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Chejter, Silvia

Lugar común : la prostitución . - 1a ed. - Buenos Aires : Eudeba, 2012. -


(Lectores; 0)
E-Book.
ISBN 978-950-23-1929-2
1. Antropología.
CDD 306

Eudeba
Universidad de Buenos Aires
1ra edición: junio de 2015
© 2015
Editorial Universitaria de Buenos Aires
Sociedad de Economía Mixta
Av. Rivadavia 1571/73 (1033) Ciudad de Buenos Aires
Tel: 4383-8025 / Fax: 4383-2202
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AGRADECIMIENTOS

Las entrevistas, de las cuales se presentan fragmentos, fueron realizadas a lo


largo de dos años (2006 -2007). Una parte de ellas en el marco del Taller de
investigación Globalización y género. Nuevos enfoques de investigación, por
estudiantes de la Carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales.
Otra parte, por un pequeño equipo de investigación que se conformó ex
profeso.

Se agradece a todo el equipo de entrevistadoras/es y en especial a quienes


aceptaron el desafío que se les proponía de adentrarse en un mundo al que
consideraban, muchas veces, ajeno o lejano: Adriana Malek, Anahí Verina,
Ángeles Anchou, Bernardo Rotelli, Cecilia Mascali, Daniela Parano, Daniela
Ruiz, Daniela Zarowsky, Diana Calderón, Fabiana Solari, Florencia Rey,
Isabel Golay, Inés Paitoví, Juan Ignacio Mota, Laura Gómez, Leila Veczlir,
Luciana Altieri, Luciana Mazzelo, Margarita Bayruti, María Florencia
Gasparín, Mariana Camps, Marianela Ava, María Eugenia Zicavo, Mariana
Puglia, Matías Messoulam, Mirta Rearte, Nayla Vacarezza, Rita Moriconi,
Romina Catania, Salomé Wolosky, Sofía Santamarina, Valeria Tuozzo,
Verónica Hendel.

Un agradecimiento especial para Graciela Varela, por las horas de discusión y


por sus aportes; a Ana Arzoumanian, por su Lectura, que se plasmó en un
texto que incluyo al final; a Marta Vasallo y a Beatriz Ruffa, por sus
comentarios siempre certeros.

Finalmente un especial agradecimiento a Fondo Global de Mujeres, por su


apoyo.
1. INTRODUCCIÓN

Nuestros éxitos preformativos, nuestros escenarios tabúes o


nuestra probada retórica de la sentimentalidad, son algo que
tenemos en común, sincrónicamente, con innumerables hombres
y mujeres. Son una mercancía de mercado de masas etiquetada
por los lugares comunes, infinitamente reiterativos, de nuestro
lenguaje, nuestra cultura, nuestro tiempo y nuestro medio. La
expresión "comercio sexual" tiene una palpable connotación en
nuestras actuales estructuras de consumo de masas y de lo
públicamente explícito. George Steiner, Diez (posibles) razones
para la tristeza del pensamiento
Este es un libro sobre el discurso de quienes pagan por sexo (discurso de
los prostituyentes, o Discurso P. de ahora en más), quienes, a pesar de ser los
protagonistas principales e imprescindibles, son a la vez, rara vez
mencionados.
La investigaciones sociológicas, antropológicas, la producción literaria y
artística, así como los actuales debates sobre la prostitución giran en torno a
las mujeres prostituidas, la pobreza como "causa" o "explicación" de la
prostitución, de su resignada o gozosa aceptación, sobre el rol que debe
cumplir el Estado -ya sea el de reglamentar y controlar, o bien el de abolir,
prohibir, castigar o, incluso, liberar la prostitución-. Otros temas recurrentes
son las reacciones de amplios sectores de la sociedad que expresan más que
oposición por la existencia de la prostitución, la preocupación por su
visibilidad; la impunidad y el poder de las organizaciones proxenetas; los
vínculos con el poder político corrupto; la libertad de, o la coerción sobre, las
mujeres; el considerar, o no, la prostitución un "trabajo", un "oficio" o
"servicio"; las ganancias que produce, los vínculos con el poder político, que
protege "esos negocios"; el rol y la importancia de la trata nacional e
internacional con fines de prostitución.
Hay recurrencias persistentes desde fines del siglo XIX, hasta el presente
en torno a estas cuestiones, con tomas de posición divergentes que aparecen a
menudo como irreconciliables.
Como dice Zigmund Bauman en su libro La globalización. Costos
humanos, "Es más peligroso no plantear ciertas preguntas que dejar sin
respuesta algunas de las preguntas que se consideran políticamente
relevantes. Plantear malas preguntas conduce a menudo a cerrar los ojos
sobre los verdaderos problemas". Entonces, el no cuestionar las prácticas
prostituyentes, el rol de la "demanda" y la cultura que las hace posibles, ¿no
es acaso eludir un abordaje necesario para comprenderlas?
En esas prácticas se conjugan las estructuras del poder económico y las del
poder de género y sexual. Las más férreas leyes del mundo globalizado en el
que nos toca vivir, no han anulado las viejas lógicas del poder sexista, más
bien se han montado sobre ellas. El sexismo es el que permite a los hombres
asegurarse el acceso al cuerpo de las mujeres.
"El pacto original es tanto un contrato social como sexual: es sexual en el
sentido patriarcal -el contrato establece que los varones tienen derecho sobre
las mujeres- y también sexual en el sentido de establecer el acceso de los
varones al cuerpo de las mujeres. El contrato original crea lo que se podría
llamar, siguiendo a Adrienne Rich, la ley del derecho de los varones al sexo".
(Pateman, Carol, 1998, p. 2)
Que existan espacios de placer, "casas de placer", "casas de tolerancia",
como les llaman a los burdeles, está dentro de esa lógica. La dominación
masculina se apoya en una representación del deseo masculino; deseo que
preside no sólo el desarrollo de las formas prostibularias más clásicas o
tradicionales, sino estas formas más nuevas -agencias de acompañantes, Eros
Center, shows para voyeurs, privados, etc.- que, al menos en Argentina,
coexisten con las formas más tradicionales: los burdeles cama adentro,
prostíbulos pobres o prostíbulos exclusivos VIP.
Las relaciones prostituyentes están asentadas sobre relaciones y
mecanismos de dominación legitimados por las costumbres y las tradiciones.
La prostitución no remite a situaciones de anormalidad o excep-cionalidad,
sino a las rutinas. Prostituir es una práctica institucionalizada. Individual o
colectiva. Organizada. Con límites no siempre claros entre lo legal y lo ilegal.
En los discursos patriarcales los clientes son receptores pasivos, un
producto de la "oferta", invirtiendo de este modo y ocultando así el rol
protagónico de la demanda. Prostituir es presentado como un "derecho de los
hombres" no cuestionado, más aún, legitimado.
Hasta ahora en las políticas públicas, excepto en Suecia, nunca se desalentó
la "demanda de sexo".[1] Aun en países abolicionistas, como Argentina, la
legislación y la intervención estatal casi se limitan exclusivamente a tratar de
disuadir y perseguir -y lo hacen bastante deficientemente, por otra parte- a los
explotadores/proxenetas/mafias; pero no hay ninguna acción económica,
educativa, ninguna política cultural tendiente a modificar la cultura de la
prostitución.
Vivimos en sociedades y culturas que no cuestionan la prostitución, que
conciben a los hombres como sujetos del placer/sujetos del poder/ sujetos
prostituyentes y a las mujeres como objetos al servicio del placer masculino.
La cultura induce a los hombres que siguen las reglas, a que reconozcan su
género en imágenes y narrativas en las que son "clientes", es decir, con
derechos a pagar por sexo.
Si algo cambió en la actualidad es la difusión de un lenguaje travestido con
un ropaje mercantilizado. La violencia de la explotación sexual está
enmascarada en una relación contractual entre sujetos supuestamente iguales.
Sin demanda no existiría la oferta de cuerpos para usos sexuales y tampoco
esa demanda tendría posibilidades de subsistir sin una tácita aceptación del
derecho de los varones a convertir a semejantes en no sujetos, es decir, en
meros objetos de goce sexual, por más que la socialización de este
intercambio se legitima a menudo como un intercambio de placer por dinero
(placer para el cliente y dinero para quien es prostituida y/o para sus
explotadores, directos e indirectos). Pensarlo como un intercambio entre
iguales constituye notoriamente una ficción que naturaliza y reproduce las
prácticas. La cultura patriarcal moldea las subjetividades, imprime un sello a
sus representaciones y acciones. La institución de la prostitución es un
emergente de esta cultura. Y si así fuera, ¿no ha llegado el momento de
pensar que una cultura sin prostitución es posible?

Metodología
La fuente de datos de este libro son entrevistas -un total de 115- realizadas
a varones que han pagado por sexo y, salvo excepciones, continúan
haciéndolo. Se utilizó el recurso de la Entrevista Narrativa. En otras palabras,
se solicitó a los entrevistados que relataran sus experiencias de pagar por
sexo. Si bien hubo preguntas, fueron principalmente un modo de alentar los
relatos. La elección de esta modalidad de entrevista buscó superar que
respondieran de acuerdo con lo que consideraran "políticamente correcto", no
ir más allá de lo que cada entrevistado estuviera dispuesto a decir, en un tema
que está connotado por un cierto estigma, que toca los límites entre lo legal y
lo ilegal e involucra la intimidad personal.

Los entrevistados
Las personas entrevistadas concurren a prostíbulos u otros espacios -
cabarets, "privados", o en sus propias casas, recurriendo al "delivery" o
servicio a domicilio-. Los menos, recurren a la prostitución callejera. Algunos
concurren regularmente, con distintas frecuencias. Otros lo hacen más
esporádicamente o dicen que ya no, que ha sido una práctica del pasado; sin
embargo, no lo descartan para el futuro. Sólo tres del total de los
entrevistados dudan si van a volver a pagar por sexo, por razones éticas y por
el malestar que les produce. Sólo uno dice explícitamente que no va a
consumir más.
No se trata de una muestra estadísticamente representativa, aunque el
número de casos y el perfil del conjunto es tan diverso, que permite un
acercamiento cualitativamente rico y documentado a la realidad de las
prácticas de sexo pago, o sexo prostituyente.
Más del 80% de las entrevistas fueron mantenidas con conocidos o
conocidos de conocidos. De este 80% más del 50% son contactos o
relaciones directas, es decir, fueron realizadas dentro del entorno social
cercano: amigos, compañeros de trabajo, vecinos, primos, tíos, compañeros
de estudios. El 30% son entrevistas a conocidos de conocidos (amigos de
amigos, amigos de novios, conocidos de la familia, etc.). Es decir, también se
trata del entorno social inmediato. Sólo un 6% son personas desconocidas,
que fueron contactadas en distintas circunstancias -en un pasillo de alguna
facultad, por Internet, etc.
La mayoría vive en la ciudad de Buenos Aires o en localidades del Gran
Buenos Aires. Muy pocas entrevistas fueron realizadas en localidades del
interior del país.
Representan sectores sociales diversos. Hay empleados de comercio, de
empresas pequeñas y grandes, gerentes y directores de empresas grandes,
obreros, profesionales, estudiantes, profesores, jubilados, abogados,
sociólogos, empleados de supermercado, publicistas, profesores de educación
física, electricistas, cerrajeros, kiosqueros, enfermeros, dibujantes, ingenieros,
arquitectos, etc. Sus edades oscilan entre 21 y 78 años; aunque la mayoría
eran de edades jóvenes o intermedias. Si bien la mayoría son solteros al
momento de la entrevista, un porcentaje importante (31%) están casados o
están en pareja.
La distribuciones según las variables mencionadas son las siguientes:
La experiencia personal, como responsable de la investigación, así como la
de todos los que participaron haciendo entrevistas nos conmovió, nos
provocó sentimientos diversos y nos hizo pensar. Para compartir algo de esa
experiencia, se incluye un capítulo final con notas de campo de algunos
integrantes del equipo de investigación.
La estructura del libro
Los capítulos reúnen fragmentos de las entrevistas -en la parte superior de
la página- y están organizados según una lógica temática. En la parte inferior,
hay textos teóricos, filosóficos, políticos, literarios, académicos, organizados
según un criterio aleatorio para que el azar fuera quien ordenara esos puntos
de encuentro o de fuga entre ambos discursos.
No nos interesó construir un perfil psicológico de los "clientes", ni
comprender sus motivaciones; sólo hacer visible su discurso. Abundan los
lugares comunes, la banalización y la naturalización de las prácticas
prostituyentes.
La estructura que fue tomando el texto tiene una cierta lógica que surgió de
la lectura del corpus y que tiene cierto grado de arbitrariedad. Hay
fragmentos que perfectamente podrían haber sido incluidos en otros capítulos
que en los que aparecen. Sin embargo, este texto fragmentado, reconstruido
de acuerdo a una lectura no ingenua, adquiere sentido en su lectura completa.
El título "Lugar común. La prostitución" surgió casi por azar, inspirado en
el fragmento de George Steiner con el que comienza el libro.
Nota: la letra E y el número identifican las entrevistas.
2. EL "MERCADO DEL SEXO"

Pagar por sexo es, en el discurso P, una práctica mercantil como cualquier
otra, un mero intercambio de sexo por dinero, o de placer por dinero, como
dicen muchas definiciones de libros y diccionarios. El proceso de
cosificación de las mujeres por el cual son convertidas en mercancías o en
prestadoras de un servicio, comparable a otros similares, traduce un
imaginario que naturaliza o banaliza las prácticas prostituyentes.
Mientras ellos pagan para alcanzar su placer, ellas se limitan a trocar
"carne por dinero", y servir al deseo de los varones, que es lo que sostiene la
demanda, que nutre al "mercado del sexo", sometido en las últimas décadas a
una industrialización creciente, regida por las férreas leyes del mercado y que
en este discurso, es un mercado libre, planteado supuestamente, sin
servidumbres ni esclavitudes, sin monopolios ni oligopolios. La demanda y la
oferta sólo estarían reguladas por el deseo de los varones y las necesidades
económicas de las mujeres. Libertad será la de comprar en un mercado cada
vez más amplio y sofisticado, por un lado, y la de convertir a los cuerpos en
mercancía o servicio, por el otro. De este modo las mujeres prostituidas en las
sociedades contemporáneas, industrializadas, y globalizadas, pasan a ser
consideradas "trabajadoras sexuales". Nuevas estrategias alientan el
consumismo -publicidades, nuevos packagings, ambientaciones y accesorios
eróticos- que aportan mayor amplitud de elección a quienes disponen de
dinero suficiente para consumos más sofisticados, aunque también, en este
mercado hay para todos, incluso para los de menor poder adquisitivo. En este
último se puede acceder a aquellas mujeres cuyos cuerpos se deterioran por el
paso del tiempo. Es un "mercado" en el que se aplican parámetros clasistas y
racistas. El poder del dinero permite también "pagar un poco más" para ir a
lugares donde la explotación esté más disimulada.

Mercado
Lo que no podés conseguir por otros medios lo terminás consiguiendo por
el dinero, esos son los beneficios del capitalismo... con guita es fácil
conseguir bienes y el cuerpo es un bien. Además es algo que se muestra como
un bien, lo ves en la publicidad, lo ves en la tele todo el tiempo, [...] te
bombardean constantemente, vos estás constantemente consumiendo sexo,
estás todo el día pensando en eso, llega un momento en que es terrible, es
terrible, no podés vivir [...] También creo que es un producto de las
sociedades de masas. (E 36)
Tenés chicas que solamente con uno y nada más, chicas que se prestan para
la fiesta, chicas que se prestan para el lesbianismo... hay de todo, de todo.
Está muy segmentado, en el mercado hay de todo. Tenés chicas de 12 a 18
años, y las podés conseguir. Son difíciles, no para cualquiera, no las vas a ver
en el diario. Es siempre por contacto, porque dentro de lo prohibido esto es lo
superprohibido. Después, lo que vas a encontrar grueso, grueso, es de 18 a
28, por ahí esa franja es lo que más se encuentra. Y después encontrás las
categorías casadas, que las podés tener arriba de 20 o 40, y hay nichos de
mercado para embarazadas, eh... que tuvieron chicos y entonces tienen leche
en los pechos, gordas, con mucho pecho, travestis, bueno. hay muchos
nichos. (E 102)
En lo carnal, qué sé yo, la carne es la carne. Creo que la diferencia puede
estar en el vínculo. O sea, no es lo mismo estar comprando... Le pagás, te la
cogés, y nunca más. Es un intercambio monetario... Plata por carne. [...] no
va a haber más intercambio que el monetario y el intercambio de mercadería.
Una pareja ocasional... te la comparo porque me parece lo más parecido.
puede haber un intercambio afectivo mínimo a lo mejor, pero con una
prostituta no creo que se pueda. [.] Pagás y listo, tenés lo que querés, no hay
mucha cuestión. (E 90)
********************
La industrialización del comercio sexual induce al desarrollo de una
producción en masa de bienes y servicios sexuales, la cual da lugar a una
división regional e internacional del trabajo. Esta industria que se despliega
en un mercado globalizado integra a la vez el nivel local y regional. Millones
de mujeres, adolescentes y niños viven en los distritos "rojos" de las
metrópolis de sus propios países o en los países limítrofes. Se calcula que dos
millones de mujeres son prostituidas en Tailandia de las cuales un millón han
sido víctimas de trata en las provincias del sud de China, Laos, Viet-nam y
Birmania; de 400 a 500.000 en Filipinas; 650.000 en Indonesia; 2,5 millones
en la India; 142.000 en Malasia; un millón en Estados Unidos, entre 50.000 y
70.000 en Italia, 30.000 en los Países Bajos, entre 200.000 y 300.000 en
Alemania. [...] Se estima que en China Popular hay entre 200.000 y 500.000
niños prostituidos. (CATW, 2003)
********************
Es la relación que tengo con la panadera cuando le compro factura.z|z| Uno
trata de ser educado, cortés, servicial, pero no trascendía mucho más que eso.
[.] Es jodido, porque vos en realidad no vas a hablar, vas a buscar sexo, y la
mina quiere facturar también. (E 50)
Todo es plata, como en todos lados. [...]. Si están, es porque es un
comercio, como todo. Los kiosquitos existen. Eso es un comercio y esto
también. Es un negocio [.] es un laburo como cualquier otro. [.] Es un
comercio. [.] Todo es plata, como en todos lados. (E 2)
Cuando te llega el turno y vos querés elegir, cuando hay mucha gente, no
podés elegir, y la que viene, viene, y si no te gusta, vos decís no quiero y
tenés que esperar, también podés esperar una hora por la chica que te gusta y
por lo general cuando no hay tanta cantidad de gente, te ponés en la pieza y
van pasando, te van diciendo el nombre y vos elegís la chica que te gusta. (E
65)
No tengo ninguna mala visión ni con quien ofrece ni con quien consume,
una relación de mercancía. (E 79)
Cuando llegué, vino una mina y se me sentó encima, ni siquiera me dio la
posibilidad de elegir... Bueno, y yo dije si voy a comprar un producto, no me
cabe que venga un vendedor y me ponga lo que me tengo que llevar. (E 36)
********************
"En el siglo XII, siglo famoso por su devoción, encontramos a veces,
catalogados entre las mercancías objetos de una gran delicadeza. Así por
ejemplo, un poeta francés de la época enumera entre las mercancías que
acudían al mercado de Landit, telas de vestir, zapatos, cueros, aperos de
labranza, pieles y femmes folles de leurs corps". (Marx, Carlos, 1965, p. 73).
(La expresión francesa femmes folles de leurs corps significa "mujer que da
placer a todo el mundo". Se usó, en el lenguaje culto, hasta el siglo XIX. En
la actualidad su significado se asocia más a lo que en ciertos discursos se
denomina "ninfómanas").
********************
Hubo como un boom, hubo un boom. Yo creo que está ligado con el tema
del turismo, muy ligado. Ahora más que nunca es un negoción, un negoción...
(E 114)

Consumo
Hay facilidad de acceso, un acceso, una oferta. Con un marketing bien
hecho; bien hecho en el sentido de que está todo. digamos, que vos podés
encontrar en el diario, en Internet, con teléfono, con foto, con esto, con lo
otro. Es claro que hay una demanda y una oferta muy bien puesta. (E 90)
En general vienen las chicas al departamento de uno de nosotros cuando
nos juntamos. A veces no pinta salir, entonces uno pide algo de comer, otro
pide helado y a veces, otro pide putas. Porque ahora hay delivery: es como
pedir helado. (E 108)
Todo el tiempo minas en bolas: en la tele, en las revistas y en la calle; todo
el tiempo y todo eso motiva y es una estrategia para aumentar el consumo, sí.
más vale. (E 37)
Estamos en la etapa del consumo, te guste o no, es así, y con esto pasa eso:
hay mucha gente que trabaja de esto, hay mucha gente que se enriqueció con
esto. si vos vas a los cabarets de Recoleta son muy caros, si sos turista te
cobran la entrada cien dólares, de entrada. después, los tragos y lo que venga.
como que a todo el mundo le conviene porque es un círculo: al empresario le
conviene que vengan a su negocio; las chicas que trabajan para el empresario
hacen su negocio, se llevan su parte y el cliente se va satisfecho. (E 37)
********************
En las condiciones más evolucionadas como las nuestras, en las que el
dinero se torna cada vez más impersonal, por el hecho de que se puede
comprar cada vez más cosas con él, mientras que los humanos se vuelven
cada vez más personales, la adquisición de ese bien tan íntimo contra un
pago, aparece cada vez como más indigno, y es una de las causas esenciales
de la arrogancia de los capitalistas, del abismo vertiginoso que se abre, entre
la posesión y la oferta. El bien propio sagrado entre nosotros de la persona
humana no debería poder obtenerse en la medida en que el adquirente por su
parte, no cediese en cambio su persona y sus valores más íntimos, como
sucede en el matrimonio verdadero. (Simmel, Georg, 1982, p. 15)
********************
Las chicas que están en esos privados, antes de entrar, hacen un casting.
Todas son bonitas por algo, o tienen mucha teta, o tienen mucho culo, o son
muy lindas de cara, o son flaquitas, o son muy gordas; o sea, todas responden
a cierto fetiche que pueden tener los clientes. La industria de las revistas
eróticas y pornográficas, la televisión, los carteles en la calle, en todos lados,
todo está apuntando a eso, a una excitación permanente. Están todo el tiempo
buscando que estés caliente. (E 114)
Como no soy moralista no me. lo pienso como un servicio que en esta
sociedad se da, se brinda, y si a uno lo atrae, lo consume, y si no lo atrae, no
consume: una relación como cualquier otro tipo de relación de compra-venta,
venta de mercancía. (E 79)
Vos vas un día y te traen una... bueno, por ahí suena agresivo lo que digo
[risas] sos cliente y te traen dos gorditas, negritas, petisas, feas. bueno, estoy
ahí, dale. Y otro día, estás con una rubia, ojos celestes, lindas tetas, lindo
culo. (E 23)
En Vínculos [una agencia] te citan, te presentan a alguien, pagás el arancel,
todo igual, pero es como que ésta es para vos. Hay mejor calidad de gente, en
todos los aspectos, física y mentalmente. Están más cuidadas, prolijas, mejor
puestas en escena. Están preparadas para brindar otro tipo de servicio. (E 97)
Precio
[Están] los prostíbulos de medio pelo, que son más baratos y las chicas son
de un nivel. Hay otros que son más caros y por supuesto que las chicas son
mucho mejor, bastante mejor y tienen su precio, como todo. (E 7)
********************
En el Estado español, la prensa más "formal" dedica el 60% de sus
anuncios clasificados a la publicidad de "relax", que son las páginas más
rentables económicamente. Los porcentajes y el número de anuncios diarios
de prostitución fluctúan, pero dan muestra de su importancia los siguientes
datos, según un reciente estudio realizado en noviembre de 2003: El Mundo,
86% de anuncios de "contactos" (804 de un total de 928); El Periódico de
Cataluña, 77% (649 de 838); El País, 73% (769 de 1040); La Vanguardia
38% (500 anuncios), ABC 36% (400) o La Razón 30% (250).
(www.rebelion.org)
********************
Es un negocio de compra-venta, la mercadería se va depreciando, y en
algún momento cuando la mercadería ya no vale más nada, tienen que salir [.]
Saben que cuando pasen los veinticinco años . ya no van a poder cobrar cien,
van a tener que cobrar cincuenta y cuando pasen los treinta, en vez de
cincuenta, van a cobrar veinte. ya lo saben. porque aparte, desgraciadamente,
es todo mucho más cruel a la noche. (E 31)
Date cuenta que el cuerpo es algo que dura muy poco, que hoy valés 100 y
en cinco años valés 20, hoy estás en Badajoz, y mañana estás en la esquina.
(E 36)
Hoy, por llamarlo así, en los privados las chicas de $50 y de $130 son las
mismas. Lo único que cambia, por ahí, es el hábitat, y que las chicas todavía
no pegaron el salto. Se metieron en ése, porque el vínculo fue para entrar a
ése, pero podría estar tranquilamente en el otro, o sea, son las mismas. No
hay diferencia, en calidad digamos, entre una prenda de $30 a una de $80.
[...] Acá es lo mismo: [podrán ser] mejores físicamente, mejores
estéticamente, mejores intelectualmente. Vos decís, las de 30 o 40 [pesos] no
sirven para hablar, y por ahí son mejores para charlar un rato que... [las otras
más caras] ¿viste?, porque son lo mismo. (E 97)
Si es para una despedida, lo arreglás en la semana. de encontrarte para
verla, que te la muestren, puede ser tomando un café, qué sé yo, y ahí es para
conocerla. (E 102)
********************
Los anuncios de prostitución en la prensa se han convertido en una manera
rápida de ganar dinero. Anuncios que llegan a ocupar varias páginas en los
diarios españoles de tirada nacional. El País y El Mundo otorgan un espacio
de entre tres y cuatro páginas a anuncios de prostitución. Le siguen ABC y La
Razón. En un día laborable cualquiera en estos cuatro medios impresos
nacionales se puede contabilizar una media de doscientos a quinietos
anuncios. El precio medio por palabra está en torno a un euro o euro y medio
y el módulo, con o sin foto, entre setenta y cien euros. Si una página de
clasificados de El País contiene una media de 1600 palabras y un total de 20
módulos en cada hoja, sus beneficios por página y por día de estos anuncios
son de 3700 euros. Por las tres páginas y media de anuncios de contactos la
suma asciende a 13.000 euros, que al mes se traducen en más de 400.000
euros. Al final del año, El País obtiene unos beneficios en torno a los cinco
millones de euros. (www.rebelion.org, 24/03/2005)
********************
Los precios se fueron por las nubes. Pero muchas variantes no hay. Siguen
siendo chicas, chicos... Las prácticas siguen siendo las mismas... Lo único
que varía es el precio y bueno... la oferta. (E 114)
La recepcionista te dice cuánto, te cobran y después, pasás a la habitación y
la mina... bueno... yo acostumbrado a lo que es más tiempo... me decía
bueno... un poco así y ya está... y yo: no, vamos a hacer más cosas, quedáte
un rato más. o no sé. ponete así o así. y me decía no, no, si querés así es más
plata... Bueno... pero si no es nada del otro mundo... es por el mismo lado...
Qué sé yo... no sé [se ríe] ... y la mina no, no, si querés así, es más plata, y si
no, ya está... Y bueno, todo más [plata] Me peleé y todo con la mina: me
levanté, me puse el pantalón y le pedí la plata, porque le dije no, mirá, no
hice nada... así que devolveme la plata. Medio que no quería, y me terminó
dando la mitad nada más... (E 62)
Venían a querer que le pagues un trago que valía fortuna, porque ellas
también ganan plata, porcentaje por la consumición, ¿entendés? Y, bueno,
también si vos querías algún servicio adentro de la pieza que salía del precio
ese, ¿me entendés? Generalmente esa plata también queda también para ellas.
eh. porque lo que me contaban de acuerdo a lo que yo he pagado cuando fui
ahí, era muy efímera la suma que se quedaban ellas, sí, sí [...] qué sé yo,
puedo decir, en el año '94 ponele, un servicio, te cobraban. ponele veinte
mangos, y a las chicas le daban siete. (E 64)
Y, te puedo decir, 120, 130 pesos, un servicio común... Te imaginás que
300 y pico de pesos a mí no me da, no me da, porque... no. Si ganara 5 mil
pesos por mes... eh... quizá sí: bueno, tiro la casa por la ventana y me gasto
esa plata, pero, no está a mi alcance, o está a mi alcance, pero después me
quedan... [se ríe]... claro... No... por eso. Pero me ha gustado mucho ese
lugar; sí, me gustó mucho, pero no me daba el bolsillo para pasar [.] Tomé
algo también y nos arrancaron la cabeza, nos cobraron una botella de
champán 200 pesos, claro... chicas VIP, se han sentado chicas al lado mío
que han estado con Maradona [silencio largo] (E 64)
Llamamos a dos pibas. siempre habíamos ido nosotros, queríamos jugar de
local, digamos. Bueno, yo hice las relaciones públicas, y agarré el diario y
empecé a llamar, preguntar precios, todo. Como dice el refrán, lo barato sale
caro. Nunca te olvides... Cuando me describe las pibas, te describe a Romina
Gaetani... [pero] eran dos paquetes de fideos... no sabés lo que eran...
Lamentables, lamentables... Dos minas de 45, muy baqueteadas, vinieron las
dos en batón... (E 57)
Una noche, uno de mis amigos fue con la tarjeta de crédito, bueno, y
fuimos a un lugar así "VIP-VIP", así, chicas como modelos, así... Pero te
cobraban una fortuna y no me cabió. Me gustaban las chicas, sí, me
encantaban, pero por más que pague con una tarjeta de crédito lo tenía que
pagar en cuotas y no me cerraban los números... ¿entendés? Y gente... gente
toda del ambiente político: todo de esos lugares así... sí, sí... (E 64)
Las putas más lindas siempre son caras... mientras más linda, más cara, y si
es linda y bien puta, es recara. . Es decir. bien gauchita en todo. eso es bien
puta. bien puta porque, por ahí, si te lo hace tu novia... es tu novia y vos
querés eso, ¿entendés? Ahora... si vos pagás para que te hagan eso... es bien
puta... (E 70)
Ahora, si vas a un cabaret, sabés que lo que juega es la plata, lo que buscás
es eso, sacarte las ganas, tomarte un whisky, que venga una mina y se siente,
es como romper un poco la cotidianeidad. (E 78)

Libertad de mercado
Yo no estoy a favor de ningún método esclavizante del ser humano, en
cuanto a lo laboral, ni en cuanto a nada. Pero de ahí a la oferta y la demanda
queda en cada chica ejercer la prostitución o no, y quedará en cada cliente, el
consumirla o no. Y el motivo por el cual la consume. Pero no me parece que
esté mal. Para nada. (E 23)
Humillante eso no es, el que entra sabe a lo que entra, y la mina cuando
pide sabe lo que pide, hay como un chicaneo de plata, cuánto vas a cobrar,
que sí, que no, que esto, que lo otro... esto es así. (E31)
Sí, porque es muy hipócrita, porque ellas tienen la libertad de elegir ese
trabajo, y yo o cualquiera tiene la libertad de satisfacer sus necesidades
sexuales, si es que las puede satisfacer pagando, ¿por qué no hacerlo?
Siempre hay una parte que te ofrece algo y otra que lo acepta. (E 51)
********************
El comercio sexual es la más sistemática institucionalización de la
reducción a sexo de la mujer. Es el modelo prototípico que permite
comprender toda otra forma de explotación sexual. (Barry, Kathleen, 1995, p.
65)
********************
Si una persona quiere vender su concha o su culo. que lo venda. [.] Si una
persona se quiere prostituir, porque no quiere otra cosa o no tiene. y no le
molesta, que se prostituya. Si quiere ser prostituta, que sea. ¿Por qué no? (E
90)
Acá vas por la calle o en el boliche. vienen las chicas y se ofrecen como
producto [.] la mina viene, yo soy 40 pesos, vos, él, no le importa. Creo que
una. sí. una nos contó que tenía un hijo. Lo que pasa es que te empiezan a
contar esas cosas y te sentís mal, te empieza a agarrar cierta carga de culpa, o
sea. Está bien que ella cree que lo hace porque cree que no le queda
alternativa... [silencio breve] En definitiva, lo hacen porque ganan guita. (E
36)
Posiblemente les gustaría hacer otra cosa. Pero es la única manera que
tienen de ganarse la vida. Tienen la libertad de irse de un privado a otro, de
volver a su casa... en este sentido hay una elección. [...] Que sea una elección
laboral, que no sea una cosa forzada. y que más allá de las cuestiones de los
secuestros, que llevan a las chicas a los prostíbulos y no pueden salir más,
que las violan de a siete o hacen lo que quieren, digo. todo lo demás me
parece fantástico. [.] La elección es tener labu-ro. prostituirse. Vendé tu
cuerpo a cambio de dinero. o quedarte en tu casa y morirte de hambre. Hay
muchos trabajos horribles, golpear puertas, romper bolsas... ser niñera... hay
un montón de laburos horribles. Me imagino que no les causa placer
prostituirse. Pero es un. su trabajo. Es un trabajo. Es vender mercancía.
bueno. es tu cuerpo. pero puede ser de una manera muy profesional y ya. [.]
Quizá la elección es chota. Pero es una elección. (E 114)
Yo voy en busca de un servicio, las chicas lo ofrecen a este servicio y eso
de común acuerdo, ¿viste? Yo voy, pago y ellas prestan un servicio, nada
más. (E 52)
Estamos laburando, todo bien, Vos hacé lo tuyo, yo lo mío. Hago que te
creo y está todo bien igual. (E 57)
El hecho de que vos pagás generalmente te condiciona un poco; es todo
muy mecánico. A mí me gusta cuando la mujer es un poco dada, es decir, es
más simpática. Más profesional sería. (E 7)
¿Cómo me veo? Y como un cliente, como un cliente, sí, lo tomo así, como
un cliente [.] yo me veo como un cliente, me prestás un servicio y te pago,
soy como un cliente tuyo, que de acuerdo al servicio que me brindás no
vuelvo o busco otro lugar, es así, lamentablemente. (E 64)

El poder del dinero


Ahora que me da la cabeza y puedo pagar, que es lo único importante, voy
a elegir la que más me gusta. (E 40)
Si tenés un poco de guita, 50 pesos, te tirás a una mina que está bárbara. (E
36)
Vos tenés que someter a la persona. O sea, cuando vos pretendés someter a
una persona, a todas tus locuras lujuriosas, o sea, ahí, se paga más. (E 20)
Vos podés poner un límite, podés ir a un lugar que sabés que a la mina la
tienen encerrada, o pagar un poco más y vas con una mina que está en otra
situación. (E 76)
¿Sobre lo que sentía porque pagaba, eso de la relación sexo-dinero...? Y,
yo te dije que eso, mucho, claro. no me copaba. Porque yo trataba de
ponerme de igual a igual, ¿entendés? . Inevitablemente no estás de igual a
igual en ese momento. Vos sos el que garpás, ¿viste? Vos ponés la guita, así
que. Eso de que es como si vos fueras el jefe [.] estás yendo a comprar un
servicio, como yendo a la panadería y digo: no.... pero ese miñoncito no me
des, dame pan francés, porque la plata la pongo yo, loca... dame pan francés.
(E 59)
Vos sos mía por un rato, me pertenecés y si quiero más, pago más, y tengo
todo, o sea el límite me lo da el dinero, no me lo das vos: eso es lo que prima
en la cabeza de un tipo cuando va, y si quiero cinco, cuánto vale, . bueno,
tanto, voy y pago. Será como el juego: es ir a aportar, voy ahí y pongo guita,
voy y pongo, pongo, pongo. porque no se plantea. no quiere decir que no
respete a la mina, la trato bien. a no ser que te guste eso. y también tenés para
eso. (E 36)
Si sos pícaro te hacen lo que querés, lo pedís y lo arreglás, con una moneda
te lo hacen. (E 18)
********************
¿Mercado? Ley de la Oferta y la Demanda, de la competencia, de los
máximos beneficios con costes mínimos, y circulación de un producto
productor de considerable plusvalía; lo que se llama Mercadería. Para el caso,
esta mercadería, es el sexo y el cuerpo de personas, arrojados al mercado por
patrones proxenetas, con fines de consumo. (Cronique Feministe, 1999, p. 3)
********************
Sin discriminar, pasa que, obviamente, vos vas a pagar y vas a querer algo
como la gente, algo potable. La mina era medio gordita, pero era más trola.
Después nos dimos cuenta de que la gordita tenía un... tenía lo suyo. (E 45)
Todo es charlable, vos podés pedir cualquier cosa. Es un comercio. (E 99)
Las buenas [experiencias] . nada. La pasé bien y listo, yo la pasé bien: la
mina dentro de todo me gustaba. aunque nunca fue así. pero, bueno, pude
engancharme y pasarla bien. Además, hay minas que son buena onda y le
ponen onda a la situación. y después las malas. las malas fueron las primeras,
que no sabía qué mierda hacer. y también hay algunas malas cuando la mina
no le pone onda. que está con cero ganas. y te va diciendo lo que tenés que
hacer. y te lo dice mal, además. Yo entiendo que es un trabajo para ella y que
muchas lo hacen por necesidad, no es porque les gusta estar ahí. pero, no sé.
porque yo estoy pagando y, bueno. no sé cómo explicarte. pero si lo estás
haciendo. no sé... media pila... porque yo voy, pago y nada... finalmente
termina resultando una mierda y quizás dejé $40 mangos en eso... Yo
tampoco te digo que haga más de lo que le corresponde por lo que yo pagué.
ni que se enamore de mí. ni que sea dulce. no sé. no voy a buscar afecto
cuando voy de putas. pero sí una mínima buena onda. (E 71)
Tuve novias [.] Es más, había tenido relaciones con ellas. pero me parecía
mucho más fácil pagar. Yo trabajaba y la guita era para mí y me la gastaba en
lo que se me ocurría. Me parecía más fácil tener sexo pagando, que ir a
levantarme una mina y tener sexo. Me parecía mucho más fácil pagar. (E 2)
********************
Todos los años, cerca de un cuarto millón de mujeres y niños del Asia del
Sud Este (Myanmar, provincia de Yunan en China Popular, Laos y
Cambodia) son comprados en Tailandia, lugar de tránsito. En Canadá, los
intermediarios pagan 8000 dólares por una joven asiática procedente de
Filipinas, Tailandia o Malasia, las que revenden en 15.000 dólares a un
proxeneta. En Europa Occidental, el precio corriente para una europea
procedente de los antiguos países socialistas se valúa entre 15.000 y 30.000
dólares estadounidenses. Al llegar a Japón las tailandesas acumulan una
deuda de 25.000 dólares estadounidenses. Las mujeres compradas deben
hacerse cargo de los gastos que tuvieron los proxenetas y trabajar para ellos
gratis durante largos años. La industria japonesa de la prostitución genera
ganancias que representan entre el 1% y el 3% del producto nacional bruto.
(Poulin, 2003, p. 4)
********************

Trabajo
La mayoría están ahí y ya saben la que pueden esperar. cae un grupito de
chabones. y bueno, saben que están de joda. Para ellas es re normal ver eso,
quizás a vos te suene mal, pero para ellas es como para vos ver la
computadora de la consultora en la que trabajás. (E 76)
Tienen una condición laboral pésima, que no les gusta, pero, bueno. es una
condición laboral. (E 114)
Me imagino que no debe ser agradable estar todo el día como ellas, y tener
que estar con muchos hombres que quizás hasta te desagradan, pero, bueno.
no sé. a la vez es como un trabajo. no sé. pienso. sería mejor otro trabajo. más
vale. pero antes que nada, por lo menos pueden vivir... Igual, sí... entiendo
que no es nada agradable... Además ellas ponen su cuerpo. todos ponemos el
cuerpo para trabajar, ¿no?, pero en la prostitución es entregar el cuerpo así de
una, ¿no? (E 71)
La prostitución. no seamos hipócritas. uno se prostituye también por dinero
y no hace falta poner el cuerpo. Desde el momento que estás haciendo cosas
que tal vez van en contra de tus deseos más sinceros, te estás prostituyendo.
(E 43)
Me resultó traumático. me resultó violento. ir a Amsterdam, ir al barrio
rojo me resultó violento. Me dio pena, mucha más pena. Me resultó
superchocante y era. casi como un zoo. Yo era chico también, y pensaba: esto
es un zoológico. Las chicas ahí, en una vidriera. Por ahí, hilando más fino, es
todo lo mismo, pero... O todos los trabajos son, en algún punto, iguales [.]
uno, bueno. ellas les pondrán el cuerpo. de una manera genital, y otros. otro
tipo de trabajos. También. digamos. que el fondo es el mismo. otro tipo de
trabajo, que en el fondo son. no del todo placenteros. (E 94)
He hablado con un par, seis, ponele... Habían empezado de muy jóvenes,
siendo todavía la mayoría menores de edad. se van adaptando desde muy
chicas. (E 32)
Y es todo una mentira, a nivel del servicio que te brindan. es un servicio
sexual para ellas, ellas están convencidas de que eso es un trabajo y lo
defienden a muerte, y tienen códigos ellas. [...] Y no sé cómo lo veo, no sé
cómo lo veo, porque al ser chicas que ya son explotadas desde muy jóvenes y
para ellas es un trabajo y no se lo sacás de la cabeza, es como ir a trabajar en
una fábrica o ir a vender algo por ahí, ellas te brindan el servicio, es sexo por
plata. que no, no, no, no lo sienten ellas. quieren que entrés y que te vayas y
dejés la plata y nada más. Tampoco, generalmente. ¿cómo te puedo decir.? O,
por lo que he hablado con amigos. que son muy frías, todo fingido,
¿entendés? No, no te das cuenta, es muy evidente en todo. qué sé yo. no me
cabe ni a ganchos. pero, bueno [se ríe]. es el trabajo de ellas. (E 64)
No sé, capaz que las chicas éstas no tuvieron oportunidad de un buen
laburo, y bueno, lo único que les quedó es hacer ese rubro. Yo calculo que no
debe ser lindo para las chicas, porque se tienen que bancar cualquier cosa. (E
8)
La vida de ellas es bastante complicada, o sea, bastante sufrida. No es
agradable, para una persona tener ese tipo de trabajo. Lo hacen por necesidad.
Entonces ven la manera más fácil de hacer una moneda. (E 97)
Sí, sí. pero. yo hablé con putas, y las mismas minas me dicen: Y... antes
que limpiar pisos... yo hoy a la noche me hago 100 pesos, y sólo por abrir las
piernas. (E 92)
Hay chicas a las que les debe gustar, y hombres también. Me parece que a
un 10% le debe gustar, el otro 90%, lo hace por la plata. Pero me parece que
hay un porcentaje que le debe gustar, creo que le debe gustar. O sea, nunca
hablé, nunca me senté a tomar un café con una prostituta, pero me imagino
que sí, que debe haber. Lo otro es como todos los trabajos. A mí tampoco me
gusta el trabajo que hago, pero igual lo tengo que hacer. (E 2)
3. LA MERCANCÍA

En el discurso P, la mujer prostituida aparece representada como cuerpo-


objeto, deseable sólo en la medida en que sirve para cumplir un servicio por
el que se le paga. Esta cosificación de las mujeres aparece con distintos
matices o grados; puede ser total o relativa.
Cosificación total: las mujeres prostituidas son mercancías, objetos para ser
consumidos. Todo gesto, conducta o reacción que pueda revelar su condición
de persona es permanentemente rechazado o excluido. La relación
prostituyente aparece fuertemente naturalizada y se configura como una
relación de puro uso, tanto del que prostituye como de quien es prostituida,
que impide otras consideraciones.
La cosificación se relativiza al adjudicar a las mujeres la libertad de
convertirse en objetos ("ellas trabajan de objeto"). Los clientes de
prostitución arguyen que las mujeres prostituidas son personas que deciden
ser objeto, lo cual borra o anula en ellos cualquier planteamiento ético. No
hay contradicciones ni malestar o sentimientos negativos, dado que
constituye una opción laboral para ellas que implica el acceso a un servicio
pago para el consumidor.
Reconocer que la mujer prostituida es también una persona se trasunta y
genera malestar, sentimientos de culpa, incomodidades, pena, ambigüedad.
Entonces "hay que olvidar" que están pagando, o atenuar de algún modo la
relación de puro uso, "humanizando" la relación, aunque esa estrategia, a
veces, sea sólo para sacar alguna ventaja, pagar menos en la próxima visita.

Diálogo
- Les gusta la plata, en un ratito se quedan con mucha plata... yo he pagado
de todo tipo, hasta una vez le pagué 200 pesos y esa no estuvo más de media
hora conmigo, un poco más. ¿Quién gana esa guita? Nadie, esa puta con siete
cogidas más o menos saca lo que yo saco en un mes rompiéndome el culo.
- ¿Y no creés que les rompen el culo realmente por esa plata?
- ¿Vos decís que se las cogen...? Ah, claro, sí, lo mío es una forma de decir,
a mí no me coge nadie, sólo que laburo mucho, sí, claro, a ellas se lo rompen,
pero sacan mucha plata por ese ratito. Ellas eligen eso y sirven para eso, hay
otras mujeres que ni para eso, imaginate... (E 40)

Puro objeto
Ellas trabajan de ser un objeto y vos las tenés que tratar como un objeto. Si
las tratás de otra forma muchas veces te van a decir: "Bueno, ya está, no me
jodas. Y muy probablemente, los que están al lado tuyo te miren con cara de:
"¿Qué hacés, nene? ¿No ves que es un objeto?" [...] Por más que me
encantaría que algunas sean mujeres. Eso, la diferencia entre objeto y sujeto.
(E 92)
Vos vas con una puta y no pensás en lo que le pasa a la puta, dis-frutás vos.
Es lo mismo que cualquier servicio. (E 38)
El que tiene plata, la pone y tiene el agujero gratis. bah, gratis. poniendo
guita. (E 98)
Lo tomás como un mercado de sexo, en donde tenés claro que vas a ir a
sacarte las ganas, pagándole a una mujer, con lo que significa eso, que
obviamente no te importa. (E 51)
Son todas las mismas conchas. Todos los mismos culos, todas las mismas
putas. (E 51)
Sí, probás diferentes vaginas, diferentes minas, pero en realidad es todo lo
mismo. (E 45)
Si me decías que se llamaba Juana, Marta o Susana, a mí me daba lo
mismo. (E 19)
Yo voy porque no quiero tener, o no se me ha dado, una relación estable.
Entonces es mucho más fácil, ¿viste?, vas, estás un rato, hacés lo que tenés
que hacer y no nos conocimos más, o sea, no hay ningún vínculo después que
nos una. (E 97)
Pagar por prostitución o por tener sexo te da, además de mucha libertad,
mucha paz para con la otra persona, porque es eso y punto final. (E 43)
********************
El corazón es la sede de una facultad: la compasión, que a veces nos
permite compartir el ser ajeno. La compasión tiene todo que ver con el sujeto
y muy poco con el objeto, con el otro [...], con otro ser humano. Hay gente
que tiene la capacidad de imaginarse como otra persona, y hay gente que no
la tiene... Hay gente que tiene esa capacidad y decide no ponerla en práctica.
(Coetzee, J.M., Elizabeth Costello, p. 87)
********************
Ya te digo, yo nunca pude estar con alguien que me interese realmente. la
última vez no me interesaba en absoluto fui y me quería ir a los diez minutos
[...] para mí que haya onda es fundamental porque.. queda feo, pero. acabas y
querés que se transforme en una pizza, ¿viste? No la querés ver más. (E 37)
En esos lugares hablás de cosas muy superficiales, y, son 10 o 15 minutos,
no podés hablar mucho, y aparte tampoco mucho te pueden decir. (E 2)
Si voy a un cabaret no voy a buscar charla, [.] lo bestia que soy, como
que... que vamo', vamo', "bue, pero así nomás, tan rápido"... ¿y qué querés
que hablemos, de Weber? A mí no me sale qué hablar. (E 78)
Porque además, honestamente, menos que menos con un. con una persona
que ejerza la prostitución, me voy a preocupar si se excita o no se excita.
"Hacé lo que tengas que hacer, rapidito, y chau, que te vaya bien...". (E 60)
Yo entro. y solamente quiero sexo, no quiero hablar ni nada. Por ahí me
dice el nombre y nada más. No me interesa. (E 91)
Realmente lo que uno busca es lograr la propia felicidad, [...] uno va para
eso. Uno está pagando por eso. [...] El que fue a buscar una prostituta quiere.
quiere su satisfacción personal, no le interesa el otro. [.] Vienen
exclusivamente para trabajar. Entonces, a ver si nos entendemos, está con
uno como si estuviera vendiendo medias en una lencería. [.] La mayoría de
las veces no les pasa nada, es como tomar aceite de ricino. (E 97)
Más allá de todo, termina siendo casi una paja de lujo estar con una
prostituta pagando. (E 111)
Tampoco da para mucha charla cuando estás con una puta, porque mucho
para contar no hay. Por lo menos a mí siempre me cuentan lo mismo, lo que
pagás, lo que hacés. (E 15)
Sí, sí. La prostituta. es una persona, eso no lo niega nadie, pero ella ahí va a
ser una prostituta. Ella va a querer el dinero, se va acostar con vos y chau, ya
está. Ella sigue siendo una persona. No le quita ser persona el llevar ese rol,
ese papel durante un rato. (E 90)
De alguna forma tienen que entrar en un trance y despegar el espíritu del
cuerpo y. usar el cuerpo que es lo que hacen. usar el cuerpo como una
herramienta de trabajo. (E 32)
He ido tantas veces, y nunca sentí ni lástima, ni... pero si alguna vez
hablaba, se te va la libido a la mierda... no, no... se te va el erotismo a la
mierda, pero, nada, el punto es que si vas a un lugar y pagás la plata [risitas],
nada, tener sexo. [...] No, no, nunca. No me interesaba en lo más mínimo, y la
vez que alguna vez pasó, se te va el deseo a la mierda. [.] Porque te encontrás
con una persona humana, con un costado feo, algo malo, y se te va la libido a
la mierda. Esas son mis experiencias. (E 42)
Pensá que vas con el tiempo de, no sé, media hora, una hora a lo sumo, y
nada. cuando te querés acordar se te pasa así, entonces, nada, querés disfrutar
lo más que podés, entonces no te vas a poner a charlar de la vida con la mina.
(E 44)
Por un lado, decís, pobre mina. [.] está vendiendo a un tipo, entregando por
unos mangos algo que para mí es sagrado, lo más sagrado, y por otro te
relajás y tratás de difrutar el momento, no me pongo a pensar, pobre mina,
esto y lo otro. (E 103)
Yo mismo me encuentro limitado en esos lugares, porque es como... decís:
"no, ¿acá qué?"... no... no... no me voy a hacer un planteo tan existencial de.
creo que más pasa por disfrutar el momento, y. qué sé yo, de golpe, sí,
después hablás algo pero es más para salir del paso, me parece, más un
compromiso de hablar de cualquier cosa, de política o... de cualquier
pelotudez, pero que no influye... mucho en el tema. (E 26)
********************
La violencia que sufrían las mujeres era una parte intrínseca de la
prostitución y de la explotación sexual. Los proxenetas utilizaban la violencia
por diferentes motivos y con diferentes propósitos. La violencia era utilizada
para iniciar a algunas mujeres en la prostitución y para someterlas y vencerlas
con el objetivo de que realizaran los actos sexuales. Después de la iniciación,
en cualquier momento, la violencia era utilizada con el fin de gratificar a los
proxenetas, como una forma de castigo, para amenazarlas e intimidarlas, para
ejercer la dominación de los proxenetas, para exigir conformidad, para
castigar a las mujeres por presuntas "infracciones", para humillar a las
mujeres y para aislarlas y recluirlas. (Raymond, Janice G.,
www.catwinternational.org: 2004)
********************

Humanizar
Vos estás ahí, y esto es medio terrible. yo, las veces que estuve con las
minas, jamás les pido nada. ¿Entendés?, no pido nada, no me. O sea, mis
formas de aliviar la situación son: humanizar a la otra persona, no obligar a
nada a lo que la otra persona. a nada, nada, jamás obligué a nadie. Porque,
digamos, no sé, para mí sería como aumentar esa situación del que tiene el
poder porque pagaste. No, no tengo el poder. Estoy ahí para que me saquen
de encima esta carga que tengo. Y ya está. O sea, como que. ¿cómo lo
podemos hacer? No hay hay una cosa de "eh, puta, vení a hacer esto". Jamás.
[.] Por eso mientras más me pueda desapegar de la situación de "le estoy
pagando a esta mina para hacer lo que quiera", mejor. O sea, no, no quiero
negar. Para mí dentro de mi cabeza es negar. O sea, esa cosa que está
superclara, que existe, digamos, porque si está ahí, es porque pagás, y ella
está ahí porque vos le pagás. Está claro. que es tu esclava durante un ratito. .
lo que digo, es que yo trato de que no exista esa cosa en mi cabeza. Porque, si
no, no estaría ahí, o sea, dentro de todo lo que uno tapa, eso es lo que más
tapás. Por lo menos en mi caso. (E 111)
Si no hablara no pasa nada. si yo no hablo no puedo estar dos horas [.]
Aparte no me gusta tratar mal a nadie, son personas. no es una cosa, es una
mina que está laburando, hay una chica que podría haber sido cualquiera, una
vecina, o de la facultad. No es que hablo por lástima, es porque me interesa
saber [.] Me tengo que olvidar que estoy pagando para poder tener algo. Por
lo menos en mi caso, si me acuerdo que tengo que pagar ... no sé si puedo.
No es un kiosco. Ojo, para muchos es un kiosco. (E 99)
********************
En la Metafísica de las costumbres, Kant escribió una frase sorprendente e
interesante: que la sexualidad consiste en "tratar al otro como una cosa
considerándolo a la vez como una persona". Es darse como cosa al otro, sin
dejar ser persona. El sabio de Königsberg había comprendido que el deseo no
procede de "las luces", que está inmerso en sombras, aunque sin embargo no
puede ser reducido a sombras. Cosa y persona a la vez, esto es lo que él pone
en escena. Operación que sólo puede ser exitosa con la reciprocidad de dos
seres dándose libremente uno al otro como "cosa" (operación de la cual
piensa que sólo puede ser garantizada por el contrato conyugal, sobre todo,
para las mujeres). (Collin, Françoise, 2004, p. 2)
********************
Me acuerdo de una chica que me había caído re bien... "¿De donde sos.?"
"Bueno, a ¿qué te dedicás.?" Ya estaba un poco claro. Pero por ahí ella me
preguntaba "¿Que hacés vos...?". "Tené cuidado". "Ojo dónde te metés", me
decía. Y yo. "Bueno, vos también". Era como. un poco, conocernos. Estaba.
sí, obviamente, no dejaba de ser lo que era, pero. Y charlábamos, sí. [.] No es
que. iba a ser mi amiga de toda la vida. a eso voy. Pero era una relación entre
dos personas. Está bien, íbamos a garchar, estaba claro eso. pero no es que.
no por eso es "vengo, hago y me voy". Nunca lo viví así, era más que eso.
Para la mina supongo que también, y para mí también... Ir, pasarla bien, me
divertía, me enteraba de cosas. mundos por ahí muy distintos al mío. Las que
yo conocí eran de Foz de Iguazú, de Ciudad de Este... [...] Yo siempre me
sentí cómodo y traté que la persona. O sea, como una relación. en ese sentido.
como las demás, si bien marcada porque era una relación. una transacción en
algún sentido. económica, ¿no? Eso era algo más de todo. No era lo único, no
es que lo único era el pago. Eso sí, el pago era un aspecto, charlar, pasarla
bien era otro aspecto, coger era otro aspecto. Nada . sentirme cómodo, que la
chica se sienta cómoda. (E 94)
Quedarme charlando termina siendo casi una necesidad. Necesito
establecer contacto, necesito bajar con la idea de que el otro es una persona.
eso siempre está en mí. [.] para mí es necesario que haya un después y en el
caso de ir con una puta no existe un después. (E 111)
En una fiesta confraternizás de otra manera, hablás, contás chistes, es más
relajado, divertido, no la tratás a ella como a una prostituta, la tratás como
alguien más, o sea... no deja de ser persona, me refiero... bajo ningún
concepto para mí deja de ser persona. (E 103)
********************
La legalización / despenalización de la prostitución es un regalo para los
proxenetas, los traficantes y la industria del sexo. ¿Qué supone la legalización
de la prostitución o la despenalización de la industria del sexo? En Holanda,
la legalización supone la autorización de todos los aspectos de la industria del
sexo: las mujeres mismas, los llamados "clientes" y los proxenetas, quienes
bajo el régimen de la legalización se han convertido en hombres de negocios
del sector servicios y en legítimos empresarios sexuales. La legalización /
despenalización de la prostitución también convierte a los prostíbulos, clubes,
salones de masaje y a los otros lugares donde se ejerce la prostitución en
locales legítimos donde se permite que el comercio del sexo prospere de
forma legal y con pocas restricciones. (Raymond, Janice G.,
www.catwinternational.org: 2004)
********************
Yo en ese sentido, las tomo. no las tomo como si fuesen putas. Bueno,
¿viste? Les hablo normal, porque hay gente que no. hay gente que sí las trata
de lo que son, de lo que trabajan. [.] Yo tengo amigos que las tratan como lo
que son y punto. (E 21)
Yo las trato como si fueran una dama, para mí es exactamente lo mismo
que si fueras vos, las trato como un caballero. [.] Es cuestión de humanidad,
para escuchar como te podría escuchar a vos. Simplemente tratar de
comprender ciertas realidades de las personas y si, las puedo ayudar en algo,
ayudarlas. [.] Es como vivir una aventura, conocer algo nuevo, conocer a un
ser humano nuevo y punto. (E 106)
En el fondo sabés que... que es una cosa muy de mierda. Humanamente es
muy degradante. Una cosa es ir en tren de culos y tetas, y otra cosa es ir a
ponerte a charlar de. de quién es la otra persona de verdad. (E 42)
Entonces como que no aparece la figura del fiolo en ese contexto, no está.
Se pierde. que es algo que agradezco porque no me gustaría tratar con alguien
como esa cosa. que pondría más en evidencia esta situación de mercadería. (E
111)
Porque, en el fondo, en el fondo, en la realidad, qué sé yo... les estás
pagando para coger. O sea, es eso que te decía, como que nunca, yo por lo
menos, nunca dejo de saber, sentir, pensar que las minas están laburando ahí,
y dentro de todo siempre traté de ir un poco más allá de eso, como tener una
relación un poco más humana, no estrictamente profesional. (E 112)
Las últimas veces que. no sé, qué sé yo. lo que pasa es que fui, las llevamos
a un departamento, y en el transcurso, en el auto, yo iba con las tres atrás. y
nada, qué sé yo. te ponés a preguntar. al principio, no sé, para charlar, le
preguntás cuánto cobra, cuánto le saca el cafishio y después. no sé. si alguna
es simpática te pregunta qué estudias, qué hacés. y ahí como que entrás a ver
que la mina. no sé, fuera del acto sexual en sí es una mina como cualquiera.
Me acuerdo de otra vez que la mina me preguntó qué estudiaba. Y me dice:
"Ah, historia. Yo empecé a estudiar.", no sé qué me dijo, ponele que me haya
dicho. maestra jardinera, veterinaria, lo que sea. y no sé. te cambia que. que
un objeto sexual pase a ser alguien que pudo haber estado con vos en la
misma clase... en el CBC, en Sociología del Estado... Cuántos años tiene... 26
o 27... y, pudo haber estado en el CBC conmigo. Entonces, a partir de ahí yo
no la puedo tratar de otra forma que no sea bien. ¿Está? (E 92)
Al principio la veía solamente como una puta. Pero después, cuando me
puse a charlar, es como que era una persona también. (E 16)
Te digo que yo ya, cinco años después de haber ido la primera vez, no le
encuentro la gracia. Es una persona... es una muñeca inflable de carne y
hueso digamos, y yo, sea prostituta o sea una persona, digamos. -quedó mal,
quedó feo lo que dije-. Sea prostituta o sea una chica común, es una mujer, es
una persona. [.] Para mí como cliente, está bueno que charles un poco de
algo, porque si no es una muñeca y sólo te sirve para descargarte y nada más,
y a mí no. no es que no me interesa, pero la paso mejor charlando. (E 37)
Con otras podés tener una relación, por ahí podés conversar, o sea, está
bueno eso de vez en cuando. (E 3)
No es una cosa de la cual me sienta orgulloso, no me siento avergonzado,
pero tampoco me siento muy. contento, con ese lado mío, no es algo que me
parezca ¡uh... qué bueno! [...] Las veces que lo hice era una opción viable.
Más allá que después la desestimé. Pero en la previa hay una necesidad, de
satisfacer, y si, bueno, tengo plata, lo puedo hacer, y como que no... en la
previa es eso, después es como... un antes y un después. (E 111)
********************
En la formación del hombre la sexualidad es presentada como una
necesidad (natural) y/o como un derecho. Como un derecho porque se supone
que es una necesidad del nivel de la necesidad de comer. La sexualidad no es
una modalidad de la relación con otro, sino una relación consigo mismo. El
otro no interviene más que como medio. De ahí la idea de "miseria sexual"
(como de una hambruna) que califica exclusivamente a los hombres, y que
lleva a que la sociedad promueva o al menos tolere la prostitución como un
servicio social, y hasta hace no mucho, los crímenes sexuales como el incesto
y la violación. La idea de "derecho" que domina de tal manera la relación de
los hombres con su sexualidad, se fundamenta de hecho en una idea de
"necesidad" que es una construcción fantasmática. En efecto, la sexualidad
masculina es más conocida por su fragilidad que por su carácter imperativo (a
tal punto que debe sostenerse en la pornografía); la simple necesidad
encontraría una salida menos trágica en la masturbación. Ella tiene relación
con la representación de la identidad viril como dominación, y a esta forma
primaria de la dominación que constituye la dominación por la actividad
sexual. (Collin, Françoise, inédito, S/D, p. 3)
********************
A mí me calienta mucho más saber con quién estoy. Así estoy con una
mujer no con una cosa. (E 39)
Yo conozco miles de pibes que se enamoran de las putas y sufren como
locos. Tenés que ser más frío. Aunque te puede tocar que conocés a una
prostituta que te vuele la cabeza... y vos a ella. (E 48)
No, no, no te podés desenvolver sexualmente, es decir... si bien vos le decís
"date vuelta" y la mina se da vuelta... hay un juego... un juego de amor. que
no existe con la mina, es cero. es cero amor. así que es tan fría la situación
que se hace rara... por lo menos para el que no está acostumbrado. ahora yo
creo que el que está acostumbrado se coge cualquier cosa, es decir, se cansa
de las putas y va al punto y es exactamente igual, porque está acostumbrado a
ser un asqueroso y por ahí a pagar... (E 70)
Pero sí, termina siendo también un poco triste, el motivo por el cual uno
va. Y del otro lado es triste, eh... que estás ahí porque es una necesidad, no
porque quieras cogerte ocho tipos por día. O sea, y... y... la situación te llevó
a estar y sin duda las minas tienen que pintar con siete capas, este... todo lo
que debe estar en el medio, ¿no? Este... el sufrimiento que les debe causar.
todo. Porque si enfrentan sus demonios no están Hay también una
degradación de la persona, que va a buscar a a esa persona. Hay una
necesidad que impulsa a hacer eso, pero vos ¿qué necesidad tenés más que el
propio morbo? (E 20)
********************
Frente al hecho de que hay muy pocas mujeres que quieran "trabajar" en el
sector legal de la industria del sexo, el Encargado del Informe Nacional de
Holanda en temas de tráfico afirmó que una solución para el futuro podría ser
"ofrecer [al mercado] prostitutas procedentes de países que no pertenezcan a
la UE/ AEE, y que voluntariamente elijan trabajar en la prostitución...". Se les
concedería "un acceso controlado y legal al mercado holandés" (NRM
Bureau, 2002). Como la prostitución se ha convertido en "trabajo" y los
proxenetas en "empresarios", esta posible "solución" convierte al tráfico en
"una inmigración voluntaria para trabajar en la industria del sexo". Holanda
está mirando al futuro, destinando a las mujeres inmigrantes pobres al
mercado internacional del sexo con el fin de remediar las insuficiencias del
libre Mercado de los "servicios sexuales". A través de este proceso, se
refuerza la normalización de la prostitución como una "opción para las
pobres". (Raymond, Janice G., www.catwinternational.org, 2004) ahí, eso
está claro. Entonces. termina siendo como triste desde ese lado, de todas las
negaciones que uno tiene que tener encima para terminar concretando. (E
111)
********************
Simplemente preguntarle tipo. la nacionalidad. si se dedicaba mucho a eso.
¿Qué más? bueno, si realmente era el nombre que ella te decía, porque por
ahí te dicen "me llamo Rosita" y en realidad se llama Julieta, po-nele. pero el
otro es el nombre que usan ellas. andá a saber para qué. y, bueno. nada. Es
como tratar de enganchártela. jugás un poco a eso. Pero después de coger,
que ya estás light. y ahí empezás a enganchártela, porque por ahí, pegar onda,
y la próxima vez en lugar de estar media hora, estás una hora y pagás lo
mismo, [.. J A mí, de todas las que fui... ninguna me atrajo físicamente, ni
física, ni intelectual, ni nada, ni nada. este. vas como para descargarte. es eso
nada más. Pero no. y la consumo muchas veces para conocer el lugar, para
conocer las chicas. no es que voy con la intención de enamorarme de ellas,
voy con la intención de descargarme, pero nada más, no voy a buscar una
novia a un puterío. [.] simplemente cuestión de establecer una charla. pegar
onda y que no quede ahí. esa cosa fría, seca. bueno. pagué, cogemos, listo,
me cambio y me voy. entonces siempre he tratado de "hola, bueno, ¿cómo te
llamás?, ¿de dónde sos?". todo esto después ¿no?, primero lo sexual, pero
después hablábamos. porque siempre es como que. ponele. si dura media
hora y terminás a los diez minutos. bueno. yo esos veinte que me sobran los
aprovecho para conocer a la mina, por ejemplo, no era que yo simplemente
voy a coger y a los diez minutos me voy a la mierda. eso, básicamente. (E 70)
********************
Los mercados sexuales, que son a la vez legales e ilegales -estos dos
aspectos estrechamente ligados se nutren mutuamente-, proceden de una
lógica industrial, de una lógica de producción en masa, lo cual obliga al
análisis del problema en términos que trascienden más allá del aspecto
comercial de la cuestión. De hecho el mercadeo no se limita a una actividad
comercial. Esta industria, dicho expresamente, no se limita a exponer en el
mercado a mujeres y niños, sino ella misma fabrica, igualmente y a la vez,
esas "mercancías". (Poulin, Richard, 2003, p. 14)
********************
4. CUANDO APRENDER A SER HOMBRE ES
APRENDER A SER PROSTITUYENTE

Hacerse hombres. Ser hombres. Sostener la hombría


Hacerse hombres. Pasar de niño a hombre es una transformación que implica
iniciarse en el sexo, conocer el sexo. El inicio, el pasaje, está marcado por
sentimientos de curiosidad, miedo, ambigüedad. "Ir al prostíbulo, al cabaret,
ir de putas" forma parte de los rituales de iniciación desde siempre,
comparable muchas veces, con otras prácticas machistas de varones, como ir
al fútbol, imagen reiterada y frecuente, tanto en el inicio de la vida
prostibularia, como en la rutinización de la misma. Llevados en el inicio por
el grupo de pares u otros varones de mayor edad, cuando son adultos siguen
consumiendo para no mostrarse distintos. El yo, el sujeto de las acciones, se
diluye en el grupo que va de putas, desde la concurrencia por fuerza de la
presión, hasta la participación sin explicaciones (porque sí, porque "pintó")
en un "nosotros" sin identidades diferenciadas.
Según ese discurso, el grupo de pertenencia es el que arrastra al prostíbulo.
Hay ritos impuestos entre pares que hay que seguir: iniciación, despedidas de
solteros, otros festejos para agasajar a un amigo o agasajarse en conjunto, que
terminan en el burdel o en alguna "fiesta privada". Cada una de estas
ocasiones supone la confirmación de la virilidad, que, fundamentalmente,
requiere de la mirada voyeurista de los otros varones del grupo. Mirar a los
otros y dejarse mirar cuando practican sexo prosti-tuyente, se carga de un
valor de goce adicional, y, en algunos testimonios, constituye la más
importante motivación.
Por su parte, las instalaciones y los servicios de los cabarets (tragos, show
erótico, chicas que se ofrecen) dan a los clientes este posiciona-miento en
términos de espectadores sin responsabilidad y, al mismo tiempo,
confirmados en su condición de "machos"; esto es, la ocasión de un consumo
típicamente masculino, una noche de diversión grupal, "ir de joda". ("Joder"
según el Diccionario de la Real Academia Española tiene la triple acepción
de practicar el coito; molestar, fastidiar y destrozar, arruinar, echar a perder).
Hay también consumidores solitarios. Algunos van siempre solos. Otros, a
partir de la experiencia grupal, aprenden, se "envician" y "van de putas" en
soledad.

Hacerse hombre. El pasaje. Rituales masculinos


Es una cuestión cultural. Cumplir 18 años y estar con una prostituta. (E 2)
No fue traumático [el debut con una prostituta], pero fue romper con la
barrera del sexo [.] rompí las barreras del acto sexual, del que no conocía
nada, o casi nada, solamente lo que se hablaba con los amigos, y las ganas de
conocer eran así. (E 63)
Cuando debuté fuimos 18 tipos, primero nos llevaron a un asado, para
luego llevarnos al prostíbulo. En realidad, lo del asado lo planearon para
llevarnos a debutar, lo tenían todo arreglado. (E 63)
Sí, tenía 15 años y estábamos de gira de rugby, y éramos 21 chicos y el
entrenador, el entrenador nos llevó a estar con chicas. Éramos 21 chicos, y fui
el primero que pasó. eeeeh, a una habitación. Creo que éramos 2, el
entrenador, otro chico y yo. Se repartió en una habitación uno solo y en otra
dos, yo me parece que fui solo. Eh. sí, me acuerdo de la mujer. en ese
momento nada, era una situación muy excitante, era algo muy nuevo,
recuerdo que tenía una cicatriz que hoy me parece muy fea. y en ese
momento, no sé, no me parece. Eh. me acuerdo que me practicó sexo oral un
minuto y yo ya estaba ya al borde [risitas] de acabar. y la experiencia, nada,
fue muy corta, hubo una penetración muy rápida, eyaculé y se terminó. [...]
Atrás mío 7 más. Éramos 21 y eran 3 chicas. (E 42)
Habíamos cumplido 13 años, estábamos con los chicos del barrio y a mí
me habían regalado 20 australes... En ese momento te cobraran 15 australes.
[.] y fuimos mi hermano, yo y un amigo. Nos fuimos en bicicleta, tocamos la
puerta. Era una casa de familia adelante y atrás, la mujer. En el fondo había
tres dormitorios con tres prostitutas. En ese momento había una sola. Me
acuerdo que cada uno tenía su plata... Bueno, pagamos y salió E. y dijo
¿quién pasa primero? [...] Pasá... y entré en la habitación, que era una
habitación . imaginate. en un pueblo, calle de tierra. y ahí. 15 minutos, 20
minutos y salíamos haciéndonos los machos. (E 91)
********************
Un 10 % de los hombres entrevistados por Sven Axel Mansson, hablan de
su "apetito sexual". Es decir, de una necesidad biológica natural no
satisfecha, atribuible al aislamiento, o bien a la insatisfacción de pareja
respecto a las necesidades sexuales. La relación paga es apreciada por el
hecho de su carácter puntual y no comprometido. La presencia del dinero
desempeña una función de desculpabilización y de garantía contra una
implicación afectiva que pueda pone en peligro otras alternativas (en
particular la existencia de la pareja). Pagar por sexo sería pues la infidelidad
más cómoda y a la vez menos peligrosa en relación a compromisos
anteriores. Para los clientes la relación amorosa o de pareja sería insuficiente
para satisfacer las "necesidades naturales" y llevaría a no buscar en la pareja
la satisfacción de los deseos. (Mansson, Sven Axel, 2003, p. 8)
********************
Te muestran minas y elegís la menos peor... o la que más te guste de entre
ésas. y bueno, en realidad es ponerla y punto. eso es lo que te calienta. la
mina se pone en bolas y te calienta porque sabés que la vas a poner. quizás
las primeras veces me pasaba que medio que no sabía qué hacer y me sentía
medio boludo. pero después te acostumbrás. (E 71)
Yo debuté cuando tenía 13 años, me llevó mi tío a un prostíbulo [ahora
tiene 66]. Ahí me hice hombre. [.] Así que me llevó mi tío y yo no sabía
nada, pero en el auto, él me fue diciendo. Si bien me hice hombre, fue todo
muy rápido. Yo no tenía idea, digo. lo que te quiero decir, es que no fue una
buena relación que tuve. Muy pibe, muy nervioso, qué sé yo, igual lo hice.
Así se estilaba en mi época. (E 41)
La primera vez... yo estaba chivando, y chivando mal, y decía ¿esto es
hacer el amor? Por Dios, tan bueno era... y me pareció una tortura. (E 104)
Con el tiempo fui aprendiendo eso. (E 44)
Y bueno. fuimos a una casa a donde solía ir este pibe. y nada. la primera
vez es medio fea porque no sabés qué hacer. entre el pedo y entre que no
sabía qué hacer. no sé. fue horrible. como que me
********************
La cuestión que se plantea, no es la de saber si el contrato comercial que
canjea un servicio social a cambio de dinero, es tal o tal caso privilegiado,
consentido libremente. La cuestión es saber, si nosotros queremos la
generalización de la forma prostitucional de las relaciones humanas. La
cuestión es saber si nosotros queremos un mundo donde todo se pague -
unilateralmente- o bien un mundo en que el término de intercambio guarde
un sentido fuera de su equivalente general. Afirmo que la mercantilización
generalizada de las relaciones humanas y de los cuerpos parecería coincidir
con el fracaso de lo mejor de la ambición democrática. El "contrato social" no
es un contrato comercial. (Françoise Collin, 2004, p. 3) quedé con una
sensación de que no era nada del otro mundo. pero después se volvió a dar la
oportunidad de ir y volví. sin problemas. y después con el tiempo le vas
agarrando la mano y ya está. es como todo. la primera vez de toda persona
también es medio fea. bah. no sé. es lo mismo. no sabés cómo manejarte. es
esa mezcla de nervios, con ganas. no sé. no disfrutás del todo. pero después,
le agarrás la mano. (E 71)
********************
En un primer momento era muy cagón. [.] igual a medida que sos un poco
más grande, te vas informando y se te va yendo un poco el miedo. (E 44)
Vos, yendo y escuchando las experiencias, vos vas aprendiendo, digamos.
como el reglamento, los códigos del cabaret. (E 51)
[Ir de putas] es una escuela re copada para un varón, si no te lo tomás como
que sos. . si no te creés el proxeneta número uno, ni tampoco terminás
enamorado de. de alguien que te va a lastimar. (E 48)
Una vez que vas conociendo, sabés cómo te podés desenvolver, te
desenvolvés mejor. Entonces, ésos son los códigos. cuando se habla el
vocabulario que se maneja, en los momentos en que se maneja, antes de tener
relaciones... ésos son los códigos específicamente del lugar, y de la situación.
(E 29)
Yo tenía, ponele, 17 años. no era lo nuevo en cuanto a sexo, a pesar que
uno no tenía toda la experiencia del mundo ni mucho menos, pero en cuanto
al lugar, el ceremonial de juntarnos, a que vamos acá. que vamos allá. (E 50)
La primera vez, fue un desastre. La segunda vez fui, la pasé mal. La tercera
que fui, la pasé mal. Entonces dije: "no concurro más" [...] Y después volví
[...] me invitaron, me dijeron "dale, vení, no te hagas drama...". Fui con
amigos. Después me tiré solo. Soy. digamos, soy habitué, me hice habitué
con el tiempo. en una etapa estaba yendo cada 15 días. (E 52)
Habíamos hecho un pacto con mis amigos, no podíamos pasar de los 15,
porque a los 16 años, teníamos que estar ya listos para encarar el nuevo
período de la vida sexual. Me acuerdo que salimos del boliche, de la matiné,
y fuimos derecho a un puterío [.] Las chicas te decían "dale, dale, vamos" y
yo pensaba "pero soy virgen, soy virgen." [.] y pagué mis $20. Moira se
llamaba, me acuerdo. En ese lugar estaba el salón, y apartado, cinco
habitaciones chiquititas que tendrían 2 metros por 2, que entraba una cama y
nada más y una lamparita colgando del techo, roja. Una mesita de luz donde
guardaba los forros la mina. Imaginate la situación. Me dice "che, ¿tenés
forros?" Yo, nene total, me había olvidado los forros. Y bueno, me puso ella
dos forros, y ahí me tiró de la goma, yo estaba loco, no lo podía creer y claro,
acabé a los tres minutos y cuando salí me dije, bueno, ya está. Pasé a ser todo
un hombre ahora. (E 6)
La primera vez para mí, fui con un par de amigos que ya habían ido,
fuimos todos, era la típica, y no. no estuvo bueno. o sea, uno como que no
conoce mucho. no conocés los códigos, siempre que vas a un lugar por
primera vez estás medio tímido, imaginate que si vas a tener tu primera
relación sexual, es ciento por ciento pudor. entonces, como que estás más
retraído, introvertido, es como que no disfrutás ni la situación ni el hecho, es
sólo el hecho de ir y pasar ese ritual de la primera vez. [.] Con dos amigos
más, uno ya había ido y el otro iba la primera vez conmigo, y fuimos los
tres... de tarde, en cuarto año, teníamos 16 años... Como que había que
superar esa situación. Entonces fuimos. era como un ritual que había que
pasar. [.] Era una presión que yo tenía que pasar. Había que ir. Esos eran los
códigos que se manejan dentro. Cuando estás con tus amigos, entonces
bueno. uno también sigue esos códigos. (E 29)
Pensándolo para mí, fue así como una experiencia, nada más. No hay. de
otra forma no lo veo, o sea una experiencia que uno, la mayoría de los
hombres pasa por ahí [.] si se te da la oportunidad. y se aprovecha, como
dicen. (E 4)
Ese día, de la primera vez, nos juntamos en mi casa, porque un chico
también vive cerca. lo planeamos, no veníamos pensando tal fecha, no, se
habrá dado en una semana. Bueno, lo planeamos: uno también tiene ese
********************
Los boxeadores expresan su conciencia de ser explotados mediante tres
lenguajes emparentados: el de la prostitución, el de la esclavitud y el del
ganado. El primero asimila el dúo boxeador-manager con la pareja formada
por la prostituta y su proxeneta; el segundo describe el ring como una
plantación donde managers y organizadores de peleas juegan los roles de
dueño y capataz; el tercero sugiere que los boxeadores son tratados como
perros, cerdos y demás ganado, con fines comerciales. Estos tres lenguajes
denuncian, dentro del contexto mismo en el que la enuncian, la
comercialización contra natura del cuerpo proletario. (Wacquant, Loïc, 2001,
34) miedo a ir, entonces quizás lo vas posponiendo y bueno, una vez habré
juntado coraje y dijimos nos juntamos acá y fuimos. No sé, no duró mucho la
salida, fue algo más para hacerlo que por otra cosa, fuimos hasta el Cid
Campeador, estuvimos ahí un rato y no sé. habrá sido media hora, entre todo.
y después nos fuimos a una estación de servicio a tomar algo y después nos
volvimos a nuestras casas. (E 29)
********************
Debuté a los 15 años en una casa con una mujer de 35 años que me había
llevado mi primo, en la provincia de Buenos Aires, en Tres de Febrero,
después siempre fui a San Martín, San Miguel, Tres de Febrero [.] Era una
cuestión de hombría, como fumar. Me llevó mi primo, él tendría 22 años, me
llevó más por eso que por otra cosa. [.] Yo pienso que es una cuestión de
hombría, más que de calentura, por querer ser macho, no ser un bicho raro,
por no ser un tipo de 20 que nunca lo hizo, o 22, o 23, por eso se inician antes
que las mujeres, no queda bien si no. [.] [Ahora] Cuando tengo ganas, se da
que salimos, tomamos y decimos, ¡bueno, vamos! Por lo general, voy cuando
tengo ganas, por un decir "vamos" y vamos todos. (E 65)
Si no estás acostumbrado es así. sentís que no encajás, te sentís observado.
inclusive ni deberías estar ahí, es así. por ahí si te presentan una persona.
intentás ser simpático, pero nunca se profundiza la charla, tampoco el acto
sexual... .[...] para el que no está acostumbrado es una cosa rara, tampoco sé a
qué punto te acostumbrás. si cogiendo todos los días o cogiendo. qué sé yo.
no sé. por lo menos una vez por mes. tampoco llego a que te llegues a
acostumbrar. y más si vas intercalando los puteríos. ahora si vas siempre a
uno. a cierto horario, una vez por semana, por ahí como que sí. no sé con qué
asimilarle. por ahí asimilarlo con el colegio. que cuando empezás el colegio
te sentís raro, observado, no sabés con quién hablar. es una situación rara,
complicada, pero
********************
La ley Sueca (1999) sobre la Violencia Contra las Mujeres prohíbe y
penaliza la compra de "servicios sexuales". Es un enfoque innovador que se
centra en la demanda de la prostitución. Suecia cree que, "prohibiendo la
compra de los servicios sexuales, la prostitución y sus efectos perjudiciales
pueden contrarrestarse de una manera más efectiva que la que ha existido
hasta ahora". Y lo que es más importante, esta ley claramente afirma que "la
prostitución es un fenómeno social no deseable" y que es "un obstáculo para
el actual desarrollo hacia una igualdad entre hombres y mujeres". (Raymond
Janice, www.catwinternational.org, 2004) después con el tiempo te vas
abriendo, para mí es algo así el hecho de ir a un puterío, no saber cómo
desenvolverte, por ahí, como era tan fría la relación, tan seca. te quedás
callado, ¿viste? Entonces, claro. después, vas tratando de empezar una charla.
"¿De dónde sos? ¿Te dedicás a otra cosa? ¿Qué días venís?" (E 70)
********************
Estando en el cabaret, viendo el show, se te naturaliza todo muy rápido. (E
51)
Fui por una cosa masiva mía de entregarme al grupo, a la decisión del
grupo [.] Por ese espíritu de grupo. era como ir a la cancha, qué sé yo, y
enfocarte para meter el gol. En ese momento, funcionás así. (E 28)
Entonces es como que va pasando el tiempo y uno se siente. quizás se
siente uno. Si uno tiene la capacidad dentro del grupo de demostrar que no
siente presión por eso y no le afecta eso, seguramente no vaya, pero hay
gente que le puede afectar y es una presión dentro del grupo, porque aunque
todos están yendo, es una edad donde. hay que debutar casi sí o sí, entonces
vas, después no puede ser de lo mejor, pero si después te toca afrontarlo en
un futuro, por lo menos ya sabés más o menos cómo es. entonces, es esa
presión también ¿no?, por una parte del grupo y por otra, una situación futura
donde uno sepa manejar ciertas cosas. (E 29)
Yo siempre fui en grupo, y si vuelvo, volveré en grupo. Por ahora, no creo
que se me haga vicio, ni quiero que se me haga vicio. Por qué lo
********************
Hay que preguntarse: ¿Cómo no ser abolicionista? ¿Cómo situarse frente a
quienes consideran legítimo vivir de las ganancias de la explotación de los
cuerpos y los sexos de millones de personas en todo el mundo? [...] ¿Cómo
aceptar que seres humanos sean comprados, golpeados, violados, asesinados,
encerrados por un tiempo o toda su vida en campos de violación, en burdeles,
o en otros espacios, para ser "funcionales", para satisfacer lo que se llama las
necesidades sexuales de los varones? ¿Cómo se puede vivir en una sociedad
que asigna a millones de personas no tener otro horizonte que el sexo de los
varones? [...] ¿Podemos aceptar, podemos imaginar la suma ininterrumpida
de violencias de todo tipo que son necesarias para que seres humanos tengan
por función, por status, por identidad, por proyecto de vida, servir solamente
para generar ganancias y ser penetrados por el sexo de los hombres en su
vagina, ano, boca o para masturbarlos? (Louis, Marie-Victoire, 2001-2002, p.
8) decidís, cuándo lo decidís, nada... Lo decidís cuando estás con los pibes,
"che, vamos de putas que hace mil años que no vamos", o si no "nunca nos
vamos de putas, ¿vamos a algún puterío a ver qué onda?", "bueno, vamos". O
una despedida de soltero, que sabés que siempre termina en putas...
Generalmente, una despedida de soltero, siempre termina en putas... (E 51)
********************
Yo siempre fui en grupo... si no, se torna muy aburrido... ir al lugar, esperar
[...] Si vas con tus amigos, te reís, tomás algo. (E 114)
No era una cosa seguida... ponele que a los veintitrés fui dos veces... pero
sí, siempre porque salíamos de gira y ya era como que no había más qué
hacer. "Y bueno, vamos a un puterío". pero así como decir "vamos a la
playita de Olivos"... y quizás íbamos a un puterío, no nos gustaba y nos
íbamos a otro, y no nos gustaba y nos íbamos a otro. y bueno. ya en el cuarto,
no nos gustaba, pero entrábamos igual. [.] Sí. solo nunca. porque no soy una
persona que la consuma habitualmente. no iría solo tampoco, ¿eh?... Yo voy,
más que nada, y las consumo, solamente en grupo y por diversión... [...] Es
decir, salimos, damos unas vueltas, tomamos algo y cuando ya terminaste de
hacer todo. "y bueno. vamos de putas.", "y vamos". así, como de última. no
es lo primero, es siempre lo último. [.] Y porque por ahí me siento
acompañado yendo en grupo, se toma de otra forma. [...] Por ahí es otro el
que pone la cara, al principio, ¿viste? .cuando te atiende la chica, siempre
habla uno. y todo eso. yo no hablo con la chica, no me pongo a decir a quién
elegí. a mí me gustó esa. pago y listo. [.] como que no. soy tímido quizás en
ese aspecto. de que no me doy en el momento de hablar. o por ahí no sé
hablar. ¿viste? No es que tenés que negociar. pero tenés que presentarte. .y
como que no me doy en ese momento. [.] porque estoy acostumbrado a otra
forma de. estoy educado de otra forma. no sé. no sé si estoy educado de otra
forma. soy una persona más cerrada que los otros... entonces prefiero
observarte y conocerte, que hablarte... nada... eso... (E 70)
Lo de siempre. entrás. estás un rato y salís. qué sé yo. está bueno. si no
estás con nadie. digo. si no tenés novia ni una mina para tener relaciones... es
una opción... [...] si tengo que elegir, prefiero una mina que me guste, pero
las veces que fui de putas estuvo bueno también. bah. hay veces que no. que
quizás no estuvieran tan buenas, pero cuando vas, lo hacés por calentura, hay
veces que también es para joder... una vez me acuerdo que estábamos con los
chicos y salió la idea de ir. agarramos el auto y empezamos a dar vueltas y
vueltas.Intentamos ir a buscar alguna de la calle y pasábamos y ninguna nos
terminaba de gustar. y dábamos vueltas y vueltas. después buscamos algún
cabaret y terminamos entrando a uno... pero ninguno hizo nada... no sé. es
como un tipo de salida. en lugar de ir a bailar, hacés eso, ¿entendés? (E 71)
Siempre estamos con los chicos... en realidad siempre somos los mismos
dos o tres que vamos quedando. como que en el grupo somos siete más o
menos... bueno... de a ratos, hay cuatro de novio... y bueno. vamos los otros
tres. en realidad vamos como rotando. porque yo también he estado de novio
y tampoco he ido. así que somos los mismos que dependiendo de la situación,
van cambiando los que vamos. y en realidad es como te dije. no sabemos qué
hacer, o lo que hay no nos interesa. y bueno. siempre alguno salta y dice de ir
y vamos. [.] o sea. no es que se me ocurrió a mí solo porque estaba en mi casa
y no sabía qué hacer. ¿me entendés?. siempre surge la idea en grupo y bueno.
vamos. es parte de la diversión, ¿no? (E 71)
Tuve varias experiencias así. con prostitutas. eh. generalmente se dan
cuando nos juntábamos con amigos, o qué sé yo, o. o momentos de mucha
calentura que. nada. uno de los que más me acuerdo es cuando estábamos en
la casa de un amigo, estábamos comiendo un asado y... iba a venir más gente
a comer el asado y al final, bueno, como siempre, nosotros organizamos
como el culo y terminamos siendo tres nada más y. bueno. comimos el asado,
compramos un montón de alcohol y bué, tomamos y estábamos medio
picados y. íbamos a ir a bailar, pero había llovido y el día estaba medio choto,
la noche, bah, y. y para bailar medio que no daba, porque si no tenías que
pagar la entrada y después adentro seguir tomando. y entonces dijimos, che,
¿qué hacemos?, nos pusimos a jugar a las cartas, al truco, y después, uno de
los pibes, que estaba mirando el diario, dice "uh, ¿y si llamamos a una puta
para que venga?", porque justamente los padres se habían ido de vacaciones y
estaba en la casa solo y. "che, ¿y si llamamos una puta?", "no, no, ni da, que
esto y que el otro, no". "bueno, pero vamos, entonces. ¿vamos?", "Y bueno,
vamos." (E 62)
Estábamos en la casa de unos chicos que estaban tocando, tocando rock... y
los íbamos a ver ensayar... y después de ahí nos quedamos tomando. y los
pibes se fueron, se llevaron los equipos, y nosotros. como ya veníamos
tomando, dijimos. "che, y qué hacemos?, estamos re aburridos.", "¿y si
vamos a un putero y vemos qué onda?". yo nunca había ido, y otro de los
chicos tampoco. y dos más que había sí habían ido y conocían uno que
quedaba por ahí cerca pero era medio heavy, y. nada, fuimos, caminando,
hasta el lugar, golpeamos la puerta. y bueno. todo lo mismo, te presentan las
chicas. preguntás "Y, ¿cómo es?". te dicen "tanto" y nada. pasás a la pieza. (E
62)
No es que organizás [la salida], sino que sale, no es que "ay, sí, hoy vamos
a salir y vamos a ir de putas.", no, estás haciendo algo y qué sé yo, no sé, te
agarró calentura y decís "vamos a un putero?". Y si hay otro que está caliente.
[se ríe] o si hay otro que le gusta, agarrás y vas. (E 62)
Me gusta más la intimidad, pero si vas con 2, 3 o 4, o es una fiesta y somos
10, uno se adapta al momento y las circunstancias... [...] el medio ambiente
también te condiciona, es como todo. Porque si tomo vino, es porque
encontraste un grupo que toma vino, si jugás al futbol, porque todos juegan al
futbol. y acá, todos son putañeros. (E 106)
Lo que tenemos de particular los hombres es que tenemos rituales para
compartir, uno es éste que te digo y el otro es el fútbol. [.] Si vos sos un
androide que no tiene vida social, la primera manera de vincularse uno es con
su propio género y si no te vinculás a través de algo. el fútbol es más común,
también te podés vincular si querés a través de la
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A diferencia de las mujeres los varones son educados para percibir su
sexualidad como un derecho. Un derecho a satisfacerse independientemente
del deseo y la dignidad humana del otro. Derecho ligado a un deseo
transformado en necesidad irrefrenable o presentado en todo caso como tal
(el mito cultural de lo irrefrenable de la sexualidad masculina, es tan fuerte
como lo infinito del goce femenino que "justifica" la excisión u otras
prácticas similares). De ahí que hay una indulgencia general para las
"calaveradas" de los hombres incluso en las sociedades puritanas. Habría que
ir más lejos y preguntarse si ese derecho en vez de ser el derecho de satisfacer
un deseo presentado como una necesidad (se es indulgente con el hambriento
que roba un pan) no es más bien el punto de anclaje último del ejercicio de la
dominación. La dominación sobre las mujeres y los niños pasa por ahí y
sobrevive ahí, aun cuando sea reprimida en otro lado. Afirmar que "el deseo
no ha conocido nunca ley" y que es irreductible al orden ético y político, es
decir, a su estructuración cultural alrededor de un régimen de prohibiciones,
es ir al encuentro de la realidad. La cuestión aquí no consiste en oponer un
régimen de prohibiciones a un régimen de deseos, sino de anudar la
prohibición y el deseo, que es siempre, deseo de dos deseantes al menos.
(Collin, Françoise, S/D, p. 5) música, de la discusión política, de lo que sea,
pero el fútbol y las putas es lo más fácil... (E 95)
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Nos gustaba eso, ir de partuza, ¿viste? Estar con una, con otra, divertido.
yo creo que era más divertido la situación que lo que hacíamos, era divertida
la espera, los chistes, todo. bueno, lo que hacíamos también estaba divertido,
también era una forma de hacer, con ciertos amigos, hasta de comunidad,
como que si compartís esas cosas te amigás más, no porque el que no lo haga
sea un boludo, simplemente que con ciertos amigos que hacés esas cosas
tenés, ehh. te queda un. y después te viene la culpa y todo eso, pobres minas
[.] pero si alguien me dice, "no, eso no es divertido", no, el que dice eso... es
mentira, porque nunca lo hizo. (E 78)
Cambia, me parece, la imagen que tenés de esa persona. me parece. que
pasa en muchos casos, no sólo con esa práctica, con un montón de cosas.
podría ser, un reconocimiento de eso que uno hace y los otros también, no sé
si llamarlo código, porque es medio un lugar común medio pelotudo, pero sí
que, bueno, a veces, es compartido con cierta gracia, vos vas, yo voy, somos
todos varoncitos, medio una boludez, pero bueno, es como reconocer. (E 95)
La primera vez que fui fue para mi cumpleaños, había terminado con mi
novia, pero fue para mi cumpleaños... Y bueno, nada, fui con un amigo que
tenía experiencia. bah. se hacía el que tenía experiencia. y bueno... me llevó y
él me manejaba a mí... "bueno. ahora decí esto, ahora decí lo otro.", y nada.
elegí la mina que me gustaba a mí. vino otra señora. me cobró antes . bueno,
fuimos al acto. nada. diez minutos, quince minutos. no me pareció gran cosa.
eh. pero igual fue una distracción, una anécdota para contar y bueno. después.
nada,
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Frente al mandato moral de Kant de que nunca hay que usar un ser humano
como mero medio, sino reconocerlo en todo momento como fin, la
prostitución muestra el comportamiento absolutamente opuesto y ello en
relación a las dos partes que intervienen. De todas las relaciones mutuas de
los seres humanos, la prostitución es el caso más patente de una degradación
recíproca al carácter de puro medio y éste puede ser el elemento más fuerte y
más profundo que la sitúa en conexión estrecha con la economía monetaria,
esto es, con la economía de "medios" en sentido estricto. (Simmel, Georg,
1982, p. 188) porque realmente no hay nada. es ponerla. es hacerse la paja
con otra persona, nada más. qué sé yo. después habré ido cuatro veces más.
pero no al mismo lugar. he ido a diferentes lugares. y siempre de la misma
forma (E 70)
********************
Hay un montón de códigos, o sea, no hay muchas cosas importantes entre
un grupo de amigos y una de esas cosas importantes es estar con una chica.
(E 29)
Lo único que querés es darte placer a vos mismo de la manera que sea,
comiendo, cogiendo, estando con amigos. (E 42)
Éramos dos o tres chicos... y algunos ya habían ido y yo fui un poco por. lo
que contaban los otros. [.] Era algo como obligado. para no ser distinto a
todos. Dije, "bueno, voy, lo hago". (E 26)
Uno a veces no se puede abstraer del medio. Si yo iba a un puterío es
porque iban todos. (E 50)
Nosotros a veces con mis amigos salimos a bailar y terminamos de bailar y
nos vamos al cabaret simplemente para romper las bolas, vamos y tomamos
unos tragos más y nos vamos a la mierda, es una cuestión de eso, de joda. (E
3)
Fuimos para divertirnos un rato... Fuimos a tomar una cerveza, a ver cómo
es el lugar, cómo pintaba, para hacer algo diferente [...] Te llama la atención
ver un montón de chicas semidesnudas . vas con tus amigos, . es para reírte
un poco. [.] Más que nada es para pasar un momento entre nosotros, más que
con ellas. (E 16)
Hiciste un trámite, ¿viste? Sin contar que no te une nada en lo afectivo, una
mierda, ¿viste? Es para después contarlo entre los amigos, qué sé yo, "sí,
fuimos, fuimos a coger, yo cogí". [.] Era, me parece, una excusa más para
contar algo más, como quien dice, "¿te acordás cuando fuimos a San
Clemente?", dice "¿te acordás cuando fuimos a fifar todos juntos?". (E 50)
La fantasía [de ir a un puterío], es un montón de pibes y un montón de
prostitutas... Ver al otro, es lo más divertido. Es más, estaría en un cuarto
mirando a todos, capaz me divertiría el doble. (E 15)
Me decían "dale, vení que te va a gustar, dale, vení", y bueno, fui. Al
primer tiempo fui pero no pasaba, me quedaba tomando algo con los chicos,
ellos hacían su historia, iban y venían . Ya te digo, con un grupo de amigos .
al principio no me motivaba, pero tanto insistieron hasta que, bueno, he
pasado. [...] Fui un año seguido todos los fines de semana... (E 18)
Pero si vas con amigos, sí te divertís muchísimo. Eso está bueno, porque
aparte después no termina ahí, sino que se comenta entre ellos, cómo fue,
cómo estuvo. (E 16)
Nosotros teníamos un amigo que salía con una chica, que esa chica terminó
siendo amiga nuestra, que terminó [se inclina hacia atrás] saliendo conmigo,
entonces ella me contaba que este chico tenía relaciones con ella en medias,
una cuestión dentro del grupo como desagradable, ¿sí? Entonces eso era un
código del grupo, o sea, es como que, no sé, por ejemplo, nosotros cantamos
una canción que incluye las medias, como es una canción de ánimo para salir
los viernes y todo, que nos motivamos y siempre que sale. por ejemplo,
vamos y la situación es que todos estemos con medias para disfrutar más, o
no sé, la próxima es que cada uno tenga un prenda diferente, y si no es lo que
hacen los demás, o sea, te observo y a ver si podés mientras yo te observo, y.
son ciertos códigos, que se van generando adentro del grupo y que se dan en
ese momento. ¿Se entiende? (E 29)
En el caso nuestro. a mí, particularmente, lo hacía por una cuestión social.
O sea, desde ya que uno tiene un espíritu muy corporativo en ese tema,
¿viste? Queda fulero salir 20 de comer, y decir "vamos a un puterío", y vos y
cuatro más irte a tomar un café. Qué sé yo, a mí me da cosita, digamos, no,
no, no me parece que es un tema de vida o muerte pero, ¿viste?, uno trata de.
bueno, salimos todos y vamos todos juntos y se supone que estamos
homenajeando a alguno y sigamos todos juntos, después lo que hace cada uno
adentro del puterío queda a criterio de cada uno. (E 50)
********************
Desde hace tres años la Sociedad de las Naciones lleva en secreto una
amplia investigación sobre la Trata de Blancas. Ha enviado comisarios al
Extremo Oriente, a Canadá, a América del Sud, a Oriente. Estos comisarios
se han paseado por todos lados. Han aspirado el polvo, sino el de las rutas, el
de los legajos. ¡Han buscado la verdad en los legajos! Eran demasiado serios
para buscarla en otro lado. Razón por la cual no la encontraron, ya que no es
en los legajos donde está. Los legajos no se constituyeron nunca para
combatir la Trata de Blancas, pero si para deslindar la responsabilidad de los
funcionarios encargados de combatirla. Los comisarios de la Sociedad de las
Naciones, quieren organizar la virtud sobre la tierra. Los saludo, pero con una
sonrisa. Yo sé en efecto lo que esos señores llaman virtud. La virtud para
ellos, es que el vicio no se vea. (Londres, Albert, 1994, p. 257)
********************
[Ir de putas] .. .puede ser muy parecido a las actividades de los hombres, no
sólo porque en un puterío hay putas y entonces van los tipos. sino porque.
qué sé yo. pegarlo al asado, al partido. a cosas que se hacen muchas veces en
grupo. (E 90)
Antes iba a garronear, a decirle a la mina; "tengo tanto...", y garrone-aba, y
estábamos ahí, y por ahí nos tomábamos una cerveza y me iba sin hacer un
carajo. Íbamos en banda. Y ahora, cuando voy con mis amigos... ya somos
todos grandes. . Nos sentamos a tomar una cerveza, vemos el show, y el que
tiene ganas pasa y nada más. Jamás fui solo. Jamás. Siempre adicto social a
estas cosas. Siempre con amigos, siempre. Siempre, siempre. Siempre asado
de por medio, un vinito, algo. y avanti. (E 91)
Pero despues decía "vine con los pibes, estaba jodiendo" [.] tal vez es el
momento de dar la plata y al minuto te olvidaste de eso. Porque el contexto
que me llevó a eso fue otra cosa. Pendejo, estar jodiendo con tus amigos, y
terminar en un puterío. Lo más normal del mundo. (E 59)
Porque de tener relaciones no necesitaba, sino de andar de joda con los
pibes. (E 24)
Quería saber cómo era y dije, bueno... aparte, yo estaba alcoholizado, así
que la excusa era perfecta [.] Tenía ganas de hacer el acto y bueno, estábamos
con amigos y alcohol, tal vez si estoy solo acá, no, no iría y pagaría por sexo,
estoy sobrio, no, y el alcohol puede ser una excusa para decir "estaba tomado
y fui". (E 58)
Con mi grado de madurez. inmadurez. y por madurez entendés lo que
quieras. Y con. nada. momentos sexuales míos también. Cuando era virgo
jamás me iba a poner a pensar en cuestiones súper éticas. Aun así, yo pude
plantearme: "Yo quiero debutar lindo... como una doncella.", ¿está? Y
después se dio como se dio. Y después ya con los pibes
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En un estado de cosas del punto de vista de la economía, en el cual el
cliente es el que manda, se multiplican las presiones para legitimar una
demanda que reviste al hecho prostibulario de formas legales, aceptables para
el liberalismo, que se dice social. Es así que esa estrategia apela a sutiles
demarcaciones entre prostitución libre y forzada, entre adulta e infantil,
tráfico de personas y prostitución local, etc. Distinciones artificiosas y
refutables al examinar los hechos. (Chronique féministe, 1999, p. 3) del
club... era parte de afianzar la salida de los jueves... relaciones con amigos,
era un poco afianzar eso, mis relaciones con mis amigos... como que no
participar. está bien. es legítimo no participar. Ese pibe. no participaba y
nunca dejó de ser un fenómeno como pibe, obviamente. Pero, bueno, qué sé
yo, como que no querés llegar al sábado y que todos te cuenten cómo se
cagaron de risa y vos no. Era eso, era para el sábado. El jueves era para el
sábado, era para contar la anécdota el sábado. [.] Vas por no decir no voy y
que te puteen los amigos. Como que hay veces que vamos sólo porque no hay
uno de los ocho que diga "ni en pedo, para qué vamos a ir.". Porque yo creo
que si uno de los ocho tira eso los otros dicen: "sí, es verdad, vamos. yo
mañana tengo que laburar. me tengo que encontrar con mi novia.". Siempre
tenés una excusa para no ir al puterío. Pero nunca nadie la dice. (E 92)
********************
Éramos. 9, eran 5 mujerones. y como estábamos los muchachos la cosa
masculina se radicalizó tanto. [.] de repente miro a una y la invito, como que
a mí me daba pudor compartir, me voy a una de las habitaciones. y estábamos
ahí en la historia, [.] y de repente cae un amigo mío con otra chica en la
misma habitación. y yo me detengo, estaba en esa situación complicada. y le
digo, vení. y empezamos a compartir. mientras estábamos en el acto, las dos
chicas estaban haciendo sexo oral con nosotros y como que nos dimos la
mano, una cosa así como, eh. bien. era más la cuestión fraternal. (E 100)
Siempre hay alguno de 10 que puede decir no, yo no, porque esto o lo otro,
pero en general, cuando el grupo de amigos de la despedida es realmente de
amigos, no cabe que nadie diga "yo no. me voy". (E 102)
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Los conceptos de "contemplación" y de "indolencia" se convierten en
claves para lo que ocurre en el modo de la reificación en el nivel del accionar
social: el sujeto ya no participa activamente en las acciones que tienen lugar
en su entorno, sino que es situado en la perspectiva de un observador neutral
a quien los acontecimientos dejan psíquica y existencialmente intacto. Aquí
"contemplación" no significa tanto la postura de quien está absorto o
concentrado en la teoría, sino una actitud de observación paciente, pasiva, e
"indolencia" quiere decir que el agente ya no está afectado emocionalmente
por lo que acontece, sino que deja pasar sin implicarse interiormente, sólo lo
observa. (Honneth, Axel, 2007, p. 29)
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Cuando vas con amigos es otra historia, porque no hay nada como las
anécdotas que surgen de ahí. [.] En estos últimos meses estamos recebados
todos. Pero son etapas. Justo este grupo de pibes es de ir de casino, en
taburete, y yo no puedo decir que no, me encanta la fiesta, qué se le va a
hacer. (E 107)
La primera fue así: estábamos con dos amigos y uno dice vamos, y el otro
dice vamos, y yo mucho no quería pero, bueno. y vamos. Tal vez no tenía
ganas de debutar con una puta pero no es que me importaba. (E 68)
Iba porque salíamos y los demás iban a coger y bueno. yo también. no me
voy a quedar sentado ahí. esperándolos, viendo el techo. entonces yo también
iba. y bueno. después todos salían reemocionados, y yo, bueno. no tanto. (E
69)
Es en el momento, se habla en el momento y chau. por ahí lo re-cordás en
algún asado. "¿te acordás cuando fuimos de putas a tal lado?" Pero no. nada
más. [.] con el círculo íntimo. siempre de hombres. es una cosa de hombres.
[.] .porque si no quedás mal. [.] Y porque queda mal frente a las mujeres.
cuando vos hablás de putas, que fuiste a consumir una puta. siempre quedás
mal delante de una mujer. [.] simplemente es una cosa de hombres. es una
cosa de hombres. no todas las mujeres vienen y te dicen. "hoy me transé a
Fulanito". Eso es. y, no sé. las cosas de hombres son cosas de hombres. de
consumirlas. (E 70)
Y . pero, digamos. también fuimos con otros. uno tiene toda la fantasía de
algo nuevo, digamos. Pero. yo era muy salidor antes, y siempre, vas con
alguno más grande o que tiene hermanos más grandes, o sea. (E 72)
La primera vez no fue una decisión... bah... en definitiva, sí, terminás
tomando una decisión. Estaba con un amigo al re pedo, una tarde que llovía,
me dice "¿vamos un sauna?". Le digo "¿Te parece?". "Sí, sí, vamos". Le digo
"no tengo un mango". "Yo te pago". El chabón quería a toda costa que yo
vaya. Y bueno, vamos. Fuimos. Esa fue la primera vez. La segunda, ya
éramos como cinco los que fuimos, entonces pintó, vamos, vamos, y bueno.
(E 34)
La verdad fui porque me insistieron mucho, o sea, iba hasta ahí a ver el
show, sí, no tenía problema, pero no tenía en mente a no ser que me
enfiestara una mina, pero cuando llegué no me pasó eso, porque cuando
llegué vino una mina y se me sentó encima, ni siquiera me dio la posibilidad
de elegir. (E 36)
Me ha pasado de ir a lugares que a lo mejor yo no tenía ganas de ir, pero
había mucha gente que quería ir y entonces terminás yendo... Creo que hay
muchos casos de esos. Hay otras que vos querés ir; hay veces que vas porque
van otros. (E 90)

Cosa de hombres: La mirada confirmatoria de la


virilidad y el goce de mirar
Una fantasía, hacerlo con amigos, de pagar entre todos, pero más por el
vínculo que se puede dar con amigos, más desde la aventura de compartir un
espacio como ese con amigos, pero no porque me atraiga tener sexo con...
tener sexo pagando... Puede ser muy divertido, yo lo veo por ahí, puede ser
divertido, de reírse, de disfrutar, de reírse de uno mismo, o reírse del otro, con
el otro, con mis amigos tenemos un código y un humor de reírse de nosotros
mismos, y quizás eso es lo que más me atrae, compartir algo que con mis
amigos hacemos cada uno por su cuenta, y que nos contamos situaciones
divertidas que. quizás poder vivenciar en un mismo espacio y tiempo una
experiencia sexual puede ser divertido. (E 79)
Yo ni me lo tomo como una relación sexual, [...] si tengo que ir, voy, no sé
si le pago a una mina, eso seguro que no, [...] no por avaro, porque no reporta
felicidad, no la paso bien, quizá la paso bien cuando tengo un amigo al lado
enfiestado y eso me produce mucho placer, pero si tengo que pagar para estar
ahí y para disfrutar para ver cómo disfruta el otro sí, eso sí pago, pero
esperando yo tener un beneficio, yo no, porque ya lo hice y no estuvo bueno,
no la pasé bien, en lo que uno espera pasarla bien sexualmente. (E 36)
Y nada. bueno, elegís la mina, así, que esto, que el otro, y te dicen "bueno,
vamos a esperar que se desocupe alguna habitación". Y mientras, escuchás
los gritos de alguna otra pieza [se ríe], porque hay varias. En esa había tres
habitaciones. y éramos tres. y vos podes elegir pasar los tres a una habitación
o pasar cada uno a una distinta. y nosotros dijimos. "no, vamos a pasar todos
a la misma..." [se ríe], y bueno... y... entonces, pasamos todos a la misma
habitación, todos cagándonos de risa, con las latitas de cerveza... y, ¿viste?
siempre te empiezan a dar charla... "¿Cómo te llamás? ¿De dónde son?
¿Edad? ¿Qué estaban haciendo?", así la conversación. y mientras vos te estás
poniendo en bolas. la mina también, bah. la mina siempre se queda con la
ropa interior y después se saca todo, y vos sí, estás en bolas, y bueno. después
empieza con. lo principal. y. y qué sé yo. nosotros nos cagábamos de la risa,
¿entendés? Estábamos los tres juntos y te cagás de la risa. y agarra. y nada. y
yo estaba con la mina ésta y miraba como el otro estaba con la otra y el otro
también. (E 61)
Me acuerdo una vez también. que fue el mismo día, y también. pasamos...
éramos como 14 y cogimos como 5 y fue divertidísimo... Pero fue divertido
eso de. de ver cómo al otro le chupaban la pija. es una cuestión así de. de
intimidad si querés, como que te une a un amigo, supongo. Para mí te une
mucho más a un amigo un vaso de cerveza en el medio, pero. Una situación
así, tan bizarra, de ver a un amigo cogiendo. porque a un amigo cogiendo no
lo vas a ver salvo con una puta. salvo que. le entren a coger con la novia. Es
divertido. no sé, es muy íntimo. por más que sean putas. en el medio. digo, no
es lo mismo con una mina. [.] La más divertida fue hace tres semanas, con los
mismos pibes, todos juntos, un lío total. 45 minutos de eyaculación. Muy
íntimo. (E 92)
********************
En contra de lo que afirmaban las reivindicaciones que señalaban que la
legalización y la despenalización de la prostitución iban a regular la
expansión de la industria del sexo e iban a suponer un control de dicha
industria, la industria del sexo representa ahora un 5 por ciento de la
economía de Holanda. Durante la ultima década, después de que el
proxenetismo y los prostíbulos se despenalizaron en Holanda en el año 2000,
la industria del sexo se ha expandido un 25 por ciento. A cualquier hora del
día, mujeres de todas las edades y razas son expuestas, y puestas en venta
para el consumo masculino, en los conocidos escaparates de los prostíbulos y
clubes de Holanda. La mayoría de las mujeres provienen de otros países y
probablemente han sido traicadas. Actualmente existen en Holanda
asociaciones, oicialmente reconocidas, de empresarios del sexo y de clientes
de la prostitución que son consultadas por el Gobierno, con el que colaboran,
para fomentar sus intereses y promover la prostitución. Entre estas
asociaciones están la Asociación de Empresarios de los Negocios de
Relajación; Hombre / Mujer y la Fundación de la Prostitución. Esta última
está compuesta por un grupo de hombres que, con regularidad, utilizan los
"servicios" de la industria del sexo. Entre sus objetivos específicos, destacan
"conseguir que la prostitución y su uso sean más aceptados y abiertamente
discutidos" y "proteger los intereses de los clientes". (Daley, 2001, citado por
Raymond, Janice G., www.catwinternational.org: 2004)
********************
Si vas solo es como que te termina bajoneando y no la pasás bien, . pero si
vas con amigos, si te divertís muchísimo. Eso está bueno, porque aparte
después no termina ahí sino que se comentan entre ellos cómo fue, cómo
estuvo. (E 16)
Era la primera vez que estábamos en una fiesta. ... Era para cagarnos de
risa nosotros dos, pero estaba bueno que ella disfrutara también, no te lo voy
a negar, que disfrutemos los tres está bueno, igual no lo voy a saber nunca
porque tampoco se lo pregunté, y bueno, salimos de ahí y nos divertimos
contándonos qué nos había pasado. (E 49)
Ni siquiera ya para ir a coger, ahora más para juntarnos entre 5 o 6, poner
unos mangos entre todos, elegir a una de las chicas que nos haga un show.
Esa es la joda. (E 6)
Esa vez hemos llegado a estar entre nosotros, mis amigos y la misma mina.
No sé, para mí está todo bien, porque yo soy así. de compartir mucho [risas]
porque a nivel sexual es. yo generalmente estoy con amigos y amigas y a
veces es como que podemos llegar a estar todos juntos y es como que
disfrutamos. la sexualidad. a un nivel. de amistad. una cosa... [...] Bah... es
como que en personas grandes, no creo... onda que va el tipo solo y se paga
lo suyo. en cambio entre jóvenes es más como diversión. es como que
estamos compartiendo algo re copado. re divertido... todos juntos y nos
miramos y nos reímos... (E 32)
Pero si vas en son de joda, si vas con amigos, vas de joda y aparte de tomar
algo, jodés con las chicas... porque hay música, aparte está la luz negra y las
chicas bailan y hay una vitrola, y vos ponés música, ¿viste? Y vas de joda, y
hacés todo de joda, entonces te lo tomás como una diversión. (E 7)
5. EL SEXO PROSTITUYENTE / EL SEXO PAGO

Prostituir es un verbo que habitualmente se conjuga con un sujeto trastocado.


Cuando un varón paga por sexo prostituye. Sin embargo, sólo se enuncia la
relación prostituyente colocando al objeto del verbo "prostituir", el objeto de
prostitución, como sujeto activo. En el discurso P las mujeres se prostituyen.
En este discurso es posible advertir varios aspectos asociados al sexo pago.
Un argumento habitual para justificar el sexo prostituyen-te: pagan por sexo
para satisfacer una necesidad biológica y fisiológica irresistible, atribuida a la
supuesta "naturaleza" de los varones: "necesitan tener sexo", "descargar" y
este hecho, tomado como evidente, explica por sí solo la necesaria existencia
de la prostitución.
En este contexto, el sexo pago supone una configuración de la sexualidad
reducida a mera satisfacción eyaculatoria. Al mismo tiempo, el sexo
prostituyente aparece vinculado a diversión masculina, un tipo de consumo
que se disfruta entre pares y habilita prácticas sexuales (grupales, por
ejemplo) a las que no podrían tener acceso de otra manera. El ejercicio de la
violencia sexual también resulta posible. Las comparaciones y diferencias
entre sexo pago, la relación con una mujer prostituida y el sexo con amantes,
novias, esposas, ofrece algunas claves del discurso P y del imaginario
masculino. Acudir a una prostituta se justifica en el hecho de que es
accesible, fácil y rápido. El hecho de pagar garantiza que podrán tener sexo, y
que puedan exigir "prestaciones" diversas -lo cual hace que prostituir sea
atractivo y "saludable". Experimentar afectos con las mujeres prostituidas a
menudo es cuestionado como algo torpe, inconveniente e hipócrita.

Justificación: van por una necesidad fisiológica; como


una descarga
Si voy no es para ponerme a charlar, es para ir a eso. Voy a buscar lo que
necesito, y es justamente eso. (E 16)
Creo que la mayoría de la gente no es que va porque dice "bueno, quiero"...
no, va porque estás con el agua al tanque, cuando estás solo, que decís
"bueno, loco, tengo que descargar", porque es así, es una realidad, un día te
agarró así y decís "no aguanto más". (E 45)
Vas a hacerte chupar la pija, cogértela de la manera que quieras, era ir a. a
sacarse la calentura. (E 42)
Se asemejaría más al apareamiento de un animal que a hacer el amor de
seres humanos como nosotros. (E 103)
[Voy] te diría que por la calentura, pero no habría que pensar más en
profundo [...] una necesidad básica, fisiológica... eh... tenía ganas de coger y
era más fácil que nada, andar haciéndole el verso a alguien y gastar tiempo,
dinero. Vas, gastás el dinero que tenés que gastar, cogés y te vas. Sin quedar
enredado en toda una historia para cogerte a una mina que. que no te interesa
más que cogértela. Es muy simple. (E 42)
Y. he ido a todo tipo [de lugares], desastrosos y buenos. Eh. y los buenos
están buenos, pero no hay una gran diferencia, es ir a coger igual. (E 42)
********************
Un discurso publicitario cada vez más penetrante celebra la compulsión al
placer, a todo tipo de placer, como una suerte de liberación. Exalta el culto de
lo descartable, de la satisfacción inmediata e individual, y la idea de que con
dinero se puede tener todo. Más concretamente la publicidad no escatima
imágenes "liberadoras" y atrayentes de la prostitución, del consumo de
cuerpos. Más allá del discurso prostitucional, el discurso publicitario -es su
rol- compele al consumo. Una publicidad reciente de lentes de contacto tenía
por slogan: "Los uso y después los tiro". Los lentes colocados en la boca de
una mujer joven agradable, reenvía no a los lentes de contacto, sino a un uso
"moderno" de las personas reducidas al estado de objetos. (Legardinier,
Claudine, www.mouvementdunid.org)
********************
Sí. sí. no estoy con nadie. o sea. no tengo a nadie atrás que me rompa las
pelotas, aparte cada tanto. tenés que descargar. si no. estás todo el día
babeándote. así que. (E 69)
Estaba en una situación de necesitar... Descargar el muñeco y se me
ocurrió en ese momento tener una experiencia pagando por sexo y caí en el
rubro 59 de Clarín. (E 79)
Íbamos por ahí, la verdad, las veces que pasé era porque no tenía minas,
era una forma de descargar la castidad, digamos... (E 78)
A esa edad [15-16 años] una fuerza muy, muy grande, y creo que no la
dominaba, que era esa pulsión de querer coger. Hoy en día es otra cosa. (E
42)
He acompañado a amigos a que evacúen sus necesidades fisiológicas con
mujeres más lindas que sus novias. (E 100)
No me siento incómodo, pero es como sin sentido, como así decir, bueno,
no sé, comí un yogur, o fui al baño y cagué, es lo mismo. (E 19)
********************
Si la globalización es estar sometido a las leyes del mercado, la
prostitución del siglo XIX estuvo tan sometida a las leyes del mercado como
la actual. Han cambiado las tecnologías pero no las leyes que regulan el
mercado. Contemporáneamente a los procesos de expansión del capitalismo
europeo hacia América de las últimas décadas del siglo XIX y principios del
XX, Argentina comenzó a ser un lugar de destino privilegiado para mujeres
europeas destinadas a ser prostituidas. Mientras un flujo continuo de varones
y mujeres migraba hacia América desde Europa, está comprobado que miles
de mujeres, procedentes principalmente de Polonia, Rusia, Francia, Italia, y
en menor proporción de otros países europeos, fueron reclutadas para los
prostíbulos de Buenos Aires y otras ciudades de la Argentina. Para cubrir la
demanda en todo tipo de modalidades y para todo tipo de clientes. Aunque ya
desde mucho antes de la llegada de europeas, hubo mujeres nativas en
prostíbulos de las ciudades, en zonas rurales, en el ejército (durante el siglo
XIX eran conocidas las "soldaderas", mujeres prostituidas que acompañaban
a los militares en sus campañas). La economía dolarizada de la década de los
'90 hizo atractiva a la Argentina no sólo para inversionistas, trabajadores,
profesionales de otros países, sino también para las organizaciones
proxenetas, lo cual se tradujo en un incremento de la trata de mujeres
extranjeras traficadas con destino a los prostíbulos argentinos. (Chejter,
Silvia, 2005, pp. 111-134)
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En un momento la necesidad de tener sexo, y se nota que debe haber salido
por ese lado y estee. Y alguna vez me sorprendí a mí mismo yendo casi sin
pensarlo... así es, como una pulsión, ¿no?, como una cosa de "¡tengo que ir!"
[impostando la voz]. (E 111)
¿Para qué buscar, tener todo un romance, todo una cosa? Buscan,
encuentran, pagan, se terminó, chau, hasta luego, no se sabe el nombre, no se
sabe nada. Es sólo y exclusivamente una descarga, o como lo llamo yo: una
sesión de dermatología. El sexo hace bien al cutis. Entonces, en vez de ir a un
dermatólogo o a una dermatóloga. una sesión de sexo y ya está. (E 60)
Es un servicio, sirve para un montón de gente. Los chicos para iniciarse
necesitan putas. [...] También los grandes, imaginate un matrimonio de viejos
que tienen 60 años. la vieja a esa edad ya bajó la persiana. El tipo, en cambio,
va a querer seguir cogiendo y bueno, tiene que recurrir a una puta. (E 55)
[Voy por] la calentura. Si venís con mala racha. y sí. necesitás descargar...
qué sé yo... Otro motivo puede ser que no tenga éxito con las mujeres y tenga
que recurrir, porque en algún momento necesitás tener relaciones y, qué sé
yo. o si no. capaz que venís así, estás con amigos. y pinta. y bueno, dale. Son
distintas situaciones y distintos motivos. En los momento que fui, fue porque
estaba con amigos y se daba como para ir, alguno decía para ir. .y bueno. ya
que estamos. no estoy de novio. no vamos a salir a ningún boliche y por más
que te levantes a una mina en un boliche, no te la vas a garchar en ese
momento, o sea que, bueno, vamos a lo seguro. (E 62)
Por relación sexual he ido e iría. Hace mucho que no voy, lo haría por
complacer a mi cuerpo, sin necesidad de hablar de mí, de lo que hice en las
últimas semanas, o meses de mi vida, ni tener que ir a cenar, al cine, ni tener
algo formal, es más cómodo. Si lo necesito, lo hago sin dudarlo. (E 63)
Es así. como vicio. de que les gusta el cigarillo o el alcohol, bueno, una vez
por semana o una vez cada 15 días, mechar con una puta. (E102)
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Todo se compra y se vende, y sin embargo, no todo puede comprarse y
venderse sin socavar las bases mismas de la humanidad. (Gauron, André,
2002, p. 24)
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Claro. por ejemplo, el hombre tiene una necesidad física más que
psicológica por ahí. y la mujer tiene una necesidad económica básicamente...
Un noventa por ciento de las prostitutas tienen una necesidad económica. y
los tipos que consumen putas y, bueno. tiene una necesidad física y no sé si
también psicológica. no sé cómo se verá eso. (E 70)
Te sonríen, para que vos la encares y le preguntes y demás. y nada. Era
eso. y yo pensaba que era por lo simpático. [se ríe]. Entonces. nada. está al
alcance de cualquiera, cualquiera que no tiene la facilidad de conocer
personas o no tiene la posibilidad de relacionarse con mujeres y tiene la
necesidad de descargarse. qué sé yo. (E 62)
¿Para mí qué es? No sé si es un servicio. no sé si decirte que es un servicio,
pero es algo que. qué sé yo. tengo la necesidad de tener sexo y puedo recurrir
a eso, a la prostitución. algo que puede hacer cualquiera. legalmente no está
bien visto. pero bueno. [silencio] .entonces si tengo la necesidad, voy a pagar,
voy a buscar y voy a pagar por sexo. (E 62)

La sexualidad reducida a eyaculación: sexo mecánico,


animal, ponerla
La satisfacción del tipo que está acostumbrado a eso, es lo que te digo, es
fácil. es como los perros, cuando están alzados van con una perra. Bueno esto
es igual, igual, igual. (E 96)
Voy a eso. Tener la relación. Lograr el cometido y nada más. Si uno la pasa
bien, mucho mejor. (E 100)
Nosotros no nos queríamos poner de novios, sólo la queríamos meter y
punto. (E 40)
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De igual modo en que los avicultores que practican la cría intensiva de las
aves han inventado el término de "batteries hens" para las gallinas encerradas
en jaulas estrechas, para incitarlas a poner huevos, o para engordarlas, la
técnica de los modernos traficantes de mujeres ha enriquecido la lengua
inglesa con esta expresión, las "batteries girls", para designar a las jóvenes
mantenidas bajo el efecto constante de drogas y recluidas ellas también en
"jaulas" para ser usadas como esclavas sexuales. (Chaleil, Max, 2002, 162)
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Uno, lo que no va, particularmente . no iba a hablar ni a buscar. nada. Iba a
fifar, ¿viste? Entonces era bastante hipócrita tener una conversación, ¿de qué
carajo...? Si vos lo que querías era arreglar y pasar y fifar. (E 50)
La diferencia entre tener una novia. es un sentimiento, aparte del sexo. En
cambio, con la otra, es sólo sexo y nada más, no la ves nunca más, a menos
que vuelvas a pagarle a la misma. Esa es la diferencia. ¿Hacer el amor? No,
no, no, es sexo puro [.] estás cogiendo como un animal, es puro sexo, carne,
piel. Querés tener sexo y no te importa nada, si está, no está, si fue al baño, si
le gustó, no te importa nada, la diferencia está en el sentimiento. (E 55)
No fue traumático [el debut con una prostituta] pero fue romper con la
barrera del sexo. Fue como pagarle a un electricista para cambiar un enchufe.
(E 63)

La sexualidad asociada a fiesta, diversión, jolgorio,


descontrol; prácticas sexuales a las que acceden sólo por
dinero.
Eso no fue pagar por sexo, fue como pagar por un momento que todos [el
grupo de amigos] nos vamos a acordar, una cosa así. [.] La última vez fui
solo, por calentura. Fue una cagada, porque me di cuenta de que no sirve de
nada. Me fui enojado, porque había pagado y cuando terminás, estás 20
minutos y ya está, pasó todo. Por eso es que cuando lo hago por calentura,
después te sentís mal, si no sacás otras cosas aparte de eso. [.] Siempre hay
un poco de calentura. Uno va a divertirse y eso, yendo a un cabaret, [.] pero
en realidad sale más como programa. (E 109)
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Sabine Dusch calcula que la prostitución genera una cifra mundial cercana
a los 60 mil millones de euros. La ONU en 1998 estimaba que año a año, 4
millones de personas eran objeto de tráfico, generando un beneficio de entre
5 y 7 miles de millones de dólares estadounidenses, a las organizaciones
criminales. Según Dusch, las mujeres víctimas de trata son mucho más
numerosas que aquellas objeto de tráfico para su explotación doméstica o
como mano de obra barata. Según las Naciones Unidas hay más de 30
millones de víctimas en razón de la trata de mujeres y niños para su
explotación sexual en Asia. (Poulin, R., 2003, p. 2)
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Cuando tenía 20 años habré ido. una vez solo. pero no es lo que. o sea,
vamos y tenemos que estar en una situación en la que estamos todos juntos,
que sabemos que nos vamos a divertir, por el hecho de que vamos a
compartir un momento todos, que es muy difícil encontrarlo con otras chicas,
más que por una necesidad mía de ir y estar con alguien. [.] Es más por el
placer de compartir ese momento, en donde estar todos en una habitación con
las chicas con mis amigos. vamos rotando, hacemos pelotudeces y nos
cagamos de risa de eso [.] más vivir el hecho de que pasó algo todos juntos
que una necesidad verdadera, sí, seguramente, en ese momento hay
necesidades también por todo lo que se da, pero se vive más en el momento
ameno de todos juntos. es eso, que estemos todos juntos. Esa es la fantasía,
que estemos todos juntos, y nos queda como anécdota de lo que hacemos
todos juntos, entonces ese es el sentido, porque la verdad, las chicas, si las
vemos en calle no son tan, ni son las chicas con las que nos gustaría estar y sí.
tiene cosas que no tendrías con una chica, quizás sí podes pedir otras cosas.
pero la verdad, satisfacer tus necesidades, nada que ver. (E 29)
Nos juntábamos siempre en el club que para nosotros era el punto en
cuestión y no sé, yo creo que lo programamos como programamos ir al cine.
qué sé yo, "vamos un día a un sauna", o "vamos a tal lado", o "vamos a
coger", porque esa era, ¿viste?, la consigna". (E 50)
Entonces, como que lo tomamos como una cuestión, así, de fiesta... 4 con
4... así. De hecho, la otra vez hicimos, en un ambiente, 8 contra 3... 3 minas
¿no? [risas] Esa fue la última experiencia. Y después las otras veces que fui,
la verdad es que no. Si pasaba solo, no me divertía. No, no la paso bien. En
general, creo que muy pocas veces me cogí una puta. Siempre me hacen un
pete y nada más. (E 92)
Se contrata una chica para despedidas de soltero, se usa mucho entre mis
amigos, entonces las chicas bailan y todo eso. (E 63)
Con una puta es más frío todo, qué sé yo, con una mina hay otras cosas.
Por eso mucho no voy, ¿viste? Así. por mi cumple, bueno. pero no, de ir solo
o algo así no, no. Pero, bueno, esa vez estuvo bueno, es más para ir a
divertirse con amigos, por lo menos para mí. (E 12) en realidad yo creo que
es una mezcla de calentura. y joda. en realidad vas sin un motivo. no sé cómo
explicarte. surge la salida y vamos. no estás pensando. ay, este sábado vamos
de putas. cuando se da, vas. y bueno. nada. Hay veces de todas esas que vas
que realmente estás caliente, o estás en una mala racha. pero quizás hay otras
que vas porque vamos todos, y porque nos cagamos de risa. no sé. hubo veces
que se dijo de ir y yo no tenía ni ganas, ni plata, o estaba de novio. y no fui.
no es que tenés que ir. pero nada. si pinta y tenés ganas, vas. (E 72)
No. no. no es que me caliento sólo con mis amigos. pero no sé. hasta el
momento la salida se dio así. [.] de estar en ese clima de joda con amigos.
recién ahí uno piensa en ir de putas. como que si no, no da. [.] hacemos
chistes si a alguno le tocó alguna fea. o si alguno salió primero, o último. o
alguno cuenta algo raro que le pasó. pero nada más. no es que nos la pasamos
hablando. es como cuando vas a bailar y te transás a alguien. ahí por lo
menos contás lo que hiciste para encararla. acá ni eso. así que no hay mucho
para contar. a veces quizás contamos detalles sexuales. pero tampoco hacés
cosas muy locas. porque para todo eso tenés que pagar más. ¿entendés? (E
71)
[La primera vez tenía] ¡.un cagazo que ni te cuento! [risas] Las rodilli-tas
me hacían así [las hace temblar] ¿no? Después otras, que me las acuerdo
porque son divertidísimas. cuando mis amigos se empezaron a casar, hace ya.
el primero se casó en el año 96. por ahí, este. y alquilábamos una casa y
metíamos cinco o seis gatos y ¡era un despelote! ¡Todos en pedo! ¡Con los
gatos ahí en el medio! ¡Esas eran buenísimas! Pero porque eran divertidas.
No porque nadie necesitara del servicio sexual [remarca la palabra] de la
prostituta. ¿Me explico. la diferencia? La poníamos, todo, así, bien claro,
pero. era más la joda, sacando fotos, esa boludez que el servicio. el laburo del
gato, eso era secundario, eso nos divertía, de ésas hicimos un montón. (E 23)
Uno de los días que más me divertí fue cuando pasamos tres contra tres
adentro de la pieza. Era un quilombo bárbaro, te podés imaginar. corriendo
uno con uno y con el otro cambiando a cada rato. (E 18)
Tampoco iba por necesidad. Porque estaba con mi ex, salía con pibi-tas, o
sea que no tenía necesidad de ir, tengo ahí. o sea, por un margen de diversión,
de estar de escabio y terminar ahí, o. no sé. (E113)
Es un esparcimiento. a menos que haya alguna. . No quiero llamarlo
desviación, ni perversión, pero algún tipo que le guste algo en particular y
que le es difícil encontrarlo ya sea en su pareja, en su novia. Sacando esos
casos, es algo más bien lúdico. En el caso mío, sería puramente lúdico, nada
más que eso. (E 90)
Hicimos esa movida y salió genial, nos cagamos de risa, fue una gran
despedida de soltero. Qué sé yo, fuimos a lo seguro. De ahí a que siempre
hagamos lo mismo. espero que no, pero es eso, es una forma de divertirse
fácil y no tan barata. (E 92)

Sexo y violencia explícita


Las despedidas de soltero. somos varios. [.] esa vez éramos 20, los 20
íbamos a jugar al futbol, entonces estaba más armada la cosa. Eran 4 minas,
vos las elegís, no son lo mejor. no son Pamela Anderson ni nada, porque ésas.
tenés que poner mucha plata. son minas normales y con ésas, sí que la
pasamos bien. Yo, vergüenza casi no tengo, así que le hacía cualquier cosa a
la mina y se la bancaba y me cagaba de risa. hablando dentro de lo normal.
Pegarla con la chaucha en la cara, ¿viste?, ese tipo de cosas. sopapearle los
cachetes del orto, eso. pero, normal, nada de maltratarla, no la cago a piñas ni
nada. [.] Las 4 minas. siempre se portan bien, al principio es como que .
imaginate, vos entrás a una casa y ves... primero no conocés a la gente y ves
20 monos... es de asustarse. Después, a la media hora, entran en confianza
[...]. Las minas terminan a la miseria, te digo que 10, 12, 15 negros dándole
masa y masa, hay algunos que repiten dos o tres veces, . pero nunca
faltándole el respeto, en eso nos mantenemos bien, manteniéndole el respeto,
sin hacer cosas raras. Si la mina no quiere por el orto, no, no es que vamos y
la hacemos el orto de guapos. En eso nos contenemos bastante. [...] En otra
fiesta que tuve, la pasamos muy bien, nos cagamos de risa. Eran 2 minas y
nosotros éramos 5 y la pasamos muy bien. "mirá cómo te movés.", "te la
daría a vos'...nos divertimos en ese sentido, ves cómo tu amigo tiene
relaciones y después ya está, te ponés al palo y querés tener vos relaciones,
"dale, desocupá el agujero, porque están todos ocupados.". Te imáginás, ahí
bombeando mi amigo y yo ahí. vos también le querés, te querés meter, como
un perro, ¿viste? En un momento estaban todos. habría 10 personas adentro
de la pieza, yo mirando. Me cagaba de risa, y hacía un calor. "pará, desocupá
una". [.] La anterior fue mejor. éramos como 25 monos. eran dos minas, nada
más. todos los monos parecían una jauría. el baño era más o menos el único
lugar con privacidad. . Estuve ahí como una hora adentro con otro, como que
me inhibí un poco más que no lo conocía, si me hubiera metido con el enano
pijón, claro, que me cagaba de risa, pero medio me inhibí. Después se me
paró, pum, le pegué un poco en la cara a la mina, bien, bueno, se presta, se
prestaron bien, no les quedaba otra, estaban en la loma del orto con 20
negros, si se retobaban un poco por ahí cobraban, no te digo que les vamos a
pegar, pero. Y se fueron a las 7 de la mañana. [...] Les damos de comer,
porque hicimos un asado, sobró. ¿querés comer algo? ¿Querés tomar un
champagne, una cerveza? ¿Qué querés? Merca ni en pedo les damos. [...]
Estas fiestas es como que van mejorando de nivel, la coordinación, tenemos
más guita, vamos ahorrando, entoncés podés levantar el nivel. Lo que pasa es
que tampoco sirve traer una trola cara, porque es preferible traer cantidad y
no calidad, si somos 20, no vas a traer una trola que tenemos que hacer cola,
como para ir al baño, en el subte. la mina te dice de a uno, de a dos, aparte se
pone fifí cuando es más cara. Entonces traemos unas más del potrero.
¿Cantidad? Cuatro o cinco, que se pueda abastecer a todo el rebaño. (E 98)
Bueno, pero hay algo en la persona que va a un prostíbulo, de querer [.]
como una idea de triunfo. Como cuando no estás bien con vos, como triunfar
yendo a una puta, ¿entendés? Como "bueno, triunfo en una, en la vida" [.] Sí,
no sé cómo es exactamente. Pero. [pausa] Sí. tiene que ver con la guerra de
sexos. De cogerse a alguien aunque no quiera, ponele. Que hay un montón de
eso. Y no solamente con las putas, cuando estás también con tu novia, un día
que estás cruzado te puede pasar también, sin darte cuenta, de estar pensando
"mirá cómo te cojo", en el sentido de "mirá cómo te hago mierda". O jugar
con eso, qué sé yo. Creo que los seres humanos juegan mucho con eso. (E 44)
Y. yo la apuraba, le decía "escuchame, yo pagué y esto es por tiempo,
dale." y decía. "No, pero esperá, vamos despacito. me da cosquillas." "¿Qué
cosquillas? Dale.", o sea. yo pago por algo. y la mina medio que estaba medio
reacia y "no, pará, pero despacito.", "¿Qué despacito? Pará. yo pago, me
parece que yo decido. aparte, si sos prostituta, es por algo". y nada. la mina
medio se retobó. Igual medio que cuando sale el flaco me dijo que era medio
boluda y que la iban a sacar a la mierda. No sé. me parece que está
desubicada la mina, si sos prostituta es por algo, no te podés. o sea, podés
poner ciertos puntos, pero no tantos, no. y después no fui más. [.] No, me
decía. "no, despacito, que me duele", "¡¿y qué querés que haga?!", aparte "si
estás todos los días acá, qué te va a doler. debés estar re acostumbrada",
además. si tuviera un. bué. un veinticinco, un treinta, bueno, sí. pero no, no es
el caso. [se ríe]. así que. de qué te quejás. claro. y, no. eso. o sea, se quejaba
de pelotudeces, no sé... estaba medio loquita... (E 69)
Diferencias entre sexo pago y sexo no pago. Algunas claves del imaginario
masculino
Ahí se presta para todo. Hay cosas que tu novia te da, cosas que no. voy a
buscar eso que no me da. (E 8)
Claro que tienen pareja, pero no es lo mismo con la mujer. Si la mujer llega
a hacer lo mismo que las prostitutas, no se hubieran casado [.] Si salís con
una mujer y le gusta todo o tuvieron cien novios, con ésa no te casás, seguro.
Mis amigos no, ninguno se casó así. (E 63)
Cuando pagás por sexo es más emotivo, en parte. Hay chicas que son muy
reservadas en el acto, cuando una es tu novia. Hay cosas que vos pedís y hay
cosas que no te dan. Entonces, cuando uno paga es cuando se presta para
todo. Es como el típico dicho, por la plata baila el mono. (E 8)
La cosa es que vos a las chicas les pagás lo que quieran, si vos les pagás lo
que dicen, podés hacer lo que querés [.] Capaz que con una chica que vos
estás, no podés hacer todo lo que querés. (E 38)
Yo no me puedo coger una mina delante de un amigo mío. No sé, creo que
lo hice una vez en una fiesta y nada más. Pero no, no se puede, si no pagás no
se puede y pagando siempre se puede. (E 92)
Había veces que iba porque me interesaba. porque estaba caliente [.] Uno
necesita también su descarga, porque además las conquistas no eran muy
fáciles. Además la mentalidad. No te olvides que la mentalidad italiana era
siempre un poco más retrógrada. Una chica tenía que tener cuidado y todo.
Así que también la noviecita de turno no se concedía, porque eso había que
guardarlo para el casamiento. todo ese tipo de cosas. Así que te calentabas y
después te ibas a un quilombo y punto, ya está. Ahora cambiaron también los
tiempos. No es que en Italia hubo chicas
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Para aquellos que no podían evitar el sexo, en Corintios I, 7-9, se
aconsejaba el matrimonio. Sin embargo ya San Agustín y Santo Tomás de
Aquino habían considerado que la prostitución femenina aunque repugnante,
era necesaria. Por ejemplo, San Agustín creía que la eliminación de los
burdeles daría lugar a la proliferación indiscriminada de la lujuria... De
acuerdo con su criterio era mejor tolerar la prostitución... que enfrentar los
peligros que podrían surgir de la eliminación de las rameras de la sociedad.
Santo Tomás extendió la perspectiva de San Agustín y comparó la
prostitución con una cloaca cuya supresión podría dar lugar a la
contaminación del palacio. Asimismo esta supresión podría fomentar las
prácticas homosexuales. (Donna Guy, El sexo peligroso, p. 5) serias. Había
un chiste famoso que decía que las chicas serias se acuestan a las ocho de la
noche, porque a las diez tienen que volver a su casa. Entonces, ¿viste?. son
esos chistes que son realidades. Normalmente no era tan fácil. Pensar de ir a
vivir o a convivir ¡No, por favor! La mentalidad se fue después
desarrollando, hace 30 años convivir no era bien visto. La mujer era tachada
de puta y nada más. Había que casarse. (E 60)
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Mi hermana no lo haría [no sería prostituta] No, no. ¡mirá la pregunta que
me hacés.! Además, me muero. creo que también tiene que ver con el
entorno. no sé. pero no. no. mi hermana, por cómo es. no lo haría [.] Mi
hermana es re tranquila. siempre de novia. no sé. no es una mina zafada.
además es medio tímida. [.] Yo pienso que tiene que ver con la forma en que
fuiste criado, con los valores, no sé. pero me cuesta pensar a mi hermana o
alguna amiga como putas. (E 71)
[Paga por sexo] porque está bueno, es más que fácil que estar con una
amiga, es más barato que invitarla al bar Belagamba, ponele a tomar algo, y
bueno, nada, es así: es un toque y me voy [...] Es un toque y me voy y no
pensás qué hay después. Y no hay un enganche con una mina, con la pareja,
no hay rosca. todo bien: un garche es un garche, básicamente, un garche y no
pensar mucho más. (E 66)
Es más barato que salir con una chica. Ir al cine, le hacés el novio, la
invitás a cenar o algo, o vas a bailar y salís 2 o 3 semanas y después no pasa
nada, ¿y cuánto te gastás? Así pagás y ya sabés, seguro que lo hacés. (E 65)
Pero probablemente por esa comodidad. Primero porque es mucho más
rápido ir. no tener toda esa cosa porque querés conquistarte a alguien y tenés
que empezar con que la charla y las flores y la comida. Además nunca sabés
cómo te va a terminar. Porque. ¿qué vas buscando? Vas buscando conquista
difícil [...] Pero siempre es más interesante ilusionarte que conquistaste una
tipa que no es fácil. Después capaz que la tipa a la primera vez dice: "Mirá
este boludo, ¿por qué no me lleva a la cama?". Entonces, en vez de perder
mucho tiempo, es mejor ir: pagás y ya está. Diez minutos. no tenés ni que
soportar la charla, que te cuenten cosas que ni te interesan. Entonces ya está.
(E 60)
A la hora de tener sexo, nada más que sexo, bueno, me preocupo más por
ese tema de tener la relación y ya está, a que. tener que, por ejemplo, inventar
estupideces, ir a lugares que no tengo ganas, hablar de cosas que no tengo
ganas, etc., etc., etc. [...]. [Pagar por sexo] Lo voy a defender toda la vida. Me
parece muy sano, por otro lado. (E 43)
Hay veces que venís yendo a bailar y no se te da nada. que venís
chamuyando y chamuyando. y nada. y bueno. váyanse todos a la mierda... y
te vas de putas... También porque no hace falta hacerte el novio de ninguna
chica. o tener que estar esperando que empezás a salir y tenés que dejar pasar
tiempo hasta que se dé el momento. No sé. en su momento era más
complicado. acá tenías ganas de garchar e ibas. como que no requiere
compromiso. (E 62)
Yo tuve una novia hasta hace poco, corté hace dos meses, y sin embargo,
igual cada tanto me. pagás a alguna, es otra cosa. vos vas, te la cogés y fue.
La mina no te pregunta nada, salvo que vos quieras hablar, no te hincha las
pelotas, si está indispuesta, si le duele algo. no te recrimina que no le hacés
algún regalo, nada. Vas, pagás, cogés y te vas. (E 40)
Prefiero estar con una mina que me gusta... pero, de vez en cuando, está
bueno. no sé. hay veces que estás soltero. y si tenés que esperar a estar con
alguien. salir un par de veces. para recién pensar en ponerla, ¡no! Claro. para
eso vas con una puta y listo. es más sencillo. Yo hay veces que no tengo
ganas de estar de novio y siento que no es fácil encontrar una mina con la
cual garchar al toque y listo. entonces, en lugar de tener que meterte en algún
lío con alguna mina y tener que estar dando explicaciones... nada... prefiero
ir, pagar, y listo... (E 71)
Entre una relación. hacer el amor. una relación que no pagás. . No pagás la
prestación, pero muchas veces estás en pareja y aportás diez veces más de lo
que puede aportar la otra persona. no es un pago directo, pero... siempre es un
gasto. Una cosa es teniendo una relación con alguien que te gusta y todo y la
otra, en vez, es descarga. Entonces, la diferencia que estábamos hablando
antes. de hacer el amor o tener sexo. (E 60)
Muchas veces lo hacés pagando... como los 10 pesos de antes de ayer, o
pagás igualmente si invitás a comer, a un teatro y alguna cosa. es la misma
historia. No le das la plata en la mano, pero, bueno, invitás. te cuesta. No es
pagar directamente, que puede ser más chocante, pero muchas veces es mejor
pagar. Son 10 minutos, no tenés que soportar toda la charla, la cosa, el
drama... Prefiero cosas rápidas y sin involucrarme en nada. (E 60)
Con las putas es más libre, hago lo que quiero y después no doy
explicaciones de por qué no se me paró... Igual, eso no me pasó... bueno,
alguna vez. pero sí, no explico qué hago con mi vida, o con la plata que gano,
o eso. En cambio con la novia, es casi como la vieja: ¿dónde estuviste, en
dónde gastaste esto, por qué hacés lo otro? Que me lleves a algún lugar, que
esto, que lo otro... [...] Las putas sólo te piden la plata, les pagás y chau, el
problema, después... si te he visto, no me acuerdo. (E 40)
Con la minita quizás estás tres semanas hasta que salís una vez, dos veces,
tres veces y quizás recién ahí podés pensar en tener relaciones. En cambio,
con la puta sí, sabés que la ponés seguro. Las dos cosas tienen sus ventajas y
sus desventajas, por eso te digo. depende del momento en el que estás. yo he
ido de putas y también he esperado un mes para hacer algo con una mina que
me interesaba. depende. Con la puta vas y pagás para tener sexo, vas porque
estás caliente y es eso nada más. y con una novia es diferente, te gusta, la
querés, te conocés. eso es. yo prefiero mil veces estar con una mina que me
guste, pero bueno... cuando hay hambre. [se ríe]. además, como te dije, todo
depende del momento. hay veces que no tenés ganas de esperar tres semanas
para salir con una chica, y al tiempo recién pensar en ponerla, ¿entendés? (E
71)
Generalmente las mujeres se indignan o se te enojan... no lo hablo mucho
con las mujeres. igual no tengo problema para contarlo. si sale la charla, sale.
[.] con parejas tampoco, porque las minas empiezan con que "ay, qué asco,
¿cómo vas a estar con esas minas que estuvieron con mil tipos,? Sos un
asco". Y bueno. sí, estuve, ¿y qué?. y bueno. por eso prefiero no decirlo...
porque es al pedo... en realidad nunca hablé así con una mina que entendiera
bien el tema. así como estoy hablando con vos. generalmente no lo entienden
y bueno. se asume obviamente que anteriormente tuve relaciones. no es que
todas creían que era virgen. pero nunca hablé de con quién lo había hecho
antes. (E 62)
Mi hermano hace 2 años atrás conoció una piba, mi hermano tenía 25 años
y la piba también, 24 o 25 años, y salían a bailar, todo, se conocían [.] No se
metió porque ella era prostituta, si no, estoy seguro de que se hubiera puesto
de novio, seguro. [.] La mina estaba enamorada de él [.] Le dijo [que hubiera
dejado el trabajo] pero a mi hermano no le interesaba. Sé que hay hombres
que no le importa, pero no conozco ningún caso que hayan dejado de trabajar
para tener una vida normal [.]. Se pueden enamorar, pero no conozco ningún
caso [.] Se mandan mensajes a veces, pero mi hermano empezó a salir con
otra chica, es como que ya fue. [.] Cuando mi hermano iba ahí, yo sé que mis
amigos pagaban y mi hermano no. pero sí, salían afuera, estuvieron saliendo,
sí... ella creo que tenía 3 hijos... La mayoría tiene hijos... ninguna tiene
estudios tampoco. (E 65)
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Según una encuesta realizada en España el 39% de la muestra (de 409
varones adultos, año 1992) había pagado por sexo en algún momento de su
vida. Datos de otros países y para distintos años, arrojan cifras que van del
7% en Gran Bretaña (sobre una muestra de 7941, año 1991), 16% en Estados
Unidos (sobre una muestra de 1709, año 1992) 19% en Suiza (sobre una
muestra de 1260, año 1992). (Mansson, Sven Axel, 2003, p. 1)
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Es otro placer, es muy diferente. Puedo perder económicamente estando de
novio, pero el placer es otro, tener una relación sexual con una persona que
vos tenés un sentimiento de por medio, no, no se compara con una prostituta
ni a ganchos, así que uno pierde plata económicamente, pero lo compensás
con el placer. Hay una diferencia muy grande entre tener sexo con una
prostituta a tener sexo con tu pareja, completamente distinto. Para mí, sí. (E
64)
Bien gauchita en todo. eso es bien puta. bien puta porque. por ahí si te lo
hace tu novia. es tu novia y vos querés eso. ¿entendés? Ahora. si vos pagás
para que te hagan eso. es bien puta. Tu novia yo creo que te brinda todo lo
que. ¿cómo explicarlo? Tu novia te brinda todo para que te sientas cómodo
vos y como para darte los gustos que quieras... y hay una confianza y hay
amor y entonces se brinda todo eso... y se brinda. por ahí con insistencia y
todo, pero se brinda. y a la puta vos le decís "bueno, te doy diez pesos más y
tal cosa". "y bueno, dale", ¿viste? Es así. no hay amor. Por eso te digo. no sé.
Con tu novia hay amor básicamente, y con tu novia no. y cuanto más pagues,
más puta va a ser. y con tu novia no es que depende de si hay más o menos
amor. . Vos con la puta capaz que. no sé. lo hacés hasta con bronca. "tomá,
hija de puta.. " y con tu novia ya es una. es la fantasía de uno. es la psicología
de uno... porque lo físico lo podés hacer tanto con tu novia -si
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Los Estados Parte adoptarán medidas legislativas o de otra índole, tales
como medidas educativas, sociales y culturales, o reforzarán las ya existentes,
recurriendo a la cooperación bilateral o multilateral, a fin de desalentar la
demanda que pueda propiciar cualquier forma de explotación conducente a la
trata de personas, en especial de mujeres y niñas. (Protocolo Naciones
Unidas, 2000, art. 9.5) se da- como con una puta... así que el resto pasa por lo
psicológico... ahí no hay vuelta de tuerca... (E 70)
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La primera vez fue como por curiosidad, un poco... por las mujeres. Pero
no porque me faltaran, sino como que la prostituta tiene algo distinto que... la
mujer... o sea, si vos la buscás como... o sea, como novia. No sé... tienen otra
cosa, tienen otra cosa inexplicable... no sé. No es lo mismo. (E 7)
Para ir con amigos... eso puede ser; si no, al salir, es como que te sentís...
¿para qué vine acá? Gasté plata al pedo... [...] En cambio, si hubiera estado
con una mina, para no decir. o sea, con una puta no, hubiera terminado con
ella en un bar, en otro lugar, seguido la noche. Por esa plata hubiera hecho
otras cosas. (E 16)
Me gustaba más estar con una chica, pero siempre, yo qué sé... el sexo me
gustaba mucho. Eh... me calentaba mucho más el sexo de una prostituta. Eh...
es raro porque la prostituta está para que te la cojas y para... creo que eso, eso
era un poco lo que me... no sé. (E 42)
Aunque sea una pareja ocasional creo que hay un vínculo... Aunque sea
una pareja ocasional, no te digo una novia, ni... Con una prostituta es
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El ingreso del crimen organizado en el mercado sexual, la formación de
redes étnicas transfronterizas y la creciente transnacionalización, como
aspectos del turismo, sugieren que probablemente veamos un desarrollo
futuro de una industria del sexo global. Esto puede significar mayores
intentos por entrar en más y más "mercados" y una expansión general de la
industria. Es una posibilidad inquietante especialmente en el contexto del
creciente número de mujeres con pocas o ninguna opción de empleo. Y se
espera un número creciente en el contexto de un nivel alto de desempleo y
pobreza, el deterioro de un mundo de oportunidades laborales que estaban
enclavadas en los sectores más tradicionales de estas economías, y el
creciente peso de la deuda de los gobiernos tornándolos incapaces de proveer
servicios sociales y contención para las personas pobres. Las mujeres en la
industria del sexo se convierten -en ciertos tipos de economías- en una
conexión crucial que soporta la expansión de la industria del entretenimiento
y de allí del turismo, como una estrategia de desarrollo que a su tiempo se
transforma en fuente de ingreso de los gobiernos. Estas conexiones son
estructurales, no una cuestión de conspiraciones. Su peso en una economía se
verá por la ausencia o limitaciones de otras fuentes para asegurarse medios de
vida, ganancias e ingresos para trabajadores/as, empresarios/ as y gobiernos
respectivamente. (Sassen, Saskia, 2002, p. 24) siempre. la prostituta está
ejerciendo un trabajo [.] la diferencia puede estar en el vínculo. O sea, no es
lo mismo estar comprando... (E 90)
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Ehhh. en cuanto a la parte sexual, nooooo. , digamos, nooooo. llega a
satisfacer en un cien por ciento, porque hay un montón de cosas que por ser
un gato, un encuentro super ocasional con una persona que está controlando
el tiempo para ver cuándo termina. Nada que ver, por ejemplo, con estar con
una chica que te gusta, que saliste. por más que no sea tu novia... Con un
gato, ¡nada que ver! ... . Fuimos, pagamos y dale que va. No es que tampoco
le ponga demasiadas pilas como para disfrutar de eso. Después ... ¿si me
queda arrepentimiento, culpa?... He ido cuando estuve de novio y... no, para
nada, no, no... (E 23)
Hablar con una mujer que no conocés, que esa mujer no te dé bola, todo es
muy complicado. Entonces decís, ya fue, pagás y listo, tenés lo que querés,
no hay mucha cuestión [.] A mí me hace sentir mejor internamente con
alguien que no pagás. . Uno se ganó una mujer y logró conquistarla y logró
no sólo darle un beso, sino logró tener relaciones sexuales con una mujer... la
confianza, la relación que se instaura entre las dos personas y un grado de
sentimiento mucho mayor que el que tenés con una prostituta que sabés que
es una necesidad de alguna manera puramente fisiológica. Son dos cosas
completamente diferentes. (E 29)
No es lo mismo levantarte una mina que ir y no decirle nada a la mina:
"tomá, vamos". Es otra experiencia. [.] Si vas con una mina que tuviste que
chamuyar es una experiencia; y si vas con una mina que ni siquiera tuviste
que decirle hola, solamente "vamos", es otra experiencia. (E 24)
En un prostíbulo ya tenés todo ahí, no necesitás ni caminar, ni cha-
muyártela, ni nada. (E 24)
No se compara con lo que debés sentir con alguien con quien tenés una
relación y que realmente querés. no se debe ni comparar. (E 37)
Es más fácil decir: "tenés cien o no tenés cien" y no: "vamos a ponernos de
novios" [.] Además son tratos muy claros, muy de frente. (E 31)
Ellas son normales, pero [con énfasis] laburan de eso. [.] No lo sé explicar
muy bien, pero son distintas [hace una pausa] a la gente normal. Normal. no
sé quién es normal en este mundo. no. Pero son distintas a las que no
trabajan, digamos. Son distintas. (E 96)
Acostarse con una puta vendría a ser el éxito fácil, que es una mierda. Es
mucho mejor cuando vos luchás por algo y lo conseguís. Estás muchísimo
más contento que cuando querés algo, vas y lo tenés ya. (E 44)
De no haber consumido nunca, empezar a consumir. y te trataban bien y
fue como decir. es muy caradura lo que te estoy diciendo. pero, entre que
tenés que salir a un boliche, pagar la entrada, invitarle un trago a la mina y
todo eso, salís perdiendo. [risas] salís perdiendo, y era más fácil ir ahí. (E 52)
Con la prostituta. no te hincha los huevos al otro día. Eso es lo bueno. Vas,
te descargás todo, salís caminando tranquilo. En cambio tu novia te rompe las
bolas... ¡Qué le vas a hacer...! Eso es así, y va a ser así de por vida. (E 93)
Cuando vas con una puta querés echarte un polvo, no querés hacer un
juego erótico. El juego erótico es distinto. O sea, los sentimientos son
distintos. Con tu novia hacés un juego erótico, un pre sexo, por así decirlo de
alguna forma, es otra sensación. Con una puta hacés algo de juego erótico,
pero para calentarte, y ya estás recaliente. Ahí te la querés voltear y nada
más. En cambio, con tu novia es distinto. es otra sensación, lo disfrutás más.
Ahí está la diferencia. ¿Para qué vas a una puta? A echarte un polvo. Con tu
novia, hacés el amor. (E 105)
Si vos vas a. a un lugar que vas a pagar ya tenés. cierto tipo de relación
asegurada. La relación física está asegurada [.] pero. si tenés ganas de,
realmente de. tener relación con una persona, no te la asegu-rás. Y de última,
vos podés hacer una cosa y después hacer la otra. ¡Ja ja! Como que. es una
opción. (E 115)
Uno es un vicioso [risas]. Uno es un vicioso, uno va a otros lugares. No, en
realidad, ahora con ésta ha pasado bastante tiempo, como 3 meses. El otro día
tomamos un café y quedé que iba al otro día y busqué una excusa y no quise
ir. No sé qué me pasa. Son esas cosas, ¿no?, que uno. Lo que pasa es que ir
con continuidad ya es como una novia, y eso tampoco es lo que uno busca.
Empieza después que la querés invitar a comer, que le llevás un regalo, y ya
se empieza a desdibujar lo que es la. por lo menos en lo que a mí concierne.
la relación con las tipas éstas. (E 97)
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Los mercados de mujeres y niños para sexo comercial son similares en lo
esencial a cualquier otro mercado ilícito, tales como drogas, materiales
nucleares, armas, flora y fauna, y arte o antigüedades. (Poulin, Richard, 2003,
p. 6)
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Yo conocí pibes que se terminaron levantando la trola [.] pero lo más triste
es que los pibes [los otros] le decían que habían pasado con la mina de él, y el
chabón no decía nada. Me parece que es cuestión de pensamiento, de amigos,
qué sé yo lo que será. (E 24)
Yo hago lo mío y me voy, pero con R. es distinto... hasta me da pena
pagarle. Yo igual sé que está trabajando, pero, qué sé yo. yo sé que es puta,
que está conmigo como está con otros, pero. no sé, a veces me gustaría que
me dijera que no me quiere cobrar, no porque la quiero sacar gratis, nada que
ver, ese es su laburo, pero es que. como que me gustara. Pero no digo nada,
qué le voy a decir. yo sé que después vienen otros y no me voy a hacer el
boludo. Ojo, tampoco creas que estoy enamorado, nada que ver. porque,
como te dije antes, es muy difícil que uno se enamore, aunque las pibas son
buenas y todo lo que quieras, pero son putas y los tipos les pagan para
cogérselas... No me voy a poner de novio con R. (E 49)
Cuando iba de prostitutas era porque buscaba sexo liso y llano y
obviamente. cuando uno es. con una mina que se levanta, nunca es sexo liso y
llano, porque por más que sea una cosa de una noche en un boliche, siempre
algún tipo de relación, aunque sea en el imaginario, algún tipo de vínculo
tenés. Lo que tiene con una prostituta es nada, casi animal [...] Vos querés
estar con alguien y... o porque estés enamorado, querés algo físico, carnal, y
listo, ya fue, eso es lo divertido [.] por eso sigue teniendo el éxito que tiene a
lo largo de los siglos. (E 78)
No me gusta tener que pagar para hacer eso, no por el hecho de pagar,
porque yo por el tema de la plata no hay problema, pero a mí me gusta. [.]
hacerlo con amor, con ganas verdaderas, y no que sea una calentura. (E 80)
6. VIOLENTADOS, USADOS, COSIFICADOS,
SEDUCIDOS, PROVOCADOS, AGREDIDOS. UN
DISCURSO INVERTIDO

Uno de los mecanismos más comunes del discurso P es la inversión del


sentido de las acciones. Así como el verbo prostituir se conjuga con el sujeto
trastocado, los modos en que se describe el mundo prostibulario, están
sometidos a la misma lógica. De este modo, el inicio a la vida pros-tibularia
es para muchos (adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes) una situación
agresiva y violenta. Los varones se sienten usados, cosificados, seducidos,
provocados, engañados, frente a una mercancía que no es inerte, sino que
actúa y responde invirtiendo la relación: el prostituyente se convierte en una
cosa -una billetera, un número-. Las mujeres prostituidas son insensibles,
frías, calculadoras, ya que van al grano, cobran por adelantado, etc. Son
mentirosas, manipuladoras, pícaras. Muchos se conduelen sobre su propia
soledad y desamparo, lamentan la sordidez de los ámbitos, y los contactos, la
enorme tristeza de ver "tipos solos". Pero siguen comprando sexo.

Violentados
Él no iba a estar con una mina... pero terminó estando... y bueno porque lo
provocaron, se tentó, le bailan encima. así. te refriegan las tetas. es algo un
poco violento; si no estás acostumbrado te volvés loco porque las minas son
profesionales. bailan. mueven el cuerpo. como en las películas, se quiebran
todas, se mueven, la cintura, el pecho, todo. Te hacen todo el baile en el
escenario y después se bajan y te bailan en la cara. no lo podés creer. (E 39)
Es algo un poco violento, uno no está acostumbrado a eso, a que vas a un
boliche, te sentás a tomar algo en una mesa y de pronto las chicas. muy
lindas, que se ponen a bailar todas disfrazadas de diferentes cosas. bajan del
escenario, cuando ya están en pelotas y era fuerte, porque vos estás ahí
sentado y viene una mina en pelotas y se te para encima, se te sienta, te pasa
las tetas por la cara. no entendía nada. (E 39)
En general todo es muy violento, es muy poco tiempo, en el que entrás, la
mina siempre en bolas y vos tenés que, digamos, tirarte y hacerlo sin ningún
jugueteo... (E 102)
La primera vez. . Yo no hice nada la primera vez. . Era como una cosa que
teníamos que hacer todos [.] la primera vez que recuerdo estar cerca de una
prostituta debe haber sido con un amigo, . esteee.. en plan de aburrimiento [.]
la chica que había venido era extremadamente extrovertida y a mí. a mi me
violentó. me resultó muy violento, muy violenta su actitud [.] era demasiado
violento para mí todo. al ver que ella. tenía una permisividad extrema, con
respecto a su respeto, que me debe haber hecho un clic. ella misma me vino a
buscar y yo le decía "No, gracias, paso, agradezco la intención, pero". [.] Que
las mujeres entren
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Un mercado es un sitio de intercambio de mercaderías y toda mercancía,
sea un bien o un servicio, es "producida". Este aspecto es fundamental para
comprender la dinámica actual del mercadeo prostitucional a escala mundial.
Pocos analistas extraen las conclusiones sociales y económicas de la
afirmación al respecto, "que el tráfico de mujeres y niños para objetivos
sexuales" está sometido a la lógica del mercado. Pocos reflexionan acerca de
¿cómo es que aquello que no es en un principio mercadería termina siendo
una? (Poulin, Richard, 2003: p. 13)
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y salgan, eh. no desnudas pero casi, o sea, generalmente están con ropa
interior, y que se paseen como si nada y entren por ahí en la mitad de la
situación en la que estás. "¡Ah! Oh, perdón". O sea, termina siendo como
demasiado agresivo, ¿no? Como que. un mundo al cual uno por ahí no está
acostumbrado y que a mí puntualmente me resulta chocante porque me
resulta invasivo. (E 111)
La situación es un poco dura. si no estás un poco alegre, . que te desfilen
10 minas así, que te den un beso y ponerte a garchar, es como... falta todo el
tema de romper el hielo, [...] borracho es un poco más fácil. (E 114)
Me pasa. yo entro con una trola y me pongo a hablar. ¡y la mina lo que
menos quiere es que vos le hables! Quiere que vos termines y te vayas. Lo
que. lo que me pasó a mí una vez que llamamos a unas chicas y la mina vino
así, onda listo, sacate así ta-ta-ta-tá y yo. cosa que. me sentí así como violado.
(E 113)

Cosificados
Vos sos una billetera. No viene a otra cosa, no importa si tenés
sentimientos, qué pensás de. no les importa nada, es terrible, es terrible. (E
36)
Es que no tenés que seducir, la piba te viene a buscar porque quiere tu
plata, lo que trata en realidad. trata de calentar, se mueve, qué sé yo. y a mí
me molestaba, tenía ganas de decirle... "nena, salí, no me molestés, pará un
poco, estoy con los pibes acá charlando." (E 38)
Y yo si voy no la trato como un objeto porque es una persona, ¿me
entendés? Porque hay mucha gente que la trata como un objeto y a mí no me
gustaría, porque sé cómo las tratan, o como hay gente que las trata. eso es a lo
que voy. por eso te digo. trato de charlar. Primero, un tema mío, porque la
paso mejor, y segundo porque hay una persona enfrente que muchas veces
tampoco tiene ganas de charlar porque sos un cliente más y no le importas, es
así, es, digamos, el trabajo. (E 37)
No te queda nada. Sí me acuerdo de una vez, eh. que una chica, tenía mi
edad, era superjoven, tenía... no sé, 19 o 20 años, y no tenía mucha
experiencia, es más, me dijo, eh. "sos la segunda persona con la que estoy
trabajando". Y me encantó eso, me encantó .. no sé por qué. Sentía que no me
estaba cogiendo a una puta y eso me encantó. Y. y era linda, a mí me había
gustado. Ese día sí había sentido algo por esa persona.
Después no... son así, minas que nada... te pueden dar dos palmaditas en el
culo y te dicen "ya está, nene, andate". (E 42)
No, hay lugares, o había veces que... que te tenían como un ser humano, no
como una prenda, digamos, que había que despacharla. (97)

Manipulados
Me habían dicho que siempre que vas tratá de dominar vos, porque si no la
mina te va a decir "no, hacé esto, dejá que te hago esto", y al final no importa
a lo que ibas. (E 58)
No se les cree nada... te miente el nombre, te mienten todo. Obviamente
que todo lo que te dicen lo ponés en tela de juicio. (E 29)
Cuando el ser humano es reducido a ser un cuerpo, es cosificado para
servir sexualmente a otro ser humano, con o sin su consentimiento, hay
violación de un ser humano. (Barry, Kathleen, 1995, p. 23)
Para ellas sos un gil, quieren la guita y nada más. (E 36)
Se crea un lazo, claro. La mayoría de... yo veo mucho los informes sobre el
tema de prostitución y eso, y veo que están muy lejos de la realidad. En
realidad las mujeres, acá, lo que vos ves es que lo usan al hombre. (E 72)
Las chicas vienen, se te acercan, te tratan de seducir, pero en realidad, no
hay ninguna seducción. En realidad, vos sos parte de ese juego de seducción
y lo asumís como tal y lo jugás. (E 36)
Hay mucha gente que cree que existe esa cosa de que "no me banco esta
situación terrible que está viviendo esta mina", pero después te das cuenta
que ella. a veces ella misma no quiere cambiar, o no quieren laburar de otra
cosa, no quieren laburar de otra cosa porque no les interesa... [largo silencio]
(E 26)
A mí no me gustan las minas que hablan mucho, que te hablan mucho,
porque es como que, me parece que me quieren embaucar, o que me quieren
meter en un rollo. O me quieren vender algo, y yo, ya sé a lo que voy ahí,
entonces es como que, digo no. quizás cuanto menos hable. ¿no? Cuanto
menos hable, pero que hable lo justo, que no me queme la cabeza con
preguntas. (E 26)
Y en el momento que terminaste, ya fue, en el momento de terminar yo me
sentía re mal, un desdichado, no me sentía bien, como una bajeza, de tener
que estar. no, ¡ojo! No por la mujer, no por la prostitiuta, ni en pedo...
Olvidate de ese lado. Yo, solo, de yo tener que ir a pagar para garchar, ¿viste?
(E 59)
Vas a un lugar, ves pibas y sabés que es un momento, no se te va a
enganchar, o a lo sumo, te enganchás vos como un boludo, pero no ellas... (E
113)
Y los dos tienen un poder distinto. Ella tiene el poder de. de. fingir,
digamos... Tiene ese ancho en su manga. O de disfrutar cuando le quepa. Y
uno tiene el poder de la plata. Lo que pasa es que a vos te despojan del poder.
Todas las putas cobran antes, entonces vos perdés tu poder automáticamente,
antes de tocarla. (E 48)
Desde el momento que le pagaste el poder lo tiene ella. Porque a mí no me
da para decirle a una chica después que le pagué. no me da. "bueno, ponete
acá, o putearla o pegarle" [.] el poder, por lo menos conmigo, lo tienen ellas y
estoy feliz [risas] que tengan el poder absoluto, que hagan lo que quieran [.]
El poder lo tienen ellas, sí, sí.
********************
¿Pueden los seres humanos ser considerados mercancías, aun cuando se
produce su mercadeo acelerado desde hace tres décadas? Si se acepta esto,
¿no son acaso mercancías comunes? El mercado de mujeres y niños con fines
sexuales (prostitución, pornografía, trata, etc.), sea legal o ilegal, ¿funciona
verdaderamente como cualquier mercado? Desde el punto de vista de sus
patrones y dueños, los niños y mujeres dan lugar a un beneficio doble: son a
la vez un bien y un servicio. Más precisamente, uno de los trazos de la actual
globalización es no sólo el mercadeo del cuerpo como sexo, sino también el
de las mujeres y niños ellos mismos. Se produce un doble mercadeo. En la
esfera del intercambio, no hay sólo la compra o el secuestro de las mujeres y
los niños y su venta a un proxeneta, sino también la alienación de sus
personas: son comprados y vendidos al precio de la cotización del mercado.
El costo de la transacción depende de la edad, de su estado de uso (virgen o
no), de la belleza de las jóvenes, y de su origen. La segunda esfera,
totalmente diferente, aun cuando condicionada por la primera, es su consumo
por parte de los clientes. Si "la forma más elemental de la riqueza burguesa
[es] la mercancía" (según Marx), ¿no es forzoso constatar que el dinero,
"simple figura metamorfoseada de la mercancía", sólo se convierte en capital,
en el sistema proxeneta, cuando mujeres y niños son transformados en
mercancías, puestos en circulación y explotados como tales? Esto implica que
el comercio ha conquistado nuevos espacios. (Poulin, Richard, 2003: p. 13)
********************
Tienen el poder en todo sentido, de hacerte sentir cómodo, en una situación
incómoda. (E 43)
A ellas les conviene que estén alcoholizados los pibes, así le sacan un
montón de guita. Si vos sos pícaro no te dan bola, porque te avivás y no les
servís porque no le consumís, te sacan hasta la zapatilla, no tienen historia,
está para eso. [...] Las felicito, ¿que querés que te diga?, no son ningunas
boludas. Son pícaras. Ya que saben a quién sacarle la guita. Ahí adentro
empiezan siendo nadie y terminando con todo después. Agarran el ritmo
enseguida. (E 18)
Lo que pasa es que entrás a un pirulo y, ¿viste? "qué lindo que sos", "que
hermoso pelo tenés", y por ahí sos pelado. Es que para eso están, para dar un
servicio, vos pagás y te dicen lo que vos quieras. (E 2)
Ahí fue la primera vez que pagué, fui a un prostíbulo, elegí a una de esas
mujeres. pagué de más. se dan perfectamente cuenta de que es la primera vez
que uno entra en esos lugares y todo. Probablemente me hizo pagar un poco
más [.] seguro que me cobró una media hora y en cinco minutos ya estaba
hecho. (E 60)

Atacados
Nos iban a a traer el plantel. Una habitación así que vos te sentís un
hamster, tipo adentro y empezás a correr con la ruedita. (E 44)
Venís por la noche a esta zona y te asustás. A las ocho de la noche se
transforma la calle Florida en un prostíbulo gigante. Las esquinas, la mitad de
cuadra, por todos lados. Te atacan por todos lados. (E 96)
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Las mercancías no pueden acudir ellas solas al mercado ni cambiarse por sí
mismas. Debemos, pues, volver la vista a sus guardianes, a lo poseedores de
mercancías. Las mercancías son cosas, y carecen por tanto, de capacidad de
resistencia frente al hombre. Si no se le someten de grado, el hombre puede
emplear la fuerza o, dicho de en otros términos, apoderarse de ellas. (Marx,
Carlos, p. 73)
********************

Tristes
No sé qué contarte... Lo más triste que vi en mi vida... un pu-terío. Es
triste, es triste. La verdad es que es triste. fuera de joda. Eso es lo más triste...
Es que es como la casa del Gran Hermano, es toda gente. es raro. El puterío.
es depresivo el lugar, ¿me entendés? Y aparte, si vos te ponés a pensar, yo
voy y los que van. los que yo conozco... Vas y te divertís, pero si te ponés a
ver alrededor hay cada viejo, que decís. Te podés divertir porque. qué sé yo,
vas, te divertís un rato, hinchás los huevos, pero hay gente que está sola ahí
adentro que. debe ser la cosa más triste que vi en mi vida. un tipo solo en un
puterío. (E 93)
7. SABER DE LA EXPLOTACIÓN

La realidad de la explotación a que son sometidas las mujeres no escapa a la


mirada de quienes pagan por sexo. Saben que existe, pero pueden ignorarlo.
Hay lugares donde la presencia de "guardias armados", "tipos pesados",
"mafia", etc., no puede disimularse, pero siempre es posible acudir a lugares
más "lights" donde el control no es tan evidente, o también pedir un
"delivery" por teléfono o internet. Saben que hay niñas de 12 años, o poco
más, que las mujeres están cautivas, que no las dejan salir, y que el mercado
no es tan libre ni abierto. Si no lo han visto, lo han escuchado directamente de
las propias mujeres prostituidas, cuando no les ha llegado a través de los
medios de comunicación. Sin embargo siguen yendo: no pensar, negar la
realidad, al menos en el momento en que van.

La explotación
Porque se sabe que detrás hay un cafishio que se lleva mucha guita. Es
muy jodido porque estás tratando con gente pesada. Si te ponés a escarbar es
un ambiente jodido, pesado. (E 8)
Ahora me acuerdo. yo lo que había hablado una vez con una de las chicas
es que ellas van con 30% y 70% para el fiolo. O sea, hiperexplota-das. Y yo
les decía, "che, flaca, pero... no te conviene trabajar acá". (E 7)
Trabajan para alguien. Tienen un encargado, está el dueño del lugar que lo
pone para manejar a un grupo de chicas que cumplen un horario como si
fuera una fábrica, 10 o 12 horas, y después entran otras porque están abiertos
las 24 horas. (E 18)
Están totalmente controladas por el... por el... fiolo... ah, igual en la calle,
también hay fiolos... Está la barra y ahí en la barra está el tipo que es el que
sirve los tragos y generalmente es un empleado, un amigo o un familiar del
dueño. o un socio. es como que generalmente manejan con socios. eh. y sí,
son como los jefes, son como gangsters o. si. ¿cómo te puedo decir...? Es
como mafia, re mafia... los chabones que controlan todo eso tienen mucha
plata. es como que debe haber también competencia entre los prostíbulos. (E
32)
[Y había] gente en la barra y gente del sexo masculino que veías que eran
unos grandotes y que. no sé, había un muchacho en la puerta que por ahí
seleccionaba a la gente, que no entre muy alcoholizada, pero tampoco era un
patovica, ¿me entendés? Y bueno, mucha gente, o sea mucha gente
trabajando, gente muy limitada en todo, sí, sí, bastante feo. (E 64)
********************
Tan sólo la transacción con el dinero conlleva aquel carácter de relación
absolutamente momentánea, que no deja huellas y es propia de la
prostitución. Con la entrega del dinero el hombre se ha liberado
completamente de la relación y da cuenta más radical de ella que con la
entrega de cualquier otra sustancia cualificada, en la que, por razón de su
contenido, su elección, y su utilización, se mantiene un halo de la
personalidad oferente. La concupiscencia, encendida y apagada en un
momento, a la que sirve la prostitución, solamente se puede equiparar con un
equivalente en dinero, que no vincula nada. siempre está a disposición y
siempre, también, resulta, bien recibido. (Simmel, Georg, 1982, p. 187)
********************
Hay un porcentaje que va para la mina. otro va para la recepcionista y otro
para el tipo que es el dueño del lugar... O sea, a la mina le queda muy poca
guita de ahí. (E 26)
En general están todas manejadas. Digo en general porque creo que
algunas se deben manejar solas, así les va también. Porque hay toda una red
detrás, hay policías, cafishios, hay de todo, inspectores municipales, hay de
todo. Entonces no creo que una persona sola se pueda ocupar de todo. (E 2)
Sí, sí, aparte vos te das cuenta que. nooo. ni siquiera conocen el sexo, que
no es que lo hacen, sí bueno, lo hacen condicionadas y obviamente ni lo están
disfrutando, ni nada. se quedan así acostadas tipo momia y ni emiten sonido
ni nada, tiene que ser una cosa desagradable en algunos casos y en otros no.
pero porque hay de todo. Estará también el tipo que le gusta eso. Yo, porque
en algunas cosas soy demasiado. abierto y pruebo y me meto. pero sí, vi eso
[hace un gesto inmóvil, como si fuera una estatua] así, calladitas y ahí te das
cuenta que hay una especie de sumisión total que debe venir de mucho antes.
(E 23)
Nunca fui a un lugar que no haya alguien que lo regentee, . siempre me dio
ganas de preguntar y la verdad es que nunca me atreví. (E 112)
Los fiolos hoy... eh... por lo menos, a ese... en ese nivel, están como
perdidos. No es algo que vos veas, no lo ves al tipo. Existe, obviamente, pero
no hay una presencia. En estos departamentos, vos entrás y hay tres chicas y
una que generalmente es una mina mayor, o una gordita, o una que. que no
coge, que es la que administra, pero que está al mismo
********************
Desde 1970, los cambios más dramáticos en la prostitución han sido su
industrialización, normalización y difusión a nivel global. [...] La
industrialización del sexo produjo un mercado global multimillonario de
mujeres, a nivel local e internacional, ya sea mediante la trata complejamente
organizada o por medios más difusos e informales. [...] El término
industrialización se ha referido tradicionalmente a la producción masiva de
bienes y servicios para el intercambio en el mercado. Utilizo aquí el término
"industrialización del sexo" en referencia a la producción de un producto -el
sexo- que involucra a la humanidad misma, constituyendo al ser humano en
lo que no era con fines mercantiles. La industrialización del sexo produce
mercancías masivamente. (Barry, Kathleen, p. 122) nivel que las minas.
Digo... está ahí, administrando, ¿no? No es la jefa ni mucho menos. (E 111)
********************
M. es una chica de ... [lugar del gran Buenos Aires], que tiene 16 años,
pero que para mí tiene un poco más, acusa 16 años, porque se ve que es una
especie de producto de marketing, ahora son todas juveniles, adolescentes,
colegialas. Esta M. vive. bah, vivía, pobre, al lado de una casa, esclavizada en
un cuartito mínimo y. y cuando llegué en el verano, me enteré que estaba la
mina ésta porque todos mis amigos habían ido, entonces era como una
leyenda, todo el mundo decía. M., M. Y bueno, un día fui a M.
Efectivamente, lo comprobé, estaba buena M. Y era una historia de esas
novelescas, la de M. Tenía como 8 hermanitos y les compraba regalos y me
mostraba los regalos a mí. Y que era la más grande de 8 hermanos, así que si
ella era la más grande de 8, imaginate los hermanos. un quilombo. Y no sé,
yo les cuento cosas mías, muy gracioso. [.] "Está buenísima, no sabés lo que
es la pendeja, tenés que conocerla, está bárbara", y bueno. me hicieron la
cabeza. No es que fui a probar un auto, me dieron ganas porque me hicieron
la cabeza, me dijeron que valía la pena. (E 109)
Una vez pasé con una dominicana, me acuerdo... y era una esclava
literalmente. No podía salir, tenía un contrato de 3 meses, no podía salir. Por
3 meses tenía que estar ahí. Y estaba en un lugar que no conocía ni siquiera
Pinamar, que es a 60 km, nunca había ido. Parece que le habían prometido
que acá iba a ser mucama, creo que era, pobre, y todo como ilegal, sin
papeles. (E 109)
Conozco muchos casos, lo leí, lo vi, sobre todo mucho del norte, en el
litoral. chicas que traen de Paraguay. hace poco hubo un caso acá en
Recoleta, que tenían unas chicas secuestradas... así que, nada, acá también,
creo que debe haber privados y que a las chicas no las dejan salir... [...]
lugares clandestinos donde las chicas están cautivas. (E 114)
Sí, o que. viven ahí adentro, como esclavas, o sea no. ahí. , o sea, te cuento
un poco porque la última chica que... yo conocí... que trabajaba así, y que,
bueno, que por ahí ya. teníamos una relación de vernos. afuera, todo bien, y
la mina puteaba donde estaba y decía, o sea, para ellos, decir "estoy
veinticuatro horas"... veinticuatro horas, al día, "¡ja ja ja! ¡Estás todo el día!",
vos decís, ¿cómo una persona puede estar todo el día, estando ahí, a libre
disposición del que viene? O sea, o sea, no tenés. ella me decía "yo no puedo
sentarme a comer tranquila. tranquila, porque. o sea, siempre hay alguien está
tocando el timbre, y. bueno, tenés que presentarte". así que, bueno, sí, eh.
muchos lugares son muy. o sea, muy esclavistas en ese sentido. O sea, si bien
no estás, o sea. obligado, estás obligado, como cuando estás en un laburo que
hacés, hacés horas extras y no te pagan y todo ese tipo de cuestiones. Algo así
... (E 115)
No sé si hay muchas prostitutas que son obligadas a ser prostitutas o si son
muchas, pocas o si son todas, porque lo hacen por algo que les pasó cuando
eran chicas. Creo que hay una parte que las obligan. y son esclavas. Yo, la
verdad, nunca jamás tuve sexo con una menor. (E 91)
Y la mayoría de las veces las explotan. En estos lugares de prostitución por
lo general las tienen encerradas. No las dejan salir. Para que no tengan mucho
contacto con la gente de afuera. [.] Lo normal sería que las mujeres se
manejen solas. Y no que las exploten y que les den el 10% de lo que le sacan
al cliente. (E 7)
Están. el lugar les cobra un porcentaje para laburar ahí adentro con
seguridad y demás. están los intermediarios que siempre están armados y son
bastante pesados [.] por lo general los dueños de esos boliches son tipos muy
pesados. [.] Hay casos que estamos hablando que sí. esas que las trajeron para
hacer negocios... decían que les retenían los DNI... digo, las trajeron para
hacer guita, qué sé yo. por ahí los proxenetas sacaban un porcentaje bastante.
algo así como un 70% y les daban el 30% y a las chicas las habían traído
como esclavas sexuales. (E 114)
Y generalmente a las chicas cuando van a domicilio las acompaña otra
persona que verifica que entre y llamaban ellas por teléfono a la persona
como que estaba todo bien y constataban, mucha seguridad, sí, sí, y
********************
El dinero no es jamás mediador adecuado para una relación entre seres
humanos, que en razón de su esencia, precisa de la duración y la sinceridad
interna de las fuerzas vinculantes, cual es el caso de la relación amorosa
auténtica, por rápidamente que se rompa; el dinero, en cambio, proporciona el
servicio más perfecto, objetiva y simbólicamente en el caso del placer
comprado, que rechaza toda relación que trasciende el momento y el impulso
puramente sensorial, puesto que, al ser entregado, se separa por completo de
la personalidad e ignora cualquier consecuencia posterior; al pagar con
dinero, el hombre ha terminado definitivamente con el asunto, tan
definitivamente como con la prostituta, después de la satisfacción requerida.
(Simmel, Georg, 2002, p. 187) generalmente los domicilios constatan el
número de teléfono y se deben fijar en la guía y te piden nombre también...
todo, sí, bastante riguroso el tema de los domicilios. (E 64)
********************
La que cobra es una mujer grande, en todos, hay hombres armados que
cuidan, de seguridad [.] Están vestidos normal y cuando vos entrás hay una
puerta que sacan las manos y te revisan de adelante y de atrás, te palpan para
ver si tenés armas y si no tenés nada te dejan pasar. También tienen cámaras
que te filman, de video, y la mayoría están arreglados con los políticos de la
zona y con la policía para que eso funcione. (E 65)
Yo le he preguntado cuánta gente ha pasado en una noche, y más o menos
20 personas. más en ese lugar que yo fui, que era muy turístico, [.] si 20
pesos te cobraban un servicio, a ellas le daban 7 u 8 mangos, te podés
imaginar, estar con 20 personas a 7 pesos, son 140 mangos, por ahí estaban
12 horas ahí, para vender tu cuerpo es demasiado, muy poco, o no, o para
ellas no, porque si lo hacen es porque 140 mangos... pero, por ahí también
escuchan a amigas de ellas que no son prostitutas, que están limitadas y que
van a trabajar 12 horas por 20 mangos y ellas que ganan 140 mangos es una
fortuna para ellas, pero las explotan, las usan. los patrones, la plata es para
ellos. las explotan la mayoría de las chicas son del interior. yo al lugar que he
ido la mayoría son de la zona de Misiones, Chaco, Formosa, Paraguay,
generalmente las prostitutas son de esa zona y por lo que he escuchado
siempre o paraguayas, o de Misiones, o de Chaco de la provincia, muchas [.].
(E 64)
¿Lo cruel.? Y, bueno, todo lo otro. Lo que nunca se habla. Lo que pasa del
otro lado. Que uno en general, lo niega, o lo cierra por una
********************
Casas clandestinas o públicas, aceptadas, reglamentadas o prohibidas.
Casas de tolerancia a disposición de los hombres. Ellos pueden transgredir la
ley, sobrepasar interdicciones. En el momento actual en que la mujer está
privada prácticamente de sexualidad, de deseo y de necesidades, su cuerpo
limitado a una función de reproducción y destinado al servicio del hombre,
madre o prostituta. Casa de citas, donde el encuentro hombre-mujer está
codificado, limitado en el tiempo. Algunos minutos. A lo sumo un cuarto de
hora. El pase [...] la negación del tiempo necesario para la comunicación y el
conocimiento entre un yo y una tú. Y el dinero corta o anula la relación que
comporta una sexualidad compartida. (Villey, Colette,
www.mouvementdunid.org) cuestión de no. si no no podés estar ahí con una
mina. Si pensás en que esa mina que está ahí la están explotando, en el peor
de los casos, pero en general siempre pasa, eeh. que está quedándose ahí
setenta mil horas y está cogiendo con siete tipos por día, ocho tipos por día.
que, porque lo está haciendo para darle de comer a su hijo o porque no sé,
todo eso, digamos, ¿no? Que por ahí la cagan a trompadas, todo esto, todo lo
que es la prostitución en sí. Que uno, como consumidor, bloquea o no lo
consume, porque obviamente no vas a ser un cómplice consciente, sos un
cómplice. (E 111)
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Y te das cuenta que en los cabarets tienen pibas de 12 años. (E 8)
Ahora hay muchas pibitas, muchas nenas, cuando conocí a K. tenía 17
añitos, menor de edad. [.] Sí, son muy chicas. Sabía que cerraron un lugar
porque había una chica de 15 años, muy bonita, sí.. (E 18)
He hablado con un par. seis, ponele. Habían empezado de muy jóvenes,
siendo todavía la mayoría menores de edad. se van adaptando desde muy
chicas. (E 32)
Estaba ahí desde que era chiquita. (E 39)
Las veces que fui, iba por un momento de calentura, o por lo que sea,
salíamos con los pibes e íbamos. Tampoco te ponés a pensar en ese momento
que vas a tener relaciones con una mina, dónde va la guita. Cuando vos no
estás adentro de eso te das cuenta de que alguien se está llenando de plata sin
trabajar. hay pibas que vienen del interior, de otros países, es toda una red.
Hay muchas que las traen engañadas, les dicen que es para trabajar en la casa
de una familia y después termina prostituyéndose, le sacan los documentos.
Lo sé por lo que leo. Eso lo veo desde el momento que no estoy ahí o que no
estuve. Pero en ese momento no sé si te ponés a pensar dónde va la plata, qué
sé yo, en ese momento por ahí no te importa. (E 2)
Uno sabe que la prostitución. lo que implica, lo que genera. . Y sin
embargo, igual ha ido alguna que otra vez a un puterío. (E 50)
Hasta qué punto los 50 pesos que ponés te dan derecho a que. ¿entendés?
Bueno, con los pibes de la facultad hay una discusión permanente... Yo
prefiero no discutir, en general... hay muchos que son extremistas del respeto
a la mujer. Yo digo extremistas porque. me parece bien lo que plantean,
ahora, es tan anacrónico, tan. tan que no. no sólo anacrónico, anasocietario.
[sic] O sea, realmente, no pertenece a la sociedad en la que vivís el discurso
que tenés. ¿entendés? Es como decir:
"Quiero la socialización de los medios de producción.". Yo también.
"Quiero que se respete a las putas". Bueno, pero. dame un polvo más. ehhh.
Como que, está bien, yo entiendo que. pero no. A mí me putean porque de
vez en cuando voy de putas. Allá ellos. [.] Nada, me dicen que soy un
machista, un explotador. Porque, de última, como que justifico la explotación
que se hace de ellas... "Si nadie fuese de putas no existirían", te dicen. Bueno,
está bien, qué sé yo. Yo no me siento tan mal yendo de putas. ¿Sabés lo que
pasa? Me parecería una cuestión como muy forzada no ir de putas. con mis
amigos, eh. ojo. Como que van todos y yo no voy porque tengo la concepción
del respeto y qué sé yo. Lo cual es ético, pero sería muy forzado para mí... Yo
no sé hasta qué punto lo siento así. En algún momento quizás lo sentiré.
Ahora, la verdad que no. (E 92)
El entrar, el ver cómo es, al gordo que te palpa, que está de custodio, que te
venden una cerveza en una barra re trucha, que tres piezas, .decís "eso es lo
que ves en las películas". (E 51)

El sistema proxeneta. Es inútil ir contra la corriente /


contra el sistema
Son pibas que están rotas. están rotas. ahí te da un poco de pena, ¿no? Ahí
es cuando el enfieste de repente se empieza a caer a pedazos; soy parte de
alguna manera, con mi acción, reproduciendo esto, entonces tampoco tenés
mucha alternativa, aunque vos no lo hagas no
********************
La tomamos, hacemos que se bañe, se la asea, la vestimos decentemente, se
la dota del gusto por la limpieza de la ropa interior. La aislamos de malas
compañías. [...] Se les enseña economía y el deber hacia la familia. Sin
alardear podemos afirmar que el 80% de esas mujeres no había jamás
sostenido económicamente a sus padres y familiares. Desde que tienen un
hombre envían dinero a su abuela, a sus padres, a sus hermanitos. Más bien
nosotros mismos mandamos por ellas. E insiste - ¿Quieren ver los recibos de
los giros? [...] - Mire Ud., yo le pagué un profesor a la mía. No sabía ni leer
ni escribir. Sus padres ni se ocuparon de ello. (Londres, Albert, 1994, p. 140)
cambia nada, algunos. pensás, más vale que estén conmigo y no que estén
con otro. (E 36)
********************
En algún momento hasta yo decía: "No, porque..." porque, ¿viste?, que te
sentís medio Robin Hood y decís: "bueno, yo quiero sacar a esta mina de este
lugar, porque todo me parece una cagada", y después digo "Nooooo, esto es
una locura, ¿qué voy a hacer yo?". Alguna vez se me pasó por la cabeza, "no,
esta mina, ¿qué hace acá?", ¿viste? Pero, qué estoy pensando, si este sistema
funciona así, ¿viste? Esto es la sociedad tambien, ¿no? No voy a cambiar yo
un sistema que. (E 26)
Más allá de que yo consumo, es como que sí, digamos, como hombre te lo
digo, es lógico, vos te sacás la calentura y, bueno, ahí empezás a pensar un
montón de cosas. Más si tenés un poco de cabeza, te ponés a pensar, bueno,
"pobre mina, ¿por qué tiene que hacer esto?" y empe-zás a pensar en el
sistema perverso que las lleva. [.] por más que uno sea hombre y diga "la
putas están para eso" para mí en ese sentido me da como una cosa. porque,
pobre mina. Pero en este caso, porque yo siempre por más que después
vuelvo a consumir, qué sé yo, es como que te ponér a pensar y decis "¿por
qué esta mina está acá?", pero, bueno. aparentemente, a esta mina le gustaba.
(E 44)
Si no existiera la prostitución los tipos no tendrían adónde ir a acostarse
con una mina [pero] es un bajón, que las minas se denigren de esa manera.
No sé, qué sé yo, el hombre al ir también de cierta forma es como que
colabora con que eso exista. no es algo que esté bueno. Es como un
pensamiento más profundo, qué sé yo. Pero también está el otro pensamiento,
que decís, bueno, aunque yo no vaya hay miles que van a ir y es como que no
va a cambiar nada si voy o no voy. (E 34)
********************
La indignación moral que manifiesta la "sociedad sana" respecto de la
prostitución, abre la puerta en muchos sentidos al escepticismo. ¡Como si la
prostitución no fuera la inevitable consecuencia de un estado de cosas que la
"sociedad sana" impone al conjunto de la población! Como si prostituirse
fuera un acto de libre voluntad y ¡como si fuera para ellas una diversión! [...]
nada más falso que nombrarlas "chicas alegres", a estas mujeres infelices, y
pretender además que viven para gozar. En todo caso para el goce ajeno y no
para el propio goce. (Sim-mel, Georg, 1982, p. 11)
********************

Dejar de ser cómplice


Lo que pasa es que a mí me han movilizado algunas cosas que he leído o
que he escuchado en la radio, en la televisión sobre todo lo que tiene que ver
con eso, después un poco se sabe, medio como vox populi, que el negocio de
la prostitución es un negociazo que sirve como para blanquear un montón de
guita. Mejor dicho, que forma parte de un circuito económico de la
marginalidad, con las drogas, las armas. Bueno, la trata de blancas viene a ser
también una manera de manejar guita y poder. Y bueno, a mí esas cosas me
empezaron a laburar en la cabeza y en determinado momento es como que
elijo distanciarme. Además de entender todo lo que pasa por detrás, con lo
que son las redes de prostitución y que vos sabés que están raptando gente,
raptando pibas y las someten a una situación de esclavitud y todo lo que
viene por detrás de eso. Entonces, ¿en qué medida uno no está colaborando
con eso? ¿Y cuánto uno acepta o no? Y bueno, yo no acepto eso o no me
gusta, por eso también he dejado de ir. (E 95)
8. MALESTARES Y DINERO MAL GASTADO

El discurso P es parte de la naturalización, del no cuestionamiento de la


prostitución, al dar cuenta de los sentimientos, justificaciones, o simplemente,
porque aborta un posicionamiento reflexivo. A veces los leves atisbos de
pensamiento parecen ser sólo el resultado de la provocación que produjo la
entrevista. No hay que olvidar que se trata siempre de hombres que pagan por
sexo, ya sea esporádicamente o de manera regular. Así se puede escuchar
decir: "hacés las cosas porque las hacés", y afirmar que "tantas cosas que uno
no puede arreglar"; o los consabidos, "están porque les gusta", "ganan plata
fácil", "son libres", "hay acuerdo, entonces la responsabilidad es de los dos";
o simplemente, "es una pequeña traición que uno se hace".
El saber de la explotación, de las humillaciones que sufren las mujeres, de
los engaños y la violencia no afecta las prácticas de los prostituyentes. Más
aún, "resulta forzado no ir de putas", cuando no se esgrime ser parte de un
sistema frente al cual nada pueden hacer, ¿qué cambiaría si renunciaran a
comprar sexo? ¿Acaso dejaría de haber prostitución? ¿Por qué sacrificar el
deseo, la diversión, el impulso o lo que sea, si todo va a seguir igual?
Pocos, muy pocos, se sienten cómplices y actúan en consecuencia.

Sin culpa
Últimamente, bah, hace un tiempo largo que esto... de las chicas pagas.,
hace un tiempo largo que no, no, no me lo cuestiono... Hacés las cosas porque
las hacés y ya fue. (E 43)
No critico el haber ido de putas, sino la etapa. Pero ya está. Tampoco me
voy a torturar. Pero dicen que es el oficio más antiguo del mundo, ¿no? Yo
soy docente. De historia, encima... Quisiera conocer a la preceptora hot. (E
57)
Si uno profundiza y decís, "bueno, contribuimos a que siga este mal" y
bueno, eh... seguirá. ¿Qué querés que le haga? Tantas cosas que uno no puede
arreglar [silencio]. (E 96)
Me dijo que tenía varios chicos, que no esperaba laburar de esto, algunas
estaban en la facultad, para garparse los estudios. y yo lo tomé "ah, ... soy un
hijo de puta por venir acá", pero [...] la verdad, esa es la cosa de ser honesto...
y ¿qué querés que te diga, negro? Igual, ¿viste?, en un momento... vos estás
de mutuo acuerdo. (E 52)
Yo lo hice porque estaba con mis amigos y era divertido, pero al pensarlo
en frío no me parece que esté bien, no es algo divertido que una mujer dé su
cuerpo por plata. (E 11)
Pasé con una chica, hasta me acuerdo, también, que tenía tres chicos, me
había comentado porque después como que yo le hice más preguntas y. claro.
casi me voy llorando pero, bueno [.] yo pensando más en la chica, más en lo
humano, que yo pasarla bien, me preocupaba la situación personal o social de
la persona que está brindando un servicio... y cuando vinieron al
departamento, ah, sí, habíamos llamado, es como si fuesen unas amigas
mimosas. [se ríe] así. es como que estaba así más relajado, como que fuesen
una amigas, así nada más. nada más, igual también después cuando se iban
las chicas de curiosidad les hice un par
********************
El mundo en el que nacemos, todos, cada uno de nosotros, es nuestro
mundo. Trenes, automóviles, edificios altos (tres generaciones atrás);
teléfonos móviles, ropa barata, comida rápida (generación actual). todo esto
es lo que constituye el mundo tal como es, incuestionable. J. M. Coetzee,
Diario de un mal año.
********************
de preguntas, de dónde eran... me interioricé por la situación igual... [...]
porque yo pienso después en la persona. en la parte humana, me pinta la
curiosidad, por qué lo hacen o por qué. [.] Y, nada. la mayoría porque, bueno,
porque de chica la llevaron ahí y después le agarran el gusto y hacen mucha
plata fácil, ¿no? De acuerdo a las pocas que he... con las que estuve, así,
generalmente de bajo nivel social y cultural también. unos problemas
bárbaros, me venía a hacer el psicólogo yo, [...] ¿Culpa...? Para nada, no...
son intrigas, son intrigas mías. (E 64)
Entonces es como siempre estar en ese vaivén contradictorio. A mí las
putas me dan lástima... si me dan algo, es lástima... "Me das lástima". Diría
Nazarena Vélez... No, "Me das asco", dice... No, asco no me dan... Algo
degradante, una actividad degradante... (E 92)
Después diciéndome ¡sos un boludo! [...] no tener sexo terminó siendo un
problema. ¡Y bueno...! La prostitución... una solución que... insisto, como
que después, las veces que pasó. no, no, no. La paso bien, no es que tampoco
lo he sufrido. (E 111)
Es un oficio antiguo, no sé si el más antiguo del mundo. Lamentablemente
es el más intrascendental del mundo. [.] Es intrascendente. Y creo que, sin
intentar ser moralizante, porque no me interesa, no sé si da para consumirlo y
hacerlo. Quiero decir, ahí no hay un culpable, que el que va, o sea, son los
dos iguales. No sé si da para consumir, o sea, hacer lo que yo hice y para
hacerlo. No sé si dentro de la dignidad humana entra. No lo digo con
moralina, es una pregunta, nomás, así como si fuera metafísica. (E 57)
Muchas minas tienen que estar 14 horas fuera de sus casas por no sé cuánta
plata, y sí. no creo que sea nada fácil. Y además, ¿viste? El hecho de sentirte
que sos un objeto, no hay duda de eso, para mucha gente es un objeto la
persona que está adelante y recibir agravios, ¿viste?, todo el tiempo, yo me
imagino cosas que no podés creer de alguien y te la tenés que bancar, te la
tenés que bancar y no existe el no a veces, este. pero, bueno, de vuelta, yo
creo que también hay minas que les gusta lo que hacen. (E 37)
Para mí está mal. de entrada tenía esa cosa, ¿no? "Prostitución": me parecía
que eh. era. contribuir a una. a una movida bastante de mierda, eeh. no, no
veía a. me parecía que era como faltarle el respeto a la mujer con la que
estaba también. Como. que era, no era, este, algo. eh. hasta que vi a esta chica
que tenía otra forma de encarar las cosas, ¿no? Como más. liberal, me decía.
se nota que la chica esta, no te digo que la pasaba bien con lo que hacía, pero
de última había lidiado, lidiaba con eso de una forma que dejaba ver cierta
liviandad en su accionar. Como no había culpa ni pesadumbre encima de ella,
¿no?, una actitud y que para mí no era como "uh, bueno". (E 111)
Yo puedo hablar de las putas y la prostitución. pero me resulta chocante,
uno tiene cierta conciencia social, es complejo. Igual, no es que solamente
son víctimas, por lo menos las pibas que yo conocí, pibas con necesidades,
con bajos recursos, pero que, también, por otro lado, quieren tener las
zapatillas de 459 pesos con resortes, y, lógico. la única manera es ejerciendo
ese laburo. (E 36)
Te diré que hay gente que me da... no sé, me da pena también, me da pena
porque tener que hacer este tipo de cosa. son las cosas que todos hacemos,
pero es distinto hacerla porque te gusta alguien, porque tenés una cosa interna
que es completamente distinta, y otra hacerla porque, bueno, si necesitás
guita. Sí, capaz que lo hacés también porque te gusta, evidentemente. no sé.
Pero. sí, está bien, ejerciendo, así, libremente, como se hace ahora... Una cosa
es estar... es el prostíbulo de EEUU, pero normalmente, en los prostíbulos
normales la madama: "Bueno, chicas... acá hay que ir" y punto. Nada de tanto
perder tiempo, elegir y todo. Ahora, siendo así normal. ejerciendo así
tranquilo. hay que poder elegir. o eligen. no sé. No sé qué sentimientos. no
sé, me parece. pienso que al final me dan un poco de pena. (E 60)

Leves malestares
Yo pongo la plata y, bueno, te quiero hacer el culo y te hago el culo, loca.
¿Cuál es el problema? Si estoy poniendo la plata. Ese. ese. eso no me copaba
nada, no me copaba nada. No me gustaba sentirme así, eso lo sentía durante
todo el tiempo que estaba ahí con la mina lo sentía, por más de que no era
explícito, ni se hablaba de eso ni nada, porque no tenía nada que ver. No sé,
no me gustaba, ese sentimiento lo tenía ahí presente. No sé, no me gustaba.
(E 59)
Me estaba acordando, una vez, y creo que fue de las veces que empezó a
agarrarme como culpita, para no decirle culpa, estábamos en el cumpleaños
de alguien, una amigo, y terminamos en un cabarulo de zona sur, Avellaneda,
creo, muy lindas chicas. Llamaba la atención, porque un cabarulo suele haber
dos, tres lindas, y después. son todas. me acuerdo que no tenía demasiada
plata, así que me alcanzaba para una copa nada más, y estaba con una mina
que no sé, habrá tenido, yo tenía entre 17 y 19, no me acuerdo bien, era
adolescente, digamos. y me acuerdo que ir a una copa, es como pagar por
transar con una mina, es lo más patético del universo, pero bueno, y la chica
era muy linda, y te digo, podría haber sido una compañera mía de, no sé, no
te digo de la facultad porque, por el tipo social. pero podría haber sido una
del secundario tranquilamente, y me acuerdo que nos pusimos a hablar y era
como, como hablar con una, con alguien que yo podía conocer, y ahí me saltó
la ficha, como que te empieza agarrar peor, digamos... hijo de puta, lo que
estoy haciendo... (E 78)
Si me pongo a hacer un análisis más profundo de la prostitución, es un
garrón, no está bueno. No, si te pones a hacer un análisis más profundo decís:
si, no está bueno. En realidad es algo terrible. Que una persona tenga que
prostituirse para poder vivir, para tener guita, para morfar, para lo que sea. (E
34)
Es lo que dicen todos prácticamente. "¿Por qué no te buscás un laburo?
¿Por qué no lavás los pisos.?". Es todo muy fácil visto desde afuera. [.]
siempre llegan a un final bien triste. [...] Por esto es que al final... esto que te
decía... Que la prostitución me da, al final, pena. Como... capaz que son las
dos cosas que me dan pena. Cada día me doy más cuenta que no soy nadie
para poder juzgar a nadie. (E 60)
Te vas a tu casa diciendo ¡la puta madre, plata tirada! ¡Cuánta plata tirada!
En lo personal sabía que lo iba a pasar mal, esas cosas pasan también, sabía
que lo iba a pasar mal y, sin embargo, hay un momento en que todo está en
una línea de "vamos a apostar a algo", yo estoy mal pero la puedo pasar bien.
Y no, la vas a pasar mal. (E 95)
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Cada vez que un hombre compra una mujer con su dinero, un poco del
respeto debido a la esencia humana desaparece. Y en las clases pudientes
donde esa práctica es cotidiana, hay sin duda un poderoso motivo de
presunción generado por la posesión del dinero, que esa moral, ilusión sobre
sí mismo, da para pensar que esa posesión confiere a la personalidad como
tal, un precio cualquiera o un sentido interior. Ese total deslizamiento de
valores, que profundiza de más en más un abismo infranqueable entre el
poseedor y la persona obligada a dejarse comprar, es la sífilis moral que
procede de la prostitución y que al igual que la sífilis física, contamina e
infecta finalmente también a los individuos no afectados por esta causa
primera. (Simmel, Georg, 1982, pp. 15-16)
********************
La última vez dije "noo, basta, no...". No es nada bonito. Uno, digamos,
generalmente dejo de lado toda la cuestión. este. conciencia, por una cuestión
de que si no no lo haría. No es algo que apruebe, obviamente, este. y no
apruebo eso de mí, ¡ja ja! Entonces también como el combate interno se
volvía demasiado grande y la satisfacción era demasiado inexistente, por
ende, era como. ¿para qué? (E 111)
Siempre me dejaban como un dejo de tristeza. No digo que me ponía mal,
pero siempre me quedaba pensando. que eran pobres minas. . Es un rubro de
mierda y se toma siempre a risa. (E 75)
En muchas ocasiones no encontré lo que buscaba. me sucede algo que me
sucedía con la cocaína. En determinado momento empezaba a sentir culpa.
Culpa no en función de la otra persona. sino en función de. ¿por qué necesito
hacer esto? (E 95)
Te pasa siempre que acabaste y decís, "la puta madre, pagué $20 para
echarme un polvo". (E 6)

Dinero mal gastado


Te cebás y después cuando viene la cuenta te duele. (E 76)
Algunas veces puede haber arrepentimiento. en el caso mío no me lo. no
porque yo me haga un planteamiento moral, que no me lo hago, sino
simplemente porque decís, "puta. dinero mal gastado, tiempo mal gastado".
(E 91) [cuando pienso en prostitución] ...pienso en cómo influye en mi
economía. Hubo un mes que fui mucho. Soy consumidor, solamente. (E 31)
********************
Vino al fin una época en la que todo lo que los hombres habían visto como
inalienable se tornó objeto de cambio, de tráfico, y podía alienarse. Es la
época en que las cosas mismas que hasta ahora eran comunicadas pero jamás
intercambiadas; donadas pero nunca vendidas; adquiridas pero nunca
compradas -virtud, amor, opinión, ciencia, conciencia, etc.- pasaron a ser
comercializables. Es una época de corrupción generalizada, de venalidad
universal, o para hablar en términos de economía política, el tiempo en el
cual toda cosa, moral o física, habiéndose convertido en valor venal, es
puesto en el mercado... (Marx, Carlos, 1972, 46)
********************

Pequeña traición
Yo no los veo distintos, no me parece distinto o me parece que es
prejuicioso verlo de otra forma a que uno te consiga un turno en el hospital,
sin tener que hacer la cola a las seis de la mañana, digo. O sea, si uno plantea
determinados principios, y vos vas a atenderte al hospital donde hay 500 tipos
y vos tenés un conocido que te saca un número y en lugar de ir a las 5 vas a
las 9, me parece que te estás traicionando lo mismo que si vas a un puterío a
ofertar sexo, digamos. No sé cuál es la diferencia, cuál es el límite que uno se
pone. Me parece que el sexo no es la excepción a muchas cosas, digamos. En
todo caso me parecería que es una traición más que uno se hace. (E 50)
No me parece algo soñado, algo planeado. Desde el cliente, es una
perversión, un goce, un. [silencio] Yo creo que hay cosas que funcionan. [.]
Si me lo pongo a analizar en frío, creo que me pongo a llorar.. ahora, si estoy
de la gorra, son las 3 de la mañana. nada, ese reviente funciona. (E 42)

Dejar de ser cómplices


La última vez dije "noo, basta, no", no es nada bonito. Uno, digamos,
generalmente dejo de lado toda la cuestión. este. conciencia, por una cuestión
de que si no no lo haría. No es algo que apruebe, obviamente, este. y no
apruebo eso de mí, ¡ja ja! Entonces también, como el combate interno se
volvía demasiado grande y la satisfacción era demasiado inexistente, por
ende, era como. ¿para qué? [.] ¿Lo cruel.? Y, bueno, todo lo otro. Lo que
nunca se habla. Lo que pasa del otro lado. Que uno en general, lo niega, o lo
cierra por una cuestión de no. si no, no podés estar ahí con una mina. Si
pensás en que esa mina que está ahí la están explotando, en el peor de los
casos, pero en general siempre pasa, eeh. que, que está quedándose ahí
setenta mil horas y está cogiendo con siete tipos por día, ocho tipos por día.
que, porque lo está haciendo para darle de comer a su hijo o porque. no sé,
todo eso, digamos, ¿no? Que por ahí la cagan a trompadas. todo esto, todo lo
que es la prostitución en sí. Que uno, como consumidor, bloquea o no lo
consume, porque, obviamente, no vas a ser un cómplice consciente, sos un
cómplice. (E 111)
Es contradictorio para alguien supuestamente progre haberlo hecho, pero,
contra lo que se piensa, es algo divertido, para mi gusto. Eso no quiere decir
que esté bien, no sé por qué, no creo que sea natural ni. qué sé yo, pero tiene
sus cosas buenas. Ir, estar con una mina que no sabés quién es, que no te
importa, está bueno de vez en cuando, entre comillas, no perder tiempo. [.]
Obviamente. que está muy mal tratar a una mina como un objeto; [...] a mí
por lo menos me agarra un poco de culpa de eso, de. pobre mina. se tiene que
garchar a cada boludo, entre los que me incluyo, ¿no? A veces está bueno, a
veces la pasás bien, si hay una mina que está buena la pasás bien, si te toca
una fea, bueno, ni entro, pero, bueno. Yo creo que es algo políticamente
incorrecto de decir pero es divertido ir. Por algún motivo, ideológico o lo que
sea, como que eso te empieza a pesar, más en mi caso, de repente me empieza
a pesar más decir "bueno, flaco, no es... si estás caliente hacete una paja, no le
le cagues la vida a una mina.". Te empieza a pesar eso. Tampoco te digo, no,
nunca lo volvería a hacer, pero la verdad que no me sale, no está tan bueno,
no lo siento tan. no quiere decir que si por una de esas casualidades de la vida
voy, no me divertiría, eh. pero, bueno, es como que en la balanza de mi vida
empezó a pesar como, bueno, flaco, basta, están los cafishos, se quedan con
toda la guita, las tratan mal a las minas, y de última lo que hago yo también
es tratarlas mal. Ahí es cuando empieza, porque si no lo que uno hace es
separar, no, es el cafisho el que la trata y, bueno, vos te la estás garchando
por guita, la mina no es que está ahí por gusto, porque estamos en el
socialismo y bueno, si la mina llegó hasta ahí es porque no le queda otra. Ahí
es como que uno, o sea, tampoco le quiero dar el gusto a mis compañeras de
la facultad de género de decir "Hay las prostitutas, ay, ay...". Pero, hablando
en serio, es como te empieza a pesar esto, y decir "bueno, ya está" y tampoco,
bueno, quizás antes inventás como cuestiones para justificarlo, tipo "bueno,
no
********************
Cada sociedad incluye un sector que es apartado de su conciencia colectiva
y corresponde al lado más oscuro de su doble Standard. Esto es
particularmente cierto sobre la sexualidad en el orden social patriarcal. El
área apartada funciona como una válvula de seguridad, frenando,
controlando, conteniendo fuerzas dañinas para el orden patriarcal y ayudando
a preservar las estructuras sociales de producción y reproducción. Esta
función es cumplida, mediante explotación, supresión de libertades, de
derechos básicos y de la seguridad de quienes están en burdeles o
instituciones similares que son toleradas por el estado patriarcal con el
propósito de mantener la ley, el orden. (Hanochi, Seiko, 2001, p. 137) es tan
terrible, bueno", y después decís bueno, bueno no, las pelotas, "es el sistema",
bueno, no, ya está, está mal, está mal por esto, por estas relaciones que se
hay, o sea, los cafishos, todo eso, lo que pasa es que si fuera una sociedad
justa no habría prostitutas, o habría muy pocas y se llenarían de plata, pero yo
creo que el 99% de las minas si podrían [sic] elegir no harían esto, bueno, no
sé, tampoco. supongo que no. Y bueno, eso. como te decía, en mi caso es eso.
El tema de la diversión y que, lamentablemente, cuando uno va ahí se
divierte, encuentro algo que estoy buscando. No sé si me divierto, porque por
ahí tiene como una carga positiva demasiado fuerte, no siempre uno hace eso
para divertirse, en el sentido. como algo, como una compañía. como hay un
tema de Zitarrosa que la define. Le canta a una prostituta, que, como que está
enamorado, y le dice, que ella, la prostituta, vende soledad, 'ta buena... qué sé
yo. Supongo que tomás esa decisión porque estás como loco y querés estar
con una mina. (E 78)
********************
Lo que pasa es que a mí me han movilizado algunas cosas que he leído o
que he escuchado en la radio, en la televisión. sobre todo lo que tiene que ver
con eso. Después un poco se sabe, medio como vox populi, que el negocio de
la prostitución es un negociazo que sirve como para blanquear un montón de
guita. Mejor dicho, que forma parte de un circuito económico de la
marginalidad, con las drogas, las armas. Bueno, la trata de blancas viene a ser
también una manera de manejar guita y poder, y bueno, a mí esas cosas me
empezaron a laburar en la cabeza y en determinado momento es como que
elijo distanciarme. Además de entender todo lo que pasa por detrás, con lo
que son las redes de prostitución y que vos sabés que están raptando gente,
raptando pibas y las someten a una situación de esclavitud y todo lo que
viene por detrás de eso. Entonces, ¿en qué medida uno no está colaborando
con eso? ¿Y cuánto uno acepta o no? Y bueno, yo no acepto eso o no me
gusta, por eso también he dejado de ir. (E 95)
Y uno dice no. O sea, la oferta está. pero no, no. Y me ha pasado, bueno,
esto tiene que ver con las cosas que me van pasando en la cabeza a mí. con
que pienso que la prostitución en sí es una cagada. que hace que alguien
tenga que trabajar con su cuerpo a esos. digamos, a ese límite, con cierto
grado de. digamos de humillación para consigo mismo, es decir, llega un
momento en que esa persona que tenés delante, bueno, ¿qué está haciendo?
¿Qué concesión ya condiciona todo lo que puede hacer? La prostitución o el
estar trabajando con el propio cuerpo debe ser algo muy límite, lo digo yo
desde este lado, ¿no? (E 95)
De última me sigue divirtiendo, quizás ahora por un prurito moral no lo
haría, no porque. pero si alguien me dice, "no eso no es divertido" no, el que
dice eso es mentira porque nunca lo hizo. Ahora, lo que está mal es que,
obviamente, la mujer sea tratada como una cosa y aparte uno no se puede
hacer el boludo... que hay toda una... los cafishos, todo eso, y que hay
algunas que la pasan muy mal, ese punto empezó como a socavar mis ganas.
(E 78)
Me quedé pensando en por qué había ido, si iría de vuelta... no... y no sé,
no llegué a nada muy concreto. No sé. Como me da un poquito de cosa, un
poco de vergüenza, eeh... pero, por otro lado, no. No sé. Pero... me dejaste
pensando un poco. [se ríe]. [.] [hasta ahora] no me las había planteado. No,
no que no me las había planteado sino que no, sí, no les había dedicado
mucho. estee. mucha idea. Porque también surgía el debate sobre la
prostitución acá y allá con amigos, gente, etcétera, eeh. entonces... Pero, sí,
me quedé pensando... en qué haría. [...] Yo siempre he salido de esos debates
pensando lo mismo. yo ahora no lo dejaría de hacer. bueno, en este momento,
no, por ahí más adelante, pero en este momento no que no lo esté haciendo,
estee . no, qué sé yo, no por una cuestión moral, o que me parece mal o qué
sé yo, sino simplemente porque. no tengo ganas, qué sé yo. Pero por otro lado
sí he sentido esta diferencia que te contaba, según a qué lugar vas, estee.
cómo son las pibas, etc., etc., y sí, fui tendiendo a ir a lugares un poco más
"light", por ponerlo de algún modo. Y es eso, qué sé yo, son pibas que lo
hacen por la guita y que lo usan para hacer otras cosas y qué sé yo. Y, y. sí,
qué sé yo, la verdad que no, no me jode mucho. (E 112)
********************
La idea básica bien puede ser expresada de la siguiente manera: en la
expansiva esfera de acción del intercambio de mercaderías, los sujetos se ven
forzados a comportarse ellos mismos como observadores del acontecer social
en lugar de hacerlo como participantes, porque el cálculo que cada parte hace
de los posibles beneficios exige una actitud puramente objetiva,
desapasionada en extremo. (Honneth, Axel, 2007, p. 29)
********************
9. MUNDO PROSTIBULARIO / MUNDO
COTIDIANO

En el discurso de las personas entrevistadas los límites entre el mundo de la


prostitución y el mundo cotidiano son muy tenues. Ambos mundos aparecen
entremezclados. Y, para muchos, el mundo prostibulario es algo más que
proxenetas, clientes y mujeres prostituidas. Es un espacio de sociabilidad y
diversión. A veces los límites se hacen más confusos, como cuando alguien
se enamora de una mujer prostituida. Hay un mundo compartido. Una amiga
que vende ropa en los prostíbulos, el comerciante que tiene acciones en una
sociedad (SRL o anónima, u otra), o el pariente que invirtió sus ahorros en un
burdel. El tío dueño de un sauna, el amigo, colega o familiar que se casó con
una mujer prostituida, la familia que vive de la mujer prostituida, los medios
que lucran con la publicidad, las personas que cubren los distintos servicios
en los prostíbulos, desde la limpieza hasta peluquería, etc. etc.
Es cierto que muchas personas ignoran la realidad del mundo pros-
tibulario, pero no porque esté fuera de su alcance conocerla.

Padres, tíos, amigos, conocidos


Además me acuerdo que por esa época mi viejo me empezaba a contar sus
aventuras sexuales de pendejo y me contaba que iba a Montevideo y se cogía
putas y que salió un año entero con una puta. fue el novio de una puta. (E 92)
Íbamos a... porque era el puterío del barrio. Hubo pibes que eran más
grandes y que se engancharon con minas de ahí y se pusieron de novios y
noviaron bastante. (50)
El tío de mi novia tuvo durante años un puterío. Ahora me estoy
acordando. Y yo no estuve. fue una charla el otro día. parece que empezó a
contar anécdotas del puterío. Mi novia me contó. se dio un diálogo de lo más
patético, ¿me entendés? Gente grande... 50, 60 años... En la cual uno, que es
un fenómeno, le dice al tío: "Che, y cuando viene la puta, ¿vos qué... qué
haces, cómo la probás...?". Pregunta pícara de... ¿te las garchás y después las
contratás? Empezó a contar un montón de anécdotas. Y todos cagándose de
risa... (E 28)
[Ir al prostíbulo como despedida de soltero] Mi cuñado también hizo eso, o
sea, el marido de mi hermana. a mí me lo contó pero, por supuesto, mi
hermana ni se enteró. A mí, por supuesto que no me parece nada grave. (E
36)
Tengo una anécdota de un profesor de la facultad [.] el tipo al lado de la
casa tenía una casa de citas [.] un padre que lo conocía de las reuniones
escolares o de buscar a los chicos en la puerta de la escuela y
********************
La prostitución es una de las manifestaciones de la dominación patriarcal,
una de las modalidades del intercambio de mujeres que organiza y legitima la
disponibilidad sexual de ciertos seres humanos -prostitutas- de sexo,
femenino en la mayoría de las situaciones, a otros seres humanos, varones en
la casi totalidad de los casos. Bajo el control, bajo la responsabilidad y para el
beneficio de los Estados, de todos los estados incluidos los que se definen
como abolicionistas, y de los proxenetas, que son personas físicas y morales
para garantizar potencialmente a todos los varones y efectivamente a los
clientes, la posibilidad, prácticamente en todos los lugares y en todos los
tiempos, de un acceso mercantil al sexo de un grupo de personas calificadas
como prostitutas. (Louis, Marie-Victoire, 2002, p. 13) que un día cuando está
llegando a la casa, lo ve salir de ese lugar y lo que hace en ese momento es
llamarse a silencio como para decir, bueno, yo sé que vos sabés pero. No sé,
cambió la relación de ahí en más, a partir de ese momento el otro sabía que el
otro estaba yendo a esos lugares. [.] Me da la sensación de que lo humanizás
un poco más al tipo, es como cualquier cosa, uno conoce a una persona en un
ámbito más o menos formal, conoce a esa persona en ámbitos más o menos
formales, y ahora, cuando sabés que esa persona hace tal o cual cosa, igual a
lo que puede hacer uno, como cualquiera, bueno. (E 95)
********************
Mi viejo iba a todos lados. A mi viejo le gustaban todas. (E 2)
Íbamos a tomar algo antes de ir a bailar, y después capaz que pasábamos
otra vez, hasta íbamos a desayunar... Un amigo mío se puso de novio con una
de las chicas. [.] Yo siempre supe diferenciar, [.] siempre supe cuál es el
límite. Sabía que no me podía enamorar. (E 18)
Puede ser por el diario, o por contactos. se conoce, todos conocen
contactos para llamar. (E 63)
Son boliches muy conocidos. Si no, los conocés por comentarios. se usa
mucho ir con amigos a esos lugares. todos van. (E 63)
[Los lugares los conocés] .por internet, por recomendados, el boca en boca
es el de más. que los amigos te dicen, ese es el de más de los amigos [.] en el
barrio se sabe todo, el más corriente es el de boca en boca, por ejemplo,
cuando te dicen "ahí, vamos a Hornos" vos ya sabés que Hornos es una calle
donde hay uno. (E 65)
********************
La industrialización de la prostitución se desarrolla en etapas: primero,
incluso antes de que muchas economías comenzaran a industrializarse,
proliferaron industrias sexuales para el servicio de militares extranjeros y
hombres de negocios. Antes que consecuencia (buscada o no) de la
industrialización, la prostitución militar y el turismo sexual preceden o se dan
simultáneamente con el desarrollo industrial nacional. La prostitución y sus
industrias relacionadas -cadenas hoteleras internacionales, aerolíneas, bares,
sex clubs, locales de masajes, burdeles y procurers- se han convertido en una
fuerza económica mayor en el mundo actual. Las mujeres (y en ocasiones las
niñas y los niños) son las mercancías de la industria del sexo. (Barry,
Kathleen, p. 123)
********************
No sé. Vas por la calle y sale el tema y empezás a hablar, y empezás a
recordar viejos momentos. "sí, porque la de acá a la vuelta." y empezás a
boludear. y contás. para cagarte de la risa. (E 69)
He conocido un caso de una persona muy conocida, no te digo amigo, pero
formó una familia con una chica cubana. que vino de Cuba, hace muchos
años, trabajaba así, en lugares en Recoleta, y bueno, se colgaron y, bueno.
tuvieron un hijo, se juntaron y ella maneja el negocio. Y es complicado
porque es un buen lugar y trabajan mucho, y los veo felices, qué sé yo.
Porque atrás de una prostituta hay un ser humano, con sus problemas, todo.
es un negocio, no para ellas, para los jefes de ellas, que hacen fortuna y que
también el lugar en que se prostituyen se maneja droga, ¿entendés? Es todo
una pantalla. es un trabajo que maneja muchísima plata en negro, ¿no? Y la
noche mueve mucha plata, no sé. [silencio largo] (E 64)
La mamá de mi primer novia era prostituta. (E 44)
Yo tuve un amigo que tuvo un departamento. Complicado. alquilaba y
contrataba las minas, arreglaba con la policía de la zona. pero, bueno, no le
rindió... y uno piensa que te llenás de oro, y no... (E 57)

10. NATURALIZACIÓN
El discurso P es un discurso de hombres, que se sienten vagamente
culpables. Pero como dice uno de ellos, "Dios es hombre, pero no creo que
me castigue por esto". Un discurso que naturaliza y banaliza el pagar por
sexo, el consumo de prostitución, apelando a un lenguaje de mercado, o a un
lenguaje biologista, invirtiendo el sentido y las relaciones, victimario-víctima,
que se establecen entre prostituyentes y mujeres prostituidas.
¿Es un discurso reificador? Si "toda reificación es un olvido", como dice T.
Adorno (Honneth, Axel, 2007, p. 81), ¿no hay un olvido de que las mujeres
prostituidas son personas, y de que el mundo prostibulario es una relación
que los implica como personas? Aunque a veces conceden que las mujeres
son personas e intentan reconocerlas como tales, no se imaginan una sociedad
sin prostitución. Siempre hubo, siempre habrá, porque es así.

Diálogo
- Desde esa vez que mi mujer no quiso saber más nada [hace casi 30 años]
yo empecé a ir con prostitutas, una vez cada tanto [...] es normal. En las
parejas como mi mujer y yo, la mujer no necesita y el hombre sigue
necesitando. [...] Cuando empezaron los problemas con mi mujer, yo le dije
en una discusión que teníamos, que si ella no quería estar conmigo, yo iba a
estar con otras mujeres. Ella me dijo que yo hiciera lo que quisiera, que ya le
tendría que rendir cuentas a Dios y si Dios tiene una mujer como la mía. ¿a
quién le va a rendir cuentas? [se ríe], ¿No te parece?
- ¿Cree en Dios?
- Sí, claro, todos creemos en Dios, pero no creo que me castigue por esto,
porque esto es lo más normal del mundo. Mis amigos, con los que tomo algo
en el bar, o los del centro de jubilados, también están en la mismo que yo: las
mujeres, llega un momento que no quieren más, y nosotros... No sé, debe ser
algo del hombre. queremos más. Dios es hombre, así que no nos va a
castigar. (E 41)

Lugar común: existió siempre


Existió siempre y va a seguir existiendo. [.] [La prostitución] Es algo
prohibido y a la vez. tan famoso. es la profesión más vieja del mundo. Es lo
más viejo del mundo y lo más repudiado de la historia del mundo.
posiblemente. Y es algo que no se puede remover de la sociedad. (E 90)
La prostitución no me parece mal, dicen que es la más vieja del mundo y
yo creo que desde que el mundo es mundo hay prostitutas, más con el tema
del poder y eso. Vos te vas a la historia y ves que los romanos hacían grandes
orgías, no sé qué onda. Siempre existió eso y es parte de la naturaleza
humana, porque es muy bueno el sexo con amor, pero la calentura existe,
existe en hombres. en mujeres. (E 37)
Si es una cosa maravillosa. Yo pienso que. bueno, para empezar, oíme, la
profesión. esteeee. la prostitución es la profesión más antigua del mundo.
Quiere decir que alguna base tiene... Si no, no tendría ningún sentido. es re
conocido que desde siempre existió. (E 60)
********************
El tráfico implica el reclutamiento forzado y/o el transporte de personas
dentro y a través de los estados para trabajo o servicios a través de una
variedad de formas, que incluyen coerción en todos los casos. [...] El tráfico
de mujeres para la industria del sexo es altamente rentable para quienes
manejan el comercio. Las Naciones Unidas estiman que 4 millones de
personas fueron traficadas en 1998, generando una ganancia de U$S 7 mil
millones para los grupos criminales. Estos fondos incluyen remesas de los
ingresos de las prostitutas y pagos a organizadores y funcionarios locales. En
Japón, las ganancias en la industria del sexo rondan los 4,2 trillones de yens
al año durante los últimos años. En Polonia, la policía estima que por cada
mujer polaca entregada, el traficante recibe cerca de U$S 700. En Australia,
la Policía Federal estima que el caudal en efectivo proveniente de 200
prostitutas asciende a los US$ 900.000 por semana. Las mujeres ucranianas y
rusas, altamente cotizadas en el mercado sexual, generan ganancias a las
organizaciones criminales involucradas de cerca de US$ 500 a US$ 1000 por
mujer entregada. Puede suponerse que estas mujeres atenderán un promedio
de 15 clientes por día, y cada una puede obtener alrededor de US$ 215.000
por mes para la organización. (Sassen, Saskia, 2002, p. 22)
********************

Lo inimaginable: que deje de existir


¿Qué no haya más prostíbulos? No podría pasar jamás en la vida. jamás en
la vida. Porque los hombres. podría pasar, pero tendría que ser una época
sexual muy abierta en donde los hombres tengan una oferta sexual disponible
sin pagar. Como eso no va a pasar, los prostíbulos y las prostitutas van a
seguir existiendo toda la vida, [.] hay gente que en cierto momento necesita
satisfacer una necesidad y no me imagino. me imagino con más prostíbulos,
pero no creo que, no lo tengo en mi imaginario aún. (E 29)
Va a existir siempre. Como todo, de la demanda y la oferta. y por otro lado,
tendría que estar todo muy bien en el mundo para que no exista. del lado de la
necesidad de la mina. [.] Y del lado del consumo también hay y, por ende,
eso es lo que la mueve. La necesidad de. sublimar ciertos deseos de un lado y
de. satisfacer ciertas necesidades del otro. Y no va a pasar nunca. No creo que
haya una forma de que se. destierre la prostitución. (E 111)
[¿Puede dejar de haber prostitución?] No, jamás, es imposible. No me
preguntes por qué. No, porque a la gente le gusta. (E 91)
Si no hubiera prostitución. me parece un escenario muy difícil de imaginar.
Me es súper difícil de imaginar, me parece que es ridículo, porque es algo
que existió desde siempre. Es impensable. (E 114)
Pasa y va a seguir pasando, por más que no vaya yo. (E 76)
********************
El cliente no es cualquier tipo. Joven o viejo, pretende vivir su vida,
satisfacer sus necesidades, sus fantasmas. Como una curiosidad, a veces,
viene a ver las prostitutas, sin comprometerse. Compra. Paga. El hecho de
pagar le quita responsabilidad y culpa. La relación establecida con la persona
prostituida se inscribe en la lógica de la oferta y la demanda, de la compra
venta, de una transacción financiera, comercial. Pero ¿quién vende y quién
compra? Nadie es cliente por casualidad. (Villey, Colette,
www.mouvementdunid.org)
********************

Está bien que exista


Nunca va a dejar de existir. Es más, me parece bien que exista. No creo que
esté en la cabeza de la gente que esto no tiene que existir más. Me parece que
existió y va a existir toda la vida. (E 2)
[La prostitución]... ni buena ni mala. Tiene que estar. Es una cuestión de
que. si no está. ¿qué haría la gente que va? (E 24)
La prostitución va a seguir. digo, vamos a seguir los clientes. No sé, qué sé
yo otra gente cómo lo tomará, qué será, no sé. para escaparse de la señora,
para cortar la rutina. para pasar el rato, pasar el tiempo. (E 5)
La prostitución en una sociedad es fundamental, es elemental. Y es muy
sano, por otro lado, es muy sano de verdad. ¿Por qué es muy sano? Porque no
es sano que el hombre cuando tengas ganas no pueda tener relaciones. El
hombre y la mujer. Me parece súper necesaria [.] Es una de las necesidades
del hombre más. es peor que si fuera cocainómano. Se tendría que legalizar.
Si la prostitución estuviera legalizada habría un lugar donde todo sería
limpio, donde habría gente de seguridad, donde las camas estarían bien,
donde a nadie le daría vergüenza entrar a pagar por sexo. ¡Si es un negocio de
común acuerdo...! [...] Si la prostitución estuviera legalizada no habría
menores en las calles prostituyéndose. Es así de sencillo. [.] Me parece que
cuanto más se quiera tapar, más negocios van a haber por detrás, más muertes
de inocentes van a haber, más giles hijos de puta van a llevarse nenes a los
autos, o a las nenas, eh. más padres Grassi van a haber, ¿no? Mientras que
esté todo esto. Así que, sí, sí, yo estoy a favor que haya un gran puterío en la
ciudad. Pero, bueno, son las circunstancias de la vida. Las tentaciones de la
vida en la ciudad. (E 20)
Ahora. sí, es algo muy decadente, muy decadente. Yo creo que. yo de
grande iba a volver, pero me imagino así: "viejo con plata y cogiéndome a
una superpendeja". Eh. qué sé yo, es lo que pienso. No sé si da, pero si
pintaran unas chiquitas re lindas, calculo que sí, que me darán ganas. Así que
por las dudas "no saquen las chicas de la calle, se los pido por favor", porque
puede haber una necesidad más adelante. La verdad es que. no sé qué pasaría.
con tanta gente que. no sé. La verdad, no sé, pero ahora puede llegar a tener
un efecto nocivo para la sociedad. No sé. A ver, analicemos, qué se yo. un
tipo caliente. (E 42)
¡Vivan las chicas de la vida! Si tenemos plata. son muy divertidas, yo
siempre la paso muy bien. La verdad es que la paso muy bien. La pasé muy
bien y la voy a seguir pasando, seguramente, muy bien. (E 43)
Yo pienso que era tan natural todo eso que ni tenías que comentarlo... Todo
el mundo sabía que todos iban a los quilombos. Por ejemplo, una ciudad muy
chica cerca del pueblo donde vivía mi padre. Todo el mundo sabía. (E 60)
Cada 15 días las cambiaban. Había un cambio de zona cada quince días.
Además, ¿sabés que había una costumbre.? Yo vivía en Génova en ese
período, entonces si vos querías encontrarte con amigos, en ese período,
después de comer, a la noche cada uno tenía sus quilombos que frecuentaba,
te conocían, la madama te trataba bien... te avisaba cuando llegaba un turno
nuevo, la quincena nueva, quién era mejor, quién era. qué sé yo. Entonces, si
querías encontrarte con los amigos no ibas a un bar, ibas a ese quilombo y
sabías que los encontrabas. Bueno, como te pasa en un bar, charlás, capaz que
tomás un café y vas a la pieza, o no ibas pero. como que era una costumbre
tan normal la de frecuentar esos lugares que no. No era el solo hecho de
decir: "estoy caliente, voy porque... así...". No, ibas, te encontrabas y si había
alguien que te gustaba. (E 60)
Pueblo adonde voy a hacer algo, busco a ver cuál es el prostíbulo del
pueblo [entre risas]. (E 7)
Nadie fue, pero todos quieren ir o van. Todos lo niegan. (E 93)
Pero, bueno, ellas están ahí, más allá de que yo vaya o no. (E 20)
Una necesidad consciente yo no creo que haya. Te vuelvo a decir: para mí
al menos es algo que sucedía en el momento, incluso cuando
********************
La distinción entre prostitución forzada y voluntaria es precisamente lo que
la industria del sexo está promoviendo porque, si se puede utilizar esta
distinción para legalizar la prostitución, el proxenetismo y los prostíbulos, la
industria del sexo conseguirá más estabilidad y seguridad legal. Las mujeres
que presenten cargos contra los proxenetas o contra cualquier persona
tendrán que presentar la carga de la prueba y demostrar que fueron
"forzadas". ¿Cómo van a poder demostrar la coerción las mujeres
marginadas? Si las mujeres tienen que demostrar que se utilizó la fuerza para
reclutarlas o que la utilización de la fuerza forma parte de las condiciones de
trabajo, muy pocas mujeres que están en la prostitución tendrán recursos
legales y muy pocos culpables serán procesados. (Raymond, Janice,
www.catwinternational.org, 2004)
********************
yo estaba en pareja he ido... he ido cuando estaba mal con mi pareja y
cuando estaba bien... [...] ¿Por qué ponerle un nombre? Si en realidad tiene
que ver con algo que hace uno, con una relación, con un acto, que uno
también propicia. Es eso... (E 95)
Es como si hubieras ido a jugar un partido de futbol y después co-mentás la
jugada. Comentás "che, ¿te gustó? ¿Qué hiciste? ¿Qué no hiciste?"... Es eso,
eso. (E 99)
Esas cosas que te enseñan de chiquitito, y después que le tomaste el gusto
decís "okay, no me des un peso porque cuando lo tengo lo hago". (E 43)
A mí me gustaría que las cosas fueran distintas... pero es así. Y al ser así,
algunas veces tengo un discurso más realista y otras veces tengo un discurso
más idealista. El sistema en sí, el minisistema que es el pute-río, y además el
sistema ideológico que implica que todas las personas, en general,
consideremos que: "Bueno... está bien... nos cogimos unas putas..." (E 92)
********************
La legalización / despenalización de la prostitución aumenta la demanda de
esta práctica. Incentiva a los hombres a comprar a las mujeres por sexo en un
entorno social más permisible y de mayor aceptabilidad. Con la llegada de la
legalización en los países que han despenalizado la industria del sexo,
muchos hombres que no se habrían arriesgado a comprar una mujer para
tener sexo, ahora ven la prostitución como algo aceptable. Cuando las
barreras legales desaparecen, también desaparecen las sociales y éticas con
respecto al hecho de tratar a las mujeres como productos. La legalización de
la prostitución supone enviar el mensaje a las nuevas generaciones de
hombres de que las mujeres son productos sexuales, y de que la prostitución
es una forma de diversión sin riesgo. Como los hombres tienen un exceso de
oferta de "servicios sexuales", las mujeres tienen que competir en la oferta de
servicios dedicándose al sexo anal, sexo sin condón, relaciones de esclavitud
y dominación y otras tendencias demandadas por los clientes. Cuando se
legaliza la prostitución, todos los controles están prohibidos. Por ejemplo, las
capacidades reproductivas de las mujeres se convierten en productos, actos
para la venta. Todo un grupo nuevo de clientes encuentra excitante el
embarazo y demanda leche de pecho en sus encuentros sexuales con mujeres
embarazadas. Existen prostíbulos que ofertan servicios a hombres
discapacitados y los cuidadores contratados por el Estado, que en su mayoría
son mujeres, están obligadas a llevar a estos hombres a los prostíbulos si ellos
lo desean. (Raymond, Janice G., www.catwinternational.org, 2004)
********************
Nunca me pregunté por qué iba. Para mí era tan natural, tan normal, que
no. [.] Pero tampoco me lo cuestioné o me lo pregunté. Es normal, para mí es
normal, ¿que querés que te diga...? (E 60)
[La primera vez, fue] .en un prostíbulo [.] Era más cultural que otra cosa,
en mi pueblo y con mis amigos era cultural. [.] Ningún conocido mío lo hizo
con la novia, a muchos amigos míos los llevaron los padres. Donde yo vivía
es un pueblo, todos se conocen, nadie a los 14 años se puede acostar con
alguna novia. Además es común ir a debutar allí. (E 63)
En un laburo donde hay hombres, siempre se termina hablando de lo
mismo, o de sexo, o de futbol, o de mujeres, o de música, se toca un poco la
política, se toca un poco la religión, cada tanto. entonces, hablando los más
experimentados, los otros exponen hasta dónde llegan y otros escuchan. (E
51)
Yo estaba con más ganas de irme de ahí para ir a un boliche a bailar que
estar ahí adentro. Yo hubiera preferido toda la vida estar en un restorán con
amigos comiendo que estar encerrado en esa. no por el hecho de estar
encerrado ahí con dos trolas garchando. Por el hecho de que para mí no tiene
significado eso, tener que ir y pagar para tener sexo. Con esto no estoy
desestimando que al que le gusta no tenga todo su derecho de pagar, de ir,
problema del que lo hace. Hay gente que le encanta, pero para mí son cosas
sin sentido. (E 19)
Trabajaba en [.... ] y los pibes siempre te llamaban y decían,
"vamos, vamos", ¡bueno, vamos! Era el hecho de. ir. de ir nada más. un.
nunca como algo especial, no, simplemente como así, como vas a tomar una
cerveza, o vas a bailar [.] es como. no es que hay. ni de todos los días... ni de
todos los fines de semana.. es como que te da para ir al cine y vas al cine. qué
sé yo, algo que hacés cada tanto. Tampoco voy tanto al cine, ni tanto a bailar.
Es lo mismo. (E 115)
Por una cuestión personal mía, me separé y qué sé yo. . empecé a
frecuentar algunos de esos lugares pero no como el cliente característico, que
es con el que sostiene, que es el tipo que. es el tipo escapado, el tipo casado o
de novio que se escapa una noche, va a un lugar, le gusta alguna chica -
generalmente en ese tipo de boliche son lindas-, entra, arregla el precio, se va,
tiene el servicio y se vuelve. Yo iba a estar ahí adentro, iba a pasar el rato ahí
adentro, no salía con las chicas, me quedaba ahí adentro, tomando, charlando.
(E 31)
Entones lo que te ofrece el mundo es quizá una alternativa: el mundillo de
la prostitución o las drogas. . Cosas productivas también [.] si estás
trabajando te olvidás de tus problemas y si vas a un prostíbulo también. (E
44)
Me gusta ir a las putas o de cabarulo, qué sé yo. ya me acostumbré. Me
gusta eso, es como algo más, el sábado a las 6 juego al fútbol, con los pibes
del trabajo, y cuando tengo ganas de coger voy y le pago a una de las chicas.
(E 40)
[Relato de una visita a un cabaret con un amigo] ...pero, el flaco habló con
alguien en la barra. Arregló un precio, vino y nos dijo "miren, les pagué", y
bueno, así. de casualidad. Nunca fui, nunca se me hubiera ocurrido [.] bueno,
después se acercan las chicas, te ponés a charlar, y por ahí le decís a una
"vamos". Yo estaba así, y viene una chica, una pendejita de 17 años y me dijo
"¿querés venir conmigo", "bueno". Pero, nada... una cosa muy. En ese
momento estaba borracho. En ese momento es como que decís, bueno, nada,
ya está ahí. y decís, bueno, ¿qué hay que hacer? Hacés el amor. (E 19)
No, solo no iría, ni a palos, porque es. es como decir "voy a un boliche a
bailar solo". [.] no iría solo [.] porque es horrible. Está bueno ir con otro,
porque te vas riendo y te ponés a hablar. [...] Íbamos porque era una salida,
nada... Salía de laburar y... ¿dónde vamos? Vamos a un puterío... Del restorán
al puterío, pero era ir a tomar una cerveza porque... no sabíamos a dónde ir.
(E 93)
Yo muchas veces me pregunto. cuando llego a mi casa digo "¿por qué tuve
relaciones con esta mina?". En jerga vulgar, ¿por qué me cogí una prostituta?
Me hubiese quedado en mi casa y me masturbaba, y por ahí era lo mismo. Y
muchas veces es eso, pero muchas veces es una cuestión no sé, te sale y vas y
listo. Después te replanteás. al pedo gasté plata en esto, me hubiese quedado
en mi casa y hubiese dormido, o cualquier cosa. Muchas veces no es por
calentura que vas. ¿me entendés? Muchas veces es por boludear, nada más,
simplemente. (E 3)
Porque son chicas comunes [.] son chicas comunes y todas empezaron y
continúan por plata, ninguna está porque es su vocación. (E 31)
Hay miles de formas de prostituirse. entramos en un terreno. si a vos te
regalan algo y te acostás con alguien, si te acostás por un trabajo, si a eso se
le llama prostituirse o la forma directa de estar en una casa directa para tener
sexo, depende de lo que llames prostituir. [.] cualquier chica puede caer en
eso. y sí, una gran mayoría puede caer en eso. (E 29)
La prostitución. no seamos hipócritas. uno se prostituye también por dinero
y no hace falta poner el cuerpo. Desde el momento que estás haciendo cosas
que tal vez van en contra de tus deseos más sinceros, te estás prostituyendo.
(E 43)
Hay diferentes grados de prostitución, es obvio. A lo mejor una chica joven
que está con uno mayor como novios, pero en realidad lo hace por. Si nos
volvemos así, delirantes. llegamos a que toda mujer busca algo en el hombre
a cambio de estar con él. entonces todas son prostitutas. Todas buscan algo.
contención, protección, dinero. (E 57)
En mi caso, ir es parte de la humanidad. (E 20)
¿Con qué te lo podría comparar.? Con el drogadicto no, porque hay mucha
diferencia, porque el drogadicto nunca deja de ser drogadicto. eso ya lo tiene
en la sangre y eso es una enfermedad. La prostitución no es una enfermedad,
es una necesidad. (E 70)
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La prostitución es un elemento del proceso de secularización, hoy
acentuado por la mercantilización general de las relaciones humanas.
Cualquiera puede ser identificado a una mercancía, como lo hubiese dicho
Marx. Pero hay que puntualizar, con y contra Marx, que el dinero mismo, en
su aparente neutralidad, está impregnado de disimetrías sexuadas: una mujer
si ella paga (y aun si de modo banal, ella le paga una comida a un colega en
un restaurante) no está en la misma posición y no obtiene las mismas ventajas
de un hombre que paga. El dinero no suprime su sujeción estructural aun
cuando la disimule. No es verdaderamente "este equivalente general"
indiferente a su contexto, que está supuesto en la doctrina. Pero a través de
estos análisis la cuestión verdadera que se impone es la siguiente: ¿qué
mundo queremos? ¿Queremos luchar contra la mercantilización creciente de
la vida humana? O por el contrario, ¿consumarla, asegurando así la victoria
completa del capitalismo, es decir, la resolución de todo lo humano a su
equivalente monetario, en el olvido de la humanidad? (Collin, Françoise,
2004, p. 4)
********************
LECTURAS

El lugar común. Marta Vassallo


¿Quién dijo alguna vez "amor libre", "amor loco", "liberación sexual"?
Los estallidos promisorios del siglo XX, desde la revolución rusa a mayo del
68, aparecen recuperados por el orden prostibulario. Cuando parecían dadas
las condiciones para que la sexualidad fuera objeto de hipótesis que la
transformaban en fuente de placer y libertad, sustraída a las pautas
institucionales, a los pactos de herencia, a las alianzas económicas, al deber
de procreación, al trapicheo de servidumbres, aparece reducida a una
mercancía a consumir, sometida a criterios cuantitativos de rendimiento,
funcionamiento, clasificación. Prostitución y sus alrededores es la forma de la
sexualidad que el mercado y la sociedad pueden controlar. Otras
manifestaciones posibles, conocidas o no, son incontrolables, siempre
invisibles, siempre amenazantes, siempre por reinventar.
El estudio de Silvia Chejter se funda en una única operación de aparente
sencillez, que consiste en seleccionar y organizar el resultado de una serie de
entrevistas a consumidores de prostitución y mostrarlas. Y en poner a esos
fragmentos de entrevistas el nombre que les cabe: discurso prostituyente.
La prostitución no es así enfocada desde las historias y rasgos personales de
quienes la ejercen, tampoco de la acción de las organizaciones que las
reclutan y explotan, sino desde la demanda que la sostiene y explica su
rentabilidad.
Al leerlo, confirmamos que ese discurso prostituyente -ese babeo
interminable, esa risotada estúpida hasta la náusea, esa cobardía sin límites,
esa autocomplacencia canallesca, ese conformismo, ese desprecio-
corresponde a un difundido y familiar sentido común que se pretende natural
e inocuo. Es el aire que respiramos, el clima que nos nutre, el decorado al
mismo tiempo cambiante e invariable sobre el que se recortan nuestros días.
La norma contra la cual se levanta imprevista la transgresión del amor y de la
libertad.

El lugar común. Ana Arzoumanian


El lugar común trata una materia que es más que la prostitución, más que el
régimen prostibulario, más que el mercadeo de los cuerpos. O, justamente,
porque trata todo esto, también habla acerca del amor, del derecho, del miedo
y del deseo, de la culpa, del contar (historias o dinero).
La historia del contrato original es la narración más importante de la
creación de los varones. Hombres que dan a luz formas de vida política. La
incertidumbre acerca de la anidación del semen en la mujer elegida, la duda
inherente a la paternidad, provoca la construcción de una regla en el
codificado edificio político.
Contrato social originario de la sociedad civil, o acuerdo de voluntades
privado, el contrato como ley marca, delimita. Detrás de las cláusulas, lo que
se juega es la propiedad: considerando "de quién es" "acerca de qué" y bajo
"qué circunstancias". En esta versión de la historia, aun desde las religiones
monoteístas, el pacto que reparte dispone bajo su entramado modos de
cumplimiento social. La escena es la siguiente: alrededor del cuento-contrato
los sujetos se apaciguan tal como si fueran los nuevos califas que dilataran la
ejecución a muerte mientras escuchan la norma. Scherezade no es una mujer,
es una creación masculina que hace de ella el sujeto activo del relato. Ella
cuenta. Ella cuenta, él cumple: no mata. Si corremos el velo, es en verdad él
quien dice que ella cuenta para cumplir. Necesidad de ser contado en una
norma que le atribuya poder. El poder de no matar.
El Cantar de los cantares, uno de los primeros relatos eróticos, está inserto
en un texto legal como es la Torá. Las mil y una noches discurre por la
sensualidad en un texto cuyo centro es una narración que marca el tiempo:
mil y una evitando el crimen.
La lógica simétrica de los intereses sobre el escenario tutelar de la ley. El
amor como negocio (l'amour a été la plus grande des affaires) dice Stendhal,
como estratagema, como maestría y cálculo.
Obediencia y ley, sentimiento que se somete a lo debido, a la conducta
apropiada pasible de un crédito: la contraprestación, la conciencia de deuda
en el marco amoroso. El sistema insiste sobre el excedente, lo recorta, lo
fractura. El sistema se dirige al ciudadano en el hombre, a su pasión por el
bienestar, por la adquisición.
Ley y contrato, obediencia y sujeción. El sujeto de derecho constituido por
la ley posee cuerpo y capacidades como formas de propiedad. Así hace suya
su voluntad, adueñándose de sí.
Si el intercambio es la base del contrato, ¿qué se intercambia?
Básicamente, palabras. El tercero, religioso o estatal, pero siempre político,
legitimando la unión, proclama los efectos de ese sentimiento para la ciudad,
de manera tal que construye estado civil.
Una vez que las palabras han sido dichas, los individuos se encuentran
sujetos a una nueva relación. Biológicamente subversivas al orden político de
los varones, las mujeres han ocupado el lugar de la deuda-promesa en el
discurso jurídico-novelesco.
Desde el tópico del amor loco que se enfrenta a las normativiza-ciones del
amor cortés y su tradición en la cristalización de las pasiones; hasta las
leyendas medievales donde el marido daba de comer el corazón del amado a
su esposa adúltera; ahí donde se transgrede la ley estatal, la normativa
literaria imprime en su discurso advertencias para los varones. Advertencias
que son miedos, que son deseos. Que "su mujer" sea capaz de amar tan
locamente, tanto, que quiera devorar el corazón de su amado. Corazón
comido. Banquetes trágicos.
En la Vita Nova, escrita entre 1293 y 1294, ya muerta Beatriz, el corazón
devorado aparece en el primer soneto a ciascun' alma presa e gentil core...
".. .cuando de pronto me apareció Amor,
cuyo aspecto me horroriza recordar.
Amor me parecía alegre, y tenía en su mano
mi corazón, y en sus brazos llevaba
a mi dama, que dormía cubierta con un paño.
Después la despertó y el corazón ardiente
ella con humildad comía temerosa:
luego yo lo vi marchar llorando."
Cuando el amante dice: "veo tu corazón" le está diciendo a la amada: "veo
cómo devoras mi corazón".
En la Cuarta Jornada en el Decamerón, Bocaccio escribe "Micer Guglielmo
de Rosellón da a comer a su mujer el corazón de micer Guglielmo
Guardastagno, muerto por él y amado por ella; lo que sabiéndolo ella
después, se arroja de una alta ventana y muere, y con su amante es
sepultada". La ventana "estaba muy alta; por lo que al caer la señora, no
solamente se mató sino que se hizo pedazos". Un marido culpable de un
crimen.
La asimilación de la imagen del corazón comido a una comunión espiritual
confirma la reminiscencia eucarística del "come este pan...".
- "¿Estás condesa alegre, ha te sabido
bien, lo que tanto, perra, has deseado?
¿Es buen manjar Arpago, tu querido?"
Amar a una perra. Darle de comer el corazón de otro hombre, ese otro
hombre que ella ama por ser perra.
Ego dominus tuus
Vide cor tuum
E d'esto core ardendo
Cor tuum
Repite una brevísima ópera montada para el cine utilizando las palabras de
Dante:
"Yo soy tu dueño:
mira tu corazón,
y del corazón ardiente,
tu corazón,
Ella temerosa con humildad comía"
Dos hombres se disputan el cuerpo de una mujer. Textos que advierten;
maneras de arreglárselas con la fraternidad masculina. La prostitución como
estabilizadora del orden entre hombres. Ningún varón saldrá herido. Previa
aceptación por contrato de su condición de perra. De tal manera que, si bien
en apariencia, ese contrato sexual se sella entre él y ella; el contrato implícito
dominante es entre ellos. Ella, la perra, no es más que el objeto del acuerdo,
esa interpósita persona.
Moralidades políticas de los sexos, en ausencia de ciclo de celo el macho
se cuida de tener a la hembra bien cerca: una explicación posible. Otra, la
urgencia y la noción de límite en el propio cuerpo del varón le imprimen un
apuro consciente de que su deseo-erección pueda desvanecerse.
El pacto como el medio generador de relaciones subordinadas. El uso por
un varón del cuerpo de la mujer a cambio de dinero.
Simulacros. Apariencias. Ver lo que no es, sino el simulacro que lo
sustituye. La imagen que nos da un cuerpo que se desea -imagina- trémulo de
emoción. La pequeña muerte y la tristeza masculina por la descarga
energética liberada; o, acaso, por percibir que ella no muere nunca. Que nada
hay en ella de la detumescencia, que ella podría estar, apenas terminado el
acto, volviendo a empezar. La necesidad urgente de seres disponibles.
Hacerla desaparecer; que no le recuerde la manera que se le muere el cuerpo,
cada vez.
Los pares frui/uti, gozar/utilizar, el extraer ventajas de algo, tener el
usufructo; varían desde las connotaciones agrícolas acerca del derecho a
guardar la cosecha hasta necesitar o servirse de ella. Gozar designa una
relación de posesión; la explotación de un bien.
Fruición como tener a dios, en sentido de que se entra en participación con
él. Una presencia que es ausencia en uno mismo; el sujeto se pierde en la
cosa innombrable, cegado por el encuentro, ajeno de sí mismo. "Ya no hay
que considerarse pues sino como una cosa que debe servir únicamente al
amado, y a eso se limita la pretensión de gozar", el goce de aquel que es todo-
goce ante el horror de esa pérdida que consume todo lo propio y lo reduce a
cosa, dice Fénelon. Afirma esa doble relación sometida-sometido propia del
encuentro prostibulario.
¿Cómo podría llevarse un sujeto a la pérdida de sí y del otro en el encuadre
de una relación reglamentada como la institución de la pareja del amor
romántico? Sólo fuera de lo social, en esa zona límite que Silvia Chejter deja
entrever, ese limbo separado por una línea delgada, puede el hombre salir(se)
de su civilidad. El precio que estima pagar es el costo de no salirse tanto de la
comunidad, acordando en otro "lugar común". Lugar que garantiza esa
comunidad entre varones. A cambio, puede ser-hacer del otro una cosa,
perderse hasta no tener nombre.
La concepción extática tiende a la destrucción del amante y a su pérdida en
el amado. Aquí el trato prostituyente es metáfora del sacrificio que evita el
riesgo desesperado y martirizante de enfrentar cara a cara el desborde del
deseo. Éxtasis caracterizado por el "don gratuito", la violencia que llega a
destruir, herir. Una codicia.
La perspectiva aguda de Silvia Chejter pone foco en lo común que hace a
la congregación de hombres y a su discurso. En el decir de esos hombres y en
esos otros decires que ella transcribe apenas pasada una raya. Casi una puesta
en práctica del neologismo creado por Lacan: dieur, que juega con las letras
de dios (dieu) y de decir (dire), un decir que hace subsistir a un dios que se
encarna. El testimonio. Dar cuenta de una mujer, querer a una mujer, pagar
por una mujer que no dice "satis est", "sufficit", "es bastante" sino siempre
"más aún".
EXPERIENCIAS DE CAMPO

En este capítulo, aunque sea a breves trazos, quisiera transmitir algo de mi


propia experiencia y la de quienes participaron del grupo de investigación
que permitió contar con el material necesario para hacer este libro. Lo que
sigue son fragmentos de las notas y observaciones de campo de algunas de
las personas que integraron el equipo de investigación y una breve
introducción mía.

En primera persona
La idea de hacer un estudio sobre lo que se llama la "demanda" de sexo
pago me estuvo rondando desde hace varios años. Muchas eran las dudas
acerca de cómo abordar a los "clientes"; qué preguntarles, cómo lograr que
hablen con cierta espontaneidad, o simplemente que hablen, sin inducir sus
respuestas, dejando de lado nuestros propios preconceptos.
En 2006 y 2007 tuve a mi cargo un taller de investigación en la Facultad de
Ciencias Sociales, y propuse a quienes participaban del taller, mujeres y
varones, emprender esta aventura juntos.
Estaba convencida que sólo era cuestión de generar las mínimas
condiciones para que el discurso de los "clientes" emergiera.
En esta primera etapa, el primer desafío fue identificar y contactar a
quienes serían los entrevistados, pensar cómo abordarlos, salir al encuentro
de ese mundo que para la mayoría de los que integraron el equipo de trabajo,
y para mí misma, era desconocido. Para aquellos que participaron como
integrantes del taller de formación fue una experiencia, con desafíos en varios
niveles; para muchos era su primera experiencia de trabajo de campo, su
primera experiencia en el uso de la entrevista narrativa, y también su primer
acercamiento al tema. Para algunos, ellos mismos "clientes", fue imposible
tomar la distancia necesaria que la investigación social exige. No pudieron
hacer entrevistas ni continuar con otras actividades del taller.
Las primeras entrevistas en su mayoría cubrieron una franja etaria
relativamente joven. Eso determinó que conformara un pequeño equipo de
investigación con entrevistadoras/es más entrenados para acceder a otros
perfiles posibles.
Como mencioné anteriormente, todas las personas que participamos nos
involucramos. Cada quien a su modo. En mi caso personal persistía en la idea
que había que hacer visible a los clientes, y sentía frente al tema una
responsabilidad profesional y personal. Parte de esa responsabilidad era
"interesar" a jóvenes investigadoras e investigadores de las ciencias sociales.
Al inicio, cuando le preguntaba al equipo qué sabían de la prostitución, su
respuesta era que sabían muy poco. Es cierto que, poco después, alguna/o
decía "ah, una amiga mía vendía ropa en los prostíbulos"; "la madre de mi
novia era prostituta", "el marido de mi tía es dueño de un sauna", "debuté en
un burdel", etc. A medida que avanzábamos en el trabajo, en las discusiones,
lecturas y prácticas de investigación, se hizo evidente para todos que el
mundo prostibulario no estaba tan lejano. Que todos de una u otra manera
tuvimos contacto, convivíamos con ese mundo, que no es otro, sino nuestro
propio mundo.
En lo que a mí atañe, y en cuanto a la presentación de los resultados de la
investigación, tengo que decir que mi mayor preocupación fue evitar los
lugares comunes del discurso hegemónico y reiterar sobre lo ya dicho por los
entrevistados. En algunas de los tantos borradores escritos hace varios meses,
decía: salirse de los lugares comunes, superar el sentimiento de impotencia,
romper la indiferencia generalizada, la banalización, ir contra el lenguaje, las
formas de nombrar que sostienen el orden prostituyente, son algunas de las
tantas dificultades que hay que enfrentar cuando se aborda eso que se nombra
como prostitución. Hay que superar el desaliento frente a la reiteración y
previsibilidad de los discursos sociales, sin contar con otros obstáculos,
ideológicos, epistemológicos, y metodológicos para acceder al diálogo, al
contacto, a la lectura de lo que dicen para encontrar algún resquicio por
donde vislumbrar lo no dicho todavía, un mundo sin prostitución.
Recurrir a citas de otras autorías fue mi manera de tomar distancia,
posibilitar otras lecturas y dar mayor libertad a los lectores.
Silvia Chejter
Acercarme al tema de la prostitución era, antes que nada, romper un límite,
una barrera con un mundo que me resultaba prohibido. El mundo de la
prostitución siempre fue para mí un territorio al que no se podía tener acceso,
algo vedado por el hecho de ser mujer. Desde un primer momento hubo una
intuición asociada con lo territorial, una sensación de espacio vedado, del que
se escuchaban anécdotas e historias al pasar, pero
al cual no se podía entrar. A los prostíbulos iban los hombres. Ahora creo
que quizá esta primera sensación de territorio ajeno y primordialmente
masculino es lo que puede dar lugar a un topo-análisis de los prostíbulos
como espacios de construcción de masculinidad.
En mi diario escribí, casi al comienzo: "Entonces, pienso que investigar
sobre prostitución es también quebrar esa barrera que establece que los
únicos que saben de prostitución son los hombres porque son los únicos que
tienen derecho a ella. Es, por un lado, una inquietud ética y política, el
romper un límite que imponen las construcciones de género, pero también es
una inquietud personal de saber cómo es ese mundo".
Enseguida sobrevino la necesidad de empezar a entrevistar, de sumergirme
en el campo y debía hacerlo abriendo puertas que aún no conocía. Mi primera
entrevista es ilustrativa de esta primera etapa donde predominaban las ideas
de ajenidad y un posicionamiento sumamente externo respecto del tema. Mi
principal preocupación en aquellos momentos era encontrar una puerta a ese
mundo desconocido, un informante que seguramente era alguien muy
diferente a la gente que yo conocía.
Tuve mucha dificultad al principio para encontrar clientes de prostitución
entre mi círculo de conocidos. ¿O debería decir que la dificultad era de
preguntar o preguntar correctamente? Se me ocurría que las personas que
buscaba iban a estar solamente en los territorios que yo reconocía como
zonas de prostitución: la calle Lavalle, el Abasto, Constitución, Palermo, eran
puntos de mi cartografía imaginaria de la prostitución porteña. Así fue cómo
una tarde me dirigí con mi grabador a la calle Lavalle, segura de que estos
lugares serían los adecuados, si no los únicos, para encontrar a quien
entrevistar. De este modo logré hacer la entrevista con A., que además de
cliente tenía otras funciones y relaciones con el mundo prostibulario. Él
cumplía con todas las características que yo buscaba y esperaba, tales como:
alguien desconocido, con el que yo tenía poca o ninguna proximidad social y
con quien el contacto implicaba incluso un cierto riesgo. Ese sórdido
habitante de mi imaginaria geografía marginal sería mi puerta de acceso a un
mundo desconocido.
En las reuniones de taller pasamos largas horas reflexionando acerca de
cómo entrevistar, cuál era la información que buscábamos y cuáles serían las
preguntas adecuadas para conseguirla. "Antes de salir al campo pensé
básicamente dos cosas: que iba a preguntar por qué iba, a dónde iba,
frecuencias, prácticas y que, sobre todo, iba a hacer el ejercicio de mantener,
ante todo, un diálogo con el entrevistado más allá de que después me diera
cuenta de que había cosas que no
había preguntado. Intenté largarme a ver hasta dónde me funcionaba la
intuición y la escucha activa que tengo como persona que dialoga en la vida
cotidiana. O sea, un intento, por un lado, de restar stress al hecho de estar
haciendo una entrevista para la universidad y, por otro lado, de poner a
prueba mis competencias como sujeta que dialoga en la vida cotidiana, que
cuando dialoga a veces intenta dirigir la conversación, obtener información
sobre lo que más le interesa, captar temas latentes, etc.".
La entrevista con A. fue sumamente rica y atrajo la atención de todo el
grupo justamente porque era un caso único y bastante atípico: un hombre que
había pagado por sexo pero que también había recibido dinero a cambio de
sexo, que tenía un hijo con una prostituta y que trabajaba como volantero de
un departamento privado.
Después de la entrevista con A. pasaron dos meses hasta que hice otro
contacto. En este lapso hubo un proceso grupal en el cual todas y todos los
integrantes del grupo comentaban entrevistas que habían hecho a personas
más o menos cercanas a su círculo social: amigos de amigos, vecinos,
compañeros de trabajo y de estudio. Los clientes de prostitución empezaron a
aparecer como personas cercanas a nosotros y mis ideas acerca de la
prostitución como un mundo paralelo comenzaron a hacer agua. Fue recién
en ese momento en que comencé a hacer las preguntas correctas que me
permitieron hacer contactos con mis dos entrevistados siguientes: C. y J.,
amigos de amigos, personas que podrían integrar mis contactos cotidianos y
con quienes podría, a primera vista, tener una relación de cierta afinidad.
Esto planteó una nueva situación de comunicación en la cual la empatía y
la confianza fueron protagonistas. La proximidad social y la familiaridad
aseguraron lo que Bourdieu llama una comunicación "no violenta", que lejos
de entorpecer la entrevista o quitarle fiabilidad creo que favoreció que el
relato surgiera de una manera mucho más espontánea. Sin embargo, esta
nueva situación hizo surgir en mí otras inquietudes acerca de dónde marcar el
límite y poder hacer evidente mi incomodidad al escuchar ciertas cosas; cómo
lograr un silencio o una pregunta que marcara una distancia con mis
entrevistados; cómo cortar con el clima de empatía sin arruinar el testimonio
que estaba emergiendo. Después de entrevistar a J. escribí: "Algunas de las
cosas que me dijo J. me molestaron: su forma de describir a las mujeres, su
falso interés de escucharlas; pese a esa incomodidad mantuve
conscientemente el clima ameno y animado de conversación. Después me
arrepentí de haberlo hecho porque no sucedió sólo en un momento, muchas
de las cosas que dijo me chocaron y no quise, no me animé o no logré,
hacerle notar mi incomodidad. Ahora pienso que hubiera sido interesante ver
qué sucedía si le hubiera hecho notar que yo desaprobaba sus prácticas y su
forma de ver a las mujeres. Fue algo que quedó pendiente porque no llegué a
hacer otra entrevista, pero lo que fue claro es que en mi primera entrevista la
'lejanía' con el entrevistado posibilitó la formulación de preguntas más
incisivas y puntuales que no se parecieron a las que les hice a los otros dos
entrevistados. Con ellos el relato fue más espontáneo y menos dirigido que
creó un clima de comodidad y relajación para los entrevistados que no dejó
espacio para que emerja la incomodidad que hubiera servido como pie para
otro tipo de reflexiones". Se hacía evidente que no podía evitar juzgar las
conductas de las personas a las que entrevistaba, fantaseaba con "decirles la
verdad" o "hacer que tomen conciencia", volvía de las entrevistas llena de ira
e impotencia, desbordada por las emociones que me despertaban sus
testimonios.
Una pregunta que se hace Bourdieu en La miseria del mundo produjo un
gran impacto en mí a pesar de la simpleza de su planteo, tanto que motivó
una entrada en mi diario: "¿Es posible transmitir palabras racistas de tal
manera que quien las pronuncia se vuelva inteligible sin rendirse a sus
razones, sin darle la razón?" (Bourdieu, Pierre, 1999). Es éste en parte el
desafío de este trabajo, hacer que aparezca la voz de los clientes, dejando que
ellos mismos cuenten quiénes son, qué hacen, qué motivos los mueven, pero
sin que esto implique una justificación de sus prácticas sino todo lo contrario.
A nivel personal creo que lo más interesante fue el descubrimiento de que
no hay que ir más lejos que la propia vida para acceder al mundo de la
prostitución y también la conciencia de las dificultades y facilidades que esto
genera en la investigación. Después del encuentro con las mujeres de AMAR
escribí: "Verlas o no verlas, verlos o no verlos, es una cuestión de atención,
de dónde y cómo dirigir la mirada. ¿Elegir protegerse y ser ciega? ¿Abrir la
mirada y dejar entrar todas las imágenes como cuchillos? ¿Cómo imponer un
criterio de orden que me aleje de la ceguera sin abrumarme? El problema
termina siendo otra vez lograr manejar ajenidad y cercanía, establecer
distancias móviles en la investigación, estrategias sentimentales más o menos
conscientes, en las entrevistas, en las reuniones de la facultad, en los espacios
de militancia, en las comidas familiares y las charlas con amigos...".
Nayla Vaccareza
En un principio cuando definimos nuestro tema de investigación creí que
me iba resultar imposible localizar y entrevistar a un cliente de prostitución.
Al cabo de un tiempo, lamentablemente, dar con clientes ya no resultaba tan
problemático, ahí estaban entre amigos y conocidos, todos ellos, clientes al
menos una vez. Así que me decidí a romper con el silencio y lanzarme a
entrevistar en serio, por primera vez. El primer entrevistado fue un joven de
23 años que vive en Belgrano, Capital Federal, estudiante universitario con
quien compartimos el paso por el secundario y luego lo seguí viendo por
muchos años en un bar que nos juntábamos a tomar algunas copas antes de
salir. En ese bar, en los encuentros con amigos [...] las conversaciones
habituales de los fines de semana por la noche rondaban sobre sus
experiencias sexuales con distintas mujeres. Entre esos relatos siempre
aparecían historias de experiencias con prostitutas y en esos momentos el que
tomaba siempre la palabra era R., quien siempre fue señalado por el resto del
grupo como el que mejor conocía el mundo prostibulario. Era a él, según el
grupo de amigos, a quien había que preguntarle todo acerca de cuánto, cómo
y dónde. Siendo una espectadora y oyente de estas situaciones que se daban
los fines de semana, decidí contactarme con R. para contarle el tema que
estaba estudiando y proponerle si accedía a una entrevista. Así fue que,
después de una breve charla telefónica que no tomó muy en serio, decidimos
encontrarnos. [.]
Mi segunda y tercera entrevistas [.] fueron realizadas en una ciudad
balnearia. [.].
Un día caminando por la zona céntrica, mi novio comienza
disimuladamente a señalarme uno por uno a quienes él sabía que
frecuentaban seguido el cabaret. En el transcurso de una hora me habrá
señalado bastantes clientes a los que yo podría entrevistar. Mi ilusión de que
podría hacer allí varias entrevistas se convirtió pronto en desilusión cuando
ante el llamado de mi novio para presentarme, todos se rehusaban a darme la
entrevista por distintas razones. Al final y al borde de la desesperación de mi
parte por creer tenerlo todo y de pronto la nada, pude hablar con un conocido
del trabajo que accedió a ser mi segundo entrevistado. Luego pude hacer
otras entrevistas.
Luciana Altieri
Cuando se nos planteó hacer un trabajo de campo, concretamente, realizar
entrevistas a hombres que pagan por sexo, lo primero que pensé es dónde los
encontraría. Pensé que iba a resultar sumamente difícil encontrar a clientes, y
sobre todo con ganas de hablar. Durante 15 días me dediqué deliberadamente
a comentar sobre mi búsqueda, como al pasar, a todos los hombres con los
que me cruzaba.
Fue sorprendente y triste darme cuenta que muchos de esos familiares,
conocidos casuales, compañeros de trabajo, distintos hombres a los que tenía
acceso en diferentes ámbitos, se ofrecieron para ser entrevistados, o para
recomendarme a alguien a quien entrevistar. De manera muy natural me
recomendaban y comentaban sobre sus amigos/clientes, como algo cotidiano,
muy cercano a ellos, y a la vez fácilmente accesible para mí si lo quisiera.
Claro que, finalmente, a la hora de tener que sentarse frente al grabador,
algunos de los recomendados se arrepintieron.
Una de las primeras entrevistas fue muy particular. Estábamos sentados en
un bar, con un contacto que hice por medio de uno de mis amigos, el cliente
era un compañero de trabajo de un amigo, tenía 32 años y los dos trabajan
como repositores de supermercados y ya antes que se encendiera el grabador,
empezó a desplegar toda una serie de actitudes de macho dominante y
avasallador hacia la moza del bar. Esas actitudes me molestaron, e
indirectamente se lo hice sentir. Esto hizo que la entrevista fuera un poco
ríspida e incómoda al inicio, y más cuando, ante la primera pregunta sobre
qué pensaba de la prostitución, afirmó que de no existir, habría más
violaciones. Yo no podía creer el grado de violencia que tenía lo que
escuchaba. En ese momento tuve un gran sensación de furia, pero, con el
correr de la charla y con mucho esfuerzo, pude alejarme de mi enojo y dar
prioridad a la continuidad de la entrevista.
Independientemente del grupo social al que pertenezca el cliente, pude
descubrir tiempo después que este discurso es mucho más frecuente de lo que
creía.
260 kilómetros al oeste de la provincia de Buenos Aires, y 2 años después,
en un paseo pueblerino nocturno casual por una plaza, un hombre, abogado,
cercano a mi familia dijo exactamente lo mismo: de no existir la prostitución,
habría más violaciones.
En otra ocasión me sorprendí de cómo el cliente puede llegar a negar la
realidad compleja de la prostitución y seguir siendo cliente sin cuestionárselo,
aun conociendo las miserias que ésta conlleva. Ese entrevistado afirmó estar
consciente de que la prostituta que él frecuentaba era una mujer salvajemente
explotada por un sistema prostibulario, pero inmediatamente después tomó
un sorbo de su café y afirmó sin el más mínimo pudor que cuando iba de
putas no pensaba en eso, de lo contrario "no se motivaba".
En esa entrevista el cliente me relató la existencia en Internet de un Foro de
Discusión en el que los clientes de prostitución se comunican entre sí, y
escriben acerca de sus experiencias sobre los servicios prestados por las
distintas prostitutas. Intenté presurosamente conseguir más clientes para
entrevistar, utilizando esa vía. Sin embargo pronto me di cuenta que el no
haber utilizado un lenguaje acorde al publico que visitaba ese Foro hizo que
tuviera como únicas respuestas la desconfianza y la reprobación, como por
ejemplo: "Qué ordinario este tipo, che... ¿cómo prostitutas? Se dice 'escorts'",
o "Sí, claro. ¿no querés que te dé el teléfono de mi mujer también, y el de mi
trabajo, así me extorsionás? ¡Este pibe se cree que nosotros no miramos
TV!". Enseguida me bloquearon la posibilidad de seguir buscando clientes.
Fue así que rediseñé mi estrategia de acercamiento, adaptándola a un
lenguaje más coloquial, y pude contactarme con varios clientes interesados en
hacer las entrevistas mediante Internet y a través del Chat. Se concretaron 2
entrevistas de este tipo. Con los otros 5 contactados intenté trascender ese
medio de comunicación anónimo e impersonal, y concretar un encuentro con
ellos, lo cual resultó imposible: se negaron sistemáticamente a realizar una
entrevista cara a cara, siempre con distintas excusas.
Al principio del trabajo de campo, antes de comenzar la búsqueda de
clientes, los imaginaba como hombres marginales, parias, solitarios. Pero más
bien era todo lo contrario: los clientes estaban al lado, en frente, alrededor
mío, mucho más cercanos de lo que creía. En cada entrevista que realizaba
descubría cuán cercano, naturalizado y cotidiano era ese horizonte que yo
creía difícil de acceder. Sólo un largo proceso cultural de invisibilización de
los clientes, y al mismo tiempo una sobrevisibilidad de las prostitutas, me
había impedido ver que amigos, primos, padre, tíos, compañeros de trabajo,
conocidos, etc., etc., eran clientes.
Bernardo Rotelli
Mi salida a campo quizás fue un poco distinta a las de los compañeros, ya
que mis entrevistados eran nada más y nada menos que personas que
pertenecen a mi círculo más cercano, personas con las cuales he compartido y
comparto infinidad de momentos en mi vida.
La indagación iba a radicar en cuestiones que dentro de un grupo de
personas siempre fue hablado en tono de sorna y sin demasiadas
especificaciones o problematización de dichas situaciones. En la misma
aparecen guiños, códigos y referencias a situaciones de las cuales en parte yo
estaba enterado (este "en parte" no es una forma de desresponsabilización de
mi parte, sino que en los relatos individuales aparecen cuestiones que en las
charlas grupales no surgían).
Lo que quise indagar son algunos momentos que no son compartidos, algo
que nos diferencia, algo en lo cual no estamos de acuerdo, y desde ese lugar
es que emprendí estas entrevistas. Antes de entrevistar a estas personas lo que
se me ocurrió pensar fue qué tan distinto soy yo con respecto a ellos, qué es
lo que a ellos les permite hacer determinadas cosas y a mí no, qué tan
distintos somos o qué tan iguales, qué tan otros son esos objetos de estudio a
los cuales indagamos, cuán diferentes son de mí estas personas que pagan o
pagaron por sexo y que accedieron a ser entrevistados.
Por mi parte, antes de empezar a trabajar este tema, no tenía una opinión
claramente formada acerca de la prostitución, creo que hasta me parecía
coherente que las mujeres prostituidas quisieran sindicalizarse para lograr
mejores condiciones "laborales" en su "oficio". La sensación que me
generaba este tema radicaba en una especie de pena o aflicción para con las
personas que se veían forzadas a realizar esta tarea, pero no pasaba de decir
"qué barbaridad" frente a algún informe periodístico en algún medio.
Algo que sí tenía claro antes de empezar con el trabajo de campo es que la
mayor parte de los hombres pagan o pagaron por sexo y no lo ven como algo
desagradable o denostable (y creo que aun los que no lo hacen ni lo hicieron
tampoco), y que esto es algo que está ampliamente difundido y naturalizado.
Es algo de lo que se habla (entre hombres generalmente) y con lo que se
bromea todo el tiempo. Sí observaba en las respuestas que se denostaban
situaciones como el rapto, situaciones de violencia extrema y en algunos
casos la situación de explotación económica que se realiza, mas nadie
condena la explotación sexual del cuerpo por parte del cliente. El cliente
aparece invisibilizado -en la mayoría de las entrevistas-, incuestionado como
factor clave que permite la existencia de la explotación sexual de los cuerpos
de las mujeres; más aún, su deseo aparece naturalizado y justificando sus
acciones y la "necesidad" de que ellas existan, de que exista "el servicio" que
ellas brindan.
El hecho de compartir momentos, situaciones, lugares y determinada
cosmovisión con mis entrevistados, sumado a lo que siempre pensé y sentí
acerca de lo que representa la situación de prostitución para una mujer, me
hizo pensar lo siguiente: ¿qué tan distinto soy yo a las personas que
entrevisté? ¿Qué es lo que me diferencia de ellos? ¿Qué es lo que llevó a mis
entrevistados a pagar por sexo, y a mí no? ¿Cuál es la sutil diferencia que nos
hace tomar una u otra decisión? Aun más, yo me preguntaría: ¿fue una
decisión la que tomé de no pagar por sexo o fue algo azaroso?
Las personas a las que entrevisté, algunos, son amigos con los cuales
compartimos ámbitos de socialización, lugares de encuentro y seguramente
historias de vida muy similares. Familias progres, colegios medio pelo y
similar capital simbólico. No creo que ellos piensen distinto a lo que yo
pensaba antes de iniciar esta experiencia; es más, por parte de lo que
expresaron en las entrevistas que les realicé esto puede constatarse.
Intento buscar en mi historia las razones por las cuales elegí y elijo no
pagar por sexo y lo primero que se me ocurre es remontarme a los discursos
acerca de la sexualidad en mi casa. Mi mamá (sobre todo ella) siempre tuvo
un discurso acerca del respeto con el propio cuerpo y con el del otro, un
discurso acerca de la sexualidad a través del amor y del deseo compartido y
quizá esos dichos se hayan hecho carne en mí e hicieron que tomara
determinadas decisiones acerca de qué hacer o qué no hacer en torno al deseo
y al sexo. Igualmente me pregunto si esto fue suficiente para tomar dichas
decisiones, ya que seguramente (digo seguramente porque no lo he indagado)
mis entrevistados vivieron situaciones parecidas en su infancia ya que, como
dije, venimos de entornos similares. En todo caso esta explicación me parece
un tanto individualista y psicologista (no sé si estaría mal que así lo fuera), ya
que algo que está tan difundido, a mi entender, debiera tener causas un poco
más macro, un poco más socio-culturales, que no se agotarían solamente en
la relación intrafamiliar y los discursos que internamente la circundan.
En el momento de realizar las entrevistas se generó un clima de
complicidad difícil de explicar, lo cual permitió la reflexión de los
entrevistados a partir de no sentirse juzgados. Esto no lo hice a propósito,
sino que fue una situación que se dio de esa manera, espontáneamente. Lo
que intento expresar es que no medió una reflexión sesuda a través de la cual
me inventé un personaje comprensivo para sacarles información a los
entrevistados o para generar una situación de complicidad con los mismos; la
situación se dio así. Hablé su idioma, me reí de sus chistes y no juzgué sus
actos (por lo menos no en primera instancia). Más allá de ser diálogos
distendidos, las entrevistas fueron momentos (algunos por lo menos) de
profunda reflexión por parte de los entrevistados. Algunos se sintieron más
interpelados que otros pero todos contestaron intentando despegarse de la
situación que los llevaba a mostrarse como sujetos que decidieron pagar por
sexo con argumentos que remiten a situaciones grupales en las cuales la
"culpabilidad", si es que así puede llamarse, se difumina en el grupo como
una especie de correlato de Fuenteovejuna.
Juan Ignacio Mota
Admito que no fue fácil. Antes que nada, romper con la rutina académica.
El tema a tratar fue un golpe, fue un balde de agua fría, una cachetada entre
pilas y pilas de apuntes y teorías completamente lejanas a la cotidianeidad.
Incluso fue mucho más allá de aquellas teorías que pretenden dar cuenta de la
vida cotidiana: el tema era de una cotidianei-dad velada, una cotidianeidad
escondida tras representaciones sociales y naturalizaciones, enmascarada
entre discursos aceptados en el habla del día a día -aunque el sentido común
insista en que de eso sólo se habla de noche.
¿Cómo abordar el tema de la prostitución? ¿Cómo aproximarse si no es
desde un discurso cristalizado por la propia experiencia, que en ese primer
momento aparecía como excesivamente lejana? Nuevamente: admito que no
fue fácil.
Los textos trabajados a lo largo de la experiencia del taller permitieron
acomodar un poco las ideas difusas. Permitieron reinterpretar el caos, propio
de cualquier relación humana, en una relación particular y específica de
dominación dentro de una sociedad organizada de acuerdo a determinados
patrones de sexo-género. Palabras duras, firmes, conceptuales: teoría.
Fue esa teoría la que nos permitió salir a campo. Los manuales de
metodología de investigación intentan imponer una cierta distancia. Las
reglas de la sociología nos hablan de ello, el sentido común disciplinario nos
interpela acerca de la frialdad del investigador. Frialdad difícil de mantener
cuando nos encontrábamos cara a cara con un cliente: un cliente que podía
ser cualquiera. Porque así como una mujer prostituida es madre, hermana,
hija, prima, amiga; un prostituyente es padre, hermano, hijo, primo, amigo. Y
tantas otras cosas.
Las entrevistas, junto a las lecturas y las discusiones entre compañeras y
compañeros nos enfrentaron a otro lenguaje, nos demostró que las palabras,
sobre todo las que se refieren a las experiencias más íntimas, son muchas
veces tan polisémicas que es posible decir lo mismo de infinitas maneras, y
con diferentes resonancias. Porque para cada uno y cada una hablar sobre
prostitución implicaba algo diferente. De este lado preguntar, del otro
contestar, y en el medio personas, que muchas veces eran diluidas de la
conversación. Quizá lo más difícil fue esa arista: el intento de no olvidar que
las palabras refieren a personas que viven, sienten, aman y sufren igual que
nosotros.
Daniela Ruiz
Cuando se planteó la idea de hacer entrevistas a clientes de prostitución me
sentí bastante desconcertada, ya que no tenía idea de cómo contactarlos.
Luego, con el paso del tiempo, lamentablemente me di cuenta que era más
accesible de lo que imaginaba. Mi primera entrevista la hice a un amigo. La
posibilidad de entrevistar se dio gracias a que le comenté a mi hermano lo
que estaba haciendo y me dijo que varios de sus compañeros de trabajo
contaban sus experiencias en la oficina y que les podía preguntar. Al día
siguiente me dijo que dos de ellos estaban dispuestos a ser entrevistados.
Romina Catania
Acceder a las entrevistas fue tal vez más simple de lo que imaginaba en
virtud del tema de investigación, pero también es cierto que cuando
anticipaba el objetivo del trabajo, al principio algunos potenciales
entrevistados se asombraban. Hallar clientes dispuestos a relatar su
experiencia resultó tal vez más sencillo que organizar esa interacción en la
que se juegan emociones diferentes del lado del entrevistador/a y el
entrevistado. Mi intención era no ocultar mi punto de vista respecto de la
explotación sexual sino que el mismo me guiara en la selección e
identificación de los argumentos del entrevistado, tanto para retomar un tema
junto con el entrevistado como para reservarme comentarios.
Para hallar clientes sugerí en reuniones de amigos y gente conocida que me
interesaba el tema y quería hacer entrevistas; algunos se propusieron a sí
mismos como entrevistados; a otros tuve que asegurarles el anonimato de su
testimonio para que accedieran. Así, la conformidad de los clientes a dar su
testimonio no constituyó una dificultad en sí misma, sino tal vez que en los
testimonios brindados por ellos se conjugan experiencias, relatos, opiniones,
dimensiones de la explotación sexual insertas en sus propias historias de vida,
imágenes sueltas, etc. Algunas entrevistas fueron hechas a conocidos directos
y otras por contacto. Sólo una de las entrevistas fue hecha a un desconocido,
a quien entrevisté en la facultad luego de escucharlo hablar (en la cola para
inscribirnos en las materias del cuatrimestre) con unos amigos sobre los
turnos de un sauna de la zona.
Leila Vecslir
El tema de la prostitución apareció en mi vida durante la adolescencia. El
tema que se hacía recurrente entre mis amigos era el sexo, por cuestión de
hormonas o por imperativo social; el asunto es que de lo único que se
conversaba era de la posibilidad del inicio sexual. Por eso, de muy chica y sin
tener claridad, fui adentrándome al mundo de la prostitución, el cual
descubría a través de mis amigos. Frases tales como "vamos al puti"
formaron parte de mi crecimiento y formación como mujer. Cuando comencé
a cursar el taller, aunque no tenía información teórica sobre el tema de la
prostitución, sí tenía, además de mi sentido común, todo el conocimiento que
me habían dejado años de amistad con hombres. Tal vez por esa razón no ma
causó ningún asombro el grado de naturalización del discurso de los
hombres. La primera de mis entrevistas se la hice a uno de dos amigos con
los que seguí en contacto luego de terminar el secundario. La entrevista fue
una charla como la de tantas otras tardes, en las que hablábamos de diferentes
temas, pero esta vez con un grabador por medio. Otra de las entrevistas fue
realizada de pura casualidad. Se trata de X., que trabaja en una fábrica a la
vuelta de mi casa y por las noches hacer horas extras como sereno. Tiene 66
años y lo conozco desde chica. Siempre paso por la vereda de la fábrica,
algunos de los trabajadores almuerzan en la vereda, y X., cuando paso me
pregunta qué estudio, me pide que le explique qué hace un sociólogo. En uno
de los tantos mediodías le comenté que estaba haciendo un taller sobre
feminismo, y me preguntó de qué se trataba y le comenté. Al principio
pareció asombrado que en la facultad traten temas como el de la prostitución,
pero hablando un poco más y poniéndose a la defensiva me dijo que él tenía
experiencias y le pregunté si podía contarme algunas y sin pensarlo me dijo
que sí. Y empezó a hablar. Lo paré y le dije que mejor arreglábamos un día y
un horario para hacerle la entrevista. Me preguntó qué entrevista y yo le
expliqué, y casi resignado me dijo -y sin mucho entusiasmo- que lo iba a
pensar. Le pregunté cuál era el problema y me expresó sus inquietudes, qué
como iba a quedar frente a mí, que me conocía de chica, que la esposa no
sabía y que no quería que se enterara. Atiné a decirle que me iba a ayudar
mucho si accedía, que la entrevista era anónima, que quedaba entre nosotros
dos y que nadie sabría, que lo que me interesaba era la experiencia que podía
aportar. Me dijo que lo iba a pensar y que no creyera que él hacía cosas raras.
Después de un par de encuentros fallidos -no nos poníamos de acuerdo con el
día-, de algunos desencuentros, lo volví a a parar, le expliqué nuevamente el
anonimato de la entrevista, y finalmente quedamos para un día. A los dos se
nos hizo difícil comunicarnos. X. nunca se relajó. Lo sentí incómodo y
apenado. En esas circunstancias lo identifiqué con mi papá, por la edad de
ambos.
Todo lo que contaba lo hacía en forma muy segura, pero en algunos
momentos me pareció que me pedía perdón, a lo largo de la entrevista.
Intenté no tener un mínimo gesto moralista o juzgador para con él. Pero
inevitablamente siento que él percibió algún cambio, antes para mí él era un
conocido más. Ahora sus palabras rondaban mi cabeza y fue casi imposible
no relacionarlo a él con mi papá, lo cual me causó mucha tristeza.
Salomé Wolosky
La prostitución estaba allí. En algunos de mis afectos, en el club al que
alguna vez concurrí, en las calles, los departamentos y las casas del barrio en
el que vivo, en los postes de esas calles, en mis vecinas y vecinos, en mis
compañeros del secundario. Sin embargo, no lo veía ni lo pensaba.
Seguramente lo condenaba en esas situaciones en que surgía la ocasión. Pero,
¿qué quiere decir condenar? ¿Decir que está mal, que no estoy de acuerdo
con eso? ¿Preguntar por los motivos? Yo diría, asumirlo como algo más. Una
de esas cosas que existen y existirán, que la misma forma que utilizamos para
nombrarlas nos remite a su lejanía. ¿De qué hablamos cuando hablamos de
prostitución?
La cuestión es que allí estaba y comenzar a pensarlo no fue fácil, implicó
hacerse cargo de una convivencia de años, de cierta complicidad.
Instintivamente, como dirían posteriormente los clientes, las primeras
personas vinculadas "directamente" al tema en las que pensé al momento de
comenzar a entrevistar, fueron algunos de mis conocidos del barrio. Cuando
les comenté de qué se trataba la investigación sus primeras palabras fueron:
"Uh, acá tenés para hacer una tesis". La primera entrevista fue con quien
desde un comienzo habló del tema con menor pudor. Su apertura al momento
de contarme sus experiencias me asombró, pero no llegué a darme cuenta de
esto hasta el momento de la desgrabación. La presencia de su esposa a su
lado al momento de la entrevista me ayudó a comenzar a pensar una de las
formas en que la sociedad se relaciona con el tema, la convivencia. Su forma
de reaccionar cuando la conversación ganaba en profundidad fue alejarse del
puesto de diarios en el que nos encontrábamos y entablar una conversación
con otra persona que se encontraba en las cercanías. La segunda entrevista
con este mismo entrevistado tuvo otras características, su esposa ya no se
encontraba a su lado y sus respuestas cobraron otro carácter.
Luego llegó la entrevista a los jóvenes del club Agronomía. Escuchar a
gente de mi edad hablando del tema, especialmente en la forma en que lo
hicieron, la crudeza de sus afirmaciones, me llevó a enfrentarme con mi
propia convivencia con el tema de un modo inesperado. Esta diferencia entre
una entrevista y otra, o unos entrevistados y otros, se encuentra vinculada a
que siempre había asociado a mi primer entrevistado con el tema que nos
convocaba; éste siempre había formado parte de su personalidad, de su "ser
hombre" en el ámbito público. Los jóvenes del club, en cambio, nunca habían
estado asociados a la prostitución, al menos para mí.
Esta primera etapa de entrevistas implicó un cierto grado de complicidad
con los clientes, un juego en el cual ellos sabían que finalmente serían
condenados pero que por el momento no se enterarían, mi interés se centraba
en "saber" casi por curiosidad y en cuanto se deslizaba alguna posibilidad de
cuestionamiento los acompañaba en su condena a las mafias y a los
traficantes como verdaderos y únicos culpables. La complicidad parecía ser la
condición para que hablaran. Una "complicidad" o "distancia" difícil de
sostener. Hubieron momentos en que la necesidad de realizar ciertos
cuestionamientos fue más fuerte, sobre todo hacia el final de las entrevistas;
entonces no pude evitar hacer ciertas preguntas pero rápidamente me daba
cuenta del terreno en el que me metía y aceptaba sus vagas y
autocomplacientes respuestas sin profundizar.
El contacto con N. (uno de los entrevistados) surgió "de casualidad". La
dificultad de encontrar entrevistados con ciertas características específicas
convirtió la situación en un tema de charla con gente con la cual nunca antes
había tratado el tema en profundidad, o a quienes por diversos motivos había
negado como posibles fuentes de contacto. Así fue como se lo comenté a mi
familia, y fue obviamente mi padre quien casi inmediatamente se ofreció a
contactarme con uno de sus mejores amigos. He aquí la negación: si el tema
ya guarda siempre complejidad, la situación de tener que entrevistar a alguien
que me conoce desde que nací no resulta en absoluto cómoda ni sencilla. Si
bien no se trata de alguien a quien yo suela frecuentar (es más, calculamos
que hacía diez años que no nos veíamos), indudablemente nos une un vínculo
afectivo relacionado a su amistad con mi padre y con mi tío N.; sin embargo,
resultó ser muy accesible. Comenzamos hablando de nuestras familias, de
dónde vivíamos y de mi tío; todos temas propuestos por él en una suerte de
"pre-calentamiento" para lo que se venía después; mi sensación fue que
intentaba "humanizar" la situación, sentirse cómodo, demostrar(se) que nos
unía algún tipo de vínculo afectivo. Una vez "agotados" estos temas, le
comenté brevemente acerca de aquello que estamos intentando investigar. La
conversación se dio en un clima amable y relajado, no exenta, sin embargo,
de momentos de tensión y "enojo". Hacia el final de la entrevista (que duró 1
hora y media)
N. comenzó a mirar su reloj, en señal de que debía volver a su lugar de
trabajo. La entrevista comienza con unos breves intercambios acerca de
aquello que mi padre le comentó acerca de los motivos de la entrevista.
Verónica Hendel
Observaciones en un club de barrio, donde se realizaron
entrevistas individuales grupales.

A fines de 2006 y a medida que avanzábamos en la realización de entrevistas,


profundizábamos las lecturas y la discusión grupal surgió la necesidad de
darle un giro a nuestra investigación.[2] Las lecturas y el contacto con el
campo nos fueron orientando a considerar la importancia de los fenómenos
del habla en contextos cotidianos y no en situaciones artificiales de
elicitación lingüística, así como también la necesidad de incorporar otras
dimensiones de la comunicación y de la acción que involucren a los sujetos
en interacción con sus pares, la gestualidad, los cuerpos en movimiento, los
usos del espacio, etc.
Nuestro propósito fue señalar el rol de ciertos espacios de socialización
masculina en la construcción de un orden y un mundo varonil que posibilita
la emergencia de ciertas identificaciones genéricas masculinas que suelen
tener a la prostitución como parte del repertorio de relaciones posibles entre
hombres y mujeres. A través de la información recogida por medio de las
entrevistas habíamos observado que ciertos espacios eran privilegiados a la
hora del aprendizaje y la repetición de saberes que van colaborando en la
emergencia de un actuar, un sentir y un pensar común asociados con estas
formas de masculinidad. El club de barrio como espacio habitado
cotidianamente se había revelado como uno de estos lugares privilegiados de
socialización, transmisión de saberes y experiencias.
El Club de Agronomía Central (CAC) fue el lugar elegido porque una de
nosotras ya había realizado allí algunas entrevistas en las que pudimos ver
cómo se articulaban las identificaciones genéricas masculinas, lo territorial
(el barrio de Agronomía) y lo generacional (la barra de jóvenes). En nuestro
trabajo con los jóvenes en el CAC invocamos el otro espacio significante que
consideramos clave en la elaboración de estas identificaciones masculinas, el
prostíbulo. Queríamos indagar acerca de la importancia de estos dos espacios
para dar cuenta de cómo ciertos habitus de género y convenciones con
respecto a lo masculino son cor-poreizadas y actuadas.
La observación con participación sumada a las entrevistas aportó una
forma mucho más apropiada para comprender las relaciones entre formas,
contextos y significados desplegados en ese espacio, nos permitió registrar y
hacer significantes dimensiones kinésicas, proxémicas, auditivas, visuales y
gestuales de esa masculinidad que se construye al mismo tiempo que se pone
en escena en el ámbito del club.

Observación con participación 1


Fecha: 27 de diciembre de 2006.
Lugar: bar del Club Agronomía (ubicado en Bauness 958)
Llegamos al Club Agronomía a las 18.30 horas, aproximadamente. El
hecho de llegar cada uno por su lado hizo que esperáramos a estar los tres
para ingresar. Una vez adentro del bar del Club (ubicado a la izquierda de la
entrada) observamos que D. (el mozo que habíamos entrevistado unos días
antes) no se encontraba. Al entrar, las miradas se dirigieron hacia nosotros,
dando cuenta de nuestro carácter de "desconocidos" para aquellos que suelen
frecuentar el espacio. Optamos por sentarnos en una mesa cercana a la puerta
de entrada al bar, bajo un ventilador de techo (dado que se trataba de un día
muy caluroso). El bar del club tiene alrededor de unas 15 mesas dobles y
varias ventanas de gran tamaño, dos de las cuales dan a la calle y otra a un
gimnasio interior. También linda con una suerte de pequeña habitación en la
cual hay unos 6 videojuegos que parecerían ser de la década del 80. En el bar
hay una barra; en esa ocasión un joven de unos 20 años estaba atendiendo,
más otra persona detrás de la barra.
En el sector de mesas cercano a las ventanas había dos grupos de hombres.
Uno de ellos, ubicado en la esquina, estaba compuesto por hombres de
alrededor de 60 o70 años, quienes jugaban a las cartas. Al lado de ellos, había
un grupo de jóvenes jugando, primero, al burako y, luego, al truco. Dicho
grupo hablaba en un tono de voz bastante elevado y, por momentos, se
cantaban canciones entre ellos (referentes a lo que sucedía en el juego) con
un ritmo similar al de las canciones que se cantan en la cancha. En una mesa
cercana a la barra pero del lado opuesto al de las ventanas, había un hombre
de unos 50 años de edad, sentado solo, tomando cerveza.
Antes de retirarnos, luego de aproximadamente una hora y media, le
preguntamos al mozo por D. y nos comentó que no se encontraba porque era
el día de su cumpleaños (número 67). Nos dijo que cualquier otro día
podríamos encontrarlo y ponernos en contacto con él.

Observación con participación 2


Fecha: 23 de febrero de 2007
Lugar: Bar del Club Agronomía (ubicado en Bauness 958) Esquema de
distribución de los parroquianos al momento de llegar.
Mesa 1: Una mujer joven comparte un sándwich con una niña de 4 o 5
años de edad que parece ser su hija. Mesa 2: Dos señoras de alrededor de
50 años comparten agua mineral y charlan.
Mesa 3: Un grupo de 6 hombres maduros, de alrededor de 60 años, juegan
a las cartas. Charlan poco entre ellos y puede observarse un estado de
concentración general en el juego.
Mesa 6: Cuatro varones jóvenes, de alrededor de 20 años, juegan
animadamente al truco. Hacen bromas y a gritos ordenan comida al mozo, D.,
que los atiende pacientemente. Se escucha: "¡Aceitunas, Cholo ...y queso!
¡Aceitunas y palitos!". Hay dos varones más en la mesa. Uno está más
cercano al juego y hace chistes con los jugadores; el sexto permanece parado
y observa alternativamente el juego de esta mesa y el de la mesa 3.
Mesa 7: Aquí estoy yo tomando un café chico y tomando notas en mi
agenda. Siento un poco de incomodidad cada vez que entro al club y me
siento observada, ajena. Sin embargo, esta vez percibo que algunos de los
varones de la mesa 9, sobre todo L., me reconocen pero casi no responden a
mi tímido saludo. D., el mozo, en cambio, se acerca enseguida, me saluda con
un beso, me pregunta por V. y me invita a sentarme. Dirijo toda mi atención
hacia la mesa 9 con la intención de conseguir una entrevista.
Mesa 9: Es claramente la mesa más concurrida y la más ruidosa.
Aparentemente juegan al truco mientras toman cerveza y se hacen bromas.
Son 8 varones jóvenes, todos menores de 30 años. Hay dos o tres que llevan
la voz cantante, uno de ellos es L., el muchacho que nos habían señalado
como posible interlocutor clave. Cuando todavía estoy escribiendo esto, y yo
diría casi adrede, el partido de truco termina abruptamente y los 8 muchachos
se retiran rápidamente del lugar a los gritos. Me miran de reojo, L. saluda
tímidamente y salen a la vereda.
Unos minutos después entra V., que me esperaba afuera, me pregunta si lo
vi a L., si hablé con ellos, si me saludaron. Decidimos ir afuera a pedirles una
entrevista. Es curioso cómo los pequeños grupos que charlan se disuelven o
se cierran cuando nos queremos acercar. Algunos se suben rápidamente a una
moto y se van pero regresan a los pocos minutos. Hay un poco de
incomodidad en el ambiente, siento que saben qué es lo que buscamos y
todos intentan escapar, incluso L., que nos había prometido una entrevista. Al
cabo de unos minutos podemos establecer comunicación y explicar a qué
venimos; nos preguntan con insistencia para qué o para quiénes es el trabajo.
Se multiplican los comentarios y las risas, unos y otros se presionan para
hablar, incluso comienzan a comentar experiencias propias o ajenas a modo
de broma o humillación ("Dale, contales del 79, vos vas con travestis";
"Contáles vos, que vas siempre") pero ninguno quiere separarse del grupo
para hablar. Todos parecen dispuestos a hablar siempre que sea en grupo y en
tono de broma. Algunos se van, otros se acercan y escuchan desde lejos.
Finalmente uno de ellos responde al desafío propuesto y consiente en
separarse del grupo para una entrevista. Los otros varones mantienen una
distancia prudencial pero se nota que están prestando atención y escuchando,
hasta parecen querer acotar. Esto pasó en todas las entrevistas que hicimos
este día y tuvimos que estar poniéndole freno constantemente a las
intromisiones y al afán por escuchar lo que se estaba hablando.

Informe de entrevista
Entrevistado: C., 16 años.
Fecha: 23 de febrero de 2007
Lugar: En la vereda del Club Agronomía.
Las risas eran cada vez más incómodas, llaman a un muchachito delgado
que estaba sentado en la vereda de enfrente con otro grupito, visiblemente
más joven que ellos y más tímido. Comienzan a hacer chistes sobre sus
visitas a los prostíbulos, sobre sus gustos sexuales y sus experiencias. El
chico se defiende como puede, también hace chistes sobre los otros pero en
su actitud corporal se nota que está intimidado por el grupo de jóvenes
mayores. El grupo lo presiona para que sea él quien nos conceda la entrevista.
La sensación es que lo entregarán para salir de esta situación incómoda.
Invitamos al muchachito a sentarse en un lugar apartado del grupo, le
decimos que se relaje, que no vamos a contarle a nadie lo que él nos diga, que
puede contarnos hasta dónde él quiera y que se tome esto como una charla
más con un amigo. Los muchachos no quitan la atención de nosotros, están
cerca, quieren intervenir, quieren escuchar. Luego de unos minutos de
insistencia no logramos que se alejen pero sí que se dispersen y dejen de
prestarnos atención.
El muchachito es visiblemente tímido, se sienta con los codos apoyados en
las rodillas flexionadas y se sostiene la cabeza con las manos que le tapan la
cara. Escuchamos con dificultad sus palabras y no logramos mantener el
contacto visual más que por algunos momentos; al principio mira a los otros
muchachos del grupo y se ríe, está visiblemente incómodo. Durante la
entrevista mira casi todo el tiempo al piso, habla poco y entrecortado. Sólo
sabemos que tiene 16 años porque no nos dice su nombre.
Empezamos preguntándole cuándo había sido su primera vez, sin aclarar si
nos referíamos a la primera vez que visitó una prostituta o la primera vez que
tuvo relaciones sexuales. Nos responde que había sido hacía tres años con su
novia pero cuando repreguntamos nos dice que había debutado con una
prostituta hacía un mes. Ante la contradicción, aclara: "Estuve otras veces
con otras chicas más grandes, pero no tanto". Y de esta frase surge
naturalmente una doble lectura: no sabemos si se refiere a otras chicas no tan
grandes o si no había estado tanto con esas otras chicas.
Sobre la visita al prostíbulo nos cuenta que lo llevó un amigo de Isidro
Casanova, más grande que él. Le pedimos que describa el lugar pero no
logramos un discurso fluido, ante cada pregunta se tapa la cara con las manos
y dice algo así como "Entrabas y las minas estaban ahí para elegir... unas
paradas, otras sentadas". Nos cuenta que eligió a la mujer "por el cuerpo".
Durante toda la entrevista repite y recalca que "la mina era más grande", al
tiempo que mantiene una actitud corporal retraída, casi al punto de poner la
cabeza entre las rodillas. Cada vez que dice que "la mina era más grande" él
se hace más chico corporalmente. La edad, la presencia corporal, la seguridad
por el conocimiento de los códigos y el control de la relación hacen aparecer
a la mujer como un gigante en el discurso del chico, que también repite "no
es que me dio miedo".
Nos dice que no les contó la experiencia a sus amigos del club y recalca
que es el más chico de la barra. La preocupación acerca de su tamaño en
comparación con el de la prostituta y de sus pares del club es recurrente, en
términos absolutos ("soy el más chico") o en términos relativos ("soy más
chico que.") la pequeñez es una de las formas de definirse. Sin embargo,
cuando lo presionaron para que nos concediera la entrevista era evidente que
los muchachos sabían que él había visitado prostíbulos al menos una vez.
En ningún momento de la entrevista nos habló de placer de ninguna índole,
sea visual, corporal, o cualquier otro. Tampoco hablaba de los prostíbulos,
como es más o menos habitual, con algún grado de fascinación por la escena
desconocida.
Dice que pasó a una habitación diferente a la de su amigo que pagó por la
salida con la prostituta. Así entendemos por qué ante la pregunta "¿pagaste
por sexo alguna vez?" responde insistentemente que no. Claro, él no había
pagado nunca por sexo, había sido invitado, no era su dinero el que había
pagado por esa mujer sino el dinero del amigo.
La entrevista no es rica en información al nivel del discurso hablado pero sí
a nivel gestual. No logramos establecer un diálogo fluido en ningún
momento, las repreguntas hacían que se retrajera más y siempre respondió
con frases cortas pero el discurso corporal hizo que ambas quedáramos
conmovidas por la sensación de miedo, vulnerabilidad y timidez que nos
transmitió.
Verónica Hendel y Nayla Vaccareza
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Esta obra se terminó de imprimir en los talleres gráficos de Mac Tomas,
Murguiondo 2160, Ciudad de Buenos Aires, Argentina. En el mes de febrero
de 2011. Tirada 1000 ejemplares.
Notas

[1]1. El 1 de enero de 1999 Suecia sancionó una Ley que prohíbe la compra
de servicios sexuales, como parte de una estrategia para poner fin a la
prostitución y la trata de personas. Toda persona que pague por tener
relaciones sexuales es sancionada con una multa o prisión de 6 meses. La ley
es uno de los primeros intentos de una política de Estado que encara las
raíces de la prostitución y de la trata de personas, es decir, la demanda de los
hombres que sostienen el derecho de comprar mujeres con fines de
prostituirlas. Esta ley es un punto de inflexión de los esfuerzos de Suecia por
crear una sociedad democrática, con igualdad de género como principio, en el
cual mujeres y niñas pueden vivir sus vidas libres de toda forma de violencia
masculina. La ley se combina con medidas preventivas de educación pública
y campañas de concientización y asistencia a las víctimas; se complementa
con otras medidas que establecen una política de tolerancia cero para la
prostitución y la trata de seres humanos. La amenaza de castigo disminuye el
número de prostituyentes y en consecuencia el mercado deja de ser tan
lucrativo. Los traficantes buscan otros destinos más rentables (Ekberg,
Gunilla, 2004, p. 1).
[2]1. Resultados preliminares de esta investigación fueron presentados en las

VII Jornadas de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, 5 al 9 de


noviembre de 2007. "Alguna que otra vez. Prácticas prostituyentes y
subjetividad masculina en la barra del Club Agronomía Central".

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