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ECONOMIA POLITICA

UNIDAD 2: FASE 3
ESCUELA NEOCLASICA

LINA ESTEFANIA NIÑO

Presentado a:
JUAN CAMILO AREVALO
Tutor

Grupo: 105003_7

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA


PROGRAMA ECONOMIA
NEIVA

AÑO 2019
INTRODUCCION

En cualquier sociedad hay que plantear tres preguntas básicas: ¿Qué, cómo y
para quién producir? Las tres tienen una respuesta de naturaleza principalmente
política, puesto que dependen de las preferencias dominantes en cada
momento, En todas las sociedades se desarrollan los mismos procesos
encaminados a satisfacer las necesidades humanas, pero, aunque tienen
siempre elementos comunes, las características de cada uno de ellos son
diferentes según sea el tipo de sociedad o el momento histórico que se vive.
Cada sociedad organiza de una determinada manera la producción y el consumo
y establece criterios de distribución diferentes. En cada caso existen normas,
técnicas o valores humanos que hacen que la actividad económica se
desenvuelva de una u otra forma. Es por eso por lo que a lo largo de la historia
encontramos formas muy diferentes de organizar la actividad económica.
Se profundizará en la economía capitalista en la que vivimos hoy en día, desde
un enfoque macroeconómico y microeconómico, hacia las respuestas a estas
incógnitas.
El capitalismo se consolidó a lo largo del siglo XIX basándose en la utilización
del trabajo asalariado y en la generalización de los mercados, a lo largo del siglo
xx hubo algunos países con sistemas socialistas que fracasaron por la falta de
libertades públicas, por la competencia con el capitalismo, que los desvió de sus
aspiraciones originales, por la corrupción y falta de transparencia, por el
burocratismo y por su escaso desarrollo inicial. Por lo cual las economías
capitalistas prevalecieron por encima de las de más, hoy en día Las economías
capitalistas modernas están basadas en el reconocimiento pleno de la libertad
económica, en la búsqueda del lucro y en la propiedad privada, la cual tiene
algunas ventajas, pero así mismo también desventajas, de las cuales
hablaremos más adelante.
¿QUE, COMO Y PARA QUIEN PRODUCIR?

Puesto que los recursos son escasos y susceptibles de usos alternativos, hay
que decidir a qué uso dedicarlos. Alguien tiene que tomar esa decisión. Puede
que sea un dictador el que la resuelva, o una autoridad elegida
democráticamente, o que se haga según la costumbre, sin que nadie se pregunte
mucho acerca de por qué se hacen las cosas, o, como veremos enseguida,
puede dejarse en manos del mercado.

El mercado es el ámbito en el que los compradores y los vendedores se ponen


de acuerdo para comprar o vender bienes a un precio que se fija
automáticamente según el volumen de los intercambios. Por tanto, el mercado
permite destinar los recursos a uno u otro uso sin necesidad de intervención
administrativa: se producirá aquello que sea de más interés para los productores
y se comprará aquello cuyo precio sea más atractivo para los compradores.
Asimismo, la forma en que se produzca un bien (con más o menos trabajo o
capital, por ejemplo) dependerá del precio de cada factor. Y nadie tendrá que
decidir tampoco para quién se destinará la producción: sencillamente, para quien
tenga recursos económicos suficientes para adquirirla.

El cual tiene mucha influencia en la economía capitalista que se maneja hoy en


día, pero, de todas maneras, la política es un factor esencial sobre que debemos
producir, como lo debemos hacer y a quienes venderlo, ya que el gobierno es el
que impone leyes o normas de cómo debemos hacer esto, para que el mercado
actúe correctamente es necesario que haya una información adecuada acerca
de lo que se puede comprar y vender en él.
Por esto el mercado establece como los compradores y vendedores pueden
adquirir los recursos al precio más bajo, pero para ello es necesario que unos y
otros tengan la mejor información posible acerca de lo que allí se intercambia. Si
es imposible saber dónde se está ofreciendo el producto más barato, o si cuesta
mucho dinero saberlo, pero de nada servirá el mercado sin el estado pues es
necesario para que vigile su funcionamiento y que se eviten las conductas que
en lugar de buscar la eficacia tratan de lograr ventajas en el intercambio.

De igual forma el gobierno en una economía capitalista tiene el control sobre las
tierras, por lo cual tiene el control de que se produce y en qué cantidad y a quien
se debe vender, por lo cual siempre hay una intervención del estado.
También controla la Estabilidad de precios ya que como sabemos, en las
economías de mercado los precios son las señales que permiten identificar la
existencia de demandas insatisfechas o de ofertas atractivas. Por eso es preciso
que se muestren con suficiente claridad y estabilidad, para evitar que los sujetos
económicos perciban erróneamente la situación económica y para que no se
altere el valor real de los recursos globales que están implicados en la actividad
económica. Los precios son, en realidad, los incentivos para que los sujetos
económicos actúen o no de una determinada forma, y para ello han de funcionar
correctamente.

Las economías en las que vivimos actualmente son economías capitalistas


porque en ellas predominan los rasgos que son propios de este sistema
económico, pues están basadas en el reconocimiento pleno y efectivo de la
libertad económica individual en donde las leyes garantizan que cualquier
individuo tiene derecho y capacidad para emprender la actividad económica que
desee siempre que respete los derechos de los demás y las leyes generales, Por
esta razón, nuestras economías se conocen también como economías de libre
empresa, teniendo como objetivo el afán de lucro, cosa que buscan quienes
movilizan sus recursos para llevar a cabo negocios de cualquier tipo es
sencillamente, ganar dinero, obtener beneficio, por esto para que lo anterior se
pueda llevar a cabo efectivamente, las leyes reconocen como un principio básico
de nuestras sociedades la propiedad privada. Esto quiere decir que cualquier
tipo de recurso, salvo que haya sido considerado de interés general por el
Estado, puede ser apropiado por los individuos para llevar a cabo negocios o
actividades económicas.
Algunas ventajas y desventajas de este tipo de economía son:
A favor del capitalismo se puede argumentar que, ya que las actividades
económicas que se llevan a cabo son las que proporcionan beneficios, resulta
que los individuos están motivados o incentivados para llevar a cabo aquello que
necesita la sociedad. Quien se dedique a producir algo que otros necesiten podrá
ganar dinero. De esta manera, no hace falta que nadie diga qué hay que producir
o cómo hacerlo, sino que se obtendrá lo necesario gracias al incentivo de la
ganancia. Y ya que el sistema se basa en la obtención del máximo beneficio, los
productores serán muy cuidadosos a la hora de utilizar los recursos y se logrará
la máxima eficiencia, pues se procurará ahorrar los costes innecesarios para
obtenerlo, Por esas dos razones, el sistema será especialmente favorable a la
innovación y al desarrollo de nuevas técnicas, que se procurarán obtener
rápidamente para conseguir más beneficios.

En contra del capitalismo tampoco faltan argumentos, Puesto que la finalidad de


la actividad económica es el afán de lucro, resulta que la producción de bienes y
servicios no tiene como objetivo satisfacer más o menos a la población que los
desea o necesita. Tan sólo se busca ganar el máximo dinero posible. Es cierto
que para ello los productores tendrán que encontrar compradores para sus
productos, pero lo que puede ocurrir es que se obtenga el máximo beneficio sin
que todos los compradores estén satisfechos.
Ésa es la consecuencia inevitable de que en nuestras economías se produzca
para obtener ganancia y no para satisfacer las necesidades. Y eso es lo que
provoca crisis económicas o pobreza e insatisfacción al mismo tiempo que se
están obteniendo altos beneficios. Aunque se reconoce la libertad para todos los
individuos, siempre hay una diferencia insuperable entre los que son propietarios
de recursos y los que no, entre los que tienen mucho y entre los que no tienen
nada. Puesto que la situación inicial de cada individuo es diferente por razones
de herencias, origen social, etc., resulta que no todos tienen en realidad la misma
libertad. La búsqueda incesante de beneficio que amparan las leyes y estimula
la cultura del capitalismo lleva a permitir que casi cualquier actividad humana se
mercantilice. La cultura, la amistad, el juego, el sexo..., que deberían ser
actividades dirigidas a la satisfacción espiritual y al perfeccionamiento humano,
están cada día más motivadas y organizadas en función de ganar dinero.

Por lo cual hoy en día todo tiene un precio, y el dinero es el factor más importante
en la medida en que queremos obtener algún bien o servicio, la gran
problemática de este tipo de economías capitalistas, es que el poder se centra
en unas pocas personas y las riquezas de igual forma solo están disponibles
entre unos pocos, los demás son trabajadores asalariados, que solo esperan
superarse para que puedan tener más ingresos, y la economía se basa en
producir siempre para ganar más, sin tener en cuenta a los trabajadores, el uso
del trabajo está sometido en el capitalismo a la lógica del beneficio. La
contratación del trabajo asalariado no se realiza en virtud de un deseo de
cooperación en los procesos productivos, sino en aras de obtener beneficio a
partir de su uso. Eso significa que el trabajo se convierte en una mercancía de la
que se ha de obtener el máximo rendimiento. Una mercantilización que ha
obligado a establecer mecanismos jurídicos de protección y salvaguarda muy
potentes para evitar que en las economías capitalistas tienda a dominar el trabajo
precario, la explotación de los trabajadores y, en general, la disociación entre
empleo y bienestar, Creando los llamados sindicatos y huelgas, que han hecho
que los derechos de los trabajadores sean respetados, a lo cual los grandes
capitalistas han tenido que acceder ya que sin trabajadores, abra una
disminución de producción y de ventas, puesto que si no tenemos trabajo no hay
dinero para comprar.

Todos estos tipos de comportamientos del sistema capitalista que se maneja


hacia ¿qué? ¿Como? y ¿cuándo debemos producir?, nos afecta tanto en la
macroeconomía como en la microeconomía del país, teniendo en cuenta que la
microeconomía analiza el comportamiento individual de los consumidores y las
empresas a la hora de fijar el precio de los bienes y servicios en los diferentes
tipos de mercados, y la macroeconomía toma en consideración no a un
consumidor o a una empresa individuales sino al consumo o la producción en
general. Preocupándose por la demanda agregada de todos los bienes y
servicios que se producen en la economía, la producción agregada que realizan
todas las empresas existentes, analizando el nivel general de precios existente
en toda la economía.

A nivel macroeconómico el comportamiento de una economía capitalista, es


favorecedor puesto que, al basarse en el lucro, se va a mantener un alto nivel
del PIB, (es la magnitud que mide en unidades monetarias el valor total de la
producción final de bienes y servicios finales obtenida en una economía por los
agentes residentes (nacionales o no) durante un período de tiempo
determinado), en cuanto a la producción y a la renta se obtendrán altos niveles
a nivel macroeconómico.
Pero a nivel microeconómico cambia un poco el panorama, ya que este tipo de
comportamientos capitalistas afecta a los pequeños empresarios y a los
pequeños mercados que están tratando de salir adelante, por las altas sumas de
impuestos que tienen que pagar y las leyes que controlan el mercado, ya que el
gobierno vigila el funcionamiento de cada una de estas, por lo cual es muy difícil
poder salir adelante en este tipo de economía,

También perjudica el pleno empleo, pues es preciso garantizar que la actividad


económica que proporciona el pleno empleo de los recursos se mantenga
suficientemente fuerte a lo largo del tiempo. Incluso hay que tener en cuenta que
no basta con que un determinado nivel de actividad económica se mantenga
constante año tras año, porque la población o sus necesidades y demandas
seguramente van a ir incrementándose continuamente, además de las altas
sumas de desempleo que ha traído la innovación tecnológica.
Para tener un crecimiento y desarrollo económicos, hay que aspirar al desarrollo
como proceso de crecimiento de la actividad económica que va acompañado
también de paz social, estabilidad política y de relaciones armónicas con la
naturaleza. Desde la perspectiva macroeconómica, también hay que analizar,
por tanto, la naturaleza de los factores que desencadenan el crecimiento y el
desarrollo, las circunstancias de las que depende su sostenibilidad y su efectiva
contribución al desarrollo humano.
De igual forma es importante que se pudiera llegar a tener una distribución
equitativa, pero el problema de la equidad distributiva es también muy complejo.
En primer lugar, porque no es fácil ponerse de acuerdo acerca de lo que se
entiende por equidad o por una distribución justa de los recursos. Se trata de
conceptos que implican juicios morales y preferencias que llevan los asuntos
económicos al terreno de la política, la ideología o el poder social en todas sus
dimensiones. Además, hay que tener en cuenta que, incluso si existiera
consenso social acerca de lo que se considera justo, podría ocurrir que medidas
que garantizaran la equidad pudieran provocar como efecto perverso la falta de
eficacia en la utilización de los recursos, lo que significa que el problema
distributivo ha de plantearse en consonancia con las condiciones que permiten,
al mismo tiempo, alcanzar la utilización más adecuada de los recursos. Por esto
por más que los diferentes tipos de gobiernos en diferentes países han hecho el
esfuerzo de obtener una equidad e igualdad en la distribución de los recursos,
no se ha podido evolucionar mucho en este ámbito.
En resumen, podemos decir que cada sociedad responde de modo diferente a
esas tres grandes cuestiones. Y las distintas respuestas dependen de cómo se
definan en cada una los derechos que tienen los distintos sujetos sobre las
cosas, de cuáles sean los mecanismos utilizados para llevar a cabo la utilización
de recursos y, en definitiva, de cómo se tomen las decisiones sobre la forma de
abordar y resolver los problemas económicos.
CONCLUSION
Podemos concluir que a través del mercado se puede producir y vender los
productos que queramos, y a quien queramos, mediante el capitalismo quien
impulsa la propiedad privada, por esto podemos producir donde queramos a
medida que nuestros ingresos lo permitan, tenemos como resultado de estos
tres interrogantes algunos factores importantes como lo son el pleno empleo, el
desarrollo y crecimiento económico, la distribución equitativa y la estabilidad de
precios, las cuales pueden llevarse a cabo en una economía en donde el estado
tenga un buen manejo de sus recursos, para que tanto macroeconómica como
microeconómicamente el país tenga una estabilidad financiera y un desarrollo,
beneficiándonos así a todos.

BIBLIOGRAFIA

 Torres, L. Economía política (5a. ed.), Difusora Larousse - Ediciones


Pirámide. (2015). ProQuest Ebook Central. Capítulo 3 y 9. Recuperado de
http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2460/lib/unadsp/detail.action?docID=
4626685

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