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MISA SOLEMNE
Era el mes de diciembre de 1531, diez años solamente después de conquistada Tenochtitlan por los españoles, cuando la
santísima Virgen se apareció al indígena Juan Diego en el cerro del Tepeyac. Lo nombró su embajador ante el obispo, fray
Juan de Zumárraga, para que le construyeran un templo. La prueba de que las palabras de Juan Diego eran ciertas
fueron las rosas que llevó en su tilma y la preciosa imagen que apareció dibujada en ella. La santísima Virgen es nuestra
Madre. Toda la historia de Juan Diego y de las apariciones de la Virgen están fundadas en una constante y sólida
tradición.
RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA
Cfr. Apoc 12, 1
Una gran señal apareció en el cielo:
una mujer vestida de sol,
con la luna bajo sus pies
y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.
Reunida la comunidad, y estando todos de pie, puede entonarse un canto apropiado.
Terminado el canto, el ministro dice:
V. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
R. Amén.
SALUDO
Si el ministro es un Presbítero o Diácono:
V. La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre,
y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes.
R. Y con tu espíritu.
ACTO PENITENCIAL
El ministro invita a los fieles al arrepentimiento:
V. Hermanos: Para participar fructuosamente hoy, día en que
celebramos el amor de Santa María de Guadalupe a nuestra
patria, reconozcamos nuestros pecados.
Continúa el acto penitencial con cualquiera de los formularios que se presentan:
Formula I
Se hace una breve pausa en silencio. Después, hacen todos en común la confesión de sus pecados:
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Luego prosiguen:
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos, y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
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Formula III
Se hace una breve pausa en silencio. Después el ministro dice las invocaciones:
V. Tú que viniste al mundo para salvarnos:
Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
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ORACIÓN COLECTA
Terminado el Gloria, el ministro dice:
V. Oremos
Y todos, junto con el ministro, oran en silencio durante unos momentos. Después, sin extender las manos, dice la oración.
V. Dios, Padre de misericordia, que has puesto
a este pueblo tuyo bajo la especial protección
de la siempre Virgen María de Guadalupe, Madre de tu Hijo,
concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe
y buscar el progreso de nuestra patria
por caminos de justicia y de paz.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
R. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Sentados.
Del libro del Eclesiástico (Sirácide)
24, 23-31
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y los que se dejan guiar por mí no pecarán.
Los que me honran tendrán una vida eterna.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 66
R. Que te alaben, Señor, todos los pueblos.
1. Ten piedad de nosotros y bendícenos;
vuelve, Señor, tus ojos a nosotros.
Que conozca la tierra tu bondad
y los pueblos tu obra salvadora R.
2. Las naciones con júbilo te canten,
porque juzgas al mundo con justicia;
con equidad tú juzgas a los pueblos
y riges en la tierra a las naciones. R.
3. Que te alaben, Señor, todos los pueblos,
que los pueblos te aclamen todos juntos.
Que nos bendiga Dios
y que le rinda honor el mundo entero. R.
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pedro
2, 4-10
5
Dichosos, pues, ustedes, los que han creído. En cambio, para aquellos
que se negaron a creer, vale lo que dice la Escritura: La piedra que
rechazaron los constructores ha llegado a ser la piedra angular, y también
tropiezo y roca de escándalo. Tropiezan en ella los que no creen en la
palabra, y en esto se cumple un designio de Dios.
Ustedes, por el contrario, son estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada a Dios y pueblo de su propiedad, para que proclamen las obras
maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Ustedes, los que antes no eran pueblo, ahora son pueblo de Dios; ustedes los
que antes no habían alcanzado misericordia, ahora han alcanzado
misericordia.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
EVANGELIO
Después el ministro dice:
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
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E n aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las
montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel.
En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz,
exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó
tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has
creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor.
Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de
júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su
esclava”.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
El ministro toma el libro y lo besa diciendo en secreto:
Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados.
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HOMILÍA
Sentados. El ministro hace la homilía a continuación, y si lo considera adecuado, puede usar este texto breve.
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En esta celebración, encomendemos al cuidado de María de Guadalupe
nuestra nación mexicana, para que surja la justicia, la paz y el progreso.
CREDO
Acabado esto, y estando todos de pie, se hace la profesión de fe:
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan.
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato,
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
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ORACIÓN DE LOS FIELES
De pie.
V. Pongamos, hermanos, nuestros ojos en Jesús que, para salvar
al mundo, quiso nacer de santa María Virgen, y oremos por
nuestra nación, por los pueblos de América Latina y por el bien
de todos los hombres:
R. Te rogamos, óyenos.
Lector:
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LITURGIA EUCARÍSTICA
El celebrante toma la patena con el pan y dice en voz baja:
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Y, si es oportuno, inciensa las ofrendas, la cruz y el altar. Después el diácono, u otro ministro, inciensa al
celebrante y al pueblo.
Luego el celebrante, se lava las manos, diciendo en secreto:
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PREFACIO
La Virgen María, signo del amor materno de Dios.
V. El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario.
13
El celebrante con las manos extendidas dice:
El cual,
cuando iba a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
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Después prosigue.
tomó el cáliz,
y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
Anunciamos tu muerte
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
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Después el celebrante, con las manos extendidas, dice:
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
C1 Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra
y con el Papa N.,
con nuestro Obispo N.
y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
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C2 Acuérdate también de nuestros hermanos
que se durmieron en la esperanza
de la resurrección,
y de todos los que han muerto
en tu misericordia;
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen de Guadalupe,
Madre de Dios, su esposo san José,
los apóstoles, y cuantos vivieron
en tu amistad a través de los tiempos
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.
Junta las manos.
Eleva la patena con el pan consagrado y el cáliz y, sosteniéndolos, dice:
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RITO DE LA COMUNIÓN
Una vez depositados el cáliz y la patena sobre el altar, el celebrante, con las manos juntas, dice:
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Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena y pone una partícula dentro del cáliz,
diciendo en secreto:
El Cuerpo y la Sangre
de nuestro Señor Jesucristo,
unidos en este cáliz,
sean para nosotros
alimento de vida eterna.
Mientras tanto, se canta o se dice:
R. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
A continuación el celebrante, con las manos juntas, dice en secreto:
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El celebrante hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre
la patena o sobre el cáliz, de cara al pueblo, dice con voz clara:
El Cuerpo de Cristo
me guarde para la vida eterna.
Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo. Después toma el cáliz y dice en secreto:
La Sangre de Cristo
me guarde para la vida eterna.
Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.
Cuando el celebrante ha comulgado el Cuerpo de Cristo, comienza el canto de comunión.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cfr Sir 147, 20
No ha hecho nada semejante con ningún otro pueblo;
a ninguno le ha manifestado tan claramente su amor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
V. Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
que acabamos de recibir en este sacramento,
nos ayuden, Señor,
por intercesión de santa María de Guadalupe,
a reconocernos y amarnos todos
como verdaderos hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. AMÉN.
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ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE
Después de la comunión, y guardado un momento conveniente de silencio, el ministro hace la siguiente oración:
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RITO DE CONCLUSIÓN
El Ministro hace en este momento los anuncios oportunos. Después, vuelto al pueblo extiende las manos y dice:
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
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ANEXO:>I ORACIONES GUADALUPANAS DIVERSAS
I
ORACIÓN DE JUAN PABLO II
Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de
la Iglesia.
Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu
compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración
que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús,
único Redentor nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y
silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te
consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.
Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos,
nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya
que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora
y Madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de
una plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu
mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te
pedimos por todos los Obispos, para que conduzcan a los fieles por
senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a
Dios y a las almas.
Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor
infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue
abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y
celosos dispensadores de los misterios de Dios.
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Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la
vida que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu
seno la vida del Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor
Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy
unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.
Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir
continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a
volver a Él, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en
el Sacramento de la Penitencia, que trae sosiego al alma. Te
suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los
santos Sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó
en la tierra. Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la
conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios
podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz,
que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre
y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos,
Amén.
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II
ACCIÓN DE GRACIAS
El ministro invita a exaltar a Dios.
V. Proclamemos la bondad de Dios y exaltemos su misericordia,
que se ha manifestado a lo largo de esta celebración.
HIMNO
A continuación se dice el siguiente himno.
MAGNIFICAT
Mi alma glorifica al Señor
y mi espíritu se llena de júbilo en Dios,
mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.
Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en
generación
a los que lo temen.
Ha hecho sentir el poder de su brazo:
dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados
y exaltó a los humildes.
A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.
Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo,
como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham
y a su descendencia, para siempre.
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III
JACULATORIAS
GUADALUPANAS:
V. Mi corazón en amarte eternamente se ocupe
R. Y mi lengua en alabarte, Madre mía de Guadalupe.
V. Virgen de Guadalupe por tus 4 apariciones.
R. Con el corazón te pido, remedia mis aflicciones.
V. Santa María de Guadalupe,
R. Salva a nuestra patria y conserva nuestra fe.
V. Santa María de Guadalupe
R. Ruega por nosotros.
MARIANAS:
V. María, madre de gracia, madre de misericordia.
R. En la vida y en la muerte, ampáranos gran señora
V. Por tu limpia concepción, soberana princesa.
R. Una muy grande pureza te pido de corazón.
V. ¡Oh soberano santuario, sagrario del verbo eterno!
R. Libra, virgen, del infierno, a los que rezan tu rosario.
V. Emperatriz poderosa, de los mortales consuelo.
R. Ábrenos, virgen, el cielo, con una muerte dichosa
y danos pureza de alma ya que eres tan poderosa.
V. Dulce Corazón de María,
R. Se la salvación del alma mía.
V. Con María, Nuestra Madre, conocemos, amamos y seguimos a Jesús:
R. Con Ella aprendemos a ser hermanos de todos.
V. De tus divinos ojos penden nuestras felicidades.
R. míranos señora y no nos desampares.
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IV
DESDE EL CIELO (LA GUADALUPANA)
Desde el cielo, una hermosa mañana,
desde el cielo, una hermosa mañana.
La Guadalupana, la Guadalupana,
la Guadalupana bajó al Tepeyac. (2)
Suplicante juntaba sus manos;
suplicante juntaba sus manos.
Y eran mexicanos, y eran mexicanos,
y eran mexicanos su porte y faz. (2)
Su llegada llenó de alegría;
su llegada llenó de alegría,
de luz y armonía, de luz y armonía,
de luz y armonía todo el Anáhuac. (2)
Junto al monte pasaba Juan Diego;
junto al monte pasaba Juan Diego.
Y acercóse luego, y acercóse luego,
y acercóse luego al oír cantar. (2)
A Juan Diego le dijo la Virgen;
a Juan Diego le dijo la Virgen:
este cerro elijo, este cerro elijo,
este cerro elijo para hacer mi altar. (2)
Y en la tilma entre rosas, pintada;
y en la tilma entre rosas, pintada,
su imagen amada, su imagen amada,
su imagen amada se dignó dejar. (2)
Desde entonces para el mexicano;
desde entonces para el mexicano,
ser guadalupano, ser guadalupano,
ser guadalupano es algo esencial. (2)
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