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EL DESAZÓN DE LA IMPREDICTIBILIDAD

AUSPICIADO POR LAS SALAS PENALES DE


LA CORTE SUPREMA
“Ni la contradicción es indicio de
falsedad, ni la falta de
contradicción es indicio de
verdad” (Blaise Pascal)

Henry César Flores


Lizarbe1

I. INTROITO.-

En el presente artículo, quiero abordar algo que siempre ha


despertado en mí un interés académico-nostálgico, y es que en los
pronunciamientos de las Salas Penales de la Corte Suprema, se ha
derramado tinte incoherente.
La impredictibilidad está resentida, con algunas decisiones que ha ido
adoptando las Salas Penales de la Corte Suprema de Justicia de la
República, pues no es raro leer en el bosque jurisprudencial del
máximo tribunal, opiniones contradictorias sobre una misma
temática. Adicionalmente, llama la atención, que –en algunos casos-
los criterios de incoherencia brotan de la conformación de una misma
Sala Penal de la Corte Suprema.
Lo cierto es que, el giro de 360 grados en la mente de un ponente,
puede eclosionar en un tumor maligno o benigno que acarrea
consecuencias oportunistas en contra del derecho en algunos casos 2,
y en otros no3. Desde otro ángulo, pongámoslo en eufemismo, el
cambio de criterio de un juez supremo es comprensible –y hasta
saludable- en la medida en que el derecho no es estático, ni sus

1
Abogado egresado del doctorado en derecho con mención en ciencias penales por
la Universidad Privada de Tacna, docente universitario. Asimismo, con estudios
sobre el sistema acusatorio y litigación oral en Colombia, México y Costa Rica.
2
En la Casación N° 92-2017-AREQUIPA de fecha 08.08.17, con la ponencia de
Hinostroza Pariachi, se estableció como doctrina jurisprudencial vinculante que, el
delito fuente es un elemento normativo del tipo objetivo; lo cual tuvo que dejarse
sin efecto dicho carácter vinculante, por la sentencia plenaria casatoria 1-2017/CIJ-
433 de fecha 11.10.17, fj 28. Ahora bien, requiere un debate mayor si es que en
realidad tal interpretación es correcta, antojadiza o simplemente generadora de
impunidad; pero lo cierto es que en el momento en que se produjo trajo pedidos de
sobreseimientos y absoluciones inmediatas, por el giro de 360 grados que obligaba
a caer en otro razonamiento.
3
En la Casación N° 335-2015-DEL SANTA de fecha 01.06.2016, con la ponencia de
Hinostroza Pariachi, se estableció como doctrina jurisprudencial vinculante la
inaplicación de la pena del art. 173.2 CP, la inaplicación del art. 22 segundo párrafo
(responsabilidad restringida) a los delitos sexuales, etc; lo cual fue recientemente
dejada sin efecto por la sentencia plenaria casatoria N° 1-2018/CIJ-433 del 18.12.18,
fj 31. No obstante, el control difuso sobre la responsabilidad restringida para todo
tipo de delitos, es aplicable según la interpretación sistémica de las salas penales
de la corte suprema, y bajo una lectura constitucional, es desde luego correcta.
interpretaciones, ni la evolución constante de sus diversas
instituciones del derecho penal o procesal penal; lo censurable es no
dar motivos del viraje intelectual.
En esa medida –siguiendo a Blaise Pascal-, la contradicción no es
indicio de falsedad, en tanto podría obedecer a un cambio de criterio
legítimo y justificado; así como la falta de contradicción tampoco es
un indicio de verdad, en tanto la inmutabilidad de criterio
(supuestamente positivo y correcto), podría ser consecuencia de una
actitud propia del conformismo añejo y de renuencia para la
comprensión de nuevas corrientes.

La plausibilidad del derecho dúctil, está en su justificación.

II. DESAZÓN E IMPREDICTIBILIDAD.-

El sistema de predictibilidad dentro de nuestra administración de


justicia, podría resumirse en lo siguiente: a) Los precedentes
vinculantes, de la Corte Suprema de Justicia de la República y del
Tribunal Constitucional, b) Las Casaciones, que fijan doctrina
jurisprudencial vinculante, y, c) Los Acuerdos Plenarios.

La seguridad jurídica tiene como principio fundamental la idea de


predictibilidad, es decir, que cada uno conozca de antemano las
consecuencias jurídicas en sus relaciones con el Estado y los
particulares. La seguridad jurídica supone la expectativa
razonablemente fundada del ciudadano sobre cuál debe ser la
actuación del poder en aplicación del derecho.

A continuación, haremos un repaso de algunos temas que generan


inseguridad jurídica en materia penal, de modo enunciativo, para al
finalizar cada uno de ello, asumir nuestra posición, a saber:

1. Tema 1: apartamiento de la doctrina jurisprudencial

1.1 El art. 429.5 NCPP, prescribe: “Si la sentencia o auto se aparta


de la doctrina jurisprudencial establecida por la Corte Suprema o, en
su caso, por el Tribunal Constitucional”. A partir de una lectura
corriente del citado dispositivo, se plantean recursos de casación bajo
la sombra de esta causal, pero sobre la base del apartamiento de
cualquier doctrina jurisprudencial, sin importar su vinculatoriedad.

1.2 Entonces, aparecieron los pretores de la interpretación penal; es


decir, los jueces supremos, quienes señalaron que el apartamiento de
la doctrina jurisprudencial, debe hacerse de doctrina vinculante, no
de doctrina jurisprudencial ordinaria. Este criterio, ha sido sentada en
las siguiente jurisprudencia: a) Casación N° 724-2015-PIURA de fecha
15.04.16, fj cuarto, b) Casación N° 344-2017-CAJAMARCA de fecha
04.12.17, y c) Casación N° 10-2018-CUSCO de fecha 06.03.19. fj 2.1 y
2.3. Por tanto, parecía que la incertidumbre jurídica había terminado,
pero no.
1.3 Ahora bien, cuanto todo parecía paz y amor en dicha
comprensión, apareció la Casación N° 675-2016-ICA de fecha
11.04.19 (lavado de activos), en la cual se declaró fundada la
casación por apartamiento de doctrina jurisprudencial no vinculante
(ver pág. 10, motivo de la casación y fj vigesimocuarto). Al respecto,
enfatizaron que: "En atención al razonamiento expuesto, se concluye
que la sentencia de segunda instancia inobservó los incisos 1 y 3 del
art. 158, del CPP, los acuerdos plenarios N° 3-2010/CJ-116 y N° 2-
2005/CJ-116 y las Casaciones N° 5-2007-Huaura y N° 385-2013/San
Martín. Se produjo entonces una vulneración de garantías
constitucionales de carácter material; y apartamiento de la doctrina
jurisprudencial (...)".

1.4 Lo siento, no quería romperles la expectativa de que ya todo


estaba zanajado, pero como entenderán el título del presente artículo
–y su contenido- tiene justamente la consigna de exponer
pronunciamientos contradictorios, aunque con ello fracture el corazón
del novel estudiante de derecho.

Entonces, ¿en qué quedamos suprema?, supongo que la respuesta


demorará; no obstante, considero que la interpretación que se
aproxima a la finalidad de un recurso de casación, que busca
uniformizar los criterios de interpretación, debería ser la segunda
opción (casación 675-2016-ICA), y esto en razón a que sea vinculante
o no una decisión, no debería existir espacio al antojo judicial de
ponerse a espaldas de la interpretación ordinaria, pues si la idea es
que sólo se revise en casación las interpretaciones vinculantes (como
indica la mayoría de las casaciones), ocasionaría que algunos jueces
autómatas, sólo miren con buenos ojos las que tienen justamente
carácter vinculante únicamente, lo cual conllevaría a que se siga
generando impredictibilidad.

2. Tema 2: condena del absuelto

2.1 Ubicados en este segundo tema, haremos un brevísimo


parangón respecto al criterio del juez supremo penal de mayor peso
en la Corte Suprema y como su solo criterio (de marcada lucidez en la
mayoría de casos), por su solo criterio, ha incurrido en contradicción
para abolir una doctrina jurisprudencial casi uniforme sobre la
“condena del absuelto”. En buena cuenta, el citado padre supremo de
fino criterio –en la amplitud de casos- ha revivido con sus solas
decisiones, la posibilidad real, vigente y latente de “condenar al
absuelto” (Casaciones Nº 1370-2017/Nacional, Nº 503-2018/Madre de
Dios, Nº 648-2018-La Libertad).

Recogeremos la opinión suprema, de las instituciones de la


responsabilidad restringida, para luego compararlas con las
insertadas en la condena del absuelto y finalmente efectuar un
contraste. De ello adelantamos rápidamente, que quien pago los
platos rotos –por capricho más que por razón- es la Sala
Constitucional y Social de la Corte Suprema, en tanto fue el resorte de
tránsito obligatorio para fijar uno y otro criterio.

2.2 En la responsabilidad restringida.-

La Corte Suprema en la Casación Nº 1672-2017/PUNO de fecha


18.10.18, con la integración de San Martín Castro (ponente), Príncipe
Trujillo, Sequeiros Vargas, Chávez Mella y Bermejo Ríos, ha fijado un
patrón correcto de aplicación de la responsabilidad restringida a
cualquier delito, para lo cual ha desautorizado las decisiones de la
Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema, que excluían su
aplicación para algunos delitos, como actualmente regula el art. 22,
segundo acápite, del Código Penal.

En esa línea de ideas, resulta pertinente citar los fundamentos


jurídicos por los cuales la Sala Penal Suprema, inhabilita a la Sala
Constitucional y Social de la Corte Suprema. Fíjese:

En el fj segundo estableció que: “Es de resaltar que en varias


ocasiones diversos jueces de la República inaplicaron estas
exclusiones y consultaron su decisión a la Sala Constitucional y Social
Permanente de la Corte Suprema, conforme al artículo 14 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial. Esta Sala Suprema, empero no adoptó
una posición única al respecto. Es de resaltar, sobre el particular, que
las ejecutorias recaídas en las consultas Nº 1260-2011/Junin, de siete
de junio de dos mil uno y Nº 210-2012-Cajamarca, de veintiséis de
abril de dos mil doce, declararon que ese precepto introducía
exclusiones que vulneraban, el principio constitucional de igualdad
ante la ley, por lo que aprobaron la consulta. Por otra parte, y no
obstante esta línea jurisprudencial, en el presente caso, la Sala
Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema (…)”. En el fj
tercero, indico que: “La publicación de este Acuerdo Plenario es
posterior a la aludida Sentencia de la Sala Constitucional y Social
Permanente y, por cierto, anterior a la sentencia de vista que emitió
la sentencia materia de recurso de casación”. En el fj cuarto,
numeral 2, in fine, señaló que: “Ésta es la razón de ser para estimar
arbitraria y, por tanto, inconstitucional las exclusiones del artículo 22
del Código Penal fundadas en razones objetivas y no subjetivas”. En
el fj quinto, dijo que: “En estas condiciones, al aplicarse la Sentencia
de la Sala Constitucional y Social Permanente y no, como
correspondía –por las tres razones ya indicadas-, el Acuerdo Plenario
número 4-2016/CJ-116, se incurrió tanto en una indebida aplicación
de las reglas constitucionales sobre la materia –básicamente el
principio de igualdad ante la ley y el principio de favorabilidad penal,
así como el artículo 22, segundo párrafo- (…)”.

En refuerzo a las razones citadas, el Juez Supremo San Martín Castro


(ponente), junto a los jueces Barrios Alvarado, Príncipe Trujillo, Chávez
Mella y Bermejo Ríos, ha ratificado dicha postura íntegramente en la
Casación 214-2018/EL SANTA de fecha 08.11.18, en el que en el fj
primero de los fundamentos de derecho, indicaron que: “En un caso
similar al presente ha sido resuelto por la Sentencia Casatoria recaída
en la causa 1672-2017/Puno, de dieciocho de octubre de dos mil
dieciocho. No existen razones para variar la doctrina jurisprudencial
sentada en esta decisión emitida por este Supremo Colegiado”.

En consecuencia, la posición de la Sala Penal Suprema de San Martín


Castro, es que se aplica la responsabilidad restringida a toda clase de
delitos, declarando inconstitucional la exclusión del segundo
parágrafo del art. 22 del CP. No obstante, fíjese que para ello ha
descalificado la posición de la Sala Constitucional y Social de
la Corte Suprema de Justicia de la República, que declaraba
como constitucional la exclusión del segundo párrafo del art.
22 del CP.

2.3 En la condena del absuelto.-

La Corte Suprema, en la Casación 1379-2017/NACIONAL de fecha


28.08.18, con San Martín Castro a la cabeza (ponente) y los
integrantes Príncipe Trujillo, Sequeiros Vargas, Chávez Mella y
Bermejo Ríos, rehabilito la autoridad de la Sala Constitucional y Social
de la Corte Suprema, incorporándolo nuevamente en sus
fundamentos, tal es así que al respecto en el fj cuarto, numeral 2
de la citada casación nacional, establecieron que: “Cabe enfatizar,
más allá de que una sentencia de casación señaló la inviabilidad de
condenar al absuelto, que finalmente la Sala Constitucional y Social
de esta Corte Suprema–órgano jurisdiccional competente
funcionalmente cuando se trata de consultas en materia de
inaplicación de normas con rango de ley (artículo 14 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial) por tribunales inferiores, en su sentencia
de veintidós de octubre de dos mil quince, afirmó la
constitucionalidad de esta opción y, por consiguiente, desaprobó una
consulta contrario elevada por la Corte Superior de Justicia de Junin
(Consulta número 15852-2014/Junin)”.

Tal postura, ha sido enfatizada íntegramente, en la Casación Nº 503-


2018/Madre de Dios de fecha 05.02.19, que tuvo la ponencia de San
Martín Castro, y lo secundaron, los jueces Figueroa Navarro, Príncipe
Trujillo, Sequeiros Vargas y Chávez Mella, en el que en el fj segundo,
tercer lugar, indicaron que: “La posición de este Supremo Colegiado
sobre este punto ya ha sido establecida en la sentencia Casatoria
1379-2017/Nacional, de veintiocho de agosto de dos mil dieciocho, en
cuya virtud, bajo determinados presupuestos y límites, es
enteramente factible condenar en segunda instancia al absuelto en
primera instancia”.
Por si esto no fuera poco, la misma Sala Penal de San Martín Castro,
acaba de emitir la Casación Nº 648-2018-LA LIBERTAD de fecha
19.03.19 (caso: escuadrón de la muerte), con los integrantes de casi
siempre, Figueroa Navarro, Príncipe Trujillo, Castañeda Espinoza y
Sequeiros Vargas, en el que en el fj decimonoveno, dijeron que: “Al
respecto se tiene que, conforme al fundamento jurídico cuarto de la
Casación número 1379-2017/Nacional, del veintiocho de agosto de
dos mil dieciocho (sobre la condena del absuelto)”. En tal
persistencia, queda evidenciado la residencia posicional de
San Martín Castro: en este caso si formula adhesión a la
resuelto por la Sala Constitucional y Social; mientras que en
el caso de la responsabilidad restringida, si le desactivo el
peso legal.

Entonces, del lado de la responsabilidad restringida, San Martín


Castro, no le da rédito a la Sala Constitucional y Social, mientras que
del lado de la condena del absuelto, si le encuentra lucro a sus
decisiones. La impredictibilidad empezó a asomarse para servir de
colchón a un cambio de criterio (se puede condenar al absuelto). La
contradicción del emblema supremo en materia penal, tiene su talón
de Aquiles.

La única Sala Penal Suprema a favor de la condena del absuelto, es la


Sala Permanente que preside el mandamás César San Martín Castro.
Los jueces que participaron en estas tres casaciones (Casaciones Nº
1370-201, Nº 503-2018, Nº 648-2018) sobre la condena del absuelto
son: San Martín Castro (ponente en dos casaciones) Figueroa Navarro,
Príncipe Trujillo, Castañeda Espinoza, Sequeiros Vargas, Chávez Mella
y Bermejo Ríos; es decir, 7 jueces supremos –por ahora- están a favor
de que se condene al absuelto. Los jueces que están en contra de la
condena del absuelto son: Villa Stein, Pariona Pastrana, Barrios
Alvarado, Tello Gilardi, Neyra Flores, Morales Parraguez, Cevallos
Vega, Rodríguez Tineo, Loli Bonilla y Jorge Luis Salas Arenas. Con la
modificación que ha tenido y sigue teniendo las salas penales
supremas, quedaría esperar finalmente cual sería la posición final
sobre la temática en una eventual sentencia casatoria.

Llama la atención que el destacado juez supremo San Martín Castro –


y su sala penal permanente-, no convoque a un pleno Casatorio para
poner coto a este problema legal, y si lo haya hecho sobre el delito de
violación, en la Casación Nº 344-2017-Cajamarca de fecha 04.12.17,
(véase el rubro recomendaron, pág. 39) o es que existirá temor al
revés jurídico.
En realidad resultaría profusamente mezquino no reconocer el aporte
interpretativo que ha impreso el Juez Supremo César San Martín
Castro en el proceso penal peruano; no obstante, usar al antojo la
posición de la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema,
tampoco es para aplaudir, pues no se trata de tomarse un café
exprés, sino de tener decisiones coherentes en el tiempo. Repárese
en que una característica valiosa de un juez es su afiliación por la
seguridad jurídica.

2.4 Entonces, ¿en qué quedamos suprema?, supongo que la


respuesta demorará; no obstante, considero que es inviable
-actualmente- la condena del absuelto, si nos aferramos al control
convencional, en tanto estamos obligados (art. 55 y cuarta
disposición final y transitoria de la constitución) a interpretar nuestra
normatividad interna en congruencia con lo dispuesto por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Dechado de ello, es el
caso Mohamed vs Argentina de fecha 23.11.12.

3. Tema 3: peculado por apropiación

3.1 En la Casación N° 1379-2017/NACIONAL de fecha 28.08.18, San


Martín Castro, resondra a la Primera Sala Penal Nacional, señalado en
el fj decimosexto, lo siguiente: “En consecuencia, la interpretación del
tipo penal de peculado por apropiación en relación a viáticos, parte de
los cuales se apoderó el imputado Castañeda Serrano, fue incorrecta
y, en consecuencia, determinó una absolución infundada. Se afirmó la
atipicidad de una conducta que, objetivamente es típica. El recurso
acusatorio del Fiscal debe estimarse y así se declara. El Tribunal
Superior debe expedir nuevo fallo en este extremo acatando por
completo la interpretación del tipo penal en cuestión”. Se ordena que
otra Colegiado Superior realice nueva audiencia de apelación. Es de
precisar que al acusado Daniel Castañeda Serrano, en primera
instancia se le condeno por peculado por apropiación y la primera
sala penal de apelaciones nacional, revocó, absolviendo. En ese
contexto, San Martín Castro, impone que se siga su interpretación.
Total es el “dios supremo” y se hace lo que él diga y sin rechinar.
El problema es que la orden de San Martín Castro es ilegal. Conculca
la independencia y autonomía judicial (art. 139.2 Constitución) y no le
gustaría para nada al TC, porque dicho derecho no puede ser afectado
de modo directo ni indirecto. Fíjese, el TC en el expediente N° 06157-
2008-PHC/TC-CAJAMARCA de fecha 17.09.2010, en el caso de
Abraham Jiménez Chocan y otro, en el fj 4 tiene establecido que:
“Este Tribunal no comparte el razonamiento planteado porque a
través del acuerdo plenario, la Corte Suprema de Justicia de la
República impone al juez penal no solo un criterio, sino que, además,
le reduce su ámbito de acción al imponerle el sentido en que deben
resolverse determinadas solicitudes vinculadas al ejercicio de sus
atribuciones y competencias, lo cual excede no solo el contenido de la
ley, sino también el de la Constitución”; en el fj 9, dijo también que:
“El problema no es que Corte Suprema de Justicia de la República
emita acuerdos plenarios o precedentes vinculantes; al contrario, ello
es sumamente deseable, a efectos de afianzar la seguridad jurídica
en nuestro ordenamiento; el problema se presenta cuando se utiliza
estos mecanismos para determinar cómo deben pronunciarse los
jueces determinados supuestos. En ese sentido, cabe señalar que la
importancia de los precedentes vinculantes está en cómo integran el
ordenamiento jurídico, complementándolo ante la existencia de
vacíos normativos que se presentan, pero en modo alguno pueden
servir para determinar cómo se debe resolver en determinado
supuestos”, y finalmente, en el fj 10, estableció que: “A través de
estos mecanismos, se pueden fijar parámetros o pautas a tener en
cuenta para analizar o resolver determinados casos, pero no para fijar
cómo “debe” resolverse, como lo ha hecho la Corte Suprema de
Justicia de la República, afectando la independencia y autonomía de
los magistrados penales (…)”.
En el caso del peculado por apropiación en relación a viáticos, existe
jurisprudencia que indica que su apropiación no constituye delito.
Este posición ha sido sentada en R.N. N° 907-2014-TACNA de fecha
26.03.15, emitida por la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema,
con la ponencia de Príncipe Trujillo. El dato singular es que, el juez
supremo Príncipe Trujillo, ha cambiado de criterio en la práctica, pues
firma la Casación N° 1379-2017/NACIONAL citada en la presente,
aunque no nos diga que lo llevo a mutar de parecer, pero entendemos
que se debe a la imponente presencia del maestro San Martín Castro.
En suma, San Martín Castro, no tiene por qué imponer un criterio de
interpretación a su inferior, pues si para él constituye delito el
peculado por viáticos que revoque y resuelva sobre el fondo, reparase
que en este caso en primera instancia se condenó, en segunda
instancia se absolvió y la fiscal superior en su recurso casatorio pedía
pronunciamiento sobre la “calificación de los viáticos, como objeto
material del delito de peculado”. En ese escenario, era perfectamente
viable que la Suprema condenará (sin afectación a la condena del
absuelto), en tanto cabe la posibilidad procesal que admitida una
casación por la Corte Suprema (art. 433.1 CPP), mientras exista
condena en primera instancia, se pronuncie sobre el fondo y ratifique
la condena de primera instancia, conforme ocurrió en la Casación
245-2012-Cusco de fecha 19.09.13.
En consecuencia, San Martín Castro, no está actuando con marcada
sujeción a derecho. Lisa y llanamente se está imponiendo el
argumento ad verecundiam o de autoridad.

3.2 Entonces, ¿en qué quedamos suprema?, supongo que la


respuesta demorará; no obstante, considero que es atípica la
apropiación de viáticos, en tanto en el delito de peculado la recepción
de viáticos por parte del sujeto público tiene naturaleza distinta a la
administración, percepción y custodia que exige el delito de peculado.
En consecuencia, la conducta del agente público debe dilucidarse en
el ámbito administrativo, debiendo abrirse una investigación penal
sólo por los delitos de falsedad, sí se hubiera falsificado facturas,
boletas o cualquier documento para justificar los gastos.
4. Tema 4: La cláusula de no autoincrimación (a propósito de
brindar datos de identidad falsos)

4.1 Una garantía medular que tiene todo procesado es que no se


conculque su derecho a no autoincriminarse. Al respecto, la Sala
Penal Transitoria de la Corte Suprema, conformada por los mismos
jueces supremos (cuatro de ellos coinciden, San Martín Castro, Prado
Saldarriaga, Salas Arenas y Príncipe Trujillo), se pronunciaron sobre la
configuración típica de proporcionar datos de identidad falsos por
parte de un imputado, en una investigación penal.

La primera decisión, corresponde al R.N. 3093-2013 Lima Norte, de


fecha 22.05.2014, en el cual se afirmó en el fj. 2.8 que:
“(…) el hecho de que el encausado se haya identificado con un
nombre falso, supuesto o de persona real, como este caso, el nombre
de su medio hermano (…), materializa el principio de no
autoincriminación (…); como consecuencia de ello, el encausado (…)
no puede ser responsabilizado penalmente por dicho acto”.
La segunda decisión, corresponde a la misma Sala Penal Transitoria,
esto es, al R.N. 1593-2014, Lima, de fecha 26.05.2015, estableciendo
en su fj noveno que:
“Asimismo, con respecto al delito de falsedad genérica, este supremo
tribunal considera que también se encuentra acreditada la
responsabilidad del acusado (…) porque desde el momento de su
intervención y en cada una de las diligencias practicadas, tanto en
sede policial como judicial, proporcionó a la autoridad un nombre
distinto al suyo, ello con la única intención de evitar la acción de la
justicia y alterar la verdad de los hechos, lo que en definitiva, generó
un perjuicio al entorpecer la labor del sistema judicial, al tener que
iniciarse un proceso penal contra una tercera persona ajena a los
hechos (…)”.

4.2 Inspeccionado el texto de los citados recursos de nulidad, en


ambos casos, el investigado se identificó, con el nombre de su
hermano. No obstante, el cuestionamiento es que en el primer caso, a
los jueces supremos les pareció correcto la idea de subsumir tal
conducta en el principio de no autoincriminación; mientras que en el
segundo caso, decidieron lo contrario, inaplicando tal criterio,
inclinándose por la condena.

Merece atención la concepción sobre el aludido principio, que tiene la


Corte Suprema. Repárese que, en el primer caso ha afirmado que el
hecho de dar una identidad falsa “materializa el principio de no
autoincriminación”, y es que se entiende que nadie está en la
obligación de incriminarse danto la genuina identidad si es que por
ejemplo tiene una requisitoria vigente, siendo más bien
responsabilidad plena del funcionario encargado de cumplir con dicha
labor.
Preocupa el ángulo de discrepancia sobre un mismo hecho
(identificarse falsamente), pues aquí se debe asumir un criterio de
contención del poder punitivo, sin agenciar sanción alguna por ejercer
un legítimo derecho.

4.3 Entonces, ¿en qué quedamos suprema?, supongo que la


respuesta demorará; no obstante, asumimos la postura de que no
debería procesarse penalmente a las personas que en ejercicio
legítimo de su derecho a la no autoincriminación, optan por
identificarse con datos falsos.

5. En suma, de los cuatro temas abordados en la presente,


consideramos que si seguimos por este derrotero de la
inseguridad jurídica, no se generara confianza en la ciudadanía para
que tengan certeza o predictibilidad de cuál será el resultado final de
su caso planteado ante el sistema de justicia. Aunque sabemos que
es una constante la búsqueda de predictibilidad por los vaivenes que
genera siempre la interpretación en el derecho, el anhelo de la
seguridad jurídica es latente.

Estas historias continuaran…

III. CONCLUSIONES.-

a) La predictibilidad también es conocida como el principio de seguridad


jurídica o con el principio de certeza. Su consigna es disminuir la
emisión de sentencias discordantes y contradictorias frente a
situaciones similares.

b) El apartamiento de la doctrina jurisprudencial vinculante, la condena


del absuelto, la apropiación de viáticos como supuesto delito de
peculado y la cláusula de no incriminación, son dechados de como la
impredictibilidad continúa latente. Está en los mismos jueces,
acercarse a sus decisiones jurisprudenciales, hacerle el seguimiento
correspondiente y brincar sobre ellos continuamente, para evitar
tropiezos impredecibles.

c) Finalmente, no debemos decirle adiós a la seguridad jurídica, en tanto


en estos últimos años se ha notado una marcada preocupación por
realizar plenos distritales, acuerdos plenarios y sentencias casatorias,
que buscan únicamente homogenizar las decisiones.

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