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Georgina Gómez Velázquez

Grupo 17
Asesor: Efrén Vicente Hernández Martínez

“La vida cotidiana de la formación valoral”


Acciones de la formación valoral
1. El grupo de alumnos deben tener claramente establecido los criterios de valor
por lo que se rigen y colaborar las reglas que los reglamentan.

El alumno estará dispuesto a comportarse de una determinada manera o a respetar


una norma si siente que existe aprobación al respecto entre los integrantes del
grupo y básicamente entre aquellos a quienes aprecia o atribuye valor o autoridad.

2. El docente debe facilitar el conocimiento y el análisis de las normas y reglas


que existentes en la escuela y en el grupo para que los alumnos puedan
comprenderlas, seguirlas y respetarlas. Asimismo, deberán quedar claramente
establecidas en los miembros del grupo y las formas de participación, para que los
alumnos contribuyan a mejorar las normas, a cambiarlas por otras o revocarlas si
no funcionan o no se requieren en el grupo.

3. El docente deberá ayudar a los alumnos a que relacionen de modo


significativa las normas con determinadas actitudes que se pretende desarrollen en
situaciones concretas (en el trabajo colaborativo, en el trabajo grupal, en el recreo,
en la convivencia diaria).

4. El docente deberá favorecer la participación entre alumnos y alumnas para


debatir opiniones e ideas sobre los diferentes aspectos que incumben a su actividad
en la escuela (la relevancia o no de aprender cierto contenido, los objetivos, las
costumbres, el uso de espacios comunes, las evaluaciones, etc.)

5. El docente deberá contar con una buena organización de las planeaciones y


de las actividades de aprendizaje de contenidos que se trabajaran durante el ciclo
escolar que permitan facilitar el aprendizaje esperados de ciertas actitudes.
importantes, tales como la cooperación, el compañerismo, la solidaridad, la equidad,
la amistad, el respeto.

Las actitudes que se busca fomentar deberán estar planificadas expresamente


(informar sobre sus características, ejemplificar, debatir, atribuirles significado
identificándolas en situaciones cotidianas y reales para los alumnos), para evitar
que los alumnos aprendan otras menos significativas.

6. El docente deberá formar las actitudes que se pretende que los alumnos y
alumnas aprendan en la escuela y facilitar el apoyo y el tiempo necesario para que
éstos puedan ensayar, probar e imitar. El docente debe estar dispuesto para apoyar
a los alumnos en los momentos en que se sientan inseguros o manifiesten
resistencia al cambio.

7. El docente deber de organizar los espacios, los horarios y los materiales, las
actividades para facilitar a los alumnos la asimilación de actitudes y valores como:
el respeto, la solidaridad, colaboración, el compañerismo.

8. Los participantes para que se dé un buen clima escolar son: los maestros,
los alumnos, la familia, la comunidad y el entorno escolar. Si existe una relación
entre el ambiente escolar y lo que se pretende educar los resultados serán positivos.

9. Una buena organización democrática en el aula, basada en la participación


de los alumnos, donde sea posible la discusión de todos los temas, la adopción de
normas y la solución de conflictos de forma consensada y que la función del docente
sea de guía para poder orientar a sus alumnos en dichas actividades.

Bibliografía:

BAZDRESCH, Parada, Miguel “LA VIDA COTIDIANA ESCOLAR EN LA


FORMACIÓN VALORAL”: UN CASO. REICE. Revista Electrónica Iberoamericana
sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, Vol. 7, Núm. 2, 2009, pp. 49-71
Red Iberoamericana de Investigación sobre Cambio y Eficacia Escolar España

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