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El cerebro y el mito del yo. El papel de las neuronas en el pensamiento y el


comportamiento humano

Article  in  Revista de neurologia · January 2004


DOI: 10.33588/rn.3901.2003617

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José Maria Delgado-García


Universidad Pablo de Olavide
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CRÍTICA DE LIBROS
en un sueño de ondas lentas, soñando o, in- general, y los vertebrados en particular, somos
El cerebro y el mito del yo. cluso, alucinando. Habría que añadir aquí que maniáticos del movimiento, de la exploración
El papel de las neuronas soñar y alucinar son también estados funcio- continua del entomo fisico que nos rodea. El
nales del cerebro, en los que se pierde el mar- comportamiento motor es el fruto de la activi-
en el pensamiento y el
co de referencia del mundo exterior, es decir, dad de un cerebro diseñado para generar
comportamiento humano cuando el cerebro imagina el mundo, sin movimiento, en exacto manejo de la informa-
comprobarlo. Percibir es algo similar a com- ción sensoriomotora disponible. Aprender a
Rodolfo Llinás parar; pensar es predecir; aprender es, en andar, nadar o volar es un largo proceso evo-
Bogotá: Editorial Noma; 2003. esencia, reconocer ('...we basically Iearn lutivo que requiere en el recién nacido de cada
what, at some level, we already know'). El especie una breve adecuación durante una
Santiago Ramón y Cajal llevó a cabo magnífi- término clave para el neurofisiólogo es el de ventana temporal crítica, pero que se adquirió
cas ilustraciones de la estructura de los distin- estado funcional, el cual sólo se alcanza en un con la especialización de la especie concreta
tos elementos neuronales que componen el cereb¡o en condiciones fisiológicas, ya sea que anda, nada o vuela. El margen que nos
sistema nervioso de los vertebrados, asi como pensando, corriendo, durmiendo o soñando. queda para aprender otras cosas es más bien
de sus conexiones, es decir, de su organiza- Si a los 30 segundos de iniciarse un concierto estrecho y traumático, como bien saben los
ción en forma de circuitos y vias nerviosas. hacemos una fotografia de la orquesta y ana- que, además de aprender a andar, quieren ha-
Un detalle en los dibujos de Ramón y Cajal, lizamos cuidadosamente la posición de los cerse maestros en el manejo de un piano.
sin mayor importancia en apariencia, es que al brazos, la insuflación de los mofletes, la altu- La actividad mental sería un caso particu-
lado de los circuitos nerviosos aparecen esti- ra de la bafuta, ¿podremos reconocer tras un lar, adquirido también a lo largo de la evolu-
ladas flechas (no observables seguramente en arduo esfuerzo que se tmta del primer movi- ción, y que permite grados distintos de com-
las preparaciones histológicas) que indican el miento de la 4.u sinfonia de Brahms? Lo fun- plejidad, muy relacionada con la actividad
flujo de la información neuronal, de acuerdo damental del proceso fisiológico es que ocu- motriz. Pensar es move¡se en un interior adi-
con su principio de 'polarización dinámica'. rre en volumen y a lo largo del tiempo. Si el mensional, en el que se desplazan conceptos
Como consecuencia de este principio se admi- número de neuronas y de sus conexiones es en vez de paquetes. Los etimólogos estarán
te, con algunas excepciones, que las neuronas confusamente elevado, t',cuántos estados fun- contentos con esta propuesta (bellamente ar-
reciben información por las dendritas, desde cionales serian posibles? El autor del libro gumentada en el libro), ya que palabras como
las que se transmite al soma neuronal, y de tratará de convence¡le de que, tal vez, los ce- pensamiento, pesadumbre, pesadilla y pesado
éste al axón, por el que dicha'información se ¡ebros de los que hablan el francés y el espa- proceden todas de una raiz latina común. El
transfiere al elemento neuronal siguiente. ñol no son tan distintos como la dominante titulo de una novela de renombre (La insopor-
Esta visión histologicofuncional del siste- teoria (¿leyenda urbana?) de la 'plasticidad table levedad del ser) nos recuerda que el pen-
ma nervioso en dos dimensiones ha dominado neuronal'le haria suponer. Es posible que la samiento y el comportamiento comparten en
la neurociencia del pasado siglo. Tanto es asi dife¡encia esté en que dichos cerebros funcio- cierto modo dificultades, sorpresas y benefi-
que los dos o tres principios básicos en los que nan de manera ligeramente distinta. cios. Ambos son fruto de un mismo generador
se sustentan las concepciones oficiales acerca Pero, ¿en qué consiste un cerebro en fun- de estados funcionales.
del funcionamiento del sistema nervioso son cionamiento? Este libro le llevará a pensar Otro aspecto importante en el libro es el
explicables en ese marco concepfual. Por ejem- que los estados funcionales cerebrales se al- relato de cómo las oscilaciones cerebrales de-
plo, si aprendemos es porque los contactos canzan por la interacción de las actividades terminan el sustrato del comportamiento mo-
sinápticos entre neuronas contiguas se modifi- de todas las neuronas participantes. Las neu- tor y de la actividad mental. Para el autor,
can al aprender, lo aprendido se almacena en ronas producen potenciales de acción que se existe un ritmo básico de unos 10 Hz, genera-
el interior neuronal (o en el interior de deter- envían de unas a otras, pero (como ocurre con do en la oliva inferior, que sirve de marcapasos
minados centros nerviosos), el flujo de infor- los seres humanos) comunicarse no es nece- para la coordinación de la secuencia de órde-
mación nerviosa pasa de un elemento neuro- sa¡iamente sinónimo de entenderse. Las neu- nes motoras que subyace a cada movimiento,
nal a otro como si se tntase de una estación de ronas que se entienden entre sí lo hacen por- por simple que nos parezca. Del mismo modo,
relevo, etc. La complejidad se alcanza bien que hablan un lenguaje común y dialogan en hay un ritmo cerebral de unos 40 Hz que inte-
con muchos elementos (el cerebro es comple- momentos determinados, los que correspon- gra (en un rapidisimo diálogo talamocortical)
jo porque tiene muchas neuronas) o bien por- den a cada estado funcional. El sustrato que la actividad de las distintas áreas corticales
que los elementos están muy interconectados Rodolfo Llinás propone para hacer posible cuando percibimos o pensamos. Las sinfonías
(cada neurona tiene miles de contactos con las ese diálogo inteligible se basa en una propie- cerebrales pueden ser muy diversas, pero to-
demás). Ramón y Cajal era histólogo y estu- dad de los elementos celulares del tejido ner- das se interpretan con el (enorme, por otra
diaba el sistema nervioso en pequeñas rodajas vioso, que son capaces de generar oscilacio- parte) conjunto instrumental del que se com-
de tejido fijado. Aun así, tuvo la intuición ge- nes en sus biopotenciales de manera activa y pone nuestro cerebro,
nial (suficiente pa¡a conformar la imaginación de forma ca¡acterística e individualizada para Este lib¡o es un paseo intelectual impres-
de todos los neu¡ocientíficos siguientes du- cada tipo neuronal. Así, el cerebro ya no es cindible para todos los neurocientificos que
rante casi una centuria) de suponer un orden complejo por tener muchos elementos, sino quieran entrar en el siglo xxr con buen pie y
funcional en los circuitos nerviosos. ¿Cuál de- porque cada tipo de ellos (las neuronas de la una acertada actitud mental. A fin de cuentas,
bió ser el paso siguiente, que nadie ha dado oliva inferior, las células de Purkinje, las neu- el viaje más largo e interesante que se puede
hasta el momento? ronas talámicas 'de relevo', las motoneuro- emprender es el que lleva a nosotros mismos.
Dice Rodolfo Llinás en este apasionante nas) hace un trabajo esencial y característico Creo que ya lo sugirió Miguel de Cervantes
libro que la mente, o el estado mental, no es para el conjunto, amén de ser capaces de en- hace unos centenares de años.
más que uno de los diferentes estados funcio- tenderse con los demás,
nales globales que puede generar el ce¡ebro. Una idea muy querida por el autor es que la J.M, Delgado-GarcÍa
Podemos estar despiertos y conscientes (para aparición de los cerebros va ligada a la capaci-
leer estas lineas hace falta estar en ese esta- dad de moverse en un espacio tridimensional, Catedrático de Fisiología. Universídad Pablo de Ola-
do), pero también podríamos estar durmiendo con rapidez y precisión. Los seres vivos en vide. Saílla, España.

t00 RIV NEUROL 200a;39 (l)

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