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Universidad Nacional de Entre Ríos

Facultad de Ciencias de la Educación

Licenciatura en Comunicación Social

Teoría Política

Monografía: La teoría de la Revolución Permanente de León Trotsky

Cuerpo Docente: Gustavo Lambruschini

Alicia Naput

Estudiante: Nicolás Zuttión


La teoría de la Revolución Permanente de León Trotsky

Índice

Introducción………………………………………………………………Pág. 3

Marx, Engels y La teoría de la Revolución permanente………………Pág. 5

Inicios de la teoría de la revolución permanente……………………….Pág. 5

Balance de una etapa revolucionaria……………………………………Pág. 6

Resultados y Perspectivas………………………………………………..Pág. 8

1789/ 1848/ 1905………………………………………………………..Pág. 8

Tres Concepciones de la Revolución Rusa…………………………….Pág. 10

Lecciones de Octubre…………………………………………………..Pág. 13

Debemos estudiar la Revolución de Octubre…………………..............Pág. 13

Teoría de la Revolución Permanente………………………………...Pág. 16

¿Qué es la Revolución Permanente?.......................................................Pág. 18

Conclusión…………………………………………………………….Pág. 21

Bibliografía…………...……………………………………………….Pág. 22
Introducción

En el presente trabajo monográfico, realizado bajo el marco de la cátedra Teoría


Política, se propone estudiar La teoría de la Revolución permanente, elaborada por
León Trotsky.

La teoría de la Revolución Permanente se centra en el trabajo realizado por el


revolucionario ruso en 1928-29, durante su exilio en Alma Ata, impuesto por la
burocracia soviética bajo el mando de Stalin. Sin embargo la elaboración de esta teoría
(programa) no fue la publicación de un solo trabajo teórico, político y militante, sino
una intensa reformulación producida en el marco de distintos procesos revolucionarios y
de reacción desatados al inicio del siglo XX.

Para comenzar el estudio de la misma, de manera breve, se partirá de lo elaborado por


Karl Marx y Friedrich Engels para visualizar el hilo conductor de lo desarrollado por
Trotsky. Sin dudas que esta continuidad no va a mostrar una linealidad en cuanto a la
teoría marxista, expuesta por la pareja de alemanes, sino que se irá corrigiendo en base a
lo denominado por el revolucionario ruso como el criterio supremo de la razón humana,
la experiencia.

Además, en la presente monografía, se retomarán los inicios de la elaboración de la


teoría de la Revolución Permanente, efectuados en la antesala y posterioridad de la
Revolución de 1905 en Rusia. En este momento, la teoría se desarrollará al fervor de la
polémica producida entre las diferentes concepciones que surgieron en el interior de la
socialdemocracia rusa para determinar el carácter, el sujeto, la conducción y el resultado
final de la revolución. Si bien todos coincidían en que la tarea primera a desarrollarse,
en uno de los países más atrasados de Europa, era la realización de una Revolución con
las demandas democráticas – burguesas, no existía acuerdo en quién tenía que realizar
las mismas y cuál sería el resultado final de dicho proceso. La tendencia Bolchevique
(con Lenin como máximo exponente), el Menchevismo y Trotsky, serán los ideólogos
de las 3 posturas teóricas - políticas elaboradas en el proceso denominado como ensayo
general a lo que fue la Revolución de octubre de 1917.

A continuación de lo mencionado, se incluirá lo desarrollado por Trotsky en Lecciones


de Octubre. Después de que la experiencia hiciera a un lado lo expuesto por la teoría

3
menchevique (su concepción etapista o evolutiva, para la instauración del socialismo),
el creador del ejército rojo, una vez consumada la primer revolución obrera triunfante,
se encargará de resaltar una vez más que las tareas democrático burguesas ahora son
tarea de la clase trabajadora. El énfasis de su elaboración teórica se centraba en la
transición que tomaban estas tareas democráticas en tareas socialistas por quien
acaudillaba las mismas. Sin dudas que Lecciones de Octubre se elaboró también para
recordar los métodos utilizados para la conquista de la hegemonía política por parte de
la clase obrera rusa. La memoria del trabajo realizado por el partido Bolchevique,
comenzaba a ser borrada en manos de la Troika (el tridente conformado por Stalin,
Kamenev y Zinóviev).

Como parte final del trabajo se recuperará lo elaborado por León Trotsky en su trabajo
titulado La Revolución Permanente. El creador de la IV Internacional, con su trabajo
antes nombrado, combatirá la producción teórica del termidor soviético. Elaboración
política que, según su oposición, funcionó para claudicar a la burguesía ante cada
proceso abierto en donde la clase trabajadora se encontraba en situaciones de realizar su
cometido histórico según el marxismo, la toma del poder por la clase trabajadora y la
posterior edificación de una sociedad sin clases.

Como finalidad, el trabajo monográfico tiene como cometido responder los siguientes
interrogantes planteados a la teoría de Trotsky ¿Cuál es el rol del sujeto social del
proletariado ante las revoluciones democrático – burguesas inconclusas? ¿Tiene que
conducir dichos procesos revolucionarios? De efectuarlo ¿Tiene que “desarrollar” el
capitalismo hasta conseguir las condiciones para el socialismo? La tarea emancipadora
destinada a esta clase ¿Es mundial? ¿Por qué?

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Marx, Engels y La teoría de la Revolución permanente

Inicios de la teoría de la revolución permanente

El Manifiesto del Partido Comunista, escrito por Karl Marx y Friedrich Engels,
programa político de La liga de los Comunistas, en su capítulo IV Actitud de los
comunistas ante los diferentes partidos de oposición dice

Pero jamás, en ningún momento, se olvida este partido de inculcar a los obreros
la más clara conciencia del antagonismo hostil que existe entre la burguesía y el
proletariado, a fin de que los obreros sepan convertir de inmediato las
condiciones sociales y políticas que forzosamente ha de traer consigo la
dominación burguesa en otras tantas armas contra la burguesía, a fin de que, tan
pronto sean derrocadas las clases reaccionarias en Alemania, comience
inmediatamente la lucha contra la misma burguesía (Marx, 2014, pág. 99).

La pareja de revolucionarios que integraba la primera asociación internacional de


trabajadores, hizo énfasis en el proceso revolucionario, de carácter democrático –
burgués, que se avecinaba en Alemania, entendiendo que el mismo presentaría un
carácter propio que desarrollaron los países atrasados políticamente del siglo XIX.
Dedujeron que la burguesía alemana se encontraba ante una tarea a destiempo en la
historia de esa clase social. Su lucha contra el absolutismo era igual que la lucha de la
burguesía contra el proletariado en los países desarrollados. Marx y Engels formularon
la hipótesis de que su revolución (burguesa), una vez lograda, sería revolucionada por la
tarea emancipadora del proletariado1. Es por esto que afirmaban que

Los comunistas fijan su principal atención en Alemania, porque Alemania se


halla en vísperas de una revolución burguesa y porque llevará a cabo esta
revolución bajo condiciones más progresivas de la civilización europea en
general, y con un proletariado mucho más desarrollado que el de Inglaterra en
el siglo XVII y el de Francia en el XVIII, y, por lo tanto, la revolución burguesa

1
En el capítulo II Proletarios y Comunistas del Manifiesto Comunista Marx y Engels formulan como
tarea inmediata de todos los partidos proletarios el derrocamiento de la burguesía y la conquista del Poder
político por el proletariado.

5
alemana no podrá ser sino el preludio inmediato de una revolución proletaria
(Marx, 2014, pág. 99)

En las perspectivas planteadas por Marx y Engels, no sólo se plasmó el posible


desarrollo de la revolución venidera y el accionar propio de la burguesía, sino que
desarrollaron el carácter internacional (comprendiendo a Europa Occidental) de la tarea
de la clase trabajadora. En tal sentido, entendían que: “Por su forma, aunque no por su
contenido, la lucha del proletariado contra la burguesía es primeramente una lucha nacional. Es
natural que el proletariado de cada país debe acabar en primer lugar con su propia burguesía”
(Marx, 2014, pág. 78).

Los revolucionarios alemanes habían comprendido que la burguesía había instaurado en


el mundo sus relaciones de producción y de cambio. La explotación del mercado
mundial, por esta clase, era cada vez más necesaria para dar salida a sus productos. Así
es que como consigna, Marx y Engels, esbozaron la organización mundial de la clase
trabajadora “¡Proletarios de todos los países, uníos!”.

Balance de una etapa revolucionaria

Durante la mitad del siglo XIX Europa fue el epicentro de una ola de revoluciones. El
viejo continente se encontraba atravesado por una contradicción insalvable. Por un lado,
se consolidaron las relaciones capitalistas – burguesas en la organización económica del
mundo; por otro persistían formas políticas del absolutismo. Un marco político, social y
económico que produjo sucesos históricos que convulsionó a la aristocracia de Luis
Felipe de Orleans, al Imperio Austro - Húngaro y al Imperio Prusiano.

Karl Marx, fundador del socialismo científico, participó de las jornadas revolucionarias
conocidas como Primavera de los Pueblos y realizó un escrito con el nombre de
Circular del Comité Central a la Liga Comunista de Marzo de 1950, en el que
concluye que la burguesía liberal alemana había traicionado en 1848 aliándose con los
monarcas y la burocracia

Os hemos dicho, hermanos, en 1848 que el liberalismo alemán vendría pronto al


Poder y emplearía éste una vez más contra la clase trabajadora. Habéis visto
cómo ha sido realizado. Fue la burguesía quien, después del victorioso

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movimiento de marzo de 1848, tomó las riendas del gobierno, y el primer uso
que hizo del Poder fue hacer retroceder a los trabajadores, sus aliados en la
lucha contra el absolutismo, a su anterior condición de oprimidos. No podían
ellos conseguir su propósito sin la asistencia de la derrotada aristocracia, a la
cual transfieren incluso el Poder gubernamental, guardando, no obstante, para sí
mismos la intervención definitiva del Gobierno a través del presupuesto (Marx
y Engels, 1850).

Marx encontró en la burguesía de 1848 una clase social incapaz de poder llevar a cabo
la tarea revolucionaria que le correspondía. Es por eso que parafraseando a Hegel, en su
18 Brumario de Luis Bonaparte dijo que todos los grandes hechos de la historia
universal aparecen dos veces, pero agregó que la primera es como tragedia y la segunda
como farsa. Ubicó así a la revolución del ’48 como aquella que “(...) no supo hacer nada
mejor que parodiar aquí al 1789 y allá la tradición revolucionaria de 1793 a 1795.”
(Marx, 2014, pág. 103).

Volviendo a lo redactado por el filósofo alemán para la Liga de los Comunistas,


podemos afirmar que el autor no buscó otro fin más que demostrarle al proletariado la
conducta política de una clase que en determinado momento de la historia había
asumido actitudes revolucionarias; además de reafirmar que la acción en conjunto con
dicha clase es sólo táctica, expresando que: “La clase trabajadora revolucionaria actúa
de acuerdo con ese partido mientras se trata de luchar y abolir la coalición aristocrática
– liberal; en todas las demás cuestiones, la clase trabajadora revolucionaria necesita
actuar independientemente” (Marx y Engels, 1850).

El escrito de 1850, además de cuestiones tácticas, también señala: “Mientras la


democrática pequeña burguesía desearía que la revolución terminase…nuestro deber es
hacer la revolución permanente…hasta que la maquina gubernamental sea ocupada por
el proletariado.” (Marx y Engels, 1850).

Se ve como Marx toma la revolución democrática- burguesa como un paso previo a la


tarea última del proletariado. Definió así el carácter permanente de la revolución
dejando en claro la estrategia final de la clase trabajadora.

Como conclusión final, en la Circular del Comité Central a la Liga Comunista de


Marzo de 1950, Marx destacó que la clase trabajadora, para poder lograr el cometido de
hacer permanente el proceso revolucionario, debía agruparse en su propio partido

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político. Entendió que este serviría como herramienta para no ser explotado y marchar a
remolque de la burguesía, como en 1848. Además sería la única organización que
garantizaría el accionar independiente, consiente de su interés de clase capaz de hacer
de su grito de guerra “La Revolución Permanente”.

Resultados y Perspectivas

1789/ 1848/ 1905

Los sucesos de 1905 en Rusia, según Trotsky, fueron la corroboración de lo que, medio
siglo atrás, Marx había vaticinado. La burguesía había quedado sin la fuerza que a fines
del siglo XVIII la había constituido como revolucionaria ante el orden imperante del
absolutismo. Resultados y Perspectivas (1906) es el balance y análisis científico que
realizó el dirigente principal del Sóviet de San Petersburgo sobre los hechos del año
antes mencionado.

Aquí, a partir de la lógica del desarrollo desigual y combinado2, el revolucionario ruso


expuso las razones objetivas por las cuales vio en la burguesía liberal (de la atrasada
Rusia) una clase llena de contradicciones para su derrotero revolucionario. El
acontecimiento denominado el ensayo general de 1917 se dio en medio de un país que
arrojaba múltiples contradicciones en cuanto a su composición social. La Rusia Zarista
de 1905 era un país atrasado con una población mayoritariamente campesina
(150.000.000), un atraso cultural notable, una burguesía dependiente de los capitales
extranjeros y su relación con el zar, y relaciones feudales que ya poco tenían que ver
con el desarrollo del capitalismo en el resto de Europa. Al mismo tiempo, este país, era
el lugar donde se desarrolló una de las clases trabajadoras más potentes del viejo
continente.

1789/ 1848/ 1905, título del tercer capítulo del trabajo de Trotsky, es donde se encuentra
el análisis teórico – político realizado por el autor para definir las tareas que le
corresponde al proletariado en una etapa en donde la burguesía se encontraba
disminuida de las fuerzas progresivas que había desplegado en la Gran Revolución de

2
Negando el desarrollo esquemático de la historia, Trotsky formuló la ley del desarrollo desigual y
combinado que le permitió entender el desarrollo del capitalismo en Rusia.

8
1789. Entendiendo que la historia no se repite, Trotsky planteó que los sucesos
producidos durante 1848 en Prusia o Austria sorprendieron por la falta de voluntad
política de parte la burguesía, para terminar con los vestigios de la antigua sociedad.
Había dejado de ser la clase a la que “La historia le había confiado la tarea del mando,
en la lucha por el nuevo orden, no sólo en contra de las instituciones anticuadas de
Francia sino también en contra de las fuerzas reaccionarias de toda Europa” (Trotsky,
2011, pág. 53).

Para el líder del Ejército Rojo, 1848 fue la demostración de la incapacidad de la


burguesía de llevar a cabo su propia revolución, de imponer su dominación. Claro está
que la renuncia a tal tarea no parte de una dimisión al poder, sino, más bien, de las
conclusiones que había acumulado de ciertas experiencias anteriores “La burguesía
había extraído algunas lecciones de la experiencia de la burguesía francesa: estaba
corrompida por su traición y amedrentada por sus fracasos” (Trotsky, 2011, pág. 55).

Es por esto que, según el autor, la burguesía alemana de mitad del siglo XIX desde un
primer momento, en vez de hacer la revolución, prefirió separarse de ella. En tal
sentido, Trotsky definió que: “No solamente se guardaba muy bien de empujar a las
masas al asalto contra el viejo orden sino que buscaba un apoyo en el viejo orden, con
tal de rechazar a las masas que la empujaban hacia adelante (Trotsky, 2011, pág. 55).

Sin la dirección política de la burguesía y la incapacidad del campesinado de ser


conducción, Trotsky entendía que éste era incompetente para transformarse en líder de
un proceso revolucionario ya que: “A partir del momento en que le liberaban de la carga
de las obligaciones feudales, el campesinado volvía a su inmovilidad y pagaba a la
ciudad, que había luchado por sus derechos, con extrema ingratitud: los campesinos
liberados se convertían en fanáticos del orden” (Trotsky, 2011, pág. 56).

Así definió que la única clase en pie para realizar la revolución democrático – burguesa,
era el proletariado. Si bien 1848 no encontró, como dijo el político ruso, a un
proletariado preparado, sino más bien a uno débil, desorganizado y sin experiencia, sí
dejó en claro que el desarrollo capitalista auspiciaba la abolición de las viejas
condiciones feudales.

Es así que, como conclusión central, Trotsky define que en 1905 la realidad del
proletariado en Rusia fue totalmente distinta. Las jornadas de revolucionarias

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encabezadas por los trabajadores, indicaban el curso de la revolución. Si bien las tareas
a realizar eran democráticos - burguesas la clase que las realizaría sería la trabajadora,
sin dejar de lado que para que triunfen las mismas tenía que transformarse esta
revolución en socialista.

Tres Concepciones de la Revolución Rusa

Trotsky, en 1939, en respuesta a una polémica con Stalin, quien criticaba su teoría de la
Revolución Permanente, desarrolló un documento titulado Tres Concepciones de la
Revolución Rusa en donde plasma las diversas corrientes de pensamiento que existieron
al interior de la socialdemocracia rusa ante la Revolución de 1905.

Durante el desarrollo de este episodio histórico coexistieron dos fuerzas al interior de la


socialdemocracia rusa. Por un lado se encontraban los Bolcheviques (mayoría en ruso),
por otro los Mencheviques (minoría)3. Trotsky se mantuvo, en ese momento, de forma
independiente de las dos tendencias. De cara al desarrollo de la Revolución desatada en
1905 las dos corrientes y Trotsky presentaron divergencias en cuanto al sujeto social (la
clase) y el resultado que depararía el acontecimiento desatado. En cuanto al punto de
partida compartieron, las tres vertientes, que la concepción sociológica del
acontecimiento era una Revolución que desarrollaría tareas democrático – burguesas.

Como lo remarca el autor de Tres Concepciones de la Revolución Rusa, Plejanov, como


figura representativa de los mencheviques, indicó desde los principios de la década del
80’ del siglo XIX que Rusia no seguiría un curso distinto al resto de los países de
Europa occidental. Tenía como preconcepto, en palabras de Trotsky, que el
proletariado, durante la Revolución Burguesa faltante en la Rusia Zarista, sólo
funcionaría como ala izquierda de la burguesía liberal. De esta forma, la clase
trabajadora, conquistaría su libertad política y después de varias décadas con un nivel de
desarrollo del capitalismo en su país, podría lanzarse a realizar la Revolución Socialista.

3
La división dentro del partido se efectúa en el año 1903, durante el Segundo Congreso del partido,
celebrado en Londres, donde el motivo de las tendencias se dio por una serie de propuestas elaboradas
por Lenin.

10
En 1905, el fundador del marxismo ruso, reafirmaría su postura: “Los marxistas están
absolutamente convencidos del carácter burgués de la revolución rusa. ¿Qué significa
esto? Significa que las transformaciones democráticas que se han vuelto indispensable
en Rusia [...] no implican, por sí misma, la liquidación del capitalismo, del gobierno
burgués” (Trotsky, 2011, pág.100 - 101).

Trotsky, en su texto, remarca la manera en que la fracción menchevique separaba las


tareas de la revolución burguesa de la socialista y la forma en que le ponían un límite a
la misma. Sin poner atención sobre el rol conservador de la burguesía rusa, definido por
el dirigente del ejército Rojo, Plejanov consideraba: “No podemos saltar por encima del
marco democrático burgués de la revolución rusa” (Trotsky, 2011, pág. 101).

Axelrod, otro de los líderes del menchevismo, en la línea de su compañero antes


nombrado, agregaba: “Las relaciones sociales han madurado en Rusia solamente para la
revolución burguesa” (Trotsky, 2011, pág. 101). Y suponía de antemano, como Trotsky
denunciaba de su caracterización política, la limitación del contenido de la revolución
afirmando que “El proletariado lucha por lograr las condiciones que permitirán el
desarrollo burgués. Las condiciones históricas objetivas determinan que sea el destino
de nuestro proletariado colaborar inevitablemente con la burguesía en la lucha contra el
enemigo común” (Trotsky, 2011, pág.102).

Por su lado, el bolchevismo, remarcó Trotsky, se negaba a reconocer a la burguesía rusa


con la capacidad de poder llevar hasta el fin su propia revolución. El teórico
revolucionario, en Tres Concepciones de la Revolución Rusa, refleja cómo Lenin
contraponía a la idea de Plejanov de una alianza entre el proletariado y la burguesía
liberal la de una alianza entre el proletariado y el campesinado. Formulando de manera
seguida una alianza revolucionaria, entre las clases nombradas, denominada “dictadura
democrática”.

Para reflejar la concepción del bolchevismo, el autor del trabajo, cita al máximo
exponente de esta fracción cuando se refiere que el triunfo de la revolución puede
culminar

(…) solamente en una dictadura, ya que la realización de las transformaciones


que el proletariado y el campesinado necesitan inmediata y urgentemente
provocará la resistencia desesperada de los terratenientes, la gran burguesía y el

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zarismo. Sin la dictadura será imposible quebrar esta resistencia y rechazar los
ataques contra-revolucionarios. Pero no será, por su puesto, una dictadura
socialista sino una dictadura democrática. No podrá afectar (antes de una serie
de tapas transicionales del proceso revolucionario) los fundamentos del
capitalismo. Podrá, en el mejor de los casos, realizar una repartición radical de
la propiedad agraria en favor del campesinado, introducir una democracia
coherente y plena hasta instituir la república, hacer desaparecer todas las
características asiáticas y feudales tanto de la vida cotidiana de la aldea como de
la fábrica, comenzar a mejor seriamente la situación de los trabajadores y a
elevar su nivel de vida, y, lo que es muy importante, trasladar la conflagración
revolucionaria a Europa (Trotsky, 2011, pág. 102).

Sin dudas que para Trotsky la formulación que efectuó Lenin, era un avance inmenso.
Éste había desechado la idea de considerar a la burguesía como el caudillo de la
revolución efectuada en 1905 y además ponía el cambio agrario como motor del suceso
en contraposición a las reformas constitucionales defendidas por el menchevismo. De
todas formas, el ideólogo de la teoría de la revolución permanente, consideró que el
punto débil de Lenin se halló en la idea de la “dictadura democrática del proletariado y
el campesinado”. Trotsky criticaba esta formulación entendiendo que la misma
postergaba, en pos de la alianza del proletariado con el campesinado, los principales
objetivos socialistas. Consideraba que la consigna de Lenin, esbozada en estos términos,
suponía una dictadura del campesinado pero con la participación del proletariado.

Trotsky, ubicado en estos tiempos por fuera de las 2 tendencias antes nombradas,
formuló su propia perspectiva de cara a la revolución que se avecinaba en Rusia (1905).
Entendiendo, según él, que no existía ningún esquematismo y criticando una posición
derivada de un materialismo “económico” (que suponía un previo desarrollo del
capitalismo antes de que el proletariado pueda tomar el poder), elaboró una posición en
la que consideraba que en un país atrasado el proletariado se podía hacer antes del
poder. Entendiendo que el carácter de la revolución era democrático burguesa, no
dejaba de lado que el sujeto a realizarla era la clase trabajadora.

Afirmando su posición sostuvo

“Podemos tranquilizarnos con la idea de que las condiciones sociales de Rusia


no están maduras todavía para una economía socialista, y negamos así de
considerar el hecho de que el proletariado, una vez en el poder, se verá

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inevitablemente empujado, por la misma lógica de su situación, a introducir una
economía controlada por el estado [...] El mismo acto de entrar al gobierno no
como huéspedes impotentes sino como fuerza dirigente permitirá a los
representantes del proletariado quebrar los límites entre el programa mínimo y
el máximo, es decir poner el colectivismo a la orden del día” (Trotsky, 2011,
pág. 112).

De esta manera entendía Trotsky que la renovación democrática aclamada en Rusia por
el mismo capitalismo, para terminar con los vestigios feudales, al darse en un período en
que la burguesía pertenecía a los restos del conservadurismo y no a las fuerzas
progresivas, ubicaba al proletariado como fuerza que encabezaría el proceso
revolucionario.

Por último, como lo reflejaba la postura de Lenin y los Bolcheviques, el presidente del
primer Soviet ruso, entendió que la suerte de la revolución estaba atada al carácter
internacional de la misma. Sin embargo en este período comprendía como internacional
al resto de Europa occidental. Estaba seguro de que “(…) sin el apoyo estatal directo del
proletariado europeo la clase obrera de Rusia no podrá permanecer en el poder ni
convertir su gobierno temporario en una dictadura socialista prolongada (Trotsky, 2011,
pág. 113).

Trotsky no pronosticó de manera pesimista el curso de la empresa revolucionaria en


Rusia, sino que la consideraba el inicio de una revolución de signo mundial.

Lecciones de Octubre

Debemos estudiar la Revolución de Octubre

Durante la etapa revolucionaria abierta en el mundo después de Octubre de 1917 en


Rusia, el derrotero de los partidos comunistas a nivel mundial no fue aquel que auspició
la toma del poder de parte de los trabajadores a nivel planetario. 1924 es el año en que
Trotsky elabora Lecciones de Octubre en polémica con Stalin, Zinoviev y Kamenev,
quienes estaban en la dirección del partido comunista ruso. En este caso el trabajo del
jefe del ejército rojo, tenía el fin de recuperar la experiencia del proceso revolucionario

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más importante del siglo XX, olvidada o nunca estudiada, según palabras del autor, por
la mayoría de los revolucionarios.

La derrota de la revolución búlgara y el posterior fracaso de la revolución alemana,


fueron la antesala que decidió a Trotsky a realizar el trabajo teórico político antes
nombrado para sistematizar las enseñanzas que había dejado Octubre de 1917. Sin
pretender hacer una ley a priori de toda revolución socialista futura, entendió que el
estudio del proceso revolucionario ruso era tan importante como lo fueron la Gran
Revolución Francesa 1789, de la Revolución de 1848 y de la Comuna de París 1871.

Lecciones de Octubre va a enmarcarse en las claves que tuvo el alzamiento ruso para
que tenga un carácter victorioso. Los elementos centrales son la constatación de la
teoría de la Revolución Permanente y un agregado a la misma, que es el del partido
bolchevique (comprendido este como un partido de vanguardia y combate).
Comenzando con el elemento del partido, Trosky va a considerar que el mismo (…) Es
el elemento esencial de la revolución proletaria (Trotsky, 2011, pág.120).

Lo sucedido en el año 1918 durante la primera derrota de la revolución alemana


demostró, según el autor, que de ninguna manera la clase trabajadora se puede hacer del
poder por medio de una insurrección de carácter espontáneo. Comprendió que por más
de entenderse de una clase trabajadora de alto nivel cultural, sin una organización
(partido) no tuvo éxito en su alzamiento contra la burguesía.

Definiendo las herramientas de las clases explotadoras, Trotsky terminó de exponer la


importancia del partido revolucionario de la clase trabajadora de la siguiente manera:
“Una clase explotadora se encuentra capacitada para arrebatar el poder a otra clase
explotadora apoyándose en sus riquezas, en su “cultura”, en sus innumerables ligazones
con el viejo aparato estatal. Sin embargo, cuando se trata del proletariado, no hay nada
capaz de reemplazar al partido (Trotsky, 2011, pág. 119).

En cuanto a la cuestión de la Revolución Permanente, el autor demostró cómo dicha


teoría se comprobó en la experiencia de la revolución de 1917. Quien supo ser el

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presidente del soviet de Petrogrado, por medio de las palabras de Lenin, relató cómo se
resolvió la lucha por la concepción del proceso revolucionario.

Luego de la Revolución de Febrero de 1917 y la posterior conformación del Gobierno


provisional, al interior del partido Bolchevique comienza un debate similar al ocurrido
en 1905. Las Tesis de abril expresadas por Lenin, una vez regresado de su exilio en
Suiza, comprendían el carácter socialista de la Revolución que se hallaba en curso.
Claro está, como lo expresa Trotsky en su trabajo, que esto resultó una bomba hacia el
interior del partido que había tomado, sin Lenin, una postura conservadora y parecida a
la del menchevismo al funcionar como ala izquierda (opositora) al gobierno de
Kérenski.
Kamenev, opositor de Lenin dentro del partido, contrarrestando sus tesis expresaba
Hablamos de los soviets de diputados obreros y soldados como de centros
organizadores de nuestras fuerzas y del poder […]. Por sí solo su nombre indica
que constituyen un bloque de fuerzas pertenecientes a la pequeñoburguesía y al
proletariado, para quienes se impone la necesidad de rematar las tareas
democrático – burguesas. Si hubiera terminado la revolución democrático –
burguesa, no podría existir este bloque […] y contra él orientaría el proletariado
la lucha revolucionaria […]. Sin perjuicio de lo anterior, reconocemos a esos
soviets la calidad de centros de organización de nuestras fuerzas […]. Así, pues,
aún no está acabada la revolución burguesa, que no ha dado todo su
rendimiento, y debemos reconocer que, si estuviera terminada por completo,
pasaría el poder a manos del proletariado” (Discurso del camarada Kamenev)
(Trotsky, 2011, pág. 132).

Trotsky, citando a Lenin, en su trabajo responde a cuya postura de Kamenev


comprendía un paso mecánico de la democracia burguesa a la revolución Socialista. En
respuesta las citas exponían

No hay que apegarse a las viejas fórmulas” –añade- “sino a la nueva realidad.
¿Abarca esta realidad la vieja fórmula bolchevique de Kamenev relativa a que
no ha terminado la revolución democrático burguesa? No; semejante fórmula es
anticuada. Carece de valor y está muerta. Vanos serán los esfuerzos que se
intenten para resucitarla (Trotsky, 2011, pág. 125).

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Una vez derrotado el intento de golpe de Kornilov, como detalla Trotsky en Lecciones
de Octubre, el partido Bolchevique adquiere prestigio por su línea política de
movilización y confrontación. Esta acumulación política es la que le permitió al partido
constatar las Tesis de Abril con la realidad. El resultado es lo plasmado por la
experiencia de la revolución de Octubre de 1917. Se confirmó así, según afirma el autor,
como la burguesía rusa en la época imperialista era incapaz de resolver las tareas
democrático – burguesas y los grandes problemas de las masas: pan, paz y tierra. Por
otro lado, comprobó el hecho de que un país atrasado técnica e industrialmente pueda
llevar a cabo su Revolución Socialista. Sin perder de vista que esto fue el inicio de un
proceso que no se acababa en fronteras nacionales, Trotsky sostuvo el programa
esbozado por Lenin “(…) programa de revolución socialista en el interior y de
revolución internacional en el exterior (Trotsky, 2011, pág. 132).

Teoría de la Revolución Permanente

Durante 1925 y 1927 en China se dio paso a la segunda Revolución en este país de
oriente. La experiencia arrojada por este suceso, es la base para el desarrollo ulterior del
trabajo La Revolución Permanente elaborado por Trotsky en 1928. En este caso, el
autor, en debate con la política de subordinación a la burguesía del Partido Comunista
Chino, aplicó su teoría para un país de carácter semi-colonial.

La polémica fue encarnizada por el revolucionario antes nombrado y Karl Radek, un


opocionista de izquierda al gobierno de la troika (Stalin, Kamenev y Sinoviev). El
centro de la discusión pasó por cuestiones tales como el carácter de la revolución, las
clases que participaron y los partidos. En primer orden, de la discusión teórica política,
Trotsky se opondrá a la posición que consideró que la opresión colonial de China, como
sinónimo de tener una política de subordinación del Partido Comunista Chino hacia el
Kuomitang (partido de la burguesía). El origen de esta línea política provino de Stalin,
quien al mando de la nueva dirección de la Internacional promovió la fusión del Partido
Comunista Chino en el Kuomitang, haciendo parte de la organización mundial de
revolucionarios a Chiang Kai-shek (referente del partido burgués). Este partido

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nacionalista del país de medio oriente, meses después de la entrada Chiang Kai-sehk a
la III Internacional, fue el encargado de aniquilar al proletariado en las insurrecciones
que había librado.

Con el panorama antes nombrad o Trotsky terminó de formular su Teoría de la


Revolución Permanente. La discusión con Radek fue parte de una batalla que libró el
fundador de la IV Internacional, no sólo contra las falsas concepciones que éste tenía,
según el autor, sino también contra la política oficial del termidor ruso de “el socialismo
en un solo país”. Teoría que, en palabras de su adversario político, dentro de fronteras
geográficas

(…) trataba de imponer a la conciencia social un sistema de ideas más


concreto: la revolución ha terminado definitivamente; las contradicciones
sociales tendrán que atenuarse progresivamente; el campesino rico será
asimilado poco a poco por el socialismo; el conjunto de la evolución,
independientemente de los acontecimientos exteriores, seguirá siendo
regular y pacífico (Trotsky, 2010, pág. 214).

Sistematizando su teoría de la Revolución Permanente, Trotsky realizó una síntesis de


sus trabajos previamente elaborados desde 1905 a 1928 para exponer 3 vértices
centrales. En primer lugar ubica la idea del tránsito de la revolución democrática a la
socialista. Luego de haber comprendido las experiencias de la revoluciones 1848,
explicadas y trabajadas por Marx, la revolución de 1905 en Rusia y octubre de 1917, el
autor desechó la idea de un marxismo vulgar, según sus propias palabras, que
esquematizó la evolución histórica de manera mecánica suponiendo etapas de tránsito
entre la sociedad burguesa y el socialismo. Su postura la definió del siguiente modo

Si la opinión tradicional sostenía que el camino de la dictadura del proletariado


pasaba por un prolongado período de democracia, la teoría de la revolución
permanente venía a proclamar que, en los países atrasados, el camino de la
democracia pasaba por la dictadura del proletariado. Con ello, la democracia
dejaba de ser un régimen de valor intrínseco para varias décadas y se convertía
en el preludio inmediato de la revolución socialista, unidas ambas por un nexo
continuo. Entre la revolución democrática y la transformación socialista de la

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sociedad se establecía, por lo tanto, un ritmo revolucionario permanente
(Trotsky, 2011, pág. 255).

El segundo punto o idea expuesta por Trotsky en su trabajo de la Revolución


Permanente, tiene que ver con las transformaciones que se producen al interior de las
relaciones sociales. Aquí el revolucionario expuso a esta idea como el proceso que

(…) conserva forzosamente un carácter político o, lo que es lo mismo, se


desenvuelve a través del choque de los distintos grupos de la sociedad en
transformación. A las explosiones de la guerra civil y de las guerras exteriores
suceden los períodos de reformas “pacíficas”. Las revoluciones de la economía,
de la técnica, de la ciencia, de la familia, de las costumbres, se desenvuelven en
una compleja acción recíproca que no permite a la sociedad alcanzar el
equilibrio. En esto consiste el carácter permanente de la revolución socialista
como tal (Trotsky, 2011, pág. 256)

Como último eslabón de la Teoría de la Revolución Permanente, el autor desarrolló la


importancia de la conquista de la revolución socialista en todo el plano mundial. Como
consecuencia del estado de la economía capitalista, el fundador de la teoría comprende
que el desarrollo en favor de la lucha de clases para el proletariado, tiene que darse de
manera global advirtiendo el estado actual del desarrollo de las fuerzas productivas
dentro del sistema social vigente. Trotsky afirmó

La revolución socialista empieza dentro de las fronteras nacionales pero no


puede contenerse en ellas. La contención de la revolución proletaria dentro de
un territorio nacional no puede ser más que un régimen transitorio, aunque sea
prolongado, como lo demuestra la experiencia de la Unión Sovietica. Sin
embargo, con la existencia de una dictadura proletaria aislada, las
contradicciones interiores y exteriores crecen paralelamente a los éxitos. De
continuar aislado, el Estado proletario caería, más tarde o más temprano,
víctima de dichas contradicciones. Su salvación está únicamente en hacer que
triunfe el proletariado en los países más avanzados. Considerada desde este
punto de vista, la revolución socialista en un país no es un fin en sí, sino
únicamente un eslabón de la cadena internacional. La revolución internacional

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representa de suyo, pese a todos los reflujos temporales, un proceso permanente
(Trotsky, 2011, pág. 256).

¿Qué es la Revolución Permanente?

A modo de remate de su trabajo titulado La Revolución Permanente, Trosky expuso 14


tesis para exhibir las principales conclusiones de tu teoría-programa. El trabajo
compuesto por la síntesis de la experiencia histórica de la lucha de clases anterior y
presente de la vida del revolucionario ruso, trabajada en lógica dialéctica y medida por
su teoría del desarrollo desigual y combinado, comprende, por primera vez, a los países
coloniales y semi - coloniales. Su tesis número dos define

Con respecto a los países de desarrollo burgués retrasado, y en particular de los


coloniales y semicoloniales, la teoría de la revolución permanente significa que
la resolución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y de su emancipación
nacional tan sólo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado,
empuñando éste el poder como caudillo de la nación oprimida y, ante todo, de
sus masas campesinas (Trotsky, 2011, pág. 354).

Otra particularidad de estas tesis que elaboró el autor en 1928, es la importancia que le
adjudica al partido revolucionario para que el curso del cometido de la clase trabajadora
prospere. Si bien ya resalta su importancia en el trabajo titulado Lecciones de Octubre
aquí sistematiza el papel que le corresponde, según él, al partido revolucionario durante
el proceso de transformación social. Explicó en una parte de su tesis cuatro

Sean las que fueran las primeras etapas episódicas de la revolución en los
distintos países, la realización de la alianza revolucionaria del proletariado con
las masas campesinas sólo es concebible baja la dirección política de la
vanguardia proletaria organizada en partido comunista (Trotsky, 2011, pág.
354).

Trotsky, en su tesis 5, reafirmó nuevamente cuál es el rol que debe cumplir el


proletariado ante el campesinado. Sentenció, por como lo demostró la experiencia de
diversos episodios revolucionarios, que ante el nuevo panorama económico y el rol
asumido por la burguesía desde 1848, las revoluciones democráticas sólo pueden

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concretarse mediante la dictadura del proletariado. Retomando su tesis antes nombrada,
mediante una crítica a la consigna bolchevique de 1905, remarcó

(…) la vieja fórmula de Lenin no resolvía de antemano cuáles serían las


relaciones políticas recíprocas del proletariado y de los campesinos en el
interior del bloque revolucionario. En otros términos, la fórmula se asignaba
conscientemente un cierto carácter algebraico, que debía ceder el sitio a
unidades aritméticas más concretas en el proceso de la experiencia histórica. Sin
embargo, esta última ha demostrado, y en condiciones que excluyen toda
torcida interpretación, que, por grande que sea el papel revolucionario de los
campesinos, no puede ser nunca autónomo ni, con mayor motivo,
dirigente…Esto significa que la “dictadura democrática del proletariado y de los
campesinos” sólo es concebible como dictadura del proletariado arrastrando
tras sí a las masas campesinas”. (Trotsky, 2011, pág. 355).

En cuanto al carácter internacionalista de su teoría revolucionaria, agregando a los


países coloniales y semicoloniales, como se mencionó, Trotsky argumentó mediante el
análisis de elementos objetivos las razones por la que la revolución tiene que tener un
carácter mundial. Afirmó

El triunfo de la revolución socialista es inconcebible dentro de las fronteras


nacionales de un país. Una de las causas fundamentales de la crisis de la
sociedad burguesa consiste en que las fuerzas productivas creadas por ella no
pueden conciliarse ya con los límites del Estado nacional. De aquí se originan
las guerras imperialistas, de una parte y la utopía burguesa de los Estados
Unidos de Europa, de otra. La revolución socialista empieza en la palestra
nacional, se desarrolla en la internacional y llega a su término y remate en la
mundial (Trotsky, 2011, pág. 356).

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Conclusión
A modo de conclusión, en referencia a los interrogantes antes propuestos, podemos
afirmar que, según lo formulado por León Trotsky, las revoluciones democrático
burguesas o las tareas no resueltas de dicho proceso revolucionario, en los países de
todo el mundo, se han transformado en cometidos a resolver por acción de la clase
trabajadora. Sólo con la conducción de esta clase emancipadora, como lo afirma en su
trabajo el revolucionario ruso, podrán concluirse las labores democráticas antes
nombradas. La síntesis de las experiencias revolucionarias de 1789, 1848, 1917 y 1927
demostraron al jefe del ejército rojo que no existe alguna otra fuerza motriz, que no sea
el proletariado, capaz de emprender la empresa revolucionaria.

Sin dudas que la apreciación del carácter mundial de la revolución ha quedado saldado
después del desarrollo que demostró el capitalismo una vez alcanzada la fase
imperialista. La revolución socialista mundial, como define el autor, es la única capaz
de lograr un desenlace en el que las fuerzas productivas salgan del estado de
descomposición en que se encuentran, producto de las inevitables contracciones que
produce el capitalismo en esta nueva fase de acumulación.

La exposición de la Teoría de la Revolución Permanente de León Trotsky, sirve para


retomarla como elemento interpretativo de la realidad sin dejar de lado el principal
cometido de su elaboración, que es la utilización como programa para el cambio social.
Al día de hoy el trabajo teórico político del autor mantiene plena vigencia. Su
pronóstico de la Revolución Permanente como proceso inevitable para que triunfe la
revolución socialista, no es verdad supra histórica sino que mantiene su vigencia como
contingencia histórica.

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Bibliografía:

_Marx. K. (2014). El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, en Karl Marx


(Antología). Buenos Aires: Siglo Veintiuno.

_Marx. K. (2014). Manifiesto del Partido Comunista, en Karl Marx (Antología). Buenos
Aires: Siglo Veintiuno.

_Marx. K. Circular del Comité Central a la Liga Comunista de Marzo de 1950. (on line)
https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/50_circ.htm

_Trotsky, L. (2010). El socialismo en un solo país, en La Revolución traicionada.


Venezuela: Centro Internacional Miranda (CIM).

_Trotsky, L. (2011). La revolución permanente, en La teoría de la revolución


permanente (compilación). Buenos Aires: CEIP León Trotsky.

_Trotsky, L. (2011). Lecciones de Octubre, en La teoría de la revolución permanente


(compilación). Buenos Aires: CEIP León Trotsky.

_Trotsky, L. (2011). Resultados y Perspectivas, en La teoría de la revolución


permanente (compilación). Buenos Aires: CEIP León Trotsky.

_Trotsky, L. (2011). Tres concepciones de la Revolución Rusa, en La teoría de la


revolución permanente (compilación). Buenos Aires: CEIP León Trotsky.

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