La literatura finisecular:

Modernismo y Generación del 98

A finales del siglo XIX se pierde la fe en el racionalismo. Esta situación se junta con la
pérdida de las colonias americanas, lo que hace aumentar el pesimismo. A pesar de que se cree que la
ciencia ya no poder dar respuesta a la realidad, se producen avances como la teoría de la relatividad
de Einstein, el psicoanálisis de Freud y los cambios estéticos que derivaron de la aparición de la
fotografía y el cine.

Las figuras que reinan en esta época son Alfonso XIII, Primo de Rivera, que instaura una
dictadura sucedida por la II República. El alto analfabetismo de la sociedad fue una de las mayores
preocupaciones de los intelectuales.

En este contexto surgen dos corrientes literarias paralelas: el Modernismo y la Generación

del 98. Ambas sienten una profunda preocupación por España, pero la enfocan desde un punto de vista
diferente.

El Modernismo se desarrolla, sobre todo, en la poesía, y tiene su impulso inicial en autores

hispanoamericanos (José Martí, Rubén Darío). Se caracteriza por la influencia del Romanticismo,
Parnasianismo (Gautier) y Simbolismo franceses, una renovación léxica que busca la sensualidad, y el
uso de recursos literarios (sinestesias). Se produce una profunda renovación métrica ligada a una
evasión de la realidad (Motivos para la evasión de la realidad, Keats).

Como autores modernistas destacan: Rubén Darío, autor de obras como Azul, Prosas
profanas y Cantos de vida y esperanza, y Manuel Machado, miembro de la RAE y autor de obras como
Alma, Caprichos, y Cante hondo, donde trata temas como el amor y la historia. Su poesía destaca por
su gran plasticidad.

La Generación del 98 es un grupo de intelectuales que también mostró una profunda

preocupación por la crisis que atravesaba España, pero lo hizo con una actitud regeneracionista, que
buscaba el cambio. La literatura de este movimiento se caracteriza por una renovación estética e
intelectual que se manifiesta con una expresión sencilla y lenguaje directo. El nombre del grupo lo dio
Azorín a través de varios artículos.

La Generación del 98 está compuesta por: Antonio Machado, autor sevillano republicano
autor de Soledades, Galerías y otros poemas; Campos de Castilla y Nuevas canciones. Miguel de
Unamuno, autor de poesía (El Cristo de Velázquez), novela (Niebla, una de sus “nivolas”), ensayo (La
agonía del cristianismo) y teatro (Fedra). Azorín, prosista autor de obras como Doña Inés o La
voluntad. Pío Baroja, autor nacido en San Sebastián, que escribió Zalacaín el aventurero y El árbol de
la ciencia. Valle-Inclán, dramaturgo y novelista se caracteriza por crear el esperpento. En su teatro
destaca Luces de bohemia, y en su novela, las Sonatas.

La novela finisecular está marcada por estas dos tendencias. Mientas el Modernismo se
evade de la realidad, la Generación del 98 la afronta e intenta cambiarla, y lo hace a través de su
expresión literaria.