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Enviado por clbustos el Mié, 05/06/2002 - 02:42.

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Monografía relacionada con Paradigma, resistencia y emociones: una


respuesta tentativa a la dificultad del cambio
Ensayo realizado por Lorena Antiguay, Universidad de Santiago de Chile
(2002)

Muchas veces he escuchado que los seres humanos tenemos una ca pacidad
inherente de cambio, por lo cual, podemos elegir qué camino tomar durante
nuestra existencia y, sobre todo, cómo tomar ese camino. Algunos autores
hablan sobre el afrontamiento de la responsabilidad ante la propia vida y ante
el proceso de cambio, donde el conocimiento de sí mismo debe ser profundo
(Yalom, s/a). No obstante, si bien considero que este sentido de
responsabilidad es propio de una persona "madura", personalmente he vivido
algunas experiencias en que este proceso de cambio se ha llenado de
obstáculos angustiantes.

Esta "paradoja" entre esa capacidad inherente y la angustia personal, me ha


llevado a plantear un cuestionamiento bastante importante en el ámbito del
desarrollo personal: ¿Por qué es tan difícil e incluso doloroso un proceso de
cambio personal?. Mi intención es construir una "respuesta tentativa" a esta
pregunta, basándome tanto en planteamientos personales como en algunos
autores de la Psicología y otros ámbitos. Debido a su perfil, creo que este
ensayo tiene un papel sustancial en mi trabajo autoconocimiento, ya que el
poder explicarme un asunto tan íntimo y a la vez común en las personas, me
dará las herramientas necesarias para realizar y enfrentar cambios
constructivos.

Según mi parecer, uno busca cambiar aquello que le p roduce dolor o


consecuencias que no desea en algún asunto. En otras palabras, yo quiero
cambiar aquello que me impide sentirme bien o realizar mis sueños; el carácter
del cambio voluntario, para mí, debe ser positivo. En este sentido concuerdo
con lo planteado por Dyer (1989), al decir que debe existir un compromiso
consigo mismo, tener ganas de vivir y, sobre todo, un Ê  de ser y hacer
todo lo que se quiera en este momento; puedo sintetizar esta definición en un
concepto: " 
  ".

Todas las personas podemos desarrollar "autofidelidad", e incluso llegar a


identificar aquellos aspectos de nosotros mismos que nos impiden "ser lo que
se quiera ser y hacer en este momento". Sin embargo, a mi juicio creo que el
paso más difícil para conseguir una completa "autofidelidad", es cambiar esos
mismos aspectos que identificamos como obstáculos; "si eres como la mayoría
de la gente, hasta las fibras más íntimas de tu ser se resistirán a emprender el
duro trabajo que significa eliminar los p  
 Ê p  a tus
sentimientos y conducta autoalienatorios", señala Dyer (1989, Pp. 20) en
relación a este dificultoso proceso de cambio.

En esta ocasión, no puedo dejar de asociar estos p  


 Ê 
p , con un elemento estable, un ti po de percepción bajo la que se cobija
todo lo que siento, pienso, creo y lo que me rodea en el mundo, en otras
palabras:
p Êp 

A pesar de que la palabra p Ê esté relacionada de manera íntima con el


ámbito científico, me resulta muy fácil e incluso necesario extrapolarla a lo
personal y al proceso de cambio. Thomas Kuhn (1989), en su obra " Estructura
de las Revoluciones científicas", entrega una buena y completa descripción de
este concepto. Sin embargo, el autor no pudo darme una d efinición acotada y
operacional. Por ello, en un intento de síntesis, puedo decir que p Ê es
un modelo concreto, cuya práctica subsiguiente raramente despertará
desacuerdos sobre los fundamentos- reglas y normas- claramente expresados;
el paradigma tiene un carácter colectivo y consensual, siendo un grupo
determinado de personas quienes lo comparten y transmiten a otros.

En otras palabras, el paradigma sería una "visión" o los "anteojos" con lo que
las personas- los científicos en Kuhn- vemos e interpretamos los fenómenos
del mundo, cuyo origen es en gran manera lo que otras personas nos
transmiten al pertenecer a cierto grupo.

El p Êp , como yo lo llamo, está íntimamente vinculado con


esta "visión" o "anteojos"; la única diferencia, e s que en lugar de estar referido
a los "fenómenos naturales" "óptica" de Newton, "astronomía" de Copérnico,
"Condicionamiento operante" de Skinner - se refiere a las características
individuales que cada uno posee, y cuál es el papel de éstas en el mundo. Un
ejemplo muy gráfico de estos "p Êp  ", es el "circulo vicioso"
propuesto por Dyer (1989):
Este círculo vicioso, representa una creencia incuestionable que se puede
tener sobre la propia persona construida seguramente en base a ciert os
contenidos experienciales y sociales- que se confirma por sí misma sin parar.

No obstante, y a pesar de esta "inacabable autoconfirmación", Kuhn (1993)


plantea la existencia de "revoluciones científicas", donde se inicia el proceso
transicional de un paradigma a otro, basado en un sentimiento creciente de que
el antiguo paradigma ha dejado de funcionar en forma adecuada, sobre la
exploración de un aspecto natural al que daba explicaciones satisfactorias
anteriormente. Estas revoluciones, se dan luego de pasar períodos de crisis,
donde las anomalías del paradigma - puntos ciegos en la funcionalidad
paradigmática- sobrepasan las capacidades de explicación.

Los que llamo "paradigmas personales", puedo caracterizarlos con una alta
susceptibilidad a estas "re voluciones"; es así como los círculos viciosos pueden
romperse y orientar la conducta hacia otras esferas, tanto positivas como
negativas. Muchas veces son acontecimientos que alteran nuestra vida los
motores de estas "revoluciones"; acontecimientos que no tiene explicación en
nuestras propias creencias.

Así, de manera gráfica, puedo mencionar mi experiencia personal de entrar a la


Universidad. Esta nueva situación en mi vida, hizo que pasara desde un
paradigma personal con la premisa "niña académicamente perfecta", a otro con
la premisa de "mujer que debe esforzarse como los demás, para salir
adelante". En un principio, me angustiaba muchísimo sacarme "malas
calificaciones", cuya insuficiencia era basada según mi antiguo paradigma
personal sobre el rendimiento; trataba de estudiar el doble o el triple y no
conseguía los mismos resultados que en el colegio, por lo que no podía
explicar la razón de mi "fracaso". Pasado cierto tiempo de frustración y
desorientación, gradualmente fui comprendiendo la necesidad de cambiar mi
"valoración"sobre las calificaciones y que lo importante en la Universidad no es
ser "académicamente perfecto", sino el esfuerzo, la dedicación que se le
entregue al estudio y el aprendizaje que se consigue.

Los "lentes inversos" con los cuales Kuhn (1993) grafica la transformación
revolucionaria de la visión paradigmática, son una explicación muy adecuada
para experiencias como la anterior. Si a una persona le ponen anteojos
ajustados con lentes inversos, verá inicialmente todo el mundo cabe za abajo;
esto le provocará una gran Ê    una  p 
Ê Pero
después que la persona comienza a aprender como conducirse en el nuevo
mundo, el campo visual se transforma y comienza a percibir los objetos con la
misma naturalidad incuestionable, anterior a los lentes.

Con esta explicación, Kuhn (1993) me ha entregado un buen punto de partida


para encontrar alguna respuesta a la dificultad del cambio personal. No
obstante, me ha entregado también otro cuestionamiento muy importante: ¿qué
clase de crisis personal aguda se produce en este proceso d e revolución?.

Considero que esta pregunta es trascendental para conseguir una explicación


satisfactorias al problema principal, ya que encuentro en ella un camino que
podría llevarme a la estructura nuclear del asunto.

a 
        

Cada ser humano, a mi percepción, es un mundo en particular, distinto a los


otros y únicos en el Universo. Todos tenemos experiencias diferentes, cuerpos
distintos y, en consecuencia, "paradigmas personales" irrepetibles. Según
Guidanno (1991), cada persona es un experimento único de la naturaleza, y
tiene un modo absolutamente individual de articular su dimensión de significado
y los procesos de reordenamiento que tienen lugar en ella. Es por esto que me
resulta un tanto difícil exponer una Naturaleza - en toda la expresión del
término- inamovible y universal de la crisis personal. Además, definir una
Naturaleza es algo muy pretencioso en mi condición de estudiante. Por lo
pronto, y a fin de no menoscabar mi objetivo, tomaré en adelante un término de
uso psicológico que consideraré como "naturaleza" de la crisis personal: 
 

De manera estricta, el concepto de resistencia proviene de la física y se refiere


a la oposición que presenta un conductor al paso de la corriente eléctrica (Lluis,
1997). En otras palabras, se presenta cuando una entidad hace lo posible para
no pasar de un estado a otro. En el campo de la Psicología, este término
pertenece tradicionalmente al Psicoanálisis, entendiéndose desde ahí como
"una oposición inconsciente [...] p ara impedir que los contenidos psíquicos
removidos vuelvan al plano de la conciencia" (Zolla, 1962), Sin embargo, en
esta ocasión me gustaría mucho enfocarme en un autor que se adhiere a una
tendencia diametralmente opuesta y así resolver mi problema de fo rma distinta.

Vittorio Guidanno (1991), psicólogo cognitivo, propone desde un enfoque


ontológico el carácter de la resistencias como: "  Ê 
  
p   p  
 Ê   p  Ê 
p  
 p
  Ê   (Pp.141) Personalmente pienso que
estos mecanismos de autorreferencia tiene un carácter " , lo cual hace que
el cambio se sienta como una amenaza para la persona. Por ejemplo, si se
anima a un amigo para que declare sus sentimien tos hacia una persona, esta
situación de cambio en un aspecto de su vida puede provocarle un temor al
rechazo, lo que degenerará en una afirmación autorreferente: "no vale la pena
intentarlo, jamás se fijará en mi, porque nunca he sido atractivo."

Esto se relaciona estrechamente con lo que Guidanno llama " 


 
" ;
si bien el autor no da una definición acotada, podría entenderlo como " la
necesidad de la persona por mantener un equilibrio u homeostasis psíquica".
Además, estos dos elementos- resistencia y autorregulación- Guidanno los
enlaza con patrones de autoenga ño.

En este momento me surge una importante inquietud: ¿para qué sirve toda
esta "dinámica de estancamiento"?, ¿cuál es el efecto utilitario en mi existencia
como persona?. Una respuesta que me entrega el autor es su utilidad para
desacelerar y/o distorsionar la asimilación de "datos críticos" - los que puedo
análogar a las "anomalías de paradigma personal" - reflejando p  

  que protegen al individuo de  Ê ÊÊ Ê
pÊ  

Me resulta interesante esta respuesta, ya que con siderado como un proceso


natural, la resistencia al cambio puede manifestarse en toda entidad física,
incluyendo al ser humano. Para mi, es clara la necesidad de mantener cierta
continuidad en nuestra forma de ser y actuar en el mundo, ya que eso nos
distingue como seres individuales y únicos. Además, pienso que esta
continuidad es la que nos permite sentir una identificación sobre nosotros
mismos y por ello, un autoconocimiento.

Sin embargo, esta misma continuidad nos puede jugar malas pasadas cuando
la vida nos pide cambiar. Pienso que ser siempre "el mismo", o sea, hacer las
mismas cosas, negarse a conocer gente nueva, comer siempre lo mismo y
creer siempre que se es "feo", "bonito", "inteligente" o "tonto", porque, simple y
llanamente    es simplemente una forma "artificial" de
mantener una seguridad que no es propia de los organismos vivos. Es el
autoengaño sobre el que habla Guidanno y la desesperada necesidad de
autorregulación, para conseguir mantener ese equilibrio o "paradigma per sonal"
que tan bien funcionó hasta es momento. Nos resistimos a cambiar aquello que
nos protegió de la incertidumbre, a tener que configurar nuevamente los que
nos rodea y sobre todo, a prescindir de aquello que tan bien conocemos,
dejándonos con una sensa ción de abandono y temor. Abandonar un
"paradigma personal" es como dejar una muleta y tratar de caminar solos, aún
cuando nos caigamos una y otra vez; y ese es El miedo...el dolor de la caída.

En relación al abandono de un "antiguo paradigma personal", G uidanno (1991)


habla de este como una  
p - Ê  
p 
Ê
 Êp    
Ê   Ê Ê 
p 
Ê
p !"# Plantea que ambos tipos de cambio, se producen por una
p 
 p 
Ê y que una asimilación satisfactoria de
sentimientos perturbadores requiere necesariamente un cambio en la
apreciación del "Yo" (parte del individuo que organiza lo emocional)
experimentada por el "Mi" (autoimagen consciente ); es por ello necesario
producir cambios progresivos en los patrones actuales de autoconciencia,
aumentando la compresión que tenemos sobre cómo ordenamos la experiencia
personal.

En palabras simples, lo anterior podemos entenderlo como el papel protagónico


de las emociones perturbadoras en el proceso de cambio - por ejemplo, la
angustia al ver que mis soluciones no funcionan como antes - y que una
verdaderamente constructiva aceptación de ellas, se logra cambiando el modo
en que clasificamos esas emociones perturbadoras y logrando identificar éstas
cuando las sentimos. Por ejemplo, es necesario prestar atención sobre la
emoción desagradable surgida a partir de ciertas experiencias, tomar
conciencia de que existe, clasificarla como angustia y tratar de identificar en
qué momentos la experimentamos. En este punto es importante el cambiar la
autoconciencia, tratando de "hacer un mapa" sobre lo que me pasa con cierto
asunto y así comprenderlo a cabalidad.

Sin embargo, ¿qué sucede si no se realiza este ejercicio de autoconc iencia


sobre la emoción perturbadora?. A mi parecer, el ignorar esta emoción
perturbadora, evitándola y no identificando cuando nos asalta, es una forma de
resistencia que surgen de manera natural frente al cambio; me recuerda un
refrán popular que dice "o jos que no ven corazón que no siente", de manera
que si no ponemos atención sobre esas emociones perturbadoras el antiguo
paradigma permanece, aun cuando ya no sea efectivo en nuestra nueva
situación de vida. Es así como tratamos de olvidar muchos de todos aquellos
anhelos que alguna vez tuvimos- por ejemplo, un nuevo empleo con mejor
sueldo, una persona que nos atraía mucho, un viaje a cierto lugar desconocido -
por miedo a dejar lo que  p     p  Êp
 p 
Ê

c    
       



    

 
Al comenzar este ensayo, me introduje en la dificultad del cambio a través de
una inquietud surgida a consecuencia de algunas experiencias personales; una
paradoja que se desplaza entre nuestra capacidad "inherente" de cambio y la
angustia que surge al aproximarme a él, y que convergió en una pregunta
concreta: ¿Por qué es tan difícil e incluso doloroso un proceso de cambio
personal?

En definitiva puedo decir que esta exp osición, me ha entregado una respuesta
bastante satisfactoria a la pregunta anterior ; basándome principalmente en
Thomas Kuhn y Vittorio Guidanno, los conceptos de paradigma, revolución,
resistencia y emoción han configurado un discurso que puede entregar muchas
claves para comprender esta problemática.

De esta forma, he planteado la existencia de "paradigmas personales" como


una visión referente a las características individuales que cada uno posee, y
cuál es el papel de éstas en el mundo; estos paradigm as son de carácter
individual, pero en cuya génesis intervino rotundamente la influencia social que
rodea al individuo. A pesar de tener una "inacabable autoconfirmación", los
paradigmas personales son susceptibles a "revoluciones" cuando embarga un
sentimiento que confirma la disminución su funcionalidad. Estas revoluciones -
causadas principalmente por nuevos acontecimientos en la vida - provocan la
necesidad de un cambio en la forma que nos configuramos a nosotros mismos.
Según Kuhn, este cambio de visión - "lentes inversos"- provoca una crisis
personal.

La existencia de esta crisis personal planteada por Kuhn llamó especialmente


mi atención y me propuse indagar en su naturaleza. Como lo dije
anteriormente, el término "resistencia" no pretende ser La Natura leza de esta
crisis, pero de igual forma me entrego interesantes reflexiones sobre el tema.

La resistencia, desde Guidanno (1991), puede ser entendida como " 


 Ê 
  p   p  
 Ê 
  p   Ê p  
 p
  Ê  
(Pp.141) El autor une este concepto a los de 
 
 y 
 $ ,
lo que juntos tienen la misión proteger al individuo de  Ê Ê
Ê Ê pÊ  En síntesis, la resistencia tiene una razón utilitaria al
preservar cierta continuidad y congruencia temporal en el individuo, haciendo lo
posible para mantener el equilibrio psíquico. Sin embargo, su expresión en un
momento de cambio "positivo", puede dificultarlo enormemente. 

%   


p  

pÊ p Ê 
Ê   

p Ê 
   Lo mismo que nos permite
conocernos e identificarnos como individuos, y tener cierta "personalidad", es lo
que nos limita en el cambia r muchos aspectos que nos incomodan y a vivir una
completa " 
  Es por ello que creo necesario una identificación de
las emociones ante diversas situaciones, sobre todo de aquellas que vivamos
como "perturbadoras", según lo dice Guidanno. Consi dero al "barómetro
visceral", como un buen indicador para plantearnos una revisión al paradigma
personal desde una perspectiva autoconsciente. Así, Van Dusen (1994) habla
que el verdadero beneficio del autoanálisis "   
Ê  
 Ê 

p p Ê
p 
  

&
p p 

Para finalizar, deseo expresar que si bien pude cumplir con el objetivo de este
escrito, no puedo desentenderme con la limitación de ocupar principalmente
sólo dos autores en la elaboración de mi respuesta. Es cierto que desde otras
perspectivas- psicoanálisis, existencialismo, humanismo- esta respuesta
hubiese sido distinta. Sin embargo, esta respuesta - mi respuesta- tiene una
carácter netamente tentativo y cualquier otra postura es igualmente válida. Es
por ello, que pretendo proyectar este ensayo hacia o tras alternativas de
respuesta, y así complementar enriquecedoramente este primer intento.

a        
   
Autor: Abel Cortese
INTELIGENCIA EMOCIONAL

03 / 2004

Nos encontramos inmersos en un cambio de paradigma en administración,


y parte de ese nuevo paradigma es la aceptación del capital humano como
el recurso estratégico, por excelencia, para el desarrollo organizacional
dentro de un marco de vertiginosos cambi os y un marcado nivel de
incertidumbre

Y es precisamente aquí donde podría hacerse un alto para plantear las


interrogantes que nos ocupan: ¿qué sucede con el aspecto emocional del
ser humano?, y ¿cómo influye éste en el desarrollo de las organizaciones?

En primer término se puede decir que, efectivamente, la turbulencia del


panorama actual origina una serie de emociones en los individuos que se
ven reflejadas en las organizaciones y en la sociedad en general.

En tanto que las emociones son el motor de l a acción y ésta puede ser
positiva o negativa, y de diferente intensidad, esas emociones y los
comportamientos que las pueden suceder imprimen en la organización
características diversas, que pueden ser favorables (acompañando o
promoviendo el crecimiento) o adversas (frenando o impidiendo el
crecimiento).

La intensidad de una emoción no es un tema menor. Por ejemplo, el estado


de alegría puede ser positivo mientras sea el motor motivacional en la
realización de proyectos, sin embargo, si éste rebasa los niveles normales
hasta convertirse en euforia, puede ocasionar una pérdida de objetividad y
caer en imprudencia. (Monroy, 1995).

Otra de las emociones más comunes y representativas de esta época, por


el alto nivel de incertidumbre en el que vivimos, es e l miedo, que de
manejarse positivamente, genera respuestas inteligentes, pero si se
presenta en exceso produce una parálisis parcial o total de las acciones del
individuo.

También se puede tomar el caso de la ira, un sentimiento que experimenta


el individuo como resultado de frustraciones y que puede manejarse desde
un punto de vista positivo para alcanzar los objetivos de desarrollo personal
e incluso organizacional; sin embargo, cuando la ira deja de ser transitoria,
o se reprime y se convierte en resen timiento, genera conflictos
interpersonales que afectan negativamente el desarrollo de la organización.

Bajo estas referencias pasemos a revisar el fenómeno de la resistencia al


cambio, donde el aspecto emocional se expresa con toda claridad y nos
ayuda a entender los cruciales aspectos subjetivos del desarrollo de una
organización.

En este proceso se pueden distinguir cuatro etapas, a saber:

Etapa 1.- Negación o impacto inicial: en la que el individuo percibe un


peligro generado por el cambio, sient e ansiedad, se le dificulta dominar la
nueva situación y prefiere quedarse en el pasado.

Etapa 2.- Defensa: el individuo se aferra a las costumbres y tradiciones


evitando la realidad, reaccionando con apatía o ira y prácticamente se niega
a cambiar, sin embargo puede empezar a realizar una valoración de las
ventajas y desventajas que ofrece el cambio y comenzar la etapa de
aceptación.

Etapa 3.- Aceptación: en esta etapa las respuestas pueden percibirse


ineficaces, y la persona se siente impotente para imp edir el cambio, sin
embargo comienza a buscar soluciones y a desarrollar nuevas habilidades.

Etapa 4.- Adaptación o asimilación: cuando las consecuencias del cambio


se hacen evidentes y provocan satisfacciones en el individuo, dando
nuevamente sentido a s u vida, y en esta etapa los cambios efectuados
llegan a la institucionalización.

En este proceso es muy importante el papel que juega el departamento de


recursos humanos, para que entre las etapas de negación y defensa realice
un trabajo de sensibilizaci ón e información acerca de los cambios
organizacionales, así como para que proporcione las herramientas y
conocimientos necesarios.

Aquí es importante reconocer las diferentes causas de la resistencia, las


que se pueden agrupar en tres niveles:

1.- Resistencias ligadas a la personalidad: hábitos, miedo a lo desconocido,


preferencia por la estabilidad, percepción selectiva, satisfacción de
necesidades identificación con la situación actual y protección de privilegios.
2.- Resistencias ligadas al sistema social: conformidad con las normas,
coherencia de un sistema, intereses y derechos adquiridos en el sistema,
carácter sagrado de ciertas cosas, rechazo a lo extraño.

3.- Resistencias ligadas al modo de implementación del cambio, el tiempo y


los medios proporcionados para integrar el cambio, así como la credibilidad
del agente de cambio.

En suma, los elementos anteriores permiten señalar que en tanto el ser


humano es el factor fundamental de la organización, sus emociones,
particularmente sus resistencias al cambio, se reflejarán y terminarán dando
características específicas a ésta.

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