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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

Importancia y utilidades de la etnografía e investigación acción


participativa para la comprensión e interpretaciones de los
problemas sociales, políticas y económicas en el contexto
Latinoamericano
-Ensayo-

FACILITADOR:

LIC. PEDRO ESCARABALLON

PARTICIPANTE:
DARSY ERIKA SANCHEZ AYALA / C.I - 12.993.404
Psicología – X Trimestre

SAN CRISTÓBAL, DICIEMBRE 2019


Importancia y utilidades de la etnografía e investigación acción
participativa para la comprensión e interpretaciones de los problemas
sociales, políticas y económicas en el contexto Latinoamericano

Según Guber, (2001), la etnografía, que desde un punto de vista etimológico


proviene de ethnos (pueblo) y grafhos (descripción), se puede entender en su
complejidad como enfoque investigativo, trabajo etnográfico y texto etnográfico,
que finalmente describe, explica o reflexiona realidades importantes, producto de
un trabajo de campo realizado por el investigador en interacción directa con una
población que comparte una cultura en sentido amplio o restringido, un espacio o
un territorio delimitado y un tiempo definido.
La etnografía clásica (inglesa, norteamericana y francesa) se caracteriza por su
primacía descriptiva, la cual también ha sido dominante en América Latina, junto
a lo sosegado cultural y no crítico, descontextualizado de las realidades
investigadas. Esta formación antropológica con resultados parciales y acríticos,
tiene su justificación en una de las falacias del positivismo que pregona la
neutralidad de los investigadores para conocer, describir, analizar y reflexionar la
realidad. Lo cierto es que la neutralidad como concepción y como práctica
antropológica, o de cualquier otra ciencia social, no es por sí misma un vocablo
neutral, más bien ha sido y es parte de la colonización del lenguaje en el empleo
del supuesto método científico.
Asimismo, es una manera particular de estudiar el presente y también el
pasado, a partir de la observación rigurosa de la realidad vivencial y del análisis
de documentos que existan sobre los sujetos y objetos.
Para ordenar las reflexiones de la etnografía en Latinoamérica se deben dividir
en dos grupos. El primero hace alusión a la enseñanzas tradicionales que se
enraízan (a esta altura del siglo XXI) en cuanto a la lo cultural aceptado en las
ciencias sociales, el segundo se conecta con la necesidad de revitalizar el debate
epistemológico en las ciencias sociales en el contexto Latinoamericano actual.
Entre las más importantes podemos mencionar:

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a) La potencialidad de conocer el mismo juego del lenguaje y las formas de
vida en las cuales se desarrollan las investigaciones, vinculando desde la
práctica a través de saberes de fondo y saberes disciplinarios. La vida
vivida de quien se propone una investigación, se intersecta, y se comparte;
tiene a su disposición práctica los saberes necesarios para describir, narrar y
dar cuenta de la realidad del mundo social.
b) En relación con lo anterior los implicados la investigación se abre a la
percepción de diferentes del investigador.
c) Se hace efectiva la investigación a través de una rotación cognitiva-afectiva
que pivotea en diferentes direcciones y que se traslada en las potenciales
técnicas y académicas. Dichas conexiones sujeto-sujeto son potenciadas.
d) La investigación accede, por esta vía, a las reglas de un campo específico,
bosqueja en la investigación lo aprehendido y trasmitido desde las
vivencias reflexivas.

Además, los desafíos latinoamericanos, enfatiza las consecuencias de la


subjetividad, en cuanto la creatividad de las indagaciones entre lo personal y lo
colectivo en las ciencias sociales. Un nodo central de las marcas epistémicas de
lo constituye la subjetividad colonizada. Siempre resulta difícil definir el
estatus de lo colonial como adjetivo de las prácticas académicas. Por lo que, la
geopolítica del conocimiento inscripta, las vinculaciones entre poder,
conocimiento y sociedad, pero, nunca a la dependencia tecnológica.
Por otra parte, el desafío que enfrentan las ciencias sociales en
Latinoamérica es responder a los permanentes cambios de los escenarios
sociales con creatividad sociológica. Etnografía obliga a pensar las formas de
acceso, registro, sensibilidad y validez del conocimiento. Se debe El hacer
valida y fiable una visión científica del mundo subjetivo, subrrealista
evaluada con un seguimiento a las tecnologías de investigación sean
cuantitativas o cualitativas. La vida vivida por el investigador, su aceptación
sistemática de otros saberes, su diálogo y participación con otros en la
construcción de conocimiento conlleva la exploración cotidiana y sostenida de

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mediaciones procesales que puedan dar cuenta y narrar el mundo social de lo
que está sucediendo.
No obstante, la estandarización ha explorado nuevos caminos que contrastan
con la hegemonía, y reorientan la investigación en ciencias sociales desde otros
paradigmas, principalmente cuando una de las preocupaciones se orienta hacia la
búsqueda de referentes para interpretar el mundo de la vida, cuyos impactos
afectan la vida cotidiana; la idea llevó a la investigación acción participativa una
teoría y una metodología que ayudara a comprender la investigación desde un
enfoque que fuera fructífero para mirar nuestras realidades.

Etnografía para la paz, Interculturalidad y Conflictos

El nuevo paradigma de los estudios para la paz, que bien se puede


particularizar en los estudios de los conflictos, las violencias, la interculturalidad
para la paz, la democracia, la diversidad étnica, social y cultural, la convivencia,
se caracteriza por ser interdisciplinar, de manera que puede abordar los sujetos o
los objetos de investigación con enfoques, perspectivas, metodologías y teorías
diversas. Esto implica que todas las disciplinas sociales, sus métodos, sus técnicas
y todas las teorías, son susceptibles de ser empleadas en las investigaciones para
la paz, siempre y cuando cumplan, al igual que en sus disciplinas, con el rigor
propio de toda fundamentación científica.
Los conflictos, las violencias, la interculturalidad para la paz y la democracia,
implica también que las teorías y sus métodos de investigación tienen que
interactuar, interpelar, interpretar a los sujetos u objetos analizados. Debido a esto,
puede afirmar que; la metodología cualitativa, tiene como base y fundamento el
paradigma epistémico post-positivista, totalmente válido para utilizar métodos y
teorías en cualquiera de sus dimensiones posibles.
Estas alternativas de conocer realidades que configuran lo humano y construir
conocimiento, pueden ser posibles con el empleo, entre muchos otros, de los
métodos etnográficos, comparativos, de investigación fundamentada, de
investigación acción participativa o conocimiento.

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Desde los planteamientos expuestos, la etnografía para la paz rompe totalmente
con la concepción positivista de considerar a las personas, a los actores sociales
como objetos de investigación, como cosas, como elementos a los que se les
investiga a partir de un saber científico superior al conocimiento popular,
indígena, social o comunitario. Recabando información en campo, la etnografía
para la paz no considera la utilización de los llamados informantes clave,
usualmente tratados como simples personas que nos abastecen de información a
quienes se le extrae secretos sociales, políticos, culturales, de organización o de
identidad que ellos tienen de sus pueblos, comunidades o regiones.
El enfoque de la investigación acción participativa en relación con el bienestar
asocia positivamente el desarrollo económico y la democracia, aunado a esto, con
el fin de la segunda guerra mundial y la recuperación del control sobre sus
denominadas colonias, las grandes potencias como Estados Unidos, instaurando
en muchos casos el caos en la economía de mercado, debido a la corrupción
creciente de los modelos centralizados de bienestar.
De acuerdo a Albornoz (2001) la ofensiva, la resistencia en países como China,
Cuba y Vietnam, constituyeron un referente de esperanza y estímulo para la
resistencia en los países agobiados por las dictaduras de Seguridad Nacional y el
libre mercado, en la geografía de América Latina. Además, las comunidades
urbanas y rurales se habían convertido en el terreno propicio para el
enfrentamiento entre paradigmas tanto políticos como de las ciencias sociales, que
si bien distaban en sus finalidades, suponían un pueblo desposeído o vaciado de
historia, conocimientos, normas sociales y subjetividad, al que era necesario llenar
con pensamientos políticos y conocimientos técnicos para la modernización.
Allí es donde se erige la acción participativa funge como enfoque alternativo y
enriquecedor, que contrasta con los ejercicios colonizadores, desde el
reconocimiento de un saber popular con sentimientos y derechos, capaces de
interpelar las condiciones simétricas, en el movimiento permanente de acción,
reflexión, comunicación y transformación, reconstruyendo problemas y
planteando posibles soluciones en ámbitos cada vez más próximos a lo público
social y a la política pública.

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En función de estas ideas se pretende evidenciar los aportes que la racionalidad
comunicativa brinda a la Investigación acción participativa, y que más allá de la
focalización, posibilita las transformaciones a través de políticas públicas. Es así
como se expone el modelo pragmático de política pública, que permite entender
que no hay un salto al vacío cuando se habla de un aporte político y ético, lo cual
demuestra que para transformar es indispensable una racionalidad comunicativa
que vuelque sus esfuerzos hacia el diálogo y la apuesta por la paz, con la idea de
que con la racionalidad comunicativa podemos llamar nuevamente a al acto
comunicativo que permita superar las voces de la guerra que desangran nuestro
país.
De acuerdo a lo bosquejado, la investigación de acción participativa promueve
a nivel teórico y en el plano de la praxis, el diálogo entre el conocimiento
científico y el conocimiento popular, actuando como investigador en proyectos de
investigación/acción. Este método de combinación del conocimiento de la
realidad con la acción para modificarla, supone que la investigación realizada en
esta concepción, es también una acción de conocimiento como de transformación
de colectivos.
Siguiendo el mismo orden de ideas y tomando el caso de la interculturalidad en
cualquiera de sus conceptualizaciones y de sus relaciones sociales, étnicas o
educativas, y teniendo en cuenta que uno de sus objetivos es la relación y el
diálogo respetuoso entre culturas, es sin duda la generación de conocimiento
diverso y colectivo, para la transformación de las visiones y de las relaciones
hegemónicas occidentales, para el reconocimiento y empoderamiento de las
diversas culturas, para el aprendizaje entre culturas, para la recuperación de
saberes y conocimientos tradicionales, para el mejoramiento de condiciones de
vida de comunidades urbanas y rurales, para la construcción de identidades y para
vincular la docencia con la investigación y la transformación social.

Por otra parte, en el ámbito pedagógico resto del mundo mantiene la esta
preocupación, se pone también de manifiesto las propuestas de cambios de estilos
en las investigaciones pedagógicas y sociales según Nolla (1997) dándose a

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finales de la década del 70, en países como Gran Bretaña, Estados Unidos y
Australia, los que comienzan a aplicar diseños cualitativos que profundizan más
en los aspectos del contexto en que se dan los fenómenos, a diferencia de lo que se
hacía con las investigaciones de corte cuantitativo; dentro de los métodos
cualitativos se comienza a incursionar en estilos etnográficos, con el objetivo de
proporcionar mayor claridad a los diferentes fenómenos que se presentan en la
escuela y en el proceso enseñanza-aprendizaje.
Esta tendencia de investigar la educación de forma cualitativa tuvo grandes
obstáculos, por causa de la fuerte tradición en estos países por la investigación
positivista y la fuerte influencia del conductismo para estudiar al hombre y sus
reacciones en la sociedad, con lo que pretenden hacer ciencia social según los
modelos de las ciencias exactas.
Esta concepción se generaliza en América Latina en el mismo período, ya que
encuentra condiciones favorables para su desarrollo posterior a los movimientos
de educación popular que se dan entre políticos y religiosos, quienes planteaban
partir del saber popular con la intención de generar procesos de concientización y
las llamadas teorías de la reproducción, que privilegiaban las determinaciones
estructurales y vinculaban los procesos escolares con la reproducción del sistema
social.
Según Nolla (1997) en los países que habían iniciado una reforma en el sistema
de educación pública como México, Colombia y Perú, estaban comprometidos
con la tarea de lograr una educación de mayor calidad, por lo que hablaban de
transformar la escuela, de analizar la correspondencia magisterio-realidad escolar,
problemas curriculares y problemas pedagógicos en el aula; la etnografía les
permitió entrar en la escuela para conocerla y comprenderla, casi todos los que
iniciamos estudios etnográficos tenían experiencia directa en proyectos de
educación popular.

Esta visión que asumía y se proponía intelectualmente este pensador en 1989


también es ampliamente afirmada y aceptada por Matilde Eljach (2008), quien nos
dice que el aporte más valioso de la investigación acción fue “aprender que se

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puede recuperar la historia y la sabiduría de todas las culturas que habitan en
nuestro territorio, devolviendo la voz al pueblo” (p. 53). Con la investigación
acción participativa este pensador Fals (1990), argumenta que es necesario fundar
una resistencia de los indígenas y campesinos analfabetas y explotados del Tercer
Mundo ante los daños y prejuicios del desarrollo capitalista y de la racionalidad
instrumental‖ (p. 87).
Esta resistencia se debe realizar frente a la razón de la ciencia cartesiana, la
cual hace parte de la ontología de la modernidad iniciada a mediados del siglo
XVII en Europa cuyos principios hacen posible el actual orden social. Por otra
parte, Fals (1990), texto Retos para la investigación acción participativa y otras
escuelas afirma que: la misma en sus diferentes vertientes, aparece Fals, (2013):

“la respuesta a las crisis que experimenta hoy la modernidad


romántica, desarrollista y neoliberal, instaurada por fuerzas
ideológicas, económicas y técnicas de la Europa de los siglos XIX y
XX, como lo explicaron y criticaron en su momento los filósofos de la
escuela de Frankfurt, los neomarxistas y los posmodernistas
contemporáneos”. (p. 100)

No obstante, la adopción, aplicación y reproducción de estos conceptos y


teorías en nuestra actual sociedad responde al interés de una cultura dominante y
hegemónica. Pachon (2013), Desde esa perspectiva, la ciencia no está
descontaminada de la ideología ni de los intereses, pues la ciencia está anclada en
la cultura, en una determinada forma de ver el mundo; responde a la imperiosa
necesidad de resolver problemas específicos, para determinados sectores, grupos,
naciones‖. El conocimiento debe captar las realidades singulares y complejas en
aras de visibilizar y criticar los efectos de la teoría tradicional y la epistemología
occidental. Fals Borda afirmaba que la ciencia se encuentra al servicio e interés de
una clase dominante.
El papel de los científicos es idear y representar conceptualmente su saber en el
que está inmerso el conocimiento y el razonamiento de su propio contexto. La

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respuesta a las problemáticas propias de la cultura europea involucró a sus
instituciones y comprometieron a sus científicos en la producción de
conocimientos para solucionar las necesidades propias de sus modos de vida. De
esta manera, se puede entender cómo las ciencias económicas y en definitiva el
capitalismo como sistema económico fue adoptado, copiado y replicado en
nuestras sociedades.
Además, para Sabogal (2010), citado por a Fals (2013), es importante
reconocer que:
“Los paradigmas científicos europeos y norteamericanos, con su
referente cultural en las zonas templadas donde se originaron, y en
condiciones geográficas, históricas y humanas concretas, han tenido su
ventaja y extensión al resto del mundo por virtud de un proceso de
acumulación meritorio y eficiente.” (p. 118).

Esta discusión se amplía y propicia la disertación de otros autores, pues para la


investigación de las culturas populares y la recuperación crítica de su historia se
necesitaba para Fals utilizar técnicas y herramientas diferentes conducentes a
explicar, describir, sistematizar y conocer las problemáticas propias del contexto
andino y tropical con las circunstancias y vivencias propias de sus gentes. Además
de comprometer al investigador con la transformación del orden social vigente.
Esto indica, por un lado, que la originalidad y la autenticidad de la
investigación acción participativa no solo se está poniendo en duda y en tela de
juicio por otros autores, sino en controversia. Dado principalmente a que los
mismos planteamientos pueden estar contaminados por la ideología de otras
corrientes de pensamiento que también aspiraron en su momento a convertirse en
un paradigma emergente de nuevas teorías críticas.

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Referencias Bibliográficas

Albornoz, Mario. (2001). Política científica y tecnológica, una visión desde


América Latina. No. 1. (Septiembre - Diciembre). En: Revista
Iberoamericana de ciencia y tecnología.
http://www.oei.es/revistactsi/numero1/albornoz.htm

Fals Borda, O. (1990). El Tercer mundo y la reorientación de las ciencias


contemporáneas. Nueva Sociedad (107), 83-91.

Fals Borda, O. (2013). Socialismo Raizal y ordenamiento territorial. Bogotá D.C:


Desde abajo.

Guber, Rosana (2001). La etnografía. Método, campo y reflexividad. Colombia:


Enciclopedia Latinoamericana de Sociocultura y Comunicación-Grupo
Norma.

Nidia Nolla Cao (1997), Educación Media Supeior v.11 n.2 Ciudad de la
Habana jul.-dic. 1997

Pachon Soto, (2013). Le Monde Diplomatique.


http://www.eldiplo.info/portal/index.php/component/k2/item/481-aprop
%C3%B3sito-de-nuestra-identidad-orlando-fals-borda-y-la-cr
%C3%ADtica-denuestro-colonialismo-intelectual

Sabogal Tamayo, J. (2010). El pensamiento propio y los modos de vida


alternativos. Revista de la facultad de ciencias económicas y
administrativas, 117-130.

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