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Las causas de la Segunda Guerra Mundial varían dependiendo del rango temporal que se aplique.

A largo plazo, las causas se encuentran en las condiciones que existían antes de la Primera Guerra
Mundial, antecedentes que son vistos como preámbulo de ambas guerras mundiales. Los
partidarios de este punto de vista, basado en las condiciones a largo plazo, parafrasean a Carl von
Clausewitz al decir: «la Segunda Guerra Mundial fue la continuación de la Primera Guerra
Mundial»; las guerras mundiales se esperaban incluso antes de la llegada al poder de Mussolini,
Hitler y la invasión japonesa de China. Entre las causas más a corto plazo de la Segunda Guerra
Mundial se puede mencionar el ascenso del fascismo italiano en la década de 1920, el militarismo
japonés y sus invasiones de China en la década de 1930 y en especial la toma del poder político
por Adolf Hitler y el Partido Nazi en Alemania en 1933, a lo que siguió una agresiva política
exterior. El detonante del conflicto fue la declaración de guerra de Reino Unido y Francia a la
Alemania nazi el 3 de septiembre de 1939, tras la invasión alemana de Polonia del día 1 de
septiembre de aquel año.

En el periodo de entreguerras se había desarrollado en Alemania un fuerte espíritu revanchista


tras la imposición del tratado de Versalles, que significó la aceptación de la derrota del país en la
Primera Guerra Mundial. Los términos abusivos del tratado, que incluían la desmilitarización de
Renania, la prohibición de unificarse con Austria o los Sudetes, la pérdida de territorios de habla
alemana como Danzig, zonas bajo dominio histórico del Reino de Prusia o Eupen-Malmedy, las
limitaciones en el ejército (Reichswehr), que quedó reducido a una fuerza militar simbólica y la
cláusula que hacía responsable a Alemania de la guerra y con ella la obligación de pagar pesados
tributos en forma de reparaciones de guerra hundió a la nación germana, especialmente tras la
Gran Depresión. A ello se unió la inestabilidad del sistema político de la República de Weimar, ya
que numerosos sectores políticos rechazaban su legitimidad. El ascenso al poder de Adolf Hitler en
1933 fue posible gracias a que el movimiento nazi supo capitalizar las quejas de la sociedad
alemana y en función de su ideología comenzaron sus ambiciosas demandas que incluían el
pangermanismo, la adquisición del «espacio vital» o lebensraum mediante la conquista de
territorios del este de Europa y la eliminación del movimiento comunista alemán e internacional.

Las tensiones ideológicas en Europa fueron creciendo y la inestabilidad del orden surgido de la
guerra anterior fue en aumento. Italia reclamó y luego conquistó Etiopía en 1935, Japón creó un
estado títere en Manchuria en 1931, que fue ampliando con su invasión de China desde 1937 y
Alemania burló las limitaciones impuestas en el tratado de Versalles, comenzó en secreto su
rearme, militarizó la región del Rin en 1936, se unió con Austria en marzo de 1938 y anexionó los
Sudetes en octubre de 1938. Todos estos agresivos movimientos tuvieron una débil respuesta de
la Sociedad de Naciones y la antigua Entente, que optó por una política de apaciguamiento. De
hecho, tras la Conferencia de Múnich donde se había permitido a Alemania la anexión de los
Sudetes, el primer ministro británico diría que el acuerdo aseguraba «la paz para nuestro tiempo».
Hitler sin embargo no cesó en sus ambiciones territoriales, Reino Unido y Francia pasaron a una
política de disuasión, aunque con su política de no intervención no hicieron nada por evitar que
otros países como España tras su guerra civil, pasaran a la órbita de Alemania e Italia.
Los nazis pusieron su atención en el «corredor polaco» durante el verano de 1939, y Francia y
Gran Bretaña se comprometieron a ayudar a Polonia en caso de guerra. Los nazis se aseguraron
evitar una guerra con la URSS gracias a la firma de un pacto de no agresión, llamado Pacto
Ribbentrop-Mólotov, apenas una semana antes de la invasión. Previamente la URSS había
intentado establecer una alianza con Reino Unido y Francia contra Alemania, pero estas lo habían
rechazado.

Finalmente, Polonia fue invadida por Alemania el 1 de septiembre de 1939 y los Aliados declararon
la guerra a Alemania el día 3. En cumplimiento del Protocolo adicional secreto del Pacto
Ribbentrop-Mólotov, el 17 de septiembre de 1939 la Unión Soviética invadía Polonia. El 22 de
junio de 1941, Alemania nazi invadía la URSS. Estados Unidos se uniría al macroconflicto tras el
ataque japonés sobre Pearl Harbor del 7 de diciembre de 1941.1 En Japón, la primera y la Segunda
Guerra Mundial suelen ser estudiadas junto con la Segunda Guerra Sino-Japonesa o incluso con
eventos anteriores;2 desde este punto de vista, el detonante de la guerra en Asia habría sido el
Incidente del puente de Marco Polo en 1937 o el Incidente de Mukden en Manchuria.

Índice

1 Causas de la guerra en Europa

1.1 El anticomunismo

1.2 La República de Weimar

1.2.1 Inestabilidad política alemana

1.2.2 El fracaso de la Democracia y la Gran Depresión

1.3 Expansionismo, apaciguamiento y aislacionismo

1.3.1 Fracasos del apaciguamiento

1.4 Preparativos para la guerra

1.5 Entradas tardías

1.5.1 Vacilación italiana

1.5.2 Inicio de la "Gran Guerra Patria"

1.5.3 Entrada oficial de Estados Unidos

2 Causas de la guerra en Asia

2.1 Modernización de Japón

2.2 Llegada de Estados Unidos


2.3 Hacia la Segunda Guerra Sino-Japonesa

2.3.1 Ascenso de los nacionalistas

2.3.2 Las facciones militares y el puente de Marco Polo

2.4 Segunda Guerra Sino-Japonesa

3 Referencias

4 Bibliografía

5 Enlaces externos

Causas de la guerra en Europa

Por la crisis de 1929, la Segunda Guerra Mundial en Europa suele ser considerada como una
continuación de la Primera Guerra Mundial ya que ésta dejó muchas disputas sin resolver.13 Sin
embargo, el nazismo no sólo se limitó a recuperar los territorios perdidos por el Imperio Alemán
en 1918, sino que también planeó anexar grandes extensiones de territorio en el este,
destruyendo el bolchevismo en el proceso; e impulsó operaciones de "limpieza" racial, dentro de
los territorios ocupados por la Alemania.

El fin de la Primera Guerra Mundial fue coronado con el Tratado de Versalles. En vista que los
Aliados no habían entrado a Alemania todavía y la monarquía había sido depuesta, los líderes
alemanes creyeron que su país tenía bases para negociar un tratado de paz que siguiera las de los
Catorce puntos del Presidente Wilson.45 Esta esperanza no se vio realizada, y el Tratado de
Versalles despojó al Imperio Alemán de sus colonias y de territorio en el este y en el oeste. Esto
generó resentimiento en el pueblo alemán, que empezó a considerar que los grupos políticos
alemanes que participaron en la revolución de Noviembre, que había precipitado la caída de la
monarquía y la firma del armisticio de Compiègne, eran los responsables de la crisis económica y
política que siguió.4 Este sentimiento luego fue plasmado en la leyenda de la puñalada en la
espalda; que fue utilizada por los militares alemanes para culpar a los socialistas, comunistas y
judíos de la derrota alemana en la guerra.4

Mapa de Europa en 1923, cuando las fronteras nacionales estaban definidas.

La Primera Guerra Mundial no sólo modificó las fronteras alemanas ya que otros dos grandes
imperios, el Austrohúngaro y el Ruso, también sufrieron enormes pérdidas territoriales. Austria y
Hungría fueron separadas, y sus posesiones al norte y al sur de Europa fueron reorganizadas bajo
la forma de dos nuevas naciones: Checoslovaquia y Yugoslavia. En el este, la Rusia bolchevique
perdió el control de los países bálticos y tuvo que hacer frente a una sangrienta guerra civil. Del
Tratado de Versalles surgieron entonces once nuevos Estados, que debían servir como barreras
contra la expansión germana y soviética.6
Más dramático fue el renacimiento de Polonia. Las esferas de influencia rusa y polaca chocaron en
1919, ya que cada bando intentó ocupar la mayor cantidad de territorio entre ellos,7 y se dio inicio
a la guerra polaco-soviética. Polonia logró evitar ser derrotada en el último momento; y ambos
bandos, exhaustos, cesaron las hostilidades.8 Sin embargo, tanto Alemania como la Unión
Soviética continuaron deseando una revisión de los tratados de paz.9 Además, al igual que
Checoslovaquia y Yugoslavia, Polonia contó con importantes minorías étnicas en sus territorios:
alemanes, ucranianos, etc., que no se sentían representadas por sus gobiernos. Eventualmente,
estas minorías contribuirían en el desmembramiento de sus Estados.

Aunque la Triple Entente humilló a Alemania, la mayoría del territorio perdido era poco
productivo;10 y el núcleo industrial alemán permaneció intacto. Este factor, sumado a su posición
geográfica y el tamaño de su población, otorgó a la nación germana un gran potencial industrial.10
Explotando esto a su favor, los alemanes, en el futuro, buscarían recuperar lo perdido.

El anticomunismo

Cartel de propaganda anticomunista alemán de 1919. En el cartel se lee: Abajo el bolchevismo. El


bolchevismo (representado como una serpiente) trae la guerra y la destrucción, el hambre y la
muerte.

La toma del poder de los bolcheviques en Rusia desde la Revolución de Octubre en noviembre de
1917 y la mentalidad internacionalista del movimiento comunista tenían como objetivo acabar con
el capitalismo en el mundo. Los bolcheviques apoyaron a los comunistas de muchos países y tras la
Primera Guerra Mundial se establecieron regímenes políticos similares al ruso en Hungría, Baviera
(Alemania), Azerbaiyán, Armenia y Georgia. Esto hizo que muchos europeos, especialmente las
clases medias y la burguesía, temieran una violenta revolución comunista en sus propios países. La
expansión soviética fue detenida a las puertas de Varsovia por el ejército de Polonia y desde 1920
se fueron estableciendo frente a las fronteras rusas estados anticomunistas. Sin embargo, esta
alianza de países, conocida como la «Pequeña Entente», era inestable.11

Tanto los fascistas italianos como los nazis alemanes surgieron en parte como una reacción a los
levantamientos comunistas y de socialistas internacionalistas, ya que existía entre los nacionalistas
el temor a la formación de un «imperio eslavo». Un éxito adicional fue el de los Freikorps, grupos
paramilitares derechistas formados por veteranos voluntarios de la Primera Guerra Mundial, que
aplastaron los levantamientos y la República Soviética de Baviera en 1919. Muchos de estos
veteranos se convirtieron en componente fundamental de las Sturmabteilung (SA) nazis, que hasta
1933 protagonizaron violentos enfrentamientos en las calles contra los grupos paramilitares del
Partido Comunista de Alemania. La violencia callejera consiguió también que parte de la opinión
pública moderada apostara por un gobierno fuertemente anti comunista que consiguiera
restaurar la estabilidad y el orden.1213

La República de Weimar

Artículo principal: República de Weimar

La República de Weimar fue el nombre histórico que recibe el estado alemán durante el período
de entreguerras. Fue una república parlamentaria donde el Canciller se desempeñaba como Jefe
de Gobierno. No obstante, si el Parlamento alemán resultaba incapaz de formar un gobierno, el
Presidente podía designar uno. Este poder especial del Presidente jugaría un papel clave en los
últimos años de la República, y ayudaría a Hitler a subir al poder.

Esta república nació por accidente, no fue producto de un consenso entre todas las fuerzas
políticas y las clases sociales alemanas.14 Los líderes socialdemócratas alemanes estaban
estudiando la posibilidad de proclamar una monarquía constitucional cuando les llegó la noticia de
que los izquierdistas, liderados por Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, estaban a punto de
proclamar una república soviética.14 El 9 de noviembre de 1918, de manera apresurada,
proclamaron la República; pero luego tuvieron que cargar con la responsabilidad del Tratado de
Versalles.15

Inestabilidad política alemana

Desempeño de los principales partidos políticos alemanes en las elecciones parlamentarias. Desde
1930, la democracia parlamentaria alemana dejó de funcionar, debido a la gran cantidad de
fuerzas políticas presentes en el Parlamento alemán.

No obstante, este acto de los socialdemócratas no calmó a la Liga Espartaquista, que insistía en
crear un estado socialista. Para complicar las cosas, al regresar los veteranos de guerra a sus
hogares, muchos de ellos se unieron a los Freikorps, grupos paramilitares de derecha. En las calles
estallaron entonces enfrentamientos entre los grupos de derecha e izquierda. El Levantamiento de
enero de 1919 del Partido Comunista de Alemania asustó a los dirigentes de la República, que ya
habían forjado un pacto con el Ejército para prevenir la llegada del bolchevismo.16 De esta
manera, apoyados por el gobierno y los militares, los Freikorps acabaron con el levantamiento
armado izquierdista, y Luxemburg y Liebknecht fueron asesinados. Aunque a primera vista el
Ejército había demostrado ser fiel a la República, esta impresión era errónea; un año después, el
mismo oficial que comandó a las tropas que salvaron a la República de los espartaquistas, lideró el
golpe de Kapp, un golpe de derecha cuyo objetivo era restaurar la monarquía. Aunque el golpe de
Kapp fracasó, eventos posteriores demostrarían que el antirrepublicano Cuerpo de oficiales
alemán era tan independiente del gobierno en sus acciones, que se había convertido en un
"Estado dentro del Estado".17
En 1923, luego de que Alemania se retrasara en el pago de las indemnizaciones de guerra, los
franceses ocuparon el Ruhr, importante región industrial y minera. Después de que la resistencia
pasiva fracasara, el gobierno alemán reinició los pagos, lo que ocasionó que la moneda alemana se
devaluara drásticamente y que la clase media casi desapareciera.18 Como era de esperarse, la
agitación política tomó las calles de nuevo; y en noviembre de ese año, el Partido
Nacionalsocialista Obrero Alemán, apenas conocido fuera de Baviera, ejecutó un golpe de Estado
en Múnich, que fue sofocado rápidamente. Este evento, casi usual en los primeros años de la
República, hizo famoso a su líder, Adolf Hitler; y su partido, mejor conocido como el Partido Nazi,
pasó a tener relevancia nacional.

El fracaso de la Democracia y la Gran Depresión

Artículos principales: Gran Depresión y Nazismo.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, casi todas las pequeñas naciones de Europa oriental habían
implementado sistemas democráticos.19 Sin embargo, al inicio de la Segunda Guerra Mundial,
estos sistemas habían sido reemplazado por gobiernos autoritarios. La falta de experiencia
democrática de estos pueblos, la presión de las minorías étnicas, el alto gasto militar y los
conflictos religiosos fueron algunas de las razones que hicieron sucumbir a los gobiernos
democráticos de Europa oriental.19 Igual de importante fue la indiferencia de las democracias
occidentales a la constante interferencia de Alemania y la Unión Soviética en los asuntos de
naciones que, en parte, habían ayudado a crear;19 finalmente, estas últimas terminaron
sucumbiendo a la influencia germana.

La llegada de la Gran Depresión en 1929 catalizó el fin de la democracia en unos países, incluyendo
a la República de Weimar. A inicios de ese año, la inestabilidad política de la república parecía ser
cosa del pasado. Los socialdemócratas estaban recuperando los votos perdidos luego del Tratado
de Versalles, y los nazis eran una pequeña minoría en el Parlamento. Por otro lado, Austria y
Alemania estaban recibiendo préstamos estadounidenses que, junto con el comercio externo,
constituían la principal fuerza motriz de su economía. Sin embargo, la llegada de la Gran Depresión
motivó la suspensión de estos préstamos, y arrojó a las naciones germanas a una nueva crisis
económica; miles de trabajadores fueron despedidos e importantes bancos empezaron a colapsar.
La caída del comercio externo mundial, por motivo de la recesión, terminó por profundizar la
catástrofe alemana. Los miles de desempleados, 45% de la población activa, fueron entonces suelo
fértil para el discurso de Hitler.20

El discurso revolucionario de Hitler fue más exitoso durante la Gran Depresión.


En las elecciones parlamentarias de Alemania de 1930, los nazis consiguieron 107 asientos en el
Parlamento, convirtiéndose en el partido más votado después de los socialdemócratas. En medio
de la crisis, el pueblo alemán acudió a los partidos más radicales, ya que los comunistas también
experimentaron una ganancia importante y se convirtieron en el tercer partido nacional. Con estos
resultados, las fuerzas democráticas fueron incapaces de conseguir la mayoría parlamentaria
necesaria para gobernar, y desde 1930, el Presidente Paul von Hindenburg empezó a gobernar por
decreto, seleccionando al Canciller sin aprobación del Parlamento. En enero de 1933, el ex-
Canciller Franz von Papen logró convencer al senil Hindenburg que si nombraba Canciller a Hitler,
lograría acorrarlo.21 Hitler fue nombrado Canciller el 31 de enero de 1933, y en poco tiempo logró
neutralizar a Papen y barrer los últimos vestigios de democracia, con la complicidad del Ejército,
obteniendo la libertad necesaria para iniciar su programa político.

La Gran Depresión no sólo desestabilizó el gobierno alemán, en Austria, el Canciller Engelbert


Dollfuss utilizó este escenario de catástrofe económica para ejecutar la "Ley habilitante económica
para tiempos de guerra", promulgada en 1917, en plena Primera Guerra Mundial. Estando a punto
de perder su mayoría parlamentaria, suspendió el Parlamento, aplicó la censura en la prensa,
disolvió el poder judicial y prohibió a los partidos políticos opositores.22 Austria entró a una etapa
llamada Austrofascismo, que acabaría con la democracia austríaca y facilitaría la entrada de este
país a la esfera de influencia alemana.

El ascenso de los nazis al poder impulsó la aparición de movimientos similares en distintos países
de Europa oriental. En Hungría apareció el Partido de la Cruz Flechada, en Polonia la ONR-Falanga,
en Rumania la Guardia de Hierro y en Checoslovaquia la Guardia de Hlinka. Todos estos
movimientos eran antisemitas.23 Para 1938, la única democracia saludable en Europa oriental era
Checoslovaquia.2425

Expansionismo, apaciguamiento y aislacionismo

Artículos principales: Generalplan Ost, Apaciguamiento y Aislacionismo.

Aunque la amenaza del Anschluss hizo que inicialmente Mussolini viera a Hitler como una
amenaza, el carácter revisionista de sus políticas exteriores terminarían convirtiéndolos en aliados.

Las ideas geopolíticas de Karl Haushofer tuvieron gran influencia en Hitler, específicamente la
teoría del «espacio vital». Mientras que la opinión pública alemana deseaba restablecer las
fronteras previas a la guerra en el este, los nazis iban más lejos. Ellos clamaban que Alemania
debía modificar sus fronteras nacionales para que incluyera a todos los alemanes étnicos,26 y que
debían conquistarse nuevos territorios en el este de Europa,26 desplazando a los pueblos eslavos,
que eran considerados genéticamente inferiores por Hitler. Alemania se convertiría de esta
manera en un imperio continental, evitando un choque directo con el Occidente,2627 y acabaría
con el bolchevismo ruso y los judíos en el proceso.28

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