la imagen que capta.
The soul is no more than the body, the body is no more than the soul [El alma no
es más que el cuerpo, el cuerpo no es má que el alma] nos enseñó Walt Whitman
El modelo posfotográfico
Esta conciencia-O.e la muerte en las fotos que integran el álbum 10 la he cons-
tatado en varios de los relatores de estos episodios familiares. Por lo general se
dicen frases como: "Esta persona (que ya no vive), era tan divina", o "mire como
se parece a ... (uno u otro familiar sobreviviente)''. Distintas expresiones que
conducen a hacer del desaparecido otra marca distinta a la de su cadáver: tal
vez en varias ocasiones se trata de una divinización del muerto. Y precisamente
este motivo del archivo, del miedo a la muerte, se relaciona con la naturaleza
de la fotografía, resaltado por varios de sus estudiosos como el signo de la
muerte por excelencia. Se trata de un encuentro entre la foto y su manera de
coleccionarla. Pero el álbum no sólo es foto, ya lo dije, y por tanto, además de
su parecido con la foto, permanece abierto a otras maneras de ser visto, como
son su relato y el archivo.
La familia Mora, de la cual hablaba, podría considerarse triunfante, y sus
diecisiete álbumes así lo muestran, todavía sin muertos en sus páginas ni en su
vida real. Los álbumes han sido hechos en el transcurso de tres generaciones,
abuelos, padres e hijos y todos vivos todavía. De los padres de los abuelos, los
bisabuelos, no hay registros y, por tanto, su vida, como archivo visual, es si-
multánea e idéntica al tiempo narrado en lo que nos mostraron. Es posible que
su álbum sea mostrado con orgullo porque todavía todos hablan sus fotos. Lo
mismo puede decirse de otros álbumes que las familias todavía guardan como
parte de la casa, de sus objetos y de sus pensamientos. Se puede pensar que en
un álbum como el de los Mora la familia está, utilizando el sentido de Heidegger,
en el hogar como en su propia casa, en un sitio ideal donde todos, al menos los
10
Se pueden constatar en el anexo 2 los histogramas "Motivo fotográfico" donde, como se ve, no apa-
rece la muerte como motivo en la muestra central del estudio (100 álbumes) y luego comparar con el
de "Objetos distintos a las fotos" en el cual se puede apreciar que en ocasiones se agregan tarjetas a
los álbumes; algunas de esas tarjetas corresponden a "tarjetas de dolor", llamadas sufragios, que sólo
por metonimia pueden dar testimonio del muerto.
11
Pongo por ejemplo la correspondencia entre Freud y su colega Wilhelm Fliess, médico y biólogo de
Berlín, Ernst Kris y Marie Bonaparte, al publicar Los orígenes del psicoanálisis, luego de la muerte
de Freud, obra que corresponde a las cartas entre los dos científicos de 1897 a 1902.
_J.._
hechas, principalmente, por medios mecánicos, o sea, que dependen de un 51
soporte distinto al mismo cuerpo humano que modifica y hace su expresión.
Quizá por esto se asocie la foto en forma reiterada con la modernidad, pues de
alguna manera se constituye en la técnica de la 'objetividad; quizá parangonando
la verdad científica medible, o también la verdad de lo que está ocurriendo, para
los medios impresos de comunicación. Pero el mundo 'pos' (pos/industrial, pos/
moderno), nos conduce a otra creación, ya no tanto espacial, como lugar, sino
en caída de tiempo, como fragmento sin espacio fijo, como flujo. Esto mismo
lo podemos observar en la evolución de la fotografía cuando pasa de la pose
estática a la captación del fragmento de segundo, posible en las actuales cámaras.
En su bello ensayo sobre la fotografía, Rudolf Arheim [1977] sostiene una
tesis esencial en la que diferencia dos fases en su desarrollo. El período en el
cual la imagen, por así decirlo, trasciende la presencia momentánea de los
objetos retratados debido a la duración de la exposición (podría ser, en sus
mejores momentos, de varios minutos con el posante aguantando la respira-
ción mientras el fotógrafo le hace la toma) y a lo voluminoso del equipo (que
impedía un desplazamiento o incluso la posibilidad de que el fotógrafo pasara
inadvertido); y la segunda fase, en la que se explota la posibilidad técnica de
captar el movimiento de una fracción de segundo. La fotografía adquiere ve-
locidad y desplazamiento. Se hace tiempo e inmediatez. Funciona al lado de la
efimeridad, de la circulación, la descentración.
Ganar la fracción del segundo, la milésima o millonésima para retratar lo
invisible, para exponer en el revelado lo que siempre fue ajeno a la mirada, como
captar el aleteo de un pájaro mientras entona su canción, desplazándose a una
velocidad mucho mayor que la 24/100 por segundo, que es la velocidad en que
ve el ojo humano (exactamente la de la visión cinematográfica), corresponde
a la temporalización de la foto, contra su cómoda espacialidad heredada del
Renacimiento y que había hecho de ella un objeto con lugar y sitio asegurado.
La foto de la primera fase, de los objetos que trascendía y elevaba a exposición,
el momento de su retratística, había encontrado un sitio doméstico que era el
álbum de familia del cual pocos se escaparon. La foto tenía lugar, y el álbum
era su hogar más seguro.
Quizá estemos al borde de un final, y es seguramente ésta la razón por la que
desde la fotografía también se anuncie la crisis y renovación de algunos de los
modelos de la modernidad, uno de los cuales sería la cámara misma, para así
13
Images can be brought into the Adobe Photoshop program by scanning a photograph, a slide or an
image; by capturing images from video; or by importing electronic artwork created with a drawing
program. You can impcrt an image document in one format and export it in another, depending on
your needs. As a result you can easily transfer Adobe Photoshop document to other applications and
computer platforms. Adobe Photoshop program, allows you to control the process through which
a photograph or slide is converted into a digitized image. Adobe Photoshop LE. User Guide. (1995).
Los subrayados son míos para resaltar su función distinta a la de la foto como copia de la cual habla-
ba Benjamin y evidenciar, a su vez, la nueva figuración fotográfica.
L.
la televisión. Esta situación se ha tornado bochornosa pues varias familias, o 55
entre amigos, empezaron a actuar deliberadamente para hacer creer a la progra-
madora de la televisión que se trataba de un vídeo espontáneo. Muy pronto, en
la corta vida de esta industria, las programadoras se dieron cuenta de ello y en
Estados Unidos, a partir del verano de 1995, abrieron una nueva sección para
los concursantes en la cual se les pedía de modo abierto que se actuara. El home
video para la televisión entra en la espectacularización definitiva. Así, la pareja
simula que está bailando pero resbala y cae; el asunto es qué tan natural logran
hacer esta simulación los concursantes. También se actúa cuando la cámara se
esconde: a esto se le llama 'cámara oculta'. Por ejemplo, escuchar al joven que se
levanta cantando y sorprenderlo grabándole sus canciones que no tenían otro
fin que el gusto por cantar en la mañana. La industria del vídeo, pues, se está
tomando los archivos de la vida familiar en una de sus dimensiones, lo cómico.
La espontaneidad cede al cálculo, la fiesta se vuelve simulacro, los familiares y
amigos se transforman en actores y el fin último no es tanto guardar, archivar,
sino buscar la caída, el lapsus, el error, cuando no el error fingido en la última
modalidad de Home Videos.
Pero más allá del vídeo como espectáculo para la televisión, también el
vídeo transforma por todos lados al álbum familiar. En un estudio paralelo a
éste que se está adelantando en Francia 15, se llega a conclusiones interesantes.
Según Odin [1997] el vídeo familiar exige estar mal hecho pues quien asiste
a su exhibición debe ser miembro de la familia, a costa de no entender nada
de lo que está sucediendo pues la narración deja grandes vacíos que se llenan
mediante el diálogo de los asistentes que "recuerdan las escenas tomadas''. Así,
el vídeo familiar -y en general el aficionado- posee más cualidades para portar
como suyo lo privado oponiéndose al "imperialismo del cine bien hecho". Estas
anotaciones son justas en uno de los aspectos del desarrollo de esta industria. En
otra dimensión, el vídeo llevado a la televisión y tramado por las programadoras
es absorbido por el espectáculo y la banalidad de su cálculo comercial.
En Bogotá ciertas familias del sector [A] nos permitieron conocer sus álbu-
mes y sus vídeos familiares. La diferencia fue notable. En la foto se vislumbraba
una visión a veces alegre, en ocasiones nostálgica, de la vida del pasado. En todo
caso se trataba de la captación de ciertos momentos clave en su ritualística, mien-
15 Me refiero al trabajo coordinado por Roger Odin sobre el vídeo aficionado dado a conocer en las
universidades Javeriana y Nacional de Bogotá (conferencia dictada en abril 18 de 1997 y charla per-
sonal con el autor en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional).
16
Sobre este aspecto, ver el anexo B, histogramas "Motivo principal del álbum" en las tres regiones
estudiadas.
17
Llamo histogramas a las proyecciones estadísticas de distintos temas fotográficos que se dan a co-
nocer en el anexo B con sus respectivos títulos. Tales proyecciones parten del análisis visual a que
sometimos la muestra central (I 50 álbumes de familia) y creemos que constituyen un aporte meto-
dológico al difícil problema de cómo trasladar la información visual de la fotografía a unas catego-
rías conceptuales.
18
En Bogotá [B] las familias creen que el motivo del álbum es la familia en un 31%, mientras el analista
encuentra que es el hijo, sobre la familia, en un 40%. También puede verse en Santa Marta [B] que la
misma familia reconoce en más del 40% que el motivo del álbum es su hijo.
J.
sus mascaradas. Por tanto, busco la comparación que se puede establecer entre 57
el posante y lo que muestra o la manera de hacerlo, para encontrarnos frente a
cuatro decisiones distintas. En todas tomo como referencia el modo como se
representa a un infante.
En la foto Nº 5 de los años treinta la madre presenta al hijo en un gesto 'os-
tensivo- causal' como diciendo: "Este es mi hijo, os lo presento''. En la siguiente
[foto N° 6], otra familia en los años cincuenta, la niña es quien presenta su
muñeca de manera 'copulativa', como diciendo: "Aquí estoy yo y mi muñeca''.
En la otra, [foto N° 7] lograda en los años setenta, otra niña se presenta en un
escenario que cada día va a atravesar más el imaginario infantil, la televisión,
como diciendo de manera adversativa: "Esta soy yo ante el televisor''. En la
última, [foto N° 8] de los años noventa, al niño se le presenta solo, de manera
'disyuntiva-exclamativa', como una torta él mismo, cual diciendo: ''.Aquí está mi
hijo, admírenlo''. Estos procedimientos: ostensivos, copulativos, adversativos y
aclamativos no son casuales y por tanto las fotos elegidas no son arbitrarias.
Más bien responden a figuraciones prototípicas.
Quizá el concepto psicoanalítico del encuadre nos ayude a expresar el as-
pecto gramatical (de conjunción) de la foto. Si bien es cierto que los pronombres
gramaticales desde donde se narra la foto nos son útiles para captar el cometido
familiar, como veremos luego, probemos ahora por la vía del encuadre. En todo
encuadre el encuadrador es parte de lo encuadrado. Al fin y al cabo, en todos
los casos, en la sesión analítica se trata de buscar la transferencia, o sea, poner
en boca del analista aquello que no logra expresar, por estar oculto o reprimi-
do, el analizante. De tal suerte que el encuadre por sí mismo nos muestra una
actitud psicológica de quien lo prepara. Los enunciados de los pronombres
personales nos permiten saber sobre la posición del fotógrafo de familia, o de
quien haga las veces de enunciador, o sea, del narrador que está afuera de la
foto pero la propone. El encuadre, por su parte, determina el sentido de la foto,
su enunciación, su enunciado en la fotografía. El analista prepara el paisaje que
va a ser visto por su analizante. Pone así el diván; arriba una pintura, quizá un
paisaje plácido del romanticismo; al frente un escritorio con las obras comple-
tas de Freud o de otro maestro de su admiración; a la espalda un mecedor de
madera que evidencie el paso de los años con el ruido del balanceo; en el techo,
seguramente, una cenefa similar a las usadas en la Viena clásica de comienzos
de siglo, y así sucesivamente. Bleger dice que el encuadre es como un 'no-Yo',
J....
De tal suerte, se puede pronosticar que la enunciación de la foto del álbum 59
evoluciona, en cuanto al modo de archivar la pose, desde un enunciado que se
identifica con lo que muestra, el ostensivo, pasando por otro copulativo en el
que se muestra al posante más un agregado, 'yo y mi muñeca', continúa en uno
adversativo, o sea 'yo, pero mi (casi adentro de) televisor' y concluye en uno
disyuntivo-admirativo en el que el que lo muestra, uno de los padres, no está
para mostrarlo, como en la ostensiva, lo cual se traduce en mostrar algo para
ser aclamado. No quiere decirse que no haya fotos actuales en las que la madre
muestre a su hijo; las hay, por supuesto, pero el enunciado, las maneras visuales
de hacer presencia, de representar al hijo, cambian.
Los anteriores pasos corresponden a la evolución de un álbum de familia
en el que dominaban los viejos, padres y abuelos, como condiciones ostensi-
vas y copulativas, hacia el álbum donde dominan los hijos, como condiciones
adversativas y admirativas. Pero el paso de la adversativa, que implica una
contradicción con lo que se muestra, 'la niña ante el televisor', a la admirati-
va, donde más bien se señala al que está en la foto, 'el niño (indicado) como
torta' sentado en la mesa, es aún más diciente, ya que el niño se objetualiza, se
separa del contexto, la familia, y se muestra como valor por sí mismo, como
trofeo, para más bien ser admirado. La familia, como representación, se va
perdiendo para actuar mejor por fuera de la foto aclamando a su heredero, su
ídolo fetiche. El álbum de familia, donde desaparece el contexto de la familia
para concentrarse en una figura admirada, mitificada, es por tanto un álbum
más egoísta y ególatra. El niño crece ahora como el nuevo héroe, el rey de la
casa (que otrora fuera el padre) al que se le da todo el escenario visual y sobre
quien la familia apuesta su futuro. Este niño es el mismo a quien por fuera del
álbum se le llena de consumos de toda especie, juguetes incontables, estímulos
electrónicos sobremedidos, asumiendo tal vez que se le debe dar de todo para
que crezca. No es claro que el niño de los años noventa tenga la palabra de la
familia, confundida en la nueva lucha de paradigmas masculinos y femeninos
de las últimas décadas, pero sí posee en alto grado la imagen de ésta. Esto se
puede apreciar en los archivos familiares de vídeo, ampliamente dominados
por los niños de los hogares.
Se hace así evidente una curiosa coincidencia entre la naturaleza del medio,
lo estático y lo pasado de la foto, frente a lo dinámico y lo futuro del vídeo, y los
motivos y los personajes preferidos. La foto vieja en la que priman los abuelos, en
oposición a la nueva foto familiar en la que dominan los niños. Los álbumes del
L..
que me genera una expresión en su quietud), en la pantalla se privilegia otra 61
cualidad, su encendido, la sensación de ser una imagen iluminada, ambien-
tada, que se reproduce casi a su antojo, que se mueve, en fin, que se puede
prender o también apagar cuando se quiera. Tal locura por supuesto, en la
nueva dimensión del vídeo casero, corresponde al mismo hecho de que cada
vez somos más fotografiados, incluso sin nuestra autorización, por las cámaras
que vigilan los edificios poderosos: "... veinte veces en promedio diario si se
vive en Nueva York" (Time, octubre, 1997). En Colombia ya se ha introducido
en cadenas hoteleras, en espacios colectivos como restaurantes y terrazas de
hoteles.
En la comunidad virtual YouTube también se está desarollando una nueva
escena familiar, en parte heredada de los locos videos, y lo que era un chiste
íntimo y familiar sale a la luz pública; lo que era un archivo privado se torna
público ( A. Silva, 2007) y de este modo se logran audiencias inconmesurables.
Basta seguir el vídeo " Doña Gloria aterrorizada en le Metrocable de Medellín''
en YouTube, en el que puede verse como la dama sufre de un repentino ataque
de histeria al hallarse en las alturas subiendo por un cable y mirando al vacio,
mientras es grabada por una cámara. Allí se puede constatar como sus mismo
hijos la incitan al miedo para gozar con el discurso delirante de la señora, que se
lanza en una berborrea obsena y delirante, que ante lo mínusculo de la amenza
real, produce risa y carcajadas en sus observadores. Su éxito fue tal que en un
mes (marzo del 2011) superó el millón de visitantes, pero a su vez, generó por el
mismo Tou Tube, composiciones como" Doña Gloria a ritmo rap", o montajes
como "Doña Gloria en las noticias" o hasta creaciones con ídolos infantiles
como " Barney en el metro de Medellín''.
Sin embargo, el uso de las redes sociales y las nuevas tecnologías con el fin
de construir y mostrar álbumes no es solo asunto de divertimento,sino que se
intensifican estos modos como nuevos archivos visuales que mantienen vivo
el impulso por producir y guardar memorias familiares, Aplicaciones como
Photo ( de Mac) ofrecen los álbumes virtuales y una opción está pinchando
"Caras" para que el programa busque y aisle los rostros que haya en todo el
archivo pasado de la cámara al computador, así se guarden en distintos mo-
mentos pues el mismo programa los va clasifciando por fechas. Otra novedad
de "Caras" es que una vez se le asigna un nombre a cualquier rostro el mismo
programa identifica todos los que sean similares y los mete en un archivo para
que el usuario los compruebe. En este caso el mismo computador "hace el
_L
observa que el 100% fueron llenados con fotos a color o mixtas y ninguno en 63
blanco y negro. Respecto al tamaño, según el histograma "Tamaño", se puede
constatar que el 60% es de 9 x 12 cm, tamaño que en general parece ser el que
se estandariza como consecuencia de la comercialización masiva de las fotos
por las nuevas industrias que ya operan en Colombia. Con relación al número
de páginas, según el cuadro con el mismo título, se puede apreciar que la gran
mayoría está entre 10 y 18 y, por lo general, terminan la historia visual, pues
sólo un 16% deja alguna hoja libre.
En cuanto a los objetos que se agregan a las fotos, en Medellín se pueden
ver los histogramas con la misma denominación. Van desde las huellas de los
niños hasta el papel de navidad, los documentos de las clínicas donde nacen y los
distintos escritos y mensajes. En el sector [A] sobresalen las tarjetas, las postales
y recortes de revistas, los exámenes médicos, las ecografías, las calcomanías,
las facturas y los registros civiles. En el sector [B] se destacan especialmente
tarjetas, recortes de periódicos y rosas disecadas. Al parecer, en este concepto
el sector [A] se muestra más ostentoso y exhibicionista.
En el sector [B] y [A] de Medellín, casi un 50% de las fotos son hechas en
blanco y negro y las demás son mixtas y a color, lo cual permite ver que entre
más alta es la clase social, más posee fotos antiguas, anteriores a los años cin-
cuenta, en general hechas en blanco y negro o en sepia. Sólo el abaratamiento
de las fotos y su popularización ha permitido que en los últimos años, después
de los ochenta, los sectores populares se tornen consumidores de fotografías.
El número de hojas del [B] se encuentra entre 10 y 46 y en el [A], según se
desprende del histograma "Hojas que componen el álbum': se dividen todos los
estudiados con exactitud entre 8 y 45 páginas, pero sobresalen los de 18, lo que
quiere decir que por este lado no se encontró una convención tan rígida. Las
hojas libres en el [B] son cero, lo que marca una tendencia a concluir la historia.
Y en el [A] cerca del 70% también llenó sus hojas hasta el final.
Se puede comprobar que en Medellín [C] los álbumes son más pequeños
y más estandarizados. La gran mayoría son de diez hojas y casi todos, un 80%,
están llenos hasta la última página, en una actitud similar al [B]. De igual manera
el tamaño de 9 x 12 domina todo el muestrario.
En Santa Marta [A] los objetos que más aparecen son recortes de periódi-
co, tarjetas, muestras de cabello, estampas de santos y pergaminos. En el [B]
recortes de periódico, recordatorios, plantas y tarjetas de distintos usos y en
Pedazos de cuerpo
El sexo, al igual que la palabra, significa por definición la demanda del otro.
En su bello texto sobre la percepción, Merleau-Ponty [1975, pp. 191 y sig.] pone
el énfasis necesario: "Un enfermo ya no busca por sí mismo el acto sexual.
Imágenes, conversaciones sexuales( ... ) no hacen surgir en él deseo ninguno''.
En realidad se trata de un impotente. La percepción ha perdido su estru~tura
erótica. Así, en el caso de Schneider, el paciente impotente, su cuerpo "no está
en lo que hace''. Más adelante nos ubica el siguiente caso: "Una chica a quien su
madre le prohíbe ver al muchacho al que ella quiere pierde el sueño, el apetito y
finalmente el uso de la palabra''. Estamos ante el síntoma de la afonía. Lo que se
ha fijado en la boca no es sólo la existencia sexual, sino de manera más general,
"las relaciones con el otro de las que las palabras son el vehículo''. Aquellos dos
síntomas, en el impotente y en la afónica, describen con sabiduría la función
del cuerpo en cuanto búsqueda y demanda del otro: en el impotente porque
deja de estar en su cuerpo y en la afónica porque la voz de la madre le evoca
el trauma infantil; se trata de pedazos de cuerpo con los cuales percibimos, o
L.
dejamos de hacerlo. Es el cuerpo en su unidad lo que nos permite distinguir la 65
percepción de un aquí y un ahora.
Pero es quizá en los escritos de Lacan sobre el cuerpo [1977, p. 19] donde
se introduce con mayor y más gráfica evidencia el sentido de residuo y falta, lo
cual puede ayudarnos a entender los modos de fraccionamiento corporal. Como
fundamento en la construcción imaginaria de la percepción de uno mismo y del
otro como hecho social: "El cuerpo, si se le toma en serio, constituye en primer
lugar todo lo que puede llevar la marca apropiada para ordenarlo en una serie
de significantes''. El cuerpo, en otras palabras, no sólo es carne. El cuerpo, se
puede decir la imagen del cuerpo, es lo que sustenta el sentido. Para los analistas
es también el lugar del goce.
¿Cuáles residuos? Según Lacan, quien se autodenomina el descubridor de
la 'petite a'21 , la cual nace como reemplazo de la noción de duelo de Freud, "ese
otro desaparecido y de quien hago duelo" es, pues, lo que va a llamar 'pequeña
a' (objeto a). Cuando Freud decía que el sujeto hace duelo del objeto perdido,
"no decía de la persona perdida, dice el objeto perdido'' (residuo). ¿Quién es la
persona amada? "La persona amada, a la cual Freud se refiere en su texto sobre
el duelo [1908], viene a ser ahora una de tres opciones: la imagen que yo amo
de mí mismo; un cuerpo que prolonga el mío; es un rasgo de otros que me
identifica" como lo sintetiza Nasio [1988, p. 34]. En las tres respuestas la primera
es una respuesta real, la segunda, simbólica, y la tercera, imaginaria. El objeto a
no sería homogéneo sino, al contrario, heterogéneo, pues posee una naturaleza
distinta a aquella simbólica propia del sistema. Lo simbólico significa que los
elementos están encadenados, regidos por leyes lógicas del lenguaje. Pero el
objeto a escapa a la lógica, se resiste a toda marca de inscripción simbólica. La
mejor representación de un residuo en un ser hablante y sexuado será entonces
lo que pierde el cuerpo. Lo primero que pierde es la placenta, luego las heces,
posteriormente el seno (en su destete) y por este camino vendrán la mirada y la
voz, serie que constituye las cinco especies de residuos, de pérdidas, que plantea
la teoría psicoanalítica. Objetos y fragmentos que volveremos a reencontrar
21
La letra "a" fue propuesta por Jacques Lacan como la inicial de la palabra francesa Autre, que signi-
fica otro. Así, según su concepción psicoanalítica, uno entra en el otro, (autre) a través del lenguaje.
La cultura (representada en la función simbólica o, mejor, en el nombre del padre) permea a toda
criatura humana en cuanto se habla, y en el lenguaje (orden simbólico) hace que el otro entre en mí
desde mi nacimiento y me modele como humano. Pero hay algo que se resiste a pasar, algo real queda
en mí, en cada ser humano, que no se puede simbolizar que no pasa a Otro (autre) y eso se representa
con la letra a, así en minúscula. También la letra a es la primera del alfabeto y ello permite ponerla
como la letra que inicia el proceso significante (del lenguaje y la cultura).
l.
En los siguientes períodos aumentan los objetos. En el segundo (de los años 67
cincuenta hasta comienzos de los ochenta) ya aparecen rasgos más emotivos,
colecciones de estampillas [foto N° 12], recortes de periódicos en los cuales se
cuentan historias [foto N° 13], así en la primera se muestra el gesto triunfante
de un conocido comerciante que desarrolla una actividad muy peligrosa en
Colombia, la explotación de las minas de esmeraldas, y en la siguiente [foto N°
14] se anuncia su muerte a consecuencia de un accidente aéreo. En la foto N°
15, por su parte, pueden verse residuos de mensajes de la primera comunión
de una niña, donde se hace referencia a "un encuentro con el señor (Dios)" el
primer día de uso de razón.
En el tercer período (de los ochenta al presente) los objetos aumentan, de
la misma manera que se dispara el consumismo de bienes en la economía in-
ternacional y prácticamente el cuerpo se descuartiza. En la foto N° 16 aparecen
huellas de pies de un recién nacido, acto que hemos encontrado de manera
reiterada en los últimos años. Casi se puede decir que, al menos en Colombia,
marcar los pies se vuelve una especie de nuevo registro social de nacimiento,
de entrada al álbum. En la foto N° 17 vemos un pedazo de cabello, fragmento
corporal que corresponde al primero que le cortan al niño, aludiendo a un
primer tipo de castración simbólica, que se constituye en el primer residuo
que va a parar al álbum de fotografías. Representa un emblema de su primera
pérdida y en ocasiones lo acompañan trozos de uñas y el mismo ombligo 23 . La
foto N° 18 es interesante porque la misma protagonista del álbum cuenta su
historia de amor en la página que reproduzco, pero no de izquierda a derecha,
como se lee en Occidente, sino de manera quebrada, pues las imágenes de abajo
corresponden a su época de juventud, las de arriba a su edad adulta, y las de la
parte superior derecha a su vida actual, enamorada del joven que la acompaña.
La narración de su miniepisodio termina con un mechón de pelo que le ofrece
a su enamorado, en forma de compromiso corporal. Al fin y al cabo, hablando
materialmente, amar es entregar a otro un pedazo de nuestro cuerpo.
La costumbre de agregar objetos ha aumentado y las familias de la década
de los ochenta recurrieron mucho a ello, como puede verse en la foto N° 19, en
la que la madre hace una composición con los mensajes que le enviaron con
23
La costumbre de guardar el ombligo del recién nacido jugó una mala pasada a una de las analistas
de mi equipo, quien lo perdió por un día hasta que, buscándolo desesperada por todos los rincones,
lo encontró finalmente detrás de un asiento, en una bolsita de plástico que le había sido anexada a su
foto de nacimiento.
24
Nota de uno de los analistas en el formulario N° 38 de Bogotá.
l
Álbum de familia: Ja imagen de nosotros mismos
de tijera, descabezamientos o disfraces, corre parejo con la construcción de la 71
percepción del cuerpo y de sus evocaciones. Es parte de la identidad de la tribu.
O sea que, así como el cuerpo se somete a un régimen de percepción donde él
mismo es espacio, donde se supone un aquí y un ahora, también la percepción
del álbum es la de un cuerpo que se representa en distintas funciones de la vida
en sociedad o privada y, a su vez, en trozos de él, o sea pies, manos, uñas, y así
sucesivamente. Empero, también el álbum es el lugar, podríamos decir, el cuerpo,
donde la familia re-escribe íntimas pasiones que se relacionan, en la mayoría de
los casos, con actos intrascedentes (infantiles) o con lo que podría llamarse la
comedia familiar. Digo comedia porque en el álbum se excluye, por principio
visual, la tragedia. Es paradójico que si bien la foto es el signo más evidente y
constatable de la muerte, el álbum como paradigma general se escapa e insiste
en que su misión no es trágica sino amistosa, y hasta risible (cuando se vuelve
vídeo), pasatiempo intrascedente. Motivos, entonces, habrá.
Desde Aristóteles se afirma que la comedia trata de algunos vicios que caen
bajo el dominio de lo risible: "Lo risible es un defecto y una fealdad sin dolor ni
daño; así por ejemplo, la máscara cómica es fea y deforme, pero sin expresión
de dolor", mientras que la tragedia, junto con la epopeya, a la que se le identifica
como género, se refiere a seres de elevado valor moral o psíquico, "mueve a la
compasión y temor y obra en el espectador la purificación propia de estos estados
emotivos" [Aristóteles, p. 36]. Esta es la razón por la que, al realizar la comedia,
los poetas griegos daban nombres propios a sus personajes para hacerla verosímil
y fácil, mientras en la tragedia se apoyaban en su onomástica, más en nombres
de personajes para hacerla más grandiosa. Varias veces me he preguntado sobre
la forma banalizada como se ve el álbum, bien sea por parte de la familia que
lo hace o de quien lo mira o en el desinterés mismo que despierta su estudio 25 ,
y quizá parte de la respuesta esté en esta referencia aristotélica, al tomarse el
álbum como una simple comedia, con nombres propios y con representaciones
visuales que sólo aspiran a contribuir a un pasatiempo familiar.
La parte trágica de la vida, como la representación de la muerte o la en-
fermedad, o escenas más reveladoras como representaciones sexuales, por lo
general salen de la visión del álbum. No obstante, lo que sigue siendo emocio-
25
Para responder a esta inquietud sobre la materia misma del álbum se plantearon varios grupos de
preguntas dentro del cuestionario y hubo instrucciones a los analistas para que recogieran en su
observación directa de los álbumes respuestas dirigidas en tal sentido. De igual manera, se trabajó
en las copias de nuestro archivo de álbumes en la observación del conjunto. Véase apéndice de me-
todología.
L
Retrato hablado
Ver nuestra imagen es el principio de una relación de identidad, al menos
como la más consolidada metáfora visual de uno mismo. Se nace en un lugar,
se tienen padres, abuelos, hermanos o hermanas, tíos, además de otros fami-
liares. Luego, también llegan amigos, se trabaja, se estudia, se vive; en fin, se
viaja, se enamora, quizá se une con otro u otros seres y se repite todo el proceso
de procreación e identidad con nuevos hijos a quienes se comienza por dar
un nuevo nombre. Dar un nombre al hijo(a) es evidentemente la forma más
simple, más literal y más obvia de todos los símbolos de identidad. El nombre
del hijo reemplaza a un cuerpo que podría ser la más palpable materia sobre la
cual se hace una identificación, además de convertirse en su imagen visual. El
nombre del hijo asume la retórica de un cuerpo que recién nace y, en adelante,
en cuanto persona, será evocado socialmente con las letras de su nombre, las
marcas de su apellido y el contorno de su rostro.
El antropólogo Isaacs [1989, p. 40] lo destaca así: "Él o ella ya es un producto
de la historia y de los orígenes, de los cuales, por haber nacido en esta familia, en
este lugar, en este momento, se vuelve heredero( a). Automáticamente adquiere
la religión de la familia y de su grupo y se vuelve un reconocido poseedor de
la nacionalidad o se afilia a la condición nacional, regional o tribal de su gente
(... )Éstos son los ídolos de todas nuestras tribus': La vida de un ser humano se
mueve entre tales grupos primarios, como la familia, y los otros secundarios,
como el Estado, el trabajo y similares. Pero en todos se cumplen procesos rituales
que marcan las diferencias de un estado a otro. El nacimiento, la circuncisión, el
matrimonio, el sexo o la muerte serán estados registrables en ceremonias socia -
les, pero también algunos de esos ritos merecerán ser registrados en fotografía.
r
1
74 Decimos que el álbum de familia está narrado con fotos, si bien no exclusi-
vamente con éstas, pues ya vimos que las suelen acompañar otras cosas que, la
mayoría de las veces, cumplen funciones rituales dentro del reconocimiento de
los miembros de la familia. Parece oportuno entender cómo la foto representa
una imagen, cuáles son sus cualidades y por qué razones o impulsos va a ser la
seleccionada para darnos una identidad visual, prácticamente desde el origen de
este medio fabuloso. Primero tenemos que al retrato pictórico lo reemplazará la
foto; luego, de nuevo, al colocarse la foto como parte de los archivos oficiales de
las naciones y después, con el desarrollo del álbum como objeto depositario de
las fotos en los años intermedios del siglo pasado, aparecerá una clara relación
de identidad entre la foto de una persona y su familia. Que aparezca la foto de
alguien en el álbum significaba ser tratado 'familiarmente: En efecto, para em-
pezar a deshacer esta madeja de identidad entre foto y persona, el historiador
italiano Carla Ginsburg [1983] destaca en sus estudios sobre indicios la segura
relación existente entre la huella dactilar y la foto. Nos ubica en la India, donde
existía la costumbre de estampar sobre cartas y documentos la yema de un dedo
untado de pez o de tinta, lo cual tenía probablemente carácter adivinatorio y
era reconocido como factor de identidad. En 1860 el señor William Herschel,
administrador en jefe del Distrito de Hohgly, en Bengala, se percató de esta
costumbre difundida entre las poblaciones locales, apreció su utilidad y pensó
servirse de ella para el mejor funcionamiento de la administración británica en
esa colonia. Por entonces se sentía gran necesidad de encontrar un instrumento
de identificación eficaz, no solamente en la India, sino en todas las colonias bri-
tánicas, pues "los indígenas eran analfabetos, pleiteadores, astutos, embusteros
y, a los ojos de los europeos, todos iguales entre sí" (p. 159-162). De esta manera
nace la huella como factor de distinción entre seres humanos, y para destacar
que no todos somos iguales.
El otro paso se dio en París en 1879 cuando en la prefectura de Alphonse
Baertillon se elaboró "un archivo fotográfico o para identificar criminales", pero
entonces aparecieron las preguntas técnicas y lógicas necesarias: ¿cómo aislar
elementos discretos (tal como los producidos por el alfabeto, base del lenguaje
oral y escrito) en un continuo (sin sílabas) de imagen? Se propuso complementar
el retrato con una descripción hablada, que viene a ser como una descripción
analítica de las unidades discretas, tipo de nariz, ojos, orejas, altura del sospecho-
so, tipo racial, etcétera. En ambos casos, el de la huella que identifica una señal
biológica y que se refiere a una mano (la de la persona que puso su huella), y el
L
de la foto que, complementada con lo que se habla de ella, dice de un criminal 75
(pero también de un cuerpo, de un rostro), se trata de modelos de indicios 1.
La marca digital pasa a ser el rastro seguro de una persona dentro de muchos
indicios iguales; la foto de un rostro nos indica, para comenzar, la verdad bus-
cada de un criminal. Esta foto hablada sigue siendo hoy un documento valioso
para identificar criminales por medio de testigos que los 'vieron' cometiendo
un delito, como puede apreciarse en las cámaras de televisión de varios países,
entre ellos, Estados Unidos y Colombia. También se sigue usando la foto como
factor principal de identificación en pasaportes, cédulas, carnés y otros docu-
mentos públicos. Ello, por lo demás, según ciertos criterios de 'habla, como por
ejemplo, las advertencias que se colocan en el permiso de residencia en Francia
para que uno se comporte 'serio' ante la cámara al solicitar la identificación
como extranjero o estudiante; al contrario, precisamente, de otra advertencia
de 'habla: esta vez en California, Estados Unidos, cuando se le exige a quien
quiere obtener su licencia de conducción 2 sonreír ante el fotógrafo oficial. Esas
dos maneras de hacer hablar las fotos, (quedarse serio en Francia o sonreír en
Estados Unidos) exponen, sin duda, una clara manera de representarse estas dos
naciones. En el caso de California, se trata de presentar un ambiente feliz y dis-
tensionado en las nuevas posciudades tipo Irvine, donde la amabilidad y la son-
risa se han convertido en constataciones de las buenas intenciones ciudadanas
[Silva, 1997].
La foto, pues, es también un índice, como la marca del dedo en que se im-
prime la huella para identificarnos. Índice del representado, pero también de
quien produjo la representación. Se puede decir que el dedo no soy yo, pero
me conecta por alguna razón conmigo, con mi persona y mi personalidad
hasta producirse la exacta metonimia: el dedo soy yo. Al revés también es
válido. La foto no soy yo, ni siquiera es mi dedo índice, pero al igual que este
último, como una flecha que marca una dirección, me indica, me señala, me
da cuerpo simbólico. Así, para entender la foto hay que entender la huella, y
la vía más expedita, por el momento, para captar los juegos de representación
puede ser la lógica del filósofo norteamericano Charles S. Peirce, quien con-
tinúa una larga historia de los estudios del signo y del símbolo iniciada, en su
El modelo indicia! descrito va a ser la base hermenéutica del psicoanálisis freudiano, bajo la forma
del estudio de los síntomas, que siempre serán indicio de una verdad más profunda que se oculta en
lo inconsciente.
Esta doble experiencia con la foto como identificación de 'serio' o 'sonriente' la ha tenido quien es-
cribe este libro durante su estancia de estudios doctorales en estos dos países.
La imagen de fa fotografía
76 sentido trial, desde la tradición estoica, y continuada por San Agustín en el
Medioevo.
Esta tradición triádica del signo se opone a la expresión dualista de
significante y significado, expuesta con tanta resonancia en la época moderna
por Saussure, pero hoy revisada en todos sus ángulos desde varias exigencias,
en especial por la semiótica de Peirce y las modalidades actanciales de Greimás.
El mismo filósofo americano aborda la relación entre el signo y su señal manual
de la siguiente manera: "Si yo indico con el dedo un objeto para distinguirlo, no
existe ninguna semejanza entre mi dedo y el objeto, pero imito el efecto de una
fuerza de atracción aplicada al dedo que de manera natural lleva el pensamiento
de la persona a la que me dirijo hacia el objeto indicado" [MS 213]3. Y para
seguir con la relación que establecimos antes entre el dedo y la foto, examine-
mos otra cita peirceana ahora en relación con la fotografía: "Sabemos que en
ciertos aspectos (las fotos) se parecen exactamente a los objetos que represen-
tan. Pero esta semejanza se refiere a las fotografías que han sido producidas en
circunstancias en que se fuerzan a corresponder enteramente a la naturaleza.
Desde este punto de vista, pertenecen a la segunda clase de signos: los signos
por conexión física'' [2.281]. Dubois [1986], quien conoce la anterior cita, afirma
que se ha superado así, con Peirce, la concepción primitiva y deslumbradora de
la foto como mímesis, haciendo saltar ese verdadero obstáculo epistemológico
de la semejanza entre la imagen y su referente. Pero ello se ha debido a que en
Peirce no sólo se toma el mensaje como tal, lo que uno ve, sino como "el modo
de producción mismo del signo" (p. 178). Sin embargo, habría que entender
mejor cómo se produce el signo de una imagen y luego sí volver a encontrarnos
con las huellas del signo fotográfico.
La visibilidad moderna
El estudio de la imagen no siempre ha estado asociado a lo visual, aunque
parezca paradójico, y quizá por esto mismo la confusión de entender el índice
como icono, hasta el punto de que el estudio de las imágenes es entendido
como iconología, palabra que viene del griego eikon (imagen, similitud) y que
Peirce, Charles, Writings of Charles Peirce. A Chronological Edition. V. 3 (1872-1878) Indiana Uni-
versity Press. "On representation". A partir de ahora cito a Peirce, como ya es costumbre entre sus
estudiosos, en mayúsculas y con las iniciales del texto: Manuscritos (MS) y luego el número de pá-
gina. Si son sus Collected Papers (CP) entonces se colocará primero el volumen y luego el parágrafo
citado.
La imagen de la fotografía
78 veremos en seguida y que va a ser recuperada por la lógica contemporánea, en
el Renacimiento se sigue actuando bajo la presunción de una 'voz' divina que
guía la representación visual. Su visión es la de un ser omnipresente que se hace
r
ver en la pintura. Lo anterior plantea problemas de tipo religioso, por supuesto,
relacionados con el tipo de medios figurativos que usa la iglesia católica para
mostrarse, o el porqué se recurre a la pintura y no a la fotografía para figurar el
rostro imaginado de un santo, por ejemplo; pero toca también aspectos centrales
de la problemática de la representación y nos remite sobre todo al interrogante
principal: qué es eso que llamamos visualidad.
La cuestión de la visualidad de la imagen pasa a ser un problema más con-
temporáneo que antiguo. A finales del siglo XX no existe todavía un campo que
se dedique a su estudio como disciplina convergente; aún se aborda desde las
disciplinas que por una u otra razón contemplan alguna parte de su problemá-
tica. Como hecho cultural y artístico se puede decir que han sido campos como
el de la lingüística, pero muy en especial la semiótica y la filosofía del lenguaje
y quizá el psicoanálisis y la antropología simbólica, los que han tomado como
suya la reflexión sistemática sobre la valoración del conocimiento y de la este-
ticidad de la imagen. En este aspecto, en las notas que siguen en este capítulo,
me propongo tan sólo adelantar algunas ideas que me puedan ser útiles para
entender el problema visual de la fotografía y de esta puesta en álbum, como
parte de un conjunto para ser narrado y no sólo visto. Me interesa plantear de
qué manera la fotografía se convierte ella misma en uno de los pilares centrales
de una reflexión moderna de la imagen, probablemente como lo fue la pintura en
el Renacimiento, alrededor de algunas problemáticas que le son propias: lo rela-
tivo al campo de visión, la democratización de sus observadores, la masificación
de la visión, el tiempo moderno de la narración, la lógica trial de su enuncia-
do y su misma condición de mecanicidad en el proceso de generación de su
imagen.
La democratización de la imagen en su camino hacia la modernidad se da al
mismo tiempo que la de la literatura. Por lo tanto, no se puede oponer la civiliza -
ción de la imagen a la de la escritura. "El siglo XVIII conoce cambios profundos
y simultáneos: la literatura se convierte en arma del pensamiento humano, la
filosofía descubre el contrato social, al tiempo que la imprenta permite por fin
una distribución masiva y poco onerosa del texto y la imagen" [Thibault-Lauran,
p. 18]. Años después del nacimiento de la imprenta, que permite la divulgación
masiva de la literatura y la imagen, aparece el daguerrotipo y con él la fotografía.
l
Entonces ya estamos en la revolución y democratización abierta de la imagen, 79
y sobre todo en los inicios de modernidad visual. El invento se describe así:
La imagen de la fotografía
80 sobre el campo, ya que su producción técnica así lo permite. La fotografía se-
ría el caso final en que los dos coinciden: "Hay una homología entre campo y
cuadro; el campo de la foto es el que se inscribe en el cuadro del visor, que se
r
convertirá a su vez en el cuadro de la foto''. Así el campo será familiar al refe-
rente, en el sentido de la lingüística moderna, mientras que el cuadro actuará
del lado del significante; "el fuera del campo será el espacio no representado"
(p. 22). Pero el cuadro, como límite de la visión, no siempre existió y más bien
se fue concibiendo lentamente. Una de las más sugestivas tesis lo relaciona con
la muralla. "No fue sino al final del segundo milenio antes de Jesucristo cuando
se pensó en aislar la imagen mediante un marco continuo, cercado similar al
de la muralla de la ciudad': como lo explica Meyer Shapiro [en Gauthier, p. 36].
Por tanto, podría existir una enigmática relación entre arquitectura e imagen
"totalmente plausible cuando sabemos el papel que la ciudad amurallada ha
desempeñado en el imaginario occidental''. Así, la muralla daría el recorte al
campo, y la ventana, la organización de lo que se exhibe. Entonces el cuadro de
la imagen podría tener su remoto origen en la ciudad, si bien hoy su función
sería exactamente la opuesta: las fotos enmarcan la ciudad, la muestran como
trozo, como vista seleccionada, como cuadro más exactamente.
De este modo podría destacarse una relación de continuidad entre expre-
siones como ciudad, pintura, literatura y fotografía en la modernidad. Lo uno
no se puede explicar sin lo otro. La narración realista de la literatura, como la de
la pintura y luego la de la foto, corresponden a mecanismos sociales similares.
Por ejemplo, la foto hereda de la pintura de los siglos XVIII y XIX su capacidad
para hacer retratos y al mismo tiempo la literatura es influenciada por la ciudad
para salirse de las quejas y exaltaciones románticas y entrar más a la recreación
de la ciudad industrial, con sus contradicciones sociales, pobreza, desperdicios
y demás. La foto, de otro lado, pasa sin duda a ser en especial un fenómeno ur-
bano, si uno entiende sus usos calculados para producir efectos de ciudadanía:
registros de identidad, archivos de rostros para la policía, foto en periódicos y en
medios audiovisuales, fotos familiares, pornografía, ceremonias, álbumes y otras
ritualísticas. Difícilmente hoy puede existir un ser humano en cualquier parte del
globo que no haya experimentado ver reflejado su rostro en una fotografía. Todo
ello, en fin, crea una mitología y una ritualidad urbanas propias de la cultura
fotográfica actual. En este sentido la relación entre la foto y mi imagen pasa a ser
un capítulo central de la reflexión psicoanalítica, preocupada por entender las
rupturas en las formas en que el Yo se ve y se proyecta. Y esto también es visión
La imagen de la fotografía
82 semejantes. El ojo esta pensado sólo como portador del vértice de la pirámide
visual. La visión periférica está totalmente ignorada. "La perspectiva renacen-
tista es estrictamente foveal, en el sentido de que representa sólo aquello que
se percibe en una mirada única, inmóvil" [Pierantoni, p. 128]. Esta perspectiva
lineal que ordena la representación 'realista' creando la apariencia de un fondo
y que se desarrolla bajo dos disciplinas, la geometría y la ciencia de la pintura,
se impone en Europa con el espíritu racionalista y científico en el momento en
que, desde la economía, el capitalismo se impone sobre el feudalismo. Si algo
se demuestra no es que se haya logrado ver con perfección y objetividad, pues
esto nunca será posible por la simple naturaleza humana, sino las preocupa-
ciones dominantes de esas mismas sociedades "obsesionadas por el orden y la
racionalidad''. Por esa apariencia de realismo tan extraordinaria, todavía hoy
algunos siguen pensando -coincidiendo con una visión premoderna que se re-
siste a ver o entender por ejemplo una pintura cubista de Picasso-, que el código
renacentista es la captación de la realidad objetiva y no, como debe entenderse,
un artificio teórico reforzado precisamente por la aparición de la fotografía. La
fotografía aparece como un nuevo artificio mecánico, científico y técnico que
surge en un momento histórico, sujeto también al cambio. Entender cómo se
logró transponer la visión en el Renacimiento con la invención de la perspectiva
fue un acierto extraordinario del espíritu y de la sabiduría del hombre, pero
también fue un hallazgo maravilloso el que los artistas impresionistas modernos
se propusieran destacar los efectos de la luz sobre un objeto en un momento del
día determinando, como lo hizo Monet en su registro de la Catedral de Rouen
en París, captando los efectos del sol sobre su fachada en pleno mediodía. Para
Monet "la naturaleza o el motivo cambia minuto a minuto en tanto una nube
tape el sol o el viento rompa el reflejo en el agua''.(Gombrich, 1959. p. 391). Por lo
tanto, el impresionismo puede ser, y así lo entiende Gombrich, el primer intento
del hombre moderno por librarse de las ataduras rígidas del código perspectivo
y figurativo 6 , y por lo demás entrar en la búsqueda del instante, de la nube que
pasa, como también lo señaló Peirce en su crítica a Kant cuando sostenía que
hoy teníamos que guiarnos por las nubes, en perfecto movimiento, en lugar de
Gombrich E. H. The Story of Art (1959). Al respecto es curiosa la anotación del autor sobre cómo se
recibieron los inventos de Monet, Mane! y otros en su exposición colectiva llamada Impresión. Uno
de los críticos escribe en 1876: "An exhibition has just been opened at rue Duran which allegedly
contains paintings. 1 enter and my horriefied eyes behold something terrible. Five or six lunatics
among them a women, have joined together and exhibited their works. 1 have seen people rock with
laughter in front of these pictures, but my heart bled when 1 saw them. These would-be artists call
themselves revolutionaries, 'Impressionists'" (p. 393).
Trinidad moderna
Es indispensable ahora un recorrido por la imagen como tema de la lógica
moderna. El pensamiento de Peirce revela para la lógica el misterio trinitario
que ya había sido abordado en la tradición griega por Sexto Empírico o en la
cristiana por San Agustín 7, por lo cual ésta va a servirnos de guía en nuestro
interés. Antes señalaré algunos problemas de la representación explicitados
por Heidegger y que creo pertinentes para la ubicación lógica de la imagen de
la foto, más adelante.
Heidegger [1954, p. 98] reconoce que Kant usa la expresión 'imagen' en tres
sentidos: como aspecto inmediato de la esencia, como aspecto reproductivo dado
de la esencia y finalmente como un aspecto de algo en general. El modo más
común de procurar un aspecto-imagen es la intuición empírica. En este caso "lo
que se revela siempre tiene un carácter de un particular intuido inmediatamente
(esto-aquí). Por ejemplo, el paisaje como una totalidad individual. El paisaje
se llama 'vista' (aspecto-imagen) tal como si ésta nos viera a nosotros. Una
imagen, por lo tanto, es siempre un 'estoy-aquí' intuitivo. En este sentido, cada
imagen que tiene el carácter de una reproducción, por ejemplo una fotografía,
es sólo una copia de eso que se revela inmediatamente como imagen''. Como
Citado por C. W. Spinks [1991, p. 20]. Este autor puede consultarse para examinar las relaciones de
Peirce con la trilogía cristiana. Para el estudio de la tradición griega, César González, 1989.
La imagen de la fotografía
84 podrá deducirse, definir la fotografía como reproducción o copia nos volvería a
anclar en el mimetismo denunciado anteriormente y, por tanto, la foto seguiría
siendo una sierva del referente y no un proceso indicial con su propia creación.
Para reconocer una imagen debemos sensibilizar este concepto. Se puede
decir: esto es una casa, un caballo, un perro o un árbol. ¿Pero de qué manera
el aspecto de esta casa revela el 'cómo de la apariencia de casa en general? "La
casa en sí misma, en efecto, presenta un aspecto definitivo. Pero nosotros no
tenemos la posibilidad de saber cómo aparece esta casa en particular exacta-
mente" [Heidegger, 1954].
Aquí estamos frente al problema de cómo hacer de una huella una mímesis
y ello no lo podemos resolver todavía con Heidegger. Lo sensible no nos da
un aspecto inmediato del concepto como unidad. Sin embargo, si lo que está
temáticamente representado en lo sensible no es el dato empírico, ni tampoco
el concepto aislado, sino el 'índice' de la regla que es la fuente de la imagen, en-
tonces, este índice debe estudiarse más detenidamente, como pretendo hacerlo
con las categorías peirceanas. Tal sensibilidad toma lugar primordialmente en
la imaginación. En palabras de Kant traídas por Heidegger "la representación
de un procedimiento universal de imaginación que provee una imagen a un
concepto, lo denomino el esquema del concepto. Por ejemplo: el esquema nece-
sariamente posee el carácter de una imagen'' (Heidegger, 1954, p. 100). Entonces,
debemos distinguir entre esquema-imagen y el aspecto empírico contenido.
"El contenido del aspecto empírico se presenta como uno de muchos; es decir,
como particularizado por aquello que es representado temáticamente como
tal. Este particular ha renunciado a ser solamente cualquier cosa, y así, se ha
convertido en un ejemplo posible para aquel que regula los muchos indiferen-
tes" (Heideggger 1954, p. 101). El concepto, dice Heidegger al pensar en Kant
otra vez, siempre se refiere al mismo esquema. "¿Los esquemas-imágenes de los
conceptos matemáticos son adecuados a sus conceptos?" (p. 102). Obviamente
no podemos pensar en este caso la adecuación en el sentido de reproducción.
"Kant está pensando en que si un esquema-imagen matemática da un trián-
gulo, este debe ser agudo, recto u obtuso; ello sería suficiente para agotar las
posibilidades de un triángulo, siendo que las posibilidades son más numerosas
cuando se trata de la representación de una casa" [Heidegger, p. 103]. Creo
que podemos recoger algunas ideas de Peirce en relación con su filosofía de la
representación y buscar también la ayuda kantiana para la comprensión lógica
de lo que consideramos es una imagen y su contenido visual.
l
En entendimiento de la lógica Peirce define el signo, o representamen -como 85
él lo denomina-
... como aquello que para alguien toma el lugar de algo en algún sentido o
capacidad. Se dirige a alguien, esto es, crea en la mente de esa persona un signo
equivalente, o tal vez más desarrollado. Ese signo que éste crea, yo lo llamo el
interpretante del primer signo. Este toma el lugar de algo, su objeto. Toma el
lugar del objeto no en todos los aspectos, sólo en referencia a una idea, la cual
a veces he llamado el fundamento ('ground') del representamen" [C.P.: 2.228].
Una vez más tres modos de ser del signo. Spinks [1991] sostiene que en
Peirce siempre hay una trinidad: signo, objeto, interpretante; primero, segundo,
tercero; o Padre, Hijo y Espíritu Santo. En palabras del propio Peirce:
En muchos aspectos esta trinidad coincide con la cristiana; en efecto, no veo
ninguno en que no concuerde. El interpretante evidentemente es el logos
divino o palabra; y si es correcta nuestra sugerencia anterior en el sentido de
que la referencia del interpretante es la paternidad, éste también sería el hijo
de Dios. El ground correspondería al Espíritu Santo en tanto que es requisito
para cualquier comunicación con símbolos"ª [MS 359].
El sentido de la imagen aparece así como una revelación. Nada menos que
como 'hijo de Dios' encarnado. En este sentido ya lo vimos con Piero Della
Francesca, quien dio estricto cumplimiento a la tradición agustiniana de hacer
del Espíritu Santo el portador de la verdad divina. Sólo que en Peirce esa in-
terpretación es una labor hermenéutica de todo interpretante del signo; y todo
signo, y por tanto todo ser humano que produce signos, es siempre interpre-
tación.
Pero si seguimos ahondando en la arquitectura peirceana para la compren -
sión de la imagen visual, se puede decir que todo en su lógica está dividido en
tres. Estas tres maneras de ser del signo corresponden a las tres categorías de
los elementos inseparables de todo fenómeno: Primeridad (Firstness) que no
depende de nada; Segundidad (Secondness), que implica dependencia y Terce-
ridad (Thirdness), que implica combinación. Podemos decir también: cualidad
positiva posible (la posibilidad cualitativa); hechos existentes (que son de hecho
reales) y ley (ser de la ley) que gobierna los hechos en el futuro.
Sobre estas categorías se puede consultar Peirce in Philosophical Writings of Peirce (p. 101 y siguien-
tes).
La imagen de la fotografía
86 "La Primeridad es el modo de ser que consiste en que el sujeto sea positiva-
mente tal como es sin considerar nada más. Ésta sólo puede ser una posibilidad"
[C.P.: 8.328]: cualquier color (rojo o verde) como color sin estar incorporado a
nada. Tiene una correspondencia con la primera división de las tres tricotomías.
Un cualisigno es sólo una cualidad que es un signo. Este no puede actuar como
signo sino cuando se incorpore, pero la incorporación no tiene nada que ver
con su carácter de signo. La segundidad está conectada con lo que es real, eso
que es un hecho existente. Primeridad es el presente mientras que la segundidad
es el pasado. Tiene relación con el 'sinsigno', una cosa o suceso existente que es
un signo que sólo puede serlo a través de sus cualidades. Terceridad se refiere
a las otras dos. Se considera composición como mediación, es el futuro. El
curso de la vida es Terceridad: una carretera por ejemplo es Segundidad, pero
la aceleración es Terceridad. Es un 'legisigno', es una ley. Esta ley es usualmente
establecida por los seres humanos. Todo signo convencional es un legisigno.
El signo como representación, concerniente a una categoría lógica, puede ser
una mejor explicación de la terceridad. Eso que representa es su objeto, lo que
transmite, su significado, y la idea que origina, su interpretante.
La imagen de la fotografía
88 Pero si queremos entender el signo de la foto, tendríamos que considerar
dos aspectos, con distintas motivaciones lógicas, que no deben confundirse. En
primer lugar, el aspecto físico-químico, material de la foto, y luego el aspecto
propiamente representativo, lo que culturalmente llamamos imagen, que en la
fotografía correspondería a una imagen de otra, de aquella concebida en el pro-
ceso material. En otras palabras, a la imagen que llamamos visual, representación
figurativa de una cosa, le antecede su modelación y concreción técnica. Así, en
el proceso de la foto habría tres pasos claros que luego repasaremos con Peirce:
su fuente física, la imagen fotográfica y su observador. Se trata de un proceso
donde cada uno está en deuda con el anterior y se lo interpone.
Si la foto posee y muestra algo 'real', no es una imagen mimética, como suele
decirse. A este respecto vuelve a ser revelador el trabajo de Peirce: si se com-
prende el índice se puede distinguir la realidad de la ficción, especialmente si se
piensa en la foto como índice: "Nada sino signos dinámicos pueden distinguir
la ficción a través de los índices del mundo real" [C. P.: tomo 2, p. 337]. Hay una
causalidad que el mismo Peirce relaciona: los índices son "signos más o menos
análogos a los síntomas" [C. P.: tomo 6, p. 338]. O sea que ninguno de ellos
como el signo sirve para mostrar los efectos de algo real sobre la imagen. "Un
signo que se refiere a un objeto que denota en virtud de ser realmente afectado
por tal objeto" [C. P.: tomo 2 p. 248].
l
en su radiación la fotografía. Es como si de lejos se dejara impregnar, como si 89
un primero tocara a un segundo, diría Peirce.
Así que cuando aparece el tercer elemento del proceso, el observador, ya
tenemos la imagen mental que él se hace de una representación que, a su vez,
se genera de un flujo de luz. Ahí está producida la magia fotográfica, el poder
hacer de la luz un cuerpo o su imagen, más exactamente. Un cuerpo hecho nada
más que de efectos luminosos. Así es como aparece Peirce para integrar estos
tres elementos del proceso, no sólo en la estructura interna, sino como proceso
total: desde el objeto que hace posible la toma: la 'cámara' y su producto; una
'foto' y la consecuencia de alguien que la mira convertido en su destinatario: su
'observador'. Tenemos de nuevo esta estructura trial, si bien en tres momentos
distintos: el de la cámara (en el sentido kantiano) como posibilidad de producir
una imagen; el de la foto como hecho logrado y el del observador como des-
tinatario y realizador efectivo, cada uno con su propia estructura TRIÁDICA.
En una ocasión, cuando escribí Segundidad en un tablero de clase, tuve un lapsus y escribí: Fecun-
didad. Ahora pienso que puede ser una manera muy diciente de decir que es un hecho real: Segun-
didad = Fecundidad.
La imagen de la fotografía
90 Volviendo ahora a la división de los signos establecida por Peirce en su
relación con el objeto que representa, propongo este cuadro:
Lo Real, como aquello que sé escapa a todo registro, como lo imposible que
requiere un proceso de simbolización, corresponde a la Primeridad de Peirce,
evidenciada según sus estudiosos así: "La proposición de que cero (O) es un
número implica, por un lado, la posibilidad de escribir un primer número de la
serie así como la construcción del trazo que representa a nivel del significante
la falta de objeto" [Alemán: 1981]. Por esa relación con lo ausente, de objeto fal-
tante, Miller [1973, p. 11-24], el más destacado interprete de Lacan en Francia,
ha propuesto llamar a tal la relación 'Lógica del significante': "Exterioridad del
sujeto respecto al campo del otro que instituye el inconsciente': Es así como ob-
tenemos la siguiente operación, de estricto tinte lacaniano: el sujeto es causado
por el significante; el significante representa al sujeto. Lo cual desde Peirce se
podría argumentar más o menos así: todo primero relaciona a dos pero sólo se
expresa e interpreta en la terceridad. Sólo el significante nos permite acceder al
sujeto en su inconsciente, simbolizándolo. Se trata del efecto del lenguaje y de la
cultura sobre nuestro cuerpo. Total que en la cultura el hombre es un efecto de tres.
Un caso explícito del encuentro de la foto con su fantasma se da en las
imágenes de los desaparecidos que se usan en varias ciudades latinoamericanas
donde esta situación ha cobrado relevancia social, como lo señala el estudio
"Fotografía y desaparición'' en Argentina (Rodriguez Marino y otros, 2003)
donde dan cuenta de cómo la foto muestra al sujeto fotografiado tal como 'era'
en el pasado: en el momento irrepetiblemente pasado de la toma. "Muestra
al sujeto diferido de su existencia por el corte de la toma que, al seccionar el
continuum temporal, detuvo su curso vital inmovilizándolo en un presente
fijo': En esta situación extrema.la foto es un indicativo de lo que ya pasó, pero
sigue pasando. El desaparecido existe en la foto y puede existir en la realidad
y esta insignia de total expectativa marca a la misma imagen de un suspenso
existencial dotándola de propiedades fantasmales.
La imagen de la fotografía
92 de la del cine o de la pintura. El objeto que captura una pintura, por ejemplo
la de Constantino en Piero Della Francesca, como vimos antes, puede ser real
o puede no serlo. En el caso de la foto lo que ésta capta es real, al menos como
un efecto de la luz. Gilles Deleuze encuentra, por el contrario, que antes que la
imagen, es el movimiento en tanto montaje la principal característica del cine.
Para Deleuze [1985] hay tres niveles de percepción en el cine: la imagen-afec-
ción, que contiene algo mental (pura conciencia); la imagen-acción, que implica
a la imagen-afección (concepción), en la elección de los modos (construcción
de juicio). El cine como tal, puede ser imagen-mental como Deleuze entiende
a Hitchcock.
Hace que la relación del montaje en sí misma sea el objeto de la imagen y no
meramente la que se muestra a la percepción, imagen-acción e imagen-afec-
ción, sino que las encuadra y transforma. Con Hitchcock aparece una nueva
clase de figura, son figuras de pensamientos. De hecho, la imagen mental
en sí misma requiere signos particulares que no son los mismos de los de la
imagen-acción" (p. 203).
La interpretación fotográfica
Si nos ponemos en el nivel del observador entonces la foto se vuelve ícono
y sus efectos también admiten una distribución trial de la siguiente manera:
Foto+ observador= efecto mimético-imaginario
Diagrama N° 7: Observador en la estructura psíquica
La imagen de la fotografía
94 simbólica. Si continuamos con la idea del encuadre, de la relación entre el objeto
y su observador, habría que decir que en la foto el fotógrafo también encuadra.
A este ejercicio lo llamamos de focalización visual, como lo muestro enseguida
siguiendo un ensayo que sobre el tema escribí anteriormente 10 y que me sirve de
base para la interpretación fotográfica. Pero a nuestra idea de focalizar lo visual
le antecede una explicación de los correlatos de la imagen. Nos aproximamos
antes que todo a los tres correlatos que reconocemos en una imagen: la imagen
es nombrada/la imagen es indicada/la imagen es mostrada.
Nombrar la imagen es darle un significado, como cuando alguien da el
nombre a un objeto real o a una fotografía de un objeto y lo llama por ejemplo,
'la familia unida'. La visualidad ha sido nombrada y entramos a la discursividad.
Indicar la imagen es señalarla: cuando señalamos la imagen con el dedo índice,
hacemos precisamente un signo ostensivo: nuestro dedo se dirige a la luna para
enseñarla: "mire la luna", aunque el interlocutor puede expresarnos además
con su gesto: "¡Qué hermosa está!" En este caso la indicación no es fiel a lo que
se dice verbalmente. Se trata, más bien, de una valoración metalingüística. El
cuerpo del hablante, la señal índice, adquiere competencia y legitimidad sobre
el enunciado verbal.
A B e 1
La imagen de la fotografía
96 N° 25 de nuestra colección de fotos de familia, podemos ver algo fascinante: la
foto es tomada por una de las madres de estas tres niñas justo en el 'instante' en
que un hermoso y juguetón pájaro se posa encima de la cabeza de la niña a la
derecha. Si se observa con cuidado, las tres jovencitas miran y viven conmovidas
la escena inesperada: la niña de la izquierda se ríe relajada (como diciendo: "Qué
chistoso"); la del medio lo hace asustada (como diciendo: "Oh, oh, podría ser
peor"), quizá temiendo la reacción del animalito, por lo cual también cierra el
puño de su mano; la de la derecha, con los dedos en la boca, se ríe con suspenso
(como diciendo: "Y ahora qué hago") sin saber cuál será el próximo paso. Si se
me permite diría que la primera vive el presente, se ríe desprevenida del acto
ocasional; la segunda y la de la derecha viven (imaginando) el futuro, pues temen
por lo que pueda ocurrir inmediatamente después. Pero la diferencia entre la
actitud de la niña de la mitad y la de la derecha está en un detalle: la de la derecha
tiene el ave encima de su cabeza y su idea momentánea es más "¿Qué hago yo
ahora con esta ave encima de mi cabeza?" y por tanto su ser psíquico, si bien
futuro, ya reposa en un pasado concluido, mientras la niña de la mitad señala
otra sentencia: "Podría ser peor porque después (futuro) puede posarse en mi
cabeza''. De esta manera la foto es tiempo porque señala un acto pasado, pero
también tiempo porque permite, en algunas ocasiones, deducir una figuración
temporal en los sujetos representados para su interpretación. Pero es también
tiempo porque capta un instante: las niñas ríen, se divierten y gozan entre sí,
pero nadie me negaría que el verdadero protagonista sea otro que la magnífica
ave visitante. Todas las niñas miran el ave expresiva, y nosotros, observadores
también, y el ave se roba la visualidad. Esta foto mantiene algo real, muestra un
instante y la foto se hace encanto visual.
La indicación más bien actúa en cuanto se enmarque una relación de conti-
nuidad con algo otro, y por tanto actúa desde el pasado. El fotógrafo inglés David
Bailey se ideó una manera muy especial de hacer fotografía sensual tapando
algunas partes del cuerpo femenino, para indicar el resto. O sea que en vez de
mostrar, oculta para, precisamente, hacer ver lo descubierto. Por ejemplo, cubre
todo el cuerpo de alguna de sus modelos con tela o cinta negra y sólo deja al
descubierto uno de sus senos, que además retoca con cierto color pálido. Así,
el punto de vista es indicado y los ojos se van hacia el pecho desnudo. En la
foto N° 26 muestro una foto erótica indicada de un recorte de revista que en-
contré en un álbum y que recordaba al Bailey. Como se ve, el traje de baño de
la bella modelo es la figura de un tigre que se confunde con el tronco de ella. El
La imagen de la fotografía
98 un matrimonio en Bogotá, se puede apreciar que la convención hace la foto: la
novia es entregada literalmente por su familia, padre, tía y mamá a la izquierda.
El esposo, a la derecha, mira un poco distraído el panorama, hacia afuera del
marco, mientras las miradas de la familia de la novia se concentran en la cámara.
Se puede decir que esta foto es hecha más para la posesión de la familia de la
novia que para la del novio, como efectivamente sucedió, pues la foto proviene
del álbum de la mamá de la recién desposada.
De lo ya dicho podemos deducir que la fotografía y sus álbumes pueden
pasar también por los tres niveles que hemos descrito. Y así el álbum puede
aumentar o reducir sus capacidades visuales, indicativas o hablantes, en el
sentido que se dijo en el capítulo anterior. Ahora, examinemos los correlatos
como criterios de focalización.
La focalización en la narrativa designa, como nos explica Serrano [1990] a
partir de Genette, la delegación hecha por el anunciador a un sujeto que conoce
llamado observador. El observador, como cualquier protagonista, focaliza: de
este modo el narrador expone varios 'puntos de vista'. Examinemos el argumento
desde el mismo foco fotográfico.
Todo objeto que pretenda ser registrado por la cámara fotográfica tiene
una distancia focal y una luminosidad, medibles ambas con exactitud. Las
imágenes fotográficas no tienen por qué ser nítidas en toda la superficie. El
control de las zonas de nitidez permite resaltar elementos especiales de la
imagen que quiera destacar el fotógrafo. La existencia de fondos, o primeros
planos desenfocados, será la justificación para el fenómeno conocido como la
ilusión de profundidad en las fotografías. El procedimiento más sencillo, como
nos aconsejaría cualquier manual fotográfico, para disminuir la profundidad
de campo, será utilizar aberturas más grandes de la lente. En este sentido una
figura desenfocada pierde el detalle aún cuando conserva lo general: el buen
enfoque exigirá que el fotógrafo cuadre el objeto por fotografiar con la lente que,
una vez organizadas distancia y luz, mostrará la imagen 'nítida' en (y ante) la
cámara.
¿Cómo funcionan nuestros ojos naturales? Figurémonos situados en el cen-
tro de una habitación, mirando la calle a través de la ventana, según la imagen
que dimos cuando empezamos el primer capítulo de este escrito. No podemos
percibir con igual nitidez y de manera simultánea el marco de la ventana y las
casas de enfrente, sino que, por el contrario, debemos ir acomodando los ojos a
La imagen de la fotografía
100 sual: la fotografía, como transformación de lo real, pero también como huella
de un real. Ingreso de la cosa, del objeto, a las redes de los sentidos culturales.
Y asimismo salta la relación de doble vía entre deseo y representación, que
autores de tradición freudiana como Castoriadis [1995, p. 90] destacan. Pues
si "en Freud la representación sería formada por el deseo, caso específico de los
sueños, ocurre a veces que es la representación la que suscita el deseo. Se trata
de una relación completa entre deseo y representación que no puede ser pen-
sada con la lógica habitual''. La foto que se toma expresa un deseo: la fotografía,
como papel, reactiva, ahora como representación, deseos por medio de todas
sus visiones posibles. Entonces la foto no sólo representa, sino hace desear. Y
el álbum es un juego de deseos familiares latentes y manifiestos.
13
En 1 de Bergyes, Dibujos y grabados de Goya (S /f de publicación). En este texto se recogen los epí-
grafes del pintor y se anexan comentarios que el mismo Goya escribió en su diario, dejando ver cómo
tales "pensamientos" verbales ya son parte de la construcción visual de sus pinturas.
14
En este punto el lector puede considerar, además del adjetivo "goyesco" que ya es aceptado por las
mismas academias de la lengua, el concepto mismo de imagen expresionista, cuyo nacimiento for-
mal en el arte moderno suele vincularse, por historiadores de arte, con el mismo Goya. Nos llama
la atención, en las notas que traemos en el texto, el origen de tales pinturas de Goya, cuando en
abierta contradicción con su disposición laboral a cargo del rey, pintaba con rabia y pasión (contra su
voluntad podría decirse) obteniendo como resultado una imagen de gran capacidad expresiva: ex-
presionista. Estos aspectos, de diferencias entre lo que se quiere y lo que se ejecuta, esa contradicción
psicológica, no es extraña a la creación, pues ya psicoanalistas como A. Ehrenzwig han hablado de
percepción profunda y superficial y personalidades como E. Kris se refieren al reino de lo patológico
"en el que el yo (consciente) abandona su supremacía". El mismo Freud habla de estados de ebriedad
en los que el adulto vuelve a ser niño y recupera el "derecho a pasar por alto las limitaciones".
La imagen de la fotografía
102 La pose: visión postergada
Si tenemos en cuenta lo dicho anteriormente, bien podemos decir que cuan-
do tomamos una fotografía hay un triple ejercicio: intencional-pasional-cultural.
En el esfuerzo intencional se busca, se selecciona un objeto; en el ejercicio
pasional, 'deseo el objeto: lo miro, lo quiero hecho imagen, entonces oprimo
el botón para ganar la imagen fotografiada. El tercer supuesto, más de orden
social, da cuenta del hecho de que vivimos dentro de una 'cultura fotográfica'
y esto nos hace 'sabernos mirados' (soy mirado por la fotografía, decía Lacan)
lo cual influye, primero en la pose y luego, digamos, en el mismo fotógrafo
(para nuestros efectos un eventual narrador), quien en la construcción de su
escenario dejará introducir en su narración huellas permanentes de mirón-
mirado.
La imagen producida, para volver a nuestros problemas conceptuales de
su comunicación, ha implicado una operación focalizante: se tomó el detalle,
se reconstruyó el plano general de un paisaje, o cosas semejantes. De cualquier
manera, lo que era objeto efectivo se volvió imagen y ésta accede a la dimen-
sión (cultural) estética: el orden de la forma, el gusto o el rechazo, el orden de
la belleza. Pero esta fotografía original, puesta en circulación social en la ro-
tación entre amigos, en el periódico u otro medio, exigirá nuevas operaciones
escénicas. En rigor, cada quien volverá a escenificarla, a producir mascaradas.
Lo hará tanto con la razón y la objetividad como con la pasión y sus propios
deseos. Puede ser que el detalle central del fotógrafo pase a un segundo plano
en el observador, entonces éste le dará valor -o nitidez- a lo que la fotografía
presentaba secundario -o borroso-. Juegos emocionantes de la vida donde el
hombre vuelve a reinterpretar las máquinas, así sea aquella de la fotografía, que
no dejan de tener en el hombre su único 'encuadrador'.
La fotografía será observada por cada quien de una manera muy particular
(con sus propios ojos), pero de uno u otro modo cada que se ve una fotografía
se produce una nueva escenificación. En la fotografía la vida psíquica está pre-
sente, representada. Para evidenciar lo anterior, piénsese en los experimentos
que se han hecho en los estudios fotográficos con cámaras ocultas: una persona
llega para que le tomen un retrato y cámaras ocultas le disparan tomas por
todas partes; cuando finalmente ésta se sitúa frente al fotógrafo para la foto,
se transforma y asume una pose. En este momento prepara su imagen para el
futuro. Y es ésta la definición que propongo de pose: imaginarse el posante en
La imagen de la fotografía
104 nos dice ni expresa 'el rey ordenó pintarlo: pero por otros documentos extra-
pictóricos podemos comprender tal circunstancia (por lo menos incluida en
códigos secretos), lo cual sería el caso de los epígrafes señalados por Goya, y
explicados no en sus dibujos, sino en su diario. O sea, será prefiguración visual
en el álbum de fotografías todo lo dicho por el relatante del álbum que no apa-
rece en la imagen o, también, lo que pueda deducir un analista visual de una
foto pero que no está representado en la imagen, si bien explica su presencia.
Los puntos 2 y 3 sí están presentes visualmente: la imagen representada y
la figura detallada forman el escenario material y puede ser que prime la nomi-
nación, la indicación o el mismo acto visual para ser más bien una imagen del
arte, en cuyo caso vale lo dicho por Dufrenne [1977] en el sentido de que se trata
de una escritura poética que no produce un discurso sino un encantamiento,
no enuncia una verdad sobre el arte sino que "exorciza la presencia de lo que
el arte expresa y nos exhorta a ser por un momento sensibles a la expresión.
Después de lo cual retornaremos a la operación del saber''. La poeticidad está
en el paisaje que se construye, pero también en los sentidos culturales que se
logran, por lo cual el trabajo teórico del encuadre fotográfico, en últimas, tiene
relación con aquello que permite ver una reglamentación no sólo de la fotografía
sino de la cultura.
La focalización corresponde, pues, al acto de mostrar pero también es una
operación de ocultamiento. El olvido de lo que no se muestra en el álbum puede
ser acto deliberado del fotógrafo, de la familia o de los códigos familiares, pero
también puede ser inconsciente. En todos los casos se trata de algo o alguien
que no aparecerá en la escena visual. Y no aparecer puede significar que ello
existe en ocasiones con mayor fuerza que lo que explícitamente se muestra. Más
adelante volveremos sobre algunos temas, pero aquí, con el fin de ejemplificar
lo mencionado, propongo dos criterios: el primero, que por su naturaleza habla
de la razón misma de la foto como pasado, según se advirtió desde el primer
capítulo: el cadáver. El segundo, según se entienda la foto como tema excluido
para la familia: lo erótico. Si bien encontramos álbumes en los cuales el cadáver
aparece incluso precedido de honores familiares, en el primer corte que hicimos
desde comienzos de siglo hasta 1948, aquél desaparece prácticamente de los
registros familiares durante el segundo corte, el intermedio de los años sesenta
y finales de los setenta, y vuelve a aparecer en los ochenta, sobre todo en algu -
nas regiones como Medellín y en sectores medios y populares de Bogotá. En
los sectores populares forma una tradición que se mezcla con creencias sobre
La imagen de la fotografía
106 Diagrama Nº 9: A B e
La foto en el
l 1 Figura Escenario No-visible
álbum como la
1
familia la ve
Diagrama Nº 1O: 1
A B e
El álbum con fotos ,
1 Prefiguración Escenario Figura
como la interpre-
tación infiere
Pasto a través de la fotografía. (María Cristina Gálves, Carmen Perini y María Díaz y Patricia Lon-
doño: 1985), texto escrito para acompañar una exposición sobre el tema en 1985, con ocasión de los
448 años de la fundación de la ciudad.
Santa Marta a través de la fotografía (Edit. Jose Dávila; Jose Genecco, Luis Bonilla y Zarita Abello:
1993). Se trata de otro catálogo que hace parte del mismo plan de la institución patrocinadora de
concordante con nuestro punto de vista. Algunas colecciones fotográficas publicadas recientemente
permiten ver las fotos del 48 en Bogotá, Saqueo de una ilusión (1997, Ed. Número) fotos inéditas de
Sady González cuando asesinaron a Gaitán en 1948 y Rostros planetarios de Alexander Honory,
Engelbert Theuretzbucher (q.e.p.d.), y otros sobre Bogotá en 1997. Esta comparación es de por sí una
enseñanza sobre poses de dos periodos.
Fredric Jameson Posmodernism: Or the Cultural Logic of Late Capitalism (1991.pág. 69). Según
este autor, el cine pasa por tres grandes momentos: "The first the silent period (... ) second the sound
period, then coming as the dominace ofMass-cultural (and commercial) ... ", como sería el vídeo.
Dos de las más exitosas películas del verano de 1996 en los Estados Unidos, pues ambas rompieron
los récords de taquilla en la historia de la cinematografía con el máximo de boletas vendidas en una
semana. Se trata en todo caso de una tendencia a una pérdida de sentido y no son casos aislados, ya
que este fenómeno es fácil de rastrear en la última producción de cine de Hollywood. En Misión im-
posible su precursor no es tanto la serie conocida, sino, como lo destaca un articulista:" ... are James
Bond and such Steven Spielberg progeny as Jaws". Time (jun 30-96.)
En los histogramas regionales "género de los relatantes" (p. 203) pude comprobar que en Bogotá las
mujeres relataron las historias familiares en los siguientes porcentajes: en la clase [AJ en un 92,3%;
en la [BJ en un 53,84% y en la [CJ en un 85,75%. En Santa Marta las mujeres relataron en la [AJ un
100%; en la [BJ un 100% y en la [C] un 100%. En Medellín, las mujeres relataron así: en la [AJ un 80%;
en la [BJ un 80% y en la [C] un 80%.
12
En la visita de nuestro analista a la familia que puso el álbum a consideración de esta investigación,
se le pidió al relatante (quien nos contaba la historia), que escogiera la foto central, que no era la de
la mitad, sino, antes bien, la que creyera más significativa en la memoria familiar. A ésta se agregó
la primera y la última del mismo álbum, según su colocación física, y de esa manera creamos un
mini- relato, que sobrepusimos a la historia principal, todo el álbum. En el trabajo estadístico traba-
jamos las dos historias paralelas, aquella de todo el álbum y la que sobrepusimos según la decisión
del relatante con el analista; ello nos ayudó a comprender mejor la reconstrucción de la memoria
consignada en el álbum y valorada por fuera de él según la elección de la foto central. Esta fue una
de las estrategias para el estudio pragmático de la fotografía.
Las tres fotos de los mini- relatos fueron sometidas a un análisis de focali-
zación por ocultamiento (p. 208), para buscar aquello que se revela más bien
por su ausencia que por su manifiesta presencia y que fuera destacable. De las
tres fotos, que llamo centrales 13 fue elegida la más importante por la familia y,
por tanto, porta en sí un deseo manifiesto. Una foto, cuando se mira, se da en
la terceridad. En términos peirceanos: "El deseo relaciona cualidades pero no
es una cualidad suelta. El objeto de experiencia como realidad es segundo, pero
el deseo que procura ligar uno con lo otro es tercero o medio" 14 y, por tanto,
ha de entenderse como un medio de expresión del cuerpo. La foto como tal ya
reporta un alto nivel de socialización y por ello el deseo no satisface un placer
que podría decirse de órgano, sino sublimado a la experiencia social de repre-
sentar a la familia. Las historias del álbum son deseos con su lógica perversa de
manifestarse al contrario en ocasiones, como se deduce de sus ocultamientos y
es en tal panorama que el álbum constituye una memoria visual, pero también
lo contrario: olvido. El olvido no sólo es memoria en pasivo, sino que hay una
actividad positiva, como explica Pierre Bertrand [1977], al no guardar deter-
minada inscripción. Se olvida porque de cierta manera, e incluso por motivos
desconocidos, no se quiere recordar. En el álbum se guardan recuerdos, sin duda,
pero otros actos cotidianos se quieren olvidar, también es cierto. Por esta razón,
por la cual un estudio de esta naturaleza no sólo debe examinar el álbum en
aquello que muestra sino, a veces, extraordinariamente, en lo que ha dejado de
mostrar. Freud mismo insistió, en Psicopatología de la vida cotidiana [1901] que
en el olvido se trata de la perturbación de los temas. La repugnancia a recordar
(caso de uno de sus pacientes) se refería a un objeto y la incapacidad surgió
13
Véase anexo A de metodología.
14
La nota completa de Peirce dice: "However what is desired is nota mere unattached quality; what is
desired is that the dream of eating an apple pie should be realized in Me; and this Me is an object of
experience. The dream itselfhas no prominent thirdness; it is, on the contrary, utterly irresponsible;
it is what ever it pleases. The object of experience as a reality is a second. But the desire in seeking to
attach the one to the other is a third, or medium." (Ms. 1342).
[Sin embargo, lo que es deseado no es una simple cualidad suelta; lo que es deseado es que el sueño
de comer un pastel de manzana deberá ser realizado por Mí; y este Mí es un objeto de experiencia.
El sueño mismo no posee Terceridad, es, al contrario, completamente irresponsable; es lo que quiera
ser. El objeto de experiencia es en realidad lo segundo. Pero el deseo de búsqueda para unir lo uno a
lo otro es lo tercero o medio.]
~
cabello de la pequeña.
En el sector [B] de Bogotá el orden cronológico y el ritual descienden a 1
un 23%. Este sector es muy consciente del papel de la fotografía como registro
estético y en muchas ocasiones se encontraron personas, sobre todo mujeres,
aún en álbumes actuales, especialmente arregladas para la foto. Por ejemplo,
I·
Marta e incluso Medellín, que los capitalinos son más ceremoniosos y rígidos.
Esto en cuanto a la pose, pero igual puede decirse respecto de los objetivos
visuales. Así, una cuarta parte de los álbumes populares mostraron fotos con
diplomas de estudio o méritos, en condición de ceremonias muy reconocidas.
Pero lo que más llama la atención es el número de fotos de carros y de personas
posando al lado del automóvil.
En el histograma "Ritos de paso" (pp. 211-215) [C] de Bogotá el matrimo-
nio es el más reiterado; le siguen los bautismos, los quince años de las hijas y la
primera comunión, en orden descendente. En todas estas ceremonias se puede
decir que el sector [C] corresponde, dentro de los nueve grupos estudiados (tres
por cada ciudad), al más rígido. Los matrimonios, por lo general de vestido
blanco, y la primera comunión o los quince años, como días muy especiales
y adornados, se constituyen en ceremonias de amplia y variada retorización
formal. En el histograma "Ritos de paso según el género": Bogotá [C] se pudo
constatar la casi exclusividad femenina de los motivos del álbum pues, dentro
de las distintas ceremonias, el varón sólo aparece -con bajo porcentaje- en
la primera comunión. Todo esto nos lleva a que en el histograma "Narración
fotográfica': (pág. 204) el 92% de todas las fotos sean realistas pues se toma como
testimonio de una verdad: la del matrimonio, la primera comunión, etcétera. En
el histograma correspondiente a ese sector [C] se puede reconocer que en un
90% no se sigue un orden cronológico, mientras el ritual sólo se acompaña en un
escaso 30%, como parte de ese desorden lógico-escritura! al que hemos hecho
mención.
En Santa Marta: en el sector [C] no se aprecia ningún orden, ni ritual ni
cronológico. Lo mismo ocurre en otras regionales de este grupo. Los temas pre-
feridos son fiestas, grados, reuniones familiares. Dentro de las fiestas aparecen
varias personas tomando licor y disfrazadas en porcentajes muy superiores al
resto del estudio. De los diez álbumes de esta clase, cuatro muestran niños con
los testículos a la vista, centrando la toma en el sexo del infante, siempre del sexo
masculino, ya que no hay ninguna foto del sexo de alguna niña. En Santa Marta
[A] se puede ver en el histograma "Ritos de paso'' (pág. 214) que el matrimonio
se lleva el 40% de los ritos consignados visualmente. Le siguen los quince años,
La alusión a los padres que siguen en imágenes todos los pasos de su here-
dero, tratado como objeto totémico, se asimila a la exhibición de la actividad
turística, pues el uso de tales fotos va a formar parte del patrimonio de vanidades
familiares, junto con viajes y otras aventuras, y dentro de sus relatos el proceso
de gestación se narra, muchas veces, como proeza de la pareja. Empero también
esta compañía visual de la gestación puede consolidar un proyecto común: el
hijo, como lo anotó una de las analistas de Bogotá: "Mientras la señora me con-
taba de su gestación y luego del parto, que fue grabado en vídeo por el padre, se
podía ver que sentía el respaldo de su marido cada vez que veía el documento
en familia': Otra anotación de otra analista se coloca en otro lado: "La señora
cree que tanta fotografía a su vientre termina por hacerle daño al niño en el
16
Equipo de Bogotá: Ximena Betancour y Pablo Salamanca.
17
Quien nos colaboró a través de su familiar Marta Elena Abello en la consecución de un valioso ma-
terial fotográfico que agradezco a ambas.
18
Agradezco a la poeta Ángela Caldas su contribución con el material que nos aportó.
Diplomas ygrados
Nuevo rito que hemos detectado en los sectores [B] y [C] de las tres regiones.
Tomo a Bogotá (B] como referencia, donde de sus catorce álbumes del estudio
final, siete, es decir, el 50%, registran con orgullo los títulos concedidos a sus
familiares. Las fotos de los diplomas aparecen de varias maneras: focalizando
el mismo diploma, al diploma con su poseedor al lado, a varios miembros de la
familia sosteniendo el título, o muchas veces con pies de fotos muy expresivos
como: "Después de tanta joda, por fin el diploma''. En la foto Nº 119 de la fa-
19
Según informe de El Tiempo, octubre 15 de 1988.
Paseos yfiestas
En Colombia se hacen fiestas para toda ocasión; bien familiares (cumpleaños
o aniversarios); bien sociales (despedidas de compañeros); o hasta nacionales
(triunfos deportivos o carnavales). El licor es el principal acompañante de éstos
en todas las regiones y sectores sociales. La diferencia radica sólo en la clase
de licor, pues mientras los sectores populares beben cerveza, [foto Nº 124],
usando muchas veces las calles para las celebraciones, como lo hacen los amigos
Pinzón, los sectores medios, representados en la joven Orozco, [foto Nº 125],
beben aguardiente, el licor nacional, en restaurantes y en la casa, y los sectores
altos, familia Uribe, beben whisky [foto Nº 126], por lo general en casas y clubes
Little Colombia 20
En Nueva York habita una población colombiana relativamente grande.
Pueden ser medio millón de nacionales 21 provenientes de todas las regiones del
20
Este capítulo se hizo posible gracias a Humanities Research Grant obtenido en el verano de 1996 de
la Universidad da California. Su autor agradece esta distinción gracias a la cual ha podido ahondar
en los criterios étnicos de los latinos en los EE. UU., en su relación con la fotografía familiar.
21
Según cálculos de la embajada de Colombia en Washington suministrados por el Noticiero Cinevi-
22
Como di a conocer en mi libro, Silva: 1992.
El álbum étnico
En el álbum de la pareja Solano, proveniente él de Barranquilla (costa atlán-
tica colombiana) y ella de Bogotá, se hace un relato que involucra la llegada al
país. En la foto Nº 153, unos amigos posan ante un enorme bus que los llevará,
en su primer viaje de vacaciones. Sus fotos dejan ver el proceso de llegada, el
establecimiento en Nueva York, donde nace su único hijo, [foto Nº 154], y varios
paseos por ciudades turísticas estadounidenses, como Miami. Esa misma foto
de la página central de su álbum muestra tres momentos: la madre en invierno,
lo cual es una novedad para los colombianos acostumbrados al clima tropical,
el nacimiento de su hijo y su hijo adolescente en Orlando, ciudad convertida en
sitio favorito de vacaciones. Propio de este tipo de álbum es incluir fotos de sus
ascendientes en Colombia, como el registro de la familia Solano-Manotas en
la foto Nº 155 de Barranquilla o la familia Solano-Téllez de parte de la madre,
en Bogotá [Foto Nº 156]. El álbum cumple allí funciones étnicas y de recuerdo,
muy precisas, lo que constituye la hipótesis central de una investigación paralela
a la presente, realizada en Los Ángeles ( 1996), con el patrocinio de la Biblioteca
Central de la ciudad y en la cual se recolectaron fotos de emigrantes para saber,
desde las fotos mismas, cómo han participado las distintas etnias en la persona-
lidad de la ciudad 24 • "Espero que los lectores tomen del libro la dimensión no
23
Para el caso se estudiaron 20 álbumes y se vieron varias fotos sueltas.
24
Me refiero al libro editado por Cole y Kobayashi, Shades o/LA: Pictures From Ethnic Family Album
(1996). Tuve la oportunidad de visitar sus autores en la Biblioteca Pública de Los Ángeles e infor-
marme de que tal investigación, que adelantan con tanto entusiasmo y tesón, no es sobre los álbumes
de familia, sino que se basa en cantidades de fotos (más de 8.000) que recolectaron de envíos espon-
El sentido étnico de los álbumes se puede muy bien comprobar en una des-
tacada revista mexicana que dedicó uno de s,us números al "Retrato de famillia''
(Saber ver, lo contemporáneo del arte, Número especial, 1994) sobre el trabajo
de la fotógrafa Lourdes Almeida, en el que se encuentra el tema de la familla
de ese país en todos sus estados, clases sociales, pasando por las clases obrera
y campesina, hasta las nuevas generaciones de profesionales e industriales, asi
como sobre a gran cantidad de inmigrantes asentados en su territorio. Precisa-
mente una de esas fotos coleccionadas (Pág. 56) muestra tres generaciones, en el
pirmer plano dos nietos, con claros rasgos japoneses, arriba los abuelos, ambos
mexicanos y más arriba, en plano general, los hijos de esa pareja, ella japonesa,
el mexicano y tios mexicanos. Lo más sugerente de esta foto es ver como los
táneos de familias angelinas. Lo que constituye el álbum es la manera de presentar la publicación y
el hecho de que varias de las fotos fueron extraídas de álbumes de familia.
rasgos de los nietos mexico-japoneses, en especial los ojos rasgados, se van 161
fundiendo visualmente hacia arriba con los de la familia mexiicana y entonces
todos parecen del mismo grupo étnico. Acá la foto ha servido magistralmente
para señalar una diciente hibridación.
El álbum artístico
Llamo así a un tipo de álbum al que se le dedica especial tiempo para hacerlo
agradable en su forma y presentación. En las fotos aquí incluidas ya se pueden
descubrir los efectos de la tecnología de los computadores para transformar
la foto en tarjeta de cumpleaños o en injertos donde se trastoca la foto como
unidad para fundir la imagen dentro de un nuevo trabajo de diseño 25 • Si uno
mira la foto Nº 167 de la familia Rodríguez-Valenzuela, proveniente de Bogotá
y Medellín, podrá descubrir este sentido artístico del cual hago mención. En la
primera foto, lado superior, está el hijo del Sr. Rodríguez, con su esposa e hijo.
Se trata de una reelaboración de diseño, auténtica mascarada, en la cual están
incluidos los rostros de los personajes mencionados, cada uno con un gorro
que pretende hacerle ver como de una época anacrónica, y una leyenda arriba,
fuera de la foto, que dice: "Mi adorado primer nieto" (julio13-94). En la foto
inferior esta el bebé soltando monosílabos en inglés, con una leyenda dentro
de la foto que dice: "In other words, have a wonderful holiday! Love, Alexan-
der and his parents': para destacar que el hijo ya toma la vocería y la imagen
de la familia (como observé antes en el capítulo III), además de que ahora es
el inglés la lengua familiar. Esta familia es ejemplar como representación del
mestizaje americano, pues si bien los padres son colombianos, al igual que el
hijo, éste se crío en Estados Unidos y se casó con una mujer estadounidense por
lo que el nieto representa a la primera generación nacida en Estados Unidos.
En la foto No 168 vemos al nieto en un carrito, uno de los gestos preferidos
por los hombres, que se aprende desde niño. Pero la nota sugestiva aparece en
la parte alta. Se titula "Mi gran generación" y se trata de un llamado al amor
como sobrevivencia. En la siguiente oración, digo esto por sentido de réplica
cristiana, se escribió el mensaje: "Mis hijos, mis nietos, mis bis ... mis tatas .. :'
haciendo del álbum mismo un ruego por la vida eterna. En la foto No 169 la
25
La utilización del álbum con fines artísticos y educativos es parte de un proyecto de "The Ansel
Adams Center for Photography"en San Francisco, en el que se invita a participantes a llevar fotos
de su familia para darles nuevas formas y, a su vez, vincularlas con otras de la misma comunidad
étnica. Proyecto: 'Tracing Cultures for Kids and Adults".
26
La actriz Demi Moore logró en esta cinta el mayor sueldo que jamás ha recibido una mujer en la
historia del cine: 10 millones de dólares.
27
Lo cual se puede observar en el número creciente de divorcios en los países occidentales.
28
Esta foto circuló en Medellín durante el Festival Internacional de Arte Ciudad de Medellín, en junio
de 1997.
Foucault, Michel Foucault. Esto no es una pipa. Ensayo sobre Magritte, Barcelo-
na: Anagrama, 1981. Destacado por Antonio Caro en ponencia presentada en el
X Congreso de la Asociación Española de Semiótica "Arte y nuevas Tecnologías'',
La Rioja, España, octubre del 2002.
Sobre este aspecto es ejemplar lo sucedido en Japón durante el terremoto y el posterior sunami en
marzo del 2011, cuando los ciudadanos se convirtieron en reporteros internacionales al generar tan-
tas tomas de la tragedia que fiueron puestas en YouTube y de ahí pasó a las cadenas internacionales
de noticias (ver A. Silva. El Tiempo, "Cómo se muestran las catástrofes", 15 de octubre de 1988).
Entre tantas redes y listas que circulan por los usuarios en tiempo real me
detengo ahora inicialmente en una que examinaré como ejemplo de archivos
análogos a los álbumes de familia, Facebook. Ninguna red como esta alcanza
tanta notoriedad social, hasta el punto de que en el 2006, algo más de 250.000
personas se inscribían diariamente (El Tiempo, 23/12/ 2007) pero desde fines
del 2009 Facebook llega a 300 millones de personas alrededor del mundo. "Es
un número grande, pero según a manera en que nosotros lo vemos, estamos
recién comenzando en nuestra tarea de conectarlos a todos" fueron las palabras
de Mark Zuckerberg en el blog oficial de Facebook indicando que la red social
alcanzaba esa cifra. En el 2010 los dos países con más usuarios en América
Latina, Argentina y Colombia ,superan cada uno los 7 millones de conectados.
Sondeo de Laura Silva, a quien agradezco su colaboración para esta parte del escrito, a grupos de
adolescentes (15 y el 20 de diciembre del 2007).
Foto de portada en snapfisch de Carolina Guzmán Restrepo, referida al New York City Pride Parade,
June 2007.
En el seminario que abrí para iniciar la investigación del álbum familiar en Colombia, participaron,
en una primera recolección de material, los siguientes alumnos de la Facultad de Artes de la Uni-
versidad Nacional de Colombia: Gisella Onofre, Jairo González, Diego Martínez, Aurora Forero,
Gustavo Cruz, Hugo Ramírez. Todos ellos aportaron su propio álbum de familia y luego consiguie-
ron otros distintos, entre dos y tres cada uno, con los cuales inicié la labor de elaboración de la ficha
técnica para el análisis de relatos visuales.
188 Hoja de transcripción de datos. Constituye la principal técnica. En ella in-
tervinieron un 'relatante', o persona que contaba las historias de los álbumes y
resolvía nuestra dudas y un 'analista visual', quien llenó los datos y observó de
manera técnica los materiales disponibles. La elaboración de esta ficha tomó
varios meses y en ella se acordó incluir cuatro áreas de información para ser
sistematizadas. En la primera, de 'ubicación', se pensó en el origen regional de
la familia, la composición familiar del relatante y las generaciones incluidas en
el álbum. En la segunda, de 'iconografía', se ubicó el análisis iconográfico y de
puntos de vista, metaforización y análisis de correlatos visuales (verbales, gestua-
les y propiamente visuales) que, como se explica dentro del texto, nos permiten
entender qué función visual cumple la fotografía. La tercera, 'organización del
relato visual', corresponde a los pasos rituales y al orden cronológico. La cuarta,
de 'trabajo abierto' de los analistas, transcribe los resultados de su lectura téc-
nica del álbum, según criterios de narración. Así, esta ficha se diseñó para ser
trabajada en conjunto con un relatante familiar en cada álbum, exceptuando la
última, en la que sólo lo haría el analista previamente preparado para esta labor.
Análisis visual del relato y de determinadas fotos-clave entendidas como
mini-relatos. En la visita del analista a la familia que puso el álbum a considera-
ción de esta investigación, se le pidió a su relatante que escogiera la foto central,
la cual no corresponde a la de la mitad, sino, antes bien, a aquella que creyera
más significativa en la memoria familiar. A ésta se agregó la primera y la última
del mismo álbum según su colocación física y bajo el criterio narrativo de abrir
y cerrar un relato; de esa manera creamos un mini-relato, que sobrepusimos a
la historia central, la expuesta en todo el álbum como conjunto. En el trabajo
estadístico se trabajaron las dos historias paralelas, aquella del álbum como
conjunto y la que sobrepusimos, el mini-relato, según la decisión del relatante
con el analista; ello nos ayudó a comprender mejor la reconstrucción de la
memoria familiar, tanto la consignada en el álbum como la que quedaba fuera
de él, según la elección de la foto central. O sea que elegir una foto como la
principal del álbum incluía una valoración de la fotografía y su relación con la
familia por parte de esta misma. Esta fue una de las estrategias para el estudio
pragmático de la fotografía. Así el mini-relato es útil en dos aspectos: primero,
por expresarse allí el deseo de familia seleccionando la mejor foto en su crite-
rio; segundo, porque estas tres fotos pudieron ser sometidas a análisis técnico
como imágenes en sí, para averiguar su construcción fotográfica (color, planos,
poses) y también para su análisis en condición de relatos, pues al tratarse de la
Anexo A: Metodología
190 culturales seleccionadas para el trabajo estadístico: Bogotá; Santa Marta y
Medellín y una más que se agregó al final, Nueva York, para ser objeto sólo de
análisis interpretativo y que sirvió como corroboración de los resultados de la
muestra. La selección de la 'muestra básica: las tres ciudades colombianas, se
hizo teniendo en cuenta que eran tres zonas determinantes en lo que entendemos
como carácter nacional colombiano, combinación entre ancestros españoles y
europeos, distintos grupos indígenas y presencia afroamericana, en mayores o
menores proporciones según se trate de cada una de las regiones elegidas: lo
andino (montañas frías y fuerte presencia mestiza) en Bogotá, lo paisa (zona
cultural de clima intermedio poblado por etnias de primacía blanca y herederas
de distintos grupos indígenas y afromericanos) en Medellín; y lo costeño (vida
marítima del Caribe y presencia afroamericana, europea y árabe) en Santa Marta.
Anexo A: Metodología
192 en el mismo parentesis del año en el cual se hizo la publicación original y por
este año debe buscarse en la Bibliografía. En el anexo sobre bibliografía podrán
encontrarse dos fechas: La primera señala la publicación original y la segunda
la edición consultada. Así, por ejemplo, si se alude a un concepto de Freud [el
fetichismo] se pondrá en el texto ( 192 7) cuando originalmente se publicó y en
la bibliografía se agregará, 1981, que corresponde a la edición española utilizada.
El equipo de trabajo que participó fue entrenado por el director del proyecto
y quedó distribuido así: en Bogotá lo coordinó William Silva y se designaron
como analistas visuales a la psicopedagoga Elsa Bocanegra y como recolec-
tores zonales a los estudiantes -hoy diseñadores- Ximena Betancour y Juan
Pablo Salamanca. En Medellín trabajaron el historiador Eduardo Domínguez
y la antropóloga y comunicadora Claudia Alvarez, cada uno de ellos con.estu-
diantes que les colaboraron en la recolección del material. En Santa Marta lo
coordinaron la bibliotecóloga Luz Paulina Travecedo, que además aportó una
valiosa muestra fotográfica de esa ciudad, y la antropóloga Marta Elena Abello
quienes contaron con la participación de la historiadora Adriana Corzo. Como
dirección estadística de todo el proyecto se contó con los servicios del asesor en
sistemas William Silva. Todas las personas que intervinieron ya habían tenido
experiencia en investigación y la mayoría había trabajado con el autor de este
libro en proyectos similares, lo cual se valora altamente debido a las cualidades
de conocimiento en análisis visual que se exigían para esta investigación
La financiación de esta investigación estuvo a cargo de Colciencias (Insti-
tuto Colombiano de Ciencia y Tecnología) que dio los aportes para realizar la
base de datos en 1993-94, financió parte de mi viaje a California (1994) para su
redacción final y me reconoció como uno de los investigadores sobresalientes
del país, durante 1995 y 1996, con un premio de una pensión mensual que
fue de indispensable utilidad. También recibí financiación de la Universidad
Nacional de Colombia, que me concedió durante esos años (1990-92) media
carga académica para hacer la investigación y durante dos años (1994-96) una
comisión de estudios en el exterior. Finalmente, en la parte de Nueva York, fui
financiado por la Facultad de Humanidades de la Universidad de California,
Irvine, que me concedió una beca de investigación.
Posee 8 7.7%
~
Posee 13 7.7%
~ Posee 4 23. l %
Posee 5 7.7%
Posee 6 10.0%
~
Posee 8 10.0% Posee 3 álbumes 40.0%
194 3. TOTAL REGIONES. MOTIVO FOTOGRÁFICO r
10
9
8
T
<li
·~ 6 ~-
e
<li
~
5
o
"- 4 ~-
3
2
1
O----¡ ., 1 1 1
1•. Comun1on Matrimonio Paseo Bautizo
Motivo
40
30
20
10
ºf-~~~~~----,~~~~~~-,-~~~~~~-,----~~~~~~
Tarjetas Recorte periódico Postales Recordatorios
D Bogotá
D Medellín
D Santa Marta
40
36
32
28
24
20
16
12
8
4
o~~--r-~~~ .........~~~--,.~~~~,--~~~--r-~
Familia Hijos Bautizo 1ª. Comunión Recuerdos
Regiones
O Bogotá O Medellín O Santa Marta
31.0
27.9
24.8
21.7
Q)
·g 18.6
e:
Q)
15.5
"
o
"- 12.4
9.3
6.2
3.1
o.o
Bisabuelos Abuelos Padres Nietos Hijos
Generación
Generación
40
36
32
28
<11
·~ 24
e
<11 20
~
o
c.. 16
12
8
4
o
Bisabuelos Abuelos Padres Hijos
Generación
Niños 23.3%
Otros 33.3%
>
Mujer 13.3%
Bebé 6.7%
Grupo-Fami 13.3%
Grupo 10.0%
Niños 23.3%
Otros 43.3%
Grupo 13.3%
/f
Bebé 6.7% / \\ Madre-hijos 6.7%
60
54
48
42
·~ 36
e
Q) 30
~
o 24
"-
18
12
6
o
9x12 2x3 6x8
Tipos
31.0 -
27.9
24.8
21.7
Q)
·g 18.6
e:
Q)
15.S -
"
o
"- 12.4
9.3
6.2
- -
3.1
O.O
10 19 20 21 39 40 49
Cantidad
20
18
16
14
Q)
.§' 12
e:
Q)
10
"
o
"- 8
6
4
2
o
o 10 12 16 21 25 38 45 18
Cantidad
40
36
32
28
(lJ
.§' 24
e:
(lJ
20
~
o 16
O-
12
8
4
o
10 11 13 16 20 45 46
Cantidad
30 + -
27
24
(lJ
·;¡;- 21 1 1 1 -
e:
(lJ
18
~ 15
o
O-
12
9 11 1 1 1 - -- -- -- - -
6
3
o
10 18 12 13 16 18 20 21
Cantidad
90
81
72
63
Q) 54
·~
E
Q)
45
~
o 36
Q_
27
18
9
o
10 50
Cantidad
70
63
56 -
49
"' 42
.N
e:
35
"'l::!o
Q_
28
21
14
7
o
14 6 o
Cantidad
80
70
60
so ~
/ 40
30
20
10
o
Primerísimo plano Primer plano Plano medio Plano general
10
o~-'---'----'----'-------'--="---'---=L.....l.--=l==~====>---===~--===~:==d__l-====-
. caóo it\cal i
\'10(1\31 \>\(oÓO 1..ate1a\ r101\io(ltal \Je1\\col (o(l\Wíl' 1'10(1\al-~e l)\ago(lo \>3(\olá(l\\(O
10
90
80
70
QJ
·g 60
e:
~ so
~ 40
30
20
10
Ü--'--~--i-~-'-~--1,L~--'-~-'-~~'---'-'-----'-~~~~-'-~-1--
Regiones
O Femenino O Masculino
Padre-Madre-Hijo 15.4%
_ Mayor 15.4%
90 t ,------r--.__
80
70
60
50
40
30
20
10
o
Realista Poética Irónica Obscena Otras
30
--
--
20 + 1 L___
10
o -'--'-----'----l.~-'--~~~-'---'=====~~~~~=---'==~~~
90
81
72
63
Q)
·;¡;- 54
e:
Q) 45
~
o 36
"-
27
18
9
o
Verbal Gestual Estético
Elementos
80
70
60
so
40
30
20
10
º~~~~~~---'-~~~~~~~---'-~~.....__,,~_,__~~~
Humanos Animales
20
10
O
LJ Carros
O
o
Ü_¡_L__¡_~!:===--~~_L~.J..__L~.J.._~~-==::i:==:j_--l~
Bolos Garrafas
9~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
g-1-f--i~~~~~_
~~~~~~~~~~~~
7
6
5 1-- -
4
3 >--
2 -
1 -
0-1-L-L-L__l_,.J__J__J__.L,L-l:::===--==IL.....IO===ic_c===d.._J
Flores Sillas Matas Ponqué Árboles
D Medellín 100.0%
SOL
40
30
20
10
o
D
Una persona
Bogotá O
db11
Parte del cuerpo
Medellín D
Un objeto
Santa Marta
D =
Una emoción Otros
70
63
56
--
49
Q)
·g 42
e
Q) 35
~
~ 28
21
14
7
o 1 - - - - - - - ¡ - - --- ----¡
Tipo de orden
90
81
72
63
"'
·;;¡ 54
e: 45
"'o
~
36
o..
27
18
9
o
Orde-Cro(Síl Orde-Cro(No) Orde-Ritu(Síl Orde-Ritu(No)
Tipo de orden
10
90
80
70
·§60
e:
50
~
& 40
30
20
10
o
Ord. eron (Síl Ord. cron (Síl Ord. Rit. (Síl Ord. Rit. (No)
Tipo de orden
90
81
72
63
§ 54
<:
45
"'~ 36
á'.
27
18
9
o
Ord. eron (Sí) Ord. eron (Sí) Ord. Rit. (Sí) Ord. Rit. (No)
Tipo de orden
40
36
32
28
.,
.E 24
.,e: 20
:=o
"-
16
12
8
4
o
Orde-Cro(Sí) Orde-Cro(No) Orde-Ritu(Sí) Orde-Ritu(No)
Generación
Embarazo 4.5%
/
¡-".
Bautizo 20.7%
Matrimonio 47.7%
'
25.0
22.5
20.0
17.5
·~ 15.0
e 12.5
"'
~
10.0
~
7.5
5.0
2.5
o.o
Ba (F) Ba(F) Emba(F) Emba(M) 1C(M) lC(F) 15 an(F) Ma(m) Ma(f)
Ritos
Bautizo 12.9%
70
63
56
49
"'
·g 42
e:
35
"'l::'o. 20
a..
21
14
7
o
Ba[M) Ba(F) Con(M) Con(F) lC(M) lC(F) lS(M) lS(F) Emb(F) Ma(F) Ma(M) Fu(F)
Ritos
Confirmación 2.8%
Matrimonio 38.7%
40
36
32
28
·§- 24
¡¡¡ 20
~
¿:: 16
12
8
4
o
~ so ~ se ~ se so ~ so ~
o
·e:o
e e ·e:
E E •O ·O
'ü ·O •O
·e:::i
N
~
~
V>
·g
V> ·;:; ·e:::i o o Q)
e
·¡:;
::i "'E "'E E
E
·s E "'
.o ::i
"'
co co "' ~ ~ E
o u
o ·s E u_
e
o
e
o u "'
::;¡; "'
::;¡;
lJ.J
u u ':'.-- ':'.--
Ritos
Bautizo 18.1 %
23.4
21.1
18.8
16.S
<IJ
·;;¡- 14.2
e:., 11.9
~
o 9.6
Cl.
7.3
s.o
2.7
0.4
Ba(F) Ba(F) lC(M) lC(F) Emb(M)Emb(F) lS(M) 14{F) Ma(m) Ma(f)
Ritos
01
Sala 16.7%
Otros 40.0%
Estudio 10.0%
Colegio 6.7%
Comedor 6.7%
Río 6.7%
Patio 6.7%
Cuarto 6.7%
02
Otros 36.7%
Colegio 6.7% :r
' , Parque 6.7%
Escuela 6.7% ,
03
100 O Femenino
90
D Masculino
80
70
60
50
40
30
20
10
o
Bogotá Medellíin Santa Marta
04
10 O Bogotá
n O Medellín
9
8
7 n D Santa Marta
6
5
4 1 ~ 111 ~
3
2
1
o
1' Comunión Matrimonio Paseo Bautismo
05
Esposo 15.4%
Madre 15.4%
//
Ninguno 61.5%
Todos 7.7%
06
O Bogotá
O Medellín
O Santa Marta
07
70
63
56
49
42
35
28
21
14
7
o
Femenino Masculino
08
Funerales 0.4%
Embarazo 1.8%
/,,__
Matrimonio 29.0% Bautizo 22.8%
Confirmación 5.7%
_,..--
09
23.4
21.1
18.8
16.5
·§ 14.2
e
Cl!
u
11.9
o
o.. 9.6
7.3
5.0
2.7
0.4
Ba(F) Ba(F) lC(M) lC(F) Emb(M) Emb(F) 15(M) 14(F) Ma(m} Ma(f}
Ritos
10
50
45
40
35
cu
;;¡- 30
E
cu 25
"
¿: 20
15
10
5
o
Abuelos Padres Hijos
Generación
11
90
81
72
63
·N s4 -
~ 45
rf_" 36
27
18
9
O~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
12
50
45
40
35 -t- ~
OJ
·~ 30
e
OJ 25
~ ~
o 20
o..
15
10
5
o
Abuelos Padres Hijos
Generación
13
100
90
80
70
OJ
·~ 60
e
so
~
!?. 40
30
20
10
Ol_~L...-_L_~~___¡_~i__~~~,-~~~-'-¡-'-~~~
Tipo de orden
14
23.4
21.1
18.8
16.S
C1I
·g 14.2
e:
C1I 11.9
~
o 9.6
"-
7.3
5.0
2.7
0.4
Emba(F) Bau(F) Conf(F) 1C(M) 15(F) Ma(F) Fune(F)
Ritos
15
16
Elefante 5.0%
..I
Micos 5.0%/ / , Gallinas 5.0%
17
O Otros
o 1-Hijo
18
/
Rosa
~ ~
19
' /
Recordatorios 11.1 %
20
D Tar-Nacimi
• Invitaciones D Tarjetas
• Papel-Choco D Tarjetas D Calendario
••
:J
o
Tar-1-Comu
Tareas
•o Cabello
Recordatorio
[J Esta-Virgen
D Postales
• Pétalos
El Pape-Vtación
D Estam-Virgen
o Regis1Comu
Estampillas
Cabello
CJ Cédula-Postal o Telegramas
o
8 Telegramas o Nacimiento ¡;¡ Poesía Pafolio
•o Recorperiodi o Jarrón
•o Recor-Perio
1a. Comunión
o 15 años
D Otros
• Calcomanía
D Moños
D Mechón Pelo
D Recordatorio
Etivinodiablo
o Huellas-pies D Bolsa-Plasti
• Cura-Snopy O Afi-Computa
•o•
O Cabello
o Plantas o Papeles-Escritos o Postales Condu-Ejerci
IB Estam-Santo
liil Pergamino
[] Tarje-Naci
• Firmas Amigos i!J Recordatorios
1111 Recor-Perio
Revista
Ramos
21
50
45
f ~~
--
40
35
(IJ
-~ 30
e
(IJ
u 25
o
"- 20
15
10
5
o
Foto B/N Foto co lor Foto mixta
Tipos
22
80
72
64
56
48
40
32
24
16
8
o
5 1 o
Cantidad
23
60
54
48
LJ.J
42
~
z
36
UJ
30
~
o 24
"-
18
12
6
o_L~'--....IL~ll__J_~~----1.~_JJ_.......Jl~--'-~~-'-~ll_-'L~.l.._~
24
r-¡:ofOJra{ias
[1]
[2]
SOWS/W SOJJOSOU i1p UiJÓDW! D/ :01¡1wo1 "P wnqw
[f7] [E]
[5] [6]
235
[B]
Anexo C: Fotografías
SOWSfW SOJJOSOU iip Uii6DWf D/ :Df/fWDJ iip wnqw
[Ol]
9fl
237
[11]
[12]
- Anexo e: Fotografías
SDWSJW SOJJOSOU ap ua6ow1 D/ :D!f!WDJ ap wnqw
l....-U'l•-.JP-
91>~ fUO . . . . -
=~'== '",-..- ----
---~
----
.. -~p----..-<
... ..
:::,::;..-.,:~-= ~~~
----
-- .. --- .. --- :r::.=
•Jllnl OJ#p'(S.J4"
_....._...,..
. . _:= .. 13
.,., __ • .....,,vm.
.................
..,..,,,..,....,.,....
~
...........tXlf~
...........,.
............
.. Ala
~:..
Ollf.l10I.......,
-.)W ~ ftQqµµ ... a.qu
~,·.=-~
... _ _ 1111
. ., ..... '"' ........ "'
._....,
... iwrtm " .. ..laUllH
USfO.. 01JHd•UV
1.P llltp.>"P
_.,_.,...._ tHlVH
......... ...a.p. . . .
...,...,.......'°"..,
--.-JtP•~
...., ._
....
.....,...,....wn.ra .....
ftil"'8
..........................
...., ...... '"111"'
___
.. _
,._....,_
:·.=-*.,.:.r=
·1n •1•1uacv1doH3
uiauoµ1? ua aJanw supf1?Jamsa,
ua aiueJ3Jamo3 opJ30U03 u [vl]
[EL]
[15] 239
[16]
Anexo C: Fotografías
SOWSfW SOJJOSOU ap ua6ow¡ O/ :o!ffWDJ ap wnqw
[8l]
[Ll]
OVl
241
T-k.J.J.. r
1. "';·J. 'J..
T.. ,,. 1.. •• _..:i " • L. l"
b. f,•·· l... ¡
J.. .f-/
·~ ••• J• ...... ,,¡,,
....
[19]
[20]
Anexo C: Fotografías
sows¡w so1¡osou ap uaóow¡ o¡ :o¡¡¡wo¡ ap wnqry
[ll]
{l(}
243
[23]
Anexo C: Fotografías
sows1w so1¡osou ap ua6ow1 o¡ :on1woJ ap wnqw
[9l]
[5l]
245
~
[27]
[28]
Anexo C: Fotografías
sows1w so1iosou ap ua6ow1 o¡ :omwo¡ ap wnqw
[OE]
[6l]
9vl
247
[31]
[32]
Anexo C: Fotografías
mws¡w m1¡omu ap ua6ow¡ o¡ :0111wo¡ ap wnqw
[ff]
8vl
249
[35] [36]
[37]
Anexo C: Fotografías
sows¡w so1¡osou ap ua8ow¡ o¡ :01nwo¡ ap wnqw
[6[}
[8E]
OSl
251
[40]
[41]
Anexo C: Fotografías
50WSJW SOJJOSOU ap ua6ow¡ D/ :D!f!WDJ ap wnqw
[flfl]
[Efl]
[lfl]
m
253
[45]
[46]
Anexo C: Fotografías
SOWSfW SOJJOSOU ap ua6ow¡ o¡ :D!ffWDJ ap wnqw
ísvl
[Lv]
255
[50]
[51]
Anexo C: Fotografías
SOWSIW SOJ)OSOU ap ua6ow1 Df :Of/IWDJ ap wnqw
[i75]
[E5]
[l5] 9Sl
257
[55]
[56] [57]
Anexo C: Fotografías
sows¡w so1¡osou ap ua6ow¡ o¡ :off!WDJ ap wnqw
~
[65]
[85]
8SZ
259
[67]
[62]
Anexo C: Fotografías
sows¡w so1¡osou ap ua6ow¡ o¡ :omwo¡ ap wnqw
{p9}
{[9} 09l
[65] 261
[66]
Anexo C: Fotografías
sows¡w so11osou ap ua6ow¡ o¡ :o¡¡¡wo¡ ap wnqw
[69]
[89]
[L9] l9l
~ [70] 263
[71]
[72]
Anexo C: Fotografías
sow5fw so1¡osou ap ua6vw1 o¡ :vf/fWDJ ap wnqw
{f?L]
{EL] P9l
265
[75]
[76]
Anexo C: Fotografías
SOW5fW 50JJ050U ilp UiJ6DWf D/ :O!ffWDj ilp wnqw
[8L]
-
[LL] ~ 99l
267
Anexo C: Fotografías
SOWSfW SOJ)OSOU ap ua6ow1 D/ :O!ffWDJ ap wnqw
89l
269
[85] [86]
,.,. [87]
[88]
Anexo C: Fotografías
>OWSfW SOJ)OSOU op ua6ow¡ D/ :Df/fWDJ op wnqw
[06]
[68]
OLl
[97] 271
[92]
[93] ,..
Anexo C: Fotografías
sows1w so1¡osou ap ua6ow1 o¡ :otf!WDJ ap wnqw
/
[96]
[56]
[f76] !(:
273
[97] [98]
[99]
Anexo C: Fotografías
sows¡w so11osou ap ua6ow¡ o¡ :o!f!WDJ ap wnqw
[LOL] [OOL]
~
va
275
[103] [104]
[105]
Anexo C: Fotografías
mw5JW 501¡05ou ap ua8ow1 o¡ :Olf!WDJ ap wnqw
•g¡;gy 3Q 61 D!UUJt "!tJO&o& ~
[80ll ,...
gnfüttflE zatUI]~ .rouna[jf,
·u¡¡imll"'i uu'{j •.Q v¡n¡5¡ "J U• nl¡nl¡
~JIDTUUl:Ji) ll.t31U!.tllt pu aq oq.mml(
[LOll [90ll
•'
9Ll
277
[709] [710]
[711]
Anexo C: Fotografías
sows1w so11osou ap ua6Dw1 o¡ :o!f!WDJ ap wnq/11
E:
{[L l]
[ll ll
8Ll
"{' "1'r
''
~ '"
279
' '
f '
'
[114]
[115]
Anexo C: Fotografías
SOWSJW SOJJOSOU ap ua6ow¡ Df :D!f!WDj ap wnqw
[L l ll
[9l ll
08l
281
[118]
[119]
Anexo C: Fotografías
SOWS!W SOJJOSOU ap ua6ow1 D/ :D!f!WDJ ap wnqw
[Ul]
[Ol' l]
l8l
[122] 283
[123]
Anexo C: Fotografías
50W5fW so1¡05ou ap ua6ow1 o¡ :omwo; ap wnqw
......... l ''U
'118r«:liro-t-lll1303W
OOldU. 3.JJMntJ.S3Y VJ.RWOOVW \f1
----~~~ :JI [5lLl
[f7l L]
\78l
285
[126]
[127]
Anexo C: Fotografías
50WSfW SOJJOSOU ap ua6ow¡ D/ .'D!ffWDJ ap wnq/I¡'
[O [ l]
[6lll
[8lll 98l
287
[131) [132)
[133)
Anexo C: Fotografías
sow5¡w 501¡05ou ap ua6ow1 o¡ :omwo1 ap wnqw
[5Ell
[f7E l]
88Z
289
[136)
[137)
Anexo C: Fotografías
SOWSfW SOJ)OSOU ap ua6ow1 Df :O!ffWDJ ap wnqw
[Of7 ll
[6Ell [8Ell
06l
291
[141] [142]
[143]
Anexo C: Fotografías
sows¡w so1¡osou ap ua6vw¡ o¡ :0111wv; ap wnqw
[5f7ll
[f7f7 ll
Z6Z
[146] 293
[148]
Anexo C: Fotografías
sows1w so1¡osou ap ua6ow1 o¡ :0111wo; ap wnqw
[05L1
[6vL1 ~ v6l
295
[752]
[756]
[757]
Anexo C: Fotografías
~
298
[159]
V
()do'oe' 11. 19&9
SPAINGFIELD Sli(JPPEA'S
INQUIRING
· \>H.O'I'OGRJ\\>H.ER
B)' RcbCCC3 Rya.Jl·Wb)\J\l!Y
'foday's Question: Do you 1hink 1he
swie's new. proposed ra.< on beer is
p1initive?
[160]
[161]
Anexo C: Fotografías
sows1w so;¡osou ap ua6ow1 o¡ :omwo¡ ap wnq¡y
[v9ll {[9L}
[l9ll
~
oor
[765] 301
~
[766] ,...
Anexo C: Fotografías
sows1w soJ¡osou ap ua8ow1 o¡ :vmwv¡ ap wnq/\/
-onb.Jf'~CJ º/'\JYJO
!<75~-~
[89ll
~; 00'#ooiJ
"11iooj
¡ooi
-oo#fJ~
º'16 i>T • lt - onnr :.1•r11n•tY
"" "'1" .. -1 .. ••1"• .00l"' ni
[L9ll ~ lOE
[169] 303
[170] ,,..
Anexo C: Fotografías
sows1w soJ¡osou ap ua6vwt o¡ :01¡1woJ ap wnqw
[U l]
[LL ll
[7 73] 305
[774]
Anexo C: Fotografías
SOWS/W SOJJOSOU ;:;p ua6ow1 D( :Dl(!WDJ ;:;p wnqw
[9L l]
[5L l]
90E
[177] 307
[178]
Anexo C: Fotografías
SOWSIW SOJ)OSOU ap ua6ow¡ D/ :DJ/IWDJ ap wnqw
[08ll
[6L L] 80f
[1811 309
[182]
Anexo C: Fotografías
SOWSfW SOJJOSOU ap ua6DWf D/ :Df/fWDJ ap wnqw
[EBL]
Olf
311
[184]
~ [185]
Anexo e: Fotografías
mws¡w mi¡osou ap ua6ow¡ o¡ :omwo¡ ap wnqw
[98L1
m
[787] 313
[788]
Anexo C: Fotografías
/
l
:!
Libros
Adobe Photoshop LE, User Cuide Windows!Macintosh, USA, 1985.
Alemán, Jorge y Larrera, Sergio. "Unaridad del significante", Boletín de Psicoa-
nálisis N° 1, Madrid, diciembre, 1981.
Amorín, Enrique. "La fotografía", Revista Sur de Buenos Aires [91], 1942, pags.
16472.
Arheim, Rudolf. "Qué es la fotografía'', Revista Facetas [v. 1O (Nº 3)], 1977.
Aristóteles. Poética, Madrid, Edición Aguilar, 1963.
Barthes, Roland. Cámara lúcida (1980), trad. Joaquín SalaSanahuja, Barcelo-
na, Ediciones Paidós, 1990.
Benjamín, Walter. Illuminations, trans. Harry Zohn, New York, Schocken
Books,1969.
Berges, I de. Dibujos y grabados de Gaya, Barcelona, Joaquín Gil, 1966.
Bertrand, Pierre. El olvido, revolución y muerte (1975), trad. Tuna Mercado,
Ciudad de México, Siglo xxr, 1977.
Betsky, Arbon. Building Sex, Chicago, William Morrow, 1995.
Bordieu, Pierre. Un art mayen, París, Minuit, 1965.
Brian, Coe. The Birth of Photography, New York, Taplinger Publishing Com-
pany, 1976.
Carreño, Gloria. Pasaporte a la esperanza: generaciones judías en México. 1922-
1992, Ciudad de México, 1992.
Castañares, Wenceslao. "Lógica, semiótica y hermenéutica: el pensamiento ab-
ductivo", Simposio de Semiótica 1.2, abril-junio de 1988.
316 Castoriadis, Cornelius. "Sujeto y autonomía". Entrevista con Fernando Urriba-
rri en Ensayo y Error, N° 1 (Vol. l. 1996), Bogotá.
Cole y Kobayashi. ed., Shades of LA: Pictures From Ethnic Family Album, New
York: New York Press, 1996.
Colmenares, Germán. Convenciones contra la cultura, Bogotá: Tercer Mundo,
1988.
Concha Waldemaro, José Fuentes y Magnolia Lugo " Fotógrafos, Imágenes y
sociedad en Yuacatán: 1841-1900'', Mérida: Universidad de Yucatán, 2010.
Couchot Edmond. La Tecnologie Dans L ""Art: De la photographie á la réalité
virtuelle, París, Editions Jacqueline Chambon, 1998.
Danow, David. '"Ihe Concept of Frame", Centro Internazionale di Semiótica e
di Lingüística, (N° 189), diciembre de 1989, págs. 1332.
Dascal, Marcelo. La semiología de Leibnitz, (1982), trad. Carlos Palau, Mede-
llín, Universidad Nacional de Colombia, 1989.
De Certaud, Michel. The Practice of Everyday Lije, trad. Steven Rendall, Los
Angeles, University of California, 1984.
Deleuze, Gilles. Cinema (1985), trad. Hugh Tomlison y Barbara Haberjan,
London, Athlone, 198689.
_ _ _ _ _ . Proust y los signos (1964), Barcelona, Anagrama, 1970.
Derrida, Jacques, Dissemination, trad. Barbara Johnson, Chicago, University
of Chicago, 1981.
Derrida, Jacques, International Conference Memory: The Question of Archives.
Seminario de primavera de 1995, University of California, Irvine.
_ _ _ _ _ . "Archive Fever: a Freudian Impresion", conferencia, junio 5,
1994.
Diccionario de la Real Academia Española, Madrid, Espasa Calpe, 1992,
p. 453.
Diccionario Latino Español, Barcelona, Ramón Sopena, 1953, pp. 51, 99, 370.
Dubbois, Philippe, El acto fotográfico: de la representación a la recepción ( 1983),
trad. Graziela Baravalle, Barcelona, Paidós, 1986.
Ducrot, Oswald, Le diré et le dit, París, Minuit, 1985.
Dufrene, Mikel, "El arte y los discursos" en Estética, 56 diciembre de 1987, 317
pp. 78-116.
Dávila, Abello, Bonilla, ed., Santa Marta a través de la fotografía, Bogotá, Ban-
co de la República, 1993.
Eco, Umberto, "Semiología de los mensajes visuales", Comunicaciones, (8),
págs. 170240.
El Tiempo, 15 de octubre de 1988.
Fine, Reuben, The Development of Freud's Thought, New York, Jasan Aronson
Inc, 1973.
Flower-MacCannell, Juliet, The Regimen of the Brother after the Patriarchy,
London New York, Routledge, 1991.
_ _ _ _ _ . "Lave Outside the Limit of the Law" en Lacan and Lave, Journal
of Culture/Theory /Politics (23), verano, 1994.
Fontanille, Jacques, Points de vue et strategies discursives, París, Minuit, 1986.
Foucault Michel, Esto no es una pipa. Ensayo sobre Magritte. Barcelona: Ana-
grama, 1981.
Freud, Sigmund, La interpretación de los sueños ( 1898.9) op. cit., tomo I.
"El porvenir de una ilusión" (1927), op. cit., tomo III.
"Fetichismo" (1927), op. cit., tomo iii.
"Lo siniestro" (1919), op. cit., tomo iii.
"Moisés y el monoteísmo" (1939), trad. Luis López Ballesteros,
Obras completas, tomo iii, 1981.
"Psicopatología de la vida cotidiana" (19 01), op. cit., tomo i.
"Tres ensayos para una teoría sexual" (1905), op. cit., tomo i.
"Compendio del Psicoanálisis" en Obras Completas, T III, pp
3380/3418, Madrid, Biblioteca Nueva, 4ªed., 1981.
García Canclini, Néstor, Consumidores y ciudadanos, México, Grijalbo, 1995.
Garroni, Emilio, Senso e paradosso (1986), Roma, Laterza Gauthier, Gay, Vein-
te lecciones sobre la imagen (1986), trad. Dolores Jiménez, Madrid, Edicio-
nes Cátedra, 1992.
Bibliografía
318 Genette, Gerard, Figures III, París, Seuil, 1972.
Ginzburg, Carla, Mitos, emblemas e indicios (1983), Barcelona, Gedisa, 1989.
Gombrich, E. H., Lo que nos dice la imagen (1991), trad. Rubén Sierra Mejía,
Bogotá, Editorial Norma, 1993.
_ _ _ _ _ . The Story of Art [Historia del arte], Great Britain, Phaidon
Press, 1959.
González, César, El sentido de la imagen, Mexico, UNAM, 1989.,;./
Gutiérrez, Aceves, "Imágenes de la inocencia eterna", Artes de México (N° 15),
primavera de 1992.
Gálvez, Cristina y otros, Pasto a través de la fotografía, Pasto, Banco de la Re-
pública, 1986
Harold, Isaacs, Idol of the Tribe, Cambridge, Massachusetts, Harvard Univer-
sity Press, 1975.
Heidegger, Martin, Kant and the Problem of Metaphysics [Kant y el problema
de la metafísica], trad. James S. Churchill, Bloominton, Indiana University,
1962.
Herrera, Diego, "Memoria visual e identidad cultural en Antioquia: 1890 1950'',
V Congreso Nacional de Antropología, Medellín.
Irigaray, Lucy, Parler n'est jamais neutre, París, Minuit, 1985.
Jameson, Fredric, Posmodernism: Or The Cultural Logic of Late Capitalism
Durhan, Duke University, 1991.
Kandinsky, B., De lo espiritual en el arte, Barcelona, Labor, 1982.
Kinder, Marsha,. "The Spanish Oedipal Narrative from Raza to Bilbao", Quar-
terly Review of Film and Literature (13).
Kofman, Sara, Cámara oscura de la ideología (1973), trad. Anne Leroux, Ma-
drid: Taller de Ediciones Josefina, 1984.
Lacan, Jacques, Psicoanálisis, radiofonía & televisión (1969), Barcelona, Ana-
grama, 1977
_ _ _ _ _ . "What is a picture?" en The Four Fundamental Concepts of
PsychoAnalysis (1973), trad. Alan Sheridan. Ed. JacquesAlain Miller, New
YorkLondon, WW Norton & Company, 1978.
Langford, Michael, The Story of Photography, New York, Focal Press, 1980.
Bibliografía
320 Restrepo, Mariluz, Peirce: ser signo interpretante, Bogotá, Significante de papel,
1994.
Riegl, Alois, Problems of Style (1858-1905), trad. Evelyn Kain, New Jersey, Uni-
versity Press, 1992.
Roche, Denis, Ecrit sur I.:image: reflexions sur l'acte photographique, París, Edi-
tions de L'Etoile, 1982.
Artículos
Antonio Caro, ''Arte y nuevas Tecnologías", ponencia presentada en el X Con-
greso de la Asociación Española de Semiótica "La Rioja, España, Octubre
del 2002.
Armando Silva, ''Mitos y ritos en las sociedades contemporáneas", en DeSignis
(No. 9), coordinado por José Enrique Finol, Editorial Gedisa, Barcelona,
2006.
Carlos Solano, ''Maldita sea, soy adicto a FaceBook" (El Tiempo, 6/10/ 2007).
_ _ _ _ _ . "Todos para uno y uno para todos" (El Tiempo 23/12/07).
Bibliografía
322 David Casacuberta, "Cada hombre, un artista", en Creación e inteligencia co-
lectiva, Instituto Andaluz de la juventud, Universidad Internacional de An-
dalucía, Festival Zemos 98, 2005.
José Luis Brea "Cambio de régimen escópico: del inconsciente óptico a la e-ima-
gen", en Estudios Visuales (4, Octubre del 2006), pp. 143/168.
Guillermo Santos, ''Algunas tendencias importantes" (El Tiempo, 7/17 / 2007).
El Tiempo, 18/ 11/ 2007: "Si usted tiene un celular con video móntese su película".
Películas
Rear Window [La ventana indiscreta], director Alfred Hitchcock, San Francis-
co, 1954.
Anastasia, director James Goldman, 1988.
Striptease, director Andrew Berman, Los Angeles, 1996.
Colecciones fotográficas
González, Sady, El saqueo de una ilusión, 1997, Número ediciones.
Revista Saber ver, Número especial sobre "Retratos de famillia'' México Df,
1994.