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1. (73) Rindiéndose a la palabra del Creador.

Tus manos me hicieron y me formaron;


Hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.
a. Tus manos me hicieron: Aquí el Salmista proclama a Dios como el Creador, y entendió
ciertas obligaciones hacia Dios, porque él fue hecho por las manos de Dios.
i. Me formaron: “La referencia de que Dios le formó es una mención deliberada de Génesis 2,
la cual dice que Dios ‘formó al hombre del polvo de la tierra’ (Génesis 2:7).”

ii. La era moderna, con su amplia negación del Dios Creador, tiene un sentido de obligación
mucho menor de Dios como Creador. A pesar del profundo rechazo asentado de Dios como
creador, la obligación del hombre para con su Creador permanece. El Salmista entendió lo
que muchos hoy en día olvidan o niegan.

iii. El decir que Dios es nuestro Creados es el reconocer:

· Que estamos obligados hacia Él, como Aquel que nos da la vida

· Que le respetamos como Aquel que es más grande e inteligente que nosotros

· Que Él, al ser nuestro diseñador, sabe lo que es mejor para nosotros

· Ya que nuestro principio esta conectado con el mundo invisible, así también será con
nuestro final

iv. “La consideración, de que Dios nos hizo, aquí es urgido como un argumento del porqué él
no debe dejarnos o rechazarnos, ya que cada artista tiene un valor por su propia obra,
proporcional a su excelencia. Es, al mismo tiempo, un reconocimiento del servicio que le
debemos, fundamentada en la relación la cual la criatura tiene hacia su Creador.” (Horne)

v. “Si Dios nos hubiera hecho de manera tosca, y no nos hubiera formado de manera
elaborada, este argumento perdería mucho de su fuerza; pero ciertamente, del arte delicado y
la maravillosa habilidad que el Señor a mostrado en la formación del cuerpo humano,
podemos inferir que él esta preparado para tomar un dolor similar con el alma hasta que
perfectamente lleve su imagen.” (Spurgeon)

vi. Tus manos: “Oh, mira las heridas de sus manos, y no te olvides de las obras de sus manos,
como oraba la Reina Elizabeth.” (Trapp)
b. Hazme entender: En su manera de pensar de Dios como Creador, el Salmista oraba para
que pudiera entender. Él reconocía que esto era algo que a menudo se mal interpretaba, y
uno podría pedir y esperar el entender tanto a Dios, como Creador, y nuestra obligación
hacia nuestro Amo.
i. Obtenemos mucho entendimiento al considerar a Dios como Creador, y especialmente como
el Creador del hombre. “Cada parte de la creación lleva la impresión de Dios. El hombre –
solamente el hombre – lleva su imagen, su semejanza. En cualquier lado vemos sus huellas –
sus pisadas. Aquí contemplamos su rostro.” (Bridges)
c. Aprenderé tus mandamientos: El entendimiento de Dios y hombre, como Creador y
criatura, le lleva hacia su humilde relación donde el hombre admite su necesidad de aprender,
el aprender la palabra de Dios (mandamientos), y el recibir Su palabra como mandamientos de
parte de un Creador sabio, amoroso, y justo.

2. (74) El gusto común de aquellos que temen a Dios.


Los que te temen me verán, y se alegrarán,
Porque en tu palabra he esperado.
a. Los que te temen me verán, y se alegrarán: El Salmista consideraba que su vida recta sería
de ánimos para otros que también temieran a Dios. Esta era una razón más para escuchar y
obedecer a Dios.

i. “Cuando un hombre de Dios obtiene gracia para si mismo, él se convierte en bendición


para otros . . . Están aquellos que profesan cuya presencia dispersa tristeza, y los piadosos
calladamente se apartan de su compañía: que este jamás sea el caso con nosotros.” (Spurgeon)

ii. “Aquellos que ‘temen a Dios’ naturalmente están “gustosos cuando ven’ y platican con
alguien como ellos; pero de manera más especial cuando es uno cuya fe y paciencia le a llevado
a través de problemas, y ha salido victorioso sobre las tentaciones; aquel que ha ‘esperado en
la palabra de Dios,’ y no se ha decepcionado.” (Horne)

b. Porque en tu palabra he esperado: Su vida le pudo dar ánimo y gusto a otras personas
justas porque su esperanza y atención estaban puestas en la palabra de Dios. Sin esta
esperanza, su vida justa sería imposible.

3. (75-77) Consuelo de la palabra de Dios en tiempo de aflicción.


Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos,
Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.
Sea ahora tu misericordia para consolarme,
Conforme a lo que has dicho a tu siervo.
Vengan a mí tus misericordias, para que viva,
Porque tu ley es mi delicia.
a. Tus juicios son justos . . . a tu fidelidad me afligiste: Su atención sobre la palabra de Dios
le ha dado al Salmista una perspectiva sabia y piadosa aún en el tiempo de la aflicción. Él
puede proclamar lo justo de los juicios de Dios, aún cuando él es afligido.
i. Es una cosa el decir, “Dios tiene el derecho de hacer conmigo como Él desee.” Es más
grande el decir que Sus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.
ii. “David no solamente reconocía el derecho de Dios para lidiar con él como a él bien le
pareciera, y aún su sabiduría para tratar con él de la manera que ya lo había hecho, pero
su fidelidad en afligir – no su fidelidad aunque él sea afligido – sin en afligirle; no como si fuera
consistente con su amor, sino como el mismo fruto de su amor.” (Bridges)
iii. Este es el lugar al cual Job llegó eventualmente a través de su larga y desesperada lucha en
el Libro de Job. Él llegó a conocer que los juicios del Señor eran justos, y aún entendió
la fidelidad de Dios en la aflicción.
· Job podía decir en su aflicción, sea el nombre de Jehová bendito. (Job 1:21 ).
· Elí pudo decir en su aflicción, Jehová es; haga lo que bien le pareciere (1 Samuel 3:18 ).
· David pudo decir en su aflicción, Dejadle que maldiga, pues Jehová se lo ha dicho. (2 Samuel
16:11 ).
· La madre de la Sulamita pudo decir en su aflicción, Bien (2 Reyes 4:26).
b. Sea ahora tu misericordia para consolarme, Conforme a lo que has dicho: El Salmista
oraba en un fundamento sólido, orando en base de las promesas hechas en la palabra de Dios.
Con tales promesas, él pidió por misericordia en su aflicción.
i. Conforme a lo que has dicho: “Nuestras oraciones son de acuerdo con la mente de Dios,
cuando son acordes a la palabra de Dios.” (Spurgeon)

ii. “Señor, estas promesas fueron hechas para ser bien para algunos, ¿y porqué yo no? Tengo
hambre; tengo necesidad; tengo sed; espero. Aquí esta tu escritura en tu palabra . . . Tengo la
resolución de ser tan importuno [persistente hasta el punto del enfado] hasta que haya
obtenido, y después ser agradecido, en cuanto a la gracia me lo permita . . . Tus promesas son
los descubrimientos de tus propósitos, y concesiones [dadas con gracia] como material para
nuestras oraciones; y en mis ruegos estoy resuelto cada día el presentarlos y licitarlos delante
de ti.” (Oración de Mónica, la madre de Agustín; citado en Bridges)

c. Lo que has dicho a tu siervo: El Salmista correctamente recibió la Palabra de Dios como
algo personal para si mismo. No solamente fue una palabra para la humanidad en general, o
para el pueblo del pacto; era algo personal, para el mismo Salmista (tu siervo).
d. Vengan a mí tus misericordias, para que viva, Porque tu ley es mi delicia: El Salmista oró
con el entendimiento de que las tiernas misericordias de Dios vinieron a él por medio de la
Palabra (ley) de Dios. Al estar cerca de la palabra de Dios, y al dejar que llenara su vida, él
también recibió de las misericordias de Dios

i. “Las misericordias de Dios son ‘misericordias tiernas,’ estas son las misericordias de un
padre hacia sus hijos, no, tierna como la compasión de una madre sobre el hijo de su vientre.
Estas ‘vienen hacia’ nosotros, cuando no somos capaces de ir a ellos.” (Horne)

ii. Sin el regalo de estas tiernas misericordias nos hallamos a nosotros mismos perdidos y
desanimados. “Todas las velas en el mundo, en ausencia del sol, nunca pueden hacer un día.
Toda la tierra, en sus visiones más brillantes de la fantasía, destituida del amor del Señor,
jamás podrá animar o revivir el alma.” (Bridges)
iii. “Pero aún, no tenemos una aprehensión justa de estas misericordias tiernas, a menos
que vengan hacia nosotros. En medio de la gran distribución, deja clamo mi interés. Que vengan
a mí.” (Bridges)

4. (78-80) El contrasto entre el soberbio y aquellos que temen a Dios.


Sean avergonzados los soberbios,
porque sin causa me han calumniado;
Pero yo meditaré en tus mandamientos.
Vuélvanse a mí los que te temen
Y conocen tus testimonios.
Sea mi corazón íntegro en tus estatutos,
Para que no sea yo avergonzado.
a. Sean avergonzados los soberbios: El Salmista dijo esto, no solamente en un sentido de la
justicia de Dios, sino también por un sentido de haber sido agraviado de manera personal.
Estos soberbios son aquellos que le habían calumniado . . . sin causa; por lo tanto, debían de
ser avergonzados.
i. “La vergüenza es para los soberbios, pues es vergonzoso el ser soberbio. La vergüenza no es
para los santos, pues no hay nada en la santidad de que avergonzarse.” (Spurgeon)

ii. Si los soberbios que se oponen al Salmista supieran que el oraba en contra de ellos, ellos
tendrían razón para sentir temor. Las oraciones de David dieron fracaso y destrucción para
Ahitofel. El ayuno de Ester y los Judíos trajeron frustración y perdición para Amán. La
oración de Ezequías tuvo un significado de perdición y destrucción para el ejército Asirio.
Dios sabe como defender a los suyos, los que claman a Él.

iii. Aún, la oración de que sean avergonzados los soberbios es una oración por su bien. Es
como la oración de Asaf: Llena sus rostros de vergüenza, Y busquen tu nombre, oh Jehová. (Salmos
83:16)
b. Pero yo meditaré en tus mandamientos: En contraste con los soberbios, quienes amaban
las mentiras, el Salmista amaba y meditaba en la Palabra de Dios.

i. “Él estudiaría la ley de Dios y no la ley de venganza. Los soberbios no merecen que piensen
en ellos. La peor herida que nos pueden dar es que nos aparten de nuestras devociones;
desconcertémosles al guardar nuestra relación de una manera más cercana con Dios cuando
éstos sean más maliciosos en sus embates.” (Spurgeon)

ii. Yo meditaré: “Las verdades están escondidas en el corazón sin eficiencia o poder, hasta que
son perfeccionados por pensamientos profundos, serios y apremiantes . . . El pasar
repentinamente con una vela por el cuarto no nos da una entera descripción de cierto objeto,
sino hasta que nos paramos y nos quedamos contemplándolo. Una contemplación fija es una
gran ventaja.” (Thomas Manton, citado en Spurgeon)
c. Vuélvanse a mí los que te temen: El Salmista reconocía la presencia de enemigos soberbios,
pero él no creía que todos estaban en contra de él o Dios. Habían otros que temían a Dios, y
él podía hallar compañerismo con ellos. Ellos tenían mucho en común – ambos eran aquellos
los que conocían la palabra de Dios (Y conocen tus testimonios).

i. “David tiene dos descripciones para los santos, ellos temen a Dios y conocen a Dios. Ellos
poseen tanto la devoción e instrucción; ellos tienen tanto el espíritu y la ciencia de la
verdadera religión.” (Spurgeon)

ii. Vuélvanse a mí: “Mientras que el creyente halla problemas por parte del mundo, él ora
para que pueda encontrar ayuda por parte del pueblo del Señor . . . Es doloroso, por tanto, el
ver a Cristianos andando de huraños el uno con el otro, sufriendo de frialdades, de distancia,
diferencias y desconfianzas, para dividirlos de entre sus hermanos.” (Bridges)

iii. “Ya sea que, 1. Que vuelvan sus ojos hacia mí como un espectáculo de la maravillosa
misericordia de Dios, o, 2. Que vuelvan sus corazones y afectos hacia mí, las cuales han sido
alejados de mí, ya sea, por los artificios y calumnias de mis adversarios, o por angustias
amargas y largas.” (Poole)

d. Sea mi corazón íntegro en tus estatutos: Mientras que el Salmista se comparaba a si mismo
con los soberbios que hablaban mentiras, él aún reconocía su necesidad por una mayor
obediencia hacia Dios. Él le pedía a Dios, y dependía en Él para un obediente (íntegro)
corazón y vida.
i. El Nuevo Testamento tiene muchos ejemplos de corazones que no fueron íntegros: Judas,
Ananías y Safira, Alejandro, Demas. Tales ejemplos debieran hacernos orar de acuerdo con
Salmos 139:23-24: Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón.

ii. “Examina tu juicio asentado, tu elección deliberada, tus sentimientos, tu habitual práctica
permitida; aplica hacia cada detección de debilidad hacia la sangre de Cristo, como el remedio
soberano para las enfermedades de un ‘corazón engañoso y desesperadamente inicuo.’”
(Bridges)

iii. “Deja que sea perfecto-todo dado hacia ti, y todo poseído por ti.” (Clarke)

e. Para que no sea yo avergonzado: Este es un deseo válido. El Salmista quería una vida
vivida sin seravergonzado. El desea no era por un sentido de vergüenza interna debido a que
uno estuviera bien con Dios, y sin un sentido de vergüenza pública delante de los ojos de los
demás. Su vida obediente (Sea mi corazón íntegro en tus estatutos) le conduciría hacia esta
vida sin vergüenza.
i. En esta sección se nos enseña por medio de la repetición del ruego, “Sean . . .” Al ser
tomados en conjunto, estos componen una vida saludable con Dios.

· Déjame ser consolado por Tu bondad

· Déjame vivir por Tus misericordias

· Déjame ser vindicado sobre los soberbios

· Déjame estar en la presencia de aquellos que te temen

· Deja que mi corazón sea íntegro

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