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“UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO”

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

ESCUELA PROFESIONAL DE SOCIOLOGIA

TRABAJO ENCARGADO

ULTIMOS ESTUDIOS SOBRE EL AGRO EN AMERICA LATINA

CURSO:

TALLER DE PROYECTOS SOCIALES AGRARIOS

DOCENTE:

Dr. FERMIN FRANCISCO CHAIÑA CHURA

PRESENTADO POR:

MAMANI PACCO LEA BETZABE

QUISPE MOLLO ANA MARIA

ROMERO LOPEZ SABINA ROXANA

SANCHEZ GARATE SONIA ROSSMERY

TORRES POTOSINO RUTH MARIBEL


Puno CU octubre de 2015

ÚLTIMOS ESTUDIOS SOBRE EL AGRO EN AMÉRICA LATINA


CONTENIDO

ÚLTIMOS ESTUDIOS SOBRE EL AGRO EN AMÉRICA LATINA ......................... 2


INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 5
CAPÍTULO I ........................................................................................................... 6
DESARROLLO TECNOLÓGICO ........................................................................... 6
1.1. La innovación en américa latina ................................................................ 7
1.2. Las instituciones de investigación y difusión de tecnología en América
Latina .................................................................................................................. 7
1.2.1. Innovación tecnológica e Investigación agrícola ................................. 7
1.3. Desarrollo tecnológico en Bolivia .............................................................. 9
1.3.1. Fortalecimiento al Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria y
Forestal de Bolivia ........................................................................................... 9
1.3.2. Agricultura y sector productivo.......................................................... 10
Temas transversales ..................................................................................... 11
1.4. Desarrollo tecnológica en México ........................................................... 12
1.4.1. Estrategia para la transformación del sector agropecuario mexicano
12
1.4.2. Riego tecnificado .............................................................................. 14
1.4.3. Mecanización .................................................................................... 14
1.4.4. Equipamiento rural............................................................................ 16
1.4.5. Mejoramiento genético ..................................................................... 16
1.4.6. Primeros resultados .......................................................................... 17
1.5. Desarrollo tecnológico en Brasil .............................................................. 18
1.5.1. Irrigación ........................................................................................... 18
1.5.2. Infraestructura agrícola ..................................................................... 19
1.5.3. Flujo de la producción ....................................................................... 19
1.6. Desarrollo tecnológico en el Perú ........................................................... 20
1.6.1. Innovación Y Empresa ...................................................................... 21
1.6.2. Aplicación De Tecnología ................................................................. 22
CAPITULO II ........................................................................................................ 23
MEDIO AMBIENTE ................................................. Error! Bookmark not defined.
CAPITULO III ....................................................................................................... 31
ORGANIZACIONES RURALES ........................................................................... 31
CAPITULO IV ....................................................................................................... 40
PROBLEMAS DE LA TIERRA.............................................................................. 40
NUEVAS CONSTRUCCIONES............................................................................ 45
CONCLUSIONES................................................................................................. 46
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................... 48
INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo
CAPÍTULO I

DESARROLLO TECNOLÓGICO

La agricultura y ganadería en latinoamericana ha estado incorporando


innovaciones tecnológicas de los países desarrollados, proceso calificado de
"permanente modernización", que entre otros efectos ha propiciado una elevada
artificialización de los ecosistemas y un gran deterioro de los mismos, por usos
inapropiados de fertilizantes, plaguicidas y maquinaria agrícola. La llamada
modernización y el cambio tecnológico que impulsa, son el resultado de la
inyección de capital y tecnología tendiente a alterar los niveles de productividad
de la tierra. Sin embargo, dado que ha sido un proceso decididamente
dependiente ha propendido a reproducir los sistemas de transferencia de
tecnología y las combinaciones de insumos de los países centrales (Gligo,
1986:56-57).

Por las consideraciones anteriores, el avance científico y tecnológico no debe


confundirse con una "modernización" que a partir de los años 60, intensificó un
proceso de transferencia internacional de tecnología y la aceleración del uso de
insumos tecnológicos importados. Este proceso de integración de innovaciones
técnicas, además, se concentró en sectores con diferentes grados de desarrollo
capitalista, provocando procesos consiguientes de diferenciación productiva y
socioeconómica (Piñeiro y Trigo, 1985:171).

Hoy la agricultura moderna reafirma el carácter capitalista del sistema económico,


en cuyo contexto el Estado ha impulsado múltiples políticas para garantizar la
disponibilidad de mecanismos para capitalizar la agricultura. Este proceso de
intervención pública en el sector agropecuario gestó una institucionalidad ligada
con la adopción y adaptación de tecnologías. No obstante, el progresivo
incremento de cambios tecnológicos no ha provocado aumentos significativos en
la producción de alimentos más allá de los incrementos de la población. Lo que sí
queda claro es el papel preponderante que el Estado ha tenido en el desarrollo
tecnológico de la agricultura (ibídem: 174; Piñeiro, 1988: 14).

El contexto internacional de transnacionalización y globalización económica exige


usos tecnológicos con cierta homogeneización, de manera que la

"estrategia exportacionista" que se ha venido consolidando en América Latina,


reafirma para el caso de la agricultura la necesidad de recursos tecnológicos, para
lograr eficiencia y competitividad, que son ofrecidos por los países desarrollados.

Esto refuerza la dependencia tecnológica y reproduce el círculo vicioso de nuevas


importaciones para generar nuevas exportaciones.
1.1. La innovación en américa latina

La economía global del conocimiento descansa en la innovación y en el


capital intelectual como factores de competitividad y crecimiento sostenido.
Junto a ello, el cambio climático, la pobreza y los límites de las fuentes
energéticas tradicionales otorgan también una especial relevancia a la
innovación para la búsqueda de soluciones a estos problemas desde el ámbito
técnico, social y económico.

En el contexto específico de América Latina y el Caribe (ALC), la innovación


debería servir para enfrentarse a varios retos como la pobreza, la
desigualdad y la baja productividad, sin olvidar el impulso del desarrollo
sostenible y la justicia social (BID,

2010a:7). Por tanto, se trataría de impulsar el cambio de los modelos


productivos en los países de la región para transformarlos, con las
especificidades propias de cada uno, en sociedades del conocimiento que
respondan a los desafíos de nuestro tiempo. La actual situación económica
existente en la región plantea un contexto favorable. América Latina y
Caribe presenta desde hace años una evolución positiva en términos de
crecimiento económico, que se espera continúe a lo largo de los próximos
años.

1.2. Las instituciones de investigación y difusión de tecnología

en América Latina

En América Latina, la evolución de la organización de la investigación


agropecuaria, particularmente de sus componentes públicos, siguió un patrón
común en la mayoría de los países. A pesar de las marcadas diferencias entre
ellos, los mecanismos institucionales adoptados por el Estado frente a la cuestión
tecnológica son semejantes, tanto en sus componentes esenciales como en la
secuencia histórica de las distintas formas institucionales

1.2.1. Innovación tecnológica e Investigación agrícola

Debido a la escasa investigación, existe un alto grado de incertidumbre en el


manejo tecnológico de los procesos productivos y recursos naturales, que implica
riesgos adicionales a la actividad agrícola.

Promover la investigación agrícola, mejorar la educación rural debería ser el


centro del plan de desarrollo, pues estas medidas son más efectivas que
subvencionar fertilizantes u otros insumos. Lamentablemente en el Plan de
Gobierno este es el punto más débil. Las investigaciones en el sector agrícola
deben incorporar, además, de la investigación clásica en mejoramiento de semilla
y sanidad animal, un componente fuerte de política y economía agraria. Generar
herramientas potentes para la toma de decisiones, basados en metodologías e
instrumentos modernos usados en todos los países desarrollados y por la mayoría
de nuestros vecinos.

Con los recursos económicos que el gobierno asignó al MDRAyMA y la estructura


de éste, será imposible llevar a cabo una generación eficiente de innovaciones y
transferencia tecnológica agraria. De inicio necesitamos una estrategia que
incluya la iniciativa privada, en una alianza estratégica que asuma los retos de la
investigación básica aplicada o adaptiva.

El INIAF aun no tiene una posición clara, por un lado se presenta en la estructura
ministerial como un agente vertical, donde se "genera" información y se transmite
unidireccional a todas las demás unidades. Creemos que las funciones actuales
del INIAF son necesarias, pero, será más importante si esta unidad deja en manos
de otra unidad o sub-unidad la ejecución de investigación y extensión, y
reconduce el rol del Gobierno hacia las siguientes funciones (Ejemplo Fig. 2):

• Definición de reglas, marco jurídico, estudio de incentivos para estimular la


creación, ordenar la ampliación y difusión de tecnologías y conocimientos. Regular
las instituciones (actores) para promover la innovación.

• Analizar y generar políticas nacionales y regionales macro y no así detalles


minúsculos de poca importancia como acontece frecuentemente. Delegar
actividades administrativas a entidades locales. Así se fortalecerá las capacidades
de planificación y monitoreo del MDRAyMA.

• Seleccionar los instrumentos y lineamientos prioritarios para la ejecución de


cada política sectorial.

• Generar planes de investigación estratégicos, involucrar, incentivar y fortalecer


a los agentes de innovación, pues son estos agentes los más débiles en la
estructura nacional.

• Otras funciones importantes serían mejorar la seguridad jurídica del sector,


generar políticas para disminuir el riesgo en el sector agrícola, proseguir la
transformación estructural del sector rural y agrícola, estudiar y proponer las
prioridades para la inversión pública en el sector rural, reajustar constantemente el
proceso de toma de decisiones políticas para el sector rural.

Algunos puntos importantes que deben ser desarrollados de inmediato son:

• Agenda y plan nacional de investigación y desarrollo tecnológico


• Priorizar las tecnologías agrarias estratégicas a ser adaptadas

• Delinear y dimensionar el mercado de bienes y servicios tecnológicos incluido


el de insumos

• Implementar el sistema de información tecnológico agrario y

• Desarrollar sistemas de toma de decisiones para el sector basados en flujos de


información reales.

• Fortalecer e incentivar a los oferentes de tecnología.

• Describir el rol y el marco jurídico futuro de las instituciones semi-autónomas.

• Elaborar el plan nacional de riego.

1.3. Desarrollo tecnológico en Bolivia

1.3.1. Fortalecimiento al Sistema Nacional de Innovación


Agropecuaria y Forestal de Bolivia

El Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal presenta débiles


mecanismos de articulación y coordinación, donde el INIAF debe liderar y
posibilitar acciones conjuntas entre los actores en el marco de prioridades y
lineamientos con visión estratégica; las acciones de investigación, desarrollo e
innovación de tecnologías tienen el reto de disminuir las brechas tecnológicas en
la producción agropecuaria y forestal, principalmente en rubros priorizados por el
Gobierno Boliviano, donde debe considerarse las particularidades
socioeconómicas y ambientales de cada región. Asimismo, no existen
mecanismos de información y difusión sobre avances y resultados de las
investigaciones realizadas por los centros de investigación y en especial por las
universidades - mediante tesis de grado-, estos conocimiento se consideran de
vital importancia para la toma de decisiones respecto a futuros trabajos de
investigación y su difusión y aplicación en el sector productivo. El avance de la
tecnología requiere de políticas nacionales y marcos precisos en bioseguridad,
para lo cual se debe fortalecer, a las instancias competentes, en aspectos
técnicos e institucionales. Bolivia por su ubicación geográfica participa de tres
mecanismos de cooperación para la innovación tecnológica (PROCITRÓPICOS,
PROCIANDINO y PROCISUR) el INIAF y las instituciones nacionales requieren
mejorar su participación y su aprovechamiento de las oportunidades que
presentan los PROCIs.
1.3.2. Agricultura y sector productivo

El apoyo danés al sector agrícola contribuye a erradicar la pobreza en Bolivia,


especialmente en el área rural donde la mitad de la población vive en extrema
pobreza.

El apoyo danés estimula la mejora de los procesos productivos en el área rural y


su conexión con sus mercados directos e indirectos rurales, en base a un proceso
de empoderamiento de las organizaciones de productores. Se apoya la provisión
de servicios de innovación e inversión para generar mejores precios y mayor valor
agregado para los productores y las pequeñas y medianas empresas rurales y
peri urbanas. El apoyo se focaliza, principalmente, en el proceso productivo y de
procesamiento de productos agrícolas en base a mejoras en infraestructura
superior así como un mejor acceso a créditos y servicios.

En términos generales, existen dos tipos de producción agrícola en Bolivia. Uno


es intensivo, mecanizado y orientado a la exportación. Estas operaciones se
encuentran en las tierras bajas del este, donde se produce soja, trigo, arroz y
caña de azúcar. También aquí se encuentran las operaciones grandes de
producción de carne de res del país. Las exportaciones agrícolas proporcionan
aproximadamente 43% de los ingresos externos del país.

El segundo tipo de producción agrícola se encuentra en los valles y el altiplano


de Bolivia, tiene su origen en sistemas productivos de subsistencia. Son granjas
pequeñas y familiares con una producción orientada a la canasta familiar.
Aproximadamente 83% de las familias rurales están involucradas en este sistema
de producción, pero ocupan sólo 23% de la superficie total cultivada en Bolivia.
Los principales cultivos son la papa y otras raíces comestibles, quinua, cereales,
frijoles y legumbres, combinado con ganadería en pequeña escala como llama,
cerdo, oveja y vaca.

El sector agrícola representa más de 37% de los empleos a nivel nacional.

El objetivo del apoyo danés

El apoyo danés se dirige a luchar contra la pobreza extrema y el hambre, que


caracteriza a gran parte del altiplano boliviano, enfocando la ayuda en el
desarrollo económico en ciertas regiones y busca fortalecer la competitividad de
productos seleccionados. El programa cuenta con un presupuesto de 170
millones de dólares para un período de 3 años (2011 hasta 2013).

La ayuda se dirige a tres áreas centrales: el sector público, fortaleciendo los


servicios; el sector privado, estimulando el desarrollo de pequeñas empresas; y,
el sector financiero, intentando ampliar la oferta de crédito para el sector.
El primer componente consiste en un apoyo al sector público a través del
Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia para reforzar las habilidades del
Ministerio en la implementación de políticas y estrategias que reduzcan la
pobreza. Asimismo, fortaleciendo la capacidad del Ministerio en la proposición de
normas y coordinación con el sector. Adicionalmente, el componente apoya a
programas nacionales (desconcentrados y descentralizados) para mejorar la
oferta de servicios que apoyan a la producción agrícola. A través del apoyo a la
innovación agrícola (INIAF) se espera un aumento en la producción de semillas
de alta calidad y la generación de servicios de extensión e investigación A través
del programa EMPODERAR DETI se pretende aumentar los ingresos de 15.000
familias rurales en base a una mejora en su producción, comercialización y
transformación.

En segundo componente del programa está enfocado a incrementar los ingresos


y la generación de empleo, en base a un aumento del valor agregado en las
pequeñas y medianas empresas (MYPES) y los pequeños agricultores (OECAS),
principalmente centrado en elaboración de productos agrícolas y mejoramiento
del contexto productivo por medio de acuerdos estratégicos entre los actores
públicos y privados.

El tercer componente está enfocado a ampliar el acceso al financiamiento para


las pequeñas y medianas empresas en zonas urbanas (MYPES) y para los
pequeños agricultores en las zonas rurales en base a la innovación financiera y
un fondo de garantía con el Banco de Desarrollo Producitvo (BDP).

Temas transversales

El programa de agricultura apoya a un desarrollo, con respeto a los derechos


humanos mediante el fomento de la participación de la mujer en los procesos de
toma de decisiones y en servicios dirigidos a las necesidades de familias rurales.
Siempre se trabaja incorporando indicadores específicos en las políticas,
estrategias y los programas nacionales, que incluyan equidad de género, cambio
climático y los derechos de la población indígena.

El programa promueve un desarrollo ecológicamente sostenible, incorporando la


legislación nacional de medio ambiente, tanto en la producción primaria como en
el procesamiento de empresas de industria pequeña. Una mejor utilización de los
recursos hídricos, en forma de técnicas de irrigación y mantenimiento de sistemas
de riego, está incluida en las actividades. A través de bancos genéticos los
programas nacionales contribuyen a promover el uso y conservación de
variedades locales de plantas, no tanto para empujar los mercados de
especialidades y de nicho, sino también para fortalecer la seguridad alimentaria y
proteger los recursos natura
1.4. Desarrollo tecnológica en México

1.4.1. Estrategia para la transformación del sector agropecuario


mexicano

La situación de atraso que sufrió el campo mexicano, a pesar de su amplio


potencial, generó consecuencias lógicas como el empobrecimiento de la
población rural y un crecimiento constante de la importación de alimentos ante un
peligroso déficit alimentario nacional. Ante esta dualidad, expresada en una baja
productividad y un alto potencial, se definieron los objetivos que debería alcanzar
la política agropecuaria nacional: incremento de la producción, la productividad y
la rentabilidad de las actividades agropecuarias: combate frontal a las causas que
generan la pobreza rural y un mejoramiento de la balanza comercial agropecuaria.

Se llegó a la conclusión que lo adecuado para el país, lo lógico, era seguir el


camino más corto y de resultados más rápidos, con el menor uso de recursos
limitados, como existen en todos los países.

Por ello, se diseñó una estrategia integral y participativa, con la colaboración de


los gobiernos federal y estatales, pero sobre todo de los propios productores, en
la que se consideran todos los elementos para alcanzar los objetivos citados: la
liberalización de precios, fomento a la educación en el sector rural, capacitación
para los productores, capitalización y, como punto fundamental, el incremento a la
productividad vía transferencia de tecnología, que proporcione resultados
inmediatos conforme a los fines que se persiguen en el campo. De manera
simultánea se ha fomentado el avance de la investigación biotecnológica que dé
soporte a todas estas acciones.

Lo fundamental es cerrar la brecha tecnológica y de productividad que existe en


México. El país cuenta, como se mencionó, con productividades extremadamente
altas o demasiado bajas, lo que queremos es tener un sector agropecuario más
uniforme, para contar con un país más justo.

El impulso de la transferencia tecnológica posee la enorme ventaja de que la


tecnología ya existe y está disponible para su aplicación. Lo que hemos hecho en
México es identificar las experiencias y los avances de otros países, definir cuáles
pueden aplicarse en México, para difundirlos masivamente en el país.

La revisión de los logros alcanzados en otras naciones permitió que en México


iniciáramos la aplicación de las experiencias chilenas para la capacitación y la
asistencia tecnológica; de Costa Rica estamos tomando avances genéticos que
han desarrollado en café y palma de coco; de Malasia, Colombia y Costa Rica
hemos estudiado los avances en la producción de palma africana, que permita
disminuir las grandes importaciones de aceite que actualmente realiza México; de
Nueva Zelandia hemos adoptado la nueva tecnología que han aplicado para la
siembra de pastos; de Australia hemos adaptado los avances que han creado
para la cría de ganado y la producción de carne; de Estados Unidos, Canadá y de
algunos países europeos hemos traído importantes avances tecnológicos en
granos; de Israel, España y Estados Unidos hemos estudiado y realizado la
transferencia de tecnología en materia de riego presurizado.

Es decir, creamos una canasta tecnológica con lo más avanzado a nivel mundial,
que pudiera aplicarse en México, conforme a nuestras exigencias naturales y
organizativas, para impulsar la productividad, la producción y la competitividad de
los productos mexicanos.

Adicionalmente, para avanzar en la investigación básica y aplicada se fortaleció el


Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y se
crearon 32 Fundaciones Estatales para la transferencia tecnológica, una en cada
entidad federativa, manejadas por los propios productores y orientadas a la
aplicación de tecnología propia para cada región.

Esta forma de dar solución a los problemas del campo ha motivado la necesidad
de realizar un conjunto de acciones para el desarrollo sectorial, con la aplicación
de más de treinta programas productivos. Para ello, estamos impulsando la
producción de café, sustituyendo los viejos cafetales por variedades mucho más
productivas, resistentes y precoces; la producción de leche con siembra de
praderas y mejores tecnologías; la cría de ganado bovino con la introducción del
sistema holístico; la producción de granos, con la propagación del uso de semilla
certificada, más fertilizantes y mejor maquinaria; la producción de aceite vegetal
con nuevas variedades y el mejoramiento de la Educación y Capacitación con
programas específicos.

En México, tenemos claro que el cambio estructural requiere, además de un


amplio proceso de transferencia y difusión tecnológica, una capitalización
sostenida del campo, mecanismo indispensable para aumentar la rentabilidad y la
productividad. Para ellos, y con apego estricto a las disposiciones internacionales
en la materia, se están otorgando apoyos fiscales a fondo perdido a la inversión
productiva, riego por goteo y presurizado y maquinaria e implementos agrícolas,
siembra de hule y palma de aceite, siembra de praderas, adquisición de equipo
para producir leche, compra de ganado de alto registro, entre otros apoyos.

Se ha puesto cuidado para que la estrategia se adecue a cada nivel productivo,


un ejemplo lo constituye la producción de maíz en las regiones más atrasadas. El
objetivo es pasar de sistemas productivos del siglo XV con menos de 500
kilogramos de productividad por hectárea al uso de implementos agrícolas y
tecnología de principio de este siglo; parece modesto, pero en realidad para el
caso mexicano es ambicioso, con ello estamos intentando lograr la autosuficiencia
de millones de pequeños productores.
Aplicación del avance tecnológico

De manera específica, a continuación se resumen algunos programas y acciones


que se están aplicando en México para los objetivos planteados en la estrategia
general, vía transferencia tecnológica.

1.4.2. Riego tecnificado

Para incrementar la productividad en las superficies irrigadas mediante proyectos


que incluyan la utilización de sistemas de irrigación y fertilización que permitan
hacer un uso eficiente del agua, reducir los costos de energía y fertilizantes e
incrementar los rendimientos, se otorgan apoyos para la adquisición e instalación
de materiales para riego, tubería de conducción y drenaje; así como para la
compra de equipos y sistemas de riego de alta y baja presión, de fertirrigación
como tanques, filtros, inyectores y mezcladoras; equipos de bombeo, filtros y
medidores. La aportación federal cubre un 35% de la inversión requerida, los
gobiernos estatales aportan un 10% y los productores el saldo del costo de los
proyectos.

1.4.3. Mecanización

Este programa promueve la adquisición de tractores y sembradoras de precisión,


para incrementar y renovar el parque de maquinaria y con ello incrementar la
eficiencia productiva, reducir el deterioro de los suelos y mejorar el ingreso de los
productores. El gobierno federal aporta un 20% del costo de la maquinaria y los
gobiernos estatales un 10%, el resto lo cubren los productores a quienes se les
apoya también con un descuento que otorgan los fabricantes.

Kilo por kilo en maíz y frijol

En virtud de que sólo en el 12% de 7 millones de hectáreas de maíz se utiliza


semilla mejorada, se seleccionaron 27 Estados del país, con campesinos
propietarios de menos de cinco hectáreas para proporcionarles, en intercambio,
semilla criolla por mejorada, generada por el INIFAP y seleccionada con el mejor
potencial de rendimiento para cada lugar. Los resultados a la fecha han sido
estimulantes: en algunos casos se han logrado incrementos de 100%. La
demanda de este programa es tan grande que probablemente en 1998, se llegue
a una cobertura de un millón de hectáreas.

Palma de Aceite

México importa cerca de 1.500 millones de dólares de aceite, grasas y


oleaginosas. La posibilidad de crecer en soya es limitada, pero el sureste del país
tiene un potencial para palma de aceite de más de 2.5 millones de hectáreas.
Actualmente, hay en proceso de siembra y planteo en 17.000 hectáreas y se
espera que para el próximo año se alcance un ritmo de 20.000 hectáreas anuales.
México requiere de 150.000 hectáreas de palma para lograr su autosuficiencia en
aceite vegetal.

Programa del café

En la actualidad, se tiene cerca de 750.000 hectáreas de café, en parcelas muy


pequeñas con productividad muy baja, de 5 quintales, en promedio, por lo que
hemos iniciado un programa para reemplazar gradualmente los plantíos viejos
con materiales de alto rendimiento. Asimismo, se ha iniciado un programa de
apoyo en fertilización y control de plagas y enfermedades. El INIFAP, por su
parte, está desarrollando la variedad Oro Azteca, resistente a la roya y de alta
producción.

Hule

El potencial del hule en México es inmenso; en la actualidad sólo hay 15.000


hectáreas de hule con materiales de bajo rendimiento de 500-800 kilogramos por
hectárea. Sin embargo, con el Consejo Mexicano del Hule y la instalación de
jardines de multiplicación con clones de alto rendimiento producidos por el
INIFAP, se tiene programado plantar 40.000 hectáreas para el fin del milenio, lo
que devolverá al país su autosuficiencia y le ahorrará un monto importante de
divisas.

Coco

En México, se han perdido cerca de 50.000 hectáreas de plantaciones debido a la


presencia del Amarillamiento Letal; para responder a esta situación, se aplica un
programa de producción de planta híbrida con la cruza de enano malayo y criollo
del pacífico. El programa crece a un ritmo de 10-15.000 hectáreas en la medida
que entran en producción las huertas madres. Esto se está logrando con los
estudios y las acciones coordinadas por el INIFAP, lo que está permitiendo
reactivar la producción de esta oleaginosa.

Cacao

Por problemas de enfermedades, manejo productivo y comercialización, los


campesinos han reducido sus plantaciones de cacao de 90.000 a 60.000
hectáreas; para resolver esto, los genetistas del INIFAP lograron una variedad
con rendimientos de 1.500 kilogramos por hectárea, con resistencia a la pudrición
del fruto. Se han iniciado las acciones para la difusión de esta tecnología que
favorecerá el incremento de la producción nacional.
1.4.4. Equipamiento rural

Este programa tiene el propósito de fortalecer la producción de carne y leche,


dando especial énfasis al establecimiento de praderas, cercos eléctricos, abasto
de agua, ordeña mecánica, conservación, etc. Se está brindando apoyo, a través
de este programa, a los productores de mediano potencial, lo que favorece un
relativamente fácil salto tecnológico, al tener acceso a mejores implementos y
tecnología.

1.4.5. Mejoramiento genético

Para aumentar el hato lechero y sobre todo aquél que aproveche el potencial del
trópico de doble propósito, se está apoyando hasta un 50% la compra de toros de
registro, vaquillas lecheras, inseminación artificial y transferencia de embriones. El
país también sufre de un importante déficit en leche. Con estas acciones se tiene
programado un importante incremento productivo que permita reducir la
dependencia externa, aprovechando las condiciones favorables con que cuenta el
país para la producción de dicho producto.

En las líneas de investigación y transferencia tecnológica, el plan estratégico, a


mediano plazo, contempla aprovechar intensamente el potencial productivo,
considerando a la biotecnología como un instrumento que permita corregir
deficiencias agro ecológicas y proteger los recursos genéticos, se privilegia el
enfoque para la resolución de los problemas de los pequeños productores, con
ciudad en sustentabilidad ambiental.

Por su importancia, se está trabajando para producir, por vez primera en México,
arroces híbridos que muevan la frontera productiva a 16 toneladas por hectárea.

Como México tiene el 66% de la superficie en zonas áridas y semiáridas, la


búsqueda de resistencia a la sequía en las plantas es un esfuerzo permanente.

La posibilidad de maíz apomíctico en un proyecto de CIMMYT-ORSTOM-INIFAP


podrá darle acceso al vigor híbrido a miles de pequeños campesinos.

Las pruebas antiestrés para reducir los riesgos en el trigo hasta en un 50%,
mediante la aplicación del ácido acetilsalicílico y otros agentes químicos, son
realmente alentadoras para algunas zonas del país que riegan con alto costo de
bombeo.

De manera controlada, se están evaluando los algodones transgénicos de Delta


Pine "Bollgard" con resistencia al gusano bellotero y herbicidas de amplio
espectro (glifosato).

Se ha logrado introducir, con trabajos de CINVESTAV-INIFAP, genes


proporcionados por Monsanto, resistentes a la virosis en papas mexicanas.
Se están haciendo pruebas en México de soya con resistencia a herbicidas de
amplio espectro, que permitan incrementar la superficie de este cultivo.

En caña, se tiene el proyecto de incorporar el gen del B.t. (Bacilus thuringiensis),


para lograr resistencia al gusano barrenador que ha devastado algunas zonas del
país.

Estos son algunos de los campos en los que México está trabajando para el
avance científico y la propagación tecnológica.

1.4.6. Primeros resultados

La estrategia para el desarrollo del sector agropecuario ha dado los primeros


resultados.

El año pasado, la producción de granos básicos y oleaginosas creció un 8% en


relación a 1995 y en el ciclo otoño-invierno 1996/1997 se obtuvo un incremento
del 18% en estos productos respecto al ciclo homólogo anterior. En la producción
de caña de azúcar, el país ha logrado tres zafras consecutivas en las que se han
roto los récords de producción previos; en la producción de café se obtuvo en
1996 un incremento del 30%, en relación al año anterior y en hortalizas y forrajes
se creció en 5%. Es decir, se ha logrado hacer crecer la producción agrícola a un
ritmo superior al crecimiento de la población.

En ganadería, se ha frenado el proceso de deterioro que había sufrido este


sector, después de tres años consecutivos de intensa sequía y se espera que en
los próximos años haya un repunte significativo.

En el primer semestre de este año, el PIB agropecuario y forestal creció en 5.8%,


respecto del mismo período de 1996.

El incremento de la producción y de la calidad y de la condición sanitaria de los


productos mexicanos ha permitido que mejore el intercambio comercial
agropecuario con el resto del mundo. En el primer semestre de este año se tuvo
un saldo favorable de $420 millones que contrasta con el saldo positivo del mismo
período del año pasado, pero que sólo ascendió a 50 millones.

En el fondo, en la aplicación de las políticas mencionadas, subyace la idea de que


no basta la dotación de recursos naturales para ser eficientes, productivos, para
combatir la pobreza rural, ni para ser autosuficientes, que es necesario hacer un
esfuerzo intencional, decidido, que parta de la gran experiencia mundial en
tecnología agropecuaria y que, mediante un diagnóstico objetivo y un análisis
racional, permita la adaptación tecnológica en favor de las regiones en donde está
se aplique. De esta manera, México está elevando su producción agropecuaria y
está ganando también en seguridad alimentaria.
1.5. Desarrollo tecnológico en Brasil

1.5.1. Irrigación

Arrozal gaucho

Donde se utilizó por primera vez la irrigación en Brasil. La irrigación en Brasil


empezó a comienzos del siglo XX, en la región sur del país. En primer lugar en
Río Grande del Sur y posteriormente en Santa Catarina. Sin embargo, esta
práctica no tuvo un amplio desarrollo hasta los últimos treinta años del siglo XX.27

Mientras en las regiones del Sur y el Sureste la irrigación se desarrollaba


lentamente mediante la iniciativa privada, en la región Nordeste era incentivada
por los órganos oficiales, como el DNOCS y la CODEVASF (Companhia de
Desenvolvimento dos Vales do São Francisco e do Parnaíba), a partir de la
década de 1950. En 1968 fue instituido el Grupo Ejecutivo de Irrigación y
Desarrollo Agrario (GEIDA), que dos años después implantó el Programa
Plurianual de Irrigación (PPI). La mayoría de los recursos fueron destinados al
Nordeste.27

Esas iniciativas burocráticas federales, sin embargo, no obtuvieron el éxito


esperado. A partir de 1985 se le dio una nueva orientación al proyecto y, en 1996,
se buscó ampliar el uso de la irrigación en la agricultura con el Proyecto Nuevo
Modelo de la Irrigación, que contó con la participación de más de mil quinientos
especialistas del país y del extranjero.27

El potencial de irrigación de Brasil es, según el Banco Mundial, de cerca de


veintinueve millones de hectáreas. No obstante, en el año 1998, solo había 2,98
millones.28

Al final de la última década del siglo XX, el país tenía la irrigación de superfície
como la principal forma de riego (59%), seguida por la aspersión (35%) y, por
último, la irrigación localizada. La Región Sur era la que poseía una mayor
superficie irrigada (más de 1,1 millones de hectáreas), seguida por el Sureste
(890 000 ha) y el Nordeste (490 000 ha).28

Actualmente, el marco regulatorio de la actividad se encuentra en tramitación en


el Congresso Nacional, a través del Proyecto de Ley 6.381/2005,27 que
substituirá la Ley 6.662/1979 , que regula la Política Nacional de Irrigación.29 La
Política Nacional de Recursos Hídricos está regulada por la Ley 9.433/1997, y
gestionada por el Consejo Nacional de Recursos Hídricos.27
1.5.2. Infraestructura agrícola

Entre los principales elementos infraestructurales de importancia para la actividad


agrícola están el transporte, las existencias reguladoras, el almacenamiento, la
política de precio mínimo, la sanidad vegetal, etc.

1.5.3. Flujo de la producción

Transporte de la cosecha por carretera: ejemplo de atraso en la infraestructura de


Brasil.

El transporte de los productos agrícolas es uno de los problemas estructurales a


los que se enfrenta la agricultura en Brasil.

Pedro Calmon registraba que, desde el Imperio, "el flujo de los productos
agrícolas es difícil" e indicaba que "los viejos proyectos de ferrocarriles o
calzadas, uniendo el litoral y las montañas centrales (...) a la que se resisten los
estadistas escépticos, que emulan a Thiers, cuando en 1841, decía que las vías
férreas no convenían a Francia.".

En Brasil no existe una política de almazenamiento de los productos agrícolas en


las propiedades. La mayoría del transporte se hace por carretera, gran parte en
malas condiciones de tráfico, mediante camiones. El coste del transporte, que en
general recae sobre el productor, es elevado y no se ajusta a los principios de la
logística.

En la temporada 2008/2009, por ejemplo, la Federación de la Agricultura y la


Pecuaria de Goiás (FAEG) denunciaba el estado precario de las carreteras de la
región Centro-Oeste, algunas con problemas desde 2005 y, a pesar de las
peticiones a los organismos gubernamentales, no se hizo nada.

A pesar de esto, el gobierno federal elaboró en 2006 un Plan Nacional de


Logística y Transportes, destinado a proporcionar un mejor flujo de la producción.
La falta de inversiones en el sector continua siendo, sin embargo, el principal
problema en la logística de flujo.

Existencias reguladoras y precio mínimo

Un buen ejemplo de la necesidad de creación de existencias reguladoras está en


la producción de etanol a partir de caña de azúcar. La gran variación de precios a
lo largo de la temportada, que varían por razones climáticas y fitosanitarias,
justifican el almacenamiento de existencias.
Las existencias también tienen por objetivo asegurar la estabilidad de los ingresos
de los agricultores, además de evitar la fluctuación de precios entre cosechas.
Hasta la década de 1980 estuvo implantada en el país la llamada Política de
Garantía de Precios Mínimos, que perdió importancia en la política agrícola a
partir de los años 90, con la globalización. Uno de sus principales efectos es la
inestabilidad de precios de los productos agrícolas.

La gestión de las existencias, en el plano nacional, compete a la Compañía


Nacional de Abastecimiento (Conab).

Almacenamiento

El almacenamiento agrícola es una de las etapas de producción de la agricultura


del país que presenta necesidades de inversión y ampliación, con el fin de
proseguir el desarrollo del sector. Entre las acciones logísticas de producción, la
capacidad de almacenamiento brasileña en 2003, era del 75% de la producción
de granos,cuando lo ideal es que sea un 20% superior al total de la producción.

La producción, por falta de almacenes y silos, requiere ser comercializada


rápidamente. Según datos del Conab, apenas el 11% de los almacenes están en
las granjas (mientras que en Argentina lo están el 40%, en la Unión Europea el
50% y en Canadá llega al 80%). Esto fuerza al agricultor a servirse del servicio de
terceros, para almacenar su producción. Los factores estacionales, como el
fracaso de las cosechas y el desfase en el tipo de cambio, descapitalizan al
productor, y ese año no consigue invertir en la construcción de silos. Con estos
puede negociar su producción en condiciones más favorables, y no solamente
cuando hay buena cosecha. La situación brasileña permite decir que los camiones
se transforman en "silos sobre ruedas"

1.6. Desarrollo tecnológico en el Perú

El tema de la ciencia, tecnología e innovación (CTI) ha ido pasando de un mero


discurso en la agenda política del país a un área de acción en la política pública.

Uno de los primeros avances fue dejar de hablar de la economía del conocimiento
como si fuera un estadio al cual es posible acceder sin ningún esfuerzo y tener
conciencia de que el país ha estado creciendo más en base al aumento de
factores y menos en base al aumento de productividad.

Asimismo, ha sido importante reconocer que somos uno de los países que menos
gasta en investigación y desarrollo (I&D) en la región. Desde el 2004, seguimos
dedicando alrededor del0,15% del PBI en I&D, a pesar de haber crecido a un
ritmo de 7% anual.
Solo el 0,8% de nuestras exportaciones puede calificarse de alta tecnología frente
a un promedio regional de 4,3% y 3,5% de las mismas son consideradas de
mediana tecnología frente a un promedio de 9,5%.

Sin embargo, se han hecho algunos esfuerzos para aumentar el financiamiento de


las actividades deCTI; el primero de estos fue la implementación del Programa
Incagro, el segundo fue la implementación del Programa de Ciencia y Tecnología
(Fincyt) y el tercero el Fondo de Investigación y Desarrollo para la Competitividad
(Fidecom).

En ese contexto, el CIES y Grade se propusieron definir una agenda de


investigación que pueda brindar información y conocimiento en los ámbitos que es
necesario actuar para mejorar la eficacia del sistema de CTI con especial énfasis
en la actividad innovadora de las empresas y la difusión y transferencia
tecnológica.

1.6.1. Innovación Y Empresa

Una de las más graves carencias en el campo de la CTI es el poco conocimiento


de la conducta innovadora de las empresas. Parte de esta situación se deriva de
la falta de información. Afortunadamente, la Encuesta de Innovación en la
Industria Manufacturera 2012 ya se realizó y es posible contar con información
necesaria para identificar qué tipo de innovaciones hacen las empresas, qué
actividades de innovación son las más frecuentes, cuáles son las motivaciones
para innovar, cuáles son los principales obstáculos que enfrentan, entre otros.

Adicionalmente, el cruce de la información de dicha encuesta con la de otros


sondeos como la Encuesta Económica Anual o la de empleo, podrá brindar
información sobre –por ejemplo– el efecto de la innovación sobre los resultados
de las empresas como aumento de ventas, exportaciones y productividad total de
los factores; y sobre el efecto de innovación en las variables de empleo.

Por otro lado, es importante complementar las estadísticas de CTI con una
encuesta de investigación y desarrollo en el sector público, que es el principal
responsable de esta actividad en el país.

Asimismo, se debe seguir reportando las experiencias exitosas y los fracasos en


innovación empresarial. Solo de esta manera será posible caracterizar los
distintos procesos de innovación que experimentan las empresas de acuerdo al
tipo de industria en donde se da la innovación, al tipo de empresa; así como
identificar los factores que facilitan o dificultan dichos procesos.

Otro tema del cual se sabe poco en el Perú es acerca de la capacidad de


absorción de las empresas. Esta capacidad es la que permite identificar, captar y
asimilar conocimiento externo; y que se vuelve un recurso importante en la
construcción de aptitudes tecnológicas que luego son las responsables de la
posibilidad de innovación en las empresas. La obtención de estas capacidades
implica un esfuerzo constante de las empresas, tanto en tiempo como en recursos
técnicos y financieros.

Experiencias exitosas como las de Bembos y Kola Real son ejemplos de


imitación, pero detrás de las que hay mucho esfuerzo por identificar procesos
seguidos por las empresas originales para luegoadaptarlos a la idiosincrasia y al
mercado nacional y, finalmente, generar productos y servicios nuevos o por lo
menos diferenciados.

1.6.2. Aplicación De Tecnología

En un país como el Perú, que se encuentra atrasado en sus capacidades de


investigación y de innovación, la difusión y transferencia de tecnología son
cruciales para identificar cómo se realizan estos procesos, especialmente con las
tecnologías que están disponibles en el mundo y que pueden generar grandes
cambios en la dinámica de distintos sectores económicos.

Por ejemplo, hay una larga tradición de estudios de difusión tecnológica usando
los modelos epidémicos en la agricultura norteamericana, algo similar se podría
intentar para analizar cómo se han difundido los cultivos orgánicos en la
agricultura peruana.

Por otro lado, muchas de las experiencias exitosas de difusión de tecnologías en


el agro peruano han dependido de la creación de un “paquete tecnológico”
adecuado. Sin embargo, poco es lo que sabe sobre la construcción de dichos
paquetes tecnológicos y sobre su entrega a los beneficiarios o su
comercialización.

En cuanto al tema de transferencia de tecnología, entendida como la transferencia


de conocimiento generada a partir de la investigación académica hacia los
usuarios que la transformarán en productos y servicios novedosos, no se sabe
casi nada en el Perú.

En el campo de los productos nativos con propiedades nutritivas y medicinales se


ha dado mucha investigación y hay algunas experiencias de comercialización de
productos nutracéuticos como lamaca y uña de gato, pero poco se sabe del
tránsito entre el conocimiento desde la universidad hacia la empresa.

Finalmente, un tema que no ha sido analizado pero que ha estado presente en


cada experiencia de desarrollo de ‘clusters’ y cadenas productivas es el de las
normas y estándares técnicos. No hay cadena productiva que haya logrado entrar
a mercados internacionales en la que sus productores no hayan tenido que
adoptar prácticas productivas acordes a diferentes certificaciones internacionales.
El uso de dichos estándares representa un poderoso instrumento para lograr la
gobernanza de la cadena y de los ‘clusters’. Asimismo es sabido que disminuye
los costos de transacción entre los agentes de las cadenas y de los ‘clusters’. Si
se quiere difundir masivamente las experiencias exitosas, es necesario identificar
el rol de los estándares y cuáles son las modalidades de transferencia entre los
distintos agentes.

() *Economista investigadora Grade. Actual directora de Prospectiva e Innovación


Tecnológica del Concytec. Balance financiado: IDRC-Canadá y Fundación
Bustamante.

CAPITULO II

MEDIO AMBIENTE

2.1. EL MEDIO AMBIENTE EN AMERICA LATINA

Los ricos recursos naturales de América Latina y el Caribe son fundamentales


para la salud ambiental del planeta. Para protegerlos es indispensable que los
gobiernos intensifiquen sus esfuerzos con miras a aplicar las políticas existentes y
a crear medidas nuevas. Así y todo, no faltan ejemplos inspiradores a la hora de
dirigir la región hacia un futuro sostenible, desde políticas que han servido para
reducir los índices de deforestación en el Amazonas hasta sistemas de transporte
público que han contribuido a reducir las emisiones en Brasil y Colombia y, de ese
modo, a ralentizar el cambio climático.

Ampliar y acelerar tales medidas podría impulsar la transición hacia una economía
verde en momentos en los que los países del mundo se disponen a acudir a la
Cumbre Río+20, que tendrá lugar este mes. Las anteriores son algunas de las
conclusiones más importantes para América Latina y el Caribe contenidas en el
quinto informe sobre las Perspectivas del Medio Ambiente Mundial (GEO-5), en el
que se analiza la situación del medio ambiente mundial y se evalúan los
progresos hacia las metas y los objetivos trazados.

La región alberga el 23 % de los bosques y el 31 % de los recursos de agua dulce


del planeta. Sin embargo, el crecimiento demográfico y los hábitos de consumo
insostenibles han diezmado los entornos naturales aptos para la agricultura y la
extracción de materias primas, y han mermado la diversidad biológica de la
región. La creciente población de una región ya ampliamente urbanizada supone
un reto para el abastecimiento de agua dulce y el tratamiento de desechos en los
pueblos y ciudades, así como para abordar la polución atmosférica y la
contaminación de los recursos de agua dulce, los océanos y los mares.
La competencia por los escasos recursos y la distribución desigual de los
beneficios han provocado cada vez más conflictos socioeconómicos y han puesto
en peligro los estilos y medios de vida tradicionales de las comunidades locales e
indígenas. Según el informe, los problemas más acuciantes son la falta de
voluntad política, la poca continuidad de los procedimientos debido a la brevedad
de los mandatos y el empleo de instrumentos de ejecución inadecuados.

Es necesario que los gobiernos se comprometan con más firmeza tanto a crear
nuevas políticas como a aumentar la eficacia de las que ya existen mediante la
asignación de los recursos financieros apropiados, la transparencia, la rendición
de cuentas y la inclusión.
En el ámbito regional, el informe GEO-5 presta atención especial a los enfoques
centrados en las políticas y hace hincapié en las políticas nacionales y regionales
que se pueden fomentar y reproducir en cualquier otro lugar. En el documento
también se analizan las últimas tendencias y las prioridades de acción regionales.

2.1.1. Factores determinantes

En la metodología empleada para elaborar el informe GEO-5 resulta fundamental


la idea de que abordar los factores subyacentes es indispensable para afrontar
con eficacia las presiones ambientales. El informe postula que las políticas son
más eficaces cuando abordan de un modo proactivo las causas de la
degradación ambiental, en lugar de responder a sus efectos.

Población

Entre las 33 naciones de la región hay países como Brasil —séptima economía
del mundo en 2011, y pequeños estados insulares en desarrollo con economías
frágiles. Los datos del Banco Mundial indican que la población alcanzó los 583
millones de personas en 2010, más del doble que en la década de los sesenta.
Alrededor del 79 % reside en zonas urbanas; el gran São Paulo se considera la
tercera megalópolis más grande del mundo, con una población de 20,3 millones
de personas.

Desarrollo Económico y Globalización

Los datos publicados por Global Insight en 2010 sugieren que, en los próximos
cuarenta años, el Brasil, junto a Rusia, la India y la China, comenzarán a
acercarse a los Estados Unidos en términos de producto interior bruto (PIB). El
proceso de urbanización, el cambio demográfico y la riqueza en los hogares de
países como Brasil indican que es probable que la alteración de las pautas de
consumo alimentario afecte profundamente a los sistemas alimentarios
regionales. El consumo diario de kilocalorías por persona en América Latina y el
Caribe aumentó casi un 5 % entre 1997 y 2008. El impacto ambiental de la
producción cárnica en todo el mundo depende de la intensidad, la extensión y la
gestión de dicha actividad productiva. No obstante, la creciente demanda mundial
de carne ha sido una causa importante de deforestación en América Latina, ya
que se talan bosques para plantar soja con la que posteriormente se alimenta el
ganado.

El incremento en los precios de los alimentos entre 2007 y 2008, y las normas de
la Unión Europea y otros países relativas a la mezcla de biocarburantes, han
propiciado la ampliación de las plantaciones de palmera oleaginosa en Colombia
y Guatemala, la producción de etanol a partir de la caña de azúcar en Brasil y las
plantaciones de soja en Argentina y Brasil.

La situación del medio ambiente - Prioridades

En las consultas regionales preliminares para la elaboración del informe GEO-5


se identificaron cinco prioridades ambientales para América Latina y el Caribe: el
suelo, el agua dulce, la diversidad biológica, el cambio climático y la gobernanza
ambiental. Este último tema se consideró también de alcance transversal.

El suelo

El crecimiento demográfico y los hábitos de consumo insostenibles han provocado


una mayor presión sobre el suelo destinado a la agricultura y a la extracción de
materias primas, con la consiguiente deforestación.

El párrafo 40b del Plan de Aplicación de Johannesburgo (JPOI) (Cumbre Mundial


sobre el Desarrollo Sostenible de 2002) estipula la creación de un sistema de
gestión integrada del suelo. Se trata de un objetivo acordado internacionalmente
y clave en esta cuestión. Desde la década de los sesenta, la extensión de tierra
cultivable aumentó un 83 % en América Latina y el Caribe, un incremento acorde
con la significativa deforestación de la región. En 2009, más de 280 000
productores latinoamericanos y caribeños administraban el 23 % de los cultivos
orgánicos del planeta.
La República Dominicana y Uruguay tenían las cuotas regionales más elevadas.

La producción de carne ha crecido (un 37 % entre 1970 y 2008) y también lo ha


hecho el área destinada al cultivo de soja para engorde del ganado. En todo el
mundo se dedicaron a este fin 98,8 millones de hectáreas en 2009, cuando en
2000 se utilizaban 74,3 millones de hectáreas y, hace 30 años, 50,4 millones de
hectáreas. El área dedicada al cultivo de soja creció casi un 80 % en América
Latina y el Caribe entre 1999 y 2008. La región de América Latina y el Caribe
tiene los peores índices de deforestación del planeta. Entre 2005 y 2010 perdió
cuatro millones de hectáreas anuales, algo menos que los cinco millones anuales
deforestados durante la década anterior.

ESTUDIO DE CASO: Plan de acción para la protección y el control de la


deforestación en el Amazonas
La deforestación se redujo en el periodo 2004-2011 (de 25 000 km2 anuales a
algo más de 5000), en forma paralela a la adopción de nuevas políticas en el
Brasil, en el marco del Plan de Acción para la Protección y el Control de la
Deforestación en la Amazonia Legal brasileña. El plan preveía:
• Crear nuevas zonas protegidas en las áreas con mayor incidencia de
deforestación
• Poner en marcha un programa de monitoreo de la deforestación con imágenes
satelitales.
• Una estrategia enérgica de aplicación de las leyes que contemple la incautación,
pérdida e incluso destrucción de propiedades.
• Negar créditos públicos para el desarrollo rural a los productores que infrinjan la
normativa ambiental.
• Obligación de los municipios de reducir los índices de deforestación hasta un
objetivo determinado y de registrar las zonas protegidas en una base de datos
que permita detectar con facilidad los casos de deforestación ilegal.

En el informe se identifican tres medidas políticas que es necesario rediseñar para


poner freno a la degradación de suelo: la planificación del uso del suelo en
diversas escalas, la sostenibilidad de la producción agrícola y ganadera, y la
recuperación de tierras degradadas. Por ejemplo, poner la gestión de las tierras
comunitarias tradicionales en manos de la población indígena del Amazonas
boliviano ha permitido mejorar el bienestar de las poblaciones rurales e
indígenas, y ha ayudado a proteger los servicios forestales.

Agua dulce

La región de América Latina y el Caribe tiene la segunda huella de agua verde


(agua de lluvia almacenada en la tierra) más grande del mundo, detrás de
América del Norte, con algo menos de 1500 cm por persona y año, y afronta
varios desafíos relacionados con el saneamiento y el agua potable. El párrafo 26
del Plan de Aplicación de Johannesburgo (JPOI) (Cumbre Mundial sobre el
Desarrollo Sostenible de 2002) aboga por un uso eficiente de los recursos
hídricos y un reparto sensato entre los diversos sectores. Se trata de un objetivo
clave en la materia. El consumo cada vez mayor de carne merma los recursos
hídricos. El ganado consume más del 8 % del agua dulce mundial y es una de las
mayores fuentes de contaminación del agua, a través de la eutrofización (exceso
de nutrientes en las masas de agua), la degradación de los arrecifes de coral,
diversos problemas relacionados con la salud humana y la resistencia a los
antibióticos.

En 2010, una cuarta parte de la población no tuvo acceso a mejores servicios de


saneamiento, muy lejos del Objetivo de Desarrollo del Milenio del 16 % para
2015. Por otra parte, las costas del Gran Caribe acumularon una de las mayores
concentraciones de desechos marinos de los doce mares analizados entre 2005
y 2007.

Diversidad biológica

En América Latina y el Caribe vive aproximadamente el 70 % de las especies del


planeta y se encuentra casi el 20 % de sus eco regiones. Su economía depende
en gran medida de esta rica diversidad biológica que, sin embargo, está cada vez
más amenazada por la actividad humana; la diversidad biológica del trópico, que
abarca una parte significativa de América Latina y el Caribe, ha disminuido un
30 % desde 1992. En el contexto de los nuevos Objetivos de Aichi que se
establecen en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), se designó el
artículo 10 de dicho Convenio como objetivo internacional relacionado con esta
cuestión prioritaria.

La diversidad biológica de la región se ve amenazada por una serie de factores


que se relacionan entre sí, tales como la destrucción, la transformación y la
alteración del hábitat; la sobreexplotación o el uso insostenible de los recursos
terrestres e hídricos; las prácticas insostenibles de gestión del suelo; y la presión
demográfica y la globalización.

El informe establece la aplicación de políticas equitativas fundamentadas en


pruebas, participativas
e intersectoriales, que busquen proteger y recuperar los recursos biológicos,
dentro de los cuatro siguientes temas generales:
• Incrementar y ampliar las zonas protegidas, mejorar su gestión y crear una
mayor conectividad.
• Aplicar el enfoque de los ecosistemas a la gestión de la diversidad biológica.
• Promover la conservación de la diversidad biológica mediante el pago de
servicios ecosistémicos.
• Acceso y beneficios comunes.

ESTUDIO DE CASO: Zonas protegidas

En América Latina, incluido el territorio marino, hay más de 500 millones de


hectáreas protegidas en 4400 zonas diferentes. La protección de determinadas
zonas se considera una de las medidas políticas más importantes para conservar
la diversidad biológica de la región y, si se gestiona adecuadamente, puede
contribuir tanto a la adaptación y mitigación del cambio climático como al PIB.

Ejemplo de ello es el corredor biológico mesoamericano,1 creado por ocho países


de América Central, que conecta grandes e importantes áreas de hábitat. El
corredor fomenta la participación de los residentes y, de este modo, ayuda a
crear una mayor sensación de bienestar humano al mismo tiempo que garantiza
la protección del patrimonio biológico de la región.

Cambio climático

El cambio climático mundial agrava muchos de los problemas que existen en


distintas regiones y pone en peligro los beneficios del desarrollo, la reducción de
la pobreza y el crecimiento económico. Aunque la región es responsable de tan
solo el 12 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, ya está
padeciendo los perjuicios del cambio climático: las condiciones meteorológicas
extremas y los fenómenos climáticos han aumentado su frecuencia e intensidad,
y está subiendo el nivel del mar, lo cual afecta a los grupos más vulnerables de la
región. Para abordar el cambio climático, la región debe comprometerse a
cumplir de manera continua los objetivos internacionales y regionales, tales como
la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y su
Protocolo de Kyoto (UNFCCC 1998, 1992) y el Marco de Acción de Hyogo (ISDR
2005).
El Amazonas pone de manifiesto la magnitud del problema: dicha cuenca es un
componente fundamental del sistema Tierra, pues alberga la mayor diversidad de
organismos terrestres del planeta, intercambia una enorme cantidad de agua y
energía con la atmósfera y, por tanto, regula el clima local y regional. Es también
un gran sumidero y depósito de carbono, con 90 000 millones de toneladas
(alrededor de una quinta parte del carbono que se acumula en los bosques
tropicales del planeta).

El Amazonas sufrió dos «sequías del siglo» en 2005 y 2010, que provocaron
rápidamente la muerte de un gran número de árboles y un aumento importante
de las emisiones de carbono en regiones que suelen ser sumideros netos de
carbono. Las sequías aumentan la vulnerabilidad a los incendios, pues hacen los
bosques más inflamables y facilitan la propagación de las llamas. Algunas
simulaciones indican que el cambio climático por sí solo podría reducir en un
tercio la extensión del bioma del
Amazonas para 2010.

El informe estipula una gestión ambiental sostenible de las selvas y de los


principales ecosistemas; poblaciones menos vulnerables a través de una
adaptación eficiente; eficiencia energética y desarrollo de nuevas fuentes de
energía renovable; agricultura ecológica; y transformación de los sistemas de
transporte de un modo responsable desde el punto de vista social y ambiental,
con el apoyo de instrumentos financieros y económicos internacionales.

ESTUDIO DE CASO: Los autobuses de tránsito rápido

Un análisis atento de las necesidades de la sociedad facilita la puesta en marcha


de iniciativas ambientales más eficaces, que sirvan también para promover el
desarrollo social. Ejemplo de ello es una iniciativa para sustituir el sistema de
transporte convencional por un sistema de autobuses de tránsito rápido que se
aplicó primero en Curitiba (Brasil) y
, posteriormente, en Bogotá (Colombia) y otras ciudades. Esta iniciativa muestra
que los proyectos, cuando se diseñan correctamente, pueden aportar diversos
beneficios ambientales y sociales, tales como la mitigación del cambio climático o
la mejora de la movilidad.

Gobernanza ambiental

La gobernanza ambiental en América Latina y el Caribe representa un mosaico


complejo fruto de la amplia variedad de sistemas de gobierno, con diversos
grados de desarrollo, distintos enfoques hacia las cuestiones ambientales y
diferentes niveles de mecanismos de gobernanza y desempeño. Estos son
algunos de los desafíos en este ámbito:

• Los mecanismos regionales y subregionales desempeñan un papel importante


en la gestión ambiental, pero en muchos casos el medio ambiente no es su
prioridad.
• La mayoría de los países de América Latina y el Caribe cuentan con marcos
nacionales legales e institucionales referidos al medio ambiente, pero no tienen
capacidad de ejecución.
• El débil desarrollo de las políticas ambientales frente a la globalización
económica, financiera, comercial y tecnológica ha agravado el problema.
• Un importante reto para la región es gestionar las políticas ambientales
nacionales y equilibrar las prioridades internas al mismo tiempo que se
establecen acuerdos sobre el medio ambiente.
• Los calendarios de las políticas, los programas y los proyectos no siempre
coinciden con los de los mandatos políticos.
El informe insta a que se tomen medidas en las siguientes áreas a efectos de
mejorar la gobernanza ambiental y, de ese modo, promover la acción relacionada
con las demás cuestiones prioritarias:
• Información ambiental y mejora de la interrelación entre ciencia y política.
• Educación y cultura ambiental, y mayor participación pública.
• Economía ambiental y mecanismos comerciales.
• Colaboración y coordinación.
• Mejora de la justicia ambiental.
• Mandatos más extensos y mayor autonomía para los funcionarios técnicos
ambientales.
• Mecanismos de financiación creativos que faciliten la independencia política.

ESTUDIO DE CASO: Contabilidad para calcular el costo de los daños


ambientales en México

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México emplea la contabilidad


ambiental y económica integrada del Banco Mundial para monitorizar el costo del
deterioro de los recursos naturales y el medio ambiente. De acuerdo con las
cuentas ambientales y económicas correspondientes al periodo entre 2005 y
2009, los daños ambientales y el agotamiento de recursos como el agua y los
minerales costaron a México casi 90 000 millones de dólares estadounidenses
anuales. Dado que «lo que medimos afecta a lo que hacemos», la monetización
de los daños ambientales ofrece criterios tangibles que los encargados de tomar
decisiones pueden tener en cuenta al diseñar políticas ambientales.

El camino por delante

En la región existen muchas leyes referidas al medio ambiente, pero la falta de


gestión y de capacidad para aplicarlas ha mermado su eficacia. Además, las
políticas no evolucionan al mismo ritmo que las prácticas de producción, ni se
adaptan a las tendencias globales ni a la integración.
Los gobiernos deben comprometerse con más firmeza a crear nuevas políticas y
a mejorar la eficacia de las políticas y los mecanismos ya existentes, mediante
los recursos financieros adecuados, la investigación científica y la información,
una cultura de sensibilización ambiental y principios estándar de gobernanza,
tales como la transparencia, la rendición de cuentas y la inclusión.

Para poner en práctica un modelo de desarrollo más sostenible es necesario


mejorar las estrategias nacionales y regionales a efectos de promover políticas
intersectoriales, en las escalas pertinentes, que permitan abordar al mismo
tiempo los problemas ambientales y los económicos. Para mejorar la gobernanza
también se necesita una mayor participación de la comunidad y un nivel más
elevado de cooperación interinstitucional. La combinación de estos enfoques
puede ayudar a paliar los problemas ambientales de una manera que promueva
el bienestar humano. Asimismo, este tipo de iniciativas resultan fundamentales
para abordar los retos más importantes que afronta la región: la pobreza y la
desigualdad
CAPITULO III

ORGANIZACIONES RURALES

LAS ORGANIZACIONES CAMPESINAS EN AMERICA LATINA

3. Tipología de Organizaciones Campesinas

Las organizaciones campesinas, también llamadas organizaciones locales,


comunitarias, rurales o populares son agrupaciones de base, formales o
informales, voluntarias, democráticas, cuyo fin primario es promover los objetivos
económicos o sociales de sus miembros. Independientemente de su situación
jurídica o grado de formalización se caracterizan por ser grupos de personas que
tienen por lo menos un objetivo común. Actúan conjuntamente ante las
autoridades locales asociadas a la idea del desarrollo “de abajo hacia arriba” y
constituyen mecanismos para la obtención de créditos, insumos, capacitación y
otros servicios promoviendo el bienestar de sus miembros.
Los pequeños agricultores, trabajadores rurales, campesinos sin tierra, y otros
grupos desventajados de la población rural no tienen poder de negociación
suficiente para lograr que sus pedidos sean atendidos. De ahí la importancia de
agruparse y aunar esfuerzos para formular ante las autoridades demandas que
representen los intereses de la totalidad de sus miembros.
No obstante el bajo nivel organizativo de los agricultores de la Región se observa
que existe una gran variedad de grupos de autoayuda, que van desde los
autóctonos a los consejos comunales y sociedades cooperativas registradas.
Puede intentarse así presentar una tipología abierta de organizaciones
campesinas, dejando la posibilidad que puedan entrar otros grupos participativos.

3.1. Comunidades campesinas

Existe en la Región una rica experiencia en organizaciones sociales y de


desarrollo comunitario, con caracteres que les han permitido persistir a través del
tiempo y a pesar de la marginación que han soportado. Esos caracteres son,
entre otros, la homogeneidad étnica y cultural, el trabajo en común, la ayuda
mutua y el empleo de tecnologías vernáculas.
Las comunidades campesinas, difieren según sus características culturales,
ecológicas, evolución histórica, etc., pero todas se caracterizan por tener
relaciones de producción basadas en el trabajo familiar o bajo formas colectivas
entre los comuneros. Producen sus alimentos básicos con sistemas ancestrales y
escasa dotación de recursos, siendo los focos donde se concentra la extrema
pobreza.
Las organizaciones comunitarias de base actúan como intermediarias entre los
agricultores de escasos recursos y las instituciones de investigación y extensión
externas. Muchas de ellas se agrupan en federaciones u organizaciones de
segundo grado. Como continuidad a las actividades de intermediación, las
federaciones adaptan y difunden tecnología en programas que ellas mismas
controlan y administran y constituyen un grupo de presión hacia el sector público y
las ONG's agrícolas para orientar su actuación a las necesidades de las familias
rurales pobres.
Las comunidades campesinas en Bolivia son el modelo de organización que
mejor se identifica con la realidad cultural (aymará, quechua, guaraní) del país.
En Ecuador la comuna es la forma organizativa histórica principal, legitimada por
el Estado, que la ubica en el último nivel de la división político-administrativa. Está
formada por un grupo social relacionado por lazos familiares y culturales comunes
que habitan un espacio físico determinado y tienen una división de trabajo
comunitario. De las 1859 comunas registradas con cerca de 700.000 habitantes el
80% se hallan en la Sierra. Hay Federaciones de pueblos indígenas de la Sierra y
de las Nacionalidades Amazónicas. En Chimborazo, por ejemplo, las
organizaciones de comunidades de habla quechua se agrupan constituyendo
federaciones provinciales de comunidades indígenas (UOCACI y AOCACH
cuentan respectivamente con 29 y 9 organizaciones de base). Otra organización
en el mismo departamento, UNIDAD, construyó una red de organizaciones
comunitarias de habla quechua y ayudó a crear una federación de comunidades
indígenas. En respuesta a la debilidad de los servicios oficiales las federaciones,
con el apoyo de ONG's nacionales e internacionales, iniciaron sus propios
programas de investigación y extensión. Como estrategia importante capacitan
indígenas para que actúen luego en sus comunidades como agentes de
extensión.
Las estructuras de las organizaciones indígenas de Guatemala se basan en
general en relaciones interfamiliares de producción, trabajo y distribución
integrándose formas de propiedad colectiva e individual.
En Perú la mayor parte del campesinado está organizado en comunidades
campesinas, que tienen su origen en las culturas preincaicas. Existen
aproximadamente 5000 comunas que controlan el 15% del territorio (la mayor
parte en la Sierra) y cuentan con el 20% de la población nacional. No obstante
fueron las que resultaron menos beneficiosas del proceso de reforma agraria. Son
organismos de interés público, con personería jurídica, integradas por familias que
habitan y controlan cierto territorio ligadas por vínculos ancestrales, sociales,
económicos y culturales que se expresan en la propiedad comunitaria de la tierra,
el trabajo comunal, la ayuda mutua, el gobierno democrático y el desarrollo de
actividades multisectoriales.
En la República Dominicana hay asociaciones autónomas y flexibles que nuclean
a campesinos sin tierra y pequeños agricultores. Se integran en forma horizontal,
mediante órganos intercomunales y en forma vertical, mediante federaciones y
confederaciones.
No obstante los graves problemas que las aquejan las comunidades constituyen
en la actualidad las organizaciones productivas más importantes en ciertas
regiones (tribus y comunidades indígenas andinas, de la cuenca amazónica y de
Centroamérica). Los aymarás en Bolivia, los distintos grupos de mayas de
Guatemala, el ejido mexicano, la organización Ameridian de los quechuas en
Perú, confirman el hecho de que el pobre puede ser partícipe en el desarrollo.

3.2. Cooperativas agrarias

Las cooperativas agrarias, especialmente las que proveen servicios a los


agricultores son la forma más comunes de organización rural de los productores.
En muchos países son las organizaciones de la población rural con mayor nivel
de penetración local que demuestran alta efectividad en la promoción del
progreso socioeconómico de las comunidades rurales y en la protección de los
intereses de los pequeños productores de la Región. Permiten a sus miembros
economías de escala en el acceso a los recursos financieros, proporcionan un
medio institucional para integrar a los pequeños agricultores en la economía
nacional. Además, permiten el intercambio creciente de bienes y servicios entre
los sectores tradicionales y otros subsectores de la economía y contribuyen a que
sus miembros se beneficien con la transferencia de tecnología. En su forma ideal
las cooperativas se adaptan a numerosas actividades económicas y resultan
especialmente idóneas para proporcionar servicios financieros a las comunidades
rurales al operar a nivel de base, entre personas que se conocen bien, requisito
fundamental para tener confianza. Con frecuencia suelen ser las únicas
instituciones financieras (u organismos formales) en el área rural suplementando
las fuentes tradicionales, informales de crédito.
Factores importantes para el éxito de las cooperativas son, entre otros, el
desarrollo institucional “de abajo hacia arriba”, la capacitación a todos los niveles,
la confianza en la movilización de ahorros, el seguimiento y la auditoría.
Existe en la región gran número de cooperativas agrarias, de crédito y pesca (más
de 23.000 al servicio de 10.3 millones de miembros según cifras de COPAC en
1987). Cabe señalar que las mujeres constituyen una proporción muy pequeña
del número total de miembros de las cooperativas agrarias.
En Brasil las cooperativas comercializan el 83% del trigo y el 68% de la leche
producida en el país; en Colombia las cooperativas de pequeños agricultores
comercializaron el 35% de la leche fresca y el 6% de las exportaciones totales de
café. En Chile la Confederación de Cooperativas Campesinas (CAMPOCOOP)
unificó al movimiento cooperativo. En Ecuador de las 1750 cooperativas
registradas más del 50% están en la Costa.
En cuanto a la estructura administrativa de las cooperativas agrícolas, se ha
avanzado mucho en la descentralización disminuyendo la participación de los
gobiernos. Con respecto a las organizaciones de segundo y tercer grado, existen
en Costa Rica la Federación de Cooperativas de Producción Agraria y Servicios
Múltiples R.L. (FECOPA) y la Federación Nacional de Cooperativas de Mercadeo
Agropecuario R.L. (FEDEAGRO); en El Salvador la Confederación de
Asociaciones Cooperativas de El Salvador (COACES) y en Guatemala la
Federación de Cooperativas Agrarias (FEDECOAG) y la Confederación
Guatemalteca de Federaciones Cooperativas (CONFECOOP) que agrupa a diez
federaciones.

3.3. Formas organizativas creadas en el marco de la reforma agraria

3.3.1. Ejidos

La reforma agraria de México de 1910 dejó un legado organizativo complejo,


cuyas estructuras participativas, ejidos, permanecen. Los ejidos son instituciones
políticas y económicas a las que el gobierno cede derechos a las tierras mientras
mantiene un papel tutelar. Tienen carácter corporativo, sus decisiones se toman
en asamblea de miembros, que son democráticas pero tienen la supervisión del
Gobierno que con frecuencia interviene.
En la práctica la mayoría de los ejidos depende del equilibrio de poderes entre las
fuerzas internas y externas a ellos, de las élites políticas y económicas. Los ejidos
pueden formar uniones regionales para colaborar en programas de desarrollo
agrario. En la práctica la mayoría de las uniones de ejidos fueron creadas por
órdenes del Gobierno o reglamentos del partido, convirtiéndose en instrumentos
de la burocracia estatal.
Sin embargo, la Unión de Ejidos “Lázaro Cárdenas” (UELC) representa una nuevo
tipo de organización de productores regionales mexicanos. Reúne 15
comunidades de reforma agraria en el Sur de Nazarit, representando a casi la
mitad de los campesinos de esa zona. Tiene más de 4500 familias, cerca de la
mitad indígenas. La mayoría son productores de subsistencia que cultivan maíz y
algunos otros cultivos comerciales. La UELC jugó un papel importante en la
formación de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales de Campesinos
Autónomos (UNORCA), que reunió en una red nacional a productores de maíz
(mestizos), comunidades (pobres) e indígenas, bajo liderazgo de estos últimos y
con poder para apoyar a las agencias de desarrollo rural del Gobierno.

La inclusión de líderes comunitarios y promotores del Programa de Inversión de


Desarrollo Rural (PIDER) en el movimiento de oposición al Gobierno en 1976
llevó a la UELC a convertirse en una fuerza política regional. Pero al faltarle
líderes a nivel de asamblea de ejidos (en decir en las bases) resultó vulnerable,
sin independencia y sin autoridad frente a la habilidad del Gobierno para dividir.
Se reforzó así el control oficial sobre la UELC no participando con las bases en el
diseño y ejecución de los proyectos de desarrollo (por ejemplo en la distribución
de alimentos).
La Coalición de Ejidos Colectivos de los Valles de Somora de Joaquín y Mayo
(CECVJM) formó una oposición organizada con las comunidades reagrupadas
constituyendo un ejemplo de manejo campesino en la distribución de alimentos.
Los líderes ganaron el grado perdido, y se revitalizaron los esfuerzos de
desarrollo económico de la UELC. El liderazgo paralelo que surgió fue capaz de
usar el Consejo Alimentario (contraparte política paralela clave) como oficina
desde donde se confrontaba a la autoridad federal para revitalizar los proyectos
de desarrollo económico autónomo de la UELC. Se creó así un colectivo
campesino de identidad en la región con un nuevo nivel comunitario de
participación desde abajo. Fue un grupo paralelo regional, formado por
representantes de la aldea y se convirtió en oficial para reabrir el espacio político
de la UELC.
La UELC creó otros grupos y organizaciones nacionales tradicionales con una
estructura piramidal y liderazgo centralizado. En 1985 lanzó un programa de
viviendas comunitarias rurales con préstamos del Gobierno decidiendo las
asambleas de ejidos sobre los beneficiarios. Fue importante el sistema
descentralizado en la toma de decisiones.

En 1991 se dispuso un plan de privatización de los ejidos con el fin de reducir las
fragmentaciones de tierras declarando como prioritario la productividad y no la
distribución. En virtud de la enmienda constitucional de 1992 se permite rentar,
vender o hipotecar libremente las tierras de los ejidos. La reforma implantada
estimula la asociación de ejidos con industrias nacionales o extranjeras
dispuestas a aportar capitales que permitan el aumento de la producción.
3.3.2. Organizaciones campesinas productivas creadas por la reforma agraria

Estas organizaciones reciben diferentes nombres según los países pero tienen en
común una estructura administrativa de tipo cooperativo sustentándose en los
principios de participación democrática y trabajo comunitario. Pero en la práctica,
su poder de negociación es escaso, carecen de infraestructura y de servicios de
apoyo. En general, salvo los casos de Cuba y Nicaragua, estas organizaciones,
cuando se vieron privadas del apoyo estatal no pudieron consolidarse como entes
autónomos y estables.
En Colombia la reforma agraria formó empresas comunitarias y grupos
comunitarios con la propiedad asociativa de la tierra y la explotación en común.
En Chile, de 1973 a 1987 coexistieron diferentes tipos de organizaciones
productivas con participación del campesinado, entre ellas las cooperativas de la
reforma agraria y las sociedades de cooperación agrícola (SOCAS). Las primeras,
a pesar de contar con títulos definitivos de propiedad, decayeron por el interés de
los socios en tener parcelas individuales. Las SOCAS fueron promovidas por el
Gobierno y constituyen asociaciones de productores que administran bienes
comunes de los predios del sector reformado luego de la asignación individual de
tierras.
Las reformas agrarias de Ecuador. El Salvador y Honduras crearon cooperativas.
En Honduras la reforma agraria estableció, además, asentamientos (con la
propiedad estatal de la tierra) y empresas asociativas (siendo la tierra propiedad
de las asociaciones). La reforma agraria de Nicaragua en 1981 creó cooperativas
de producción en tierras abandonadas o subutilizadas, existiendo asimismo la
Federación de Cooperativas de la Reforma Agraria (FECORAH). En Panamá la
reforma agraria estableció asentamientos campesinos (propiedad estatal de la
tierra) y Juntas Agrarias (propiedad asociativa de la tierra).
En Perú, a partir de la reforma agraria de 1969 se formaron “empresas
asociativas” (cooperativas agrarias de producción (CAPs), sociedades agrícolas
de interés social (SAIS) y empresas rurales de propiedad social (ERPS)) como
formas participativas impulsadas por el Gobierno. La baja productividad y el bajo
rendimiento del trabajo demostraron no garantizar la racionalidad capitalista en la
explotación agrícola. Pero se promovió la participación de los trabajadores socios
en la gestión de las empresas y fuera de ellas (a través de sindicatos, ligas
agrarias, por ejemplo la creación de la Confederación Nacional Agraria (CNA)). En
la década de los 80, en un proceso de liberalización del agro, se produce la
parcelación agraria de las empresas asociativas. El “cambio de modelo
empresarial” condujo al sistema de Cooperativas Agrarias de Usuarios (CAUs),
régimen en el cual los productores socios parceleros conducían directamente sus
parcelas pero sin beneficiarse con créditos ante la banca privada debido a que las
tierras no eran hipotecables. Las leyes de 1991 autorizan la compra, hipoteca y
alquiler de los bienes fijando ciertos límites de superficie, que varían si la tierra es
de riego o de temporal y si está en el litoral costeño, en las montañas o en las
zonas bajas de la selva.
La reforma agraria en la República Dominicana estableció asentamientos
colectivos (con la propiedad estatal de la tierra) y asentamientos asociativos (con
la propiedad asociativa de la tierra).
3.4. Sindicatos y Federaciones de trabajadores rurales y campesinos

Los campesinos y asalariados agrícolas (estos últimos comprenden cerca del


30% de la población rural de América Latina, es decir casi 40 millones de
personas), en general no han recibido estímulos para sindicalizarse. No obstante,
pueden mencionarse ejemplos de sindicalización en algunos países.
En Bolivia, donde hay una gran dispersión de campesinos en todo el país, desde
1979 existe la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de
Bolivia (CSUTCB).
Un ejemplo de sindicalización en avance se da en Brasil, con la Confederación
Nacional de Trabajadores de la Agricultura (CONTAG) que cuenta con más de
2000 sindicatos y cerca de 9 millones de socios incorporando a partir 1984 a los
trabajadores estacionales.
Los sindicatos de trabajadores agrícolas de Costa Rica están afiliados a la
Federación de Sindicatos Agrarios Nacionales (FESIAN), a la Federación
Nacional Campesina (FENAC) y a la Unión de Pequeños y Medianos Productores
Agropecuarios (UPANACIONAL).
En Chile en 1980 la Iglesia y algunas ONG's promovieron asociaciones gremiales
campesinas y sindicatos de trabajadores independientes que agremian
temporeros, pequeños propietarios, arrendatarios y medieros cumpliendo gran
amplitud de funciones con flexibilidad y adaptación a las metas de sus miembros.
La Comisión Nacional Campesina reúne las más importantes confederaciones
campesinas. Existen también asociaciones regionales y federaciones de
asociaciones gremiales.
En Ecuador las Asociaciones de Trabajadores Agrarios se reúnen en las uniones
de organizaciones campesinas, con participación provincial, regional e incluso
nacional. Forman parte de estas uniones las comunas y cooperativas. Hay unas
20 uniones que representan aproximadamente 218 organizaciones de base.
El Salvador cuenta con la Central Campesina Salvadoreña (CCS) y la Asociación
de Trabajadores Agropecuarios y Campesinos de El Salvador (ATACES). En
Guatemala se destacan el Movimiento Campesino Independiente (MCI), la Central
Nacional Campesina (CNC), el Sindicato de Trabajadores Bananeros de Izábal, la
Unión Nacional Autónoma de Campesinos (UNAC), el Comité de Unión Sindical
(CUS), la Federación Autónoma Sindical (FASGUA) y la Central de Trabajadores
Federados (CTF).

En Honduras la Unión Nacional de Campesinos (UNC) y la Confederación


Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC) nuclea ligas de campesinos y
comunidades agrarias. Además existen, entre otros, el Sindicato de Trabajadores
de la Compañía Agrícola y Ganadera de Sula (SITRACOAGS), el Sindicato
Unificado de Trabajadores de la Standard Fruit Company (SUTRAGFCO), el
Sindicato de Trabajadores de la Empresa Corporación Nacional de Desarrollo
Forestal (SITRECOHDEFOR) y el Sindicato de Trabajadores derivados de la
madera S.A. (SITRADERI-MASA), afiliados a la Federación Sindical de
Trabajadores Nacionales de Honduras (FISITRANH).
La Confederación Nacional Campesina (CNC) de México, que data de 1935, pudo
incorporar en 1970 a los trabajadores temporeros, luego de una intensa
movilización de trabajadores agrícolas del norte del país.
En Nicaragua la Unión Nacional de Agricultores y Campesinos (UNACG) impulsó
formas de organización productiva, como el Proyecto Tiendas Campesinas que
con grupos de ONG's logró establecer 183 tiendas entre pequeños y medianos
productores. Pueden citarse además la Asociación de Trabajadores del Campo
(ATC), la Unión Nacional de Campesinos (UNC) que forma parte de la
Confederación General de Trabajadores (CGT).
En Paraguay las Ligas Agrarias Cristianas han dado origen en 1980 al Movimiento
Campesino Paraguayo (MCP) y en 1986 a la Organización Nacional Campesina
(ONAC) que actúan en defensa de los intereses gremiales y derechos del
campesinado, efectuando movilizaciones y reclamos de acceso a la tierra. En
1986 nacen la Coordinación Nacional de Productores Agrícolas (CONAPA) y la
Unión Nacional Campesina Oñondivepa, integradas - como la ONAC - por
comités de agricultores y comisiones vecinales. A su vez la Central Unitaria de
Trabajadores (CUT) nuclea al MCP y a CONAPA. Existen además en Paraguay
organizaciones regionales que abarcan unidades departamentales y coordinan las
acciones de comités locales.
En Perú los gremios representativos de las empresas asociativas nacidas de la
reforma agraria realizaron en 1974 el I Congreso Nacional Agrario (CNA) que
agregó en su estructura como áreas económico-productivas, los comités de
productores (81 en total) garantizando así una sólida participación de los
agricultores, siendo disuelto en 1975 al desmontarse la reforma agraria. La
participación de las organizaciones y gremios agrarios en el período 1980-85 se
dirigió a la defensa de la reforma agraria realizando en 1983 el I Congreso
Unitario Nacional Agrario (CUNA) con la participación de 39 organizaciones
agrarias. Las sucesivas políticas de concertación del Gobierno con las
organizaciones agrarias estuvieron acompañadas de inclusiones y exclusiones de
las organizaciones y gremios de campesinos y productores agrarios. La
concertación campesina viene dando pasos importantes mediante la propuesta de
concertación desde las bases. Son hitos de este proceso, entre otros: la creación
en 1981 del Frente Único de Defensa de la Autogestión (FUDA), integrado por
varios gremios y comunidades nativas y al año siguiente la creación del Frente
Unitario de Defensa del Agro Nacional (FUDAN), que buscaron armar bloque ante
la administración estatal para participar y democratizar las decisiones del
Gobierno. Además, se destacan el Sindicato Único de Trabajadores del Sector
Agrario (SUTSA), la Asociación Nacional de Parceleros (ANAPA), la Federación
Nacional de Campesinos del Perú (FENCAP), la Federación de Trabajadores del
Azúcar y la Confederación de Campesinos del Perú (CCP). La Coordinadora
Nacional Campesina y Nativa (CNCN) está llamada a ser una instancia de
convocatoria alrededor de intereses y objetivos comunes que fortalezcan la
capacidad de interlocución campesina nacional ante otros gremios
representativos e instituciones gubernamentales.
La sexta Consulta Gubernamental sobre las Actividades Complementarias de la
CMRADR, efectuada en Cochabamba en 1991, destacó la importancia de los
sindicatos en la defensa de los intereses vitales de los trabajadores (derecho a
libre asociación y afiliación) y en la toma de decisiones sobre la población rural.

3.5. Organizaciones de mujeres rurales

Como se señaló en el Plan de Acción para la Nutrición, las mujeres y las


organizaciones femeninas son a menudo muy eficaces, eficientes y
fundamentales para mejorar la seguridad alimentaria de los hogares.
La participación plena de las mujeres en las organizaciones campesinas de
América Latina es limitada. En particular donde existen normas que tienden a
reflejar enfoques masculinos que las excluyen a ser aceptadas como miembros
de cooperativas, o por no poseer títulos sobre la tierra, etc. Son también
obstáculos para la organización de las mujeres la estructura centralizada, la falta
de capacitación y de recursos.
No obstante, se advierte progresivamente mayor conciencia e interés de las
campesinas por organizarse habiendo surgido en los últimos años varias
agrupaciones de mujeres rurales, por ejemplo en Bolivia, la Federación Nacional
de Mujeres Campesinas. En Brasil aumentó en la última década la participación
femenina rural en sindicatos y movimientos populares de los “sem terra”. Las
campesinas indígenas de Colombia se agrupan en la Asociación Nacional de
Mujeres Campesinas Indígenas (ANMUCIC). En Cuba se han realizado acciones
encaminadas a la integración de las mujeres en cooperativas habiendo
aumentado su participación al establecerse servicios sociales a nivel de aldea. En
Ecuador existe la Unión Popular de Mujeres de Loja.
La movilización campesina en Honduras en los años 70 consolidó dos
organizaciones de mujeres rurales, especialmente en el sector reformado: la
Federación de Mujeres del Campo (FEMUC) y la Secretaría de la Mujer de la
Asociación Nacional de Campesinos de Honduras (ANACH). Ambas cuentan con
una membresía de organizaciones de base en todo el país. En el proyecto sobre
“Fortalecimiento de la capacitación campesina en aspectos de agroforestación y
medio ambiente” se destaca el grupo femenino “El esfuerzo”, incorporándose por
primera vez la mujer a un proyecto individual.
En México los ejidos excluyen a las mujeres de los derechos a la tierra excepto
las viudas y algunas madres solteras. A pesar de que las campesinas fueron las
actoras principales en la economía informal, les faltó experiencia organizativa. Las
Unidades Agro Industriales para las Mujeres (UAIM's) tuvieron por objetivo
incorporar en la actividad económica del ejido a las mujeres mayores de 16 años
sin dotación de tierras. Para ello deben solicitar la tierra en un grupo de 15 como
mínimo para trabajarla colectivamente. Las UAIM's teóricamente deberían tener
representación en la asamblea de ejidos, pero en la práctica se politizaron y en su
mayoría no funcionan.

En Nicaragua entre 1972 y 1980 se crearon 43 cooperativas agrícolas o de venta


al por menor/manufacturas, con una afiliación femenina de entre el 50 y el 80% y
se crearon 15 cooperativas de comercialización con un 90% de afiliación
femenina (41). La Reforma Agraria de 1981 es la primera en la Región que
reconoce explícitamente a las mujeres como beneficiarias de la reforma agraria.
Durante el decenio pasado se apoyó la participación y organización de las
mujeres surgiendo la Asociación de Mujeres Nicaragüenses “Luiza Amanda
Espinoza” (AMLAE) y la Asociación de Trabajadoras del Campo (ATC), pero los
problemas sociopolíticos de los últimos años las afectaron decreciendo el
números de afiliadas.
Las mujeres rurales del Perú han participado desde principios del siglo
activamente en los movimientos campesinos y apoyaron los sindicatos agrícolas,
pero a pesar de ello las relaciones patriarcales dificultan su participación.
En República Dominicana la ONG Mujeres en Desarrollo Dominicana (MUDE) que
nació en 1980, trabaja con 257 asociaciones de mujeres campesinas con más de
6000 socias. Son sus objetivos, entre otros, la integración y fortalecimiento de
asociaciones de mujeres mediante programas, como el de capacitación. En sus
relaciones con el Gobierno ha formalizado acuerdos de cooperación técnica y
financiera con la Secretaría de Estado de Agricultura, el Instituto Agrario
Dominicano, el Banco Agrícola, entre otros organismos.
La sexta Consulta Gubernamental se refirió a la importancia de diseñar
metodologías participativas que tomen en consideración a las mujeres rurales.
Asimismo señaló la necesidad de estimular la creación de organizaciones de
mujeres, fortalecer las existentes mediante la capacitación de dirigentes y
fomentar el surgimiento de nuevos líderes.

3.6. Otras formas de organización local

Existen otras forma organizativas locales muy difundidas en la Región, como las
Juntas de Vecinos y los Centros de Madres de Chile. En muchos países hay
clubes de ahorro, asociaciones de pequeños agricultores para la gestión de los
recursos hídricos y grupos de jóvenes con un ámbito local restringido y en general
apoyadas por instituciones religiosas para la defensa y promoción de sus valores
culturales y la capacitación.
Los comités comunales de Guatemala son la forma principal de organización local
careciendo, en general de personalidad jurídica, pero con gran poder de
convocatoria al haber sido creados por los mismos pobladores.
En Perú los estudios de evaluación de impacto encontraron en un proyecto sobre
riego en San Lorenzo que después de cinco años de finalizado el mismo, la
consecuencia más importante había sido el establecimiento de fuentes de
organización de agricultores, especialmente asociaciones de usuarios de agua
que asumieron la responsabilidad de la asignación del recurso y del
mantenimiento de canales. Los beneficiarios bien organizados estuvieron
capacitados para hacerse cargo del manejo de las actividades del proyecto.
CAPITULO IV

PROBLEMAS DE LA TIERRA

EL PROBLEMA DE LA TIERRA EN AMERICA LATINA


RESEÑA HISTORICA
Para reflexionar acerca de este tema partiremos identificando tres grandes etapas
en la historia agraria reciente de América Latina, que generan un contexto
específico a partir del cual se desprenden los criterios de “buen gobierno” para
administrar los recursos naturales.
Una primera fase, iniciada a fines de los 50, en donde el Estado juega un rol
central en la política agrícola, que es aplicada bajo un modelo de sustitución de
importaciones que busca la industrialización de cada país. Las políticas agrícolas
se centran en la ejecución de reformas agrarias y de grandes proyectos de
desarrollo, que incluyen infraestructura, crédito y asistencia técnica, entre otros
componentes. En dichos proyectos se difunden paquetes tecnológicos que son
aplicados en cada rubro en forma estándar (Revolución Verde): los agricultores
son vistos como soportes pasivos cuya función es aplicar los nuevos
conocimientos que provienen de las estaciones experimentales. Las empresas
agroindustriales y los movimientos sociales está en fase de constitución, razón
por la cual las intervenciones dirigidas a fomentar el desarrollo agrícola son de
responsabilidad de los organismos públicos. Dado estos factores, hablamos de
una época en donde se identifica un sólo problema (aumentar la producción
agrícola), una sola solución (los paquetes tecnológicos de la Revolución Verde) y
un sólo actor (el Estado). Gobernanza y tenencia de tierras y recursos naturales
en América Latina
La segunda fase, implementada en la década de los 80 y los 90, se caracteriza
por la detención de los procesos de Reforma Agraria y por una drástica reducción
del tamaño del Estado, lo cual contribuye a reducir el impacto de los programas
públicos aplicados en el medio rural. En esta etapa muchos países impulsan un
proceso de apertura comercial que busca especializar a la producción local en
función de sus ventajas comparativas, lo que junto al desarrollo agroexportador,
genera una fuerte competencia en el mercado doméstico. En muchos países
predomina una visión liberal exacerbada que le otorga un rol central al mercado
para asignar los recursos, estrategia que objetivamente favorece a los agricultores
y empresas de mayor tamaño, en desmedro de los sectores rurales más pobres.
La tercera fase se inicia en esta década y se caracteriza por el surgimiento de
nuevos problemas que condicionan el desarrollo agrario (medio ambiente,
inocuidad de alimentos, pobreza, equidad territorial). Como la agricultura incide
directamente en el medio ambiente, la salud pública, el desarrollo regional o los
equilibrios sociales, se produce una de-sectorización progresiva de las políticas
agrícolas. Estas ya no se hacen solamente en los Ministerios de Agricultura, sino
que deben negociarse con los Ministerios de Salud o Medio Ambiente, las
organizaciones de consumidores, las ONG ambientales y/o las regiones. El sector
deja de operar solamente con una racionalidad económica de corto plazo:
adquieren una importancia progresiva los temas de calidad, responsabilidad social
y desarrollo sustentable, que en mayor o menor medida, empiezan a ser
internalizados por las empresas y los productores. Durante esta etapa se
expresan fuerzas que se han gestado en la fase anterior -las ONG y los
movimientos sociales-, que poco a poco, y con más éxito en ciertos países que en
otros, logran generar una agenda agraria más inclusiva y más compleja que
aquella de la etapa anterior. La empresa privada sigue jugando un rol central en el
proceso de desarrollo económico, pero también ocupan un espacio relevante el
Estado y los actores sociales.

EVOLUCION DE TENECIA DE TIERRAS

En América Latina, desde los primeros años de la conquista y hasta muy entrado
el siglo veinte, la posesión o el dominio sobre la tierra estuvieron asociados a la
riqueza y al poder. A las extensas posesiones coloniales otorgadas a
conquistadores, órdenes religiosas y funcionarios de la Corona se sumaron las
tierras dadas como recompensa a oficiales y soldados de ejércitos vencedores de
las guerras de independencia. Más tarde, las vicisitudes de la accidentada vida
política de los distintos países dieron origen a nuevos grupos de poder y a nuevos
terratenientes. En la primera mitad del siglo XX, en la mayoría de los países de
América Latina predominó en las zonas rurales el sistema latifundista con sus
medianeros, aparceros o arrendatarios; al margen de los latifundios se
encontraban los minifundios familiares.

Las empresas extranjeras participaron en la industrialización de los cultivos


tradicionales, y manejaron la mayor parte de las actividades
comerciales. En el caso de los frutales de exportación, las plantaciones
estaban en su casi totalidad controladas por empresas transnacionales. Menor
era el número de haciendas ganaderas que pertenecían a empresas
extranjeras, pero dichas haciendas eran importantes por su extensión territorial.
En el sector de la pesca, lo relacionado estrictamente con la pesca artesanal
terminó siendo desplazada progresivamente por una pesca realizada por
grandes flotas, que eran a menudo propiedad de empresarios de países
lejanos.

Al igual que en el caso de las plantaciones, se crearon en las zonas rurales de


algunos países enclaves de empresas transnacionales que explotaban
minerales e hidrocarburos. Estas empresas, además de introducir nuevas
prácticas administrativas, influyeron en la creación o en el fortalecimiento de
los movimientos sindicales (incluyendo sindicatos agrarios), y en la formación de
las bases de los partidos políticos modernos.

IMOPORTANCIA DE LA TIERRA
La población rural en los países de América Latina constituía un porcentaje
muy elevado de la población nacional total, sobrepasando en muchos casos
la mitad de ésta. El aislamiento, el analfabetismo y las endemias; la
carencia de energía eléctrica y de sistemas de abastecimiento de agua potable, y
las viviendas rústicas y malsanas eran característicos de las zonas rurales,
incluso en los países de mayor desarrollo relativo.

Derechos de propiedad, costos de transacción, externalidades y mercados de


tierras rurales en América Latina y el Caribe
En general, la tierra es un recurso de importancia decisiva para las sociedades
rurales. Sirve como factor de producción y para acumular riqueza; por otra parte,
en muchos casos, la propiedad de la tierra podría contribuir a mejorar el destino
de los pobres de las zonas rurales.
Sin embargo, la distribución de la tierra en América Latina y el Caribe se
caracteriza por sus enormes desigualdades. Pese a que en algunas regiones han
surgido estructuras modernas, todavía subsisten los grandes latifundios junto a
gran número de explotaciones pequeñas. Es tiempo ya de modificar esta
situación, inconveniente desde el punto de vista de la equidad, e inconveniente
también desde el punto de vista de la eficiencia, dada la relación inversa que
existe, según se sostiene, entre el tamaño de la explotación y la productividad.
Desilusionados por los resultados a largo plazo de las reformas redistributivas,
las autoridades políticas están tratando de encontrar otros caminos. En los
últimos años, el establecimiento del derecho a la propiedad privada de la
tierra, así como las transacciones de tierras mediante los mecanismos del
mercado, han comenzado a ocupar el primer plano.
DESIGUALDAD EN TENENCIA DE TIERRAS
A pesar de los múltiples esfuerzos para reformar aspectos sobre los derechos de
la propiedad, regularizar los registros de tierras urbanas y rurales y modernizar
sistemas de registro de propiedad, todavía falta mucho por hacer para enfrentar
las necesidades de los grupos marginados, especialmente mujeres, pueblos
indígenas y campesinos pobres a quienes se les niega sus derechos básicos
sobre la tierra. Con la creación de sistemas y redes que permitan intercambiar
información y experiencias, los gobiernos estarán en la capacidad de usar las
mejores reglas, opciones y prácticas disponibles para reformar aspectos sobre los
derechos de la propiedad.
Los gobiernos dedican tiempo, recursos y esfuerzos en planificar, manejar y
asegurar la propiedad. Cada una de estas funciones es realizada por agencias
distintas, lo cual dificulta el registro de la propiedad. Según datos del reporte
Doing Buisiness del Banco Mundial, en promedio, registrar una propiedad en
América Latina toma.
América Latina tiene la mayor desigualdad en la tenencia de la tierra al
compararla con las demás regiones del mundo. En los 70s y 80s los valores
medidos por el coeficiente Gini de desigualdad de la tierra variaban de 0,55 a 0,94
lo que significa que era posible encontrar países donde un 6% de la población
tenía el control de toda la tierra mientras que el 94% estaba sin tierra. En ese
mismo período al menos el 85% de los países.
REFORMA AGRARIA

ALGUNOS EJEMPLOS. LOS CASOS DE MÉXICO

a) México
La reforma agraria mexicana tuvo su origen en una revolución popular de gran
envergadura y se desarrolló en tiempos de la guerra civil. A lo largo de un extenso
período se entregaron a los campesinos más de 100 millones de hectáreas de
tierras, equivalentes a la mitad del territorio de México y a cerca de las dos
terceras partes de la propiedad rústica total del país, con los que se establecieron
cerca de 30.000 ejidos y comunidades que comprendieron más de 3 millones de
jefes de familia. Sin embargo, la reforma no logró el bienestar perseguido, y los
campesinos continuaron en una pobreza extrema. El deterioro paulatino
del sector rural se prolongó hasta 1992, cuando se consiguió reorientar
cabalmente el desarrollo rural. La reforma agraria quedó inconclusa, y sus
objetivos sociales y económicos no se alcanzaron. Ni desastre ni triunfo, la
reforma es un proceso abierto pero imperfecto.

La reforma tuvo su origen en una revolución popular de gran


envergadura durante la guerra civil. El Plan de Ayala, propuesto por Emiliano
Zapata y adoptado en 1911, exigía la devolución a los pueblos de las tierras que
habían sido concentradas en las haciendas. En 1912 algunos jefes militares
revolucionarios hicieron los primeros repartos de tierras. La atención al pedido
generalizado de tierras se convirtió en condición de la pacificación y del
restablecimiento de un gobierno nacional hegemónico: la constitución de 1917
incluyó el reparto de tierras en su artículo 27. Desde entonces, y con sucesivas
adecuaciones hasta 1992, el reparto de tierras fue mandato constitucional y la
política del Estado mexicano.

Durante el largo período que se extiende de 1911 a 1992 se entregaron a los


campesinos algo más de 100 millones de hectáreas de tierras, a cerca de las dos
terceras partes de la propiedad rústica total del país. Según las Resoluciones
Presidenciales de dotación de tierras, se establecieron unos 30.000 ejidos y
comunidades que incluyeron 3,1 millones de jefes de familia, aunque según el
último Censo Agropecuario de 1991 se consideraron como ejidatarios y
comuneros 3,5 millones de los individuos encuestados.

Las cifras agregadas reflejan la amplitud del prolongado reparto institucional de


las tierras, pero no hacen justicia al complejo papel de la reforma agraria a
nivel de toda la nación. La estabilidad, gobernabilidad y desarrollo de México en
el siglo XX se sustentaron en dicha reforma y permitieron la construcción de
un país predominantemente urbano, industrial y dotado de un importante sector
de servicios. Pero la reforma agraria no logró el bienestar sostenido de la
población, y los individuos a los que llegó viven hoy en una pobreza extrema.

CONCLUCIONES
El problema agrario en América Latina dista mucho de haber sido resuelto.
En las zonas rurales hay cientos de miles de campesinos sin tierra y numerosas
familias afectadas por la desocupación y el subempleo; se registran conflictos de
tenencia e invasiones de tierras; destrucción de recursos naturales y
deterioro ambiental, y pobreza aguda. Como consecuencia de estos factores, la
producción agrícola de algunos países se ha estancado, y la dependencia
alimentaria se ha acentuado. Se han formulado muchas estrategias
indispensables para desarrollar las zonas rurales y combatir la pobreza. Sin
embargo, una condición esencial del desarrollo es el reordenamiento de la
propiedad agraria, no para hacer frente a un sistema arcaico que ya está en
extinción, sino para potenciar las capacidades productivas de la población y
aprovechar racionalmente los recursos naturales disponibles.

Para satisfacer las necesidades de la población sin tierra o con tierra insuficiente,
no bastaría el recurso de algunos países a las tierras nacionales o a otros
procedimientos de facilitación del acceso a la tierra, ni el apoyo al acceso al
mercado; no podría no recurrirse, de forma selectiva, a la expropiación de
tierras privadas. Las tierras cercanas a poblaciones y ciudades en expansión se
han convertido en un bien de especulación, y las presiones para la compra de
estas tierras han respondido más a una intención de futuro cambio de uso que al
potencial agrícola que puedan representar.

La escasa disponibilidad de tierras cultivables y de recursos fiscales, así como los


resultados de las experiencias de consolidación de dotaciones, han mostrado que
los procesos de reforma agraria deberían adoptar criterios de prioridad para la
selección de los beneficiarios de las dotaciones, sin que a causa de dicha
selección se impida alcanzar una masa crítica de beneficiarios. Se han, en efecto,
conseguido mejores resultados cuando los beneficiarios han tenido experiencia
previa en el manejo de explotaciones agrícolas.

Los programas de apoyo al mercado de tierras agrícolas, diseñados en varios


países de América Latina mediante créditos y subsidios, no parecen haber
dado hasta ahora los resultados esperados. Además de los problemas de
implementación, los programas han conducido en ciertos casos a la adquisición
de propiedades en zonas marginales o a la elevación del precio de la tierra. Se ha
comprobado que este mecanismo no puede sustituir a las intervenciones
estratégicas del Estado en el marco de una ley agraria, y que debe ser
perfeccionado para convertirse en un instrumento complementario.
NUEVAS CONSTRUCCIONES
CONCLUSIONES

La agricultura y ganadería del Siglo XXI plantea oportunidades para la puesta en marcha
de plataformas selectas de tecnología e innovación. Algunas de estas plataformas podrían
estructurarse y financiarse con el financiamiento de los sectores privado, público,
académico y filantrópico regional.
Por lo tanto se ha convertido en una de las fuentes importantes de desarrollo agropecuario,
en el caso de Bolivia el sector pecuario ha logrado desarrollrse gracias al apoyo danes, sin
embargo aún se observan falencias en la producción pecuario y agrícola

En el caso mexicano la innovación tecnológica se dio mas en el sector agrícola que en el


pacuario, algo parecido sucedió en Brasil, mientras tanto en el peru esta ha sido inferior y
no ha habido un desarrollo agrario ni pecuario alto solo moderado

En conclusión en América Latina y el Caribe existen muchos y graves


problemas ambientales y todos los análisis de la historia reciente de
América Latina indican las tasas de deterioro ecológico muy altas y
aceleradas.

Existen, entre otros, los siguientes problemas ambientales en la región


derivados del uso de los suelos como son: La deforestación, la
desertificación, la erosión y agotamiento de suelos, contaminación agrícola,
industrial y doméstica, acumulación de desechos, sequías e inundaciones.

Estos temas ambientales serán considerados como los más prioritarios


para América Latina pudiendo ser discutible desde el punto de vista de
cada Estado en particular.

Las organizaciones campesinas o rurales de América Latina continúan siendo promovidas


con el fin de lograr los fines económicos y sociales de sus miembros. Así mismo cabe
resaltar que su experiencia en temas de organización, ha permitido su persistencia en el
tiempo y a pesar de la marginación que han sufrido.
Una de las características principales de estas organizaciones es que están basadas en el
trabajo familiar y formas colectivas de los comuneros, lo cual fortalece mucho esta forma
de organización, pero el principal fin de estas organizaciones siempre ha sido el de servir
como intermediario entre los agricultores de escasos recursos y aquellas instituciones de
investigaciones.

CONCLUCIONES
El problema agrario en América Latina dista mucho de haber sido resuelto.
En las zonas rurales hay cientos de miles de campesinos sin tierra y numerosas
familias afectadas por la desocupación y el subempleo; se registran conflictos de
tenencia e invasiones de tierras; destrucción de recursos naturales y
deterioro ambiental, y pobreza aguda. Como consecuencia de estos factores, la
producción agrícola de algunos países se ha estancado, y la dependencia
alimentaria se ha acentuado. Se han formulado muchas estrategias
indispensables para desarrollar las zonas rurales y combatir la pobreza. Sin
embargo, una condición esencial del desarrollo es el reordenamiento de la
propiedad agraria, no para hacer frente a un sistema arcaico que ya está en
extinción, sino para potenciar las capacidades productivas de la población y
aprovechar racionalmente los recursos naturales disponibles.

Para satisfacer las necesidades de la población sin tierra o con tierra insuficiente, no
bastaría el recurso de algunos países a las tierras nacionales o a otros
procedimientos de facilitación del acceso a la tierra, ni el apoyo al acceso al
mercado; no podría no recurrirse, de forma selectiva, a la expropiación
de tierras privadas. Las tierras cercanas a poblaciones y ciudades en expansión se
han convertido en un bien de especulación, y las presiones para la compra de
estas tierras han respondido más a una intención de futuro cambio de uso que al
potencial agrícola que puedan representar.

La escasa disponibilidad de tierras cultivables y de recursos fiscales, así como los


resultados de las experiencias de consolidación de dotaciones, han mostrado que
los procesos de reforma agraria deberían adoptar criterios de prioridad para la
selección de los beneficiarios de las dotaciones, sin que a causa de dicha
selección se impida alcanzar una masa crítica de beneficiarios. Se han, en efecto,
conseguido mejores resultados cuando los beneficiarios han tenido experiencia
previa en el manejo de explotaciones agrícolas.

Los programas de apoyo al mercado de tierras agrícolas, diseñados en varios


países de América Latina mediante créditos y subsidios, no parecen haber dado
hasta ahora los resultados esperados. Además de los problemas de
implementación, los programas han conducido en ciertos casos a la adquisición de
propiedades en zonas marginales o a la elevación del precio de la tierra. Se ha
comprobado que este mecanismo no puede sustituir a las intervenciones
estratégicas del Estado en el marco de una ley agraria, y que debe ser
perfeccionado para convertirse en un instrumento complementario.
BIBLIOGRAFÍA

CONCLUSION

Las organizaciones campesinas o rurales de América Latina continúan siendo promovidas


con el fin de lograr los fines económicos y sociales de sus miembros. Así mismo cabe
resaltar que su experiencia en temas de organización, ha permitido su persistencia en el
tiempo y a pesar de la marginación que han sufrido.
Una de las características principales de estas organizaciones es que están basadas en el
trabajo familiar y formas colectivas de los comuneros, lo cual fortalece mucho esta forma
de organización, pero el principal fin de estas organizaciones siempre ha sido el de servir
como intermediario entre los agricultores de escasos recursos y aquellas instituciones de
investigaciones.

BIBLIOGRAFIA
 Farmer organizations in Ecuador: contributions to farmer first research and
development, IIED, Gatekeeper Series No. 26, Londres (Gran Bretaña).
 Capacity-building for participatory organizations (presentado en el Taller cit. sobre
participación popular organizado por el Banco Mundial), Washington, D.C.
 Agriculture: Towards 2010. Roma. Doc. para la 27a. Conferencia de la FAO.
 Conferencia Internacional sobre Nutrición. Declaración Mundial sobre nutrición y
Plan de Acción. Roma.
 Aspectos jurídicos e institucionales relacionados con microempresas asociativas
integradas por campesinos marginados en América Central (preparado por B.B.
Galán), ESHA, Roma.
 Conclusiones y Recomendaciones de la 6a. Consulta Gubernamental para América
Latina y el Caribe en Seguimiento a la CMRADR, Cochabamba, Bolivia.
 Tercer Informe sobre los progresos realizados en la aplicación del Programa de
Acción de la CMRADR (Doc.C91/19), Roma.
 Textos fundamentales de la FAO, Roma.
 La participación campesina en el desarrollo rural. RLAC, Santiago, Chile.
 Delivery systems and the small farmers in Latin America. Case studies from
Dominican Republic, Ecuador and Honduras, ESH, Roma.
 Prioritizing institutional development. A new role for NGO Centres for Study and
Development, IIED, Gatekeeper Series No. 35, Londres.

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