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“Al unísono, junto a mis hermanos”

Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció


que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran
vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno
derecho hacia adelante, y la tomaron. Josué 6:20 El pueblo había recibido
pautas muy claras sobre su proceder para el sitio de Jericó. Lo primero era
trabajar como si fueran uno, para el mismo objetivo. Pablo escribe a los
Efesios, en el Capítulo 2:14 “Porque él es nuestra paz, que de ambos
pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación…”Todos
los cristianos, son UNO en Dios. Siendo los creyentes miembros de un
mismo cuerpo, el cual dirige Cristo, se tiene que saber que labor
desempeña y que no será de uno solo ya que el cuerpo se mueve unido
hacia una misma dirección; bajo una sola voluntad. 1° Corintios 12:12
“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos
los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también
Cristo.” No sede subestimar el poder de la unidad y la necesidad de tener
un mismo sentir. Hechos de los Apóstoles otorga una clara muestra de esto:
“Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y
todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra
de Dios. Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma;
y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían
todas las cosas en común. Hechos 4:31-37
Recuerde: Todo hijo de Dios debe ser esa voz, que al unísono, rompe
con los muros de este mundo para llevar la Palabra de Dios.

Texto: 1° Corintios 1:1-10; Efesios 4:4-6


Tema: ¡NECESITO A MIS HERMANOS!
Introducción: Historias de personas que por alguna tragedia quedaron
aisladas; desesperados buscaron encontrarse con otros. Cuanto más le
sucede a todo hijo de Dios, que sabe que necesita vivir en comunión con
sus hermanos. Por tal motivo. Génesis 37:16. Consideremos.

I) NECESITO A MIS HERMANOS, PORQUE SOMOS FAMILIA DE DIOS.


A. La fragmentación entre los hermanos. Génesis 4:8-10
B. El triste suceso entre Esaú y Jacob. Génesis 27:41
C. Estas historias llaman a reflexionar. Efesios 4:4
D. La unidad lleva el mundo a Cristo. Juan 17:23.

II) NECESITO A MIS HERMANOS PARA RECIBIR ÁNIMO


A. Aun el más fuerte necesita palabra de ánimo. 1° Tes. 4:18
B. La oración unida en momento de amenaza. Hechos 4:29-31
C. El buen ánimo impulsa al servicio. Nehemías 4:6
D. Ánimo fraternal en las pruebas. Filipenses 1:14

III) NECESITO A MIS HERMANOS PARA UNIR MI VOZ.


A. La voz de la iglesia tiene una palabra de esperanza. 1° Pe. 1:3
B. El mensaje para aquellos que nunca lo oyeron. Romanos 10:14-15
C. La voz unida en los esfuerzos misioneros. Gálatas 6:10
D. Ejemplo: La iglesia de hechos 13:1-2

IV) HERMANADOS TRIUNFANDO EN LA CRISIS. Hch. 11:28-30


A. La crisis sobre el mundo entero. Apocalipsis 3:10 por lo tanto:
1. Evitar gastos innecesarios. 1° Tim. 6:8
2. No gastar más de lo que se gana. Lucas 14:28
3. Nunca dejar de confiar en el Señor. Salmo 50:15.
4. Valorar las bendiciones recibidas. Salmo 103:1-5
5. Respetar las 3 disciplinas que Jesús dejó:
a. Orar. Mateo 7:7
b. Ayunar. Mateo 6:16
c. Dar. Lucas 6:38.

Conclusión: Cuando en alguna maratón algún competidor piensa en


abandonar, se le acercan otros y le dicen: “Sigue hasta la meta”.

Un gran y hermoso regalo.

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los


santos, y miembros de la familia de Dios.” Efesios 2:19
La necesidad de pertenecer y estar en casa en una comunidad es
importante para muchos. No pertenecer a una comunidad es experimentar
la soledad. Una persona puede tener muchos conocidos y participar en
varias organizaciones, pero eso no es lo mismo que conocer el sentimiento
de pertenencia. Pablo aseguró a los primeros cristianos en Éfeso que estar
"en Cristo" a través de la fe también los hizo parte de la comunidad del
pueblo de Dios y la familia de Dios. Lo mismo es cierto para todos los hijos
de Dios, hoy. La familia de Dios se llama la iglesia. Todos los que siguen a
Jesús necesitan encontrar un hogar en la iglesia con otros creyentes en
Cristo. Eso no siempre es fácil. Puede haber habido momentos, o incluso en
este momento, en los que muchos se han sentido como un extranjero o un
extraño. Quizás algunos han atravesados situaciones que han llevado a que
la experiencia no sea tan acogedora como le hubiera gustado. Muchos han
llegado a sentirse tentado a renunciar a ello. Pero hay un lugar en la casa
de Dios para todos aquellos que lo deseen. Un gran y hermoso regalo de
Dios, el poder ser parte de esta gran Familia. Incluso cuando se ha
encontrado su lugar en la familia de Dios, también se debe ser un agente de
integración a los demás. El beneficio de pertenecer a un hogar espiritual,
es una calle de doble sentido. No solo somos bendecidos, sino que estamos
llamados a ser el instrumento en la mano de Dios para dar la bienvenida a
los demás. No olvide lo que el salmista decía: “Mirad cuán bueno y cuán
delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Salmos 133:1

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