Sei sulla pagina 1di 1

En la etimología hispánica hay un antes y un después de la obra de Coromines, ya que dotó a los

romanistas y sobre todo a los hispanistas de una completa herramienta de trabajo que antes no
existía (11) . Ésta fue fundamental no sólo por el salto científico cualitativo y cuantitativo en los
estudios etimológicos sobre el castellano, sino que además lo fue para otras lenguas como el
aragonés, el catalán, el leonés, el gallego-portugués y el occitano, demostrando además la
influencia de éstas sobre el castellano y entre si, influencia que hasta la aparición del DECH había
sido poco estudiada. Aunque autores como Malkiel o Frago critiquen el exceso –a veces cierto- de
occitanismos y catalanismos, no hay duda de que Coromines demuestra la influencia mayor de lo
que se pensaba hasta el momento de éstas y otras lenguas en el castellano. La influencia del árabe
y del vasco es también materia de estudio privilegiado en el DECH. En relación con el primero
Corriente, el reconocido arabista, pone de manifiesto que Coromines “hizo enormes progresos
sobre la situación en que la cuestión había sido dejada por el arabismo español y hasta
internacional y que, gracias a su preparación lingüística y su metodología depurada, nos legó el
primer elenco total de arabismos del castellano que merece confianza en un altísimo porcentaje
de casos”. El caso del vasco como lengua de partida también merece la atención de Coromines.

Nous voudrions insister, à l'occasion de cette nouvelle publication, sur un problème auquel M.
Corominas ne semble pas vouloir attacher une trop grande importance, mais qui cependant
joue un rôle déterminant dans la connaissance lexicale d'une langue : celui de la datation.
Il faut dire très nettement que rien n'est fait, ou presque, concernant la datation des mots de
l'ancien espagnol. Le dépouillement que nous poursuivons en ce moment des textes non
littéraires — bien plus révélateurs que les ouvrages classiques 1 — permet de dégager
certaines remarques d'intérêt, croyons-nous.
a) Les hapax verront leur nombre diminuer sensiblement. Exemple, s. v. dorso, attesté chez le
Navarrais Moret en 1684, on lit : « No lo hallo en otras fuentes aragonesas antiguas ni
modernas. ».I1 existe, en 1391, dans un document de Tarazona. Ou encore, s. v. formidable :
« Formidar, ant. [Acad. ya 1843], latinismo muy raro... » En 1415, ce verbe se trouve dans un
texte de Valencia (cf. injra).
b) II est toujours dangereux de tirer des conclusions de la date d'apparition de mots voisins
pour en conclure à un sens de l'emprunt. S. v. alcaiceria, on lit : « 1.a doc. : alcaceria, doc.
arag. de 1229 (Du C.) ; alcaiceria, 1571-75, Hurtado de Mendoza. » D'où le raisonnement
suivant de M. Corominas : « Es notable que la forma con diptongo alcaiceria... no aparezca
hasta fines del s. xvi, mientras que alcaceria figura todavía en el xv en González de Clavijo :
evidentemente el vocablo se alteró en España por influjo de alcázar..., y sólo en fecha tardía y
con carácter culto se restableció el vocalismo arábigo correcto. » Voilà donc une hypothèse
basée uniquement sur l'absence d'une forme alcaiceria au xme ou au xive siècle. Or, cette
forme, nous la trouvons en 1384, à Guadalajara, et il est possible que nous en ren-

Potrebbero piacerti anche