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Pasa en la mayoría de las escuela y también a nivel Regional y hasta nacional que

no estamos satisfechos con los resultados de las mediciones del nivel académico
de nuestros estudiantes, para esto existen muchas explicaciones, entre ellas la
situación particular de cada alumno, sus condiciones sociales y biológicas, su
situación personal y mental, así como su situación alimentaria.

Los resultados educativos que los estudiantes del nivel secundario alcanzan,
mantienen relación directa con su desempeño frente a los dispositivos de
evaluación que resuelven, un alumno con síntomas de debilidad física, de
agotamiento mental y de pereza para reflexionar no podrá rendir en toda su
capaciadad.

Habría que preguntarse ¿Cómo se alimentan nuestros alumnos? ¿Qué alimentos


consumen? ¿Cuál es la relación entre esta alimentación y su rendimiento escolar?
Y luego buscar las respuestas reales a estas tres interrogantes, de esta manera se
tendrá una idea más clara acerca de esta relación, que se ha venido revisando
desde hace algunos años y por lo mismo está en tela de juicio.

Esta investigación, a la que hemos titulado: “MI AMOR ES DE HIERRO: desayunos


nutritivos para combatir la anemia” se centra precisamente en esta tres
interrogantes, es decir en esta investigación documental, lo que se pretende es
revisar la relación que se da entre la alimentación, los aspecto de nutrición y el
rendimiento académico de los alumnos.

El ministerio de Educación desde el año pasado a modo de alerta solicita de


manera obligatoria para todos los niños del nivel inicial un tamizaje de hemoglobina
para de esta forma conocer el porcentaje de niños que sufren de anemía y tomar
las medidas para combatirlo, pero ¿qué hacer con los estudiantes del nivel
secundario?

Tradicionalmente se ha establecido una relación entre la pobreza y la mala


alimentación y es cierto pero sólo hasta cierto punto, nuestro país se encuentra en
franco crecimiento, pero como explicar que familias que no se encuentran en
estado de pobreza tengan a todos sus hijos padeciendo un cuadro de anemia. La
respuesta es sencilla y tiene un trasfondo más social que económico.
Las familias en la actualidad no prestan atención a la cultura nutricional, gastamos
enormes cantidades de dinero al mes en alimentos que tienen poco o julo aporte
nutricional, el resultado, alumnos distraídos, somnolientos, desganados y sin un
estímulo para el estudio.

Nuestro objetivo es: Describir y reflexionar la relación de la nutrición en el


rendimiento escolar de los niños y niñas de educación secundaria,
identificando las Causas de la anemia , propiciando un programa de cambio.

Si bien somos una escuela privada, debemos darnos cuenta que un


programa de alimentación como se brinda en algunas escuelas públicas es
una ayuda necesaria para combatir la anemia, proponemos pues iniciar un
programa de desayunos nutritivos teniendo al hierro como mejor aliado.

Así validaremos nuestra hipótesis: Si somos conscientes de la importancia de


una buena nutrición para un óptimo desempeño académico, entonces
pondríamos atención a nuestros hábitos alimenticios diarios desterrando la
anemia de nuestra escuela.
Nuestra propuesta es ayudar a aquellos alumnos o adolescentes que sufren de
anemia o podrían sufrirlo, para evitarlo querremos ayudar con los conocimientos que
les estamos dando para que nadie sufra por esta enfermedad que podía ser muy
común en estos tiempos ya que la mayoría de los adolescentes no quiere
supuestamente ser gordo o de sobre peso y al hacer eso dejan de comer alimentos
esenciales para su nutrición y no tienen los recursos necesarios para combatirla.
Es necesario otros recursos alimenticios para lograr acabar con la anemia .
En nuestra localidad se producen alimentos de alto poder nutritivo y de adquisición
económica al alcance de los bolsillos de la gran mayoría, así tenemos:
1. Alfalfa germinada: Los brotes contienen cerca de 1 mg de hierro por cada 100 g, y
8,20 mg de vitamina C, que favorece la absorción del hierro no hemo de origen
vegetal.
2. Avena: Unos 100 g aportan 4,7 mg de hierro, con lo que supera a la carne, que
está en torno a los 3 mg. Una taza aporta el 60% de las necesidades diarias de este
mineral.
3. Higos secos: La mayoría de sus nutrientes están muy concentrados: 100 g
aportan 2,23 mg de hierro, frente a los 0,37 mg de los higos frescos. Cinco piezas
cubren el 10% de las necesidades diarias.
4. Kiwi: Su alto contenido en vitamina C (98 mg/100 g) mejora significativamente la
absorción de hierro.
5. Lentejas: Una fuente muy buena de hierro (9 mg/100 g), aunque al ser de tipo no
hemo (vegetal), deben ingerirse con alimentos ricos en vitamina C. También aportan
grandes cantidades de nutrientes que propician la formación de hematíes, como los
folatos (215 mcg/50 g) y el cobre (0,425 mg/50 g).
6. Levadura de cerveza: Actúa como un multivitamínico natural, ya que contiene
gran cantidad de minerales y oligoelementos, proteínas de alta calidad biológica y
todas las vitaminas del grupo B. Se puede encontrar enriquecida con vitamina B12.
7. Miso: Las diversas variedades de miso que existen son ricas en hierro. El hatcho
miso es la variedad más indicada si se tiene anemia (7,1 mg de hierro/100g).
8. Pistachos: Una buena fuente de hierro (6,78 mg/100 g) y cobre (1,2 mg/100 g),
dos minerales que al combinarse tienen un efecto antianémico superior al de un
preparado farmacéutico de hierro solo.
9. Remolacha roja: Su alto contenido en hierro (1,80 mg/100 g), vitamina C (30
mg/100 g) y folatos (109 mcg/100g) le otorga una gran acción antianémica. Estimula
la producción de células sanguíneas en la médula ósea (hematopoyesis).
10. Alga chlorella: Es la única fuente vegetal de B12 fisiológicamente activa: 0,6 g de
chlorella o 3 comprimidos de 0,2 g aportan 4 mcg de B12, la dosis diaria de
mantenimiento. Si hay anemia, se debe triplicar la ingesta.
Por eso queremos ayudar a las demás personas para que puedan superar la anemia
porque hasta donde hemos investigado no es bonito tenerlo por eso nosotros
queremos ayudarlos a salir de esa enfermedad

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