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San Francisco
DIPLOMADO EN DOCENCIA PARA EDUCACIÓN
Xavier de
Chuquisaca SUPERIOR VERSIÓN X, MODALIDAD VIRTUAL
Facultad de ENSEÑAR
Humanidades y
Ciencias de la Y
Educación
APRENDER
Carrera de
Pedagogía
UNIDAD TEMÁTICA I
EL PROCESO DE ENSEÑANZA Y DE
APRENDIZAJE COMO OBJETO DE ESTUDIO
DE LA DIDÁCTICA
0 noviembre de 2019
Sucre,
ÍNDICE
I. Encuadre …………………………………………………………………….. 2
Bibliografía ………………………………………………………………………… 24
1
I. ENCUADRE
Nuestra participación en una experiencia de formación para la
docencia, en general, y la docencia para la educación superior, en
particular, exige la necesidad de desarrollar una serie de capacidades
propias de la docencia para este nivel de formación.
Una de esas capacidades tiene que ver con el manejo teórico y práctico
de la enseñanza y el aprendizaje como procesos y como resultados. Sin embargo, antes
de entrar en dicho estudio es preciso atender un conjunto de inquietudes necesarias. Nos
referimos a:
¿Qué es educar?
¿Qué es aprender?
Precisamente, en esta primera Unidad Temática, nos dedicaremos a trabajar como objeto
de estudio el proceso de enseñanza y el proceso de aprendizaje es la didáctica, pero
recurriendo también a otras ciencias como la pedagogía, la psicología, la sociología, la
epistemología, la filosofía, la antropología, entre otros. En una sociedad del conocimiento,
mejor aún, de los saberes compartidos, la enseñanza y el aprendizaje ya no puede ser
comprendido sólo desde un ángulo, como la didáctica. Pero, sin duda, será en dicho campo,
donde los estudios fueron más sistemáticos y con mayores niveles de profundidad.
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II. PROPÓSITO
Analizar, crítica y creativamente, el proceso de enseñanza y el proceso
de aprendizaje de la educación superior apoyándose en la didáctica,
la pedagogía, la psicología, la sociología, la epistemología, la filosofía,
la antropología vinculando lo teórico y lo práctico con el ejercicio de la
docencia para experiencias de formación profesional superior.
Ejercicio No 1:
En relación a tus docentes: ¿Qué te hacía sentir bien? ¿Qué es lo que te hacía sentir
mal?
En mi experiencia de profesionalización,
en relación a mis docentes
Me hacía sentir bien… Me hacía sentir mal…
1Es necesario, aclarar que, en el marco de las normas de educación vigente (principalmente la Ley educativa 070 Avelino
Siñani – Elizardo Pérez) la educación superior comprende: Universidades, Institutos Técnico Tecnológicos y Escuelas de
Formación de Maestros y Maestras (ESFM). Visto de otro modo, la educación superior en Bolivia se refiere a procesos de
profesionalización universitaria (Universidades) y no universitaria (Institutos Técnicos Tecnológicos y Escuelas Superiores
de Formación de Maestros).
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Docente que más Institución de profesionalización: ……………………….
admiré… Nombre y apellidos: ……………………………………...
Docente de: ……………………………………………….
Lo que más admiré Admiré más:
de éste docente…
1. …………………………………………………………..
2. …………………………………………………………..
3. …………………………………………………………..
4. …………………………………………………………..
5. …………………………………………………………..
6. …………………………………………………………..
Ejercicio No 2:
1. ………………………………………………………………………………………
…………….
2. ………………………………………………………………………………………
…………….
3. ………………………………………………………………………………………
…………….
4. ………………………………………………………………………………………
…………….
5. ………………………………………………………………………………………
…………….
Una vez realizados los ejercicios, vamos a pasar a revisar algunas orientaciones teóricas.
Las mismas que están organizadas en dos partes: La primera se refiere a un conjunto de
temáticas (educar, enseñar, rol del docente, rol de las instituciones de formación) sin los
cuales no sería posible profundizar el aprendizaje y la enseñanza como objeto de la
didáctica (segunda parte). Para esto, se recurrirá a diferentes autores y autoras citando
textos cortos de sus aportes.
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A medida que vayas leyendo los textos, se resaltará en algunos aportes, de manera que se
constituyan en las principales categorías de reflexión y pensamiento.
EDUCAR ES:
Yo quiero un mundo en el que mis hijos crezcan como personas que se aceptan y respetan
a sí mismas, aceptando y respetando a otros en un espacio de convivencia en que los otros
los aceptan y respetan desde el aceptarse y respetarse a sí mismos. En un espacio de
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convivencia de esa clase, la negación del otro será siempre un error detectable que se puede
y se quiere corregir. ¿Cómo lograrlo? Eso es fácil: viviendo ese espacio de convivencia.
Vivamos nuestro educar, de modo que el niño aprenda a aceptarse y a respetarse a sí mismo
al ser aceptado y respetado en su ser, porque así
aprenderá a aceptar y respetar a los otros. Para hacer
esto debemos reconocer que no se es de ninguna No hay fenómeno social sin
manera trascendente, pero que se deviene en un la aceptación y respeto por
continuo ser cambiante o estable pero no absoluto o el otro como un legítimo
necesariamente para siempre. Todo sistema es otro en la convivencia.
conservador en lo que le es constitutivo o se desintegra.
Si decimos que un niño es de una cierta manera: bueno, malo, inteligente o tonto,
estabilizamos nuestra relación con ese niño de acuerdo a lo que decimos, y el niño, a menos
que se acepte y respete a sí mismo, no tendrá escapatoria y caerá en la trampa de la no
aceptación y el no respeto a sí mismo porque sólo podrá ser algo dependiente de lo que
surja como niño bueno, o malo, o inteligente, o tonto, en su relación con nosotros. Y si el
niño no puede aceptarse y respetarse a sí mismo, no puede aceptar y respetar al otro.
Temerá, envidiará o despreciará al otro, pero no lo aceptará ni respetará; y sin aceptación y
respeto por el otro como un legítimo otro en la convivencia, no hay fenómeno social.
Hace algunos días una amiga mía me contó una conversación que tuvo con su hija
invitándome a un comentario. Su relato fue así: “Tuve una conversación con mi hija (Juanita,
de ocho años) quien me dijo: _ Mamá, tú no me conoces a mí. - ¿Cómo es eso, Juanita,
cómo es que yo no te conozco? –Mamá, tú no me conoces porque no sabes que yo soy una
persona feliz y libre”. Al escuchar este relato mi reflexión fue la siguiente: “Amiga mía, creo
que comprender lo que Juanita dice cuando expresa que es feliz es relativamente fácil y no
diré nada más. Es sobre qué es ser libre que quiero decir algo. Juanita no habla desde la
razón, ella habla desde la emoción, y desde la emoción lo que ella dice es que no se siente
culpable de sus actos. Para que ella no se sienta culpable de sus actos, ella tiene que vivirlos
desde su legitimidad, porque no se siente negada en su relación contigo y se acepta a sí
misma. Juanita no piensa o siente que tiene que cambiar, no piensa o siente que ella está
mal. Al mismo tiempo se respeta a sí misma y no se disculpa por lo que hace; es decir, actúa
sin hacer esa reflexión, desde su propia legitimidad. Te felicito, como mamá eres una
persona que no niegas a tu hija ni con exigencias ni castigos, y la dejas vivir el devenir, en
el amor que la constituye como ser social.
Repito: sin aceptación y respeto por sí mismo uno no puede aceptar y respetar al otro, y sin
aceptar al otro como un legítimo otro en la convivencia, no hay fenómeno social.
Más aún, el niño que no se acepta y respeta a sí mismo no tiene espacio de reflexión porque
está en la continua negación de sí y en la búsqueda ansiosa de lo que no es ni puede ser.
¿Cómo podría el niño mirarse a sí mismo si lo que ve no es aceptable, y lo sabe porque así
se lo han hecho ver los adultos desde los padres a los profesores? ¿Cómo podría el niño
mirarse a sí mismo si ya sabe que siempre está mal porque no es lo que debe ser o es lo
que no debe ser? Si la educación no lleva a que los niños y niñas se acepten y respeten
aceptando y respetando a los demás al ser aceptados y respetados, está mal y no sirve al
país.
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el espacio de vida cotidiana del niño chileno en el país que vive, la educación que tenemos
no le sirve al país.
¿Cómo puedo aceptarme y respetarme a mí mismo si el valor de lo que hago se mide con
respecto al otro en la continua competencia que me niega y niega al otro, y no por la seriedad
y responsabilidad con que lo realizo? Si la educación estimula la competencia y la negación
de sí mismo y del otro que trae consigo, la educación que tenemos no sirve al país.
¿Es difícil educar para la aceptación y el respeto de sí mismo que lleva a la aceptación y
respeto por el otro, así como a la seriedad en el quehacer? No, pero sí requiere que el
profesor o profesora sepa cómo interactuar con los niños y niñas en un proceso que no los
niega o castiga por la manera de aparecer en la relación o porque no aparecen como las
exigencias culturales dicen que deben ser, y lo que pueden hacer porque se respetan a sí
mismos y al otro.
La tragedia de los adolescentes es que comienzan a vivir un mundo que niega los valores
que se les enseñó. El amor no es un sentimiento, es un dominio de acciones en las cuales
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el otro es constituido en un legítimo otro en la convivencia. La justicia no es un valor
trascendente o un sentimiento de legitimidad, es un dominio de acciones en el cual no se
usa la mentira para justificar las propias acciones o las del otro.
Apoyado en la lectura anterior, y otros aportes en ese sentido, se puede sostener que uno
de los oficios del docente (desde mi perspectiva la principal responsabilidad) es EDUCAR.
Retroalimentación No 1:
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APRENDER ES:
El aprendizaje para Pichon Riviere está estrechamente vinculado con su noción de vínculo
ya que el proceso de aprender implica una acción y, por lo tanto, una relación con un objeto.
Toda conducta supone un vínculo humano ya que resulta de las distintas formas de
acercamiento y descubrimiento que haya realizado anteriormente el sujeto en su experiencia
e interacción con el mundo. Cuando hablamos de un objeto puede ser animado o inanimado,
objeto real o virtual (Ritterstein, 2005)
En ese sentido:
La primera experiencia es la del bebé con su madre y está basada en un modelo alimenticio.
Lo nutricio de la experiencia planteará una primea forma de relación establecida entre el
sujeto y su mundo y a partir de esa instancia se irán estructurando los distintos vínculos. De
la interrelación entre la necesidad y la satisfacción surgirá la “matriz viva” y las formas de
representar el mundo. El vínculo como proceso expresará el par sujeto – objeto y la
interacción entre ambos (Ritterstein, 2005)
En esta concepción del aprendizaje, sobresale la noción relacional del oficio docente. Esto
quiere decir que no se aprende aisladamente sino en una diversidad de experiencias de
relación:
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PRINCIPALES ROLES DE LOS DOCENTES
Como es posible advertir, Martínez señala en un rol central del docente: Motivar.
Ahora bien: ¿Qué significa, para el docente, asumir una labor motivacional?
Significa inspirar e inspirarse juntos lo que tiene que ver con el respeto mutuo y la
colaboración. Al respecto, Maturana y Dávila sostienen que:
La colaboración ocurre cuando lo que se hace con otros se hace en placer de hacerlo, y se
vive, por lo tanto, desde la autonomía reflexiva y la libertad de acción. Y desde la
colaboración a la co-inspiración, o el inspirarse con otros ante un quehacer en un espacio
psiquico de respeto, confianza, que nos da seguridad y expande nuestro hacer inteligente y
creativo (Maturana & Dávla, 2007)
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Retroalimentación No 2:
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PERFIL DEL DOCENTE POST POST MODERNO
Para continuar con los retos que tiene un docente en la actualidad, vamos a revisar los
aportes de Maturana, H. como podrán advertir, el autor ya no habla solo de post modernidad
(perspectiva sumamente generalizada los últimos años) sino de post postmodernidad. En
sus propios términos, señala que:
Deseamos que ellos se transformen en una convivencia de la que surjan como personas
espontáneamente éticas y con conductas socialmente responsables. Para lograrlo, todos y
cada uno de los actores del proceso educativo puede ser invitado a reflexionar y actuar,
desde su propia experiencia, respecto de qué tipo de convivencia es la que desea conservar
en su vivir.
Y este entendimiento que estamos proponiendo como eje de la acción educativa de dichos
docentes de la post posmodernidad, está relacionado con nuestra condición de ser seres
vivos y de cómo vivimos, en tanto tales, nuestro vivir humano, y, además, con cómo, de
manera fundamentalmente inconsciente, generamos la cultura en que estamos inmersos la
mayor parte de nuestro vivir. Pensamos que una vez que se vive tal entendimiento, tanto el
vivir inconsciente como consciente, este comprender será modulado desde el vivir.
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Es por esto que entrar en este proceso de transformación
reflexiva le permitiría al docente no solo entender la
naturaleza del fenómeno del vivir y del convivir, sino Los seres humanos, en
comprender cómo nosotros, los seres humanos, en tanto tanto seres amorosos,
seres amorosos, hemos generado el mundo humano al hemos generado el mundo
vivir en el lenguaje y en el conversar; siendo esta humano al vivir en el
peculiaridad de vivir en el lenguaje lo que nos otorga la
lenguaje.
amplitud de nuestro vivir respecto de otras especies
biológicas.
Vemos que el que seamos mamíferos amorosos nos ha permitido, desde los inicios hasta
nuestro presente, conservar en la convivencia una intensidad relacionada con el placer de
estar en cercanía corporal con otros, en una expansión de la sensorialidad del modo de vivir
humano y que primordialmente tiene que ver con encontrarnos en el placer de hacer cosas
juntos. Este modo de vida fundado en el vivir amoroso es una dinámica que nos genera
bienestar corporal y psíquico, por estar compartiendo con otros, todos participando de una
comunidad mayor, donde el existir adquiere sentido, teniendo presencia tanto para sí como
para los demás.
Cuando esta dinámica de estar en la relación se quiebra, o simplemente está ausente desde
sus inicios, aparece el dolor profundo en el vivir y convivir. En particular, si esto sucede con
los niños, se constituye en una dinámica periférica, que al ser conservada restringe
notoriamente la posibilidad de sentirse parte de una comunidad humana que los integra y a
partir de la cual puedan adquirir presencia como personas que pertenecen a ella en su
legitimidad de seres amorosos.
Este modo de estar en una convivencia reflexiva proviene de un emocionar que permite
generar un espacio de encuentro y de aceptación, y la única emoción que posibilita tal
encuentro es el amar, generando un espacio relacional en que uno mismo, el otro, la otra y
lo otro puede surgir en su legitimidad.
Este proceso que se establece en la espontaneidad del convivir no puede ser visto como
una exigencia a cumplir, sino como algo que ocurre con el agrado y placer de encontrarse
con otro. Es una dinámica relacional que abre la posibilidad de un conversar –un
entrelazamiento del emocionar y el lenguajear–, de un dar vuelta juntos, en donde el convivir
acontece como una transformación espontánea, siguiendo el curso del fluir según el
emocionar en el conversar y que, en tanto proceso de transformación, cursa como proceso
histórico en relación a los deseos con que los participantes se han orientado en su convivir.
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Para que esto sea posible, es deseable que ocurra una cierta transformación propia, que
pasa por incorporar la reflexividad en el vivir, entendiendo por «reflexión» un acto en la
emoción. Es decir, operar en un fluir relacional soltando la emoción en que uno se encuentra
en un momento dado, de manera de poder cambiar la configuración sensorial y el mundo
perceptual en el que se está inmerso, encontrándose sensorialmente en un dominio distinto,
desde el cual uno pueda ver lo que se vive –ya sea en tanto experiencia como en argumento–
, y ahora poder mirarlo desde el presente y decidir si se desea o no seguir conservándolo,
abriendo así el espacio a la transformación reflexiva. Esto solo es posible si uno suelta la
emoción que determina todo dominio de acciones en que se da toda situación o argumento
vivido.
Como ejemplo: para poder hacer de las matemáticas un espacio de convivencia en los
términos anteriores, el profesor de la asignatura tiene que saber mucho más que los
contenidos que los niños deberían aprender en su formación escolar; lo mismo para física,
historia, ciencias naturales o biología. Para guiar la transformación de los educandos en
adultos democráticos, el profesor ha de tener recursos de reflexión y de acción con los niños
en una convivencia en la que no se vean atemorizados por ser negados a raíz de las
dificultades que puedan tener en un momento determinado. Esto es posible solo si los
educadores se mueven desde la autonomía reflexiva, respetándose a sí mismos y a sus
alumnos.
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La educación, como un fenómeno de transformación en la
convivencia, es un ámbito relacional en el que el educando no La educación, como un
aprende una temática, sino que aprende un vivir y un convivir, fenómeno de
como resultado de lo cual desarrolla una forma de vivir el ser transformación en la
humano. La transformación en la convivencia en la que se
convivencia, es un ámbito
aprende un modo de vivir no es exclusiva de los seres humanos
relacional en el que el
sino una característica que se da en los mamíferos en general,
y en grado mayor o menor, según la especie, en todos los educando no aprende una
animales. Sabemos ya que la verdadera dificultad para temática, sino que
recuperar a un animal abandonado y en vías de extinción –león, aprende un vivir y un
chita o gorila– para su vida silvestre, está en la reinserción en convivir, como resultado
su hábitat, de modo que sea león, chita o gorila, y que no surja de lo cual desarrolla una
como un animal medio humanizado. Esto es así porque se es forma de vivir el ser
león, chita o gorila no desde la genética, sino desde la humano…
convivencia en la comunidad animal a la cual se pertenece.
La genética es la condición inicial, un punto de partida desde el cual se puede crecer de una
manera u otra, según el espacio de convivencia en que se viva. En nosotros esto es
particularmente visible en la tremenda diversidad de formas humanas que se puede adoptar.
Es por esto que la educación es el aspecto crucial de la convivencia humana actual, porque
especifica dos espacios: el de formación de los niños como adultos, y el que a su vez ellos
como adultos van a generar como convivencia con sus niños.
En el caso de la escuela, cuando un maestro observa el trabajo de un alumno este sabe que
aquel está pensando en calificarlo. Ahora los profesores están sobrepasados porque los
niños también tienen derechos (lo cual está bien, claro, salvo que el niño los utilice para
manipular a los adultos). ¿Qué hemos hecho para que los niños necesiten tener derechos?
¿Qué hemos hecho para que los seres humanos necesitemos derechos humanos?
Entonces, el tema no son los derechos sino lo que hemos hecho para que necesitemos
derechos. Lo derechos humanos surgen de un vivir que ha estado negando lo que queremos
preservar a través de estos derechos.
Los valores no se aprenden al imitar sino al co-emocionar con los adultos con quienes
conviven: el niño no está imitando, se está transformando.
Claro que hay algunos que imitan, pero lo central aquí es la transformación en la convivencia,
en un modo de vivir que se vive allí como legítimo. Si los maestros son autoritarios,
dominantes o conservadores, eso es lo legítimo y ese niño, en la medida en que, a su vez,
como mamá, papá o maestro, se encuentre en situaciones similares suscitadas con otros
niños, no va a saber reaccionar de otra manera.
Lo que cada niño o joven hace es transformarse en la convivencia en una particular manera,
de modo que va surgiendo un ser de una cierta clase. Todos los seres vivos se van
transformando. La genética constituye un punto inicial, un espacio de posibilidades, entonces
todo lo que va pasando ocurre en la epigénesis, la transformación en el espacio relacional
en el cual la transformación que ese organismo sufre es simultánea a su fluir en dicho
espacio relacional. Los seres humanos generamos el espacio interaccional en que vivimos.
Esta es la razón de porqué escogemos, por ejemplo, un determinado jardín infantil; pero lo
que no sabemos y olvidamos, es que lo central en la articulación de un ser cualquiera es el
fluir de sus emociones. En el jardín infantil hay profesoras o educadoras que ven al niño en
su niñez; pero si tienen demasiadas teorías sobre cómo debe ser la educación en ese ámbito,
entonces, no va a ser así.
Lo que decimos es que el niño está de todas maneras creciendo y la tarea que nos compete
como personas adultas es generar un espacio en el que ese ser se transforme a su vez en
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persona adulta, en un ser que se respeta a sí mismo y a otros, que es capaz de colaborar,
que puede actuar desde sí y que también desde ese lugar puede decir sí o no, ser
responsable de las cosas que hace porque puede reflexionar sobre los resultados, ver sus
deseos y las consecuencias de ellos. Ahora bien, ¿cómo se logra esto? Viviendo de esa
manera (Maturana & Dávila, 2009, págs. 144-149).
Sobre la base de la lectura realizada, elabora un esquema que sintetice los principales
aportes de Maturana en relación al docente que se requiere en la actualidad.
Siguiendo al mismo autor del apartado anterior, en esta parte vamos a profundizar sobre la
escuela (institución de formación). Maturana pone el acento en tres cualidades: La escuela
como comunidad educativa, la escuela como centro social y la escuela como comunidad
científica. Características que se vinculan totalmente con las cualidades de una institución
de educación superior, principalmente una Universidad. Veamos los aportes:
Toda escuela es, fundamentalmente, una comunidad humana, pues se encuentra integrada
por personas, y son ellas las que generan la particular comunidad educativa que se realiza
en el convivir. En consecuencia, como en este entorno todo lo que acontece tiene que ver
con el quehacer de las propias personas, ningún quehacer individual es superfluo.
La comunidad surge a partir de las acciones que las personas realizan en todo momento, en
la conservación de las relaciones entre ellas. Son estas dinámicas relacionales las que le
dan el carácter particular o estilo con que se puede distinguir a determinada comunidad
escolar.
Por lo tanto, ni la infraestructura ni los artefactos tecnológicos son en sí mismos los que le
dan la identidad y la calidad a una comunidad escolar, sino sus espacios de convivencia. El
asumir conscientemente esta comprensión nos permite mirar lo central del fenómeno
educativo: la convivencia social.
No hay escuela o colegio que se encuentre desconectado de ningún proceso social y menos
aún de otras organizaciones. Considerar a una institución conectada a una red socializadora
nos orienta para construir una escuela, como ya se ha dicho, como comunidad humana que
se relaciona y se vincula con otras. Sin embargo, esta mirada es solo configurada desde una
perspectiva sistémica que, a su vez, requiere de lo local, en este caso los habitares
particulares que constituyen tal comunidad. Por tal motivo, no estamos aquí proponiendo un
modelo institucional, pues siempre lo fundamental será que quienes generen cualquier
organización sean las personas y su plasticidad conductual.
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Aún más: serán las personas y sus modos de relacionarse los que constituirán los diversos
tipos de organizaciones o comunidades humanas.
El constituirse una comunidad educativa como comunidad social supone que los espacios
generados en su interior están dados por una dinámica de encuentros en los que la biología
del amar tiene una presencia central, que no puede estar restringida solamente a la
comunidad educativa, pues las personas viven un mundo cultural amplio.
Por tanto, simplemente sucede que las personas nunca están confinadas a un espacio
particular en una determinada organización, haciéndose evidente que no se puede generar
una comunidad educativa enclaustrada ni restrictiva, sino que debe ser permeable a lo que
sucede en su entorno social. Debería procurar, incluso, concentrar e integrar a otras
organizaciones, entendiéndolas como espacios de convivencia, pues solo así se visibilizan
las personas.
Nuestra mirada educativa pone en el centro del pensar una orientación al entendimiento de
la naturaleza de los distintos sucederes –propuestos como contenidos mínimos obligatorios
en cualquier currículo–, reconociendo que buscamos explicar nuestra experiencia con las
coherencias de nuestra experiencia y que no requerimos de concatenar tales procesos a
entidades independientes del operar de quien se hace la pregunta.
Esto difiere de lo que tradicionalmente se enseña en nuestras aulas, en las que la visión
dominante es la de la ciencia objetiva y positiva.
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descripción solo hablan, aunque de manera no trivial, de lo que explican y describen, sin
negar el suceder de lo explicado o lo descrito.
En el presente, un presente cambiante en tiempo cero, existimos los seres vivos, la biosfera,
el cosmos. Esto es, los seres vivos existimos en el ocurrir de los procesos como arquitecturas
dinámicas, y nosotros, observadores, existimos en particular en el presente de la distinción
de procesos en los que nos distinguimos a nosotros mismos como seres humanos. Pasado
y futuro son modos de hablar de nuestro vivir ahora, por eso cuando en nuestro quehacer
atendemos primeramente al pasado o al futuro, nos enajenamos de nuestro presente, y la
enajenación trae sufrimiento. Ese es el centro de la dificultad en la comprensión de nuestro
ser, y con ello, el centro de nuestra dificultad en comprender el ser del cosmos en que
existimos. Vivimos en el tiempo, pero el tiempo es una proposición o constructo explicativo
que usamos para explicar nuestra distinción del propio existir en la experiencia de un fluir
irreversible de procesos. Explicamos nuestra experiencia con las coherencias de nuestra
experiencia, y al hacerlo cambia nuestra experiencia.
Eso es lo peculiar de nuestra existencia humana como seres que existen en el lenguaje, y
es, al mismo tiempo, nuestra condición de comprensión de nuestra existencia, la fuente de
nuestra libertad.
Es en esa libertad que esta comprensión educativa queda configurada como una invitación
a ver que todo el vivir humano ocurre como tal en las relaciones humanas en la continua
creación de mundos, ya sea en la ciencia, la técnica, la filosofía, el arte, o en el simple
convivir. En verdad, ese es el tema de nuestra aproximación a la ciencia en el proyecto
educativo propuesto: el vivir, y desde la comprensión del vivir y del convivir, ver que la
realidad pertenece al explicar del vivir y el convivir humanos (Maturana & Dávila, 2009).
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V. LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE COMO
OBJETO DE LA DIDÁCTICA
En la actualidad, la didáctica es definida como ciencia, arte y
tecnología.
Como ciencia, tiene como objeto de estudio al proceso de enseñanza y aprendizaje; como
arte implica que el proceso de enseñanza y aprendizaje requiere de creatividad mientras
que como tecnología la didáctica resulta ser una mediadora entre la técnica y el hombre
(Álvarez de Zayas, 2004).
Conviene recordar que una ciencia para ser tal requiere de un objeto de estudio propio, así
como de una metodología específica. Desde la didáctica ¿cuáles son las características
que tiene el proceso enseñanza y aprendizaje? Para esto vamos a seguir los trabajos de
Carlos Manuel Álvarez de Zayas.
ENCARGO
SOCIAL
Escuela
Sociedad
El esquema anterior nos ayuda a abordar una primera característica. Las sociedades
modernas entregan a la escuela un encargo social que consiste en formar a las
generaciones jóvenes en función a las exigencias del momento histórica de modo que
desarrollen las capacidades, actitudes y los valores necesarios para desenvolverse
idóneamente frente a las necesidades de vida. Es decir, la escuela recibe un mandato de
la sociedad.
Ciudadanía
ENCARGO
Mundo laboral
SOCIAL
Sociedad
Escuela
Ciencia
Arte
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El encargo social se concreta en un conjunto de desempeños como fruto del proceso de
enseñanza y aprendizaje.
Ciudadanía
ENCARGO SOCIAL
Mundo laboral
Sociedad
Escuela
Ciencia
Arte
El problema
El objeto
Enseñando
El objetivo
DOCENTES
COMPONENTES
El contenido
del proceso
ENSEÑANZA
El método
y
El medio Aprendiendo
El resultado
La evaluación
Entre los desempeños básicos es posible identificar, por ejemplo, desempeños para ser un
ciudadano y una ciudadana digna, desempeños para desenvolverse en el mundo laboral,
desempeños para desarrollar la ciencia y desempeños para desarrollar el arte. En ese
marco, la didáctica se encarga de contribuir con investigaciones que contribuyan a que la
escuela (entiéndase en su forma genérica, esto es, referido también a la universidad, los
institutos técnicos tecnológicos, así como las escuelas de formación de maestros) logre con
la mayor efectividad y eficiencia posible los desempeños encargados socialmente.
Para que la “escuela” logre idóneamente desarrollar las bases necesarias para que los
niños, adolescentes, jóvenes y adultos que ingresaron a ella se desempeñen con
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excelencia en la vida, necesita planificar, ejecutar y evaluar constantemente el proceso de
enseñanza y aprendizaje. Ello implica trabajar cada uno de los componentes del proceso
de enseñanza y aprendizaje de manera autónoma, a la vez que articulada. En dicho proceso
el docente tiene, centralmente, la función de enseñar mientras que del estudiante sería
aprender.
Veamos, de manera resumida, en qué consiste cada uno de los componentes visualizados
en el esquema anterior.
1. Ejercicio 1
2. Ejercicio 2
3. Retroalimentación 1
4. Retroalimentación 2
5. Esquema No 1
6. Esquema No 2
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VIII. LECTURAS
a. Obligatorias
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BIBLIOGRAFÍA
Álvarez de Zayas, C. M. (2004). Didáctica general: La escuela en la vida. Cochabamba -
Bolivia: Kipus.
Martínez, B. A. (2016). Maestro, función docente y escolarización en Colombia. Propuesta
Educativa, núm. 45, 34-49.
Maturana, H. (1992). Emociones y lenguaje en Educación y Política. Santiago de Chille:
Hachette/CED.
Maturana, H., & Dávila, X. (2009). Hacia una era pos postmoderna en las comunidades
educativas. Revista Iberoamericana de Educacion No 49, 135-161.
Maturana, H., & Dávla, X. (2007). La gran oportunidad: El fin de la psiquis del liderazgo en
el surgimiento de la psiquis de la gerencia co-inspirativa. Revista Chilena de
Administración Pública, 101-124.
Ritterstein, P. (2005). Aprendizaje y vínculo. Una mirada sobre el aprendizaje: Enrique
Pichón Riviere y Paulo Freire. Buenos Aires: Facultad de Ciencias Sociales.
24